1
INGRID Ingrid siempre corre. Siempre tiene prisa. Desde que nació vive en un mundo con prisas: para ver a alguien, para pillar…No hay quien la pare…ni ella misma. Corre, corre por el poblado. Lo cruza, vuelve a atrás. Pero se le espera, es de las personas que corren pero que sabe que le van a esperar. “Me llamo Ingrid Rands Tomaszyk, hoy corro con mi bolígrafo no para escribir a Dios, mi pesadilla, corro para contar como fue mi vida hasta hoy, para contar como llegué a vivir en este mundo del que estoy luchando por salir: el mundo de las drogas”. Drogas significa que su pesadilla de escribir a Dios es muy real. Le pide, a pesar de no creer, que quiere salir de esto. Que se entere porque hasta ahora, no le ha escuchado: a lo mejor, por escrito, lo hace. Nació en África en 1978, antes del inicio de la guerra en el Congo Belga. Es una africana blanca. “No tengo ni un recuerdo. Tenía 3 o 4 años cuando me fui con mi madre y hermanas a Francia y mi padre quedó esperando que volviésemos, pero no fue así, nunca volvimos. Mi padre murió.” Y ella no volvió a encontrarse con él. Su madre y sus hermanas rehicieron su vida y quedó en una nueva casa, con su madre. Una casa que no le gustaba. No era fácil Ingrid, en absoluto. Después le llevaron a una casa de acogida, en la que l@s niñ@s sí que tenían problemas: violaciones, agresiones, abandonos…“Me quedaba allí porque prefería morir, que vivir con la nueva familia de mi madre. Fue una suerte para mí poder quedarme allí hasta los 18 años. Lo pasé muy bien. Me pude quedar hasta los 21, pero fui demasiado impaciente.” Ingrid siempre tiene prisa. Después de Francia vino Andorra, luego Londres… luego otra vez Francia. Y empezó con la bulimia. “Hoy estoy enganchada a las drogas. Lo más extraño es que para mí la bulimia fue más dura de vivir que todo lo que estoy pasando ahora. Con la bulimia está perdido todo. Cuando acabé con la bulimia, empecé con la coca” Ahora Ingrid sigue peleando. Desea salir del poblado. Quiere ir deprisa también, pero este paso le está costando más. En el poblado lo tiene todo, pero va ganando la partida. Ya ha salido por temporadas. Esta historia no la ha acabado. Lleva semanas escapando, como en su foto. De colores y deprisa. FOTO: RUBÉN GONZÁLEZ

Reverso Mayo

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Reverso Mayo agenda 2013

Citation preview

Page 1: Reverso Mayo

INGRID

Ingrid siempre corre. Siempre tiene prisa. Desde que nació vive en un mundo con prisas: para ver a alguien, para pillar…No hay quien la pare…ni ella misma. Corre, corre por el poblado. Lo cruza, vuelve a atrás. Pero se le espera, es de las personas que corren pero que sabe que le van a esperar.

“Me llamo Ingrid Rands Tomaszyk, hoy corro con mi bolígrafo no para escribir a Dios, mi pesadilla, corro para contar como fue mi vida hasta hoy, para contar como llegué a vivir en este mundo del que estoy luchando por salir: el mundo de las drogas”. Drogas significa que su pesadilla de escribir a Dios es muy real. Le pide, a pesar de no creer, que quiere salir de esto. Que se entere porque hasta ahora, no le ha escuchado: a lo mejor, por escrito, lo hace.

Nació en África en 1978, antes del inicio de la guerra en el Congo Belga. Es una africana blanca. “No tengo ni un recuerdo. Tenía 3 o 4 años cuando me fui con mi madre y hermanas a Francia y mi padre quedó esperando que volviésemos, pero no fue así, nunca volvimos. Mi padre murió.” Y ella no volvió a encontrarse con él.

Su madre y sus hermanas rehicieron su vida y quedó en una nueva casa, con su madre. Una casa que no le gustaba. No era fácil Ingrid, en absoluto. Después le llevaron a una casa de acogida, en la que l@s niñ@s sí que tenían problemas: violaciones, agresiones, abandonos…“Me quedaba allí porque prefería morir, que vivir con la nueva familia de mi madre. Fue una suerte para mí poder quedarme allí hasta los 18 años. Lo pasé muy bien. Me pude quedar hasta los 21, pero fui demasiado impaciente.” Ingrid siempre tiene prisa.

Después de Francia vino Andorra, luego Londres… luego otra vez Francia. Y empezó con la bulimia. “Hoy estoy enganchada a las drogas. Lo más extraño es que para mí la bulimia fue más dura de vivir que todo lo que estoy pasando ahora. Con la bulimia está perdido todo. Cuando acabé con la bulimia, empecé con la coca”

Ahora Ingrid sigue peleando. Desea salir del poblado. Quiere ir deprisa también, pero este paso le está costando más. En el poblado lo tiene todo, pero va ganando la partida. Ya ha salido por temporadas. Esta historia no la ha acabado. Lleva semanas escapando, como en su foto. De colores y deprisa.

FOTO: RUBÉN GONZÁLEZ