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Primeras Jornadas sobre Bibliotecas de Museos Nuevos medios y nuevos públicos Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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  • Primeras Jornadas sobre Bibliotecas de MuseosNuevos medios y nuevos pblicos

    Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte

  • Primeras Jornadas sobre Bibliotecas de Museos

    Nuevos medios y nuevos pblicos

  • Edita: SECRETARA GENERAL TCNICA Subdireccin General de Documentacin y Publicaciones

    De los textos e imgenes: sus autores

    NIPO: 030-12-278-4

    Catlogo de publicaciones del Ministerio: www.mecd.gob.esCatlogo general de publicaciones oficiales: publicacionesoficiales.boe.es

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  • Jos Ignacio Wert Ortega Ministro de Educacin, Cultura y Deporte

    Jos Mara Lassalle RuizSecretario de Estado de Cultura

    Jess Prieto de PedroDirector General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas

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  • Bibliotecas de Museos. Hacia un nuevo modeloEl Centro de Estudios y Documentacin del MACBA. Hacia un nuevo modelo de biblioteca de museo 7Mela Dvila Freire

    Directora del Centro de Estudios y Documentacin del Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA)

    El patrimonio bibliogrfico de las bibliotecas de los museos 21Javier Docampo Capilla

    Jefe del rea de Biblioteca, Archivo y Documentacin. Museo Nacional del Prado

    Bibliotecas de museos de artes decorativas: gestin y recursos 35Nicolas Prez Cceres

    Bibliotecario. Museo Nacional de Artes Decorativas

    El modelo de biblioteca de Artium 59Elena Roseras Carcedo

    Responsable de la Biblioteca-Centro de Documentacin de Artium, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporneo (Vitoria-Gasteiz)

    La biblioteca del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid 77Soledad Cnovas del Castillo

    Responsable de la Biblioteca. Museo Thyssen-Bornemisza

    Redes de Bibliotecas de Museos Learning Machines, Wunderkammers, and Networks in Documenting the Art of Our Time 93Milan R. Hughston

    Chief of Library & Museum Archives. The Museum of Modern Art. New York

    Quench Your Art Thirst! NYARC Engages New Audiences 115Deborah Kempe

    Chief, Collections Management and Access. Frick Art Reference Library. Frick Collection. New York

    Bibliotecas de museos en la Rede de Bibliotecas de Galicia 131 Rosa Lamas Casado y Antonia Soto Gmez

    Bibliotecaria. Museo Etnolxico. Ribadavia-Ourense y Bibliotecaria. Museo das Peregrinacins e de Santiago

    La Red de Bibliotecas del CSIC y las bibliotecas de museos 143Eugenia Insa Lacave

    Jefa de la Unidad Biblioteca y Archivo. Real Jardn Botnico de Madrid, CSIC

    La Red de Bibliotecas de Museos (BIMUS) 153Ral Alonso Sez

    Coordinador de la Red de Bibliotecas de Museos. BIMUS. Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte

    ndice

  • Bibliotecas de los Museos de la Universidad Complutense de Madrid. Proyecto de visibilidad 167Mara Olivera Zaldua y Manuel Blzquez Ochando

    Profesores. Facultad de Ciencias de la Documentacin de la Universidad Complutense de Madrid

    Biblioteca de la Fundacin Lzaro Galdiano. Proyectos culturales y de investigacin 181Juan Antonio Yeves Andrs

    Director de la Biblioteca de la Fundacin Lzaro Galdiano

    La biblioteca del Photomuseum de Zarautz 203Juan Miguel Snchez Vigil

    Profesor Titular. Facultad de Ciencias de la Documentacin de la Universidad Complutense de Madrid

    Nuevos medios y nuevos pblicos. La Web. Bibliotecas VirtualesGestin de contenidos web y promocin a travs de las redes sociales 215Araceli Corbo Garca

    Responsable de la Biblioteca-Centro de Documentacin del MUSAC (Museo de Arte Contemporneo de Castilla y Len)

    El usuario 2.0 de informacin 231Isabel Villaseor Rodrguez

    Profesora Titular. Facultad de Ciencias de la Documentacin de la Universidad Complutense de Madrid

    El Proyecto MUSAS / MUSAS Valncia: una experiecia local 243Emilio Ruiz Trueba

    Bibliotecario. Museo Etnogrfico de Castilla y Len. Administrador del Proyecto MUSAS

    Amparo Pons Cortell

    Bibliotecaria. Museu Valenci dEtnologia

    La Biblioteca Virtual de Museos. La Biblioteca del Museo Nacional del Teatro 255Beatriz Patio Lara

    Bibliotecaria. Museo Nacional del Teatro

    La digitalizacin en el Museo del Romanticismo 263Paloma Dorado Prez

    Bibliotecaria. Museo Nacional del Romanticismo

  • Ttulo

    Subttulo 1

    Subttulo 2

    El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA. Hacia un nuevo modelo de biblioteca de museo

    Mela Dvila Freire

  • Sinopsis

    Transcurridos casi cuatro aos de fun-cionamiento del Centro de Estudios y Documentacin del MACBA, es posible

    extraer ya las primeras conclusiones que se desprenden de nuestra prctica profesional en la tarea de definir y construir las coleccio-nes bibliogrficas y documentales del Museo. En esta ponencia se presentarn brevemen-te los principales rasgos especficos que han condicionado la estructura que conforma las colecciones del Centro de Estudios, repartidas entre las reas de archivo y biblioteca.

    El primero de estos rasgos es la relacin que articula los fondos del archivo y la biblio-teca con la coleccin de arte del Museo, re-lacin que emana de una concepcin terica segn la cual las categoras de obra de arte y documento entendidas en sentido clsico

    no se aplican. Junto con esta concepcin de continuidad entre colecciones, otro factor re-levante es la tenue lnea divisoria entre lo que podran denominarse procesos de trabajo y productos del trabajo en el mbito de la documentacin relacionada con las prcticas artsticas contemporneas.

    Partiendo de estos dos rasgos distintivos, se analizarn brevemente algunos casos es-pecficos que obligan a replantear en profun-didad el uso de los mtodos de clasificacin y las tipologas de descripcin clsicos, y a continuacin se presentar una seleccin de los proyectos que el Centro de Estudios ha emprendido para reconfigurar las formas de acceso a sus colecciones que pone a disposi-cin de sus usuarios, tanto presenciales como en lnea.

    El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA. Hacia un nuevo modelo de biblioteca de museo

    Mela Dvila FreireCentro de Estudios y Documentacin

    Museu dArt Contemporani de Barcelona

    (MACBA)

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA10

    El Centro de Estudios y Documentacin abri sus puertas en diciembre de 2007 con la misin explcita de expandir el

    campo de accin del Museo para reforzar sus funciones como centro de investigacin, debate y difusin del pensamiento1. Su pa-trimonio documental est especializado en prcticas artsticas contemporneas2, y en la actualidad abarca unos 70.000 volmenes en la biblioteca y unos 150.000 documentos en el archivo. La biblioteca rene bibliografa de referencia y abundante material audiovisual, en tanto que el archivo aglutina numerosos fondos y colecciones. Entre ellos se cuentan li-bros y otras publicaciones de artista, archivos personales de artistas, fotgrafos y crticos de arte, archivos de actividad de galeras de arte, adems de carteles y todo tipo de material im-preso destinado a la difusin (el comnmente llamado material efmero).

    Con este patrimonio, el Centro de Estudios y Documentacin se ha fijado tres objetivos de actuacin. En primer lugar, trabajar para ampliarlo y enriquecerlo hasta convertirlo en una referencia documental significativa en s misma, a la vez que complementa y enriquece los fondos de arte pertenecientes al MACBA.

    1 Vase la seccin Archivo y Biblioteca del sitio web del MACBA, www.macba.cat.

    2 Cronolgicamente, todas las colecciones del MACBA arrancan en torno a los aos cincuenta del pasado siglo.

    En segundo lugar, favorecer su mxima difu-sin, recurriendo para ello a vas y mtodos de divulgacin creativos y adaptados a las caractersticas especficas de sus diversas co-lecciones y fondos. Y, en tercer y ltimo lugar, utilizarlo como base a partir de la cual fomen-tar activamente la investigacin sobre prcti-cas artsticas contemporneas.

    De estos tres objetivos, sin duda es el pri-mero en que el equipo del Centro de Estudios ha realizado avances ms significativos a lo largo de sus primeros cuatro aos de existen-cia. Para valorar estos avances, posiblemente convenga hacer un poco de historia y recordar que en 2007, ao de apertura del Centro de Estudios, sus fondos documentales corres-pondan fundamentalmente a la biblioteca. El rea de archivo estaba por crear, aunque en el MACBA existan ya una serie de materiales documentales no estrictamente asimilables a la biblioteca, que haban llegado al Museo por diversas vas (sobre todo, la donacin y la compra) y que hasta entonces se haban ido distribuyendo entre la biblioteca y la Colec-cin de arte de forma poco sistemtica.

    El hecho de que en aquellos primeros mo-mentos el patrimonio del Centro de Estudios fuese ms bien modesto, sobre todo en el m-bito del archivo, ofreci la valiossima oportu-nidad de reflexionar en profundidad sobre cul deba ser el lugar que los fondos docu-mentales iban a ocupar a partir de entonces

    Fig. 1. Diagrama de la relacin entre colecciones

  • El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA 11

    en relacin con la biblioteca, con la Coleccin MACBA y hasta con la propia institucin, a fin de definir de forma adecuada la relacin entre los tres conjuntos patrimoniales, y tambin los mtodos de clasificacin con los que iban a describirse los fondos documentales.

    A la hora de iniciar esta reflexin, el MACBA parta de la premisa de que su patrimonio documental constituye una prolongacin de la Coleccin de arte, a la cual ampla y enri-quece, multiplicando su potencial para ge-nerar nue vas relaciones, interpretaciones y lecturas. En otras palabras, los fondos docu-mentales del Museo no se limitan a ilustrar o comentar la Coleccin de arte, sino que junto a ella forman un continuo que encarna, en su totalidad, la riqueza patrimonial del Museo. Esta premisa terica emana de la conviccin de que, desde principios del siglo pasado, la produccin artstica ya no puede entenderse tan solo a travs de las obras de arte, sino que el documento (en sus diversas y variadas acepciones) ha entrado a formar parte del len-guaje que compone una produccin cul tural compleja como es el arte (fig. 1).

    Entre los diversos factores que explican la gradual relevancia que el documento ha ido adquiriendo en el contexto de la creacin artstica contempornea, uno de los ms sig-nificativos radica en la ruptura de paradigmas ocurrida en los aos cincuenta y sesenta, y el subsiguiente proceso de desmaterializacin

    del objeto artstico que, entre otras conse-cuencias, consolid las publicaciones de artis-ta como soporte artstico de pleno derecho. Desde entonces hasta nuestros das, son nu-merossimos los artistas que han escogido el documento editado (ya sea un libro, una pos-tal, un trptico o cualquier otro soporte) como soporte o formato para su trabajo creativo, si bien sus motivaciones, sus objetivos y los me-dios que utilizan han ido amplindose y trans-formndose, y en la actualidad coinciden solo en parte con los que impulsaron a los pione-ros en la creacin de libros de artista.

