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Alvaro Carvajal Villaplana Objetividad y valor intrínseco en la ética de Bertrand Russell ético que reúna los aspectos estudiados en los pe- ríodos anteriores, o sea, una síntesis entre la razón y la pasión, entre la objetividad y la subjetividad.' Cada período en sí mismo puede ser objeto de estudio, pero es importante tener en cuenta o vi- sualizar el proceso que vive Russell, que es este divagar entre la razón y la pasión, para una mejor comprensión del autor en estudio. La obra representativa del período por analizar es el artículo "Elementos de ética", que aparece en el libro Ensayosfilosóficos, de 1910. Esta obra re- coge una serie de ensayos publicados por separado ese mismo año, en la revista New Quarterly, con la excepción de la parte sobre el detenninismo, es- crita en 1908, publicado en la revista Hibbert Journal. También, es importante una carta dirigi- da a Gilbert Murray en 1902. El artículo "Elementos de ética" está inspirado en Moore, especialmente la parte relativa al análisis del valor intrínseco de lo bueno y lo malo, en donde Russell es poco original pues siguió a Moore en el planteamiento que éste efectúa en su obra Principia Ethica, de 1903. Por otra parte, el desarrollo más original guarda relación con el análisis de lo justo e injusto de la conducta; a pesar de lo novedoso, hay una gran influencia del utilitarismo. Este primer período lo hemos considerado den- tro de la corriente del objetivismo no naturalista en ética,' el cual entendemos como la atribución de valores a las acciones y estados mismos, inde- pendientemente de las opiniones subjetivas de los individuos o grupos de individuos. En síntesis, pa- ra esta concepción los hechos normativos son ob- jetivos, nos obligan frente a los intereses y deseos subjetivos.' A la vez, las teorías objetivas son Summary: This essay analizes the first period of the Bertrand Russell ethical work; in which he lfUlintains a non-naturalist point of view but ob- jectivist; and this theoretical view is non consis- tent, because it falls in the naturalism. We will show this aspect through the identification of the weakest theoretical approches. Resumen: Este ensayo analiza la primera eta- pa de la obra ética de Bertrand Russell, en la cual mantiene una posición no naturalista y objetivis- la; enfoque teórico que es inconsistente, puesto que cae en un naturalismo. Aspecto que mostrare- mos identificando los puntos teóricos más débiles. 1. Introducción La obra ética de Russell se puede dividir en tres grandes etapas, como bien las identificó Li- lian Aiken.' En nuestro criterio,' los períodos pue- den ubicarse cronológicamente y estructurarse a partir de las tendencias generales; así, observamos una primera etapa que abarca de 1900 a 1914, en donde hay un énfasis en la objetividad de la ética, no obstante, el problema de la subjetividad está la- tente. El segundo momento comprende de 1915 a 1940, con un énfasis en los elementos emotivos o subjetivos de la ética, se presenta una reacción a su primer período, y en él se pueden encontrar al- gunos elementos emotivistas; a pesar de ello, con- tinúa la preocupación por la objetividad de los jui- cios éticos. El tercer momento comprende de 1940 hasta su muerte en 1970, aquí plantea un sistema Rev. Filosoffa Univ. Costa Rica, XXXIII (80), 49-57,1995

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Alvaro Carvajal Villaplana

Objetividad y valor intrínseco en la éticade Bertrand Russell

ético que reúna los aspectos estudiados en los pe-ríodos anteriores, o sea, una síntesis entre la razóny la pasión, entre la objetividad y la subjetividad.'

Cada período en sí mismo puede ser objeto deestudio, pero es importante tener en cuenta o vi-sualizar el proceso que vive Russell, que es estedivagar entre la razón y la pasión, para una mejorcomprensión del autor en estudio.

La obra representativa del período por analizares el artículo "Elementos de ética", que aparece enel libro Ensayosfilosóficos, de 1910. Esta obra re-coge una serie de ensayos publicados por separadoese mismo año, en la revista New Quarterly, conla excepción de la parte sobre el detenninismo, es-crita en 1908, publicado en la revista HibbertJournal. También, es importante una carta dirigi-da a Gilbert Murray en 1902.

El artículo "Elementos de ética" está inspiradoen Moore, especialmente la parte relativa al análisisdel valor intrínseco de lo bueno y lo malo, en dondeRussell es poco original pues siguió a Moore en elplanteamiento que éste efectúa en su obra PrincipiaEthica, de 1903. Por otra parte, el desarrollo másoriginal guarda relación con el análisis de lo justo einjusto de la conducta; a pesar de lo novedoso, hayuna gran influencia del utilitarismo.

Este primer período lo hemos considerado den-tro de la corriente del objetivismo no naturalistaen ética,' el cual entendemos como la atribuciónde valores a las acciones y estados mismos, inde-pendientemente de las opiniones subjetivas de losindividuos o grupos de individuos. En síntesis, pa-ra esta concepción los hechos normativos son ob-jetivos, nos obligan frente a los intereses y deseossubjetivos.' A la vez, las teorías objetivas son

Summary: This essay analizes the first periodof the Bertrand Russell ethical work; in which helfUlintainsa non-naturalist point of view but ob-jectivist; and this theoretical view is non consis-tent, because it falls in the naturalism. We willshow this aspect through the identification of theweakest theoretical approches.

