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AMAIA SANTANA A Jesús Prieto, maestro y asesor de Educación Intercultural, le pre- ocupa “profundamente” que a un profesor se le excluya de su obliga- ción moral de transmitir valores. Los discursos alarmistas e interesa- dos de la clase política son otro de sus quebraderos de cabeza. Com- prometido defensor de la paz y de los derechos humanos, el profesor reflexiona para ESCUELA sobre temas de la actualidad educativa vasca como la reformulación del antiguo Plan de paz o el vuelco sindical tras las últimas elecciones. Asimismo, profundiza en las mise- rias del comportamiento humano como el racismo, cuya base radica en la pobreza. “El inmigrante rico no nos da miedo, nos da miedo la pobreza”, asevera. Ha participado activamente en la re- formulación del Plan de Educación para la Paz del Ejecutivo anterior. ¿Qué destacaría del mismo? El plan surgió hace cuatro años, a iniciativa del Parlamento vasco. En 2006 se elaboraron dos unida- des didácticas enmarcadas en este proyecto, ‘Dando pasos hacia la paz’ e ‘Historias que nos marcan’. Con el cambio de gobierno y la entrada de Isabel Celaá al mando del Departamento de Educación, se retomó todo este material y se decidió hacer una revisión. El úni- co objetivo era el de aportar una mayor amplitud de miras y plu- ralidad a los textos que contenían dichas unidades, pues en ningún momento se ha buscado desechar el trabajo anterior, lo cual me pa- rece digno de elogio por parte del equipo de Celaá. De hecho, si no hubieran valorado el trabajo an- terior yo no habría participado en este proyecto. La reformulación del plan me parece necesaria, máxime teniendo en cuenta el último infor- me del Ararteko, donde se recoge que un sector significativo de los adolescentes vascos, en torno al 16%, aún considera lícito pegarte un tiro si no piensas como ellos. Cualquier sociedad debe trabajar la competencia social y ciudadana –en donde se enmarca este pro- yecto–, pero no debemos obviar la especificidad de la sociedad vasca en el tratamiento de los derechos humanos y el lastre de ETA. A mi juicio, el plan ha sido criticado de manera injusta, y se han dicho bu- rradas solemnes durante mucho tiempo. La revisión del antiguo Plan de paz me ha supuesto uno de los mayores disgustos de mi vida... ¿A qué se refiere? Unos días antes de la presen- tación del material remodelado, la hermana de una víctima del GAL, cuyo testimonio se incluía en una de las unidades didácticas, nos in- dicó que no quería participar en este proyecto con el actual Ejecuti- vo. Nos pidió que elimináramos su testimonio de los materiales. Eso hizo que nos quedáramos cojos, pues habíamos perdido un testi- monio muy importante. Ante esta situación, decidimos completar la unidad ‘Historias que nos marcan’, e introdujimos más del doble de testimonios con respecto a la edi- ción de 2006. Hemos incluido las experiencias de otras víctimas del GAL, del Batallón vasco–español, así como de la violencia policial. Por otro lado, tan solo se trata de dos unidades didácticas más, ya que el centro de recursos Eskola Bakegune reúne un sinfín de ma- teriales diversos e interesantes en- tre los cuales el docente es libre de elegir aquellos que crea más conve- nientes. Entonces, ¿a qué se debe tanta con- troversia? Por desgracia, en este país la política lo impregna absolutamente todo, y basta que la reformulación de este plan lo haya impulsado un Ejecutivo de signo concreto para que el resto de agentes políticos no lo acepte. Me parece muy triste, pues en materia de paz y derechos humanos debiera haber un con- senso mucho más amplio, y debie- ran olvidarse esas rencillas pacatas y aldeanas. En ese sentido, la clase política vasca ha dejado mucho que desear, ha sido muy cicatera y ha generado un debate, incluso una alarma social, que ha calado hondo en un número significativo de do- centes y agentes educativos, lo cual ha impedido que el plan tenga una mejor aceptación de la que ha teni- do. En organizaciones como Bakeaz y Gesto por la paz trabajamos per- sonas de distintas ideologías, pero somos plenamente conscientes de que a la hora de luchar por la paz y los derechos humanos tenemos que dejar toda idea política a un lado. Ese es el verdadero lugar común ciudadano. Lejos de llegar a un consenso, hay quien tilda el nuevo plan de adoctrinador... ¡Claro que es un trabajo de adoctrinamiento! Pero en el espa- cio prepartidario. Enseñamos al alumnado que cualquier tipo de violencia es muy mala. Eso no es adoctrinar, sino que como docen- tes es nuestra obligación transmitir al alumnado valores como el res- peto, la tolerancia, la solidaridad o la aceptación de la pluralidad. He de decir que me asusta mucho que se pueda considerar a alguien un buen profesor exclu- yéndole de su obligación moral de transmitir valores. Me parece pe- ligroso, porque si solo se trata de transmitir conceptos de Matemáti- cas o Informática, hay una máqui- na que lo hace mucho mejor que nosotros, y además es más barato. Si la profesión docente tiene futuro será por su condición de transmi- sor de valores. Me parece inacepta- ble que alguien rechace indicar al alumnado que no hay que insultar, que no se puede violar ni asesinar a una persona. “Si la profesión docente tiene futuro será por su condición de transmisor de valores” JESÚS PRIETO, MAESTRO Y EXPERTO EN EDUCACIÓN INTERCULTURAL 27 de octubre de 2011 32 ESCUELA Núm. 3.920 (1.520) Entrevista “Me parece inaceptable que alguien rechace indicar al alumno que no hay que insultar, que no se puede violar o asesinar a una persona” J esús Prieto Mendaza (Vitoria–Gasteiz, 1957) es maestro y asesor de Educación Intercultural en el Berritzegune (centro de apoyo al profesorado) de la capital ala- vesa. Licenciado en Antropolo- gía Social por la Universidad de Deusto, es profesor–colaborador de Educación Intercultural en la misma universidad, así como en el curso CISE de la Universidad de Salamanca y en el curso Mi- graciones e Interculturalidad de la Escuela de Enfermería de Vito- ria y del Instituto Valentín de Fo- ronda de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Colabora con diversas ONGs y asociaciones pacifistas y de carácter social como Bakeaz, Gesto por la Paz o la Fundación Fernando Buesa, entre otras. Colaborador en varias publi- caciones de diferentes ámbitos, es autor del libro ‘Los tour–ope- radores de la miseria. Historias de migrantes’ (Prácticas en Edu- cación/CCOO, 2010), en el que recoge un trabajo de investiga- ción sobre las redes de emigran- tes ilegales al que ha dedicado dos años de trabajo de campo en Tánger, Canarias y Senegal. Con este trabajo, Prieto explica por qué suceden los fenómenos migratorios y trata de acercar al lector a la pobreza. Asimismo, el autor escribió el libro con la intención de “aportar una he- rramienta para la educación no racista”. Su última publicación es ‘Marcados por el estigma. Te- rrorismo y víctimas en Euskadi’ (Hiria, 2011). Más información: http://www.jesusenbloga.blogs- pot.com/ Perfil