    En algunos mbitos concretos de la activi-dad artstica, aquel mismo proceso de cambio, a su vez, dio lugar a la desaparicin del pro-ducto final de la actividad creadora, esto es, la obra de arte entendida en el sentido clsico objetual del trmino. Esta transformacin, evidente sobre todo en prcticas como la per-formance, el happening, etc., ha tenido pro-fundas consecuencias que llegan hasta la ac-tualidad, en tanto que ha otorgado un nuevo estatus a la documentacin que ilustra even-tos creativos de esta ndole, asimilndola a la obra de arte en muchos sentidos sin excluir ni siquiera el comercial, tal como demuestran, por ejemplo, los precios que pueden alcanzar las fotografas o las grabaciones en vdeo de algunas performances histricas (fig. 2).

    Para el Centro de Estudios del MACBA, todos estos factores resultaron decisivos en

    Fig. 2. Diagrama obra / documento

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA12

    el momento de poner en marcha el rea de archivo y establecer los criterios de separa-cin que ayudaran a delimitar las fronteras entre Coleccin de arte, archivo y biblioteca. A nivel tcnico, la consecuencia prctica ms perceptible y, posiblemente, tambin la ms radical fue la decisin de describir los fondos y las colecciones documentales del recin creado archivo en la misma base de datos que describe las obras de arte de la Coleccin MACBA3, de tal forma que, al rea-lizar bsquedas contra los contenidos de di-cha base de datos, pudiesen obtenerse todo tipo de resultados combinados a partir de los fondos de ambas colecciones. Este mtodo de trabajo garantizaba, adems, la posibilidad de conservar informacin sobre de las vicisitudes de los documentos que forman parte del ar-chivo en sus facetas ms asimilables a otros objetos expositivos, como por ejemplo las intervenciones de restauracin, los prstamos para exposiciones (propias o de otras institu-ciones), las especificidades de embalaje, etc.

    Tras una primera fase de adaptacin de la base de datos y coordinacin del trabajo de catalogacin, desde principios de 2009 la descripcin conjunta de documentos del archivo y obras de arte es una realidad, y desde principios de 2012 los resultados ya son visibles en lnea y estn al alcance de los usuarios externos, gracias a la publicacin de los nuevos recursos de bsqueda para la Coleccin MACBA y el archivo en el sitio web del Museo. Es todava relativamente pronto para hacer una valoracin en profundidad de las ventajas e inconvenientes que plan-tea este mtodo de descripcin para los usuarios, puesto que el sistema lleva poco tiempo funcionando en lnea y todava con-tina el proceso de volcado de registros a la versin web de la base de datos. Los pri-meros resultados, no obstante, son prome-tedores en cuanto a la riqueza de asociacio-nes y la multiplicidad de interrelaciones que llegan a establecerse entre documentos de diversas colecciones y fondos, por un lado, y obras de arte de la Coleccin, por otro. A lo cual se debe sumarse otra gran ventaja: la visibilidad que adquiere la documentacin

    3 La base de datos en cuestin es Museum Plus, un software comercial producido por la empresa Zetcom (Suiza) y destinado a la gestin de colecciones de objetos. En la versin que el MACBA utiliza, Museum Plus se ha implementado para incluir la categora documento y los campos de descripcin correspondientes.

    mediante este mtodo, visibilidad que dif-cilmente hubiera podido conseguirse si las consultas sobre obras de arte y colecciones documentales se hubiesen planteado por separado.

    Adems de fortalecer y estrechar la rela-cin entre obra de arte y documento, el pro-ceso de desmaterializacin del objeto artstico trajo consigo otra importante consecuencia. Al quedar la obra desposeda de su condicin objetual y, por lo tanto, al desaparecer el pro-ducto de la creacin entendido en sentido f-sico, cobran una relevancia radical las relacio-nes entre todos los elementos del proceso de creacin. En otras palabras: se vuelve impe-riosa la necesidad de hacer patentes, a travs de la clasificacin, la descripcin y la visuali-zacin de datos, las relaciones entre los docu-mentos mismos y entre estos y su contexto, ms all sus caractersticas fsicas intrnsecas y su contenido, relaciones que de otro modo tienden a quedar ensombrecidas o incluso a desaparecer por completo. Este planteamien-to, que puede sonar abstracto o poco aplica-ble a la prctica cotidiana de un archivo, resul-ta fundamental cuando se trata de capturar en una base de datos la trayectoria de los muchos artistas en cuya prctica creadora las fronteras entre el proyecto a nivel terico, la obra de arte acabada, la exposicin, el mate-rial de archivo y el documento se desdibujan hasta desaparecer. Tal es el caso de Miralda y su proyecto FoodCultura, compartido con la cocinera Montse Guilln (fig. 3).

    Miralda (Terrassa, Barcelona, 1942) ini-ci su carrera artstica en 1962 desde Pars, donde empez a crear objetos escultricos y dibujos a la vez que se ganaba la vida traba-jando como fotgrafo para revistas de moda. Sus primeras obras expuestas fueron escultu-ras hechas con soldaditos de juguete, que se mostraron en Pars, Londres y otras ciudades europeas. En 1967, Miralda empez a crear esculturas de comida hechas de materiales orgnicos y objetos tomados de la cultura po-pular. Simultneamente, empez a colaborar con otros artistas en la creacin de eventos participativos, en los cuales diversos alimen-tos coloreados y ciertos rituales ceremonia-les desempeaban un papel central. Aquellas obras a pequea escala fueron evolucionando hasta convertirse en grandes construcciones destinadas incluso a espacios pblicos, a la vez que los eventos privados se convirtieron en complejos ceremoniales llenos de ritua-

  • El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA 13

    les y de color. En 1971 Miralda se traslad a Nueva York, y desde entonces ha vivido entre Estados Unidos y Europa, siempre sin dejar de viajar y de reunir, a lo largo de sus viajes, enormes cantidades de objetos que han ido a parar a su gigantesco archivo personal.

    A principios de los aos ochenta, Miralda empez a colaborar con la cocinera Montse Guilln. Las acciones, colecciones, publicacio-nes, exposiciones, proyectos e incluso restau-rantes (como El Internacional, en Nueva York, abierto en 1984, y el Bigfish Mayiami, en 1996 en Miami) desarrollados por ambos cristaliza-ron en el proyecto FoodCulturaMuseum, cuya primera manifestacin fsica fue el Food Pavi-lion, presentado en la Expo 2000 en Hannover.

    Desde mediados de 2011, el Centro de Es-tudios y Documentacin del MACBA colabora con Miralda y Montse Guilln a fin de definir una estructura de bases de datos que permi-ta describir la actividad artstica de Miralda a lo largo del tiempo, as como la huella que di-

    cha actividad ha ido dejando en forma de do-cumentos de todo tipo, y los numerossimos elementos que conforman su archivo perso-nal. Este archivo incluye abundante documen-tacin sobre sus proyectos artsticos de larga duracin, las obras en que dichos proyectos han ido materializndose, y el registro docu-mental de las exposiciones y acontecimientos artsticos en que Miralda ha participado. A ello se suma, adems, el archivo FoodCultura, compuesto por bibliografa y por todo tipo de artefactos relacionados con la comida y sus rituales, como cucharas, ollas, platos, vasos, manteles y otros utensilios procedentes de diversas culturas y contextos geogrficos; una gran coleccin de objetos rituales vinculados a las ideas de fertilidad y regeneracin, entre la que ocupa un lugar destacado la coleccin de huevos; manteles intervenidos, colecciones de recetas y otras series de objetos realizados por el pblico de las acciones participativas que Miralda ha organizado; etctera.

    Fig. 3. Fotografa estudio de Miralda

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA14

    Para sistematizar la descripcin de seme-jante abundancia de materiales, desde el prin-cipio resultaba evidente que se requera una base de datos que recogiese no solo las carac-tersticas intrnsecas a cada uno de ellos, sino tambin las relaciones que guardan entre s. Con este objetivo, el equipo del Centro de Es-tudios ha construido una estructura de bases de datos que se basa, de forma simplificada, en la estrecha relacin que vincula cuatro ca-tegoras bsicas: el proyecto artstico (el nivel ms abstracto), la exposicin o evento (el nivel ms pblico), la obra o el tem de archi-vo (el nivel ms objetual), y los documentos relativos a las otras tres categoras, entendi-dos en sentido clsico: fotografas, textos, re-cortes de prensa, bibliografa, etc. (fig. 4).

    El caso de Miralda, desde luego, no es nico. La versatilidad con la que determina-dos creadores saltan entre gneros artsticos diversos incide de forma directa en la difi-cultad para clasificar y describir sus legados basndose en series de descripcin clsicas, como seran, por ejemplo, Manuscritos en oposicin a Obra visual (original), que a su vez se distingue de la Obra visual (editada). Actualmente, el Centro de Estudios y Docu-mentacin del MACBA se encuentra inmerso en el proceso de incorporar a sus fondos un

    legado que constituye un inmejorable ejem-plo de esta problemtica, como es el que componen la biblioteca, el archivo personal y las obras de arte de Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998), poeta, dramaturgo y artista pls-tico a partes iguales. Este legado integra obje-tos tridimensionales junto a poemas visuales inditos o publicados, manuscritos de teatro, prosa y poesa, originales y ejemplares edita-dos de carteles, correspondencia, fotografas, recortes de peridico y una ingente cantidad de documentacin diversa, todo ello entrela-zado por numerossimas relaciones y recicla-do de manera creativa, una y otra vez, en unos y otros formatos (figs. 5 y 6).

    Y, de hecho, esta problemtica se extien-de ms all de la propia prctica artstica para afectar a otro tipo de colecciones que se resis-ten igualmente a los mtodos de descripcin clsicos, si bien por diferentes motivos. En el contexto de la definicin y puesta en marcha del archivo institucional del MACBA, el Centro de Estudios ha emprendido la tarea de replan-tear con profundidad las implicaciones y el sig-nificado, en trminos tanto tericos como prc-ticos, de la actividad de archivar exposiciones. Las exposiciones constituyen dispositivos dis-cursivos dotado de sus propios cdigos, cuyas claves, a menudo, no son transparentes para

    Fig. 4. Diagrama proyecto / exposicin / tem / documentacin

  • El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA 15

    el pblico, ni se consideran objeto de anlisis para la institucin que las produce y presenta como parte fundamental y particularmente vi-sible (y, al mismo tiempo, efmera) de su activi-dad. El progresivo protagonismo que la figura de los comisarios de arte ha ido adquiriendo a lo largo del siglo XX puede sealarse como uno de los factores que han contribuido al proceso de sofisticacin y especializacin de los lengua-jes expositivos, y posiblemente explica en par-te el creciente inters que se est viviendo por la historia de las exposiciones en su condicin de objetos culturales: su impacto en la historio-grafa artstica, los cdigos de su lenguaje, sus carencias y sus xitos en la presentacin de la

    actividad creadora en las salas de una galera o un museo.