Resumen: Este ensayo analiza la primera eta-pa de la obra ética de Bertrand Russell, en la cualmantiene una posición no naturalista y objetivis-la; enfoque teórico que es inconsistente, puestoque cae en un naturalismo. Aspecto que mostrare-mos identificando los puntos teóricos más débiles.

1. Introducción

La obra ética de Russell se puede dividir entres grandes etapas, como bien las identificó Li-lian Aiken.' En nuestro criterio,' los períodos pue-den ubicarse cronológicamente y estructurarse apartir de las tendencias generales; así, observamosuna primera etapa que abarca de 1900 a 1914, endonde hay un énfasis en la objetividad de la ética,no obstante, el problema de la subjetividad está la-tente. El segundo momento comprende de 1915 a1940, con un énfasis en los elementos emotivos osubjetivos de la ética, se presenta una reacción asu primer período, y en él se pueden encontrar al-gunos elementos emotivistas; a pesar de ello, con-tinúa la preocupación por la objetividad de los jui-cios éticos. El tercer momento comprende de 1940hasta su muerte en 1970, aquí plantea un sistema

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dad ...".8. Por tanto, el objetivo de la ética no es lapráctica, es decir la conducta humana, sino lasproposiciones sobre la práctica, las cuales paraRussell poseen la misma categoría que las propo-siciones de la ciencia. He aquí el carácter cognos-citivo; fa ética es objeto de conocimiento, las pro-posiciones éticas son auténticas proposiciones. Noobstante, al equiparar las proposiciones éticas conlos enunciados de la ciencia, se está en presenciade un naturalismo; aspecto que analizaremos condetalle más adelante.

Las críticas del subjetivismo (o sea, no es posi-ble un conocimiento objetivo de las proposicionesmorales, ya que sólo podemos obtener valoracio-nes u opiniones subjetivas) son desestimadas porRussell, puesto que pensaba que no tienen fuerzalógica alguna. Si las teorías subjetivistas fueranverdaderas, significaría que en la discusión moralno existiría realmente ninguna diferencia de opi-nión entre las partes que discuten. A pesar de laobjeción, considera que "( ...) la dificultad de des-cubrir la verdad no demuestra que no haya verdadque descubrir","

Si la ética es una ciencia, se presenta el proble-ma de su fundamentación, es decir, las razones delas creencias, para poder consideradas razonables.Dichas razones Russell las encontrará reduciendolas proposiciones a sus últimos elementos. Estabúsqueda tiene un límite, en otras palabras, hastallegar a aquellas proposiciones cuya prueba es im-posible por ser tan sencilla o tan obvia que nopueda hallarse nada más fundamental de lo cualdeducida.

La anterior idea es compartida por Moore, yconsiste en que "( ... )debe existir un mundo idealde valores, no reducibles a entidades empíricas,en el que hay que situar las proposiciones éti-cas ... ",1O es decir, un realismo al 'estilo de Pla-tón. Este mundo es in temporal y con pluralidadde "cosas", puesto que se llega a unas ideas tanobvias y. simples que no se pueden definir poralgo anterior. Estos conceptos últimos designanuna propiedad no natural e inanalizable," acor-de con el no naturalismo ético -sin embargo,desde esta pespectiva no' es posible hablar deciencia en laética-. Consideramos que por pro-piedades no naturales, según nos dice Brandt,"se hace referencia a que los conceptos éticostienen propiedades, pero éstas no son observa-bles. Se trata de una captación no perceptiva(intuición) semejante a la captación perceptivasin la representación sensorial análoga.

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compatibles con la tesis platónica-socrática, segúnla cual nuestro conocimiento moral determinanuestro comportamiento y, por ende, nuestras pre-ferencias subjetivas.

Como bien lo caracterizan Aiken y AlfredAyer,6 el período en estudio es no-naturalista. Lacuestión planteada es si la moral debe considerar-se autónoma o si debe ser reducida a otros fenó-menos. El no-naturalismo afirma que los concep-tos normativos no se pueden definir a partir deotros fenómenos o conceptos, por lo tanto, son in-definibles y evidentes por sí mismos.'

Esta clasificación de la teoría expuesta es apli-cada a las teorías cognoscitivistas en ética, de lacual es representante nuestro autor. Dichas teoríasseñalan la existencia de hechos, la formulación deconocimientos, la descripción del mundo, la trans-misión de la información; por último, plantea quelos enunciados normativos son verdaderos o fal-sos, por lo tanto, existe un objeto de estudio y elhecho moral es objetivo.

Nos queda decir que Russell exhibe una posi-ción intuicionista, al proponer un conocimientopor intuición, la cual, en su aspecto más general,consiste en la relación directa con un objeto, queimplica la presencia efectiva e inmediata del mis-mo. En el campo de la ética, el intuicionismo serefiere a unas cualidades primitivas e irreductiblesa cualesquiera otras, conocidas por percepción in-mediata. Ahora bien; los enunciados' normativosse pueden fundamentar en enunciados de observa-ción o apelar a un sentido ético o conciencia; enRussell podemos hallar ambas variantes, según loscriterios de Kutschera.

