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Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica México, 3 a 5 de febrero de 2010 Sesión: Los orígenes y tendencias de la desigualdad en América Latina Luis Bértola y Linda Twrdek (coordinadores) La evolución de la desigualdad en Australia, Argentina, Nueva Zelanda y Uruguay, 1870 – 1914 1 Jorge Álvarez 2 Resumen La integración del mercado mundial y la convergencia de precios fue una de las principales características de la primera globalización del capitalismo (1870 – 1914). Los efectos de la globalización sobre la distribución del ingreso ha sido un tema de creciente interés en el campo de la historia económica en la última década. Se ha sostenido que en las regiones de asentamiento europeo con abundancia de tierras y escasez de trabajadores, se produjo un aumento de la desigualdad en el período. Sin embargo, países como Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay al tiempo que recibieron inmigración europea ampliaron sus fronteras territoriales. La cambiante dotación de factores (población y tierras) en estos países durante la primera globalización, exige analizar la evolución de la desigualdad considerando el impacto específico de estas tendencias contradictorias. El objetivo del artículo es aportar evidencia sobre la evolución de la relación entre los salarios y el precio de la tierra en cuatro provincias de Argentina (Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fé) y en cuatro estados de Australia (Victoria, New South Wales, Queensland, South Australia) durante la primera globalización del capitalismo. Estas tendencias son comparadas con las experimentadas por los pequeños países de Nueva Zelanda y Uruguay. Adicionalmente, se analizan los procesos de ampliación de la frontera teniendo en cuenta las instituciones que regularon la distribución de derechos de propiedad territorial. La evidencia que surge de un enfoque centrado en el movimiento de la frontera y en las instituciones domésticas, discute que el aumento de la desigualdad haya sido la tendencia dominante en el período. También destaca que en el marco de la 1 BORRADOR, se ruega no citar. 2 Programa de Historia Económica y Social de la Unidad Multidisciplinaria. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República, Uruguay. E-mail: [email protected] Quiero agradecer al Fondo Clemente Estable, a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y a la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la UdelaR.

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Page 1: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica México, 3 a 5 de febrero de 2010

Sesión:

Los orígenes y tendencias de la desigualdad en América Latina

Luis Bértola y Linda Twrdek (coordinadores)

La evolución de la desigualdad en

Australia, Argentina, Nueva Zelanda y Uruguay, 1870 – 19141

Jorge Álvarez2

Resumen

La integración del mercado mundial y la convergencia de precios fue una de las

principales características de la primera globalización del capitalismo (1870 – 1914).

Los efectos de la globalización sobre la distribución del ingreso ha sido un tema de

creciente interés en el campo de la historia económica en la última década. Se ha

sostenido que en las regiones de asentamiento europeo con abundancia de tierras y

escasez de trabajadores, se produjo un aumento de la desigualdad en el período. Sin

embargo, países como Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay al tiempo que

recibieron inmigración europea ampliaron sus fronteras territoriales. La cambiante

dotación de factores (población y tierras) en estos países durante la primera

globalización, exige analizar la evolución de la desigualdad considerando el impacto

específico de estas tendencias contradictorias.

El objetivo del artículo es aportar evidencia sobre la evolución de la relación entre los

salarios y el precio de la tierra en cuatro provincias de Argentina (Buenos Aires,

Córdoba, Entre Ríos y Santa Fé) y en cuatro estados de Australia (Victoria, New

South Wales, Queensland, South Australia) durante la primera globalización del

capitalismo. Estas tendencias son comparadas con las experimentadas por los

pequeños países de Nueva Zelanda y Uruguay. Adicionalmente, se analizan los

procesos de ampliación de la frontera teniendo en cuenta las instituciones que

regularon la distribución de derechos de propiedad territorial.

La evidencia que surge de un enfoque centrado en el movimiento de la frontera y en

las instituciones domésticas, discute que el aumento de la desigualdad haya sido la

tendencia dominante en el período. También destaca que en el marco de la

1 BORRADOR, se ruega no citar. 2 Programa de Historia Económica y Social de la Unidad Multidisciplinaria. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de la República, Uruguay. E-mail: [email protected] Quiero agradecer al Fondo Clemente Estable, a la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y a la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la UdelaR.

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globalización, las instituciones domésticas contribuyeron a conformar distintos

patrones distributivos en los países de Australasia y del Río de la Plata.

1. Introducción

La integración del mercado mundial y la convergencia de precios fue una de las

principales características de la primera globalización del capitalismo (1870 – 1914).

Los efectos de la globalización sobre la distribución del ingreso ha sido un tema de

creciente interés en el campo de la historia económica en la última década. Se ha

sostenido que en las regiones de asentamiento europeo con abundancia de tierras y

escasez de trabajadores, se produjo un aumento de la desigualdad en el período. Sin

embargo, países como Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay al tiempo que

recibieron inmigración europea ampliaron sus fronteras territoriales. La cambiante

dotación de factores (población y tierras) en estos países durante la primera

globalización, exige analizar la evolución de la desigualdad considerando el impacto

específico de estas tendencias contradictorias.

El objetivo del artículo es aportar evidencia sobre la evolución de la relación

entre los salarios y el precio de la tierra en cuatro provincias de Argentina (Buenos

Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fé) y en cuatro colonias de Australia (Victoria, New

South Wales, Queensland, South Australia) durante la primera globalización del

capitalismo. Estas tendencias son comparadas con las experimentadas por los pequeños

países de Nueva Zelanda y Uruguay. Adicionalmente, se analizan los procesos de

ampliación de la frontera teniendo en cuenta las instituciones que regularon la

distribución de derechos de propiedad territorial.

En este artículo estos procesos son abordados desde un enfoque que considera

explícitamente la cambiante dotación de factores en los procesos de ampliación de la

frontera y las instituciones domésticas que regularon la distribución de derechos de

propiedad territorial durante la primera globalización del capitalismo en las economías

de nuevo asentamiento europeo.

Este trabajo se inscribe en la tradición de estudios que analizan la relación entre

la distribución del ingreso y el crecimiento económico a escala internacional y se nutre

de la producción de estudios históricos comparativos sobre las economías de nuevo

asentamiento europeo, desarrollados por diversos cientistas sociales e historiadores a

escala internacional desde la década de 1960 hasta la actualidad.

El artículo se organiza en siete secciones. Además de la introducción, en la

sección 2 se discuten los enfoques convencionales que analizan las principales

tendencias de la distribución del ingreso a escala internacional durante la primera

globalización, y se presenta el enfoque analítico adoptado en este trabajo.

Page 3: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

2

En sección 3, se describen los procesos de ampliación de la frontera territorial en

las colonias australianas, en la región pampeana argentina, en Nueva Zelanda y

Uruguay, y el crecimiento de la población.

En la sección 4, se compara la evolución del precio de los factores (salario y

renta de la tierra) y de la distribución del ingreso en los cuatro países con un enfoque

regional.

En la sección 5, se analizan las principales características de los procesos de

distribución de derechos de propiedad en el contexto de ampliación de la frontera

territorial, la estructura agraria y los sistemas de tenencia que se consolidaron en cada

país.

En la sección 6, se presenta una estimación de la distribución funcional del

ingreso desarrollada en Álvarez & Willebald (2009), y se analiza a la luz de la evidencia

presentada en este trabajo.

Finalmente, se presentan las principales conclusiones.

