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TEMA 1: LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA ENTRE LA ROMANIZACIÓN Y EL MEDIEVO 1. LA EDUCACIÓN ROMANA EN ESPAÑA. EL PROBLEMA DE LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA (La tradición hispano romana) Por romanización se entiende todo el proceso cultural que se realiza en Hispania, encaminado a transformar Hispania en todos los ámbitos: red viaria, monumentos, clases sociales, agricultura, política, administración, educación, religión y economía. Durante la República, la romanización influyó especialmente en el ámbito político-administrativo, y en la ordenación económica y social. En la época del Imperio Romano, se continuó con la reestructuración administrativa en provincias. Sin embargo, la superioridad romana supo asimilar las costumbres de los pueblos bárbaros conquistados, lo que supuso una acomodación dialéctica de las dos culturas. La enseñanza en la Hispania romanizada tiene como concepto clave la humanitas, que incluía todo el proceso por el que la educación convertía a hombres rudos e incultos en hombres cultos y eruditos (educados y civilizados) La humanitas tiene su equivalente en la paideia griega, entendidos ambos términos como educación, formación y cultura . Uno de los primeros pasos fue la creación de escuelas a través de las que se inicia la enseñanza del latín, es decir, que fueron el vehículo de romanización y de la expansión cultural. A los 7 años el niño iniciaba su asistencia a la Schola primaria bajo la tutela del ludus magíster, encargado de la enseñanza elemental. El niño era acompañado por un pedagogo, que solía ser un esclavo de confianza. La escuela solía estar al aire libre en el foro o plaza de la ciudad. El programa consistía en: El aprendizaje de la lectura El aprendizaje de la escritura Repetía texto para ejercitar la memoria Cálculos, con piedras aprendían a contar y las operaciones más elementales de la aritmética. A los 12 años el niño podía asistir a la escuela de gramaticus (hasta los 15 años).Estos alumnos eran de un nivel superior en cuanto a clase social y el tutor gozaba de mayor prestigio que el ludus magíster. Los objetivos de la enseñanza eran dos: a) Estudio teórico de la lengua y su conocimiento práctico. b) Ortografía y sintaxis La cúspide de la enseñanza superior era la oratoria, cuyo contenido era la filosofía, la historia y el Derecho. Era exclusiva de las clases superiores y estaba a cargo del Rhetor. LA HUMANITAS FILOSÓFICA DE SÉNECA. En la Pedagogía de Séneca son dos los hilos conductores: la Antropología y la Educación. Para Séneca, la esencia de la educación es el proceso de perfeccionamiento partiendo de la base de la condición humana. Pero también entiende que el alma está encerrada en un cuerpo que tiende a la pasión, aunque confía en que la naturaleza dota al hombre de la fuerza suficiente como para remontar sus pasiones y alcanzar la virtud. La naturaleza por sí misma no empuja al vicio, y la sabiduría tiene como meta devolver al hombre a la naturaleza; por eso la virtud debe aprenderse. Desde el punto de vista antropológico, la educación consiste en modelar el carácter y la personalidad de los sujetos, principalmente en cuanto a la moral, y espiritual en menor medida. La filosofía se entiende como camino para curar el alma, así como para guiar la conducta. El fin último de la educación es lograr 5 elementos: felicidad, virtud, perfección, sabiduría y rectitud de vida. Estos elementos se logran en tres etapas en función del grado de liberación de las pasiones: 1º los que han dominado los vicios más graves. 2º los que han dominado todos los vicios, pero experimentan con frecuencia la violencia de las pasiones. 3º los que han logrado el dominio de todas sus pasiones en gran medida.

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TEMA 1: LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA ENTRE LA ROMANIZACIÓN Y EL MEDIEVO

1. LA EDUCACIÓN ROMANA EN ESPAÑA.

EL PROBLEMA DE LA ROMANIZACIÓN DE HISPANIA (La tradición hispano romana)

Por romanización se entiende todo el proceso cultural que se realiza en Hispania, encaminado a transformar Hispania en todos los ámbitos: red viaria, monumentos, clases sociales, agricultura, política, administración, educación, religión y economía. Durante la República, la romanización influyó especialmente en el ámbito político-administrativo, y en la ordenación económica y social. En la época del Imperio Romano, se continuó con la reestructuración administrativa en provincias. Sin embargo, la superioridad romana supo asimilar las costumbres de los pueblos bárbaros conquistados, lo que supuso una acomodación dialéctica de las dos culturas.La enseñanza en la Hispania romanizada tiene como concepto clave la humanitas, que incluía todo el proceso por el que la educación convertía a hombres rudos e incultos en hombres cultos y eruditos (educados y civilizados) La humanitas tiene su equivalente en la paideia griega, entendidos ambos términos como educación, formación y cultura.

Uno de los primeros pasos fue la creación de escuelas a través de las que se inicia la enseñanza del latín, es decir, que fueron el vehículo de romanización y de la expansión cultural.A los 7 años el niño iniciaba su asistencia a la Schola primaria bajo la tutela del ludus magíster, encargado de la enseñanza elemental. El niño era acompañado por un pedagogo, que solía ser un esclavo de confianza. La escuela solía estar al aire libre en el foro o plaza de la ciudad.El programa consistía en: El aprendizaje de la lectura El aprendizaje de la escritura Repetía texto para ejercitar la memoria Cálculos, con piedras aprendían a contar y las operaciones más elementales de la aritmética.

A los 12 años el niño podía asistir a la escuela de gramaticus (hasta los 15 años).Estos alumnos eran de un nivel superior en cuanto a clase social y el tutor gozaba de mayor prestigio que el ludus magíster. Los objetivos de la enseñanza eran dos:

a) Estudio teórico de la lengua y su conocimiento práctico.b) Ortografía y sintaxis

La cúspide de la enseñanza superior era la oratoria, cuyo contenido era la filosofía, la historia y el Derecho. Era exclusiva de las clases superiores y estaba a cargo del Rhetor.

LA HUMANITAS FILOSÓFICA DE SÉNECA.En la Pedagogía de Séneca son dos los hilos conductores: la Antropología y la Educación. Para Séneca, la esencia de la educación es el proceso de perfeccionamiento partiendo de la base de la condición humana. Pero también entiende que el alma está encerrada en un cuerpo que tiende a la pasión, aunque confía en que la naturaleza dota al hombre de la fuerza suficiente como para remontar sus pasiones y alcanzar la virtud. La naturaleza por sí misma no empuja al vicio, y la sabiduría tiene como meta devolver al hombre a la naturaleza; por eso la virtud debe aprenderse.Desde el punto de vista antropológico, la educación consiste en modelar el carácter y la personalidad de los sujetos, principalmente en cuanto a la moral, y espiritual en menor medida. La filosofía se entiende como camino para curar el alma, así como para guiar la conducta. El fin último de la educación es lograr 5 elementos: felicidad, virtud, perfección, sabiduría y rectitud de vida. Estos elementos se logran en tres etapas en función del grado de liberación de las pasiones:1º los que han dominado los vicios más graves.2º los que han dominado todos los vicios, pero experimentan con frecuencia la violencia de las pasiones.3º los que han logrado el dominio de todas sus pasiones en gran medida.

En cuanto al currículo, rechaza la Gramática, Geometría, Aritmética, Astronomía, Música y Gimnástica. La clave para Séneca está principalmente en la Moral, y también en la Filosofía que está configurada por tres partes: natural, lógica y moral

LA HUMANITAS RETÓRICA DE M. F. QUINTILIANO. Las dos perspectivas que connotan con mayor precisión y autenticidad el concepto de humanitas fueron: La concepción retórica (Cicerón y Quintiliano) y La concepción Filosófica ( Séneca)

Quintiliano es uno de los iconos de la educación romana por ser maestro de hombres brillantes de su época y ser autor de numerosas obras. Considera la formación del hombre como un todo inseparable formado por Oratoria y Educación. La educación moldea al hombre, sin olvidar el esfuerzo y el aprendizaje del propio sujeto. La finalidad y objetivos de la doctrina de Quintiliano tienen su núcleo en la Retórica. La meta de la educación es perfilar el ideal del orador perfecto que debe ser un hombre de bien y honesto. El ideal para el orador es que disponga de una cultura depurada y un sagrado sentido de lo justo, y oportuno en cada circunstancia. Mantiene que debe saber hablar de todo, por lo tanto su saber debe ser enciclopédico; pero a la hora de seleccionar el currículo se inclina por aquellas áreas que tienen que ver con el perfil del orador ideal. Así, en primer lugar, deberá poseer disciplinas de carácter enciclopédico: Derecho, Historia, Filosofía, Música, Matemáticas y Astronomía. Posteriormente: Gramática y Retórica, que tienen como objetivo cultivar el bien hablar. Y por último, un conjunto de saberes tomados de la Filosofía y Religión cuyo fin es formar al orador en la ética. La Retórica para Quintiliano es que la verdadera elocuencia es una virtud, y no se puede alcanzar sólo por la forma y por la pura técnica. Sólo tienen capacidad de persuasión verdadera los hombres sabios y buenos. Las 4 cualidades para el modelo perfecto de hombre y orador son Sabio, Experto en el bien hablar, Ejemplo por sus virtudes y costumbres y Especialista en la aplicación del derecho.

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2. LA EDUCACIÓN EN LA ESPAÑA VISIGÓTICA

La invasión de los bárbaros supuso el fin del Imperio Romano, pero no la desaparición de la organización escolar. La necesidad de mantener el latín como lengua mantuvo la enseñanza. En la transición de la escuela romana a la medieval, influyeron destacadas figuras que mantuvieron y reelaboraron el currículo de la escuela romana, y que se adaptaron en la escuela visigótica. Algunos fueron: Boecio, Donato, Beda... Más tarde, en el s VII, San Isidoro de Sevilla. Y en el s VIII, las 7 artes liberales de Alcuino de York.La mayor parte del saber se encierra en los monasterios, con el Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica).En esta etapa educativa destacan los concilios de Toledo, con la existencia de la enseñanza reglada. La enseñanza fue impulsada a través de la Iglesia. En los siglos VI y VII, hubo 3 clases de escuelas:

a) Las primeras escuelas episcopales: Cuya función principal era la instrucción de los clérigos. Estaban a cargo de los obispos, en régimen de internado y en un edificio anejo a la catedral. Había dos ciclos; el primero, infancia y adolescencia, con enseñanzas elementales y con un único maestro; y el segundo: formación del clero, especializado en un saber gramatical y humanístico en un primer ciclo, y escriturario-teológico en el segundo. En estas escuelas se cursaba, además del trivium, el cuadrivium (Aritmética, Gramática, Astronomía y Música)

b) Escuelas parroquialies: Escuelas primarias de carácter rural, donde el instructor era el párroco.c) Escuelas monacales. Constituyeron el fenómeno cultural y educativo de mayor esplendor de la España visigoda de los siglos VI y VII. En

ellas estaban los niños mayores de 10 años para seguir una vida religiosa. El currículo era de carácter humanístico y gramatical, basado en el Trivium, y el Quadrivium. La metodología se parecía a la educación romana; el maestro enseñaba desde un alto taburete mientras el niño, en el suelo, escribía sobre tablillas.

3. LAS ESCUELAS ECLESIÁSTICAS EN LA EDAD MEDIA. CULTURA MEDIEVAL Y ESCUELA MONÁSTICA : Las reglas monásticas de los primeros monasterios, tras la reconquista cristiana a los árabes (s VII al XI), obedecían a las Reglas de San Isidoro y San Fructuoso. El Camino de Santiago fue un medio crucial para la europeización de la cultura hispana ya que, a través de los peregrinos, llegaron a España la cultura y el arte, además de las reformas monacales benedictinas: clausura, recogimiento, fortalecimiento de los lazos con el pontificado romano y un cierto desdén hacia la ciencia.En estas escuelas, los estudios se centraban en el Trivium y el Quadrivium, añadiendo para estudios superiores la Teología y el Derecho. Posteriormente, el papel cultural y de enseñanza pasó a las ciudades a través de las escuelas catedralicias, bajo la protección de los obispos, que serán el inicio de las futuras universidades. LAS PRIMERAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS : Es uno de los legados más importantes de la Edad Media. Surgen a partir del declive de las escuelas monacales, catedralicias y municipales. Sirvieron para establecer las bases del pensamiento colectivo firme y bien construido que se transmitirá a generaciones futuras, organizando el saber y la investigación en las distintas áreas del conocimiento, y extendiendo su influencia a la sociedad en sus ámbitos políticos, económicos y sociales. En España la primera universidad oficial fue la de Palencia, creada por Alfonso VIII. Se enseñaba el Trivium y el Quadrivium, además de Teología. Desapareció tras la muerte de Alfonso VIII.Otras universidades no exitosas fueron las de Alcalá de Henares en el s XIII, la de Murcia (creada por Alfonso X, para Medicina y Artes) o la de Sevilla (también fue intento de Alfonso X)La Universidad de Salamanca, creada en el reinado de Alfonso IX, y cuya custodia y desarrollo se debe a su hijo, Alfonso X el Sabio, quien creó cátedras que recogían ordenanzas que regulaban el buen funcionamiento de la universidad. La Metodología sigue la de escuelas medievales y otras universidades europeas. La actividad académica giraba en torno a tres partes: la lectio; la quaestio y la disputatio, en el que los contendientes se enfrentaban en un verdadero torneo intelectual.

4. LAS ESCUELAS PALACIEGAS Y FORMACIÓN DEL CABALLERO.

El origen de las escuelas palaciegas fue pragmático, ya que se distinguían las características de los distintos grados del orden de caballería (paje, escudero y caballero), y por otro lado fue ético. Las escuelas se ubicaban en los palacios y castillos donde recibían formación los futuros caballeros con los instrumentos imprescindibles: caballos, armas y armaduras. Alfonso X ‘El Sabio’, en sus Partidas, regulaba la educación de los caballeros. El objetivo fundamental es el militar, pero también el de restablecer la lealtad, la justicia y la caridad. En cuanto a las cualidades de un caballero, se distinguen cualidades corporales y espirituales. La jerarquía por los que pasaba el alumno era primero el de paje, que se ocupa de tareas domésticas; y después escudero, que forma parte del séquito del caballero, asistiéndole en las batallas y en los quehaceres cotidianos. Las letras y las ciencias se consideran inútiles en la formación del caballero; y la lectura se entiende como ocio o entretenimiento. El aprendizaje siempre va ligado a la práctica, en la que el maestro adiestra al escudero de viva voz y utilizando el ejemplo como recurso, y la armadura, espada, caballos sería el material didáctico.

5. EL LUGAR DE ALFONSO X EL SABIO EN LA EDUCACIÓN.Alfonso X, a pesar de sus ocupaciones guerreras en la extensión y mantenimiento de la Reconquista, y a pesar de sus enfrentamientos internos con sus propios hijos por el poder y de los problemas con la nobleza, tiene merecido el sobrenombre de “el sabio”, pues dejó su obra literaria. En el ámbito educativo, destacan dos joyas pedagógicas en la historia de la educación. Las Siete Partidas, primer código legislativo de la educación del propio rey, de los hijos de los reyes, etc. Habla de la educación femenina, de los caballeros, de los clérigos, de la competencia de la Iglesia en la educación, de los maestros y de la enseñanza primaria. Finalmente trata de la enseñanza superior y de cómo deberían ser las universidades, poniendo él su grano de arena en las universidades españolas. Pero su gran aportación fue la creación de la Escuela de Traductores de Toledo.

La Escuela de Traductores de Toledo: Su creación fue la continuación de una labor traductora. Las causas de su nacimiento y su ubicación en esta ciudad fue que existía una tradición, el contacto del arzobispo con extranjeros cristianos que acudían allí en busca de la ciencia, la existencia de comunidades de mozárabes, judíos y cristianos que podían traducir del árabe al latín y viceversa; y la necesidad de conocer el contenido del Corán.La importancia y repercusión que tuvo en el ámbito cultural europeo fue de extraordinaria importancia; a partir de esas traducciones pudieron conocer las universidades europeas muchas obras clásicas. En definitiva, el rey sabio viajó por el sur de la España musulmana con gran interés por la cultura de aquellos aún enemigos, que se resistían a ser vencidos. Comprendió el gran nivel cultural de los intelectuales árabes y judíos y la necesidad de traducir aquella cultura superior a las dos lenguas, el latín de los cultos y la lengua romance del pueblo.

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6. LA APORTACIÓN PEDAGÓGICA DE RAMÓN LLULL

Fue uno de los autores más prolíficos del pensamiento medieval. Su densa y original obra toca todos los campos del saber. Sus fuentes culturales abarcan desde el pensamiento aristotélico, pasando por el agustiniano, hasta el mundo árabe. Ramón Llull destaca por hallar un método científico inductivo, criticando la lógica deductiva aristotélica, demostrando ser un adelantado a su tiempo. No sólo busca la verdad, sino la forma de transmitirla a otros pueblos o religiones, como el mundo árabe. Entiende que la verdad es la misma independientemente de la religión y la condición. Utiliza símbolos para referirse a los atributos que sirven para combinar y establecer relaciones entre ellos a través de la combinatoria y la lógica.El libro Doctrina Pueril: Llull orienta el futuro de su hijo a través de una descripción del significado científico, la utilidad profesional y el valor educacional que poseen todos los saberes y disciplinas. Analiza el Trivium, de la Gramática dice que es la puerta para conocer las demás ciencias, de la Lógica que es la demostración de las cosas verdaderas o falsas que permite hablar con fundamento, y de la Retórica que enseña a hablar correctamente. Analiza el Quadrivium, recalca que es útil al hombre, pero en la medida en que le acerca a Dios.

7. LA EDUCACIÓN MUSULMANA EN ESPAÑA.

La educación musulmana se centra en el conocimiento de la revelación del Islam. Todo se puede explicar por la ciencia, siempre y cuando esta explicación se subordine a una razón religiosa y conduzca al hombre a la salvación eterna. El Corán es su libro sagrado y sus verdades fundamentales son la existencia de Alá, Dios eterno, creador del mundo y Mahoma es su profeta; la creación del hombre por Dios y expulsado del paraíso por su pecado. El hombre necesita un Mesías y el fin sobrenatural de hombre , resurrección y juicio final.En cuanto al camino para alcanzar a Dios y al Paraíso hay que pegrinar a la Meca al menos una vez en la vida, ayunar durante el mes del Ramadhán, y purificación mediante ablución con agua o arena. Los pilares básicos sobre los que descansa la fuerza espiritual que desprende el Corán: El hombre de fe, El hombre de amor y El hombre de piedad.Si el hombre cayera en el pecado, sólo podrá salir mediante el arrepentimiento y la firme creencia en la resurrección.Entonces la escuela musulmana gira en torno a la educación religiosa, que subordina a todo contenido. La función del maestro o educador es poner al alcance del niño el Corán, quien debe memorizar los versículos, que le servirán de orientación práctica en su vida.

El proceso Pedagógico: La enseñanza y su contenido Los nativos hispánicos que vivieron en la España musulmana siguieron utilizando tanto el latín como el árabe para comunicarse. Por esta razón, durante la dominación árabe en la España peninsular convivieron escuelas árabes, hispano-musulmanas, hebreas y mudéjares. Hay dos momentos claves en la configuración de la cultura hispano-árabe: Hasta el inicio de la época califal, los árabes eran mucho más cultos que los nativos ya que en su relación con el imperio bizantino habían absorbido la cultura griega y fundando escuelas de traductores. A partir del Califato de Córdoba, la cultura árabe y la preislámica dieron lugar al surgimiento cultural de Al-Andalus, apareciendo las escuelas hispano-musulmanas. El modelo de escuela se encontraba en la mezquita, y es en esta etapa donde surgen sabios hispano-árabes como Averroes, destacando la Academia de Humanidades de Almanzora o la Escuela de Medicina de Medina Azahara. Cuando el Califato desaparece surgen los reinos de Taifas, con lo que se rompe la tradición hispano-musulmana, imponiéndose las escuelas árabes apoyadas de nuevo en la cultura oriental. La enseñanza tenía un carácter privado en general y no existía normativa oficial que la regulase; si alguien deseaba instruirse tenía que pagar a maestros particulares.

TEMA 2: LA EDUCACIÓN EN EL RENACIMIENTO ESPAÑOL

El humanismo abarcó en España, desde el siglo XVI hasta mediados del XVII. En España se fue admitiendo el espíritu de la modernidad proveniente de la apertura comercial del mediterráneo y de América. Nuevos sistemas económicos y sociales que erosionan el sistema feudal y lo sustituyen por el burgués, enriqueciendo a los burgueses y arruinando a las clases bajas. El auge demográfico y la inmigración hacia las ciudades repercute en la mayor demanda de alimentos, que a su vez influye en los modos de producción agrícola. La economía de mercado impulsa la circulación de la moneda. El proletariado crea corporaciones para luchar contra los privilegios de la burguesía, quienes controlan el comercio y los cargos públicos, y que influyen en los nuevos valores sociales, políticos, religiosos y culturales. Aunque la nobleza sigue conservando sus privilegios ‘de sangre’, va cediendo paso a la nueva burguesía; quedan además subyugados a la monarquía en cuanto al monopolio político que hasta entonces habían dominado. La unión de las dinastías de Castilla y Aragón, junto con la conquista de los restantes territorios de la geografía peninsular, aseguran el control militar y político de los monarcas. A esta unidad se le une el uniformismo religioso pactado con el papado y asegurado por el establecimiento de la Inquisición, la expulsión de judíos y musulmanes y la reforma de las órdenes religiosas que dirige el cardenal Cisneros.En su vertiente política, España defiende la monarquía frente al maquiavelismo italiano, y la defensa de la libertad personal frente al determinismo teológico. Esto conlleva a una nueva concepción del hombre: Todos los cambios que surgen del nuevo ambiente renacentista, hacer renacer la idea de que el hombre es protagonista de su propia historia, con derecho y capacidad para transformar la sociedad, y la vida en la tierra es por tiempo limitado pero susceptible de ser disfrutado en todas sus dimensiones: artística, intelectual, sensitiva, moral... Es decir, que puede alcanzar y disfrutar de la felicidad terrenal sin renunciar ni mermar su proyección trascendental.La lengua es entendida como elemento imprescindible para configurar a la nueva sociedad sociopolítica, para la difusión de los saberes, ideologías y sentimientos; por eso fue uno de los ejes del currículo renacentista. La aportación técnica de la imprenta permitirá una enorme difusión de la cultura. Por esto, la educación trató de compaginar esta nueva cultura renacentista con la influencia viva de la religión católica, organizándolas bajo una estructura unitaria y centralizadora del poder político.La circunstancia de la España Imperial condicionó la singularidad de este renacer cultural, de su desarrollo y evolución, pues se revistió de unos caracteres propios:a) Tendencia a la síntesis armónica de lo clásico y lo medievalb) Interés sociopolítico y preocupación por el desarrollo económicoc) La cultura, factor y elemento de moderación en las relaciones del pueblo con la jerarquía política y religiosa;d) La formación integral a partir de los estudios de humanidad.e) La verdad moral, objeto de la filosofía moral referida a la responsabilidad personal.

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2. DOCTRINAS PEDAGÓGICAS DEL HUMANISMO HISPANO

En el plano de las ideas, el Renacimiento coincide con los planteamientos racionales de la propia escolástica y acabó representado una lógica confrontación con el tradicionalismo de la primera edad media.Esta nueva actitud crítica desembocará en un individualismo, subjetivismo, autonomía, pluralidad... que formarán el nuevo elenco de valores de la modernidad, teóricamente comunes en toda Europa pero que, en busca del propio individualismo, fueron peculiares según países.

Características del Humanismo pedagógico hispano:

Religiosidad: El nuevo hombre del renacimiento, a pesar de ser más autónomo, celoso de su intimidad y crítico, sigue siendo creyente. Individualidad: Las vivencias del hombre renacentista le llevan a fijarse en la dimensión individual y personal de cada uno. La lengua: Se concibe como instrumento y primer paso a las fuentes y a las ideas, así como a la comunicación de las mismas. Un saber integral: La nueva concepción del hombre orienta un nuevo proyecto educativo. Se centra en un antropocentrismo. Dimensión social universal: El afán por los viajes y las aportaciones de la técnica otorga al saber un carácter universal. Se produce un “fluir

del saber”, de un saber que hasta ahora había servido para mantener las estructuras sociales más fundamentales que se empiezan a romper. Los privilegios de “sangre” se ven erosionados por el saber y algunos burgueses, gracias a sus estudios, pueden acceder a oficios más reconocidos (médicos, abogados, catedráticos...) e incluso a otros con influencia política.

Reformas metodológicas: Esta nueva concepción antropológica y antropocéntrica condiciona al currículo y por tanto también afecta a las propuestas metodológicas. Plutarco y Quintiliano son recuperados y se incluyen en el nuevo plan pedagógico

Algunos autores destacados: Elio Antonio Martínez Cala de Nebrija, representa la primera de las aportaciones del humanismo hispano. Su mayor contribución se

inscribe en torno a uno de los ejes fundamentales del humanismo, la lengua, que apoyó a través de su docencia y sus escritos entre los que destaca la primera gramática del español. Entiende “el arte de las letras” y “la ciencia de hablar y escribir correctamente”. No sólo utiliza los métodos clásicos sino que además incorpora el estudio histórico y comparado de los términos; es considerado por esto ‘el creador de la filología románica’. Escribió la obra “De líberis educandis”, para la educación de los hijos del canciller y secretario del Rey. Sus propuestas metodológicas se articulan en torno a qué deben hacer los niños antes de los 5 años, cualidades y tareas del educador, cuándo se debe empezar la formación literaria y moral, cada uno debe ser educado según su ingenio, el deber de los discípulos para con su maestro y enseñar en casa o en la escuela.

Juan Luis Vives , pensador valenciano más eminente del humanismo renacentista español, y de los más influyentes de Europa. Asienta su reflexión sobre el ejercicio crítico de la razón, basada en una fe madura e ilustrada que proyecta sobre aspectos básicos del momento. Critica a una escolástica basada en una tradición religiosa, moral y política que postula el dogmatismo intransigente defendiendo que deberán sustituirse por la intuición, la experimentación y el juicio crítico anclado en una religión ilustrada. El itinerium mentis es claro para él, de los sentidos a la imaginación, y de ésta a la mente; de lo singular a lo universal, siendo siempre el Logos. Añade Juan Luis Vives, además, una profunda reflexión respecto a la actitud que debe adoptar el intelectual ante su trabajo, entusiasmo ante la conciencia de las limitaciones de su sabiduría frente la sabiduría divina, pero también confianza en las capacidades que Dios ha dado al hombre. Esta misma actitud es la que debe orientar el doble compromiso social del intelectual; sus estudios han de encauzarse hacia el bien público y su propio comportamiento debe ser ejemplo y motivación de las mejoras que produce el estudio, lo que obliga a la coherencia entre saber y vida.

Rasgos característicos de la Pedagogía de Vives :La educación debe partir del análisis de la naturaleza individual y social del educando . Estas características del hombre se dan en cada uno en porciones diferentes lo que produce una diversidad de capacidades o temperamentos. Destaca la dimensión política y social del hombre, también de raíz cristiana. En su tratado De anima et vita desarrolla una teoría sobre el alumno en la que desarrolla dos componentes constitutivos del ingenio: el genético y el diferencial. Insiste en la importancia de cultivar la libertad y la voluntad del alumno a fin de que adquiera la disciplina de dirigir su propia vida. Su ideal de formación del humanista es el desarrollo de todas las facetas constitutivas del ser del hombre que le preparen para la sabiduría, la vida y para alcanzar su fin supremo y divino. La formación completa debe aunar ideales de la ética socrática con los de la filosofía cristiana Considera las disciplinas como camino para llegar a la verdad y la sabiduría . Criticó el deterioro moral del ambiente estudiantil. Su concepción de la escuela subraya su carácter público, aunque con diferencia de sexos y de niveles sociales. Concibe una comunicación educativa entre escuela, familia, Estado e Iglesia. Las cualidades y funciones del buen maestro son tomadas de Quintiliano, Cicerón, San Agustín y santo Tomás. Aborda la educación femenina planteando que la mujer no es inferior al hombre, pero que su educación ha de estar orientada a desempeñar sus obligaciones familiares

Juan Huarte de San Juan: Representa la segunda mayor aportación internacional del humanismo hispano (la primera, Nebrija). Tiene una única obra, “Examen de los ingenios para las ciencias”, donde muestra la diferencia de habilidades que hay entre los hombres y el género de letras que a cada uno responde en particular. Huarte plantea la necesidad de efectuar una orientación profesional basada, no en los gustos de los alumnos, sino en los tipos de temperamento que posean. Para ello realiza una clasificación de las ciencias basada en las potencialidades del alma humana que ha diferenciado previamente (predominio de la memoria, del entendimiento o de la imaginación)

Tras el diagnóstico, la selección según el ingenio y la orientación vocacional y profesional, el maestro organizará los estudios (tiempo, lugar y cualidad) que deben acomodarse a la evolución madurativa de cada temperamento y sujeto –memoria en la infancia (0-14 años), razonamiento en la adolescencia (14-25) y entendimiento en la juventud- con el fin de incrementar su motivación y esfuerzo.Si la orientación ha sido acertada, al maestro sólo le queda hacer nacer las capacidades del alumno y guiarlas gradual y coherentemente con sus peculiaridades y su evolución. En cuanto a la educación moral, entiende que el temperamento forma parte del compuesto psicofísico del hombre, y que el papel del maestro es curar los vicios del alumno y convertirlo en virtuoso. Resalta también la importancia de la higiene y la crianza entre los condicionantes del desarrollo de los temperamentos.

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3. ESCUELA DE GRAMÁTICA Y ESTUDIOS DE HUMANIDADES.

Las instituciones docentes en la España del Siglo de Oro pueden clasificarse según: Escuelas de gramática latina, Facultades de artes, Colegios y escuelas de la Iglesia; y Las Facultades Mayores de la universidad.Los estudios de humanidades son los contenidos específicos del renacimiento; persiguen la formación del ideal del sabio humanista, integrado por la dignidad intelectual y moral propuesta desde la humanitas clásica, por la concepción de la nación como un todo y por la tradición religiosa-moral como componente fundamental de la dignidad humana.

Como paso posterior a la enseñanza de las primeras letras, las escuelas de Gramática constituían la preparación propedéutica para los estudios universitarios. Contribuyeron a aumentar el saber de las clases medias y superiores, capacitando a sus alumnos para el desempeño de puestos de la administración política y religiosa. Su currículo estaba constituido por la Gramática latina, más tarde la castellana, y se completaba con una iniciación a la Retórica, Poética, Historia Antigua y Filosofía Moral. Una característica distintiva del renacimiento es la importancia dada a la lengua, al latín, como lengua original de la cultura. Sin embargo, el deplorable nivel económico y social de la mayoría de los maestros y de su latín, derivaba en un bajo nivel del mismo en los estudiantes, bastante por debajo de las exigencias universitarias. La enorme pluralidad de las escuelas marcaba distinciones significativas de unas a otras. Las razones de tal varianza eran El origen o motivo de su creación, La diferencia de recursos materiales y humanos, La procedencia social y cultural, y El nivel y amplitud del currículo.La institución más propia de este nivel de estudios era la Escuela de Gramática Latina. Otras instituciones relevantes fueron las Cátedras de Teología, los Colegios eran una institución intermedia entre la preparación que aportan las Escuelas de Gramática y las Facultades de Arte.

1. LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS EN EL RENACIMIENTOLa enseñanza universitaria estaba constituida por el nivel inferior y común de las Artes y por el nivel superior o de especialidad. Las dos universidades importantes en torno a las que giraron las demás son: Salamanca y Alcalá de Henares.

o NIVEL INFERIOREstudios de Artes, eran saberes de carácter común a los del nivel superior. Su currículo era Gramática, Retórica, Música, Matemáticas, Lógica, Filosofía Natural-Metafísica y Filosofía Moral. Duraban 4 años y se componen de tres grados: bachiller, licenciado y doctor. Para alcanzarlos, los estudiantes debían pasar pruebas con distintos niveles de exigencia para cada grado.El acceso de las clases medias a los grados universitarios fue posible gracias a la existencia de Colegios-Universidades en ciudades menores como Sigüenza o Toledo, y de Conventos-Universidades, como Avila.

o NIVEL SUPERIORLas Facultades Mayores de la universidad -Teología, Cánones, Leyes y Medicina- graduaban, respectivamente, a teólogos, juristas y médicos. La Teología era considerada la ciencia mayor por excelencia. El eje de las universidades seguía siendo Salamanca y Alcalá, las cuales recibieron también, con el cardenal Cisneros. Su currículo se distribuía a lo largo de cinco cátedras: Biblia, Sentencias, Sto. Tomás, Escoto y Nominales.Al igual que el nivel inferior, tenía tres grados: bachiller, licenciado y doctor. Para alcanzarlos, los estudiantes debían pasar pruebas con distintos niveles de exigencia para cada grado.

Tema 3. EDUCACION Y POLITICA EN EL BARROCO.

En el siglo XVII España entra en un grave período de debilitamiento y decadencia. Fracaso político-militar; Recesión demográfica; Agotamiento económico. El pensamiento político español del Barroco podemos dividirlo, en tres grandes escuelas:

Escuela Eticista : Mantiene posturas ético-religiosas en que la política debía estar supeditada a la moral. La crisis de España es profunda, y los eticistas buscan sus causas con el fin de repararla. Entre los eticistas se encuentran Pedro de Rivadeneyra, con su obra Tratado de la religión y virtudes que debe tener el príncipe cristiano para gobernar y conservar sus estados

Escuela Idealista ; parte de las premisas eticistas, idealiza la monarquía española considerándola el último y más perfecto eslabón en la evolución política de la humanidad. La función principal de los idealistas está encaminada a anular la oposición con la que se encuentra la monarquía en el orden político internacional del momento. Entre los idealistas destaca: Juan de Salazar

Escuela Realista ; mantiene una interpretación de la política basada en dos pilares; uno que admite el desafío ofrecido por el Estado Barroco,y otro que trata de mantener el control de ese desafío por medio de la ética. Destacan: Fernando Alvia de Castro, Diego de Saavedra Fajardo...

En esta tendencia se incluyen también a los arbitristas o proyectistas, quienes estaban empeñados en tapar la sangría económica y demográfica de Castilla y proponiendo proyectos factibles para acrecentar la hacienda pública, y que fueron desacreditados en su época. Destacan: Martín González de Cellorigo, Sancho de Moncada, Pedro Fernández Navarrete...La crisis repercutirá de forma negativa en la educación, que no pudo escapar a las connotaciones barrocas a nivel de pensamiento, referencias al modelo educativo del príncipe o en relación con aspectos ideológicos, curriculares y metodológicos. La historia de la educación española durante el siglo XVI y XVII es el triunfo progresivo de la docencia religiosa sobre la seglar, debido a la convergencia de tres factores: el peligro del protestantismo la actividad de la Compañía de Jesús y la presión de la jerarquía eclesiástica -Inquisición-Los historiadores señalan un estancamiento de la alfabetización y escolarización debido, entre otras causas, al empobrecimiento de los municipios con el consiguiente impago a los maestros de primeras letras, al cambio de actitud de las clases dominantes hacia la instrucción de los pobres y al retroceso de las donaciones de los particulares para fundaciones. Se consolida la postura de algunos críticos e intelectuales del momento que consideraban el gran número de estudiantes como una lacra insoportable para el país, ya que suponía innumerables gastos y una pérdida de mano de obra para otros menesteres, idea que se verá reflejada en las medidas que toman el consejo de Castilla y las Cortes prohibiendo la educación de marginados que llevaban a cabo instituciones benéficas, y la publicación de la Pragmática de 10 de febrero de 1623, en que se acotó el número de escuelas de gramática limitándolas a las ciudades donde hubiera corregidor. Con esto no sólo se veía afectada la enseñanza del latín sino también la enseñanza elemental, ya que los alumnos aventajados daban clase a niños en los rudimentos de las primeras letras. Por tanto, se ponen trabas a la formación como elemento de promoción social al restringir el estudio del latín a una elite para ‘proteger la estabilidad y el orden social’

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3. ÓRDENES RELIGIOSAS DOCENTES: COMPAÑÍA DE JESÚS Y ESCOLAPIOS.

La Compañía de Jesús: Los jesuitas ven aumentar y consolidar su fuerza social y política sobre todo a partir del reinado de Felipe IV. La Compañía de Jesús cubre la necesidad de fortalecer una Pedagogía conforme a la Reforma Católica.

Por medio de ella se esperaba establecer una visión cristiana en la vida cotidiana, que podríamos denominar como una Pedagogía Humanista Cristiana en el sentido en que plantea cómo Dios conduce a las personas a través de los hechos y de las personas que pone en su camino: una clara simbiosis entre fe y vida y fe y cultura, para lo cual la proximidad entre el educador y sus educandos se convierte en el requisito indispensable. El proyecto educativo de la compañía de Jesús se basaba en el reconocimiento experiencial y el diálogo educativo, que tenía como objetivo la formación del hombre libre, cambiante y perfectible, integrando en su proceso educativo lo religioso, lo moral, lo disciplinar y lo académico.

La Ratio Studiorum o razón de ser de los estudios de la Compañía de Jesús: sistema pedagógico de los jesuitasLa Ratio Studiorum es la sistematización, ordenación y metodología de los estudios en los Colegios y Universidades de la Compañía de Jesús.

Nace en el colegio de Mesina, fundado en 1548 por el Padre Jerónimo Nadal; los jesuitas, a fin de informar a los ciudadanos del lugar acerca de las características del establecimiento que van a abrir, preparan un proyecto con el programa educativo que pretenden llevar a cabo, que será a imagen y semejanza del método y del sistema de la universidad de París: clases regulares; los alumnos adelantaban en sus estudios por etapas superadas y objetivos establecidos; el método: ejercicios de repeticiones, exámenes, discusiones, composiciones escritas y orales... Nadal dividió este documento – denominado Constituciones del Colegio de Mesina- en dos partes una trataba acerca de la piedad y buenas costumbres que debían tener en el colegio y otra describía el programa académico. San Ignacio de Loyola, en vísperas de la apertura del colegio romano, encargó a Nadal que formulara nuevas ideas para la orientación pedagógica de los colegios de la Compañía; Los primitivos borradores de la ¨ Ratio ¨ se asentaban en ¨ las Reglas del Colegio Romano¨ y poco a poco se fueron adaptando basándose en la experiencia práctica de los colegios de la Orden. Tras sucesivos trabajos de ajuste, se publicó la Ratio Studiorum en 1599.La Ratio Studiorum o “Razón de ser de los Estudios”, es una guía-manual de apoyo a profesores y equipos directivos de los colegios. Señala las directrices de la vida práctica en el colegio: gobierno general, formación y distribución de profesores, horarios, programas y métodos de enseñanza.Enfatiza el poder de la educación como medio para la evangelización de los jóvenes y la búsqueda de la salvación de las almas, por ello su planteamiento pedagógico pretende hacer una conjunción entre ‘la virtud y las letras’, entre ‘la fe y la ciencia’.Se organiza en dos etapas o períodos: Los estudios inferiores: primer ciclo con una duración de 5 años, compuestos por tres cursos de Gramática, un curso de Humanidades y otro de Retórica, distribuidas las clases en dos semestres y con los contenidos íntimamente ligados. Los estudios superiores, divididos a su vez en dos ciclos: un segundo ciclo dedicado a la Filosofía durante 3 años (el primero a la Lógica y Matemáticas, el segundo a Física y Ética, y el tercero a Metafísica, Psicología y Matemáticas superiores), y un tercer ciclo de 4 años dedicado a la Teología para los estudiantes que quisieran hacerse sacerdotes.Cabe destacar que los alumnos podían promocionar de curso antes de terminarlo de acuerdo a sus capacidades.En cuanto al método, la Ratio Studiorum combinaba los niveles religioso, humano e intelectual: El primero proporcionaba el clima, la motivación y orientación para el aprendizaje. El segundo, las disposiciones y actitudes de mente, voluntad y sentimiento. El tercero, la disponibilidad para resignarse ante las realidades y fenómenos y comprenderlos.Su objetivo es la eficacia del estudio, basada en un proceso de aprendizaje unitario, jerarquizado y graduado. Esta eficacia se apoya en tres momentos: la Prelección, centrada en el profesor; la Repetición múltiple, centrada en el estudiante; y la Aplicación, en la que se da una interacción entre profesor y estudiante a través del apoyo y la orientación.Los principios de la Pedagogía Jesuítica son unidad, integración, orden, ciclicidad, gradación, actividad, interacción y expresión. Destacar la interacción profesor-alumno y la atención especial.

