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Pág.4 Estamos viviendo en la Iglesia el Año de la Vida Consagrada, hasido deseo del Santo Padre que, a lo largo de este 2015, nuestras miradas y, sobre todo nuestros corazo-nes agradecidos,

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ÍNDICE

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Pág.4

Pág.7

Pág.11

PRESENTACIÓNJosé Pérez Domínguez

AÑO DE LA VIDA CONSAGRADAMons. José Rodríguez Carballo.Secretario de la Congregación parala Vida conagrada

Pág.13

ACENTOS EN LA VIDA ESPIRITUAL.UN SILENCIO ELOCUENTE

Rafael Palmero RamosObispo Presidente de CLAUNE

Pág.15

DAR TESTIMONIO HOY. ¿POR UNA

ANIMACIÓN VOCACIONAL VISIBLE Y

CREÍBLEJuan Carlos Martos, cmf

CARTA APOSTÓLICA DEL PAPA

FRANCISCO A TODOS LOS

CONSAGRADOS CON OCASIÓN DEL

AÑO DE LA VIDA CONSAGRADAPapa Francisco

Pág.19

¡CAMINEMOS PARA EL CIELO!J. Leonardo Lemos MontanetObispo de Ourense

Pág.18

CONGRESO REGIONAL DE GALCIA.VIDA CONSAGRADA (PROGRAMA)

Pág.28

RECUPERAR O SENTIDO CRISTIANO

DO DOMINGO. NON ESQUENCER A

SÚA IMPORTANCIAFélix Álvarez Rodríguez

Pág.28

INTRODUCCIÓN E GUIÓN

HOMILÉTICO DO 2º DOMINGO DE

PASCUAFrancisco Pernas de Dios

Pág.30

INTRODUCCIÓN E GUIÓN

HOMILÉTICO DO 3º DOMINGO DE

PASCUAJosé Antonio Gil Sousa

Pág.23

ORACIÓN PARA EL V CENTENARIO

DEL NACIMIENTO DE SANTA

TERESA DE JESÚS

Pág.22

SANTA TERESA Y LA NUEVA

EVANGELIZACIÓNJosé Gómez López

Pág.24

LA VIDA CONSAGRADA EN

OURENSEJorge Juan Pérez Gallego

Pág.27

HIMNO PARA O CONGRESO DA

VIDA CONSAGRADAAntonio F. León

INTRODUCCIÓN DEL SR. OBISPOLeonardo Lemos Montanet.

RECUPERANDO O SENTIDOCRISTIANO DO DOMINGO

Pág.5

APERTURA DEL AÑO DE LA VIDA

CONSAGRADALeonardo Lemos Montanet.

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Un Año para la Vida Consagrada:Un año dedicado a la Vida Consagrada enla Iglesia. El Papa Francisco expone en sucarta apostólica sobre la Vida Consagradalos objetivos de este año, lasexpectativas del mismo y loshorizontes que podemos con-templar. También nos explicael por qué de su escrito: “osescribo como Sucesor dePedro, al que el Señor enco-mendó la tarea de confirmar la fe de los herma-nos (cf. Lc 22, 32), y os escribo como hermanovuestro, consagrado a Dios como vosotros”. ElAño de la Vida Consagrada nace en el contextodel L aniversario de la constitución LumenGentium del concilio Vaticano II, que en su capí-tulo VI trata de los religiosos, y en el contextodel decreto Perfectae Caritatis sobre la renova-ción de la vida religiosa. El Año de la VidaConsagrada se iniciaba en el 1er domingo deAdviento y se clausurará en la fiesta de laPresentación de Jesús en el templo, el día 2 defebrero del año 2016. El Papa Francisco quierepara este año los objetivos con los que soñabael Papa san Juan Pablo II: «¡No solamente tenéisuna historia gloriosa para recordar y contar,sino una gran historia que construir! Poned losojos en el futuro, hacia el que el Espíritu osimpulsa para seguir haciendo con vosotroscosas grandes» (Vita Consecrata, n. 110).

Un año jubilar teresiano:Por otro lado, en España estamos celebrando elV Centenario del nacimiento de Santa Teresade Ávila, proclamada doctora de la Iglesia por elPapa san Juan Pablo II. El lema es expeditivo:“Ya es tiempo de caminar”. La invitación deTeresa es propuesta evangelizadora, oportu-

nidad para una renovación espiritual dela Iglesia, para que se haga públicamen-te presente y para acercarse a los ale-

jados. En este centenario se nos brindala posibilidad de honrar a Teresa, lamujer audaz que sale de sí misma y de loestablecido por decreto para abrazarse

al silencio contemplativo hechoencuentro íntimo, a la renovaciónconstante de las estructuras desdela comunión eclesial. El año jubilarteresiano se formula como una

invitación a “ver, a sentir, y a contagiarse” deesta fuerza emprendedora a través de los escri-tos de la Santa de Ávila. Se trata de acercarnosa esa Iglesia mística de Santa Teresa y a esaIglesia en salida del Papa Francisco, ambas com-patibles, complementarias y necesarias.

“Ourense en misión con María”: Muy posiblemente los agentes de pastoral esténesperando alguna acción milagrosa que convier-ta en realidad el ponernos en actitud de Iglesiaen misión como nos lo está pidiendo el PapaFrancisco y nuestro Obispo Leonardo. Nada deeso va a suceder. Tenemos que ponernos encamino de conversión, primero los agentes depastoral, para invitar luego a todos los sectoresdel pueblo de Dios a descubrir la Buena Nuevade un Dios que es clemente y misericordioso,que viene a nuestro encuentro y que espera,sólo eso, que le recibamos de corazón.

«Edición bilingüe»

Edita: Vigairía de Pastoral (Diocese de Ourense) • Dep. Legal: OU 13-07

DIOCESE DE OURENSE • Vigairía de Pastoral

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PRESENTACIÓN

La revista de pastoral sigue su andadura, aun-

que por Cuaresma en digital. Dos temas aca-

paran nuestra atención en este número 47: el

año dedicado por el papa Francisco a la Vida

Consagrada y el Centenario del nacimiento

de Teresa de Ávila. Y, envolviéndolos,

“Ourense en misión con María”.

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Estamos viviendo en la Iglesiael Año de la Vida Consagrada, ha

sido deseo del Santo Padre que,a lo largo de este 2015,

nuestras miradas y, sobretodo nuestros corazo-

nes agradecidos, ele-vasen un himno deacción de gracias ala Santísima Trin -idad por el don de

la vida consagra-da en laIglesia. El día28 de octu-bre se cele-braba el cin-

cuenta aniversario de la promulgación delDecreto Perfectae caritatis del ConcilioVaticano II. Si aquel acontecimiento fue unmomento de gozo, hoy, medio siglo después,sigue siéndolo.

Antes del Concilio la vida consagrada eradenominada: vida religiosa o vida de perfección.En ese mismo horizonte todavía se mueve elPerfectae caritatis. Los términos que usamos ycon los que nos expresamos son muy impor-tantes porque suponen, no solo un sustratocultural, sino también una manera de interpre-tar la realidad ¿Qué entendemos por VidaConsagrada?

Cuando el Concilio, en la constituciónLumen Gentiun, hace una reflexión sobre el mis-terio de la Iglesia, al llegar al capítulo V, deforma muy bella y profunda, lo dedica a la lla-mada universal a la santidad en la Iglesia; esdecir, todo cristiano, por una exigencia quebrota del bautismo, está llamado a la santidad:obispos, sacerdotes, miembros de la vida con-sagrada y laicos ¡todos los bautizados! Una

misma es la santidad que cultivan todos loshijos de la Iglesia, pero cada uno debe caminarde acuerdo con su estilo de vida; sin embargo,hay algunos fieles que deben fomentar esa san-tidad de una manera especial, sobre todo con-sagrándose a solo Dios con un corazón indivisopara seguir más fielmente a Jesucristo. Por otraparte, si se atiende a la constitución divina y jerár-quica de la Iglesia, la vida consagrada no es unestilo de vida intermedio entre el de los clérigos yel de los laicos, sino que de uno y otro, algunoscristianos son llamados por Dios para poseer undon particular en la vida de la Iglesia y para quecontribuyan a la misión salvífica de esta, cada unosegún su modelo (Lumen Gentium, nº 43).

Los hijos e hijas de la Iglesia que constituyenla vida consagrada con toda su multiformeriqueza son los testigos de la presencia transfi-gurante de Dios que, a través de sus vidas, seconvierten en los profetas de nuestro tiempo,todo él transido de laicismo y de relativismo.Todo esto lo llevan a cabo sin ruido, comoJesús, el Señor, que pasó por el escenario denuestra historia haciendo el bien (Mc.7,37)

En la historia multisecular de nuestra Iglesiaparticular encontramos, ya desde sus mismosorígenes, testimonios elocuentes de la vidaconsagrada; a esta presencia le somos deudo-res, de ahí que hayamos acogido el deseo delSanto Padre de convocar un Año de la VidaConsagrada como una ocasión para dar graciaspor su fecunda presencia entre nosotros. Loqueremos hacer dentro del marco general denuestra programación pastoral que hemosdenominado: Ourense en misión con María, enel contexto de este Año Jubilar Mariano y conel telón de fondo del V Centenario del nacimien-to de Santa Teresa de Jesús.

La Diócesis de Ourense es deudora de estapresencia religiosa y esto lo estamos compro-

INTRODUCCIÓN DEL SR. OBISPO

UNA LUZ EN EL CAMINO

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Con la ayuda del Señor iniciamos este tiempo deAdviento y abrimos este año especial que bajo ellema: Evangelio, profecía, esperanza, marcará el ritmodel Año de la Vida Consagrada hasta el día dos defebrero de 2016. Será un tiempo de gracia y decomunión en y para la Iglesia particular de Ourense ypara toda la Iglesia Universal.

Como siempre que celebramos la santa Eucaristíaabrimos nuestro corazón a la Palabra de Dios que hasido proclamada en esta celebración y sentimos queÉl, Dios, es nuestro Padre, nosotros la arcilla y Él elalfarero: somos todos obra de su mano. Así nos lorecuerda la profecía de Isaías que hemos proclama-do en primer lugar: ¡Somos obra de Dios! Con la cele-bración de esta Eucaristía se inicia este Año de la VidaConsagrada ¡no podría ser de otra manera!

El próximo 28 de octubre de 2015 celebraremoslos 50 años de la promulgación del DecretoPerfectae caritatis del Concilio Vaticano II. Todo esteaño que estamos a punto de iniciar y que litúrgica-mente hoy comenzamos con este primer domingo deAdviento, todo él estará dedicado a la vida consagra-da en todas sus formas y manifestaciones. En nuestraDiócesis lo haremos dentro del marco del Año JubilarMariano y del proyecto: Ourense en Misión con María.

La vida consagrada surge en la Iglesia como con-secuencia necesaria de una profundización singular yfecunda del Bautismo, como un desarrollo de la gra-cia de la Confirmación, como llamada especial deDios, correspondida por un don peculiar del EspírituSanto que abre a nuevas posibilidades frutos de san-tidad y de apostolado1.

No podemos entender nuestra Iglesia sin la vidaconsagrada en todas sus formas, porque nuestraDiócesis sería impensable como tal sin este estilo devida; os remito a los albores de la evangelización ennuestras tierras que ha sido una obra especial y par-ticular de los monjes-misioneros de los siglos V y VI,

1 Cf. SAN JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Vitaconsecrata, nº 30.

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bando de forma elocuente en los trabajosprevios y en la colaboración que prestanen la organización del Congreso Regionalde Galicia sobre la Vida Consagrada, que secelebrará en nuestra ciudad. La vida con-sagrada es una luz en el camino de laIglesia, luz que buscamos y con la que nosqueremos encontrar. Hacia esa luz pas-cual nos encaminamos con este tiempocuaresmal, una ocasión de gracia para vivircada uno, personalmente, y también,comunitariamente, nuestra conversiónpersonal para poder llevar a cabo esa con-versión pastoral que todos buscamos a tra-vés de esta salida misionera.

La misión a la que se nos invita no con-siste en ir allende nuestras fronteras, nisiquiera fuera de las comunidades en lasque se despliega nuestro caminar cotidia-no. ¡No! se nos invita a algo más íntimo yauténtico, se nos pide que cambiemosnuestro estilo de vida creyente y nos pon-gamos en una actitud de respuesta fiel alquerer de Dios. Para lograrlo, este tiem-po cuaresmal es una ocasión propicia. Nose nos pide que demos un salto extraor-dinario en nuestra vida, sino que demosesos pequeños pasos, lo cotidiano y quelos hagamos en comunión, como Iglesia;obispo, presbíteros, religiosos, laicos¡todos! Niños y ancianos, jóvenes y per-sonas maduras, el Señor nos llama a lamisión allí donde nos encontremos y, conla ayuda de la gracia del Señor ¡que nuncafalla! y del consuelo de Nuestra Señora delos Milagros, seremos capaces de conver-tirnos en esos discípulos misioneros paraasí poder ser testigos de la luz delResucitado en nuestra Sociedad.

