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CARMEN R. BARRIONUEVO Una antología poética necesaria 8 PILAR ADÓN Novelista, ensayista y traductora, Pi- lar Adón comenzó inventando viajes y presenta un libro de relatos sobre personas que buscan la felicidad. 3 AXIOMA TEATRO El viernes llega al Liceo El compro - m i s o , cuyo ‘Premio Revelación’ en los últimos Max constata la calidad de esta compañía de títeres. ❯❯ culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2005 La catedrática ha seleccionado y puesto en valor una amplia muestra de la poesía salmantina de los últimos 250 años en el libro Poesía en Salamanca. N° 57 Suplemento de artes y letras 4 La antóloga, en la presentación del libro / Alberto Prieto

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4 La catedrática ha seleccionado y puesto en valor una amplia muestra de la poesía salmantina de los últimos 250 años en el libro Poesía en Salamanca. N° 57 Suplemento de 3 AXIOMA TEATRO 8 PILAR ADÓN El viernes llega al Liceo El compro - m i s o, cuyo ‘Premio Revelación’ en los últimos Max constata la calidad de esta compañía de títeres. TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2005 La antóloga, en la presentación del libro / Alberto Prieto

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CARMENR. BARRIONUEVOUna antología poética nece s a r i a

8 PILAR ADÓN

N ov e l i s t a , e n s ayista y traductora, P i-lar Adón comenzó inventando viajesy presenta un libro de relatos sobrepersonas que buscan la felicidad.

3 AXIOMA TEATRO

El viernes llega al Liceo El compro -m i s o, cuyo ‘Premio Revelación’ enlos últimos Max constata la calidadde esta compañía de títeres.

❯❯c u l t u r a sTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2005

La catedrática ha seleccionado y puestoen valor una amplia muestra de la poesíasalmantina de los últimos 250 años en ellibro Poesía en Salamanca.

N° 57Suplemento de

artes y letra s

4

La antóloga, en la presentación del libro / Alberto Prieto

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los libros institucionales suelen tener una ca-r re ra corta, especialmente por su falta de dis-

tribución. Y cuando se hacen por alguna ce l e-b ración señalada, ese carácter más o menose f í m e ro se acentúa. Cumplen su misión y se ol-vidan. Carmen Ruiz Barrionuevo, cat e d r á t i c ade Literat u ra Hispanoamericana de la Un i ve r-s i d ad de Salamanca, recibió el encargo de re a-lizar una antología de la poesía salmantina des-de los tiempos de la co n s t r u cción de la PlazaM ayor a nuestros días. Y ha salido triunfa n t e

del re t o, pues su libro, titulado sencillamentePoesía en Salamanca, no cae en el tono prov i n-ciano y se co nvierte en un documento a tenermuy en cuenta sobre la ac t i v i d ad poética de lac i u d ad. Desde To r res Vi l l a r roel, que vio en susúltimos días el nacimiento de la Plaza, hastaAníbal Núñez, la antología saca del olvido a al-gunos autores y puede ve rs e, además, como unapequeña historia literaria de nuestra ciudad .En este número nos ace rcamos también a lacompañía Axioma Te at ro, cuyo espectáculo de

t í t e res podremos ver el sábado en el Lice o. Vi e-nen de ganar el Max al espectáculo reve l ación yeste re conocimiento no hace sino hacer ev i-dente su co m p romiso con el teat ro visto co m ouna re s p o n s a b i l i d ad cívica. Nos visita PilarAdón con su último libro, un conjunto de re l at o scon el viaje y la búsqueda de la fe l i c i d ad como hi-lo co n d u c t o r, y reseñamos libros de Alonso Cue-to –último Premio Herra l d e–, Giorgio Aga m-ben, Manuel Vi cent y la ve rd ad e ra historia de‘la gran eva s i ó n’ .

1 NI VENCE, NI CONVENCELa fra s e, esta vez, se re f i e re a Ju l i á nL a n z a r o t e, el actual alcalde deSalamanca. Tras perder un juicio más– a h o ra el que declara impro cedente eldespido de quince tra b aj ad o res de lasf u n d aciones culturales– ha declarado quees la «mejor decisión» que ha tomad od u rante todos estos largos años que llevagobernando el co n s i s t o r i o. Cuál habrásido la peor. Si echar a la calle a todo unequipo al que acababa de co n t ratar yfelicitar por su excelente tra b ajo en el2002, provocar un vacío en la ge s t i ó nc u l t u ral que tardó meses en re s o l ve rs e,dilapidar el prestigio del recién cre ad oce n t ro de arte, anular ac t u aciones yap ro g ra m adas o co n t rat adas... si eso es lomejor que ha hecho, es qued e f i n i t i vamente no entendemos depolítica. La oposición le pide que pague desu bolsillo los cuantiosos gastos derivad o sde esa decisión tan suya y tan de su estilo,p e ro él re acciona demonizando –co m os i e m p re– a los que acaban de ga n a rle enel Tribunal Supre m o. Él todo lo hace porel bien de los salmantinos, aunque lostribunales –la Ley– y el sentido común lequiten sistemáticamente la razón. Suenaa ñ e j o, ¿ve rd ad?

2 QUIEN TIENE UN TEBEO TIENEUN TESOROEso han debido pensar los autores delmejor ‘blog’ descubierto en los últimostiempos. Se llama ‘ L ady Fi l s t r u p’( l ad y f i l s t r u p.b l o gs p o t .com), está editad opor Los Burgo m ae s t res y se dedica aanalizar minuciosamente distintosaspectos, pers o n ajes y autores de lostebeos de Bruguera, la que podríad e f i n i rse como la edad de oro de lahistorieta en España. Existió esem o m e n t o, en el que los tebeos seco m p raban religiosamente cada semana yl u e go se cambiaban en los mismosk i o s kos; en el que los pers o n aj e sp ro t agonizaban sagas que dura b a neternamente sin apenas va r i aciones y enel que había unos dibujantes a los que–por cómo se re t rataban ellos mismos–i m aginábamos at ados a la mesa con unade esas bolas de pre s i d i a r i o. Bruguera fueuna factoría, una máquina de pro d u cc i ó nque tuvo bajo su techo a artistas con uninmenso talento. Y, de alguna manera, fueun re t rato fiel de la España de los añoscincuenta, sesenta y setenta: la pobreza eincluso el hambre, el pluriempleo, la

j e ra rquía social, la emigración interna, lam o ro s i d ad... una España gris que pasabac a m u f l ada entre ingenuas y re p e t i t i va shistorietas dedicadas a los niños. ‘Lad yFi l s t r u p’ acaba de co m e n z a r, pero suritmo de ac t u a l i z ación es muy alto.O f re cen viñetas escaneadas a un tamañoideal para ver con detalle y estimulantesanálisis sobre autores, como ese ficticioe n f rentamiento entre dos de los genios dela factoría, el bohemio V á z q u e z y elt ra b aj ador I b á ñ e z, hoy todavía en ac t i vo.Im p rescindible para amantes del género.

3 ADIÓS A ‘LAT E R A L’‘ L at e ral’, una de la mejores rev i s t a sl i t e rarias y culturales, echa el cierre all l e gar a su número 133. «Por la pre s e n t e,damos cumplimiento al destino último detoda revista cultural independiente que sep re c i e, quién sabe si a la más elevada desus funciones: desapare ce r. Y lo hace m o scomo Dios manda, es decir, porque noqueda otra, aplastados co n t ra la pared yalojando en el costillar dos ce n t í m e t ros dee s p ada, con la cabeza bien alta y sin elmás leve signo de co n s e n t i m i e n t o » ,escriben como despedida. El últimon ú m e ro se puede leer en l at e ra l -e d .e s.