Nuestro objetivo será mostrar como, a pesar deque Russell mantiene una posición no naturalista -aceptada sin cuestionamiento por la mayoría delos crfticos- la misma es inconsistente; ·puesto quela teoría cae en un naturalismo. Aspecto que mos-traremos identificando los puntos teóricos más dé-biles.

2. La ética como cienciay el valor intrínseco

Para Bertrand Russell la ética es una ciencia; aél le interesa determinar un objeto de investiga-ción para dicha disciplina, y lo halla en el campode estudio del valor intrínseco, cuyo fin en sí mis-mo consiste en descubrir "( ...) proposiciones ver-daderas acerca de la conducta virtuosa y viciosa; yque tales proposiciones forman parte de la ver-

OBJETIVIDAD Y VALOR INTRINSECO

Los últimos elementos son las ideas de bien ymal, las cuales no se pueden definir, concordandoasí esta tesis con la idea de Moore en cuanto queuna de las principales tareas de la ética consiste encaracterizar qué es lo bueno. Para Russell, es unerror considerar que para comprender una idea hayque definida, olvidando que una idea puede sercomprendida. aunque su definición sea imposible.

El carácter de objetividad que debe tener la éti-ca radica en que los últimos elementos presentanla particularidad de tener valor intrínseco -ideamooreana fiel a la concepción que analizamos-;esto es, que si algo es bueno o malo, lo es en símismo. Las acciones, en cambio, son buenas ymalas a partir de sus consecuencias, aunque debentener como guía las ideas de valor intrínseco; deesta manera, en la ética hay un sentido imperso-nal, es decir: objetivo, bueno y malo son cualida-des que pertenecen a los objetos independiente-mente de nuestras opiniones.

La dificultad que encontramos en este plantea-miento estriba, como lo analizaremos más adelan-te, en comparar las proposiciones éticas con lascientíficas, el admitir un tipo de experiencia moraly una captación directa del hecho ético. Y por últi-mo, en el ensayo "Elementos de ética", Russell noexplica diáfanamente cómo se adquieren los valo-res intrínsecos.

3. Sobre lo justo y lo injustoen la conducta moral

Habiendo analizado los conceptos de bien ymal, Russell pasará a examinar la noción de justi-cia. Cabe destacar que el concepto de bien es mu-cho más amplio que el de justicia e incluso cual-quier otro concepto, como el de deber, el de de-seo, etc. Es decir, lo justo y lo injusto no son losúltimos conceptos de la ética.

Uno de los problemas de creer que lo justo y loinjusto son los últimos elementos consiste en quelas palabras "bueno" y "malo" se han utilizadotanto para tratar el tipo de conducta justa o injusta,como para el tipo de cosas que deben existir o es-perarse en virtud de su valor intrínseco, por lo que-a criterio de Russell- tiende a oscurecer la distin-ción entre los fines y los medios. Sobre este últi-mo, Russell sólo se limita a su mención, sin llegara desarrollarlo en forma concisa. Por otra parte, elconcepto de justicia es ambiguo, por eso se propo-ne precisarlo, puesto que es aquí donde existe másdivergencia de opinión entre las personas al consi-

derar la bondad y la maldad de las acciones, don-de el tema de los fines y los medios cobra granimportancia.

A la pregunta ¿cuál es la conducta correcta ojusta?, habrá una respuesta racional defendible, osea, un principio de racionalidad, dado que losconflictos éticos no pueden ser una cuestión sim-plemente de gusto, como lo sería el caso de la di-ferencia de gusto en el comer. Con todo, Russellno presenta ejemplos que indiquen cómo resolvereste tipo de desacuerdos. A pesar de esto, la discu-sión refleja un evidente rechazo del emotivismo;por ende, del no cognoscitivismo.

La conducta correcta o justa para Russell -co-mo veremos más detalladamente- es aquella queen lo fundamental se puede medir por sus conse-cuencias, de tal forma que una conducta es correc-ta, e incluso buena, si la acción aumenta el bien odisminuye el mal. La conducta correcta es, paraRussell, exigible a todas las personas, en otras pa-labras, no requiere de dotes especiales o extraordi-narios. Para determinarla se requieren dos crite-rios: uno subjetivo, es decir ¿se debe seguir nues-tra conciencia? y otro objetivo, que consistiría enla aplicación estricta del criterio de la conductacorrecta, según la versión de Russell. Este últimoestá más ligado con la cuestión del determinismo.Estos son los aspectos que a continuación procura-remos exponer.

En su afán por determinar el sentido de justicia,Russell procura hacer coincidir dos métodos deanálisis o enjuiciamiento de la conducta justa: elintuicionismo y el utilitarismo. Ambos métodosresultan, en principio, ser incompatibles entre sí;él mismo reconoce la divergencia. Además, al uti-litarismo Russell lo ha criticado como simplista,en cuanto ubica el placer y el dolor como fines yconceptos últimos de la ética. A él le interesa elutilitarismo como criterio de objetividad, por labase empírica que puede proporcionar; sin embar-go, el utilitarismo, según Kutschera," se puedeconsiderar como una teoría subjetivista clasificán-dola como "subjetivismo social", tal y como fueexpuesta por Mill, J. Jeremy Bentham y HenrySidgwick, por considerarse que responde al pro-blema de las relaciones de preferencia social. Si-guiendo las clasificaciones de Kutschera, este tipode subjetivismo sería considerado como cognosci-tivo; a pesar de ello, cae dentro de las teorías natu-ralistas que Russell tanto ha criticado. Si esto esasí, ¿cómo puede ser compatible esa forma deanálisis con el realizado sobre la idea de bien?