+ J. Leonardo. Bispo de Ourense

APERTURA DEL AÑO DE LAVIDA CONSAGRADAIGLESIA DE LOS PP. FRANCISCANOS.OURENSE, 30-11-2014

+ J. Leonardo. Bispo de Ourense

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muchos de los pastores de estaIglesia fueron religiosos. La pre-sencia de este estilo de vidaevangélica nos lleva a vivir esaespiritualidad de comunión quepromueve un modo de pensar,decir y obrar que hace crecer laIglesia en hondura y extensión.Vivir esa comunión será unsigno elocuente para el mundoy, de manera especial, para tan-tos hombres y mujeres que hanperdido la fe y la esperanza, detal modo que con nuestracomunión, vivida por todos ycada uno de los hijos e hijas dela Iglesia, esta se convierte enuna fuerza atractiva que conduce a creer en Jesucristo¡Mirad como se aman! Así decían de los primeros cris-tianos, así debieran decirlo de nosotros, porque soloasí viviendo ese espíritu de comunión, porque la comu-nión genera comunión y se configura esencialmente comocomunión misionera2, de donde brotará también, esedinamismo vocacional que tanto necesitamos.

Estamos viviendo la apertura de este Año de la vidaconsagrada dentro del marco de nuestro proyectopastoral: Ourense en Misión con María. Lo hacemos,como ya he dicho en un Año Jubilar Mariano en nuestraDiócesis y en un Año Teresiano en la Iglesia en España,con motivo del V Centenario del nacimiento de SantaTeresa de Jesús, carmelita descalza y doctora de laIglesia. Pero además ¡y este es el marco fundamental!Lo hacemos en el primer domingo de Adviento.

En la Palabra de Dios proclamada en la liturgia deeste día se nos recuerda que, en palabras de la profe-cía de Isaías, somos obra de Dios, una obra buena,como todo aquello que brota de las manos del crea-dor, y si hay algo malo en nuestras existencias es acausa del hombre viejo que corrompe nuestro propioser ¡Qué bien nos lo enseña el papa Francisco!:¡Pecadores sí!, pecadores perdonados. ¡Corruptos no!,porque el corrupto no acepta su condición de pecadorsino que se autojustifica y busca en el entorno su pro-pio aplauso, como dice el profeta: oculta el rostro deDios y se entrega al poder de su pecado.

¡Mis hermanos y mis hermanas!Todos corremos este riesgo,

por eso el Evangelio de Marcosnos propone tres verbos paranuestra meditación y examen alinicio del Adviento: Mirad, vigilad,velad.

Mirad: para el Señor, contem-plar su rostro, dejemos que nosfascine con su brillo y así seremosiluminados, es decir: salvados.

Vigilad: para que no tengan deque acusarnos en el día deJesucristo (…) que os llamó a par-ticipar en la vida. ¡Y él es fiel!También nosotros debemos vigilarpara ser fieles en todo, hasta en la

más íntimo; solo si vivimos nuestra fidelidad así sere-mos auténticamente felices porque, a pesar de ser debarro -el texto nos dice que somos de arcilla- nos fia-mos de El que es fiel. Y, por último, velad, pues nosabéis cuando vendrá el dueño de casa…

Velad y estad atentos para que seamos fieles.Esto lo lograremos si somos conscientes de que la

perspectiva fundamental de nuestro horizonte perso-nal es la eternidad. Curiosamente, hermanos míos,este es un sentido del Adviento que pasa desapercibi-do, porque en este tiempo nos preparamos para cele-brar la Navidad fiesta del nacimiento de NuestroSeñor Jesucristo. También nos disponemos y prepara-dos para recibir la llamada del Señor que se hace pre-sente en el morir humano y, por último, estamos aten-tos y vigilantes porque queremos ser fieles para entraren esa eternidad en donde se hará realidad la manifes-tación de Nuestro Señor Jesucristo y le veremos tal cual es.

Os invito a que volvamos la mirada a Ella, la VirgenInmaculada. Ella es el icono de la humanidad nueva yredimida ¡La toda santa! Ella es la Virgen de la esperaactiva y fiel. Ella es la maestra que nos enseña y ayuda,a pesar de nuestro barro - de la arcilla de nuestraexistencia- a vivir por ser fieles en lo poco de cadadía, nos ayuda a ser leales y auténticos con Dios paraasí estar atentos, vigilantes ¡y velando! a que el Señorvenga y nos llame, y nos encuentre fieles. Así escu-charemos la voz del Señor que nos dirá: Muy bien sier-vo bueno y fiel, porque has sido fiel en lo poco, entra enel gozo de tu Señor. Hermanos y hermanas, os aseguroque ¡ese día será nuestra auténtica Navidad!

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2 Ibíd., nº46. Cf. Christifideles laici, nº. 31-32.

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I.2. Este Año nos llama también a vivir elpresente con pasión

“Este Año nos llama también a vivir el presen-te con pasión”. Desde los inicios del primermonaquismo hasta las «nuevas comunidades»actuales, toda forma de vida consagrada nace dela llamada del Espíritu a seguir a Cristo, tal comoenseña el Evangelio (cf. Perfectæ caritatis, n. 2). Paralos fundadores y las fundadoras, la regla en abso-luto fue el Evangelio; toda otra regla solo preten-día ser expresión del Evangelio e instrumentopara vivirlo en plenitud. Su ideal era Cristo, adhe-rirse a él íntegramente, hasta poder decir conPablo: «Para mí la vida es Cristo» (Flp 1, 21); losvotos solo tenían sentido con vistas a realizar esteamor suyo apasionado”.

“Hemos de preguntarnos también: ¿Jesús esrealmente nuestro primer y único amor, comonos propusimos cuando profesamos nuestrosvotos? Solo si es así podemos y debemos amar enla verdad y en la misericordia a cada persona quenos encontramos por el camino, porque habre-mos aprendido de él qué es el amor y cómoamar: sabremos amar porque tendremos sumismo corazón”.

Fidelidad a la misión que nos ha sidoencomendada

“El Año de la Vida Consagrada nos interrogasobre nuestra fidelidad a la misión que nos ha sidoencomendada. Nuestros ministerios, nuestras

I. Objetivos del Año de la Vida Consagrada

I.1. El primer objetivo es mirar al pasado con gratitud “El primer objetivo es mirar al pasado con gratitud.

Cada uno de nuestros institutos procede de una rica his-toria carismática. En sus orígenes está presente la acciónde Dios, que, en su Espíritu, llama a algunas personas aseguir de cerca a Cristo, a traducir el Evangelio a una par-ticular forma de vida, a leer con los ojos de la fe los signosde los tiempos, a responder con creatividad a las necesi-dades de la Iglesia. Después, la experiencia inicial ha creci-do y se ha desarrollado, implicando a otros miembros ennuevos contextos geográficos y culturales, dando vida anuevos modos de realizar el carisma, a nuevas iniciativas yexpresiones de caridad apostólica. Es como la semilla quese convierte en árbol extendiendo sus ramas. Duranteeste Año será oportuno que cada familia carismáticarecuerde sus inicios y su desarrollo histórico, para dar gra-cias a Dios, que ha ofrecido a la Iglesia tan gran cantidadde dones que la embellecen y la disponen para toda obrabuena (cf. Lumen gentium, n. 12)”.

Gracias por el concilio Vaticano II:“Damos gracias de especial manera por estos últimos 50

años tras el Concilio Vaticano II, que constituyó una «boca-nada» de Espíritu Santo para toda la Iglesia. Gracias a él, lavida consagrada ha recorrido un fecundo camino de reno-vación que, con sus luces y sombras, ha sido un tiempo degracia, marcado por la presencia del Espíritu”.

CARTA APOSTÓLICA DEL PAPA FRANCISCO A TODOS LOSCONSAGRADOS CON OCASIÓN DEL AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA1

Papa Francisco

1 Para una más fácil lectura de la Carta Apostólica hemos entresacadoaquellos párrafos que mejor resumían su contenido. Ello no nos excusade leerla en su totalidad, pues es breve y enjundiosa.

Introducción“Os escribo como Sucesor de Pedro, al que el Señorencomendó la tarea de confirmar la fe de los herma-nos (cf. Lc 22, 32), y os escribo como hermano vuestro,consagrado a Dios como vosotros”.“«¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosapara recordar y contar, sino una gran historia queconstruir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que elEspíritu os impulsa para seguir haciendo con vosotroscosas grandes» (Juan Pablo II, Vita Consecrata, n. 110)”.

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obras, nuestras presencias, ¿responden a lo que elEspíritu pidió a nuestros fundadores? ¿Son adecuadospara perseguir sus finalidades en la sociedad y en laIglesia de hoy? ¿Hay algo que debemos cambiar?¿Tenemos la misma pasión por nuestra gente?¿Estamos tan cerca de ella como para compartir susalegrías y sus dolores, de forma que comprendamosrealmente sus necesidades y que podamos aportarnuestra contribución para responder a ellas?”

«Expertos en comunión», «testigos y artíficesde ese “proyecto de comunión”

“Al hacer memoria de los orígenes viene a la luzotro componente del proyecto de vida consagrada.Fundadores y fundadoras estaban fascinados por la uni-dad de los Doce alrededor de Jesús, por la comuniónque caracterizaba a la primera comunidad deJerusalén” (cf. Perfectæ caritatis, n. 15)”. “Vivir el presen-te con pasión significa volverse «expertos en comu-nión», «testigos y artífices de ese “proyecto de comu-nión” que culmina la historia del hombre según Dios»2.En una sociedad del enfrentamiento, de la difícil convi-vencia entre culturas diferentes, del atropello contralos más débiles, de las desigualdades, estamos llamadosa ofrecer un modelo concreto de comunidad que,mediante el reconocimiento de la dignidad de cadapersona y de la compartición del don del que cada unoes portador, permita vivir relaciones fraternas”. “Sed,pues, hombres y mujeres de comunión; haceos pre-sentes con valentía allí donde haya diferencias y tensio-nes, y sed signo creíble de la presencia del Espíritu, queinfunde en los corazones la pasión para que todos seanuno (cf. Jn 17, 21)”.

I.3. Abrazar el futuro con esperanza «No […] tengas miedo,

que yo estoy contigo» (Jer 1, 8)“Abrazar el futuro con esperanza pretende ser el

tercer objetivo de este Año. Conocemos las dificulta-des a las que se enfrenta la vida consagrada en sus dife-rentes formas: la disminución de las vocaciones y elenvejecimiento, sobre todo en el mundo occidental;los problemas económicos a raíz de la crisis financieramundial; los desafíos de la internacionalidad y de la glo-balización; las asechanzas del relativismo; la margina-ción y la irrelevancia social… Precisamente en estas

incertidumbres, que compartimos con tantos contem-poráneos nuestros, se hace realidad nuestra esperan-za, fruto de la fe en el Señor de la historia, que siguerepitiéndonos: «No […] tengas miedo, que yo estoycontigo» (Jer 1, 8)”.

No os unáis a los profetas de desdichas queproclaman el final o el sinsentido de la vida

consagrada en la Iglesia“No cedáis a la tentación de los números y de la efi-

ciencia, y menos aún a la de confiar en vuestras propiasfuerzas. Escrutad los horizontes de vuestra vida y delmomento actual «en vigilante vela». Con BenedictoXVI os repito: «No os unáis a los profetas de desdichasque proclaman el final o el sinsentido de la vida consa-grada en la Iglesia de nuestros días; revestíos más biende Jesucristo y poneos las armas de la luz –comoexhorta a hacer San Pablo (cf. Rom 13, 11-14)–, perma-neciendo atentos y vigilantes»3. Sigamos nuestro cami-no y retomémoslo siempre confiando en el Señor”.

Jóvenes consagrados, sois el presente y, almismo tiempo, sois su futuro

“Sois el presente porque vivís ya activamente en elseno de vuestros institutos, aportando una contribu-ción determinante con la frescura y la generosidad devuestra elección. Al mismo tiempo, sois su futuro “Medirijo sobre todo a vosotros, los jóvenes. Sois el pre-sente porque vivís ya activamente en el seno de vues-tros institutos, aportando una contribución determi-nante con la frescura y la generosidad de vuestra elec-ción. Al mismo tiempo, sois su futuro, ya que prontoseréis llamados a tomar en vuestras manos las riendasde la animación, de la formación, del servicio, de lamisión”.

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II: Expectativas del Año de la VidaConsagrada

¿Qué espero, en especial, de este Año degracia de la vida consagrada?

3 Homilía en la fiesta de la Presentación de Jesús al Templo, 2-2-2013

2 Sagrada Congregación para los Religiosos y los InstitutosSeculares, Religiosos y promoción humana, 12-8-1980, n. 24.

II.1. «Donde hay religiosos, hay alegría»“Que siempre sea verdad lo que dije en una oca-

sión: «Donde hay religiosos, hay alegría». Estamos lla-mados a experimentar y a mostrar que Dios es capazde colmar nuestro corazón y de hacernos felices, sinnecesidad de que busquemos en otro lado nuestra

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felicidad; que la fraternidad auténtica que vivimos ennuestras comunidades alimenta nuestra alegría; quenuestra entrega total al servicio de la Iglesia, de lasfamilias, de los jóvenes, de los ancianos, de los pobres,nos realiza como personas y da plenitud a nuestravida”.