Los colegios de Escolapios: educación de los pobres.

Peculiaridades del modelo educativo en las escuelas populares de los escolapios:Gratuita, graduada y estable, defendiendo el derecho del pobre a la educación y ofreciendo una enseñanza primaria, media y profesional, no como escuela asistencial de marginados sino como alternativa de promoción para la clase menesterosa. En el aspecto económico, las Escuelas Pías eran fieles al principio de la gratuidad de sus establecimientos, buscando su financiación a través de fundaciones, aportaciones de príncipes y municipios y culto de sus iglesias. En 1602 nacen las Escuelas Pías, sociedad seglar para el sostenimiento de un colegio popular y gratuito instalado en Roma. José de Calasanz fue su fundador. La escuela, llamada de Santa Dorotea, tiene de inmediato un gran éxito, tanto que el Papa Paulo V funda –a petición de Calasanz- la Congregación Paulina de las Escuelas Pías. Se enseña a los niños a leer y escribir, matemáticas, gramática y retórica, caligrafía, música, latín, doctrina cristiana y una rudimentaria formación profesional para que los muchachos pudieran acceder a un empleo y ganarse la vida. A los más aventajados se les facilita el ingreso en el Colegio Romano de los Jesuitas. ¨ Piedad y Letras ¨ era el lema de los escolapios. Calasanz concibe la educación de las clases menesterosas como una necesidad social, moral y religiosa, obligación, justicia y utilidad, abogando por un sistema educativo abierto. En España se abre el primer colegio de escolapios en Barbastro en 1677, aunque las Escuelas Pías no se consolidaron hasta años más tarde. En el período que nos ocupa, los colegios de escolapios serán instituciones educativas esenciales para España, ya que desarrollan un significativo proyecto de escolarización y alfabetización, convirtiéndose sus escuelas de niños pobres en el modelo pionero de la escuela popular: gratuita, graduada y estable, defendiendo el derecho del pobre a la educación y ofreciendo una enseñanza primaria, media y profesional, no como escuela asistencial de marginados sino como una alternativa de promoción. Sus características esenciales eran la seriedad y eficacia de la enseñanza, y el carácter preventivo de la educación.Las clases no se ordenaban por edades sino por niveles de conocimiento, siendo muy flexible la promoción escolar. Los contenidos y métodos estaban perfectamente programados, así como sus libros de texto, obedeciendo a un plan general para toda la Orden, aunque cada colegio podía hacer su propia adaptación según sus circunstancias.

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Los escolapios fueron la primera orden religiosa en España dedicada a la enseñanza y garantizaron la instrucción de varias generaciones de niños pobres. Los colegios se abrían en los municipios o pueblos en los que el ayuntamiento se comprometía a garantizar el sustento de los religiosos a través de la cesión de tierras o limosnas particulares, a cambio de que facilitaran educación gratuita a los niños de las clases menesterosas.

3. EDUCACIÓN DE PRÍNCIPES La teoría política del Barroco español se desenvuelve alrededor del rey.El género medieval de los “espejos del príncipe” condensa las virtudes cristianas que debía tener el gobernante unidas a la necesidad de dominar el arte político y la prudencia cristiana.Los tratadistas de esta literatura doctrinal buscan como objetivo, a través de una metodología de suave persuasión y respetuoso aviso, ilustrar la inteligencia y conformar la conducta del rey, príncipe o gobernante para que cumpla sus tareas de gobierno de manera recta y equilibrada, donde el más esencial de los componentes es el perfeccionamiento de la virtud, apoyada en la doctrina teológica del poder vicario del rey como representante de Dios en la tierra. Desde un punto de vista contrario, Maquiavelo inicia la disociación entre la persona pública y privada del príncipe, entre la virtud del hombre público, encaminada a la conservación y engrandecimiento del Estado, y las virtudes morales del individuoLa trascendencia de los tratados de educación de príncipes se debe a la clara intencionalidad pedagógica-política, dando fe del cambio de concepción y mentalidad de la “razón de Estado” no sólo por su contenido doctrinal sino también crítico y de trascendencia hacia la sociedad, hacia el pueblo. Su objetivo es ilustrar la inteligencia y conformar la conducta del rey, príncipe o gobernante para que cumpla sus tareas de gobierno de manera recta y equilibrada.

4.1. PEDRO DE RIVADENEYRARivadereyra propone su ‘Tratado de la Religión y las Virtudes que debe tener el Príncipe Cristiano, para gobernar y conservar sus estados’ donde contradice lo que Maquiavelo y los políticos de este tiempo enseñan, y trata de demostrar que sus teorías conducían a una falsa razón de Estado y por tanto a la ruina de éste. Da forma a una ‘verdadera razón de Estado’ a partir de las virtudes que debe poseer el príncipe cristiano e intenta recobrar la concepción cristiana del Estado, ya que la Providencia había sido sustituida por el poderío de la astucia y malicia del gobernante influenciado por Maquiavelo, quien había utilizado la religión como instrumento para alcanzar los fines políticos aunque estos fueran espurios.Piensa que la religión cristiana contiene todos los elementos que le son necesarios al gobernante para conservar la república: -según anotación a pie de página- temer a Dios; guardar sus mandamientos y ceremonias; no desvanecerse con el mando y con la potencia y soberanía, reconociendo que la majestad que representa no es la suya; y por último, la seguridad de los reinos para sí y para sus hijos. La virtud y las buenas obras son la base sobre la que se asienta la formación del príncipe, moral y política. La virtud hace al noble; la nobleza, la realeza por sí sola no concede la virtud. Debe gobernar de acuerdo a la religión y no a través de ella: la religión contraria al pueblo sería lo opuesto a la voluntad de Dios. Se opone a la falsa razón de que el Estado hace la religión, la verdadera razón es que la religión hace Estado.Destaca que el objetivo máximo de la política debe ser la justicia -racional y ética-; Aunque también la prudencia como arte de vida, considerándola la guía de las demás virtudes morales y la referencia con la que hay que medir y regular todas las acciones del príncipe.

4.2 JUAN DE MARIANAReflexionó acerca de la razón de Estado, la religión y la educación del príncipe. La tesis de su tratado pedagógico-político –revolucionaria dentro de la concepción monárquica de la época- estriba en definir la potestad real, que queda restringida al hacer residir el poder en la comunidad, que a su vez lo transmite al príncipe, que por su parte está supeditado a la ley natural. El fin ético del Estado es, por tanto, el bien común. Así, la educación del príncipe requiere instrucción académica y educación moral.Cree que el devenir del hombre está configurado por la libertad y el azar, por voluntades humanas y fatalidades, y que la disposición del hombre a veces se ve frustrada por la Providencia como voluntad divina que impide la perversión del orden divino.Tuvo tendencia a lo clásico lo que le llevó a idealizar la educación romana, evitando la polaridad ideológica del momento.Para Mariana la necesidad de mantener intacta la uniformidad de las creencias cristianas exige una autoridad única y suprema en materia de religión, el Príncipe, siendo necesario un sistema de obligaciones mutuas y estrecha colaboración entre él y la Iglesia. Considera que la tolerancia religiosa es imposible ya que la religión es el elemento vital de la comunidad, y no por su valor espiritual como tal, sino por la capacidad para mantener la unidad de la república.

4.3. DIEGO DE SAAVEDRA FAJARDODesde un concepto realista, reflexionó sobre la situación económica por la que atravesaba el país, constatando la pobreza agrícola y comercial, y centró las causas en la creciente desproporción entre artesanos y labradores por un lado, y entre eclesiásticos y letrados por otro; expuso como solución limitar el número de eclesiásticos y de conventos y fomentar la agricultura y la producción mediante mano de obra extranjera.Su concepto de hombre: Piensa que el hombre, al igual que los animales, es un complejo de afectos y pasiones, pero a diferencia de aquellos el hombre lucha contra las pasiones con la razón. De modo que el hombre tiene dos opciones: dejarse subyugar por los afectos o usar la razón para controlarlos. Saavedra no pide al príncipe que se despoje de sus afectos, sino que no les permita influenciar en sus decisiones de gobierno. El hombre común debe moderar sus instintos mediante la razón, aunque conserve cierta espontaneidad, propia de su naturaleza; sin embargo, en el príncipe la fuerza directriz no es su naturaleza como hombre, sino su ser como gobernante y ahí es esencial el papel de la educación. Saavedra intentó armonizar las virtudes políticas del gobernante con las morales y religiosas, si bien en esa época existía una contradicción insuperable entre los principios del buen cristiano y del buen político. Saavedra afirma que el príncipe español ha de caracterizarse por tener como ejemplo la perfección moral de la divinidad, y en cambio debe alejarse de la teología política, quien por adoptar la potencia absoluta de Dios, acaba usurpando el lugar de Dios en vez de contentarse con imitarlo.Algunos ilustrados del siglo siguiente, como el conde Floridablanca, intentaron llevar a cabo lo que apuntaba Saavedra en su obra: La construcción de un Estado moderno.

4.4. BALTASAR GRACIÁN (1601 – 1658)El gracianismo es una pedagogía de impronta jesuítica, aunque enmarcada en el período barroco.Para Gracián, el fin de la educación es encauzar todas las energías del ser humano hacia la virtud a través de una formación humanística, y forjar hombres eminentes que sobresalgan de la mediocridad reinante. Este proceso de perfeccionamiento del ser humano se basa en cualidades

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fundamentales, susceptibles de mejora; pero el ser humano según Gracián es muy individualista y prescinde del plano religioso. Para superar este problema propone el diálogo, con uno mismo y con los demás.Con Gracián se inicia un nuevo planteamiento pedagógico en la educación: cualquier persona, sin importar su estamento o función social, puede llegar a encarnar el héroe abstracto que presenta el autor, y donde la voluntad, la energía y el esfuerzo son factores de mayor importancia que la herencia o el estatus social.Baltasar Gracián refleja en sus obras diversos modelos con las cualidades esenciales del dirigente ideal: Arte de Prudencia, Agudeza –en el hablar, en el pensar y en el hacer- y Arte de Ingenio, El Criticón... ; En la trilogía compuesta por El héroe, El político y El discreto mantiene la línea tradicional de obras de educación de príncipes.- En El héroe, describe un modelo ético y estético de varón máximo que condensa los valores de todos los hombres que han alcanzado grandes cotas de grandeza desde una perspectiva cristiana apoyándose en Platón, Aristóteles y Cicerón.- En El Político, muestra el modelo de gobernante perfecto tomando como ejemplo a Fernando el Católico, quien es para él la quinta esencia del gobernante para cualquier tiempo.- En El Discreto, guía sobre la elocuencia, la elegancia, la delicadeza y la seducción, diseña el arquetipo de varón discreto a través de un camino de sabiduría y equilibrio entre las habilidades sociales y personales para conseguir la felicidad. Los rasgos definitorio del ideal educativo del hombre perfecto para Gracián, que transmite en sus obras, son: entendimiento, voluntad y buen gusto, razón política, genio e ingenio y razón crítica ante el mundo.Gracián hizo;- de la religión la base para la defensa de la política de soberanía.- de la justicia una fuente de construcción de política interna.- de la fortaleza el principio de política militar.- de la prudencia la clave de la explicación de la política exterior.- de la templanza la política fiscal.Los patrones de conducta que opone a lo largo de toda su obra, modelan el ideal de “hombre completo contrarreformista”, que va desde el hombre heroico, político, discreto, prudente, estético, crítico-filosófico hasta el hombre religioso, porque el ‘arte de vivir’ se completa necesariamente con el ‘arte de morir’

Tema 4: LA PEDAGOGIA DE LA ILUSTRACION ESPAÑOLA

La Ilustración española le concedió una especial relevancia a la educación y a la pedagogía; es una época basada en la idea de cambio, fomento y transformación llena de proyectos que, la mayoría de las veces, se quedaban en tal, sin realizarse. Es una época de optimismo y fe en las capacidades de los seres humanos y en la posibilidad de desarrollar las potencialidades de cada persona y del conjunto de la sociedad a través de la educación popular y la educación de las minorías, ambas a un tiempo.La influencia del liberalismo y del pensamiento utilitarista y experimentalista inglés fueron decisivas para fundamentar la nueva filosofía de las Luces que pretendía, no siempre con éxito, sustituir a los contenidos y al método de la escolástica y la filosofía aristotélica predominante defendidos por la Iglesia, cuyo brazo más agresivo era la Inquisición. Este combate contra el atraso científico e ideológico no tenía ansias revolucionarias ni destructoras, sino que tenían ánimos reformistas y modernistas tanto de ideas como de instituciones y conductas -tanto individuales como colectivas-, proponiendo cambiar métodos y contenidos pero teniendo en cuenta el carácter reutilizable de algunos aspectos tradicionales.Primero los novatores y luego los ilustrados van creando las bases de la educación ilustrada en los diversos niveles educativos; todos ellos coinciden en la necesidad de poner la razón y la experimentación al servicio del desarrollo social y económico de la nación española; sin embargo, estos objetivos –y no todos- no se lograrían hasta bien entrado el s. XIX. En la pedagogía del siglo ilustrado se distinguen tres fases: en la 1ª predominan las ideas intelectualistas y sensorialistas, en la 2ª lo hacen las ideas naturalistas de Rousseau, y en la 3ª el idealismo de Pestalozzi. Sin olvidar el movimiento filantrópico de Basedow y la pedagogía política representada por La Chalotais y Condorcet.

La Ilustración española tiene también estas características, aunque su implantación fue más lenta que en otros países –Francia, Inglaterra o Alemania- y sin olvidar que se encontró con más obstáculos; por ejemplo el control de la cultura, la economía y la sociedad por parte de la Inquisición y de los poderes conservadores, quienes ralentizaban –cuando no impedían- la aplicación de las medidas renovadoras que pretendían modernizar el país: la implantación de las luces. Por ello, la minoría ilustrada se plantea atacar, bien sea para cambiar las cosas o para eliminar tales obstáculos; En concreto, lo que los Ilustrados pretendían en España era una sociedad estamental racionalizada y progresiva, y para ello había que reducir y simplificar el cúmulo de distinciones y categorías heredados del Antiguo Régimen. Conservando los principios básicos de estratificación social, se intentará conseguir la homogeneidad legal, económica y cultural, a fin de que el poder absoluto del monarca pueda actuar con plena eficacia; anhelo de progreso y reforma, libertad de comercio, fomento de las comunicaciones con los virreinatos; política generosa para ayudar a desvalidos, huérfanos y enfermos, mejorando los hospitales y las casas de misericordia; difusión de la cultura. Aun así, no hay una coincidencia total entre autores sobre si la Ilustración española llegó o no a consolidarse con tan fuerte arraigo como la europea, sino que hay que mantiene que se trató de copiarla, no siempre encajando con el canon europeo, si bien la mayoría de los autores son de la opinión contraria. La política económica española de la 2ª mitad del siglo XVIII se divide en dos etapas:- Una primera etapa, caracterizada por las grandes crisis de subsistencia –agrarias- que abarca desde 1754 hasta 1774. Estas crisis fomentan la migración hacia las ciudades, lo que proporciona mano de obra barata para la industria naciente y, a la vez, hace aumentar notablemente la demanda de productos, que redunda en un aumento de los productos agrícolas en beneficio de los poseedores de estos productos: la nobleza y el clero. De todo esto se deduce la coincidencia de intereses de la nobleza, del clero, de la burguesía incipiente, de los artesanos y de los campesinos; esta coincidencia será aprovechada por los ilustrados en el poder, a partir de la subida al trono de Carlos III, para potenciar un gran número de reivindicaciones.- Una segunda etapa, desde 1775 a 1789, caracterizada por el crecimiento sostenido de la economía, que permite entender la espontaneidad del surgimiento de la educación popular. Uno de los rasgos principales de la ilustración es el afán constante de elevar el nivel de vida de los súbditos y, especialmente, de la población rural y mejorar la de los más desfavorecidos; es decir, que el sentido del papel del individuo recobra fuerza como parte de la sociedad.

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2. LA DIFUSIÓN DE LAS LUCES EN ESPAÑA: FEIJOO Y LUIS A. VERNEY.

En la Universidad española, en el primer período del s. XIII –entre 1678 y 1724-, controlada por los poderes conservadores de la Inquisición y la Iglesia, dominaba la tendencia tradicional escolástica y la física aristotélica. Por otra parte, una tendencia moderna de los conocidos como novatores caracterizados por su antiescolasticismo, por un pensamiento científico y una actitud empírica, se esforzaban por demostrar que su pensamiento no iba en contra de las doctrinas cristianas. La rivalidad se planteó en el área de las ciencias físicas, matemáticas y astronómicas (los escolásticos partidarios de la física aristotélica: Sto. Tomás, Escoto, Suárez...) y en el área de las ciencias médicas, químicas y biológicas (los novatores o innovadores como Feijoo, se mostraban cercanos al experimentalismo, al cartesianismo, al sensualismo y al eclecticismo, caracterizándose por su anti-escolasticismo y una actitud empírica ante la realidad natural) El escolasticismo era lo seguro, la certidumbre, frente a los "probables" de los nuevos experimentos; Pero ante todo era también patrimonio cultural, posesión de la verdad en monopolio, lo cual suponía prestigio y por tanto poder, y en consecuencia mayores ingresos económicos, lo que podía derivar en hostilidad contra las nuevas ideas.

BENITO JERÓNIMO FEIJOO.. Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (1676- 1764) nació en Orense. Ingresa en la orden benedictina. Luego estudia Filosofía y Teología en Salamanca y en León. Fue catedrático en la Universidad de Oviedo; De hecho, la tarea que más tiempo le absorbió fue la docencia académica en los colegios monásticos y en cátedras de categoría superior –Summa Teológica y Prima de Teología- Escribió "Cartas eruditas" y "Teatro Crítico". Su obra destaca por el impacto cultural y social que tuvo, ya que fue el referente fundamental para la ilustración española y americana y se convirtió en autoridad también en los países extranjeros más importantes de la época. Por otra parte, destacó por su carácter abierto fruto de su prolongado trato tanto con gente humilde como con letrados, lo que le facilitó la interpretación de la realidad humana y la correspondiente aplicación de los saberes de la época a esa realidad.Es un escritor que se mueve entre dos mundos: su formación tradicional y una postura innovadora, que siente como español y piensa en inglés, lee en francés y escribe en castellano –se muestra cercano a la filosofía y la ciencia inglesa, influyéndole sobre todo Bacon y su tendencia utilitaria y experimental, aunque no siguió el pensamiento concreto de ningún autor. Tiene un amplio conocimiento de la literatura filosófica y científica inglesa -sobre todo de Bacon- y francesa –Gassendi principalmente, aunque también Descartes, Bayle... - Propone desterrar la física aristotélica para sustituirla por la nueva ciencia experimental representada por Bacon. Por haber recibido su formación eclesiástica en centros religiosos, hace la crítica más certera de la educación escolástica y plantea desde ella su reforma, especialmente combatiendo el criterio de autoridad impuesto, las sutilezas filosóficas frente a la utilización de la experimentación y en la observación práctica y, en definitiva, abogando por la puesta en práctica de la modernidad y el progreso que añoraba para España.

Su propuesta pedagógica era elevar el nivel cultural de la nación como prioridad, y para ello, era necesario cambiar las materias de estudio, introduciendo nuevos contenidos filosóficos y científicos que tenían que ver con el liberalismo doctrinario y con las tendencias experimentales (P ej: física, anatomía, botánica, geografía, historia natural...), siempre con la razón como método de trabajo. El método que propone el benedictino es racionalista y está basado en el experimentalismo sobre el que construir un razonamiento posterior sustituyendo el método escolástico (formalista y memorístico mecánico) por el experimental, utilitarista y pragmático. Es partidario de simplificar el discurso y para enseñar se inclina por la simplicidad y modernidad frente a la enseñanza barroca de los clásicos en latín. Propone introducir autores modernos utilizando metodologías empíricas y eclécticas (el eclecticismo intenta conciliar las doctrinas que parecen más verosímiles, auque procedan de diversos sistemas), diferentes a la enseñanza en la Universidad tradicional que estaba basada en la "lectio" y la "disputatio" sobre el estudio de algún texto clásico, siempre en latín.

LUIS A. VERNEY. Su obra "El verdadero método de estudiar para ser útil a la República y a la Iglesia" es una crítica a la enseñanza en las escuelas de Portugal por su bajo nivel académico y científico y sus métodos ineficaces y anticuados de la escolástica; es una llamada a la renovación metodológica y de contenidos. Se traduce al castellano en 1760 e influyó, dada la situación educativa española, en la polémica entre tradición y modernidad, y en la búsqueda de una alternativa educativa ilustrada.

Propone que, tras las primeras letras, a partir de los 7 años empezarán los estudios de Gramática y lengua portuguesa, seguidos de latinidad y Retórica, y por último Filosofía –que incluye Lógica, Física y Ética-. También propone la creación de Escuelas de Matemáticas. Pero lo que más sobresale de su plan de estudios es la importancia que se le concede a la lengua propia y al conocimiento de la lengua inglesa y francesa, así como a la física moderna – de hecho propone la sustitución de la física aristotélica por la newtoniana, basada en el experimentalismo y en los avances científicos europeos. En Medicina defiende las prácticas clínicas y la especialización frente a la tendencia de carácter teórico y especulativo. En Derecho -civil y canónico- no incluye grandes novedades e insiste en la necesidad de que el jurista parta siempre del espíritu de la ley para evitar manipulaciones y especulaciones. En Teología, estudios basados en las fuentes clínicas y en las doctrinas de los Santos Padres de la Iglesia y no en las interpretaciones posteriores de Santo Tomás, Escoto y otros doctores particulares; es decir, que la Teología positiva remplace a la Teología escolástica.

3. POLÍTICA EDUCATIVA ILUSTRADA: CAMPOMANES, OLAVIDE Y CABARRÚS.

PEDRO RODRÍGUEZ DE CAMPOMANES Autor de los célebres discursos "Discurso sobre el fomento de la industria popular” y “Discurso sobre la educación popular de los artesanos", el conde de Campomanes nació en Asturias y fue al colegio dominico, licenciándose en derecho en la Universidad de Sevilla. Es innegable su formación ilustrada, adquirida en la época de la introducción de los nuevos conocimientos en España, con Feijoo, Sarmiento, Mayans y Pérez Bayer de referentes. Con Carlos III en el trono de España, Campomanes asciende al Consejo de Castilla como Fiscal; 30 años en puestos claves de los órganos de poder de la monarquía, reflejando por escrito –le obsesionaba dejarlo todo por escrito- las ideas disputas y proyectos, implicándose en los procesos de decisión político-económicos, lo que le permitió captar el significado y desarrollo de los mismos. Se retiró de la vida política activa con la subida al trono de Carlos IV.

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Sus intereses intelectuales: derecho canónico, comercio, economía política y agronomía.En educación muestra especial interés por las reformas universitarias y la educación popular, si bien la situación económica de la nación le obliga a dedicarse especialmente a las labores y enseñanzas básicas, populares, necesarias para facilitar el despegue económico. Lucha, junto con la minoría ilustrada, contra el desinterés de la mayoría por regenerar la nación, por establecer los cambios necesarios que demandaba el progreso del país; lo hizo impulsando las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, que sirvieron de motor de la reforma, y escribiendo sus Discursos, argumentos en apoyo a las reformas sociales y económicas y ataques a las posiciones conservadoras, con los que pretendió crear un clima de opinión y debate en el país que acabara con el aislamiento de las ideas y los ministros reformistas.

Campomanes defiende la necesidad de formar a los ciudadanos por razones evidentemente utilitarias, ya que le preocupaba mucho el orden público y defendía la situación clasista de la sociedad. Por eso para él, la educación debía servir para inculcar ciertos valores sociales como el deber, el trabajo, la obediencia, el respeto de las clases sociales tal como estaban establecidas, y el acatamiento de la autoridad (valores utilitarios)Para Campomanes, la educación popular tiene por objeto el fomento de la industria popular, el desarrollo socio-económico del país, y contribuir a la felicidad individual y colectiva.

En los discursos se exponen las características que debían poseer la industria y la educación populares de finales del siglo XVIII:La industria popular era el conjunto de labores de fácil aprendizaje -y en poco tiempo-, de transformación de la materia prima en productos preparados para el desarrollo de las artes y la aplicación de los oficios. Básicamente para las personas del sexo femenino, pues se consideraba “un trabajo sedentario que no merecía el nombre de oficio”; se insistía mucho en este particular para no substraer de otras tareas más importantes y duras a la mano de obra masculina. En este contexto es donde se plantean las Escuelas Populares al servicio de las necesidades económicas, como necesidad de perfeccionamiento del trabajo en las profesiones útiles con el fin de contribuir al progreso de la nación; Una enseñanza práctica profesional extendida a la generalidad o mayor parte del pueblo, fomentando la industria popular.

PABLO DE OLAVIDE Y JÁUREGUI.Nacido en Lima en 1725, Perú. Estudia con los jesuitas; Licenciado y doctor en Teología a los 15 años, y más tarde doctorado en los dos derechos; abogado en la Real Audiencia de Lima antes de los 20 años. Estos altos cargos no se debían sólo a su valía personal y académica, sino principalmente a la influencia de su padre y su familia de alta burguesía y la protección de los Jesuitas a su antiguo discípulo (no hay que olvidar la alta corrupción administrativa en la América hispana) Tras ponerse todo esto al descubierto, fue desterrado, pero ya se había marchado a España; fue encarcelado en Madrid (1754) y confiscados todos sus bienes, pero gracias a su casamiento con una acaudalada viuda y su ingreso en la Orden de Santiago, se acerca a las clases privilegiadas de la Corte, realiza las operaciones comerciales que deseaba y viaja por Europa. Lo que realmente nos interesa es que allí conoce a la burguesía comercial de Francia e Italia, los adelantos técnicos y económicos de la época, el movimiento ilustrado, las nuevas bibliografías, etc., lo que le hace profundamente ‘afrancesado’ hasta el resto de sus días. Al volver a España cuenta con la amistad de Campomanes y otros ilustrados de la época; ingresa en el equipo de gobierno del conde de Aranda como director del Hospicio de Madrid y luego lo envían a colonizar las regiones desérticas de Sierra Morena (1767) y lo nombran también Intendente de Andalucía donde se convierte en ejecutor de los deseos del Rey y sus ministros. Su labor de entonces responde a una posición seria y honesta que nada tiene que ver con la conducta que había tenido anteriormente.Hizo grandes obras en el ámbito educativo protegiendo la Biblioteca Pública, estableciendo la primera escuela dramática del país y elaborando un completo Plan de Estudios para la Universidad de Sevilla que sería referencia para otros muchos en España. Elabora un informe que presenta con su plan de estudios con el objetivo de reformar la Universidad de Sevilla, contribuyendo así a la mejora y modernización de España, y luchando contra las escuelas doctrinales y contra el escolástico como sistema estéril de enseñanza e investigación. Para ello aconseja la separación de la Universidad del colegio de Santa María de Jesús, para formar una clase dirigente con la mentalidad de la época y con profesores seculares; el clero quedaría a cargo de la enseñanza de la teología. Plantea un examen de ingreso en la Universidad y la supresión de escuelas teológicas, la exclusión del sistema escolástico y la utilización de máquinas de instrumentos para dar a la enseñanza un carácter experimental; propone la explicación oral de textos adecuados a las características de la modernidad ilustrada en lugar de la lectura de apuntes y los cursos dictados.La novedad más destacada en lo que se refiere a nuevas materias es la inclusión de la Geometría y la Política como instrumentos de reforma y adelanto; propone que las asignaturas sean de carácter experimental y práctico –anatomía en Medicina, prácticas en jurisprudencia, convivencia de los estudiantes de Teología con seminaristas en las facultades... - Pero el Plan contó con el rechazo tanto de los colegiales como, y especialmente, de los religiosos –con los dominicos y agustinos al frente-, a la par que la falta de decisión del gobierno para extender el Plan a las demás universidades del reino. Habrá que esperar a la segunda mitad del siglo XIX para que la idea de los estudios secundarios de Olavide se implantara con la creación de los Institutos de Segunda Enseñanza, y cuando la universidad tradicional empieza a plantearse una reforma estructural de mayor alcance. Olavide entendía que el espíritu escolástico había causado un daño irreparable a todo el sistema educativo, pero de manera especial a la Universidad; en su opinión, para restaurar la verdadera ciencia en España, el gobierno tendría que acabar con el sistema escolástico.En 1775 se activa el juicio de la Inquisición por defender la moralidad del teatro y de los bailes, poseer libros prohibidos, manifestar opiniones críticas en materia religiosa, etc. Fue condenado en 1778 a exilio perpetuo y ocho años de reclusión en un monasterio. En 1779 huye a Francia, hasta que en 1798 Carlos IV le permitió volver a España y lo restituyó de todas sus dignidades junto con una retribución económica hasta su muerte en 1803.

FRANCISCO CABARRÚS 1752-1810. Financiero, político y economista, nació en Francia y al llegar a Madrid tuvo éxito en varios negocios asegurando su posición económica –amén del casamiento con la hija de un rico comerciante- y se introdujo en los ambientes políticos de la mano de Valentín de Foronda y de Campomanes. Llegó a ser muy influyente durante el reinado de Carlos III, quien lo apoya en su idea de fundar el Banco de San Carlos en 1782, fue director de la compañía de comercio de Filipinas y adquirió la ciudadanía española. La inquisición le abre una investigación que se cierra sin cargos. Por tomar partido por la Francia revolucionaria, por sus planteamientos económicos en el banco de San Carlos y tras la muerte de Carlos III, es encarcelado. Con el ascenso al poder de Godoy fue rehabilitado y consigue el título de conde; durante la ocupación francesa se unió a los afrancesados, postura coherente con sus orígenes y con los ideales liberales ilustrados.Es un personaje dual: representante de la vanguardia burguesa y revolucionaria española, se muestra como un político con ideas avanzadas y como un hombre de negocios comprometido con la modernización económica de España; sin embargo, no corresponde al estereotipo de hombre hecho a sí

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mismo sino que asciende rápidamente gracias a sus contactos familiares y a sus amistades –hizo la mayoría de sus negocios a la sombra del Estado, sirviéndose de todos los mecanismos de protección y privilegio que éste le ofreciera.Su amigo Jovellanos le definió así: “Cabarrús, hombre extraordinario, en quien compiten los talentos con los desvaríos y las más nobles calidades con los más notables defectos; en quién la franqueza de carácter pasaba a ser indiscreción”Según sus biógrafos era un hombre contradictorio, inseguro, dominado por los sentimientos y por el convencimiento de su propia valía. O se está de acuerdo o en desacuerdo con él, o se le elogia o se le rechaza, pero no hay término medio.En su obra más relevante, Cartas (1795), plantea soluciones innovadoras y se muestra partidario de posturas revolucionarias más allá de las reformistas defendidas por otros ilustrados. Sin embargo, gran parte de estas ideas estaba en contradicción directa con su comportamiento privado –de nuevo, dualidad entre el Cabarrús público y el privado, lo que le valió numerosas críticas- La carta II de la obra “Cartas sobre los obstáculos que la naturaleza, la opinión y las leyes oponen a la felicidad pública” estaba dedicada íntegramente a plantear su perspectiva del sistema educativo que España necesitaba implantar para propiciar su modernización y desarrollo económico, exponiendo los principios educativos y organización escolar que venían de los procesos revolucionarios en Francia.Cabarrús nos ofrece en su carta II un proyecto de política educativa alternativo al sistema educativo vigente en aquellos momentos, analizando críticamente la estructura y el funcionamiento de la enseñanza española en el último tercio del siglo XVIII y elaborando un plan de política educativa nacional de recambio.

Frente a la postura tradicional ante la educación vigente en el s. XVIII español, apoyada por las fuerzas conservadoras de la Iglesia y parte de la nobleza, surge el paradigma educativo ilustrado, reformista, innovador, pero al mismo tiempo cuidadoso con la tradición para no enfrentarse a la Inquisición y a las citadas fuerzas conservadoras. Es entonces cuando Cabarrús da un paso más y hace una propuesta realmente innovadora y radical, planteando un sistema educativo moderno apoyado en los avances producto de los movimientos revolucionarios franceses.

Cabarrús fue pionero del movimiento de la escuela pública y de la escuela laica que se iría desarrollando a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. Defiende una enseñanza pública común y universal en la que se valore la educación física y deportiva con un marcado carácter utilitario y cultural: la transmisión del conocimiento y de los hábitos científicos y racionales. Esta educación, entendida como transmisión cultural y educativa de generación en generación, ha de empezar en el momento de nacer.En cuanto a la formación exigida a los docentes, afirma que son cualidades suficientes “ser sensato, honrado, y que tenga humildad y patriotismo. Si los métodos de enseñanza son buenos, se necesita saber muy poco para ejercer el magisterio; pero sobre todo, exclúyase de esta importante función a todo cuerpo e instituto religioso” -De nuevo se observa su profundo laicismo-Su pensamiento pedagógico tiene fuerte influencia de los pensadores franceses de la Enciclopedia y los revolucionarios, y de los autores españoles –especialmente su amigo Jovellanos- Es legítimo afirmar que Cabarrús inició en España la lucha por la conquista de una escuela pública democrática, al margen de los grupos de intereses económicos e ideológicos preponderantes a finales del s. XVIII español, tutelada y controlada por el pueblo a través de sus representantes. Fue un representante cualificado de la burguesía progresista, minoritaria, quien creía que había llegado el momento de ayudar a crear las condiciones necesarias para la toma del poder real del país y para apoderarse del aparato educativo, como modo de transformación de la realidad del antiguo régimen, a fin de incorporar a España al naciente movimiento europeo de la revolución industrial y política. En este control de la enseñanza, el Estado tenía en la Iglesia a su máximo contrincante porque hasta entonces había sido suyo en exclusiva, tanto de la elite como del pueblo llano.La expulsión de los jesuitas fue la eliminación de uno de los puntales más firmes de la actividad pedagógica de la Iglesia. El siguiente paso, según el pensamiento de Cabarrús, sería la implantación del laicismo en el sistema educativo nacional que se estaba gestando para conseguir una transformación estructural y funcional que sirviese al desarrollo económico y social que se pretendía alcanzar.

4. LAS TEORÍAS EDUCATIVAS DE JOVELLANOS. Nacido en Gijón en 1744, Gaspar Melchor de Jovellanos abandona la carrera eclesiástica para dedicarse a la jurídica. Es nombrado Alcalde del Crimen de la Audiencia de Sevilla¸ comenzando a criticar la estructura judicial de la época y proponiendo su reforma, mientras se consolida como miembro del grupo ilustrado. En 1775 ingresa en la Sociedad Económica de Amigos del País de Sevilla con gran interés por los temas sociales y educativos. En 1778, alcalde de Casa y Corte en Madrid, ciudad en la que será acogido por el grupo reformista ilustrado, con Campomanes a la cabeza. Cuando los acontecimientos revolucionarios franceses asustan a los gobernantes españoles y Floridablanca se propone frenar la política ilustrada seguida por Carlos III, la Revolución Francesa y la muerte de Carlos III trajeron consigo la pérdida del poder ilustrado. Jovellanos es desterrado a Asturias en 1790, después de elaborar el Plan de Estudios del Colegio de Calatrava en Salamanca. En 1797 gracias al apoyo de Cabarrús, cercano a Godoy (la máxima autoridad del estado después del Rey) es nombrado ministro de Gracia y Justicia, aunque ejerce pocos meses y no le da tiempo a llevar a cabo los importantes proyectos que tenía previsto realizar. En 1802 es arrestado y conducido a Palma de Mallorca hasta su liberación en 1808. Después de los acontecimientos del 2 de Mayo acepta ser representante de la Junta de Asturias en la Junta Central, rechazando los ofrecimientos del rey francés José. En 1810 se retira a su región y muere en 1811.

Jovellanos vivió a caballo entre dos siglos, conociendo de cerca el desarrollo, consolidación y declive del movimiento ilustrado en España, en el que tomó parte muy activa. Presenció el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen, de la Edad Moderna a la Contemporánea, de una España anquilosada en el atraso, la ignorancia y la pobreza y dominada por el poder eclesiástico y aristocrático, a un país ilusionado, con unas minorías dirigentes dispuestas a modernizar la sociedad, la economía, la cultura y las ciencias; el movimiento Ilustrado es el intento más destacado de colocar a España a la par de las otras naciones europeas, aunque numerosos obstáculos se oponían a las Luces.

Recibe la influencia de Condorcet -autor cuya influencia está presente en todas las normas educativas del siglo XIX y XX- Su optimismo pedagógico y naturalismo moral –despojado de todo utilitarismo y adaptado al cristianismo-, de Locke y su concepción moderna, jansenista y regalista, le obligará a tomar una postura inequívoca frente al monopolio de los colegiales y de los eclesiásticos de los centros universitarios, así como en contra del escolasticismo, como método único de enseñanza y aprendizaje. Su influencia jansenista se refiere al estilo de vida de esta corriente: la actitud moral basada en la pobreza, la austeridad, la vida ascética y la separación de Iglesia y Estado.

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Destaca dos temas de interés educativo: la instrucción pública y la reforma universitaria. Hombre educado o instruido significa el perfeccionamiento del hombre a través de la ciencia y el conocimiento de la verdad. Entendía la instrucción pública de la misma manera que los pedagogos revolucionarios franceses, quienes postulaban la sustitución de los poderes eclesiásticos por los estatales (gratuita y universal) con el objetivo del desarrollo cultural y económico y modernización del país. Esta instrucción popular tendría como fin extender la formación y la cultura entre la masa ignorante y cívica, inculcando a los jóvenes las virtudes sociales y el respeto por lo público y sus deberes y obligaciones en tanto que miembros de una comunidad.Pero para los ilustrados lo prioritario era la reforma de las universidades; Jovellanos toma una postura inequívoca frente al monopolio de los colegiales y de los eclesiásticos, así como en contra del escolasticismo como método de enseñanza y de la utilización de textos que fomentaban las viejas doctrinas e impedían la entrada de nuevas ideas (ciencias exactas, experimentales, economía...)Según Jovellanos “el objeto general de toda instrucción se basaba en el conocimiento de Dios, del Hombre y de la Naturaleza”Divide las ciencias en Ciencias metódicas (el arte de pensar y hablar, y el arte de calcular) y Ciencias instructivas (la filosofía especulativa y la filosofía práctica)En su obra plantea un nuevo humanismo, y en su comportamiento personal tiene una actitud basada en el amor a la patria y a lo público y un gran respeto a la realización individual, basado en su pensamiento cristiano, utópico e ilustrado de su tiempo. Hay que destacar en el pensamiento de Jovellanos el concepto de “Perfectibilidad” entendida como la posibilidad inherente del ser humano de progresar y perfeccionarse en el ámbito de lo personal, y de lo social y económico; así quedan justificados los conceptos ilustrados de educación, felicidad y desarrollo económico nacional basados en la concepción del hombre como ciudadano preocupado por el bien público y privado. Para conseguir tales objetivos, para que se pongan en marcha los derechos y deberes de las personas, propone el necesario cambio de mentalidad y la financiación pública adecuada. La educación y la cultura de las diferentes clases sociales va a adquirir una función esencial, por eso será imprescindible desarrollar instituciones educativas de todo tipo, y modernizar y reformar las existentes; de nuevo aparece le pensamiento ilustrado de la enseñanza al servicio del desarrollo económico, como prosperidad social y económica, adaptación a los nuevos tiempos, reforma y modernización para volver a ocupar una postura de liderazgo europeo y mundial.Jovellanos advierte que junto al progreso material debe estar siempre el progreso moral individual y colectivo, y de ahí su preocupación por la educación popular, la formación de las mujeres y la reforma de la enseñanza en todos sus niveles. De ahí que si la sociedad estamental del Antiguo Régimen y el sistema educativo y filosófico tradicional se oponían a las reformas, era imprescindible eliminarlos, como se propuso en las diversas de la Revolución Francesa, o transformarlos, como defendía la versión española ilustrada, representada, entre otros, por Jovellanos o Campomanes

TEMA 5: REALIZACIONES Y PROYECTOS ILUSTRADOS.