2. Primera globalización y distribución del ingreso en las economías de nuevo

asentamiento

Las transformaciones tecnológicas asociadas a la segunda etapa de la

Revolución Industrial, en particular, el desarrollo del transporte y de las

comunicaciones, la expansión del comercio a escala mundial, la creciente integración de

los mercados de factores y la convergencia de precios de las commodities, han tenido

poderosos efectos sobre la distribución del ingreso a escala global desde 1870 hasta la

Primera Guerra Mundial. Los trabajos de Williamson (1999, 2000, 2002), O’Rourke &

Williamson (1999) y Lindert & Williamson (2001), basándose en el paradigma

desarrollado por Stopler–Samuelson a partir de la teoría convencional (neoclásica) del

comercio internacional de Heckscher – Ohlin, han señalado que en Europa y en las

economías asiáticas con abundancia relativa de trabajo y escasez de recursos naturales

como la tierra, la desigualdad se redujo durante la primera globalización; y que en las

economías de nuevo asentamiento europeo de América y Australasia con abundancia

relativa de recursos naturales y escasez de trabajo, la desigualdad tendió a crecer. En

esos trabajos, se analiza la distribución del ingreso como resultado de la tendencia de la

relación del precio de los factores: la relación entre los salarios y la renta de la tierra

(salarios-renta).

En las economías de nuevo asentamiento europeo como Argentina, Australia,

Nueva Zelanda y Uruguay, el precio de la tierra aumentó durante la primera

globalización como consecuencia del boom de las exportaciones de bienes primarios

(materias primas y alimentos). Al mismo tiempo, los precios de las commodities

aumentaron con relación a los precios de los bienes manufacturados. Esto se tradujo en

Page 4: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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un aumento de los ingresos de los propietarios de la tierra con relación a los asalariados,

aunque la intensidad de los efectos sobre los niveles de desigualdad dependió de las

instituciones domésticas que determinaron la distribución de los derechos de propiedad

sobre la tierra en cada país. Este aspecto es tomado en cuenta por Williamson (1999) al

señalar que: “Of course, in those places where the family farm dominated and where

land was distributed more equally, a fall in w/r would not have translated into such a

sharp rise in inequality” (Williamson, 1999: 14) y destacado por Greasley & Oxley

(2004, 2005), Bértola y Porcile (2002), Álvarez (2007, 2008), Álvarez et al (2008) y

Alvarez & Willebald (2009) para los casos de Nueva Zelanda y Australia comparados

con Argentina y Uruguay.

Las conclusiones a las que arribó Williamson en sus trabajos con O’Rourke y

Lindert, se apoyan en el análisis de un grupo reducido de casos. Diversas

investigaciones desarrolladas en los últimos años (y reseñadas en Greasley, Inwood y

Singleton, 2007), continuando el enfoque analítico de aquellos, presentan nueva

evidencia correspondiente a un grupo más amplio de países. La evidencia presentada en

estas investigaciones convalida, en algunos casos, las principales conclusiones de

Williamson; en otros, es contraria a los resultados esperados, esto es, una tendencia

creciente de la relación salarios-renta de la tierra en economías exportadoras de bienes

primarios, con abundancia de tierras y escasez de trabajo. En particular, la evidencia

presentada por Shanahan & Wilson (2007) sobre la relación salario-renta en las colonias

australianas y el muy interesante trabajo desarrollado por Rodríguez Weber (2009)

sobre la distribución del ingreso en Chile durante la primera globalización.

Las discrepancias entre los resultados esperados por los trabajos inspirados en la

teoría neoclásica del comercio internacional y la evidencia que surge de los estudios de

casos, exige abordar la evolución de la desigualdad en las economías periféricas de

nuevo asentamiento europeo con un enfoque que integre los efectos de la cambiante

dotación de factores (mano de obra y tierras) que experimentaron países como

Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Uruguay durante la primera globalización del

capitalismo, y los procesos históricos que consolidaron las instituciones que regularon

la distribución de los derechos de propiedad territorial.

2.1. Un enfoque analítico: instituciones y distribución del ingreso

Para ello, es preciso que las investigaciones sobre la globalización y sus efectos

sobre la desigualdad, incorporen explícitamente el concepto de frontera (Harley, 2007),

esto es, la progresiva expansión económica liderada por Europa Occidental hacia las

nuevas regiones del mundo, especialmente, hacia las nueva periferia de asentamiento

europeo. Esta perspectiva permite introducir, y contribuye a jerarquizar, la dimensión

Page 5: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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histórica en el análisis de la relación entre la distribución del ingreso y el crecimiento

económico.

Los enfoques institucionalistas y neoinstitucionalistas han destacado que la

estructura de derechos de propiedad es un factor clave en la conformación del sistema

de incentivos para el desarrollo económico. Al mismo tiempo, han desarrollado un

enfoque crítico de la economía convencional buscando incorporar una teoría del cambio

histórico al análisis económico (North, 1984, 1995). Al cuestionar el supuesto de la

racionalidad sustantiva de los agentes (el homus economicus neoclásico), y al considerar

que los sujetos se enfrentan a situaciones de incertidumbre, el institucionalismo

jerarquiza la reconstrucción de contextos históricos concretos y de las instituciones

económicas conformadas por los actores históricos. Este enfoque contribuye a

comprender el funcionamiento de la economía y sus resultados a partir del análisis de

las instituciones específicas que configura cada sociedad y que emergen de la

interacción entre factores geográficos, económicos, políticos, culturales e ideológicos.

Desde este enfoque, la distribución del ingreso está determinada por la estructura

de derechos de propiedad y ésta por los mecanismos establecidos para la resolución de

los conflictos de intereses inherentes a cada sociedad. Esta relación es destacada por

Acemoglu et al (2004), al señalar que las configuraciones institucionales que

promueven el crecimiento económico combinan derechos de propiedad y mercados

operando de manera eficiente, con cierta equidad en el acceso de la población a los

recursos económicos. De este modo, la estructura de los mercados se configura

endógenamente y se encuentra determinada por la existencia o la ausencia de estructuras

de incentivos que inclinen a los agentes a invertir en capital físico y humano, y en

innovación tecnológica o a desarrollar conductas rentísticas.

Con otro énfasis, Engerman y Sokoloff (2002) establecen que la dotación de

recursos (clima, tierra y densidad demográfica), de una economía es el fundamento de

sus instituciones. En otras palabras, la dotación de recursos de una economía determina

la especialización productiva y ésta el patrón de distribución de la riqueza. De estas

relaciones emergen las instituciones que, a su vez, tienden a reforzar y perpetuar el

patrón de distribución.

De este modo, el enfoque que adoptamos en este trabajo considera que la

globalización y las tendencias de la evolución del ingreso predominantes en las

economías periféricas de nuevo asentamiento, no debe ser entendida restrictivamente

como el resultado de la convergencia de precios que resultó de su incorporación al

mercado mundial, sino como un proceso en el que la expansión de la frontera territorial

en la periferia y sus efectos sobre la distribución y el crecimiento económico estuvo

mediada por las instituciones económicas.

En particular, por las instituciones que definieron la apropiación de las nuevas

tierras en el proceso de expansión de la frontera. Estas instituciones fueron

Page 6: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

5

condicionadas por la legislación y las costumbres que se configuraron durante la

colonización y la primera mitad del siglo XIX en los territorios de más antigua

ocupación. También, por las características naturales de las nuevas tierras (calidad), por

la dotación relativa de trabajo y por el costo del transporte. La escasez de población en

la frontera tendió a debilitar a las instituciones, entre ellas, el poder del estado. Por ello,

la distribución de derechos de propiedad territorial fue el resultado de complejos

procesos en el que interactuaron las características físicas y geográficas de los recursos

disponibles, las instituciones configuradas en el pasado, las políticas diseñadas por los

gobiernos (las normas jurídicas que regularon la distribución de tierras), el tipo de

estado que configuró cada sociedad y la dotación de factores. Adicionalmente, la

estructura de la propiedad de la tierra, que emergió de los procesos de distribución de

derechos de propiedad, fue el resultado de la tecnología disponible (la adaptación de

innovaciones generadas a escala mundial o la innovación local), del costo relativo de los

factores, y de la combinación específica que estas variables adoptaron en cada uno de

los países.

