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Los discursos del agua: conflictos y represas en el río Paraná Antonio Aledo; Hugo García-Andreu; Guadalupe Ortiz; José Andrés Domínguez Antonio Aledo Dpto. Sociologia 1 Universidad de Alicante 965909586/ [email protected] Resumen Los proyectos hidroeléctricos desarrollados recientemente en Brasil han dado lugar a un fuerte debate social. En torno a este debate ha surgido un socioespacio de conflicto formado por diversos actores sociales, sus relaciones y los discursos que legitiman sus posiciones. Este artículo aborda el estudio de estos discursos examinando el modo en que se agrupan los múltiples argumentos emitidos por los actores. A partir de un análisis de contenido de entrevistas cualitativas se realiza un análisis factorial que permite identificar agrupaciones argumentales. Entre los principales hallazgos de este análisis destaca el aislamiento discursivo de un grupo – el de los afectados por la construcción de represas – frente al resto de actores que emplean argumentos comunes en el marco de una racionalidad tecnoeconómica. Por el contrario, los afectados emplean argumentos de carácter emocional, identitario y ligados a la experiencia cotidiana del lugar que no están presentes en los discursos del resto de actores. Palabras clave: Análisis de contenido; hidroeléctrica; impacto social; Brasil.

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Los discursos del agua: conflictos y represas en el río Paraná

Antonio Aledo; Hugo García-Andreu; Guadalupe Ortiz; José Andrés Domínguez

Antonio Aledo

Dpto. Sociologia 1

Universidad de Alicante

965909586/ [email protected]

Resumen

Los proyectos hidroeléctricos desarrollados recientemente en Brasil han dado lugar a un fuerte debate social. En torno a este debate ha surgido un socioespacio de conflicto formado por diversos actores sociales, sus relaciones y los discursos que legitiman sus posiciones. Este artículo aborda el estudio de estos discursos examinando el modo en que se agrupan los múltiples argumentos emitidos por los actores. A partir de un análisis de contenido de entrevistas cualitativas se realiza un análisis factorial que permite identificar agrupaciones argumentales. Entre los principales hallazgos de este análisis destaca el aislamiento discursivo de un grupo – el de los afectados por la construcción de represas – frente al resto de actores que emplean argumentos comunes en el marco de una racionalidad tecnoeconómica. Por el contrario, los afectados emplean argumentos de carácter emocional, identitario y ligados a la experiencia cotidiana del lugar que no están presentes en los discursos del resto de actores.

Palabras clave: Análisis de contenido; hidroeléctrica; impacto social; Brasil.

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Introducción

La construcción de grandes obras públicas ha dado origen a toda una literatura épica en la que se identifican como los músculos, huesos y venas que sustentan la modernidad prometeica en su lucha constante por controlar las fuerzas salvajes y descontroladas de la naturaleza (Blackbourn 2006; Kaika 2006). A esta interpretación heroica se ha sumado una más pragmática que destaca los beneficios económicos y sociales que producen (López Martos 2007). En estos discursos, las grandes obras públicas se entienden como proyectos que impulsan el desarrollo regional y nacional (Doyle y Havlick 2009). Para el caso de la construcción de represas hidroeléctricas, estas narrativas insisten en su función como motores del crecimiento económico y del empleo tanto en la fase de construcción como durante su funcionamiento. Este discurso destaca el papel de las represas como productoras de energía limpia, enfatiza su intervención en el control de las inundaciones catastróficas y justifica su construcción por proporcionar recursos hídricos imprescindibles para las poblaciones humanas y para las tierras de labor (Schnitter 2000).

Brasil posee el 12 % del agua dulce del planeta (Bosco 2010: 5). Este dato explica que haya sido uno de los países latinoamericanos con mayor tradición en la construcción de represas hidroeléctricas (Sanches 1999). Su explotación y manejo se ha considerado un deber histórico para sus gobernantes incluyendo a los gobiernos más recientes de izquierda. Tanto el expresidente Lula (2003-2011) como la actual jefa de gobierno Dilma Roussef (desde 2011) han apoyado explícitamente la construcción de represas hidroeléctricas a pesar de la oposición que los proyectos más importantes han despertado entre amplios sectores de la población brasileña1.

El discurso oficial, respaldado y reforzado por los grandes sectores empresariales de la construcción de presas y de la producción y distribución de energía hidroeléctrica (Bermann 2007), se fundamenta en el siguiente argumento. Brasil es un país que tiene una amplia bolsa de pobreza y para solventar este problema endémico hay que generar riqueza y, por lo tanto, crecer económicamente. Para crecer económicamente hay que aumentar la producción de energía hidroeléctrica (Gudynas 2011). Por lo tanto, es necesaria la construcción de nuevas represas para acabar con la pobreza en Brasil.

Estos argumentos encuentran apoyo en la reciente disminución estadística de la pobreza. Durante la presidencia de Lula, la pobreza descendió notablemente en Brasil. Entre 2003 y 2008, 19,5 millones de personas salieron de la pobreza y los programas sociales, tales como Bolsa Familia o el Brasil Sem Miséria de Roussef, llegaron a decenas de millones de brasileños (Dowbor 2010).Y también se emite, desde estas mismas instancias, un segundo argumento. Aquellos que se oponen a la construcción de represas hidroeléctricas están en contra del desarrollo del país y priman egoístamente la conservación de la naturaleza sobre el padecimiento de las clases más desfavorecidas. Por lo tanto, en torno a la construcción de represas hidroeléctricas que transforman agua en energía aparecen distintos argumentos a favor y en contra que superan la discusión puramente de gestión para situarse en una discusión política sobre qué modelo de desarrollo es más beneficioso para el país.

La gestión del agua es un proceso inherentemente político (Mollinga 2003; 2008) porque su uso, control y acceso están en constante disputa entre grupos y actores con diferentes posiciones estructurales que condicionan la resolución de sus intereses en este campo. Las represas constituyen la principal infraestructura que facilita no solo su gestión sino también el dominio sobre el recurso hídrico y el control sobre la distribución o concentración de los efectos positivos y negativos que produce el uso social del agua (Comisión Mundial de las

1 Ver Movimento dos atingidos por barragens http://www.mabnacional.org.br/ (Consulta 30 de octubre de 2012).

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Represas 2000). Así se entiende que en torno al diseño, construcción y funcionamiento de represas hidroeléctricas emerja un socioespacio de conflicto entre diferentes actores que luchan por controlar los procesos de toma de decisiones que en este espacio se disputan. En este socioespacio los discursos son una herramienta de poder y de resistencia, de hegemonía y contestación, empleados por los distintos actores no solo para justificar sus posiciones sino también para construir una realidad social acorde con sus intereses.