«La Iglesia no crece por proselitismosino por atracción»

“Bien podemos aplicar a la vida consagrada lo quehe escrito en la Exhortación apostólica Evangelii gau-dium, citando una homilía de Benedicto XVI: «La Iglesiano crece por proselitismo sino por atracción» (n. 14).¡Sí: la vida consagrada no crece simplemente porqueorganicemos preciosas campañas vocacionales, sino silas jóvenes y los jóvenes que se encuentran con noso-tros se sienten atraídos por nosotros, si nos ven hom-bres y mujeres felices! Igualmente, su eficacia apostóli-ca no depende de la eficiencia y del poder de susmedios. Es vuestra vida la que debe hablar: una vida dela que se trasluzcan la alegría y la belleza de vivir elEvangelio y de seguir a Cristo”.

II.2. Espero que «despertéis al mundo».Espero que «despertéis al mundo», porque la

característica propia de la vida consagrada es la profe-cía. Como dije a los superiores generales, «la radicali-dad evangélica no es solo de los religiosos: se exige atodos. Pero los religiosos siguen al Señor de maneraespecial, de manera profética». Esta es la prioridad queahora se requiere: «Ser profetas que testimoniencómo vivió Jesús en esta tierra […]. Un religioso jamásdebe renunciar a la profecía» (29-11-2013).

Espero que sepáis crear «lugares» donde seviva la lógica evangélica de la entrega.

Espero, pues, no ya que mantengáis vivas unas«utopías», sino que sepáis crear «otros lugares» dondese viva la lógica evangélica de la entrega, de la fraterni-dad, de la acogida de la diversidad, del amor recíproco.Monasterios, comunidades, centros de espiritualidad,pequeñas ciudades, escuelas, hospitales, casas-familia ytodos esos lugares que la caridad y la creatividad caris-mática han dado a luz –y que seguirán dando a luz concreatividad adicional – deben convertirse cada vez másen fermento para una sociedad que se inspire en elEvangelio”

II.3. Los religiosos y las religiosas han sidodefinidos como «expertos en comunión».

“Los religiosos y las religiosas, al igual que todas lasdemás personas consagradas, han sido definidos, comoacabo de recordar, «expertos en comunión». Espero,por lo tanto, que la «espiritualidad de la comunión»,señalada por San Juan Pablo II, se haga realidad, y quevosotros estéis en primera línea a la hora de asumir «elgran desafío que tenemos ante nosotros» en estenuevo milenio: «Hacer de la Iglesia la casa y la escuelade la comunión»4. Tengo la seguridad de que duranteeste Año trabajaréis con seriedad para que el ideal defraternidad que persiguieron los fundadores y las fun-dadoras crezca en los más diferentes niveles, como tra-zando círculos concéntricos”.

Espero que crezca la comunión entre losmiembros de los diferentes institutos.

“Espero, además, que crezca la comunión entre losmiembros de los diferentes institutos. ¿No podría sereste Año la ocasión de salir con más valentía de losconfines del propio instituto para elaborar juntos, en elámbito local y en el global, proyectos comunes de for-mación, de evangelización, de acciones sociales?”

II.4. Os pido a todos los religiosos: salir de voso-tros mismos para acudir a las periferias exis-tenciales

“Espero también de vosotros lo que pido a todoslos miembros de la Iglesia: salir de sí mismos para acu-dir a las periferias existenciales. «Id al mundo entero»fue la última palabra que Jesús dirigió a los suyos y quesigue dirigiendo hoy a todos nosotros (cf. Mc 16, 15).Hay una humanidad entera que aguarda: personas quehan perdido toda esperanza, familias en dificultad,niños abandonados, jóvenes que se ven cerrado todofuturo, enfermos y ancianos abandonados, ricos ahítosde bienes y con un vacío en el corazón, hombres ymujeres en busca del sentido de la vida, sedientos de lodivino…”

II.5. Espero que toda forma de vida consagradase interrogue acerca de lo que Dios y lahumanidad de hoy demandan.

“Los monasterios y los grupos de orientación con-templativa podrían reunirse unos con otros, o bienconectarse de las más variadas maneras para intercam-biar sus experiencias de la vida de oración, de cómo4 Carta ap. Novo millennio ineunte, 6-1-2001, n. 43.

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crecer en la comunión con toda la Iglesia, de cómoapoyar a los cristianos perseguidos, de cómo acoger yacompañar a cuantos van en busca de una vida espiri-tual más intensa o necesitan un apoyo moral o mate-rial”. “Lo mismo podrán hacer los institutos caritativos;los dedicados a la enseñanza, a la promoción de la cul-tura; los que se lanzan al anuncio del Evangelio o

desempeñan particulares ministerios pastorales; losinstitutos seculares, con su penetrante presencia en lasestructuras sociales”. “Solo con esta atención a lasnecesidades del mundo y con la docilidad a los impul-sos del Espíritu, este Año de la Vida Consagrada seconvertirá en un auténtico kairós, en un tiempo deDios rico en gracias y en transformación”.

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III.1. Los laicos y la vida religiosa: “Os animo a vosotros también, a los laicos, a vivir esteAño de la Vida Consagrada como una gracia quepuede haceros más conscientes del don recibido.Celebradlo junto con toda la «familia», para crecer yresponder juntos a las llamadas del Espíritu en la socie-dad actual. En algunas ocasiones, cuando los consagra-dos de varios institutos se reúnan entre sí durante esteAño, intentad estar presentes vosotros también comoexpresión del único don de Dios, con el fin de conocerlas experiencias de las demás familias carismáticas y delos demás grupos laicales, y con el de enriqueceros yapoyaros mutuamente”.

III.2. La vida consagrada y la Iglesia:“El Año de la Vida Consagrada no concierne tan soloa las personas consagradas, sino a toda la Iglesia….¿Qué sería la Iglesia sin San Benedicto y San Basilio, sinSan Agustín y San Bernardo, sin San Francisco y SantoDomingo, sin San Ignacio de Loyola y Santa Teresa deJesús, sin Santa Ángela Merici y San Vicente de Paúl? Lalista se volvería casi infinita, hasta San Juan Bosco y labeata Teresa de Calcuta. El beato Pablo VI afirmaba:«Sin este signo concreto, la caridad que anima a laIglesia entera correría el peligro de enfriarse, la para-doja salvífica del Evangelio el de perder penetración, lasal de la fe el de disolverse en un mundo en procesode secularización» (Evangelica testificatio, n. 3)”.

III.3. La vida consagrada en la tradición de lasdiferentes Iglesias:

“Con esta Carta mía me atrevo a dirigirme también alas personas consagradas y a los miembros de fraterni-dades y de comunidades pertenecientes a Iglesias detradición diferente de la católica”.

“La Congregación para los Institutos de VidaConsagrada y las Sociedades de Vida Apostólica haprogramado iniciativas para favorecer el encuentro

entre miembros pertenecientes a experiencias de vidaconsagrada y fraterna de las diferentes Iglesias. Alientocalurosamente estos encuentros, para que crezca elconocimiento mutuo, la estima, la colaboración recí-proca, de manera que el ecumenismo de la vida con-sagrada sirva de ayuda al más amplio camino hacia launidad de todas las Iglesias”.

III.4. El monaquismo en las diferentesreligiones:

“Tampoco debemos olvidar que el fenómeno delmonaquismo y de otras expresiones de fraternidadreligiosa está presente en todas las grandes religiones”.“Caminar juntos es siempre un enriquecimiento, ypuede abrir nuevos caminos a unas relaciones entrepueblos y culturas que en la actualidad se presentanplagadas de dificultades”.

III.5. Los Señores Obispos y la vida consagrada: “En este contexto, os invito, a los pastores de las

Iglesias particulares, a un desvelo especial en la promo-ción, en el seno de vuestras comunidades, de los dife-rentes carismas – tanto de los históricos como de losnuevos –, sosteniendo, animando, ayudando en el dis-cernimiento, acercándoos con ternura y amor a lassituaciones de sufrimiento y de debilidad en las quepueden hallarse algunos consagrados, y sobre todo ilu-minando con vuestra enseñanza al Pueblo de Diosacerca del valor de la vida consagrada, con vistas a quesu belleza y su santidad resplandezcan en la Iglesia”.

La Virgen de la escucha y de la contemplación:

“Encomiendo a María, la Virgen de la escucha y dela contemplación, primera discípula de su amado Hijo,este Año de la Vida Consagrada. Hija predilecta delPadre y adornada de todos los dones de gracia, la con-templamos como modelo insuperable de seguimientoen el amor a Dios y en el servicio al prójimo”.

III: Horizontes del Año de la Vida Consagrada

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El programa para el Año de la vida consagradaconvocado por el Papa Fran cisco se desarrolla-rá en el transcurso de más de 14 meses.¿Cuáles son sus objetivos?

En la programación del Año de la vida consagra-da hemos querido tener presente el camino de laIglesia en los umbrales del nuevo milenio. Por ellopensamos proponer como objetivos principales losmismos que Juan Pablo II indicó a la Iglesia en laNovo milenio ineunte: hacer memoria agradecida delpasado, vivir con pasión el presente y abrirnos conconfianza al futuro. En relación con el primer obje-tivo queremos mirar sobre todo a estos cincuentaaños pasados desde el Concilio. Creemos que elVaticano II ha sido un don grande para la Iglesia ypara la vida consagrada y por eso queremos acer-carnos con gratitud a este período de tiempo. Eneste Año, de modo especial, nosotros, consagra-dos, queremos “volver a repetirnos” cuán hermosoes seguir a Cristo en la vida consagrada y “gritar” almundo y a la Iglesia misma esta belleza, avivando deeste modo la pastoral vocacional. Durante todoeste Año intentamos reflexionar sobre el tema:“Vida consagrada: Evangelio, profecía y esperanzaen la Iglesia”.

¿Cuáles serán los momentos más significativosde este Año?

Hay diversas actividades en programa. Antetodo conviene recordar que el Año de la vida con-sagrada iniciará el 30 de noviembre próximo, pri-mer domingo de Adviento. Esta fecha fue elegidaintencionadamente, considerando que el Advientoes el tiempo de la esperanza por excelencia; todo elAño está programado, y queremos que se viva, apartir de la esperanza que siempre debe caracteri-

zar a la vida consagrada, pero especialmente enesta circunstancia. La conclusión será el 2 de febre-ro de 2016, Jornada mundial de la vida consagrada.En el curso del Año tendremos diversas actividadesen Roma, a las que invitaremos a los representantesde todos los consagrados. Durante la semana deoración por la unidad de los cristianos hemos pro-gramado, del 2 al 24 de enero de 2015, un encuen-tro ecuménico de religiosos y religiosas; durante lasemana de Pascua, del 8 al 11 de abril, convoca -remos a todos los formadores y las formadoras; enla última semana de septiembre, del 23 al 26, ten-dremos un encuentro para las jóvenes y los jóvenesconsagrados, en la última semana de enero de 2016se tendrá de forma simultánea un encuentro conmiembros de los institutos seculares, del Ordo vir-ginum, de los religiosos de vida apostólica, y con laspresidentas de las federaciones de contemplativas.En todos estos actos el Papa estará presente, o conuna celebración eucarística o con una audienciaespecial, como él mismo lo ha manifestado.

AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA1

Mons. José Rodríguez Carballo, Secretario de la Congregación para la Vida con sagrada

1 En L’Osservatore (Edición española) del 13 de junio de 2014página 15 apareció una entrevista de Nicola Gori a Mons. JoséRodríguez Carballo, Secretario de la Congregación para la Vidacon sagrada... sobre el “Año de la Vida consagrada”. Por suinterés, la reproducimos íntegra.

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Pediremos también la colaboración de otros dicas-terios o Consejos pontificios de la Curia romana,así como de las uniones de superiores y superiorasmayores. Además estamos viendo cómo implicar alas Universidades pontificias para varios seminariossobre las cuestiones actuales de la vida consagrada.Este Año se introducirá con la plenaria de laCongregación que tendrá lugar del 25 al 29 denoviembre, teniendo como guía el texto evangélicode Marcos “Vino nuevo en odres nuevos”. A laescucha e los caminos del Espíritu se tratará de dis-cernís y orientar la vida consagrada en la fidelidadcreativa: Vetera et nova. Quisiera precisar que elAño no se reducirá sólo a estas iniciativas en Romaorganizadas por nuestra Congregación en colabo-ración con las dos uniones de superiores generales;éstas deben ser completadas con otras iniciativasorganizadas por las conferencias nacionales y regio-nales de los consagrados.

El encuentro ecuménico con la participaciónde religiosos de diversas confesiones cristianas,¿será una ocasión para redescubrir la realidadde la vida consagrada presente en otras for-mas?

Oriente tiene una gran tradición de vida monás-tica y también en otras Iglesias, donde se desarro-llaron actitudes críticas respecto a la vida consagra-da, hoy la está redescubriendo. Querremos encon-trarnos para enriquecernos recíprocamente y almismo tiempo profundizar en el así llamado “ecu-menismo espiritual”. Como consagrados podemosofrecer una gran aportación a la Iglesia en estecamino.

El Papa invita a menudo a prestar atención a laformación. ¿De qué forma habéis acogido suinvitación?