    Gracias al impulso del programa europeo de investigacin MeLA Museums and Libra-ries in/of an Age of Migrations4, desde el Cen-tro de Estudios se ha iniciado la revisin de los mtodos que el MACBA y otras instituciones

    4 MeLA - Museums and Libraries in/of an Age of Migrations es un programa de investigacin financiado por el Seventh Framework Programme de la Comisin Europea, en el que participan nueve instituciones de cinco pases europeos, entre las cuales se cuenta el Centro de Estudios y Documentacin del MACBA (www.mela-project.eu).

    Fig. 5. Fotografa Joan Brossa. Autor desconocido. Joan Brossa sentado con la A en la mano, 1974. Coleccin MACBA. Centro de Estudios y Documentacin. Fondo Joan Brossa. Fundaci Joan Brossa. 2012

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA16

    semejantes vienen empleando para archivar la huella documental que deja tras de s cada exposicin, con la finalidad ltima de incluir en el archivo documental que genera cada una de las muestras que presenta el MACBA todos aquellos documentos que permitan, a medio y largo plazo, estudiar aspectos del proceso de creacin de las exposiciones, y no nicamente valorarlas en tanto resultado o producto final. Esta labor de anlisis y re-planteamiento, que est todava en marcha, se materializar en la inclusin en el archi-vo de exposiciones del MACBA de categoras documentales hasta la fecha consideradas documentos provisionales, y por ello no debidamente tenidas en cuenta a nivel de archivo institucional, al menos en el caso del MACBA, como por ejemplo los sucesivos borradores de las listas de obras o de la or-denacin en salas de las piezas expuestas. Cabe desear que el resultado de esta re-novacin del mtodo sea tambin, una vez ms, la puesta en marcha de una forma de describir los diversos elementos documen-tales que consiga hacer patentes y visibilizar

    de forma clara las diferentes relaciones en-tre ellos y su condicin de elementos de un proceso de trabajo desatendido, hasta la fe-cha, a favor de los productos finales, como son la hoja de mano, la invitacin, el repor-taje fotogrfico de cada exposicin tal como queda finalmente montada, etc.

    Casos como el archivo Brossa, el archivo Miralda o el propio archivo de exposiciones del MACBA ilustran el espritu de explora-cin de nuevas vas y mtodos de trabajo que ha guiado la labor del Centro de Estu-dios y Documentacin en sus primeras ta-reas de descripcin de fondos. Este mismo espritu impulsa tambin otro tipo de accio-nes no ya destinadas a la descripcin de fon-dos, sino a la divulgacin de sus contenidos, que como antes se ha sealado constituye la segunda de las principales misiones del Centro. En este terreno, de la actividad di-vulgadora realizada hasta la fecha destacan posiblemente dos iniciativas: la publicacin en lnea del archivo Xavier Miserachs, y la dinmica de revisin del formato expositivo para la presentacin de documentos.

    Fig. 6. Fotografa archivo Brossa. Joan Brossa. Manuscrit Fora de l'umbracle (1968), ltima versin. Coleccin MACBA. Centro de Estudios y Documentacin. Fondo Joan Brossa. Fundaci Joan Brossa, 2012

  • El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA 17

    Xavier Miserachs (Barcelona, 1937-1998) dio sus primeros pasos como fotgrafo en 1952. En 1957 tuvo lugar la primera de las dos exposiciones que reunieron sus fotografas junto a las de Ricard Terr y Ramn Masats, y que marcara el inicio de lo que el crtico bar-celons Josep Maria Casademont denomin la nueva vanguardia en la fotografa espaola. Dos aos ms tarde, en 1959, se presentara la segunda exposicin del tro Terr-Miserachs-Masats. En 1961 Miserachs puso en marcha su estudio profesional, desde el que fue alternan-do encargos como fotgrafo profesional con la realizacin de las fotografas que posterior-mente daran lugar a sus emblemticos fotoli-bros de los aos sesenta: Barcelona blanc i ne-gre (1965), Costa Brava Show (Kairs, 1966) y Los cachorros (Lumen, 1967). Desde finales de los aos sesenta fue ampliando su actividad como fotgrafo para incluir la publicidad, el re-portaje y, en numerosas ocasiones, la fotogra-fa editorial. A partir de 1966 empez a viajar de forma constante, merced a su trabajo como corresponsal para las revistas Actualidad Es-paola, Gaceta Ilustrada, La Vanguardia, Inter-

    vi y Triunfo. En los ltimos aos de su vida se interes por la escritura y por dejar testimonio de su concepcin de la fotografa, beligerante hacia lo que l entenda como la cultura foto-grfica dominante y sus instituciones.

    Xavier Miserachs falleci en 1998, a los se-senta y un aos de edad, dejando tras de s un legado compuesto por unos 80.000 negativos, sus libros de notas, su correspondencia y una pequea pero selecta biblioteca especializada en fotografa. En febrero de 2011, este fon-do pas a la custodia del Centro de Estudios y Documentacin mediante un acuerdo de depsito a veinticinco aos, en virtud del cual las herederas del fotgrafo conservan tanto la propiedad como los derechos morales y de ex-plotacin de la obra, y el Centro de Estudios se compromete a su conservacin, catalogacin y divulgacin. Precisamente con el objetivo de dar a conocer sus contenidos, tras valorar di-versas posibilidades de publicacin en lnea, de comn acuerdo con las herederas se escogi una alternativa poco explotada hasta la fecha, a nivel institucional, en Espaa, como es la web social Flickr. El resultado ha superado incluso

    Fig. 7. Pantallazo lbumes Miserachs en Flickr

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA18

    las expectativas ms optimistas: durante 2011 se registraron aproximadamente 326.000 visi-tas a los lbumes fotogrficos de Xavier Mise-rachs que ofrece el perfil del Centro de Estu-dios en Flickr, cifra que difcilmente hubiera podido alcanzarse ni siquiera publicando las imgenes en la propia web del MACBA (cosa que, por otro lado, hubiera exigido la imple-mentacin de algn tipo de software para ges-tionar este banco de imgenes) (fig. 7).

    La incorporacin de los fondos de Xavier Miserachs, y la correspondiente creacin del perfil en Flickr del Centro de Estudios, han coincidido con la puesta en marcha de una incipiente coleccin de imgenes que el MACBA pone a disposicin de los usuarios bajo una licencia Creative Commons, que permite utilizarlas gratuitamente para usos no comerciales, siempre que se citen debi-damente su autora y su procedencia. Esta coleccin, que ha resultado ser tambin pio-

    nera en el contexto de las instituciones es-paolas, arranc con diez fotografas de Xa-vier Miserachs a las que se han ido sumando imgenes de otros autores. La idea es seguir amplindola gradualmente, en la medida en que la nueva incorporacin de fondos lo permita, con una doble finalidad: como es-trategia de divulgacin y con la intencin de compartir de forma efectiva al menos una parte pequea de los fondos documentales del Centro de Estudios del MACBA, una ins-titucin no debe olvidarse de titularidad y de vocacin pblicas.

    En lo que afecta a la divulgacin no ya en lnea, sino desde nuestra propia sede, coin-cidiendo con la puesta en marcha del Cen-tro de Estudios se habilit la planta baja del edificio que alberga el Centro para conver-tirla en espacio de exposiciones, y durante dos aos se realizaron en este espacio una serie de muestras de documentos, sobre

    Fig. 8. Vista de sala. Exposicin En los mrgenes del arte. Creacin y compromiso poltico, 10/07/2009 - 27/09/2009. Fotografa: Tony Coll

  • El Centro de Estudios y Documentacin del MACBA 19

    todo, pero no exclusivamente, provenientes de los fondos y colecciones propios. Estas exposiciones seguan los patrones forma-les que son propios de las exposiciones del MACBA en un espacio que, sin estar desti-nado a exposiciones, previamente se adapt mediante la construccin de un falso cubo blanco interior que lo asimilase lo ms po-sible a una sala de exposiciones tradicional (fig. 8).

    Si bien estas muestras tuvieron una bue-na acogida entre el pblico, tambin sirvie-ron para poner de relieve lo inadecuado del formato expositivo clsico cuando se trata de exponer documentos: en muchos casos dif-cilmente pueden leerse o apreciarse de forma idnea, al estar enmarcados o expuestos en vitrinas que limitan enormemente su acceso. Ello, unido al impacto de los recortes de presu-puesto que el MACBA empez a experimentar en 2009, forz la finalizacin del programa de exposiciones tal como se haba concebido en un principio, y el arranque de un perodo de reflexin sobre la mejor forma de adaptar la sala a una serie de usos ms adecuados para mostrar documentos, que combinen de forma equilibrada elementos de exposicin clsicos con otros formatos de acceso (facsmiles, digi-talizaciones de todas las pginas, vitrinas que permitan extraer los ejemplares para hojear-los, etc.) ms asimilables a los propios de una biblioteca. Se tratara, en definitiva, de rein-ventar el aspecto formal de un espacio que idealmente debera situarse a medio camino entre una biblioteca y una sala de exposicio-nes, y permitir, en todo caso, una interaccin mucho mayor entre visitantes y documentos, y entre los visitantes mismos.

    Esta reflexin ha alcanzado ahora nue-vo peso gracias al proyecto de investigacin antes mencionado, MeLA Museums and Li-braries in/of an Age of Migrations, en cuyo contexto se ha lanzado una convocatoria a

    estudiantes de posgrado de arquitectura, con el fin de recavar propuestas para la formali-zacin de las necesidades del Centro de Estu-dios en cuanto a su espacio de exposiciones, siempre teniendo en cuenta que dicha for-malizacin debera ser, adems, sostenible, es decir: debera ser flexible y adaptable sin exigir en cada cambio un gasto de dinero im-portante (a diferencia de lo que suele ocurrir con las salas de exposicin de los museos). Una vez seleccionadas las mejores propues-tas de entre las recibidas (aproximadamente medio centenar), desde el Centro de Estudios se les dar la mxima difusin, a fin de que otros centros con inquietudes o problemti-cas similares puedan inspirarse en ellas a lo largo de sus propios procesos de exploracin y diseo de nuevos espacios de presentacin pblica para la documentacin.