4 TAVERNIER Y LA DECA D E N C I ADEL JA ZZEl martes, en el Lice o, dentro del ciclo‘Cine y Jazz’ se proyecta R o u n dM i d n i g h t, el homenaje de B e r t ra n dTave r n i e r a toda una época del be bop.Un D exter Gordon en decad e n c i am a l v i ve tocando en los tugurios de Pa r í sen una carre ra hacia su autodestrucc i ó n ,m i e n t ras un devoto François Cluzetintenta salva rle de sí mismo. Exce l e n t emúsica en una película crepuscular yco n m ove d o ra que no ha sobrev i v i d od e m a s i ado mal al paso del tiempo.

5 LA HORA CHANA N T E . . .C H A NA N T EMejor ve rlo que definirl o. Es simplementeun pro g rama de humor basado en‘s ketches’, de los que ha habido tantos.Aquí, la gracia está en la nat u ra l i d ad delos ac t o res y de las situaciones, de unpunto de vista muy original, de unl e n g u aje que ya es casi un dialecto, de unaestética telev i s i va que ya es en sí unap a rodia... Lo ponen en Lo c a l i a a diario alas once de la noche, y en Yo u t u b e .c o m,ese luga r, hay un buen arc h i vo.

❯❯c u l t u r a s2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006

Antonio [email protected]

Arriba, Vázquez diseñó la base delo que sería Rúe 13 del Percebe,de Ibáñez. Domingón y Anacleto.

La rivalidad entre Vázquez e Ibáñez fue una especie de leyenda urbana que no tenía un reflejo enla realidad, aunque ambos autores se encargaban de alimentarla dentro de sus propiashistorietas. En la imagen superior, Vázquez, que se convertía frecuentemente en personaje, fumaun cigarro con sorpresa envenenada. Todo está en ‘Lady Filstrup’, donde rescatan el papel deltabaco en las historietas de Bruguera.

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Un múltiple compromiso teatral

s e abre el telón. El patio de bu-t acas se sumerge en su oscu-r i d ad habitual y sobre la es-

cena se enciende un fo co aquí, otroallá… Es la co nvención habitual deque la re p re s e n t ación va a co m e n-z a r. Po co a poco descubrimos a losp e rs o n ajes en los cuerpos y las vo-ces de los ac t o res que los interpre-tan. Nuestra mirada, cual una cá-m a ra inquieta, re co r re el espac i oe s c é n i co, los vestuarios, la esce n o-g rafía, los objetos… El oído y el re s-to de los sentidos se ac t i van tam-bién. Seguimos una trama arg u-mental, pasiones y conflictos quese exponen y se re s u e l ven tras va-rias peripecias. Bajan las luces, cie-r ra el telón, aplausos, fin de la re-p re s e n t ación… Éste es el esquemamás común (obviamente no el úni-co) de una función teat ral occ i-dental.

Lo que el espectador ve en es-cena es como la cima de una mon-taña, el re s u l t ado co n c reto de unabúsqueda. ¿Pe ro cómo se llega a lac resta del ce r ro? ¿Después del te-lón y los aplausos, nos detenemos apensar todo el tra b ajo que hay de-t r á s? ¿Cuántas horas se nece s i t a-ron para llegar a ese pico del mon-t e, que es el momento de la re p re-s e n t ac i ó n? ¿Y cuántas horas luego,t ras la cuesta?

Las vías de la cre ación teat ra lson tan va r i adas como quienes lasre co r ren, y en este caso podría va-ler esa máxima popular que ase-ve ra que «todos los caminos co n-d u cen a Roma». A pesar de esta di-ve rs i d ad –que es una de las rique-zas y co m p l e j i d ades de este arte– ,b ajo cada ruta posible hay un tiem-po –más o menos largo–, de re f l e-xión, de co n s t r u cción, de pruebas,de tropiezos, de ensayos. Detrás dec ada tex t o, de cada movimiento enla partitura vocal y gestual de unac t o r, de un cambio de intensidaden la iluminación o el sonido, de unve s t u a r i o, de un objeto, de un si-lencio o un suspiro, detrás de cad asegundo en escena, hay horas, ho-ras y aún más horas de inve s t i ga-ción, de tra b aj o.

La vida en las sociedades mo-dernas y desarro l l adas del PrimerM u n d o, sigue su curso ve r t i g i n o s ocomo el ace l e rado cuerpo de unt o r n ad o. Nos habituamos a ir co nprisa, a exigir prontitud en servi-cios, a perseguir fórmulas que ins-

La compañía A x i o m aTeatro presenta elpróximo fin de semanaen el Liceo su premiadoespectáculo E lc o m p r o m i s o, e lresultado de diez añosde trabajo y de unamanera de sentir el art et e a t r a l .

tantáneamente nos deparen los re-s u l t ados deseados, a pre t e n d e rconseguir efectos inmediatos, y eneste trepidante ritmo nos aco m p a-ñan cómplices la telefonía móvil,Internet –con ADS L–, los co c h e ss u p e rs ó n i cos, la tecnología digital,e t c é t e ra. Por eso a ve ces nos puedes o r p render que los pro cesos cre a-t i vos tengan un ritmo propio queno tiende a ser el co t i d i a n o, y queal co n t ra r i o, éste apunte hacia di-re cciones opuestas, a dinámicasmás pausadas, donde la espera, las i s t e m at i z ación, la escucha y la re-petición son esenciales.

La próxima semana, los días 20y 21 de enero, a las 21 horas, en elTe at ro Lice o, podremos ver lacompañía andaluza Axioma Te a-t ro, con El compromiso, dra m a-t u rgia y puesta en escena de Ca r-los Góngo ra. Llama la atención es-ta obra por varias razones: ava l a nsu calidad numerosos pre m i o s–e n t re ellos un Max 2005 como es-pectáculo reve l ación–, se trata deun espectáculo de títeres paraadultos –es aún ra ro en Españaque se produzcan cre aciones titi-r i t e ras para un público no infa n t i l ,y todavía más ex t raño es que lasp ro g ramen en escenarios impor-tantes–, la maquinaria escénica–veintidós esce n o g rafías dife re n-tes– y los cuat rocientos títeres re-velan una gran pre o c u p ación porel diseño teat ral y todo lo re l ac i o-n ado con el aspecto visual, y mu-chísimo at rae, además, que tra slos setenta minutos que dura la re-p re s e n t ación haya diez años det ra b aj o. Este hecho sorprende tan-to pues supera en demasía el

‘tiempo estándar’ de un pro ce s ode cre ación teat ral. La mayoría delas compañías occidentales (pormuy dive rsas razones) suelen pro-ducir un espectáculo entre tre smeses y un año.

Diez años. Diez años puedenser toda una vida o tan sólo el co-menzar de ésta. Pa ra Axioma Te a-t ro ha sido el tiempo de inve s t i gar yponer en funcionamiento una ma-quinaria teat ral compleja, que re s-ponde a la elección dra m at ú rg i c adel dire c t o r. Este decidió va l e rs ede técnicas propias del lenguaje ci-n e m at o g r á f i co, como planos ge n e-rales, planos americanos, prime-ros planos, trave l l i n gs o picad o s ,p a ra poner en escena una historiaque tiene lugar en un pueblo a 15Km. de Almería, en tiempos de

p o s g u e r ra. En el dossier de E lC o m p r o m i s o puede leerse que elespectáculo es «una crónica dea m o r, de pasiones, de aliento deunos niños at e r ro r i z ados ante unf u t u ro incierto (…) Frente a unaEspaña de posguerra, de tiemposdifíciles, de cartillas de rac i o n a-m i e n t o, de hambre y de miseria,sin demagogia ni tópicos, al mar-gen de ve n ce d o res ni vencidos, ‘to-dos somos derro t ados’, y lo singu-lar de la historia es el encuentro, lariqueza de los sentimientos, elco m p romiso de amor de dos ad o-l e s ce n t e s » .