Como se puede ver en el programa, habrá unencuentro con formadores y formadoras.Queremos ver en qué punto se encuentra la for-mación, cuáles son sus lagunas y el camino positivoque es necesario seguir potenciando. Puedo decirque un momento importante se reservará a lasdimensiones humana y cristiana de la formación. Enningún caso se pueden poner en tela de juicio las

indicaciones que nos llegan del Vaticano II: ellas sonun punto de partida obligado para todos los consa-grados. También durante la plenaria de laCongregación se reflexionará sobre todo esto.

¿De qué pueden quedar fascinados los jóvenesque se acercan a la vida consagrada?

Ante todo de Jesús. Es siempre Jesús la personaque conquista y arrastra a los consagrados y a quie-nes se acercan a la vida consagrada. Nada ni nadiepuede ocupar su lugar. Sólo le justifica la opción dela consagración. Otro elemento que atrae mucho alos jóvenes es la vida en común, a condición de queésta sea realmente fraterna, humana y humanizado-ra. Los jóvenes quedan fascinados, además, por laopción por los pobres y por la radicalidad evangé-lica, visibles en las grandes y pequeñas opciones, através de las cuales la vida consagrada manifiesta sudimensión profética y “despierta” al mundo.

¿De qué modo las congregaciones se insertanen las expresiones culturales de los diversoscontinentes?

Se trata de un gran desafío para los consagra-dos: inculturar el propio carisma y, viviendo elcarisma, evangelizar la cultura misma. Creo que lamayor parte de los consagrados viven su carismateniendo en cuenta la cultura en la que se encuen-tran. De todos modos, esta inculturación es aún ungran desafío. También este desafío entrará en lareflexión de la plenaria.

¿De qué modo los contemplativos y las con-templativas han sido implicados en las iniciati-vas para este Año?

Además del encuentro que tendremos en Romacon las presidentes de las federaciones, estamosprogramando un curso de formación en red paratodas las contemplativas. Este curso considerarátanto los elementos comunes a todas las formas dela vida contemplativa, como las características decada familia o rama. Por otra parte queremos invi-tar a los contemplativos a formar una cadena deoración por la Iglesia, la vida consagrada y elmundo. Estamos también revisando, para actuali-zarlos, los documentos que se refieren directamen-te a esta forma de vida consagrada.

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Queridas contemplativas de CLAUNE: osescribí hace unos años esta carta sobre “Los con-templativos, lenguaje de Dios”. Os la ofrezconuevamente porque sigue teniendo actualidad ypuede servir, a mi juicio, para una reflexión pro-longada, comunitaria y provechosa.

Cuando uno entra en clausura, lo que más llama laatención a los “de fuera” y así se comenta con frecuen-cia, es que allí se percibe, se respira y hasta se oye elsilencio que envuelve, el oasis de reposo, la tranquili-dad y el descanso tan diferentes del mundanal ruido alque estamos tan acostumbrados.

¿Qué contemplativo hay que en aquel silencio notenga una jugosa ‘experiencia’ de Dios? ¿Hay alguien alque no se la haya regalado el Señor? Difícilmenteencontraremos un hombre o una mujer que no hayaexperimentado esta vivencia. Todos los moradores delos monasterios hablan de su propia vivencia, refirién-dose a lo que han gustado, al menos en algún momen-to de su vida entregada a Dios en la oración.

Es bueno que, en la Jornada ‘pro Orantibus’ ysabiendo, como dice Amós, que “Yahvé no hace nadasin ‘consultar’ con sus profetas”, es bueno, digo, quepara ayudarnos y estimularnos a vivir nuestro día a día,nos hablen estos hermanos y hermanas del alcance dedicho silencio, misterioso en ocasiones.

¿Qué dice Dios en su silencio o con su silenciocontemplativo?

Por toda respuesta, expresando con toda sencillezsus propias vivencias, responden los contemplativos,con su vida, más que con sus palabras:

Qué paz y qué sosiego, de qué amor goza el almaen la contemplación, ¡qué noticia de Dios y qué cerca-nía la Suya!

No puede darse, no existe en el mundo ningunacomunicación tan rica, ni tan profunda en formas ymodos, tan plena, tan íntima, tan continua, tan amplia,como la que Dios tiene con el alma contemplativa.

Y, cuando Él se comunica de forma más intensa,más particular y más plena, sacándonos de nosotrosmismos y del mundo que nos rodea, nos sumerge enel más profundo silencio, adentrándonos en El. El almaqueda del todo enamorada y anonadada, unida a Dios,arrebatada en Él, que nos regala su propio Ser: suamor, su plenitud, su gozo y su paz. Ningún aconteci-miento de este mundo es capaz de alterarnos, mien-tras permanecemos en aquel estado de unión. Dios seentrega generosamente, revela sus misterios, transfor-ma el alma en Sí mismo. Sólo Él puede ofrecer algoque trasciende y supera del todo los límites de la natu-raleza humana. En ese clima la Beata Isabel de laSantísima Trinidad, en cuyo Centenario nos encontra-mos, escribe: “Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventu -ranza, Soledad inconmensurable, Inmensidad dondeme pierdo”. El contemplativo es como una esponja enel océano divino.

Los momentos, las horas de soledad del alma en laoración son el mejor regalo y descanso del día. Nadie,a no ser un contemplativo, puede comprender lo quesupone el ‘si conocieras el don de Dios’. La vocacióncontemplativa es, por tanto, un regalo grande de Diosque nunca podrá entenderse ni se agradecerá deltodo.

Son ellos, los contemplativos, depositarios de lossecretos de Dios. En medio de su soledad y silencio,

ACENTOS EN LA VIDA ESPIRITUALUN SILENCIO ELOCUENTE1

1 Boletín del Instituto Pontificio CLAUNE. Nº 205, Julio –Septiembre, 2014, ps. 351 – 353.

Rafael Palmero Ramos. Obispo Presidente de CLAUNE

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reciben la infusión secreta de la elevación. En ésta secomunica y revela el mismo ser de Dios. “No espequeño principio del conocimiento de Dios, escribióSan Agustín, el conocer ya lo que Dios no es, antes deque podamos saber lo que es”.

En ocasiones viene a la memoria una necesidad par-ticular que se ha de encomendar: una persona conoci-da o desconocida, el Papa, un Obispo, la diócesis, unsacerdote, un pueblo, una nación, un determinadogrupo, alguien que está para partir de este mundo a laeternidad... Si el contemplativo vive habitualmenteunido a Dios, tal como corresponde, y tiene su pensa-miento, su corazón y su conversación en el cielo, estolo vive, no sólo en los momentos de intensa contem-plación infusa, sino en cualquier instante del día, tam-bién en medio de una ocupación. Fiel es el Señor que,por el bien de sus elegidos, a nadie deja sin la interce-sión de los contemplativos.

Y ¿qué dice el contemplativo a Dios?

Presenta todas las intenciones que quiere reco-mendar. Y las de sus hermanos, los hombres, seanbienhechores, personas cercanas o necesitados deayudas especiales.

El contemplativo pasa el día y la noche en ese tratoasiduo con el Señor en la oración, en el silenciodel amor, perdido en Él. En su misericordia ybondad infinitas. Él regala a veces al contem-plativo una viva experiencia fuerte cuando lepide ‘inclinar su oído’ y escuchar su oración.Esto inunda de alegría grande, da un fuerteempuje sobrenatural, al tiempo que com-promete a mucho. De ahí que procure,por todos los medios, no distraerse, ymantener la presencia de Dios, sinhablar. Y llega a estremecerse antetanta misericordia y condescenden-cia divinas. Más aún, agradece yaprovecha esta intercesión yamor con que Dios le tratae intenta alcanzarlapara todos sushermanos loshombres. Esto

es lo que da al alma del contemplativo una alegría yempuje sobrenaturales, maravillosos.

Es verdad que ‘nadie puede ver a Dios y seguir convida’ y que ‘ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombrepuede pensar lo que Dios ha preparado para los quele aman’. Pero, si alguien tiene experiencia de ese very ese oír y de ese cielo que nos espera, si alguien ‘sabe’que Dios existe y que existe el cielo, es sin duda elcontemplativo, que tantas veces ya en esta vida mortalha gustado y experimentado qué bueno y qué suave esel Señor.

El lenguaje del contemplativo es, por tanto, su pro-pia experiencia de Dios. Nadie se lo ha contado, sinoque él la ha gustado y no una, sino muchas veces; cadavez que el Señor se la regala.

l silencio del contemplativo nos habla, también, delsentido de nuestra existencia, de nuestra vocación.Nos explica quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, cuál es nuestra meta y nuestro galar-dón. Su silencio nos habla de que en Dios vivimos, nosmovemos y existimos. Silencio, que es experiencia delInfinito que nos rodea. Estamos, por lo mismo, inmer-sos en Él.

Un silencio llama a otro ‘silencio’, cuando, ‘con vozde aguas caudalosas’, irrumpe en él y lo deja sumergi-

do en su propio Ser. El silencio del contempla-tivo habla del eterno y de la eternidad, delcielo y de la suprema felicidad, que Dios hapreparado para todos y que nos dará dehecho. Importa, pues, que sepamos gozarde ella.

Hay, en todo ello, cierta participaciónangélica. Son pasos sucesivos hacia “laascensión a la incorruptibilidad perpe-tua en la carne corruptible”. Es el len-guaje del santo Obispo de Hipona.Es puro regalo de Dios.

“Grandísima merced me hace elSeñor —confesaba la Madre

Teresa de Jesús— cuandotiene atado el entendi-

miento... en per-fecta contem-plación”.

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Dicho esto, describamos quién es testigo.Testigo es todo aquel (persona o grupo) que encarnael valor vocacional, lo hace visible y audible y, porquelo ha vivido o lo está viviendo, puede hablar de ello yavala lo que cree, vive y anuncia. “El testigo no es unsimple maestro que enseña lo que ha aprendido, sinoalguien que vive y actúa conforme a una profundaexperiencia de aquello en lo que cree”3. Testigo esaquel creyente que se convierte en el dedo índice deJuan Bautista y es capaz de señalar a otros la presenciadel Señor en su ausencia.

Es una persona con experiencia,pero no un visionario

Cuando alguien se presenta como testigo habla desu propia experiencia de amistad con Cristo. Es el“hombre de Dios”. Dios es aquel que le llama, que lehace persona, que le abre a la comunión y que le envíaa sus hermanos. Esa relación se produce en un encuen-tro con la persona de Cristo fundado en la fe. No loreduce a una idea, ni a un ensueño o imaginación. Setrata de un verdadero encuentro con una persona peroen la fe. En base al mismo puede repetir con Pabloaquello de “creí y por eso hablé” (2 Cor 4,13). Solo si espersonal, esa experiencia de encuentro puede conver-tirse en testimonio para otros.

Encontrarse con el Señor, verle y oírle bien para sersu testigo, no es un acontecimiento físico. Jesús estárealmente presente, pero ha perdido visibilidad con suresurrección. Habita más allá de lo visible. Es el EspírituSanto quien da la capacidad necesaria para percibir yreconocer al Señor en la historia y en la vida4. La expe-riencia vocacional necesita penetrar en el misterio de loexistente tras haber traspasado el umbral de lo evidente.No se detiene en la superficie de la realidad, ni en lacorteza de los acontecimientos, ni se ciñe al significadotrivial de los hechos. Va hasta el fondo y ve más allá dela epidermis.

Pero el testigo no goza de una visión diáfana e inme-diata, ni de la evidencia. No es un visionario privilegia-do. Está en el umbral, en la puerta, en la orilla. Está vigi-

DAR TESTIMONIO HOY¿POR UNA ANIMACIÓN VOCACIONAL VISIBLE Y CREÍBLE?1

Juan Carlos Martos, cmf.

La vida religiosa necesita, hoy tal vez comonunca, realizar una pastoral vocacional por conta-gio y con testigos. Lo sentenció el papa BenedictoXVI en el año 2010: “El testimonio suscita vocacio-nes”2. Neces itamos testigos antes que otras cosas.Pero, ¿quién es un testigo acreditado? ¿Cómoreconocerlo?

Propongo en estas líneas un perfil del testigo.“Perfil” tiene, aquí, el significado de imagen ideal.Cuando se describe la imagen ideal se corre el peli-gro de olvidar a las personas concretas, de ideali-zar tanto las cualidades exigibles y de incitar conello al desánimo por colocar muy alta la meta.

Para no caer en esta tentación, digamos deentrada que las cualidades que describimos lo sonin fieri, en proceso. El sentido de proceso, o mejorde perfeccionamiento, implica dos criterios:Primero, el de proporcionalidad, según el cual la rea-lidad descrita se posee en grado proporcional a laedad, al nivel de responsabilidad, etc. del testigo.Segundo, el de crecimiento que señala un dinamis-mo de superación de una realidad que ya se posee,al menos en parte; es tensión hacia el “más”. Elideal es atrayente y suscita dinamismos en la per-sona.

Siempre habrá un desnivel entre la imagen tipoideal —el perfil— y la imagen real. Este desnivelhace posible el crecimiento y mantiene al testigoen la humildad. Pero ello no justifica la incoheren-cia y la pereza o desidia. La incoherencia existecuando el ideal ya no genera superación sino quedegenera en coartada para la irresponsabilidad;cuando las palabras no suscitan obras sino quecamuflan la inoperancia o indolencia.

