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6 TÍTERES DE HOY La extensión salmantina de Titiri- mundi deja un regusto clásico. Da- mos un vistazo a las manifestacio- nes contemporáneas de este arte. 3 NOA La cantante israelí actúa el martes en el CAEM, acompañada por el si- ciliano Solis String Quartet. Repa- samos su trayectoria musical. culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006 Ledesma sabe buscar la dignidad de lo humano en cada uno de sus libros. El autor de Historia de mis calles estuvo en el Congreso de Novela y Cine Negro. 4 N° 74 Suplemento de artes y letras LEDESMA Francisco González Prieto

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4 Ledesma sabe buscar la dignidad de lo humano en cada uno de sus libros. El autor de Historia de mis calles estuvo en el Congreso de Novela y Cine Negro. N° 74 Suplemento de 6 TÍTERES DE HOY 3 NOA La cantante israelí actúa el martes en el CAEM, acompañada por el si- ciliano Solis String Quartet. Repa- samos su trayectoria musical. La extensión salmantina de Titiri- mundi deja un regusto clásico. Da- mos un vistazo a las manifestacio- nes contemporáneas de este arte. Prieto

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6 TÍTERES DE HOY

La extensión salmantina de Titiri-mundi deja un regusto clásico. Da-mos un vistazo a las manifestacio-nes contemporáneas de este arte.

3 NOA

La cantante israelí actúa el martesen el CAEM, acompañada por el si-ciliano Solis String Quartet. Repa-samos su trayectoria musical.

culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

Ledesma sabe buscar ladignidad de lo humano encada uno de sus libros. Elautor de Historia de miscalles estuvo en el Congresode Novela y Cine Negro.

4

N° 74Suplemento de

artes y letras

LEDESMAFrancisco González

Prieto

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la segunda edición del Congreso de Novela yCine Negro ha deparado agradables pre-

sencias en la ciudad. Este encuentro, en suscortos dos años de vida, congrega ya la aten-ción de los medios especializados del géneroy, con su respaldo de público, demuestra queexiste un interés por la narrativa criminal.Una de esas presencias ha sido la de Fran-cisco González Ledesma. Llevábamos algu-nas semanas hablando de su último libro, His-toria de mis calles y en directo ratifica todo lo

que sus memorias prometían: un hombre conuna vida intensa y que, además, la cuenta muybien. Charlamos con él y hoy les acercamosun perfil de su obra y su trayectoria.

Nos ocupamos también del concierto queNoa ofrecerá el martes junto al Solis StringQuartet, dentro de la programación de CajaDuero. En 1995, en el todavía cerrado teatroJuan del Enzina, una joven Noa deslumbrócon su voz sobre el escenario. Hoy vuelve con-sagrada y al frente de una comprometida ac-

titud política en busca de la reconciliación dePalestina e Israel.

Les ofrecemos también una perspectivapor la más rabiosa creación contemporáneaen el teatro de títeres, algo alejada de las pro-puestas más bien clásicas que nos ha dejadoTitirimundi en la ciudad la pasada semana.La interacción con otras artes y la esenciapoética abren nuevas vías. Traemos tambiénlibros: una decepcionante novela de EduardoMendoza y la belleza de Clarice Lispector.N

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1 FIEBRE EN LAS GRADASHace unas semanas, en el blog‘Divergencias’ de ‘El Correo’ –uno de losmedios que mejor está sabiendoadaptarse a esto de las nuevastecnologías– se debatía sobre la carenciade buenas novelas sobre fútbol. Entrequienes no querían ni oír hablar deltema y quienes citaban algunos clásicosdel deporte –al parecer, Kipling escribióun cuento, Gato Maltés, en el que senarraba un partido de polo desde elpunto de vista de los caballos–, la verdades que cuesta explicarse por qué a unespectáculo que arrastra tanta pasión lecuesta convertirse en buena literatura.Pues bien, hay una excepción. Se titulaFiebre en las gradas y viene a cuentoporque esta novela de Nick Hornbyviene a ser algo así como la entrada delArsenal en el mito. Y ya saben que esteequipo inglés juega el miércoles la finalde la Champions contra el Barça.Hornby ha sido uno de los escritores quemejor han sabido llevar a los libros lacultura popular. Su personaje de Altafidelidad se ha convertido en unareferencia para los amantes de lamúsica: ese hombre elaborando listas decanciones, grabando cintas, incapaz desentir de una manera verdadera sin lamediación de la música. Algo así comoun ‘snop’, según la definición que KikoAmat hacía el otro día en el suplementode ‘La Vanguardia’: alguien muyentendido que lo sabe todo de cadagrupo y cada canción. El protagonista deFiebre en las gradas sigue una líneasimilar, pero su sitio está en la grada deHighbury –otro precioso estadiocondenado a la demolición–, sufriendocon su equipo. Cada capítulo de la novelase estructura alrededor de un partido,con su fecha y su resultado. Y la mayorparte de ellos fueron aburridos,acabaron con empate a cero ydesengaños. Todos los equipos cambian.El Arsenal tuvo su momento de Athleticde Clemente para elaborar después unjuego rápido, tocado y poco británico.Ahora, cuando ya nadie contaba con él,disputa su primera final europea.Apuesto a que Hornby estará en Paríspara ver a su equipo, acordándose deaquellos tiempos duros y confiando enque Henry y los suyos hagan olvidaraquellas temporadas de aburrimiento.También estoy convencido de que siHornby fuera español sería del Atléticode Madrid.

2 CAMBALACHE, 18 AÑOSUno puede llegar a una ciudad que noconoce, encontrar un bar que le gusta yquedarse a vivir allí para siempre.Salamanca tiene uno de esos sitios, sellama Cambalache y está a punto decumplir dieciocho años. Alejado delcentro y sus movidas, con una cuidadaselección musical, buenas lecturas,gente con la que encontrarse, unambiente acogedor con el cuidado de losdetalles, pero tan distinto a esos lugaresde pretenciosa decoración. El antiguoCambalache, aquella cueva nocturna yconfidencial, se convirtió por culpa deuna tubería díscola en un café dondealguna de la gente más inquieta de laciudad sigue juntándose. Y esto no espublicidad. Creo que el Cambalache nola necesita ni la quiere. Sólo son unaspalabras de agradecimiento porhabernos servido de refugio durantetodos estos años.