La artesanía teat ral alcanzaaquí un nivel inusual por la canti-d ad de títeres, objetos y sets esce-n o g r á f i cos en juego, mas tambiénpor el rigor histórico y estético co nque fueron construidos en un esti-lo nat u ralista. Ca rlos Góngo ra di-ce que su arte «es alérg i co a la re-p ro d u cción industrial, tejido a ma-n o, edificado con cuerpos vivos, se-mejante al sueño…». Además deser una joya artesanal, este espec-táculo tiene el at rac t i vo de co n t a rcon la voz en off de la ve t e rana ac-triz María Galiana –muy popularpor el pers o n aje de Doña Hermi-nia, en la serie C u é n t a m e, de Te l e-visión Española–.

El co m p romiso de Axioma Te-at ro es múltiple. Muchos años det ra b ajo y sobre todo la calidad de-m o s t rada respaldan a esta co m p a-ñía andaluza que acomete el artet e at ral como una re s p o n s a b i l i d adcívica, como un vehículo susce p t i-ble a tra n s formar conciencias.

Yanisbel Victoria Mart í n e z ❮

❯❯Muchos años detrabajo y sobre todo lacalidad demostradarespaldan a estacompañía andaluzaque acomete el art eteatral como unaresponsabilidad cívica

3T E AT RO c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006

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❯❯c u l t u r a s4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006

Poesía en Salamanca: una antoloLa catedrática deL i t e r a t u r aH i s p a n o a m e r i c a n a ,C a rmen RuizB a rr i o n u evo , h aa n t o l o gado la poesíasalmantina de losúltimos 250 años,una obra rigurosaque rescata nuestramemoria literaria.

d e vez en cuando, los fastosinstitucionales, las fe c h a ss e ñ a l adas y las efe m é r i d e s

s i g n i f i c at i vas se co nvierten enediciones co n m e m o rat i vas, her-mosos libros que, después de serp re s e n t ados en actos oficiales,languidecen en las alacenas olvi-d adas. Volúmenes amontonad o sque sirven de excusa a la va n i d adpública, pátina cultural de las ins-tituciones que, en ocasiones, es laexcusa perfecta para pro m ove r

un trabajo excepcional y necesa-r i o. El encargo institucional,apresurado, siempre urgente, seco nvierte en hallazgo insospe-chado, tal es el caso de la antolo-gía poética que, con motivo del250 anive rsario de la Plaza Ma-yor, selecciona e introduce la Ca-tedrática de Literat u ra Hispano-americana Carmen Ruiz Barrio-nuevo.

Este libro azul titulado senci-llamente Poesía en Salamanca, esa l go más que una selección depoemas introducidos por una es-tudiosa de reconocido rigor y se-r i e d ad. La excusa institucional sep restaba al provincialismo y almero recuerdo de la Plaza en laslíneas de poetas salmantinos quehan recorrido con sus tertulias yvidas este espacio concebido co-mo un símbolo de la ciudad letra-da, de la Salamanca por la quec i rc u l a ron los pers o n ajes litera-rios de un pasado esplendoro s o.Sin embargo, Carmen Ruiz Ba-r r i o n u evo, partiendo de la plazasimbólica, ha construido una his-toria poética de Salamanca evo-

c ad o ra, nostálgica y sobre todo,n e cesaria. Una historia que in-cluye a aquellos autores que, sinser salmantinos (lo que hubieraco nvertido el libro en una merare c re ación provincialista) vivie-ron, escribieron y re co r r i e ron sussoportales. Au t o res a los que lamuerte ha desterrado al olvidodel que la autora ha re s c at ad oviejas ediciones, biografías ocul-tas o legajos perdidos en las bi-bliotecas de la memoria para si-tuarlos en el reconocimiento queles corresponde.

Salamanca tiene una historiaíntima, hermosa, poética que seco r responde con la inmensidadde sus monumentos, moles in-mensas como un Meléndez Va l-dés, un Miguel de Unamuno, unaCarmen Martín Gaite o un Aní-bal Núñez. Y posee también deli-ciosos espacios re coletos, deta-lles bord ados en una piedra dúctilcomo las tertulias prov i n c i a n a sdonde se recibía al recién llegad oy su adoptaban sus nuevas ideas.Nombres tan poco conocidos co-mo Fray Diego Tad e o, como Jo s é

Somoza, nombres que son fa m i-liares para el salmantino de todala vida como Soto del Carmen oRemigio ‘Ad a res’, se re c u p e ra npara construir esta historia poé-tica que despierta en el lector losecos de su propia historia de pa-s e a n t e. Salamanca es una ciudadl i t e raria, inspirad o ra de poetas,regazo de tertulias, escuelas, re-vistas y movimientos, recorrerlaen esas sus calles olvidadas, tra-zar rutas nuevas por lo ya sabidoes el objetivo de esta antologíapoética que supone para el lectoruna visión ce rcana de esta Sala-manca que todos hemos intuido,v i v i d o, gustado y que no re co rd a-mos lo suficiente. Nuestra me-moria personal se vuelve historial i t e raria formalmente definidapor una prestigiosa estudiosa quenos re c u e rda nombres, espac i o s ,l u ga res, anécdotas y poemas quep e r t e n e cen a nuestro ace r vo ín-t i m o, encumbrados y re co n o c i d o sen su re corrido fiel por los labe-rintos de la evocación.

El eco sat í r i co de To r res Vi-l l a r roel repiquetea en la Plaza

❯❯Autores a los que lamuerte ha desterradoal olvido del que laautora ha rescatadoviejas ediciones,biografías ocultas olegajos perdidos enlas bibliotecas de lamemoria parasituarlos en elreconocimiento queles corresponde

❯❯La excusa institucional se prestaba al provincialismo y al merorecuerdo de la Plaza en las líneas de poetas salamantinos. Sinembargo, Carmen Ruiz Barrionuevo, partiendo de la plaza simbólica,ha construido una historia poética evocadora, nostálgica y necesaria

Arriba, la estatua de Unamuno realizada por Pablo Serrano. A la izquierda,Remigio González ‘Adares’ fotografiado por Jesús Formigo; portada del

volumen de poesía de la obra completa de Aníbal Núñez y grabado de TorresVillarroel para su obra El gran Piscator de Salamanca.

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con su ingenio rápido y su pro s ajuguetona. Pe rs o n aje nove l e s co,asiste a la co n s t r u cción de la Pla-za y a la fo r m ación de uno de losgrupos más determinantes de lal i t e rat u ra española del XVIII, laEscuela Salmantina, autore sn e o c l á s i cos que iniciaron la eu-ro p e i z ación de la poesía y a losque tantas páginas dedicara Cé-sar Real de la Riva. De 1765 a1775, Fo r n e r, Iglesias de la Ca s a ,F ray Tadeo se reúnen a orillasdel Tormes, reciben a un entu-siasta José Cadalso y disfrutandel magisterio suave de un Me-léndez Valdés con el que fo r m a nesta Arc adia Salamantina, esteParnaso hecho de amistades ana-c reónticas, ve rsos y sobre n o m-b res pastoriles evo c ados por LuisCortés a los que Jovellanos, Jov i-n o, desde Madrid, les re p ro c h a-ba, envidioso quizás, sus tertuliasdeliciosas, sus leves poemas amo-rosos, instándoles a dedicar sutiempo a menesteres más útilesp a ra la España ilustrada. La fra n-ce s ada que destruyó la ciudadacabó con el espíritu fe s t i vo de

una poesía que nos rozó en fo r m ade escenario mac a b ro en El estu -diante de Salamanca, de Espro n-ceda. Hasta la llegada de Miguelde Un a m u n o, la ac t i v i d ad litera-ria languideció para despertarb ajo la égida de una figura co n-vetida en monumento.