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entrevista en la universidad de Deusto

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AMAIA SANTANA

A Jesús Prieto, maestro y asesor de Educación Intercultural, le pre-ocupa “profundamente” que a un profesor se le excluya de su obliga-ción moral de transmitir valores. Los discursos alarmistas e interesa-dos de la clase política son otro de sus quebraderos de cabeza. Com-prometido defensor de la paz y de los derechos humanos, el profesor refl exiona para ESCUELA sobre temas de la actualidad educativa vasca como la reformulación del antiguo Plan de paz o el vuelco sindical tras las últimas elecciones. Asimismo, profundiza en las mise-rias del comportamiento humano como el racismo, cuya base radica en la pobreza. “El inmigrante rico no nos da miedo, nos da miedo la pobreza”, asevera.

Ha participado activamente en la re-formulación del Plan de Educación para la Paz del Ejecutivo anterior. ¿Qué destacaría del mismo?

El plan surgió hace cuatro años, a iniciativa del Parlamento vasco. En 2006 se elaboraron dos unida-des didácticas enmarcadas en este proyecto, ‘Dando pasos hacia la paz’ e ‘Historias que nos marcan’. Con el cambio de gobierno y la entrada de Isabel Celaá al mando del Departamento de Educación, se retomó todo este material y se decidió hacer una revisión. El úni-co objetivo era el de aportar una mayor amplitud de miras y plu-ralidad a los textos que contenían dichas unidades, pues en ningún momento se ha buscado desechar el trabajo anterior, lo cual me pa-rece digno de elogio por parte del equipo de Celaá. De hecho, si no hubieran valorado el trabajo an-terior yo no habría participado en este proyecto. La reformulación del plan me parece necesaria, máxime teniendo en cuenta el último infor-me del Ararteko, donde se recoge que un sector signifi cativo de los adolescentes vascos, en torno al 16%, aún considera lícito pegarte un tiro si no piensas como ellos. Cualquier sociedad debe trabajar la competencia social y ciudadana –en donde se enmarca este pro-yecto–, pero no debemos obviar la especifi cidad de la sociedad vasca en el tratamiento de los derechos humanos y el lastre de ETA. A mi juicio, el plan ha sido criticado de manera injusta, y se han dicho bu-rradas solemnes durante mucho tiempo. La revisión del antiguo Plan de paz me ha supuesto uno de los mayores disgustos de mi vida...

