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Primero les dejas demostrar su sorpresa para abandonarse en la pena. A veces apartan la mirada pero, al final, siempre terminan contemplándote y sabes que no pueden apartar los ojos de tu deformado cuerpo. Les dejas. Se sienten confiados porque no hallan nada peligroso en tu aspecto, tan sólo eres repulsivo. No representas un amenaza porque tu físico refleja las que deben ser tus múltiples debilidades. Te recorren con la mirada y se preguntan cómo demonios puedes tolerarte a ti mismo. Suspiran aliviados porque se saben convencionales, no anormales. Y todos sabemos que la normalidad es la principal causa mundial de felicidad. Únicamente la gente corriente con trabajos rutinarios, casas similares, sueños ordinarios y defectos comunes puede alcanzar la dicha. La seguridad que les proporciona su vulgaridad los fragiliza. Entonces, cuando son más débiles, atacas. Dejas que la fuerza de tu mente arrastre su voluntad. Ordenas que sus sentidos se sometan a tu autoridad y suprimes sus emociones. Ellos, que se creían tan perfectos, ahora son sólo los peones de una partida que tú controlas. ¿No ves la admiración en sus ojos? Ya no te encuentran deformado y grotesco. Les has ayudado a deshacerse de las ataduras de sus prejuicios. Convertidos, ahora son capaces de percibir la verdad que reside en ti y que tu desfigurado cuerpo encerraba. Te veneran porque eres el mentalista más potente del Universo.

Mulerias

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Relato sobre el universo de Isaac Asimov

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Page 1: Mulerias

Primero les dejas demostrar su sorpresa para abandonarse en la pena. A veces apartan la

mirada pero, al final, siempre terminan contemplándote y sabes que no pueden apartar los

ojos de tu deformado cuerpo.

Les dejas.

Se sienten confiados porque no hallan nada peligroso en tu aspecto, tan sólo eres repulsivo.

No representas un amenaza porque tu físico refleja las que deben ser tus múltiples

debilidades.

Te recorren con la mirada y se preguntan cómo demonios puedes tolerarte a ti mismo.

Suspiran aliviados porque se saben convencionales, no anormales.

Y todos sabemos que la normalidad es la principal causa mundial de felicidad. Únicamente la

gente corriente con trabajos rutinarios, casas similares, sueños ordinarios y defectos comunes

puede alcanzar la dicha. La seguridad que les proporciona su vulgaridad los fragiliza.

Entonces, cuando son más débiles, atacas.

Dejas que la fuerza de tu mente arrastre su voluntad. Ordenas que sus sentidos se sometan a tu

autoridad y suprimes sus emociones. Ellos, que se creían tan perfectos, ahora son sólo los

peones de una partida que tú controlas.

¿No ves la admiración en sus ojos? Ya no te encuentran deformado y grotesco. Les has

ayudado a deshacerse de las ataduras de sus prejuicios. Convertidos, ahora son capaces de

percibir la verdad que reside en ti y que tu desfigurado cuerpo encerraba. Te veneran porque

eres el mentalista más potente del Universo.

Entonces se dan cuenta de que sus vidas carecían de sentido hasta que el Bufón de la Corte

del Mulo les hizo darse cuenta de la insignificancia de su vulgaridad.

En realidad, seamos justos, sólo los has liberado.