En su re corrido por las callesde Salamanca, Unamuno seacompaña de un poeta ciego,Cándido Rodríguez Pinilla, em-b e l e s ados amos por el paisaj ecastellano que el primero queríareivindicar en la poesía con lamisma fuerza que leía en las pá-ginas del Martín Fierro, poemaa rgentino de raíz popular queUnamuno ponderaba tanto antesus amigos que uno de ellos, elp ro fesor de Derecho Luis Maldo-n ado de Gueva ra, le pre s e n t óunos cantares supuestamente es-critos por un ciego de Ro b l i z a ,que contenía todo el sabor popu-lar de un ‘Martín fierro Charru-n o’. Un a m u n o, entusiasmad o,p rologó el libro, Las querellas delciego de Robliza, en 1894 y cuan-do se enteró de que habían sido

escritas por el rector de Dere c h ole espetó una frase histórica quet u ve el placer de oír de los labiosde su bisnieta, la pro fe s o ra Ve gade la Peña. «¡Que charrada mehas ga s t ad o, Maldonado!». El pai-s aje humano alrededor de Un a-muno mere ce un demorado re ce-s o, todo pasaba por su mano, has-ta la ad m i ración enfre n t ada quesentía por José María Gabriel yGalán estudiada por César RealRamos –una de las virtudes deeste tra b ajo de Carmen Ruiz re-side en la re c u p e ración de fa n-t á s t i cos estudios sobre los auto-res rev i s ados, re co rd ados y ad-m i rados que suponen un re co n o-cimiento a figuras como CésarReal de la Riva, su hijo, Luis Cor-tés y Antonio Sánchez Zamarre-ñ o–. La sombra del rector es alar-gada y cubre al resto de los auto-res, incluso se deja sentir en el ul-t raísta Pe d ro Garfias, ex i l i ado enM é x i co, y en la novelista Ca r m e nMartín Gaite, que asistía de niñaa las tertulias que Unamuno te-nía con su pad re en su casa de losBandos. La estudiante prov i n c i a-

5L I B RO S c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006

VARIOSAUTORESPoesía enS a l a m a n c a( 1 7 5 5 - 2 0 0 5 )Selección e introduc-ción de Carmen RuizBarrionuevo

Edifsa, 2005

320 pp.

ología necesariana que escribe ve rsos tra b aj ad o se ra una figura tan re conocible co-mo lo era el jard i n e ro de Anayade Alba, Remigio Ad a res, el poe-ta del Corrillo que escribía, pu-blicaba y vendía sus ve rsos, lal a rga barba al viento, la go r raazul calada hasta sus ojos azulesde hombre bueno.

Salamanca es cuna de figurasexcelsas y sede de grupos que,g racias a Carmen Ruiz re co n o ce-mos en toda su importancia. En1964 cuando salió el primer nú-mero de la revista ‘Álamo’ se ini-cia la trayectoria ejemplar de ungrupo de poetas co n e c t ados co nM adrid, que reivindicaban la fi-gura de Vicente Aleixandre des-de sus páginas, co n c u rsos, edi-ciones de poesía, actos y tertu-lias... Apenas estudiados y no su-ficientemente re i v i n d i c ados, losa u t o res del grupo Álamo re co-r ren las líneas de Carmen Ru i z :no son todos los que están porq u ehan sido re cogidos únicamenteaquellos autores desapare c i d o s(José Ledesma Criad o, alma delg r u p o, murió el 19 de diciembrecuando el libro estaba en máqui-nas). Álamo coincide en el espíri-tu con la autora, fueron fuerte-mente salmantinos, enra i z ad o sen su tierra, y sin embargo, de-seosos de captar las innovac i o n e spoéticas del momento sin dejar

de homenajear a autores co m oF ray Luis. Un a m u n o, Gabriel yGalán.... Tradición y modernidad .Aníbal Núñez, riguroso y originaly Soto del Carmen, tradicional yterreno....

Pa i s aje con figuras, este her-moso libro nos dev u e l ve al calle-j e ro sentimental de nuestra me-moria literaria. Gracias a él he vis-to de nuevo a Ad a res sentado enel Corrillo, a Martín Gaite aure o-l ada de blanco dándonos una co n-fe rencia en el que fuera su insti-t u t o, el Lucía de Medra n o, grac i a sa él puedo evocar la sombra ag u i-leña de Unamuno imaginar a losa u t o res del Parnaso Salmantinoen torno a Cad a l s o. Puedo re co r-dar al fo t ó g ra fo Núñez con su as-pecto de pat r i a rca editando libro scon su hijo el poeta, mientras Le-desma Criado pontifica desde suspoemas... e imaginar a Vi l l a r ro e lganando su plaza con fa n fa r r i ap o p u l a r... Desde los poemas de lospoetas y la sabia mano goberna-da de una estudiosa exce p c i o n a lque ha conseguido co nvertir une n c a rgo institucional en un libroevo c ad o r, una antología nece s a r i aque nos dev u e l ve nuestra pro p i ahistoria, la de una ciudad letrad aque fue amada, re corrida, escritay ve rs i f i c ad a .

Charo Alonso ❮

En el centro, número especial de larevista ‘Álamo’ en homenaje a JuanRuiz Peña (1992). Portadas de obrasde José Ledesma (1967), RemigioGonzález ‘Adares’ (1981), FélixGrande (1973) y Juan Ruiz Peña(1966).

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La c u l p a de mi pad re

El Quijote se enfrenta a la p a n t a l l a

a unque La hora azul sea una novela que desta-q u e, en la primera lectura, por el tono en queestá escrita y una trama de intriga que seduce

sin remisión, en re a l i d ad trata sobre un asunto másp ro f u n d o, más incómodo, como es la posibilidad deh e redar una culpa. En principio, esa pare ce la mejorm a n e ra de interpretar el interés del pro t agonista, una b o gado que disfruta de una posición muy aco m o d a-da en la Lima actual, por enco n t rar a Miriam, la niñaque secuestró, violó y tal vez dejó embara z ada su pa-d re durante un episodio cruel de la guerra que libra-ron Se n d e ro Luminoso y el ejército peruano, en laque los ve rd ad e ros sufrientes fueron las pers o n a smás humildes. A partir del encuentro, una modali-d ad rarísima de amor, inexplicable e inex p l i c ada porel narrad o r, que es el propio pro t agonista, re d u n d aaun más en esta idea: ¿por qué quiso enco n t ra rl a? ,¿ p a ra qué quiere ay u d a rl a? Y la interpre t ación másplausible es la de que trata de redimir la culpa queh e redó de un pad re sanguinario a quien no conoció. Yasí, cicatrizando heridas que no deberían ser suya sp e ro que toma como propias en co n s i d e ración a lamemoria de su mad re, que acaba de fa l l e ce r, el pro-t agonista se lanza al vacío que es ex p l o rar para co-n o cer a su pad re.