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conflictos éticos. Dicho más simplemente, existeun sentido de justo que es objetivo.

Una primera aproximación al concepto de sub-jetivamente justo sería que: "( ...) un acto es subje-tivamente justo cuando el agente juzga que es ob-jetivamente justo, y subjetivamente injusto cuandolo juzga objetivamente injusto ..." .18

Pero aquí nos encontramos con algunas dificul-tades porque lo que el agente cree que es objetiva-mente justo puede no coincidir con la definiciónque da Russell de rectitud objetiva, o sea, cuandoun acto entre todos los posibles tendrá probable-mente las mejores consecuencias. En tal caso, se-gún la opinión del agente, nos encontramos frentea un acto de aprobación puesto que se puede juz-gar que un acto es justo tomando en cuenta lasconsecuencias o sin tomar en cuenta las conse-cuencias que sean probablemente las mejores. Es-te error al juzgar se puede deber a una incorrectaestimación de las consecuencias probables, a unaincorrecta teoría acerca de lo que constituye lajusticia objetiva.

Es difícil considerar que un acto es moral (sub-jetivamente justo) cuando el agente lo aprueba, oinmoral (subjetivamente injusto) cuando lo desa-prueba, ya que, si se considera la gran mayoría delos actos condenables quedarían excusados decondena; hay, además, muchos casos en los que eljuicio de lo que es justo puede estar equivocado;según Russell esto es debido a falta de la debidareflexión.

En consecuencia, en los "actos irreflexivos," enlos que no hay juicio acerca de si son justos o in-justos, con frecuencia se tiende más a alabar ocondenar. Por ejemplo, un acto de generosidad esmás alabado cuando es más impulsivo que reflexi-vo. La condena no recae en el acto sino en la deli-beración previa, a través de la cual se ha produci-do el carácter que ha dado como resultado un acto.Por tanto, el acto moral será aquel "( ... ) que elagente habría juzgado justo si hubiera consideradola cuestión sinceramente y con el debido cuidado:es decir, si hubiera examinado los datos desplega-dos ante él con el objetivo de descubrir lo que esjusto y no para demostrar que determinada actua-ción esjusta ...".19

Para que el acto sea moral el agente debe revi-sar con cuidado la cuestión, examinando los datoscon el fin de descubrir lo justo y no determinar sila acción es justa. Creemos que la diferencia entreambos aspectos, para efectos prácticos, reside endescubrir qué es lo justo -lo cual es muy importan-

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Sobre el utilitarismo, Russell nos dice que "( ...)enjuicia la rectitud (rightness) de una acción porla bondad o maldad de sus consecuencias ...";14 es-ta es la regla más general de dicha corriente depensamiento. El intuicionismo, en cambio, "( ...)la enjuicia en función de la aprobación o desapro-bación del sentido moral o conciencia ...";ls estaforma de concebir el intuicionismo, como vere-mos, se refiere a preferencias subjetivas, al hacer-lo depender de las opiniones y sentimientos delagente.

La combinación de ambos métodos menciona-da anteriormente intenta conseguir una "( ...) expli-cación completa de lo justo y de lo injusto. [Con-siderando que] Hay, creo, un sentido en el que unser humano se comporta justamente cuando hacelo que probablemente produzca las mejores conse-cuencias; y otro en el que se comporta justamentecuando sigue los dictados de su conciencia, inde-pendientemente de cuáles puedan ser las conse-cuencias probables ..." .16

3.1 El criterio subjetivoo la conciencia moral

Pasamos ahora a considerar la rectitud subjeti-va o conciencia moral. Anota Russell que esteconcepto es importante para poder distinguir laconducta errónea de la conducta inmoral.

El sentido intuicionista de conciencia o sentidomoral tiene dos niveles de enjuiciamiento: uno, dela emoción, y otro, más racional. En el primer ni-vel se trata de una emoción de aprobación en rela-ción con un acto, que el agente juzga justo en elmomento de la acción, experimentando una emo-ción de aprobación.

En el otro plano se produce un juicio de apro-bación, el cual puede ser verdadero o falso. Estejuicio se produce cuando una persona reconocehaberse equivocado en su juicio de emoción o enel dictado de su conciencia. Esto es lo que permiterazonar a una persona acerca de lo justo; si no fue-ra así, todo lo que aprobara una persona sería justopara él y no habría forma de argumentar en contrade su aprobación, El juicio de aprobación consiste,pues, en "(... ) enjuiciar si un acto es, en un nuevosentido, justo ... ".11 Este nuevo sentido es objetivo,pues no depende de las opiniones y sentimientosdel agente. De esta forma, alguien que actúa porconciencia no siempre actúa objetivamente, aun-que crea que lo haga. Así procura Russell mante-ner un principio de racionalidad para resolver los

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en el momento de deliberar- esto es antes de lle-~ a cabo un acto; mientras que determinar si unaacción es justa o no es el análisis de un hecho yaconsumado. Los casos más importantes son los demayor dificultad; por ejemplo, el estadista queP'Opugna una nueva política. En resumen, "(...) unacto es moral cuarido se trata de un acto que elagente juzgará justo tras el grado apropiado de re-flexión sincera, o, en el caso de los actos que sonmejores si son irreflexivos, tras el grado y tipo dereflexión necesaria para formar una primera opi-nión. Un acto es inmoral cuando el agente lo juz-garía injusto tras el grado de reflexión apropiado.No es moral ni inmoral cuando carece de impor-tancia y cuando un pequeño grado de reflexión nobasta para mostrar si es justo o injusto"."

