47
Jung, curación y alquimia Fórmulas alquímicas George Mead II L A M U E R T E A L Q U Í M I C A 2015 NÚMERO 2

pentagrama-2-2015.pdf

Embed Size (px)

Citation preview

  • Jung, curacin y alquimia Frmulas alqumicas George Mead II

    Aportar la luz en las tinieblas es en la alquimia un tema recurrente. En cuanto a la luz, el consciente y el inconsciente pueden unirse y dar una forma completamente nueva, abierta y transparente. Entonces recibimos la piedra blanca; entonces descubrimos en el microcosmos, el cosmos y el macrocosmos el otro elemento tan diferente. ste es hoy, y ha sido siempre, objeto del laboratorio del alquimista: separar cuidadosamente lo puro de lo impuro, lo pesado de lo ligero. As el alquimista libera la fuerza activa, la quintaesencia, el ter de fuego del que hablaban los ancianos, el quinto elemento, el material de construccin inmutable del hombre nuevo. L A M U E R T E A L Q U M I C A

    2015 NMERO 2

  • Redactor JefeA.H. v. d. Brul

    Responsable editorialP. Huis

    RedaccinPentagramaMaartensdijkseweg 1NL-3723 MC Bilthoven, Holandae-mail:[email protected]

    Edicin y administracinFundacin RosacruzCamino del Pesebre, s/n.50162 Villamayor (Zaragoza)web:www.fundacionrosacruz.orge-mail:[email protected]

    Stichting Rozekruis Pers.Ninguna parte de esta revistapuede ser reproducida sin laautorizacin escrita del editor.

    La revista pentagrama aparece seis vecespor ao en holands, alemn, espaol,francs e ingls.En brasileo, blgaro, fins, griego, hngaro,italiano, polaco, ruso, eslovaco, sueco ycheco, slo aparece cuatro veces por ao.

    Depsito legal:GI 1005-95

    Revista de la Escuela Internacionalde la Rosacruz ureaLectorium Rosicrucianum

    La revista pentagrama se propone atraer laatencin de los lectores sobre la nueva era queha comenzado para el desarrollo de la humanidad.El pentagrama siempre ha sido el smbolodel hombre renacido, del hombre nuevo.Es igualmente el smbolo del universo y de sueterno devenir, por el que tiene lugar lamanifestacin del Plan de Dios.No obstante, un smbolo slo tiene valorcuando se convierte en realidad. El hombreque realiza el pentagrama en su microcosmo,en su propio pequeo mundo, se mantieneen el camino de la Transfiguracin.La revista pentagrama llama al lector a realizaresta revolucin espiritual en s mismo.

  • symbolen dragen de waarheid 1 1

    Es cierto que para morir hace falta un valor exterior y para vivir un valor interior. Tambin es cierto que es ms fcil morir por nuestras convicciones que vivirlasPero tambin es cierto que estamos lejos de ponernos de acuerdo sobre el hecho de que la vida real presenta dos as-pectos, a saber que vivir significa cambiar, evolucionar, trans-formarse da a da hasta el momento de la muerte e incluso en ese momento. El precio de la vida se paga con el rescate de la muerte. Una vez que hemos obtenido esta sabidura y que la hemos hecho nuestra plenamente, el significado de la vida experimenta una revolucin de 180.En efecto, por esa toma de consciencia cada da se llena de la grandeza que est en nuestro interior: dicha, comprensin y serviciabilidad nos impregnan, nos atraviesan, nos penetran. Vivir y morir son entonces como inspirar y expirar. Sabemos entonces que la presin que se ejerce sobre nosotros est destinada a hacer de nosotros mejores observadores, ms fuertes, ms valiosos. Por increble que esto pueda parecer, las circunstancias actuales nos ofrecen la mejor oportunidad para que, con toda nuestra alma y con todo nuestro cora-zn, colaboremos siguiendo armoniosamente la corriente de la vida. Los alquimistas clsicos comprendan as la vida, as practicaban su arte y observaban atentamente los procesos relativos a la preparacin de la tintura. Este nmero contiene la transcripcin de los textos del simposio La muerte y la alquimia que tuvo lugar el pasado octubre en Noverosa. En la base estn las Frmulas alqu-micas extradas de un libro de 2002, Alchemical Psychology. Old recipes for living in a new world de Thom F. Cavalli. En las pginas siguientes encontrarn algunas de entre ellas impre-sas en oro.

    Portada: Estudio de un pie, una mujer dormida y un nio acostado. Cornelius Schut (I), 1618-1655

    Ao 37 2015 nmero 2

    Smbolos, portadores de verdad 3 La muerte alqumica: disuelve y coagula, muere y deviene 6La sanacin por la transformacin, curacin y alquimia segn C.G. Jung 12Consuelo, fuerza, clemencia, intercambio de experiencias en el acompaamiento al final de la vida 22La montaa del Espritu 27Las asas de jade 30El redescubrimiento de la Gnosis (II), G.S. Mead, el primer gnstico moderno 34Pensamos o recordamos? 38Frmulas alqumicas: 2, 10, 11, 20, 21, 26, 43, 44

  • 2 pentagrama 2/2015

    F r m U L a a L q U m I C a

    Sembrar vuestro oro en una tierra blanca purificadaSembrar es un acto simblico, es una intervencin ritual en la naturaleza terrestre con el fin de

    favorecer su proceso de desarrollo. Las simientes de oro esparcidas son portadoras de una energa espiritual rica en posibilidades de transmutacin. Sembrar forma parte de los arquetipos presentes en nuestro imaginario que estn profundamente anclados en nuestra consciencia, la realizacin de una

    curacin a partir de una actitud interior correcta, puede dar resultados tan preciados como el oro. ante todo, hay que purificar la tierra (prima materia) donde se siembra. Este es un proceso de bsqueda del equilibrio, de purificacin, el reconocimiento del mecanismo de los incesantes deseos, pensamientos y adherencias emocionales las cuales nos oscurecen la consciencia y nos atan a la tierra. Sembrar puede verse tambin como un acto de ofrenda, de purificacin, es la crucifixin del yo inferior. En el curso del

    proceso de calcinacin, la tierra negra que se corresponde con la sal se blanquea en el fuego del azufre y se transforma en ceniza blanca. Foliated earth es la ceniza purificada, transformada del negro al blanco. Las cenizas constituyen la tierra nutricia favorable para las semillas de oro. Estas cenizas nos conducen a la transicin correspondiente a la fase albedo en la cual, por la accin espiritual del sembrador que es

    mercurio, la ceniza blanca es transformada en oro.

  • smbolos, portadores de verdad 3

    La verdad no ha venido a este mundo desnuda, sino revestida de smbolos y de imgenes para que el mundo pueda recibirla. Pero qu es la resurreccin y cul es su imagen? La resurreccin se realiza por la imagen. Por la imagen, el esposo y la imagen entran en el reino de la verdad: esta es la va del restablecimiento del estado original.

    Evangelio de Felipe, v. 55

    En su libro The Secret Language of Symbols (El lenguaje secreto de los smbolos) David Fon-tana pone en evidencia el carcter univer-sal de los smbolos y de la sabidura que stos ocultan. No son simples fenmenos vinculados a la cultura. Menos explcitos que el propio lenguaje, se dirigen a un aspecto diferente y ms profundo del ser humano. Este aspecto no es ni inequvoco ni superficial, sino que se sita en un estrato ms profundo. Por esta razn los smbolos incitan al individuo a una cierta auto-actividad que es de esencial importancia en la alquimia de la vida.La Escuela Espiritual posee un tesoro de conoci-mientos, una rica biblioteca que no debe per-manecer inutilizada y llena de polvo. Al propio tiempo, nosotros nos encontramos en la vspera, o ms bien en pleno corazn de la realizacin de la Sophia, la sabidura, el pensamiento del alma, y los smbolos pueden participar en el despertar de la Sofa pues figuras y smbolos nos ayudan a acercarnos a la verdad.Las generaciones de pensadores iluminados que nos precedieron y cuyos textos todava nos ins-piran hoy, nos advierten desde hace siglos que

    no es el ser humano, ese caos de pasiones, de deseos, de pensamientos y de voluntad, quien puede iluminar al ser humano, sino que es la verdad la que lo ilumina Es muy simple, nos dice Eckhartshausen, Dios es amor, y el amor no es otra cosa que hacer el bien al prjimo. La razn puede acceder a la comprensin del bien cuando busca los miste-rios de la verdadera religin y se deja inspirar por Cristo.Entonces, el ser humano aprende a ver, a discernir el significado de las imgenes que quieren atraer nuestra atencin sobre el mundo. Eckhartshausen prosigue: La inspiracin es signo de que nos aproximamos al templo interior. Slo el amor une el hombre al hombre y donde desaparece, donde no se le puede encontrar, el hombre deviene el verdugo del hombre. En el popular libro de John Green The Fault in Our Stars,1 un padre cuya hija est aqueja-da de una enfermedad mortal nos explica que el conflicto en nuestras estrellas se debe a que nosotros estamos siempre ocupados en alcanzar nuestra inmortalidad; que nosotros queremos

    Smbolos,portadores de verdad

  • 4 pentagrama 2/2015

    dejar una huella, una progenitura, una filosofa o cualquier otro testimonio de que hemos pasado por aqu, de forma que el universo no lo olvi-de. Todos hemos visto rboles en los cuales ha sido grabado: tal persona estuvo aqu. Pero se trata de todo lo contrario! Nosotros no tenemos que ser conocidos, sino que debemos conocer el universo. Y l prosigue: yo creo que el universo tiene una ligera preferencia por la consciencia y que recompensa la inteligencia que observa con placer su elegancia. Tambin seala que nosotros, como participantes de la historia del universo, no somos quienes para asegurar que el universo slo es transitorio. Finalmente, todo en el universo sirve para ma-nifestar al ser humano que l es una partcula de un grandioso prodigio del cual puede real y conscientemente formar parte. Los smbolos e imgenes que nos conectan con esta sabidura superior nos proponen tener un comportamien-to activo. Podemos aprender a leer, a interpre-tar esos smbolos y esas imgenes. Por nuestra actitud dinmica se establece una unin. Un ejemplo ilustrativo: durante una emocionante reunin en Noverosa, varios grupos estudiaron un tesoro de imgenes procedentes del mundo de la alquimia. Entre ellas estaba la representa-cin de un sembrador esparciendo sus granos de oro en una tierra labrada, aireada, enrique-

    cida con cenizas blancas. Podemos ver en esta ceniza blanca al ser humano que realiza, como puede, un trabajo en s mismo, en su personali-dad terrestre; y en las cenizas de la materia, la antigua energa que le permita vivir es llevada a su estado puro. Las imgenes, en tanto que figuras alqumicas contienen a menudo temas inspirados en los jardineros. A travs de los bosques y de los cam-pos, el alquimista observa la naturaleza con la esperanza de desvelar sus secretos. Desde hace ya mucho tiempo es sabido que el conocimien-to que el alquimista intenta recopilar se refiere a un conocimiento superior, el conocimiento verdadero. Las imgenes, aunque estticas, se refieren a los procesos dinmicos del ciclo de la vida. El objetivo de los alquimistas fue siempre el conocimiento de la naturaleza, la bsqueda de Dios a travs de la naturaleza. Los rosacruces clsicos, por otra parte, tenan como axioma primero: el estudio de las escrituras santas, se-gundo: observar la obra de Dios en la naturaleza y tercero: la prctica del amor al prjimo para llegar a la autntica sabidura.Volvamos a la imagen del sembrador esparcien-do sus granos de oro en la tierra cuidadosamen-te preparada. El oro representa el aspecto ms elevado que se puede alcanzar, el ms valioso.