La obsesión que muestra por enco n t rar a la mu-c h acha, resuelta en una intriga bien deudora de la no-vela negra, bien construida y re gada por unos sere ssecundarios que interpretan a la perfe cción su papelde serie negra traducido a los barrios bajos de Pe r ú ,es idéntica a la que muestra en el amor, y nos habla deun hombre incapaz de abrir dos frentes en su vida,que necesitará ce r rar un episodio para proseguir co nsu co s t u m b re habitual de tra b aj a r, acompañar a sushijas al colegio o co nvivir con una esposa. De ahí quese embarque en una inve s t i gación cuya co n c l u s i ó nauténtica no es la resolución de un capítulo de su vidaque se restaña, sino la de que los marg i n ados, los per-

d e d o res, tienen que seguir viviendo. Pues al tiempoque se va enco n t rando con torturad o res brutales yex t o rsionistas, sace rdotes lenitivos o campesinos op o b l ad o res de la periferia de Lima, el pro t agonista vadescubriendo la esencia de un país que no co n o c í a ,hasta entonces oculto por los muros del dinero quec i rcula en el bufete donde tra b aja. El objetivo del li-b ro, más bien, pare ce éste: denunciar que los que go-zan de buena posición no co n o cen quiénes han sidosus pro ge n i t o res ni cuáles son sus ra í ces. El re s t o, biene l a b o rad o, bien narrad o, no deja de ser una novela queya co n o ce m o s .

Ese resto es una narración muy ágil, veloz, escritaen frases cortas, en párra fos cortos, en capítulos co r-tos, en la que los arquetipos vienen a facilitar la linea-l i d ad de la lectura, en la que la gracia de una prosa co ndejes peruanos, con mucho ritmo y va r i e d ad ex p re-s i va, arra s t ra al lector hasta un final irrevo c a b l e. Ad e-más, los diálogos resultan deliciosos, justificados, sinafán de rellenar y perfectamente planificados para irresolviendo la acción. Pe ro hay algo, en esta nove l atan bien construida, que no termina de funcionar. Ac a-so sean los tópicos, esos seres brutales y esas denun-cias de la guerra, o ese desarrollo de la trama bastan-te previsible –el modo en que comienza a tener noticiade los sucesos, la forma de entablar co n t actos co nunos u otros, de ex t raer conclusiones, de enre d a rs een chantajes, el viaje al origen de todo y a la autentici-d ad de la vida, la búsqueda con la impresión de queun jabón se le va escurriendo entre las manos, el en-c u e n t ro y sus consecuencias, la crisis mat r i m o n i a l … –lo que resta cre d i b i l i d ad a una obra que habría ga n a-do si al autor le hubieran importado más los pers o n a-jes que la trama que teje con mucha maestría. Au n-que esta opinión, bien lo sé, no deja de ser orgullo del e c t o r.

Ricardo Martínez Llorca ❮

u no de los filó-s o fos másp re s t i g i o s o s

de la ac t u a l i d ad, encierto modo co n t i-n u ador de Wa l t e rBenjamin, de quienha editado en italia-no su obra co m p l e t a ,G i o rgio Aga m b e nn ació en Roma en1 942 y fue alumno deH e i d e gge r. Su libroIdea de la prosa

(1985) le dio fama internacional. En la ac-t u a l i d ad es pro fesor de Estética en la Un i-ve rs i d ad de Venecia. Sus anteriores libro si n c l u yen Lo abierto, Lo que queda de Aus -c h w i t z y Estado de excepción.

Con sorprendente ce l e r i d ad apareció afinales del 2005 la trad u cción castellana deP r o f a n a z i o n i, su último libro, en el mismoaño en que vio la luz su ve rsión original.

P ro fa n aciones está compuesto por nue-ve ensayos y un pequeño re l ato final, ‘Lo sseis minutos más bellos de la historia delc i n e’, que es una re l e c t u ra del retablo deM aese Pe d ro: Don Quijote se enfrenta auna pantalla de cine en la que una mujerestá en peligro. Con su espada, en un in-tento de defender a la mujer de sus at a-cantes, ra s ga la pantalla hasta que la ima-

gen desapare ce. En un intento de re c a p i-t u l ación, Agamben se pregunta: «¿Qué de-bemos hacer con nuestras imáge n e s? » .

‘Genius’, el primero de los ensayos, in-d aga en el sentido de la ge n i a l i d ad a partirde sus ra í ces etimológicas: la palabra ge n i oes pariente de ge n e rar y enge n d ra r, y paralos latinos el dios Genius era una especie deá n gel de la guardia asignado a cada ser hu-mano en el momento de su nac i m i e n t o. Pe-ro este dios personal es algo que nos supe-ra a nosotros mismos: «Genius es nuestravida en cuento ella no fue originada porn o s o t ros, sino que nos ha dado orige n » .

Mozart consignó en una carta que «v i v i rbien y vivir feliz son dos cosas distintas, y lasegunda sin duda no me sucederá sin algode magia. Por eso debería ocurrir algo enve rd ad fuera de lo normal». De la re l ac i ó ne n t re estas dos nebulosas, la magia y la fe-l i c i d ad, trata el segundo de los ensayo s .

El terce ro encuentra en la fo t o g rafía ell u gar del Juicio Un i ve rsal. En el Hades, lass o m b ras de los muertos repiten hasta el in-finito un ge s t o. El buen fo t ó g ra fo, segúnA gamben, es el que sabe at rapar esta na-t u raleza escatológica del gesto sin quitarn ada a la historicidad y singularidad delacontecimiento fo t o g r á f i co.

El cuarto ensayo, titulado ‘Los ay u d a n-tes’, encuentra esta figura literaria en lasn ovelas de Kafka y en la literat u ra infantil.

‘ Pa ro d i a’ inicia un espeso re corrido apartir de la definición de esta figura re t ó-rica que un pers o n aje de una novela de El-sa Mo rante encuentra en un dicc i o n a r i o.

«El cuerpo de los deseos es una ima-gen», nos dice en el siguiente ensayo. ‘El serespecial’ indaga en la nat u raleza de las imá-genes. ¿Qué es la imagen que vemos en une s p e j o? Los dos últimos ensayos del librotienen su origen en dos importantes tex t o sde otros autores: ‘El autor como ge s t o’ esuna re l e c t u ra de la famosa co n fe rencia deFoucault sobre la muerte del autor; en tan-to que en ‘Elogio de la pro fa n ac i ó n’, el tex t omás largo, profundo e importante de todos,l ate El capitalismo como religión de Wa l-ter Benjamin como un inquietante co ra z ó nt ra s p l a n t ad o.

P ro fa n aciones co n s t i t u ye una lecturad e s aco n s e j ada para aquellos que no quie-ran hacer un esfuerzo de co m p rensión yp a ra aquellos otros que no re conozcan eld e recho de un texto a co n s e r var ampliascapas de ambigüedad. Pe ro está totalmen-te indicado para los lectores capaces de de-j a rse at raer por una inteligencia brillante,original, capaz de llegar a una parte ve l a-da del inco m p rensible mundo que habita-mos partiendo de unas fo t o g rafías, una eti-mología o un espejo.

G a r c i m u ñ o z ❮

ALONSO CUETO

La hora azulAnagrama, 2005.Premio Herralde

303 pp. / 17,50 euros

❯❯c u l t u r a s6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006L I B RO S

O b ra clásicas o b re los B o rg i a

❯ Desde su aparición en la ‘Bibliothèquedes Curieux’ en 1913, La Roma de losBorgia ha sido calificada indistintamen-te como blasfema, pornográfica, anti-r religiosa, etc... Sin embargo, la obra deA p o l l i n a i re intenta reflejar a modo def re s co la at m ó s fe ra del crimen, crueldady terror de una época que llegó al máxi-mo grado de depravación con la fa m i l i aB o rgia, cuyos miembros más destac a-dos fueron el papa libertino Alejandro,e n t re gado a los place res más abye c t o sen el Vat i c a n o, el asesino y ve rd u go Cé-sar Borgia, y la hermosa enve n e n ad o raL u c recia. Fue Lucrecia quien ayudó a lacasa de los Borgia a alcanzar las cimasque pretendía. Fue Lucrecia la que, alprincipio de forma inco n s c i e n t e, más hi-zo para llevar el apellido de los Borg i amuy lejos y muy alto en el temor y en eld e s p re c i o.En palabras de Apollinaire: «El ve n e n oforma parte de la familia: lo empleabanpor cualquier motivo, y sobre todo sinm o t i vo. Los edictos re p re s o res están fa-m i l i a r i z ados con ese modo de asesinat o,hasta el punto de que el enve n e n a m i e n t osólo se castiga si afecta a un grupo o auna co l e c t i v i d ad. Por así decir, el ve n e n oestá ad m i t i d o, y puede decirse que casiha recibido co n s ag ración oficial». «Lu-c recia se co nvertía en la gran favorita deRoma. En Roma se admitía como ciertoque Lucrecia era honrada por su pad reA l e j a n d ro VI con los favo res más ínti-m o s » .