En definitiva, el considerar solamente la recti-md subjetiva para juzgar los actos es insuficiente,puesto que lo que intuimos subjetivamente comojusto en un momento dado puede que no coincidacon lo que es objetivamente justo. Aún más, si aesta intuición agregamos la reflexión, enfrentamosel problema de determinar con exactitud el gradoo cuánta reflexión se requiere para llevar a cabotal labor. La rectitud subjetiva nos permite deter-minar si un acto es moral o inmoral, pero no si escorrecto o incorrecto objetivamente. Por ello serequiere de un criterio más fidedigno que permitauna mayor objetividad en el momento de juzgarlos actos, y este criterio Russell lo encuentra en elmétodo utilitarista, al cual le introduce modifica-ciones, las cuales pasamos a analizar en seguida.

3.2. El criterio objetivo

El criterio objetivo es el de la rectitud objetiva,por medio del cual se hacen relevantes las conse-cuencias de la acción. Este se debe diferenciar delsentido subjetivo de la rectitud. Así, la rectitud ob-jetiva y la rectitud subjetiva no siempre coinciden,aunque es posible, e incluso es deseable, que am-bas coincidan.

La definición de la rectitud objetivamente justadebe contener tres elementos esenciales, para serconsiderada como tal: a) tomar en cuenta las con-secuencias de los actos; b) considerar la probabili-dad de los mejores actos; y e) incluir la noción deposibilidad.

La primera característica nos indica que todaacción por más sencilla que sea, para ser juzgadasiempre tiene que tomar en cuenta las consecuen-cias, puesto que frente a un problema determinado

no nos topamos con una sola acción justa sino quepodríamos hallar varias acciones justas, pero notodas son las más afortunadas. A esto es lo queRussell considera el acto más afortunado, el cualconsiste en el acto que produce la mayor cantidadde bien o el menor exceso de mal. Pero el actomás afortunado no siempre puede ser el único ob-jetivamente justo, pues puede ser menos afortuna-do que otros posibles, y ello depende de los datosdisponibles.

Por esto, se introduce un nuevo elemento, elconsiderar la probabilidad para enunciar la justiciaobjetiva, afirmándose que el acto objetivamentejusto es el que probablemente será el más afortu-nado.

Hay dos dificultades que se presentan en esterespecto, las cuales Russell explicita. La primeraconsiste en saber cuáles son los datos disponibles,pero él no da respuesta a esta cuestión. Sin embar-go, sí es contundente en rechazar los actos impre-visibles o "muy lejanos" a la hora de tomar deci-siones pues es difícil calcular sus consecuencias;por ejemplo la posibilidad de un terremoto quedestruyera la vida del planeta.

La otra dificultad reside en que un método deanálisis como el expuesto, es demasiado laboriosopara tratar problemas sencillos. La respuesta con-siste en que las decisiones más sencillas no tienentanta importancia y que no vale la pena perder eltiempo en ellas. Una "investigación completa", talcomo escribe Russell, solo se requerirá para lasdecisiones más importantes, de esta forma se ob-tendrán los resultados más afortunados, así se de-terminará el acto más prudente. Por lo cual no sedesestima la definición de rectitud objetiva.

La última característica consiste en introducirla noción de posibilidad, la cual limita, como ve-remos, con el problema del determinismo y la li-bertad. En este sentido no se incluyen los actosimposibles de realizar ni los actos imposibles depensar por el agente. Una definición más acabadade la rectitud objetiva es la siguiente: "(...) el actoobjetivamente justo es el que, entre todos los actosposibles, tendrá probablemente las mejores conse-cuencias"."

4. Determínísme y libertad

La discusión sobre el determinismo y la liber-tad (para Russell, libertad de la voluntad) es muyimportante porque delimita los actos que son "po-sibles" en circunstancias dadas. Nos dice cómo el

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circunstancias dadas, en conjunto producirá pro-bablemente las mejores consecuencias...".26 Ahorabien, ¿cuáles son las acciones justas? Para saberlodebemos determinar el sentido de posible. En pri-mera instancia, Russell identifica dos sentidos deposible, uno que dice que sólo es posible la acciónrealmente efectuada -posición que mantiene undeterminista- la cual no es relevante para la éticay, la que sostiene que toda acción es posible de serrealizada -sostenida por los defensores de la liber-tad de la voluntad-, la cual también presenta susinconvenientes.

