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INTRODUCCIÓN L os antecedentes de las actuales organizaciones sociales en Mé- xico se remontan a la Colonia, periodo que se caracteriza por un fuerte vínculo con la iglesia católica y un enfo- que asistencial. Dicho perfil se conser- va hasta 1857, cuando se promulgan las leyes de desamortización de los bi- enes del clero, que deviene en un menos explícito control de ellas por parte de la Iglesia. Posteriormente, hasta la déca- da de 1960, la preeminencia del Estado en las labores de corte asistencial se hace presente, aun cuando en las cua- tro el último tercio del siglo XX y los ini- cios del XXI se ve reducida en la medida que el esquema del Estado benefactor empieza a desmantelarse con la adop- ción del modelo económico neoliberal. Esto trae como una consecuencia el surgimiento de organizaciones civiles que asumen las funciones antes provis- tas por el Estado. 1 Los nombres que empezaron a utili- zarse y se han generalizado son, entre otros, organizaciones no gubernamen- tales (ONG), organizaciones sociales, or- ganizaciones no lucrativas, organiza- ciones del tercer sector, o simplemente Patricia I. Thompson Gutiérrez IMPACTO SOCIAL DE UNA ORGANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD CIVIL: CENTRO DE DESARROLLO ALTERNATIVO INDÍGENA, A.C. 1 Para un análisis detallado del papel del gobierno en el escenario asistencial, véase Gloria Guadarrama, Entre la caridad y el derecho, Un estudio sobre el agotamiento del modelo nacional de asistencia social. 02.NA.69-pp.82-192 7/18/08 12:02 PM Page 129

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INTRODUCCIÓN

Los antecedentes de las actualesorganizaciones sociales en Mé-xico se remontan a la Colonia,

periodo que se caracteriza por un fuertevínculo con la iglesia católica y un enfo-que asistencial. Dicho perfil se conser-va hasta 1857, cuando se promulganlas leyes de desamortización de los bi-enes del clero, que deviene en un menosexplícito control de ellas por parte de laIglesia. Posteriormente, hasta la déca-da de 1960, la preeminencia del Estadoen las labores de corte asistencial sehace presente, aun cuando en las cua-tro el último tercio del siglo XX y los ini-cios del XXI se ve reducida en la medidaque el esquema del Estado benefactor

empieza a desmantelarse con la adop-ción del modelo económico neoliberal.Esto trae como una consecuencia elsurgimiento de organizaciones civilesque asumen las funciones antes provis-tas por el Estado.1

Los nombres que empezaron a utili-zarse y se han generalizado son, entreotros, organizaciones no gubernamen-tales (ONG), organizaciones sociales, or-ganizaciones no lucrativas, organiza-ciones del tercer sector, o simplemente

Patricia I. Thompson Gutiérrez

IMPACTO SOCIAL DE UNA ORGANIZACIÓN DE LASOCIEDAD CIVIL: CENTRO DE DESARROLLO ALTERNATIVO

INDÍGENA, A.C.

1 Para un análisis detallado del papel delgobierno en el escenario asistencial, véaseGloria Guadarrama, Entre la caridad y elderecho, Un estudio sobre el agotamiento delmodelo nacional de asistencia social.

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Estos nombres son utilizados paradenotar formas en que los ciudadanosse agrupan para llevar a cabo objetivoscomunes, que pueden ser la solución deproblemas, la satisfacción de necesi-dades, la defensa de sus intereses y lapresión para obtenerlos. La variedadde entidades en función de su formali-dad, la orientación de sus programas,la población atendida, su tamaño entérminos de empleados o de recursos,su ideología y credo, su cobertura yotras características es tal, que a pesarde los esfuerzos realizados para desa-rrollar un concepto que satisfaga a to-dos, permanece como campo fecundopara seguir adentrándose en él. Lasformas legales más socorridas por es-tas organizaciones en nuestro país sonla Asociación Civil (A.C.), la Instituciónde Asistencia o Beneficencia Privada(IAP o IBP varía según los estados dela república), y la Asociación Religio-sa (A.R.)

En 2001 se crea la organizaciónCentro de Desarrollo Alternativo Indí-gena A.C., y como primer proyecto poneen marcha la instalación de “centros detrueque” en ciertas comunidades de laSierra Tarahumara, a fin de apoyarlascon el abasto de productos básicos deconsumo mediante el intercambio entrela organización —creada para tal efec-

to— y las comunidades, con la intenciónde evitar los esquemas de asistencia so-cial y/o de asistencialismo, y generarun proyecto auto sustentable a media-no o largo plazo para los pueblos indí-genas. Este proyecto fue promovidodesde el Programa Interinstitucionalde Atención al Indígena (PIAI), una me-sa de diálogo en la que participabanveintidós instituciones enfocadas aatender la problemática indígena delestado de Chihuahua. Aquí se encuen-tran organizaciones públicas y priva-das, y entre las primeras destaca laCoordinadora Estatal de la Tarahuma-ra, que tiene por objetivo coordinar losesfuerzos de todos los actores socialesen apoyo a los indígenas de esa región.También están la Comisión Nacionalpara el Desarrollo de los Pueblos Indí-genas (CDI) antes Instituto NacionalIndigenista, el Congreso del Estado, elDepartamento de Educación Indígenade los Servicios Educativos del Estadode Chihuahua (SEECH), la Escuela Na-cional de Antropología e Historia, IMSS-Solidaridad, la Unidad Regional deCulturas Populares, la Secretaría de De-sarrollo Social (programa Oportunida-des y Micro Regiones), la Secretaría deEducación y Cultura, la Comisión Na-cional Forestal, Liconsa, la ComisiónEstatal de Derechos Humanos y Dicon-sa, entre otras. Entre las instanciasparticulares destacan la Fundación delEmpresariado Chihuahuense A.C., laDiócesis de la Tarahumara, la Funda-ción Tarahumara J.A. Llaguno, la Co-misión de Solidaridad y Defensa de losDerechos Humanos A.C. (Cosyddhac),el Centro Educativo Ichimeami o elFrente Democrático Campesino, por ci-

2 Para una distinción de enfoques discipli-nares, terminologías y conceptos alternativos,véase Prudencio Mochi Alemán, Las organiza-ciones de la sociedad civil y las ciencias so-ciales. Su configuración en América Latina.

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tar las más emblemáticas y con presen-cia más constante, tanto en el PIAI, co-mo en la Sierra Tarahumara. Debe se-ñalarse que en esta zona confluye elmayor número de programas oficialesy privados de apoyo a la población in-dígena.

El Cedain surge gracias al finan-ciamiento de la Fundación del Empre-sariado Chihuahuense A.C., cuyos fon-dos ascienden a tres millones de pesosanuales. Actualmente los centros detrueque es uno de los proyectos quemaneja Cedain, ya que ha diversificadolas estrategias de promoción del desa-rrollo. Sus fuentes de financiamientotambién se han diversificado, y actual-mente cuenta con recursos de la Fun-dación Wall Mart, la Fundación Merced(para el programa de huertos fami-liares) y la Secretaría de Desarrollo So-cial.

Antes de iniciar el programa se rea-lizaron reuniones con autoridades tra-dicionales, gobernadores indígenas ymiembros de algunas comunidadespara conocer su opinión respecto al pro-yecto. Las opiniones recabadas versa-ban sobre los productos a intercambiar,así como los aspectos que debían cui-darse y tomarse en cuenta. Se conside-ró que esta iniciativa beneficiaría a lacomunidad en la medida en que activa-ra el intercambio, desmonetarizara laactividad económica, se constituyeraen una alternativa de “empleo”, apoya-ra a las comunidades donde no llega laoferta institucional por estar más ale-jadas, fuera un medio de abasto de ali-mento y facilitara la “comercialización”de los productos que ellos generan.Auncuando no se contemplaba un límite de

intercambio por individuo, se planteóla necesidad de iniciar simultáneamen-te un estudio para determinar indica-dores de impacto social.