El objetivo principal de este artículo es analizar la base discursiva del socioespacio de conflicto que aparece en torno a la construcción y gestión de represas hidroelécticas en Brasil. Para ello, se recopilan y analizan los argumentos que articulan los principales discursos presentes en este socioespacio. Esta tarea se lleva a cabo a través de la realización de 50 entrevistas en profundidad a los principales actores relacionados con dos grandes proyectos hidráulicos. El primero es la represa de Porto Primavera y permite recoger el discurso de los actores sobre las fuerzas que impulsaron este megaproyecto y los efectos socioambientales que provocó. El segundo proyecto se encuentra todavía en proceso de construcción y consiste en el represamiento del río Tibagi, último río virgen que queda en el estado de Paraná.

El socioespacio de conflicto de las represas hidroeléctricas en Brasil y los discursos

Si bien puede ser discutible que toda gestión del agua provoque un conflicto, en este artículo se parte de la tradición sociológica que sostiene que lo social se rige por el conflicto, que el conflicto es inherente a toda interacción social (Dahrendorf 1994), incluyendo, por tanto, en lo social la gestión de los recursos hídricos. En este sentido, por socioespacio de conflicto nos referimos a un determinado campo social formado por las relaciones de dominación y resistencia entre diferentes actores que se disputan el control del proceso de toma de decisiones.

En el sociespacio de conflicto de las represas hidroeléctricas se disputan las decisiones relacionadas con la construcción o no de la represa, las características de la obra de ingeniería, la gestión de los flujos hídricos, la regulación técnica y legal del agua y de la energía producida, su impacto ambiental, el coste económico de la obra y la distribución social de los efectos económicos, ambientales y sociales que genera, así como las medidas de mitigación y compensación de dichos impactos. A todo ello se añade la existencia de una férrea lucha por la visibilización de los actores y sus discursos en ese espacio, donde los más poderosos intentan invisibilizar y deslegitimar a aquellos que se oponen a sus intereses.

El concepto de socioespacio de conflicto tiene su base en el desarrollo teórico de los conceptos de campo de Bourdieu (1993) y de estructuración de Giddens (1979). La idea de campo de Bourdieu (1993) es un instrumento conceptual útil para entender el “juego” de actores que actúan en un determinado espacio social. Para este autor los campos sociales son campos de fuerza donde los actores luchan para transformar o conservar su posición. Es importante resaltar que el campo se sitúa dentro de un marco social más amplio. Si bien un campo es un universo relativamente autónomo definido por las relaciones (luchas) que mantienen los actores (Bourdieu 1979), está también sometido a una serie de fuerzas externas, es decir, de estructuras sociales que lo determinan.

La posición de los agentes en el campo social viene definida tanto por los distintos tipos de “capitales” (sociales, culturales, económicos, simbólicos, políticos), entendidos como recursos específicos movilizados en el marco de las relaciones sociales, como por el lugar que ocupan los actores en la estructura social que dispone o impide el acceso a esos capitales. En este punto, el concepto de estructuración de Giddens supone reconocer que la estructura contiene

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al socioespacio de conflicto y condiciona los movimientos que realizan los actores dentro de él, sin llegar a determinarlos. Los actores pueden emplear sus capitales para actuar dentro del campo y, a partir de estos movimientos, modificar esa estructura externa.

Los actores participantes en un socioespacio de conflicto emplean herramientas discursivas y prácticas. Estas últimas se implementan a través de canales institucionales, alianzas políticas, aprobación de leyes, herramientas de planificación, coaliciones entre actores, inversiones económicas, procesos judiciales o movilizaciones sociales. No obstante, este artículo quiere destacar que en el sociospacio de conflicto los discursos juegan también un papel fundamental ya que justifican las posiciones de los actores, legitiman sus demandas y sus estrategias de acción y, muy especialmente, construyen una realidad discursiva que integra sus intereses como efectos de verdad. Los discursos construyen y definen a los propios sujetos, sus identidades o subjetividades, en relación a sí mismos y a los otros.

En Brasil, el socioespacio de conflicto de la construcción y gestión de represas está condicionado, entre otros factores estructurales, por la historia colonial del país, los elevados niveles de desigualdad, las políticas desarrollistas diseñadas por los gobiernos, las debilidades del Estado frente a la gran extensión territorial del país o los grandes recursos hídricos de los que dispone. En el socioespacio brasileño, unos actores se presentan socialmente mediante sus discursos como promotores de crecimiento económico y otros se definen como afectados por la construcción de la represas. Otros actores legitiman su participación en este socioespacio a través del discurso científico y por ofrecerse como defensores del medio ambiente o de los desfavorecidos. Unos actores emplean discursos excluyentes. Luchan por mantener su posición privilegiada dentro de ese espacio de conflicto que les permite controlar el proceso de toma de decisiones relacionadas con el diseño, construcción y gestión de las represas a través de discursos dominantes o sancionados (Turton 2002). Con este objetivo definen a los otros como opuestos al crecimiento y al bienestar del país. Por otro lado, otros se emplean para resistir esas fuerzas de exclusión y hacerse visibles, legitimándose como afectados. Pelean por transformar el orden de ese socioespacio de conflicto y poder influir en la toma de decisiones, mediante la producción de discursos de resistencia (Meerganz 2006).

En el socioespacio de conflicto en torno a la construcción y gestión de represas hidroeléctricas en Brasil encontramos como actores principales a empresas constructoras de represas, empresas generadoras, distribuidoras y comercializadoras de energía hidroeléctrica, políticos e instituciones de diferentes ámbitos, población afectada por la construcción, empresas de gran consumo eléctrico, consumidores domésticos, grupos ecologistas, entidades financieras, empresas extranjeras importadoras de productos electrointensivos, etc. El análisis de los discursos emitidos por los diferentes actores dentro del socioespacio de conflicto se convierte en un instrumento idóneo para entender las posiciones, relaciones y actuaciones de los que allí compiten, y sus esfuerzos para conseguir que sus intereses se conviertan en dominantes mediante la producción de discursos de intención hegemónica o discursos dominantes.

Análisis de los discursos sobre cuestiones hídricas

Existen multitud de tradiciones y enfoques para el análisis de los discursos, pero su estudio y exposición detallada excede los objetivos y posibilidades de este artículo. Si tomamos como referencia la organización que Keller (2010) hace de la heterogeneidad de enfoques existentes en materia de análisis de discurso, este artículo se enmarca en la tradición enraizada en la obra de Foucault (1972) y de Laclau y Mouffe (1991). Esta tradición entiende el discurso como resultado de un conjunto de textos que conforman y definen poderosamente

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los mundos y las prácticas sociales, y se orienta hacia una interpretación teórica global de macrodiscursos sociales (Alvesson y Karreman 2000).