3 EDITORES Y LIBROS EN REDDurante estos días de Feria del Libro sehan acercado a la ciudad algunos deesos ‘pequeños grandes editores’ a losque, con gran acierto, se les ha dedicadouna caseta expositiva en Los Bandos.Hubiera estado muy bien que, además,se pudieran comprar porque la mayorparte de las librerías iban con losgrandes nombres. Por debajo de losgrandes grupos y los grandes premiosmediáticos, hay todo un mundo dondese trata a los libros con mimo y en elque cada apuesta editorial se convierteen una apuesta personal. De esta formanos llegan nombres de escritoresdesconocidos y reediciones de clásicosque ven la luz en un delicado equilibrioentre la aventura cultural y el negocioeditorial. La próxima semana conoceránen este periódico a algunos de estoseditores.Otra salida a la saturación del mercadoes la ‘liberación’ del libro a través de lared. José Antonio Millán(jamillan.com) lo ha hecho con NuevaLisboa , una obra que se iba a quedarsin editar o en un almacén en el mejorde los casos. «Lo importante, para mí,es que esos 250 metros de letraspenetren en la mente de un lector, decuantos más lectores sea posible», diceel autor. El mundo editorial es ungigante caótico.

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

Antonio [email protected]

Arriba, Nick Hornby durante una

lectura. Paul Merson, un jugador

mítico del Arsenal, por muchos

motivos. Portadas de Fiebre en las

gradas en otros idiomas. Tarjeta

del cumpleaños del Cambalache.

El actor y director Carlos Iglesias.

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tica por su afición a la noche y al al-cohol, el ‘Imagine’ de John Lennon,las amenazas son inmediatas y pi-de colaboración a la cantante pa-lestina Mira Awad quien se con-vierte en una de sus mejores ami-gas. Esta mujer que llenó el peque-ño escenario del Juan del Enzinatocando un darbuk, el pequeñotamboril árabe y moviendo las ca-

larina, resuena percusionista de símisma, el cabello vistiéndola bajola luz de los focos, la voz que todo lollena. Sus conciertos son un espec-táculo de música y de entrega. Fas-cinadora. Mi hermana la ha vistoen persona, en sordina, y afirmaque es aún más bella, más brillante.Perturbadora.

Sus abuelos, judíos yemeníes,alcanzaron la tierra prometida trastres años de caminar por el desier-to. Nieta de rabino –su padre inge-niero y su madre psicóloga se tras-ladaron a Nueva York cuando Noatenía dos años– las suyas son in-fluencias musicales del Bronx, ni-ñez de Yeshiva y de clases de mú-sica a las que su padre era aficio-nado. A los quince viajó a su paísde origen y volvió a los dieciséis, sehabía enamorado de un soldado is-raelí con el que sigue casada. A losdiecisiete hacía el servicio militarobligatorio cantando a las tropas,sus estudios la unirían a un músico

de jazz que desde entonces es suotra mitad y que describe su tra-bajo como «música para la aldeaglobal», Gil Dor. La fusión es sen-cillamente perfecta, ambos hancantado acompañando a todo tipode músicos, situándose frente a laFilarmónica de Israel bajo la batu-ta de Zubin Mehta, practicando to-das las lenguas y todos los ritmos, ysobre todo, convirtiéndose en unsímbolo de integración. Noa cantael Ave María en un encuentro en elVaticano frente al Papa, es la pri-mera artista israelí invitada porMarruecos, sitúa la música por en-cima de los odios. Un odio que co-noce directamente.

Cuando Isaac Rabin muere ase-sinado en un acto público en TelAviv en noviembre de 1995, la vozde Noa había sonado minutos an-tes de explotar las detonaciones.Se crece con el castigo, animal decasta: canta acompañando a mú-sico argelino Khaled, a quien se cri-

hay un espacio evocador quepermanece cerrado, en el ol-vido institucional y en el lim-

bo del pasado. El teatro Juan delEnzina languidece oculto en el edi-ficio felizmente remodelado deAnayita como una herida apenascicatrizada que guarda la memo-ria viva de generaciones de estu-diantes de Letras que hicieron te-atro francés bajo la dirección dePaullette Gaubadan, que partici-paron en recitales históricos yaplaudieron conciertos memora-bles. El Juan del Enzina, con todassus carencias fue un espacio privi-legiado en el que cantó en 1995Noa, cuando aún era una descono-cida intérprete israelí que apare-ció en el escenario desnudo y, enmedio del silencio, comenzó a can-tar a capella golpeándose rítmica-mente el esternón con ambas pal-mas. El efecto fue electrizante, lavoz y el sonido de su piel llenaron elrecinto íntimo y nos llegó hasta lomás hondo.

La Noa que cantará de en Sala-manca es ya una artista consagra-da que no sólo se deja acompañarde los músicos imprescindibles so-bre un escenario desnudo. A su al-ter ego, el guitarrista Gil Dor y alpercusionista Zohar Fresco se lesha unido un célebre cuarteto decuerda napolitano, quienes, fasci-nados por su voz, la invitaron aasistir a uno de sus conciertos. Elentendimiento musical fue tan in-mediato que los dos violines, la vio-la y el violonchelo de los SolisString Quarter se unieron a la ban-da sin perder su independenciatras diez años de música. Despuésde todo, Noa no es sólo el hipoco-rístico de Achionoam Nini, el nom-bre de la cantante, se trata segúnella del anagrama Not Only Achio-noam. Ella es el eje, todo en ella bri-lla y vibra con la misma tensiónque una cuerda de violín, pero a sualrededor, cada elemento mantie-ne una bellísima, incuestionable in-dependencia.

