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1 MATIZACIONES EN TORNO AL PASO DEL MITO AL LOGOS EN MILETO Jesús M. Landart Ercilla RESUMEN El presente trabajo tiene como objetivo matizar y contextualizar la afirmación, mil veces leída y troquelada ya en nuestra mente hasta el punto de pertenecer al imaginario cultural de Occidente, que dice que La aparición de los filósofos presocráticos en las costas de Jonia en el siglo VI a.C. supone el paso del μύθος al λόγος. Se defenderá aquí que el nacimiento de Occidente, ocurrido al nacer el pensar-vivir de la filosofía en Mileto, es mucho más complejo que lo que parece desprenderse del paso arriba citado. Esta afirmación no es sino una explicación culturalmente tranquilizadora, pues satisface a nuestras mentes ávidas de explicaciones rápidas y digeribles integrando de forma cómoda y asequible con (precisamente) la esencia del mito moderno: la esencialmente violenta mitología según la cual hay un tiempo que por sí mismo progresa a favor de la mejora moral de la humanidad. "Cuando se aprende, al principio siempre se quedan pegadas las palabras medio comprendidas. No habría que subestimar lo mucho que se asimila así, seguramente más de lo que uno mismo es consciente y más de lo que realmente se reconoce cuando se comienza a comprender." 1 1 GADAMER, H. G.: Hermenéutica y diferencia ontológica. Gesammelte Werke, Tubinga 1995, vol. 10, pp. 58-70, traducción de Angela Ackermann

Matizaciones al paso del Mythos al lógos en Mileto

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Reflexiones sobre el inicio de la filosofía en las costas de Jonia.

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    MATIZACIONES EN TORNO AL PASO DEL

    MITO AL LOGOS EN MILETO

    Jess M. Landart Ercilla

    RESUMEN

    El presente trabajo tiene como objetivo matizar y contextualizar la

    afirmacin, mil veces leda y troquelada ya en nuestra mente hasta el punto de

    pertenecer al imaginario cultural de Occidente, que dice que La aparicin de

    los filsofos presocrticos en las costas de Jonia en el siglo VI a.C. supone el

    paso del al .

    Se defender aqu que el nacimiento de Occidente, ocurrido al nacer el

    pensar-vivir de la filosofa en Mileto, es mucho ms complejo que lo que parece

    desprenderse del paso arriba citado. Esta afirmacin no es sino una explicacin

    culturalmente tranquilizadora, pues satisface a nuestras mentes vidas de

    explicaciones rpidas y digeribles integrando de forma cmoda y asequible con

    (precisamente) la esencia del mito moderno: la esencialmente violenta

    mitologa segn la cual hay un tiempo que por s mismo progresa a favor de la

    mejora moral de la humanidad.

    "Cuando se aprende, al principio siempre se quedan

    pegadas las palabras medio comprendidas. No habra que

    subestimar lo mucho que se asimila as, seguramente ms

    de lo que uno mismo es consciente y ms de lo que

    realmente se reconoce cuando se comienza a

    comprender." 1

    1 GADAMER, H. G.: Hermenutica y diferencia ontolgica. Gesammelte Werke, Tubinga 1995, vol. 10, pp. 58-70, traduccin de Angela Ackermann

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    La persistencia de esta idea simplista en nosotros tiene varias

    explicaciones: se debe en parte a la tendencia a interpretar el pasado desde

    el presente, y no Grecia desde Grecia, de modo tal que pudiramos aprender

    de la Grecia que desconocemos, y no slo de la Grecia en que nos

    reconocemos2 . En parte tambin se debe a la imagen heredada de La

    Ilustracin segn la cual vivimos en una sociedad desmitificada, una sociedad

    en la que el paso del al ha sido concluido satisfactoriamente en

    aras de una sociedad sin mitos. Tendemos a ver a los filsofos presocrticos

    como pertenecientes a un pasado acabado en pretrito perfecto, como los

    iniciadores de un decisivo paso que ha sido completado ahora en nuestra

    sociedad, como si hubiera un Espritu de la Historia de carcter forzoso en el

    desarrollo histrico de la humanidad, tal y como preconizara Hegel.3 Y esta

    tendencia nos impide comprender que una sociedad sin mitos es un proyecto

    inabordable, un imposible.