Este enfoque es el que mejor se corresponde con las pretensiones de este artículo, pues da más importancia al estudio de los discursos en su contexto social, cultural y político (entendida como lucha de poderes), y no tanto a los aspectos microlingüísticos relacionados con la “lengua en uso” (Keller 2010; Polanyi 2001). En concreto, este trabajo se alinea con el enfoque del Análisis Crítico del Discurso (ACD). Esta perspectiva entiende los discursos como una práctica social y estudia cómo propician, conforman, legitiman, reproducen o desafían las relaciones de poder y dominación en la sociedad (Phillips y Hardy 2002; Van Dijk 2001). El ACD entiende los discursos como medio en el que se manifiestan los problemas sociales, como una práctica social que instrumentaliza las relaciones de poder que se imponen por parte de unos actores, pero que a la vez son resistidas por otros (Fairclough y Wodak 1997; Fairclough 1995). Desde el ACD se investiga cómo las desigualdades sociales son expresadas, constituidas y legitimadas por medio del uso del lenguaje (Wodak 2001) y cómo los discursos construyen y refuerzan las ideologías y sus efectos sobre las subjetividades (Fairclough 1993).

Para el ACD es básico conocer el poder social de grupos e instituciones (Van Dijk 2001). La tradición crítica de Foucault y Gramsci (Fairclough 1995) supone una fuente directa de inspiración, tanto en lo referente a los discursos hegemónicos como a los discursos de resistencia. Los discursos oficiales emitidos por instituciones y grupos de poder pueden considerarse hegemónicos (Gramsci 2010) ya que tratan de que la ciudadanía acepte una única interpretación de la realidad sin acciones visiblemente coercitivas. Estos discursos pretenden un efecto de verdad, una verdad real e incuestionable, que legitima estrategias, diseños políticos y acciones (efectos materiales), aceptadas sin coerción por una mayoría social (Stoddart 2007). Estos discursos que se proponen como hegemónicos también se ven contestados y resistidos por otros discursos procedentes de los movimientos sociales, los discursos de resistencia, que ejemplifican la advertencia de Foucault de que “donde hay poder hay resistencia” (Foucault 1979: 95). Surgen así discursos alternativos que los cuestionan y proponen visiones alternativas del mundo.

En relación al análisis del discurso aplicado de forma específica a cuestiones hídricas se observan tres tradiciones principales. Primero, el post-estructuralismo y la herencia foucaldiana (Saravanan, McDonald y Mollinga 2009; Darier 1999) que analizan los discursos dominantes, tales como los que surgen en torno a la gestión de cuencas hidrológicas o el de la gestión integrada de recursos hídricos que se convierten en instrumentos de normalización, disciplina y dominación (Mollinga 2008; Hajer 2003). Aparece también un segundo enfoque de tradición construccionista que se orienta a analizar la construcción social de determinados conceptos tales como el de la escasez (Swyngedouw 2004) o la sustentabilidad (Allan 2005). Y por último, también se desarrolla un enfoque desde la ecología política con una mayor influencia marxista y del estructuralismo (Bryant 1998). En todo caso, queda clara la importancia otorgada por el mundo académico al estudio de las relaciones de poder que se articulan en torno a la gestión y uso del agua. Encontramos ejemplos de ello en los estudios sobre la gobernabilidad del recurso hídrico enfocados en el discurso de las instituciones globales (Saravanan, McDonald y Mollinga 2009) y regionales (Bakker 2000); sobre los paradigmas políticos que justifican las diferentes formas de gobernabilidad del agua (Allan 2005); o sobre conflictos regionales entre estados (Feitelson 2002). Otros estudios se centran en cómo los discursos refuerzan y reproducen las estructuras de desigualdad (Reyes-Gaskin 2005) o analizan los discursos de las elites mediante el concepto de discurso dominante o “sancionado” (Jägerskog 2003; Turton 2002) muy cercano al de discurso hegemónico de Gramsci (Gramsci 2010). Otros trabajos comparan discursos procedentes de diferentes actores e instituciones sobre un mismo conflicto (Molle 2007).

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Como puede observarse, es elemento común en todos estos trabajos la temática de gestión del poder y el agua como recurso de poder. En el caso la sociedad brasileña, resulta especialmente interesante la atención a la relación entre agua y poder. En Brasil se está produciendo un verdadero combate cultural (Zubero 1996) en términos discursivos, estratégicos y prácticos sobre la producción de energía hidroeléctrica, su definición y su gestión entre grupos a favor de la construcción de nuevas represas para aumentar la producción hidroeléctrica y otros que se posicionan en contra. Esta arena política es el marco del socioespacio de conflicto que centra el presente trabajo, originado en torno a la construcción y gestión de represas hidroeléctricas en Brasil.

Breve descripción del contexto de estudio

La represa hidroeléctrica Engenheiro Sérgio Motta, conocida como Porto Primavera, está situada sobre el río Paraná, cerca del punto donde confluyen los estados de Mato Grosso, Sao Paulo y Paraná. La cuenca del río Paraná, con 3.100.000 km2, es la segunda más grande de América del Sur después de la Amazónica. Presenta un caudal medio de 11.500 m/s que puede llegar a los 60.000 en años extraordinariamente lluviosos. Nace entre los Estados de São Paulo, Minas Gerais y Mato Grosso del Sur (Brasil), de la confluencia del río Grande y el río Paranaíba. Posteriormente confluye con el con el río Paraguay para desembocar en el Río de la Plata que separa Argentina y Uruguay. En la parte alta del río han sido construidas gigantescas represas (como las de Itaipú y Yacyretá) aprovechando su enorme caudal y la gran cantidad de saltos de agua y rápidos existentes (Ulloa 2006). Todo este potencial hidroeléctrico es actualmente aprovechado en su mayor parte por Brasil. Teniendo en cuenta solamente las represas cuyo muro es superior a diez metros de altura, Brasil cuenta en esta cuenca con 130 centrales hidroeléctricas. De éstas, veintiséis tienen un lago superior a cien kilómetros cuadrados, contribuyendo con cerca del 93% de los 14.000 km2 de área inundada. Aproximadamente el 80% de estas centrales fueron construidas después de 1960 (Ulloa 2006:36).

La construcción de la represa de Porto Primavera, iniciada en 1980 bajo la dictadura militar, tenía prevista su finalización en 1988, pero diversos contratiempos retrasaron su apertura hasta el año 2000. Porto Primavera es una represa de superficie por lo que necesita una enorme masa de agua para mover los pesados generadores que producen una media de 900 MW. Su pared formó un lago que cubrió un área de 2.250 Km2. La Compañía Eléctrica de Sao Paulo (CESP), encargada de su construcción y explotación, desarrolló un plan para el desalojo/realojo de población campesina e indígena que vivía en islas del río o en las orillas de la zona que iba a ser inundada. Este proceso no estuvo exento de oposición y contratiempos. El movimiento social que organizó la resistencia a este proyecto fue dirigido por la Pastoral Social de la Iglesia Católica, apoyada por diversas ONGs (Ulloa y Bellini 2010).