A Noa la recuerdo hermosa, sinembargo, el tiempo y el éxito la hansofisticado. La belleza judía esarrebatadora e incómoda, excesi-va y perturbadora. Noa es la Sula-mita, la amada del Cantar de losCantares, todo se trenza en ella, seensortija, se retuerce, se gira bai-

deras desnudas, es la misma quecanta en español, italiano e inglés yse desliza por las fascinantes can-ciones populares yemenitas. Elcanto es sagrado en las religionessemitas, supone la voz silenciadade la mujer que se queja, Achino-am era la primera mujer del reyDavid, Noa fue la primera mujer dela biblia que se enfrentó a la socie-dad afirmando que era la herede-ra de su padre, de su pueblo. Noa,que vive en Israel, es contundenteen sus palabras, el suyo no es undiscurso multicultural, apto paraquienes acuden a los conciertos ét-nicos para acallar su mala con-ciencia. Afirma vehemente queambas partes han hecho cosas te-rribles, que los judíos y los palesti-nos han de tener su patria, susfronteras, para después, romper-las, fusionarlas.

Actitud comprometidaEs práctica, es certera, es va-

liente, la suya es la actitud izquier-dista y comprometida del escritorAmos Oz, de Daniel Baremboim, eldirector de origen argentino queformó una orquesta con músicosjudíos y palestinos que suenan conla misma armonía que le falta a es-ta determinante esquina del mun-do en la que, según Noa, el azul sejunta con el azul. Lectora de poe-sía en inglés, marcada por los can-tautores-poetas norteamericanoscomo Leonard Cohen, esta mujerque escribe y canta textos propiosy ajenos, afirma que hay un lugardonde el azul irracional se une alazul racional, un espacio mágico enel horizonte que se ve desde Israel-Palestina en el que nacen el amor,la creatividad y la belleza. Allí vue-la la voz de Noa, por encima de lasfronteras. Esta mujer, que llamóAyheli a su primer hijo, un nombreque parece judío, pero que en rea-lidad es una palabra indioamerica-na que significa «mi segunda ala»,ha conseguido conmovernos porigual sean cual sean nuestras dife-rencias de raza, religión u origen.

Esos ojos infinitos, esa bocadesmesurada, la nariz inequívoca,el cabello que brilla sobre su espal-da, la voz y los ecos de un paisajedesnudo donde todo empezó, ha-bitan un espacio en el que la voz ha-bla un lenguaje común con el quecomulgar la belleza. Una arrebata-dora, incuestionable, insólita be-lleza a nuestro alcance, cuyo ecoresuena aún, en las esquinas olvi-dadas, cerradas polvorientas, con-denadas, de un teatro universita-rio que una vez vibró con ella. Ella,que ahora llena auditorios inmen-sos, prestigiosos, imposibles, quecanta ante dignatarios, papas yasesinos.

Ella, aureolada de violines,aquella mujer apenas vestida quemovía sus caderas y se golpeaba elesternón, recuerdo de un tiempoen el que las mujeres no tenían otravoz que la suya, otro instrumentoque su cuerpo.

Charo Alonso

Sonidos de la aldea globalNOA

Noa dejó un recuerdoinolvidable a quienesla vieron en suprimera actuación enSalamanca. Estemartes vuelve, alCAEM, acompañadadel siciliano SolisString Quartet.

Ella es el eje, todo enella brilla y vibra con lamisma tensión queuna cuerda de violín,pero a su alrededor,cada elementomantiene unabellísimaindependencia

3MÚSICA culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

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ten por sus escritores, y todo es-critor tiene la esperanza de que suciudad exista un poco gracias a él,de darle un alma. Esto es lo que memovía a ser escritor». Empezópronto, a los doce años. «Cuandotenía diecisiete yo era lo bastanteimbécil para pensar que podía es-cribir la novela de mi vida. Presen-té Sombras viejas al Premio Nadaly no gané. Janés convocó el PremioInternacional de Novela (1948), re-formé el libro y lo gané. Tuve un

culturas4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

Nacer en un barrio pobrede la Barcelona de 1927marca una vida. Escritornocturno, censurado,rostro detrás de SilverKane, periodista,novelista negro, su vida–recogida en Historia demis calles– conciliacapacidad de sufrimientoy de admiración por ladignidad humana.

una infancia, unas memo-rias. Un maestro le dijo: lainfancia es tu patria. Si una

buena parte de los novelistas queescriben género negro provienendel desencanto del 68, podríamossituar a Francisco González Le-desma entre aquellos que palparonla pérdida de las esperanzas mu-cho antes, con la caída de la Repú-blica. Vecino del barrio pobre delPoble Sec, creció en un ambientedonde había esperanzas de una vi-da mejor, ética del trabajo y solida-ridad. La caída de Barcelona cuan-do tenía nueve años dividió la so-ciedad entre vencedores y venci-

dos y dio paso a cuarenta años gri-ses entre los que el escritor buscaen su libro Historia de mis calles–que ha agotado la primera edi-ción– las perlas de dignidad huma-na en los habitantes de una ciudadque no volvería a ser la misma.«Estrictamente, no son mis me-morias. Ya soy lo bastante viejo pa-ra tener recuerdos y lo bastanteviejo para contarlos, pero he que-rido explicar la historia de mi ciu-dad, de mis calles, de mi época, dela gente sencilla a la que he vistosufrir, tener una esperanza y per-derla. La guerras no enseñan na-da, pero en la guerra civil aprendíla capacidad de sufrimiento y la ca-pacidad de admiración. Conocimoslos bombardeos, el hambre atroz,el esfuerzo de tus padres. Soy deun barrio muy pobre donde la gen-te estaba sometida a una presióneconómica tremenda, un deseo dejusticia social, y he visto a muchagente morir por unos ideales de unmundo mejor, y vieron que esemundo no iba a existir nunca más.Mi capacidad de admiración vieneporque veía a gente que siempreestaba dispuesta a dar algo por losotros, gente que tenía el senti-miento de la solidaridad y el hero-ísmo. Tuve una enseñanza sencillay republicana, de una Generalitat

que antes era más generosa queahora. Los maestros nos enseña-ban cosas sencillas: a amar a losanimales, a nuestros compañerosy, sobre todo, a amar la paz».