1. LA REALIDAD EDUCATIVA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVIII La educación en el siglo XVIII se caracteriza por:1) El desarrollo de la educación estatal, con mayor participación de las autoridades oficiales en la enseñanza.2) El comienzo de la educación nacional, de la educación del pueblo por el pueblo o por sus representantes políticos.3) El principio de la educación universal, gratuita y obligatoria de la escuela primaria.4) La iniciación del laicismo en la enseñanza (sustitución de la enseñanza religiosa por la instrucción moral y cívica)5) La organización de la instrucción pública como una unidad orgánica, desde la escuela primaria hasta la universidad.6) La acentuación del espíritu cosmopolita y universalista que une a pensadores y educadores de todos los países.7) Sobre todo, la primacía de la razón y la creencia en el poder racional en la vida de los individuos y de los pueblos.8) El reconocimiento de la naturaleza y de la intuición en la educación.

No todas estas características serán homogéneas en la práctica real de la educación española del s. XVIII debido a causas económicas, ideológicas y del clero -sí lo fueron la tres últimas-. Por ejemplo sí hubo una mayor participación del Estado en la enseñanza, aunque las instituciones eclesiásticas seguirán teniendo bastante poder en todos los niveles educativos. Los principios de universalidad, gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria, tardarían bastante en ser aplicados en la práctica debido a causas económicas, ideológicas y del clero. Cabarrús defiende en su carta II, el laicismo, la educación estatal y nacional, pero tampoco durante el siglo XVIII se consigue plantear la instrucción laica como una unidad orgánica.

En otros países ilustrados, estas características sí se dieron con mayor prontitud; p ej. :En Francia: destacan el movimiento de la Enciclopedia y la revolución francesa. La educación pública estatal comienza con la expulsión de los jesuitas en 1762.En Alemania: se aplica pronto la obligatoriedad escolar y la secularización de la educación (independiente de la Iglesia) y la tendencia estatista.En España: la ilustración se va a caracterizar por la enorme fe que demuestran sus políticos en las posibilidades de la educación como manera de fomentar el desarrollo del país. Campomanes en sus “Discursos” dice que sin educación no era posible la puesta en práctica de un proyecto económico y político, el cual exigía ciudadanos preparados dentro de una pedagogía social de masas y con la implicación de todas las instituciones nacionales y de todos los estamentos y clases sociales; Una apuesta por la renovación y la modernización planteada desde el poder, para alcanzar la prosperidad nacional teniendo en cuenta la tradición española.

2. LA EDUCACION POPULAR AL SERVICIO DEL DESARROLLO ECONÓMICO NACIONAL.La idea central ilustrada era alcanzar la prosperidad nacional, el desarrollo social y económico de España, y la felicidad individual y colectiva; La educación se pone al servicio de estos fines: es la educación del pueblo llano, la educación popular, orientada a las artes y los oficios específicos como formación profesional, sin que se pensara en muchos casos en la instrucción en las primeras letras. El desarrollo económico que se produjo en el siglo XVIII europeo exigía una mano de obra cualificada que no existía y que las asociaciones gremiales tampoco estaban en condiciones de ofrecer –acabaron por desmembrarse-. Al sobrevenir la revolución industrial a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX en Inglaterra, se vio la necesidad de una preparación para la nueva vida y así surgieron las escuelas industriales.

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Al mismo tiempo que los gremios decaían en España y empezaban a desaparecer en el resto de Europa, los ilustrados arremeten contra ellos postulando la libertad del trabajo, y plantean transformar estos gremios para que pudieran cumplir la misión de fomentar la enseñanza de las artes y los oficios, y el perfeccionamiento de las técnicas de trabajo artesanal. Así surgieron las Sociedades Económicas, que crearon muchos establecimientos escolares de educación popular, dependientes de diversos organismos estatales - las sociedades económicas, la junta general de caridad, etc.- con la misión explicita de preparar la cualificación de la mano de obra que la industria popular estaba exigiendo para colocarse al servicio del desarrollo económico en su conjunto. Alumnos: Esta enseñanza estaba dirigida a las masas populares, los grupos más marginados socialmente. Serían los mendigos y ociosos los primeros aprendices y enseñarían en su pueblo el oficio aprendido. También los hijos de los soldados extranjeros, los niños vagantes extranjeros, los condenados a presidio, los confinados por contrabando... en definitiva, personas que no desarrollaban ningún trabajo productivo.Pero para las escuelas industriales de tejer e hilar se preferían las mujeres y niñas, por su facilidad para esta actividad y por no requerir gran fuerza muscular. Ésta será otra de las constantes del pensamiento ilustrado: que las mujeres se ocupasen de algo útil y no permanecieran ociosas. Campomanes decía que “era la falta de educación del sexo femenino la que hacía parecer a la mujer en inferior capacidad e ingenio”. También en los conventos de monjas se podría estimular, con su ejemplo, la aplicación al trabajo. Por tanto, las ocupaciones de la mujer dentro del planteamiento ilustrado serán las artes textiles y las maniobras indispensables para llevar una casa de familia.Profesores para las escuelas populares se proponían dos soluciones complementarias: enviar al extranjero personas que aprendiesen y trajesen a España las artes necesarias, o bien fomentar la entrada de artesanos cualificados de otras naciones, impartiendo la enseñanza de las técnicas y las habilidades que poseían. Se daba por hecho el carácter gratuito de este nivel. Recursos económicos: Esta enseñanza debería ser gratuita, pero no sería la administración pública la que pagaría los sueldos de los maestros, sino las propias comunidades locales interesadas, dándoles unos incentivos económicos -por cada alumno- en forma de gratificación o premio para estimularles a tener abundantes alumnos y a enseñarles bien.Escuelas de ambos sexos, separadas entre sí; Las niñas con una maestra, los niños con un maestro. Su finalidad, fomentar la industria popular a través de escuelas populares. Cada Sociedad Económica, en función de sus posibilidades y necesidades, cumplió con este postulado estableciendo diversos centros de enseñanzas pre-profesionales, siguiendo el lema de la Matritense: “socorre enseñando”.Cabe destacar que, aunque desde la primera época del establecimiento de las escuelas –1776- la religión y la educación moral de los alumnos estaban en un primer plano, sería en su segunda época –a partir de 1787, cuando la Junta de Damas de la Matritense se encargó de las Escuelas Patrióticas-, el momento en que se insiste radicalmente en la enseñanza religiosa y moral que debían recibir las alumnas.La Junta de Damas de la Matritense se encargó de las Escuelas Patrióticas para mujeres –las Escuelas Populares de la Matritense-; fueron escuelas populares ilustradas de referencia cuya finalidad era la formación humana integral, en el momento en que se insiste de una manera más radical en la enseñanza religiosa y moral de las alumnas. Estrechamente unida a la finalidad moral y religiosa se encuentra una mucho menos espiritual: la finalidad utilitaria y práctica de carácter tecnológico y económico –mano de obra- Estas escuelas perseguían una triple finalidad: Formación moral y religiosa: Raíz profundamente cristiana. Se consideraban virtudes morales el perdón y la generosidad, la verdad, el sentimiento religioso, el sacrificio, el aseo, y la urbanidad; como máximos enemigos de estas virtudes, la envidia y la mentira- Formación de una mano de obra cualificada , o formación técnica y económica: hilado, tejidos y bordados. Junto a esta formación, aprendizaje de las nociones básicas culturales, las primeras letras y, fundamentalmente, la enseñanza de comportamiento interno y externo adecuado al pensamiento en aquellos momentos. La felicidad colectiva e individual, o finalidad propiamente ilustrada.

Agentes de la enseñanza religiosa: los eclesiásticos (denominados catequistas) y las maestras, inculcando el perdón como precepto cristiano fundamental -sentimiento religioso malentendido y mal practicado por ellas-. Las curadoras o maestras han de enseñar la doctrina Cristiana prevista por la Iglesia Católica, para conseguir formar mujeres, buenas amas de casa y madres de familia, cristianas y amantes esposas, integradas en el sistema socio-económico del último tercio del siglo XVIII.Los gremios: en teoría, debían formar profesionalmente a los artesanos que necesitaba la industria, pero tuvieron que nacer las Sociedades Económicas para ocuparse de extender la enseñanza de la industria popular entre los artesanos, y conseguir la necesaria cualificación de sus técnicas de trabajo.Las Escuelas Patrióticas empiezan por el hilado de diversas materias primas, luego costura, calceta, blondas y bordado (recordar que los consumidores ilustrados españoles se regían por la moda y tendencia al lujo de aquella época) Estas escuelas estaban orientadas a superar las diferencias clasistas y el horror por el trabajo manual y ciertos oficios, pero fracasaron en su intento por falta de interés de las familias adineradas de mandar allí a sus niñas. Las alumnas eran de origen social humilde. La Sociedad Económica de Madrid les pagaba en un principio por su trabajo, además de repartir dos veces al año premios entre las alumnas más aventajadas. También se crearon escuelas de artes industriales y oficios. Llegó un momento en que no bastó elaborar la materia prima, y se abrió una escuela de maquinaria que elaboraba los instrumentos necesarios para la industria popular nacional y evitar así que saliese capital nacional al extranjero para adquirir máquinas e instrumentos necesarios para el funcionamiento de la industria popular nacional. Recursos económicos de las escuelas patrióticas y la escuela más populares e industriales posteriores: se supone que sería el Estado el encargado de subvencionar las actividades realizadas por las sociedades, aunque las dotaciones fueron en realidad irregulares, si bien tanto el monarca como otras personas de la Casa Real aportaban regularmente dinero para las actividades generales de la Sociedad Económica Maritrense. Pero concretamente las Escuelas Patrióticas nunca consiguieron ser económicamente autosuficientes; estaban básicamente dotadas por el gobierno ilustrado, sobreviviendo gracias a las cuotas pagadas por sus socios.El clero es invitado a participar activamente en las tareas de las Sociedades Económicas; aporta un catequista o director espiritual para la instrucción y formación religiosa de las alumnas en cada escuela. Los curadores, y luego las socias curadoras, son encargados por la Sociedad para velar por la integridad moral y religiosa de las maestras y discípulas.Finalidades de las escuelas de la Sociedad económica Matritense : la educación popular de las masas, felicidad colectiva e individual y desarrollo de las características más específicamente españolas de la ilustración: la bondad, el humanitarismo, la tolerancia y el progreso están implícitos en las actividades pedagógicas de la Matritense.La educación profesional combinaba el trabajo manual e intelectual (moral y cultural) por primera vez. No es una educación popular laica, sino profundamente marcada por las enseñanzas morales y religiosas católicas, combinando el trabajo productivo y la enseñanza, para lograr el desarrollo económico que se intentaba potenciar, con una mano de obra cualificada: Un plan sistemático de implantación y desarrollo de la educación popular no eclesiástico, de carácter estatal y centralista, al servicio del desarrollo socio económico de la nación y especialmente pensado para los artesanos; una

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nueva sensibilidad de la administración central por el problema de la industria y la educación popular que provocó la elaboración de normas, reglamentos, proyectos y realizaciones educativas de interés y con un grado aceptable de eficacia.Conclusión: la política de la educación popular ilustrada se fraguó desde la administración central con la idea de que se irradiara al resto de España. Por una parte, elaborando las normas, características, objetivos y finalidades de la misma; por otra parte, llevando a la práctica, a través de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, diversas experiencias concretas de educación profesional como modelo a seguir por las que se crearan después en el resto de España; Buenas ideas e intenciones que no siempre fueron acompañadas de hechos y apoyos concretos.

3. LA ENSEÑANZA DE LAS PRIMERAS LETRAS.La realidad de la enseñanza primaria española en el siglo XVIII era una escolarización del 23% en niños de 6 a 13 años, de los cuales el 36% eran niños frente al 10% de niñas. En la segunda mitad del siglo XVIII hay una mayor escolarización y alfabetización y un mayor interés por el aprendizaje, la lectura y escritura.

Dos tipos de maestros: tradicionales (dependientes de la concepción gremial imperante) y escolapios. Los maestros modernos propios de la Ilustración llegaron en el último tercio del siglo XVIII; pretendían superar al maestro tradicional y también al religioso.

El maestro tradicional –correspondiente al Antiguo Régimen- no tenía formación específica y estaba ligado a la Hermandad de San Casiano (al gremio de la enseñanza) Para ser maestro se debía ser cristiano, no tener mezcla de sangre de moro, turco o judío, buenas costumbres y no haber sufrido pena de infamia ni ejercido oficios mecánicos. Es a partir de 1743 cuando se clasifica a los maestros en tres grupos, con distintos exámenes para los que fueran a ejercer en Madrid, en poblaciones grandes, o en aldeas y villas: examen de lectura, escritura, aritmética y doctrina cristiana. El maestro tradicional no recibía una formación teórica y sistemática de su profesión, sino que sólo realizaba el aprendizaje gremial previo a su colocación. Muchos maestros no salieron de la escuela desde que entraron en ella, a los seis años, hasta que sustituían a su titular por fallecimiento o bien el gremio les admitía como titulares en otra plaza. Estos maestros urbanos estaban controlados por su propio gremio o por las autoridades locales y siempre inspeccionados por los representantes de la Iglesia; eran, ante todo, calígrafos que estaban en condiciones de repetir perfectamente textos escritos, pero que tenían escasos conocimientos gramaticales y ortográficos. Tenían sueldo escaso, por lo que recurrían al desempeño de otros empleos; esta situación era más acusada para los maestros rurales, que recibían su escaso sueldo con demora de meses o años; su lucha constante era conseguir que fuera el Estado, y no los Ayuntamientos los que se encargaran de pagar sus sueldos.

La situación de las pocas maestras heredadas del Antiguo Régimen era aún más penosa: no sabían leer y escribir ya que no habían ido a la escuela de pequeñas. Se esperaba que fueran modelos de mujeres cristianas, buenas amas de casa y esposas, como ejemplo para esas alumnas; pero a cambio su sueldo era aún menor que el de sus colegas varones.Aunque hubo proyectos renovadores desde comienzos del siglo ilustrado, es con Carlos III cuando se lleva a cabo una política escolar renovadora. Convencidos del poder transformador de la educación, los ilustrados españoles se proponen extender la cultura a todos sus súbditos, para lo que es necesaria la modernización de la enseñanza elemental, dotándola de un método, libros de texto didácticos y profesores cualificados. Los tres criterios de la reforma que se pretendía llevar a cabo, los cuales se consiguieron parcialmente, fueron: Uniformidad de la enseñanza. Modernización de los métodos pedagógicos. Secularización progresiva de los estudios.

Bases de la Modernización educativa de España con el reinado de Carlos III: La hermandad de San Casiano, como representación institucional gremial, fue sustituida por el Colegio Académico y la Academia de Primeras Letras para modernizar la formación del profesorado dentro del proyecto ilustrado. El 1774 el colegio académico se transforma en Colegio Académico al Consejo de Castilla donde comienza una manera sistemática de la preparación teórica de los maestros –ya que iba más allá de la simple formación gremial- dándoles las bases teóricas de la profesión, planteando criterios y principios ilustrados dirigidos a fomentar en los niños el trabajo y la producción, para tratar de desterrar el ocio y la mendicidad, y lograr un mayor adelanto en la industria nacional y la felicidad pública. Pretendían tener unas reuniones semanales de carácter práctico, basadas en la comunicación de experiencias entre los maestros veteranos y los maestros en formación; pero la experiencia ilustrada tuvo poco éxito en la práctica.

El CURRÍCULO para la enseñanza primaria era: Lectura, Escritura, Cálculo y Doctrina Cristiana.Aprendizaje de la lectura: la lectura se realizaba en voz alta. En 1778 se creó a Escuela de la Real Comitiva, bajo la protección de la Corona, destinada a los hijos de los criados que acompañaban al Rey en sus visitas por los Reales Sitios (San Ildefonso, Valsaín...), donde debían seguir el mismo método. Así empezó la difusión de un nuevo concepto metodológico. Julián Anduaga y Garimberti planteó renovar el tipo de enseñanza de la escritura en donde el aprendizaje se basara en reglas que permitiesen al alumno darle sentido (proporciones de las letras, mayúsculas y minúsculas... que permitían ciertas diferencias individuales en el tipo de letra, según el gusto, pulso y genio de cada uno) A este nuevo método se le denomina método de San Ildefonso, oponiéndose al del calígrafo Torio de la Riva, para quien la caligrafía era toda una disciplina y un arte del dibujo basado en muestras –imitación y copia- más que en reglas. El movimiento de San Ildefonso, a pesar de su corta existencia, es importante por su preocupación por lograr una enseñanza de calidad y no sólo una ampliación cuantitativa del número de alumnos, profesores y escuelas.La enseñanza de la escritura se dividía por tanto en dos bandos: los palomaristas o calígrafos –representante: Torio de la Riva-, y los anduaguistas o maestros.El proceso reformador llegó a su máximo desarrollo con dos creaciones destacadas: Creación de ocho escuelas Reales en Madrid, gratuitas, para los alumnos pobres que enviaran las Diputaciones de Caridad, y que seguían el método San Ildefonso. Eran centros modelo para las demás escuelas del Reino. Supervisados por Juan Rubio. Fundación de la Real Academia de Primera Educación, dirigida por Anduaga para renovar toda la enseñanza de primeras letras en España, proporcionando un método a las escuelas y prestando una formación profesional a los maestros. Aunque nació con la pretensión de suprimir al Colegio Académico, se cerró en 1800 al fusionarse con él.

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4. ENSEÑANZAS NO UNIVERSITARIAS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII

Las escuelas de Gramática:

Para entrar en la Universidad, tras superar los estudios de primeras letras, había que iniciarse en el aprendizaje de la lengua latina como idioma culto de la época obligatorio para entrar a la universidad y para alcanzar los puestos públicos más apetecibles. Los ilustrados apoyaron la aplicación de la lengua castellana para sustituir a la latina, aunque defendían el aprendizaje y utilización de las lenguas latinas y griegas para poder entender los textos clásicos y mantener los vínculos culturales con Europa. Finalmente, Carlos III decidió que fuera obligatoria el predominio de la lengua castellana en la enseñanza de las primeras letras y de la gramática. En la enseñanza universitaria ocurrió mucho más tarde.Los primeros borbones no apoyaban la enseñanza de la lengua latina por creerla nociva para el desarrollo de la agricultura y los oficios, ya que los jóvenes podían optar mayoritariamente por ingresar en el clero en detrimento de la dedicación a los anteriores. Los reformistas ilustrados se plantearon la creación de un tipo de enseñanza media que pusiera en marcha el aprendizaje de los nuevos conocimientos científicos que debían complementar o sustituir a los estudios clásicos - las Escuelas de Gramática- Estos estudios debían ser controlados por la administración pública con el fin de formar a los futuros universitarios y a los cuadros intermedios que se ocuparían de modernizar el país en todos sus ámbitos, aplicando los criterios ilustrados de búsqueda de la felicidad pública y de prosperidad social. La reforma de estas escuelas de Gramática era necesaria para que estas enseñanzas medias se pusieran al servicio de la política ilustrada. A lo largo del siglo XVIII las escuelas municipales de gramática van adquiriendo mayor protagonismo por el desarrollo urbano y el crecimiento económico que se produce, y son más controladas por el Estado. Las escuelas de gramática de los seminarios conciliares (base de toda formación cultural y eclesiástica, que luego se podía completar con los estudios superiores controlados por las órdenes religiosas o en las universidades existentes) seguían bajo control eclesiástico. Se crea la Academia Latina Matritense , a imitación de la Hermandad de San Casiano en la enseñanza de las primeras letras, para la profesionalización del grupo de profesores de los estudios clásicos -ya que estaban mal preparados y eran anárquicos en sus métodos-, para la mejora de su imagen social y una mejor preparación intelectual. Se logró un aumento de alumnos de las escuelas de gramática seglares, y se notó un descenso del número de alumnos en los centros de la Iglesia. La renovación de los métodos se quedó en el siglo XVIII en proyectos y planes reformistas.

Los colegios de jesuitas y escolapios. Los seminarios clericales.

En el s. XVIII, dos órdenes religiosas -Jesuitas y Escolapios- mantienen la rivalidad por el control de los estudios humanísticos. Los colegios jesuitas se dedicaban a la formación de las clases acomodadas (burguesía urbana) Los escolapios, a la educación popular, aunque lograron acercarse a la enseñanza de las clases acomodadas gracias a la expulsión de los jesuitas y la protección de Carlos III. Destaca su creación del Colegio San Fernando en Madrid. La formación del clero a través de los seminarios españoles del siglo XVIII no tenía un sistema único de sistema educativo: los estudios teológicos se hacían en las universidades, mientras que los seminarios clericales eran escuelas de la latinidad y educación moral; Los alumnos ricos residían en los colegios universitarios y aspiraban a la de prebendas, canonjías y obispados, mientras que los alumnos pobres sólo podían aspirar a curatos rurales. Para recibir las órdenes sacerdotales no era necesario estudiar en un seminario y bastaba con entender el latín, conocer el catecismo y saber administrar los sacramentos y algo de oratoria.Los ilustrados plantean la reforma de la enseñanza en los seminarios a partir de la expulsión de los jesuitas; pretendían que los nuevos seminarios se pusieran al servicio de la reforma y modernización general del país formando a los clérigos con una mentalidad acorde a los nuevos tiempos, imponiendo nuevos planes de estudio y métodos de enseñanza. Pero esta política reformista también chocaría con los mismos obstáculos económicos e ideológicos que el resto de las reformas educativas y se vendría abajo con los problemas políticos de 1808.

Otras instituciones de enseñanza secundaria: se crearon muchas instituciones militares, profesionales, de gramática y latinidad, por ejemplo: Los Reales Estudios de San Isidro (1770 ) : sustituye a los Reales Estudios del Colegio Imperial que fueron cerrados al ser expulsados los jesuitas en 1767. Se pretendió sustituir el modelo jesuítico por otro ilustrado, caracterizado por un plan de estudios que recogía todos los contenidos y las metodologías propias de las humanidades, la filosofía, la ciencia moderna, tanto matemáticas como física, y el derecho. El Real Seminario de Nobles (1770) : después de haber sido clausurado tras la expulsión de los jesuitas, abrió de nuevo con altibajos en su permanencia. Un nuevo impulso se produjo en 1785 con la aplicación de un plan de estudios moderno que permitía a sus alumnos pasar directamente a la Universidad, tras superar tales estudios medios. En el currículum de esta institución se encontraban todas las materias para formar un noble de la época con una perspectiva moderna: Humanidades, Filosofía, Ciencias modernas (Física y Matemáticas), Lenguas modernas (francés e inglés), aprendizaje de usos sociales (bailes, música, equitación y esgrima), y otras disciplinas complementarias. El Real Seminario de Vergara (luego denominado Real Seminario Patriótico Bascongado) se diferenciaba del colegio de Nobles por su carácter técnico-científico y económico de sus enseñanzas. Constituyó una experiencia ilustrada laica que aplicaba presupuestos filosóficos y científicos ilustrados; instaló gabinetes y laboratorios de física, química y mineralogía junto al currículo clásico de enseñanzas intermedias entre las primeras letras y la Universidad El Real Instituto Asturiano : obra de Jovellanos, que se convierte en un referente nacional de enseñanzas científicas y técnicas, combinando los estudios experimentales y aplicados, con los de las Humanidades, surgiendo así “el curso de Humanidades”, que incluía nociones de Gramática general y castellana, lecciones de Retórica y Poética, Declamación, Análisis de Discurso y rudimentos de Gramática francesa e inglesa. El Real Instituto Militar Pestalozziano : abre en 1806 y cierra en 1808. Su finalidad era formar a la juventud en la carrera militar, al tiempo que servía de escuela normal para formar a futuros profesores que practicaran en sus escuelas el nuevo método basado en la pedagogía de Pestalozzi. Se distinguía de otras instituciones del mismo nivel en que combinaba un currículo humanístico y científico con una formación moral y religiosa impartida a alumnos de familias acomodadas, en un ambiente militar en el que ponían en práctica las teorías educativas Pestalozzianas. La Enseñanza profesional especializada (segunda mitad siglo XVIII) se va consolidando al margen de la organización gremial, de quien hasta ese momento dependía. El ejército y la marina de guerra contribuyeron también a la formación profesional de estos estudios. También se crearon dos escuelas de cirugía en Madrid y Barcelona.

5. LA REFORMA UNIVERSITARIA DURANTE EL REINADO DE CARLOS III.

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La Universidad española arrastraba una gran crisis desde la segunda mitad del siglo XVII. Causas: usar métodos y contenidos atrasados, tener recelo ante los nuevos estudios y conocimientos científicos, profesores poco preparados y estudiantes que apenas asisten a clase y con poco interés, fácil concesión de títulos sin el control necesario. La propuesta ilustrada en la enseñanza universitaria era que fuera organizada y controlada desde instancias públicas y no por las órdenes y congregaciones religiosas: enseñanza pública con planes de estudios uniformes en todo el reino.Los Colegios Mayores fueron creados en los siglos XV y XVI para impulsar los estudios y para proteger a los estudiantes sin recursos. Pero con el tiempo se convirtieron en centros de poder y corrupción acumulando todos los cargos y controlando la organización universitaria en todos sus aspectos; Los colegiales formaron una casta cerrada que se repartía los privilegios y se oponían a la reforma de la Universidad. Los manteístas eran el resto de los colegiales que no podían usar la beca, oponiéndose a la casta colegial y colaborando con el gobierno en las reformas que intentaron.Feijoo citaba como causas generales de la decadencia de la enseñaza universitaria en España las siguientes: rechazo de las novedosas ciencias útiles en las universidades españolas y el temor a que la nueva filosofía perjudicaran a la religión, defectos e ineficacia de la formación colegial, influencia perniciosa de la casta colegial, decadencia general de la enseñanza universitaria, espíritu universitario partidista y escolástico, ineficacia del sistema docente, menosprecio del método experimental y abuso del memorismo y uso del latín, indisciplina en las aulas, ineptitud y absentismo del profesorado, la enseñanza privada ocupa el lugar de la Universidad, el clero regula buena parte de los puestos de los profesores, etc.

La reforma de las universidades en la etapa Carolina se llevó a cabo entre 1760 y 1780. Se pretende una reforma amplia de la Universidad y de los Colegios Mayores basándose en una serie de proyectos ilustrados que consoliden una universidad pública, secularizada, centralizada y uniformizada –mismos estudios en todas las universidades, controlados por el Estado-, con métodos y contenidos innovadores, potenciando la formación los profesores, adaptando el método escolástico a una manera de enseñar renovadora y en castellano y basada en los principios de activad e interés, así como un proceso de evaluación público y con rigor. El primer plan de estudios fue propuesto por Mayans. Otros planes fueron: El Plan de Estudios de Olavide para la Universidad de Sevilla : más moderno y secularizante que el propuesto por Mayans, ataca directamente al método escolástico y las enseñanzas tradicionales de las escuelas eclesiásticas, proponiendo la enseñanza de las ciencias útiles y experimentales junto a lo mejor de las enseñanzas tradicionales de las facultades. Los profesores debían ser seglares y los títulos profesionales sólo serán válidos si son otorgados por las Universidades. También planteaba la autonomía de la Universidad de los Colegios Mayores y de los poderes eclesiásticos, lo que le valió la total oposición de estos sectores, aún muy poderosos. El Plan General de Estudios para la Universidad de Salamanca : esta Universidad era el símbolo de la educación superior para todo el reino a pesar de la decadencia que sufría desde 1600; Por tanto, su reforma significaba la influencia en el resto de universidades españolas e hispanoamericanas, esencial para la modernización y europeización de España. Este plan buscaba una transacción entre lo moderno y lo tradicional, cambiando aspectos fundamentales de método de enseñanza y de contenidos para la renovación universitaria, pero sin plantear una transformación profunda de contenidos, basados en las facultades clásicas, pero incluyendo algunos toques de modernidad. A destacar en este plan los controles para evitar el absentismo de profesores y alumnos, conseguir puntualidad y elevar la calidad de la enseñanza – que no se basaría en el dictado, sino en la explicación del manual- El Plan de Estudios para la Universidad de Valencia (1786) : se considera el más elaborado de los planes reformistas. Uniformar la enseñanza y elevar su calidad científica eran los dos objetivos del plan de Fray Vicente Blasco, dentro de la política regalista centralista. La Universidad era autónoma e independiente del ayuntamiento y del arzobispado, que estaban obligados a financiar la institución universitaria. Los catedráticos debían recibir la “venia docenti” de la Universidad antes de opositar, y el rector se convertía en representante del poder central. Como los planes anteriores, intenta encontrar un punto medio entre las novedades más radicales planteadas por los movimientos revolucionarios europeos y la tradición española en cuanto a los contenidos y al método de estudio. Buscaba la mejora cualitativa de la enseñanza universitaria evitando el método escolástico y el dictado de las lecciones, con un especial cuidado en la elección de los profesores conforme a criterios pedagógicos y científicos. La reforma de los Colegios Mayores: Bayer, antiguo manteísta, es el autor de la iniciativa de la reforma de los Colegios Mayores, obstáculo principal para modernización de las universidades del reino. Buscaba regular la vida cotidiana y el gobierno de los Colegios Mayores sometiéndolos al poder de las Universidades. En 1771 parece consolidarse la reforma y se organiza el acceso de los colegiales mediante oposición pública y decisión real. Pero las reformas planteadas no pudieron corregir los abusos de los nuevos colegiales que hicieron que desaparecieran esas instituciones en 1798 (Carlos IV)

Como resumen de este apartado, se puede decir que las causas del fracaso de la reforma universitaria fueron: Los escasos medios económicos con los que contó (planteaba sueldos más adecuados para profesores y muchos más recursos para gastos estructurales) Poco apoyo gubernamental para los principios de unificación, centralismo y secularización. La oposición manifestada por las órdenes eclesiásticas, sobre todo los dominicos y los agustinos, y por los colegiales, que se opusieron a las reformas ilustradas y manteístas (Éste parece ser el factor fundamental de oposición y fracaso de la reforma universitaria española)

6. LA EDUCACIÓN HISPANOAMERICANA.La implantación del sistema educativo colonial no se realiza al mismo tiempo ni con la misma intensidad en todos los territorios americanos; p ej en las ciudades y en las zonas rurales, o en los núcleos de mayor desarrollo y los más atrasados. Por otra parte, la inmensa mayoría de la población indígena permanecerá iletrada, como fuerza de trabajo analfabeta, quedando restringida la educación a los españoles, a los criollos, y a una minoría del pueblo llano; esta situación fue evolucionando paulatinamente, observando un interés creciente por extender la educación de las primeras letras por razones sociales, económicas y humanitarias. La educación indígena : las autoridades españolas estaban convencidas de la necesidad de erradicar las lenguas nativas para acentuar la españolidad de aquellos territorios y facilitar su colonización, por ello se decide que la instrucción se imparta en castellano por sacerdotes diocesanos, y no por frailes criollos y ayudantes indígenas. La enseñanza de primeras letras se impartía en conventos y escuelas particulares de preceptores que enseñaban a leer, escribir, contar y la doctrina cristiana -primero se enseñaba a leer y después escritura y cálculo- El método del ”deletreo y la cartilla común” se utilizó hasta que las obras del español Palomares se divulgaron adaptándose al sistema tradicional de enseñanza de las primeras letras. La formación de las niñas era más rudimentaria: aprendían la doctrina cristiana, labores de costura y, a veces, lectura (no se consideraba necesario enseñarlas a escribir) La enseñanza que preparaba para los estudios superiores (gramática latina, filosofía y ciencias, mas otros cursos de preparación avanzada de humanidades y teología), era impartida por los jesuitas en sus colegios (que incorporaron también las enseñanzas entonces modernas) Los

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jesuitas monopolizaban este nivel de enseñanza en las colonias americanas por que con su expulsión se creó un vacío importante que cubrieron otras órdenes religiosas como los Agustinos y Franciscanos. En cuanto a la enseñanza especializada, la ilustración española promovió la creación de instituciones dedicadas a enseñar las técnicas y métodos modernos que se utilizaban en Europa en aquella época: Cirugía, Bellas Artes, Minería, Botánica... Méjico se convierte en un núcleo de desarrollo científico importante. Las universidades : el régimen académico de las universidades hispanoamericanas estaba inspirado en el de la Universidad de Salamanca. La mayoría se crearon en conventos y colegios de órdenes religiosas, especialmente Dominicos, Agustinos y Jesuitas, impulsados por la Iglesia con el apoyo de la Corona.Currículo: incorporaron los estudios de las cuatro facultades mayores (Teología, Cánones, Leyes y Medicina) y los de la menor (Artes) Predominó la corriente filosófica escolástica hasta que, a finales del s. XVIII, se introdujo la nueva filosofía basada en el método experimental, en los criterios de la experiencia y la razón, que postulaba la inclusión de las ciencias llamadas útiles entre las materias de estudio, la utilización de metodologías modernas en la enseñanza, frente al escolasticismo y la sustitución de la filosofía aristotélico-tomista por las doctrinas de Descartes, de Newton, Locke, Condillac y, posteriormente, toda la línea enciclopedista francesa y liberal inglesa. Las reformas planteadas por la ilustración española son bien acogidas por las minorías ilustradas criollas consolidando un movimiento ilustrado específico -destacan reformadores como Bello, Caldas, Nariño, Belgrano y Mutis- y la consolidación de la conciencia americana, significando un paso adelante en la autonomía de los territorios coloniales, previo a la independencia pocos años después. La Ilustración entra en América a través de los libros científicos y filosóficos, por la influencia de los viajeros extranjeros y por los viajes de estudios de americanos a Europa.

Dos corrientes teóricas de los historiadores en torno a la valoración de la labor educativa española en América:o Pensamiento conservador: mantienen que el gobierno virreinal -acatando las órdenes de los monarcas- y las comunidades religiosas lograron una portentosa labor difundiendo la instrucción pública y la superior en tan vasto y primitivo país, llegando así a un grado de cultura comparable a la de los países más civilizados de Europa, considerando y respetando a los pueblos indígenas -a pesar de los inevitables abusos de algunos de sus conquistadores-o Corriente liberal: defienden los argumentos de lo que se ha denominado la “leyenda negra”, que se resume diciendo: frente a unos pueblos nativos con cultura desarrollada se impuso la fuerza bruta de la cruz y la espada, símbolos del atraso científico y cultural español, que arrasó todo lo que encontró a su paso sin respetar nada, imponiendo su cultura controlada por la Inquisición y la Iglesia católica, opuesto a la libertad de pensamiento y de opinión y al desarrollo científico y técnico. Esta tendencia es de corte nacionalista; en su empeño por afianzar la idea de país y de patria, encuentra un enemigo a batir que es el viejo colonialismo español, identificándolo como lo reaccionario, la Inquisición, y la Iglesia católica, considerando que todo lo que venga de España tiene dichas características; Así se niega el liberalismo español y sólo se reconocen las influencias recibidas de otros liberalismos europeos. Se da así la paradoja de que los conservadores iberoamericanos llevan con orgullo la herencia colonial y mantienen contactos permanentes con grupos españoles de su mismo talante, mientras que los liberales americanos nunca reconocen por escrito la influencia de las publicaciones liberales españolas y se remiten directamente a la bibliografía francesa, inglesa o alemana.

TEMA 6: LA FORMACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVIO ESPAÑOL Y LAS IDEAS PEDAGÓGICAS DE LA EDUCACIÓN LIBERAL.

1. CONSTITUCIONALISMO Y EDUCACIÓN.1.1. LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Y LA EDUCACIÓN. Definimos “Constitución” como la forma de gobierno de cada Estado que basa su organización en una ley fundamental que formula los derechos fundamentales y básicos de sus ciudadanos. En España se han promulgado varias: La primera fue la Constitución de 1812, basada en el reconocimiento de la soberanía nacional y de los derechos individuales; la división de poderes (el legislativo en las cortes, el ejecutivo en la monarquía, y el judicial en los tribunales) ; reconocimiento de la religión católica como única de la nación española; y el establecimiento de un sistema restringido de representación –sufragio censatario- inserto en una situación económica determinada.La constitución de 1812, aprobada por Fernando VII, fue una realidad de las Cortes generales y extraordinarias de la nación española. El liberalismo español hacía uso, en educación, de la tradición educativa de la Ilustración, defendiendo la instrucción pública, y en la que se tenía que basar la renovación y la reforma de la sociedad. Creían en la democracia y en una educación en libertad.La constitución hacía referencia a una estructura educativa basada en la enseñanza primaria y universitaria, pero no se decía nada de la secundaria.La enseñanza primaria era obligatoria en todos los pueblos; Los maestros se dedicarían a enseñar a leer, escribir, contar, catecismo de la religión católica y obligaciones civiles.También se proponía la creación de las universidades y otros centros que se dedicarían a la enseñanza de las Ciencias, Literatura y Bellas Artes. Se proponía explicar la constitución política de la Monarquía en todas las universidades y establecimientos literarios donde se enseñaran las ciencias eclesiásticas y políticas.

Se establecía un plan general de enseñanza para todo el reino y la enseñanza de la Constitución. También se trataba de la libertad de expresión sin necesidad de autorización.Se abordaba la creación de una Dirección General de Estudios encargada de inspeccionar la instrucción pública. La Instrucción Pública correspondía a las Cortes y no sólo al Gobierno.

1.2. EL INFORME QUINTANA. La Constitución de 1812 tuvo consecuencias inmediatas; la Regencia creó una Junta, presidida por el ilustrado Manuel José Quintana, quien se encargó de asuntos relacionados con la instrucción pública. La Junta elaboró el Informe de 9 de Septiembre de 1813, que comprendía los siguientes apartados:A) Introducción;B) Bases generales de toda enseñanza;

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C) División y distribución de la enseñanza pública;D) Medios y dirección de la instrucción pública.

En las bases generales de toda enseñanza se contemplaban los principios y características de la enseñanza: debía ser igual, completa y universal para todos los ciudadanos.De estos principios se derivan otras características: uniformidad de la enseñanza Pública en todos los estudios, pública, gratuita, libre (especialmente en la Primera Enseñanza), y libertad de elección de centros docentes.Pero estas buenas intenciones no llegaron a realizarse, pues el estado social, económico, cultural y los conflictos bélicos hicieron imposible estas ideas. En el apartado de la División y Distribución de la enseñanza se contempla que se debían tener en cuenta la aptitud y la capacidad de los discentes. Se distinguía, por tanto, una instrucción para niños, otra para jóvenes y otra para los adultos. La educación para adultos termina cuando el hombre tiene perfeccionadas sus facultades y formada su capacidad para ejercer una profesión. De manera que la enseñanza pública se clasificaba en:

*Primera enseñanza; es la más importante para el ciudadano, para que pueda vivir en medio de una sociedad civilizada: Saber leer con sentido, escribir con claridad y buena ortografía, poseer y practicar las reglas elementales de la aritmética, conocer y practicar los dogmas de la religión, la buena moral y crianza, conocer sus derechos y saberes, y todo ello por medio de catecismos claros, breves y sencillos.Para los alumnos que necesitaran una mayor formación para dedicarse a otras profesiones como artesanos, menestrales y fabricantes, se les debía impartir una aritmética más extensa y dibujo aplicable a las artes y oficios. Esta formación se realizaba en la escuela de primeras letras.A los maestros se les exigía la superación de un examen, y la elección de ellos le correspondía a los ayuntamientos. La dotación de las escuelas no debía de bajar del valor de las 50 fanegas –medidas- de trigo, para que los maestros tuvieran una subsistencia segura y decorosa.