El segundo caso de estudio corresponde al proyecto de construcción de una serie de represas sobre el río Tibagi –afluente del Paraná-Panema que a su vez alimenta al Paraná – entre los municipios de Telemaco Borba y Ortigueira. El río Tibagi es el único que no ha sido todavía represado en todo el estado de Paraná. Esta represa ha sido diseñada para abastecer de consumo eléctrico a más de un millón de personas (361MW2) para lo que se inundará una superficie de 84 km2. Impulsado por el Programa de Aceleración Económica del gobierno de Lula, se planea la construcción de ocho represas sobre este río. El proyecto está siendo objeto de fuertes discusiones en este estado. Los grupos contrarios al proyecto señalan que afectará negativamente a un área de rica biodiversidad. Según la ONG Meio Ambiente Equilibrado, también provocará cientos de damnificados por la inundación de tierras

2 Ver http://www.usinamaua.com.br/ (Consulta 15 de octubre de 2012).

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incluyendo poblaciones indígenas. Por el contrario, los promotores del proyecto sostienen la necesidad de aumentar el potencial hidroeléctrico de Brasil a fin de sostener el crecimiento económico que permita erradicar la pobreza y el subdesarrollo.

Método.

Este trabajo pretende analizar, desde un enfoque discursivo, el socioespacio de conflicto que surge en Brasil en torno al diseño, construcción y funcionamiento de represas hidroeléctricas. El estudio se basa en dos casos, la represa conocida como Porto Primavera y el proyecto de la cuenca del río Tibagi, ambos al sur del país, en la cuenca superior del río Paraná.

En cuanto al método del trabajo, el objetivo se afronta desde un análisis de discursos poco habitual. Usualmente el análisis comparativo y crítico de los discursos sobre conflictos hídricos se ha realizado desde el enfoque de los actores, analizando y comparando los discursos de grupos definidos de actores sociales o instituciones (Mollinga 2008; Jägerskog 2003). Sin embargo, este artículo adopta una forma distinta de aproximarse al estudio de los discursos al poner el foco en el análisis de la agrupación de los argumentos que estructuran los discursos, y no tanto en los actores que emiten dichos discursos. Se entiende que las agrupaciones argumentales, formadas por la articulación coherente de argumentos, representan visiones similares del problema y proponen estrategias compartidas de actuación. Por tanto, este artículo tiene como objetivo definir y estudiar la totalidad de argumentos presentes en el socioespacio para identificar las lógicas comunes de pensamiento y acción de sus principales agentes sociales.

Este análisis se realiza sobre información primaria de 50 entrevistas en profundidad, llevadas a cabo entre los años 2009 y 2011. La selección de los entrevistados se realizó mediante un muestreo no probabilístico intencional estratégico, a partir de cinco categorías, cada una de las cuales se refiere a un grupo social relacionado discursiva o materialmente con la construcción de represas. Los cinco grupos sociales han manifestado activamente en la esfera pública su interés por el problema, contando, por lo tanto, con un discurso articulado y consciente en torno al mismo. No se han analizado los discursos de otros grupos sociales (tales como los consumidores domésticos, trabajadores de las empresas productoras o las entidades financieras) que, si bien participan de forma directa o indirecta del tema analizado, no son emisores activos de discurso en el debate público sobre el mismo. Por lo tanto, los grupos considerados para el estudio son: 1) afectados directos por la construcción de las represas, 2) investigadores universitarios, 3) organizaciones no gubernamentales, 4) técnicos del sector público y 5) empresas que construyen las represas y grandes consumidoras finales de energía hidroeléctrica3. Para la selección intragrupal de entrevistados se optó por una estrategia de “bola de nieve”. El número final de entrevistas (50) no estaba, por tanto, determinado de forma apriorística, sino que fue el resultado del proceso de saturación teórica, criterio habitualmente utilizado en los muestreos no probabilísticos.

El guión general de la entrevista comprendía las siguientes dimensiones: argumentos a favor o en contra de la construcción de represas, procesos y causas implicados en su construcción (sociales, económicos, políticos), prácticas desarrolladas en torno a la construcción, e impactos de la misma. Este artículo analiza tan solo la dimensión referida a los argumentos a

3 Durante el análisis del discurso de los representantes políticos aparecieron una amplia diversidad de discursos que correspondian al complejo abanico político brasileño. Su análisis habría requerido un mayor número de entrevistas para recoger esta variedad discursiva, dadas las limitaciones de tiempo y presupuesto del proyecto se decidió que esta tarea se ejecutaría en una segunda fase que permitirá el estudio pomenorizado de esta compleja categoría social.

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favor o en contra de la construcción de represas, ya que ésta constituye el núcleo de las estrategias discursivas al sintetizar en mayor medida su legitimación. El análisis de esta dimensión en las entrevistas es una forma de profundizar en los discursos en torno a las represas y, por ende, en las ideas que condicionan maneras concretas de actuar.

Para el proceso de análisis, las entrevistas fueron codificadas mediante el programa informático Atlas.ti, identificándose todos los argumentos a favor/en contra ofrecidos por los entrevistados. A modo de ejemplo, si el entrevistado afirma que “los costes de la construcción de represas superan los beneficios”, se entiende como argumento en contra de la construcción y así se codifica en el programa informático. En ocasiones, un mismo argumento puede ser empleado de forma positiva por un entrevistado y de forma negativa por otro entrevistado. Por ejemplo, el argumento “experiencia previa de la construcción de otras represas”, es citado por un entrevistado en sentido positivo (las experiencias previas evitan que se comentan los errores del pasado), mientras que otro entrevistado lo utiliza en sentido negativo (las experiencias previas desaconsejan la construcción de represas). En este caso, se codifica como un doble argumento (uno positivo y otro negativo), para que el análisis refleje fielmente el posicionamiento de los entrevistados. A continuación se expone el proceso analítico llevado a cabo en relación a esta dimensión, así como los principales resultados de dicho análisis.

Agrupaciones argumentales sobre la construcción y gestión de represas en la cuenca del Alto Paraná.

El resultado de la codificación de todos los argumentos a favor/en contra expresados por los entrevistados arroja un total de 34 códigos (argumentos) - 21 en contra y 13 a favor -, que se describen en la tabla 1.

Tabla 1. Descripción de los argumentos y sus códigos.

En contra / A favor Código Descripción del argumento

En contra Costes Los costes de la construcción superan a sus beneficios

Ciudad vs. Campo Es preferible la vida en el campo a la ciudad; la construcción de represas implica el realojo de población en ciudades

Cuestionam.mod. La construcción de represas es coherente con un modelo económico que debería cuestionarse

Discurso hegemón. El discurso hegemónico se centra en que es algo imprescindible y necesario para el bienestar de todos, cuando en realidad no es así

Dism.desig. y pobre. Se debe disminuir la desigualdad y la pobreza del país pero no mediante la construcción de represas ni la mercantilización de los recursos naturales

Distrib.desig.costes Los costes de la construcción se distribuyen de forma desigualEnerg.