Un escritor aplazado. «Siem-pre quise ser escritor. Pensé queestaba bien ser testimonio de lascosas que tú has visto, las cosas detu ciudad, poder crear personajesque, si no han existido, han mere-cido existir, y que siguen en las ca-lles de la ciudad. Las ciudades exis-

Para mí, la ficcióndebe ser la realidadvista a través de losojos del escritor,levementetransformada. Elescritor debe conocerla realidad, dotarla deun cierto sentidoartístico y describirla

Memorias de lo humano

González Ledesma, con su último libro, la pasada semana en Salamanca, donde participó en el II Congreso de Novela y Cine Negro / Prieto

Ledesma y Marcial Lafuente Estefanía, el popular escritor de novelas del oeste

FRANCISCO GONZÁLEZ LEDESMA

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momento de plenitud porque mellevaron a cenar con SomersetMaugham. Soñé que ya era escri-tor, pero no lo fui. La censura pro-hibió el libro. Era un libro social, dela Cataluña de Lluis Companys.Pensaron que era un libro peligro-so, escrito por un rojo y pornógra-fo, esto porque un novio le tocaba larodilla a su novia. El censor dijo:‘Mientras el caudillo viva, usted nopublicará’. Y tuvo muchísima ra-zón porque aunque seguí escri-biendo no publiqué hasta el 77».

Silver Kane y el aprendizajede perro.

«Silver Kane nació por hambrey murió por agotamiento». Cerra-do su camino de escritor, Ledesmatrabajaba desde 1947 como guio-nista de los tebeos que Brugueraeditaba con grandes tiradas. «Eleditor me dijo que como tenía ima-ginación y cierta soltura para es-cribir, por qué no hacía novelas deaventuras. ‘Escríbalo con seudóni-mo porque si las firma González la

gente se va a reír y va a pensar quenunca ha estado en el Oeste’. Asínació Silver Kane. Yo era un estu-diante en una familia que seguíasiendo muy pobre y era el únicoque podía llevar dinero a casa.Aquello me permitió estudiar,mantener a mi familia y tener unaúltima esperanza. Escribí unastres novelas por semana, hay quientiene catalogadas 610. Nunca lasconté. Estudiar Derecho por lasmañanas, trabajar y escribir porlas noches es un ritmo que no séhasta qué punto podría soportarhoy. Pero me enseñó mucho.Aprender los trucos de la novela,dosificar el suspense, planificar, ha-cer unos diálogos que sean atrac-tivos... y todo eso en tres días. O temueres o lo aprendes. No me que-dó más remedio que aprenderlo. Yyo que quería escribir la gran no-vela, fíjate que tontería». Novelasde entretenimiento que hasta ha-ce poco se cambiaban en los quios-cos una vez leídas. Tiradas de mu-

chos miles de ejemplares. Un ‘pulp’a la española. Y, como en casi todoen la época, también se podía leerentre líneas. «El hombre solitarioque quería hacer justicia, el primercapitalismo salvaje, la construc-ción del ferrocarril donde moríancada día centenares de chinos, elcacique, la prostituta mal miradapero que tenía una historia a su es-palda, quizá un hijo secreto, un ma-rido perdido y muchos secretos.En ese Oeste inventado se dabantodos los elementos del mundo mo-derno. Aquellas novelas que noquerían más que distraer tocabanasuntos que habían existido».

Bruguera, la Santa Casa. Váz-quez perseguido por sus acreedo-res, los dibujantes atados con ca-denas a las mesas... eran viñetashabituales en los tebeos de Bru-guera, la editora más grande quese recuerda. Pero la realidad eramás o menos parecida. La factoríade la diversión era un infierno parasus trabajadores, en buena partedel bando perdedor. «Es paradóji-co, pero fue así. Y esto se debió aque aquellos vencidos que trabaja-ron allí buscaron la sonrisa entreel mundo pobre y gris en el que vi-vían, buscaron lo bueno en lo malo.Se hizo una crítica social: si habíahambre, nacía Carpanta. Si vivíanrealquilados, nacía Rúe 13 del Per-cebe. El hambre, el pluriempleo, elhombre que hace negocios tur-bios... todo está ahí. Si un sociólogove estas revistas en el futuro, com-probará como era la España de laépoca. Era un gran negocio, peroBruguera no fue una empresa in-teligente. La mayor parte de la gen-te más valiosa se fue marchandoporque no aguantaba más. Al final,se quedaron con los peores, los queno pudieron irse a otro trabajo. DeFrancisco Bruguera aprendí queel dinero no lo es todo: puedes te-ner mucho dinero y no tener nada.Él murió sin nada. El comporta-miento ético es rentable a la larga.A corto plazo no lo es en absoluto,pero a la larga sí».

El periodismo como salva-ción. Paralelamente, Ledesma seespecializa en Derecho Catalán–existe allí un derecho sucesoriodistinto al del Código Civil–, se ha-ce abogado y trabaja para Brugue-ra. Gana muchísimo dinero. Perono está contento. «Un hombrenunca está situado si no está biencon su propia conciencia. El Dere-cho es precioso en los libros, peroen la vida judicial diaria se buscala eficacia y no la justicia. En Bru-guera se practicaba un capitalis-mo salvaje con todas sus conse-cuencias y un desprecio a la digni-dad humana, y yo como abogadode la casa colaboraba un poco enaquel proceso. Al mirarme al espe-jo no me gustaba lo que veía. Mearriesgué y me hice periodista con39 años». Estudió por libre y al exa-minarse acabó hablando con elprofesor de temas militares –suotra gran pasión: fue alférez delejército, pero le degradaron a sol-dado raso por hablar en catalánfuera de servicio–. Fue el primerode su promoción y se jubilaría co-mo redactor-jefe de ‘La Vanguar-

dia’. «Mi tío había sido periodista.Para mí era la calle, la noche, lasjornadas hasta las cuatro de la ma-ñana, el olor a tinta. El periodismote permite vivir dos vidas, la tuyay la de la gente que conoces. Reci-bía cada día una lección de huma-nidad. Ese romanticismo que teníano existe en realidad, pero de algu-na manera te permite estar cercade la verdad, estar en contacto contu ciudad. Un abogado no busca laverdad. El periodista intenta en-contrarla».