1 Agradecemos al P. Juan Carlos Martos su colaboración, quetomamos de Boletín del Instituto Pontificio CLAUNE. Nº 205,Julio – Septiembre, 2014, ps. 346 – 350.

2 BENEDICTO XVI, Mensaje para la XLVII Jornada Mundial deOración por las Vocaciones. 25 – IV - 2010.

3 JUAN PABLO II, A los religiosos españoles, 1982.4 Cf. Nuevas Vocaciones para una nueva Europa, 18. c.

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lando, a la espera. Dios todavía no ha llegado en pre-sencia total. El testigo presiente, preconoce, pre-dice.Evoca mucho más de lo que explica. Es agraciado conla certeza de la fe en medio de la incertidumbre.Necesita, también él, fiarse de aquel que le ha llamado.

Es un comunicador, pero no un charlatánEl testigo ha recibido una llamada que le ha invadi-

do, le ha cambiado la vida y le impulsa, a veces a supesar, a comunicarla a otros. No puede callar. Alhablar de ella, no se detiene en hechos externos ocontingentes sino que desvela lo que está más en elfondo: cómo le ha alcanzado al sentido definitivo de suexistencia. La vocación es, así, aquella relación conDios en la que encuentra su identidad. Y de ella debehablar; más aún, se dice a sí mismo en aquello quedice. La mayoría de nosotros, generalmente de mane-ra inconsciente, ya sabemos del “poder curativo y des-tructivo que tiene la palabra hablada” (H. Nouwen).

Pero, al referir estas cosas, no se prodiga. No tratade bombardear continuamente a los demás con men-sajes religiosos. Sólo en breves ocasiones, cuando se lepide, les revela su secreto. Espera el momento favora-ble y oportuno —kairós— en el que hablar y revelar aotros el milagro y la aventura de su acogida y respuestaa las llamadas recibidas del Señor. El testigo no buscapublicitarse sino compartir lo recibido. No pretendedeslumbrar, ni seducir, ni convencer, sino invitar a quelos otros dirijan la mirada en su misma dirección. Nousa de cosméticos ni de maquillajes. Sabe, además,sortear las presiones contrarias que le fuerzan a callar,a silenciar, a rebajar su testimonio o a desfigurarlo.Evita la grandilocuencia y la vanidad como una infideli-dad desleal a sí mismo. El testigo es discreto y pacien-te. Busca más la coherencia interna que la difusión desu testimonio. En esa coherencia encuentra la fuente yculmen de su satisfacción personal. Una coherenciaque es, a su vez, fruto de un don que le ha sido rega-lado. Quien ha descubierto y gustado el secreto de lavida desea comunicarlo a los otros, aunque ello le aca-rree in- comprensiones, soledades y sufrimientos.

Es una persona conocida,pero no un exhibicionista

El testigo vocacional auténtico huye de todo prota-gonismo y ostentación. No es a sí mismo a quien seña-

la. No busca atraer las miradas hacia su persona. Fiel alevangelio, no se deja llevar por la vanidad, sino por lagratitud. La gratitud es la memoria del corazón asícomo la ingratitud es, por el contrario, la amnesia delcorazón. Por eso no hará jamás de la exhibición o del“vedettismo” la secreta finalidad de su testimonio. Alcontrario, evita la pedantería y la vanagloria. Huye dela hipocresía y de las condecoraciones. El verdaderotestimonio contiene un momento de clausura y oculta-miento, que ratifica su autenticidad. Por eso el testigovocacional sabe esperar, sabe hablar y sabe callar,desaparecer, hacerse pequeño para que Él crezca. Másaún, no se quejará de la incomprensión ni de la ingra-titud, ni de la falta de acogida porque no busca aplau-sos. Tampoco se considerará dañado si aquel a quienha mostrado el camino le supera por sus dones, nipondrá en la admiración ajena el éxito de su servicio.El auténtico testigo es aquel que se vuelve transparen-te, como de cristal, para que quien le mire vea alSeñor, para que las miradas ajenas no se detengan enél sino en Aquel a quien testifica.

Es una persona íntegra, pero no impecableEl testigo se presenta como persona cabal y hones-

ta. Pero no jamás podrá exhibir un currículo inmacula-do. No confundamos testimonio con impecabilidad.En ningún sitio está escrito que el testigo tenga que serperfecto. Se ha dicho acertadamente que “un lugar lla-mado Camelot y una persona perfecta,... simplementeno existen” (J. Powell). La integridad no significa nocometer nunca errores, sino no permanecer en ellos.El testigo es aquel que muestra una forma evangélicade relacionarse con lo mejor de sí mismo (sin orgullo)y con lo peor de sí mismo (sin camuflajes ni autodes-precios). Dios no elimina en la persona la concienciade su propio límite, porque el divino “poder se mani-fiesta en la debilidad” humana. Para transmitirse, Dioselige a personas débiles que reconocen la propia fragi-lidad. Por ello pueden decir con san Pablo “cuando soydébil, es cuando soy más fuerte” (2 Cor 12, 10).

El testigo anda en la verdad. Su palabra no es másineficaz porque tiemble, ni porque sea tímida y vacilan-te. Cuando la palabra del testigo es reflejo o eco deotra palabra más fuerte y lleva a ella, la voz del testigotiembla, pero no de miedo, sino de estremecimientoante lo que da testimonio y por lo que se reconoce

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totalmente superado. No le preocupan en absoluto laspropias debilidades. No hace apología de ellas, perotampoco las ve como un signo que desmienta y neu-tralice su propio testimonio.

No es un mediocre ni tampoco un héroeEsta afirmación completa a la anterior. En el ejerci-

cio de su interpelación vocacional, el testigo se sor-prende por varias cosas. La primera, que reconoce notener nada propio de qué alardear. Ve más su propiobarro que la tenue luz que la contiene. A un fariseo lospecados le causan vergüenza no dolor y las buenasacciones, vanidad, no alegría. El testigo se sitúa en lasantípodas del fariseo. Además, al comunicar su testi-monio vocacional, comprende mejor ciertos aspectosde su propia vocación que antes ignoraba, descubreinesperadamente en sí mismo una fuerza persuasivacon la que antes no contaba, supera dudas que creíaposeer, se admira de que su palabra, siempre pobre eincapaz, alcance a otras personas y las conmueva yexcite.

La propia vocación crece y se robustece al testimo-niarla y transmitirla. Es la experiencia de la asistenciadel Espíritu que actúa no sólo en el que es interpelado,sino también en el que interpela. Por eso, todo testigoencuentra y reconoce esa ley de la paradójica comuni-cación en su propia experiencia testimonial. Cuandotiene la impresión de encontrarse vacío y sin nada quedecir, advierte cómo esa impresión va cediendo pocoa poco ante el nacimiento de una palabra o de unaactuación que como un relámpago llena de luz las pro-pias sombras del testigo.

Es una persona sólida, pero no un solitarioInevitablemente el testigo sabe que su testimonio

vocacional no es asunto privado ni intimista. Vive lacomunión. Es persona de comunión5. La vocación sepercibe y acoge gracias a una nube de testigos prece-dentes que le han mostrado, acompañado y conduci-do hacia el Señor. El testigo vocacional se siente funda-mentado y, además, agradecido hacia todos aquellosque le han mostrado una diversidad de maneras ycaminos de vivir la común vocación a la santidad. Poreso sabe que su testimonio siempre será parcial, como

un fragmento dentro del todo. Dios es mucho másgrande y está mucho más allá. Reconoce en el mundoa otros muchos testigos y transmisores de Dios conquienes sabe entrar en comunión. Eso asegura y forta-lece su testimonio con autenticidad. Luchar contraotros testigos es disipar el testimonio, es neutralizarlo.Acoge en su corazón las palabras de Jesús: “Quien noestá contra nosotros, está a favor nuestro” (Mc 9, 40).

Un testigo vocacional aprecia, valora y cultiva lacomunión entre las diversas formas de vida cristiana,sin denigrar, ni desprestigiar a ninguna de ellas. Todaslas vocaciones son necesarias en su variedad para rea-lizar la vocación de la Iglesia, y la vocación de la Iglesiaes, a su vez, la de hacer posibles y factibles las vocacio-nes de y en la Iglesia. Bien asentado en su identidadvocacional personal experimenta cómo coincide.

Es una persona fecunda,pero aparentemente estéril

Los resultados del propio testimonio nunca están alalcance del testigo. Fracasan aquellos testigos vocacio-nales que pretenden llevar la contabilidad del númerode nuevas vocaciones que han reclutado para “hacercaja”. Se equivocan también los que monopolizan losresultados positivos conseguidos. En otros casos,cuando el ambiente es hostil, aunque les duela la esca-sez de vocaciones, no caen en las trampas de losnúmeros, cuya lógica escapa a todo control. Nuncapodrá comprobar la eficacia real de sus desvelos, nitampoco podrá asegurar que una vocación sea elresultado de su exclusivo celo pastoral.

Además, como la cultura actual no apoya ni sirvede soporte al testimonio, el testigo de hoy y el desiempre sabe de rechazos e incomprensiones. Elrechazo del testigo no tiene en sí mismo nada de anor-mal. Es una eventualidad evangélicamente prevista ycasi obligada. Le resulta más turbadora y desequili-brante la indiferencia fría y casi universal. Y sabe quefrente a ella debe reaccionar siempre desde la confian-za y el respeto. Nunca desde la descalificación ni elresentimiento; porque está convencido que a Dios nose le escapa la historia de las manos y allá donde se déauténtico anuncio del evangelio siempre surgirá, comofruto, seguimiento de Cristo.

5 BENEDICTO XVI, Mensaje para la XLVII Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. 25IV-2010.

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VIERNES 20 FEBRERO20:00 h. Vigilia de oración por la Vida Consagrada

En colaboración con las Delegaciones de Vocaciones, deJuventud y de Pastoral Universitaria.

SÁBADO 21 FEBREROLugar: Seminario Mayor Divino Maestro.

09:30 h. Acogida y acreditación de congresistas10:00 h. APERTURA DEL CONGRESO

Hora intermedia. Intervienen:- Dª Lourdes Grosso García, M. Id, Directora del

Secretariado de la Comisión Episcopal para la VidaConsagrada.

- Excmo. y Rvdmo. Sr. D. J. Leonardo LemosMontanet, Obispo de Ourense.

10:30 h. CONFERENCIALa Vida Consagrada en el misterio de la Iglesia.- Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Manuel Sánchez Monge,

Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Miembro de la ComisiónEpiscopal para la Vida Consagrada, y Delegado de laComisión Mixta de la Conferencia Episcopal para losInstitutos Seculares.

11:15 h. Descanso y Café11:45 h. COMUNICACIONES

Vida Consagrada y misión: testimonios de santidadconsagrada en la “missio ad gentes” de la Iglesia.Ponente: Mons. D. Luis Manuel Cuña Ramos,Archivero de la Congregación para la Evangelización delos Pueblos, y Consultor de la Congregación para laCausa de los Santos.Identidad y Misión de los Institutos Seculares.Ponente: Dª Bienvenida García Molinero, Presidenta dela Conferencia Regional de Institutos Seculares de Galicia.

13:00 h. Inauguración Presentación de Carismas(CONFER-GA) A cargo del P. José Antonio CastiñeiraChouza, OFM, Presidente de CONFER-GAHomenaje a cargo de la Real Banda de Gaitas de laExcma. Deputación de Ourense.

PROGRAMA DEL CONGRESO

AÑO DE LA VIDA CONSAGRADAJesús viene a nuestro encuentro en la Iglesia a través

del carisma fundacional de un Instituto: ¡es her-moso pensar así nuestra vocación! Nuestroencuentro con Cristo tomó su forma en laIglesia mediante el carisma de un testigosuyo, de una testigo suya. Esto siempre nos asombra y nos lleva adar gracias. Y también en la vida consagrada se vive el encuentroentre los jóvenes y los ancianos, entre observancia y profecía. No loveamos como dos realidades contrarias.

Dejemos másbien que el Espíritu

Santo anime a ambas,y el signo de ello es la alegría:

la alegría de observar, de caminaren la regla de vida; y la alegría de ser

conducidos por el Espíritu, nunca rígidos, nuncacerrados, siempre abiertos a la voz de Dios quehabla, que abre, que conduce, que nos invita a irhacia el horizonte.(Papa Francisco).

13:15 h. EUCARISTÍA - Preside: Excmo. y Rvdmo. Sr. D. J.Leonardo Lemos Montanet, Obispo de Ourense.- Canta: Coro infantil de la Parroquia de Cambados.

14:15 h. Comida16:30 h. CONFERENCIA

Los carismas en la Iglesia, don del Espíritu. Ponente:- Excmo. y Rvdmo. Fr. José Rodríguez Carballo, OFM,Arzobispo Titular de Belcastro y Secretario de laCongregación para los Institutos de Vida Consagrada y lasSociedades de Vida Apostólica

17:30 h. Descanso.18:00 h. COMUNICACIONES

Nueva evangelización y nuevas formas de Consagración.Ponente: Dª Lourdes Grosso García, M. Id, Directora delSecretariado de la C. Episcopal para la Vida Consagrada.El monacato: primer testimonio de vida consagrada y suinfluencia en la espiritualidad diocesana.Ponente: Fr. Gerardo Luis Martín, OCSO, Prior delMonasterio de Oseira.