    Aristteles nos recordar4 que desde las costas de Mileto, Tales nos

    previene: . Todo est lleno de dioses. Platn nos

    recordar lo mismo en Leyes, 10, 899 B sin citar a Tales, intentando iluminar

    una argumentacin propia mediante una frase conocida, sin mencionar a su

    autor5. Si bien el significado de esta mxima es a priori oscuro, la hermenutica

    actual ha devuelto su original esplendor a la aseveracin de Tales.

    Hay algo especial en Tales, algo que lo hace ser capaz de predecir un

    eclipse, a la vez que enriquecerse previendo al futuro del mercado debido a un

    exceso de aceitunas, o idear el teorema de proporcionalidad de tringulos que

    2 OATE Y ZUBIA, Teresa: El nacimiento de la filosofa en Grecia. Viaje al inicio de occidente. Madrid. Dykinson, S.L. pp.28-29 3Cfr. QUESADA, Fernando. Etica y Poltica en GOMEZ, Carlos y MUGUERZA, Javier (Ed.) La aventura de la moralidad, Alianza Editorial Madrid 2007. pp 265-266 4 ARISTOTELES, De anima A5,411 a 7 5 KIRK, G.S. y RAVEN, J.E. Los filsofos presocrticos. GREDOS. Madrid, 1970 p.139

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    le permitir medir la altura de una pirmide. Lo que est haciendo Tales no es

    sino poner en conexin emplazamientos y territorialidades que estaban

    separadas, escindidas anteriormente en compartimentos estancos. Con

    anterioridad a Tales, a Anaximandro y a Anaxmenes unas cosas competan a

    Gea y otras a Urano, el hombre observaba los fenmenos e incluso encontraba

    explicaciones parciales a los mismos, pero ni exista una matriz de significacin

    ni exista el mero concepto de unidad de inteligibilidad expresada en la

    sentencia Todo est lleno de lo divino. Al poner en conexin reas diferentes

    se est desterritorializando y unificando. Asimismo es importante comprender

    que esta conexin tiene mucho que ver con la necesidad de situarse contra las

    endoxa, o las opiniones autoritarias previas. Por lo tanto se trata de un ejercicio

    de pensamiento crtico, tanto ms importante por la absoluta novedad del

    mismo.

    Desde esta perspectiva tenemos que reconsiderar la mxima "Todo est

    lleno de lo divino. Esta frase no es ajena a una sutil ontologa modal: lo divino

    es lo eterno, pero adems, y mucho ms importante en Grecia: lo divino es lo

    necesario: lo que es y no puede no ser. La racionalidad de lo divino es en

    Grecia lo mximamente inteligible. Lo divino es asimismo lo espontneo, lo

    autolegislado, lo que brota de s mismo. Ese brotar recogido con la palabra

    , que en su acepcin arcaica significa el crecer, brotar, nacer o llegar a

    ser6

    As pues, estamos ante una racionalidad inmanente y no transcendente.

    Por lo tanto, habr que afirmar que ha llegado la hora de

    "...romper el prejuicio ilustrado que asimila religin,

    teologa y mito, para abrirse a la coherente comprensin de

    la alteridad griega, inconmensurable en este punto, con

    todas las religiones de origen bblico. A saber: que los

    presocrticos, y en su misma lnea Aristteles, entienden por

    6 MARTINEZ MARZOA, F.: Historia de la Filosofa,I Istmo Madrid 2000 p. 19

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    divino ( , ), los primeros principios

    inmanentes, eternos y necesarios, mximamente inteligibles

    de lo real fenomnico que nace y que muere."7

    Es imprescindible subrayar la enorme radicalidad de esta actitud. Sin

    renunciar a lo divino, se pretende una racionalidad que no es correlato de la

    racionalidad tecnolgica, gensica y diacrnica, productora de artefactos, sino

    de una contemplacin de la en los trminos explicados ms arriba. Ah

    reside la importancia capital del inicio de occidente en Mileto: el surgir de la

    primera filosofa inmanentista, como lo sern todas las filosofas griegas8 a

    excepcin de Platn. En efecto, la marca caracterstica de stas es la

    inmanencia, con la excepcin de las doctrinas platnicas, herederas de las

    comprensiones rfico-pitagricas de raz no genuinamente helena. Sostienen

    pues que los primeros principios de las cosas "estn aqu y ahora". Por eso, y

    no por otro motivo todo est lleno de lo divino.