La novela negra. Ese conoci-miento de las calles y el caráctersocial de la novela negra le lleva-ron al género y a la creación de supersonaje, el inspector Méndez.«Merecería llamarse novela deanálisis social. Tiene un enigmaque la hace más interesante y ge-neralmente es crítica con el poder,es decir, es casi siempre una nove-la de izquierdas. Al llegar la Tran-sición empecé a darme cuenta deque toda España y sobre todo Bar-celona eran una novela negra. Nose sabía quién estaba financiandoel terrorismo, qué había pasadocon las grandes fortunas formadasen la época franquista... La socie-dad era nueva y creo que sólo po-día ser descrita con las herra-mientas que te da el género. Mén-dez es una mezcla de tres policíasreales. Con ellos me di cuenta deque tras esas personas había untremendo ejercicio de humanidady de conocimiento de la sociedad.Como yo concibo la literatura, si teatienes a la ficción olvidando la re-alidad de cada día estás mintiendoy desorientando un poco al lector.Para mí, la ficción debe ser la reali-dad vista a través de los ojos del es-critor, levemente transformada. Elescritor debe conocer la realidad,dotarla de un cierto sentido artís-tico y describirla. Si consigue queesa realidad recreada forme partedel alma de la ciudad, habrá logra-do alguna cosa. Si sólo es ficción,habrá conseguido entretener a lagente, pero probablemente no lehabrá enseñado nada».

Hoy. Con casi ochenta años,Ledesma sigue en activo. Dice queel trabajo lo mantiene joven, y debede ser verdad, porque lo parece.Está escribiendo una nueva novelade Méndez y una novela no negracon Barcelona y su propio sentidode la religiosidad –«¿cómo el hom-bre ha creado la idea de eternidadcuando no puede verla en nada delo que le rodea?»–. Acostumbradodesde niño a ver a dos Españas, ypreguntado por el clima políticoactual, afirma que «Cataluña esuna nación. Tiene todos los requi-sitos para serlo –lengua, Derecho,territorio y sentido de pertenen-cia–. Pero Cataluña no es separa-tista, no lo fue nunca, salvo en unaminoría. Tenemos la suerte de te-ner dos culturas. En la escuelaaprendí en castellano porque te da-ban a elegir y el catalán ya lo ha-blaba en casa. No se puede poneruna lengua por encima de otra,porque tras cada lengua hay mu-chas almas».

Antonio Marcos

5LIBROS culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

Arriba, el autor, con su máquina de escribir, en la redacción de ‘La Vanguardia’. Abajo, de

pie, en Bruguera con compañeros como Víctor Mora (izquierda), creador del Capitán

Trueno, y Conti (derecha)

He querido explicar lahistoria de mi ciudad,de mis calles, de miépoca, de la gentesencilla a la que hevisto sufrir, tener unaesperanza y perderla

FRANCISCOGONZÁLEZLEDESMA

Historia de miscalles

Planeta, 2006

461 pp. / 23 euros

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tuye un polo de referencia en el co-razón mismo de numerosas prác-ticas contemporáneas, donde lasfronteras tienden a difuminarse yla creación a ser un híbrido de di-fícil denominación o etiquetado.

Por ejemplo, el catalán JoanBaixas –quien colaboró con Miró,Saura y Matta– crea en 1996 el es-pectáculo Tierra Preñada, donde‘pinta y proyecta historias’ contierras sobre una pantalla deplástico, al tiempo que un músi-co, con teclado y voz, conformaimágenes sonoras que acompa-ñan las visuales. Otras compañíasexploran con otras materias co-

culturas6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

Dentro de la extensiónsalmantina deTitirimundi ha habidovariedad y marcadasdiferencias de calidad.Con un tono clásicopredominante, damoshoy un repaso a lostíteres máscontemporáneos.

en estos días disfrutamos enSalamanca de la Feria Muni-cipal del Libro cuyo progra-

ma incluyó once espectáculos detíteres llegados del Titirimundi deSegovia. A priori placía creer quedurante una semana los títeres‘invadirían la ciudad’, sin embar-go, menos grato ha sido ver los es-pectáculos. En su conjunto hubovariedad –dentro de una ciertamanera tradicional de entender yhacer el teatro de títeres- y muymarcadas diferencias de calidad–buenos espectáculos (Triángulospara las cuatro estaciones, Cía.Tsubame-Ya, Japón), regulares(Tomate el hombre globo, CirkoTomate, Argentina) y otros sin

ningún interés, al punto que unose cuestiona qué hacen progra-mados en un festival de relevanciainternacional (Jukebox, La cajaenana, Cía. Trukitrek, España).

Los salmantinos han acudidonumerosos a los espectáculos, y ajuzgar por la expresión de sus ros-tros y la manera en la que hanreaccionado y aplaudido, parecí-an disfrutar satisfechos de las re-presentaciones, lo que sin duda esun valor importante. No obstante,por profundo respeto a nuestropúblico y al gremio titiritero, he-mos de indicar que lo visto estosdías de mayo en Salamanca, esuna muy pequeña gama de las po-sibilidades expresivas del títere ydel estado actual de este teatro.