*Segunda enseñanza; tenía como objetivo preparar al alumnado para el acceso a otros estudios superiores como juristas, teólogos, canonistas, médicos y otros. Al terminar, los jóvenes, debían tener una formación y unos conocimientos necesarios para iniciar los estudios más profundos. Estos estudios se realizaban en nuevos centros llamados “Universidades de Provincia”

*Tercera enseñanza; se consideraba menos general y se extendía a un numero limitado de alumnos. Comprendía los estudios imprescindibles para los distintos estados de la vida civil, los mismos que en la época de Carlos III.Existían veintidós Universidades en España, que se redujeron a nueve. Se introducía, como innovación, la separación de la enseñanza de la medicina de las Universidades, y se ubicaba en los colegios o escuelas especiales, unidas a los hospitales para que los estudiantes tuvieran conocimientos prácticos. En reglamentos posteriores se recogía y desarrollaba la organización, distribución de las enseñanzas, las horas, los cursos, los exámenes, y las calificaciones de grados mayores y menores.Se proponía crear una Universidad Central –situada en la capital del reino- donde, además de realizar los estudios igual que en otras universidades, se pudieran ampliar con mayor profundidad los estudios a través de nuevas disciplinas: cálculo y análisis, observación y experimentación en el estudio de los descubrimientos en la naturaleza, lengua y literatura, ciencias eclesiásticas y derecho.El resto de las profesiones de la tercera enseñanza se daría en los colegios y escuelas particulares, como la medicina, la cirugía, las nobles artes, el comercio, la astronomía y navegación, agricultura, geografía práctica, música y veterinaria.

2. LA LEGISLACIÓN ESCOLAR DE LA BURGUESÍA ESPAÑOLA.

Con la liberación de Fernando VII por Napoleón en 1814, comenzó la primera etapa del absolutismo (1814-1820), caracterizada por la vuelta al Antiguo Régimen: restablecimiento del régimen de consejos, la censura, la Inquisición y la recuperación de papel privilegiado de la nobleza y del clero.El viejo régimen se impuso sustentado por las fuerzas tradicionales: *la nobleza, que pidió la reintegración de sus derechos señoriales territoriales y jurisdiccionales. *la Iglesia, que recobró sus propiedades, la Inquisición y la Compañía de Jesús fueron restablecidas. *el ejército, que se fortaleció.Los problemas de este período se centraban en buscar soluciones a la crisis demográfica y económica, las represiones a los afrancesados y liberales, y conspiraciones de civiles y militares. La situación caótica del país obligó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, y con ello comenzó un nuevo período en España, el Trienio Liberal o Constitucional (1820-1823) Pero los últimos diez años del reinado de Fernando VII (1823-1833) fueron también bastante críticos, debido a los intentos de modernización del país, la fuerte represión del liberalismo, las conspiraciones y los levantamientos carlistas, y los intentos de la Administración por resolver la banca rota de la hacienda nacional.La muerte de Fernando VII inició una etapa, desde 1834 hasta 1868, en la que se produce una importante transformación política y económica de España. La revolución liberal-burguesa y el desarrollo parlamentario fueron realizados con el compromiso de las nuevas elites políticas – destacar la incipiente formación de partidos políticos- y de las antiguas clases dominantes.La burguesía se mostró más moderada y con cierto temor a las revoluciones populares; pretendieron modernizar el Estado y la Administración con la supresión de las vinculaciones y mayorazgos, abolición del régimen señorial, reducción del diezmo a la mitad, desamortización de los bienes de las órdenes suprimidas, supresión definitiva de la Inquisición y de los jesuitas, división del territorio en provincias, Reglamento de Instrucción Pública, primer Código Penal y creación de la Milicia Nacional.

La labor educativa iniciada en las cortes de Cádiz en 1812 y por el Informe de Quintana en 1813 marcaron el rumbo educativo en Las Cortes de 1820, y de nuevo se propone establecer un plan general de instrucción pública. En 1821 fue aprobado el Reglamento General de Instrucción Pública , que constituye el primer ensayo de ordenación del sistema educativo liberal en España y testimonio del ideario pedagógico del constitucionalismo de las Cortes de Cádiz -concretado en el Informe de Quintana- El título primero estaba dedicado a las bases generales de la enseñanza pública; Destacaba que toda enseñanza costeada por el Estado sería pública, uniforme y gratuita. Mientras, la enseñanza privada sería libre y sometida a ciertos controles por el Estado.La enseñanza se clasificaba en Primera, Segunda y Tercera enseñanza, según rezaba en el artículo 25 de la Constitución.

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La Primera enseñanza es la enseñanza general e indispensable que se debía dar a la infancia. Se impartía en las escuelas públicas y tenía como objetivo el aprendizaje de la lectura y escritura, las reglas elementales de la aritmética y el catecismo, una buena moral, y los derechos y deberes civiles. Podía ampliarse con los conocimientos necesarios para las artes y oficios (aritmética, dibujo...)Todo el mundo debía de recibir esta educación aunque fuera en un pueblo de pocos habitantes. A los maestros de estas escuelas públicas se les exigía un examen, pero a los de la escuela privada no –aunque esta enseñanza estaba vigilada por el Estado-En las provincias eran las diputaciones las que fijaban el sueldo de los maestros, y en los municipios los ayuntamientos.

La Segunda enseñanza tenía como objetivo impartir los conocimientos generales de cualquier estado civilizado, además de preparar para estudios superiores. Se impartían en los centros llamados Universidades de provincia, donde se establecieron asignaturas como: gramática castellana y lengua latina, geografía y cronología, literatura e historia, matemáticas, física, química, agricultura, botánica, zoología, economía política, educación moral, derecho público, constitución..., todo ello impartido y con textos en lengua castellana.En las Universidades de provincia también debía existir una biblioteca pública y una escuela de dibujo, un laboratorio de química, un gabinete de física, otro de historia natural, un terreno de prácticas de agricultura...

La Tercera enseñanza tenía como objetivo la preparación para el ejercicio de alguna profesión particular. Las clases se impartían en escuelas especiales.Todas las enseñanzas debían impartirse en lengua castellana excepto la teología, el derecho canónico y el derecho civil romano que se impartía en latín. Se establecían las condiciones que debía reunir el alumno para poder matricularse en las distintas enseñanzas.Las escuelas especiales se encargaban de impartir las enseñanzas de medicina, cirugía y farmacia, veterinaria, minería, astronomía y navegación, lengua arábiga...

La Dirección General de Estudios, que asumió las competencias de la Comisión de Instrucción Pública, era la que se encargaba de la inspección de toda enseñanza pública y sus obligaciones eran:- velar por la enseñanza pública y el cumplimiento de los reglamentos establecidos.- recibir las solicitudes, propuestas y reclamaciones posibles.- realizar los informes y elevarlos al gobierno.- elaborar los planes y reglamentos para la instrucción pública.- promover la mejora de los métodos de enseñanza.

También se habla en la Constitución de la enseñanza para mujeres. Se establecían escuelas públicas de niñas a las que se debía enseñar a leer, escribir y contar y, a las adultas labores y habilidades propias del sexo. Y por último fue establecida la Universidad Central -ubicada en la capital del Reino-, cuya finalidad era la libertad, la prosperidad y el progreso, y el orden moral y social de la nación. El plan de estudios se organizaba en tres grados:

*El primero Segunda Enseñanza y el segundo Tercera Enseñanza, contenían las mismas asignaturas que las enseñanzas del plan de instrucción pública.*El siguiente paso era una Ampliación de las enseñanzas, que contenía asignaturas como: el cálculo diferencial e integral, astronomía, gramática general, literatura española, literatura antigua, historia de España, derecho político y público de Europa.

La Constitución y el Reglamento General de Estudios posibilitan el establecimiento de toda clase de estudios y profesiones en la enseñanza privada.

2.1. La enseñanza en la década absolutista (1823-1833) Fernando VII, con la ayuda francesa, logró restablecer el poder absoluto en 1823; puso al frente de la Instrucción Pública a Calomarde, quien se encargó de llevar la educación a un absolutismo centralista y conservador, lo cual hizo que políticos, literatos, educadores y hombres de ciencia, tuvieran que seguir el camino del exilio por los destierros, las represalias y purificaciones en todos los ámbitos de la sociedad. Casi todos los repatriados fueron a Inglaterra.En esta década, la Universidad sufrió un grave deterioro y fue escasa la vida intelectual y literaria; la crisis económica general incidió de forma negativa en los servicios públicos y la instrucción pública.Los principales decretos de ordenación de la instrucción pública durante la década absolutista fueron:

a) Plan Literario de Estudios y arreglo General de las Universidades del Reino (1824)

Se ocupaba de las Universidades, con el propósito de diseñar un plan literario de estudios, su organización y régimen económico y con una disciplina moral y religiosa común para todas las Universidades.Varias Universidades fueron reducidas a Colegios, donde se enseñaba filosofía y teología, y que estaban incorporados a las universidades.En el plan se regulaban las Humanidades y las Lenguas: las condiciones para acceder a los estudios y asignaturas, libros de texto, exámenes de paso de clase, profesorado y metodología.También se reguló la Teología, las leyes, cánones, medicina y demás facultades de curar, y métodos de enseñanza. Además de contemplar las Academias, creó la Academia de Oratoria y su regulación correspondiente.Se reguló también el calendario escolar -comprendía la duración del curso, matrículas, días lectivos y de asueto, faltas de asistencia y cursillos-. El curso escolar debía durar desde el 18 de octubre hasta el 18 de julio. Se regulan también para el profesorado y los alumnos, los permisos, las faltas por enfermedad y los cursillos.También se regulaban los exámenes para la primera matrícula y para ganar cursos, el contenido de los exámenes para todos los grados, fechas, días y horas para los exámenes finales, y oportunidades para los que no aprobaban de forma ordinaria. Los bachilleres que optaban al grado de licenciado debían realizar varios exámenes (uno en secreto, otro de repetición pública y otro de una disertación latina sobre una proposición elegida por sorteo) El elegido debía estar en una biblioteca 24 horas incomunicado, preparando su disertación, que tenía que leer. Al final se otorgaba una calificación de aprobo o reprobo.

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Una vez obtenidas las calificaciones se desempeñaban en propiedad y los catedráticos tenían derecho a la jubilación, pero dependiendo de la facultad se exigía al frente de la cátedra un mínimo de 30 ó 35 años.El gobierno de las Universidades correspondía al Rector y al claustro; El rector de la universidad era elegido por el rey. La Junta de Hacienda era la encargada de administrar, recaudar y distribuir las rentas de las universidades.En cuanto a la disciplina religiosa y moral, se exigía un certificado de buena conducta política y religiosa –dado por el párroco y por la autoridad civil-, tanto al alumnado como al profesorado. Se disponía del Tribunal de Censura sobre el comportamiento y obligaciones de los alumnos, control de juegos prohibidos y otros. También se regulaba el traje académico de alumnos y profesores, asistencia a los actos religiosos, horas de estudio y recreos...

b) El Plan y Reglamento de Escuelas de Primeras Letras (1825)

Sus objetivos eran la clasificación de las escuelas de acuerdo con el método científico y la religión cristiana:- graduación de las enseñanzas según las necesidades.- medios y dotaciones de ciudades, pueblos, villas y aldeas con un mínimo de 50 vecinos.- dirección de las escuelas bajo la tutela de la Iglesia y el Estado.- inspección y dirección.- selección de los maestros por oposición.

El Consejo Real asumía las competencias de gobierno, inspección y dirección de todas las escuelas del Estado; al mismo tiempo delegaba parte de esas competencias en la Junta Superior de Inspección, y en las juntas de las capitales de provincia y en las de pueblo; la Junta Superior de Inspección se encargaba de la ejecución y cumplimiento del plan y Reglamento en todas las escuelas, así como de ejercer la superior autoridad, inspección y vigilancia de las mismas; también de la celebración de los exámenes, y de las certificaciones. Y la Juntas del pueblo se ocupaban de la administración y vigilancia del Reglamento, de la instrucción, de los métodos de enseñanza, corrección de los niños y maestros, e informaban a las juntas de la capital. El sueldo de los maestros era mayor al de las maestras. La jubilación se concedía con un mínimo de 30 años de servicio. La formación religiosa y moral tenía como objetivo la formación de buenos cristianos y buenos vasallos, en los que la Iglesia y el Estado ejercían un fuerte control ideológico. Se impartía con el catecismo; La parte práctica de la formación religiosa y moral se conseguía a través de rezos, ceremonias de veneración y amor a la Iglesia.

c) Reglamento General de Escuelas de Latinidad y Colegios de Humanidad (1826)

Tenía como objetivo la promoción y potenciación de la lengua latina y la literatura clásica, la creación de centros de Humanidades que impartieran conocimientos generales de las ciencias y difusión de una cultura general.En estas escuelas de Latinidad se impartían conocimientos de Gramática Latina, Gramática Castellana, traducción directa e inversa de textos latinos, Antigüedades, Mitología...

2.2. La década liberal (1834-1843) Con la regencia de M ª Cristina empezaron los movimientos carlistas y la labor para asegurar el trono a la infanta Isabel. De modo que con las reformas vino la implantación del régimen liberal con el Estatuto real de 1834 y la Constitución de 1837. El estatuto provocó la división de los liberales; -los liberales moderados aceptaban la ley promulgada. -los liberales progresistas eran más partidarios de lo propuesto en la constitución de 1812.

Surgieron los movimientos revolucionarios propiciados por la burguesía urbana con la creación de la Milicia Nacional, capaces de enfrentarse al Gobierno Central. Estaban en desacuerdo con las reformas iniciadas y la revolución se extendió por todo el país, teniendo como consecuencias la quema de conventos y fábricas.

El movimiento revolucionario obligó a la reina a recurrir a los liberales radicales. El gobierno de Martínez de la Rosa fue sustituido por el del Conde de Toreno, y a su vez éste por Mendizábal.Con Mendizábal se empezó a tomar una serie de medidas contra las órdenes religiosas: expulsión de los jesuitas y supresión de los conventos desamortizando los bienes de la Iglesia y un castigo al clero –partidario de la causa carlista- El saneamiento de la hacienda pública favoreció la agilidad y dotación de la administración, así como dotación de la instrucción pública, transporte, comunicaciones, salud pública, asistencia social y desarrollo regional.El fracaso de la ley electoral de Mendizábal en 1836 y la insurrección de las Milicias Nacionales –exigiendo a la reina regente el establecimiento de la Constitución de 1812-, dieron paso a la gobernación del Duque de Rivas, quien publicó el Plan General de Instrucción Pública en 1836.Al final de 1837 acceden al poder los moderados, que imponen las restricciones a la libertad de expresión, participación electoral y su intención de acabar con la democratización.

a) Plan General de Instrucción Pública de 1836, o Plan del Duque de Rivas Si el Reglamento de 1821 puede ser considerado el primer intento liberal de un sistema educativo en España, el Plan General de 1836 sería el que realmente logró ese objetivo por lo que ha de considerarse como el primer sistema liberal de educación en España. Aunque no llegaron a aplicarse sus planteamientos políticos, ideológicos y pedagógicos, sí servirán de referencia para posteriores planes y programas hasta el Sexenio Revolucionario (1868-1874) El plan fue elaborado por Gil de Zárate, Cristóbal Bordiú, Vázquez, y firmado por Saavedra, Duque de Rivas y ministro de la gobernación. El Plan no tuvo vigencia real ya que fue paralizado un mes después de su publicación.

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Se componía de seis títulos dedicados a la instrucción primaria en los que se clasificaba la enseñanza en tres grados: primaria, secundaria y tercera enseñanza; Dos ámbitos: pública y privada. La primaria y la secundaria se dividían en dos niveles: elemental y superior. Primero trataba la instrucción primaria pública: la división, materias de enseñanza y clasificación de las escuelas públicas, calidades y dotación de los maestros, gastos de las escuelas públicas y escuelas de niñas. Se establece una Escuela Nacional Central en Madrid y Escuelas Normales para la formación de los maestros primarios.Se disponía de un mínimo de 800 reales anuales para los maestros de escuelas elementales y 2500 para los de las superiores.Se expone a continuación la división de la enseñaza primaria y secundaria y las materias, según grados y niveles.

INSTRUCCIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

- PRIMARIA : Elemental: principios de religión, lectura, escritura, principios elementales de aritmética y gramática castellana. Superior: mayores nociones de aritmética, principios de geometría y sus aplicaciones, dibujo, nociones generales de física, química, e historia natural, y noticias de geografía e historia de España.- SECUNDARIA : Elemental: gramática española y latina, lenguas vivas más usuales, y elementos de matemáticas, geografía e historia de España, historia natural, física y química, mecánica y astronomía, literatura, religión, moral, política, y dibujo natural y lineal. Superior: comprende las mismas materias, pero con mayor extensión y además economía política y derecho natural, también Griego, Árabe y Hebreo.La enseñanza secundaria completaba la educación general de las clases acomodadas, y también posibilitaba seguir los estudios en las facultades mayores y escuelas especiales.

- TERCERA ENSEÑANZA : comprendía las enseñanzas que se impartían en las distintas facultades, en las escuelas especiales y estudios de erudición.

b) Proyectos de Ley del Marqués de Someruelos Los moderados ganaron las elecciones de 1837; Someruelos, ministro de Gobernación, envió a las cortes dos proyectos educativos. Otras de las disposiciones legales que planteó fueron: -Un Plan, provisional, de Instrucción Primaria -El Proyecto de Ley sobre Instrucción Secundaria y Superior.

Pero con la caída de la Regencia de M ª Cristina en 1840, accedieron al poder los partidarios de la monarquía constitucional isabelina y los progresistas propusieron la Regencia al general Espartero, quien modernizó la actividad industrial, la prensa recobró su papel en la opinión pública, se mejoraron las relaciones entre obreros y patronales, el comercio prosperó y también se favoreció la creación de Escuelas Primarias, Institutos Provinciales y Universidades.El objetivo principal de esta etapa fue organizar y extender la Enseñanza Secundaria y los estudios superiores de las Escuelas Especiales y Universidades; En 1841 el Ministro Facundo Infante eleva a las cortes el Proyecto Ley sobre la organización de la Enseñanza Intermedia y Superior, en el que defendía la creación de centros, la gratuidad de la enseñanza para aquellos alumnos con capacidad y dedicación al estudio, factores que facilitaban a la condición social y profesional de la burguesía media. Se encargaba a los ayuntamientos de la financiación de la instrucción primaria, la intermedia dependía de la provincia, y la superior del Estado.

2.3. La década moderada (1844-1856)Con Isabel II la Corona volvió a desempeñar las atribuciones que le confería la Constitución. Con la llegada al gobierno del general Narváez se comienza la institucionalización del régimen liberal basado en la centralización y burocratización del Estado; el nuevo modelo de Estado Liberal se fue configurando con la nueva Constitución de 1845, donde; - se recortó la libertad de expresión. - se impusieron fuertes dificultades a la libertad de reunión y a la Ley de Imprenta de 1845. - se citaban reformas administrativas: reorganización de los ayuntamientos y diputaciones provinciales, nuevo código penal,

reforma fiscal y sistema educativo.

La reforma fiscal del ministro de Hacienda Alejandro Mon, trajo un sistema de impuestos más uniforme y equitativo, que suprimía privilegios fiscales.Eliminaron la Milicia Nacional y crearon en 1844 la Guardia Civil.El nuevo sistema educativo –Plan de Gil y Zárate y la Ley Moyano de Instrucción Pública- estableció el principio de secularización, el control y el monopolio de la enseñanza por el Estado.

a) El Plan General de Estudios de 1845 o Plan Pidal. Tuvo como precedentes legislativos el Plan Literario de Estudios y el arreglo general de las Universidades del Reino de 1824 de Calomarde, el Plan General de Instrucción Pública de Rivas (1824), el Proyecto de Ley sobre Instrucción Secundaria y Superior de Someruelos (1838), y el Proyecto de Ley de 1841 sobre la organización de la Enseñanza Intermedia y Superior, de Infante.Se daba mayor importancia a la Instrucción Pública, la instrucción primaria y las escuelas normales, y el establecimiento de los institutos.Importancia a la enseñanza superior de acuerdo con las necesidades sociales, y medidas en la organización y distribución de los fondos necesarios para llevar a cabo las reformas.

Los principios del plan eran:

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-la secularización de la enseñanza: instrucción separada de manos del clero y puesta a disposición de los agentes sociales. -la generalidad de la enseñanza implicaba totalidad y universalidad. La enseñanza era una necesidad moderna para todas las clases sociales –nobleza y clases altas, la clase media y el pueblo-. La libertad de enseñanza era la que dimanaba del diálogo entre la familia y el Estado –visto como un fenómeno más de la libertad civil y política de un pueblo-, como representantes de la sociedad. -la gratuidad de la enseñanza era relativa, ya que estaba condicionada al interés de la sociedad y del Estado: En la enseñanza primaria se establecía la gratuidad para los pobres; En la secundaria, matrículas al alcance de la clase media; En la Universitaria, unos precios que impidieran el acceso a un número superior de profesionales de los que realmente necesitaba la sociedad. -la centralización administrativa de la enseñanza era llevada a la práctica con el nombramiento de los rectores y superiores de toda la instrucción pública en los distritos universitarios, y con una inspección eficaz. Oposiciones para acceder a las plazas docentes.

Las clases de enseñanza eran: la segunda enseñanza , orientada a la clase media, cuyo objetivo es la adquisición de los elementos del saber indispensables en la sociedad; al mismo tiempo prepara para el acceso a la tercera enseñanza. El Plan dividía la segunda enseñanza en:*Elemental: era general, lo común que debían estudiar todos los ciudadanos. Pretendía formar el corazón, ejercitar el entendimiento, desarrollar sus facultades, educación moral, religiosa y literaria. Se apoyaba en el estudio de las Humanidades, las lenguas antiguas, el latín, elementos del raciocinio, del cálculo y reglas del bien decir.*De Ampliación: comprendía estudios más concretos y específicos encaminados a las distintas profesiones. Las materias de estudio, acordes con los distintos campos del saber y su aplicación posterior.

los estudios impartidos en las Facultades Mayores , como la Teología, la Jurisprudencia, Medicina y Farmacia. El grado de Doctor sólo podía obtenerse en la Universidad de Madrid. Se pretendía, igual que en el Plan de 1824, la uniformidad de las enseñanzas en todas las universidades del Estado.

las enseñanzas especiales , destinadas a habilitar para carreras y profesiones para la que no era necesaria titulación universitaria, como la construcción de caminos, canales y puertos, la agricultura, minería, veterinaria, profesión de escribano, y procuradores de los tribunales.

En cuanto a la duración del curso: desde el 1 de octubre al 1 de julio. Para pasar de curso era necesario aprobar todas las asignaturas, los exámenes eran públicos y los temas se sacaban por sorteo, existían premios para estimular a los alumnos...

La Segunda Enseñanza Elemental y la de Ampliación constituían juntas la Facultad de Filosofía, con grados académicos, igual que las Facultades Mayores. Para ser admitido al grado de Bachiller en Filosofía se necesitaban los estudios de Segunda Enseñanza Elemental, y para graduarse como licenciado en Letras se necesitaba el grado de Bachiller en Filosofía, y estudiar por lo menos dos años las asignaturas de perfección de la Lengua Latina, Griega, Inglesa y las disciplinas de Literatura y Filosofía. Para graduarse en Ciencias además de poseer el título en bachiller de Filosofía, se estudiaban los complementos de Matemáticas elementales, Lengua Griega, Química general, Mineralogía, Botánica y Zoología. Los estudios en las Facultades Mayores duraban unos 7 años –5 los bachilleres y 7 los licenciados-La enseñanza que contemplaba el Plan podía ser pública o privada. Los públicos eran los Institutos de primera clase o superiores, de segunda clase y de tercera clase, los Colegios Reales, las Universidades y Escuelas Especiales. El profesorado obtenía su plaza por oposición.La administración general correspondía al Rey por medio del Ministerio de la Gobernación. El Consejo de Instrucción pública y sus facultades correspondía a los rectores.

2.4. El bienio progresista (1854-1856)

La junta progresista de Madrid, presidida por el general San Miguel, pidió la reunión de las Cortes Constituyentes y formar un nuevo gobierno provisional. Este movimiento revolucionario obligó a la reina a acudir a un antiguo progresista, Espartero. Con él se formó un nuevo gobierno y en el que O’Donnell ocupó el Ministerio de la Guerra, conformándose así una coalición progresista –moderada. Ésta duró dos años, durante los que se emprendió un programa de reformas liberales con la mayoría de las ideas progresistas de 1837, que pretendían alcanzar una modernización económica.Este nuevo contexto social propició un enfoque más práctico, de preparación pública mercantil y tecnológica y, en especial, de las enseñanzas de las Escuelas Especiales.Los progresistas tuvieron un gran interés por la instrucción pública y por los conocimientos útiles, científicos y tecnológicos.En el bienio se publicó: el Reglamento de la Escuela Especial de Arquitectura, Ingeniería e Industrial, y la creación de la Escuela de Agricultura en Aranjuez.

2.5. El bienio moderado (1856-1858)

La crisis del liberalismo moderado comenzó con la sustitución de O'Donell por Narváez como consecuencia de las diferencias internas entre los liberales, los levantamientos campesinos y republicanos y el fracaso del programa liberal que intentó integrar a los progresistas. Este período se caracterizó por el retorno a las Instituciones de la década moderada.El nuevo gobierno se preocupó por conseguir una estabilidad política, se impulsó el desarrollo económico -como el tendido ferroviario, la expansión textil y agraria, la banca y la explotación minera- Se interesó por la política exterior, como la llevada con Marruecos y las expediciones a Indochina y México.

Ley de Bases de 1857Isabel II dictó la ley de bases de 1857, autorizando al gobierno para formar y promulgar una ley de Instrucción Pública, con los principios siguientes:

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- división de la enseñanza en pública y privada. Clasificación de la enseñanza en; *primera: conocimientos más generales para su aplicación a la vida real. *segunda: ampliaba los conocimientos recibidos en la primera, y preparaba para el ingreso a las carreras superiores. *tercera: habilitaba para el ejercicio de determinadas profesiones, y sólo se impartía en los centros públicos.- uniformidad de libros de texto.- financiación de centros: se pretendía conseguir la financiación de los centros educativos con las rentas que poseían los mismos o con las que se adquirieran a través de los pagos de los discentes, junto con las retribuciones municipales, provinciales o del Estado.- la Primera Enseñanza era gratuita para el alumnado que no pudieran pagarla, y obligatoria para todos.- el profesorado debía poseer la titulación correspondiente. El profesorado público ingresaba por oposición y ascendía por antigüedad y méritos.- el jefe superior de Instrucción pública era el ministro de fomento.- creación de una Inspección de Instrucción Pública en todos los grados y distritos.- completar y ampliar las academias, las bibliotecas, los archivos y museos para el progreso de las ciencias.

3. LA PRIMERA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN EN ESPAÑA: LA LEY MOYANO DE 1857

Conocida como la Ley Moyano por ser Claudio Moyano, ministro de fomento, su principal promotor. Vino a sustituir al Informe Quintana de 1813; Los proyectos entre una y otro no llegaron a llevarse a la práctica. Es la primera y única ley de Instrucción pública del reinado de Isabel II. Su influencia alcanzó incluso a la Ley General de Educación de 1970.La Ley contó con un amplio consenso liberal y con un centro parlamentario de ideología conservadora, aunque no recibió el apoyo de los progresistas, radicales y neocatólicos.Se dividía en cuatro secciones: de los estudios; de los establecimientos de la enseñanza; del profesorado público; del gobierno y administración de la Instrucción Pública.A continuación, los aspectos más importantes de la Primera, Segunda Enseñanza y Enseñanza Superior:

La primera enseñanza se dividía en: * Elemental: era obligatoria para todos los españoles y gratuita para las familias que no pudieran pagarlas. Abarcaba desde los 6 a los 9. Los padres que no cumplieran con la asistencia a clase de sus hijos podían ser multados.Comprendía las enseñanzas de: Doctrina Cristiana y nociones de Historia Sagrada, Lectura, Escritura, Principios de Gramática Castellana, con ejercicios de Ortografía, principios de Aritmética y breves nociones de Agricultura, Industria y Comercio. *Superior: ampliación de los conocimientos de la enseñanza elemental, además se impartían principios de Geometría, Dibujo lineal, rudimentos de Historia y Geografía, especialmente de España, nociones de Física y de Historia Natural. A las niñas se les enseñaba labores propias del sexo, elementos de Dibujo aplicado a las labores y ligeras nociones de Higiene doméstica.También había enseñanza para el alumnado sordomudo y ciego, pero se impartía en centros Especiales.

La segunda enseñanza:Este segundo período abarcaba desde los 9 a los 15 años. Comprendía los Estudios Generales, durante seis años con dos períodos de dos y cuatro años. *El primer período estaba constituido por las asignaturas de: Doctrina Cristiana e Historia Sagrada, Gramática Castellana y Latina, elementos de Geografía y ejercicios de Lectura, Escritura, Aritmética y Dibujo. Para pasar al segundo período se debía aprobar un examen general de las materias del primer período. *El segundo período tenía las asignaturas de: Religión y Moral Cristiana, ejercicios de análisis, traducción y composición latina y castellana, rudimentos de Lengua Griega, Retórica y Poética, elementos de Historia universal y de España, de Psicología y Lenguas vivas.

La enseñanza superior:Se impartía en las Facultades, de las cuales se proponían 6: Filosofía y Letras, Ciencias Exactas, Física y Naturales, Farmacia, Medicina, Derecho y Teología.Las enseñanzas profesionales –menos de seis años- comprendían: Veterinarios, Profesores Mercantiles, Náutica, Maestros de obras, Maestros de primera enseñanza con varios títulos. Los libros los aprobaba el gobierno cada tres años. Al profesorado de todas las enseñanzas se les exigía ser español y buena conducta religiosa y moral.A los maestros de primera enseñanza se les exigía tener más de 20 años y tener el título correspondiente, mientras los catedráticos debían tener 24 años y el título correspondiente, los de Facultad 25 años.Se regulaban las oposiciones, los distintos escalafones y su modo de acceso –por méritos y antigüedad.

4. LAS IDEAS PEDAGÓGICAS DE LA EDUCACIÓN LIBERAL.

La Constitución de 1812 basaba la educación en la tradición de la ilustración, defendiendo la instrucción pública como base de la renovación y reforma de la sociedad, creía en la democracia y en una educación en la libertad. - Se estableció la obligatoriedad de las escuelas primarias en todos los pueblos. Los maestros se dedicarían a enseñar a leer, escribir, contar, catecismo de la religión católica y obligaciones civiles.- Se propuso la creación de Universidades y otros centros de enseñanza –Ciencias, Literatura y Bellas Artes-.- Se establecía un plan general de la enseñanza para todo el Reino –objetivo importante del liberalismo español-, y la enseñanza de la Constitución.- Se abordaba también la creación de una Dirección General de Estudios, dependiendo de ella la Inspección de la Enseñanza Pública. - La enseñanza privada sería libre y sometida a controles por el Estado.

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Todo lo anterior, recogido en la Constitución de 1812, tuvo consecuencias inmediatas de tal forma que la regencia creó una Junta -presidida por Manuel José Quintana- que se encargó de todo lo relacionado con la educación pública. La Junta elaboró el Informe el 9 de septiembre de 1813, más conocido como el informe Quintana. En las Bases Generales de toda Enseñanza del informe de Quintana se contemplaban los principios y características de la enseñanza:- uniformidad de la enseñanza pública en todos los estudios,- pública, libre y gratuita (especialmente en la Primera Enseñanza),- y libertad de elección de los centros docentes. La primera enseñanza era la más importante ya que era necesaria para poder vivir en medio de una sociedad civilizada, que requería saber leer, escribir con sentido y buena ortografía, nociones elementales de aritmética, conocer y practicar los dogmas de la religión católica, buena moral y cristiana y conocer sus derechos y deberes. Todo ello por medio de catecismos breves, claros y sencillos. Pero ya sabemos que no fue posible, ya que la sociedad del momento no lo permitió –estado social, económico y cultural, y conflictos bélicos-

Tema 7: LA EDUCACIÓN DURANTE LA RESTAURACIÓN

1. LA ÉPOCA DE LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA

La etapa de la Restauración (‘restauración’ de la dinastía de los Borbones) abarca desde 1875, con la vuelta de los Borbones al trono de España –quienes habían sido expulsados por la Revolución de 1868-, hasta 1902, comienzo del reinado de Alfonso XIII en su mayoría de edad.Este período se caracteriza por el Regeneracionismo; el movimiento conocido como regeneración se planteaba proyectos de reforma –desde la reflexión de las causas de sus problemas y analizando las vías de resolución de los mismos- que permitieran modernizar y hacer progresar a la nación. Destacan: Joaquín Costa, Concepción Arenal y Rafael Altamira –también mencionar a Mallada, Macías Picabea, Isern y Morote-La Restauración coincide con la hegemonía de los pueblos del Norte; el tradicional dualismo franco-inglés de la época anterior es sustituido por la hegemonía de Alemania en Europa, y por las dos potencias anglosajonas, Gran Bretaña y Estados Unidos, en todo el mundo.El crecimiento económico de los países que han llevado a cabo su revolución industrial conduce al imperialismo, que deriva en la búsqueda de nuevos mercados y colonias. La primacía política y económica de los pueblos del Norte impone los valores vitales sobre los demás valores morales o intelectuales y la primacía de la fuerza sobre el derecho.En cuanto a España, ciertos aspectos dejaban ver que ya no era una gran potencia y buscaba de nuevo un lugar en el nuevo panorama mundial. Los indicadores económicos, políticos, culturales y educativos revelaban que no se estaba en condiciones de luchar por la primacía internacional. No consigue engancharse al tren de la revolución industrial europea, quedándose anclada en el sector primario de la producción.En esta época de la Restauración se sientan las bases económicas y sociales de la España actual. La revolución industrial sólo afectó a regiones periféricas –como País Vasco y Cataluña-, frente a una España rural mayoritariamente atrasada y sin atisbos de progreso; no obstante se aprecian avances como el incremento de la circulación ferroviaria o la aparición de cultivos de regadíos. Frente a estos avances, formas injustas de propiedad rural, bajos rendimientos y atraso técnico favorecen la consolidación del movimiento obrero.

En política la Restauración significa continuidad, tanto en las bases sociales del régimen como en sus fundamentos ideológicos. La Constitución de 1876 se ve limitada por la realidad cultural del país, con un 75% de analfabetismo y con fuerzas organizadas que se manifiestan en contra del orden constitucional vigente.

La obra del gobierno de los hombres de la Restauración, conservadores y liberales, se caracterizó por: - la continuidad, - la estabilidad que le dieron a la vida política y administrativa - como contrapunto: su limitación de miras, siendo más representantes de la oligarquía –clase dirigente- y de los caciques que del pueblo, ya que las elecciones eran amañadas por el gobierno de turno.

En el orden cultural se impone el naturalismo, que es aceptado y asimilado sin problemas; ello trae consigo el acercamiento a la realidad del país con el redescubrimiento de la región, y la crítica política y social. Se advierte un esfuerzo de europeización por parte de los intelectuales, que marcan el inicio de un período de apogeo cultural –primera etapa de la Edad de Plata de la cultura española-, apoyado en la Institución Libre de Enseñanza y diversos organismos e instituciones cuyo objetivo es modernizar y hacer progresar a España.

En el ámbito de las relaciones internacionales se observa un alejamiento de la hostilidad observada al final de la época moderada, seguramente a causa del temor a unas potencias extranjeras cada vez más poderosas; España se muestra encerrada en los problemas propios y limitada por la carencia de recursos económicos y militares. Esta situación unida a las ansias colonizadoras de Estados Unidos, llevaría a la pérdida en 1898 de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, con el consiguiente descrédito como potencia mundial.

2. LA REALIDAD EDUCATIVA DE ESPAÑA DURANTE LA RESTAURACIÓN

Durante la Restauración borbónica, España es un país agrario, atrasado y con una situación radical de injusticia social, con la mayoría de la población analfabeta y un elevado índice de desempleo y mendicidad.De una parte están los grupos que detentan del poder, con mentalidad burguesa y aristocrática; de la otra los campesinos y obreros que van tomando conciencia de su situación de explotados; en medio los intelectuales y docentes que intervienen en la política educativa y en la política en general desde plataformas e instituciones.

La realidad educativa se puede sintetizar tres puntos:

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- Un elevado índice de analfabetismo- Una primera enseñanza poco desarrollada- Estudios secundarios y universitarios reservados a una minoría, pensados para la formación de grupos dirigentes.

La enseñanza primaria dependía de las juntas locales, y era atendida con los fondos de los ayuntamientos. El profesorado se quejaba porque además de estar mal pagado, no recibían siempre el sueldo previsto o lo hacían muchas veces con retraso.En 1870 existían en España aproximadamente 25.600 escuelas, 29.000 maestros, y 1.667.000 niños en edad escolar, de los que figuraban matriculados 883.500. De lo que se deduce que aproximadamente el 50% de niños en edad escolar no estaban matriculados, pero dejaban de asistir muchos más, debido sobre todo a las faenas agrícolas.El currículo de la enseñanza primaria era escaso: aprender a leer, escribir y contar, impartido por un profesorado que gozaba de escasa consideración social y que percibía unos sueldos tan bajos que le obligaban a dedicarse a otras actividades para sobrevivir. Resulta contradictorio el importante papel que se le daba a la educación en el progreso del país, relegando a la vez al profesorado a una situación económica y social indigna, junto con una formación escasa.

Entre las causas del retraso en la enseñanza primaria destacaban:- escaso número de maestros y escuelas- absentismo escolar- enseñanza basada en el memorismo y en la pasividad- material escolar escaso e inadecuado- baja consideración social y raquíticos sueldos de los maestros

En torno a 1845 surgieron los institutos de segunda enseñanza, ya que hasta entonces los estudios del grado de bachiller figuraban dentro de los planes universitarios. En 1875 el número de centros de secundaria era de 51 provinciales, que impartían el bachiller completo y 13 locales, en los que sólo se cursaba el bachiller elemental.Según las diferentes administraciones del Estado y vaivenes políticos, en algunos períodos se daba mayor importancia a los contenidos humanísticos y en otros a la formación científica y técnica. Además de la enseñanza oficial existía una red de enseñanza privada y doméstica que dependía académicamente de los institutos.Respecto al sueldo de los profesores, la calidad y cantidad de los materiales, la financiación de los centros, etc., era parecido a la primera enseñanza.A partir de la Ley Moyano se establecen los principios de centralismo y uniformidad en la enseñanza superior.

La Universidad estaba concebida como centro educativo para minorías, aunque la calidad de la enseñanza impartida dejaba mucho que desear, pues los vaivenes políticos afectaron de lleno a la Universidad; Los gobiernos tomaron partido por algunos grupos de poder universitarios.El número de estudiantes aumentó en proporción a lo que aumentó la secundaria. Había un sector amplio del profesorado que no mostraba interés en adecuar la enseñanza a los nuevos tiempos y otros grupos se mostraban partidarios de una reforma profunda de los contenidos y métodos –Giner de los Ríos, Emilio Castelar, Ramón y Cajal, Ortega y Gasset, Unamuno...- A pesar de todas sus carencias, la Universidad española de la Restauración fue una pieza clave en la modernización y desarrollo del país.