Renova.alterna.Debería de haber un cambio hacia otras energías alternativas y/o renovables

Energía sucia La energía hidroeléctrica es una energía sucia; no es una alternativa limpia y barata como se le supone

Energ.cara La energía que producen las represas es caraEnergía necesaria Se supone una necesidad energética del país que no es real

Exp. Previa La mala experiencia que tiene el país con la construcción de otras represasIdealización Se ha idealizado esta forma de producción de energía

Ineficacia Las represas existentes son ineficaces y pierden mucha energía en su transporte y distribución

Mercantilizac. La construcción de represas implica una mercantilización de recursos naturales, ya de por sí caros para los grupos sociales más desfavorecidos

Mitig.imp. En el desarrollo de las obras de construcción no se mitigan los impactos

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Neocolonialismo

La potenciación de la energía hidroeléctrica responde a intereses de grandes consumidores, a menudo multinacionales extranjeras. Así, se da un proceso de neocolonialismo, en el cual se exportan las materias primas e importan las materias elaboradas

Racismo ambientalLa construcción de represas contribuye a la “pasividad ambiental” de Brasil. Es decir, los beneficios se repartiría con más países, mientras que las externalidades sólo las asumiría Brasil

Repotenciación En vez de construir nuevas represas, deberían repotenciarse las represas existentes, que son antiguas y obsoletas

Ríos-riqueza Los ríos son riqueza y recursos para toda la población, y la construcción de represas los privatiza y controla

Sentimentalismo La construcción de represas altera y destruye el paisaje y sus componentes, que les aportan valores emocionales o sentimentales

Sostenibilidad Ni la construcción de las represas ni la forma en que obtienen la energía son sostenibles

A favor

Abund. En Brasil existe una abundancia y acceso al recuro hídrico; sería un desperdicio no utilizarlo

Crecim.econom. La construcción de represas favorece el crecimiento económico y desarrollo del país

Discurso hegemón. La construcción de represas es algo imprescindible y necesario para el bienestar de todos

Dism.desig. y pobre. La construcción de represas es una herramienta para disminuir la desigualdad y pobreza del país

E. Limpia La energía hidroeléctrica producida por las represas es una energía limpiaEnerg.

Renova.alterna. La energía hidroeléctrica es una energía renovable y/o alternativa

Energía barata La energía renovable es una energía barataEnergía necesaria La energía que producen la represas es absolutamente necesaria

Exp.previa La experiencia previa permite evitar los errores cometidos en otras construccionesIdealización Las represas no generan ningún impacto negativo

Eficacia La producción de energía hidroeléctrica mediante represas es muy eficaz

Legi. Cono. cientif.La construcción de represas siempre está avalada por estudios científicos que apoya su viabilidad. Cuando se encarga un proyecto de construcción, se realizan innumerables y concienzudos estudios científicos

Mitig.imp. Los impactos producidos por la construcción están previstos y son controlados y mitigados desde el diseño del proyecto

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos resultantes del análisis de contenido.

El programa informático Atlas.ti dispone de una función de cuantificación de citas para cada uno de los códigos definidos en las entrevistas. Esta función permite exportar un archivo de datos cuantitativos con los entrevistados en las filas (casos) y los argumentos en columnas (variables) al programa informático de análisis estadístico SPSS. Los datos de dicho archivo indican la frecuencia media de citas hallada en cada uno de los argumentos y para cada uno de los entrevistados. A partir de la base de datos resultante, se ha realizado un análisis factorial de componentes principales.

Este análisis mostró la presencia de cuatro combinaciones coherentes de argumentos a favor y en contra de la construcción de represas hidroeléctricas (ver tabla 2). De este modo, el análisis factorial ha puesto de manifiesto las conexiones latentes entre argumentos mediante su agrupación en dimensiones. El análisis factorial consigue aportar un mayor grado de sistematicidad al análisis de contenido clásico. Mientras que en este último es el investigador quien identifica las relaciones latentes y manifiestas entre códigos, en nuestro caso estas relaciones son identificadas por el programa de análisis estadístico. Así, las dimensiones reflejadas por el análisis factorial representan agrupaciones argumentales, en el sentido señalado con anterioridad, esto es, combinaciones de argumentos procedentes de la realidad discursiva del socioespacio de conflicto en referencia a la construcción de represas. En otras palabras, lo que consigue este análisis es identificar aquellos argumentos que tienen mayor

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probabilidad de aparecer juntos. En el socioespacio de conflicto aparecen múltiples argumentos, que son escogidos por los actores durante la praxis discursiva. De este modo, actores con discursos distintos pueden estar utilizando argumentos similares. Las agrupaciones argumentales buscan un grado de abstracción mayor al identificar líneas argumentales compartidas entre distintos discursos y descubrir de esta manera las lógicas latentes. Así, el análisis mediante agrupaciones argumentales permite superar clasificaciones apriorísticas según grupos sociales emisores, puesto que el análisis se centra en el contenido del argumento y no en quién lo emite.

Las agrupaciones argumentales muestran una homogeneidad interna en cuanto a la relación directa o inversa (signo + ó – de R, respectivamente) de cada argumento con cada componente (agrupación argumental) (Tabla 2). Esto resulta útil para entender el modo en que, a partir de cada agrupación argumental, se propone una determinada visión de la realidad y se excluyen otras. Así, al establecer la relación positiva o negativa (y su magnitud) de cada dimensión o componente con todos los argumentos, los discursos dejan de ser propios de cada grupo social para pasar a convertirse en agrupaciones argumentales.

Tabla 2. Matriz de componentes rotados. R de cada argumento con cada factor4.

Componente EC: En contra. AF: A favor 1 2 3 4EC. Costes -,552 ,611 ,547 -,149EC. Ciudad vs. Campo -,334 -,264 -,904 -,042EC. Cuestionam.mod. -,201 ,935 ,226 ,187EC. Discurso hegemón. -,295 ,554 ,411 -,661EC. Dism.desig. y pobre. -,204 ,088 ,283 ,933EC. Distrib.desig.costes -,525 ,230 ,765 ,294EC. Energ. Renova.alterna. -,343 ,917 -,202 ,033EC. Energía sucia -,204 ,088 ,283 ,933EC. Energ.cara -,082 ,916 ,058 -,390EC. Energía necesaria -,201 ,935 ,226 ,187EC. Exp. Previa -,376 ,859 -,348 -,026EC. Idealización -,082 ,916 ,058 -,390EC. Ineficacia -,201 ,935 ,226 ,187EC. Mercantilizac. -,325 ,824 -,403 -,229EC. Mitig.imp. -,201 ,935 ,226 ,187EC. Neocolonialismo -,230 ,840 ,272 ,409EC. Racismo ambiental -,150 ,972 ,151 -,101EC. Repotenciación -,222 ,875 ,260 ,343EC. Ríos-riqueza -,401 -,182 ,627 -,643EC. Sentimentalismo -,540 -,211 -,727 -,368EC. Sostenibilidad -,535 ,087 ,790 ,286AF. Abund. ,980 -,180 -,022 -,027AF. Crecim.econom. ,978 -,197 -,019 -,024AF. Discurso hegemón. ,971 -,195 -,025 -,026AF. Dism.desig. y pobre. ,966 -,194 -,030 -,019AF. E. Limpia ,956 -,187 -,026 -,017AF. Energ. Renova.alterna. ,962 -,192 -,028 -,021AF. Energía barata ,964 -,179 -,021 -,028AF. Energía necesaria ,856 -,311 -,412 -,046AF. Exp.previa ,943 -,191 -,016 -,016AF. Idealización ,953 -,189 -,024 -,020AF. Eficacia ,932 -,190 -,015 -,025AF. Legi. Conocientif. ,970 -,183 -,020 -,030AF. Mitig.imp. ,950 -,195 -,029 -,032