¿A qué se refi ere?Unos días antes de la presen-

tación del material remodelado, la hermana de una víctima del GAL,

cuyo testimonio se incluía en una de las unidades didácticas, nos in-dicó que no quería participar en este proyecto con el actual Ejecuti-vo. Nos pidió que elimináramos su testimonio de los materiales. Eso hizo que nos quedáramos cojos, pues habíamos perdido un testi-monio muy importante. Ante esta situación, decidimos completar la unidad ‘Historias que nos marcan’, e introdujimos más del doble de testimonios con respecto a la edi-ción de 2006. Hemos incluido las experiencias de otras víctimas del GAL, del Batallón vasco–español, así como de la violencia policial. Por otro lado, tan solo se trata de dos unidades didácticas más, ya que el centro de recursos Eskola Bakegune reúne un sinfín de ma-teriales diversos e interesantes en-

tre los cuales el docente es libre de elegir aquellos que crea más conve-nientes.

Entonces, ¿a qué se debe tanta con-troversia?

Por desgracia, en este país la política lo impregna absolutamente todo, y basta que la reformulación de este plan lo haya impulsado un Ejecutivo de signo concreto para que el resto de agentes políticos no lo acepte. Me parece muy triste, pues en materia de paz y derechos humanos debiera haber un con-senso mucho más amplio, y debie-ran olvidarse esas rencillas pacatas y aldeanas. En ese sentido, la clase política vasca ha dejado mucho que desear, ha sido muy cicatera y ha generado un debate, incluso una alarma social, que ha calado hondo

en un número signifi cativo de do-centes y agentes educativos, lo cual ha impedido que el plan tenga una mejor aceptación de la que ha teni-do. En organizaciones como Bakeaz y Gesto por la paz trabajamos per-sonas de distintas ideologías, pero somos plenamente conscientes de que a la hora de luchar por la paz y los derechos humanos tenemos que dejar toda idea política a un lado. Ese es el verdadero lugar común ciudadano.

Lejos de llegar a un consenso, hay quien tilda el nuevo plan de adoctrinador...

¡Claro que es un trabajo de adoctrinamiento! Pero en el espa-cio prepartidario. Enseñamos al alumnado que cualquier tipo de violencia es muy mala. Eso no es adoctrinar, sino que como docen-

tes es nuestra obligación transmitir al alumnado valores como el res-peto, la tolerancia, la solidaridad o la aceptación de la pluralidad.

He de decir que me asusta mucho que se pueda considerar a alguien un buen profesor exclu-yéndole de su obligación moral de transmitir valores. Me parece pe-ligroso, porque si solo se trata de transmitir conceptos de Matemáti-cas o Informática, hay una máqui-na que lo hace mucho mejor que nosotros, y además es más barato. Si la profesión docente tiene futuro será por su condición de transmi-sor de valores. Me parece inacepta-ble que alguien rechace indicar al alumnado que no hay que insultar, que no se puede violar ni asesinar a una persona.

“Si la profesión docente tiene futuro será por su condición de transmisor de valores”

JESÚS PRIETO, MAESTRO Y EXPERTO EN EDUCACIÓN INTERCULTURAL

27 de octubre de 201132 ESCUELA Núm. 3.920 (1.520)

Entrevista

“Me parece inaceptable que alguien rechace indicar al alumno que no hay que insultar, que no se puede violar o asesinar a una persona”

J esús Prieto Mendaza (Vitoria–Gasteiz, 1957) es maestro y asesor de

Educación Intercultural en el Berritzegune (centro de apoyo al profesorado) de la capital ala-vesa. Licenciado en Antropolo-gía Social por la Universidad de Deusto, es profesor–colaborador de Educación Intercultural en la misma universidad, así como en el curso CISE de la Universidad de Salamanca y en el curso Mi-graciones e Interculturalidad de la Escuela de Enfermería de Vito-ria y del Instituto Valentín de Fo-ronda de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Colabora con diversas ONGs y asociaciones pacifi stas y de carácter social como Bakeaz, Gesto por la Paz o la Fundación Fernando Buesa, entre otras.

Colaborador en varias publi-caciones de diferentes ámbitos, es autor del libro ‘Los tour–ope-radores de la miseria. Historias de migrantes’ (Prácticas en Edu-cación/CCOO, 2010), en el que recoge un trabajo de investiga-ción sobre las redes de emigran-tes ilegales al que ha dedicado dos años de trabajo de campo en Tánger, Canarias y Senegal. Con este trabajo, Prieto explica por qué suceden los fenómenos migratorios y trata de acercar al lector a la pobreza. Asimismo, el autor escribió el libro con la intención de “aportar una he-rramienta para la educación no racista”. Su última publicación es ‘Marcados por el estigma. Te-rrorismo y víctimas en Euskadi’ (Hiria, 2011). Más información: http://www.jesusenbloga.blogs-pot.com/

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