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4 PÉREZ LÓPEZ Libro del arrebato es la última en- trega poética de la escritora y profe- sora Mª Ángeles Pérez López, un pa- so más en la madurez de su obra. 3 SÁNCHEZ ARÉVALO Entrevista al director de AzulOscuro- CasiNegro, una recomendable pelí- cula con personajes de carne y hue- so, emoción y humor. culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006 Ceramista, grabador, profesor y pintor, una perspectiva sobre su obra se expone en Santo Domingo y La Salina. N° 69 Suplemento de artes y letras 5 Fernando Dos obras pictóricas de Pascual, expuestas en la sala Santo Domingo PASCUAL

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5 Ceramista, grabador, profesor y pintor, una perspectiva sobre su obra se expone en Santo Domingo y La Salina. N° 69 Suplemento de 3 SÁNCHEZ ARÉVALO 4 PÉREZ LÓPEZ Entrevista al director de AzulOscuro- CasiNegro, una recomendable pelí- cula con personajes de carne y hue- so, emoción y humor. Libro del arrebato es la última en- trega poética de la escritora y profe- sora Mª Ángeles Pérez López, un pa- so más en la madurez de su obra.

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4 PÉREZ LÓPEZ

Libro del arrebato es la última en-trega poética de la escritora y profe-sora Mª Ángeles Pérez López, un pa-so más en la madurez de su obra.

3 SÁNCHEZ ARÉVALO

Entrevista al director de AzulOscuro-CasiNegro, una recomendable pelí-cula con personajes de carne y hue-so, emoción y humor.

culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006

Ceramista, grabador, profesor y pintor, una perspectiva sobre suobra se expone en Santo Domingo y La Salina.

N° 69Suplemento de

artes y letras

5Fernando

Dos obras pictóricas de Pascual, expuestas en la sala Santo Domingo

PASCUAL

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recordamos esta semana a Fernando Pas-cual, artista que nos dejó hace dos años.

Se le recuerda como persona –su carácter ac-tivo para promocionar el arte, su pasión do-cente en la Escuela de Arte, su amistad– y co-mo creador. Ahora podemos contemplar, enuna loable iniciativa de las instituciones sal-mantinas, una amplia retrospectiva de suobra, repartida entre las salas de Santo Do-mingo y La Salina. Duele decirlo, pero Fer-nando nos dejó cuando se encontraba en ple-

na madurez creativa, cuando su obra avanza-ba por nuevos caminos. El mejor homenajeque se le puede hacer es ir a ver esta extensae intensa colección.

Entrevistamos a Daniel Sánchez Arévalo,que pasó por Salamanca para presentar laque será una de las películas españolas de latemporada, AzulOscuroCasiNegro. Arévalopertenece a una generación de cineastas quellegan al largometraje con una concepcióndesprejuiciada del espectáculo: entreteni-

miento consiste en contar bien una historia.Y esta película tiene emoción, humor y per-sonajes de verdad. Por lo tanto, es entreteni-da. Nuevo libro de poesía de Mª Pérez López,autora que es cada vez más consciente de lafuerza de sus textos, publicado en Extrema-dura. El Funambulista ha rescatado del olvidola novela El silencio del aviador, del reciente-mente fallecido Paul Nothomb, luchador an-tifascista que a través de su obra revela loshorrores de la guerra.N

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1 EL APASIONANTE MUNDO DE LAINTERFAZ GRÁFICA DE USUARIOQuizá en un futuro cercano, el conceptode sistema operativo (SO) deje de existir.Abriremos nuestro ordenador, seconectará automática y obligatoriamentea Google y a partir de ahí lo haremostodo. O quizá no. Pero desde los ochentapara acá, el quiz de lo que pomposamentellamaremos computación personal haestado en la interfaz primaria, en elprograma que nos permite relacionarnoscon nuestro cada vez más apéndiceordenador: el SO.Desde los tiempos del Load “” en elSpectrum –aquella deliciosa mezcla dedigital y analógico–, sabíamos querelacionarse con los ordenadores no erafácil. Hasta que dos tipos llamados Steve,Jobs y Wozniak, desarrollaron –hayteorías sobre esto, vean si pueden lapelícula Piratas en Silicon Valley(Martyn Burke, 1999)– algo llamado GUI,o Interfaz Gráfica de Usuario. Con esto yano había que saber cómo hablaba elordenador, sino que todo eran ventanitas,iconos y algo llamado, en un alarde depoesía industrial, ratón. Y todo eso veníaempaquetado en una máquina a la quellamaron Apple Macintosh: pequeña,rectangular, con pantalla integrada y queal encenderla te sonreía. Había nacido lainformática tal y como la entendemos hoy,la del bajarse, chatear, escribir algo,escuchar música... la base de nuestracultura irreal.Era 1984 –es una pieza de museo elanuncio que Apple emitió en laSuperbowl parodiando el libro de Orwell–y todavía hoy no se comprende cómoaquello no se convirtió en el ordenadoruniversal. Bueno, quizá fuera por elprecio. Y también porque Apple no dejóque cualquier ordenador feote de los deentonces llevara aquella maravilla dentro.Entonces apareció Windows, el SO deMicrosoft, que fue más ágilempresarialmente aunque su interfazgráfica –y por tanto el ‘feeling’ con lamáquina– lleva décadas de retrasorespecto a la de Apple. Desde lapopularización masiva del PC conWindows –esto fue ya en el 95– el mundose ha dividido desigualmente entre los‘peceros’ (95%) y los ‘maqueros’ (5%).Pues bien, desde el miércoles, Apple hapuesto en marcha un sistema para quesus Mac corran de forma nativaWindows: un sólo ordenador y dossistemas, el popular y el bueno, la

banderita y la manzana juntas. Era algotan difícil de imaginar como ver al Barçajugar con pantalón y medias blancas. Yasé que sólo son empresas haciendomovimientos para ganar más dinero, perotodo esto forma parte de una cultura derelación con la máquina en la queestamos metidos hasta el cuello y quemanejan, como en los libros de Phillp K.Dick, las grandes corporaciones.