4 Parámetros del análisis factorial: KMO 0,76. Test de esfericidad de Barlett con p<,000. % de varianza total explicada: 86%.

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Fuente: Elaboración propia a partir de los datos resultantes del análisis de contenido.

La agrupación argumental que se corresponde con el componente 1 (A1) se caracteriza por la fuerte presencia de argumentos a favor de la construcción de represas hidroeléctricas. Con todos ellos, este componente correlaciona con magnitudes muy elevadas. Por el contrario, A1 correlaciona de forma negativa con los argumentos que se posicionan en contra de la construcción de las represas. Es por esto que podemos afirmar que A1 es la agrupación argumental con una posición más clara y definida de defensa de la construcción de represas. En ella las represas constituyen elementos imprescindibles con los que proveer de energía al necesario crecimiento económico con el que automáticamente se disminuirá la desigualdad y la pobreza en el país. A partir de los argumentos que conforman esta agrupación, se observa que la abundancia de recursos hídricos que tiene el país debe, necesariamente, ser aprovechada para la producción de energía. Además, la apuesta por la energía hidroeléctrica se apoya en que, según los entrevistados, es una energía limpia desde el punto de vista ambiental, eficaz, barata y renovable. Los errores de construcciones pasadas, como el caso de la represa de Porto Primavera, son en la actualidad evitables por la propia experiencia y, además, los posibles impactos negativos pueden suavizarse con estrategias técnicas de mitigación. El conocimiento e investigación científica avala la construcción adecuada de estas infraestructuras. El factor o componente que identifica a esta agrupación argumental correlaciona negativamente con todos los argumentos en contra de las represas. Con especial relevancia, correlaciona negativamente con aquellos argumentos que subrayan la importancia emocional o sentimental del territorio, río o paisaje, inalterado para sus habitantes, y la riqueza que en sí mismo (no como fuente de energía o como potencial de crecimiento económico) supone el río para toda la población.

La segunda agrupación argumental (A2) se caracteriza por la presencia mayoritaria de argumentos en contra de las represas. A diferencia de A1, aquí no se aprecia una polarización tan marcada ya que no correlaciona positivamente con todos los argumentos en contra, aunque sí correlaciona de forma negativa con todos los argumentos a favor. Esta agrupación argumental se posiciona en contra de la idealización de la energía hidroeléctrica porque obvia la distribución desigual de los costes de construcción, puesto que no disminuye la pobreza ni la desigualdad social. Las represas producen, según esta agrupación, una energía que no es limpia ni sostenible en su producción. Tampoco considera sostenible la construcción de estas infraestructuras. Otros argumentos relevantes en esta agrupación afirman que detrás del interés de potenciar la producción de energía se encuentran los intereses de grandes empresas multinacionales. Se trataría, tal y como señalan los entrevistados, de una forma de neocolonialismo empresarial. Estas grandes corporaciones empresariales, cuya producción está fuertemente orientada hacia un mercado internacional de materias primas o de productos poco procesados, requieren de enormes cantidades de energía eléctrica en su proceso de producción. Es el caso paradigmático del laminado de aluminio, una actividad industrial electrointensiva sustentada en las enormes reservas de bauxita de Brasil. Para que la producción sea competitiva en el mercado mundial, el precio de la energía consumida debe de ser bajo, lo que condiciona, entre otros, los costes de construcción y gestión de las represas hidroeléctricas. Esto se traduce en el rechazo a identificar ciertos costes ambientales y sociales que harían aumentar el precio final de la energía y, por ende, del producto final de aluminio. Así, las multinacionales extraen, mercantilizan e internacionalizan los recursos naturales brasileños (agua y bauxita) dejando en Brasil los costes ambientales y sociales. Esta agrupación argumental aboga por la repotenciación de las represas existentes y la mejora de su eficacia, así como mejoras en el transporte y distribución de la energía producida. Se argumenta que los costes de la construcción de nuevas represas superan los beneficios, y que ni siquiera mitigan los impactos que producen. Se demanda un replanteamiento de la matriz energética brasileña, donde la energía es necesaria, pero no habría de obtenerse a

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través de la construcción de nuevas represas. Los argumentos sentimentales y de valor intrínseco de paisaje o río no tienen cabida en esta agrupación.

La tercera agrupación argumental (A3), al igual que la anterior, se caracteriza por la presencia de argumentos que se posicionan fundamentalmente en contra de la construcción de las represas. De igual modo, la dicotomía a favor/en contra aquí no es tan marcada como en A1. Correlaciona de forma negativa con todos los argumentos a favor de la construcción de represas hidroeléctricas, lo que no ocurre con los argumentos en contra. No obstante, podemos señalar cuatro diferencias importantes que permiten conformar y justificar una agrupación argumental diferenciada de A2. En primer lugar, en los argumentos coincidentes las correlaciones son, por lo general, menos fuertes en A3 (EC Cuestionamiento del modelo, EC Discurso hegemónico, EC Energía cara, EC Energía necesaria, EC Idealización, EC Ineficacia, EC Mitigación de impactos, EC Neocolonialismo, EC Racismo ambiental y EC Repotenciación). Esto se debe a que los argumentos en A3 son menos citados por los entrevistados. De ahí que podamos hablar de que A3 es una agrupación argumental menos saturada, o lo que es lo mismo, que los argumentos son compartidos en menor medida por los actores. En segundo lugar, en A2 están más presentes argumentos con un carácter más estructural o ideológico como, por ejemplo, la necesidad de cuestionar el modelo energético y la desmitificación de la energía hidráulica como sostenible, barata, limpia y necesaria. Además, denuncian la apropiación de la energía por parte de empresas extranjeras sin asumir los impactos producidos. En tercer lugar, se observan argumentos que tienen una mayor presencia e importancia en A3. Éstos se articulan en torno al cuestionamiento de la sostenibilidad de esta forma de producir energía porque altera negativamente el ecosistema de los ríos y privatiza su uso. También sobresalen los argumentos que señalan la importancia de los costes de este tipo de energía y de su desigual distribución entre la población. Esta desigual distribución de los costes conectaría con otro de sus argumentos centrales: el cuestionamiento de que el crecimiento económico alimentado por este tipo de energía sea la manera de disminuir la desigualdad y la pobreza de Brasil, debido a que los beneficios tampoco se reparten de forma justa. En cuarto lugar, queda señalar aquellos argumentos que, teniendo una correlación positiva con A2, obtienen una correlación negativa con A3: primero, el argumento que apunta que debería haber un cambio hacia otras energías renovables y/o alternativas; segundo, el argumento en referencia a la mala experiencia que tiene el país con la construcción de represas; y tercero, la visión mercantilista de los recursos naturales que perjudica a los sectores desfavorecidos de la sociedad.