3. EL REGENERACIONISMO PEDAGÓGICO Y SOCIAL.

El Regeneracionismo de finales del siglo XIX y principios del XX aglutinó a los escritores, políticos y ciudadanos que, descontentos con el sistema de la Restauración borbónica plantean profundizar en el republicanismo liberal, ya puesto en marcha por diversos grupos políticos y por la Institución Libre de Enseñanza, con posterioridad al Sexenio revolucionario y después de la fallida Primera República.La monarquía era identificada con la España agraria, latifundista con jornaleros en paro, con el poder del clero en la vida civil, con el analfabetismo, la miseria y el hambre. Los republicanos creían que sólo la República sería capaz de modernizar a España y de crear un Estado democrático, de ahí su oposición a la Monarquía canovista.El núcleo fundador de la ILE, con Giner a la cabeza, fue el que comenzó a desarrollar en la práctica el Regeneracionismo social, político y educativo; pero fue con el desastre colonial de 1898 cuando queda más al descubierto la crisis política, económica y social; fue la destrucción de la imagen de España como gran potencia, lo que impulsó la revisión de los valores propugnados por la Restauración.Se consolida el grupo de escritores de la Generación del 98, que coinciden en puntos como la crisis que atravesaba el país y la necesidad de un cambio de sistema político –contra la oligarquía y el caciquismo- y no sólo un cambio de gobierno. Pero al tratarse de análisis y valoraciones y no de programas de acción política el daño causado a la oligarquía fue menor que si se hubiera tratado de partidos políticos o grupos organizados.

3.1. Lucas Mallada, Ricardo Macías, Picavea, Damián Isern y Luis Morote.

El pionero de la literatura regeneracionista fue el ingeniero Lucas Mallada, relacionado con la ILE, que publica en 1890 su libro Los males de la patria y la futura revolución española, en el que enumera los males del país:- caciquismo- militarismo- partidismo político- inmoralidad pública- ignorancia- falta de escuelas primarias- sueldos miserables para maestros…Con su mentalidad burguesa plantea una revolución que compagine la monarquía con la honradez de los españoles. En educación postula por una enseñanza práctica, de conocimientos útiles en artes y ciencias.

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Ricardo Macías Picavea, republicano, critica la Restauración canovista y enumera una lista de males de España, muchos coincidentes con los de Mallada. Picavea insiste en dos males:- el austracismo, achacando la decadencia española a los Austrias- el individualismo, opuesto a la cooperación y al apoyo mutuoSe preocupa por la enseñanza, que considera nefasta, por las malas condiciones higiénicas y pedagógicas de las escuelas y por la baja consideración de los maestros. Tiene un concepto negativo de las “clases altas e ilustradas”

Damián Isern, autor de la obra Del desastre nacional y sus causas y Luis Morote, con su libro La moral de la derrota, estudian la situación de España a finales del s. XIX. Isern se queda en el análisis crítico de la realidad nacional y sus problemas, analizando las causas que han motivado el desastre. Pero Morote plantea, además de exponer la situación de crisis, un proyecto regeneracionista basado en la idea de que el problema es la falta de educación y de enseñanza.3.2. Joaquín Costa Martínez.Los regeneracionistas que proponen remedios pragmáticos, entienden que el bajo nivel educativo es una de las causas de la decadencia; en el ámbito de las propuestas destacó Joaquín Costa. De origen humilde, estudió y trabajó en lo que le iba saliendo hasta terminar sus estudios secundarios y de maestro. Estudió luego Derecho y Filosofía y Letras, junto a Menéndez Pelayo y Leopoldo Alas, y entró en el círculo krausista de Sanz del Río, donde estableció relaciones con Giner de los Ríos. Colaboró con la ILE un par de años, a finales de los 80 se retiró a Graus, donde siguió desarrollando una amplia labor social y política.La formación krausista e institucionalista de Costa se percibe en sus obras. Pero su gran preocupación no era sólo la educación, sino que hacía hincapié en la instrucción. La primera reforma que exige es la de la escuela, pero pagando lo que se debía a los maestros y consiguiendo después que el Estado se responsabilizara de dicho pago, además de librarla de pugnas ideológicas.

La educación integral para Costa, debía abarcar la personalidad total del ser humano, y comprendía la formación moral, física e intelectual. El carácter integral de la educación lo extiende además a la instrucción, dentro de su concepción de que ambas han de ir íntimamente unidas. También considera importantes la educación de la infancia en el afecto y la cercanía, la educación familiar y las escuelas de párvulos. Pero la base esencial de la formación debía ser la educación primaria por lo que recuerda que no se puede limitar a la adquisición de rudimentos de lectura, escritura y cálculo, sino que tenía que consistir en una instrucción más amplia y fecunda.

Avanzado para su época, muestra interés por la igualdad de hecho y de derecho entre el hombre y la mujer, impulsando la educación femenina aunque con orientación práctica y útil –leer, escribir, coser, cantar, y amar racionalmente a sus hijos para educarlos-, pero propugnando que las más preparadas debían seguir ampliando su formación hasta los niveles que les fuera posible. También se preocupó mucho por la educación popular, entendida como la educación de artesanos y agricultores, con contenidos prácticos y métodos didácticos. Propuso conferencias semanales y la creación de misiones populares.La segunda enseñanza que propugnó Costa, debía durar 8 ó 10 años y ser integral, abarcando de forma enciclopédica todas las materias posibles. Según él se debían abolir los exámenes por asignaturas y darle mayor importancia a la educación física, al régimen tutorial y a la formación del profesorado de la enseñanza secundariaTambién planteó su alternativa para los estudios superiores, pidiendo: - la autonomía universitaria - pensiones o becas para estudiar en el extranjero - organización de escuelas prácticas en cada Facultad - organizar una Escuela de Estudios Superiores - llevar la enseñanza de la Pedagogía a las Universidades- disminución del número de exámenes- mayor participación del alumnado en su aprendizaje, mediante la transformación del régimen educativo

Siguió hasta el fin de sus días defendiendo sus ideas sociales, económicas, políticas y educativas. Siempre introducía la necesidad de modernizar la educación como un punto básico en sus planteamientos.

3.3. Concepción ArenalNació en Ferrol en 1820, emparentada con Cossío y Rosalía de Castro y Emilia Pardo Bazán – no cabe duda de que este ambiente familiar

intelectual influyó en ella- En 1834 se trasladó a Madrid para asistir a un colegio de señoritas y recibir una educación tradicional femenina al estilo de la época, aunque seguramente no al suyo. Se dice que entre 1842 y 1844 pudo haber asistido a clases en la Universidad, vestida con ropas masculinas para pasar desapercibida.Colaboró con el periódico La Iberia, aceptada a pesar de ser mujer. Asistía, con ropas masculinas y con su marido, a las tertulias del café Iris. Escribió un libro no publicado titulado ¡Dios y la libertad! que era un manifiesto moderno, incomprensible para su época, en el que intentaba demostrar que se puede ser creyente y liberal al mismo tiempo.Fue visitadora de prisiones e inspectora de casas de corrección de mujeres, fundó La voz de la Caridad y, fue nombrada secretaria general de la Cruz Roja –sección de mujeres- En 1879 publicó su libro fundamental Ensayo sobre el derecho de gentes. También publicó: Visitador del preso, Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano, y dos ponencias significativas: La instrucción del obrero y La educación de la mujer ; y muchas obras más hasta su fallecimiento en Vigo en el año 1893.Prácticamente toda su obra está llena de sugerencias formativas e instructivas, pero sólo con algunas aportaciones específicamente educativas.

Le interesaban por encima de todo tres temas:- la educación de la mujer- la educación de los trabajadores - la educación de los marginados sociales.

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Su postura pedagógica, a mitad de camino entre la tradición y la modernidad, se acerca en muchos aspectos a los planteamientos de la ILE, manteniendo el distanciamiento partidista y la neutralidad religiosa. Mantuvo una cordial amistad con Giner, Azcárate, Cossío y otros miembros de la ILE.

3.4.- Rafael Altamira y CreveaEl alicantino Rafael Altamira adoptó una postura definida de regeneracionista dentro de los institucionistas de la ILE. Después de hacer Derecho en Valencia, donde recibe la influencia krausista, hace el doctorado en Madrid, cerca de los profesores de la Institución –la ILE- En 1889 es nombrado secretario del Museo Pedagógico, donde se consolida su interés y dedicación a la enseñanza.Publicó La enseñanza de la Historia e ingresó en la Real Academia de la Historia. Ocupó la cátedra de Historia General del Derecho Español en la Universidad de Oviedo. En 1909 viaja por América, pensionado por su Universidad, y poco después es nombrado Director General de Enseñanza. Ocupó cargos políticos y educativos en España y el exterior, hasta que por la Guerra Civil se exilió en México, donde murió en 1951.Su perspectiva regeneracionista se aleja de la mantenida por Mallada y Picavea, defendió valorar el pasado en su justa medida, sin exagerar nuestras grandezas ni echar la culpa a la pereza, a la ineptitud de la raza o a las fatalidades del medio físico. Su visión es que debió existir una barrera que dispersara las fuerzas y que esto no era motivo de pesimismo, sino que se debía hacer un análisis en busca de los problemas, para establecer mecanismos y procesos de superación de los mismos.Se opone a la solución que plantea Picavea y a la de Costa de sustituir el régimen parlamentario por otro presidencialista y propone que se faciliten al pueblo los medios regeneradores para que se regenere a sí mismo; Pero conociendo primero los defectos del pueblo español, que sintetiza en las siguientes carencias:- de amor a la patria,- de estimación a lo propio, - de voluntad de sacrificio por el interés común, - de un concepto claro de lo que es la independencia de un puebloAltamira entiende que la educación debe tener una función primordial como sistema para superar los obstáculos que se oponen a la modernización y progreso de España. La alternativa que plantea coincide con la defendida y aplicada por la ILE, a la que representa en diversas ocasiones por todo el mundo.

4. LAS PERSPECTIVAS EDUCATIVAS DE LOS DISTINTOS GRUPOS IDEOLÓGICOS.

Durante el siglo XIX surgieron diversas corrientes ideológicas, algunas de las cuales permanecerán hasta el momento actual, como es el caso de las polémicas sobre el laicismo, el papel de la Iglesia en la educación, la enseñanza de la religión, que suponen la vuelta a unos problemas no resueltos, planteados a finales del s. XVIII y que perduraron hasta la dictadura militar de Franco.Con el restablecimiento de la democracia en España se volvieron a plantear estos problemas no resueltos, sino adormecidos por la imposibilidad de abordarlos en un régimen autocrático.Antes de la Restauración se discutieron los derechos de la enseñanza religiosa en la escuela, cuando el Estado asumió el control de la enseñanza que hasta entonces había detentado la Iglesia. Las cuestiones escolares se transformaron en políticas y cada grupo adoptó una posición ante los temas educativos. La instrucción se convierte en problema de democracia y la escuela debe servir de base para crear una comunidad de pensamiento y una opinión pública. Los liberales entienden que la instrucción cívica es esencial para consolidar la democracia, al tiempo que con la instrucción se puede poner coto a los riesgos de la misma, como la intolerancia, el separatismo, la agitación social o la demagogia. Es decir, la instrucción se plantea como remedio para hacer frente a las insuficiencias de la democracia.Esta manera de entender la democracia, fundada en la igualdad y en la cultura para todos, hace que la instrucción se plantee para todos y adquiera un carácter cada vez más utilitario, introduciendo –sobre todo en la enseñanza secundaria- materias científicas y clásicas: Lengua, Literatura, Filosofía… Los liberales criticaban el sistema de educación clásico y proponían una enseñanza basada en los progresos científicos y técnicos de cara a la utilidad y las necesidades profesionales –como ya habían hecho en el s. XVIII Campomanes y Jovellanos-Se abrieron también otros frentes importantes, como la educación infantil, con metodologías y contenidos distintos a los clásicos. También la enseñanza popular y la enseñanza de la mujer, que hacían más compleja la problemática educativa. Se produce en este ámbito el encuentro entre la corriente liberal y el movimiento krausista, que pretenden preparar a las personas para que puedan hacer frente a los retos que se plantean en el desarrollo de sus funciones como ciudadanos.Esta nueva manera de ver la educación traía consigo una discusión sobre el respeto a los derechos de los niños, pero también cuál debía ser la misión del maestro y cuáles eran los derechos de los padres; igualmente se planteaban cuáles debían ser los contenidos y cuáles los métodos más adecuados para la educación e instrucción de los ciudadanos.La educación popular y la educación de la mujer recibieron un fuerte impulso en la Restauración y el Regeneracionismo. Argumentos hoy elementales, como la consideración de la mujer como un ser adulto o que la educación de la mujer ayuda a resolver situaciones sociales, creaban recelo y reserva en buena parte de la sociedad y no siempre encontraban el apoyo gubernamental. No obstante, movimientos como las Conferencias Dominicales, la Asociación para la Enseñanza de la Mujer, o la Escuela de Institutrices (fundada por Fernando de Castro, 1869) intentaron acallar las dudas acerca de si el cerebro de la mujer es apto para una instrucción vasta, o si la mujer ha de desempeñar funciones sociales, o si instruir a las mujeres no era facilitar su inmoralidad.

En este panorama, la Iglesia consideraba que la libertad de enseñanza era contraria a su doctrina y a sus derechos. Por esto, la bandera por la libertad de enseñanza estaba en manos de progresistas, liberales, socialistas y partidos de izquierda.Mantenía que la educación era una misión evangélica. La Iglesia, además, planteaba que las órdenes religiosas no podían depender del Estado, sino que dependían únicamente de la jurisdicción eclesiástica. Otro de los argumentos de la Iglesia era que sólo ella posee la verdad y sólo la verdad tiene derecho a extenderse, de ahí el derecho que se atribuía de inspeccionar las escuelas para controlar el pensamiento de los que se encargaban de la educación.La postura eclesiástica encontró adeptos en los grupos y partidos llamados clericales, como la Unión Católica, de Alejandro Pidal, o el grupo de diputados moderados. La extrema derecha defendía que el derecho de educar pertenece a las familias y que el Estado sólo puede educar de acuerdo con

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ellas y que, como todas ellas eran católicas, el Estado debía actuar en consecuencia. Por otra parte, la enseñanza privada no podía aceptar otro control público que el de los exámenes, aunque la enseñanza superior podía gozar de mayor autonomía.

La derecha moderada, los liberales-conservadores de Cánovas y Silvela, adoptaron un punto intermedio, menos extremo que los ultras clericales. Reconocen que la unidad católica española no es posible, pero que el Estado tiene necesidad de un fuerte principio religioso que sólo la Iglesia puede dar. Partidarios de una cierta libertad de cátedra entienden se debe establecer un límite para impedir difundir ideas que pudieran perjudicar a la Iglesia. Por otra parte, la libertad total para aprender sólo corresponde a los adultos. En cualquier caso, el dinero de los padres católicos no se debería utilizar para difundir ideas que ellos desaprueban. Finalmente, son partidarios de adaptar el Concordato a la sociedad de aquellos momentos.Los liberales-conservadores admitían que el Estado, cuyos derechos estaban definidos por la Constitución, tenía el derecho de imponer la instrucción obligatoria pero que debía prohibir los ataques contra el catolicismo y la monarquía. El Estado sólo estaba en condiciones de controlar los programas y textos empleados en la enseñanza oficial. Al mismo tiempo se mostraban partidarios de una cierta descentralización.

Los grupos políticos liberales plantearon una lucha por establecer principios como la libertad religiosa, libertad de cátedra y de enseñanza, libertad de la ciencia. Este grupo entiende que la libertad de cátedra sólo puede estar limitada por el código penal y se niegan a aceptar la instrucción religiosa obligatoria; igualmente piensan que la libertad de la ciencia es absoluta y que la libertad de enseñanza ha de estar protegida por el Estado. Los liberales defendían que la misión docente estaba ligada a la naturaleza del Estado, que no tenía el derecho de controlar el pensamiento de la enseñanza oficial sino su calidad: inspección, selección de maestros y funcionamiento de los centros. Pedían también mayor autonomía universitaria y mayor centralización de la enseñanza primaria

La postura de la llamada extrema izquierda republicana, -para distinguirla de los liberales como Sagasta, Albareda, Romanones…- era rechazar la política oportunista liberal. Labra, Azcárate, Salmerón y Pi y Margall planteaban que la libertad de la ciencia y de la cátedra eran derechos absolutos. Se planteaban muy críticamente la situación educativa y entendían que la razón fundamental del atraso era el poder eclesiástico que, con sus criterios y la imposición de la Inquisición, había impedido el desarrollo de la libertad de cátedra, de enseñanza y de expresión en general.Los republicanos partían de la base de que el derecho de enseñar pertenece a la sociedad, pero mientras ello se hace posible es el Estado el que tiene encomendada esa tarea, con especial atención a la enseñanza primaria. Defendían que la Universidad pueda abordar todas las teorías con finalidad científica y neutralidad política. Se mostraron partidarios de que el control estatal sobre la enseñanza privada y oficial fuera lo más flexible posible y que el Estado ayudase al desarrollo de la enseñanza privada.

Para los socialistas -partido socialista obrero español entonces en construcción- la educación y la enseñanza venían a constituir un elemento más en la lucha revolucionaria; el orden social y económico no se transforma con la educación, el verdadero cambio sólo se alcanza con la revolución de las estructuras. No obstante, las tesis socialdemócratas alemanas y los movimientos de renovación pedagógica abren un amplio debate sobre si hay que cambiar primero las condiciones sociales en que viven los hombres o es más adecuado dar prioridad a la transformación de los hombres mediante la educación y la enseñanza.

Otro principio de la educación socialista es la unión entre el trabajo intelectual y el trabajo material productivo, eliminando la distinción entre los que trabajan y los que piensan y organizan. Todos los seres humanos deben combinar ambas actividades en su formación y en su quehacer cotidiano. No se trata de un trabajo-juego sino de un trabajo productivo vinculado a la enseñanza y adaptado a las posibilidades de cada edad. Otro principio socialista es la educación polivalente que prepara a cada individuo para el desempeño de actividades variadas, formándolo de manera integral, como hombre omnilateral.Los socialistas luchan por la escuela pública financiada con recursos públicos, gratuita, laica e internacionalista. En oposición a los anarquistas, que sólo confían en las escuelas sostenidas por los trabajadores, los socialistas optarán por las escuelas públicas y por unos principios semejantes a los sostenidos por los grupos progresistas y liberales burgueses, sobre todo en el ámbito didáctico, en el que la actividad, la intuición, la coeducación, el laicismo y el trabajo en torno a los centros de interés, partiendo de los intereses y necesidades de los educandos, serán puntos de coincidencia entre las corrientes socialistas y socialdemócratas.La comisión encargada de redactar el programa fundacional del Partido Socialista Obrero Español, formada por Pablo Iglesias y Jaime Vera, entre otros, incorporó varios párrafos dedicados a la enseñanza, en los que pedían educación integral para ambos sexos, creación de escuelas profesionales y de primera y segunda enseñanza gratuita y laica, entre otras cosas.Para conseguir un avance cultural y la formación de los trabajadores, se hacía necesario acabar con las desigualdades sociales. Se plantaron si al Gobierno le interesaba realmente que los trabajadores se desarrollaran intelectualmente. Llegan a la conclusión de que la burguesía se halla ante un problema: si mejoran las condiciones de los trabajadores se encarece la fuerza de trabajo, y eso no le interesa a los empresarios porque ganarían menos; pero, sino se le da la formación adecuada a los trabajadores se retrasará la revolución industrial y el desarrollo económico capitalista.La burguesía se encuentra ante un gran dilema: si mejoran las condiciones de los trabajadores se encarece la mano de obra, con lo que los empresarios ganarían menos; pero, si no de le da formación adecuada a los trabajadores, se retrasará la revolución industrial y el desarrollo económico capitalista.Desde una perspectiva distinta, la burguesía progresista coincidía con el partido socialista en la lucha contra la oligarquía, el caciquismo y las familias enquistadas en el poder económico, pero la interrelación no resultaba fácil porque la línea de Pablo Iglesias era rechazar cualquier alianza con formaciones políticas de tipo burgués. Pero los acontecimientos nacionales e internacionales llevarían a los socialistas a alianza con los republicanos en los primeros años del s XX.

5.- LOS CONGRESOS PEDAGÓGICOS.

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Los congresos pedagógicos de finales del s. XIX revelan cuáles fueron las preocupaciones pedagógicas fundamentales, los problemas, las soluciones y los proyectos aportados por los diferentes grupos.Como precedente a destacar: el Congreso Escolar Nacional celebrado en Madrid en 1872, impulsado por Joaquín Costa, en el que se resolvió que los maestros fueran pagados por el Estado. Pero el primer Congreso Pedagógico Nacional fue el organizado por el Fomento de las Artes en 1882, al que asistieron entre otros: Alfonso XII, Pedro Alcántara, Giner de los Ríos, Joaquín Costa… y muchos políticos y educadores de las más diversas tendencias.Las cuestiones abordadas coinciden con los temas de preocupación del Boletín de la ILE. Pero en este primer congreso destacó el enfrentamiento constante entre los institucionistas de la ILE y los representantes de la enseñanza tradicional, que se sentían despreciados por los planteamientos liberales. La reacción de estos maestros fue arremeter contra las innovaciones de la Institución y, especialmente, contra Froebel y la influencia de la pedagogía extranjera en España. Las mentalidades tradicionales no estaban dispuestas a ceder sin resistencia ante las novedades y reformas educativas.El balance del congreso fue bastante positivo. El propio Claudio Moyano defendió que los maestros debían ser funcionarios como los demás y que el papel de las mujeres debía aumentar en la vida pública.

Los temas que más interés despertaron a lo largo de las sesiones del congreso fueron : - Se había admitido la idea de la enseñanza intuitiva y algunas de sus aplicaciones, como los museos escolares, las excursiones y las lecciones de cosas. - Se había reconocido que las mujeres eran especialmente aptas para ocuparse de los jardines de infancia (la educación mixta sólo se daba en este nivel), y su derecho a enseñar en los establecimientos femeninos y a cobrar igual sueldo que los hombres. - Se avanzó en la mejora del puesto de maestro, fijando el sueldo mínimo en mil pesetas, que debía pagar el Estado.

En los años siguientes se celebraron varios congresos regionales en Valencia, Pontevedra y Barcelona, que repitieron muchos de los temas tratados en el congreso de Madrid. De todos ellos el más importante fue el de Barcelona de 1888, que trató, entre otros temas:- los asuntos sobre la situación socio-económica del profesorado- la inspección de juntas locales - la reforma de las Escuelas Normales

La última gran manifestación pedagógica del siglo XIX fue el Congreso Hispanoamericano-Portugués de 1892, organizado también por el Fomento de las Artes, que surgió con el objetivo de abarcar de manera sintética, más amplia, todos los problemas de la educación. En esta ocasión se trataba de una reunión internacional que intentaba hermanar a los educadores de habla española y portuguesa de las dos orillas del Atlántico, de la península Ibérica y de Iberoamérica.Las sesiones del Congreso de 1892 se celebraron en los locales del Ateneo de Madrid, bajo la presidencia de Rafael María de Labra. Aparte de impulsar el desarrollo de organizaciones profesionales y promover la modernización y renovación del sistema escolar, no aportó nada nuevo que no se hubiera acordado en anteriores congresos (reforma de la inspección, pago de los maestros, necesidad de un Ministerio de Instrucción Pública) Sí destaca el impulso que supuso para el desarrollo de organizaciones profesionales, creación de boletines y revistas escolares y, en general, para la modernización y renovación del sistema escolar.6.- EL MUSEO PEDAGÓGICO NACIONAL.

Con la denominación de Museo de Instrucción Primaria, el 6 de mayo de 1882 se creó en Madrid un centro de carácter pedagógico orientado a la formación del magisterio español, pensado para apoyar el desarrollo de la enseñanza primaria y cubrir las carencias de las Escuelas Normales.Este Museo Pedagógico Nacional nacía en la estela de la ILE, con el objetivo de contribuir a la modernización de la enseñanza y al progreso nacional. Los fines para los que surgió fueron:- apoyar la reforma de la enseñanza del magisterio en formación, llenando las lagunas teóricas y prácticas de su plan de estudios - colaborar con el magisterio en ejercicio, facilitándole su puesta al día en técnicas y contenidos.El Museo, dirigido por M. Bartolomé Cossío a partir de 1883, no tenía nada que ver con un simple museo escolar de exposición de objetos ni un depósito de colecciones, sino que, desde el principio, fue una verdadera institución pedagógica de enseñanza e investigación, dispuesta a recoger los avances pedagógicos más significativos y ponerlos al alcance del magisterio español. Fue, al mismo tiempo, un centro de innovación, información y difusión técnico-pedagógico en todos los órdenes de la enseñanza.

Desde su primera etapa, el Museo se caracterizó por ser el núcleo fundamental del movimiento pedagógico español contemporáneo. En él:- se formaron los mejores maestros- se fraguaron las reformas educativas más significativas de la enseñanza primaria- fue el punto de apoyo para el fomento de la pedagogía científica y de la metodología experimental en España.Era un organismo vivo, cambiante, basado en la recogida de información de las experiencias pedagógicas producidas en cualquier país del mundo que merecieran la pena tener en cuenta para su posible aplicación a nuestra realidad escolar.En su creación se tuvieron en cuenta las experiencias de los museos pedagógicos de París y Londres y surgió con la intención de ser un museo pedagógico, no un museo escolar, llamado a la formación de los maestros más que a la de los niños; es decir, un seminario o Instituto de Pedagogía.

El Museo pasó por tres etapas:- Entre 1882 y 1894 etapa del nacimiento y configuración- Entre 1894 y 1932, etapa de esplendor, recibiendo el centro la denominación de Museo Pedagógico Nacional- A partir del 32 etapa de crisis que culmina con su fusión con el entonces recién creado Instituto de Pedagogía “San José de Calasanz”En 1887 introducía las colonias escolares y el servicio de Biblioteca circulante, y poco a poco se convirtió en un centro de consulta sobre temas relacionados con la enseñanza primaria en otros países.Un paso importante fue la creación de un cátedra de Pedagogía superior, en el Doctorado de la sección de estudios filosóficos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, y el encargo al director del Museo de organizar un curso de Pedagogía general en sentido preparatorio.

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Los dos pilares en los que se apoya la obra del Museo fueron la autonomía de funcionamiento y su espíritu científico y técnico, que garantizarán su pervivencia en el tiempo. Por otra parte, parece indudable que la autoridad pedagógica, moral y científica de Cossío, que fue director durante casi medio siglo, influyó de manera decisiva en el éxito de las actividades de la institución pedagógica, porque significó la ruptura con el enfoque tradicional de la enseñanza y la introducción de nuevas perspectivas y enfoques educativos modernos, destacando la importancia del papel de actividad espontánea y no pasiva del sujeto, del papel de guía del maestro, ahora suficientemente formado.

Tema 8: LA INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA

1. EL KRAUSISMO ESPAÑOL.

1.1 CARL CHRISTIAN FRIEDRICH KRAUSE, fundador del Krausismo.Nació en 1781 en Sajonia (Alemania) Hizo el doctorado en matemáticas. Se ocupó de amplios campos del saber: Lengua, Geografía, Matemáticas etc.

Una dimensión de su personalidad fue el “Krause pedagogo” (se encargó de la educación de sus hijos); pensó en fundar un Instituto educativo con una visión panenteística; Su objetivo era ‘preparar poco a poco la realización de la Alianza de la Humanidad’

Krause es expulsado de varias ciudades en las que se había instalado y se queda sin la ansiada cátedra a la que había aspirado toda su vida. Krause aspiraba a ser la continuación del pensamiento de Kant. Rechaza que su doctrina sea calificada de panteísmo. Defiende lo que él denomina como ‘panenteísmo’, afirmando la realidad del mundo como mundo-en-Dios.

1.2. JULIÁN SANZ DEL RÍO Y EL KRAUSISMO ESPAÑOL.

La sociedad española de mediados del s. XIX, bajo el reinado de Isabel II, necesitaba una importante renovación filosófica y el vehículo de esta renovación iba a ser la filosofía krausista.La ILE fue la materialización en 1876 de la teoría de los reformistas españoles seguidores del krausismo, y sería la primera piedra de la renovación educativa.Para hablar del krausismo español, hay que hacer referencia a Julián Sanz del Río, soriano nacido en 1814 y Doctor en Derecho, quien había comenzado ya en su juventud a interesarse por la filosofía alemana, especialmente por el sistema de Krause –resaltar el papel de la razón y la independencia de la ciencia- Se le adjudicó una Cátedra de Historia de la Filosofía; Cuando se hace cargo de la cátedra se dedica más a la exposición del sistema de Krause en el aula que al objeto de su asignatura. Su excesiva preferencia hacia la filosofía alemana fue objeto de crítica porque Krause era visto como un filósofo de segunda. La razón del triunfo del krausismo en nuestro país sobre otros sistemas del idealismo alemán –con Fichte, Schelling y Hegel a la cabeza- fue el haberse convertido en un movimiento de renovación que anteponía las bases éticas y religiosas (disposición de ánimo, inteligencia despierta, principios éticos ideales... y un cristianismo liberal) sobre las teórico-especulativas, aunque sin descuidar éstas. Se puede decir que el krausismo es un ‘estilo de vida’, ‘una manera de preocuparse por la vida y de ocuparse de ella, sirviéndose de la razón como brújula para explorar segura y sistemáticamente el ámbito entero de lo creado’

Se distinguen dos etapas en el desarrollo y difusión de la filosofía krausista en España: una centrada en torno a Krause y Sanz del Río, y otra centrada en Giner y en la ILE.El krausismo sufre una evolución y se va adaptando a las inquietudes de un sector de la intelectualidad española. Desde un liberalismo progresista, supuso el paso de un limitado constitucionalismo isabelino a la organización estatal decididamente democrática, la secularización oficial de la enseñanza, la libertad e igualdad de cultos, la racional organización de los estudios y la autonomía del sujeto, entre otros principios.

Un hecho importante en la historia del krausismo español fue la aparición en 1864 de la Encíclica de Pío IX, en la que se condenaban las modernas tendencias del naturalismo y el socialismo. Junto con dicha encíclica, se publicó una lista de ochenta proposiciones erróneas, que habían sido ya condenadas por el Pontífice, entre las que se encontraba la principal obra de Sanz del Río. Este hecho dividió a los católicos en dos grupos: los que se sometieron a Roma y los que rompieron con el Papa (en este, la mayoría de los krausistas); nace a partir de 1870 una forma de ‘cristianismo racional’ o ‘religión natural’, rechazando todo elemento dogmático, misterioso, revelación o milagro.

2. PROCESO DE CREACIÓN DE LA ILE.

1.1 LAS ‘CUESTIONES UNIVERSITARIAS’ Y LA EXALTACIÓN DE LA LIBERTAD.

La introducción en la universidad de los liberales (Julián Sanz del Río, Castelar...) y la llegada de la nueva generación (Francisco Giner, Nicolás Salmerón...), significó una amenaza a la que era necesario detener. Surge así, la llamada “primera cuestión universitaria”, que tuvo dos fases:

I. En 1864, el Obispo de Tarazona dirigía una carta a la Reina, pidiendo que se separara de sus cátedras a todos aquellos que negaran lo espiritual y divino, y que los libros de texto se sometieran al examen de los obispos. La respuesta fue una Real Ordenanza en la que se recordaba el juramento prestado por los profesores con respecto a la defensa de la fe, la fidelidad a la Reina y la obediencia a la Constitución. Como consecuencia se abrió expediente a Castelar, hecho que dio lugar a la “Noche de San Daniel”, que se convirtió en un episodio sangriento. Como resultado el gobierno de Narváez fue destituido, subiendo al poder O’Donnell.

II. Se inicia con la vuelta de Narváez en 1866. Entre las medidas adoptadas contra los profesores liberales krausistas hay que señalar la circular que ordenaba a los catedráticos el respeto al Dogma y establecía como una causa de separación de la docencia las doctrinas erróneas en el orden religioso, moral y político. Las críticas al Trono se suceden; El Gobierno pone en marcha una campaña de adhesión a la corona, pero la abstención de 57 catedráticos originaría el conflicto. Cuando las órdenes de separación de la docencia estaban ya firmadas, Giner de los Ríos dirigió una protesta y fue suspendido de empleo y sueldo; pero cuando su expediente estaba pendiente de resolución, en septiembre de 1868, terminó el reinado de Isabel II.

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La Revolución de 1868, además de la culminación de la crisis de un sistema político, vino acompañada por otras crisis de tipo comercial, presupuestario y algodonera, consecuencia de la guerra civil americana. A nivel nacional, los años 1867-1868 supusieron el empeoramiento de la crisis monárquica. Terminado el reinado de Isabel II, Serrano y Prim –progresistas-, gobernantes provisionales, convocan a Cortes la Constitución de 1869, democrática pero muy monárquica; La búsqueda de un rey culmina con la llegada de Amadeo de Saboya que sólo satisfacía a unos cuantos. El rey se cansa de la situación y dimite. El 11 de febrero de 1873 se proclama la Primera República. Su primer presidente fue Figueras, al que le siguió Pi y Margal, de tendencia federalista anarquista. Con Castelar, el cuarto y último presidente de este corto período, aparece la República unitaria y autoritaria. Demasiado tarde; En 1874, Pavía disolvía las Cortes. Una dictadura provisional prepara la llegada de Alfonso XII.

La elite política, que llega al poder en 1868 con ideas innovadoras de inspiración extranjera, cree en el progreso del Hombre y ponen el acento en el papel fundamental de la enseñanza. Los liberales están de acuerdo en un punto fundamental: las nuevas necesidades sociales requieren nuevas instituciones y nuevos poderes. La primera libertad es la libertad de enseñanza. Posteriormente se estableció la libertad de cátedra –respecto a doctrina, libros de texto y métodos de enseñanza-; después se deroga la Ley de Instrucción primaria –isabelina- que había cerrado las Escuelas Normales y confiado al clero las funciones docentes en lugares con menos de 500 habitantes y la tutela de las demás (se deduce que su objetivo había sido el control ideológico de maestros de enseñanza primaria, y también los de universidad) Después se proclamó la libertad de imprenta y el derecho a reunirse sin más trámite que la comunicación a la autoridad local con 24 horas de antelación, y por último el derecho a la libre constitución de asociaciones públicas.

Una de las conquistas más importantes de la Revolución del 68 fue sin duda la libertad de enseñanza. Este principio político, se introduciría tan profundamente en la sociedad que cuando la Primera República dio paso al Gobierno provisional de Serrano –producto de un golpe de Estado-, se convirtió precisamente en uno de los primeros problemas a plantear y se fijó como meta principal la concreción del ejercicio de la libertad de enseñanza dentro de unas determinadas coordenadas.

El principio de libertad legalizado por la Constitución progresista de 1869, se mantuvo y tendría que ser asumido con grandes dificultades y oposiciones por la Restauración que se inició en 1875.

En 1875 se restaura la Monarquía con Alfonso XII. Vuelve Orovio al Ministerio de Fomento y se reinstaura la Ley de 1857, que ordenaba a todos los catedráticos sujetarse a textos oficialmente autorizados y someter los programas a la aprobación del Gobierno.

Esta decisión ministerial originó la “segunda cuestión universitaria”. Se produjeron reacciones de protesta generalizadas; como respuesta a ellas perdieron sus cátedras 17 profesores, siendo deportados Giner a Cádiz y Salmerón a Lugo. En ambas ciudades comenzaría a originarse lo que más tarde sería la Institución Libre de Enseñanza.

1.2. LA CREACIÓN DE LA ILE.Los deseos de reforma de los profesores deportados y separados de sus cátedras no podían quedar frustrados por su alejamiento de la Universidad. Giner recibe la proposición del Cónsul británico en Cádiz para fundar una Institución en Gibraltar. Sin embargo, se decide, junto a sus compañeros, por Madrid.

En Art. 16 de los Estatutos enumera las actividades complementarias de la Institución: conferencias, biblioteca, uso de laboratorio, concursos literarios etc. En el apartado quinto se establece la necesidad de un Boletín, que quedaría para la historia como Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE) En el artículo 15 queda plasmado que ‘la ILE es completamente ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa, escuela filosófica o partido político, proclamando tan solo el principio de la libertad e inviolabilidad de conciencia, la cual será la autoridad a la que el profesor dará cuentas, siendo cada uno el único responsable de sus doctrinas’

Aunque la ILE nació como un centro de educación superior, como alternativa a una universidad en decadencia, se transformó muy pronto en un establecimiento de educación secundaria y primaria e incluso de párvulos. La institución no se proponía tan solo enseñar e instruir, sino a la vez, y muy principalmente, ‘educar’; educación concebida como actividad formadora integral, educación en libertad, culto a la ciencia y las buenas maneras, formación moral y estética, higiene y cuidado personal, educación física y deportes.Una escuela neutra, en la que se respetaba la conciencia religiosa del escolar. En lo metodológico, destacaron los métodos activos y creativos como base del aprendizaje, la intuición, el diálogo, el amor por el trabajo, el juego, la coeducación y la enseñanza cíclica; se impuso la construcción del nuevo material por los propios alumnos y el destierro de los libros de texto, la eliminación de la coacción, y la supresión de los exámenes, sustituyéndolos por una evaluación continua. Se prestó atención a la extensión universitaria, a la enseñanza del arte y los trabajos manuales. Se fomentaron los paseos y las excursiones y, en general, la apertura a la realidad exterior.

1.2.1. Criterios, principios y actividades pedagógicas de la ILE.

La Institución Libre de Enseñanza fue fundada en 1876 por un grupo heterogéneo de gentes liberales que tenían en común el criterio de la libertad de enseñanza y la independencia de todo poder o doctrina estatal y eclesiástico. La Institución está situada dentro de la corriente europea que, partiendo de la Reforma, continúa en la Ilustración y llega al laicismo del s. XIX. Se considera, a su vez, como un antecedente de la Escuela Nueva en España.

Cuando se crea la ILE, dentro de su cometido no estaba la enseñanza primaria. Pretendía ser, en primer lugar, un centro de estudios de cultura general (o de segunda enseñanza) y profesionales, y en segundo lugar también un centro de estudios superiores científicos. Pero viendo que los estudios secundarios resultan rudimentarios, la ILE decide inaugurar una escuela primaria en 1878, limitándose a la enseñanza primaria elemental y superior como oferta necesaria para iniciarse en la cultura antes de su ingreso en la segunda enseñanza. Las clases de párvulos serían puestas en funcionamiento en 1885.

Mientras la Institución fue sólo un centro de enseñanza media y superior, fue, esencialmente, una escuela laica. Pero este término no gustaba a Giner. Entonces aprovecha la iniciativa de Figuerola de crear la escuela primaria, que había de inspirarse en la pedagogía de la intuición, la de Pestalozzi. Y esa educación ya no será laica, sino neutral, ya que dota a la educación de un sentido religioso pero sin dogmas.

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Los principios por los que se rigió la ILE fueron : - Principios pedagógicos : antecedentes en Comenio, Pestalozzi y Froebel; educación en/para la libertad; neutralidad religiosa-

política-filosófica; formación del carácter; desarrollo armónico de todas las capacidades; atención a la orientación profesional de acuerdo con las aptitudes y vocación de cada alumno; relaciones familia/centro; culto a las ciencias y a las buenas maneras; coeducación; personalización educativa, etc.

- Principios didácticos : comunicación profesor-alumno, intuición, juego, actividad como base del aprendizaje, construcción del material escolar por los alumnos, destierro de los libros de texto, paseos y excursiones, contacto directo con la sociedad, evaluación continua.

Una síntesis de la propuesta de la ILE es:1. Los alumnos no estudian asignaturas aisladas, sino que se dividen por secciones, conforme al grado de su desarrollo y lo menos numerosas

posible, con el fin de que el maestro pueda tener contacto diario con cada alumno y hacerles tomar parte activa en el trabajo.2. Por lo que se refiere al programa, la enseñanza es cíclica: No existe la absoluta separación usual entre la educación de párvulos, la primera y

la secundaria, sino que estos tres grados constituyen uno solo –la educación general-. La diferencia no estriba en los contenidos, sino en el grado de profundización.

3. Los programas de segunda enseñanza -extendidos a la primaria-, se completan con elementos de sociología, bellas artes, dibujo, música, educación física, juegos y ejercicios corporales, etc.

4. La enseñanza es puramente individual y familiar, el maestro está siempre en íntima relación con el alumno.5. La Institución cree que los principios de Fröebel –pedagogo muy influyente especialmente en la educación de la primera infancia-, pueden y

deben extenderse a todos los grados, poniendo al discípulo en contacto con la realidad, dejándole observar directamente las cosas y experimentar a través de la intuición, manteniendo su motivación.