2 VEN, CAPITÁN TRUENOYa se ha comentado aquí, pero otra de lascorporaciones –sería más propio llamarlaprotocorporación– que ha marcado avarias generaciones es la EditorialBruguera. Allí nació hace cincuenta añosun personaje llamado Capitán Trueno,aventurero azote de sarracenos en laépoca de las cruzadas del siglo XII, quealcanzó la categoría de fenómeno demasas en medio de la cultura de esa otracruzada que se dio en el siglo XX español.Al Capitán Trueno original lo dibujóAmbrós y lo creó Víctor Mora, querecientemente presentó un libro querecoge toda la trayectoria del personaje,publicado por Ediciones B. El caso deMora muestra lo que fue aquellaBruguera: un refugio de vencidos contalento puestos al servicio de unamáquina de producción editorial y dehacer dinero. A Mora, cuyo personajetranspiraba raza, religión y nación, lometieron en la cárcel tres años porcomunista. Cuenta su amigo FranciscoGonzález Ledesma en Historia de miscalles –unas más que recomendablesmemorias que narran la materia viva dela guerra y la posguerra– que le pedíanseis años pero enterneció al general que leiba a juzgar cuando, en pleno juicio,ambos coincidieron en el único urinariodel edificio.

3 ARTE Y MACHISMOMarta Peirano en ‘La Petite Claudine’:La Historia del arte es sexista. No el Arteni los artistas, sino la Historia y laIndustria del Arte, que es al fin y al cabola que le da de comer. Histórica,sociológica y económicamente sexista. Noes cuestión de dinero sino de reputación.Según la Academia, Frida Kalho es laúnica mujer verdaderamente relevante enla Historia de la Pintura y aún susbiógrafos están más interesados en suapasionada historia de amor con DiegoRivera y su incapacidad para procrear».

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006

Antonio [email protected]

Arriba, ‘la prueba del delito’:

XP sobre un iMac. Dos

ejemplos de arte femenino

de la exposición ‘Mujeres

desesperadas’, que acaba

de verse en el DA2. Portada

del libro de memorias de

uno de los grandes

novelistas negros del país

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AzulOscuroCasiNegro será una de laspelículas de la temporada. Emoción yhumor, buenos actores y guióntrabajado, producto de una generaciónque llega al cine sin los prejuicios queseparan el entretenimiento y la reflexión.

DANIEL SÁNCHEZ ARÉVALO

Se nota en su película un grantrabajo con el guión, un campoen el que lleva años trabajando...

Para mí era lo fundamental. Nome iba a enfrentar a mi primerapelícula hasta que no tuviera unguión muy sólido. Tal vez por mismiedos, quería agarrarme a lo quemás controlo y a lo que puedes de-dicar más tiempo. Tuve una ver-sión hace algunos años pero creoque tuve la honestidad suficientepara darme cuenta de que todavíano estábamos preparados ni elguión ni yo. Lo metí en un cajón, fuimadurando como director con loscortos y en un momento dado lo re-cuperé y le supe dar el tono que yoquería.

Ha dicho que escribió la pelícu-la para que la dirigiera Fernan-do León. ¿Hay afinidad personal,estética...?

Estética creo que no. Vaya pordelante que me encanta su cine yque creo que ha abierto un huecopor donde luego hemos entradomuchos. No me identifico muchocon Fernando, ya quisiera yo, pe-ro tenemos en común el interéspor contar historias pequeñas, depersonajes. Luego ya las lecturasde cine social... Fernando ha aco-metido temas más universales, co-mo la familia, el paro, la adoles-cencia, la prostitución. Creo quemi película es difícil calificarla co-mo cine social. Pero también creoque él tampoco pretende hacer ci-ne social, es una lectura que sacala gente.

Además, es una etiqueta apega-da a los noventa, ahora habríaque darle una vuelta a eso...

Por supuesto. Creo que si al-guien se sienta delante del ordena-dor y pretende escribir y hacer ci-ne social se va a pegar una leche,va a fracasar. Lo que funciona escontar una historia, pero si los per-sonajes están ubicados en la socie-dad actual y de alguna manera re-fleja el mundo en el que vivimos, nodeja de ser social...

Sus personajes suenan muy na-turales, cercanos...

Yo estoy muy obsesionado conque todo lo que dicen mis perso-najes tenga un sentido, que hagaavanzar la trama, contar algo. Nosoporto los diálogos que hablan so-bre la nada, a no ser que la pelícu-la hable sobre la nada. Tenía mu-cha obsesión en contar una histo-ria y que cada secuencia la hicie-ra avanzar, tratar de no aburrir enningún momento. Luego veo pelí-culas donde ves a una pareja pa-seando por la calle o a un persona-je sentado frente a una ventana,sin hacer nada... y me encanta. Loque pasa es que no me siento ca-paz de hacer eso, por lo menos to-davía, de plasmarlo y que eso creeun buen cine y tenga un magnetis-mo especial.

Esa labor de esencializar llevaun trabajo tremendo. ¿Cómo essu proceso?

Antonio Marcos

Esa es una de las claves cuan-do escribo. Al principio escribo to-do lo que se me ocurre, dialogo enexceso, y luego voy limpiando. Con-tar lo máximo con lo mínimo, de al-guna manera dar la menor infor-mación posible para que se siga lahistoria. No soporto ser obvio y megusta que el espectador sienta queparticipa. Me aburre que me lo dentodo mascado.

Usted pertenece a una genera-ción de cineastas que intentanentretener además de contar al-go interesante.

Lo tengo clarísimo y lo digo sinninguna vergüenza. Hoy si dicesque quieres hacer cine de entrete-nimiento parece que quieres hacercualquier secuela de adolescentesprecoces estúpidos. Entreteni-miento es contar una historia, ytengo clarísimo que mi objetivo co-mo cineasta es llevar a la gente alcine, y cuanta más mejor. Siempre

y cuando pueda mantener mi au-toría y contar mis historias. Y esoes algo que admiro en FernandoLeón y añado a Amenábar o Al-modóvar. Es gente que hace su ci-ne, a su manera, y llena las salas.Si yo consigo eso algún día, será mimáxima recompensa.

¿Esto abre una vía de esperanzapara el cine español más allá delos grandes nombres?