La tradición, en el títere comoen cualquier arte, es un asideroimportante de conocimientos y desaber hacer. El titiritero sueco Mi-chael Meschke escribió que «latradición es la tierra en la que elartista vivo planta nuevas flores,pero hay que remover la tierra pa-ra que las flores crezcan, y el aguaque les da vida viene de fuera». Elteatro de títeres contemporáneo,para oxigenar su sustrato, y soñarcon flores frescas, alía la fuerzapoética que le es propia al poderde otras disciplinas artísticas

–danza, escultura, vídeo, literatu-ra, música–. Esta connivencia noemerge abruptamente del pre-sente, sino que tiene fuertes ante-cedente históricos –citemos porejemplo los cortos de Méliès, o losballets de la Bauhaus, ciertascomposiciones de Debussy, textosde Lorca, esculturas de Calder, de-corados y títeres de Miró, o la obratoda de Kantor…

Por eso hoy el títere ya no essólo sinónimo de Guiñol, ni única-mente juguete o diversión infan-til, ni atracción de feria, o artemarginal. Desde los héroes deguante y cachiporra de las ferias

populares, el títere ha conquistadoletras de nobleza artística, afir-mándose como un arte a parte en-tera, con sus corrientes, familias,escuelas, festivales, teorías, ten-dencias… Formas animadas incla-sificables, títeres de guante, varillao hilo, teatro de sombras o de ob-jetos, el arte del títere está hoy enplena revolución: escrituras con-temporáneas, nuevas tecnologíasy materiales, relaciones inéditasentre el cuerpo del actor y el obje-to configuran sus caleidoscópicosperfiles. Hoy, cuando tanto se ha-bla de trans, inter, multi y/o plu-ridisciplinaridad, el títere consti-

Un arte en revolución

Arriba, a la derecha, la rumana Aurelia Iván, interpretando La carne del hombre, de Novarina, con universo plástico inspirado en la obra del artista Jephan de Villiers

Foto columna

derecha, abajo:

la joven

compañía

Drolatic

Industry,

nuevas

relaciones

entre el actor y

el objeto.

TEATRO DE TÍTERES CONTEMPORÁNEO

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mo vegetales, hielo, agua, papelhigiénico, ramas de árboles o fru-tos, animales vivos…

El teatro de títeres contempo-ráneo se reivindica también comoun arte visual y a veces ocupa es-pacios museísticos o no estricta-mente teatrales: en el verano del2000, una compañía de teatro deobjetos, Turak Théâtre (Lyon,Francia) toma por asalto el Cen-tro Cultural de Belén, en Lisboa, yexpone sus títeres y objetos ‘bri-colados’ en la fachada y salas deledificio, figuras que también pa-sean por la ciudad en tranvía y ac-túan en distintos escenarios lis-

boetas… En España, la compañíavalenciana Hermanos Oligor, creaen 2002 Las tribulaciones de Vir-ginia, espectáculo a medio cami-no entre el teatro de autómatas, elcuentacuentos y la instalación es-cultórica.

Desde finales de los 90 la com-pañía francesa Amoros et Augus-tin, especializada en teatro desombras, aplica nuevas tecnologí-as, como imágenes de vídeo digi-tales montadas o filmaciones endirecto, a las proyecciones de som-bras más tradicionales. En 2001se estrena en París Teatro para losoídos, del autor Valère Novarina,

donde el títere es un robot con laimagen del escritor, siendo el ros-tro una proyección de vídeo digi-tal, ‘manipulado’ por un actor des-de un ordenador, y el texto, graba-do, circula por el escenario en al-tavoces que van sobre cochecitosteledirigidos por el actor a distan-cia.

Novarina es un afamado dra-maturgo, también pintor, cuyostextos son continuamente puestosen escena por compañías de títe-res. Su obra, como la de otros au-tores vivos –Daniel Lemahieu, Ma-téi Visniec, Kossi Efoui, PhilippeMinyana– es muy solicitada porlos marionetistas pues sus textos,por el uso subvertido de la lenguao la estructura aristotélica, o porlos universos que proponen, o porlos terrenos de intercambio que seabren entre materia y palabra, sonuna fuente ‘multiproteica’ para eltítere.

Otros artistas, como la titiriteraalemana Ilka Schoenbein, o la co-reógrafa belga Nicole Mossoux, ex-ploran desde el trabajo físico for-mas nuevas de relacionarse con elobjeto, la eterna diatriba entremanipulador y títere, entre el cuer-po vivo y la materia inerte… En pa-ralelo, las experiencias de losmaestros y de los innovadores secruzan y se nutren entre sí, de estaforma emergen nuevos lenguajes,revalorizándose prácticas tradi-cionales. Por ejemplo, ArianneMnouchkine, del parisino Théâtredu Soleil, inspirada por el bunrakujaponés, crea en 1999 Tamboressobre el dique, donde los actores‘marionetizan’ sus cuerpos, y co-mo títeres se mueven, siendo ma-nipulados por otros comediantes,también de carne y hueso.

El conjunto de las artes escéni-cas reconoce la riqueza del teatrode títeres contemporáneo. El tea-tro clásico, la ópera, la danza con-temporánea, las artes visuales, lamúsica, tienden cada vez más aservirse del títere, de sus códigosvisuales y dramatúrgicos, y pocoa poco le ceden lugar en sus esce-narios. Para llegar a esos múltiplesescenarios, los titiriteros de hoysurcan los caminos en rápidas fur-gonetas o en avión, hablan a los ni-ños dirigiéndose también a losadultos, se arman con ordenado-res portátiles, teléfonos móviles,cámaras digitales, se comunicany anuncian a través de emails,blogs y páginas webs…

El títere de hoy sigue portandosobre sí el peso del mundo, de lasideologías, de la incandescencia delas palabras, de la acuidad de lasmiradas. El títere habla fuerte e ig-nora a su antojo los códigos esta-blecidos, transgrede lo política-mente correcto, se burla de losacademicistas y de la cultura ba-sura. El títere contemporáneo pre-coniza sin pudor el riesgo, la locu-ra, el amor, como un derecho a lacreación bajo todas sus formas,como un derecho a la invención denuevos leguajes, como un derechoa dialogar con el público, compar-tiendo imaginarios y emociones.