    El sembrador es el causante de una transformacin, contribuye a ello. Hace posible la cosecha

  • smbolos, portadores de verdad 5

    Al mismo tiempo, este smbolo llama la aten-cin sobre el principio de que para fabricar oro, primero hay que tenerlo. El sembrador es el smbolo del ser humano, intermediario indispen-sable para acceder a un desarrollo superior. Un sembrador sacrifica lo que le es ms preciado y, por su gesto, provoca una transformacin, con-tribuye a que la cosecha sea posible. En efec-to, la harina es ms que el grano, de la misma forma que el pan cocido es ms que la harina. En cuanto a las cenizas, puesto que ellas repre-sentan la extincin, simbolizan al ser humano que en su ardiente deseo de unirse a lo original, al Espritu, despus de haber atravesado la ms profunda de las crisis, alcanza la pureza absoluta. El oro es sembrado en la tierra preparada y la ceniza representa el proceso de purificacin que, una vez comenzado, es irreversible. En efecto, la ceniza no puede ya ser fuego ni volverse madera. He aqu cmo se desarrolla la comprensin de los profundos e irreversibles procesos a los cuales estamos ligados y, de nuevo, religados. Si lo hemos comprendido bien, si lo hemos visto claramente desde el comienzo del camino en la Escuela, se trata de una situacin irrevocable. Las imgenes permiten a la comprensin, al en-tendimiento penetrar ms en profundidad. En su obra Psicologa Alqumica, Thom Cavalli explica que la alquimia es la primera tentativa de trans-formacin de la consciencia por la experiencia personal o experimentacin. Desde hace mu-cho tiempo, la alquimia ya no tiene su lugar en los laboratorios sino en la vida, la de cada da. Cavalli aade que su tarea consiste en velar por

    la buena definicin de la alquimia que, segn l, es: vivir.Es aqu donde la cita puesta de relieve, extrada del Evangelio de Felipe, est en su lugar: La verdad no ha venido a este mundo desnuda, sino re-vestida de smbolos y de imgenes para que el mundo pueda recibirla. Pero qu es la resurreccin y cul es su imagen? La resurreccin se realiza por la imagen. Por la imagen, el esposo y la imagen entran en el reino de la verdad: esta es la va del restablecimiento del estado original.Karl von Eckhartshausen restablece la relacin entre la verdad y el amor. A fuerza de aproxi-marnos a los smbolos y a las imgenes comen-zamos a discernir; es decir, profundizar acerca de la verdad. En esta verdad est oculto el amor. Digamos que en nuestra aproximacin al uni-verso para conocerlo, estamos en la bsqueda de la verdad. Esto es muy lgico puesto que, de esta manera, todo nuestro sistema colabora y no slo nuestra razn. Son pues tres: la verdad, la vida y el amor. La vida irradia la verdad y nos permite conocerla. En esta verdad encontramos el amor y comprendemos lo que lo hace posible y de lo que es capaz. As, ninguno de los tres es superior a los otros dos.

    1. Ttulo en espaol Bajo la misma estrella

  • 6 pentagrama 2/2015

    Una serie de conceptos alqumicos estn basados en procesos de transformacin puramente fsicos. La tan conocida trada espritu-cuerpo-alma se corresponde en la materia con los elementos azufre, mercurio y sal. El azufre es muy inflamable, el mercurio es tanto lquido como gaseoso y la sal slida y soluble. Esta trada est presente en prcticamente todos los procesos de creacin de la vida.

    LA TRADA EN EL HOMBRE MICROCOSMICOEn el microcosmos, ella se encuentra tanto en el proceso de creacin como en el de recreacin. Podemos esbozar este proceso como sigue: Primero:elespritu,elimpulsoespiritualqueantao inflam la chispa de espritu, la hace re-inflamarse (azufre). Segundo:latransmutacindelalma,enres-puesta al impulso inspirador espiritual el alma es objeto de un cambio total (mercurio). Tercero:elcuerpo,sufreasuvez,comoconse-cuencia, una absoluta transformacin (sal).Si formulamos esto en trminos de psicologa alqumica, podemos decir que tenemos que vol-ver, a partir de una apariencia de consciencia (el cobre) a la inconsciencia (el plomo), para llegar a continuacin a una clara consciencia del alma (la plata) y desde all acceder a la pura consciencia espiritual (el oro). Lo que en trminos alqumicos se expresa as: el plomo (fase nigredo) debe ser transmutado en la pura blancura de la plata (fase albedo) para transformarse en oro (fase rubedo).Segn Jung y Cavalli, nigredo, albedo y rubedo son las tres etapas del proceso de individuacin don-

    de la integridad psquica constituye el objetivo principal.

    NIGREDO En el curso de esta fase donde todas las apariencias deslucidas (cobre) son desenmas-caradas, caemos como el plomo directamente en la gravedad. El alquimista trabaja en la disolucin para reducir una massa confusa a una materia pri-mordial bruta y catica, lista para ser transmutada. Es un estado que, en el plano psicolgico, corres-ponde con el abandono de la posicin central del yo que, hasta ese momento, dominaba toda la vida interior; un estado en el que las fuerzas oscuras de la vida todava inconsciente del alma amenazan con tomar las riendas. Solamente el conocimiento de uno mismo permite atravesar con toda seguridad esta situacin tan peligrosa. Este conocimiento no es un saber puramente intelectual, sino la profunda toma de consciencia interior de que no estamos en condiciones de enfrentarnos al mundo del subconsciente que ha estado reprimido.

    ALBEDO Una vez superada la fase nigredo, la de albedo iluminar la prima materia. Asistimos a esta aurora del espritu solamente despus de una total separatio, la cual pide la aplicacin del con-sejo hermtico de separar con amor lo ligero de lo pesado: Separa con amor, gran comprensin y sabidura el fuego de la tierra, lo sutil de lo grosero, denso y slido. Desde la tierra se eleva al cielo y desciende de nuevo a la tierra, tomando sobre s la fuerza de lo que est arriba y lo que est abajo.

    La muerte alqumica: disuelve y coagula, muere y devieneSImPoSIo dEL 4 dE oCTUbrE 2014 EN NoVEroSa

  • la muerte alqumica, disuelve y coagula, muere y deviene 7

    Para hacernos una idea de lo que es la muerte alqumica, sumerjmonos en la psicologa alqumica que un grupo de mdicos del Lectorium Rosicrucianum ha estudiado intensamente durante dos aos. El punto de partida fue la obra particularmente inspiradora Alchemical Psychology - Old Recipes for Living in a New World (Psicologa Alqumica, Viejas frmulas para vivir en un mundo nuevo), de Thom Cavalli.

    La muerte alqumica: disuelve y coagula, muere y deviene

  • Dios duerme en la piedra, suea en la planta, se mueve en el animal y se despierta en el ser humano!

    8 pentagrama 2/2015

    Slo quien radicalmente establece en l una distincin entre el yo y el no yo, lo finito y lo infinito puede poner trmino a toda confusin. Lo que Jung denomina el funcionamiento del alma es el desarrollo de la Sofa, es decir la pura atmsfera femenina del alma envuelta en su vestido de luz. El alma natural, carente de luz, es transformada en un alma consciente radiante y como una clara estrella de la maana, anuncia ya su ascensin. Por este mtodo se pone fin a las representaciones imaginarias, de tal manera que en la pura consciencia del ser las contradicciones son superadas y transcendidas. Simb-licamente hablando, el lapis philoso-phorum (la piedra filosofal) es la herramienta indispensable para la preparacin del oro espiritual.

    RUBEDO Esta preparacin tiene lugar finalmente durante la fase rubedo, la ltima de la obra alqumica, la del oro enrojecido. No es el oro corriente sino el del Espritu que puede expresar-se de nuevo, que toma cuerpo en la materia. As, el rojo oscuro

    inicial de la sangre toma el color del oro.Durante la fase albedo, el movimiento se dirige hacia lo alto, en una elevacin de la conscien-cia yo hacia la consciencia del alma; ahora, a la inversa, el Espritu desciende hacia el alma: y desciende de nuevo a la Tierra, tomando sobre s la fuerza de lo que est arriba y de lo que est abajo.Una imagen alqumica representa este doble movimiento con un nio que desciende a una tumba abierta en la cual yace un hermafrodita;

    ste se levanta y sale de la tum-ba, smbolo de un despertar a la vida nueva. El alma renace en el Espritu, la materia ennoble-cida y es transformada en oro.Desde este punto de vista, la muerte alqumica significa siempre una nueva vida. Me-diante las tres transformaciones

  • la muerte alqumica, disuelve y coagula, muere y deviene 9

    se abre otra posibilidad totalmente diferente de cuando la muerte pone fin a la vida natural. Lo que Pablo llama: muerte cotidiana.

    MORTIFICATIO Aqu est la clave no solamente de la individuacin o renovacin psquica de uno mismo, sino tambin del proceso espiritual de renovacin de la vida, la transfiguracin. Por esta razn no es extrao que los alquimistas den tanta importancia a la mortificatio. Muriendo cada da se vence el carcter absoluto y forzoso de la muerte, al menos de la muerte

    comprendida como un trmino absoluto que nos la presenta como una va sin salida. En efec-to, vivir y morir significan ahora transformar puesto que se penetra en un nuevo plano, en un nuevo campo de vida. Cmo podramos conse-guir fabricar oro si no estuviramos dispuestos a deshacernos del cobre desprovisto de luminosidad y del plomo pesado, gris y deslucido?Esta comprensin nos conduce a soltar, a abando-nar toda forma cristalizada y confiarnos al ltimo proceso de la vida.

    Thom. F. Cavalli es un te-rapeuta jungiano de California. Ha dictado numerosas confe-rencias y publicado numerosos escritos sobre la alquimia a la que libera de su etiqueta de anticuada. Coloca de nuevo este arte y esta ciencia olvi-dados en el centro de la vida cotidiana con esta pregunta: qu significa hoy la alquimia para nosotros? Su libro Psicologa alqumica, Vie-jas frmulas para vivir en un mundo nuevo, de 2002, contiene numerosas y slidas referencias que vuelven a dar un sig-nificado a lemas seculares de este antiguo e impresionante mundo del pensamiento. Cavalli se dirige a los buscadores del discernimiento que quieren aplicar en su vida el arte real de la vida consciente.

  • Diluye la materia en su propia agua. Fusiona el consciente y el inconscienteEl rey (el ego) se sita en la frontera entre el aire (lo consciente) y el agua (lo inconsciente). La

    cabeza est por encima del agua (el pensamiento es libre); el corazn est justo por debajo del agua (las emociones suben del inconsciente); la pelvis (las tensiones magnticas que nos atan al pasado) est ms profundamente dentro del agua. El rey se aleja del mundo flotando. Las palmas de sus

    manos se apartan de los costados (del mundo), tienen forma de cruz (rendicin). Las piernas estn cruzadas (actitud cerrada). El pensamiento, el sentimiento, la voluntad, todos centrados en el yo, se

    disuelven en el agua. Lo consciente y lo inconsciente devienen Uno, lo cual engendra conocimiento y consciencia de s mismo. En esta figura alqumica encontramos un paralelismo con la Primera Hora

    del Nyctameron de apolonio de Tiana, libro acompaado de comentarios de J. Van rijckenborgh..