19:00 h. Descanso.19:15 h. CONFERENCIA

Testigos de la radicalidad y sencillez evangélica.Ponente: P. Luis Ángel de las Heras, CMF, Presidente de

CONFER Nacional.20:00 h. Fin de la Jornada.22:00 h. Visita guiada nocturna a la Catedral de Ourense

Con la intervención del “Grupo de zanfonas e cantareiras daEscola Provincial de Gaitas”.

DOMINGO 22 FEBREROPeregrinación de Consagrados y Congresistas alSantuario de Ntra. Sra. de los Milagros.

10:00 h. Salida de Ourense (Alameda)- Visita al Monasterio de San Pedro de Rocas

13:00 h. EUCARISTÍA en el Santuario de los Milagros- Preside: Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Julián Barrio Barrio,

Arzobispo de Santiago de Compostela14:00 h. Comida fraterna.

CLAUSURA DEL CONGRESO

CONGRESO REGIONAL DE GALICIA - VIDA CONSAGRADA

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En un mundo y en una sociedad como la nues-tra, en la que nos encontramos inmersos, y a laque por designios de la Providencia debemosamar para poder saber evangelizarla, un mundotransido de un relativismo creciente, de un fuertesubjetivismo y de un hedoismo esclavizador,todo ello recorrido por una moda laicista exclu-yente, principalmente de todo lo católico, lacelebración del V Centenario del Nacimiento dela Santa Madre Teresa de Jesús, carmelita descal-za, fundadora y protectora de la Iglesia enEspaña, nos lleva a dar un salto de calidad ennuestra vida y a descubrir que somos ciudadanosdel cielo (Flp. 3,20-21) y esta certeza nos hace plan-tear nuestra existencia no desentendiéndonosde este mundo y de nuestros contemporáneos,sino comprometiéndonos más en serio en con-vertir nuestra vida en un reclamo de transcen-dencia para todos los que se encuentren connosotros.

¡Somos peregrinos de la fe! Aceptemos o noesta realidad nos sentimos arrojados en estaexistencia, no como consecuencia de la fatalidad,o por acaso ¡no! nos hemos descubierto exis-tiendo en este mundo por puro amor de Dios.¡Hemos venido a la existencia por amor! Estacerteza nos impulsa a situarnos en la realidadsabiéndonos peregrinos hacia ese horizonte deeternidad, que arrancando en nuestro corazón,como don de Dios, nos lanza tan alto, tan altoque en este corazón nuestro parece que se jun-tan el cielo y la tierra.

Santa Teresa, madre y maestra de vida inte-rior, nos señala el camino de esa eternidad queha brotado en nuestro corazón en el Bautismo yahora nos toca ponernos en camino, en salidahacia ese horizonte que ella expresa con su poe-sía ayudándonos a descubrir que sabemos dedónde partimos y tenemos la certeza del finhacia el que nos dirigimos: el cielo. Así llamamosa esa realidad que ni el ojo vio, ni el oído oyó…. Niel hombre puede pensar lo que Dios ha preparado

para los que lo amen (1Cor. 2, 9). La Madre Teresanos enseña a ir seguros por este camino y nosmanifiesta que sin el buen arrimo de la oración esimposible llegar al final, no porque este se diluya,sino porque sin esa actitud orante nos perdemosen nuestra peregrinación y desaparece el sentidosobrenatural que marca la pauta, los ritmos y elsentido de cada etapa que nos acerca a la gloria.Por otra parte, no solo nos muestra la excelenciade la oración, sino que a través de sus obras y desu vida, nos avisa de la importancia que tiene lamortificación, como oración de los sentidos.

La Doctora de Ávila nos propone un sentidopositivo de la persona, con gran sentido común,entiende que cuerpo y alma constituyen un únicotodo personal que debe encontrar en sí mismo laenergía para el camino. La mortificación esimprescindible y supone un ejercicio constantede afirmación de la voluntad. Vivir el espíritu dela cruz en la existencia cotidiana es abrir unapuerta a la esperanza. Cuando el ser humano se

¡CAMINEMOS PARA EL CIELO!+ J. Leonardo Lemos Montanet, Bispo de Ourense

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convierte en un yo autorreferencial, en donde losuyo, sus cosas, sus caprichos, sus criterios, suspasiones negativas van ocupando el terreno delos otros, incluso de Dios, entonces nos damoscuenta de que se va empobreciendo nuestro ser.Para abrir el corazón a los demás, por consi-guiente, también a Dios, necesitamos ejercitar-nos en la mortificación positiva y alegre pormedio de esos ejercicios que nos liberan radical-mente y que nos impiden caer en la esclavitud denuestro propio yo. Son precisamente esas morti-ficaciones pequeñas, que hacen más agradable lavida de los que conviven con nosotros y que noshacen dueños y señores de la realidad y de noso-tros mismos, las que constituyen una vida deauténtica caridad, necesaria para todo peregrinocristiano y que constituye el humus imprescindi-ble en la eternidad; porque la caridad no pasanunca (1 Cor. 13, 8)

Santa Teresa nos recuerda además, que esmuy bueno vivir la experiencia de la precariedad:Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa… Enuna sociedad como la nuestra, vivir así nos ayudaa estar disponibles, a sentirnos seguros en lasmanos de Dios: quien a Dios tiene nada le falta:solo Dios basta. Es en esta situación vital, demanera especial de aquel que vive una vocaciónde especial consagración, en donde germina y daflores, y frutos, la obediencia, la pobreza y la cas-tidad. ¡Que difícil es vivir cada uno de estos con-sejos evangélicos si no se lucha por conseguir losotros! ¡Hermosa armonía del espíritu humanoque encuentra un eco singular en este equilibrioexistencial que configura una rica personalidad!La precariedad nos ayuda a colocarnos en lasmanos de ese Dios, al que descubrimos comoPadre providente, que nos primerea en el amor yque ni nos dejará caer, ni permitirá que nos per-damos.

Nuestra Iglesia particular, desde hace cincuen-ta años, se siente embellecida con la presencia deun palormarcico teresiano. Fue deseo de mi vene-rable predecesor, Monseñor Don Ángel TemiñoSaiz, erigir un convento de carmelitas descalzasen el monte Ervedelo, a los pies de losSeminarios. Sabemos bien que aquel pequeño

grupo de carmelitas descalzas, que vinieron a fun-dar un convento en Ourense, iniciaron su vidacomunitaria en el piso superior del Obispado.¡Fue un signo providencial! El Carmelo nació en laCasa del Obispo, que es tanto como decir, estu-vo y está en el corazón de aquel que es padre,hermano, amigo y maestro de esta comunidadde fe que peregrina en estas tierras ourensanas.

Desde el primer momento, la reforma deaquella gran mujer que fue Teresa de Jesús, tuvocomo finalidad la Iglesia. Eran tiempos recios losque se vivían en aquellos momentos y la Santa deÁvila, sin entrar en aquellas diatribas doctrinalesque estaban resquebrajando, una vez más, latúnica inconsútil de la Iglesia Católica se propusoalgo muy claro: ¿Qué podemos hacer ante tangrandes males que sufre la Iglesia?

Con sus respuestas tan concretas, se perfila,una vez más, la gran intuición de aquella quemuchos siglos después sería declarada Doctorade la Iglesia. Ella sostendrá que lo mejor que sepuede hacer es que aquel pequeño grupo demujeres se esfuerce por vivir con autenticidad lavida evangélica; es decir, pide a sus monjas quesean buenas cristianas. Ella no va a dar el primadoa la acción, de ahí que el primero y mejor de losservicios a la Iglesia en aquellos momentos serávivir con radicalidad los consejos evangélicos contoda la perfección que yo pudiese, dice ella, y pro-curar que sus hijas hagan lo mismo. Para SantaTeresa lo prioritario será, pues, cuidad la oracióny la contemplación. Orar por la Iglesia, contem-plar para la Iglesia, es la finalidad que le ha movi-do a hacer con tanta estrechez este monasterio, asínos lo dice al comienzo de su Camino de perfec-ción. La Santa de Ávila consideraba la oracióncomo un medio apostólico imprescindible, de ahíque su preocupación fundamental fue cuidarla ybuscar lugares adecuados para vivirla con auten-ticidad para gloria de Dios y bien de su Iglesia.

Este proyecto teresiano se concretó en unaserie de detalles: la obediencia a la jerarquía ydocilidad al magisterio. Esto le llevó a sentirse hijade la Iglesia y este sentimiento hizo crecer en elcorazón aquel gran deseo de morir y padecer poraquellas almas que se perdían en la vieja Europa

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como consecuencia de las violentas divisionesdoctrinales. Esa fue la pasión dominante que leacompañó hasta el final de su vida terrena en laque llegó a decir: Oh, Señor y Esposo mío; ya es lle-gada la hora por mi tan deseada; hora es ya, Diosmío, que nos juntemos; y dando muchas gracias aDios que le había hecho hija de la Iglesia, y repetirlomuchas veces1 (*).

Hoy, como ayer, en donde percibimos signosde desafección a la Iglesia, el último testimoniode Santa Teresa es un ejemplo elocuente de fide-lidad y amor a la Iglesia. Cuando ella sintió queperdía las fuerzas, acogió la muerte con sereni-dad dando gracias a Dios por verse hija de laIglesia y por morir en su seno.

El V Centenario del Nacimiento de SantaTeresa de Jesús tiene su centro en Ávila, ciudaddonde nació en 1515, y en los otros lugares mar-cados por su presencia; también nosotros noshonramos de tener en nuestra Iglesia particularuna presencia viva de Teresa de Jesús a través desus hijas, de ahí que en sintonía con toda la Iglesiaen España y el Carmelo de toda la IglesiaUniversal, queremos celebra este Año JubilarTeresiano, y queremos hacerlo en el marco deeste proyecto pastoral que nos hemos trazadopara toda la Diócesis: Ourense en misión conMaría. Habiendo iniciado ya, el pasado 8 de sep-tiembre, nuestra Año Jubilar Mariano, con moti-vo del cincuenta aniversario de la coronacióncanónica de la imagen de Nuestra Señora de losMilagros, nos unimos a toda la Iglesia para vivireste acontecimiento y establecemos aquelloslugares en donde se puede lucrar la indulgenciajubilar teresiana, de acuerdo con las condicionesestablecidas por la Iglesia:

✔ Iglesia conventual de las Madres Carmelitasde Vistahermosa. Ourense.

✔ Capilla del Santo Cristo de la S. I. B.Catedral de San Martiño, en lacual se venera unaimagen de SantaTeresa.

✔ Iglesia del Convento de la Esclavas delSantísimo y de la Inmaculada, de la ciudad deOurense.

✔ Iglesia conventual de Santa Clara de Allariz.

✔ Iglesia conventual de San José de Vilar deAstrés.

Además de estos templos vinculados a la vidacontemplativa, designamos, también, a los si -guien tes templos parroquiales y diferentes zonasde la Diócesis y rogamos encarecidamente a lossacerdotes encargados de los mismos que, a lolargo de todo este Año Teresiano, presten unaatención especial al culto de Santa Teresa, a tra-vés de la imagen de esta santa que se venera enlas respectivas iglesias y que, en su día ha sidoobjeto de devoción y debe seguir siéndolo parael bien espiritual de nuestro pueblo.

✔ Zona de Verín. San Estevo de Trasestrada

✔ Zona del Ribeiro: Carballeda de Avia

✔ Zona de Castro Caldelas: Santuario de losRemedios de Castro Caldelas

✔ Zona de A Peroxa: Santa María de Melias

✔ Zona de Celanova. Santa Baia de Berredo

✔ Zona de A Limia. San Xoán de Rairiz deVeiga

✔ Zona de Bande-Entrimo: San Mamed deGrou

✔ Zona de Allariz: Santa Mariña de AugasSantas

Dado en Ourense, el día 15 de octubre,festividad de Santa Teresa de Jesús.

1 Bibliotheca Mistica Carmelitana,t. 18, p. 83.

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Teresa de Jesús, mujerexcepcional, escritora

genial y fecunda, excelentemaestra de oración es unade las santas más destaca-das de la Iglesia católica y

una de las místicas másreconocidas. Precisa mentepor concurrir en ella tales

cualidades es tambiénmodelo y protectora de la

nueva evangelización, segúnlo expresa el pastoralista

Jorge Zazo de quien reco-gemos algunas sugerencias.

El título de “modelo de lanueva evangelización” suscitainevitablemente la pregunta:¿En qué sentido puede unamonja de clausura del siglo XVIser referencia en la encrucijadaactual para presentar el men-saje evangélico a los hombres ymujeres de hoy? Ante todo conviene tener presenteque la transmisión de la fe no es, en primer lugar, unacuestión de métodos o estrategias. No existe unamercadotecnia religiosa, unas fórmulas infalibles paraconectar con la sensibilidad contemporánea y hacerlemás atractiva la propuesta de la salvación. Las nuevasexpresiones y los nuevos métodos a los que hace refe-rencia San Juan Pablo ll, solo pueden ser el resultadode un nuevo ardor. Ese fuego es el que nace en elcorazón por el encuentro personal, renovado en laoración diaria con el Señor Jesús a quien Teresa reco-noce como el Amigo verdadero y el Esposo fiel.