3. Evolución de la dotación de factores: expansión de la frontera y crecimiento de

la población en Australia, Argentina, Nueva Zelanda y Uruguay

3.1. Expansión de la frontera territorial

Argentina, Australia y Nueva Zelanda ampliaron sus fronteras territoriales,

durante el período, aumentando la cantidad de tierras destinada a la producción agraria.

Uruguay alcanzó tempranamente la frontera territorial en la década de 1870,

manteniendo fijo el stock de tierras durante la globalización, en un período de fuerte

expansión del sector primario y de fuerte crecimiento de la población. Esto le imprimió

a Uruguay rasgos particulares con relación a Nueva Zelanda, a la región pampeana

argentina y a Australia. Esta expansión de la frontera y sus efectos sobre la distribución

del ingreso adquirió características específicas en cada país, asociadas a las instituciones

que regularon la distribución de derechos de propiedad sobre las nuevas tierras y a la

estructura de la propiedad, procesos que serán analizados en la sección 5.

Australia multiplicó por diez las tierras ocupadas entre 1870 a 1914 pasando de

32 millones de hectáreas a 380 millones de hectáreas. Sin embargo, en las colonias de

más antiguo poblamiento el crecimiento de la cantidad de tierras destinadas a la

producción no fue tan importante. En Victoria la expansión fue de 14 a 15 millones de

hectáreas, en New South Wales el stock de tierras se mantuvo en los mismos niveles (70

millones de hectáreas), en South Australia aumentó de 17 a 47 millones de hectáreas

entre 1870 y 1914, habiendo superado los 60 millones de hectáreas en la década de

Page 7: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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1880, y Queensland incorporó más de 30 millones de hectáreas, pasando de 100 a 136

millones de hectárea entre 1883 y 1914 (Taylor, 1994)

[Insertar aquí Gráfico 1]

La región pampeana argentina (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y

La Pampa) amplió la frontera territorial e incorporó 40 millones de hectáreas,

aproximadamente, entre 1867 y 1890 (Cortés Conde, 1975, 1979; Gaignard, 1989). La

Provincia de Buenos Aires pasó de 11.6 millones de hectáreas en 1867 a poco más de

30 millones en 1890, Santa Fe de 5.7 millones a 13.2 millones en el mismo período,

Córdoba de 15 millones a 17.5, en tanto, Entre Ríos no incorporó nuevas tierras a la

producción conservando una extensión de 7.5 millones de hectáreas en el mismo

período.

[Insertar aquí Gráfico 2]

Nueva Zelanda amplió su frontera territorial pasando de 9 millones de hectáreas

en la década de 1870 a 16 millones de hectáreas en 1911. En este país, la incorporación

de nuevas tierras a la producción fue un proceso complejo. Las nuevas tierras (bosques,

pantanos, etc.), no eran aptas originalmente para la producción ganadera lo que exigió

transformar el paisaje natural (desecación de pantanos, deforestación y creación de

praderas artificiales) para incorporarlas a la producción. Por otra parte, el

desplazamiento de la población Maorí fue un proceso conflictivo, en particular, en la

década de 1860. La presión por nuevas tierras de una población en crecimiento y la

expansión de la demanda internacional por bienes agrarios, hicieron rentable la

incorporación de las nuevas tierras a la producción, a pesar de los altos costos que

implicó este procesos.

Uruguay utilizó toda la tierra productiva disponible (16-17 millones de

hectáreas) desde la década de 1870, aprovechando las muy buenas condiciones naturales

de su pradera para la producción ganadera. No incorporó nuevas tierras a la producción

porque alcanzó tempranamente su frontera. El crecimiento de la producción agraria

registrado entre 1870 y 1914 estuvo asociado, fundamentalmente, al aumento de la

productividad, debido a las transformaciones institucionales (consolidación política del

estado, establecimiento de una estructura de derechos de propiedad segura en el medio

rural) y tecnológicas (alambramiento de los campos, expansión del ferrocarril)

desarrolladas a partir de 1870.

[Insertar aquí Gráfico 3]

Page 8: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

7

3.2. Población

Argentina y Australia, también Nueva Zelanda y Uruguay, son considerados por

la historiografía económica países de nuevo asentamiento europeo: regiones

escasamente pobladas, con una alta relación tierra – población, que recibieron intensas

corrientes migratorias de origen europeo durante la primera globalización. Esto no

significa que los cuatro países hayan sido en el pasado espacios territoriales vacíos,

terra nullius, según el supuesto jurídico que hasta la década de 1990 mantuvo la

Suprema Corte de Australia. La población nativa, escasamente considerada en la

tradición historiográfica de las settler societies, conformó la población original de estas

regiones. El proceso de colonización y apropiación de los nuevos territorios por parte de

los colonos y de los nuevos estados en Australasia y en el Río de la Plata, implicó la

reducción demográfica, la marginación, cuando no el exterminio de sus comunidades

originarias.

Las corrientes migratorias de origen europeo que arribaron a estas tierras

periféricas de clima templado, desde mediados del siglo XIX, aceleraron el crecimiento

de la población de los cuatro países. Entre 1870 y 1914 Australia, Nueva Zelanda y

Uruguay triplicaron la cantidad de habitantes. Argentina aumentó 4.5 veces su

población en el mismo período.

[Insertar aquí Cuadro 1]

La distribución territorial de la población dependió del grado de saturación de

las regiones de más antiguo poblamiento y de la expansión de la frontera. En Argentina,

las provincias que aumentaron más aceleradamente su población fueron las que

incorporaron más tierra a la producción entre 1870 y 1914. La Provincia de Buenos

Aires multiplicó por siete su población entre 1869 y 1914 (sin contar la ciudad de

Buenos Aires que aumentó su población 8.4 veces) y la Provincia de Santa Fe

multiplicó su población por diez y pasó de ser la provincia pampeana con menor

población en 1869 a ser la segunda más poblada, después de Buenos Aires, en 1914.

Las provincias de Córdoba y Entre Ríos triplicaron su población en el período.

En las colonias australianas más densamente pobladas y de más antigua

colonización, la población se duplicó (New South Wales, Victoria y Tasmania),

inclusive en South Australia que incorporó nuevas tierras en el período. En las colonias

más nuevas y menos pobladas la población aumentó 5 veces en Queensland, 17 veces

en Northem Territory y 11 veces en Western Australia.

En Nueva Zelanda cambió la distribución territorial de la población en el

período. El crecimiento demográfico de la población de origen europeo fue mayor en la

Page 9: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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Isla Norte, donde se incorporaron nuevas tierra a la producción, que en la Isla Sur. La

primera concentró en 1870 el 37 % de la población y en 1914 el 60 % (Prichard, 1970)

[Insertar aquí Cuadros 2 y 3]

Entre 1815 y la primera guerra mundial, más de 40 millones de europeos

emigraron hacia las nuevas regiones de América y de Australasia. Esta es una de las

principales consecuencias de la Revolución Industrial y una de las principales

características de la primera globalización, junto a la expansión del comercio mundial y

al crecimiento de la exportación de capitales. Entre 1815 y 1914 Argentina y Australia

recibieron más de 4 millones de inmigrantes cada una (Taylor, 1994). Sin embargo, la

inmigración europea hacia Australia comenzó antes y fue más numerosa que la

inmigración hacia Argentina anterior a 1870. Entre 1870 y 1914, Australia tuvo un

saldo de 900 mil inmigrantes. En el mismo período, el saldo migratorio de Argentina

fue de 3.2 millones (Mitchell, 1998). Las corrientes migratorias que se dirigieron a

Nueva Zelanda y Uruguay, formaron parte de los mismos contingentes que arribaron a

los vecinos más grandes. Nueva Zelanda tuvo un saldo migratorio de 300 mil y Uruguay

de 147 mil en el período (Briggs, 2003; Álvarez, 2008). Sin embargo, el impacto de la

inmigración sobre el crecimiento de la población no fue el mismo en los cuatro países:

el impacto fue mayor en Argentina (52 %) y Nueva Zelanda (40 %) que en Australia (27

%) y Uruguay (20 %).