Russell no acepta la radicalidad de ninguno delos sentidos anteriores y propone un sentido de"posible" que sea relevante para la ética, una espe-cie de conciliación de dichas posiciones. Para queun acto sea considerado como posible y ver cómoactúa el determinismo en ellos, debe tener variascaracterísticas: "( ...) tiene que ser físicamenteposible su realización, tiene que ser posible pen-sar en él y tiene que ser posible elegir pensar enél.;"." La posibilidad física implica que su reali-zación puede ser llevada a cabo dependiendo dela capacidad física del agente, es decir, puedeproducirse si queremos. Este es realmente el cri-terio de posibilidad de Russell, pues, como élmismo anota, es una posibilidad obviamente ne-cesaria. En este tipo de actos es donde se aplicaLojusto o lo injusto, porque son los actos que sepueden llevar a cabo en un mundo real y no enalgún mundo posible.

Hay acciones que pueden, en alguna acepción,ser pensadas pero que de hecho no pensamos; sinembargo, afirma Russell, el determinismo nos di-ce, en otro sentido, que no es posible pensar másque en la acción realmente reflexionada, por locual entramos en contradicción si se quiere mante-ner un determinismo con algún margen de liber-tad. Por este motivo, Russell nos comenta que unacto es posible de pensar en unas circunstanciasdadas dependiendo de la elección hecha en un mo-mento anterior entre las alternativas realmenteconsideradas.

La posibilidad de elegir pensar es un conceptoque no es explicado por Russell, y no queda claroen qué consiste. De este modo, las acciones posi-bles son aquellas que son posibles físicamente yque sólo deben considerase como posibles las que"realmente pensamos".

Para Russell, las distinciones hechas hasta ahorason suficientespara mantener la diferencia entre ac-ciones justas y acciones morales, puesto que exis-

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determinismo afecta a la moral en cuanto a que lasconsecuencias de nuestras acciones pueden serpredichas o no, y para entender el sentido de elec-ción de nuestras acciones. También, para determi-nar el campo de la ética donde interviene el princi-pio de causalidad.

Este principio para Russell, está en la base deldeterminismo; éste último indica que "(...) todoacontecimiento está determinado por aconteci-mientos anteriores y puede (teóricamente) ser pre-dicho cuando se conocen suficientemente aconte-cimientos anteriores...".22 Dicho principio se aplicatanto a las ciencias como a las acciones humanas,es una especie de guía para la investigación, endonde una de las principales características es po-der predecir los acontecimientos. Por nuestra par-te, creemos 'que aplicar el principio en mención re-fuerza la idea de que la ética es una ciencia.

Esta forma de concebir la ética hace que nues-tras acciones no sean simplemente irracionales, si-no acciones racionales, en donde argumentar, ex-hortar y mandar adquieren pleno sentido.

Para Russell el hecho de que no se afirme la li-bertad, entendida esta como libre albedrío, es de-cir, como pura espontaneidad, no implica la nega-ción del mérito o demérito ni el derrumbe de laética, dado que existe .una forma de concebir eldeterminismo que no anula la libertad. Esta formade ver el determinismo no afirma que todas las ac-ciones son inevitables y que por tanto no merecen"aplauso ni crítica".

Así, "( ...) podemos hacer lo que elegimos.ryque elegimos lo que queremos...";23 lo que no esposible afirmar es que nuestra elección sea inde-pendiente de toda motivación. Por motivación,Russell esta entendiendo causa de volición. En elensayo "Elementos de ética" (1910), Russell noexplica esta noción; sin embargo, en escritos pos-teriores se refiere a ella. En la obra Ciencia y reli-gión (1935), en su apartado titulado "Alma y cuer-pO",24se dice que las causas de la voluntad son, alparecer, nuestros deseos y creencias; además enFundamentos de la filosofía, de 1927,25 se descri-be .la base biológica que causa las emociones. Anuestro entender esta idea es la que Russell em-plea en este período.

Seguidamente, y procurando esclarecer la no-ción de un determinismo que no anula la libertad,se estudiará el concepto de posibilidad en Russell.

Cuando hablamos de las acciones objetivamen-te justas, tenemos una regla que las define como"(...) la que, entre todas las que son posibles en las

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en distintas ocasiones de elección, y podemos es-coger entre diversas acciones en las que podemospensar. Considerando estos aspectos el agentepuede hacer lo que elige y elegir lo que quiere.Así, todas las alternativas de elección son posi-bles, no importa cuál fuere la forma de la causa, lomás importante reside en que "( ...) el determinis-mo afirma que nuestra voluntad para elegir ésta oaquélla alternativa es consecuencia de los antece-dentes; pero esto no impide que nuestra voluntadsea, a su vez causa de otros efectos."

Con estos elementos se obtiene una modifica-ción del concepto "acción objetivamente justa","( ...) diciendo que es la acción probablemente másbeneficiosa entre las que se le ocurren al agente enel momento de la elección ... ",29 y cuando no sepresenta una mejor alternativa se deberá a una ma-la elección en un momento anterior.

Por último, nos queda un sentido en que cual-quier decisión es posible, y esto sucede cuandodeliberamos, lo que indica también que el deter-minismo no hace inútil la deliberación moral por-que "( ...) el hecho de que juzguemos una direcciónde actuación objetivamente justa, puede ser lacausa de que elijamos. Así, antes de que hayamosdecidido cuál de las dos acciones consideramosjustas, cualquiera de las dos es posible, en el senti-do de que una u otra resultará de nuestra decisiónde lo de que consideramos justo ...". 30

El determinismo interpretado de la anterior ma-nera no obstaculiza la moral, pues Russell suponeque las acciones están determinadas por los moti-vos de los seres humanos, los cuales son las cau-sas de sus acciones; si no fuera así, como suponela libertad de la voluntad, /10 podríamos influir enlas personas y en las acciones; la forma de influirpuede ser por argumentos, exhortación y manda-tos. De esta manera, la racionalidad influye en lavolición de las otras personas, sin la cual las ac-ciones de los demás se volverían irracionales.