GIORGIO AGAMBENP r o f a n a c i o n e sTrad. de Edgardo Dobry

Anagrama, 2005

124 pp. / 12 euros

Alonso Cueto conquista el Premio Herralde con una trama negra con la culpa ajena de fondo

GUILLAUMEAPOLLINAIRELa Roma de los BorgiaTrad. de Mauro Armiño

Valdemar, 2006

168 pp. / 12 euros

Amor y amistadsin límites

❯ K atchoo es salvaj e, re b e l d e, ex p l o s i va .F rancine es dulce, soñad o ra, ad o ra b l e.David es intelige n t e, culto, inge n u o. Da-vid se ha enamorado de Kat c h o o, peroK atchoo está enamorada de Fra n c i n e.Strangers in Paradise, ga l a rd o n ada co nel Premio Eisner a la mejor historia en1 9 9 6, es el re l ato de la amistad de dos chi-cas, y un chico at ra p ado entre las dos, lahistoria de un co razón roto y de una ve n-ganza. Terry Mo o re inaugura con estevolumen que incluye los dos primeros ar-cos argumentales de la seie y una intro-d u cción exc l u s i va del autor, una de lasm e j o res series del cómic independiente,una historia sobre el amor y la amistadsin límites ni co m p l e j o s .

TERRY MOORE

S t r a n g e rs in Pa r a d i s eNorma Cómics, 2005

304 pp. / 18 euros

Primer volumen de la serie

N O V E D A D E S

Giorgio Agamben, uno de los filósofos más relevantes de hoy, muestra su brillante inteligencia

Page 7: numero57

Gamboa,Ulises y lainmigración

❯ Un joven escritor que lava platos enlas mazmorras de un re s t a u ra n t eoriental evoca las vo ces de sus amigo sy de sus numerosas mujeres en un ve r-tiginoso testimonio de lenguas y pie-les africanas, orientales, latinas y tam-bién fra n cesas. Es una obra de ficc i ó nque palpa con dra m at i s m o, tensión ybelleza el mundo de los inmigra n t e s .

El síndrome de Ulises, como se lla-ma a las pesad u m b res de los inmi-g rantes en la soledad de un país des-co n o c i d o, a las que se incuban en losguetos donde se hacinan los ex t ra n j e-ros ilegales, es una novela más ce rc a n aal París desafo rado y precario deHenry Miller que al fe s t i vo de He-m i n gway o de Fi t z ge rald. Un re l ato so-b re vidas salvajemente jóvenes alum-b radas tan sólo por la intensidad desus ave n t u ra s .

In m i g ración y literat u ra son los te-mas que sostienen la nueva novela deS a n t i ago Gamboa. Una historia sobrep e rs o n ajes desesperados narrada enp r i m e ra persona, con el pulso y el tonop reciso de un re l ato oral. Meses en laslistas de los libros más vendidos de Co-lombia y el triunfo indiscutible de laFeria del Libro de Bogotá han sido elcomienzo de la excelente acogida queel público está dando a esta nove l a .

SANTIAGO GAMBOAEl síndrome de UlisesSeix Barral, 2005

360 pp. / 20 euros

N O V E D A D E S

7L I B RO S c u l t u r a s❮❮TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006

El espejo i n t e r i o r de Vi ce n t

Ni m o t o ni Steve McQu e e n

l as páginas que integran Verás el cielo abierto s o n ,según confiesa el autor, «sólo un espejo interiordonde se refleja el tiempo vivido», pero es nece-

sario disponer de esos re c u rsos de cre ación quet ra n s formen la crónica vital en un re s u l t ado litera-rio suge s t i vo. Ese el objetivo que el escritor pers i g u e :conseguir que el lector, finalizado el libro, esté co n-vencido de que «ha pasado la tarde en el mejor luga rde la propia casa que le duele abandonar».

Verás el cielo abierto, un título de inesperada po-lisemia, responde a la co n cepción cre at i va re f l e j ad apor Manuel Vi cent en cientos de columnas periodís-ticas: la re c u p e ración del pasado a través de sabiosy plásticos toques impresionistas, re c u rso litera r i oen el que es un mae s t ro. El re c u e rdo de ciertos per-s o n ajes, la visión líricamente fetichista de ciertos ob-jetos, la re c u p e ración de algunos paisajes y la evo c a-ción de ciertas escenas son los elementos esencialesde los que se sirve Manuel Vi cent. Y, siempre, el marcomo tra s fo n d o. El tiempo real de la narración co-mienza con la presencia de una mujer misteriosa( p resente en distintos momentos de la obra) que lei nvita a que se vaya a nave gar y que al final de la mis-ma advierte que el escritor «sigue nave ga n d o » .

E n t re ambas re fe rencias marinas discurren losre c u e rdos del narrad o r, sublimados en símbolos pre-cisos, sin rechazar la posible interpre t ación de su psi-c ó l o go. Estamos ante la re c u p e ración íntima de unat rayectoria vital que, partiendo de la infancia, llega aese momento en que el narrador (que nunca permi-tiría que su «literat u ra caye ra en manos de la nostal-gia») piensa que «todas las olas del mar fueron eno t ro tiempo las personas que amé». En esos amore scaben todos los sentimientos, desde el vago re c u e rd ode las abuelas (una de ellas re co rd ada en ese re s q u e-b raj ado por la guerra) hasta mujeres y amigos de re-c u e rdo imborra b l e. De ese sutilísimo sentimiento delb u colismo pretérito brotan otras pasiones, sobre to-

do el amor por los libros. La pasión por la lectura es elcañamazo de buena parte de las vivencias re co g i d a sen estas páginas. Los libros ge n e rarán también mo-mentos de intenso dolor. La condición autoritaria ei n t ra n s i gente del pad re se tra n s forma en hostilidadp a ra con la fuente de fe l i c i d ad en la que calma su sedl i t e raria el ad o l e s cente: en una escena trágicamentece r vantina, el pad re el párro co y el fa r m ac é u t i coechan al fuego los libros que el joven acaba de re c i b i rpor co r re o. Más cruel resulta incluso la destrucción delos tebeos, inco m p rensible a los doce años: «así fuecomo conocí el absurd o » .

No falta el amor por lo fe m e n i n o, presente en mu-j e res dive rsas, si bien el pers o n aje de Marisa alcanzael simbolismo más pleno. La timidez ad o l e s cente haráimposible entre ellos un amor que aleteará a lo largode la vida y será fuente de inspiración de alguna delas novelas del escritor. No es baladí que la obra se cie-r re con la presencia de una bella mujer que insiste enver al narrad o r. El amor pare ce pervivir en la segundage n e ración. Pe ro ‘la mujer’ del asa (presente en di-ve rsos pasajes de la obra, como símbolo de la tutela ydel femenino unive rsal) evitará ese misterioso en-c u e n t ro, haciendo creer que el escritor se encuentran ave ga n d o. Nave gando en ese mar, cuya co n t e m p l a-ción le sirvió de marco para aprender de Marco Au-relio «que la vida consiste en ir muriendo y sólo se al-canza la sabiduría cuando uno inco r p o ra la muerte alos place res de cada día». La fac i l i d ad para la re c u p e-ración del pasad o, la plasticidad para re c rear ciertosmomentos y determinadas vivencias y un peculiarsentido filosófico de lo vivido hacen que Verás el cieloa b i e r t o co n s i ga con cre ces el objetivo que Manuel Vi-cent persigue: que el lector comulgue con los senti-mientos y las vivencias que, en otro tiempo, hiciero nposible la fe l i c i d ad en alguna de sus fo r m a s .