El escenario

La población indígena total del estadose calcula en 121 835 personas,3 y lostarahumara se concentran en los mu-nicipios de Bocoyna, Urique, Guacho-chi, Batopilas, Carichí, Balleza, Gua-dalupe y Calvo, y Nonoava; se trata delgrupo indígena más grande (se calculaaproximadamente en 90 000) y se siguemultiplicando. Otros grupos que habi-tan la parte serrana del estado son lostepehuanes, guarojiós y pimas, los cua-les están muy diezmados, pues duranteel siglo pasado se dieron migracioneshacia las ciudades, y tanto en la capitalcomo en Ciudad Juárez existen asenta-mientos casi exclusivos para este últi-mo grupo indígena. Se escogieron cincocomunidades del municipio de Bocoy-na, uno de los que tiene más poblacióntarahumara, y que comparten dos ca-racterísticas: no contar con otros pro-yectos de desarrollo y carecer de po-blación mestiza. Las comunidades sonTallárachi, Huiyochi, Majimachi, Wua-jurana, y Rowérachi, del municipio deBocoyna, Chihuahua. También se esta-blecieron en la ciudad de Creel, dondeopera el centro de distribución, y enNorogachi —que por ser un centro de

3 Comisión Nacional para el Desarrollo delos Pueblos Indios (2005), Lenguas indígenasde México; disponible en http://cdi.gob.mx/index.php?id_seccion=660

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reunión de indígenas de muchas ran-cherías se consideró estratégico esta-blecerlo—. Estas dos últimas comunida-des no satisfacían el segundo requisito.

Las observaciones iniciales se cen-traron en algunas cuestiones logísticasque representaban escollos importan-tes para el trabajo: la primera es quese trataba de una población indígenadispersa en áreas extensas y abruptas,lo cual dificulta recolectar la informa-ción, cualquiera que decidiera recabarse.

El contacto con personas ajenas a lacomunidad no era inmediato ni fluido.Los indígenas honran más la cortesíaque la verdad y consienten algo que noestán dispuestos a hacer: no confrontanpero tampoco lo realizan, y a mayor pre-sión menor cooperación. Para obtenerdatos y la aceptación del observador serequería de la interlocución de perso-nas con presencia en las comunidadespor más de veinte años. Realizar estalabor sin ellos equivaldría a no obtenerla información; dichos interlocutores es-tán ligados a la iglesia católica: dos sonsacerdotes, uno diocesano y otro jesuita,y tres exseminaristas; todos han traba-jado en las comunidades serranas congrupos indígenas, por lo que resulta in-discutible su ascendiente sobre ellos.

Objetivos

El objetivo del programa en el largo pla-zo era influir en el bienestar de las co-munidades en el aspecto alimentario.En el mediano plazo consistía en fomen-tar el autodesarrollo de las comuni-dades, pues la procuración de alimentobásico a la población indígena se realizaa través de un intercambio de alimen-

tos por trabajo artesanal, evitando elasistencialismo y paternalismo que ca-racteriza a múltiples programas.

Se buscó específicamente que las co-munidades se apropiaran del proyecto,fomentar entre la población indígenala actividad artesanal, mejorar su ali-mentación y robustecer su organiza-ción tradicional. El objetivo de nuestrotrabajo era establecer los indicadorespara medir el impacto del programa enel bienestar de la población beneficiadae iniciar el monitoreo.

REVISIÓN DE LA LITERATURA

Los tarahumaras y cómo han sido percibidos

Múltiples estudios han brindado infor-mación sobre este grupo étnico (Gonzá-lez y León, 2000: 15-20), cuya extinciónhabía sido pronosticada desde fines delsiglo XIX, (Lumholtz, 1986), pero que hamostrado una increíble capacidad deresistencia y adaptación a la culturadel mestizo.

Desde finales del siglo XIX hastanuestros días ha prevalecido la ópticaprimitivista iniciada con los primerosestudios antropológicos de los tarahu-maras (Lumholtz, 1986: XIV), y auncuando posteriormente ha sido matiza-da, siempre se parte del supuesto deque dicho pueblo se ha asimilado a lacultura occidental (Bennett y Zingg,1986: 575-581) o debe asimilarse parasuperar su atraso y miseria (Jordán,1975: 39). Desde entonces también seha cuestionado el doble abordaje de laproblemática por los gobiernos: por unlado el trato discriminatorio y por otro

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la sobreprotección, planteada esta últi-ma como un severo impedimento parael desarrollo, proponiendo desde enton-ces un sistema de reserva u homesteadcomo en Estados Unidos (Sariego, 1998:25). Los intentos posteriores4 han ado-lecido de la misma falla: estar diseña-dos desde el gobierno, asumiendo quelos tarahumaras quieren asimilarse ala cultura y a la economía mestiza (ibi-dem: 11-41).

Por otro lado, desde la colonizaciónde los territorios del norte de México yhasta 1767, año en que fueron expulsa-dos del país los jesuitas, éstos hicieronesfuerzos por convertir a dichos gruposindígenas al cristianismo. En el perio-do en que la orden estuvo ausente delterritorio (1767-1900), los indígenasasimilaron a sus prácticas, con gran la-xitud de la ortodoxia, el legado religio-so de los jesuitas y raramurizaron elcristianismo (Sariego, 2002: 67).

La cultura rarámuri

El eje central de su vida es religioso: lacelebración de sus festividades se con-vierte en una prioridad y los animalesforman parte de ellas. Aun cuando susfiestas y rituales son de una forma uotra, algunos actos colectivos se reali-zan para acompañar la vida del indíge-na, y otros constituyen ritos de la comu-nidad.

Entre los primeros tenemos el denacimiento, agradecimiento a Dios, ma-trimonio, reconciliación (juicio y diálogoprivado con Owirúame), ritos para elcontrol de fuerzas del mundo, curacio-nes y rituales de muerte; y entre los se-gundos destacan los ritos de fertilidado primavera y los de esterilidad o in-vierno (ibidem: 66).

Tienen rebaños5 para sacrificarloscuando celebran una fiesta yumare ocuando van a entregar el alma de unmuerto; en tal circunstancia debemosseñalar que el número de chivas es re-levante no como muestra de riqueza,sino como elemento indispensable paraseguir realizando sus tradiciones.

Aparte de ser su alimento básico, elmaíz se utiliza para preparar el tesgüi-no, bebida imprescindible cuando setrata de compartir tanto festejos comocargas de trabajo. “El tesgüino es unelemento central de la identidad, de lareligiosidad y del ethos del pueblo ta-rahumara” (Molinari y Porras, 2001:155). Si hay maíz, podrían preparartesgüino, celebrar fiestas y compartirtrabajos comunitarios o personales conayuda de la comunidad; esto es tan im-portante para ellos que incluso llegan aquemar la poca leña que tienen paracalentarse en la preparación de la bebi-da, quedando desprovistos para lostiempos de frío. El número de tesgüina-das que tiene lugar en una comunidadtambién arroja luz acerca del fortaleci-

4En la década de 1930, con Lázaro Cárde-

nas; posteriormente, en 1952 se crea el Insti-tuto Nacional Indigenista, que pretende darun enfoque integral a este problema al cen-trarse en tres ejes: la explotación del bosque,la tierra y la escuela.

5 El tener animales domésticos es conside-rado por Bennett y Zingg como un rasgo de in-troducción foránea; sin embargo, en la actuali-dad está perfectamente asimilado.

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miento de sus tradiciones y, por ende,de su organización social (tradicional),ya que brinda cohesión a la comunidad.En la medida en que pueda continuarcon sus tradiciones, esta organizaciónsocial se robustece, y a la inversa:6

En cada uno de los rituales y fiestasen que participa —trátese de momen-tos especiales de su trayectoria vital ode celebraciones colectivas— el rará-muri recuerda, reproduce y actualizasu visión del mundo: los hombres de-ben andar y comportarse con rectituden el camino de la vida, deben celebrary bailar para contribuir a que Onorúa-me —el que está arriba— siga dán-donos la vida, el maíz y el tesgüino.Porque la vida se expresa en la regu-laridad y fertilidad del ciclo agrícola,en el equilibrio con la naturaleza y enla reconciliación entre los hombres.Por eso hay que danzar, celebrar y be-ber tesgüino. Hombres mujeres y ni-ños lo beben en sus fiestas y laborescotidianas como símbolo de su cohe-sión social y, en reciprocidad con Dios,se lo ofrecen en cada una de sus cere-monias, esparciéndolo hacia los cuatro

puntos del universo y utilizándolo pa-ra pedir la lluvia, curar las tierras, losanimales, las enfermedades y paraagradecer la cosecha. Porque sin tes-güino no se obtiene la lluvia, sin lluviano crece el maíz y sin maíz no se puedehacer tesgüino (Sariego, 2002: 69).