    F r m U L a a L q U m I C a

    10 pentagrama 2/2015

  • F r m U L a a L q U m I C a

    Mantente vigilante, incluso cuando duermesEn el anfiteatro de la sabidura eterna

    La imagen ilustra los diferentes niveles de existencia. a la izquierda el mundo de la cbala, el mundo divino; a la derecha el mundo de la alquimia as como el de la tierra. Entre el celeste y el terrestre

    est colocado un altar sobre el cual descansan cuatro instrumentos de msica y numerosos instrumentos de medida para la prctica de la alquimia. Es la expresin simblica del valor de la

    msica. La msica sagrada consuela de la tristeza y aleja los espritus malvolos, en el corazn lleno de una dicha piadosa, el espritu divino canta sus salmos. Esta es la primera magia divina por la que se interesa el alquimista. En su laboratorio, reza de rodillas ante un tabernculo en el que figuran las

    siguientes inscripciones: Bienaventurado quien sigue los consejos de Dios.

    No disertes sobre Dios sin estar iluminado. Si ejecutas tu trabajo de la manera justa, Dios vendr siempre en tu ayuda.

    Esto es alquimia, pero tambin cbala, una cbala muy cristiana que nos introduce en tres campos, los de la magia, la magia natural y la magia sobrenatural. Son los campos del alma, del cuerpo y del espritu.

    Cuando consideramos al ser humano en tanto que ser espiritual, los instrumentos toman otro carcter. stos nos remiten a la fe, en total armona con el universo, a la forma de reconocernos en este universo divino y a la forma en la que el ser humano puede elegir trabajar en y desde el

    cosmos natural, con el fin de que se abra a l el mundo divino. .

    frmula alqumica 11

  • 12 pentagrama 2/2015

    Lo importante es que al final de mi vida no me encuentre con las manos vacas. Es as como C.G. Jung resumi su bsqueda de razones para vivir y morir. Este camino de bsqueda lleva al discernimiento, a la inspiracin y puede tener una influencia sobre cualquiera que reflexione sobre la muerte, la vida, y la manera de acompaarlas..

    Hoy, en lugar de hablar de muerte o fa-llecimiento, se prefiere decir final de la vida. As, se escoge esquivar, mediante un eufemismo, la dura realidad de un proceso propio de la vida. Esto es del todo comprensi-ble, puesto que nuestra sociedad ve la muerte como el final definitivo de la existencia dentro de un contexto material, biolgico, global y so-cial. Pero, en su esencia, la muerte comporta en el sentido ms amplio una renovacin multi-dimensional: fsica, bioqumica, energtica, ps-quica, csmica y eventualmente espiritual. La muerte es un patrn que se repite en todos los niveles de la existencia. Es un dato universal, es decir, arquetpico, profundamente arraigado en la estructura de toda forma de ser. Este mode-lo ha sido explicado por vez primera en una rama de la psicologa: la psicologa denominada arquetpica. UNA CORAZA ROTA POR FREUD El concepto de arquetipo apareci en la obra del mdico y psiclogo Carl Gustav Jung. En primer lugar debemos relatar cmo lleg a tomar conciencia de ello. Luego le seguirn elementos que trata-rn en particular de la psicologa alqumica, de Viejas Frmulas para la Vida en un mundo nuevo

    (Old Recipes for Living in a new World), ttulo de la obra de Thom F. Cavalli, psiclogo jungiano que nos permitirn entrar en el tema de las reflexiones y consideraciones de C. G. Jung.Queremos subrayar que es sobre todo en el seno del mundo de la medicina, ms que en los de la filosofa y la religin, donde la visin de la vida y la muerte cambi radicalmente. Para ello, el mundo de la medicina tuvo pre-viamente que romper su coraza reduccionista, lo que coincidi con el apogeo de la ciencia, en vsperas del siglo XX. Primero fue Freud, como neurlogo, y sus discpulos quienes aportaron un nuevo enfoque sobre las desvia-ciones psicgenas y rechazaron ver las causas exclusivamente en las enfermedades endgenas. A partir de entonces se empez a hablar de curaciones, proyecciones, fijaciones, neurosis, mecanismos de defensa, regresiones, relaciones de transferencia El pensamiento energtico haba nacido. Una de sus leyes fundamentales es el mantenimiento de la energa. Lo que aqu desaparece, deca Freud, resurge en otro lugar, ya no en la conciencia sino en el inconsciente, o viceversa, de manera que, finalmente, nunca se pierde nada.

    La sanacin por la transformacin

  • la sanacin por la transformacin 13

    LA VISIN ENERGTICA Poco tiempo despus C.G. Jung, discpulo de Freud, desarroll ms profundamente esta visin energtica de la psique. l la desembaraz del teln de fondo racionalista y personalista lo que desemboc en nuevos conceptos: el inconsciente colecti-vo y su estructura arquetpica. Jung demostr que todos los procesos de cambio relativos a la

    curacin tenan su fuente en este campo psqui-co matricial. Tena buenas razones para dar a su libro, que deba sellar su ruptura con Freud, el ttulo de Las metamorfosis del alma y sus smbolos, traducido posteriormente al ingls con el ttulo Symbols of Transformation (Smbolos de Transfor-macin). Segn Jung, los procesos inconscientes aportan un potencial de renovacin de la vida

    CUraCIN y aLqUImIa SEgN CarL JUNg

    La sanacin por la transformacin

  • Publicado en facsmil en 2010, el famoso Libro Rojo es el diario personal de Jung, de una gran profundidad y ricamente ilustrado por l mismo

    14 pentagrama 2/2015

  • caracterizado por una primera fase de decaden-cia o de muerte, seguida de una fase de nuevo nacimiento y regeneracin. Parece que estaba escrito en las estrellas, que tarde o temprano Jung reencontrara la alquimia!

    LA FLOR DE ORO Y LA CRISIS EXISTENCIAL En la poca en la cual Jung trabajaba en el citado li-bro, entre 1911 y 1912, apuntal su nueva teora refirindose sobre todo a las religiones naturales primitivas, al pensamiento oriental y a la sabidu-ra de los misterios antiguos. Observ en todos los casos que la curacin llegaba despus de atravesar una crisis, un proceso de transicin en el que las antiguas estructuras simblicas deban desmontarse para que se pudieran constituir otras nuevas. Ello no fue para Jung nicamente un concepto terico, puesto que l mismo co-noci, poco despus, una profunda crisis exis-tencial. Fue una casualidad que coincidiera con la declaracin de la Primera Guerra Mundial? Falt poco para que cayera en un estado psicti-co. En la fase ms aguda de su crisis, conservaba en su mesilla de noche un revlver por si el su-frimiento se le haca insoportable. Hace aproxi-madamente cinco aos se public El Libro rojo, diario personal de Jung donde habla de ello, lo explica y lo ilustra con su propia mano. La causa de que al final de su vida no continuara con la redaccin de su diario ntimo, fue su descubri-miento del mundo alqumico, rico en imge-nes y figuras. Este descubrimiento se remonta a 1928, cuando Richard Wilhelm le confi

    la redaccin de la introduccin de su libro El Secreto de la Flor de Oro. Este tratado alqumi-co de origen taosta describe la realizacin del estado de inmortalidad en forma de eclosin de una flor de oro. Esta flor slo poda crecer si la luz circulaba por ella. En trminos psicolgicos podramos decir: mediante una reorientacin perseverante de la atencin hacia el interior.

    BASILEA Y LA ALQUIMIA De hecho, mucho tiem-po antes, Jung ya haba tomado conocimiento de la alquimia occidental en la obra pionera del psicoanalista viens Herbert Silberer, que se suicid despus de su ruptura con Freud. La obra de Silberer hace honor a su ttulo: Probleme der Mystik und ihrer Symbolic (1914) (Problemas del misticismo y sus smbolos), sobre todo si se tiene en cuenta que la traduccin al ingls aade: y las artes ocultas. El autor se basa en una vieja historia, Parbola, extrada de Las Figuras secretas de los Rosacruces, un libro que se parece mucho a Las Bodas Alqumicas de Cristian Rosacruz. Jung descubri en ella la alquimia y fue marcado para el resto de sus das. Mencionemos tambin que Jung era originario de un lugar cercano a Basilea, Suiza, de donde tambin provena Para-celso. El abuelo del que Jung lleva el apellido y que se crea era hijo ilegtimo de Goethe haba ocupado el alto cargo de rector en la univer-sidad de Basilea. Jung se senta emparentado con el genial Teofrasto Paracelso. Como l, ste haba roto radicalmente con la medicina org-nica de Galeno y haba, adems, introducido la visin alqumica en el mundo de la medicina.

    la sanacin por la transformacin 15

  • 16 pentagrama 2/2015

    teria primordial la solutio, la sublimatio y otras como la mortificatio (la descomposicin total), la cual mencionaba habitualmente eran fases que se podan relacionar con una transformacin de los propios alquimistas. Partiendo de esta visin de las cosas, Jung lleg a penetrar en la opaci-dad de las tan numerosas descripciones que se encontraban en los viejos tratados alqumicos. Se constituy toda una biblioteca personal de estos escritos para aadir sus propias interpre-taciones psicolgicas, a veces contestables. Sea como fuere, en lo sucesivo la alquimia fue el tema primordial de su pensamiento.

    LA CRUZ DE LOS ALQUIMISTAS Se puede citar por ejemplo: Aceptar las oposiciones funda-mentales propias del gnero humano significa aceptar que en la psique humana hay tenden-cias que se contrarrestan. Tal como lo revela la alquimia, la oposicin es cudruple, se compone de cuatro elementos hostiles entre s formando una cruz. Crux en tanto que forma y tormen-to es una expresin de la realidad psquica. Por ello, la expresin llevar su cruz se ajusta como smbolo a la obra del alquimista, constituyendo los elementos clave de su trabajo la sanacin y el sufrimiento al mismo tiempo. Es por esta razn que el Rosarium (El Rosario de los filsofos) acaba con una representacin del Cristo resuci-tado, con la leyenda: Despus de mis grandes y mltiples sufrimientos, heme aqu resucitado, transfigurado y purificado de todos mis defec-tos. (Psicologa de la Transferencia)

    A comienzos de los aos 40, dio una serie de conferencias conmemorativas que reuni con el ttulo de Paracelsica y que public ms tarde con el ttulo Estudios alqumicos. Pronto le siguieron otros libros como Psicologa y Alquimia y Psico-loga de la Transferencia. Este ltimo se basa en la serie de imgenes del libro Rosario de los Filso-fos, el cual contiene una imagen que representa una pareja desnuda en una baera, y otra de un hermafrodita alado saliendo de su tumba, dos imgenes muy conocidas, aunque slo sea por la funda de un antiguo disco de vinilo de Leonard Cohen

    EL LENGUAJE DE LA ALQUIMIA REINTERPRETADAJung concluy su estudio sobre la alquimia entre 1955 y 1956, con su obra monumental en tres tomos Mysterium Coniunctionis. Con el concurso especial de su colaboradora Ma-rie Louise von Franz, explica todo el tratado Aurora Consurgens y tampoco en esta obra pudo hacer abstraccin de los smbolos que figuran en Las Bodas Alqumicas.