Nicolás Miñambres ❮

g racias a la fa n-tástica pelícu-la de Jo h n

S t u rges, la fuga de 76p r i s i o n e ros del Sta-l ag Luft III se co nv i r-tió en uno de los su-cesos más célebre sde la II Guerra Mun-dial. A pesar de queLa gran evasión e s-taba basada en unt exto de Paul Bric-

khill, uno de los presos del campo que co-laboró en la masiva huida, su guión incu-rría en dive rsas licencias que simplificabanla historia y hacían de ésta una peripeciaaún más espectacular de lo que re a l m e n t ef u e. Además, como en toda pro d u cc i ó nh o l l y w o o d i e n s e, se re s e r vaba un papelesencial en la trama a dos pers o n ajes esta-dounidenses (interpre t ados por Ja m e sG a rdner y Steve McQueen), cuando losú n i cos norteamericanos que participaro nen la huida fueron siete miembros de lasFuerzas Armadas canadienses. Con el ob-j e t i vo de intentar ac l a rar al público los erro-res históricos en los que había incurrido lapelícula y mostrar una ve rsión fidedigna delo sucedido en la evasión, el autor británicoTim Ca r roll se embarcó en una minuciosai nve s t i gación que desentraña, a través de

abundantes testimonios y materiales bi-b l i o g r á f i cos, cómo se desarrolló la fuga ma-s i va. A pesar de sus propósitos de riguro-s i d ad y fidelidad (que co nvierten los pri-m e ros capítulos del libro en una co n t i n u ay tediosa enumeración de datos y cifra s ) ,en ocasiones Ca r roll incurre en los mismosvicios partidistas que se le ac h acan a la ve r-sión cinematográfica, otorgando todo elmérito y el valor de la fuga a los prisione-ros británicos, de los que llega a decir quee ran los únicos del campo que jamás sin-t i e ron miedo en manos los nazis.

La obra explica con detenimiento todoslos detalles de la evasión, desde el encuen-t ro de los prisioneros en el campamentohasta el trágico final de muchos de los quep a r t i c i p a ron le fuga, y permite co m p re n-der cómo se pudo llevar a cabo una opera-ción tan compleja como la huida de dece-nas de oficiales de av i ación de un campo demáxima seguridad. La caballero s i d ad queaún co n s e r vaba la batalla aérea durante losp r i m e ros años de la II Guerra Mundial hizoque los prisioneros pertenecientes a lasfuerzas de av i ación aliadas re c i b i e ran elmejor trato de cuantos se dispensaron enlos campos de internamiento durante lacontienda bélica. Vivían en barracones si-m i l a res a los de sus captores y apenas pa-saban hambre. Este re l at i vo bienestar lesp ro p o rcionaba una fuerza física y una ca-

p ac i d ad de orga n i z ación que, unidas a suastucia y a una envidiable resistencia mora lque les llevaba una y otra vez a proye c t a rplanes de huida, hicieron del sueño utópicode la evasión una re a l i d ad. Conscientes desu obligación militar de no dejar jamás deluchar co n t ra su enemigo, los presos delS t a l ag Luft III proyectaban sus intentos def u ga pensando no sólo en escapar, sino so-b re todo en desco n certar a los alemanes yp rovocar su desgaste con la búsqueda dep r i s i o n e ros escapados. De ahí que los in-tentos de evasión estuviesen siempre co-o rd i n ados por un ‘Comité de Fugas’ y quelos oficiales internados en el campo fuesenc a p aces de crear una minuciosa orga n i z a-ción que agrupaba fa l s i f i c ad o res de docu-mentos, sastres, exc avad o res, fa b r i c a n t e sde brújulas, sobornad o res de alemanes...Con el tra b ajo de todos ellos, y con la co n s-t r u cción –sin maquinaría ni medio técnicoa l g u n o– de larguísimos túneles co n s i d e ra-dos hasta por los propios alemanes autén-ticas obras de ingeniería, 76 prisioneros lo-g ra ron la proeza de escapar en 1944 de unode los más seguros recintos nazis. Sólounos pocos logra ron vo l ver a sus países deo r i gen, mientras que 50 fueron capturad o sy ejecutados por la Gestapo. Ni n g u n o, porc i e r t o, intentó huir en moto hasta Suiza.

J avier Sánchez Zapatero ❮

MANUEL VICENT

Verás el cielo abiert oAlfaguara, 2005

200 pp. / 15 euros

TIM CARROLLLa gran ev a s i ó nInédita Editores, 2005

336 pp. / 24 euros

El escritor valenciano rebusca en el tiempo momentos que hicieron posible la felicidad

Tim Carroll revela la verdadera historia de la fuga más famosa de la segunda guerra mundial

La ag i t ada vidade Ca ravagg i o

❯ Quien desee co m p render la figura deM i c h e l a n gelo Merisi, Ca ravagg i o, puedevisitar los palacios, los callejones y lasceldas, las iglesias sombrías, los puertosy las playas desiertas donde vivió y mu-rió; quizá ra s t ree las mentiras dichas ala policía y las eva s i vas declaradas anteun tribunal, los rumores y los co m e n t a-rios ve n gat i vos, las amenazas y los esta-llidos de ira; pero M, como pintor y co-mo hombre, continuará siendo un mis-t e r i o. Peter Robb traza un esbozo de lap e rs o n a l i d ad y la trayectoria del primerpintor moderno y anima a enco n t rar lasc l aves de El enigma de Ca ravaggio en sup i n t u ra y en estas páginas que supera nlos límites de la biografía trad i c i o n a l .

PETER ROBB

El enigma de Carav a g g i oTrad. de Stella Mastrangelo

Alba Editorial, 2005

672 pp. / 32,5 euros

Page 8: numero57

« No entiendoa la ge n t eque n o l e e»Pilar Adón (Madrid, 1971) trajo hastaSalamanca su último libro, Viajes inocentes,con el que ganó el premio de narr a t i va OjoC r í t i c o . Un conjunto de relatos escritosdurante los últimos años en los que personasque no encuentran su lugar buscan unasalida a su infelicidad.

PILAR ADÓN

El sentido del viaje como pro-ceso está muy presente en estel i b r o. ¿Qué significa para us-t e d?

El viaje en este libro es unaexcusa literaria. Esto de las ex-cusas siempre lo ves un poco aposteriori. En mi anterior nove l a ,Las hijas de Sara, la excusa de laque nace la trama es la familia yla nece s i d ad de las re l aciones fa-m i l i a res pero también lo claus-t rofóbicas que pueden llegar as e r. Aquí son pers o n ajes que sesienten infe l i ces, que se sientenf r u s t rados con la vida que lleva n ,y utilizan el viaje –en muchos delos re l atos es un viaje interior–p a ra tra s formar esa vida. Lat ra n s fo r m ación puede salir bieno mal, hacia la fe l i c i d ad o hacia lai n fe l i c i d ad. En muchos de los re-l atos, esa decisión queda en ma-nos del lector, con un final abier-t o. Estos re l atos surg i e ron env i ajes propios, los he ido escri-biendo durante cinco o seis años.De cada lugar tomé la at m ó s fe ra ,las impresiones, que es lo que re-almente queda tanto en el escri-tor como en el lector. Fue unaépoca en la que me gustaba mu-cho viajar y pensaba que era ne-cesario para fo r m a rse como per-sona. Ahora tengo otra opiniónd i fe re n t e, me gusta muy pocov i aj a r. Te n go una teoría que mela creo: el viaje no deja de ser unar u p t u ra de una rutina, y esa rup-t u ra incita a cierta especie de lo-c u ra, pequeñita pero locura. Du-rante un tiempo me at raj o, peroa h o ra me apetece quedarme encasa y escribir.