[Insertar aquí Gráfico 4]

Estos procesos migratorios tuvieron diversos y poderosos efectos sobre las

sociedades receptoras: aceleraron el ritmo de crecimiento de la población total;

modificaron la estructura de edades de las poblaciones receptoras; incrementaron la tasa

de masculinidad; aumentaron la proporción de la población económicamente activa; y

transformaron los mercados de trabajo.

El interesante trabajo comparativo de Taylor (1994) sobre las corrientes

migratorias de Argentina y Australia muestra que, a pesar de las similitudes, la

composición de las corrientes migratorias revela importantes diferencias entre los

respectivos mercados de trabajo. La inmigración de Australia –esto vale también para

Nueva Zelanda- partió de un mercado de trabajo con niveles salariales más altos que la

inmigración que se dirigió Argentina y a Uruguay. Los inmigrantes de Australia (80 %)

y Nueva Zelanda (90 %) fueron en su gran mayoría de origen británico. Los inmigrantes

que se dirigieron a Argentina y Uruguay fueron, predominantemente, italianos y

españoles que, en conjunto, representaron el 70 %, aproximadamente, de la inmigración

en cada país. Estas diferencias (origen de los inmigrantes y niveles salariales) dan

Page 10: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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cuenta de la existencia de un mercado internacional de trabajo segmentado en el

período.

Otra diferencia significativa de la inmigración hacia ambas regiones, estuvo

definida por las políticas públicas desplegadas para fomentar la inmigración. En

Australia y en Nueva Zelanda se diseñaron y practicaron políticas sistemáticas de apoyo

y subsidio a los inmigrantes. En Argentina y Uruguay, si bien hubo una serie de

estímulos y una política abierta y liberal, la asistencia pública a los inmigrantes fue

marginal, menos sistemática y acotada en el tiempo.

Entre 1861 y 1900 casi 400 mil inmigrantes, de un flujo neto de 767 mil, fueron

asistidos por los gobiernos de las colonias australianas. (Taylor, 1994). Desde 1901, con

la conformación de federación australiana, la asistencia continuó, pero con una política

muy restrictiva (“Australia Blanca”) que estimuló la inmigración británica y limitó la

población proveniente de países de menores ingresos. En Nueva Zelanda, fueron

asistidos por los gobiernos más de la mitad de los inmigrantes que se establecieron en el

país. La asistencia se interrumpió únicamente en los años de crisis (Martin; 1996: 384;

Prichard, 1970: 142; Bloomfield, 1984).

En Argentina, con excepción de los intentos de organizar de forma sistemática la

inmigración durante el gobierno de Avellaneda (1874 – 1880), y los subsidios otorgados

en la segunda mitad de la década de 1880, la inmigración fue en general espontánea. De

igual modo, en Uruguay el estado no subsidió el arribo de inmigrantes, con la excepción

del establecimiento de colonias agrícolas en la década de 1870 y de alguna iniciativa

frustrada en la década de 1880 (Oddone, 1966).

Estos procesos ponen en evidencia las diferentes capacidades de los estados de

los países de Australasia y del Río de la Plata para desplegar políticas públicas para

atraer y financiar a los inmigrantes. Pero también estas diferencias forman parte de la

segmentación del mercado internacional de trabajo como destacó Taylor (1994). Como

muestra este autor con relación a Argentina y Australia, y Bértola et al (2000), con

relación a Uruguay, las diferencias salariales entre los países del Sur de Europa y los

países del Río de la Plata eran muy superiores a las diferencias salariales entre los países

del Norte de Europa y los países de Australasia. Esta es una de las principales razones

por la que millones de inmigrantes arribaron al Río de la Plata sin recibir ningún tipo de

subsidio.

4. Evolución del precio de los factores y distribución del ingreso: un enfoque

regional

Como ha sido señalado en la sección 2, los trabajos que han analizado la

evolución de la distribución del ingreso a escala mundial desde el paradigma

desarrollado por Heckscher – Ohlin y Stopler–Samuelson, han tendido a ver a Australia

Page 11: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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y a Argentina (Williamson, 1999), también a Nueva Zelanda y a Uruguay, como

ejemplos clásicos de economías de nuevo asentamiento europeo que experimentaron

una caída de la relación salario-renta, es decir, un aumento de la desigualdad.

Williamson, (1999), muestra que la relación salario-renta cayó en Australia en 1914 a la

cuarta parte de 1870 y en Argentina a menos de la quinta parte de 1880. Sin embargo,

estos resultados solo consideran, tanto para el caso de Australia como para el caso de

Argentina, datos regionales que son tomados como representativos de todo el país. En

efecto, en el caso de Australia O’Rourke & Williamson (1999), consideran los precios

de la tierra de la colonia de Victoria. En el caso de Argentina, Williamson (1999)

considera salarios y precio de la tierra de la Provincia de Buenos Aires.

[Insertar aquí Gráfico 5]

En esta sección, buscamos comparar la evolución de la relación salarios-renta de

la tierra en cuatro colonias australianas (estados federados desde 1901) (New South

Wales, South Australia, Queensland y Victoria) y cuatro provincias Argentinas de la

región pampeana (Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba). Estas tendencias, son

comparadas también con las exhibidas por Nueva Zelanda y Uruguay. El análisis

regional permite observar el movimiento relativo del precio de los factores en regiones

que conservaron características específicas y experimentaron una cambiante dotación de

factores durante la primera globalización. En particular, aumentaron el stock de tierras

destinadas a la producción agraria, ampliaron su frontera territorial, e incrementaron su

población por efecto del influjo de las corrientes de inmigración europea.

Una de las mayores limitaciones de la comparación histórica es la escasez y

fragilidad de los datos comparables. Sin bien, en las últimas décadas, ha habido

importantes esfuerzos por mejorar la información histórica disponible a escala

internacional sobre diversos indicadores (producto, población, precios de factores -tierra

y salarios- costos de vida, etc.), aún son importantes los agujeros de información. En

particular, cuando se realizan comparaciones que buscan analizar tendencias en el nivel

regional. Esta es una de las principales limitaciones que enfrenta este trabajo que, por

otra parte, se encuentra en sus etapas iniciales de desarrollo.

Por contar con una cultura estadística más sólida, los países de origen británico

como Australia y Nueva Zelanda, cuentan con información más completa y

sistematizada que los países del Río de la Plata. Esta es la principal dificultad que

hallamos al intentar reconstruir la información sobre la evolución del precio de la tierra

y, en particular, sobre el precio de los salarios en las provincias argentinas. La

información sobre el precio de los factores de Nueva Zelanda y Uruguay, casos que

investigamos desde hace varios años, lo tomamos de anterior investigaciones (Álvarez,

2007, 2008) y no exigieron, para este trabajo, un esfuerzo específico de indagación. De

Page 12: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

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todas formas, pensamos que es posible identificar tendencias claras de la distribución

del ingreso durante la globalización en las colonias australianas, en las cuatro provincias

argentinas, en Nueva Zelanda y Uruguay que futuros trabajos, seguramente, mejorarán.

4.1. Australia

Australia ha sido considerada un caso típico, entre las economías de nuevo

asentamiento europeo, que experimentó un aumento de la desigualdad durante la

primera globalización en línea con las predicciones de los enfoques propuestos por

Heckscher – Ohlin y Stopler–Samuelson. Sin embargo, estos abordajes no han

considerado que, en el siglo XIX, Australia estuvo conformada por colonias autónomas

que siguieron trayectorias específicas con relación a la expansión de sus fronteras

territoriales, al asentamiento de población, a las políticas públicas implementadas por

sus gobiernos autónomos y al tipo de especialización productiva (minería, agricultura y

ganadería) configurada a partir de las dotación de factores. En este sentido, Denoon

(1983), Meredith & Dyster (1999) y Shanahan & Wilson (2007), destacan que cada

colonia tuvo una legislación propia, más allá de contar con estructuras parlamentarias

similares, y cierto grado de competencia y rivalidad que se expresó en las políticas

específicas que desarrollaron los gobiernos para atraer comercio, población y capitales.