    La filosofa griega por tanto no se contrapone ni a lo religioso ni a lo

    mistrico; se contrapone a los mitos del poder, mitos reales, mitos eficaces que

    son vinculantes y dogmticos: se procede a una delimitacin del mito y a la

    construccin de un espacio de crtica. Y lo que es ms importante: la filosofa

    griega de los filsofos presocrticos crea ese espacio de crtica para arrojarlo al

    gora, para que sea objeto de permanente puesta en comn dialogal. Como

    dir Werner Jaeger en su monumental Paideia:

    "El filsofo abandona el carcter privado de su

    pensamiento; y ya no es un . Aspira a ser odo por

    todos." 9

    7 OATE Y ZUBIA, T. : Op. Cit. pp 88-89 8 En esta afirmacin nos atenemos a la acotacin en el tiempo habitual que supone considerar a Mileto el origen de la filosofa griega, siendo su trmino la ltima produccin de Aristteles. 9 JAEGER, W. : Paideia . Ed. Fondo de Cultura Econmica, 1981 p.154

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    Esa puesta en comn, tan ajena al proceder dogmtico que antes y

    despus ser imperante en el panorama cultural universal, tan griega, nace en

    Mileto con los que hoy llamamos presocrticos y bien pudiramos llamar

    preplatnicos.

    Nace radical, nace diferente, y por lo tanto no nace como un brote que

    en sucesivas generaciones ir robustecindose, tomando fuerza y creciendo. En

    absoluto: en expresin incomparable del filsofo Emanuele Severino la Filosofa

    nace grande, como Atenea de la cabeza de Zeus. Interesa en este estudio no

    perder de vista que la primigenia prctica de la filosofa no supone un desgarro

    anlogo al abandono de la teologa, sino que pertenece, est incardinado en los

    misterios del santuario de Delfos, mitos sapienciales, simblicos y de

    comprensin; y que esta prctica sapiencial no tiene sentido sin colocar el

    misterio en la plaza pblica:

    "Poner el misterio en la plaza pblica, cobra en la conexin

    Delfos-Atenas-Eleusis, un sentido institucional tan coherente

    como el de vincular la a la ."10

    Insistimos: lo nuevo, lo radicalmente novedoso de Mileto es la creacin

    de una topologa de inteligibilidad inmanente a la sin que por ello se

    renuncie a lo divino, que ser entendido como lo mximamente inteligible. El

    filsofo, ajeno a una historia personal de salvacin, se presenta al mundo no

    como un esforzado investigador, sino como un 11. Su tarea no es el

    trabajoso laborar, sino la observacin crtica. Nos falta aadir el elemento ldico

    de lo que no sirve para nada, (es la ciencia pura, la comprensin de las

    estructuras dotadoras de sentido, no es un saber instrumentalizable, no

    involucra trabajo, esfuerzo, no tiene relacin con el movimiento, no acta por

    costosos procesos) de lo que es la pura contemplacin de la .

    10 OATE Y ZUBIA, T. : Op. Cit. p 137 11 En origen, es un observador de paz, embajador que va a contemplar las diversas constituciones, certmenes y juegos de las . Los sustantivos , derivan del verbo , con significado de observar con inteligencia, contemplar como espectador.

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    El de la sentencia de Tales lleva implcito todo esto, porque lleno

    significa impregnado, ubicuo. Ni hay una trascendencia a la que acudir en

    busca de sentido, ni el todo es un Todo-Uno extenso como suma de partes.

    Hay una receptividad virtualizante, creativa pero no productiva; para nada,

    porque s. Gozosa y gratuita. Se trata del saber por el saber; por el placer de

    saber.

    La hermenutica moderna ha rescatado la palabra desde su

    interpretacin cientifista. Se trata de una observacin autoconsciente no

    instrumentalizable de los principios. Si nos es difcil entenderlo es por la ptina

    de siglos de plutocracia que llevamos pegada a nuestra espalda. Pero esa no ha

    sido la nica instrumentalizacin de la que debemos librarnos para entender

    cabalmente lo que significa Mileto. El propio concepto del o de los

    nos ha sido presentado de tal manera que necesitamos una deconstruccin

    previa, un olvido antes de volver a aprender.

    El , los tambin han sido utilizados para presentarnos a los

    filsofos presocrticos como un patio de viejas en el que cada uno intenta

    chillar ms que el anterior:

    - El es esto

    - No, el es aquello ,

    - No, el es lo de ms all

    Esta instrumentalizacin es heredera de las transmisiones acrticas de los

    textos presocrticos realizadas por los sofistas y trasladada por la dialctica

    platnica hasta nosotros.