En su cultura no existe el concepto deacumulación de riqueza, pues paraellos kórima representa la obligaciónde compartir del que tiene con el quecarece. Quizá su productividad debemedirse con otras escalas, que pudie-ran referirse a la propia continuidaddel proceso de intercambio (trueque) alo largo del tiempo.

La tarahumara es una cultura conespíritu democrático, la cual se pone enevidencia al elegir a sus autoridadestradicionales: el gobernador o siríame,un mayor y varios policías. Cuando sereúne en asamblea, la comunidad es laautoridad máxima, y son pocos los ca-sos en que no se resuelvan los proble-mas en dicha instancia. Cuando haytesgüinadas todos participan, indepen-dientemente de si son parte de la es-tructura tradicional de gobierno o sim-ples ciudadanos.

El gobernador es electo por aproba-ción unánime de viva voz, y es elegi-do el que logra más vocerío. Es ungidopor el gobernador saliente, y en él que-da depositada la autoridad civil y reli-giosa; entre sus obligaciones está el darel nawésari o sermón de los domingosen la asamblea de la comunidad, con-ducir las ceremonias religiosas y juz-gar los delitos. A pesar de que nadiediscute su autoridad, ésta se circuns-cribe a su comunidad, pues ningún go-

6 Las posiciones respecto el tesgüino hansido polémicas, ya que es una bebida embria-gante. Bennett y Zingg (1986: 581) señalanclaramente que un rasgo adoptado de la cultu-ra occidental es el beber la segunda noche, ypor ende el esquema de beber. Francisco Jordándescribe la práctica en términos negativos,afirma que convierte al indígena en “violador,adultero y asesino”. Sariego (ibidem: 47) se-ñala que algunas de las patologías del tarahu-mara provienen de su proclividad a dicho con-sumo, en la que no pocos observadores hanvisto el mal endémico de dicha raza.

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bernador ha tenido control sobre todoslos tarahumaras.

Dado que su concepto de tiempo esdiferente al nuestro, es indispensablerespetarlo; el programa, por tanto, debíacrecer desde la propia concepción en latoma de decisiones desde la comunidad.

Impacto social

Se parte del supuesto de que las orga-nizaciones de la sociedad civil surgenpara satisfacer alguna necesidad o pro-blema específico; por ende, es necesarioverificar si 1) se alcanzaron los resulta-dos esperados, y 2) si dichos resultadoshan tenido repercusiones en el entornosocial donde se ubica la organización.

En relación con los enfoques que hatenido este esfuerzo evaluativo se reco-nocen varias generaciones: la primeracomprende las décadas 1950-1970 y es-taba fuertemente enfocado a los resul-tados del programa o proyecto, con elpropósito de medir y/o comparar entrela situación inicial y la final. No eraconsiderado un proceso sino un produc-to, y cobra auge en el contexto de laayuda internacional para el desarrolloimpulsado por Naciones Unidas y elBanco Mundial.

La segunda generación correspondea la década de 1980, cuando el enfoquemigra de los resultados a la respon-sabilidad, transparencia y rendición decuentas. El objetivo era brindar unaherramienta de control, para dar cuentaa las entidades financieras o donantesdel uso adecuado de los recursos, mien-tras las agencias internacionales se en-focan más en los efectos/impactos delargo plazo.

La tercera generación surge a partirde 1990 y está enfocada a los procesos;su objetivo es comprender los fenóme-nos que se detonan con la intervencióndel programa o política en curso, y elaprendizaje para quien los diseña, ope-ra y controla. La evaluación es vista co-mo una herramienta estratégica parala construcción de conocimiento, es par-ticipativa —en contraste con los ante-riores conceptos, donde correspondíarealizarla a instancias externas— ymás que el resultado obtenido se cues-tiona si la experiencia fue relevante pa-ra los beneficiarios de la acción; es decir,qué efecto tuvo dicho resultado sobreaquéllos a quienes estaba dirigido elesfuerzo (Quintero, 2000: 89).

La evaluación implica un procesoracional que —así como en el conoci-miento— acusa la presencia de para-digmas que han permeado la investi-gación científica. Requiere de un fuertesustento en datos, y explica e identificaa través de procesos deductivos. Estafase o dimensión se sustenta en el pa-radigma positivista-cuantitativo; sinembargo, también explora, entiende einterpreta los fenómenos a través deun razonamiento inductivo, ubicándoseen el enfoque interpretativo-cualitativo(Mokate, 2000: 22-26).

Principales enfoques

En términos generales, se considera elimpacto social como la repercusión enalguna variable social originada por laintervención de la organización en unaproblemática dada, y se enfatiza la im-portancia de la permanencia y magni-tud de los cambios en el largo plazo; sin

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embargo, no hay consenso en cuanto alperiodo necesario para conceptualizarloasí. Los resultados acumulados puedeninfluir a la larga en la modificación delentorno social, aun cuando éstos son, pordefinición, a corto o mediano plazo. Laevaluación del impacto pretende medirdicha modificación (Castro y Chávez,1994: 14, Pichardo, 1999: 343-344).

También se pone de manifiesto unproblema particular para este tipo deestudios, conocido como la posibilidadde aislar el efecto, o determinar si el re-sultado se debió a la intervención delprograma u obedeció a otros factores.

Se distingue entre monitoreo y eva-luación (UNICEF, 1991; BID, 1997): el pri-mero es el seguimiento, el acompaña-miento de un proyecto a través de larevisión sistemática y puntual del de-sarrollo de un programa que facilita ladetección oportuna de deficiencia ynecesidades de ajuste del mismo; la se-gunda determina la relevancia, efecti-vidad e impacto del programa a la luzde sus objetivos (Valadez y Bamberger,1994), y contribuye al aprendizaje através de la experiencia adquirida(OCDE, 1991). Ambos procesos son com-plementarios:

El monitoreo sin la evaluación —o loque es lo mismo, la evaluación de pro-cesos sin la evaluación de objetivos—sólo nos permitiría juzgar la ejecuciónde una iniciativa, sin poder concluirnada al respecto de la bondad de lainiciativa y la sensatez de continuarlao suspenderla. Asimismo, la evalua-ción de objetivos resulta inviable sinel monitoreo. La evaluación requierede buena información generada por el

monitoreo, pues para juzgar la efica-cia y eficiencia de unas determinadasacciones en el cumplimiento de sus ob-jetivos, va a ser indispensable conocerlos aspectos cuantitativos y cualita-tivos de la ejecución de dichas activi-dades (Mokate 2000: 2).

Si se realiza un monitoreo desde elpunto de vista administrativo eficientis-ta, se parte del supuesto de que la en-trega del producto o realización del ser-vicio implicará per se un beneficio parala sociedad, lo cual no es cierto, y equiva-le a permanecer en el nivel de resulta-dos sin preguntar por sus repercusiones.

En resumen, la evaluación de impac-to debe comprender una fase o dimen-sión cuantitativa que permita revisarde manera rigurosa tanto los procesosdel proyecto como sus resultados, segui-da (o en paralelo) de un acercamiento alos procesos realizados para entender,comprender y/o interpretar cómo hasido asimilado por los beneficiarios(destinatarios o población objeto), siem-pre en la perspectiva de la situación de-seable que se buscaba alcanzar (Castroy Chávez 1994: 3).

Propuestas metodológicas

Algunas propuestas teóricas coincidenen la necesidad de racionalizar o con-ceptualizar la problemática a investi-gar a través de ejercicios de clarifica-ción, pues reconocen que en múltiplesocasiones la organización no tiene clarolo que pretende y, por ende, realiza ac-ciones erráticas e improvisadas que noobedecen a un proceso de planificacióny no está en posibilidad de medir algún

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efecto o impacto. Este proceso de racio-nalización de la problemática, que antetodo se refiere a la diferencia entre lasituación actual y la deseada, se conocecomo diagnóstico según Pichardo Mu-ñiz; para Mokate se trata del marcoconceptual; para la teoría del marco ló-gico es el fin; Cohen y Franco (citadospor Mokate, 2000: 12-13) lo denominanimpacto, y para Castro y Chávez re-presenta el modelo explicativo de larealidad y sus problemas asociados.