    CAMBIOS INTERIORES Se constata en Mysterium Coniunctionis, un cambio de visin relativo a la bsqueda de la piedra de los sabios. En lo sucesivo, ya no considera que la preparacin del elixir de la vida se trate simplemente de pro-cesos de orden material. Jung fue uno de los primeros cientficos en captar que esta prctica exiga del alquimista una cierta actitud. Estar dispuesto a una transformacin interior. Adems, considera que numerosas operaciones en la ma-

  • Un alquimista cierra bien su horno de manera que ninguna influencia del exterior pueda perturbar el proceso

    TAPAR LA RETORTA De qu trata, a fin de cuen-tas, la alquimia? Jung razona siempre en trmi-nos de sanacin por la transformacin, de trans-mutacin de lo antiguo en lo nuevo, de pasar de una espiral inferior a una superior, para hablar de una ampliacin o una elevacin de la cons-ciencia y de curacin. Para hacerlo hace falta un aporte de energa, sin lo cual se obtiene una pe-trificacin, una alteracin, un caos y un declive. Con razn el alquimista evocaba un opus contra naturam, un proceso contrario a la naturaleza, como lo revela Jung. Sin embargo, aade l, este aporte de energa debe proceder del propio alquimista, de su atencin, de su implicacin en el proceso de transformacin, de la orientacin de su consciencia, de la colaboracin sanadora del inconsciente en la curacin. Segn Jung, hay que tapar la retorta o cerrar el horno alqumico de forma que ya no haya influencias exteriores que puedan perturbar el proceso y dar lugar a un estado de introversin total, a menudo repre-sentado por un esqueleto o un cuervo negro.

    LA INDIVIDUACIN SEGN JUNG Siguiendo el tema principal de la alquimia que es solve et coagula, la separacin y la reunificacin de los opuestos: la espagrica Jung concibe una rela-cin entre el consciente y el inconsciente marca-da por un proceso de diferenciacin (disiunctio),

    seguido de un proceso de integracin de conte-nidos psquicos (coniunctio); por un distanciarse seguido de una reunificacin; por la vivificacin de conceptos psquicos que conducen a la inte-gridad; por la adopcin de una actitud simblica reemplazando la continua proyeccin de todos estos procesos hacia el exterior de uno mismo y de identificarse con ellos inconscientemente.Jung no relaciona las consecuencias metafsicas, pues para l, cuando se trata de la incorrupti-bilidad y la inmortalidad en la alquimia, no son ms que smbolos de una nueva disposicin ps-quica que, por supuesto, conduce al ser humano a lo que l llama la individuacin. sta es consi-derada por l como el equivalente moderno de la transformacin alqumica porque esta indivi-duacin no concierne solamente a la conscien-cia sino tambin al inconsciente. De la misma manera que en la alquimia, la liberacin no concerna solamente a los creyentes, sta deba extenderse a toda realidad de la materia.

    MS ALLA DE JUNG Mientras que los cambios requeridos por la prctica de la alquimia tienen muchas ms implicaciones que los concernien-tes a algunos modelos psquicos de reaccin, Jung estuvo inclinado, durante mucho tiempo, a querer reducirlo todo a procesos psquicos. Tam-bin se le critica a menudo por atenerse a una

    la sanacin por la transformacin 17

  • 18 pentagrama 2/2015

    visin demasiado rectilnea en la que el impacto psquico, que resalta con razn, mantiene en la sombra una transformacin mucho ms global.Por ello, ha tratado numerosos puntos de su obra de forma superficial. Otros han continuado su obra pionera, por ejemplo, James Hillman, el verdadero fundador de la psicologa arquet-pica, y el antroplogo Joseph Campbell, autor de El Hroe de las mil caras (The Hero with the Thousand Faces). ste, de forma diferente a Jung, propone un tipo de supra-consciencia. Tambin merece ser mencionado Estanislao Grof por sus experimentos con el LSD en los orgenes de la psicologa transpersonal. Realiz investigacio-nes sobre los estados perinatales que conducan a la visin perturbadora de que el comienzo y el final de la vida son, por naturaleza, seme-jantes. Para despertar estados transcendentales semejantes a los vividos en esos dos momentos clave, Grof someta a sus pacientes a tcnicas de breathing and rebirthing (respiracin profunda y situacin de renacimiento), donde el dolor del nacimiento y de la muerte eran evocados e

    incluso experimentados. El controvertido Wil-helm Reich realiz experiencias del mismo tipo con la aplicacin de orgone, un tipo de energa electromagntica, con vistas a eliminar bloqueos en el cuerpo humano. Citemos para terminar las impresionantes investigaciones de Ken Wilber sobre los numerosos estados de desarrollo de la conciencia. ste ve una lnea ascendente desde el estado de inconsciencia hasta un estado de consciencia universal que denomina gnosis.

    OTRAS INNOVACIONES Hay muchos cambios en curso en muchos otros terrenos cientfi-cos. Por ejemplo, el desarrollo de la medicina energtica, los nuevos descubrimientos sobre el cerebro, las innovaciones en el pensamiento conceptual con la nocin de campos, todo ello como continuacin de los descubrimientos en el dominio de la fsica cuntica. Pero no hay que olvidar que, en su tiempo, Jung trabajaba ya con el fsico Wolfgang Pauli, que descubri el neutrino. Se trata de desarrollos completamente diferentes a los propuestos en el mbito limitado de la medicina en el cual la nocin de inmor-talidad solamente se considera en trminos de prolongacin de la vida y curas de rejuveneci-miento por medio de tratamientos hormonales y dems. Una persona como Elisabet Kbler-Ross, que realiz un trabajo sobre los cuidados pa-liativos, no se senta en su lugar en este mbito de la medicina. Inspirada por el viejo sabio de Kssnacht, Jung en persona, explor dominios totalmente nuevos.

  • LA MUERTE ALQUMICA Hablemos, para termi-nar, sobre el concepto de muerte alqumica. Para ello, precisemos que la muerte se present por primera vez ante Jung durante una fuerte cri-sis cardaca, en 1944. Esta prueba contribuy a dar una nueva direccin a sus trabajos posteriores. Se dio cuenta de que su manera de reducirlo todo a la psique colectiva tena sus lmites, por lo que, finalmente, dio mucha ms importancia al arquetipo del Espritu en tanto que spiritus rector de las transferencias interiores. Luego relativiz la oposicin entre materia y consciencia y lleg a hablar de psicoidia. Ello desemboc en el concepto de sincronicidad, la simultaneidad de acontecimientos sin causa aparente pero cargada de sentido que le hizo ver de otra manera el fenmeno OVNI.A medida que se acercaba su muerte, Jung re-flexionaba cada vez ms profundamente sobre lo que delimita la frontera entre la vida y la muer-te. Al final de su libro, publicado en espaol con el ttulo de Recuerdos, Sueos, Pensamien-tos, considera la relacin entre intemporalidad y eternidad, y la existencia en el espacio y el tiempo a la luz de un sueo que haba tenido despus de su experiencia cercana a la muer-te, en la cual l se haba visto como un yogui meditando. Conceba como algo posible que un

    ser intemporal en su estado de integralidad prenatal se pro-yectase en el espacio tiempo para realizar all experiencias y llegar al conocimiento de s mismo y a una consciencia ms amplia.

    LA VERDADERA GUA PARA MI VIDA Jung escribi, La pre-gunta decisiva para el hombre es: Me concierne el infinito o

    no? Esta es la verdadera gua para mi vida. () Podra muy bien imaginarme que he vivido en los siglos pasados y que me enfrent con pre-guntas que no pude resolver y que he tenido que volver a nacer para realizar la tarea que en-tonces no realic satisfactoriamente. Me imagi-no que cuando muera, mis obras me seguirn. Me llevar cuanto he realizado. Lo importante es que no me encuentre con las manos vacas cuando llegue al final de mi vida. Dar respuesta a sus propias preguntas existenciales, a las gran-des preguntas que conciernen a la vida y a la muerte, de forma que no dejemos esta vida con las manos vacas, esto es lo que ocupaba a Jung in fine. De todo esto se trat durante el simposio que tena por tema la muerte alqumica.

    Ahora, enriquecidos con una nueva compren-sin, decidmonos a poner todo esto en prctica en nuestra vida cotidiana, luego coloqumoslo en la gran vida del mundo y ello hasta nuestra muerte.

    Muero como mineral, me convierto en planta.Muero como planta, me convierto en animal.Muero tambin como animal para convertirme en hombre.

    Por qu temer a la muerte cuando con ella nunca perd y que con ella solamente gan?

    Mi prxima etapa ser elevarme al estado de ngel.Incluso morir como ngel para despertar en el estado que sobrepasa todo entendimiento. Rumi

    la sanacin por la transformacin 19

  • 20 pentagrama 2/2015

    El espritu debe estar en armona con el trabajoEsta frmula se refiere al proceso de creacin que procede siempre del alma del mundo, el anima mundi. Es la fuerza natural csmica dinmica que se manifiesta en tanto que fuerza y movimiento en nuestro cuerpo, en nuestra psique, en nuestras creaciones y en la sociedad. En la naturaleza, se

    reconoce su accin en los seres elementales como las ninfas, las slfides, las salamandras y los nomos que viven respectivamente en el agua, el aire, el fuego y la tierra. En el ser humano, acta por medio del espritu, a travs de las fuerzas transformadoras que son la imaginacin y la inspiracin que nos conducen a la creatividad, a las obras, a los ingenios. No obstante, para trabajar de forma alqumica debemos estar animados por una fuerza de inspiracin superior, por el espritu santificante que emana del orden intercsmico. En este caso, trabajar equivale a orar. En este sentido, trabajar no

    es solamente una actividad, es sobre todo un estado de ser. Es el estado de ser nacido de una armoniosa confluencia con y en el impulso de Tao. Slo en esta confluencia consciente con el

    Logos se realiza la gran obra alqumica.

    F r m U L a a L q U m I C a

  • El Sol y su sombra completan el trabajoEl sol y su sombra (umbra solis) no deben ser considerados como opuestos sino como dos

    expresiones de una misma energa. de la misma forma que lo masculino y lo femenino representan dos aspectos de la consciencia humana, el consciente y el subconsciente, los hemisferios izquierdo y

    derecho, el Sol y la sombra constituyen tambin los dos polos de un campo de desarrollo, y en medio la Tierra, el cuerpo. a semejanza de un campo electromagntico, para crear un campo de desarrollo

    son necesarios los dos polos: uno masculino, activo y realizador, el otro femenino, receptivo, que concibe. Esta bipolaridad es caracterstica de un campo creador. as vemos nacer del 1 el 2, de cuyas

    polaridades procede el 3, lo que genera la creacin. En la imagen el Sol y la Luna estn rodeados por un anillo de oro de estrellas. Este anillo astral (aster = estrella) simboliza el matrimonio celeste (matrimonium coeleste) entre el Sol y la Luna, entre el espritu y el alma. La luz espiritual del Sol es reflejada por la Luna. Lo que est arriba es como lo que est abajo se aplica tambin al hombre. El Sol enva un impulso espiritual, la Luna lo capta y lo refleja creando as una estructura de lneas de

    fuerza que constituye la imagen y, de esta estructura, la Tierra se eleva en tanto que cuerpo.

    frmula alqumica 21

    F r m U L a a L q U m I C a

  • 22 pentagrama 2/2015

    Qu actitud adoptar cuando un familiar est prximo a partir? Durante el simposio que trataba sobre el tema de la muerte alqumica, el programa haba previsto crculos de participacin para tratar y dar testimonio de estas preguntas. Este artculo relata vivencias y momentos de transformaciones fortuitas.