Finalmente, la cuarta agrupación argumental (A4) se caracteriza por mostrar bajas correlaciones con la mayoría de los argumentos, ya sean estos a favor o en contra de la construcción de represas. Al igual que en A2 y A3, aquí tampoco podemos hablar de un posicionamiento tan tajante y dicotómico como en A1. Si bien todos los argumentos a favor de la construcción de represas tienen una correlación negativa, no ocurre lo mismo con los argumentos en contra. Entre estos, destaca su elevada correlación (la mayor de las cuatro agrupaciones argumentales) con el argumento de que el crecimiento económico alimentado por las represas permite reducir la pobreza y desigualdad de Brasil (EC. Discurso hegemónico). También destaca la elevada correlación de A4 con el argumento que cuestiona la energía hidroeléctrica como limpia y barata. Aunque este discurso reconoce como argumento en contra la riqueza que supone para toda la población la conservación de los ríos, no introduce el paisaje y su valor sentimental como parte de esta riqueza.

Hasta aquí hemos comprobado cómo, a partir de las correlaciones latentes entre argumentos proporcionadas por el análisis factorial de componentes principales, obtenemos cuatro agrupaciones de los argumentos a favor/en contra de la construcción de represas. Los datos exportados desde Atlas.ti permiten también conocer la relación de cada grupo de actores con

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cada componente o agrupación argumental. En otras palabras, este análisis permite ver qué agrupación argumental se corresponde mejor con cada grupo de actores entrevistados.

Gráfico 1. Puntuación factorial de los grupos de actores según agrupaciones argumentales.

Fuente: Elaboración propia a partir de los datos resultantes del análisis de contenido.

En el gráfico 1 se muestra la puntuación factorial de cada actor social en cada uno de los factores (agrupaciones argumentales). Cada una de las líneas representa, por tanto, una agrupación argumental. Su acercamiento o alejamiento de cada actor social indica una mayor o menor participación de dicho actor en la agrupación argumental de que se trate. Así, vemos que cuatro de los cinco grupos sociales entrevistados presentan altas puntuaciones en alguno de los factores. Así, las empresas verían mejor representada su manera de pensar y de actuar en la agrupación argumental A1, las ONGs, por su parte, en A2, los investigadores universitarios en A3 y los técnicos del sector público, finalmente, en A4. De cualquier modo, la mayor correspondencia (mayor puntuación) de los actores con determinadas agrupaciones argumentales no significa que la correspondencia sea absoluta. Como se observa en el gráfico 1, las puntuaciones de los grupos entrevistados fluctúan en las distintas agrupaciones argumentales. En este sentido, se observa que las ONGs, si bien se corresponden mejor con A2, también presentan una alta afinidad con A3. Lo mismo ocurre en el sector empresarial con A1 y A3, o el sector público y A3 y A4.

Uno de los aspectos más llamativos de este análisis es que el grupo de afectados por la construcción de represas no presenta una puntuación elevada en ninguna de las cuatro agrupaciones argumentales. Teniendo en cuenta que el análisis factorial se ha realizado sobre la frecuencia media de citas de cada argumento por parte de cada grupo de actores, podemos deducir que este hecho se debe a la baja probabilidad de que las agrupaciones argumentales

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halladas en el análisis contengan argumentos de este grupo. Esto no significa que carezca de discurso. Como actor social posee un discurso que define y defiende sus intereses en el socioespacio de conflicto. Lo que ocurre es que sus argumentos no están presentes en los discursos del resto de grupos.

La observación al detalle de las frecuencias de cita para los argumentos de los afectados, arroja que los más importantes son: “EC Sentimentalismo” y “EC ciudad vs campo”, argumentos que son obviados por el resto de grupos en sus discursos. El argumento “EC Sentimentalismo” hace referencia a su oposición a las represas por la destrucción y/o alteración del paisaje y recursos naturales, elementos que están impregnados de carga sentimental para las comunidades locales. El argumento “EC ciudad vs campo” se refiere al desplazamiento de toda o parte de la comunidad desde las áreas rurales a otras urbanas como consecuencia de la inundación provocada por el levantamiento de la pared de la represa. Se trata, por tanto, de argumentos en contra que manifiestan la fuerte carga simbólica y sentimental del medio ambiente, alterado o destruido por la construcción de las represas. Los sentimientos vinculados a la experiencia cotidiana de la naturaleza y a la amenaza de desaparición de señas identitarias, afloran como argumentos exclusivos de aquellos que saben que sus vidas se verán transformadas por la construcción de la represa. Se trata de argumentos que surgen con más fuerza en el grupo social que vive la intervención en el medio en primera persona; en él recaen directamente las consecuencias más inmediatas de dicha intervención. Ningún otro grupo asume tantos costes en sus comportamientos, cotidianidad y formas de vida como los afectados. Por estos motivos sus argumentos no son compartidos por otros grupos de entrevistados lo que, a su vez, explica que no aparezcan en el análisis factorial.

Discusión

Se observa, por tanto, que en el socioespacio de conflicto generado en torno a la construcción y gestión de represas hidroeléctricas brasileñas se distinguen diferentes agrupaciones argumentales que articulan construcciones diversas del problema. Estas agrupaciones de argumentos se emplean para legitimar la posición de los diferentes actores en el socioespacio y sus intereses de grupo. Todas las agrupaciones argumentales analizadas pretenden transformar su discurso en efectos de verdad, pero sólo aquellas ligadas a las élites económicas han sido por ahora capaces de materializarse.

En el caso de la A1, esta agrupación propone una realidad basada en la idea de que para eliminar la pobreza en Brasil es necesario crecer económicamente y para ello hay que aumentar la producción de energía hidroeléctrica. Esta agrupación argumental se caracteriza, primero, porque conlleva una construcción reduccionista de la realidad y, segundo, porque ha conseguido convertirse en hegemónica. Ello se manifiesta en que la estrategia económica del gobierno brasileño se ha basado en los mismos argumentos que la A1. Los discursos sobre la energía hidroeléctrica dominantes conllevan y legitiman unas prácticas que conducen a la producción de unas materialidades, como son la construcción de represas hidroeléctricas, de una desigual distribución social de los impactos y de una gestión del agua que refleja una reducción y simplificación de su valor como recurso mercantilizable.