Una segunda fase es la racionaliza-ción de los pasos que deben seguirsepara alcanzar el cambio propuesto. Eneste punto la nomenclatura tambiéndifiere, aun cuando se refiere a la mis-ma operación lógica: qué acciones pue-den originar el cambio buscado. Enton-ces tenemos las hipótesis causales deMokate, la red causal explicativa de Cas-tro y Chávez o el árbol de problemas enel marco lógico; se trata de una fase crí-tica, pues en ocasiones no está claro —ymás tratándose de problemáticas so-

ciales—, cuál es el efecto y cuál la causa.En este punto es necesario jerarqui-

zar los pasos en función de la relevan-cia y viabilidad. Puede que algo sea re-levante para el objetivo planteado, yresultar totalmente inviable por cues-tiones financieras, políticas, de recursohumano, etc. También aquí coincidenlos enfoques.

Se encontraron discrepancias en elenfoque en el nivel en que reconocen elimpacto social, y que representa quizáel problema toral de la cuestión. A ma-nera de ejemplos, Castro y Chávez se-ñalan los siguientes tipos de impacto:

• Modificaciones significativas delas condiciones sociales de vida de lapoblación: bienes y servicios, salubri-dad, nutrición y alimentación, empleo eingreso familiar, servicios culturales.

• Modificaciones de componentessubjetivos (conductuales) de la pobla-ción beneficiaria, destinataria y objeti-vo: redefiniciones efectivas de la cul-tura familiar.

Cuadro 1. Comparativo de enfoques sobre medición de impacto

Teorías/autor Mokate Cohen y Marco UNESCOConceptualización Franco lógicodel problema

Cambio buscado (B) Objetivo final Impactos Fin Modelo explicativo

Qué hacer para lograrlo Objetivos Efectos Propósito Red causal(si A entonces B) intermedios explicativa

Cómo hacerlo Objetivos Productos Componentes Metas(inversiones y estrategias operativospara realizar A)

Actividades y tareas Insumos, Componentes Actividades Productos y costos servicios

Fuente: elaboración propia a partir de los autores.

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• Cambios de las relaciones depoder de los sujetos involucrados en elproceso de ejecución del proyecto social:cambios en el control institucional.

• Modificaciones significativas en laorganización o institución que ejecutael proyecto: en su estructura organiza-cional y administrativa.

• Modificaciones significativas delperfil demográfico de la población: re-ducción de tasa de mortalidad infantil,aumento de esperanza de vida.

• Modificaciones de las formas deorganización social y participaciónsociocultural: cambios en el liderazgocomunal, regional, municipal o local(Castro y Chávez, 1994: 18-19).

Se observa que algunos de los im-pactos que señala el autor están a ni-vel de los beneficiarios, otros a nivelinstitucional u organizacional y otrosmás a nivel social o de contexto, divi-sión que asume Pichardo Muñiz. A suvez, en relación con políticas públicasque el Fondo Monetario Internacionalseñala.

Mediante el análisis de impacto social(AIS) se evalúan las consecuencias delas medidas de política —antes, du-rante y después de su aplicación— enel bienestar de diferentes grupossociales, con especial atención a losgrupos vulnerables y a los pobres.El AIS se centrará en el efecto de laspolíticas en la distribución del ingre-so entre los distintos grupos sociales,considerando factores como el géne-ro, el origen étnico, la edad, la propie-dad de la tierra, los medios de sub-sistencia y la ubicación geográfica(FMI, 2001).

En esta acepción, el impacto socialse entiende en relación con el bienestarde los grupos sociales afectados por elprograma, y si bien se refiere a políti-cas públicas, sirve de referencia porqueseñala claramente la fase diagnóstica,el acompañamiento y la medición ex-post, así como el nivel prioritario parael AIS: los beneficiarios del programa.

ESTRATEGIA METODOLÓGICA

El abordaje al objeto de estudio combi-nó estrategias metodológicas cualita-tivas y cuantitativas en la construcciónde un caso de estudio. La dimensiónespacial quedó constituida por las co-munidades de la Sierra Tarahumaraatendidas por el Centro de DesarrolloAlternativo Indígena A.C., mientras ladimensión temporal abarcó de 2002,año en que inicia operaciones, a 2004.

En el presente caso, en un primermomento se abordó con la perspectivade comprender en forma holística (Gun-dermann, 2004: 251-288) una proble-mática cuya especificidad y contrasterespecto a nuestra cultura la hacíancompleja y defícil de abordar. Sin em-bargo, este caso contribuyó a clarificarlos mínimos necesarios para realizarestudios de impacto social, así como afundamentar el hecho de que éstos de-ben estar diseñados de manera indivi-dual para cada organización.

La cultura tarahumara involucraprocesos humanos que escapan a las ca-tegorías que estamos acostumbrados autilizar, por eso se decidió abordar laproblemática desde un enfoque que per-mitiera la flexibilidad que demandabael objeto de estudio (Zemelman, 2000).

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Dicho abordaje consistió en separar laproblemática en tres ejes de investi-gación, uno principal y dos alternos.

Definir los indicadores en este enfo-que metodológico constituyó un ejerci-cio a partir de la observación de la co-munidad, pues fue necesario considerarelementos estructurales como la dis-persión geográfica,7 la falta de comuni-cación, la carencia de servicios de sa-lud, la organización ejidal sobrepuestaa la tradicional. Asimismo, elementoshistóricos como una autosegregaciónen los lugares más inhóspitos de la sie-rra, producto de los enfrentamientoscon los colonizadores del territorio(Aboites, 1994: 45), y elementos cultu-rales como la organización tradicio-nal, la religión, su concepción del tra-bajo, las relaciones de la comunidad(Sariego, 1998, 2002; Bennett y Zingg,1986; Molinari y Porras, 2001) y ele-mentos coyunturales como la aperturade los centros de trueque.

Durante 2002 se acompañó al encar-gado de llevar las mercancías a las dis-tintas comunidades, se conoció a las au-toridades tradicionales y se interactuócon ellos, así como con los interlocuto-res que en ocasiones nos acompañaban;también se trabajó de cerca con el en-tonces director del proyecto, quien fue

una buena fuente de información acer-ca de diversas cuestiones adminis-trativas.

Se visitaron todas las comunidadesdonde inició el proyecto (siete), se cono-ció a los tenderos en cada una y se esta-blecieron vínculos con otros miembrosde las comunidades para generar con-fianza. En ese año se hicieron ocho via-jes, y en algunos de ellos se visitabamás de una comunidad.

Durante este periodo se documentótoda la experiencia: tanto la etnográfi-ca en la comunidad como la adminis-trativa en las oficinas en Chihuahua.Se capturó la información contenida enlas notas de trueque que los tenderosllenan cada vez que hay un intercam-bio, y se elaboraron tres bases de datos,una por cada año. Como estrategia adi-cional para allegarse más informaciónque la ofrecida en las boletas de true-que, se diseñó una encuesta para losartesanos de las comunidades, a pesarde la oposición inicial de estos interlo-cutores, además de un censo de los mis-mos con una foto. La encuesta estabaplanteada en términos de la cultura in-dígena, y brindó información acerca dela cantidad de familiares en torno alartesano, elemento importante parafundamentar las solicitudes de apoyosy tener una idea más cercana a lo realen cuanto a la población beneficiada.Para diseñar la encuesta se recurrió alos mismos artesanos, a fin de que ellosvalidaran los enunciados, y fue aplica-da por los tenderos en sus respectivascomunidades con apoyo del coordina-dor operativo, que es un rarámuri.

Posteriormente se procedió a conso-lidar un solo listado a partir de las ba-

7 Las comunidades se encuentran en áreasmuy extensas, donde conjuntos de una o dosviviendas constituyen una “ranchería” connombre propio, pero considerada parte de la“comunidad” o conjunto de rancherías, cuyocentro es aquélla en donde se construyó laiglesia, la escuela, la casa comunitaria y enocasiones el centro de salud.

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ses de datos generadas en tres años ydel censo de artesanos. El censo conta-ba con 336 registros, de los cuales 264aparecen en las notas de trueque y en72 no coinciden los nombres, de ahí lanecesidad de verificarlo en cada centrode intercambio.Tomando en cuenta quelos indígenas que intercambiaron algu-na vez en los centros ascendió a 2 255,8

se cuenta con información sociodemo-gráfica de 11.7% del total de artesanosintercambiando. Utilizar las dos fuen-tes de información —las notas de true-que y el censo de artesanos— permitiódimensionar la trascendencia que hatenido el proyecto, pues el censo cuentacon información del artesano que laspapeletas de trueque no brindan.