Este año hemos dado el salto allargo mucha gente que viene delcortometraje, unos siete directo-res. Me encantan los cortos de Ro-drigo Cortés, por ejemplo. Y él tie-ne esa clara intención de apabullaren el buen sentido de la palabra:contar historias, ser dinámico... Notenemos que quitar el sitio a nadie,lo hay para todos. Venimos de otraescuela, hemos mamado otra cul-tura y creo que tenemos el sentidodel espectáculo bastante másarraigado, somos más de la cultura

Spielberg. Con Tesis empezamosa creer que se podían hacer thri-llers en España.

¿Por qué mucha gente sigue em-peñada en demonizar el cine es-pañol?

Es muy jodido, porque ademáslos que llegamos nuevos lo sufri-mos mucho. Hay una reticencia,produce alergia, rechazo inmedia-to, al margen de los grandes nom-bres. Hay que mirar hacia nos-otros mismos, ver qué culpa tene-mos y cómo podemos solucionar-lo. Eso no pasa en la televisión,donde la ficción nacional se valorapor encima de la americana, quees cien veces mejor pero la genteprefiere ver Los Serrano o Aquí nohay quien viva... ¿Por qué no pasaeso con las películas, si son los mis-mos actores? Creo que tiene mu-cho que ver con la honestidad y conel compromiso firme con lo que es-tés haciendo. Me da la sensaciónde que a veces se hacen películascomo churros, con el todo vale, yque sólo con estrenarlas o produ-cirlas ya estás ganando dinero, yque no se arriesga lo suficiente, ahíes donde falla el sistema. En el mo-mento en que los productores y losdirectores tengan la honestidad su-ficiente para decir ‘Esto no merecela pena hacerlo’... La gente no per-

dona. Si va a ver una película espa-ñola y es mala, ya no vuelve. No sési mi peli es mejor o peor que otras,pero sí sé que está hecha desde elrespeto absoluto al espectador yde hacer un producto decente. Ha-blo también por mi productor por-que Tesela hace productos movi-do por el corazón y con la clara in-tención de aportar algo, contar al-go. Luego habrá mejores y peores,por supuesto.

Usted viene de la ficción televisi-va. ¿Cómo ve el panorama?

Me provoca mucha desazón.Llevo catorce años escribiendoguiones para tele y la tele me ha en-señado todo el oficio de guionista.No reniego para nada de ella, perocreo que se hacen las cosas mástambién. Me parece absurdo y ri-dículo hacer series de setenta mi-nutos, estirar las tramas a más nopoder. Luego ves las series ameri-canas y no paran de pasar cosas ydices que buenas son. Aquí las ca-denas te obligan a hacer muchomás para meter más publicidad, estan triste como eso. No quierenmeter dos series, sino una, que lessale más barato. Y encima, funcio-na en audiencia, así que no hay mu-cho que hacer al respecto. Esperoque haya series de calidad, con otroconcepto.

«Me gustan las historiaspequeñas, de personajes»

3CINE culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006

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en la solidez hermosa de un pro-yecto editorial tan extremeño, elverde ‘Abezetario’ que le publicóLa ausente, tan falto de pretensio-nes como esta asociación culturalque contiene en sí misma todos losvalores de la letra escrita: el deseode ser compartida y no el ansiaeconómica de la publicación a to-da costa. Hay proyectos memoresde dimensiones inmensas.

Excepto dos poemas inéditos,Libro del arrebato, es un arreba-tado paseo por los caminos poé-ticos de una escritora cada vezmás consciente de la fuerza desus textos. Hay algo en su poesíaactual de potencia insospechada,de entregada densidad, enterovaciamiento. Para la autora, lapoesía sirve para sustraer la be-lleza al desastre, mostrar, a tra-

para la lectora convulsiva deprosa contundente que soy,la poesía siempre ha tenido

una cualidad evanescente de lige-reza, de hoja volandera refugiadaen plaquettes, ediciones artesana-les, tiradas breves y revistas mino-ritarias. Una voluntad engañosa defugacidad que esconde la solidezhermosa de la permanencia. Ima-gino a los antólogos, a los estudio-sos recuperando primeras edicio-nes con la misma constancia de uncazador de mariposas. El cuidado-so mimo con el que ahora Merce-des Marcos y Antonio Zamarreñobuscan los poemas de José Ledes-ma Criado, el delicado trasiego deborradores y textos iluminadospor la pantalla del ordenador quese intercambian los poetas edita-dos en las delicadas líneas de lared, los esbozos de libro, las bús-quedas versales.... Con la ligerezadel cristal y la dureza del diamante,la poesía como género se muestrahuidiza y presente, siempre en cri-sis y siempre editada, refugiada enlos deletéreos márgenes de las lec-turas poéticas, de las asociacionesculturales, de la férrea voluntad deautores y editores. La poesía habi-ta un cambiante soporte editorialque le otorga el don de la omnipre-sencia. Los iniciados son pocos, pe-ro constantes.

Desde que vivo en Extrema-dura siento su presencia como unhálito tenaz de polen suspendido.Las aulas de poesía, las lecturascompartidas, las ediciones sub-vencionadas y las asociacionesque publican forman una curiosared de encuentros gozosos y es-casos desencuentros que produ-cen una bandada de libros en fe-liz vuelo y lecturas de públicoatento. En este devenir tuve la for-tuna de conocer a una Clara Ja-nés en estado de gracia y a un Jo-sé Hierro que respiraba sus pro-pias palabras. Autores cuya este-la es un cuadernito, a menudograpado por la prisa y sacado a úl-tima hora que, sin embargo, guar-da la firma del autor y el eco de suvoz suspendida sobre un audito-rio que conserva estos delicadosesquejes de libro convertidos amenudo en ediciones mimadas ylimitadas. Una red de palabrasapretadas que enlazan con fuer-za a los suyos y se abren en formade abrazo a los ajenos. Habría mu-cho que decir de esa etiqueta ‘Po-etas extremeños’, sin embargo, laexperiencia me ha mostrado quesupone un aura protectora y noexcluyente, a veces enervante, pe-ro siempre justificada.