    Ese cobra importancia capital precisamente por lo que estamos

    diciendo: es principio, pero no en el sentido diacrnico de origen gensico, sino

    en el sentido sincrnico de ley; es principio inmanente a la , y no

    trascendente; aunque s transfenomnico, pues si fuera un fenmeno debera

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    ser explicado en virtud de causas anteriores y no podra ser un principio en

    sentido de ley; pero sobre todo el dota de un criterio, de una medida, de

    una racionalidad al universo.

    Si el es importante es tan slo porque dota de esa unidad de

    significacin al universo; una unidad plural. Slo tras el puede haber

    ciencia, puede haber medida, puede haber mancia en el sentido de estudio de

    las frecuencias empricas de los fenmenos para poder predecir

    comportamientos futuros en base a leyes comunes y constantes. Los filsofos

    presocrticos, lejos de gritar cada uno su verdad en realidad cantan a capella

    una misma meloda, pero las notas de esa meloda estn incardinadas en un

    tiempo sincrnico. Esto requiere una explicacin adicional sobre el concepto del

    tiempo, pues la propia acepcin de tiempo en sentido griego debe ser

    reaprendida.

    Los occidentales herederos de la Ilustracin tan slo comprendemos

    intuitivamente el tiempo de los fenmenos, el de las mitologas de progreso

    narratolgico, el tiempo de progreso lineal asimilable a , el tiempo que

    consume, y devora a sus hijos. Es el tiempo del segundo principio de la

    termodinmica, con una direccin bien determinada de un pasado terminado a

    un futuro an por hacer, irreversible cuya direccin est marcada por un

    constante aumento de entropa (desorden) de los sistemas.12 se es el tiempo

    de la sentencia de Anaximandro:

    De donde las cosas tienen origen, hacia all tiene lugar tambin

    su perecer, segn la necesidad; pues dan justicia y dan pago unas

    a otras de la injusticia segn el orden del tiempo.13

    No es este el nico sentido de tiempo en Grecia, sino que existe tambin

    el , el instante eterno. Y el , el tiempo de la vida por antonomasia,

    12 Cfr. GOMEZ PIN, Vctor. Filosofa, interrogaciones que a todos conciernen. Espasa Calpe Madrid 2008 pp. 278-282 13 Traduccin tomada de MARTINEZ MARZOA, F.: Op. Cit. p 30

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    el del ser, un instante eterno continua y permanentemente. Entre el ,

    que se fuga, el tiempo de la muerte y el , tiempo de la vida est

    el , el instante eterno del encuentro amoroso y de las sincronicidades. Es

    en el del cual Herclito dir que

    es un nio que juega, que mueve sus peones; de un nio

    es el mando14

    Es el tiempo de las sincronicidades donde el es el principio de los

    fenmenos, en sentido ya no cronolgico, sino de ley, de sin-crona. Las

    estructuras conectivas de los discursos crticos son inmanentes, y sobre ellos se

    ejerce precisamente la crtica. La temporalidad de una pieza racional

    es sincrnica. Sincrnica con el . Por el contrario, de la estructura

    temporal de los relatos mticos antropolgicos es diacrnica. La temporalidad

    narratolgica de cualquier mito es una temporalidad extrnseca, o de conectores

    exteriores que remiten a la autoridad, al terror y a la esperanza

    Recapitulando, Mileto no efecta un simple salto del al .

    Mileto propone la impregnacin de lo divino en la , sin renunciar a lo

    mistrico. A diferencia de cualquier otro intento anterior, lo divino es entendido

    como lo sumamente inteligible, la ley del lmite entendido como determinante,

    fundante de lo real y a la vez inmanente, no trascendente. No apela al juicio en

    el sentido del libre arbitrio. No se es libre de aceptar o rechazar, porque no hay

    ningn concernimiento de la individualidad; est convocada una subjectualidad

    comunitaria. La pieza racional apela a una comunidad porque sta no puede no

    aceptarlo.

    En el otro lado, los mitos antropolgicos son inefables. Tienen la

    violencia de no poder ser discutidos, porque en su fondo no tienen contenido

    de verdad, no tiene enlaces racionales que exhibir. La modalidad en ellos no es

    necesaria, sino que es contingente (es as, pero podra no ser as, los hechos se

    14 HERACLITO. Fragmento B52

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    explican por ser sa y no otra la voluntad o el capricho del dios). Lo aceptamos

    porque lo exige la comunidad, en caso contrario somos exiliados. Para la

    filosofa este punto de vista, como no permite ser discutido, es paradigma de lo

    violento. La tesis est siempre fuera del lugar de la discusin, como en la

    poltica. El dogma es el mito poltico y el mito eficaz, precisamente porque no

    puede ser discutido.