Yanisbel Victoria Martínez

7TEATRO / LIBROS culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006

con un rostro híbrido yexótico –a juzgar por lasfotografías de ella que

nos han llegado–, y un origenque unido a su destino certifi-can una extraña belleza (naci-da en Ucrania en 1920 y falle-cida en Brasil en 1977), cabeesperar si no lo mejor al menosalgo muy interesante de la li-teratura de esta mujer, Clari-ce Lispector, de quien Siruelaha recuperado anteriormenteseis libros. Quien se acerque aesta novela, compleja, densa,inquietante y de una hermosu-ra tropical, no se verá defrau-dado. La idea sobre la queconstruye el texto es aparen-temente tenue: la construc-ción de una mujer. De un asun-to tan frugal puede nacer unculebrón venezolano, MadameBovary o ciertos párrafos deVirginia Wolf. Lejos de cual-quiera de estos planteamien-tos, Lispector teje un mundoen el que lo interior se empa-pa de lo exterior hasta confun-dirse, de manera que uno du-da de que sea protagonista delos sucesos de su vida o de quesean las cosas las que le suce-den a uno. En gran medida,una mezcla magistral de reali-dad y magia anuncia lo que se-rá la verdad maravillosa queempapará la obra de tantos es-critores de América Latina: ·Ysin darse cuenta la joven tomóla forma que el hombre habíapercibido en ella. Así se cons-truían las cosas».

Y así construye ella el len-guaje, como si acabara de in-ventarlo, con una facilidad paramodelarlo propia de un almade artista no exenta de ciertoespíritu barroco: «Cuando unacosa no pensaba, la forma quetenía era su pensamiento». Eselenguaje rico, de un lirismo cá-lido y exuberante, produce enel lector una impresión quecompagina lo triste y lo prodi-gioso describiendo constante-mente los alrededores del per-sonaje central, una mujer jovenque desconoce el destino delamor, al que cree vinculado supropio destino vital, y que da laimpresión de ser incapaz deenamorarse. De esta forma, eltema es su experiencia de laciudad en la que habita: «Sóloque se veía como un bicho ve-ría una casa: sin que ningúnpensamiento sobrepasase lacasa». Esa esquizofrenia defi-ne la espuma de los días de estamujer: «En ciertos hechos cre-ía, en otros no. No creía que las

nubes fuesen agua evaporada,¿para qué, si las nubes estabanallí? No llegaba a gustarle la po-esía. Le gustaban los que con-taban las cosas como eran,enumerándolas. Eso era lo quesiempre admiraba, ella, que pa-ra intentar saber algo de unaplaza hacía un esfuerzo para nosobrevolarla, que sería lo másfácil. Le gustaba quedarse enla propia cosa: es alegre la son-risa alegre, es grande la ciudadgrande, es bonita la cara bonitay así se probaba que sólo sumanera de ver era clara».

Así pues, el marco de la no-vela –«El pueblo de S. Geral-do, en 192… ya mezclaba con elolor a establo algún progre-so»– es protagonista porque lamira a ella, la construye o, pordecirlo con cierta libertad, ladecide. O decide que establez-ca una lucha interior irresolu-ble: «Lucrecia Neves mirabadesde su altura el horror delobjeto. Cosas terribles y deli-cadas yacían en el suelo. Eltornillo perfecto. La joven res-piraba el olor de plomo de laclaridad. Y al volverse, allí es-taba S. Geraldo, anunciado, in-explicable, posado con la du-reza de un pie. Cada objeto hi-perfísico».

Con una prosa repleta demetáforas exquisitas y sor-prendentes, que nos remitensin complejos a una construc-ción de una personalidad pa-radójica, de tan abrumadoracomo inexistente, Lispectorrefleja esa evolución hacia lanada en la imposibilidad deelegir un amor, o en la formaen que vive un adulterio o unaviudez esta mujer a la que sólocabe entender protegida por elepígrafe de Píndaro que Lis-pector eligió: «En el cieloaprender es ver; / en la tierraes acordarse».

Ricardo Martínez Llorca

Dentro de laespuma de los días

L I B R O S

Clarice Lispector contruye una novela compleja,inquietante y de una hermosura tropical

CLARICELISPECTOR

La ciudad sitiada

Trad. de Elena Losada

Siruela, 2006

183 pp. / 17 euros

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La novela del desengaño

anunciada a bombo y platillo comola nueva novela ‘seria’ de EduardoMendoza, Mauricio o las eleccio-

nes primarias retoma la capacidad ana-lítica y reflexiva del autor para radiogra-fiar las contradicciones y los vaivenes dela sociedad barcelonesa, centrándose es-ta vez en los convulsos años de la post-transición, marcados por la crisis de lasideologías y el abandono de los sueñosutópicos a cambio del disfrute de los lu-jos del Estado del Bienestar. Las manio-bras mediáticas y publicitarias que hanprecedido la salida al mercado de la obrahan vuelto a poner de manifiesto el lugarprivilegiado y de referencia de que gozael autor catalán en el panorama literarionacional que, desde la publicación, en1975, de la magistral La verdad sobre elcaso Savolta, ha ansiado sus obras conla confianza de saber, y de constatar, queno iba a sentirse defraudado. Por eso re-sulta tan decepcionante esta última no-vela, porque, a pesar de mantener algu-nos de los valores clásicos que adornansu narrativa, se antoja pobre, ramplona ypor debajo del nivel medio de una tra-yectoria que lucía impecable.

Hasta ahora, las novelas de Mendozaque la crítica y la promoción han coin-cidido en denominar ‘serias’ (como sino lo fueran aquéllas en las que el autorentretiene y hace reír manejando conmaestría elementos paródicos y bur-lescos, como las protagonizadas por elloco innominado) integraban la Histo-ria (con mayúsculas) a la ficción. Lagrandeza de La verdad sobre el caso Sa-volta, La ciudad de los prodigios o Unacomedia ligera, que pueden ser leídasen comandita como fresco evolutivo dela sociedad catalana desde la crisis fini-secular hasta el desarrollo burgués dela posguerra, reside precisamente en lahabilidad del escritor para inventar un