    La jornada temtica de octubre que tuvo lugar en Noverosa a propsito de trans-formaciones fortuitas permiti realizar dos debates que dieron lugar a intercambios sobre la prctica del tema Morir de manera alqumica. Cuatro personas que, por su trabajo, estn o han estado intensamente implicadas en situaciones de duelo y agona, fueron invitadas para animar estos debates. El nmero de participantes en los dos debates fue numeroso. El tema fue dilucida-do y abordado desde diferentes ngulos, tanto la misma muerte en su sentido como final de la vida, como la muerte a lo largo de la vida. En las dos aproximaciones la visin liberadora lleva-ba el sello gnstico o el alqumico. Los debates

    estuvieron precedidos por cuatro cortas exposi-ciones introductorias. A partir de las experien-cias vividas junto a pacientes en fase terminal, se trat de la carga emocional de las experiencias vitales no resueltas y casi imposibles de modifi-car, pero tambin de las posibilidades liberadoras que ofrecan. Al nacer recibimos dones con los que aprendemos a trabajar durante nuestra vida. Desarrollamos otras capacidades y aprendemos a desembarazarnos de aspectos indeseables. As, tejemos durante nuestra vida, nuestro vestido vital, un vestido cuyo color y modelo son com-pletamente individuales y marcan nuestra vida. A la luz del inminente final de la vida se ve el resultado final: un hermoso vestido de luz, pero

    Consuelo, fuerza, clemencia

  • consuelo, fuerza, clemencia 23

    ay!, suciamente manchado, con un desgarrn o un descosido. Jams un vestido se ha conservado intacto. Todo ser humano se ve entonces coloca-do ante sus deficiencias, errores, fracasos, obsti-nacin, sus actos basados en motivos u objetivos poco elevados. Es en la esfera de las relaciones donde esto se hace sentir con ms fuerza, con los hijos, la familia y el crculo de amigos. La sombra en cuestin puede lastrar seriamente la poca vida que le queda. La prdida experimen-tada en el dolor no viene tanto de la inminencia de la muerte sino de la vida misma! A pesar de ello, estas situaciones dramticas contienen una posibilidad de liberacin, pues a causa de estas confrontaciones un ser humano deviene sensi-

    ble al toque de la Luz. Se vuelve indulgente, no slo para s mismo sino tambin para los otros. En consecuencia, se crea un espacio propicio para restablecer relaciones deterioradas en el pa-sado. Una pequeez basta en este caso: no tanto las palabras sino un abrazo, mejor ser escuchado que intentar tener razn; nada de discusiones ni reproches ni crticas, sino un encuentro de corazn a corazn y la gratitud por el hecho de que el otro est dispuesto a acompaarnos. A veces, esto no tiene xito, el otro no quiere o no puede volver por la razn que sea Enton-ces, este hermoso vestido se ve dolorosamente deshilachado y ya no se puede reparar. Una situacin semejante puede suscitar un verdadero

    INTErCambIo dE ExPErIENCIaS EN EL aComPaamIENTo aL FINaL dE La VIda

    Consuelo, fuerza, clemencia

  • En este estado de la ltima rendicin del yo, tocados por una fuerza, una gracia, una ayuda caritativa, sois elevados por encima del sufrimiento y recibs un tesoro: discernimiento, aceptacin y paz

    24 pentagrama 2/2015

    pesar y un sentimiento de carencia tan profundo que, justo antes de morir aun puede producir-se un cambio fundamental en relacin con la propia vida:Esto es lo que soy, lo que he hecho de mi vida. Deba haber sido ms generoso, ms comprensivo, mejor. Es el resultado final de esta vida, de esta encarnacin, y debo aceptarlo, s, admitirlo. Pues las faltas tambin forman parte de mi persona. Estas manchas y estas hilachas tambin relatan la historia de mi viaje a travs de la materia. He aprendido algo de ellas. Ellas forman parte de la leccin de mi vida. Cuando esta luz penetra, uno se puede perdonar a s mismo sus faltas y tambin las del otro, pues es justamente entonces cuando la vista se vuelve clara, sutil, es decir, comprendemos que el otro tambin ha tenido que arreglrselas con los dones que haba recibido. Y tambin, que el otro ha podido estar inmerso ocasionalmente por co-sas que le sobrepasaban, demasiado complicadas de resolver. Gracias a esta comprensin, clera, crtica y rencor desaparecen y de nuevo nos podemos mirar a nosotros mismos y al otro con indulgencia. As la paz todava puede descender al corazn. Porque finalmente, el hombre se da cuenta de que la liberacin se esconde en la aceptacin y el perdn a s mismo y al otro. La experiencia concerniente a la asimilacin y los procesos de duelo ha puesto en evidencia la importancia de poder, de querer y de atreverse verdaderamente a experimentar y franquear lo que nos llega en la vida, tanto la alegra como el dolor. Para Elisabet Kbler Ross, el ser humano debe

    utilizar sus sentimientos y sus emociones para poder vivir experiencias. Las emociones son corrientes de energa por las cuales la persona puede integrar sus experiencias. El vivo do-lor causado por una prdida desaparece en la abundante ola de lgrimas derramadas en esa ocasin. Lo que de ello subsiste, es un sufri-miento tierno y soportable; y en el caso de una transformacin real, la rica experiencia vital asimilada contribuye al crecimiento de nuestra toma de consciencia. Al contrario, el hecho de racionalizar las experiencias de la vida mantiene a la persona alejada de s misma, como si ella colocara sus propias experiencias fuera de su vida y causara as un vaco interior. Por el hecho de registrar, sentir y soportar emocionalmente las experiencias individuales dolorosas, la per-sona libera la leccin enriquecedora que estas contienen. El proceso necesario para liberar este tesoro puede verse como un proceso de transformacin. Por este trabajo interior en uno mismo, se impulsa una transmutacin alqumica, de lo ms oscuro a lo ms claro.

    ENTREGA Cuando una persona acepta con-fiarse a este proceso de transformacin, si est dispuesta a morir a sus propias emociones para poder vivir de nuevo, y se entrega a este pro-ceso, a su vida, a su sufrimiento, entonces se encuentra, por un corto instante, completamente desnuda y con las manos vacas. Y es justamente en este abandono completo cuando atrae inme-diatamente, ms all de su persona, un elemen-to, una ayuda ilimitada para su difcil combate.

  • Se podra ver as: por esta ltima rendicin, es encontrada y tocada por una fuerza, una gracia, una ayuda llena de compasin que le eleva ms all de su sufrimiento y le entrega el tesoro en sus propias manos: comprensin, paz, aceptacin y toma de consciencia.

    TRANSFORMACIN Este toque del alma es irreversible y puede tener lugar tambin en un momento de alegra intensa y profunda. Estimu-la a la persona para progresar en este toque. La clave de la transformacin se muestra en el des-apego, el abandono de su yo, la muerte del yo; algo que tambin es posible durante la vida. Es a esto a lo que se refieren estas palabras gnsti-cas: Quien no muere antes de morir, tampoco muere despus de la muerte. Por este desapego, se llega a ser silencioso en el interior de uno mismo; se crea un espacio para entrar verda-deramente en unin con su ser ms profundo, as como con la esencia del Otro. As se abre el corazn, la Luz puede penetrar en l y se puede realizar una unin con todo y con todos. Cuan-do se puede estar de esta manera en el centro, anclado en uno mismo, se mantiene el contacto con la esencia profunda. Finalmente, se trata de dar a este Otro, de naturaleza espiritual, la posi-bilidad de crecer, mientras se apaga el yo. Morir de manera alqumica, morir en cada res-piracin o como lo expresa Jung: El viaje del alma a travs de las diferentes fases de transfor-macin est bellamente descrito en el pequeo poema titulado Un poquito, de Toon Hermans, cuya traduccin transcribimos:

    Morir, no se hace de una sola vez, sino de vez en cuando, un poquito. Y todos estos poquitos que te hacen morir; es extrao pero t los olvidas. Esto, incluso se te ha escapado a menudo, te decas: estoy un poco cansado. Pero un da, esto llegar, estars en el ltimo poquito.

    En estas pequeas muertes durante la vida y en el final de la vida pueden producirse momen-tos de consciencia excepcionales, pues el ser humano no es abandonado en el transcurso de su peregrinaje y de su bsqueda espiritual. Es acompaado por la chispa de espritu y su com-paera, el alma. stas le aportan a menudo en las crisis profundas, experiencias de consciencia particulares que pueden iluminar su camino a travs de las vicisitudes de la vida y hasta en la muerte. Puede ocurrir que ocasionalmente, us-tedes hayan vivido un momento parecido. Segn las personas, estos pueden ser de tipos muy di-versos: experiencias fuera del cuerpo, experien-cias krmicas, una mirada hacia otra dimensin del ser, percepciones en la esfera etrica, entre los dos mundos, la traslacin de la consciencia de la esfera material a la esfera etrica.Tambin es posible lo que Pim van Lommel menciona en su libro Consciencia infinita: una visin en un lecho de muerte, una experiencia de muerte inminente; o tambin la experiencia del ver desfilar la vida pasada, su sntesis. Estos momentos crticos no ocurren sin consecuen-cias benficas. Se puede manifestar un claro saber del alma, intuitivo, visionario. La persona se preguntar el porqu est en la tierra y cul es su misin en esta vida. Pero la chispa divina y el alma no nos ofrecen solamente compren-sin concerniente a la orientacin del camino que tenemos que seguir o que hemos tomado. Durante su bsqueda casi interminable, la chispa y el alma ofrecen a todos los mortales direccin, consuelo y fuerza. Estos momentos de conscien-cia excepcionales son reconfortantes porque nos muestran que no se nos deja solos. Lo que vues-tro corazn busca os acompaa ya desde hace mucho tiempo: el amor divino viene a buscar lo que est perdido.

    consuelo, fuerza, clemencia 25

  • 26 pentagrama 2/2015

    Visita el interior de la tierra y corrige lo que all encuentresEl camino de iniciacin de una escuela de misterios se representa a menudo como la escalada de

    una montaa. Un camino difcil que requiere toda nuestra atencin. En la imagen, el primer peldao, calcinatio, auto-rendicin y superacin del yo y el segundo, sublimatio, conducen al tercero: solutio. En el peldao siguiente, el conocimiento de uno mismo se ampla y nos encontramos con la tinctura: la esencia de nuestra existencia. Las siete ventanas del alma se abren y en la cmara de la torre las bodas alqumicas puedes ser celebradas. El fnix renace: el interior de la tierra, nuestro antiguo yo es disuelto. En la imagen, la roca se eleva por encima del mar acadmico, la dialctica. En cada uno de los rincones figura uno de los cuatro elementos y el punto de partida de este viaje instructivo es la Tierra. En el crculo de los doce guardianes de nuestro zodiaco, somos ayudados por las doce

    constelaciones con el fin de sondear el estado actual de nuestro microcosmos y conseguir neutralizar las fuerzas opresoras encerradas todava en nuestro karma.