Australia no fue conformada hasta 1901 con un sentido nacional, ni fue

organizada como un mercado único. Por ejemplo, el sistema ferroviario, que contó con

un gran desarrollo a partir de la década de 1880, con la construcción, propiedad y

gestión pública, no fue pensado como un sistema ferroviario integrado. Las redes

ferroviarias conectaron las principales ciudades coloniales con su hinterland, pero no a

las colonias. En 1881, hubo catorce sistemas de ferrocarril en New South Wales y

Queensland que no estaban unidos entre si (Denoon, 1983). Había varias economías

aisladas, cada una con su puerto y su territorio, y el ferrocarril reflejó esta realidad. La

expansión del ferrocarril acompañó la expansión ganadera y agrícola, y la ampliación de

la frontera territorial. Sin embargo, señala Denoon (1983), tampoco hay que exagerar la

fragmentación de la sociedad australiana antes de la federación. Las seis colonias fueron

muy similares en su composición social y en la forma como se desarrollaron. También

hubo cierta especialización regional y una importante movilidad demográfica entre

ellas, lo que muestra cierto grado de integración de las diversas economías.

Atendiendo esta diversidad, Shanahan & Wilson (2007) examinan la tendencia

de la desigualdad en las colonias australianas, a través de la evolución de la relación

salarios-renta de la tierra en cada colonia, a partir de la información sobre el precio de la

tierra y de los salarios que proporcionan Wither et al, (1985), Taylor (1992), Vamplew

(1987) y las estadísticas oficiales de las colonias. Las tendencias de la evolución de la

Page 13: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

12

relación salario-renta que presentamos en este artículo se basan en la evidencia

presentada por Shanahan & Wilson (2007).

En términos generales, la evolución de la relación salarios-renta de la tierra en

las colonias de New South Wales, South Australia, Queensland y Victoria muestra un

aumento de la desigualdad en las cuatro colonias (caída de la relación salario-renta)

desde el segundo lustro de la década de 1880 hasta los primeros años del siglo XX. Con

la siguiente precisión: en los casos de New South Wales y Queensland solo hay

información disponible, sobre la relación salarios-renta, a partir de la década de 1880.

Desde los últimos años de la década de 1890 la evolución horizontal de la relación

salario-renta no indica una tendencia clara sobre el aumento o la caída de la

desigualdad, en particular en New South Wales, Queensland y South Australia.

[Insertar aquí Gráfico 6]

Victoria y South Australia exhiben tendencias contradictorias de la relación

salario-renta entre la década de 1860 y 1880. La evidencia muestra que la desigualdad

cayó en South Australia y aumentó en Victoria. Llama la atención, entonces, la

evolución de la relación salario-renta en South Australia porque en el período esta

colonia incrementó sostenidamente las exportaciones de granos hacia las otras colonias

y hacia el mercado internacional. Esta evolución contradice las predicciones del teorema

Stolper – Samuelson. La principal causa de la caída de la relación salario – renta en

South Australia entre 1869 y 1883, aproximadamente, fue la caída del precio de la

tierra.

[Insertar aquí Gráfico 7]

Shanahan & Wilson (2007) destacan dos posibles causas para la caída del precio

de la tierra en South Australia en un contexto de expansión de sus exportaciones

agrarias: una, de carácter institucional; la otra, asociada a diversas innovaciones

tecnológicas que permitieron incorporar, con mayor facilidad que en el pasado, nuevas

tierras a la producción agrícola. La primera, se relaciona con las políticas públicas de

distribución de tierras basadas en la legislación de la década de 1860 (Scrub Act, 1866 y

Waste lands Amendment Act, 1869). Estas leyes, permitieron arrendar a los agricultores

tierras públicas por largos períodos (21 años) y a muy bajo precio (Scrub Act, 1866), y

adquirir tierras en propiedad a pequeños productores rurales con créditos otorgados por

el gobierno con el compromiso de deforestar los predios y cultivarlos (Waste lands

Amendment Act, 1869). La segunda, consistió en el desarrollo de nuevas técnicas para

limpiar las tierras de arbustos densos (mullenizing) (ver Figura 1), y ararlas con un tipo

especial de arado (stump-jump) (ver Figura 2) que permitía trabajar la tierra aún con

Page 14: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

13

restos de raíces y troncos de árboles. En consecuencia, estos factores permitieron

incorporar nuevas tierras a la producción (la tierra en uso creció de 15 millones de

hectáreas a 60 millones entre 1867 y 1885) y ampliar la frontera territorial hacia tierras

marginales, lo que tendió a deprimir el precio promedio de la tierra en South Australia

(ver Gráfico 1 y 7)

En Victoria el precio de la tierra tendió a crecer desde 1860 (con la excepción

del primer lustro de la década de 1880 y en la década de 1890), la frontera se mantuvo

estable (en el entorno de 15-20 millones de hectáreas) y su población se duplicó en el

mismo período.

4.2. Argentina

Argentina también ha sido considerado un caso típico, entre las economía de

nuevo asentamiento europeo, que experimentó durante la globalización un persistente

incremento de la desigualdad (Williamson, 1999).

Una de las principales características de Argentina fue haber contado con una

frontera territorial abierta hasta la década de 1890. El corrimiento de la frontera

territorial, por medio de las campañas militares, de la expansión de la producción

agropecuaria y del avance del ferrocarril, permitió una oferta elástica de tierra en el

período. En términos generales, hasta la década de 1880 el mercado de tierras fue

limitado y el precio que se pagó por ella fue fijado por la autoridad pública con base en

criterios ajenos al mercado. Desde la década de 1880, el mercado de tierras se consolidó

como consecuencia de las transformaciones institucionales (control militar de los

nuevos territorios y consolidación de los derechos de propiedad) que permitieron el

corrimiento de la frontera, la transferencia masiva de tierras públicas a los particulares y

el desarrollo de una red de transporte que hizo posible y rentable la explotación de las

nuevas tierras.

Luego de un importante aumento en la década de 1880, se registró, en el primer

lustro de la década de 1890, una caída del precio de la tierra como efecto de la crisis.

Cortés Conde (1979) ha señalado que la caída del precio de la tierra en los años noventa

coincidió con el alza de los precios de los productos agrícolas, en particular, de los

cereales, lo que alentó la expansión de la actividad agrícola. En la segunda mitad de la

década de 1890, se observa un crecimiento del precio de la tierra, pero el aumento

espectacular comenzará recién a partir de los primeros años de 1900 y se prolongará

hasta la primera guerra mundial. En este período el precio de la tierra creció a mayor

ritmo que el precio de las exportaciones agrícolas y ganaderas (Cortés Conde, 1979:

183)

[Insertar aquí Gráfico 8]

Page 15: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

14

El incremento del precio de la tierra en los primeros años del siglo XX, se

explica por el cierre de la frontera y la imposibilidad de integrar nuevas tierras

marginales a la producción. La valorización de la tierra se debió, en parte, al

crecimiento del precio de la producción agrícola y a las transformaciones productivas

experimentadas en esos años por las actividades ganadera y agrícola, lo que redundó en

un aumento de la productividad

Los salarios crecieron en todo el período, a pesar del rápido crecimiento de la

población total y trabajadora. También hubo una gran cantidad de trabajadores que se

movilizaron de un sector de actividad a otro, sin contar los movimientos estacionales de

la migración europea (migración golondrina). Esto permitió que, en los períodos en los

que se registró una caída de la actividad económica y de la demanda de trabajo, el

desplazamiento de mano de obra del sector urbano al agrario y la reducción de los flujos

migratorios, hicieron muy elástica la oferta de mano de obra.