Buena prueba de ello es el últi-mo poemario de la escritora y pro-fesora salmantina Ángeles PérezLópez, Libro del arrebato, publi-cado por la asociación cultural dePlasencia ‘Alcancía’. Lo tengo enmis manos, frágil en su brevedad,delicioso al tacto su papel gruesode exquisita tipografía, ediciones

del mimo y del afecto, del cuidado yde la presentación cercana, delcontacto directo del recital poéti-co. Un perfume decadente y per-manente tienen estas breves tira-das de poesía que sobreviven a losvolúmenes densos de las murallasde novedades. La poesía precisa unjardín secreto, una balda velada,un espacio abierto donde se con-funden las líneas de la geografía ydel afecto. Ángeles Pérez López harecorrido en su trayecto extreme-

ño un camino sembrado de hojasvolanderas: desde la contundenciaeditorial de un sólido premio de poesía protegido por la Diputaciónde Badajoz, la magistral Carnali-dad del frío, a los cuadernillos mo-destos de sus lecturas generosas:Navalvillar del Pela, Talayuela, Al-cántara, espacios detenidos en pá-ginas urgentes y necesarias ¿Re-cuerdas cómo grapábamos en laespera los últimos cuadernillos, Ve-ga de la Peña?, que se vuelven libro

vés de la palabra escrita, cómo sepuede extraer de la piedra de lalocura cuerdos destellos de ver-dad, de certidumbre, de amor yde entrega. El recibimiento, el re-cogimiento del lector se corres-ponde con ella. De la poesía deÁngeles Pérez López se sale enestado de gracia, tocado por lacontundencia de sus imágenes,por la desolación de la verdad en-tera, y sin embargo, tras la lectu-ra de sus densos, arrebatadorespoemas, queda la esperanza co-mo un hálito perfumado por labelleza. La misma que tienen esasediciones breves, delicadas, eva-nescentes de los poetas, que ensu misma fragilidad contienen to-da la fuerza de la permanencia.

Oralidad delicada y tensa. Losrecitales de poesía tienen esta cua-lidad intensa y fugaz. Bajo el epí-grafe ‘Curso extraordinario: Lec-turas y escrituras literarias’, Acti-vidades Culturales convierte losmartes la facultad de filología deSalamanca en un espacio inusual.Llenado por la voz de los autores yla asistencia de un público entre-gado, el proyecto tiene la gracia, ladiversidad y el rigor que destilanlos versos del poeta que en la ac-tualidad hace de demiurgo de Ac-tividades Culturales: Juan AntonioGonzález Iglesias. Sólo un magní-fico poeta podía ser un organiza-dor tan entregado capaz de perso-nalizar con mimo las cuidadas edi-ciones de algo tan aparentementeinocuo como una octavilla: si a Ele-na Poniatowska le correspondió elhonor de hablar el día 29 de mar-zo, en que se conmemoraban los 98años de la declaración de la Cáma-ra de los Comunes que daban el vo-to a la mujer, Ángeles Pérez Lópezpresenta su libro extremeño el díaen que se celebra el nacimiento en1914 de Margerite Duras. Escolta-da por Antonio Martín Zamarre-ño, la autora mostró de nuevo lanecesidad de recital poético comogénero que aproxima el texto al pú-blico, que acerca la voz a la pluma,que encarna en su totalidad el es-píritu al texto. Los buenos poetasleen extraordinariamente bien suspropios poemas y los de aquellos alos que aman. Su voz se hace verbo,se encarna, se hace cuerpo, mate-ria textual que se convierte en in-tercambio inusual, en gozoso des-cubrimiento. La poesía tiene estafuerza que no posee la prosa, la po-sibilidad de ser leída, gustada yatravesada por la lanza incandes-cente de una lectura. En este mis-terio gozoso que supone el recitalpoético, se alza de nuevo la cuali-dad arrebatada de la poesía, el gé-nero primigenio, el género siemprepresente, con su fugacidad de voz,con su intensidad de verdad decla-rada, de música callada, de arre-bato compartido, de estremeci-miento fugaz, de caricia sostenida.

Charo Alonso

Poesía arrebatadaLibro del arrebato es un paseo por los caminospoéticos de una escritora cada vez más consciente dela fuerza de sus textos. Mª Ángeles Pérez López acabade publicarlo en la Asociación Cultural Alcancía, dePlasencia. La poesía está llena de hojas volanderas ylecturas apasionadas.

culturas4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006POESÍA

Mª Ángeles Pérez López/ FORMIGO

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hay artistas a los que las casi-llas que establece el mundodel arte se le quedan peque-

ñas. Fernando Pascual (Vezde-marbán, Zamora, 1949-Salaman-ca, 2004) era uno de ellos. Duele te-ner que escribir tras su nombre lafecha de su muerte, sobre todocuando ésta alcanza a la persona alos cincuentaypocos y en plena ma-durez creativa. Ahora nos quedadisfrutar de su obra, muy extensa ycoherente, donde confluyen la in-vestigación, el oficio y el ansia derevelar.

Habitualmente calificamos a losartistas: uno es pintor, el otro es-cultor, el de más allá, grabador. Qui-zá esta clasificación la imponga elmercado, pero no responde la ma-yoría de las veces almeollo del procesocreativo, y la historiadel arte nos ofrecesobrados ejemplosde ello. Todos hacende todo, según les di-ce su inquietud, susganas de experimen-tar y su compromisocon los distintos ma-teriales, técnicas yformatos. Picasso te-nía unas cerámicasmagníficas, pero me-nos conocidas. Ocu-rre además que lamodernidad da másvalor a unas manifes-taciones que a otras:las exposiciones deobra gráfica de losgrandes pintoressiempre han tendidoa presentarse como algo menor,complementario, cuando en mu-chos casos, sin ella, el artista no hu-biera llegado a los hallazgos por losque se hacen populares.

Viene este preámbulo al casoporque Fernando Pascual practicóla cerámica, el grabado y la pinturaa lo largo de toda su carrera. Qui-zá su labor como apasionado do-cente de cerámica en la Escuela deArte –antiguamente Artes y Ofi-cios, un edificio que fue cobijo du-rante tiempo para la experimenta-

Técnica mixta sobre cartón, 2003

ción de toda una generación de ar-tistas salmantinos– nos incline aponer por delante esta faceta. Aho-ra, podemos ver además sus últi-mas creaciones pictórica, y el re-sultado es sorprendente.