    Hasta aqu algunos ejemplos, pues, de ac-ciones emprendidas por el Centro de Estudios y Documentacin del MACBA en cuanto a la creacin de fondos documentales, su conser-vacin y su difusin. A lo largo de sus prime-ros cuatro aos de existencia, la tercera de sus misiones, el fomento de la investigacin ape-nas se ha esbozado mediante la creacin de un modesto (pero exitoso) programa de resi-dencias para investigadores, y de una intensa colaboracin con facultades y otros centros de formacin superior para ofrecer programas de prcticas profesionales a sus alumnos. Queda, por lo tanto, mucho camino que recorrer. Es de esperar que este camino pueda ir hacin-dose a lo largo de los prximos aos, al mismo tiempo que prosigue la incorporacin de nue-vos fondos y se desarrollan nuevas estrategias de clasificacin y difusin, que respondan de forma satisfactoria a los muchos retos que plantea la documentacin sobre prcticas ar-tsticas contemporneas, y permitan explotar su potencial como elemento ya imprescindible en relacin con dichas prcticas.

  • Ttulo

    Subttulo 1

    Subttulo 2

    El patrimonio bibliogrfico de las bibliotecas de museos espaoles

    Javier Docampo Capilla

  • No es un secreto para nadie que el pa-trimonio bibliogrfico espaol es, pese a los saqueos, destrucciones y abando-

    nos que ha sufrido, uno de los ms ricos de Europa. Conservado fundamentalmente en bi-bliotecas dependientes de las distintas admi-nistraciones pblicas y en centros de la Iglesia (catedrales, monasterios, etc.) su conocimien-to exhaustivo ha avanzado en los ltimos aos sobre todo gracias a los esfuerzos del Catlo-go Colectivo del Patrimonio Bibliogrfico (L-pez Bernaldo de Quirs, 2004). El CCPB, con ms de un milln de registros bibliogrficos, y casi tres millones de ejemplares, pertenecien-tes a 765 centros, es la herramienta bsica para conocer cul es el patrimonio bibliogr-fico espaol, un concepto ms complejo de lo que puede parecer a simple vista.

    Sin embargo el CCPB solo incluye en la actualidad 38 bibliotecas de museos, es decir, un 5% aproximadamente de las 765 que lo forman. Adems, muchas de estas son bibliotecas de pequeos museos locales y faltan centros tan importantes como el Museu Nacional d'Art de Catalunya. El hecho se debe

    a que las bibliotecas de museos son el sector ms desconocido del mundo bibliotecario espaol. Su aislamiento y su reclusin en el servicio interno de las instituciones a las que sirven han conducido a esta situacin, de la que empiezan a salir en los ltimos aos.

    Otro factor importante es que una restrin-gida definicin de patrimonio bibliogrfico dificulta la comprensin de los fondos patri-moniales de las bibliotecas de los museos. Y es que los museos de arte contemporneo en los ltimos aos han coleccionado numero-sas obras que podemos calificar como arts-ticas (fundamentalmente libros de artista) o de gran importancia documental y que hasta ahora no han sido contempladas como patri-monio bibliogrfico.

    Los problemas que plantea la gestin y servicio de estos materiales en las bibliotecas son similares a los que cualquier biblioteca patrimonial, pero agravados por lo inusual del material dentro de la institucin. Las adquisiciones de patrimonio bibliogrfico en las bibliotecas de museos siempre cuentan con la dificultad aadida de convencer a los

    El patrimonio bibliogrfico de las bibliotecas de museos espaoles

    Javier Docampo CapillaMuseo Nacional del Prado

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s24

    responsables respectivos del inters de un material que parece con frecuencia ajeno a la del museo. Por ello es muy importante que la biblioteca tenga para este tipo de materiales, como para cualquier otro, unas lneas muy claras de actuacin que se plasmen por escrito en un Documento de Poltica Documental, en el que se especifiquen qu tipo de libros, qu materias y con que grado de exhaustividad se adquieren. Las vas son las usuales en cualquier biblioteca: compras directas a anticuarios o libreras, subastas (con la posibilidad en el caso de las instituciones dependientes del Estado, de ejercer el derecho de tanteo a travs del Ministerio) o compras a particulares de ejemplares sueltos o bibliotecas enteras.

    Asimismo, es difcil para la biblioteca del Museo que los ejemplares necesitados de res-

    tauracin sean reparados en los talleres del propio museo. Es posible que existan talleres de restauracin de papel en el museo, pero es difcil que existan talleres de restauracin de encuadernaciones, con el instrumental ade-cuado. Por ello se abren dos posibilidades: la restauracin en alguna institucin pblica, como el Instituto del Patrimonio Cultural de Espaa, o alguno de los institutos similares que han ido surgiendo en los ltimos aos en las distintas autonomas, como el Instituto An-daluz del Patrimonio Histrico, o la restaura-cin en talleres privados.

    Respecto a los servicios que la biblioteca debe ofrecer con estos materiales hay que se-alar que, por ms que la reproduccin masi-va de fondos bibliogrficos en los ltimos aos parezca haber hecho innecesaria la consulta

    Fig. 1. Exposicin de cmics Hroes de papel (Vitoria, Artium, 2005)

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s 25

    de originales, lo cierto es que esta contina siendo imprescindible para los investigado-res. Nada puede sustituir al contacto directo con el original, especialmente cuando lo que se busca es un estudio de los aspectos mate-riales del libro. Por ello el servicio de los libros patrimoniales en sala sigue siendo un medio bsico de comunicacin del fondo. El fondo puede sufrir deterioros y son dos los factores a tener en cuenta: medidas de preservacin (cojines, atriles, etc.) y medidas de seguridad.

    La digitalizacin de fondos patrimoniales y su difusin a travs de la red tambin ha llega-do a las bibliotecas de museos. En este sentido la ms importante iniciativa que se ha puesto en marcha en nuestro pas en los ltimos aos ha sido la biblioteca digital de la red BIMUS, el proyecto de red de bibliotecas de museos ms importante realizado en los ltimos aos, que en la actualidad, y tras la incorporacin de las bibliotecas del Museo del Prado y del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa a finales de 2011, agrupa a 20 bibliotecas, cuyos fondos bibliogrficos superan los 500.000 ejemplares (http://bimus.mcu.es). La biblioteca digital de BIMUS cuenta en la actualidad con 1.682 obras digitalizadas a texto completo. La mayor parte

    (1.131) son obras del siglo XIX, mientras que la biblioteca que ms obras ha aportado es la del Museo Nacional del Teatro (1.160).

    Otra forma bsica de difundir este fondo son las exposiciones, un lenguaje muy com-prensible para la institucin musestica. Ade-ms de las tradicionales muestras con libros antiguos, en los ltimos aos las exposiciones con materiales bibliogrficos y documentales se han hecho especialmente frecuentes en los museos de arte contemporneo. Los dos cen-tros ms importantes del mundo, el MoMA de Nueva York y el Centro Pompidou de Pars han sido pioneros al respecto. En Espaa varias bi-bliotecas de museos de arte contemporneo han incorporado las exposiciones como una ms de sus actividades cotidianas: es el caso de Artium de Vitoria (Roseras, 2010) (fig. 1) o de Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa, que ha incorporado numerosos libros, revistas y documentos en el discurso de la exposicin permanente. Libros y documentos pasan de ser un material de referencia para el estudio de la obra de arte a ser obras en s mismos, protagonistas del devenir del hecho artstico y por ello susceptibles de formar parte de los discursos expositivos.

    Patrimonio bibliogrfico en museos espaoles: metodologa de estudio

    Para analizar en profundidad el patrimo-nio bibliogrfico en las bibliotecas de museos espaoles, y ante la imposibili-

    dad de visitar todas ellas, se elabor un cues-tionario que se envi primero a 25 centros es-cogidos entre aquellos que se pensaba podan tener una coleccin ms representativa. Pos-teriormente se envi a la recin nacida lista de distribucin para bibliotecas y centros de documentacin de museos, llamada MUSAS y moderada desde el Museo Etnolgico de Cas-tilla y Len en Zamora. En total se obtuvieron 22 respuestas, lo que permite empezar a ca-librar cul es la importancia y el uso de este patrimonio bibliogrfico. Se trata sin embargo tan solo de una primera aproximacin al tema, que pretendemos profundizar ms adelante.El cuestionario constaba de una primera parte en la que solicitaba informacin sobre el ta-mao del fondo, tanto histrico como moder-no y su tipologa (monografas, publicaciones peridicas, manuscritos, etc.). A continuacin

    se preguntaba por su estado de catalogacin y por las actividades realizadas en torno a este patrimonio: adquisiciones, restauraciones, di-gitalizaciones, ediciones, exposiciones, con-sultas, reproducciones, etc. Dos apartados fi-nales preguntaban por ejemplares de especial valor y por observaciones generales.

    De los resultados obtenidos podemos des-tacar:

    Cuatro bibliotecas aseguraron no tener fon-dos patrimoniales de ningn tipo.

    De las restantes, la mitad aproximadamente tienen un fondo antiguo significativo, de al menos 1.000 volmenes. La otra mitad po-seen fondos muy pequeos, de unos cen-tenares o, incluso, decenas, de ejemplares.

    En cuanto al estado en que se halla este fondo y los servicios que se ofrecen con el, podemos decir que:

    Fig. 1. Exposicin de cmics Hroes de papel (Vitoria, Artium, 2005)

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s26

    La catalogacin de los fondos es el pri-mer dato de alarma. Tan solo la mitad de las bibliotecas aseguran tener los fondos patrimoniales catalogados en su totali-dad. La otra mitad asegura tenerlos cata-logados parcialmente y una no los tiene catalogados en absoluto. A pesar de la tendencia reciente a considerar la cata-logacin de sus fondos como un aspecto secundario de las tareas bibliotecarias, frente a los servicios a los lectores, si no se tienen un conocimiento preciso del fondo, difcilmente podrn ofrecerse es-tos servicios.

    El grado de accesibilidad de los registros de este fondo es relativamente satisfacto-rio, ya que alcanza a un 80% de las biblio-tecas consultadas. El dato de volmenes digitalizados es justamente el contrario: un 20%, una cifra claramente insatisfactoria.

    Participacin en proyectos externos. Aparte de las bibliotecas incluidas en el mencionado proyecto BIMUS, hay que destacar la experiencia de la biblioteca del MNAC, que el ao pasado entr a formar parte del catlogo del CCUC, el catlogo colectivo de las universidades de Catalua.

    Actividad con el fondo. A pesar de todo, en un 70% de los casos se trata de un fondo vivo, que recibe consultas de los lectores (9 casos), que es reproducido y/o digitalizado y que incluso, aunque en menor medida, es objeto de exposiciones y de nuevas adqui-siciones. Entre estos ltimos hay que des-tacar al Museu Nacional d'Art de Catalunya, que realiz tres exposiciones propias, parti-cip en cuatro exposiciones temporales del museo y en tres externas, y al Museo Reina Sofa, que adquiri 509 ejemplares del fon-do de reserva.