El discurso dominante ha sido empleado para justificar la construcción de nuevas represas hidroeléctricas durante la etapa más reciente de la historia del sector hidroeléctrico brasileño. De acuerdo con el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), promovido por el gobierno del presidente Lula, para mantener el crecimiento del PIB en un 3,5% anual hacía falta un aumento en la producción de energía del 4,5% al año. Según estas previsiones, es necesario

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elevar la producción de energía eléctrica después del año 2010 en 27.420 megawatios. Aparte de las megarepresas a construir en la cuenca del Amazonas (Antentas 2008), también en el sur del país se ha planteado un importante esfuerzo hidroeléctrico. En los estados de Sao Paulo y Paraná, el PAC ha planeado la construcción de cinco nuevas represas hidroeléctricas: Tijuco-Alto en Sao Paulo y Salto Grande, Telémaco Borba, Mauá y Baixo Iguazú en Paraná.

Esta agrupación argumental legitima y justifica la construcción de represas hidroeléctricas a partir de la dicotomía represas o pobreza, esquivando una valoración integral que incluya examinar los costes sociales y ambientales que producen y, muy especialmente, cómo se distribuyen estos impactos socialmente. Esta reducción de una compleja realidad a una dicotomía de pares opuestos es propia de los discursos hegemónicos que emergen sobre cuestiones ambientales. Esta propuesta reduccionista está orientada a que la ciudadanía tenga que optar entre la inmediatez de la pobreza o el futuro siempre distante e incierto de la sostenibilidad.

Como se ha comprobado a través del análisis realizado, ante la fuerza de estos argumentos aparecen otros de naturaleza contra-hegemónica que intentan de-construir la polaridad represas o pobreza e introducir otras variables presentes en el campo social que se genera en torno a la producción y distribución de energía hidroeléctrica. Se caracterizan por una mayor pluralidad y complejidad que el discurso hegemónico y se nutren de diferentes tradiciones y visiones de la realidad. Incluyen una diversidad de argumentos procedentes del ecologismo, del indigenismo, de la izquierda política, del feminismo, de la crítica posmoderna al desarrollismo, etc. Introducen nuevas variables en la valoración de los problemas ambientales. Proponen superar el enfoque exclusivamente economicista para introducir la discusión política de la desigual distribución social de impactos en este socioespecio de conflicto. Defienden que la realidad no quede reducida a un asunto económico de coste-beneficio sino que se perciba como un fenómeno social y político. Así pretenden incorporar al debate discursivo la desigual distribución social de los impactos, las diferencias Norte-Sur y enmarcan sus discusiones en las teorías de la neodependencia centro-periferia. Asimismo, proponen alternativas tecnológicas de menor impacto económico y ambiental para reducir los efectos negativos de la construcción de nuevas represas. En este sentido, pugnan por visibilizar los impactos ambientales, sociales y culturales y plantean su inclusión en las evaluaciones de impacto con el mismo rango que los efectos económicos. Estos discursos han tenido un cierto refrendo social. Así, el partido verde presidido por Mariana Silva, antigua ministra de medio ambiente de Lula y que abandonó el cargo por desacuerdos profundos con su política desarrollista, consiguió en las pasadas elecciones nacionales de 2011 un 19,3% de los votos.

Estos argumentos son compartidos por las configuraciones A2, A3, A4 y también aparecen en los argumentos esgrimidos por los discursos de los desalojados por las represas. No obstante, aparecen diferencias que se revelan como importantes y que merecen una discusión.

Así, se puede afirmar que las agrupaciones A2, A3 y A4, aunque posicionándose en contra de la construcción de las represas y de su gestión, muestran sus argumentos a partir de la misma lógica que la A1. Mantienen una lógica material, economicista y estructural que comparten con la A1 y los distancia de los afectados. Es una lógica material porque priman los impactos ambientales sobre los socioculturales. Discuten sobre la eficiencia económica de la construcción de nuevas represas hidroeléctricas comparándola con el menor coste que ocasionaría su repotenciación. Y se refieren a relaciones estructurales centro-periferia y a procesos de neocolonización. Por tanto, no introducen en la discusión otros elementos, valores y emociones que cuestionen el reduccionismo tecno-económico y la visión en ocasiones deshumanizante de los estructuralismos. Articulan su discurso, por lo tanto, en la misma lógica que la agrupación A1, en la discusión tecnológica y economicista. Aceptan jugar con sus mismas reglas: la lógica del mercado. Admiten, por tanto, que la realidad social del

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socioespacio de conflicto se rija por la lógica reduccionista del coste-beneficio, eludiendo aquellos elementos que no sean medibles o comercializables.

Conclusiones

Este artículo ha permitido comprender en términos discursivos el socioespacio de conflicto que se genera en torno a la construcción de represas en Brasil. El análisis de contenido y su posterior análisis factorial han permitido un análisis sistemático y profundo desde el enfoque de los argumentos. A través de las agrupaciones argumentales ha sido posible alcanzar un mayor nivel de abstracción que supera las limitaciones de análisis individualizados o centrados en el actor. Permiten identificar el modo en que se comparten o se excluyen los elementos argumentales en el socioespacio de conflicto. Así, se puede entender mejor los procesos y causas por los que el discurso de los afectados es excluido del debate público.

Para el colectivo de afectados, el proceso de desalojo-realojo, las pérdidas materiales, culturales, ambientales y personales ocasionan una conmoción de la que resulta difícil reponerse. Al mismo tiempo, esta realidad es la fuente de su discurso que, como se ha comprobado, permanece muy alejado del resto de discursos. Estas poblaciones, que son las principales damnificadas por la inundación que provocan las represas, no reciben las medidas compensatorias prometidas y sufren, desde el comienzo del proceso de realojo, la incertidumbre y el desamparo tanto por parte de las empresas concesionarias como de las instituciones estatales. Esta exclusión es posible debido a que, como ha demostrado el análisis de los discursos, estos colectivos y sus discursos han sido previamente apartados e invisibilizados del debate público y marginados de los procesos de toma de decisiones sobre la producción de energía hidroeléctrica.

El hecho de que en las agrupaciones argumentales no aparezcan los argumentos de los afectados pone de manifiesto que los procesos de planificación y gestión se sustentan en una visión parcial del problema. Por ello, resulta necesaria la apertura de dichos procesos a nuevos actores que ofrezcan planteamientos distintos a los defendidos por técnicos y expertos. El gobierno de Dilma Roussef sigue apostando por un modelo neodesarrollista de construcción de grandes represas hidroeléctricas con el objeto de financiar parte de sus programas sociales. El principal reto debería ser la conciliación de estas necesidades de financiación con una gestión justa de los efectos negativos que la construcción de represas tiene sobre el medio ambiente y las comunidades locales.

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