Más allá de estas tendencias generales, la información sobre la evolución de los

salarios en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos es muy precaria. Hasta

1907 no existen estadísticas oficiales sobre salarios. La serie de salarios más

consistente, a partir de la década de 1880, corresponde a la Provincia de Buenos Aires y

fue elaborada por Cortés Conde (1975). No contamos con series de salarios para el resto

de las provincias, con excepción de la evolución por provincia que consigna Cortés

Conde (1975 b) entre 1898 y 1912. En este período, los salarios fueron más altos en

Córdoba, Santa Fe y La Pampa y crecieron a mayor ritmo que en Buenos Aires y Entre

Ríos. En parte, esto fue así por los altos beneficios que prometían las nuevas y más

baratas tierras de las zonas alejadas, lo que habría justificado pagar salarios más altos

que en las regiones más densamente pobladas.

Con base en esta escasa información elaboramos las series de la evolución

relativa de los salarios y la renta de la tierra correspondiente a las cuatro provincias

argentinas.

[Insertar aquí Gráfico 9]

Considerando que el salario tendió a crecer durante todo el período, el

movimiento de la relación salario-renta está determinado, fundamentalmente, por la

evolución del precio de la tierra. El fuerte aumento de la desigualdad (caída de la

relación salario-renta) que se observa durante la década de 1880, se debió al crecimiento

que experimentó el precio de la tierra por esos años. En el primer lustro de la década de

1890, la tendencia de la relación salario – renta se revierte a favor de los salarios en las

cuatro provincias, para seguir una tendencia fluctuante hasta 1900. En Buenos Aires,

Córdoba y Entre Ríos, la relación salario renta fluctuó en torno a los mismos niveles en

Page 16: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

15

la segunda mitad de la década de 1890. Santa Fe muestra una tendencia creciente de la

relación salario – renta desde 1897 a 1904. Estas tendencias se explican, en parte,

porque en la década de 1890 hubo una reducción del ingreso de inmigrantes (Gráfico 4),

lo que redujo el crecimiento de la oferta de trabajo, y una fuerte expansión del área

cultivada, más trabajo-intensiva que la producción ganadera. Esto se refleja en la

tendencia creciente de la relación salario – renta que muestra Santa Fe hasta 1904. La

fuerte y constante caída de la relación salario – renta, que se observa en las cuatro

provincias ente el novecientos y la primera guerra mundial, responde al aumento del

precio de la tierra, en un período de fuerte expansión de la actividad agraria y de las

exportaciones, también al cierre de la frontera en la región pampeana y al fuerte

aumento de la cantidad de inmigrantes que, probablemente, tendió a ralentizar el

crecimiento de los salarios.

4.3. Nueva Zelanda y Uruguay

La evolución de la relación salario – renta en Nueva Zelanda y Uruguay indica

que la desigualdad tendió a crecer durante la primera globalización.

En Nueva Zelanda los salarios crecieron 25 % entre 1875 y 1880,

aproximadamente, y más lentamente desde comienzos de la década de 1880 hasta 1900.

En los primeros años del siglo XX hasta la primera guerra mundial el salario se

mantuvo estable, fluctuando alrededor de los mismos niveles. El precio de la tierra, por

su parte, creció de forma constante en todo el período, con caídas que coincidieron con

los años de crisis, registrando un crecimiento de 80 %, en términos reales, entre 1875 y

1914.

En Uruguay los salarios reales cayeron levemente entre 1875 y 1884, crecieron

hasta los primeros años de la década de 1890, para caer, luego de la crisis, hasta

comienzos del siglo XX y recuperarse lentamente hasta 1913. La evolución del precio

de la tierra muestra una tendencia similar a la experimentada por la Provincia de Buenos

Aires en Argentina. Un crecimiento hasta mediados de la década de 1880, como

consecuencia del aumento de la productividad asociada a las transformaciones

institucionales (consolidación de los derechos de propiedad, afirmación de la autoridad

del estado en todo el territorio) y tecnológicas (cercado de los campos y expansión del

ferrocarril) experimentadas en el período. Desde mediados de la década de 1880 hasta

1900 el precio de la tierra registra una evolución estable, para crecer fuertemente hasta

1911 – 1912.

[Insertar aquí Gráfico 10]

Page 17: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

16

Podría suponerse que el precio de la tierra con relación a los salarios debería

haber crecido más rápidamente en Uruguay durante todo el período, con una frontera

territorial cerrada, que en Nueva Zelanda, con una frontera territorial móvil hasta la

primera década del siglo XX (ver Gráfico 3). Sin embargo, estas tendencias se vieron

contrarrestadas por el intenso flujo de inmigrantes que recibió Nueva Zelanda en el

período, que duplicó la cantidad de inmigrantes que se establecieron en Uruguay

(Cuadro 1)

.De estas tendencias resulta la relación salario – renta en ambos países.

[Insertar aquí Gráfico 11]

Sin embargo, como destacamos en anteriores trabajos (Álvarez, 2007 y 2008), la

evolución de la relación salarios – renta, que indicaría una similar tendencia de la

desigualdad en ambos países, oculta los diferentes patrones distributivos que se

conformaron en Nueva Zelanda y Uruguay durante el período con relación a la

propiedad territorial

El aumento del precio de la tierra, que experimentaron ambos países durante la

primera globalización, como expresión del aumento del precio de los bienes agrarios en

el mercado mundial, de la evolución favorable de los términos de intercambio y del

crecimiento de la productividad de la tierra, benefició a una proporción mayor de la

población en Nueva Zelanda que en Uruguay. La existencia de una mayor cantidad de

productores rurales en Nueva Zelanda durante la primera globalización (Nueva Zelanda

tenía 74 mil predios rurales en la primera década del siglo XX y Uruguay 43 mil), y la

mayor cantidad de productores propietarios de la tierra (40 mil en Nueva Zelanda frente

a 22 mil en Uruguay) permitió que los ingresos derivados de los términos de

intercambio favorables fueran capturados en Nueva Zelanda por un mayor número de

productores rurales que en Uruguay, en general pequeños y medianos propietarios. Los

productores que explotaban grandes predios en Nueva Zelanda practicaron una

ganadería extensiva en tierras arrendadas al estado. En Uruguay, el aumento de los

ingresos derivados del crecimiento del precio de la tierra, benefició en mayor

proporción a los grandes propietarios ganaderos y a los propietarios rentistas de los

predios medianos y pequeños.

5. Expansión de la frontera territorial y distribución de los derechos de propiedad

La distribución de derechos de propiedad territorial en el proceso de ampliación

de la frontera estuvo condicionada en los cuatro países por diversos factores. Entre

ellos, destacamos la influencia de las distintas formas que asumió la incorporación de

los nuevos espacios coloniales por las metrópolis (Gran Bretaña y España) en el pasado

Page 18: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

17

colonial; el accionar de los estados independientes (en el caso de los países del Río de la

Plata), y de los gobiernos autónomos (en los casos de las colonias australianas y de

Nueva Zelanda), y su relación con los actores sociales y económicos locales; las

dinámicas específicas que adoptó la conformación de los mercados de tierras en cada

país; la tecnología disponible, la dotación de factores y la demanda internacional, que

asociados a los anteriores procesos, modelaron las estructuras de la propiedad y los

sistemas de tenencia de la tierra.