¿ Podría definirse la rutina co-mo pérdida de la capac i d ad des o r p r e s a?

Me importa mucho la capac i-d ad de sorpresa. Tener todav í aesa especie de inge n u i d ad… Ve sque según vas mad u rando y va steniendo experiencias, pierdes lac u r i o s i d ad. A mí es algo que nome pasa, me sorprende todoco n s t a n t e m e n t e. En los viaj e ss oy un desastre orientándome,no sé si será por ser miope – esole pasaba a Joyce–… me ce n t romucho en determinados detalles.Yo soy de letras, pero ahora meestá fascinando el mundo de laciencia, la biología. Ahora me es-t oy emocionando con eso, así queno pierdo esa capac i d ad. Y mep a re ce lo más triste que te pue-de pasar. La vida es muy rica yla literat u ra te da la capac i d ad dee n r i q u e ce rl a .

Quizá sea una de las virtudesde la literat u ra, ejercitar esemúsculo de la sorpresa...

Yo no entiendo a la gente queno lee. Tienes un pedazo de pla-cer increíble al alcance de la ma-n o, una fuente de ex p e r i e n c i a s ,enriquecimiento y sabiduría… yno lo aprovechas. Pe rs o n a l m e n t eno lo entiendo: no es caro, no esdifícil… Ahora estoy con Ir i s hM u rdoch y de repente me echo a

❯ Antonio Marcos reír o a llora r, simplemente co nuna frase que es rítmica, que tie-ne la palabra ex acta. De re p e n t etienes belleza delante de ti.

¿Cómo se enfrenta a la escritu-ra del relat o, un género queex i ge una depurac i ó n?

H ace nada he escrito va r i o sm i c ro r re l atos y no es sólo la co n-tención a la hora de narrar un ar-g u m e n t o. Es el lenguaj e. No tepuedes permitir florituras. Tie-nes que enco n t rar el sustantivoad e c u ad o, no puedes poner cual-q u i e ra y luego ad o r n a rlo con unmontón de ad j e t i vos. En re a l i d adyo eso tampoco lo hago en la no-vela porque soy muy pesada, re-escribo y releo mucho y tengoque dar con la palabra ex acta. Lan ovela me resulta más cómoda yme gusta estar con un pers o n aj elos tres o cuat ro años que puedot a rdar en escribirla. Un re l ato sa-bes que lo vas a escribir en me-nos tiempo, pero el pro ceso dec re ación no es el mismo. La co n-tención, el ritmo, la pausa, esmás laborioso, tienes que tra b a-jar más.

En su obra está muy presenteese cuidado por el detalle, porlas palabras que ‘s i g n i f i c a n’ . . .

C reo que es esencial crear at-m ó s fe ra en literat u ra. Como lec-t o ra, hay muchos autores que tedescriben al pers o n aj e, te dice n ,por ejemplo, que tiene un ‘s exapeal’ incre í b l e. A mí eso no mes i r ve, ni como lectora ni como es-c r i t o ra. Yo quiero ver y quieroj u z ga r. Me gusta crear una at-m ó s fe ra y unas circunstancias enlas que esto se reve l e. Al cabo delt i e m p o, el ambiente, lo que la no-vela te pro d u j o, es lo que quedaen la memoria del lector.

¿Cuál es el momento actual delr e l at o, en el aspecto editorial?

A h o ra mejor que hace unosaños, gracias a editoriales que sededican sólo al re l at o. España noha sido un país especialmente de-d i c ado a esta forma literaria, co-mo puede ser el mundo angl o s a-jón, donde hay una gran trad i-ción en libros específicos de re-l atos. Aquí estamos empezando.Yo incluso cuando me voy de va-c aciones termino escribiendo, noun re l ato entero, pero sí la géne-sis o la semilla. Cuando estoy encasa, me pongo con la nove l a .Muchas ve ces pasa que son no-velas fallidas y aprovechas el ma-terial para un re l at o, o al rev é s .

¿Es quizá, como ocurre en el ci-ne, un género para la ex p e r i-m e n t ación, la toma de riesgo sn a r rat i vo s?

C reo que no. Mi primer pre-mio literario lo gané con un re l a-t o, pero me suelto más en la no-vela, en el re l ato me encuentromás contenida. La novela te damás cancha, puede que sea unp o co frívo l o, pero al ser más lar-ga te da más posibilidades de ex-p e r i m e n t a r. En el re l ato tienesque estar al servicio de lo que

q u i e res co n t a r, no te puedes des-v i a r. Y eso es lo que re a l m e n t ecuesta. Tienes que ce n t rarte enla idea y en los pers o n aj e s .

Usted estudió Derecho. ¿See q u i vocó de Fac u l t ad o se hizodespués escritora leye n d o?

H i ce Dere c h o, pero en lo querealmente empleé el tiempo fueescribir en la Fac u l t ad de Fi l o l o-gía, que estaba enfre n t e. Desdemuy pequeña, lo que me gustabae ra quedarme en casa y leer. Nosé si era introvertida y me gusta-ba irme a otros mundos median-te la lectura o si empecé a leer ycomo me gustaba tanto lo seguíah ac i e n d o. Es un tópico que em-piezas a leer y lo que quieres des-pués es escribir. Lo que quería, yme lo planteé bien jovencita, erah acer sentir a los demás lo queyo había sentido leye n d o. A Pa u lB owles yo lo leí muy joven, en mivida había salido de viaje salvocon mis pad res en vac ac i o n e s …esa ad m i ración que en mí deja-ban estos escritores era lo quequería tra n s m i t i r. Lo primeroque escribía eran viajes que nohabía hecho.

¿Entonces lo de Derecho?Fue horrible, un error buro-

c r á t i co. Quería hacer Pe r i o d i s-m o, y tenía buena nota, pero poreso de las opciones… Pe ro no mea r re p i e n t o, porque te da muchap aciencia, capac i d ad de estars e n t ada y leer y leer y leer.

¿Cuáles fueron esos au t o r e sque la incitaron a escribir?

Va también por rachas y ad e-más intento co n o cer a los escri-t o res que me fascinan. Estuve enTa n ger por Bowles y no llegué aco n o ce rlo porque estaba ya muye n fermo; a Margerite Duras leescribí y murió poco después, eIrish Murdoch había muertocuando la descubrí. Ella fue muyp rolífica y estoy intentando leer-lo todo. Sus argumentos me su-p e ran un poco, con mucho pesof i l o s ó f i co, pero sus frases, esam a n e ra de trasmitir una sensa-ción. Vi rginia Woolf con la inte-r i o r i z ación, Bowles con los via-jes. Intento trasmitir una sensa-ción física con una descripción.T rasmitir eso es lo que me inspi-ran estos autores. El estilo, cad auno tiene el suyo, e intentar imi-tar el de los demás es pernicioso.

❯❯En el relato tienesque estar al serviciode lo que quierescontar, en la idea y enlos personajes, no tepuedes desviar. Y esoes lo que realmentecuesta

Pilar Adón con su libro Viajes inocentes ❯ Pedro Ladoire

❯❯c u l t u r a s8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 15 de enero de 2006L I B RO S