Además, Russell se enfrenta con la dificultadde justificar la alabanza, la condena y responsabi-lidad, siguiendo a Hume, según la opinión Ayer",La forma de justificarlos está en que cuando cen-suramos y alabamos esperamos influir en las elec-ciones futuras, por esto mismo "( ... ) elogiamos,censuramos y atribuimos responsabilidad cuandoun hombre con capacidad de elegir ha elegido in-justamente; y ese sentido de elogio o condena noqueda anulado por el determinismo ...".32

Con base en la distinción de lo bueno y lo justopodemos clarificar dónde actúa el determinismo.

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Lo bueno en sí mismo es independiente de la li-bertad de la voluntad, porque la causalidad no rigeaquí ya que ésta última pertenece a la descripcióndel mundo, y porque no es posible inferir lo buenoy lo malo de lo existente. En cambio, en el campode la conducta o de lo justo, que al parecer es elámbito de la noción del deber, es donde el deter-minismo influye. Es aquí donde cabe la posibili-dad de elección de las acciones. .

5. Algunas críticas a la teoría éticadel período

Dos críticas pueden hacerse a la doctrina éticade Russell del período. Tienen que ver con el usoambiguo de los términos "intuición" y "justo".

La primera gran crítica fue hecha por .Ayer, yconsiste en que a la hora de definir la conducta co-rrecta o justa, Russell utiliza el término "justo" endos sentidos. Así, en el plano de lo objetivamentecorrecto concibe la palabra "justo" como aquellaque tiene las mejores consecuencias entre las másprobables; sin embargo, cuando se refiere a la ac-ción moral -la cual se encuentra en el plano de laconciencia moral- las consecuencias de las accio-nes no son tomadas en cuenta. Para Ayer, lo ante-rior se debe a que "( ...)su definición no pretendeatenerse al significado ordinario de "justo". Su de-finición es lo que podríamos denominar una defi-nición persuasiva: su objeto es añadir a la idea dehacer aquello que tendrá probablemente las mejo-res consecuencias, los sentimientos quede hechoposeemos sobre lo que es justo ...".33

El otro problema importante en Russell se pre-senta en el concepto de intuición. En la parte de laética que estudia lo bueno en sí mismo se hace re-ferencia vaga e implícita a una noción de intuición34 como forma de conocimiento; por otro lado, enuna carta dirigida a Gilbert Murray el 3 abril de1902, se expone un concepto de intuición con elsignificado de conocimiento ético. En Elementosde ética, con base en las características conceptua-les que caracterizan al período, no podemos sabercómo determinar cuándo una proposición es sim-ple y obvia, pues, en dicho ensayo, no se apuntacómo se pueden conocer. Sin embargo, sí se hacereferencia a verdades por descubrir, a proposicio-nes éticas que tienen el mismo rango que las pro-posiciones científicas. De tal modo que si lo bue-no no es una definición, su aprendizaje se puededar al estimular la imaginación, como en el casode la enseñanza del color rojo a un niño, en vista

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Notas

ALVARO CARVAJAL VILLAPLANA

de que la rojez es tan inanalizable como aquélla.Aunque, la enseñanza del concepto de bondad sevuelve más difícil, pues esta no es perceptible porlos sentidos como la "rojez", en cuanto tenemosque hay menos acuerdo referente a los cosas queson buenas que a las cosas que son rojas.

En la carta a Murray, Russell fundamenta sunoción de intuición recurriendo al método presen-tado en la obra Ethics (1874) de Sidgwick, delcual acepta el principio doctrinal, que dice: "( ...)las intuiciones inmediatas son la única fuente (pa-ra nosotros) de las premisas morales ...".35

Russell está convencido de la existencia deuna experiencia moral, al contrario de los filó-sofos aprioristas (por ejemplo Kant) para quie-nes la experiencia no está vinculada con la mo-ral porque "( ... ) solamente nos dice lo que es,no lo que debiera ser ... ".36 Al postular la expe-riencia moral, esta es igualada a la percepcióncientífica. De manera que las intuiciones mora-les resultan ser equivalentes a la percepción delas formas y los colores; en palabras de Russell"( ... ) paréceme que las intuiciones morales ge-nuinas son de esta índole sumamente concreta,y que, de hecho, vemos lo bueno y lo malo delas cosas igual que vemos sus formas y colo-res ... ".31 De esta manera, tenemos que las con-vicciones morales surgen de la experiencia, y ladificultad de juzgar, planteada por los aprioris-tas, radica en un defecto de la imaginación.

Con estos razonamientos Russell rechaza laconciencia o sentido moral especial como origende las máximas generales y propone un métodopara la ética a partir de la inferencia, "( ...)de he- .chos empíricamente comprobados, a ser obtenidosen este laboratorio moral que ofrece la vida deaquellos cuyos ojos están abiertos a ello. Así,pues, los principios por los que ahora abogo sontodos ellos inferencias de tales experiencias mora-les, inmediatas y concretas"." En cambio, en elcampo de la conducta, Russell se refiere al intui-cionismo como conciencia o sentido moral, desdeuna perspectiva subjetivista, como ya se expuso.