    Patrimonio bibliogrfico en museos espaoles: los grandes museos nacionales

    Museo Nacional del Prado

    En los ltimos aos el Museo del Prado ha hecho un gran esfuerzo por extender y mejo-rar sus servicios documentales (Docampo Ca-pilla-Martn Bravo, 2009), enmarcados dentro del nuevo Centro de Estudios. El Centro fue creado sobre el papel en 2004, dentro del Pri-mer Plan Estratgico (2005-2008), en el que se concibi como el conjunto de diferentes reas y servicios de investigacin y de formacin que se ubicar en el Casn del Buen Retiro, es de-cir, las Jefaturas y Departamentos de Conser-vacin del Museo, la Biblioteca, el Centro de Documentacin y el Archivo, y [...] los Progra-mas de Formacin de la Escuela del Prado.

    El Centro comenz su actividad en marzo de 2009. La Sala de Lectura del Centro de Estu-dios ocupa el espacio ms noble del Casn del Buen Retiro, bajo la bveda pintada al fresco por Luca Giordano (fig. 2). Su gran extensin (228 m2) le permite albergar una biblioteca de referencia de casi 4.000 volmenes. Adems se ofrece conexin WIFI, y en una sala auxi-liar, servicios de reprografa y terminales para la consulta de las bases de datos del Museo. El traslado al Casn ha supuesto tambin una

    notable mejora de todos los aspectos del rea. Los depsitos se han instalado en el stano -1 (436 m2) con un espacio central que alberga monografas en libre acceso para el personal del Centro de Estudios y cuatro espacios la-terales dotados de muebles compactos para el almacenamiento de materiales de Biblio-teca, Documentacin y Archivo en depsitos cerrados. Antes del notable crecimiento de la coleccin de libros antiguos en los ltimos aos exista un fondo previo de unos 2.000 volmenes de libros y revistas anteriores al siglo XIX (Docampo, 2010). Su origen puede situarse, por un lado, en los primeros libros adquiridos a mediados del siglo XIX, algunos pertenecientes al coleccionista y escritor Va-lentn de Carderera (1796-1880). El fondo con-tiene importantes fondos italianos con algu-nos raros tratados de arte y de arquitectura y vidas de artistas. Hay que destacar tambin la coleccin de tratados espaoles, con primeras ediciones de Carducho, Palomino, Mengs, as como obras ilustradas, como libros de viajes o de historia.

    Pero este fondo inicial se ha incrementa-do notablemente en los ltimos aos con el ingreso de varias bibliotecas privadas. La bi-

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s 27

    blioteca de Jos Mara Cervell fue la primera adquisicin en 2003, a travs de una frmula mixta que combinaba la compra con la dona-cin. Est compuesta por 1.500 libros anti-guos, algo ms de 100 manuscritos, 62 lmi-nas de cobre para estampar y 352 estampas sueltas. Existe tambin un fondo moderno de unos 7.000 volmenes.

    Jos Mara Cervell Grande (1947-2008) combin a lo largo de su vida su carrera como jurista con su inters por los estudios de his-toria del arte. Su relacin con el Museo del Prado comenz en 1994, cuando fue nombra-do miembro del patronato de la Fundacin Amigos del Museo del Prado. Su biblioteca se form desde una perspectiva amplia de lo que es el libro de arte (Ports, 2004); as, aunque uno de los conjuntos fundamentales lo for-

    man los tratados de arquitectura, pintura y otras artes, tambin existen numerosas obras que no entran estrictamente dentro de la ca-lificacin de literatura artstica, pero que son de un extraordinario inters para el historia-dor del arte, como son las relaciones de fies-tas pblicas, las topografas o descripciones de ciudades, los relatos de viajes, los libros de emblemas o los textos mitolgicos y religio-sos ilustrados. Dentro de la riqueza general del conjunto, hay que resaltar la abundancia de tratados de arte y arquitectura europeos del siglo XVI. Igualmente, existe una extraor-dinaria presencia de obras relacionadas con la historia del arte espaol, de manera que est representada la prctica totalidad de los tratados de arte y arquitectura anteriores a 1800 (en algunos casos con varios ejempla-res) y numerosas obras de creacin literaria,

    Fig. 2. Biblioteca del Museo Nacional del Prado. Sala Giordano

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s28

    investigacin histrica, relacin de festivida-des, descripcin topogrfica, etc., que tambin contienen datos de inters para el historiador.

    La biblioteca de la familia Madrazo fue comprada a sus descendientes en el ao 2006, junto a una amplia coleccin de obra sobre papel (dibujos, estampas, fotografas). Los Madrazo fueron la ms importante di-nasta de pintores espaoles del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El fundador fue Jos de Madrazo (1781-1859). Adems de pintor fue director del Museo del Prado, coleccio-nista y poseedor de una importante biblio-teca, parte de la cual se conserva entre los adquiridos por el Museo. Su hijo Federico de Madrazo (1815-1894) fue tambin director del Museo del Pardo en dos ocasiones y junto a otros miembros de la familia, contribuy al enriquecimiento de la biblioteca familiar. La biblioteca est formada por cerca de 1.000 volmenes de monografas a los que hay que sumar un pequeo fondo de publicaciones peridicas, ma nuscritos y mapas. En cuanto a su cronologa, abundan, lgicamente, las obras correspondientes al siglo XIX, que for-man algo ms de la mitad del fondo. La otra mitad corresponde a obras de los siglos XVI (un 4%), XVII (un 10%) y XVIII (un 30%). Al tratar se de la biblioteca de una familia estre-chamente vinculada con las Bellas Artes, abundan entre sus fondos los libros so bre arte: tratados de arte y arquitectura, vidas de

    artistas, tratados de anatoma, cartillas de di-bujo, catlogos de colec ciones pictricas, etc. (fig. 3).

    La biblioteca de Antonio Correa (1923-2008), compuesta por unos 1.500 volmenes de monografas y publicaciones peridicas, fue generosamente donada al Museo del Pra-do por su propietario en el ao 2007, junto a una coleccin de 400 medallas. Antonio Correa reuni desde finales de la dcada de los aos cincuenta un importante y variado conjunto de colec ciones, que fueron ingre-sando en distintas instituciones ma drileas. Hay que destacar sobre todo la coleccin de estampas antiguas, la ms importante formada en Espaa en la se gunda mitad del siglo XX, compuesta por 15.000 obras, y ad-quirida en 1999 por la Calcografa Nacional. La biblioteca se form en para lelo a las aficio-nes coleccionistas de su poseedor y por ello su temtica es fun damentalmente la Historia del Arte. Consta, en nmeros aproximados, de unos 200 libros antiguos (anterio res a 1900), 500 tomos de publicaciones peri dicas y 800 libros modernos. Destacan en la biblioteca obras ilustradas entre los siglos XVI y XIX. Pero el conjunto ms interesante ingresado con la biblioteca Correa est for mado por revistas ilustradas, libros y lbu mes relativos al arte y la arquitectura cata lanes de finales de siglo XIX y principios del siglo XX (modernismo, re-naixena, noucentisme).

    Fig. 3. Alberto Durero. Institutionum geometricarum libris (1532), pp. 136-137 (Madrid, Biblioteca del Museo Nacional del Prado)

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s 29

    Museo Arqueolgico Nacional

    La Biblioteca del Museo Arqueolgico Na-cional es un centro especializado en arqueo-loga, historia, arte y museologa. La colec-cin abarca cerca de 140.000 volmenes, que incluyen unos 3.000 ttulos de publicaciones seriadas y comprenden libros impresos desde el siglo XV hasta la actualidad, as como publi-caciones editadas en formatos electrnicos. En la actualidad se halla cerrada a la espera del fin de las obras de remodelacin del Museo. El fondo antiguo asciende a unos 3.500 libros ms un pequeo fondo de manuscritos, revis-tas y mapas. Se encuentra catalogado, aunque los libros digitalizados son muy pocos. Se trata de un fondo cerrado y no se adquieren obras nuevas.

    Museo del Traje

    Esta biblioteca cuenta con un notable fondo de 2.530 volmenes anteriores a 1901, adems de un pequeo fondo de manuscritos y publi-caciones peridicas. Este fondo se encuentra catalogado y disponible en Internet, as como integrado tanto en la red BIMUS como en el CCPB. Entre las obras ms destacadas hay que resear los Habiti antichi et moderni di tutto il Mondo di Cesare Vecellio (1598) y la Geometria y trazas pertenecientes al oficio de sastres de Juan de Albayzeta (1720).

    Museo Nacional de Artes Decorativas

    Conserva un importante fondo antiguo, que cuenta con unos 1.500 ejemplares de los siglos XVI y XVII, publicaciones decimonnicas que servan de apoyo a las labores documentales de los conservadores del museo o una impor-tante coleccin de publicaciones peridicas espaolas y extranjeras. Tambin se conservan grabados y libros ilustrados de los siglos XVIII y XIX, una coleccin de folletos, y libros raros y obras literarias que presentan valiosas encua-dernaciones e ilustraciones. Durante los aos 2005-2008 se ha abordado la reorganizacin y la catalogacin automatizada de este fondo an-tiguo. Las tareas han sido, fundamentalmente, la limpieza y acondicionamiento del depsito, la sustitucin del antiguo mobiliario de madera por otro ms adecuado a las necesidades de conservacin de los materiales, la reordena-

    cin y retejuelado de las colecciones de mo-nografas, publicaciones seriadas y de otros materiales bibliogrficos (carteles, folletos, es-tampas sueltas, etc.) y la catalogacin automa-tizada de la mayor parte de la coleccin.

    Museo del Romanticismo

    La biblioteca es un centro de investigacin especializado en el Romanticismo y el siglo XIX. La coleccin total abarca unos 13.000 volme-nes, de los que cerca de 5.000 conforman el denominado fondo antiguo. Cuenta con una importante coleccin de publicaciones peri-dicas, con cerca de 300 ttulos de los que alre-dedor de la mitad son publicaciones del siglo XIX. Adems, el fondo se completa con una interesante coleccin de lbumes de seoritas, misales de casamiento, libros de viajes, anua-rios, poemarios y libros de cenotafios. Una se-leccin de 160 volmenes de la biblioteca del Museo del Romanticismo ha sido digitalizada.

    Museu Nacional dArt de Catalunya

    Se trata de una de las bibliotecas de museos ms importantes del pas. Se centra en el arte occidental desde la Alta Edad Media hasta fina-les del siglo XX (Torra, 2010). Actualmente con-tiene unos 105.000 documentos sobre temas de arte, museologa, conservacin y restauracin, fotografa, numismtica, arqueologa, humani-dades e historia local. En este fondo se incluyen casi 3.000 ttulos de revistas, de los cuales 450 corresponden a revistas en curso de recepcin. La biblioteca contiene piezas valiosas: libros de artista, manuscritos de artistas y tericos de arte catalanes de los siglos XIX y XX, encuader-naciones que proceden principalmente de los legados Toda y Maral de Carvajal, la adquisi-cin Riquer y un total de unos 4.700 volmenes sobre varias materias, editados antes del ao 1900, entre los que cabe que destacar algunos incunables. Junto a estas obras, se conserva un importante fondo del perodo modernista, del noucentisme y de las vanguardias. Hay tambin 222 publicaciones peridicas y 33 manuscritos. Por otro lado, hay que destacar el importante fondo de dossieres de prensa y de exposicio-nes, as como 100.000 fotografas. Gracias al convenio firmado en 2010 con el Consorci de Bibliotheques Universitaris de Catalunya, la Bi-blioteca ha pasado a formar parte del Catlogo Colectivo de Universidades de Catalua.