Amistad y desposorios son lenguajes del amor.Como enseña el papa en la Lumen Fidei (nº. 47) amarsignifica mirar la realidad con los ojos del amado. Alcontemplar a los demás como Cristo los ve, santaTeresa se conmueve por quienes, no participando dela alegría de la fe. se sumergen en la tristeza eterna. Ellaentonces se determina a pasar cualquier trabajo porofrecer a sus hermanos el gozo de la salvación (cfr.Vida,

22, 6) Considera más valiosouna sola alma ganada para Diosque cualquier otro servicio quele pudiera hacer (cfr.Fundaciones. 1.7). Su contactoasiduo con el Resucitado lleva ala Santa no solo a cambiar suvida, sino también a transfor-mar las estructuras eclesiales enque vivía, para responder ade-cuadamente e la Modernidadque se estaba fraguando.

En efecto, a la Santa de Ávilase la suele presentar con unapluma en la mano y pocas ico-nografías son tan fieles a la rea-lidad como en este caso.Porque la mística Doctora nosolo compuso poemas, villanci-cos y libros de elevada espiri-tualidad, sino que dedicó buenaparte de sus días y sus noches aescribir cerca de 15000 cartas

que tienen como destinatarios a personas de todos losestamentos sociales.

Así lo manifiesta la misma Teresa. Estamos enFebrero de 1577. Pasan ya de las doce de la noche yen la fría oscura celda del Carmelo una ya ancianaTeresa de Jesús, enferma y asediada por los problemasque atraviesa su Orden, toma pluma y tintero y rasgacon su vibrante grafía un pliego de grueso papel.Alumbrada por la luz de una palmatoria, Teresa trazauna cruz en el encabezado y escribe: “La gracia delEspíritu Santo sea con vuestra reverencia”. Su destina-tario es el carmelita italiano Ambrosio Mariano quereside en Madrid. En una extensa misiva Teresa cuen-ta, entre otras muchas cosas, que esa misma nochelleva media docena de cartas escritas y otras tantasson las que le quedan por escribir: al obispo Ávila, alde Cartagena, a unos teólogos abulenses, a las monjasdel Carmelo de Caravaca, a madre del Visitador de laOrden. En otras ocasiones los sobrescritos reflejannombres ilustres como la Duquesa de Alba, el Conde

SANTA TERESA Y LA NUEVA EVANGELIZACIONJosé Gómez López

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de Olivares, el cardenal de Toledo o incluso“la sacra. católica real Majestad del Rey.Toda una osadía en el contexto social yabsolutista del siglo de Oro, por tratase deuna simple monja de humilde cuna. Otrasveces los destinatarios son personas anóni-mas de la época como familiares, amigas dela infancia, novicias, frailes, doctores, merosempleados de llevar el correo, damasnobles, prioras de convento, comerciantes ypersonajes de las más diversas geografíasdesde Roma hasta Madrid, de Quito aSalamanca, de Lisboa a Sevilla.

Todas poseen un elemento común: entodas se presenta como lo que es: un testigode Dios que mezcla asuntos cotidianos conla presencia de Cristo; toda una agencia decomunicación, precursora de la cultura delencuentro y de la “Iglesia en salida” en plenosiglo de Oro. Todo ello lo hizo Teresa deJesús gracias al encuentro con Cristo y latransformación que el amor de Dios realizóen ella por el Espíritu Santo derramado ensu vida.

Esta es precisamente la tarea que los cris-tianos estamos llamados a afrontar en estahora: una conversión que solo es auténtica sies fecunda. Si -en palabras del papa- nospone en estado de misión apostólica.. Lafelicidad irradia, es contagiosa, permite acuantos nos rodean vislumbrar la belleza deAquel que puede disipar toda tiniebla.

La Iglesia en Orense quiere seguir pasosde la Santa de Ávila y afronta, con ocasióndel quinto centenario de su nacimiento, unaprofunda conversión que la conduzca a unamayor audacia evangélica y a un nuevo estilopastoral de cercanía y comprensión. Paraello contamos con la ayuda de nuestraMadre la Virgen María que como en Cana deGalilea dice a su Hijo: “No tienen el vino dela entrega y del ardor apostólico” y a noso-tros: “haced lo que Él os diga”. A esto preci-samente nos invita nuestro Pastor con laexhortación: “Ourense en misión conMaría”.

ORACIÓN PARA ELV CENTENARIO DELNACIMIENTO DESANTA TERESA DE JESÚS

Dios, Padre nuestro,te alabamos y te bendecimos,

porque nos concedes la gracia de celebrarel V centenario del nacimiento

de Santa Teresa de Jesús.

Señor Jesucristo, “amigo verdadero”,ayúdanos a crecer en tu amistad,

para que, como Teresa, hija de la Iglesia,demos testimonio de tu alegría ante el mundo,

atentos a las necesidadesde la Humanidad.

Espíritu Santo,ayúdanos a avanzar,

“con limpia conciencia y humildad”,en el camino de la vida interior,

cimentados en la verdad,con renovado desprendimiento,y amor fraterno incondicional.

Como Teresa de Jesús,maestra de espiritualidad,

enséñanos a orar de todo corazón:“Vuestra soy, Señor, para Vos nací

¿qué queréis, Señor de mí? Amén.

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Agradecimiento por su pasadoBasta con mirar la geografía de nuestra

diócesis y examinar las huellas históricas yartísticas, para darnos cuenta de la nume-rosa presencia de consagrados –especial-mente eremitas y monjes- que vivieron suvocación y desarrollaron su misión en tie-rras ourensanas. Pero todos nosotros,además somos herederos de un rico patri-monio inmaterial, espiritual, humano y cul-tural, que se ha ido configurando a lo largode los siglos. Cómo olvidar, por otra partetodo el patrimonio material y las innume-rables edificaciones que han erigido tantoen la ciudad como en diferentes villas yaldeas de nuestra provincia, llegando a seren ocasiones el primer factor de referen-cia de las mismas.

La historia de la Iglesia en Ourensequedaría incompleta sin un estudio seriode esta página, que con sus luces y som-bras, refleja la fe y generosidad de nues-tros antepasados. Sería sin duda, un traba-jo asombroso, y por otra parte, práctica-mente inacabable debido a las incalcula-bles presencias que a lo largo del tiempo,añadiendo a ello el hándicap de la falta dedocumentación para su estudio, sobretodo en el caso de las presencias másremotas.

Exponentes preclaros del pasado glo-rioso de la vida consagrada de Ourenseson los santos y beatos, muchos de ellosmártires, los mejores hijos de esta Iglesia,y los fundadores nativos en estas tierras.Los innumerables misioneros consagradosourensanos que salieron desde la primerahora hasta nuestros días a anunciar elEvangelio a otras tierras, convierten anuestra diócesis en una de las más misio-neras de España, han sido y siguen siendotodavía hoy un referente y una profecía dela naturaleza intrínseca de la Iglesia.

LA VIDA CONSAGRADA EN OURENSE

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Jorge Juan Pérez Gallego. - Delegado episcopal para la Vida Consagrada

A la luz del Concilio Vaticano II, especialmente delDecreto Perfectae Caritatis, comprendemos que la vida con-sagrada debe ser una perfección de la caridad como expre-sión más plena de la consagración bautismal1. Este Año dela Vida Consagrada es una ocasión propicia para releer esteDecreto conciliar, así como la Exhortación apostólica postsi-nodal Vita Consecrata de San Juan Pablo II, que retomamuchos textos del magisterio precedente.

El Código de Derecho Canónico engloba bajo el término“vida consagrada” a Congregaciones religiosas, Institutosseculares y Sociedades de vida apostólica2. Todos ellos pro-fesan al menos los tres votos distintivos de la secuelaChristi: pobreza, castidad y obediencia.

La vida consagrada es Iglesia diocesana, y como tal, par-ticipa de su misión en comunión con todos los hijos de Diosque peregrinamos en Ourense; es más, por su especial con-sagración, por su testimonio de vida en común –en el casode los religiosos y religiosas- y por la misión que desempe-ñan, todos ellos influyen decisivamente en la vida y santidadde nuestra Iglesia diocesana3. Desafortu nadamente, a pesarde cincuenta años de reflexión teológica postconciliar, enciertos ambientes diocesanos pervive todavía la idea de queel sacerdocio sí es esencial a la Iglesia, pero no así la vidaconsagrada. Ella está llamada a ser una expresión de la radi-calidad y sencillez evangélica como fruto de la gracia bautis-mal en el seno de la Iglesia, a la que hermosean en sus múl-tiples formas, dones y carismas, como una esposa que searregla para su esposo (cf. Ap 21, 2)4.

1 Cf. Decreto Perfectae caritatis (=PC ), n. 5.2 CIC 573.3 Cf. Constitución dogmática Lumen gentium, n. 44; Exhortación apostólica

postsinodal Vita Consecrata (=VC), n. 29.4 VC 19.

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Don de Dios enel “hoy” denuestra Iglesia

El Espíritu Santosigue asistiendo a laIglesia y la sitúa conti-nuamente en salidahacia la humanidad conla urgencia de la caridadde Jesucristo. Estemismo Espíritu anima alos consagrados y con-sagradas a implicarseen la historia de loshombres y de estaIglesia particular, conuna actitud de serviciogeneroso y desinteresado desde el carisma especí-fico de su Instituto o Congregación5.

Nuestra comunidad diocesana debe acogeragradecidamente este paso de Dios por sus vidas,esta fuerza de caridad para su misión y aprovechar-se de los bienes espirituales de la santidad de estoshermanos y hermanas.

En la actualidad son más de 500 los consagradosque viven su entrega al Señor en nuestra diócesis deOurense, hombres y mujeres que llamados porDios, han hecho de sus vidas un holocausto, un donde sí mismos a Dios y a los hombres en el segui-miento de Jesucristo. En total 25 Órdenes,Congregaciones e Institutos seculares diferentesque a través de sus 43 comunidades religiosas ycentros respectivos, conforman una presencia con-sagrada significativa en nuestras diócesis, no sólo enla ciudad sino también en sus principales villas ypoblaciones: Allariz, Baños de Molgas, Carballiño,Celanova, Maceda, Oseira, Ramirás, Ribadavia yVerín. Como dijo entonces el ahora Papa eméritoBenedicto XVI: “¡Qué pobre sería la Iglesia sin la vidaconsagrada!”. Qué pobreza sería para nuestra dió-cesis la carencia de tantos consagrados en las fron-teras del sufrimiento humano y de la formaciónintegral: residencias de ancianos, casas de acogidapara mujeres, niños y jóvenes, hospitales, inmigran-tes, colegios, parroquias.

No podemos olvidar la intangible labor querealizan con sus vidas sencillas tantos hermanos yhermanas que en la soledad del claustro viven sudedicación a Dios y su entrega por esta humani-dad a través de la oración, la contemplación, elestudio de la Palabra de Dios y el trabajo manual.Son los monjes y monjas contemplativas quefecundan espiritualmente nuestra diócesis, ydesde ella a toda la Iglesia y a todo el mundo: car-melitas descalzas, cistercienses, clarisas y esclavasdel Santísimo Sacramento y de la Inmaculada lle-nan de Dios las horas de sus vidas para ser comoestrellas que nos recuerdan la perfección a la quetodos hemos sido llamados por el bautismo: san-tos e irreprochables ante el Padre por el amor (Ef1,4), convocados, como diría san Ignacio para ala-bar, reverenciar y servir a Dios nuestro Señor. Loscontemplativos nos ofrecen con una vivenciaparticular del Evangelio, el horizonte de plenitudhacia el que caminamos guiados por la fe, desdeuna concepción evangélica de la vida y una antro-pología trascendente que sitúa a Dios en el cen-tro de nuestras vidas.

La vida consagrada en todas sus formas y expre-siones es una palabra profética para nuestra Iglesiay para el hombre hoy, descentrándonos del egoís-mo narcisista y de la autorrefencia, así como de latentación de autorredención, para situarnos en laórbita trinitaria y oblativa del amor divino.

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5 Cf. VC 19.

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La tarea evangélica de la comunión en el futuro

Es la hora de “ser uno” en la caridad, de sabernostodos miembros de una única Iglesia, y de peregri-nar en la diversidad de carismas y ministerios enesta tierras de Ourense unidos a nuestro Obispo ysiguiendo al único Pastor que es Jesucristo. Es elmomento de ofrecer al mundo un testimonio ine-quívoco de comunión al servicio del Reino de Diospara que el mundo crea que en Jesucristo. Todoslos bautizados hemos de sentir la urgencia de estamisión, irrealizable si no vivimos entre nosotros elexpreso deseo de Jesucristo: “que todos sean uno”,desde la unidad que brota del amor de Dios mani-festado en Jesucristo: “como tú, Padre, en mí y yo enti, que ellos también sean uno” (Jn 17,21).

Esta unidad en la caridad se ha de traducir en unamisión conjunta en la Iglesia, desde el conocimiento,el respeto y la aceptación recíproca en la diversi-dad. Es la hora de valorar y de integrar a todos y atodas en la única misión de la Iglesia, también a losconsagrados.