La exposición se divide en dospartes. En La Salina podemos verlas distintas etapas y motivos de suobra cerámica. Hay planchas quefuncionan como cuadros, tótemesen materiales tan humildes comoel ladrillo, placas cerámicas y tu-bos de textura arenosa, experi-mentación con las formas –que vanhaciéndose cada vez más esencia-les– y con los distintos tipos de ba-rro, en esa especie de alquimia y decontacto con la tierra que propiciael material y que él tanto aprendióen los pueblos de Zamora.

En Santo Domingo, la pinturanos dice que sus formas tendíanhacia una especie de geometría or-gánica, donde las aristas de sustriángulos invertidos se suavizancon el color y la materia de carto-nes, papeles y tramas. Está ahí to-do lo que había venido desarro-llando en su obra: la combinación

de fuerza desbordante y orden al-canza sin embargo en sus últimascreaciones una armonía, serenidady sutilidad exquisitas. Un caminohacia lo esencial. Fernando siem-pre tuvo un carácter activo, unapalabra de ánimo y deja muchosamigos. Se ha ido un buen tipo enun momento de madurez. Nos que-da su obra y el mejor homenaje quepodemos hacerle es ir a verla.

Antonio Marcos

Un camino hacia lo esencialFERNANDO PASCUAL

La combinación defuerza desbordante yorden alcanza en susúltimas creacionesuna armonía,serenidad y sutilidadexquisitas

La salas de SantoDomingo y La Salinaacogen una ampliaretrospectiva de laobra de un autor quedesapareció en plenamadurez artística.Cerámica, grabado ypintura se conjuganen una trayectoriavital y armoniosa.

Técnica mixta, collage, 2001

Arriba, Tubos,

1989. A la

izquierda, Placas

cerámica, 2002

5ARTE culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006

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Henry Jamesen Europa

Colm Tóibín se centra en esta novela enuna parte especialmente interesante dela vida de Henry James: sus días en Flo-rencia, París y finalmente Inglaterra, du-rante la cual se hace más evidente tantoen su obra como en su dvida la concienciadel transtierro, la exploración del concep-to de identidad mediante el estudio de lascostumbres europeas y de la literatura es-tadounidense.

Sin embargo, o que mejor expone el au-tor es la particular forma de James de tra-tar con sus semejantes, sin esquivar lasreferencias a sus posibles relaciones ho-mosexuales. El retrato de Tóibín apuntatanto al novelista, al observador de la so-ciedad europea de su tiempo, como alhombre de carne y hueso, con sus ator-mentados sentimientos, filias y fobias. Pe-ro es el estilo, la sensibilidad, y en algunospasajes la perfecta imitación del estilo deJames lo que han reportado justa fama aesta novela.

La crítica ha elogiado la obra de ColmTóibín, la segunda publicada en Edhasa.The Master ha sido finalista del BookerPrize, escogida mejor novela extranjeraen Francia y ha ganado el Los Angeles Ti-mes Book Award.

Nicolás Mullery el respeto altrabajo

La Colección PHotoBolsillo presenta ensu nuevo volumen fotografías de NicolásMuller (Orosháza, Hungría, 1913), no pu-blicadas en la primera edición. Cincuentay seis imágenes realizadas entre 1935 y1980, año en que el fotógrafo finaliza su ac-tividad profesional.

Las imágenes reunidas en esta nuevaedición muestran el largo peregrinaje queMuller inició tras exiliarse de Hungría en1938. París, Portugal, Tánger y, finalmente,España, constituyen el escenario en el quedesarrolló una visión personal del ser hu-mano, basada en un profundo respeto porel trabajo. Los trabajadores, los ratos deocio y de diversión, el sufrimiento y la sim-ple contemplación del cuerpo desnudo, seconviertieron en objetos de estudio porparte del artista.

COLM TÓIBÍN

The Master, retrato delnovelista adulto

Traducción de Maribel Butler

Edhasa, 2006

448 pp. / 28,50 euros

NICOLÁS MULLER

Libro de autor

Introducción de Pilar Rubio

La Fábrica. ColecciónPhotoBolsillo, 2006

10, 95 euros

N O V E D A D E S

El pensamiento proteico

fernando Gil Villa es un sociólogo nadaconvencional y además uno de los esca-sos científicos sociales que en España es-

tá ampliando y variando la capacidad de en-foque de la sociología. Este aragonés ‘sal-mantinizado’ es un verdadero explorador cul-tural, un tipo de intelectual que encuentranuevos yacimientos para la reflexión en te-rritorios vedados, censurados o incluso ya de-masiado trillados. Autor de una prolija seriede estimulantes ensayos a medio camino en-tre la filosofía de la cultura y la sociología, sor-prende ahora con un trabajo pretendidamen-te iconoclasta que se aproxima a los ámbitosde la contracultura sin perder un ápice de suhabitual calidad literaria, de su rigurosidaden las referencias y de su honda capacidad desugestión.

Elogio de la basura como el resto de pro-yectos de Gil Villa, es un libro proteico y mi-nuciosamente elaborado por un autor pasio-nal dominado siempre, como todo orteguia-no, por la razón y por la creatividad. Él mismoreconoce que es un libro arriesgado, en reali-dad como todos los anteriores, pero en éstesobrepasa, con genial acierto, los límites delpensamiento moderno, posibilitando a vecesun ‘metapensamiento’, una reflexión de la re-flexión del mundo moderno en ningún mo-mento encopetada y siempre cargada de prís-tina claridad que la hace muy atractiva.

La obra puede ser también entendida co-mo un estudio cultural de la basura, un rigu-roso análisis teórico y empírico en torno a lamanera en la que la sociedad se relaciona conla basura, con la suciedad y también con la hi-giene. Para Gil Villa no es de todo punto en-tendible la realidad social si no se echa un vis-tazo riguroso a los desechos, a todo aquelloque no tiene ninguna importancia, a todosesos materiales de los que los individuos sedeshacen. Es el ‘negativo de la realidad’, eseotro 50% que ayudará a comprender la socie-dad en su realidad toda.

En la modernidad occidental racional, labasura es el mal, el enemigo del que hay queescapar, las ciudades acumulan millones detoneladas de suciedad en sus afueras lejos de

la cotidianeidad, y lo que es más importante,del ideal burgués en el que la limpieza, y lacultura de la higiene han acabado por llegar acomplicar la gestión de las propias excrecen-cias humanas.