    En las piezas racionales por el contrario la modalidad es necesaria. Una

    pieza racional no slo puede ser discutida, sino que tiene que ser discutida y no

    puede ser aceptada sin ser discutida.

    Los mitos diacrnicos, gensicos son los que son inefables15. En el clima

    liberal no racional en el que vivimos a menudo, lo que se entiende es que la

    afirmacin racional es dogmtica. Porque no puede ser no aceptada. Porque no

    tenemos la libertad de rechazarla. Sin embargo para la filosofa lo que es

    dogmtico es lo que no puede ser discutido, y eso es lo mtico. Por ello el

    verdadero discurso mtico elude la discusin. Lo efable, lo discutible, eso es

    signo caracterstico de racionalidad. Desde ese punto de vista, s podemos decir

    que en Mileto (sincrnicamente una vez ms entre Tales, Anaximandro y

    Anaxmenes, no uno tras otro como nos los presentan en la doxografa clsica)

    se produce un salto; no tanto del al , como hacia una otra

    comprensin sincrnica, inmanente, efable y comunitaria del . Un

    no desprovisto de lo divino, sino al contrario: profundamente

    impregnado de lo divino; slo que lo divino, ahora simblico, nada tiene que

    ver con el poder ni con la salvacin. Un lleno por tanto de

    Una profunda religiosidad racional: la teologa

    inmanente y desvelada del pensar del sentido del ser; tal y

    15 Es sintomtico a este respecto la inefabilidad, no tan slo de las doctrinas, principios y fundamentos de las religiones de corte judeocristiana (religiones del libro), sino incluso en religiones tan poco antropomrficas como el budismo, en el que la inefabilidad llega a ser una marca de la casa. Cfr. PANNIKAR, R.: El silencio del dios. Guadiana de Publicaciones.Madrid 1970

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    como se daoculta en el lenguaje que se abre a la notica

    de los primeros principios-leyes ontolgicos.16

    Una religiosidad en la que no hay juicio ni culpa; premio ni castigo. Ms

    an: no hay llamamiento a la voluntad personal para aceptar la doctrina, pues

    la doctrina desde ahora no puede ser no aceptada, de forma que el hombre,

    por fin, puede descansar en el Ser. Eso y no otra cosa es lo que el llamado

    oscuro Herclito nos dice sonriendo a cada uno de nosotros:

    Pasad, pasad; aqu tambin hay dioses.

    ________________________________________________

    16 OATE Y ZUBIA, T.: Gadamer y los Presocrticos. La teologa de la esperanza en el lmite oculto de la hermenutica. NDOXA: Series Filosficas, n." 20, 2005, pp. 795-934. UNED, Madrid

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    BIBLIOGRAFIA

    - GOMEZ PIN, V.: Filosofa, interrogantes que a todos conciernen. Espasa

    Calpe, Madrid, 2008

    - JAEGER, W.: Paideia . Ed. Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1981

    - KIRK, G.S. y RAVEN, J.E.: Los filsofos presocrticos. GREDOS, Madrid,

    1970

    - MARTINEZ MARZOA, F.: Historia de la Filosofa,I. Istmo, Madrid, 2000

    - OATE Y ZUBIA, T.: El nacimiento de la filosofa en Grecia. Viaje al inicio

    de occidente. Madrid, Dykinson, S.L.,2004

    - OATE Y ZUBIA, T.: Gadamer y los Presocrticos. La teologa en el lmite

    oculto de la hermenutica. NDOXA: Series filosficas, n.20,2005 UNED

    MADRID

    - PANNIKAR, R.: El silencio del dios. Guadiana de Publicaciones, Madrid,

    1970

    - QUESADA, F.: Etica y Poltica en GOMEZ, C. y MUGUERZA, J. (Ed.) La

    aventura de la moralidad, Alianza Editorial Madrid 2007

    - Nota: Para la elaboracin de este trabajo se han utilizado asimismo los

    contenidos audiovisuales incluidos en el libro arriba citado El nacimiento de

    la filosofa en Grecia. Viaje al inicio de occidente. Madrid. Dykinson, S.L. de la

    profesora Oate, as como la charla celebrada el da 17 dentro del "Seminario

    de Filosofa Griega (curso 2009-2010)