6. Las excursiones escolares son principalmente arqueológicas, geográficas, geológicas, agrícolas, botánicas e industriales. Esta es la innovación realizada por la ILE que más chocó a los contemporáneos (La idea vino de París)

7. Los libros de texto se sustituyen por los cuadernos de notas de los alumnos, que revisan los profesores –predomina el trabajo personal-. Casi todo el estudio lo hacen en las clases, y para casa se les encomiendan muy pocas tareas.

8. La Institución no se propone sólo enseñar e instruir, sino, y principalmente, educar. Su objetivo no es sólo formar profesionales, sino que las personas desarrollen su trabajo en un futuro de manera digna y útil, habiendo cultivado la moralidad, los sentimientos, las buenas maneras, acercándose al modelo del ‘gentleman’ inglés, y dándole una gran importancia al culto del cuerpo y del alma.

9. Respecto a la disciplina, enseñanza moral y vigilancia: la Institución presenta una propuesta contra el sistema corrupto de exámenes, de premios y castigos.

3. FRANCISCO GINER DE LOS RÍOS.

Los años de formación

Recibió distintas inspiraciones en sus años de formación; de todas estas influencias –Kant, Rousseau, Wundt-, el sistema filosófico de Krause fue el más determinante en su personalidad y en su ideario, caracterizado por el ‘racionalismo pragmático’. Giner se ocupó por la modernización del Estado, siendo consciente de la necesidad de emprender una obra laboriosa y lenta, inaugurando una nueva educación de la sociedad española que posibilitará sacar al país de la situación de subdesarrollo. Se sitúa en la línea de la burguesía liberalEl conjunto de relaciones familiares y de amistad es básico en el entramado institucionista, y Giner contaba con un respaldo familiar y de amistades muy influyente.Francisco Giner cursó estudios de Derecho en Barcelona y Granada. Tuvo como profesor a Francisco Fernández González, uno de sus primeros contactos con las ideas krausistas. Consiguió por oposición una cátedra de Filosofía del Derecho y Derecho Internacional a la que renunció por solidaridad con su maestro Julián Sanz del Río y el resto de los profesores expulsados de sus cátedras; Fue una demostración pública de la coherencia entre la proclamación de sus principios, sobre todo la libertad y dignidad del ser humano, y la defensa de los mismos hasta las últimas consecuencias.Giner no participó directamente en la dirección administrativa de la ILE, aunque fue siempre “el alma” de la Institución hasta el momento de su muerte. El continuador de su obra fue Cossío, uno de los primeros alumnos de la Institución y luego profesor, y el discípulo predilecto de Giner.

El ideario pedagógico de Giner

El ideario pedagógico de Giner está fundamentado en una sólida antropología; Su concepto de hombre armónico coincide con la tradición humanista española que arranca en Vives, concepción renacentista que sitúa al hombre dentro de un espíritu de libertad, valorándose a sí mismo y tomando sus propias decisiones, sin que ello suponga negación de la vocación espiritual, sin dar a la vida un sentido trascendente sino que la vida emana de la misma vida. Giner busca formar al “hombre nuevo” español, armónico, inspirado en el modelo de gentleman inglés con tintes krausistas. El sentimiento de la personalidad (sinceridad, honor...), el cuidado y el desarrollo de las fuerzas físicas y los modales (discreción, tacto...) son las tres cualidades que don Francisco más valoraba de la educación inglesa, que le sirvió como paradigma.En la ILE, Giner recoge las corrientes europeas que impulsan la educación física y los deportes. El modelo de hombre armónico de Giner ha de estar sostenido por una fornida educación física, por la formación estética y de la voluntad, acompañado por la formación intelectual. Todo ello se pone en marcha en el programa de la Institución.Una de sus preocupaciones fue la necesidad de buscar un nuevo modelo de construcciones escolares, con espacio suficiente con aulas amplias y buenos campos de juego.

A pesar de las críticas que el krausismo recibió en España, por considerarlo un movimiento caduco, ante los ojos de una juventud española el sistema armónico de Krause lo resolvía todo: mito armónico, panacea conciliadora de antagonismos, ajuste de la vida interna del hombre y de los pueblos al ideal de su destino solidario con la naturaleza y con el mundo. Desde esta concepción, el programa pedagógico debería abarcar en primer lugar lo intelectual. Por otra parte, el hombre debería formarse artísticamente –especialmente en las buenas maneras-

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De ahí que la ILE proponga la educación como actividad formadora integral y no sólo como transmisora de conocimientos. Se requiere una escuela neutra, que respete la conciencia religiosa del escolar –no indiferencia ni escepticismo, sino tolerancia- Se exalta la educación preescolar y una mayor duración de la escolaridad; Se busca la continuidad de los estudios de primera enseñanza y bachillerato, el apoyo de la educación de la mujer y a la enseñanza privada. Se presta atención a la extensión universitaria, a la formación profesional obrera, a la enseñanza del arte, la música y los trabajos manuales. Se cuidan las excursiones y la apertura a la realidad exterior.Se fomentan los métodos activos y creativos, eliminando la coacción, suprimiendo exámenes, inculcando el amor por el trabajo y realzando la enseñanza cíclica. Aboga por una escuela activa, individualizadora y socializadora, que cultive la actividad y la espontaneidad del niño.Frente a la división clásica de los estudios imperante desde Quintana -con la presencia de un nivel secundario, privilegio de la clase burguesa-, Giner defiende sólo dos niveles de enseñanza: una enseñanza general, que comprendía la primera y segunda enseñanza unidas, y una enseñanza especial, profesional o superior, criticando el estado de una Universidad que estaba anquilosada; de hecho la ILE nació como alternativa a la Universidad española.

La finalidad de la educación para Giner es ‘formar hombres’, desarrollar individual y socialmente sus potencialidades intelectuales, morales, afectivas y físicas. La escuela ha de ser la vida misma. No se excluye el sentimiento religioso pero se rechaza todo lo que suponga confesionalidad y dogmatismo. Giner defiende la coeducación. Las hijas de los profesores de la ILE serían las primeras en educarse como los hombres y con los hombres.

Tema 9: LA EDUCACIÓN EN EL REINADO DE ALFONSO XIII.

El reinado de Alfonso XIII comprende desde 1902 hasta 1931, momento en el que parte hacia el exilio, una vez declarada la Segunda República.La situación de la educación de finales del s. XIX era lastimosa; la política educativa de García Alix y Romanones traen algo de viento fresco y ciertas alternativas saneadoras de la deprimente calidad educativa, proponiendo vías de solución y reforma de los distintos estudios en nuestro país. También destacan nuevas propuestas como la pedagogía de Ferrer y Guardia, la creación del Instituto-Escuela de Madrid (y después en otras provincias), la JAE, la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio, etc.Este capítulo termina con la política educativa de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) que, si bien acabó con algunos de los progresos conseguidos en la etapa anterior, favoreció en ciertos aspectos la situación educativa española de principios de siglo.

Para centrarnos en el tema, primero haremos un repaso de ideas situaciones y hechos anteriores al período que ahora estudiamos, que nos ayudaran a conocer la entrada en el siglo XX. El desastre del 98, con el fin de la guerra entre España y Estados Unidos y la pérdida del imperio colonial, nos lleva a retomar el contacto con la mentalidad europea. Es un periodo de crisis que llama al replanteamiento de las distintas estructuras que conforman el país. Se trata de crear una nueva idea, una nueva cultura que no puede ser privilegio de ninguna clase social, se trata de crear un hombre y una mujer cultos.

Durante los primeros treinta años del siglo XX las posturas político-ideológicas están cada vez más enfrentadas, ya que los intereses de los distintos sectores de la sociedad también son contrapuestos. Las tensiones en cuanto a la educación vienen dadas por:- deficientes instituciones educativas- elevado índice de analfabetismo- escaso número de estudiantes en institutos y universidades - intelectuales que chocan por tener diferentes posturas a la hora de llevar a cabo la educación (los que piensan que ha de hacerse desde arriba, formación de elites, y los que piensan que debe hacerse desde abajo, creando una nueva sociedad)Aun así, el desastre finisecular (RAE: Perteneciente o relativo al fin de un siglo determinado) y la reacción regeneracionista desencadenó un inusual entendimiento entre los grupos políticos, dando origen a un importante periodo de reformas educativas; A pesar de los numerosos cambios de gobierno que se produjeron durante esta etapa –desde principios del s. XX hasta 1931-, las innovaciones fueros numerosas e importantes:- reforma de las enseñanzas medias, generales y técnicas - reordenación de estudios en la Escuelas Normales elementales y superiores- inicio de una nueva política universitaria- el Estado se hizo cargo del pago de los maestros de enseñanza primaria...En definitiva un nuevo movimiento, el regeneracionismo como movimiento propulsor de la vida cultural española, que es digno de tener en cuenta para entender la etapa del reinado de Alfonso XIII.

1. - LA EDUCACION EN ESPAÑA EN EL PERIODO DE ENTRESIGLOS

Dentro de una crisis generalizada –política, social, económica, cultural...-, lo más preocupante es el problema de la educación. Los regeneracionistas hacen un análisis de las escuelas que dan como resultado que se encuentran, al igual que el resto del país, en una situación desoladora; es decir, la educación a finales del XIX y principios del XX era de una clara decadencia.El abandono de las políticas educativas de la educación popular había perjudicado sobre todo a la enseñanza primaria, considerada como columna vertebral del progreso social, que llevó a un analfabetismo degradante e inmenso que, principalmente, se debió a la falta de escuelas. El sostenimiento económico de la enseñanza primaria se otorgaba a los ayuntamientos, que debido a su precariedad económica mostraron poca atención a este déficit formativo; ni siquiera la atención por parte del Estado trajo buenos resultados. Además hay que sumar la falta de locales adecuados –los que había no cumplían condiciones higiénicas, sanitarias ni pedagógicas-, el deficiente material de enseñanza, la penuria económica y formativa de los maestros y el alto índice de no asistencia a clase y abandono de los estudios. En las zonas urbanas hay quizá más conciencia de los deberes cívicos y personales, además de la búsqueda de trabajo, lo que provoca el deseo de alcanzar niveles culturales más altos.Macías Picavea, representante del regeneracionismo castellano, nos habla de la educación en la época, que muestra lo que los regeneracionistas presentaron sobre la educación española; así nos dice:

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- Respecto a las escuelas primarias: falta de locales adecuados sin condiciones higiénicas, sanitarias ni pedagógicas, el deficiente material de enseñanza, la penuria económica y formativa de los maestros y el alto índice de no asistencia a clase y abandono de los estudios.- La segunda enseñanza corre una suerte paralela a la primaria. Los edificios desastrosos y deficientes, el método arcaico a base de discursos, y en cuanto a los medios más que escasos son nulos.- La universidad está muerta por dentro, con catedráticos que cobran como oficinistas, sin vocación, sin ningún medio práctico de experimentación.- Los estudiantes son individualistas: cada uno se atiene a sus medios e inspiración de cada momento; no es un estudiante moderno, serio, laborioso, investigador: el estudio para él queda siempre para última hora, holgazaneando.- Sobre el profesorado, la mayoría son médicos y abogados que lo único que pretenden es hacerse publicidad para tener más clientela. Escasean los hombres de vocación.- Los libros de texto contienen doctrinas anticuadas y están llenos de errores.- Los padres piden carreras facilísimas, cortísimas y baratísimas, profesores de manga ancha y exámenes de manga más ancha aun. Sobre todo pocos gastos, nada de sacrificios y ninguna molestia para la carrera del hijo. Sólo valoran el título, no los conocimientos.- Los textos y las clases sirven sólo para preparar los exámenes; y después la perpetua oscuridad de la ignorancia.

Todo esto debe cambiar, según Costa, mediante una política pedagógica, económica, financiera y social, mediante la transformación rápida de la escuela y de la educación, con mayores inversiones presupuestarias.

2. POLÍTICA EDUCATIVA DURANTE LOS MINISTERIOS DE GARCÍA ALIX Y ROMANONES

El siglo XX comenzaba con la disponibilidad hacia la acción. En el periodo entre 1900 y 1931 se llega a un balance positivo en lo que se refiere a la enseñanza primaria, aunque no lo suficiente como para compensar el tremendo retraso con respecto a Europa. Hay una demanda de conocimiento ante la creciente industrialización, se arraiga la idea de “conciencia escolar” como el medio para el cambio social y económico. Esto dio lugar a un desarrollo cuantitativo y cualitativo en la instrucción pública, y también en la privada.Un hecho singular del momento fue la creación del Ministerio de Instrucción Publica (1900) dentro del proceso de estatalización de la enseñanza. Dio buenos frutos, ya que los conservadores pusieron al frente a un hombre convencido de la necesidad de reformas, Don Antonio García Alix –conservador-, a quien le sucedió Don Álvaro de Figueroa, Conde de Romanones –liberal-; lo que no pudo terminar el primero lo terminó el segundo, dando por bueno lo realizado por el antecesor.García Alix, claramente reformista, inicia su ministerio creando el “Reglamento para el Régimen interno del Ministerio de Instrucción Pública”, un autentico organigrama del funcionamiento del ministerio recién creado. Otras reformas que fueron fruto de este ministerio:

- pretensión de la reforma de la enseñanza primaria y pago a los maestros por el Estado.- defensa acérrima de la enseñanza oficial, tanto que se le acusó de actuar como un liberal; Se dejó incluso asesorar por miembros naturalistas de la ILE. Criticó la libertad de enseñanza desde el punto de vista de que impulsaba a los hijos de las clases elevadas a los colegios privados.- instrucción de los obreros jóvenes.- atención a la enseñanza de adultos: cultura general, pero de carácter práctico.- reforma en los estudios de las Escuelas Normales y en los de enseñanza secundaria y universitaria, con carácter práctico y experimentación, armonizando los estudios clásicos con los técnicos.- creación de las escuelas graduadas (varios maestros colaborando en vez de uno solo para todos los escolares), criterio de clasificación de los alumnos, número óptimo de grados, nuevos contenidos del currículo, temporalización...

Cuando toma el cargo el Conde de Romanones, continúa con las reformas comenzadas por García Alix –sus proyectos reformadores no eran muy diferentes a los de Alix- pero se notaba el marcado ambiente anticlerical promovido por el gobierno liberal – de Sagasta-. Una de sus primeras disposiciones fue fijar la libertad de cátedra, clara influencia de la Institución Libre de Enseñanza (ILE)

Como a la mayoría de los regeneracionistas, a Romanones no le hace ninguna gracia la situación en la que se encontraba la instrucción pública. En relación a la enseñanza primaria, lo primero fue que el pago de los maestros pasara definitivamente a ser cuestión del Estado -aunque Alix lo había intentado, no se llegó a hacer realidad hasta este momento-; Así los maestros pasan a ser funcionarios del Estado, con lo que se marcan aun más las diferencias, formativas e ideológicas entre la enseñanza pública y la privada. Se reorganiza la enseñanza primaria y se intenta impartir una educación integral, renovación influida por la ILE, y se vuelve a plantear la escuela laica como la ideal.En cuanto a las Escuelas Normales, las integró en los planes de estudios de los Institutos de enseñanza media debido a factores económicos: las primeras ocasionaban demasiados gastos, lo que no compensaba debido al escaso número de alumnos; por otra parte lógico, si se tiene en cuenta la desatención y los míseros sueldos de l@s [email protected] reorganizó la enseñanza media , apareciendo los denominados Institutos generales y técnicos. El plan de Romanones estaba concebido para crear lo que hoy denominamos carreras cortas de carácter técnico y artístico. En el fracaso de este plan incidió sobre todo la postura del profesorado.La Universidad también fue atendida por Romanones: se conceden pensiones a los alumnos para ampliar los estudios en el extranjero, se reglamentan los exámenes tanto públicos como privados, se regula la enseñanza de la religión, se regula la titulación necesaria para ejercer el magisterio y también la inspección de la enseñanza no oficial...; pero el armazón académico de la Universidad hacía inaccesible a las innovaciones debido a las suspicacias de la Iglesia, que pensaba que favorecerían a los liberales. No se realizará una reforma en la Universidad hasta una iniciativa de un gobierno conservador, esta vez por decreto –reforma Silió-, aunque no llegará a convencer ni a los propios defensores de la misma.La mayoría de estas reformas fracasaron ante la inexorable vorágine de los sucesivos ministerios, aunque otras permanecieron. Las reformas de Romanones se situaban en un momento de gran tensión con un claro problema de clericalismo-anticlericalismo, y las aludidas reformas se proyectaron y realizaron en un ambiente violento, encarnizado y polémico. A partir de ahora la tensión en torno a la educación se acrecienta y ya no será posible hacer una reforma pedagógica al amparo de un clima sereno y distendido.

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3. REFORMAS E INNOVACIONES EDUCATIVAS DURANTE EL REINADO DE ALFONSO XIII.

Este largo período que abarca desde la finalización del Ministerio de Romanones hasta la Dictadura de Primo de Rivera, sufre vaivenes que reflejan la inestabilidad en todos los órdenes de la vida ciudadana: políticos, económicos, sociales, educativos... Se producen hechos muy importantes en la educación española en lo que se refiere a nuevas formas de pensamiento con consecuencias prácticas e innovadoras. Algunas de ellas son:

A. La Escuela Moderna: la pedagogía de Ferrer GuardiaB. Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas: una iniciativa de la política educativa de la Institución Libre de Enseñanza C. La Escuela de Estudios Superiores del Magisterio: La importancia de una institución creada para una docencia de calidad pedagógica.D. La “Escuela Nueva” de Núñez de Arenas: un arquetipo de socialismo E. Residencia de EstudiantesF. Instituto-Escuela de Segunda Enseñanza de Madrid (1918)G. El intento de autonomía universitaria durante el ministerio de César Silió H. La pedagogía cristiana: Andrés Manjón y Pedro Poveda.

Andrés Manjón y Manjón está considerado como uno de los maestros por excelencia en nuestra historia de la educación. El padre Manjón crea la primera escuela del Ave-María en el Sacromonte granadino en 1889, no como asilo ni institución benéfica, sino como una escuela que intenta enseñar en humano, español y cristiano. Su metodología está basada en la psicología del niño mediante un enfoque activo de la educación y la enseñanza. Importan mucho los juegos como antídoto de la fatiga escolar. Enseñar jugando, educar haciendo. Manjón quiere muchos hechos y pocas reglas, cortas explicaciones y largos experimentos, ejercicios y diálogos.Frente a la propuesta de escuelas laicas, aparecen estas Escuelas del Ave-María como una afirmación cristiana, donde se ofrece una visión profundamente religiosa y católica de la vida y de la educación; consideración integral del niño como sujeto activo de la propia formación, amor a la naturaleza –obra de Dios-, importancia del juego y del clima de alegría en la escuela, sentido patriótico y social. Sus fundamentos son:

- Una escuela popular lo es si educa a los hijos del pueblo atendiendo a sus necesidades físicas, intelectuales, morales y sociales. Popular se refiere a las clases más pobres, nunca a la aristocracia. Educar al pueblo significa enseñarle la libertad, redimirlo de sus explotadores, enseñarlo a vivir “honrada, libre y cristianamente”- Escuela social , ya que propicia la intervención de cada uno en las diversas comunidades en que se inserta; educar al pueblo es educarlo para la convivencia. Por ello resalta la importancia de compartir valores en la sociedad: amor, justicia, caridad, religión, costumbres... que posibiliten y favorezcan la convivencia social.- Escuela cristiana, ya que la educación es un derecho inalienable de los hijos y un deber inexcusable de los padres: la educación es un proceso que se incrusta en el de la redención cristiana.- El maestro unirá a sus aptitudes morales las aptitudes pedagógicas o didácticas respecto al modo de enseñar. Las primeras son prudencia, justicia, veracidad, autoridad y templanza; las segundas son la unión de los principios de educación con los principios de la enseñanza y metodología.

Pedro Poveda Castroverde considera que el problema de España, la desigualdad de sus ciudadanos, es un problema pedagógico. Por ello, el padre Poveda se pone en contacto con Andrés Manjón que le invita a colaborar en sus Escuelas del Ave-María; pero disienten en algunas teorías institucionalistas (de quien Poveda es más partidario), por lo que su perspectiva de trabajo es diferente.La pedagogía de Poveda está basada en el principio de la comunicación así que los centros educativos concebidos por él consideran esencial un régimen de estrecha convivencia entre profesores y alumnos en un régimen de libertad, alegría y espontaneidad.Propone dos modelos de centros:- una residencia de estudiantes para ayudar a los alumnos de la Escuela Superior de Magisterio que acababa de abrirse.- las academias: a través de ellas, Poveda vislumbra un mejor futuro para la educación, especialmente para la mujer, y se preocupa ante todo de la mujer que ha de dedicarse al magisterio, aunque también se dan clases gratuitamente a las que pertenecen al mundo laboral. Proliferan estas academias a lo largo y ancho de la geografía española y en 1928 se extiende la labor a Latinoamérica.

4. - LA POLÍTICA EDUCATIVA DE LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1931)

La dictadura no pudo hacer frente a los graves problemas que existían en España; aunque buena parte de su discurso tenía tintes regeneracionistas –muy relevantes para la política educativa-, los planteamientos reformistas desde arriba no consiguieron resolver los problemas existentes.

La situación de la educación en España era deplorable, con un alto nivel de analfabetismo (50%), escuelas insuficientes y malas, falta de maestros, aplazamiento de reformas y planes de renovación, presupuesto escaso y además un centralismo a ultranza de la enseñanza.

Etapas y principales actuaciones de la Dictadura de Primo de Rivera:

o La primera etapa, llamada del “Directorio militar” (1923-1925): el ejército se hace cargo del poder político tratando de restablecer el orden social y de evitar movimientos obreros radicales. Medidas en torno al problema socioeducativo: negación de la libertad de cátedra, extendida a los libros de texto en las escuelas, tanto públicas como privadas, para evitar propagandas encubiertas en las aulas contra la unidad de la patria o instituciones como la familia, la propiedad, la religión o la nación.

o La segunda etapa, llamada de “Gobierno civil” (1925-1927): se forma un gobierno civil. Destacar un nuevo plan de estudios para la Reforma del Bachillerato (plan Callejo) provocado por:

- el aspecto económico: el incremento de la producción nacional junto al crecimiento de las empresas, trajo visos de prosperidad, lo que llevó a la demanda de atención a la enseñanza, sobre todo a la segunda enseñanza necesaria para la preparación universitaria. - en cuanto al aspecto académico, era un interés por conseguir un modelo de bachillerato a la medida de la sociedad española.

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- respecto al aspecto pedagógico tuvo gran trascendencia el ensayo del Instituto Escuela de Madrid (que ya hemos visto antes)- en cuanto al plano social, la familia española tenía preferencia por la enseñanza privada debido a su disciplina más estricta, mejores resultados, menor contenido y mayor facilidad para obtener el título. Por esto Callejo trata de barrer esas dificultades que discriminaban la enseñanza publica con mejoras pedagógicas, metodológicas y académicas.

En el plan Callejo, los estudios de secundaria comprendían los de bachillerato elemental, de cultura general (tres años) y el bachillerato superior o universitario –previo a los estudios de facultad- de tres cursos y bifurcados en dos secciones, Letras y Ciencias. Pero pronto caerían sobre el plan Callejo múltiples críticas: falta de articulación con la enseñanza primaria, insuficiente especialización del bachillerato, obligatoriedad de la religión...

o La tercera etapa, se denominó de la Asamblea Nacional Consultiva (1927-1930), y tuvo como objetivo atenuar el régimen despótico de la Dictadura; pero la nueva Constitución, que parecía democratizadora, se convirtió en una institucionalización más radical aún del gobierno dictatorial. Otra reforma polémica fue la de la universidad. El decreto ley de 19 de mayo de 1928 creó el “proyecto de bases para la reforma de los estudios universitarios” Este decreto presagiaba un cierta esperanza de autonomía universitaria pero se convirtió en prohibiciones y restricciones de libertad y autonomía. La Dictadura no fue viable debido a su nivel de intolerancia con ciertos sectores sociales, lo que llevó a desordenes e irregularidades que provocaron la caída del régimen dictatorial de Primo de Rivera.

En el ámbito general de la educación, hay que concluir que toda la política educativa de Primo de Rivera se había mostrado con aires de politización que creó recelos de libertad; aunque hablaba de libertad de expresión, de imprenta, de cátedra... siempre estaba prodigando imposiciones de textos escolares o suspendiendo escritos que iban en contra de lo establecido por el régimen.

Hay aspectos positivos y negativos de la dictadura, pero todas las cuestiones en cuanto a las reformas educativas se convirtieron a la larga en negativas por dar más poder a la educación privada que a la pública.En cuanto a los positivos:- construcción de centros escolares de enseñanza primaria- preocupación por el bachillerato (Plan Callejo), tecnificándolo.- cierta reforma universitaria

En cuanto a los negativos:- reglamentación de la enseñanza privada como signo discriminatorio sobre la pública- restricción de la libertad de cátedra- vigilancia de los libros de texto- vigilancia de doctrinas antisociales y contra la unidad de la patria- suspensión de la Constitución de 1876- recorte de los escasos poderes autonómicos de los centros estatales- designación de los directores por imposición ministerial y no por los centros limitación de autonomía de los cuerpos docentes.

Tema 10: POLÍTICA EDUCATIVA DE LA SEGUNDA REPÚBLICA

1.PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA EDUCATIVA REPUBLICAN: Entre los principios básicos de la política republicana del primer bienio destacan:- La secularización del Estado (Estado civil)- Estado educador- Escuela única o unificada- Laicismo escolar- Escuela activa

La escuela de la República, su sistema educativo, será el espacio irrenunciable donde discurrirá el aprendizaje de la ciudadanía republicana, de los futuros demócratas. El presidente Azaña insistirá en la absoluta necesidad de rescatar la escuela de manos privadas, sobre todo confesionales, para rehacer la ciudadanía desde sus cimientos.

Quien fuera tal vez su principal ideólogo, Rodolfo Llopis, no creía que hubiese revolución alguna que no desembocara en una reforma escolar que la sustentara y, dado que la República implicaba una revolución política, la escuela se convirtió en un arma ideológica de primer orden para la República; la escuela y la revolución republicanas habían de caminar juntas e indisolubles, refugiándose ésta en la pedagogía y sirviendo la escuela a la revolución.

El nuevo hombre republicano, el hacedor y sostén de la República, sería obra de la nueva escuela de la República. Ese será un argumento decisivo para emprender una reforma a fondo de la enseñanza. Por otra parte, la República nace como sistema democrático, lo que influye en la necesidad de esta reforma al entender que la educación es imprescindible para el ejercicio de la ciudadanía democrática.

Otra exigencia: el compromiso ineludible que tiene la República con la modernidad; lo cual supuso concebir al Estado como Estado civil (secularización del Estado) y devolverle el protagonismo al que como garante de libertades y derechos está llamado. Este cometido conlleva no sólo un enfrentamiento con aquellos poderes privados o particulares a cuya costa se había de fortalecer el Estado, el principal de los cuales era la Iglesia, sino también la necesidad de hacerse con las instituciones, especialmente las educativas, como instrumento al servicio del Estado democrático de todos y para todos. Se hacía necesario culminar el proceso de secularización escolar y arraigar con medidas reales y visibles la idea de la educación como servicio público. La puesta en práctica de estos planteamientos exige la realización de un programa mínimo que afectará a los tres clásicos pilares del regeneracionismo educativo: la escuela, el maestro y el niño.

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La escuela única o unificada (PREGUNTA CORTA 2ªPP 2006) se entendía como la solución ante la urgencia de implantar una nueva escuela capaz de convertir en realidad los ideales de igualdad ante la educación y la cultura, y el deseo de democratizar y socializar la enseñanza.

La escuela unificada conlleva dos aspectos: técnico-pedagógico : todos los niveles del sistema educativo, desde la escuela maternal a la universidad, constituyen ‘peldaños’ o etapas

formativas organizadas e íntimamente coordinadas ‘como eslabones de la misma cadena’, y no compartimentos estancos. social y político: que remite a la igualdad de oportunidades para hacer posible el paso de un grado de la enseñanza a otro, a la superación

de toda educación clasista, a la misión social de la escuela convirtiéndola durante el día en “hogar infantil”, en casa de los niños, y en la “casa del padre”, en ”auténtica casa del pueblo” durante la noche. Se pretende implicar a los padres y madres y a toda la sociedad en la vida de la escuela, haciendo que ésta de convierta en el eje de la vida social, que el pueblo la sienta como suya.

La escuela única conllevaba la gratuidad de la enseñanza en todos sus grados –la enseñanza primaria será obligatoria-, la coeducación, la selección de los alumnos en función sólo de sus aptitudes personales, la exclusión de la confesionalidad en sus enseñanzas, la unión de todos los grados de la enseñanza sin solución de continuidad, la creación del cuerpo único docente, la unificación o estructuración orgánica de todos los servicios y funciones administrativas, y el protagonismo de los poderes públicos en la educación. A la vista de estas exigencias se comprende que la escuela unificada fuera combatida por los sectores más conservadores, sobre todo por la amenaza que veían en ella de monopolio docente –a lo que contribuyó el adjetivo ‘única’-, y también por su carácter no confesional. La escuela única exigía la intervención del Estado en educación por razones de conveniencia nacional y de justicia social; Sólo el Estado soberano podía contribuir a la mejora indefinida del ser humano haciendo que la educación y la cultura llegasen a todos y que nadie pudiera verse desatendido en este derecho. La Iglesia, que defendía la idea de un nacionalismo clerical y católico opuesto a la visión laica del Estado, no sólo no podía ayudar en el logro de ese objetivo sino que se erigía en obstáculo para su consecución, pues se desconfiaba de que las órdenes religiosas no educaran contra la República; De ahí la necesidad de ensalzar la escuela única en detrimento de las instituciones religiosas. Pero no se trataba tanto de pensar en la educación como un asunto relativo a las libertades individuales, sino como una necesidad referida a la supervivencia de la República. Y es que Azaña creía tanto en el poder de las intervenciones desde arriba como en el poder transformador de la educación. También convenía a la nación, en un momento de reconocimiento de las autonomías territoriales, evitar la desunión de la conciencia nacional de la que tan necesitada estaba la joven República.

El Estado educador esta llamado a ser la defensa de la República. Porque se salvaguarda la República formando al hombre nuevo en el ejercicio de la ciudadanía democrática y republicana para lo que previamente ha de disfrutar de los beneficios de la educación.

El laicismo escolar es otra nota fundamental de la escuela republicana y un contenido más, importante y decisivo, de la soberanía del Estado. Si la modernización del país se tenía como una exigencia irrenunciable, optar por una enseñanza laica implica una moral también laica e

independiente y comprometida con la moral autónoma, que es lo que posibilita la libertad -fundamento de la democracia- con la ausencia de coacción dogmática. Además, otra línea argumental para acabar con la enseñanza de la Iglesia fue resaltar su papel de responsable en el atraso de España. El artículo 3 de la Constitución de 1931 al declarar que el Estado español no tiene religión oficial, y el 26 cuando regula la total extinción del presupuesto del Clero, la disolución de la Compañía de Jesús y la prohibición del ejercicio de la enseñanza a las Órdenes religiosas, constituyen otras piezas angulares de la política laica de la Segunda República.

La escuela activa aparece constituyendo otro de los pilares sobre los que se asienta el sistema escolar republicano.La metodología activa diferencia la nueva de la vieja escuela, ésa del quietismo, de la disciplina pasiva y del silencio y la sumisión obligada.

La escuela de la República quiere construirse bajo el signo de la renovación pedagógica marcada por los postulados de la ILE y del movimiento de la Escuela Nueva, de la que fue destacado representante en España Lorenzo Luzuriaga (pedagogo manchego): renovación metodológica, experimentación, el niño y sus intereses como centro de atención... a la vez que procesos de aprendizaje que respondan al medio socio-laboral en el que se insertan, con el fin de formar ciudadanos con criterio propio y responsables.

2.1. Las realizaciones educativas

La acción política en educación buscará, ante todo, hacer frente a la herencia recibida de la Monarquía, lo que se traducía, entre otras actuaciones, en construir más escuelas, en formar mejores maestros, en extender a todos los beneficios de la educación y la cultura y en hacer realidad la dimensión social de la escuela.

2.1.1 Más escuelas y mejores maestrosLa más urgente y difícil tarea que emprende la República, sin la cual no sería posible la unidad de su obra educativa ni su sustento sobre

bases sólidas, tiende a hacer posible el mandato de la Ley Moyano de 1857 que declaraba obligatoria la primera enseñanza, lo cual exigía construir tantos puestos escolares como niños en edad escolar; la República acomete el reto a los dos meses de su llegada estableciendo un “Plan Quinquenal”, que prevé la creación de siete mil escuelas el primer año y cinco mil los cuatro restantes.

El primer paso para el cumplimiento de este plan fue la creación de 7.000 plazas de maestros y maestras con destino a las escuelas nacionales, hecho sin precedentes considerando que el total de la plantilla era de 35.680

Era necesario un esfuerzo presupuestario enorme y así se hizo, asumiendo en 1932 un empeño o préstamo extraordinario de 400 millones para construir 30.000 escuelas en 8 años, sin duda el esfuerzo económico más considerable realizado hasta entonces. Pero la escolarización no consiguió ser total, quedando un 48% de los niños sin escolarizar, y habiendo construido 6.752 escuelas. Aun así fue, con mucho, bastante más que lo conseguido en años anteriores. El bienio siguiente, radical-conservador de Lerroux y Gil Robles, supuso una política presupuestaria restrictiva, especialmente en educación.

Los políticos republicanos sabían que del alma del maestro había de salir la del niño, que el maestro había de preparar al hombre nuevo republicano. El maestro es el personaje clave en el proceso de revolución en las conciencias que perseguía la República ; no sólo cobró importancia su preparación profesional sino también lo que respecta a su consideración social.

Hacían falta maestros para regentar las nuevas escuelas creadas; la República formaría maestros nuevos, pero también utilizaría a los que ya había. Todo un plan en torno al Magisterio se pone en marcha: se reforman las Escuelas Normales convirtiéndolas en centros auténticamente

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profesionales; se suprime el viejo e ineficaz sistema de oposiciones que es reemplazado por severos cursillos de selección; se crea la Sección de Pedagogía en la Universidad de Madrid; se aprueba un nuevo Plan de Estudios del Magisterio; se mejoran los sueldos y se reajustan los escalafones...

Medidas todas que hablan del nuevo espíritu que la República quería insuflar en el Magisterio, un lugar al que no iría quien no pudiera hacer otra cosa, sino el que mostrara actitud y vocación

La formación del Magisterio primario distingue dos beneficiarios:- los maestros del futuro, los que iniciarían sus estudios bajo la República, a los que se dirige la Reforma de las Escuelas Normales y

la creación de la Sección de Pedagogía en la universidad de Madrid (y después en la de Barcelona) - los maestros en activo, para los que se organizaban Cursillos de selección, Cursillos de información cultural, Cursillos de

perfeccionamiento pedagógico y semanas pedagógicas.La medida más célebre que emprende la República sobre la formación de los maestros, es la Reforma de las Escuelas Normales , también llamado ‘Plan Profesional’ de 1931.

Sus notas principales fueron:- Fusión en una sola de las dos tradicionales Escuelas Normales –la masculina y la femenina- (coeducación)- “Numerus clausus”: máximo de 40 alumnos, que salen con plaza en propiedad; es decir, se suprimen las oposiciones.- Carácter profesional e independiente de las Escuelas Normales: exigencia del título de Bachiller -para asegurar la cultura general necesaria

para superar el severo examen de ingreso-, dejando para la Normal la profundización en la formación pedagógica.- Exigencia de la especialidad a todos los alumnos, y un año de prácticas.- Colaboración de todos los profesionales de la enseñanza (maestros e inspectores) en la formación de los maestros. También colaboración de

la enseñanza primaria como con la secundaria y superior, tanto en los exámenes de ingreso en la Normal como en los cursillos de perfeccionamiento.

.La reforma de las Normales tropezó con numerosos obstáculos procedentes de los reajustes materiales y de personal, y de la concepción de la

misma reforma: la limitación de alumnos hace muy cara la enseñanza de las Normales cuando hay miles de niños sin escuela; la duración de las enseñanzas para conseguir el título de maestro las convertía en inaccesibles para quienes carecieran de recursos económicos; el magisterio era considerado poco apetecible considerando el futuro y el sueldo que les espera, con lo que derivan a las Normales los estudiantes que fracasan en otras carreras, cuando lo que más falta hace en este momento son buenos maestros, cultos y vocacionales. Aun así, el ‘Plan Profesional’ se recuerda como el mejor del Magisterio español.

En la misma línea de profesionalización del Magisterio y completando la reforma de las Normales, hay que mencionar la creación en enero de 1932 de la Sección de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid –con la consiguiente desaparición de la Escuela Superior del Magisterio-, y cuyo objetivo era que los maestros pudieran acceder a una preparación de carácter universitario como sucedía en muchos países desarrollados donde la Pedagogía había adquirido notorio auge. Se podían lograr los títulos de Licenciado y Doctor; además, otro título específico para los profesores de secundaria –que hasta entonces había sido exclusivamente instructivo-

Si para el éxito de la reforma educativa republicana era trascendental atender a la formación y dignificación del Magisterio, tanto o más lo era reformar la Inspección de Primera Enseñanza que, estaba llamada a dirigir y orientar la actividad del maestro.La República, como se lee en el Decreto de diciembre de 1932 que reforma la Inspección de Primera Enseñanza, pretende intensificar su carácter técnico- pedagógico incidiendo en la función de tutela y de asesoramiento del Maestro, al que debía aportar su ciencia y su experiencia y ofrecerle el ejemplo de sus lecciones modelo. La figura del Inspector como ‘funcionario que controla’ deja su lugar a la del Inspector “profesor ambulante” que se convierte en “verdadero consejero escolar que trabaja en la escuela con el maestro.” Recordemos la importancia que la política republicana del primer bienio dio a sus principios básicos; el papel del nuevo Inspector es velar por la implantación de la reforma pedagógica e ideológica.

Se restablece la inamovilidad de los inspectores impidiendo el traslado o la destitución de sus plazas por motivos ajenos a su gestión profesional y se crea la Inspección Central, concebida como organismo técnico permanente desvinculado de las fluctuaciones políticas.

La importancia de su cometido hizo que tras la llegada al poder en noviembre de 1933 del centro-derecha – contrario a la reforma educativa del primer bienio, que desmantela- se suprimiera la Inspección Central y se anulara la inamovilidad de los Inspectores. Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 vuelve a restituirse la inamovilidad de los Inspectores en su destino, al tiempo que se restablece la Inspección Central de Primera Enseñanza.

El Magisterio y la misma Inspección indudablemente podían contribuir desde sus respectivas funciones a la mejora de la instrucción pública, pero necesitan la implicación de la sociedad. Así se crean los Consejos de protección escolar, los Consejos Escolares Universitarios, Provinciales y Locales, retomando la iniciativa de la ley de 9 de septiembre de 1857 que creaba las Juntas provinciales y de pueblo encargadas de velar por la enseñanza; su misión era vigilar y asistir el funcionamiento interno de la escuela, participando en ellos desde autoridades educativas, de la administración, inspectores, profesores y maestros, hasta los padres y madres de familia. Es decir, participación escolar y descentralización educativa; como tantas otras iniciativas, ésta murió también con la República.

3. DE LA REFORMA A LA REVOLUCION. LA POLÍTICA EDUCATIVA DE LA REPÚBLICA EN GUERRA.

Si la República de 1931 sufrirá, sobre todo a partir de las elecciones de 1933, el rechazo de fuerzas políticas de izquierda que la acusa de haberse limitado a hacer una política reformista, y de haberse mostrado incapaz de llevar a sus últimas consecuencias el proyecto de transformación

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social para el que fue instaurada, la República de 1936 encuentra en la convulsión de los años de la Guerra Civil el escenario adecuado para llevar a la práctica lo que el regeneracionismo sólo llegó a expresar a nivel de intenciones.