Problema eje y ejes alternos

Se enunció el proyecto como problemay se establecieron indicadores para des-cribir las modificaciones en las varia-bles de interés. Para ello fue indispen-sable partir de una concepción rarámuriacerca de la religión, los alimentos, laorganización social, el trabajo, las festi-vidades y el tiempo.

Con estos elementos en mente seprocedió a definir el problema eje, yse consideró que en la medida en quela comunidad se apropiara del progra-ma, éste funcionaría. La apropiacióndel programa sería el primer objetivo alograr. Era la condición central que des-encadenaría los procesos alternos que

pretendíamos evaluar y se midió a tra-vés de dos variables: el interés de la co-munidad en el programa, de naturale-za cuantitativa y cuyos indicadores sonla cantidad de artesanos que intercam-bian, el volumen del intercambio reali-zado, la cantidad de artesanos que in-tercambian por rango de intercambio,la diversificación de los proyectos y elmejoramiento en la calidad de la arte-sanía intercambiada. La segunda va-riable, de naturaleza cualitativa, fue elcontrol de la comunidad sobre el progra-ma. Para este caso los indicadores ob-servados fueron la solución comunitariaa los conflictos de intereses, la vigilanciadel funcionamiento del centro y la co-rrección realizada por la comunidad enla operación del centro de trueque.

A partir de este problema eje se con-sideraron otras dos vertientes o ejesalternos. Uno se refiere al objetivo defomentar el autodesarrollo de las comu-nidades, por ello se buscó observar tresvariables: la réplica, cadenas producti-vas y la migración de la población delas comunidades. Para el primer casoel indicador fue dado por la cantidad decomunidades que solicitaron el progra-ma, para el segundo por la cantidad decomunidades y productos agregados, ypara el tercero por el aumento o dismi-nución de la población en las comunida-des. Sin embargo, los grupos indígenastienen gran movilidad geográfica, por loque el grado de dificultad para el acopiode información es elevado.

El otro eje alterno se refiere al obje-tivo de mejorar la alimentación, de ver-tiente cuantitativa. El indicador resultóla ingesta de calorías per capita en lasfamilias de artesanos y la proporción

8 Cantidad resultante de la consolidaciónde las tres bases de datos de los intercambiosde 2002 a 2004.

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de los alimentos intercambiados res-pecto el volumen total de alimentos dela familia del artesano.

Otra vertiente del eje tiene como ob-jetivo robustecer la organización tra-dicional a través de la variable orga-nización tradicional. Para este caso sepretendía observar procesos y relacio-nes como las festividades, las tesgüina-das, el trabajo comunitario, las prácti-cas tradicionales y los cambios deautoridad al seno de la comunidad, yaque para los indígenas estas activida-des se consideran importantes para ese

buen vivir. Este enfoque metodológiconos permitió plantear el esquema de ob-servación de la siguiente forma (fig. 1).

Como se observa, el nivel de impac-to esperado en este proyecto es a nivelde beneficiarios: el eje alterno relativoa mejorar la alimentación de la comu-nidad tiene repercusión directa en estenivel. El eje principal y el eje alterno defomento al autodesarrollo de las comu-nidades —en su vertiente cuantitati-va— influyen mayormente en el nivelorganizacional, y tanto la variable demigración como la de organización tra-

Indicador:Cantidad decomunidadesque soliciten el programa

Eje alterno Eje central de investigación

Eje alterno

Indicadores:1) Ingesta de calorías per capita en las familias de artesanos.2) Proporción de los alimentos intercambiados respecto el volumen total de alimentos de los artesanos

Variable: nutrición Variable: interés de la comunidad en el programa

Variable:réplica

Variable:migración

Variable:centros dedistribución

MEJORAR LAALIMENTACIÓN

APROPIACIÓN DELPROGRAMA PORLA COMUNIDAD

LOGRARAUTODESARROLLO

DE LA COMUNIDAD

Variable:control de la comunidad

sobre el programa

Indicadores: 1) Solución comunitaria delos conflictos de intereses2) Vigilancia del funcionamiento del centro3) Notas de trueque escritas en español4) Diversificación de los proyectos5) Mejoramiento de la calidad

Indicadores:1) Capacidad de arraigara la población

ROBUSTECER LAORGANIZACIÓN

TRADICIONAL

Variable:Organización Social

Indicadores:1) Acciones detrabajo comunitario y su celebración2) Permanencia de su estructura tradicional de gobierno

Indicadores: 1) Cantidad de artesanos que intercambian productos2) Volumen del intercambio3) Promedio de intercambio por artesano según rango de intercambio acumulado

Indicador: Cantidad de comunidades y productos integrados

Figura 1: Ejes de investigación

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dicional pudieran incidir en el nivelcontextual o social, si bien todavía nopueden medirse.

Los señalados en el esquema con ra-yado horizontal son los que se han podi-do monitorear en estos tres años, losrayados verticales apenas se cuenta conla información para iniciar su monitoreoy resaltados en gris oscuro con lunaresno se les ha podido dar seguimiento. Acontinuación parte de la información re-copilada en estos tres años.

RESULTADOS

Eje central: lograr la apropiación delprograma por la comunidad.Variable: interés de la comunidad en elprograma.Indicador: cantidad de artesanos queintercambian productos.

La cantidad de artesanos que han in-tercambiado cuando menos una vez en

los centros ascendió a 2 255 personas.El segmento que intercambió en lostres periodos ascendió a 258 artesanos(11 por ciento), los que intercambiarondos periodos fueron 477 (21 por ciento)y los 1 520 restantes sólo lo hicieronuna vez (68 por ciento).

Si tomamos en cuenta sólo la canti-dad de artesanos de las primeras sietecomunidades para el cálculo de 2004,ésta asciende a 1 014, esto es, tuvieronun decrecimiento global de 1.3 por cien-to. Tomando en cuenta las tres comu-nidades que se sumaron, se incrementó12 por ciento.

Por comunidad, únicamente No-rogachi, Wajurana y Rowerachi hantenido descenso en ambos periodos,mientras que Hillochi y Tallárachi hanaumentado en forma significativa. De-be destacarse que estas dos últimas co-munidades son de las que tienen me-nos tradición artesanal. El descenso enlas primeras puede ser explicado por el

Comunidad 2002 2003 Var. (%) 2004 Var. (%)Rowerachi 112 95 -16 84 -12Tallarachi 60 68 33 96 41San Luis Magimachi 99 101 2 101 0Huillochi 77 77 0 110 42Wajurana 157 192 22 153 -21Creel 166 127 -24 182 43Norogachi 392 366 -7 288 -22Bawinocachi 54Choquita 40Cerocahui 44Sin centro 4 1 1Total 1067 1027 -4 1153 12

Cuadro 2. Cantidad de artesanos por comunidad y variación porcentual

Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

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hecho de haber introducido controlesde calidad de los productos y no acep-tar algunos por carecer de demanda.

Indicador: volumen del intercambio

El volumen de intercambio ha ido au-mentando consistentemente, y ademásse confirmó el resultado del primer año:los artesanos siguen intercambiandodurante los meses de actividad agríco-la fuerte, lo cual se había previsto queno ocurriría.

El volumen de intercambio se dis-para durante el último año por el au-

mento de tres comunidades al proceso;sin embargo, la cantidad intercambia-da por las siete comunidades inicialestambién representa un incrementosignificativo, pues ascendió a 578497, 65 por ciento más que el año an-terior.

Como se observa, el volumen globalde intercambio creció de 2002 a 2003apenas 8.1 por ciento. Tomando en con-sideración que el volumen de artesanosdecreció en ese mismo periodo 4 porciento, la media por artesano aumentótambién en 12.4 por ciento pasando de303.22 a 340.83 pesos.