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s

    Fig. 4. Anuncio a los pastores. Hoja suelta de libro de horas (Madrid, Biblioteca Lzaro Galdiano, IB 15288-37)

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s 31

    Los museos-biblioteca

    Una categora muy especial de las biblio-tecas de museo son aquellas que nacen ligadas a una coleccin particular que

    llevaba tambin aparejada una biblioteca. En estas instituciones con frecuencia son tan im-portantes la coleccin de obras de arte como el fondo bibliogrfico, en el que la parte patri-monial suele ser muy importante. Como des-tacado ejemplo mencionaremos la biblioteca de la Fundacin Lzaro-Galdiano.

    Jos Lzaro Galdiano fue uno de los ms notables biblifilos espaoles de finales del siglo XIX y de la primera mitad del XX. A su muerte la leg, junto con el resto de sus co-lecciones, al Estado espaol. La biblioteca se compone por un total de 877 volmenes ma-

    nuscritos, ms de 40.000 monografas y 1.100 ttulos de publicaciones peridicas. Entre to-das las obras conservadas destaca una selecta coleccin de manuscritos iluminados (fig. 4), autgrafos, obras literarias e histricas. Entre los impresos, la seccin ms notable es la que contiene el fondo antiguo formado por incu-nables e impresos de los siglos XVI al XVIII, es decir, la biblioteca de biblifilo proceden-te del legado de don Jos Lzaro Galdiano. El fondo moderno est especializado en historia del arte, coleccionismo y bibliofilia. El catlo-go de la biblioteca est accesible en Internet y recientemente ha iniciado la digitalizacin de sus fondos ms valiosos y ofrece en la actuali-dad 62 manuscritos medievales.

    Bibliotecas de museos de ciencias en Espaa

    En Espaa existen multitud de museos de mbito tecnolgico y cientfico que cuen-tan con bibliotecas al servicio de la inves-

    tigacin (Insa Lacave, 2010). Actualmente, conviven dos tipos de museos de ciencias; por una parte, los museos cientficos tradiciona-les, dotados de colecciones histricas que for-man parte del patrimonio cientfico y tecnol-gico y que narran la evolucin e historia de las ciencias, y por otra, los centros de divulgacin cientfica, una nueva generacin de museos en la que los objetos ceden protagonismo ante el aprendizaje experimental de concep-tos e ideas, siempre con el fin pedaggico de acercar al pblico la cultura cientfica.

    La biblioteca del Museo Nacional de Cien-cias Naturales (Madrid) nace con el propio Real Gabinete de Historia Natural, fundado por Decreto del rey Carlos III en el ao 1771. En la actualidad depende del CSIC y sus fon-dos se hallan integrados en la Red de Biblio-tecas del CSIC. La biblioteca dispone de una coleccin de ms de 60.000 volmenes, entre los que destaca el denominado fondo especial (obras hasta el siglo XVIII) que comprende dos incunables, 60 manuscritos, 260 obras de los siglos XVI y XVII y unos 2.000 ttulos del siglo XVIII. Entre las grandes obras de historia natu-ral, podramos resear magnficas ediciones de Konrad Gesner (1516-1565), Aldrovandi (1522-1605), Benito Arias Montano (Espaa,

    1527-1598), una edicin del Systema naturae de Linneo, diversas ediciones de Buffon, etc.

    El origen de Biblioteca del Real Jardn Bot-nico se remonta al origen mismo de la institu-cin, en el ao 1755, cuando el rey Fernando VI fund el Jardn en el Huerto de Migas Calien-tes. En la actualidad depende del CSIC. Entre su magnfica coleccin de 6.000 libros de los siglos XV al XIX, sobresalen un importante n-mero de obras ricamente ilustradas con gra-bados botnicos y de historia natural, muchos de ellos coloreados a mano. Adems, la colec-cin de revistas impresas, formada por unos 2.000 ttulos, es una de las ms completas de Europa en su especialidad. Por ltimo, mere-ce la pena resear tambin los 3.000 ttulos de microformas, la mayora de obras de fon-do antiguo y revistas de gran importancia que la biblioteca no posea, as como las coleccio-nes de folletos (unos 30.000) y de cartografa, compuesta por unos 2.500 mapas.

    El Museo de Ciencias Naturales de Barcelo-na cuenta en la actualidad con varios centros. En primer lugar, el Centro de Documentacin, que contiene importantes fondos bibliogrfi-cos y todo tipo de informacin sobre Ciencias de la Tierra y de la Vida. El Centro presta sus servicios a los usuarios en dos espacios del Museo, uno en el edificio de Zoologa y el otro en el edificio de Geologa, en el Parque de la Ciutadella. En segundo lugar, la biblioteca del

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s32

    Instituto Botnico de Barcelona contiene co-lecciones importantes en todos los mbitos temticos de la botnica. Est ubicada en el Instituto Botnico, un centro mixto Ayunta-miento de Barcelona-CSIC, situado en el Par-que de Montjuc. En conjunto, el Centro de Documentacin y la Biblioteca renen 20.150 monografas, 3.000 publicaciones peridicas de mbito internacional, 3.600 mapas, y unas colecciones histricas con unos 2.000 ttulos de temtica naturalista que fechan desde el si-glo XVI hasta el XIX (en el Instituto Botnico) y de los siglos XVIII y XIX (en el Centro de Docu-mentacin), adems de colecciones archivsti-cas y fotogrficas, y tambin documentacin relacionada con el trabajo de los centros. La suma de los fondos representa, en volumen y calidad, el patrimonio documental de historia natural ms importante de Catalua. Los dos

    centros forman parte de la Red de Bibliotecas del CSIC, y su catlogo es accesible en lnea.

    Por ltimo, hay que destacar el gabinete de curiosidades de la familia Salvador, que fue el primer museo abierto al pblico en la ciudad de Barcelona a mediados del siglo XVIII (fig. 5). Los Salvador fueron una estirpe de boticarios y naturalistas que, desde princi-pios del siglo XVII y hasta mediados del XVIII, abrieron a los estudiosos su biblioteca cient-fica y su gabinete de curiosidades. Una parte del gabinete se conserva todava y forma par-te desde 1938 del Instituto Botnico. Las colecciones que han llegado hasta nuestros das se dividen en tres conjuntos, la bibliote-ca, el herbario y el resto de colecciones na-turalistas. La biblioteca del Museo Salvador consta de 1.097 obras datadas entre 1485 y principios del siglo XIX.

    Museos de arte contemporneo: un nuevo concepto de patrimonio bibliogrfico

    La biblioteca del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofa fue inaugurada el 28 de noviembre de 1990. Alberga una ex-

    tensa coleccin de documentos desde 1900 hasta nuestros das, as como obras referidas al siglo XIX. Posee un extraordinario fondo de reserva con ms de 17.000 monografas, 350 ttulos de revista, archivos de artistas (Gutirrez Solana, Manuel ngeles Ortiz) y de galeras (Juana Mord, Helga de Alvear, Bios-ca), esenciales para estudiar el arte espaol del siglo XX. Entre estos fondos se encuentra una coleccin significativa de documentos del movimiento surrealista y material relevante relacionado con el dadasmo, futurismo, pu-blicaciones de la Bauhaus, vanguardia rusa del primer tercio del siglo XX, informalismo, manifiestos y escritos de artistas, revistas ilus-tradas o libros que marcaron un hito en la his-toria de la fotografa o el diseo. La biblioteca tambin desarrolla una poltica de adquisicio-nes de libros de artista, procurando recoger ejemplos significativos desde el comienzo de su andadura, en la segunda mitad del siglo XX, hasta la actualidad. As en 2010 se adquirieron ms de 500 ttulos para este fondo de reserva.

    La coleccin de la biblioteca del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) est for-mada por 43.000 documentos, distribuidos en dos espacios, el Depsito y la Sala de Lectura.

    La actividad expositiva del propio Instituto fue el motor para la formacin de un importante fondo patrimonial. As, las exposiciones so-bre las vanguardias, en la primera etapa del Museo, motivaron la adquisicin de material original de estos movimientos: libros ilustra-dos de la vanguardia sovitica, revistas cen-troeuropeas con tipografa de vanguardia, publicaciones dadastas, revistas americanas surrealistas de los aos cuarenta, as como una serie de revistas espaolas de la primera mitad del siglo XX. Por otra parte, las mues-tras alrededor de un artista han dado lugar a la adquisicin de dos tipos de publicaciones especiales: por un lado, catlogos razonados y, por otro lado, libros de artista. La bibliote-ca cuenta igualmente con varios archivos de artistas que se han ido incorporando bien sea por donacin, compra o depsito. Entre ellos cabe destacar el Archivo y Biblioteca Josep Re-nau, el Archivo Julio Gonzlez (hoy completa-mente digitalizado), el Archivo Eusebio Sem-pere, el Archivo del Grupo Parpall, de Vicente Huidobro o de Manolo Gil.

    La biblioteca del Museu Picasso de Barce-lona es un centro dedicado a favorecer el es-tudio y la difusin de la vida y la obra de Pablo Picasso. El fondo documental de la biblioteca es muy variado. Destacan los catlogos de ex-posiciones del artista (desde el ao 1920 has-

  • E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s 33

    ta la actualidad), el fondo de monografas, edi-ciones de biblifilo y las revistas catalanas de vanguardia, con ms de 80 ttulos de las pri-meras dcadas del siglo XX, donde la presen-cia de Picasso es constante. La biblioteca del Museo tambin dispone de un fondo especial de libros ilustrados por Picasso formado, en gran medida, por la coleccin personal que Jaume Sabarts don al Museo. Se trata de una coleccin de libros de artista con graba-dos y litografas originales y con dedicatorias de Picasso o de otros amigos-artistas destaca-dos del siglo XX. Se pueden consultar 21 libros de este fondo en formato digital. La biblioteca tambin dispone de una recopilacin histrica

    de prensa sobre Picasso e informacin actuali-zada sobre las exposiciones que se presentan en todo el mundo con presencia de su obra.

    Como conclusin podemos afirmar que el patrimonio bibliogrfico y documental con-servado en las bibliotecas de los museos es-paoles es mucho ms importante de lo que se haba pensado hasta fechas recientes. Este patrimonio est siendo difundido a travs del arranque de proyectos cooperativos, de la digi-talizacin de sus fondos ms valiosos y de dife-rentes exposiciones que estn dando a conocer a estudiosos y pblico general esta significativa parte del patrimonio bibliogrfico espaol.