El libro lo que plantea es que no tiene porqué ser correcto el ideal moderno de ‘demo-nización’ de la basura, sino que existen otrasmuchas ‘culturas de la basura’ y que inclusoen la propia sociedad occidental existen pe-queños núcleos de resistencia que asoman devez en cuando, pequeñas ‘subculturas’ que seresisten, que se niegan a ser totalizados porel proceso de civilización burguesa.

Gil Villa, habitual investigador en Sud-américa, realizó un exhaustivo trabajo en Bra-sil, del que se da cuenta en el propio libro, en elque descubrió que las familias que trabaja-ban en la basura para sobrevivir habían des-arrollado culturas de resistencia a las políti-cas sociales de los ayuntamientos y del go-bierno brasileño, enfocadas a sacarles, a ex-traerles del basurero. Y lo hacían porque en elpropio basurero ni había enfermedades, niprostitución ni tráfico de drogas como aseve-raban los políticos, sino que se habían creadouna serie de redes sociales que habían en-contrado en el basurero una verdadera for-ma de vida dado que en su manera de rela-cionarse con los deshechos, habían inclusoaparecido funciones sociales gracias a la apa-rición de la posibilidad del reciclaje, algo muypresente ya en ciertas culturas indígenas.

Fernando Gil Villa pone un especial énfasisen el flagrante error que cometen políticos eintelectuales al comportarse como verdade-ros déspotas, creyendo que los habitantes delos basureros son explotados. El autor planteacon acierto, que la lectura marxista dialécticaexplotadores-explotados es esencialmenteerrónea porque no ha sabido captar todas lasfunciones latentes beneficiosas que asomanen el basurero proponiendo por lo tanto, unaprofunda revisión en la forma de relacionar-nos con el deshecho, tanto en la naturalezacomo con los residuos del propio cuerpo.

Jorge Hernández

FERNANDOGIL VILLA

Elogio de la basura

Ediciones Universidad deSalamanca, 2005

159 pp. / 12 euros

culturas6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006LIBROS

Fernando Gil Villa propone en Elogio de la basura un acercamiento iconoclasta al residuo

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recientemente clausurada, latrayectoria vital del escritorbelga Paul Nothomb encar-

na a la perfección los avatares po-líticos e ideológicos de la convul-sa primera mitad del siglo XX.Seducido, como tantos otros in-telectuales, por una utopía co-munista de la que terminaría re-negando, participó como briga-dista al servicio de la Repúblicadurante la Guerra Civil Española.Sirviéndose de su experiencia co-mo piloto, se enroló en la escua-drilla aérea que André Malrauxcreó para combatir al ejército in-surrecto. Como la de tantosotros, su lucha contra el fascismono terminó en España en 1939, si-no que se extendió hasta la IIGuerra Mundial. Su activa cola-boración con la resistencia belgaprovocó su arresto por los nazis,que le introdujeron en el habitualcarrusel de torturas y delaciones.De todo ello dejó constancia enuna obra en la que, a pesar de loapasionante de su vida, muchomás importante que la rigurosi-dad o el anecdotario biográficoes su reflexión humanista y exis-tencialista.

Ese interés por dejar el marcohistórico como simple telón defondo se aprecia en El silencio delaviador, novela autobiográfica pu-blicada originalmente en 1952 pe-ro no editada hasta este año enEspaña. A través de una perma-nente intriga que hace planear lasombra de la traición sobre el pro-tagonista principal, la obra atra-pa al lector en un dilema que leobliga a cuestionar todo y a no po-der identificarse con ninguno delos personajes. Con esta tensiónnarrativa siempre subyacente, elautor relata un pasaje de la Gue-rra Civil que, a pesar de su con-creción histórica y de correspon-derse con el bombardeo de las bri-gadas nacionales que se dirigíana Madrid desde Talavera, podríapertenecer a cualquier otro con-flicto bélico. Lo que le interesa alescritor no es tanto mostrar la re-alidad de la contienda española,aunque alguna alusión se hace de

pasada a la desorganización y a lafalta de armamento cualificadodel bando republicano, como con-tar, basándose en su privilegiadaexperiencia de testigo, qué sesiente en una situación extremacomo la guerra. Su relato habla desentimientos universales como elmiedo al peligro, el terror ante la

amenaza de la muerte o la culpa.De ahí que haya quien diga, comoel escritor José Ovejero en el pró-logo con el que se presenta la no-vela, que El silencio del aviadorestá mucho más emparentadacon la literatura existencialistaque con la bélica. Si a alguna gue-rra de papel se asemeja la refleja-da por Nothomb es a la de los au-tores pacifistas de principios desiglo. Su esquematismo y sobrie-dad emocional recuerda más a losde las obras de Remarque o Bar-busse, que presentaban de mane-ra veraz el dramatismo de la gue-rra para convencer al público desu absurdidad, que a las habitual-mente apasionadas, comprometi-das y maniqueas novelas de gue-rra. Sin alusiones a la épica ni alheroísmo, el libro no incurre enninguno de los tópicos que suelen

Paul Nothomb, que falleció este año, en una foto de archivo

lastrar los testimonios de comba-tientes. No hay en él alusión algu-na a la superioridad moral delbando en el que se lucha, ni a lasupuesta fraternidad de los sol-dados, ni al sublime idealismo delos valores por los que se pelea.Como ocurre en toda guerra, laobra está llena de mercenarios, deindividuos que pasaban por allí,de gente con miedo a la que le tocóir al frente, de personas anónimassin vocación ni madera de héroe.Por eso, aunque que los hechosnarrados por Nothomb coincidencon algunos de los pasajes histó-ricos novelados por André Mal-raux en su celebérrima novela Laesperanza y en su desconocidapero igual de recomendable pelí-cula Sierra de Teruel, El silenciodel aviador resulta una obra dife-rente y singular.