España y Gran Bretaña determinaron que los territorios del nuevo mundo les

pertenecían por derecho de conquista a partir de la jurisprudencia internacional

desarrollada en Europa con base en la Divina Providencia y en el derecho natural. De

este modo, las poblaciones originales fueron despojadas de sus territorios. En algunos

casos, se reconocieron los derechos de propiedad territorial de las comunidades

aborígenes como en Nueva Zelanda. Allí el gobierno colonial realizó acuerdos con las

tribus Maorí (Tratado de Waitangi de 1840) en los que se estipulaban los mecanismos

de transferencia de los derechos de propiedad para la Corona británica. En el resto de

los casos, la tierra fue considerada propiedad Real y, sin más trámite, la distribución de

tierras a los particulares, por concesión o por venta, fue potestad exclusiva de la Corona

(española en el Río de la Plata y británica en Australia y Nueva Zelanda).

Más allá de las previsiones del la Corona española por realizar un reparto de la

tierra ordenado y racional en el Río de la Plata, en particular, luego de las reformas

borbónicas y del espíritu fisiócrata que las inspiró, el latifundio ganadero determinó una

estructura de la propiedad concentrada que, grosso modo, las políticas de tierras de los

nuevos estados argentino y uruguayo, las condiciones técnicas de la producción

ganadera en el siglo XIX y la demanda internacional durante la primera globalización,

terminaron de consolidar.

La Corona británica buscó realizar un reparto de tierras en sus colonias

tendientes a estimular la colonización y la producción de los nuevos territorios. Sin

embargo, a pesar del férreo control (militar, político, jurídico y económico) de la

Corona británica sobre sus territorios coloniales, en comparación con el alcanzado por

la Corona española en el Río de la Plata, el proceso de colonización en Australasia no

estuvo exento de conflictos. El ejemplo más destacado fue la colonización de los

grandes productores ganaderos de New South Wales y los conflictos entre los squatting

y las autoridades coloniales. No obstante, el resultado fue una estructura de la propiedad

menos concentrada que la consolidada finalmente en el Río de la Plata.

En Australia y en Nueva Zelanda las tierras de la Corona fueron distribuidas

entre los productores a través de diversos procedimientos y el estado fue un actor

fundamental que reguló el mercado de tierras desde el siglo XIX. La legislación de

tierras, que ordenó el reparto de predios entre la población, fue transformándose con la

expansión de la frontera. En términos generales, las tierras fueron otorgadas a los

Page 19: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

18

productores por venta directa o por remates públicos a pagar en muy largo plazos.

También los productores contaron con complejos sistemas de arrendamiento de tierras

públicas. Estos sistemas permitieron el acceso a la tierra a un amplio sector de la

población y garantizaron las inversiones de los productores que gozaron de contratos a

muy largos plazos (8, 21 años o, en algunos casos, en perpetuidad)3.

En Argentina y Uruguay, las tierras públicas fueron transferidas a los

particulares masivamente en el siglo XIX, fundamentalmente por los nuevos estados

independientes (ver Álvarez & Willebald, 2009). En Uruguay, el 80 % de la tierra era

propiedad del estado en 1830. Los primeros gobiernos comenzaron un rápido proceso

de privatización de la tierra en la década de 1830, luego de eliminar el sistema de

enfiteusis. En la década de 1870, el estado uruguayo apenas conservaba el 25 % de la

tierra sobre la que, además, carecía de control por tratarse de tierras (en su mayoría

sobras fiscales) que en los hechos fueron incorporadas a los predios particulares

(latifundios ganaderos) en el proceso de alambramiento de los campos. El proceso de

privatización de la tierra en Uruguay, estaba concluido en el último cuarto del siglo

XIX.

En Argentina, el proceso de privatización se aceleró con la expansión agraria de

la segunda mitad del siglo XIX. Gaignard (1989) destaca que el gobierno de la

provincia de Buenos Aires vendió 5.2 millones de hectáreas entre 1872 y 1878. La

“campaña del desierto” de 1879 y la siguientes expediciones militares realizadas entre

1879 y 1884 permitieron incorporar a la producción grandes extensiones de tierras. Se

ha estimado que este movimiento de la frontera permitió incorporar 30 millones de

hectáreas (Cortés Conde, 1979; Tur, 1984; Di Tella, 1989). Según Gaignard (1989), la

totalidad de las tierras pampeanas ya tenían dueño en 1884. En términos generales, la

ocupación de los nuevos territorios consolidó una estructura concentrada de la

propiedad rural, más allá de los proyectos, normas y leyes que buscaron limitarla.

Cortés Conde (1979) ha destacado que la expansión de la frontera hasta 1880 fue la

expansión de la frontera ganadera y no el resultado de la presión de una población en

crecimiento demandando tierras. Esto determinó que en la frontera se consolidara un

tipo de explotación ganadera extensiva, por lo que, la gran propiedad no habría sido el

resultado de las instituciones que regularon la distribución de tierras sino de las

condiciones económicas imperantes. La gran propiedad habría permitido una efectiva

ocupación del territorio anterior al fuerte crecimiento demográfico ocasionado por la

inmigración que, como vimos, se aceleró luego de que la frontera había sido alcanzada.

Recientemente Miguez (2007) ha destacado que las instituciones que regularon el

derecho de propiedad sobre al tierra pampeana fueron el resultado de un proceso

histórico complejo, en el que se combinaron las condiciones físicas de los recursos

3 En otro trabajo (Álvarez & Willebald, 2009) se puede consultar el marco jurídico que, a lo largo del siglo XIX, reguló la distribución de tierras en Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Uruguay.

Page 20: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

19

disponibles, las instituciones existentes en la sociedad, los proyectos de los dirigentes, la

mentalidad de los actores, la oferta de los factores, entre otros. De todo esto resultó la

estructura agraria que, aunque concentrada, puso en marcha de forma eficiente un

sistema productivo que hizo posible el gran desempeño exportador y el fuerte

crecimiento económico del período. No obstante, consideramos que dicho proceso tuvo

marcadas consecuencias distributivas.

Más allá de la discusión sobre el origen de la estructura agraria emergente, si

fueron los mecanismos legales y las instituciones informales, en el sentido que le asigna

North (1984), o si respondió a la dotación de factores y a las condiciones tecnológicas,

podemos afirmar que los procesos de ampliación de la frontera territorial en Argentina,

Australia y Nueva Zelanda, también en Uruguay, consolidaron distintas estructuras

agrarias y muy diferentes sistemas de tenencia de la tierra.

Los estados de Australia y Nueva Zelanda conservaron la propiedad de

importantes extensiones de tierra en producción, a través de diversos sistemas de

arrendamiento a los productores. Esto significó que el estado australiano y el estado

neozelandés mantuvieron un férreo control sobre las tierras públicas y contaron con

ellas como una importante fuente de recursos fiscales. En la primera década del siglo

XX, en Nueva Zelanda casi la mitad del territorio ocupado y en producción era

propiedad pública y en Australia el 40 % del territorio, aproximadamente, eran tierras

públicas explotadas por los particulares bajo algún tipo de arrendamiento.

[Insertar aquí Cuadro 4 y Cuadro 5]

Estos procesos dan cuenta de la existencia de dos patrones de distribución de la

tierra en Australia y Nueva Zelanda, por un lado, y en Argentina y Uruguay, por el otro,

que derivaron en diferentes estructuras agrarias y en distintos sistemas de tenencia. Pero

¿cómo afectaron estas dinámicas institucionales locales los procesos distribución del

ingreso en cada país? ¿Acaso la investigación basada en las teorías convencionales del

comercio internacional (Heckscher – Ohlin) y en la distribución del ingreso (Stolper –

Samuelson) sobre los efectos distributivos de la globalización puede capturarlos?

Pensamos que no.

6. La distribución del ingreso en el sector agrario

Es por ello que junto a Henry Willebald, estimamos la distribución funcional del

ingreso del sector agrario en los cuatro países durante la primera globalización y hasta la

década de 1930 (Álvarez & Willebald, 2009)

[Insertar aquí Cuadro 6]

Page 21: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

20

La distribución del ingreso en el sector agrario favoreció el ingreso de los

trabajadores y de las inversiones productivas antes que a los propietarios de la tierra.