    Fig. 5. Biblioteca del Museo Salvador, Instituto Botnico de Barcelona

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo E l pat r i m o n i o b i b l i o g r f i c o d e l a s b i b l i ot e c a s d e m u s e o s e s pa o l e s34

    Bibliografa

    DOCAMPO CAPILLA, F. J. (2010): Creating a Heritage Collection: the Entry of Three Private Libraries into the Prado Museum Library, Art Libraries Journal, vol. 35, n 2, pp. 19-24.

    DOCAMPO CAPILLA, F. J.; MARTN BRA-VO, A. (2009): El rea de Biblioteca, Archivo y Documentacin del Museo Nacional del Prado: hacia una integra-cin de procesos y servicios en XI Jor-nadas de Gestin de la Informacin: Servicios polivalentes, confluencia en-tre profesionales de archivo, bibliote-ca y documentacin, Madrid, 2009-11-19/20. SEDIC, pp. 53-66. Accesible en http://hdl.handle.net/10760/13878.

    INSUA LACAVE, E. (2010): Las bibliotecas de museos de ciencia en Espaa, una tipologa particular, Educacin y bi-blioteca, n 22, n 176, pp. 79-89.

    LPEZ BERNALDO DE QUIRS, M J. (2004): El Catlogo Colectivo del Pa-trimonio Bibliogrfico Espaol en DO-CAMPO CAPILLA, Javier (coord.) I Jor-nadas sobre Patrimonio Bibliogrfico en Castilla-La Mancha. Toledo, Junta de Comunidades de Castilla-La Man-cha, pp. 219-242.

    PORTS, J. (2003): La Biblioteca Cerve-ll en Museo Nacional del Prado: Me-moria de actividades 2003, pp: 52-54.

    ROSERAS CARCEDO, E. (2010): El pro-yecto de Biblioteca-Centro de Docu-mentacin de Artium como motor de investigacin de la cultura contempo-rnea, Educacin y biblioteca, n 22, n 176, pp. 101-106.

    TORRA CANAL, M. (2010): La biblioteca del Museo Nacional dArt de Catalunya: visin histrica y actualidad en Edu-cacin y biblioteca, n 22, n 176, pp. 107-117.

  • Ttulo

    Subttulo 1

    Subttulo 2

    Bibliotecas de museos de artes decorativas: gestin y recursos

    Nicols Prez Cceres

  • Resumen

    Partiendo de un breve anlisis concep-tual, necesario antes de abordar un es-tudio sobre las bibliotecas y centros de

    documentacin de artes decorativas, remon-taremos los orgenes histricos del Museo Nacional de Artes Decorativas para abordar la descripcin comparada de su gestin biblio-tecaria actual. Esta comparacin con otras bi-bliotecas internacionales de artes decorativas no tiene el objeto de presentar una historia de todas y cada una de ellas, ni realizar un exa-men exhaustivo de sus recursos y colecciones, sino ms bien referirlos al hilo de un tema que consideramos ms opaco, inaccesible y des-conocido para buena parte de los investigado-

    res, usuarios, estudiantes de documentacin o bibliotecarios presentes en estas Primeras Jornadas de Bibliotecas de Museos, como es la gestin interna de una de las bibliotecas integrante de la Red BIMUS: la biblioteca del Museo Nacional de Artes Decorativas. El ac-ceso y horario, los recursos presupuestarios y de personal con los que cuenta, la tipologa documental y de usuarios, los proyectos rea-lizados y de futuro, los servicios que ofrece y las actividades de difusin son algunos de los temas que se abordan para intentar dar una visin general del trabajo realizado, comen-tando las caractersticas e iniciativas de otras bibliotecas similares.

    1. Concepto artes decorativas

    Abordar un estudio sobre las bibliotecas y centros de documentacin de artes decorativas implica, necesariamente,

    dedicarle una introduccin a su concepto. Si uno consulta la bibliografa sobre el tema, la historia de las artes decorativas es la historia

    Bibliotecas de museos de artes decorativas: gestin y recursos

    Nicols Prez CceresBibliotecario del Museo Nacional de Artes Decorativas

    Fig. 1. Sala general de consulta de la biblioteca del Museo Nacional de Artes Decorativas

  • B i b l i ot e c a s d e m u s e o s d e a r t e s d e c o r at i va s : g e s t i n y r e c u r s o s

    Fig. 2. Colocacin del fondo antiguo en la biblioteca del Museo Nacional de Artes Decorativas

  • B i b l i ot e c a s d e m u s e o s d e a r t e s d e c o r at i va s : g e s t i n y r e c u r s o s 39

    de una pequea maldicin, de un concepto poco afortunado, al que se adhiri casi des-de el principio, como un estigma, un sentido secundario o, analizndolo desde un prisma ms radical, peyorativo. En efecto, no han sido pocos los autores que argumentan que las ar-tes decorativas han sido y son consideradas como una manifestacin artstica de menor calidad esttica que la reconocida a las de-nominadas artes mayores, la arquitectura, la pintura y la escultura. Las artes decorativas, tambin conocidas y divulgadas como artes menores, tienen la primera batalla ya perdida de antemano, al ser definidas por oposicin a aquellas. Adems, la adjetivacin decorati-vas o menores bien puede influir en nuestro juicio y llevarnos a pensar que carecen de funcin ms all de su adorno, pudiendo ser consideradas superfluas en cuanto que bus-can un efecto ornamental y decorativo y no la creacin de obras de arte con valor indepen-diente1. Eso por no mencionar la diferencia de grado que se da al emplear trminos como artista, siempre referido a las artes mayores, y dotado de un claro sentido creativo del que se excluye al trmino artesano2 ligado a las artes menores.

    Los numerosos apelativos con que pode-mos referirnos al concepto que nos ocupa no ayudan a la hora de limitar el mbito que pretendemos abarcar. As, las conocemos como artes menores, industriales, decorati-vas, suntuarias, aplicadas, ornamentales, etc., englobando una serie de disciplinas, oficios, objetos, tcnicas y materiales muy diferentes tanto en su tratamiento como en su aplicacin funcional. El siguiente esquema pretende con-cretar el amplio campo de especializacin que

    1 FATS, G. y BORRS, G. M. (2006): Diccionario de trminos de arte y elementos de Arqueologa, Herldica y Numismtica. Madrid, Alianza.

    2 Sin nimo de introducir nuevos conceptos en esta introduccin que pretende ser aclaratoria, debemos dedicarle unas lneas a la artesana, trmino que se populariza cuando la produccin industrial comienza a ser considerada como sinnimo de mala calidad, algo que no es cierto o, desde luego, no de manera generalizada. Los objetos hechos totalmente a mano pasan a considerarse de mejor calidad y manifestacin de algo que ya se consideraba perdido con la industrializacin: la cultura ancestral y las destrezas locales de los pases y las regiones. Se pone de moda en el siglo XX con la revalorizacin de la cultura popular. Asimismo, queremos agradecer a Sofa Rodrguez Bernis, directora del Museo Nacional de Artes Decorativas, sus apuntes, sugerencias y aclaraciones, sin las cuales hubiera sido imposible encontrar la luz en este mar conceptual.

    las bibliotecas de museos de artes decorativas deben abarcar, sin descuidar el resto de face-tas y temas transversales que pueden confluir en el estudio del arte:

    Orfebrera y metalistera Joyera, forjados, rejera

    Relojes

    Oro, plata, hierro, bronce, etc.

    Mobiliario y carpintera Taracea (incrustaciones en madera)

    Cordobanes y guadameces (cuero)

    Artes textiles Telas, alfombras, tapices

    Bordados, pasamaneras (cordones y borlas)

    y encajes

    Piedras duras, mosaicos

    Marfil, azabaches, conchas, ncar

    Aplicaciones a la arquitectura y decora-cin de interiores Vidrieras, vidrio y cristal

    Papeles pintados

    Estucos y yeseras

    Azulejera

    Cermica, porcelana

    Esmaltes y lacas

    Abanicos

    Juguetes

    Grabados y miniaturas

    Como vemos, la tarea que nos hemos pro-puesto no es un camino recto en absoluto, e implica la consideracin de mltiples vertien-tes y puntos de vista. As, pensamos que una buena forma de acercarnos a este concepto es conocer su evolucin histrica. Si bien las artes decorativas han estado presentes desde que el hombre intenta dominar el entorno que le rodea, fabricando herramientas y tiles que le faciliten la vida, ser a partir del siglo XIX y en pleno desarrollo de la revolucin indus-trial, cuando las exposiciones universales es-caparates internacionales del arte, la historia, la tecnologa y el desarrollo industrial alcan-zado por los pases participantes impulsen el estudio de las artes decorativas, provocando su revalorizacin y renovando tanto la actitud como la mirada dirigida hacia ellas.

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo B i b l i ot e c a s d e m u s e o s d e a r t e s d e c o r at i va s : g e s t i n y r e c u r s o s40

    El trmino artes industriales aparece du-rante lo que conocemos como segunda indus-trializacin, que se dio en Europa, segn los pases, a partir del primer tercio del siglo XIX aproximadamente, cuando se mecanizan en todo o en parte los talleres de produccin de objetos de uso. Es un concepto que finalmen-te cae en el descrdito hacia principios del si-glo XX, cuando el Modernismo y los pioneros del diseo industrial dejan de considerarla una expresin moderna. Las artes industriales suponen la democratizacin de muchos obje-tos que procuran comodidad o facilitan la vida gracias a la produccin en masa. No se trata de objetos nicos, sino que son fabricados en serie. El nacimiento de la locucin coincide, por tanto, con una transformacin radical del sistema de produccin: pasando de los talle-res a la industria, del sistema gremial al in-dustrial. Es un concepto ligado al historicismo porque el producto de la mquina se vesta con decoraciones que le daban personalidad y permitan venderlo mejor3.

    Pero la industrializacin es solo una par-te del puzzle, la otra, como se ha sealado, la forman las exposiciones internacionales que comienzan a celebrarse durante todo el siglo XIX y parte del siglo XX en las principales capi-tales europeas y Estados Unidos del que la Ex-posicin Nacional celebrada en Pars en 1798 ser solo el comienzo. Madrid o Barcelona tambin sern sedes organizadoras de estos importantes encuentros. Obligada mencin debemos hacer de la Great Exhibition of the Works of Industry, que tuvo lugar en Londres en 1851.

    La importancia del encuentro celebrado en Londres radica no solo en que supone el ori-gen del primer museo de artes decorativas e industriales, el South Kensington, ahora cono-cido como Victoria & Albert Museum, a cuya imagen y semejanza se crearn posteriormen-te otros como el de Berln (1867), el de Viena (1871) o el de Pars (1882)4. Museos que sur-

    3 ...el historicismo del siglo XIX debe su origen y desarrollo a una vasta operacin patritico-comercial, que los pases que dominaron la segunda industrializacin auspiciaron para dar un marchamo de calidad a los bienes de consumo que producan, y poder as colocarlos ventajosamente en un mercado mundial en constante expansin. RODRIGUEZ BERNIS, S.: Coleccionismo e historicismo: gusto y comercio. (En prensa).