    F r m U L a a L q U m I C a

  • la montaa del espritu 27

    El cuerpo del ser humano es depositario de un designio. Incluso podramos hablar de una misin que consiste en reencontrar su camino hacia su origen espiritual. He aqu los peldaos y las posibilidades sucesivas que conducen a l magnficamente esbozados

    g oethe que, adems de gran poeta y hombre de Estado, era tambin un fe-nomenlogo* de la naturaleza, dijo un da: La muerte es un proceso de la naturaleza para dar nacimiento a algo nuevo. Un ejemplo, plantas de dos aos de edad mueren para poder, en la primavera siguiente, mostrarse llenas de flores y multiplicarse. Otro ejemplo son las mariposas Monarca que recorren ms de cin-co mil kilmetros desde el sur de Mjico para reunirse con millones de congneres en Amrica del Norte. Se ha intentado en vano desviar a las mariposas de su destino, deportndolas cente-nares de quilmetros, pero las mariposas mo-difican su itinerario para alcanzar su meta. Tres generaciones para llegar a su destino y dos para regresar. Cada generacin siguiente registra esta meta en su sistema corporal.

    ITINERARIO ALQUMICO Ocurre lo mismo con el ser humano. En su cuerpo tambin est inscrito su objetivo, su misin de vida. En pocas palabras, esta misin consiste en reencontrar el camino hacia su origen espiritual. En una primera fase, ella no est presente en la conciencia, lo que en alquimia corresponde a la fase nigredo, el estado de conciencia oscurecido en el individuo que le impide percibir la luz que llega hasta l. Nos identificamos demasiado con nuestras emociones y, en consecuencia, con nuestros pensamientos, nuestro estado mental. A medida que nuestras experiencias nos hacen ver que ya no avanza-mos ms, buscamos alternativas. La imagen de la pgina 26 representa un buscador encorva-

    do. Un hombre vendado (un iniciado) indica la roca.Observen la sorprendente estructura de esta imagen: uncuadrado:loscuatroelementos,smbolodel

    planeta Tierra donde comienza la bsqueda; uncrculo:elmicrocosmos,uncieloestrellado; untringulo:signodelprocesonecesario.

    SIETE PROCESOS Estas tres figuras geomtricas, cuadrado, crculo y tringulo, se encuentran tanto en la alquimia como en la Rosacruz. El tringulo, aqu la roca, est slidamente arrai-gado en la tierra, rodeada del mar acadmico, la dialctica. En sus lados, se pueden ver siete figuras, personificaciones de los siete planetas. Arriba est Hermes, o Mercurio, el mensajero de los dioses que es tambin el bufn, el loco del rey, porque vela para aportar sin cesar el cambio para mantenernos en movimiento. No creemos a veces haber comprendido algo de nosotros mismos y, a continuacin, descubrimos que lo verdadero era lo contrario?En el crculo, los signos zodiacales estn coloca-dos por parejas. Los planetas modulan su pareja de estrellas segn el principio yin-yang, o sea femenino y masculino; por lo que contribuyen a escalar la montaa del espritu. El orden en que estn colocadas las constelaciones en el crculo tiene igualmente un significado simblico. Los peldaos esculpidos en la montaa se relacionan con los siete procesos que el ser humano debe atravesar para llegar al conocimiento de s mis-mo y a la auto-liberacin.

    La montaa del Espritu

  • 28 pentagrama 2/2015

    AGUA SOBRE LA CAL VIVA El primer peldao es calcinatio, el proceso gneo. Los alquimistas es-taban hipnotizados por el fenmeno de la cal viva que se pona a hervir al aadirle agua. La metfo-ra es la siguiente: si nos podemos abrir al agua viva, la influencia o el to-que divino encender en nosotros su fuego espiri-tual. Si podemos soportar este fuego purificador, lo cual no es una tarea fcil pues ello va acompaa-do de subidas y bajadas, podemos desembarazarnos de lazos incons-cientes y profundos y de hbitos antiguos, cuyo origen es a menudo krmico. Esta adquisicin de conocimiento de s mismo nos da el valor de aceptar los defectos revelados. En consecuencia, consideraremos de otra manera todos los acon-tecimientos personales de nuestra vida y podre-mos predecirlos mejor. Adems de las nuestrss, nos ser ms fcil aceptar las imperfecciones de los dems.

    PRUDENCIA Y PRECAUCIN El segundo peldao es sublimatio, un proceso de aire, un proceso qu-mico donde se trata de ebullicin, evaporacin y depsito. Esta tcnica qumica sirve en nuestros das para confeccionar remedios homeopticos

    que contienen metales cuyo efecto es activado. Esto precisa tomar las necesarias precauciones, el calentamiento se debe hacer con prudencia, por etapas pequeas. Des-pus de la evaporacin, el enfriamiento se realiza muy progresivamente. Un exceso de aire (la hiper-ventilacin) nos hace perder el equilibrio, nos desorienta y nos extra-va lejos del camino. Son numerosos los rasgos de carcter que pone de manifiesto este proceso

    de aire. Nuestra vida se sita en un nivel ms elevado, donde el alma en lucha consigo mis-ma reconoce lo que proyecta, donde ve lo que procede de ella misma. El ser humano adquiere una mejor visin del conjunto. Puede poner distancias. La crtica y los juicios ya no son au-tomatismos.

    UNA CABALLERIZA POR LIMPIAR As se est en condiciones de subir hasta el tercer peldao, el de la solutio, un proceso de agua. All comienza la gran limpieza de nuestra psique. En la mito-loga, esto corresponde a un trabajo de Hrcules casi imposible: la limpieza de las caballerizas de Augias. El hroe consigue solucionar el pro-blema desviando el curso de un ro. Nosotros

    Los siete peldaos esculpidos en la montaa del espritu designan los siete procesos que conducen al conocimiento de s mismo y a la auto-liberacin

  • tambin podemos lograr que la corriente divina del Agua viva limpie nuestra caballeriza, nuestro ser aural catico. Con esta limpieza en profun-didad, esquemas de comportamiento registrados desde nuestra juventud, o incluso desde tiempos anteriores, pueden disolverse poco a poco de nuestro karma. La consiguiente auto-liberacin nos permite tratar con ms consciencia y acep-tacin a los dems, as como a nosotros mismos. El yo pierde poco a poco su posicin dominante y se vuelve ms servidor que jefe. Visto desde el exterior, se dira que ha cambiado poco, no obstante en el interior la motivacin est menos basada en el ego y ms orientada hacia lo espi-ritual.

    PUTREFACTIO Finalmente tenemos la putrefactio, el cuarto peldao, el del elemento tierra. La morti-ficatio forma parte tambin de este peldao por-que ella no es un proceso qumico propiamente dicho. La materia, el ego, est aqu reducido a cenizas. Los procesos precedentes han generado en la composicin de las cenizas una multitud de finas capas. Estas cenizas fertilizan la tierra. (Cf. La imagen de la sexta frmula). La tierra as abonada puede recibir el oro, el espritu divino y darle su brillo. Para los alquimistas, este cuarto peldao era el ms importante. Llevar a buen fin este proceso hace que el ser humano se abra enteramente a la unin con el espritu. La Biblia representa la mortificatio con la escena de la decapitacin de Juan. El pensamiento que es nicamente racional, debe dejar paso al pensa-miento que concilia la cabeza y el corazn. En

    alquimia, esta espiritualizacin est representada por el fnix que renace de sus cenizas.

    UNA REALIDAD COMPLETAMENTE NUEVA Despus de estos cuatro procesos terrestres, la fase albedo est cumplida. Siguen ahora tres procesos espirituales que conducen al perfeccio-namiento, la fase rubedo. Primero con la disti-llatio donde la naturaleza terrestre hace sitio al espritu nuevo en actividad, el Espritu se une cada vez ms con el alma renovada. En la fase siguiente, la coagulatio, el alma adquiere una for-ma ms espiritualizada. Esta realidad totalmente nueva est descrita en el Apocalipsis en trmi-nos de un nuevo cielo y una nueva tierra. En la sptima fase, la tinctura, aparece la quintaesen-cia de nuestra vida. La unin entre el alma y el Espritu se ha realizado, la boda entre el rey y la reina est sellada. Esto se observa en la cmara alta de la montaa, en la pineal. Las siete ven-tanas del alma estn abiertas. La gran obra est realizada.

    *Fenomenlogo: filsofo que busca las estructuras trans-cendentales de la consciencia. Todo lo que es visible es la

    manifestacin de un significado; la naturaleza entera es imagen,

    lenguaje, jeroglfico coloreado. Sin embargo, no estamos pre-

    parados ni habituados a observarlo verdaderamente, a pesar

    del gran desarrollo de nuestras ciencias naturales. Para leerlo,

    se necesita inocencia y simplicidad. (Hermann Hesse)

    la montaa del espritu 29

  • 30 pentagrama 2/2015

    El hombre es en s un proceso alqumico incesante de transformacin y de movimiento donde se expresa cada vez mejor el potencial que le anima. El ser humano es semejante a un utensilio alimentario donde la vida llevada a ebullicin funde todos los ingredientes en un alimento nico que llega a compartir con todos.

    El estudio de la alquimia del cuerpo co-mienza con la pregunta del significado de la palabra cuerpo. Sabemos que cada cuerpo tiene sus caractersticas:Una cscara de nuez de coco es dura de atrave-sar, un vestido puede ser el adecuado, una copa est, por definicin, siempre abiertaQu ocurre con nuestro cuerpo? Reviste la forma de una coraza o la de un canal abierto a la vida que corre a travs de l? Al igual que el corazn, el cuerpo es un continente, su calidad le viene dada por lo que contiene. El cuerpo no es una forma sin ms sino que puede ser el vestido del alma.En holands, la palabra cuerpo se traduce por lichaam. La palabra lichaam se deriva de lich (una palabra antigua que significa cad-ver) y (h)aam, que proviene de aliento y es semejante a la palabra francesa de alma, me, as como a la palabra del antiguo-germnico haam que significa vestir o camisa. El cuer-po no es slo una forma fsica, l esta vestido, animado. En el mundo entero, la literatura testimonia que el lugar del alma es el corazn. El corazn es la sede del alma. El cuerpo es un instrumento que lleva en s un alma en el corazn. El alma es el rgano director del instrumento. La inteligencia y la sabidura del cuerpo le han sido atribui-das sobre la base de este don. Animado por la inteligencia y la sabidura que a veces usurpa el karma, el cuerpo sigue un cierto curso durante toda una vida. Si mantenemos la comunica-cin con el corazn, el cuerpo seguir el curso

    correcto. Se dir entonces que lo que hacemos es justo. La cabeza es el punto de convergen-cia de todos los hilos de la auto-realizacin, ella es finalmente el lugar de expresin directo del Espritu. El corazn es el rgano donde se renen y son pesados todos los impulsos y fuerzas que llegan del exterior y del interior, a veces en un solo instante. Esto no implica nicamente a los seres humanos, sino tambin a las organizaciones que tambin pueden ser consideradas como un cuerpo vivo. El cuerpo es todo menos esttico, se mueve en un proceso incesante de fuerzas que construyen y destruyen, y lo mantienen en movimiento. Es la expresin caracterstica de la interaccin de las fuerzas, de un campo de fuerzas. Cuando las fuerzas en juego que provienen de las tres fuentes que son el Espritu, el alma y el cuerpo, colaboran de una manera armoniosa, el cuerpo est sano. En la literatura esotrica se considera que el cuerpo tiene buena salud cuando se puede hablar de una coherencia, de una unidad entre l, el alma y el espritu. Solamente entonces, el potencial de las cualidades humanas, el objetivo y la desti-nacin se manifiestan y se expresan plenamente. De hecho, es segn esta visin de las cosas que el ser humano vive un continuo proceso alqu-mico de cambio y de movimiento. l expresa cada vez mejor el potencial espiritual que le anima. Que la totalidad de la trinidad cuerpo-alma-espritu funcione en armona es, pues, la condicin bsica; si ese es el caso se puede decir, como el sabio, que el ser humano es un autn-tico artista: Quien trabaja con sus manos es un