El autor muestra una visióndescarnada y cruda de lo que sesiente viviendo entre la vida y lamuerte. El rango extremo de laperipecia vital que se narra en lanovela está subrayado por la ma-gistralidad con la que se narranlas escenas aéreas, llenas de vér-tigo y acción y alejadas de la evo-cación poética del vuelo que ca-racteriza al ‘escritor-piloto’ porantonomasia, Antoine de Saint-Exupéry. Además de asombrarpor algunas de las revelacionesque en ellas se cuentan, como esaprimitiva forma de lanzar bombascomo si de pelotas de tenis se tra-tasen, sorprenden por la tensiónque imprimen a la narración. Apesar de estar relatadas por unnarrador distante y objetivo, ca-da una de las líneas en las que secuentan las piruetas aéreas, losaterrizajes forzosos o los virajes aras de suelo para esquivar dispa-ros enemigos hacen sentir al lec-tor el peligro de quienes se juga-ron la vida surcando los cielos. To-do ello es reflejado sin idealismoni exaltaciones exageradas, de-jando así claro que en la guerra,como en todo, los hombres suelencontar más que los héroes.

Javier Sánchez Zapatero

Diario de un supervivientePAUL NOTHOMB

Lo que le interesa alescritor no es tantomostrar la realidad dela contienda española,sino qué se siente enuna situación extremacomo la guerra

Todo se refleja sinidealismo niexaltacionesexageradas, dejandoclaro que en la guerracomo en todo, loshombres suelencontar más que loshéroes

Combatiente junto aAndré Malraux en laGuerra Civil,apresado en Bélgicapor los nazis, su obracontiene unareflexión humanista yexistencialista. ElFunambulista acabade publicar su inéditanovela sobre España.

PAUL NOTHOMB

El silencio del aviador

Traducción: Ramón Vilardell

El Funambulista, 2006

188 pp. / 15,9 euros

7LIBROS culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006

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Un cosmos de valor personal

España no va tan bien

malika Mokeddem representa esos valores fe-meninos a los que no supone ningún esfuer-zo elogiar. Nacida en una aldea argelina, ha

luchado por la emancipación de la mujer, contra la ti-ranía de una sociedad estrecha que impide la liber-tad, o al menos la libertad de elección. Uno nunca hatenido claro que existan valores absolutos, o al me-nos no tan claro como parece tenerlo Malika, y comodemuestra tenerlo en cada frase de este libro auto-biográfico. En El desconsuelo de los insumisos, nosrelata los episodios de su vida en los que la lucha porla dignidad humana, representada en ella misma, fue-ron más complejos, más dolorosos, hasta el punto dellevarla a considerarse a sí misma como una supervi-viente, por un lado, y por otro a pagar el precio delexceso de soledad, incluso pese a trabajar en una con-sulta médica para inmigrantes magrebíes en Fran-cia. Es cierto que no se puede dejar de valorar su es-píritu, pero sí cabe cuestionar su literatura, o al me-nos la demostración literaria que hace en este libro.

Posiblemente se encuentre cayendo en un errorbastante común en ciertos textos autobiográficos,como es el de considerar que la propia vida es lo bas-tante impresionante de por sí como para que el lectorse deje caer en los brazos de cada frase, de cada pá-rrafo. Y lo cierto es que impresionar no es lo mismoque tener algo que contar, y mucho menos que sabercómo debe contarse aquello que uno pretende decir.De ahí que Malika caiga con frecuencia en la auto-complacencia, en un ejercicio a veces autocompasivoen el que la frase corta pretende cargarse de lirismoal tiempo que de potencia. Esta manera que tiene derelatar, directa, expresando lo que quiere expresar,deja en el aire una meditación irresoluble, aquella quepretende encontrar vínculos entre la humildad y laliteratura. Lo más fácil será exponer algunos ejem-plos para aclarar esta idea: cuando divaga con ciertotono intelectual le sale expresiones tipo: «Los postu-

lados de las revistas médicas martillean sin cesar enmi cabeza los clichés que comparan el sueño a bordode un barco con el bienestar del feto en el líquido am-niótico. Nunca he creído en ese concepto de bienes-tar fetal. Incluso me parece de lo más sospechoso ycon tufo a moralina». La imagen que expone de sí mis-ma es de esta índole: «Pocos son los que consiguen li-berarse, los que ponen todo su empeño en emanci-parse. Los que se enfrentan a todo tipo de garras, alos peores perjuicios. Como yo». O la reflexión sobrelos méritos de su obra contiene argumentos del estilode: «En un texto que data de aquella época escribí:…se atropellan las palabras del silencio, las palabras detodas las ausencias. Me asestaron una brutalidad sa-ludable. Me dejaron ebria y desamparada». La formaen que habla de su infancia es bastante significativa:«En pocos minutos, todo el mundo estaba de pie. Me-nos yo, que me hacía un ovillo en el jergón con la vanaesperanza de que se olvidasen de mí y pudiera robarun poco más de tiempo». Malika dispone su texto endos corrientes que se alternan. La primera referida ala infancia y adolescencia en Argelia, trayendo a lamemoria a su madre tirana y a su abuela cariñosa,además de su brega por sacar adelante unos estudios.La segunda corriente sucede en la actualidad, enFrancia, y nos habla sobre el precio pagado por su de-dicación y compromiso intelectual, desde el fracasode la convivencia a la violencia integrista. Malika Mo-keddem es, sin duda, una mujer excepcional, porquesin duda se trata de una excepción, como nos deja bienclaro en cada línea. El problema es que ser un indivi-duo tan especial porque uno lo dice, y no porque se lodemuestra al lector, va mellando los valores artísti-cos de una obra. Dicho de otra manera, provoca queun texto como este no sea excepcional. Como era dedesear. Como pretende Malika.

Ricardo Martínez Llorca

no es este un li-bro que cauti-ve por su vi-

sión original ni por labelleza de su pensa-miento. Ni lo preten-de. Sus tesis son tanclaras como caren-tes de misterio y derecovecos intelec-tuales. Desde su mis-ma portada hasta elestilo en que está es-crito (por debajo dela media de lo que sepublica en Anagra-

ma, incluso de lo que se publica traducido:da la impresión de que el libro necesitabaun último repaso por parte del corrector),carece de sex-appeal. Sería muy injusto re-prochárselo. Este libro no necesita la bri-llantez de pensamiento ni de estilo de otros.La solidez de sus datos, enmarcados enunas ideas tan sencillas como contunden-tes, bastan para otorgarle un gran valor. Le-emos aquí lo que deberíamos leer en los pe-riódicos, al menos en ‘El País’, pero que tandifícil nos resulta encontrar en ellos. Su dis-curso es el que debieran tener en su bocalos políticos de izquierda, si tuvieran unosacceso a los medios de comunicación, aotros les dejaran tiempo los falsos debates,y otros tuvieran un auténtico ideario.