La República de 1931 nació como una promesa de revolución que no pasó de la reforma, aunque sí afirmó su carácter popular, y se quedó en burguesa; la República de 1936 será marcadamente revolucionaria y popular, lo que se traducirá en una política educativa cuyos ejes principales serán:

- la socialización de la educación y la cultura, - el antifascismo- y el carácter popular (proletariado) de las mismas, a la vez que estará marcada por las circunstancias de la guerra.

El ministro de Instrucción Pública emprendió la reforma de la enseñanza convencido de que ninguna transformación cultural es posible si no se parte de la raíz de la escuela, por lo que en 1937 modifica el Plan de Estudios Primarios en sustitución del plan de 1901; basado en el modelo de la unificación de la enseñanza y en el principio de igualdad de oportunidades, presenta importantes innovaciones acordes con los criterios que rigen toda actividad educativa y cultural de la República en guerra, destacando:

La persistencia de la actividadactividad como principio pedagógico indispensable, pero ahora también con un fin productivofin productivo; la cuidadosa revisión de los estudios históricos destacando el conocimiento de aquellos en los que haya intervenido el pueblo; el enfoque de la literatura escolar es asimismo rectificado debiendo ser enseñada como elemento aglutinador del momento, el antifascismoantifascismo, destacando en ella el carácter popular, humano y socialcarácter popular, humano y social.

Modificar el plan de estudios no era suficiente; había que adecuar la organización escolar a las circunstancias de la guerra. Se hacía necesario trasvasar responsabilidadestrasvasar responsabilidades a organismos locales y provinciales, más ágiles en la toma de decisiones y en su ejecución que una Administración centralizada dependiente de un gobierno que se ve obligado a cambiar de ciudad por la situación política del momento. Se crean así Comisiones escolares y Direcciones Provinciales de Primera Enseñanza como reforma administrativa descentralizadora.

Todas estas instancias se esforzaron por continuar el compromiso adquirido por la República de 1931 de procurar la escolarización para todos. Un esfuerzo que fue posible gracias al incremento constante del presupuesto para construcciones escolares.

La creación de escuelas, junto a la depuración del Magisterio y la dedicación a actividades bélicas de un gran contingente de maestros, convierte en acuciante la necesidad de contar con nuevos efectivos puesto que mantener la normalidad escolar es el objetivo del Ministerio de I.P. Las circunstancias de la guerra requiere de métodos de formación más rápidos: El recurso, una vez más, viene por la vía de los cursillos intensivos, ya de especialización, ya de perfeccionamiento cultural y de información metodológica, con especial cuidado hacia el Magisterio rural.

En 1938 y persistiendo en el interés de no abandonar las actividades escolares, es notoria la improvisación de maestros, como lo evidencia la llamada, primero, a los alumnos pendientes del curso de prácticas, y luego a los alumnos normalistas y estudiantes de Bachillerato: son los ‘auxiliares docentes’. En estos cursillos, y en las conferencias de las Escuela Normales, se explicaban los problemas políticos y sociales producto de la guerra, así como las doctrinas sociales –entre ellas el marxismo- que animen a la lucha por la República democrática y parlamentaria, poniendo de manifiesto los postulados del antifascismo, del contenido patriótico de la causa republicana y su reflejo en la escuela.

A los pocos meses del comienzo de la guerra, en noviembre de 1936, se crea el “Bachillerato abreviado para trabajadores” dirigido a trabajadores industriales y agrícolas de edad comprendida entre los 15 y los 35 años no movilizados en los frentes de batalla por razones de edad, sexo y de incapacidad para las armas. Tenía una duración de cuatro cursos semestrales y un año de estudios en el extranjero en régimen de intercambio. Su objetivo era facilitar a los obreros leales a la República una formación superior, cuyo acceso hasta entonces quedaba limitado a las clases privilegiadas.

Para ingresar en los Institutos Obreros –el primero se creó en Valencia- no era necesario tener estudios previos reconocidos; bastaba con una actitud positiva y capacidad para aprovechar los duros e intensivos cursos semestrales. Su sistema de internado, propició la convivencia de alumnos y profesores; una estrecha relación y la enorme valía del Claustro -ya que muchos de ellos venían huyendo de Madrid, sitiado por los franquistas- (reconocida también internacionalmente), son dos factores fundamentales que hicieron singular esta experiencia educativa. Más de ochocientos jóvenes de ambos sexos se beneficiaron de esta enseñanza. Muchas de sus peculiaridades aluden al derecho y a la igualdad ante la educación y ponen en práctica el principio de la socialización de la enseñanza. Se observan innovaciones educativas como la enseñanza activa, el aprendizaje cooperativo y por descubrimiento, la evaluación continua...

Tal vez sea en la Universidad donde se observa mejor la adecuación de los estudios a las necesidades de la guerra, organizando actividades no convencionales que le otorgaron su razón de ser en esos años en tanto que supusieron un remedio a algunas de las necesidades de la República al hacerse cargo de la formación de técnicos relacionados con tareas de guerra: químicos, ingenieros, arquitectos, expertos en medicina de campaña, enfermeras... (Se pospone así para momentos de mayor tranquilidad la reforma profunda de la universidad para el pueblo)

Para ello se organizan por un lado, cursillos-prueba de terminación de carrera, destinados a aquellos alumnos a los que el estallido de la guerra impidió terminar su carrera inhabilitándoles para el ejercicio de la profesión; por otro lado, cursillos de habilitación profesional de dos meses y medio o tres, eminentemente prácticos y referidos sólo a las materias de utilidad bélica, dirigidos a los alumnos del último curso, y, excepcionalmente de los tres últimos cursos. Los cursillos de habilitación sólo tenían validez provisional con fines bélicos; los cursillos-prueba convalidaban la carrera.

Fueron muy relevantes también iniciativas realizadas fuera de las aulas tradicionales -de la enseñanza formal del sistema educativo-, y que constituyen toda una organización paralela de difusión de la educación y la cultura. Desde muy pronto la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza crea “Cultura del Miliciano” un servicio que actúa en unidades militares con la función de erradicar el analfabetismo y de educar políticamente a los soldados; será el germen de las Milicias de la Cultura, auspiciadas por el MIP e integradas por profesores y estudiantes que, aprovechando los ratos de ocio de las tropas, imparten a los soldados enseñanzas de tipo elemental y de formación política. Para facilitar su tarea, el MIP edita un cuantioso material escolar entre el que destaca la Cartilla Escolar Antifascista y su ulterior complemento la Cartilla Aritmética Antifascista.

El éxito de esta iniciativa propició la puesta en marcha de otra similar que combatiera el analfabetismo en las ciudades y pueblos, naciendo así las Brigadas Volantes de lucha contra el analfabetismo en la retaguardia , que utilizan como profesores improvisados principalmente a los afiliados de las organizaciones juveniles masculinas y femeninas. Cerca de 3.000 adultos acudieron después de su jornada de trabajo a las Brigadas

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Volantes, donde aprendieron a leer y a escribir y recibieron enseñanzas sobre el carácter político-social de la guerra. Completaron esta campaña de alfabetización los Cursillos de cultura general destinados al pueblo en la época veraniega en los Institutos de Segunda Enseñanza, donde se impartían enseñanzas elementales en lengua, matemáticas, historia, geografía, mecanografía...

El MIP no se vio solo en esta tarea alfabetizadora; la organización política y sindical y la agrupación militar contribuyeron a esta campaña contra la ignorancia organizando sus propias escuelas, brigadas, clubes de educación o servicios a este respecto.

Esta obra alfabetizadora quizá no hubiera alcanzado la magnitud que logró sin la colaboración de otra organización peculiar de esos años amparada también por el MIP: Cultura Popular. Su misión no sólo consistía en distraer el ánimo de los combatientes en los ratos de ocio, sino también en la difusión de la cultura a través, sobre todo, de un eficaz servicio de lectura en los frentes de combate y en la retaguardia.

Cultura Popular expande su actividad en varias direcciones: cursos de divulgación para trabajadores, clases para adultos, idiomas, preparación para enfermeras, escuelas de bibliotecarios, sección de teatro, discoteca circulante, etc. Donde más destacó fue en su Sección de Bibliotecas que tuvo por finalidad la organización de servicios de lectura en los frentes, cuarteles, guarderías, hospitales y centros políticos, llegando a establecer 1097 bibliotecas con lotes de unos 120 volúmenes cada uno. Las zonas en las que aún no habían llegado las bibliotecas eran recorridas por “bibliobuses” o bibliotecas ambulantes.

La Generalitat catalana mantuvo un servicio semejante con su Server de Biblioteques al Front, que instaló más de 200 bibliotecas con más de 50.000 libros en circulación.

Por su parte, las Universidades Populares, de conocida tradición en España asumen en los primeros momentos de la Guerra Civil fines encuadrados dentro de la política educativa y cultural de urgencia de este período: difundir la instrucción y la cultura y erradicar el analfabetismo; funcionaron también en su seno secciones de estudios superiores, de enseñanzas instrumentales, conferencias radiadas, etc.

Otras muchas e interesantes iniciativas educativas y culturales se desplegaron durante los años de la Guerra Civil, como las Universidades Populares, que asumen en un primer momento de la guerra la misión de difundir la instrucción y la cultura y erradicar el analfabetismo –cuando el MIP se hace cargo de estas actividades, vuelve a su primitiva tarea de impartir conocimientos más elevados para el ingreso en los Institutos para Obreros y en las Academias Militares-

La derrota de la República tras la Guerra Civil puso violento fin en España a una época gloriosa en muchos ámbitos del conocimiento, esplendor que se trasladó, con más o menos intensidad, a otras naciones receptoras de la “España peregrina” de la República en el exilio: Américo Castro, Severo Ochoa, Luis Buñuel, Pablo Picasso, María Zambrano, Lorenzo Luzuriaga... son sólo una pequeña muestra de lo que se privó al futuro de España. Llevaron a los países que los acogieron todo su saber y enriquecieron el nivel cultural y científico de esos pueblos. En ellos fundaron editoriales y revistas de prestigio, crearon instituciones educativas, realizaron investigaciones en varios campos del conocimiento...; quizá esto sea suficiente para argumentar que la República continuó su actividad cultural hasta que sus dirigentes en el exilio decidieron ponerle fin el 15 de junio de 1977. Pero su política educativa como acción de gobierno quedó interrumpida con el final de la Guerra Civil.

TEMA 11: EL NACIONAL-CATOLICISMO FRANQUISTA: DE LA INVOLUCIÓN ESCOLAR AL DESARROLLO TECNOCRÁTICO.

1. LA DEPURACIÓN FRANQUISTA DEL PROFESORADO ESPAÑOL.

La depuración comenzó con una disposición legal, en julio del 36, que apartaba del servicio a todos los maestros. Quien quisiera reincorporarse debía presentar una solicitud en la que debía hacer constar su pertenencia a sindicatos y partidos políticos; muchos de los solicitantes aprovecharon para adscribirse al nuevo régimen. A esta solicitud le acompañaba una declaración –verdadero interrogatorio- sobre la conducta privada y profesional de cada profesor, preguntándoles también por la de otros compañeros, durante la República. También se pedía información al párroco de la localidad de procedencia del solicitante, a la Guardia Civil y a una persona de solvencia ideológica, base documental fundamental para el proceso de depuración; No cabe duda de que la información así proporcionada era muchas veces exagerada con fines injuriosos demoledores y vengativos, al contrario que la proporcionada sobre los adictos al Nuevo Régimen. La Comisión depuradora sabía que muchos de estos informes eran producto de la animadversión personal, pero eran admitidos como válidos en primera instancia, aunque la sentencia final podía revelar las contradicciones de los informes más pasionales que objetivos, rectificando la sanción final –aunque, a decir verdad, solía corroborar lo ya sentenciado-Los cargos que más se repiten en los expedientes a profesores son: ideología de izquierdas, actitudes contrarias a la causa nacional, militancia en organizaciones de la República, pertenecer a la masonería, ateísmo, desidia/incompetencia profesional, conducta privada inmoral y no solicitar el ingreso.Se posibilitaba a los maestros la posibilidad de presentar un pliego de descargo, que solían empezar demostrando sorpresa e indignación ante las acusaciones que se le formulan, y alegando que los cargos procedían de la enemistad de los informadores, de envidias o de intereses ocultos; pero las comisiones de depuración no solían hacer caso de estos argumentos de defensa, sino que se trataba de lo que se ha denominado la “justicia del revés”: no eran las comisiones las que tenían que probar las acusaciones de acuerdo a la presunción de inocencia, sino que eran los acusados los que tenían que demostrar la falsedad de las mismas, normalmente con un aval de alguna persona de relevancia social y adictas al nuevo Régimen. Aun así, cada Comisión de depuración tenía sus propios criterios en cada provincia, lo que supuso una fuerte influencia local que no solía favorecer a los acusados. En última instancia, la decisión final del Ministerio de Educación Nacional solía respaldar lo que las distintas comisiones le presentaban. No fue hasta el año 1942 con la creación del Juzgado Superior de Revisiones -que se encargó de revisar las sanciones de los expedientes de depuración- cuando existió la posibilidad real de recurrir, ya que hasta entonces era el mismo órgano el que se encargaba de poner las sanciones y de revisarlas. Aun así, el criterio no fue muy diferente e incluso la sanción podía incrementarse si el acusado había sido juzgado por lo penal. De todos modos, las estadísticas de las revisiones revelan que la atenuación de penas fue notoria en los expedientes revisados, pero escasa en el conjunto: aunque la revisión de los expedientes de depuración se caracterizó por mitigar los resultados iniciales de la

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depuración, la realidad es que llegó tarde, cuando ya habían pasado veinte años desde la sanción por lo que el daño, tanto personal como profesional, ya estaba hecho. Cuando las resoluciones eran muy contundentes, la solución era poner tierra de por medio o cambiar de profesión, especialmente en aquellos casos de depurados que habían sido condenados penalmente además de administrativamente (inhabilitación o bajada en el escalafón docente, jubilación forzosa...) Los maestros/as depurados representaron un 50% del total, con sanciones de diferentes tipos (inhabilitación, traslados, jubilaciones forzosas...); en la segunda enseñanza representaron un 38%; en la enseñanza universitaria no hay estudios suficientes para dar porcentajes, aunque fueron unos 500.

Aunque la mayoría de los profesores fueron confirmados, no debe pasarse por alto la gravedad de la medida –especialmente para los sancionados-, ya que supuso pasar por un filtro ideológico, político y profesional a personas que habían conseguido sus derechos y actividades laborales con esfuerzo y que, finalmente, resultó infructuoso por la decisión arbitraria de unas comisiones nombradas con la finalidad de sancionar a un colectivo que no resulta grato al nuevo régimen político, impuesto por un golpe militar contra la legalidad republicana. Fueron vidas destrozadas que tuvieron que empezar de nuevo a buscarse una salida profesional diferente a la que habían elegido, señalados por los vencedores de la contienda, marginados por el conjunto de la sociedad.

2. LA INVOLUCIÓN ESCOLAR Y LA IRRUPCIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL-CATÓLICA.En el conjunto de la España franquista no coexistieron modelos educativos, sino que se impusieron unos principios comunes que hicieron posible la unidad de mando y de acción. Fueron básicamente cuatro:

- Rechazo del sistema político parlamentario y, por el contrario, una reafirmación de la organización corporativa y jerárquica del Estado.- Necesidad de un poder fuerte que garantizase el orden social, la propiedad y la unidad nacional.- Valoración de la tradición histórica española basada en los Concilios de Trento y en el Imperio.- Consideración de la religión como parte integrante de la tradición nacional.

La denominación ‘nacional-catolicismo’ se refiere a la estrecha alianza entre la Iglesia católica, la Falange y las fuerzas conservadoras representadas por el franquismo. En el ámbito educativo, se denomina ‘escuela nacional-católica’; por oposición a la escuela republicana, se caracteriza en lo ideológico por una religiosidad extrema y un nacionalismo autoritario y excluyente con una gran tendencia homogeneizadora, basado en una interpretación de la historia que ensalzaba la monarquía católica y universal de los Reyes Católicos y de Felipe II, al tiempo que identifica religión católica y nación española, todo ello alabando la ‘figura providencial’ de Franco, llamado a “redimir a España de su secular decadencia y a devolverle sus pasadas glorias nacionales e imperiales a través de la construcción de un estado nuevo” Ni que decir tiene que, para el franquismo, los causantes de la decadencia de España habían sido los grupos liberales, la democracia y el socialismo.

Desde esta visión tradicionalista, opuesta a la modernidad y al progreso, en la cotidianeidad escolar se destierra todo lo que tiene que ver con la educación republicana, la ILE y la Escuela Nueva; Se rechaza la coeducación y las tendencias y metodologías de la Escuela Nueva, volviendo a métodos nada participativos y antidemocráticos. Se implantó un régimen educativo caracterizado por el control, la fiscalización, la jerarquización y el autoritarismo. Frente a la tendencia republicana de reforzar la educación pública, el nuevo Estado se propone devolver el poder al sector privado, disminuyendo drásticamente las partidas que la República dedicaba a las construcciones escolares y a mejorar la calidad de la educación y la situación económica y social de los maestros.

Será la Comisión de Cultura y Enseñanza, creada en 1938, la encargada de elaborar y poner en práctica el modelo educativo nacional-católico. Entre sus referentes está el “enemigo” –la ILE-, y la política de represión de las Comisiones de Depuración provinciales.

Los decretos y decisiones que se van tomando apuntan a la formación del hombre católico, al despertar de la conciencia política de los españoles y a instalar en la sociedad un conjunto de valores éticos diferentes a los promulgados por la República y el liberalismo occidental. En la escuela se trabajó mucho el desarrollo del patriotismo más depurado, sobrevalorando lo propio al tiempo que se rechazaba todo lo extranjero.

En cuanto a los contenidos de la enseñanza, las Comisiones de Depuración van proponiendo los criterios y principios educativos del nuevo régimen: obligación de la enseñanza de Religión e Historia, que en todas las escuelas figure una imagen de la Virgen, patriotismo puro, rechazo de todo lo foráneo... En suma, carácter religioso, patriótico, cívico y físico de la escuela.

Algunos de sus referentes pedagógicos: Luis Vives, San Juan de Huarte, José de Calasanz, y las escuelas del Ave María del padre Manjón.En cuanto a los libros de texto, se elaboran obras nuevas –cartillas-; pero fue la circular de Romualdo de Toledo de marzo de 1938 a inspectores y maestros de España la que se convirtió en principal guía para la orientación de la enseñanza primaria hasta la promulgación de la Ley de Educación Primaria de 1945: educación religiosa, educación patriótica, educación cívica y educación física. Pero sería la religión la que impregnaría el conjunto de la vida escolar y a todas las materias a través de las constantes prácticas religiosas. Junto a ella, la patria era el otro eje fundamental de la enseñanza mediante himnos, cánticos y rituales de la bandera. Primaban los principios de disciplina, jerarquía y sacrificio, mientras que las niñas recibirían una educación en la femineidad. Serían la educación física, el deporte y los juegos los que ayudarían a formar el carácter de los alumnos y les transmitirían los valores señalados.

En este período hay que destacar la Ley sobre reforma de la Enseñanza Media de 1938, en la que se da primacía a lo espiritual, a la tradición, al elitismo y a la formación de la personalidad. Se permite la libertad de enseñanza, entendida como libertad de empresa docente, se suprime la enseñanza libre, se plantea la separación de funciones docentes y examinadoras y se establece un examen de Estado al término de los estudios. Otros principios pedagógicos fueron: la uniformidad de contenidos, sistema cíclico y supresión de exámenes por asignaturas, inclusión de una amplia base de cultura clásica, humanística y religiosa.

3. EL PERÍODO 1939-1951: AUTARQUÍA E INTERVENCIONISMO ESTATAL. LOS MINISTERIOS DE SAINZ RODRÍGUEZ E IBÁÑEZ MARTÍN.

Este período se caracteriza por la autonomía y el control estatal, como respuesta al aislamiento al que las potencias occidentales sometieron al régimen de Franco.

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El criterio utilizado era el autoabastecimiento frente a lo exterior, y el fortalecimiento de la defensa de lo nacional, lo que trajo consigo el estrangulamiento de materias primas, productos básicos y energías, y la creación de industrias sin competencia interior ni exterior, organizadas al margen de los costes y la calidad y sin tener en cuenta el progreso técnico y la organización del trabajo. Lo importante era salir de la situación existente contando sólo con los medios propios, aislados por completo del exterior. El intervencionalismo estatal en la asignación de recursos favorecía la corrupción y el mercado negro; algunos de los términos más utilizados para definir la posguerra han sido ‘estraperlo’, ‘enchufe’, ‘contrabando’ y ‘racionamiento’, estrechamente unidos a la extrema situación de necesidad de una España destruida por la guerra y aislada internacionalmente en un mundo en guerra.

El sector agrícola contó con un fuerte apoyo estatal, pero la agricultura estaba poco tecnificada y organizada, atrasada, con gran cantidad de mano de obra rural sin capacitar y analfabetos. Sólo el sector servicios demandaba trabajadores con instrucción primaria. En una España predominantemente rural donde los salarios eran bajos, la mayoría de los niños y jóvenes eran incorporados cuanto antes al trabajo para incrementar la escasa economía familiar. No obstante, el régimen no perdía de vista la necesidad de desarrollar la enseñanza primaria como una manera de mostrar al mundo los avances conseguidos, y para ello la Falange y la Iglesia –y grupos afines-, se ocuparon de controlar y dirigir el proceso de expansión de la enseñanza elemental.

En el primer gobierno de Franco, el primer ministro de Educación Nacional fue Pedro Sainz Rodríguez –durante poco más de un año-. Su pensamiento se enmarca dentro del monarquismo alfonsino antidemocrático; Rechaza el liberalismo y la democracia, y defiende una monarquía católica tradicional organizada sobre bases corporativas, sin partidos políticos y con el Estado y la Iglesia unidos.Su modelo de escuela coincidía con el de la jerarquía católica y se oponía por completo a la concepción educativa republicana. Su objetivo era doble: desmantelar el sistema republicano y planificar la formación de los maestros y alumnos que, se suponía, demandaba la nueva situación nacional-católica; Esto se tradujo en una fuerte represión ideológica del profesorado de todos los niveles. Su mandato terminó con el exilio, por oponerse a Franco desde el bando monárquico.

Sustituyó el ‘naturalismo desenfrenado de los republicanos’ *1 por valores como el espíritu de sacrificio, la voluntad de perfección y la austeridad de costumbres, teniendo como referencia a los héroes del pasado y a la doctrina católica, reestableciendo el crucifijo en las aulas y dictaminando que se aprovechase cualquier tema (de Ciencias, Historia, Geografía...) para deducir consecuencias morales y religiosas. Por supuesto, ataca a la ILE y al krausismo, y rememora el Siglo de Oro, reivindicando a Luis Vives, San Juan de Huarte, y a la pedagogía católica de Andrés Manjón y las Escuelas del Ave María.

*1 Dijo del liberalismo republicano: “El fundamento de su doctrina, el dogma del naturalismo hedonista, es la idea de que el hombre es bueno por naturaleza, y que la misión de la pedagogía no es corregirle ni enderezarle, sino sólo cultivarle como si de una planta se tratara. Pero es necesario contraponer a este dogma la doctrina católica, que mantiene que el hombre es malo por naturaleza a causa del pecado original y de la caída que envileció su alma”

Como síntesis de su pensamiento acerca de la enseñanza primaria -coincidente con lo que se conocerá como nacional-catolicismo- defiende:

- supresión del laicismo- coeducación- enseñanza de las lenguas regionales- establecimiento de una rígida censura en los libros de texto- comienza la depuración del profesorado

Pero su verdadera prioridad iba a ser la enseñanza secundaria y la universitaria, teniendo en cuenta la mentalidad del nuevo régimen en el que más que la formación del pueblo interesaba la formación adecuada, intelectual y moral, de las nuevas elites, de las futuras clases dirigentes. Por eso no es extraño que se postergue la ley de educación primaria en beneficio de la Ley de Reforma de la Segunda Enseñanza de 1938, cuyo plan de estudios se basa en contenidos clásicos y humanísticos, con la intención de que sólo una pequeña minoría acceda a los estudios universitarios. Al bachillerato, que duraba 7 años, se podía acceder a los 10 a través de un examen de ingreso, y se culminaba esta etapa con un examen de Estado universitario. Esta enseñanza se entregó a la Iglesia católica, dada la precariedad en la que se mantuvo a la enseñanza secundaria oficial; entiende que se debe conjugar la autoridad estatal con las normas de la tradición católica y cree que es un error de las autoridades eclesiásticas que insistieran en hablar de libertad de enseñanza porque “sería un concepto liberal de la docencia” en el sentido de que se puede enseñar lo que se quiera, y sugiere que se empleen en su lugar las palabras “no-monopolio” de enseñanza por el Estado.

La creación del Ministerio de Educación Nacional no supuso en realidad ningún cambio sustancial respecto a los iniciados por la Comisión de Cultura y Enseñanza, como tampoco lo hizo la sustitución de Sainz Rodríguez por José Ibáñez Martín nada más terminada la guerra. Su condición de católico y hombre puente con otros grupos políticos del régimen le permitieron mantenerse durante 11 años al frente del Ministerio, contando con el apoyo de los dos máximos teóricos del modelo educativo franquista: Romualdo de Toledo y José Pemartín. Cumple una función rigurosamente técnica y asesora como instrumento para servir disciplinadamente los altos intereses del Estado en materia de educación.

Respecto a la pospuesta Ley de la Educación Primaria, se aprobó en 1945. Sin embargo, las partidas económicas dedicadas a este nivel son ridículas comparadas con las republicanas y con las necesidades de los niños. Trataba también temas como las enseñanzas especiales, la educación de los adultos y los cursillos de formación profesional, todo en armonía con la tradición católica.

Sus principios fundamentales eran: - Primaria como preparación a la enseñanza media y para la enseñanza profesional.- Provisión de mejores recursos pedagógicos y renovación de los instrumentos educativos.- Respeto a los derechos educativos del niño y de la familia.- Formación continua del maestro.

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- La cultura entendida como parte importante de la justicia social.Los objetivos de esta Ley fueron:

- Proporcionar a todos los españoles la cultura general obligatoria.- Formar la voluntad, la conciencia y el carácter del niño en orden al cumplimiento del deber y a su destino eterno (transmisión ideológica desde las obligaciones y no desde los derechos: el maestro manda, siempre tiene la razón, y el alumno obedece sin rechistar)- Infundir en el espíritu del alumno el amor y la idea de servicio a la Patria, de acuerdo con los principios del movimiento. Preparar a la niñez para ulteriores estudios y actividades de carácter cultural (predomina también la transmisión ideológica sobre los conocimientos prácticos y científicos)- Contribuir a la orientación y formación profesional para el trabajo agrícola, industrial y comercial.

En uno de sus artículos dice que la educación primaria debe inspirarse en el sentido católico y la tradición española, y ajustarse al dogma y a la moral católicas. En cuanto a la metodología, dominaba el memorismo para difundir doctrinas inmutables (sin tener en cuenta corrientes innovadoras diferentes) y el individualismo como modo de afrontar el estudio.Se impone la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria –de los 6 a los 10 años-, así como la separación de sexos ‘por razones de orden moral y de eficacia pedagógica’

Con posterioridad se incorporaron las nuevas enseñanzas en el nivel secundario con la Ley de Enseñanza Media y Profesional de 1949; esta ley nació con el objetivo de acercar la formación profesional a la general. En ella se establece un bachillerato elemental, equiparable a los primeros cursos del bachillerato universitario; se crea una red de centros de enseñanza media y profesional, más conocidos por Institutos Laborales y más tarde como Institutos técnicos en los que se impartían enseñanzas técnico-profesionales. Estos centros tenían como finalidad:

- Hacer extensiva la Enseñanza Media al mayor número posible de escolares.- Iniciarles en las prácticas de la técnica profesional.- Capacitarles para el ingreso en las Escuelas y Centros técnicos.

En el ámbito universitario destaca la Ley de Ordenación Universitaria de 1943, complementaria de la Ley de Reforma de la Segunda Enseñanza y basada en los mismos principios que ella: hispanismo, cristiandad y valores tradicionales, entre otros. Todos los cargos académicos debían ser militantes de la Falange, y los profesores deberían acreditar su adhesión a los principios del Movimiento Nacional, lo cual aseguraría la estabilidad de los criterios ideológicos del nuevo régimen político en la universidad; destaca la falta de autonomía en su gobierno y la carencia de independencia económica, además de una jerarquía excesiva.

4. PERÍODO 1951-1959: EL FINAL DE LA AUTARQUÍA Y EL AISLAMIENTO. LOS MINISTERIOS DE RUIZ GIMÉNEZ Y GARCÍA-MINA.Este segundo período del régimen de Franco desde la perspectiva económica y de las relaciones internacionales viene marcado, en su inicio, por las primeras huelgas ante la carestía de la vida y los bajos salarios, y por la unión o alianza internacional. La unión con los Estados Unidos fue por razones estratégicas; también la ONU decreta el fin del bloqueo a España, con el consiguiente restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la mayoría de los países occidentales y el ingreso en diversos organismos económicos fundamentales para su desarrollo, como el Fondo Monetario Internacional, la OCDE o la FAO.Parejo a todo esto, en el interior de España se producen importantes avances en la industrialización del país, y se va sustituyendo la política autárquica por el intercambio con otros países, a pesar de la oposición de la burocracia autárquica y el aparato falangista, unidos entre sí. El proceso de industrialización produce una enorme migración del campo a la ciudad.

Se forma un nuevo Gobierno que contaba con la participación de los tecnócratas del Opus Dei, y que adopta como objetivo prioritario sentar las bases para el desarrollo económico equilibrado e iniciar la integración en otras economías, iniciando así la entrada de España en la senda del capitalismo occidental.

Durante el período de 1951-1959 ocupó la cartera del Ministerio de Educación Nacional Joaquín Ruiz Jiménez; aunque se daba la imagen, de cara al exterior, de ser un período casi democrático –interesaba demostrar que el sistema se adaptaba a los cambios y exigencias de modernización-, la realidad es que el nacional-catolicismo seguía en apogeo, si bien es cierto que comienza un nuevo período que el talante era más flexible, aunque siempre dentro de los límites marcados por la cúpula del régimen gobernante. En esta etapa la preocupación ministerial se concentra en la Universidad.

Ruiz Jiménez reforzará los lazos entre el Estado y la Iglesia; aunque se adoptaron algunas medidas supuestamente liberalizadoras y aperturistas –que no liberales-, se siguió manteniendo la política educativa del nacional-catolicismo en todas sus dimensiones, si bien es cierto que quedaron apartados de los cargos ministeriales los más radicales de los ministerios anteriores, y el lenguaje se suavizó.En 1953 se publicó la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media, que venía a sustituir a la obsoleta Ley de 1938, si bien la Iglesia católica mantenía su privilegio de inspeccionar a todos los centros docentes en los aspectos morales y religiosos. Las principales reformas que propuso fueron:

- Perfeccionamiento técnico de la enseñanza- El cambio formal y la organización del bachillerato: los seis cursos de enseñanza media se trasforman en dos bachilleratos, uno

elemental de cuatro años y otro superior de dos, con sendos exámenes de reválida al final de cada bachillerato.- Se introduce, además, un curso preuniversitario para los alumnos que aspirasen a ingresar en la universidad.

El resultado más espectacular de esta nueva Ley fue la masificación del grado de bachiller elemental, que solucionaba de momento las

necesidades sociales del momento, especialmente en las empresas privadas. Se consideran logros de esta Ley la acentuación del interés por la formación del profesorado, la consolidación del bachiller elemental como grado académico básico, y la creación de una inspección profesional de prestigio.

La Ley fue consensuada con el Vaticano y los obispos y, de hecho, la gran beneficiada fue la enseñanza confesional y los centros privados de la Iglesia, que no paraban de crecer, ya que la política educativa franquista paralizó por completo la creación de puestos escolares

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estatales de secundaria y, por consiguiente, la creación de nuevos centros públicos. Los enfrentamientos entre los centros oficiales y no oficiales se acentuaron por las ayudas que recibía la enseñanza no estatal.

Con anterioridad a esta Ley ya existía la enseñanza profesional a través del bachillerato laboral, que tuvo escaso éxito. Se puso en marcha en este período la Ley de Formación Profesional, creando universidades laborales financiadas por las empresas y por los fondos de los propios trabajadores. Abarcaba tres niveles: pre-aprendizaje, aprendizaje y maestría industrial, constituidos como un sistema de enseñanza para el mundo laboral, cerrado a la posibilidad de acceder al resto de la estructura educativa general.

Pedro Ruiz Giménez y su equipo se centraron en el ámbito universitario, dejando la enseñanza primaria en manos de la Iglesia y la Falange, en la que apenas se advierte progreso. Las escuelas unitarias siguen ocupando un lugar muy importante, aumentando el número de alumnos por unidad escolar ya que, al no crear nuevos centros, se recargaban las aulas existentes.

Se advierte un intento de conceder cierta autonomía a las universidades y se nombró a personalidades liberales al frente de algunos rectorados importantes, aunque también se toman medidas restrictivas como fortalecer la acción del SEU –Servicio Español Universitario [Sindicato de estudiantes afines al Régimen] - y poner en marcha un Reglamento de Disciplina Académica para los centros universitarios. Como ocurrirá posteriormente con Lora Tamayo, fueron los movimientos estudiantiles los que acabaron con su ministerio; los estudiantes no falangistas promovieron un sindicato independiente y se opusieron al SEU a través de revueltas estudiantiles que impactaron fuertemente en la opinión pública. De hecho, se considera que fue el final del monopolio del control falangista, con el ascenso al poder del sector vinculado al Opus Dei.

Antes de ser controlado por el sector tecnocrático, el Ministerio de Educación Nacional pasó a manos de Jesús Rubio y García-Mina, antiguo colaborador de Ibáñez Martín. En el terreno de la modernización y cierta liberalización emprendida por Ruiz Jiménez, significó un paso atrás con la vuelta al más puro estilo nacional-catolicismo, cuya misión principal fue controlar el movimiento estudiantil que tantos quebraderos de cabeza estaba dando al régimen autocrático. No se produjeron grandes cambios, limitándose a parchear con reformas parciales la enseñanza media y profesional y, de manera especial, la reordenación de la educación técnica superior para que la administración educativa siguiera funcionando. La reforma de esta última se debió a la necesidad de adecuarla al desarrollo industrial que se empezaba a producir en España; La gran demanda de técnicos supuso el fin del examen de ingreso que actuaba hasta entonces como criba para los más aptos, permitiendo así el aumento de futuros ingenieros.

TEMA 12: LA REFORMA EDUCATIVA ESPAÑOLA DE 1970, LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA Y LA ESPAÑA CONSTITUCIONAL.

1. EL LIBRO BLANCO DE LA EDUCACIÓN. LA LEY GENERAL DE EDUCACIÓN Y FINANCIAMIENTO DE LA REFORMA EDUCATIVA.

Cuando en 1968 es nombrado Villar Palasí ministro de Educación, la situación económica española había mejorado con los Planes de Desarrollo aunque España era consciente de que se había quedado rezagada en lo educativo y en los sectores productivos.

Con los Planes de Desarrollo Económico y Social de los años 60 y 70 se pretendía disminuir los desequilibrios entre las rentas de las regiones ricas –industriales- y las pobres –agrícolas- El éxodo rural de la década de los sesenta hacia las zonas industriales provocó importantes cambios económicos y sociales. En el ámbito educativo supuso la falta de plazas escolares en las ciudades, mientras que en los pueblos las escuelas se quedaban vacías.

El primer Plan de Desarrollo (1963-1967), establecía la escolarización obligatoria hasta los catorce años, previendo la construcción de un número suficiente de nuevas escuelas, así como la necesidad de implantar servicios de transporte y comedor para los niños que se trasladasen a otros pueblos para asistir a la escuela, o bien la posibilidad de permanecer en escuelas en régimen de internado.

La educación se comienza a ver como una inversión, puesto que los Planes de Desarrollo demostraban la necesidad de la educación de los españoles que, como elementos productivos que eran, debían desarrollar sus capacidades y dedicar sus esfuerzos al progreso económico del país; el Estado necesitaba mano de obra cualificada. Por ello, Lora Tamayo, al frente del Ministerio de Educación, planteó algunos cambios y mejoras que le han convertido en el precursor de la modernización de la educación española, aunque desde un posicionamiento tecnocrático que vinculaba la educación con el empleo, la eficiencia con el rendimiento. El resultado fue una educación humanista, técnica y personalista, desde una tecnocracia politizada –aunque se definían como carentes de ideología, se percibía la influencia de las ideas franquistas-

Pensaba el ministro en modernizar la enseñanza básica y luego continuar con la media y la superior porque para el progreso del país era prioritaria la atención a las primeras etapas, ya que no todos podían continuar estudiando y debían ingresar en el mercado laboral. Solamente cursaba estudios medios el 12% de la población escolar censada.

El interés de los españoles por la educación se manifiesta en las encuestas de la época. Un mayor nivel de estudio se correspondía con mayores ingresos, aunque la situación dejaba mucho que desear: el 16% de los trabajadores no tenían estudios primarios, y los estudios secundarios y superiores se nutrían con alumnos procedentes de las clases medias y altas.

Las clases medias se van engrosando en las zonas industrializadas debido a que encuentran en la educación y en el salario seguro los medios más adecuados para la movilidad social, para el desclasamiento. Son ellas las que van a nutrir las enseñanzas medias porque los menos favorecidos económicamente necesitan cuanto antes del trabajo de los hijos para subsistir.

Durante los últimos años de la década de los 60, progresistas, estudiantes y obreros se movilizan en contra de las limitaciones impuestas por el Régimen franquista. Las relaciones con el exterior habían mejorado, y en el ámbito interno los Planes de Desarrollo habían elevado ligeramente el nivel de vida de los españoles; no ocurría lo mismo con el pluralismo político, con las libertades de los españoles o con sus derechos y dignidad.

El II Plan de Desarrollo continúa avanzando con las propuestas anteriores y cuando al año siguiente se hace cargo del Ministerio de Educación José Luis Villar Palasí comienza una época de auténtica revolución educativa en España.

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El Libro Blanco de la Educación

Comienza el ministro José Luis Villar Palasí a plantear la reforma educativa en 1969 –cuando el régimen franquista comenzaba a debilitarse- con la elaboración del Libro Blanco ‘La educación en España. Bases para una política educativa. Proyecto de Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa’

Estuvo asesorado por un comité de cooperación internacional, coordinado por Coombs, cuyos integrantes trabajaban en la UNESCO. También participaron en las orientaciones algunos expertos españoles que, para algunos autores de la época, no eran de primera línea.

En el Libro Blanco se presentaban:1) Por un lado, la situación educativa española desde las perspectivas económica, cultural y social, señalando las carencias y las contradicciones que

existían, y cuya solución justificaba lo propuesto en la segunda parte.2) Por otro, la segunda parte contenía las líneas maestras de la reforma que se pretendía implantar.

Se pretendía la mejora de la situación educativa española, además de crear una actitud positiva en la sociedad que facilitara la implantación del nuevo sistema.

El contenido del Libro Blanco era un avance de la organización innovadora del sistema educativo español. Villar Palasí defiende la idea de reformar totalmente el sistema educativo y acabar con la sectorización de los cambios que se habían producido desde el inicio de la implantación del régimen franquista y que sólo modificaban parcialmente la Ley Moyano, de 1857, ya que su objetivo había sido el adoctrinamiento en el pensamiento franquista.

La reforma comienza por la enseñanza primaria o educación general básica ( 6-13 años) que iba a ser obligatoria y gratuita, concediendo la posibilidad de acceder a los estudios posteriores a cualquier español en función exclusivamente de su capacidad; “Obligatoriedad de la enseñanza básica, integración del bachillerato elemental en el nivel obligatorio y la gratuidad del nuevo bachillerato, equivalente al superior de entonces, para motivar a la continuación de los estudios primarios”. Esta declaración llenó de inquietud a los sectores más conservadores, que veían abiertas las puertas de acceso a las vías tradicionalmente restringidas a las elites sociales y económicas. Sus protestas fueron muchas, pero vanas; era un avance imparable en el proceso de democratización de la educación.