Año Cantidad Volumen del Cantidad dede artesanos intercambio comunidades

2002 1067 323 539 72003 1027 350 091 72004 1153 633 773 10

Cuadro 3. Cantidad de artesanos y volumen de intercambio anual

Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

Cuadro 4. Volumen total de intercambio por comunidad y variación porcentual

Comunidad 2002 2003 Var. (%) 2004 Var. (%)

Rowerachi 58 773 77 279 31.4 93 027.0 20.3Tallárachi 15 250 22 333 46.4 55 001.5 146.0San Luis Magimachi 45 952 42 077 -8.5 79 102.0 87.9Huillochi 29 241 30 319 3.6 66 451.0 119.0Wajurana 61 590 64 416 4.6 121 998.0 89.3Creel 51 982 39 529 -24.0 83 433.0 111.0Norogachi 60 751 74 088 21.9 79 484.5 7.3Bawinocachi 20 420.5Choquita 10 268.0Cerocagui 24 588.0

Total 323 539 350 041 8.1 633 773.5 81

Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

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En 2004 el incremento en cinco delas siete comunidades es sustancial, ysólo Norogachi tiene un modesto 7.3 porciento, seguido de Rowerachi con 20.3por ciento en ambos casos menor que eldel periodo anterior. Nuevamente Ta-llárachi y Huillochi logran el crecimien-to más alto de las siete comunidades.No se tiene una explicación para esto, yuna hipótesis es que quizá están ba-jando mas rancherías a intercambiar alos centros, lo cual también tendría queverificarse. El aumento en el volumende intercambio en relación con la canti-dad de artesanos, que en términos ge-nerales permaneció estable, significaque las personas aumentaron la canti-dad de bienes intercambiados.

Indicador: promedio de intercambio porartesano según rango de intercambioacumulado en los periodos

Se tenían los datos para calcular el vo-lumen que cada artesano de la base dedatos había intercambiado en los tresperiodos, y para efecto de análisis seagruparon los intercambios indivi-duales en rangos de cien pesos.

Durante el periodo 2002 se observóque tres personas intercambiaron másde tres mil pesos, y al revisar la basede datos correspondiente se encontróque el registro que llega a 8 311 pesos 9corresponde al padre Juan Córdova,sacerdote diocesano y uno de los inter-locutores mencionados al inicio del tra-

bajo.En los tres periodos se observó quelos más intercambiaron volúmenes pe-queños y los menos grandes volúme-nes. Esta disparidad hace difícil deter-minar, en términos de este volumen, lacantidad de personas beneficiadas.

Cuando se realizó el primer análisisde la información correspondiente a2002, se supuso un promedio de sietemiembros de familia, incluido el artesa-no. Si durante ese año se intercambióalimento con 1 083 artesanos quieredecir, si la proyección del tamaño de lafamilia es correcta, que se beneficiaron7 581 indígenas, pero se debió acotaresta aseveración. Aun asumiendo lascifras anteriores, y tomando en cuentala disparidad en el rango de intercam-bio acumulado, habría que señalar que5 943 personas tuvieron un muy ma-gro beneficio, ya que el intercambio fuemenor de 400 pesos en el periodo. En elotro extremo del espectro, 546 indíge-nas (78 por ciento) tuvieron un benefi-cio significativo, ya que el intercambioacumulado se ubicó al menos en 800pesos.

A manera de cuestionamiento, que-da por resolver si esta disparidad en elintercambio se debe a motivos cultu-rales como el hecho de la naturalezamigrante del tarahumara, lo cual pro-vocaría que un volumen importante dela base de datos corresponda a la pobla-ción que en un determinado tiempo es-tuvo en alguna de las comunidades eintercambió sin repetirlo más adelante.Debido a este patrón de comportamien-to, se procedió a determinar el compor-tamiento de los tres periodos.

Respecto a la cantidad de artesanospor rango, destaca la disminución de

9 Se decidió eliminarlo de la base de datosporque no satisfacía el perfil de la poblaciónbeneficiaria del programa e introducía un ele-mento atípico en la misma.

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los mismos en los dos rangos menoresde intercambio, el más bajo decreció 38por ciento de 2002 a 2004, y el que lesigue un 6 por ciento. En contrapartidalos rangos de 2 000 hasta 4 000 tienenun incremento porcentual de 466.7 porciento y aparecen nueve personas conintercambios superiores a los 4 000 pe-sos. De la comparación de los periodosse puede observar que los rangos de

máximo intercambio han aumentado,ya que el más elevado el primer año fuede 3 410, el de 2003 ascendió a 4 183 yel de 2004 a 7 106 pesos. En 2002 sólonueve indígenas intercambiaron másde 2 000 pesos, para 2003 el númerohabía aumentado a 20 y para 2004 fue-ron 60 indígenas que intercambiaronmás de dicha cantidad. Se analizó tam-bién a los indígenas que habían inter-

Rango ($) 2002 2003 2004 Var. (%)

5 a 99 354 301 220 -38.0100 - 199 269 257 254 -6.0200 a 299 129 142 139 7.8300 a 399 96 78 104 8.3400 a 499 47 54 76 6.1500 a 599 39 30 65 1.6600 a 699 22 36 30 36.4700 a 799 24 19 32 33.3800 a 899 13 25 32 146.2900 a 999 10 11 28 180.01000 a 1099 9 11 24 166.71100 a 1199 11 11 16 45.51200 a 1299 8 8 10 25.01300 a 1399 6 5 12 100.01400 a 1499 7 5 10 42.91500 a 1599 2 2 6 200.01600 a 1699 2 4 9 350.01700 a 1799 3 3 11 266.71800 a 1899 6 2 11 83.31900 a 1999 0 3 4 33.32000 a 2999 6 17 34 466.73000 a 3999 3 1 17 466.74000 a 4999 0 2 3 50.05000 a 5999 0 0 36000 a 6999 0 0 17000 a 7106 0 0 2

Cuadro 5. Comparativo de la cantidad de artesanos en el rango

Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

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cambiado más de 1 500 pesos al año enalguno de los periodos.

Hay un total de 122 indígenas quehan intercambiado más de 1 500 pesosanuales en alguno de los periodos. Es-tos 122 representan 11 por ciento delpromedio de artesanos de los tres años,que ascendió a 1 082. Llama la atenciónque únicamente hay once hombres eneste segmento, lo cual repercute en elámbito familiar, ya que desde el análi-sis del primer año de operación de loscentros de trueque se observó que esta-ba contribuyendo al empoderamientode las mujeres, quienes adquirían cier-to grado de independencia económicade los hombres porque la actividad ar-tesanal es realizada mayoritariamentepor ellas.

Variable: control de la comunidadsobre el programa. Indicador: solucióncomunitaria a los conflictos de intereses

Se nos informó que en la comunidad deRowerachi se había generado una si-

tuación que podría considerarse poten-cialmente conflictiva, pues había ciertomalestar del gobernador Francisco porla forma en que estaba funcionando elcentro. Según él, se favorecía a ciertosmiembros de la comunidad al permitir-les canjear grandes cantidades de mer-cancía, lo cual provocaba que algunosno alcanzaran.

Cabe señalar que en dicha comuni-dad Francisco tiene una tienda y acep-tó que la apertura del centro le habíaafectado, y las personas que le debíanahora ya no le pagaban. Afirmó no es-tar en contra del centro, pero queríaque se hiciera el trueque de maneraque todos alcanzaran, y también sugi-rió que el centro sólo trabajara dos otres días a la semana.

La comunidad resolvió el problemade la siguiente manera: aceptó que eltendero dejara su puesto y que Fran-cisco se hiciera cargo del centro; sin em-bargo, en la reunión donde se resolveríala cuestión, la comunidad no se congre-gó. Esto quiere decir que aceptaron el

Cuadro 6. Cantidad de indígenas que intercambiaron más de 1 500 pesos en elaño, según periodo y género

Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

Cantidad Cantidad Cuáles Mujeres Hombresde indígenas de periodos periodos

10 3 2002 a 2004 10 016 2 10 en 2003 y 2004 10 0

5 en 2002 y 2004 4 11 en 2002 y 2003 1 0

96 1 7 en 2002 3 412 en 2003 11 177 en 2004 72 5

122 111 11

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cambio pero no otorgaron su aprobaciónen forma explícita. Esta solución fuetomada de acuerdo con sus tradicio-nes, y en la nuestra significaría que seaprobaba el cambio, pero condicionado.Después de dos años, en dos ocasionesFrancisco se ha negado a recibir los ali-mentos cuando se han llevado, ocasio-nando problemas en el suministro. An-te ello, la comunidad advirtió que lasiguiente vez que ocurra esto, se le re-vocará su responsabilidad al frente delcentro.