    4 Los orgenes del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid se remontan a 1871.

    girn al margen de los museos de Bellas Artes y con un marcado carcter didctico, siendo no slo los lugares donde se conservarn, es-tudiarn y expondrn las piezas sino que se convertirn en espacios para el aprendizaje de artistas, artesanos y estudiosos de las artes industriales. Como deca, no es solo por este motivo que destacamos aqu dicha exposicin londinense, sino tambin por la reflexin que propone sobre el arte en general, las artes de-corativas en particular, la industria y el diseo, defendiendo la produccin industrial de obje-tos de uso cotidiano tiles y bellos.

    Por tanto, es aqu donde debemos situar el origen del concepto artes decorativas, uti-lizado sobre todo por eruditos y estudiosos a partir de los aos ochenta del siglo XIX, y que se populariza precisamente desde el momen-to en el que se crean y difunden los museos de artes decorativas, de entre los que el Mu-seo de Artes Decorativas de Pars puede ser un buen ejemplo. Este concepto se emplea para definir la produccin de objetos de uso que esos eruditos consideran que tienen un valor aadido artstico, es decir, que no son puramente funcionales, sino que se pueden parangonar con la pintura, la escultura o la arquitectura, de las que siguen sin ser consi-deradas parte. De ah que a la locucin artes decorativas suela ir asociada la expresin ar-tes menores.

    El giro actual tomado por muchas institucio-nes y museos del sector reivindica el tndem formado por diseo y arte. Arte como lo pro-ducido por la mano del hombre y diseo como concepto contemporneo que abarca todo el proceso de ideacin y produccin de objetos de uso. Esta tendencia integradora que une de nuevo las artes decorativas y el diseo se defendi por varios ponentes, en representa-cin de sus instituciones y museos de arte, en el encuentro internacional que tuvo lugar en 2008 en el Palazzo Madama de Turn, capital precisamente del diseo ese mismo ao5. El Museo de Artes Decorativas de Barcelona, por ejemplo, ha modificado su denominacin por la de Disseny HUB Barcelona (DHUB). El Mu-seo Nacional de Artes Decorativas de Madrid tambin se encuentra en pleno proceso de re-

    5 Museos y Artes Decorativas: una jornada de estudio celebrada en Turn (7 de marzo de 2008). En Estrado, n 2, p. 23-24. http://mnartesdecorativas.mcu.es/estrado.html.

  • B i b l i ot e c a s d e m u s e o s d e a r t e s d e c o r at i va s : g e s t i n y r e c u r s o s 41

    formulacin de su imagen institucional, per-siguiendo objetivos que se reflejan en su plan estratgico de la siguiente manera:

    Convertir al museo en punto de referencia y foro de reflexin sobre el papel cultural de las artes decorativas y el diseo en la sociedad actual.

    Transformar el museo en motor de las industrias creativas o culturales entendi-das como las actividades econmicas pro-ductoras de cultura relacionadas con el sector productivo de las artes decorativas y del diseo.

    Convertir al museo en instrumento de las polticas estatales para el desarrollo de las artes decorativas y del diseo.

    Poner de relieve el potencial de las artes decorativas y del diseo como factor es-tratgico del progreso de la economa, ante todos los interlocutores sociales, cul-turales y econmicos.

    Se pretende prescindir de etiquetas pa-sadas y que implican visiones reduccionistas como artes industriales, aplicadas, menores

    o, incluso, artes decorativas, para construir el museo en torno a un concepto ampliado de diseo y que se podra denominar diseo como concepto matriz, y que abarcara todos los campos de inters de la vida cotidiana del hombre, afectando tanto a la cultura material como a la inmaterial, entendida esta ltima como actitudes y valores consideradas en su funcin social, ideolgica y simblica. Segn aparece recogido en el plan estratgico antes aludido:

    el diseo es ms que una metodologa para la creacin de objetos de consumo; es creacin y es comunicacin, es la construc-cin visual de la vida humana. Es decir, la participacin activa, consciente y planificada, en la creacin de nuestro entorno, de nuestra identidad. Es diferente de lo artstico por estar sometido a funcionalidad. Es la ope-ratividad del saber. Es industria cultural. Es disear nuestro entorno... De este modo, el MNAD atendera a cada uno de los matices de la finalidad propuesta por ICOM para los museos: la conservacin, perpetuacin y co-municacin a la sociedad de la herencia uni-versal, cultural y natural, presente y futura, tangible e intangible.

    2. Biblioteca y Museo Nacional de Artes Decorativas

    El nmero de museos a los que podramos referirnos relacionados con las artes de-corativas es inabarcable. Ms all de

    los Museos Nacionales de Artes Decorativas creados a nivel internacional, existen museos de toda ndole: municipales, de fundaciones, colecciones privadas, museos catedralicios, museos especializados en alguna de las disci-plinas antes enumeradas, etc. Si bien no todos disponen quiz de un servicio de biblioteca, muchsimos s y, por tanto, se ha optado por una seleccin de los museos ms representa-tivos, sobre todo a nivel internacional. No es-tn todos los que son, pero s son todos los que estn. Pero an debemos hacer otra acla-racin. No es nuestra intencin presentar una historia de todas y cada una de las bibliotecas de artes decorativas a las que nos referire-mos, ni realizar un examen exhaustivo de sus recursos y colecciones, sino ms bien referir-los al hilo de un tema quiz ms opaco, inac-cesible y desconocido para buena parte de los investigadores, usuarios, estudiantes de

    documentacin o bibliotecarios presentes en estas I Jornadas de Bibliotecas de Museos, la gestin interna de una de nuestras bibliotecas integrante de la Red Bimus: la biblioteca del Museo Nacional de Artes Decorativas. Comen-zaremos as por referir sus orgenes histricos para pasar luego a los temas relacionados con su gestin y administracin.

    Origen del Museo Nacional de Artes Decorativas

    La necesidad de un Museo Industrial en Espa-a puede remontarse a una fecha tan temprana como es la de 1850, cuando nace tanto a nivel europeo como nacional un contexto favorable a las artes industriales, otorgando un sentido esttico a los productos de la industrializacin del que hasta entonces carecan y fomentando con ello la formacin artstica de fabricantes, di-seadores y consumidores. En su creacin, sin embargo, primaron los planteamientos de tipo

  • B i b l i ot e c a s d e M u s e o s . H ac i a u n n u e vo m o d e lo B i b l i ot e c a s d e m u s e o s d e a r t e s d e c o r at i va s : g e s t i n y r e c u r s o s42

    econmico, ya que se buscaba el desarrollo in-dustrial y comercial de un pas en clara desven-taja con respecto a sus vecinos europeos6.

    La iniciativa parte del Ministerio de Comer-cio, Instruccin y Obras Pblicas, que publica en marzo de 1850 una circular7, dirigida a los gobernadores de provincias, con la intencin de recabar informacin sobre la conveniencia y utilidad de la creacin de un Museo Indus-trial, de su funcin y planteamiento. La cir-cular, adems de indagar sobre las bases a partir de las cuales fundar el Museo, cita con-cretamente la posible exposicin de las piezas premiadas en las exposiciones industriales, acontecimientos que suponan una fuente de estmulo para los industriales espaoles. Sin embargo, tanto la Junta de Comercio de Sevi-lla como la de Cdiz, ciudades importantes a nivel industrial en esas fechas, no aconsejan la creacin de tal Museo y se muestran reacias y negativas a la organizacin de un comercio a travs de esta institucin. Pese a todo, tam-bin se alzaron voces a favor que defendan la creacin de museos sucursales del de Madrid en cada capital de provincia. La circular termi-na con un llamamiento a los productores es-paoles para que participen en la Exposicin Industrial que tuvo lugar en Londres en 1851.

    Esta exposicin y la posterior apertura del Museo South Kensington de Londres en 1857 (desde 1899 Victoria & Albert Museum) es-tn ntimamente ligadas, ya que comparten la preocupacin por los efectos negativos que la industrializacin tena desde el punto de vista esttico. Preocupacin que se manifestaba en la necesidad de mejorar el diseo y educar al pblico en estos aspectos.

    En Espaa esta preocupacin tambin existe, plasmndose en los principios que

    6 CABRERA, A.; VILLALBA, M. (2004): Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid). De Museo Industrial a Museo Nacional de Artes Industriales (1850-1912): antecedentes para la Historia del Museo. Revista de Museologa, n 30-31, Asociacin Espaola de Muselogos: 82. Tambin recomendamos la consulta de SEZ LARA, F.: El MNAD hace historia. Una serie de artculos en los que se recorre la historia y evolucin conceptual del museo. Estrado, n 4 (pp. 56-59), n 5 (pp. 41-45), n 6 (pp. 47-51), n 7-8 (pp. 105-109).

    7 Ministerio de Comercio, Instruccin y Obras Pblicas. Circular. Real Orden 15 de marzo de 1850, en Gaceta de Madrid, nm. 5708, 17 de marzo, Madrid, 1850, pp. 1-2.

    impulsaron el decreto de 18718. Durante el reinado de Amadeo de Saboya, el ministro de Fomento de entonces, el liberal Manuel Ruiz Zorrilla (1833-1895), firma dicho decreto para la creacin de una Escuela de Artes y Oficios y un Museo Industrial. Desde un planteamien-to pedaggico enfocado hacia la formacin del artesano y prctico buscando que esta formacin del obrero redundara en la mejora de la industria y del progreso del pas, el tex-to manifiesta el inters y el compromiso por mejorar el sector industrial por parte de unas autoridades dispuestas a sufragar el Museo con el erario pblico, cosa que finalmente no se llev a trmino.

    El paso definitivo se dar en 1912, con la creacin del Museo Nacional de Artes Indus-triales9, cuyos fines sern...

    esencialmente de fomento de la cultura artstica y tcnica de las artes in-dustriales, en el pblico, en los artistas, industriales y obreros. Entran por tanto en esta finalidad, el conocimiento de las caractersticas del respectivo trabajo manual y del concepto artstico; el desa-rrollo a travs de las edades, y el estado de desenvolvimiento que alcanzan, con-temporneamente, aquellas artes en Es-paa y en el extranjero10.

    Para ello se le dota de una estructura or-ganizativa que inclua un Patronato, una sede estable, el Palacio de Cristal de Madrid sede que nunca lleg a ocupar, situndose final-mente en el nmero 5 de la calle Sacramento desde 1917 hasta los aos treinta11, y un pre-supuesto que, aunque escaso, era un punto de partida importante para la consecucin de sus objetivos y funciones.

    8 Real Decreto de 5 de mayo de 1871, publicado en la Gaceta de Madrid el 8 de mayo de 1871, por el que se crea la Escuela de Artes y Oficios y un Museo Industrial. Su denominacin como Museo Nacional de Artes Decorativas data de 1932.

    9 Real Decreto de 30 de diciembre de 1912 del Ministerio de Instruccin Pblica y Bellas Artes publicad