En resumidas cuentas, la fuerza de estelibro está en algo más simple que un buenestilo o un pensamiento brillante: está enque el lector reconocerá en él fácilmente lafea verdad que a menudo se nos escatima.El subdesarrollo social de España. Causasy consecuencias se compone de cuatro par-tes. El título solo responde a la primera, enla cual se expone que el gasto social en Es-paña, así como todos los datos relativos alestado del bienestar, ha ido distanciándo-se de la EU-15 entre 1993 y 2002 (obsérveseque este periodo no abarca exclusivamen-te las dos legislaturas del PP). Nuestro dé-ficit social con respecto a la media europea,que se redujo a solo 4 puntos en 1993, se haido aumentando hasta los 7,2 en 2002, conun descenso del 23,4% del PIB en 1993 al19,7% en 2002. En el promedio de la UE, eldescenso en ese mismo periodo fue de solo0,5 puntos. ¿Qué significa esto? Significaque gastamos menos en sanidad pública,bastante menos que la media europea, yque nuestra educación presenta caracte-rísticas desastrosas en parte como conse-cuencia del bajo presupuesto; que nuestrosservicios a la familia, pensiones, etc., estána la cola de la UE-15, a veces con Grecia yPortugal, y que la distancia con respecto ala media se va agrandando, no disminu-yendo. Significa que el ‘déficit 0’ implica unenorme déficit social, y que los impuestos(especialmente los impuestos directos, que

son más justos socialmente), deberían su-bir un poco para aumentar nuestro gastosocial. Lo cierto es que los impuestos su-ben, pero solo los indirectos, los que paganen mayor medida las clases populares.

La segunda parte del libro encuentra lascausas históricas de nuestro subdesarro-llo social en el dominio conservador, desdela dictadura fascista hasta el conservadu-rismo actual. La tercera parte halla en elneoliberalismo la causa del crecimiento dela pobreza en el mundo: esto resultaría evi-dente si no fuera por la propaganda de losmedios de comunicación: los países másneoliberales son los que más han perdidocon la globalización (América Latina y Áfri-ca); en tanto que los países con cierto pro-teccionismo estatal han resultado benefi-ciados (Sudeste asiático, y anteriormente,los países escandinavos). En la última par-te, Navarro propone alternativas, polemi-zando con los neoliberales Miguel de Se-bastián y Jordi Sevilla. Discípulo de Gun-nar Myrdal, según él mismo reconoce, yexiliado político, Vicenç Navarro ha sidoprofesor en prestigiosas universidades deSuecia, Gran Bretaña, EE.UU. y España.Es autor de una treintena de libros. Bien-estar insuficiente, democracia incompleta,que fue el germen de este, recibió el premioAnagrama de Ensayo 2002.

Garcimuñoz

MALIKA MOKEDDEM

El desconsuelode los insumisos

Trad. de Pilar Jimeno Barrera

El Cobre, 2006

191 pp. / 17 euros

culturas8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 9 de abril de 2006LIBROS

El fotógrafoindiscreto

La publicación en nuestro país de Sut-terbug Follies, de Jason Little (Planeta,2005), venía precedida por el extensivoreconocimiento de su autor en otros pa-íses y por un rosario de críticas laudato-rias por parte de personalidades taneminentes como Scott McCloud: «JasonLittle es uno de los autores más ingenio-sos de la tierra y Shutterbug Follies essu mejor historia hasta la fecha», co-menta el crítico y dibujante americanoen la contraportada de la presente edi-ción. Una edición que Planeta ha llevadoa cabo siguiendo hasta el detalle la origi-nal americana de Doubleday. Uno deesos cómics (o novelas gráficas) con pas-tas duras, papel de calidad y colores bri-llantes que da gusto tener entre manos yque invitan a la lectura.

El dibujo de Jason Little, además, espulcro y luminoso, el resultado de com-binar influencias como el detallismo dePierre Jacobs junto a la paleta de colo-res y el acabado perfeccionista de Ware.Toda una garantía, para los amantes deun cómic con un dibujo esmerado segúnlos cánones tradicionales de la línea cla-ra (en estos tiempos en que se imponenotras tendencias tan fructíferas como elestilo minimalista, casi esbozado de au-tores como Marjan Satrapi, o los Seth,Andy watson, etc.) Dicho lo cual, no po-demos evitar cierto regusto amargo trasla lectura de Shutterbug Follies. Las pro-mesas de ingenio desbocado que anun-ciaba McCloud, se reducen a una histo-ria que sin llegar a lo convencional, semueve fiel a referencias artísticas más omenos conocidas (en este caso, la in-fluencia de La ventana indiscreta deHitchcok es indudable). La trama se con-forma en torno a los elementos habitua-les del thriller, recreando una madeja deencubrimientos y descubrimientos sor-presivos, intrigas criminales y persecu-ciones, que el lector intenta desenredarde la mano de la joven fotógrafa prota-gonista; siguiendo los pasos de la jovenBee (versión modernizada de James Ste-wart, pero tan curiosa e impertinente co-mo aquel Jeffries que nos dibujara elmaestro del suspense), el lector se aden-tra en una historia en la que el misteriosobrevuela los aspectos principales de lanarración, eso sí, casi siempre acompa-ñado por el aire naif y hasta cierto puntodivertido, que imprime el dibujo de Little.

Una obra, en definitiva, recomenda-ble para todos los amantes del género ypara aquellos que quieran disfrutar deuna línea clara con una factura impeca-ble, pero que está muy lejos de mereceralgunos de los calificativos con los queha sido presentada en sociedad. Dicho locual, habrá que seguir a Jason Little enfuturas aventuras creativas y esperarque Shutterbug Follies no parezca real-mente la mejor de sus obras cuando lacomparemos con otras futuras entregas.

Rubén Varillas

VICENÇ NAVARRO

El subdesarrollosocial de España

Anagrama, 2006

307 pp. / 18 euros

La argelina Malika Mokeddem narra la lucha por la emancipación de la mujer y la dignidad humanaJASONLITTLE

SutterbugFollies

Planeta, 2005

La fuerza del libro de Vicenç Navarro está en cómo se reconoce la fea verdad que se nos escatima