    Las asas de jade

  • las asas de jade 31

    obrero. Quien trabaja con sus manos y con su cabeza es un artesano. Pero solamente aquel que trabaja con su cabeza, su corazn y sus manos es un artista. Acaso la vida y la muerte pueden manifestar una forma de arte? Si consideramos la vida como lo hace la psicologa alqumica de Thom Cavalli, vemos que se trata incluso de un arte real de vida consciente (Royal Art of Living Consciously). Para desarrollar un arte as, hacen falta piedras de construccin adecuadas, desti-nadas a una alquimia de la vida y de la muerte. Se distinguen, en este proceso, tres fases: nigredo, albedo, y rubedo; siguen luego siete prcticas o mtodos: calcinatio, solutio, coagulatio, sublimatio, mortificatio, (o putrefactio), separatio y conjunctio.El significado de estos mtodos se encuentra

    brevemente mencionado en las importantes fa-ses del proceso de individuacin que Carl Jung expuso con ms precisin. Cavalli las describe en trminos de sacred operations, operaciones sagradas, portadoras de curacin.Puesto que la alquimia es un don universal, hagamos un desvo por China. Descubrimos que este arte sublime se expresa en trminos de religin, filosofa, arte de vivir, metalurgia, medicina, pero tambin en trminos de arte culinario. Un proceso exterior de coccin da indicaciones sobre una transformacin interior. Esta coccin se desarrolla en el cuerpo humano, representado por un recipiente, una vasija de ofrendas o una olla. Estas representaciones han ilustrado la excelencia de la cultura china. Se trataba de un gran recipiente de bronce que se usaba durante las grandes fiestas sacrificiales imperiales de la dinasta Chou. Todos los par-ticipantes en estas fiestas aportaban sus propios alimentos, stos eran reunidos y un sacerdote-rey, maestro del sacrificio, los asociaba para hacer de ellos un todo. Este recipiente de ofren-das no serva solamente para alimentar a la gente, tambin serva para fomentar la unidad espiritual entre la gente. Un proceso semejante de soldadura o de unin se consideraba como la esencia del arte verdadero en general. En efecto, incluso en una olla, est presente un campo de fuerza. Diferentes gustos se encuentran all integrados, as como los ingredientes preparados para dar una unidad nueva: el manjar, el ali-mento propiamente dicho. Si se concibe la olla como una metfora del cuerpo humano, el del

    Las asas de jade

  • 32 pentagrama 2/2015

    aprendiz alquimista, se puede comprender su significado alqumico. Se observa el desarrollo siguiente. En primer lugar hay una olla inver-tida. Los viejos restos que se han quemado en el fondo deben ser retirados de manera que el alquimista pueda, respetando la higiene, llenarla de alimentos santos, los teres santos. Para poder manejar el utensilio en cuestin, ste debe estar provisto de asas, sin las cuales, no se lo puede desplazar y pierde su funcin. Y ocurre que si un asa se rompe, todo va mal. La cena festiva del rey est, desde ese momento, estropeada, su persona mancillada.Por el contrario, si el utensilio alimentario est provisto de asas amarillas, de anillos de oro, se habla de una vasija desbordante de ofrendas por-que est situada en el buen lugar, es decir, en el centro del ser. En este caso el proceso de coccin

    resulta de alta calidad. Pero hay ms. Cuando la olla est provista de anillos de jade, el proceso alqumico de la coccin alcanza su perfeccin. En la tradicin china, el jade es muy apreciado, es considerado como la piedra ms preciosa. Mien-tras que las asas de oro de las ollas toman el calor de su contenido, el jade mantiene su temperatura. Por ello, inmediatamente despus de la coccin, los alimentos portadores de curacin pueden ser transportados, en sus utensilios a cualquier lugar. En este sentido, el jade es idntico a la piedra mstica de la sabidura que era aportada donde se necesitaba. Ahora, podemos dar el paso hacia la verdadera curacin. Segn la leyenda, los verdaderos Rosacruces hacan tambin uso de la panacea universal. Ello no significa que estuviesen slo centrados en la curacin de imperfecciones o males de la perso-nalidad, ni en la desaparicin de circunstancias agravantes y negativas para el cuerpo o la psique. No, su objetivo era y es la curacin alqumica del microcosmos en su totalidad, puesto que es l quien da vida al individuo y a la personalidad! Nuestro punto de partida es que todo ser huma-no nace con un cuerpo animado. Pero ste no es una pgina virgen. Todo lo contrario, el ser humano nace con una prehistoria que, junto con el bagaje sanguneo y gentico de sus ante-pasados, influye en todo el curso de su vida. Se puede considerar que las enfermedades, las afec-ciones psquicas y las deficiencias corporales son consecuencias de un pasado krmico. Por otro lado, las penas y sufrimientos tienen siempre un efecto de purificacin o de reabsorcin, aunque

    Nadie puede o quiere guardar para s este alimento sagrado, esta panacea

  • slo sea por el deseo de dejarlas atrs. Aquellos de entre nosotros que tienen la experiencia de los procesos de acompaamiento de los mori-bundos conocen este efecto purificador de la au-to-rendicin en las personas que estn prximas a la muerte. Retengamos la afirmacin de Para-celso, mdico cuya reputacin es evidente, que declara que, a decir verdad, la enfermedad es un proceso de curacin. Entiendan con esta afirma-cin: la curacin del sistema microcsmico. Una idea as slo se puede comprender si estamos en condiciones de considerar que el cuerpo huma-no tiene una funcin para el alma. Hermes nos dice lo mismo. Esta idea contiene una indicacin para una curacin verdadera, la del microcosmos y no nicamente la del cuerpo. Esta curacin es duradera a condicin de que la purificacin al-qumica no cese de hervir durante toda una vida, que en ltima instancia pueda conducir a la ver-dadera renovacin del alma. Consecuentemente, un alma as puede expresar de manera inaltera-da, inmaculada, el puro impulso del espritu, la fuerza y la energa de Cristo que los rosacruces ven como una energa siempre activa, siempre portadora de curacin. Todos somos objeto de esta actividad benfica. El campo de fuerza as creado es de una vibracin tan elevada que pue-de restaurar el metabolismo alterado del ser hu-mano. Esta energa que asimilamos e irradiamos simultneamente transmite su fuerza salvadora a nuestra sangre, a nuestra consciencia, a los sis-temas nervioso y hormonal. Nuestro cuerpo en tanto que instrumento del alma se vuelve trans-parente, pero sobretodo el alma se vuelve clara como el cristal. Es necesario desplazar la olla, la bandeja de la ofrenda a fin de que todos puedan ser servidos. Nadie puede ni quiere guardar slo para s este alimento santo, esta panacea. Esto es precisamente lo que hace que, en todos los planos de nuestra vida, se eliminen numerosos obstculos que proceden de nuestro bagaje kr-mico. El microcosmos completo, se encuentra,

    en definitiva, regenerado. Entonces, tenemos por fin a este hombre verdadero, un hombre digno de este nombre! Es capaz de tomar la olla por las asas de jade, de llevarla por los alrededores y distribuir los preciados alimentos. En lo sucesi-vo, colabora conscientemente en la curacin del mundo y del gnero humano.

    las asas de jade 33

  • 34 pentagrama 2/2015

    Con ocasin de la publicacin del libro Ecos de la Gnosis en holands, el 6 de noviembre de 2013 se dio una conferencia en la librera Pentagrama de Harlem, Pases- Bajos, con el ttulo: Por qu puede llamarse a George R.S. Mead el primer gnstico moderno. Transcribimos la segunda parte de esta conferencia que es un relato de la historia de la Gnosis.

    g. Mead estaba perfectamente al corriente de las investigaciones anteriores a las suyas, pero l profundiz ms y elev su significado a un nivel an mayor. Ms adelan-te daremos las razones despus de haber hecho algunas precisiones sobre dichas investigaciones.

    LA CUNA DE LA BSQUEDA No es en el mun-do anglfono sino en la esfera germanfona y ms tarde, francfona, donde la bsqueda de la Gnosis tiene su cuna. El trabajo de investigacin, situado en la prolongacin del pensamiento teosfico y pietista cuya fuente de inspiracin era Jakob Bhme, culmina con los filsofos Schelling y, sobre todo, con Hegel. Estos dos pensadores idealistas deban a Jakob Bhme mucho ms de lo que se admite generalmente, si bien en ciertos puntos no le comprendieron bien. Hegel posea un vasto conocimiento de la historia en la cual vea inscribirse el proceso de la consciencia del absoluto; lo cual abri una concepcin diferente de la verdad cristiana reve-lada. A saber, que la verdad no descendi sbi-tamente del cielo sino que su venida haba sido preparada, entre otros en el mundo de los miste-rios paganos. Antes que Hegel, Gottfried Arnold haba redactado una historia de la Iglesia que teniendo en cuenta las concepciones divergen-tes, discurra en la misma direccin. El mismo Arnold mantena contactos personales con los filadlficos, ms tarde discpulos de Bhme, John Pordage y Jeane Leade entre otros. Su historia imparcial de la Iglesia y de los herejes (Unparthe-yische Kirchen y Kertzer-Historie) se public sobre

    1699-1700. Para escribir esta historia revisada de la Iglesia, se vio forzado a abandonar su fun-cin de profesor de universidad. l haba incluso llegado a afirmar que la peor calamidad en la historia de la Iglesia de Roma era su fundacin propiamente dicha, sin olvidar su reconocimien-to por el emperador Constantino, algo que a un doctor de la Iglesia le vala ms callar!

    LA GNOSIS CRISTIANA Despus de Arnold lleg Ferdinand Christian Bauer (telogo alemn, 1792-1860) que como Hegel, Schelling y Hlderlin, acab sus estudios en el seminario evanglico de Tubinga (Tbinger Stift). Bauer, a su vez, compuso en 1835 una impresionante historia de la cultura, Die Christliche Gnosis (La Gnosis Cristiana). En esta obra el autor califica la obra de los idealistas cristianos como Bhme, e incluso Hegel, como herederos de la antigua gnosis cristiana. El siguiente fue Charles William King con su libro The Gnostics and their remains (Los gnsticos y lo que queda de ellos) de 1864. Para l, el gnosticismo tena sus races en el budismo. Madame Blavatsky hara referencia a este libro. Siempre en el marco de los estudios de la gnosis aparece una obra que ser muy importante para Jung. Se trata de Symbolik und Mythologie der antique Vlker (Simbologa y Mitologa de los pueblos antiguos), publicado entre 1810 y 1812. Se trata de un libro de Friedrich Creuzer, profesor de literatura antigua en Heidelberg, que trata en particular sobre los cultos grecorromanos de los misterios. Admitamos que si bien todos esos trabajos son excelentes historias de la gnosis y

    El redescubrimiento de la Gnosis II

  • el redescubrimiento de la gnosis II 35

    de asuntos emparentados con ella, no podemos por ello llamarlos gnsticos.