El meollo de la cuestión estriba enque la decisión fue tomada por la co-munidad libremente y cuidando susintereses, y no por personas ajenas alprograma —por ejemplo,personal de Ce-dain, interlocutores u observadores—.Cabe resaltar aquí que una cuestiónexplícitamente detallada en el docu-mento de origen del Cedain es que ésteno competiría con las tiendas de la co-munidad, algo que no está ocurriendoen realidad. Introducir elementos queperturban el sistema de relaciones vi-gente en la comunidad también deberáobservarse con detenimiento.

Indicador: vigilancia delfuncionamiento del centro

Es interesante destacar que otro indi-cador del apropiamiento esta dado porel grado de supervisión que la comuni-dad ejerce sobre el(la) tendero(a), pueshabiendo sido nombrados por ésta, lógi-co es que vigile el proyecto si le interesa.

Se verificó el supuesto acaparamien-to y en términos generales no se dio elfenómeno lo cual indicó que el tenderoestaba haciendo bien su trabajo; es de-

cir, la comunidad eligió bien, mientrasla información, si se conceptúa comofalsa, sugiere que se lesionaron intere-ses, por lo que se puede suponer que elconflicto de intereses fue real.

En Tallárachi el volumen de inter-cambio fue poco porque únicamente sehabían surtido productos básicos (maízy fríjol) y no había la variedad de mer-cancías indicadas en las listas, segúnmanifestó Héctor Núñez esposo de Cu-ca, la tendera del pueblo. Posteriormen-te ella comentó que había aumentadoel volumen del intercambio cuando sellevó provisión diversa, específicamentelatas (sardina y chile).

Se observó que ella no tiene el concep-to de sumar los volúmenes, sino de hacerel intercambio uno a uno, y se conside-ró que a futuro se podrían generar pro-blemas si las cuentas se complicaran ytuvieran que hacerse globalmente, locual se manifestó hacia finales de 2004.Se está en espera de que la comunidadintervenga para cambiarla.

En esta comunidad se pudo obser-var cierta inconformidad del goberna-dor en el monto al que son tomadas lasartesanías, mientras la tendera se mos-tró estricta en cuanto a los estándaresde calidad, fenómeno que se está dandoen forma espontánea por los encarga-dos de los centros.

Las comunidades pidieron que sediversificara la oferta de productos atrocar con base en sus necesidades rea-les, de ahí que se introdujeran correas,utensilios de labranza, telas, etc. Nin-gún artículo se añadió por determina-ción de la administración del Cedain,sino que debió ser solicitado por las co-munidades. Asimismo, se realizaron

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reuniones con las comunidades paraeliminar la artesanía que no se vende yfomentar la que sí tiene mercado. Esimportante destacar que el control decalidad lo ejerce el tendero y ha resul-tado muy exigente.

Indicador: notas de trueque escritasen español

La cultura tarahumara no tiene escri-tura, sin embargo se ha dado el controla través de las notas de trueque, y sibien surgieron algunos problemas, elhecho de que hayan aceptado hacerloes indicativo de la apropiación del pro-grama. La sistematización de la infor-mación de las operaciones de trueque,que a simple vista parece sencilla, impli-ca de suyo el primer impacto que se estáteniendo: para hacerlo fue necesario quelos tenderos de los centros llenaran laspapeletas que consignan las operacio-nes de trueque, especificando cantida-des de artículos, las piezas de artesaníasintercambiadas en cada caso, y el nom-bre del artesano. El hecho de que selleven registros escritos en una lenguaque no es la suya, y que lo estén hacien-do bien es un primer resultado tangi-ble del proceso que está teniendo lugar.

Indicador: diversificación de los proyectos

Se observa que las comunidades hanevolucionado en su capacidad de ges-tión a través de los centros de trueque,promoviendo el desarrollo de otros pro-yectos de alto impacto socioeconómicocomo los huertos familiares, de los quese han entregado e instalado 18 en Ro-

werachi, 15 en Choguita, 20 en Cero-cahui y 48 en San José del Pinal, así co-mo 25 sistemas de captación de aguaen Choguita. Esto se ha logrado gra-cias al acompañamiento tan cercano, loque ha redundado en la generación decierta confianza para desarrollarlos.Ejemplo de ello es que en la comunidadde San José del Pinal (donde no haycentro de trueque) los indígenas acor-daron pagar el fondo revolvente obte-nido para financiar los huertos, ya quede esa forma iba a poder dotarse a másgente de los mismos. Es de llamar laatención, pues si al indígena se le diceque debe pagar por algo, no lo hace, yen este caso hacerlo fue un acuerdo dela comunidad.

Indicador: mejoramiento de la calidad de la artesanía

Una prioridad ha sido apoyar el desarro-llo de habilidades artesanales a travésde una capacitación específica, de acuer-do con las necesidades expresadas porlos artesanos. En este contexto, la pri-mera administración se dio a la tareade organizar un viaje de artesanos alsur de la república, en el que partici-paron cuatro tenderos, el entonces en-cargado de la comercialización y el coor-dinador rarámuri de la zona —quientiene a su cargo la responsabilidad deentregar la mercancía y recolectar arte-sanías. Respecto a las personas que sa-lieron de viaje, el encargado de comer-cialización destacó lo siguiente:

Identificaron que existe artesanía si-milar a la tarahumara de otras re-giones del país que es más barata y se

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encuentra en forma general mejorelaborada. Conocieron la mercancíachina la cual es elaborada a base debambú y otros tipos de material, lacual es mucho más barata.

Al participar directamente en elsurtido de los pedidos de clientes, sedieron cuenta que la artesanía quetiene mayor demanda es la de piezaspequeñas y la que se encuentra librede defectos (no chueca, no decolorada,no manchada, etc.). Los indígenas es-cucharon por voz de algunos clientesque la situación económica es difícil yque no contaban con dinero para com-prar.

Al visitar diversas tiendas de arte-sanía, los indígenas se percataron dela uniformidad, el colorido y la homo-geneidad de la artesanía exhibida dediferentes lugares del país, lo cual lesda una perspectiva de que es impor-tante para tener mayor posibilidad devender la propia.10

Sin embargo, las expectativas demejoramiento no se vieron reflejadasen la artesanía sino hasta tiempo des-pués, cuando los artesanos empezarona solicitar anilina para pintar la hojade pino de la cestería, y herramientasmás sofisticadas como cepillos para ma-dera. El hecho de que al viaje fueranlos tenderos y no los artesanos hacesuponer que es por eso que no se hayapercibido cambios significativos en laproducción artesanal.

EJE ALTERNO:MEJORAR LA ALIMENTACIÓN

Variable: nutrición. Indicador:ingesta de calorías per capitaen las familias de artesanos

Este indicador podría mostrar si las fa-milias de artesanos han aumentado lacantidad de calorías que ingieren, araíz del establecimiento de los centrosde trueque. Se buscaría cuantificar laingesta de calorías de las familias delos artesanos que intercambian con re-gularidad, y dividirla entre el númerode miembros de la familia. Se tiene con-siderado que esta misma medición serealice en otra comunidad donde no ha-ya centros de trueque para contrastarambos datos.

Durante los dos primeros años defuncionamiento del Cedain este indica-dor no había podido utilizarse porquela información recabada provenía delas boletas de trueque; sin embargo, gra-cias a la encuesta que la nueva admi-nistración empezó a realizar, pudo te-nerse información que a partir de ahoranos permita utilizar este indicador.Aúncuando los artesanos ofrecieron infor-mación sobre su actividad agrícola, estoera importante porque se sabe que ade-más de lo que intercambian en el cen-tro, ellos cosechan maíz, fríjol y otrosproductos. Al respecto, sólo 5 por cientoafirmó no sembrar tierras, 89 por cien-to siembra maíz y productos como frí-jol, habas y papas, y de ellos sólo 15 porciento siembra maíz únicamente.

Ellos detallaron cuánto sembraban,cuánto cosechaban, y cuánto les dura-ba. Los que contestaron que todo un

10 Informe presentado al Consejo delCedain.

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año fueron, 30 por ciento el maíz, 22por ciento el fríjol, 8 por ciento las ha-bas y 10 por ciento la papa.