Si la intuición se entiende en el primer sentidoque desarrollamos, siguiendo los criterios clasifi-cadores de Kutschera, Russell cae en el naturalis-mo, puesto que las intuiciones de bien y mal pue-den ser percibidas de la misma manera en -quepercibimos las formas y los colores. Igualmente,se fundamentan estos enunciados éticos por infe-rencias mediante enunciados de observación, mé-todo parecido al utilizado en las ciencias. Esta

perspectiva es incompatible con el no naturalis-mo. Aun si no aceptáramos la presencia de esteconcepto, el hecho mismo de comparar las premi-sas éticas con las premisas de la ciencias nos su-giere un naturalismo.

Si el anterior concepto de intuición no fueraadmitido para la interpretación ofrecida, nos que-da el problema del concepto de intuición comosentido moral o conciencia. Este último, según loexpone Russell, se refiere a la subjetividad del in-dividuo; este concepto se opone a la concepciónobjetivista, en la cual los valores morales de esta-dos o acciones son independientes de nuestrasapreciaciones subjetivas. Con lo cual estaríamosen presencia de una especie de subjetivismo, co-mo ya analizamos.

Con todo, hay una interpretación que Russellaporta, la cual nos conduce al problema de cómose relacionan los dos campos de la ética. Los jui-cios inmediatos sólo son propios del ámbito de losvalores intrínsecos. En el ámbito de la conducta ola justicia no son posibles los juicios inmediatos.Lo que es lo mismo, el método de inspección in-mediata es necesario en el primer campo de la éti-ca pero innecesario en el segundo, porque en unohay menos desacuerdo y en el otro más desacuer-do, dependiendo de las circunstancias y, además,es afectado por las creencias de lo que es justo einjusto.

1. Aiken es citada por Santos Camacho en su obraEtica y filosofía analítica, EUNSA, España.

2. La interpretación que conocemos sobre estos pe-ríodos no la compartimos, por lo que hemos tomado elordenamiento de Aiken y procurado desarrollar otraversión.

3. Para una amplia explicación de estos aspectosveáse: Carvajal ViIlaplana, Alvaro; Entre la razón y lapasión: un dilema de la ética de Russell, tesis para optaral grado de Licenciado en Filosofía, Escuela de Filoso-fía, Universidad de Costa Rica, San José, 1994.

4. Cfr. von Kutschera, Franz; Fundamentos de éti-ca, primer edición, editorial Cátedra S.A., traducción deMaría Teresa Hemán-Pérez, Madrid, 1989; EduardoRabossi en Estudios éticos: cuestiones conceptuales ymetodológicas, primera edición, Universidad de Cara-cas, Venezuela, 1979.

5. von Kutschera, op. cit., p. 65.6. Posición que mantiene Aiken y avala Santos Ca-

macho, op. cit., p. 237. Ayer, por su parte, tiene el mis-mo criterio en su libro Russell, Ediciones Grijalbo, Mé-xico, 1973, p. 127.

OBJETIVIDAD Y VALOR INTRINSECO 57

7. Para más detalles veáse Rabossi, op. cit., p. 68.;Brandt, Richard; Teoría ética, primera edición, AlianzaEditorial, traducción de Esperanza Guisán, Madrid,1980, p. 168.

8. "Elementos de ética", op. cit., p. 11.9. lbid., p. 21.

10. Loc. cit.11. Moore trata lo "bueno" como una cualidad no-

natural indefinible.12. Brandt,op. cit., p. 220 Y227.13. von Kutschera, op. cit, p. 135.14. "Elementos de ética", p. 29.15. Loc. cit.16. lbid., p. 29-30.17. Loc. cit.18. lbid., p. 40.19. lbib., p. 44.20. lbib., p. 45.21. Loc. cit.22. lbib., p. 49.23. Loc. cit.24. Russell, Bertrand; Ciencia y religión, Fondo de

Cultura Económica, cuarta edición, traducción de Sa-muel Ramos, México, 1951, p. 87.

25. Russell, Bertrand; Fundamentos de la filoso-fía, ediciones G & P, traducción de Fernando Gutié-rrez y Francisco Payaroles, Barcelona, 1993, p. 432-434.

26. "Elementos de ética", op. cit., p. 50.27. lbid., p. 51.28. ldid., p. 54-55.29. "Elementos de ética", op. cit., p. 54.30. lbid., p. 55.31. Ayer,op. cit. p. 131.32. "Elementos de ética", op. cit., p. 56.33. Ayer,op. cit., p. 129.34. Tanto Ayer, op. cit., p. 18, como Santos Ca-

macho y Aiken, op. cit., p. 7, consideran que Rus-sell entiende por intuición una forma de conoci-miento.

35. RusseIl, Bertrand; Autobiografía, primera edi-ción, editorial Aguilar, traducción de Juan Garcfa Puen-te, Madrid, 1968,p. 249.

36. lbid., p. 250.37. Loc. cit.38. Loc. cit.

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Río Segundo, AlajuelaCosta Rica