argumento consistente, tan ameno co-mo intrigante, y ensamblarlo con sumarco contextual para reflejar así unambiente histórico concreto. Quizá elgran error de Mauricio o las eleccionesprimarias esté en la insistencia del au-tor en invertir esa relación y utilizar latrama novelesca sólo para historiar losacontecimientos acaecidos en Barcelo-na, Cataluña y España en la década delos ochenta, desde la consolidación de-mocrática hasta el ideal transformadordel 92. De ahí que la novela destile im-postura y que todo en ella parezca im-puesto por la intención del autor decomponer una novela de tesis con la quehacer balance de todo lo que quedó en elcamino durante la transición, de todoslos sueños que jamás se cumplieron yde todas las promesas que se olvidaron.Los personajes quedan relegados a lacategoría de estereotipos, y su presen-cia en la trama parece sólo tener vali-dez en la medida que sirven al autor pa-ra argumentar su reflexión sobre la Es-paña contemporánea. Aparecen así lajoven utópica e inconformista que, po-co a poco y casi sin darse cuenta, vasiendo absorbida por el sistema sin queeso parezca molestarle demasiado; lospolíticos que cambian con facilidad elcontacto con las bases por un puesto enun despacho enmoquetado con secre-taria; el viejo combatiente contra la dic-tadura que pierde su sitio en la demo-

cracia y que afirma con nostalgia que‘contra Franco’ se vivía mejor… Inclusole falta vida a la tríada protagonista for-mada por Mauricio, Clotilde y ‘la Porri-tos’. Él es un dentista recién licenciado,pusilánime y en permanente duda, queacepta hacer campaña por el PartidoSocialista al tiempo que se enfrasca enuna relación sentimental con dos muje-res, una joven abogada progre llena deprejuicios y absolutamente carente deautocrítica y una chica de barrio parala que la verdadera lucha social está ensobrevivir.

A través de la interacción, en per-manente diálogo, entre estos tres per-sonajes, y entre toda la gama de secun-darios que pululan a su alrededor, se es-tablece el fresco social de una Barcelo-na que busca su identidad después decasi cuarenta años de dictadura al tiem-po que se prepara para recibir la he-rencia cosmopolita y de diseño de losJuegos Olímpicos. Ese retrato, no exen-to de crítica, refleja el fin de las ideolo-gías y de los referentes morales absolu-tos, el desengaño de quienes creían quecon la muerte del dictador iban a cam-biar muchas más cosas y el miedo deuna sociedad desorientada que no en-cuentra su acomodo. El tono ácido y de-cepcionado, diferente al exultante dis-curso oficial con el que se suele recor-dar la transición, supone el mejor valorde una obra a la que no le faltan el hu-mor y la ironía característicos, pero queno logra ni de lejos cumplir las expec-tativas que un escritor de la talla deEduardo Mendoza despierta. Porque laliteratura, como ya dijo André Gide, esmucho más que un puñado de buenasintenciones, buenos sentimientos e in-cluso buenas ideas.

Javier Sánchez Zapatero

El último libro de Eduardo Mendoza, que novela los últimos veinte años, no alcanza su mejor nivel

EDUARDO MENDOZA

Mauricio o las eleccionesprimarias

Seix Barral, 2006

365 pp. / 21 euros

culturas8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 14 de mayo de 2006LIBROS

El viaje comoparábolaexistencial

Laurence Sterne publicó este Viajesentimental en 1768, apenas tres sema-nas antes de morir. Un lector despreve-nido, visto el título, podría considerarlocomo un libro de viajes a la usanza clási-ca; nada más lejos de la realidad. Su ob-jeto parece insignificante, pues sirvién-dose del deambular errático por Franciadel despreocupado Yorick —un jovial clé-rigo, alter ego del autor— la obra parecelimitarse a narrar, con suma indolencia,un recorrido ‘sentimental’ en que lo im-portante no son los monumentos, las ciu-dades o los accidentes geográficos, sinolas mujeres encontradas, la curiosidadpor los personajes conocidos y las pe-queñas aventuras iniciadas. La gran ha-bilidad de Sterne, en ésta como en suobra magna, Tristram Shandy, estribaen trascender las más nimias anécdotasdel viaje, que para el lector acabarán al-canzando valor de parábola existencial.

Laurence Sterne nació en 1713 en laciudad de Clonmel (Irlanda). Cuandomurió su padre, en 1731, se le envió a es-tudiar a Cambridge. Será allí donde su-frirá los primeros síntomas de la tuber-culosis que le aquejará a lo largo de todasu vida. Acabados sus estudios, se orde-nó sacerdote de la Iglesia Anglicana, yobtuvo la vicaría de Sutton-in-the-Fo-rest, cerca de York. Su condición de clé-rigo no le impidió llevar una vida licen-ciosa y festiva, y leer a Rabelais, Cervan-tes y Burton en casa de su amigo JohnHall-Stevenson. En 1741 se casó con Eli-zabeth Lumley. Las relaciones con su es-posa nunca fueron buenas. Ella enloque-ció en 1758.

Sterne no se reveló como escritorhasta 1759, cuando tenía casi cuarenta yseis años. Ese año publicó A Political Ro-mance, un panfleto satírico que causógran escándalo. Ese mismo año comen-zaría a publicar la que es considerada suobra magna, Vida y opiniones del caba-llero Tristram Shandy. En 1766 conoció aMrs. Eliza Draper, una joven casada dela que se enamoró locamente, y a la quededicará casi toda su obra posterior. En1767 comienza la escritura de Viaje sen-timental. El libro sería publicado en fe-brero de 1768. Pocas semanas después,una gripe se le complicó con su tubercu-losis, y murió de pleuresía el 18 de marzode 1768.

Laurence Sterne: «Es cierto que mehe pasado la vida enamorado de una uotra princesa; y espero seguir así hastaque me muera, pues estoy convencido deque si algún día cometo alguna acciónmezquina será en el intervalo de una pa-sión a otra. Durante el interregno sientomi corazón como cerrado con llave; noencuentro en él ni una moneda que darlea la miseria».

LAURENCE STERNE

Viaje sentimental

Traducción, edición y posfaciode Max Lacruz

Valdemar, 2006

304 pp. / 20,50 euros

N O V E D A D E S