El principal escollo, como se ha venido diciendo, estaba en la falta de puestos escolares. Desde el Sindicato de Estudiantes Universitarios se tachaba de utópico al proyecto renovador por no ver posibilidad alguna en, por ejemplo, la elección por las familias de centro escolar para los hijos cuando aún quedaban sin escolarizar más de un millón de niños; proponen suprimir las plazas de los parvularios para convertirlas en plazas para la enseñanza obligatoria. Esta solución era contraria a las recomendaciones de la ONU, que defendía la escolarización temprana –a los 5 años- como factor condicionante del éxito educativo posterior.

El Libro Blanco defendía también el desarrollo del nivel de Segunda Enseñanza por entender que era necesario un número mayor de estudiantes, que serán los futuros agentes del progreso social, político y económico de España. La educación es así, a la vez, el agente, la condición y el efecto del cambio social: transmite conocimientos que van a formar hombres valiosos para el progreso político social y económico, del que depende a su vez.

En los ámbitos progresistas se decía que era imprescindible romper con el clasismo y los desequilibrios de nuestra segunda enseñanza; se mantenían desde el siglo XIX dos sistemas: uno público para los campesinos y trabajadores que preparaba para el trabajo; otro, los colegios para los hijos de las clases dominantes en los que se transmitían los valores morales y religiosos de su clase y se preparaban para llegar a la universidad como cuerpo elitista.

Había una secundaria corta para acceder a la formación profesional, y otra larga para ingresar en la universidad. No existiría la igualdad de oportunidades mientras se continuase haciendo de la educación un mecanismo de reproducción social; como medio para conseguir dicha igualdad, se concederían ayudas económicas al estudiante pobre, como becas y matrículas gratuitas.

Para avanzar en esta dirección, se compromete el Ministerio a hacer gratuito el bachillerato para “hacer participe de la educación a toda la población española”.

Se modernizan los contenidos: se dejan fuera materias como el latín, y se defiende una sólida base cultural con criterio científico para evitar el acopio de conocimientos y para capacitar al individuo a organizarlos de manera interrelacionada y coherente. Pero este intento de actualización de los conocimientos no contenta a algunos sectores que opinan que era más conveniente aprovechar para introducir el cálculo y la programación de sistemas informáticos y mantener el estudio riguroso de una sola lengua extranjera en lugar de dos a medias. Incluso se atreven a proponer la no obligatoriedad de la religión, idea muy atrevida para el momento.

Las mayores desigualdades se daban en la Universidad, pues si sólo un 36% de los hijos de los obreros estaban matriculados en el bachillerato, a los estudios superiores llegaban un uno o dos por ciento. El Libro Blanco habla de la importancia de la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad como elemento clave de democratización. La universidad para todos o para unos pocos seleccionados fue otro punto muy polémico entre las clases dominantes y los sectores progresistas y obreros, quienes veían en la educación el medio de salir de la pobreza.

La universidad se agitaba y las manifestaciones y las huelgas eran muy frecuentes; los estudiantes sacaban valor para demostrar públicamente su descontento por la situación político-social española, carente de libertades fundamentales, represora.

Muy positiva fue la propuesta de integración en la universidad de una serie de estudios que tenían el rango de medios sin pertenecer a los secundarios, como eran los impartidos en las Escuelas de Comercio, Normal, ATS, etc. dándoles categoría universitaria y con ella categoría social.

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A pesar de las mejoras que introducía en la educación, el Libro Blanco fue objeto de abundantes críticas: el olvido de la opinión de los profesores que daría un toque de realismo al proyecto, la falta del mapa escolar que indicara claramente los lugares donde era necesario construir escuelas, la escasez de maestros y las carencias en su preparación, falta de solución al problema de la gratuidad de la red privada, el plan de transporte y de comedores escolares, la escolarización de los diminuidos... son algunos aspectos que desvirtuaban el proyecto.

Otras críticas giraban en torno a los procesos educativos: la contradicción entre la defensa de una educación integral y la falta de educación sexual, la ausencia a toda referencia sobre la coeducación, contenidos escasamente adaptados a los intereses de los alumnos, estudio memorístico que no facilitaba la integración de los conocimientos...

La Ley General de Educación y el financiamiento de la Reforma Educativa.

Cuando el libro Blanco fue difundido por el país y una vez recibidas las críticas de la población preocupada por la educación, fue presentado en las Cortes como proyecto de Ley.

Son ahora los obispos, representantes de la enseñanza privada y otros representantes de la elite española, es decir, de los sectores más conservadores, los que se oponen con fuerza argumentando básicamente la imposibilidad de financiación, aún cuando el II Plan de Desarrollo había destinado una partida importante para la educación: todos los españoles tendrían que asistir a las aulas, obligatoriamente, entre los seis y los catorce años. También se opusieron los sectores progresistas que la consideraban poco moderna, aunque lo hicieron a nivel de calle; pero no fueron consultados los docentes, buenos conocedores de la situación educativa real de España y quienes iban a tener la responsabilidad de implantar la Reforma.

Finalmente, el proyecto que modificaba el sistema educativo español se aprobó con el nombre de Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa, el 4 de agosto de 1970 bajo la responsabilidad del ministro José Luis Villar Palasí.

Esta Ley no nació arbitrariamente, sino que fue resultado de un análisis de las necesidades de la sociedad del momento, viendo a la educación como remedio para su desarrollo; y todo esto inserto en un régimen dictatorial férreo en los temas educativos (recordar la depuración de los profesores y el recorte de las libertades de cátedra)

Con esta Ley se pretende la modernización de un sistema educativo que debe adaptarse a las nuevas exigencias sociales de educación para todos y a la especialización profesional que exige el desarrollo económico; contribuir al progreso científico y técnico y capacitar a la persona para enfrentarse a los nuevos retos son tareas que desembocan en la creación de una sociedad más justa.

Objetivos: Educación obligatoria y gratuita para todos los españoles, con una orientación ideológica franquista, como no podía ser de otra forma;

o añadir la formación profesional a la formación general; o poner en práctica el principio de igualdad de oportunidades educativas;o dotar al sistema educativo de unidad y de flexibilidad suficiente para interrelacionar los distintos niveles y facilitar el paso de unos a

otros. Son amplias novedades cuyos desarrollos legislativos sacuden la rutina de los estamentos educativos pero que encuentra importantes

obstáculos económicos para llevarlas a la práctica.

En cuanto a la práctica educativa:o La evaluación tiene carácter continuado, eliminándola como fase final y única de cada periodo formativo; o La promoción es también continua sin menoscabo de que pudieran articularse fórmulas de recuperación para los casos en que no se

hubieran conseguido los límites fijados;o La orientación y la tutoría iban a ser un servicio permanente para los alumnos.

Sobre la estructura de los períodos educativos:o Una vez que los niños ingresan en el parvulario a los cuatro o cinco años, pasan a cursar la Enseñanza General Básica, (EGB), con una

duración de 8 años, finalizando el periodo de escolaridad obligatoria; en ella se integran los antiguos Bachiller Elemental y la Enseñanza Primaria.

o A los 14 años se abren dos vías de estudio: una es el Bachillerato Unificado Polivalente (BUP), que conduce a un Curso de Orientación Universitaria (COU), y de él a los estudios universitarios. La otra es la Formación Profesional (FP) En todo caso, a partir de los 16 años se puede ingresar en el mundo laboral.

Por tanto todos los españoles tenían que integrarse obligatoriamente en una institución educativa única hasta los 14 años, y era una educación gratuita; ante la deficiencia económica para construir más centros se subvencionó a muchos centros privados para que la educación fuera gratuita para cualquier familias.

Había por tanto, tres tipos de centros: públicos, privados concertados de carácter gratuito (aunque en algunos se exigían ciertas cantidades), y centros privados –casi siempre de órdenes religiosas-

La educación de los más pequeños tenía cabida en la ley; los parvularios darían una educación integral a estos niños que también sería gratuita en los centros públicos y en los que se establecieran conciertos, aunque no era obligatorio para las familias enviarlos a la escuela: atendían principalmente a la necesidad de las madres trabajadoras, tanto como a las ventajas para el diagnóstico temprano de anomalías y la correspondiente intervención.

En la educación obligatoria, la EGB, se continuaba trabajando el desarrollo integral de los niños adaptándola a las capacidades de cada uno, siendo igual para todos en lo fundamental; dividida en dos etapas, se pasa de trabajar de forma globalizada a hacerlo por áreas de conocimiento. Los alumnos de zonas rurales van a continuar siendo desplazados cada día a un colegio comarcal cercano.

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Los estudios básicos se continuaban con los de BUP, nivel de tres años postobligatorio para el que se prevé también la gratuidad cuando los presupuestos para educación lo permitieran; fue concebido como una modernización del antiguo Bachiller Superior. Se abre la posibilidad de flexibilización de las materias, con comunes, optativas y técnico-profesionales.

Se imponen pruebas de recuperación para los alumnos que no hayan superado alguna materia, y la repetición de curso para quienes suspendan más de dos materias; Se finaliza esta etapa con una titulación única. Quienes tengan la vista puesta en los estudios universitarios deben aprobar el Curso de Orientación Universitaria, COU, equivalente al anterior preuniversitario. A partir de aquí, los estudiantes podían ingresar en la universidad superando las pruebas selectivas que, en su caso, se propusieran; era la Selectividad.

Los estudiantes que no desearan seguir la vía universitaria, se podían cualificar como trabajadores manuales en los centros de Formación Profesional –FP- Por otra parte, la FP había nacido desprestigiada: no se exigía más titulación para cursar el primer grado que el Certificado de Escolaridad, título que sólo acreditaba el cumplimiento de la asistencia obligatoria a una escuela, y no la superación de la EGB, acreditado por el Graduado Escolar. Los otros dos grados, el medio y el superior mantenían relaciones bidireccionales con los estudios de Bachillerato y con los universitarios.

Como ni el bachiller ni la formación profesional eran obligatorios, los alumnos que decidieran salir de los cauces formativos tenían catorce años (15 ó 16 si eran repetidores), siendo los 16 la edad mínima para la inserción laboral, dejando 2 años de ‘descanso’ en los que no se ofertaba educación ni trabajo. Era éste uno de los puntos débiles de la ley.

Quedaban fuera de los cauces educativos del régimen común los colectivos de alumnos deficientes e inadaptados, llamados también subnormales. La nueva ley, que defendía la enseñanza obligatoria para todos los españoles, no podía dejarlos abandonados. Para estos alumnos se ordenaba la integración en los centros de Educación Especial, en los que, una vez diagnosticados, recibirían el tratamiento educativo adecuado a su singularidad a fin de conseguir la mayor autonomía personal posible y ser útiles a la sociedad.También es el momento de prestar atención a los superdotados. Sin embargo, este punto apenas tuvo repercusión en la práctica debido a la insuficiencia de medios para detectar al alumnado de altas capacidades.

Cada uno de los niveles educativos citados, EGB, Bachiller y Formación Profesional, disponía de un centro específico que podía ser de titularidad pública o privada, bajo la responsabilidad de un director ayudado por el Claustro y por un Consejo asesor que representaba a los padres, órganos a los que debía oír antes de tomar decisiones en los centros de EGB y de BUP. Conviene resaltar que debía oírlos obligatoriamente, aunque era libre de tomar en cuenta o no sus recomendaciones.

La creación de las Asociaciones de Padres con deberes de participación en la educación escolar de los hijos y la participación en la elección de los directores del Claustro y del Consejo Asesor de los centros no universitarios, dieron un toque pre-democrático a la ley, abriendo un resquicio a la posterior gestión democrática de los centros escolares.

También tenía su importancia el estatuto del estudiante que indicaba sus derechos y sus deberes -deber social de estudiar-

Villar Palasí no renovó y estructuró solamente estas enseñanzas elementales y secundarias sino que también se ocupó de la Universidad. Se debe recordar que a su llegada al ministerio sólo tenía pensado reformar este nivel, hasta que sus asesores le convencieron de que era necesaria una reforma de todo el sistema.

Entre las cuestiones de mayor relevancia caben destacar las siguientes:- La elaboración de un estatuto específico en cada universidad, de acuerdo con las pautas legales generales.- La redefinición de los departamentos, creados por Lora Tamayo, entendidos ahora como “las unidades fundamentales de enseñanza

e investigación” y a los que están incorporados todos los docentes de este nivel. Éstas y otras cuestiones permanecen en la actualidad con ligeras modificaciones impuestas por las sucesivas leyes universitarias de 1983 y

de 2001: jerarquías, claustro y categorías docentes, ciclos de enseñanza, y la Junta Nacional de Universidades, el Patronato universitario y el Consejo de Rectores, órganos precursores de los actuales Comisión de Coordinación Universitaria, Consejo Social y Conferencia de Rectores respectivamente.

Otras novedades que repercutieron notablemente en la sociedad fueron1)1) La incorporación a la universidad de los estudios de Magisterios, de Arquitectura, de Ingeniería, de Bellas Artes, de Periodismo, de Enfermería, y

los del Instituto Nacional de Educación Física. La categoría universitaria exigía a los aspirantes, desde ahora, haber aprobado el COU.2)2) Las Escuelas Técnicas Superiores y las de grado medio se convirtieron en Universidades Politécnicas.3)3) La creación de los Institutos de Ciencias de la Educación, ICEs, con la finalidad de formar pedagógicamente a los docentes de las enseñanzas

medias y universitarias.4)4) La ley impulsó también a los Colegios Mayores, donde viven y continúan formándose los universitarios que opten por residir en ellos o por

participar en sus actividades

Consciente el Ministerio de las exigencias que se pedían a los trabajadores, propone la Educación permanente de adultos –casi siempre nocturnas o dominicales-; pero no era ninguna novedad dado que se venía fomentando desde la ley Moyano.

Lo que sí cambia era su finalidad, que ya no se centra en la alfabetización al haberse reducido considerablemente el colectivo analfabeto gracias a las campañas que se venían haciendo por toda España. Cumplía ahora tres misiones fundamentales:

1)1) Abría las puertas de los estudios, con la excepción de los universitarios, a quienes no pudieron hacerlo en su momento.2)2) Se formaba, actualizaba y reconvertía a los profesionales que lo necesitaran y se ampliaba la formación general a los adultos que lo requirieran.3)3) Proporcionar el Certificado de Estudios Primarios a quien no lo tuviese, que era necesario para muchos trabajos.

El resto de las enseñanzas no incluidas en las anteriores, por ejemplo las militares, iban a integrarse en las llamadas enseñanza especializadas, que gozarían de una reglamentación específica en la que participarían los ministros implicados.

Una modalidad de enseñanza para quienes no podían asistir oficialmente a los centros escolares era la enseñanza libre. Si bien se había creado para dar salida a una necesidad social, se había comprobado su escaso rendimiento académico y su alto precio en lo económico a lo que se

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sumaba ahora la dificultad de controlar la asistencia en el periodo de escolaridad obligatoria y el derecho de todos a acceder a cualquier nivel de estudios con la única limitación de la capacidad del alumno. En consecuencia, se crea la modalidad de enseñanza a distancia para atender a los estudiantes de los niveles reglados. Y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la UNED, se encargó de los estudios superiores desde 1972.

El control del sistema educativo, tanto legislativo –en consonancia con la ideología- como de resultados educativos, corría a cargo del Servicio de Inspección Técnica.

Las modificaciones educativas se acompañaban de unas medidas de financiación; estas medidas, por insuficientes, dieron lugar a continuas y fuertes críticas, especialmente sobre las cantidades que se destinaban a financiar parte de la enseñanza privada. A pesar de las normativas que se han venido sucediendo en estos más de treinta años, esta cuestión continúa suscitando polémicas entre los defensores de la escuela pública y los de la escuela privada.

La financiación de la educación para la que se prevé un aumento permanente del presupuesto y en la que se insiste en que será objetivo prioritario la gratuidad de las enseñanzas de EGB y FP, contempla un incremento del salario de los docentes de estas etapas para equipararlos al de los profesionales de categorías semejantes, así como la construcción de edificios escolares puesto que la obligatoriedad demostró que los esfuerzos anteriores por aumentar las escuelas fueron insuficientes; casi todos los edificios recién construidos resultaron ser amplios, con instalaciones deportivas, patios, biblioteca, laboratorios y aula de audiovisuales, y un edificio anexo para los párvulos que contrastaban con los antiguos, muy necesitados de mejoras. Tres años después se pidió una reforma fiscal para atender a los gastos derivados de la educación porque aún no era gratuito el BUP; además de haberlo prometido, la educación comenzaba a considerarse como una inversión gracias a la cual los más jóvenes se adaptan socialmente, y como un bien de consumo.

Cabe destacar la concesión de becas y la práctica del principio de igualdad de oportunidades de manera que los estudiantes de rentas más bajas pudieran acceder a estudios más avanzados o continuar, con la única limitación de su capacidad intelectual.

La Ley General de Educación se mantuvo en buena parte hasta 1990, fecha en que fue derogada y sustituida por la LOGSE.

2. LA EDUCACIÓN EN LA TRANSICIÓN POLÍTICA Y EN LA CONSTITUCIÓN (1976-1978)

Cuando muere Franco, la sociedad española espera que la democracia se instaure en nuestro país. Arias Navarro, franquista, fue nombrado presidente del Gobierno a raíz de la muerte de Franco; presenta su dimisión en 1976 y es sustituido por Adolfo Suárez: fue éste quien dirigió la transición hacia la democracia. Se enfrenta a esta tarea con la propuesta de la Ley de la Reforma Política. Gracias a ella pudo acometer las medidas más urgentes: la legalización de los partidos políticos, amnistía a los presos por motivos políticos y regulación del sistema electoral. Se encontró con un panorama económico desolador que favorecía a las causas involucionistas. El gobierno -en el que Íñigo Cavero era Ministro de Educación- y representantes de los grupos parlamentarios se reunieron en octubre: se buscaron puntos de encuentro en el terreno económico para detener la caída económica; también en la educación, introduciendo algunas mejoras a lo que se venía haciendo, entendiéndola como elemento importante tanto para la economía como para la democracia.

Lo más significativo de lo pactado giró en torno a conseguir la democratización de la educación, la mejora de la calidad de la enseñanza, la homogeneización de centros escolares estatales y privados -puesto que se percibía una cierta predilección por los últimos-, y la revisión de la financiación que recibían. Además, se iban a establecer una gratuidad progresiva en los niveles no universitarios, se crearían 70.000 plazas escolares, se mantendría la gratuidad del transporte y del comedor escolar en los colegios de concentración –aquellos a los que acudían niños desplazados desde otros municipios- y se abaratarían los libros de texto. Otra medida fue la incorporación a la escuela de las lenguas maternas, necesitando para ello de la preparación del profesorado que iba a ver incrementado de nuevo su salario.

Mientras esto sucedía, en la urgencia de soluciones políticas y económicas para instaurar la democracia, siete personas ilustres, representantes de los partidos políticos más significativos del momento, comenzaban a elaborar el borrador de la Constitución en agosto de 1976 y lo daban por finalizado, para pasar por los trámites del Congreso y del Senado, quince meses después. Aprobada por referéndum el 6 de diciembre del 78, contiene los derechos y las libertades fundamentales por las que nos regimos los españoles.

El artículo 27 es el artículo referido a la Educación, recogiendo las bases de la reglamentación actual: libertad de enseñanza, derecho a la educación y autonomía universitaria. En otros artículos de otros ámbitos de la Constitución también se hacía referencia a derechos fundamentales que también son relevantes para la educación. Así, los relativos a los derechos de la persona, la igualdad de todos los españoles sin discriminación de ningún tipo, la libertad ideológica, religiosa y la de cátedra, la protección a la familia, el derecho a la formación y a la readaptación profesional, la protección a la infancia y a la juventud, el acceso a la cultura, y las atenciones que tienen derecho a recibir los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, regirán las normas educativas de las posteriores leyes orgánicas.

- La libertad de enseñanza contiene 3 puntos: además de reconocer el derecho de todos a recibir educación -“ pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”- se garantiza, además una educación religiosa y moral de acuerdo con las prácticas familiares. Este punto será objeto de numerosas críticas en las futuras leyes orgánicas.

- En cuanto al derecho a la educación, se dice que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita; se garantiza el derecho de todos a la educación con participación de todos los sectores implicados. Se ordena, asimismo, la participación de la comunidad educativa en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos, y se encarga a los poderes públicos las responsabilidades de inspección del sistema educativo y de ayuda a los centros escolares que reúnan los requisitos legales establecidos.

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Cuestiones más controvertidas de descentralización educativa: las relativas a la libertad de enseñanza en las que entra toda la confrontación entre enseñanza pública y enseñanza privada. Normalización de las diferentes lenguas españolas; libertad de creencias religiosas.

Cuando el proceso de traspaso de competencias educativas a las respectivas comunidades autónomas se completó, el sistema educativo dejó de ser centralizado, es decir, dirigido y controlado directamente por el Ministerio, y la educación pasó a ser responsabilidad de cada autonomía con las restricciones que previene la Constitución.

Los pros y contras de la descentralización educativa y sus consecuencias: aunque, desde una perspectiva teórica, esta descentralización es la fórmula más adecuada al permitir, entre otras, una mayor adaptación a las singularidades regionales y una más ágil y eficaz gestión y resolución de problemas, en la realidad ha traído algunas complicaciones no deseables. Seguramente, las diferencias ideológicas de los gobiernos autonómicos han propiciado notables diferencias en la forma de llevar adelante cuestiones tan delicadas como la lengua materna y la disposición de recursos económicos dedicados a la educación. En todo caso, los principios constitucionales garantizan la igualdad de todos los españoles y la solidaridad entre autonomías en lo relativo a las prestaciones mínimas de los servicios públicos.

3. PRIMEROS DESARROLLOS CONSTITUCIONALES Y DEMOCRÁTICOS EN EDUCACIÓN (1980-1990)

Estando la Unión del Centro Democrático –UCD- en el poder, se elaboró, en 1980, la primera Ley Orgánica educativa de la democracia: Ley Orgánica del Estatuto de Centros Escolares, LOECE, que apenas tuvo trascendencia por motivos jurídicos y políticos.

En la LOECE se sustituyen las alusiones a los principios franquistas por los democráticos, quedando definida la finalidad en los términos de “conseguir el pleno desarrollo de la personalidad mediante una formación humana integral y el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales, así como la adquisición de hábitos intelectuales y de trabajo y la capacitación para el ejercicio de actividades profesionales” Se establece la obligatoriedad de la escolarización a partir de los 6 años, confirmando la gratuidad ya existente.

Reconoce los apartados constitucionales relativos a la elección por los padres del tipo de educación que desean para sus hijos de acuerdo con sus creencias filosóficas y religiosas, la libertad para la creación de centros docentes y la de enseñanza, por la que se va a dar una formación integral adecuada a la edad de los alumnos. Continua la financiación de los centros con fondos públicos.

La forma de elegir director quedaba fuera del marco democrático: eran seleccionados por la Administración de acuerdo a los principios de mérito, capacidad y publicidad.

También reglamentó los deberes y derechos de los alumnos, comenzado por el derecho a ingresar en un centro escolar sin poder ser discriminado en razón de su lengua, raza, religión y situación económica y social; era una reformulación del estatuto del estudiante propuesto por la Ley General de Educación.

Aunque se elaboró durante el gobierno de Adolfo Suárez, con Otero Novas como responsable del Ministerio de Educación, y se intentó poner en marcha en 1980, varios de sus artículos, como ya se ha dicho, fueron considerados anticonstitucionales. A esto se añaden los avatares políticos de la dimisión de Suárez, y el inmediato acceso a la Presidencia del Gobierno de Calvo Sotelo, y más tarde, a raíz de las elecciones de 1982, de Felipe González.

Cuando la educación se retomó en 1983, el nuevo gobierno reglamentaba la universidad, con la Ley de Reforma Universitaria, LRU, y dos años más tarde hacía lo mismo con las enseñanzas no universitarias aprobando la Ley Orgánica del Derecho a la Educación, LODE.

Los socialistas criticaron la LOECE:-Por no respetar el espíritu constitucional, recurriendo numerosos artículos ante los tribunales y que fueron declarados inconstitucionales. -Por no valorar el estado de la financiación de los centros privados, a los que se les concedían demasiados recursos en comparación con los

que destinaban a los centros estatales, ni proponer una programación general de la enseñanza. Se comprueba que tampoco se había defendido suficientemente la libertad de cátedra.

José Mª Maravall estuvo al frente del Ministerio de Educación en el primer gobierno del PSOE; Era un momento de parada en la educación no universitaria ya que la LOECE estaba impugnada en muchos de sus artículos, mientras que la universidad seguía rigiéndose por la LGE, anterior a la Constitución. Era preciso formular leyes que adaptaran el sistema educativo a los requerimientos de la nueva situación democrática. Lo hicieron por partes, aunque formaron parte de un proceso de reforma integral que se culminaría más tarde; se comienza por la universidad para seguir con las enseñanzas básicas y medias.

La Ley de Reforma Universitaria – LRU - fue la primera : las ideas básicas eran, fundamentalmente, que la universidad presta un servicio público y que debe cumplir con calidad las funciones de desarrollo científico, formación profesional y extensión cultural, comenzando por su entorno próximo, la Comunidad Autónoma.

Se facilita la creación de nuevas universidades tanto por entidades públicas como privadas, se regulan los Departamentos, las categorías del profesorado funcionario, ahora catedráticos y titulares de universidad o de escuela universitaria y como contratados, los asociados y los visitantes, así como las fórmulas de selección. Tanto la composición de los órganos universitarios como sus competencias van a quedar fijados en los estatutos de cada universidad, documentos organizadores de la nueva vida universitaria.

Dentro del derecho al estudio se aboga por la movilidad de los estudiantes entre las universidades, aumentando las becas. Fue una ley contestada por algunos sectores que veían en ella rescoldos fascistas: los estatutos reducían la participación de los estudiantes, el rector era elegido por el claustro y no por la comunidad universitaria, tradición en los procesos de selección del profesorado... Sin embargo, es justo reconocer a esta ley la ampliación de los límites de la autonomía universitaria, favorecida por la incipiente descentralización, y la introducción de un nuevo modelo de gobierno más en consonancia con la situación democrática. Esta Ley fue sustituida –18 años después- por la LOU (Ley Orgánica de Universidades) promovida desde el gobierno popular, y que ha sido reformada por el actual gobierno socialista.

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La adaptación constitucional del sistema educativo: Previamente a la presentación de la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación, LODE, ven la luz varios documentos socialistas tales como Aprender en libertad en el que defendían la escuela pública y la libertad para enseñar y para aprender y que fue contrarrestado con otro del Partido Demócrata Popular en el que defendía la enseñanza privada y atacaban al PSOE por defender una escuela única, pública, laica y autogestionada. Pero el Ministerio no estudió con seriedad la situación educativa, valorando solamente las deficiencias más obvias de la anterior ley de 1970, tales como el desprestigio de la formación profesional, el aumento del fracaso escolar, la temprana toma de decisiones sobre posteriores estudios, y la necesidad de descentralizar la educación, por ejemplo.

También la LODE, Ley Orgánica del Derecho a la Educación, fue recurrida en el año 1984 y no pudo entrar en vigor hasta el 4 de julio de 1985.

La educación queda definida por su objetivo: “el pleno desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y deberes fundamentales”

Se considera que es necesario adaptar la educación a los rápidos cambios sociales y a las exigencias de los sectores productivos, incorporando nuevos conocimientos científico-tecnológicos y eliminando el fracaso escolar existente. Para ello se van a reformar los contenidos y los métodos educativos, eliminando la función de reproducción social de la educación; todos los ciudadanos tienen derecho a acceder a todos los niveles, factor fundamental para la democracia.

Es importante su aportación a la catalogación de los centros docentes: de Educación Preescolar, de EGB, de BUP y de FP. Según su financiación: públicos, concertados –de titularidad privada pero sostenidos con fondos públicos- y privados. Existía así la posibilidad de elegir el tipo de centro que los padres quisieran para sus hijos, posibilitando también la libertad de cátedra, respetando la libertad de conciencia y el pluralismo ideológico. Así mismo, todos los centros pueden proponer la metodología y actividades escolares y extraescolares que consideren más pertinentes, siempre que no discriminen a ningún miembro de la comunidad educativa. Este punto se hace extensivo al proceso de admisión, estableciéndose baremos que aseguren la justicia social; aunque una doble lectura indica que los más pudientes eran obligados a incorporarse a centros privados, ya que en los públicos se daba preferencia a los que tenían menos recursos, lo que actúa en detrimento de la escuela pública.

La gestión democrática en los centros se trata de asegurar creando los Consejos Escolares e implicando a todos los participantes de la comunidad educativa.

El pensamiento educativo socialista de reforma integral tuvo como consecuencia la modificación sectorial de los diferentes tramos educativos. Destacan dos líneas en estas reformas:

1ª) el desarrollo del principio de igualdad de oportunidades educativas para todos:Adolescentes de 14 y 15 años que dejaban de estudiar al terminar la EGB, o que incluso no la habían superado, esperaban de brazos cruzados a tener la edad reglamentaria para incorporarse al ámbito laboral (16 años); estos alumnos, los alumnos de zonas rurales, alumnos de preescolar de esas mismas zonas sin escolarizar por falta de plazas o por ser muy pocos, fueron objeto, en 1983, de los programas de Educación Compensatoria que se colocaron en los Centros de Recursos creados al efecto.La experiencia, con éxito desigual, duró pocos años, puesto que la siguiente ley, la de 1990, amplió la escolaridad obligatoria hasta los dieciséis años, aconsejó del ingreso en los centros de preescolar a los niños desde los tres años, y se consideró erradicado el analfabetismo.

Se propone una medida importante y novedosa: la integración escolar de los discapacitados. Normativas del Ministerio de Educación, en 1985, establecían medidas de ordenación y planificación que transformaban una parte del sistema educativo para garantizar el logro de los objetivos en lo posible al alumnado disminuido y lo escolarizaba en el régimen ordinario, recibiendo los apoyos necesarios de acuerdo con ley de Integración Social de Minusválidos. La idea básica se centraba en conseguir la normalización de este colectivo para lo cual era necesaria la pronta integración de los alumnos diferentes, hoy llamados de necesidades educativas especiales (ACNEE), en los colegios y aulas ordinarios; para ello planteaba varias modalidades: integración completa, parcial y combinada en centros ordinarios, permaneciendo en los centros específicos los casos más graves. La inclusividad de estos alumnos en los centros ordinarios facilita su aprendizaje y normal integración por imitación y contacto con los alumnos sin NEE, a la vez que aumentan los valores de tolerancia, solidaridad, respeto... en estos últimos.

2ª) la formación continua del profesorado:Otro eje central es la formación permanente del profesorado. Consciente el Ministerio de que sin un profesorado bien preparado

ninguna reforma puede tener éxito y de que la calidad de la educación necesita tener un profesorado con una preparación inicial excelente y una actualización continua, crea los Centros de Profesores –CEP, más tarde llamados CPR-

Algunos de los cursillos más solicitados tenían relación con la aplicación educativa de las nuevas tecnologías, coincidiendo con el momento de mayor popularidad de las mismas. Actualmente los más relevantes son la informática y los audiovisuales: saber manejarlos como un recurso educativo más se ha quedado obsoleto; ahora el alumno es autor de sus avances, mientras que el rol del profesor se invierte y pasa a ser asesor, motivador, planificador.

2. LA EDUCACIÓN ESPAÑOLA A PARTIR DE LA DECADA DE LOS NOVENTA.

El estado de la educación española había mejorado notablemente desde la ley del 70. Los objetivos de escolarización ya estaban conseguidos con el periodo obligatorio, y también con respecto a los niños de cinco años y casi todos los de cuatro. Los centros se rigen por normas democráticas y las reformas parciales van dando sus frutos.

En 1987 se presenta para su conocimiento y discusión el documento ‘Proyecto para la reforma de la Enseñanza. Propuesta para el debate’, ahora con Javier Solana en el Ministerio, que se convierte, dos años después, en el Libro Blanco de la Reforma Educativa en el que se formulaba la propuesta que iba a tomar forma de ley en 1990 –la LOGSE- Sus tres objetivos fundamentales son:

-Ampliación de la escolaridad obligatoria hasta los 16.-Reestructurar las etapas educativas y mejorar la calidad de la enseñanza.-Reforma el currículum, que quedó fijado en un documento -el Diseño Curricular de Base, DCB-

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En la LOGSE, según dice su preámbulo, el objetivo fundamental de la educación que se formula ahora es “proporcionar a los niños-as, a los jóvenes de uno y otro sexo, una formación plena que les permita conformar su propia y esencial identidad, así como construir una concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma. Tal formación plena ha de ir dirigida al desarrollo de su capacidad para ejercer con actitud crítica y en consonancia con sus valores individuales y sociales y en una sociedad axiológicamente plural, la libertad, la tolerancia y la solidaridad”

Es un derecho social básico con enorme incidencia en la compensación de desigualdades educativas y en la lucha contra la discriminación, por lo que la educación permanente y la atención a los alumnos con necesidades educativas especiales se atienden con esmero.

Los niños pueden ingresar en instituciones educativas desde bebés, se anuncia la gratuidad para el ciclo de 3 a 5 años, y los mayores van ampliando su periodo de escolaridad obligatorio hasta los 16 años (eliminando el vacío educativo de dos años existente en la LGE); así, la EGB se fragmenta en dos etapas: la Educación Primaria (EP) –de los 6 a los 2 años- y la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) hasta los 16:- En Primaria se va a proporcionar a todos los niños una educación común que haga posible la adquisición de los elementos básicos

culturales.- La finalidad de la ESO, además de continuar con la transmisión a los alumnos de los elementos básicos de la cultura, es desarrollar la

capacidad de asumir sus deberes y ejercer sus derechos, de incorporarse a la vida activa o acceder a la formación profesional de grado medio o al bachillerato. Es una etapa común caracterizada por la existencia de unos mínimos comunes para todos y por la diversificación progresiva, necesaria para acoger los intereses y necesidades de los alumnos. Esta diversificación se destina a los alumnos de 16 años que no superan los objetivos de la ESO y que, si aún persiste la insuficiencia, podrán integrarse en los programas de garantía social.

La aplicación de la ESO estuvo llena de dificultades por parte de los sectores implicados: por una parte, las familias no veían con buenos ojos que sus hijos de 12 años convivieran con alumnos mayores en los institutos porque no iban a aprender nada bueno, adelantando los problemas de la adolescencia; por otra, el profesorado de EGB que venía atendiendo a los niños de 13 y 14 quedaba en situación de sobrante, y los institutos no tenían espacio ni profesorado suficiente para atender a este incremento del alumnado.

A pesar de los buenos presagios que se vaticinaban para la ESO, ha resultado la etapa más conflictiva de toda la escolaridad y no ha conseguido eliminar el fracaso escolar.

La ESO forma, con los dos cursos de Bachillerato y la FP de grado medio, la Enseñanza Secundaria, estudios a los que puede acceder una vez conseguido el título de Graduado Escolar en Educación Secundaria.

El Bachillerato tiene como finalidad formar a los alumnos en lo intelectual y en lo humano. Ofrece las siguientes modalidades: Artes, Ccs de la naturaleza y de la Salud, Humanidades y CCs sociales, y Tecnología, estudios que conducen a los universitarios previa superación de una prueba específica de acceso, a la FP de tercer grado o a la vida laboral.

La FP cualifica para el desempeño de actividades en un ámbito laboral y para la adaptación a posibles modificaciones en el trabajo.

La Educación Especial continúa, siguiendo las medidas establecidas en el año 85: recursos suficientes para los alumnos con necesidades educativas especiales temporales o permanentes, profesorado especializado y currículos adaptados son elementos necesarios para que el alumnado pueda alcanzar dentro del mismo sistema los objetivos establecidos con carácter general para todos. Se procura su integración en centros ordinarios.

Educación para adultos: La LOGSE pretende que los adultos se integren nuevamente en los cauces formativos comenzando por proporcionar la educación básica y conseguir el título de Graduado Escolar en ESO, y continuar con el Bachiller o la Formación Profesional; incluso con cierta edad y previa superación de unas pruebas establecidas al efecto, se puede conseguir el título de Bachiller e ingresar en la universidad.

La calidad de la educación necesita de la calidad de la enseñanza. Para ello se proponen siete medidas: La cualificación y formación del profesorado, la programación docente, los recursos educativos y la función directiva, la innovación y la investigación educativa, la orientación educativa y profesional, la inspección educativa y la evaluación del sistema educativo, que van a ser desarrollados en normativas posteriores.

La primera de las medidas generó siete especialidades de Magisterio: Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Musical, Lengua Extranjera, Educación Física, Educación Especial –especialidad en pedagogía terapéutica (PT) -, y Audición y Lenguaje (AL). Además de este notorio cambio en la formación inicial del profesorado, esta ley potencia su formación permanente considerándola al mismo tiempo un derecho y un deber, que premia con incentivos económicos.

El proceso de reformas se completa a finales del 95 con la Ley Orgánica de la Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Educativos LOPEGCE, cuyo propósito es mejorar la calidad de la enseñanza, la participación y la autonomía pedagógica, organizativa y de gestión. De ahí que la LOPEGCE imponga la mejora de los centros desde la participación de la comunidad educativa en el gobierno y en la gestión de los mismos; por un lado, aúna en la dirección la participación de la comunidad educativa en una elección democrática y la profesionalidad de los candidatos, y por otro ordena su participación en la definición del Proyecto Educativo.

A partir de esta Ley, el director es elegido por el Consejo escolar por periodos de 4 años, no pudiendo sobrepasar los tres periodos consecutivos. Con el jefe de estudios y el secretario se completa el equipo directivo, que trabaja ayudado por el Claustro y el Consejo Escolar. Este punto es uno de los más utilizados por los detractores más radicales de la LOPEGCE que entienden que cada vez es mayor el poder de los directores y cada vez aumenta más su papel como representantes de la administración, desviándose de los principios básicos de una dirección colegiada, propia de los centros democráticos.

La evaluación, tradicionalmente aplicada al alumnado, se amplía a los procesos educativos, al profesorado y a los centros, tanto por agentes internos como externos. El sistema educativo también va a ser evaluado periódicamente por el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación, creado al efecto.

Son innegables los avances que el gobierno socialista consiguió para la educación. Veamos las características que resumen el espíritu de las leyes orgánicas socialistas:

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Tanto la LGE como la LOGSE recibieron fuertes críticas por la escasez de financiación y por no haber demostrado suficiente valentía en la modernización del sistema educativo.

De la LOGSE se dice también que ha sido una ley que aplicó el neoliberalismo a la enseñanza y ordenó la educación de acuerdo con los cánones empresariales de libertad de elección de servicios y productos, con enseñanzas cargadas de competitividad que satisfacían las necesidades formativas del sector económico.

NO se ha sabido reducir el fracaso escolar sino todo lo contrario, continúa y se incrementa; para muchos, la promoción automática en cada curso ha sido una de las causas de un fracaso y un abandono escolar que no se alivia con las adaptaciones y las diversificaciones curriculares. La pretendida educación en valores –destacable el valor del esfuerzo del alumno para la consecución de los objetivos curriculares- no ha servido de mucho.

En definitiva, la educación propugnada por la LOGSE ha sido calificada por muchos como mediocre; tampoco la LOPEGCE respondió a sus expectativas, sobre todo por entender que perjudica a la escuela pública mientras favorece a la privada, recorta la participación de la comunidad educativa en la gestión de los centros y coloca al director como representante de la administración en lugar de serlo de la comunidad educativa.

En todo caso son leyes que han modernizado el sistema educativo español adecuándolas a las nuevas estructuras democráticas y descentralizadas, y a las imposiciones de la Unión Europea.

Sólo pasadas unas décadas será posible hacer una crítica justa de lo que ha sido y no ha podido ser la educación en el período ahora estudiado