    LIBROS SAGRADOS DE ORIENTE Slo hacia fina-les del siglo XIX comenzar el desarrollo de la investigacin real y cientfica. Desde entonces se tratarn las religiones bajo el ngulo fenomeno-lgico,* comprendidas las religiones orientales, pre-cristianas y no cristianas.En esa poca numerosos textos de Oriente, como los Vedas y los Upanishads, son traducidos por primera vez y acompaados de comentarios. Algunos de los grandes nombres son: F. Max Mller y su serie monumental Sacred Books of the East (Libros Sagrados de Oriente); Karl Eu-gen Neumann que fue el primero en traducir del Pali los textos bdicos; Paul Deussen quin adems de una biografa de Bhme es el autor de una sublime historia general de la filosofa, obra en la que las filosofas Oriental y Occiden-tal tienen ambas su lugar. Deussen era amigo ntimo de Friedrich Nietzsche , el cual os aventurarse en los misterios dionisiacos; adems de escribir una obra maestra sobre el regreso de Zaratustra. Todo ello en una poca dedicada al estudio de la historia de las religiones intentan-do cartografiar sus orgenes y relaciones mutuas.Citemos a Wilhelm Bousset y su libro Haupt-probleme der Gnosis (Problemas fundamentales de la Gnosis), Richard Reitzenstein, conocido por una publicacin del libro Poimandres, el belga Franz Cumont y el alemn Albrecht Dieterich que haban ambos estudiado los misterios de Mitra, en una obra que inspir a Mead sus Ecos de la

    Gnosis. Podramos an citar muchos otros inves-tigadores como Hans Leisegang, Kurt Rudolph, etc, pero la lista es tan larga que nos detendre-mos aqu.Repitmoslo una vez ms, estos son eruditos, es-pecialistas de la gnosis, pero la pregunta perma-nece: Comprendan bien a los gnsticos? Con razn en sus Ecos, George Mead no se muestra suave con el mtodo historizante de estos eru-ditos: A pesar de su excelente mtodo, es un hbito general de los adeptos de la escuela ale-mana (de la Historia de las religiones) sentirse satisfechos de haber detectado en las principales doctrinas, que sus caractersticas y sus elemen-tos son similares a las de tradiciones anterio-res. Cuando ellos sacan a la luz los llamados fuentes y modelos, se congratulan e incluso se felicitan Es evidente que esto es prcticamen-te todo a lo que los depositarios estrictos de la pura objetividad pueden acceder.

    LA GNOSIS CONCIERNE AL ALMA No omitiremos revelarle de aqu en adelante lo que interesaba verdaderamente a Mead y hasta qu punto su enfoque era diferente: Se vuelve cada da ms evidente que numerosas doctrinas, de las que se supona hasta ahora que poda demostrarse que derivaban de dogmatismos anteriores, aparecie-ron independientemente unas de otras como consecuencia del desarrollo natural del alma y de su poder del pensamiento. Lo que significa que su fuente es subjetiva y no objetiva.Digamos de paso que era sobre todo en los crculos masnicos donde exista un gran inters

    gEorgE STowE mEad, PrImEr gNSTICo modErNo

    El redescubrimiento de la Gnosis II

  • La Gnosis concierne al alma y slo puede ser comprendida en el terreno del alma; en cuanto a la inteligencia, ella responde a otras cosas

    36 pentagrama 2/2015

    por la cultura egipcia y por ello tambin por el antiguo mundo de los misterios. En este mbito la comprensin iba un poco ms lejos que en el medio acadmico de los cientficos. Nos referi-mos al libro de B.J. Van der Zuylen Misterios e Iniciaciones en la Antigedad y al del escritor belga Eugne Goblet dAviella que public en 1903 Eleusina, algunos problemas relativos a los misterios de Eleusis.

    EL ORIGEN DEL EVANGELIO ES TEOSFICO En los Pases Bajos, un especialista, B.J. Van der Zuylen, public una obra sinttica sobre los Misterios e Iniciaciones en la antigedad, y Karel Hendrik de Jong, de la universidad de Leiden, se interes por los misterios antiguos y tom prestadas muchas cosas de la literatura teosfica disponible. A comienzos del siglo XX, tenemos al memorable hegeliano que fue el profesor holands Bolland, especializado en el estudio de la sabidura alejandrina y su influencia sobre la Biblia cristiana. En su librito El Evangelio, plantea resueltamente que el origen del Evangelio era de orden teosfico y estaba relacionado con los misterios rficos. En los Pases Bajos, hubo un lazo en lnea directa, primero entre los profesores Bolland y Piet Hendrix quien supo por el primero de la existencia de los gnsticos, lo que le llev a hacer su tesis sobre Baslides;

    y segundo entre el profesor Quispel, alumno de Bolland, y Roelof van den Broek que le sucedi. Existe, por la mano de W. Otterspeer, una magnfica biografa de Bolland que se lee como un cuento moderno. En ella vemos que el influyente moralista Bolland estaba lejos de ser un santo, o un gnstico, y que no dudaba en demoler las sacrosantas tradiciones. Ahora bien, las de la Iglesia formaban, desde haca siglos, un inquebrantable bastin doctrinal.

    CONTAMINACION! A partir del luterano Adolf von Harnack prevaleca entre los telogos la concepcin de que el gnosticismo era una hereja cristiana y un peligro para la verdadera fe. En esos medios, se prefera hablar de gnos-ticismo y no de gnosis. Harnack afirmaba que se trataba de una helenizacin a ultranza del cristianismo, una ltima resistencia del mundo antiguo que amenazaba gravemente su pureza; opinin compartida por el telogo R. Bultmann que vea el movimiento gnstico y su filosofa greco-helenista como una contaminacin de la verdadera fe desde la segunda mitad del siglo II. Esta postura se volvi ms difcil de defen-der desde el momento en que personas como H. M. Schenke hicieron la constatacin de que el pensamiento gnstico haba aparecido muy probablemente al mismo tiempo que el cristia-

  • nismo, o incluso algo antes. A la larga, se volvi imposible no percibir los numerosos elementos gnsticos contenidos en el Nuevo Testamen-to propiamente dicho. En 1958, un cierto R. Wilson declar en una obra de ttulo evoca-dor: El problema gnstico, que esta prfida hereja intentaba eclipsar el mensaje esencial del Evan-gelio desde el comienzo. Para los exegetas de su gnero, era cierto que el gnosticismo no era de origen cristiano sino nicamente un desarrollo de las creencias paganas.

    OPOSICION Es evidente que una investigacin sobre la gnosis, abierta y exenta de prejuicios, era muy difcil de llevar a cabo por el hecho de que el punto de vista del vencedor prevale-ca como nica referencia. Lo cual era an el caso para personas como el holands Van Unnik quien, con Quispel, estudi el Evangelio de la Verdad. Para el estudio de los rollos de Qumran, les plante un verdadero problema que stos hubieran sido confiados al Padre De Vaux, un catlico. Por el contrario, Hans Jonas, discpulo de Martin Heidegger, logr penetrar mejor en la herencia de los gnsticos quienes, como los existencialistas modernos, sufran el alejamiento de una unidad vivida en un conjunto ms am-plio. H. Jonas quera llegar a una interpretacin existencialista del gnosticismo, e igualmente

    hizo un intento meritorio de la lectura gns-tica del existencialismo. Para su sorpresa, esto le proporcion una visin totalmente nueva de la moderna filosofa y visin del mundo de los gnsticos. No obstante l tambin permaneci, como todos sus colegas, en el estudio de la gno-sis en tanto que fenmeno histrico temporal lo cual ciertamente no poda ser considerado como gnstico. Por otra parte, ese era el ltimo califi-cativo que los cientficos de la religin hubieran deseado para s.

    (Continuar)

    * Fenomenolgico: que se atiene al fenmeno, es decir,

    al dato inmediato de la experiencia. (Paul Foulqui) En

    el fondo, la fenomenologa naci cuando poniendo entre

    parntesis provisional o definitivamente la cuestin del ser,

    se trata como un problema autnomo la forma en que las

    cosas aparecen (Paul Ricoeur)

    el redescubrimiento de la gnosis II 37

  • 38 pentagrama 2/2015

    UN EJERCIO DE PENSAR POCO HABITUAL

  • pensamos o recordamos? 39

    Pensar es un tema muy ntimo que se procesa en nosotros mismos. Pero, se corresponde verdaderamente el mundo del pensamiento con la realidad de lo que somos? Acaso no somos mucho ms que la representacin ficticia que nosotros nos hacemos de nuestra personalidad corporal?

    Podemos comprender nuestro propio len-guaje, nuestras concepciones, nuestras me-tforas, pero penetrar en las de los dems es mucho ms difcil. Por ello, para poder co-municar nuestras metforas comunes nos hemos visto obligados a crear un consenso y hemos desarrollado un lenguaje comn. Con el tiempo este fenmeno es ya tan habitual que permane-cemos, de forma casi automtica, encerrados en el crculo de nuestros esquemas mentales. No es pues tanto el pensar lo que nos impone lmites, sino nuestro habitual modo de pensar. Para crear imgenes, utilizamos la memoria y las antiguas representaciones desarrolladas en el pasado. En consecuencia, esta prctica de pensar basada en la mente nos mantiene prisioneros de este mundo del pensamiento ntimo. Con nues-tra conciencia racional unida a nuestro cuerpo nos sentimos, en el interior de este mundo del pensamiento, maestros y seores de la idea del cuerpo que somos, as como de la naturaleza que lo rodea. No obstante, cabe preguntarse: corresponde esto verdaderamente a la realidad? No somos acaso algo ms que la representacin ficticia que nos hacemos de nuestra realidad corporal?

    EL EXAMEN La experiencia directa de nuestra vida se produce principalmente al hilo de los acontecimientos. Esta vida que cambia sin cesar es espontnea y satisface todas nuestras nece-sidades. Sin embargo, su flujo permanece fuera de la conciencia racional que tiende a mantener todo bajo control. Sean cuales fueren las repre-

    sentaciones que esta conciencia mental maneja en relacin con la vida, la conciencia en s no las percibe aunque la mente crea lo contrario. Cuando examinamos la situacin de la expe-riencia inmediata de la vida, alcanzamos los lmites de nuestro pensamiento y el fundamento de nuestro concepto del mundo es atacado. Pero en realidad est nuestro ser amenazado? El resultado de este examen se halla determi-nado por aquel o aquello que lo origina; ya que aquello que en nosotros detecta la verdad demuestra ser algo muy diferente a ese yo pri-sionero de ese mundo y de su forma de pensar. Por muy til que sea pensar, si el yo es la nica referencia, si est aislado de su fuente esencial no podemos fiarnos de su nocin de la verdad. Ocurre lo mismo con el conocimiento de s mismo, por muy exacto que sea bajo cierto pun-to de vista, no por ello es menos dependiente de este pensamiento restrictivo. Si reconocemos esto, llegamos al justo discernimiento entre, por una parte el yo y su elaborado pensamiento racional y, por la otra, lo que en nuestro interior sobrepasa este pensamiento. Desde ese momento se re