La vida consagrada fecundiza cuando permanecefiel a su identidad y a su carisma, y a la vez ofrece ala Iglesia una capacidad humana rica en dones ycarismas, así como unos grandes recursos evangeli-zadores que responsablemente han de ser acogidosy potenciados al servicio de la misión.

Creemos en una Iglesia que evangeliza por lafuerza del Espíritu y de la caridad, que va más allá delas meras capacidades físicas, humanas e intelectua-les, por eso todos debemos contribuir aportando

lo mejor de nosotros mismos, “el amor de Dios queha sido derramado en nuestros corazones por elEspíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5,5). Él esquien nos enseña en cada momento histórico y encada circunstancia a buscar caminos nuevos para elamor al servicio del Reino.

Un Congreso para la esperanzaA todo cuanto hemos dicho nos debe ayudar

este año dedicado a la Vida Consagrada, convocadopor el Papa Francisco. Nuestra Iglesia de Ourense,con su Obispo y Pastor, D. Leonardo LemosMontanet, se ha implicado totalmente en este tiem-po de gracia que se nos ofrece a todos para redes-cubrir, valorar, celebrar y vivir el don de la consa-gración. Entre las numerosas iniciativas que se lleva-rán a cabo en el marco de este Año, sobresale elCongreso Regional de Vida Consagrada que acoge-rá la diócesis auriense en el próximo mes de febre-ro. Será una oportunidad para conocer más a fondoesta realidad esencial en la Iglesia y a menudo des-conocida. Serán tres días de formación, oración yencuentro no sólo para los religiosos y consagradospresentes en Ourense, sino para toda la Iglesia enGalicia, convocada a participar y celebrar la consa-gración a Dios en la vida de tantos hermanos y her-manas.

Ellos son una riqueza y una fuerza para la Iglesia.Su vida profética se manifiesta al mundo como unaluz que prende en el corazón de Jesucristo y sederrama sobre el mundo en un infinito e imparablehaz de carismas y de obras apostólicas, como signode la presencia del Resucitado entre nosotros.

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HIMNO PARA O CONGRESO DA VIDA CONSAGRADAAntonio F. León

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Guiones Litúrgicos Introdución / 2º Domingo Pascua

Rutina igual a ruína? Non sempre. Rutina igual aarte? Moi ben pode ser. E inda direi que rutina iguala nova oportunidade.

De forma cotiá celebramos a santa Misa; anualmen-te, recordamos a importancia e centralidade daPascua e celebrámola; unha vez máis, publicamosesta sección onde recordamos a importancia dodomingo... se sentimos a tentación de deixala a unlado, pensemos que non é tanto para nós coma paraaqueles que se alonxaron desta mentalidade, quenós somos os mensaxeiros e non os destinatarios,que se nos toca volver a esta campaña é porque obásico celebrativo cristián non sempre se observa.

Quen sabe se este ano non debiamos ocuparnosmáis da linguaxe non verbal que das palabras, daforma de celebrar máis que de falar moito sobre acelebración, de indicar o camiño cara o Resucitadomáis que de querer que a xente camiñe pola nosasenda particular.

Por eso, que non se apague a luz pascual e que aalegría da Pascua sexa a nosa mensaxe: CRISTORESUCITOU. Non un recordo dun feito pasadosenón un recordatorio permanente desa triple miradaa Cristo: cara o pasado, buscando o seu paso térre-no, coñecendo os Evanxeos; cara o futuro, paraanclarnos nel como meta e fonte de sentido; dende opresente, sabendo que vive e nos acompaña.

Ante nós, a elección: rutina como desgaste e tebra,rutina como creatividade e arte.

Campaña a favor

do Domingo

Félix Álvarez Rodríguez

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía del segundo domingo dePascua.

Nuestra Iglesia diocesana nos invita, en este domingo y elsiguiente, a reavivar la importancia del día del Señor. “É domin-go, xuntos na misa, alegres na esperanza”, para alimentarnuestra fe, recuperar la alegría del encuentro con el resucitadoy salir gozosos a proclamar la alegría de sentirnos salvados.

Vivamos con gozo nuestra “pascua semanal”, agradeciendo lamisericordia que Dios tiene con nosotros y proclamando comoaquellos primeros cristianos: “Sin el domingo no podemosvivir”.

Domingo 2º del Tiempo Pascual

Ciclo B

12 de ABRIL de 2015

MONICIÓN INICIAL1

Acto Penitencial2

Si hubiéramos creído más profundamente que el Señor resu-citó y que vive entre nosotros, valoraríamos más nuestro encuen-tro dominical alrededor de la mesa de la Palabra y el Pan de lavida. Para participar más plenamente en esta Eucaristía pidamosal Señor que nos perdone. (Pausa)

• Señor Jesús, tú nos dices: “La paz esté con vosotros” mien-tras estás presente ente nosotros por tu palabra y por tu cuer-po eucarístico… asumiendo nuestra responsabilidad en lasdivisiones de tu Iglesia te decimos. R/ Señor, ten piedad denosotros.

• Cristo Jesús, tú nos dices: “La paz esté con vosotros” mientrasperdonas nuestros pecados… por dudar de tu misericordiaentrañable te suplicamos. R/ Cristo, ten piedad de nosotros.

• Señor Jesús, tú nos dices: “La paz esté con vosotros” mientrasnos envías a compartir tu paz con todos… por nuestros miedosa la hora de proclamar nuestra fe te rogamos. R/ Señor, tenpiedad de nosotros.

Señor, perdona nuestros pecados mientras estamos unidosen oración. Llévanos a todos a las alegrías de la vida eterna.

Francisco Pernas de Dios

RECUPERAR EL SENTIDO CRISTIANO DEL DOMINGO

EN EL 8º AÑO DE CAMPAÑA

GUIONES LITÚRGICOS PARA EL 2º Y 3º DOMINGOS DE PASCUA

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Guiones Litúrgicos 2º Domingo Pascua 29

Un año más, nuestra Iglesia diocesana nos invita a reavivar laimportancia del domingo. Cada domingo, Cristo resucitado nosconvoca a sus discípulos, como hizo en los primeros tiempos,para sentirle presente en su Palabra, en el Pan de la Eucaristíay en la comunidad reunida. Necesitamos pararnos y escuchar sullamada para que la secularización actual no nos arrastre y per-damos la identidad de nuestro domingo: Día de Cristo resucitadoque reúne a su comunidad para enviarla al mundo a dar testimo-nio de la alegría de la fe. Hoy es urgente este testimonio ante tan-tos alejados de la comunidad. Un testimonio personal y comuni-tario. A ello nos invitan las lecturas de hoy:

➠En la primera lectura, San Lucas, describe cómo los primeroscristianos intentaron ser una comunidad de fe: Oraban juntos,celebraban la Eucaristía, y se preocupaban por los necesita-dos entre ellos. Esa sigue siendo la misión de toda comunidadde creyentes hoy.

➠San Juan nos recuerda que esa fe es una exigencia delBautismo que nos inserta en el Cuerpo de Cristo, su Iglesia, ytenemos que vivir como miembros vivos y en armonía, supe-rando divisiones, conflictos y rivalidades, practicando elamor… para dar testimonio de nuestra fe de modo creíble. ¿Aquién vamos a evangelizar si andamos divididos y cada unodetrás de su propio interés?, nos recuerda el PapaFrancisco.

➠En el evangelio vemos cómo la fe se resiente cuando abando-namos la comunidad. Tomás no estaba con el grupo. ¿No nospasa eso hoy también? Cuando abandonamos la comunidadla fe se debilita y se muere. Cristo resucitado nos busca y nosquiere reunir en la comunidad, cada ocho días, el día delSeñor. El apóstol Tomás confiesa su fe una vez que, reunidocon los otros apóstoles, encontró al Señor Resucitado en laComunidad. Es ahí donde fortalecemos nuestra fe para salir ala misión siendo testigos de misericordia y reconciliación.

Reflexión Homilética4

Domingo 2º del Tiempo Pascual (Ciclo B)

✔ Hch.4,32-35: Todos pensaban y sentían lo mismo.✔ Sal. 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es

eterna su misericordia.✔ 1Jn.5,1-6: Todo lo que ha nacido de Dios vence el mundo.✔ Jn.20,19-31: A los ocho días llegó Jesús..

Liturgia de la Palabra3

¿Cómo fortalecer hoy nuestra vida comunitaria?Recuperando el domingo y su alma: La Eucaristíadominical. Celebrándola con gozo, aunque supon-ga un pequeño o gran sacrificio tener que despla-zarse para participar, daremos testimonio de lo quecreemos y en quién creemos y renovaremos elentusiasmo para salir al encuentro de los que hanabandonado la reunión dominical y animarles a vol-ver. Dejémonos encontrar por el resucitado, sinta-mos el gozo de su misericordia que nos acoge yperdona cuando nos acercamos arrepentidos a él yno rehuyamos tocar la “carne sufriente de Cristo”en tantos crucificados que hoy llevan también laseñal de los clavos del dolor en sus manos.Salgamos, como nos manda el resucitado contan-do con la fuerza de la comunidad, a llevar la BuenaNoticia del amor de Dios que nos perdona a todos,sin exclusión. Como María discípulos-misionerosque llevamos al Señor con prontitud al mundo.

Para la vida5

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3º Domingo Pascua Guiones Litúrgicos 30

Seguimos avanzando por la senda gozosade la Pascua. Celebramos hoy el tercerdomingo de Pascua. Durante la Cincuen tenaPascual estamos llamados a contemplar losgestos y escuchar las palabras delResucitado. El Señor sale al encuentro desus discípulos, para fortalecer la comunióncon ellos, reanimando la esperanza de suscorazones, y para enviarlos a predicar elEvangelio. En el relato evangélico de hoy, senos describe la aparición del Resucitado alos discípulos en Jerusalén. Los dos quehabían vuelto de Emaús contaban a losdemás discípulos cómo habían reconocido alResucitado al partir el pan. El Evangelio nosdice que Jesús les mostró las manos y lospies, porque no terminaban de creer. Cadadomingo tenemos la oportunidad de descu-brir la presencia del Resucitado entre noso-tros, escuchando su Palabra, al partir el Pany en el seno de nuestra Comunidad cristiana.

Domingo 3º del Tiempo Pascual (Ciclo B)

Introducción1

✔ “Hch.3,13-15.17-19: “Matasteis al autorde la vida, pero Dios lo resucitó de entrelos muerto”.

✔ Sal.4: “Haz brillas sobre nosotros la luzde tu rostro, Señor”

✔ IJn.2,1-5: “Él es víctima de propiciaciónpor nuestros pecados y también por losdel mundo entero”.

✔ Lc.24,35-48:“Así estaba escrito: elMesías padecerá y resucitará de entrelos muertos al tercer día”.

Palabra de Dios2

19 de abril de 2015

“Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona”José Antonio Gil Sousa

La Eucaristía es el lugar privilegiado para que los creyentes abra-mos los ojos de la fe y nos encontremos con el Resucitado que ali-menta nuestra vida con su Cuerpo y su Sangre y a sí nos abre a laesperanza. Es Cristo resucitado quien se hace presente en medio denosotros en la Eucaristía dominical ofreciéndose como Pan de Vidaen ese maravilloso encuentro que es la comunión eucarística que, asu vez, anticipa el encuentro definitivo con el resucitado colmandoasí nuestra esperanza. Por eso seguimos insistiendo en que cadaDomingo debemos vivirlo “xuntos na Misa, alegres no esperanza”.

En la celebración cristiana del domingo actualizamos el MisterioPascual de Cristo. Celebramos el domingo por la venerable resurrec-ción de Jesucristo, no solo en Pascua, sino cada semana. El anunciode la resurrección del Señor continúa siendo la noticia decisiva de lafe cristiana. Las palabras que Pedro dirige a la gente representanuna profesión de fe en Cristo, muerto y resucitado. Aquellos primerosdiscípulos son testigos de que Dios resucitó a Jesús de entre losmuertos.

Para participar en profundidad del triunfo del Resucitado hemosde convertirnos. La Eucaristía debe ser para los cristianos principiode vida y fuerza para un nuevo estilo de resucitados. Si no es asídeberíamos preguntarnos si no estaremos traicionándola con nuestramediocridad. Tanto la primera lectura como el Evangelio nos invitan alarrepentimiento y a la conversión. El Resucitado permanece siemprecon nosotros y nos libera de toda esclavitud. Hemos sido rescatadosa precio de la sangre de Cristo. Como nos dice la segunda lectura, Éles víctima de propiciación por los pecados de todos los hombres.

La relación esencial entre Iglesia y Eucaristía se expresa demanera particular el día en que toda la comunidad es convocadapara conmemorar la resurrección del Señor. La Eucaristía dominical,con la presencia comunitaria y la solemnidad por celebrar el día enque Cristo resucitó, subraya con nuevo énfasis esta dimensión ecle-sial comunitaria.

Al ser la Eucaristía el verdadero centro del domingo, se compren-de por qué, desde los primeros siglos, la Iglesia no ha cesado de afir-mar su necesidad e incluso la obligación de participar en ella. Al prin-cipio, era tanto el deseo que los cristianos tenían de participar en ella,que no se consideró necesario ponerla como precepto, decían:‘Nosotros no podemos vivir sin celebrar el día del Señor’.

Reflexión Homilética3

Para la vida4

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