Lo importante de contar con esta in-formación es que puede cruzarse con lade las papeletas de trueque y llegar a de-terminar la cantidad de calorías que elartesano y su familia consumen y de ellocuánto es debido al centro de trueque,ya que la información de las papeletasindica los productos comestibles inter-cambiados, y las cantidades de maíz,de frijol, etc. Esto había sido planteadoinicialmente como uno de nuestros in-dicadores de impacto, y ahora que yase cuenta con esta información es partedel trabajo que deberá continuarse.

Indicador: proporción de alimentos intercambiados respecto al total de alimentos de los artesanos

La encuesta brinda información sobretal indicador, pues además de los datosglobales sobre los volúmenes de cose-cha se les preguntó qué proporción desu mandado intercambiaban en el cen-tro. 16 por ciento aseveró que todo, 35por ciento se provee ahí de más dela mitad y 43 por ciento de menos de lamitad. Con esta información, y con losregistros de los intercambios, se puede

obtener la cantidad de alimento que elartesano y su familia han tenido du-rante el año. Este trabajo apenas estáiniciándose y se podría cuantificar, aun-que fuese en forma aproximada, la pro-porción en que los centros han contri-buido a la alimentación de la poblaciónen un periodo determinado, en el quepor cierto las lluvias no llegaron a tiem-po y la mayor parte de las cosechas seperdieron. En opinión de un interlocu-tor, esta proporción debe situarse apro-ximadamente en 50 por ciento. De con-firmarse esta cifra, podríamos asumirel grado en que los centros han benefi-ciado a la población en tiempos de se-quía. Respecto a la importancia del cen-tro en su provisión de alimentos, 38 porciento van una vez al mes a intercam-biar, 36 por ciento van dos veces, 20 porciento van tres veces, y sólo 5.4 por cien-to no va o no contestó.

EJE ALTERNO: ROBUSTECIMIENTODE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

Variable: organización social.Indicador: acciones de trabajo comunitario y su celebración

En el eje del robustecimiento de la or-ganización social que se pretende me-

Cuadro 7. Cantidad y promedio de siembra y cosecha de los artesanos

Siembra/ Media Cosecha/ Mediadecalitros costales

Maiz 6 434 19.15 12 815 38.14Frijol 7 811 23.25 6 926 20.61Haba 9 164 27.27 5 439 16.19Papa 7 362 21.91 7 159 21.31Fuente: elaboración propia a partir de las notas de trueque.

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dir a través de los indicadores relativosa sus tradiciones, sólo puede obtenerseinformación de viva voz de los poblado-res. En esta tesitura, en dos visitas alpoblado de Tallárachi se observó que lapoblación en ambas ocasiones habíahecho tesgüino coincidiendo con las la-bores del ciclo agrícola. Específicamen-te, se informó en la primera que eraporque estaban cercando, y en la se-gunda era temporada de siembra. Cabeseñalar que esta última visita debióposponerse ya que la fecha elegida ini-cialmente coincidía con la festividad deSan Isidro, acto celebrado en las co-munidades.

Indicador: permanencia de su estructura tradicional de gobierno

En la medida en que las formas de au-toridad tradicional sigan teniendo rele-vancia en la vida comunitaria, se puedeconsiderar que la organización socialestá siendo si no robustecida, al menosconservada. Sin embargo, hay múlti-ples indicios de que se está deterioran-do: se observó una pandilla de niñostarahumaras de entre 12 y 16 años al-coholizados no sólo con tesgüino sinotambién con aguardiente de ínfima ca-lidad que se distribuye clandestina-mente en la sierra, llegaron a una tes-güinada y agredieron a otro joven, algrado de que un adulto debió interveniry también fue golpeado. Pregunté si esoera parte de su cultura y respondieronque no, que era un fenómeno que esta-ba apareciendo apenas hace unos años,que “los jóvenes ya no les hacen caso alos viejos” y que esto era inconcebibleaños atrás. El anciano era visto con res-

peto aunque no tuviera un lugar en laestructura tradicional de gobierno, yahora ya no. Se mencionó que el fenó-meno de las pandillas va en aumento ycada vez está peor.

EJE ALTERNO: AUTODESARROLLO DE LA COMUNIDAD

Variable: réplica. Indicador:cantidad de comunidades que solicitan el programa

El primer caso de réplica consumadaes el de la comunidad de Norogachi, in-tegrada al programa en julio de 2002.El siguiente año se incorporaron Cho-guita, y Bahuinocachi. La Gavilana fuela primera que solicitó el programa,pero no se ha podido incorporar porquese encuentra enclavada en otro munici-pio y en una cañada muy profunda.

Actualmente hay tres comunidadesen lista de espera. Respecto a las otrasalternativas, por ejemplo los huertosfamiliares, ya fueron puestas en opera-ción en San José del Pinal, comunidadque no tiene centro de trueque.

Variable: centros de distribución como parte del autodesarrollo de la comunidad. Indicador: cantidadde comunidades y productos integrados

El Cedain posee un buen sistema dedistribución en 10 comunidades, ademásde una eficiente estructura adminis-trativa, lo cual se trata de aprovecharpara intercambiar insumos tarahu-maras no artesanales entre las comu-nidades del área de influencia de loscentros de trueque, a fin de fortalecer a

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pequeños productores de insumos bá-sicos. Ya se tienen localizadas mer-meladas, galletas y salsas de chile deNorogachi, chile piquín de Urique, yalimentos deshidratados, maíz, fríjoly artículos de limpieza de Cerocahui.

Variable: migración. Indicador:capacidad de arraigo de la comunidadderivada de la presencia de los centros de trueque

En opinión de un experto consultado,los centros de trueque brindan una op-ción de alimentación a las comunidadesy actúan como un dique frente a la al-ternativa de involucrarse en activi-dades de narcotráfico, ya que algunasestán ubicadas en sus áreas de influen-cia. La encuesta mostró un aspecto alque pudiera darse seguimiento, y esrespecto a si vende sus artesanías enotras partes: la mitad contestó que no(51 por ciento), lo cual indica que loscentros de trueque contribuyen a queparte de la población no tenga que salirde sus comunidades para proveerse dealimentos. El arraigo se podría dar enla familia, específicamente la mujer ylos niños, ya que ella podría proveersede alimento con su artesanía aunque elesposo hubiere migrado.

DISCUSIÓN

El concepto de impacto social general-mente se confunde con el de resultadoso la evaluación de desempeño. Consi-deramos que están relacionados, perose refieren a cuestiones distintas al in-terior de la organización. Impacto es larepercusión social de un programa, un

cambio sostenible y/o permanente y ge-neralizable en una variable social en laque se intervino y se está monitorean-do. El indicador de impacto mide y ve-rifica los cambios de largo plazo en lasvariables, y por ello implica permanen-cia en el tiempo.

Los indicadores de impacto se refie-ren al gran cambio planteado en elobjetivo general del programa u organi-zación y, de existir, deben utilizarse in-dicadores internacionales. En este casoespecífico, incidir en el bienestar de in-dígenas tarahumaras representó undesafío, pues dichos indicadores no pue-den aplicarse a lo que para ellos es bien-estar, de ahí que se buscara generar lainformación de indicadores que ––des-de su peculiar óptica–– pudieran servirpara comprobar que se había influidoen su bienestar.

El impacto social no se percibe deinmediato, las consecuencias sólo apa-recen con el paso del tiempo y en oca-siones puede ser contrario a la inten-ción de la organización. Hasta hoy sedesconoce qué efectos tendrá para di-cha población el empoderamiento fe-menino, o que la familia no migre conel hombre, ya que parte de su solidezcomo grupo étnico se debe a ello.

No puede haber impacto sin haberresultados y éstos se obtienen a partirde la actividad de la organización. El in-dicador de resultado mide los efectosmediatos del cambio en la variable so-cial. Lo avanzado en estos tres añosconstituye el primer paso de un proyec-to que, por definición, se alarga en eltiempo y da lugar a la primera medi-ción de algunos indicadores propuestos.Otros, mencionados al inicio del proyec-

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to, no han podido ser estudiados, e in-cluso se desconoce su pertinencia.

En resumen, se considera que todaacción de las organizaciones tiene efec-tos inmediatos, mediatos y a largo pla-zo. Pudiéramos hablar de niveles deimpacto cuando la actividad trasciendesu primer círculo de influencia y con eltiempo se modifica algún indicador dealguna variable social. Así, el problemaradica en determinar cuándo los resul-tados se convierten en impacto social.

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