Las inversiones orientadas a incrementar la productividad agraria fueron más atractivas

en Australia y Nueva Zelanda que en Argentina y Uruguay, donde los propietarios de la

tierra capturaron una parte significativa del producto agrario. Considerando el promedio

del período, la renta de la tierra en los países del Río de la Plata concentró el 50 % del

producto agrario. En Australia y Nueva Zelanda, la renta capturó, en promedio, el 40 %

y el 35 %, respectivamente.

A partir de la década de 1890 hasta la primera guerra mundial, cuando se

produce la fuerte expansión de las exportaciones de los cuatro países, con el crecimiento

del comercio y de los precios de las commodities en el mercado mundial, la renta

aumentó su participación en el producto agrario en los cuatro países. En este contexto,

se observa con claridad un aumento de la desigualdad en el sector agrario que favoreció

a los propietarios de la tierra. Sin embargo, este deterioro de la distribución del ingreso

fue más intenso en Argentina y Uruguay que en Australia y Nueva Zelanda. En

particular, si considera que, en éstos últimos países, el estado fue el principal propietario

de tierras.

7. Conclusiones

La evolución de la desigualdad en las economías de nuevo asentamiento durante

la primera globalización, ha sido enfocada tradicionalmente desde la óptica del

paradigma Heckscher & Ohlin – Stopler & Samuelson, que identifica un aumento de la

desigualdad en los países del nuevo mundo con abundancia relativa de recursos

naturales y escasez relativa de trabajo. Este enfoque, que se basa en la convergencia

internacional de precios (de bienes y de factores) a escala internacional, no considera la

cambiante dotación de factores (tierra y población) que experimentaron las economías

de asentamiento europeo durante la primera globalización en el proceso de expansión de

sus fronteras territoriales.

En este trabajo, asumimos un enfoque que considera explícitamente el

movimiento de la frontera territorial y el crecimiento de la población en cuatro

provincias argentinas, en cuatro colonias australianas, y en dos países vecinos de

pequeñas dimensiones como Nueva Zelanda y Uruguay. Considerado el conjunto de

casos, la evidencia indica una tendencia creciente de la desigualdad en el período. Sin

embargo, si se analiza la evolución de la relación salario – renta en el nivel regional se

observa caída de la desigualdad, en South Australia entre 1862 y 1883, en las cuatro

provincias argentinas entre 1888 y 1894 y, con fluctuaciones y una tendencia menos

clara, en la provincia argentina de Santa Fe entre 1897 y 1904.

Page 22: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

21

También asumimos que la distribución del ingreso en las economías de nuevo

asentamiento dependió de la distribución de los derechos de propiedad territorial en los

procesos de ampliación de la frontera y del papel de actores claves como el estado. De

estos procesos y de su combinación con la dotación de factores y la tecnología

disponible, resultaron distintos sistemas de tenencia de la tierra y diferentes estructuras

agrarias en los países de Australasia y del Río de la Plata. Una estimación de la

distribución funcional del ingreso en el sector agrario (de la retribución al trabajo, al

capital y a la propiedad de la tierra como proporción del producto agrario), indica que

en Australia y en Nueva Zelanda los factores generadores de riqueza, desde un enfoque

clásico, recibieron en salarios y beneficios una proporción mayor del producto agrario

que la propiedad de la tierra (renta). En Argentina y Uruguay, la renta concentró una

mayor proporción del producto agrario (Álvarez & Willebald, 2009). El enfoque

centrado en la frontera y en las instituciones domésticas permite observar que en el

marco de la globalización hubo distintas tendencias de la desigualdad en el nivel

regional. También permiten distinguir distintos patrones distributivos en las economías

de nuevo asentamiento europeo. Estos patrones dependieron de las instituciones

económicas domésticas que se configuraron en cada país.

Page 23: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

22

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Page 27: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

26

9. Gráficos y Cuadros

Gráfico 1 Australia

Tierra en uso (hás)

010

2030

4050

607080

90100

110120

130140

1865

1868

1871

1874

1877

1880

1883

1886

1889

1892

1895

1898

1901

1904

1907

1910

1913

Mill

ones

de

hect

área

s

VICTORIA NEW SOUTH WALES QUEENSALND SOUTH AUSTRALIA

Fuente: Taylor (1992: 16 – 21, Table 6-10) y Álvarez & Willebald (2009)

Gráfico 2 Argentina

Expansión territorial (hás)

0

5

10

15

20

25

30

35

1855

1867

1876

1890

1914

Millo

nes

de h

ectá

reas Buenos Aires Santa Fe

Entre Ríos Córdoba

Fuente: Cortés Conde (1979: 56) Cuadro 2.1

Page 28: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

27

Gráfico 3 Tierra en uso en Nueva Zelanda y Uruguay

Tierra en uso

9

11

13

15

17

1874 1878 1881 1886 1891 1896 1901 1906 1911

Mill

ones

de

hect

área

s

Nueva Zelanda Uruguay

Fuente: Bloomfield (1984: 167-168) Cuadro 6. Álvarez (2008)

Cuadro 1 Población y saldo migratorios

Argentina Australia Nueva Zelanda Uruguay Población (miles)

1870 1.737 1.648 291 420 1914 7.882 4.941 1.050 1.169

Saldos migratorios (miles) 1870 – 1914 3.215 879 305 147

Proporción debida a la inmigración (%) 1870 – 1914 52 27 40 20

Fuente: elaborado con base en Australia, Mitchell (1998) Argentina, Vazquez-Presedo,Vicente (1971) Estadísticas históricas argentinas 1875 - 1914; Rappoport (2000) Cuadro 1.11:41-42 Nueva Zelanda, Prichard (1970) - Hawkes (1985) - Phil Briggs NZIER (2003). Uruguay, Banco de Datos del Programa de Población – UM – FCS – Udelar.

Page 29: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

28

Cuadro 2 AUSTRALIA

Población de las divisiones administrativas (colonias/estados) en años seleccionados (miles)

Años N

ew S

outh

Wal

es

Nor

them

Ter

ritor

y

Que

ensl

and

Sou

th A

ustr

alia

Tas

man

ia

Vic

toria

Wes

tern

Aus

tral

ia

Tot

al

1861 351 30 127 90 539 16 1.153 1871 503 0,2 120 186 100 730 26 1.665 1881 750 3,5 214 276 116 862 30 2.252 1891 1.124 4,9 394 316 147 1.140 50 3.176 1901 1.355 4,8 498 358 172 1.201 184 3.773 1911 1.647 3,3 606 409 191 1.316 282 4.454

Crecimiento de la Población (1911 con relación a 1871) 3 17 5 2 2 2 11 3

Fuente: Mitchell (1998)

Cuadro 3 ARGENTINA

Evolución de la población en la región pampeana en años seleccionados (miles)

Años

Bue

nos

Aire

s

Bue

nos

Aire

s (c

iuda

d)

Cór

doba

San

ta F

e

Ent

re R

íos

La P

ampa

Tot

al R

egió

n pa

mpe

ana

1869 308 187 210 89 134 928 1895 921 664 351 397 292 26 2651 1914 2100 1576 735 900 425 101 5837

Crecimiento de la Población (1914 con relación a 1869) 6,8 8,4 3,5 10 3,2 6,3

Fuente: datos censales elaborado con base en Gallo (1984: 270) Cuadro 18; Gaignard (1989: 310) Cuadro 32; Indec - Censos Nacionales.

Page 30: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

29

Gráfico 4 Saldos migratorios, Argentina y Australia

Saldos migratorios

-75

-25

25

75

125

175

225

18

50

18

54

18

58

18

62

18

66

18

70

18

74

18

78

18

82

18

86

18

90

18

94

18

98

19

02

19

06

19

10

19

14

mile

s

Australia Argentina

Fuentes: Australia Mitchell, (1998) Argentina: Cortés Conde (1993: 56) Table 2

Gráfico 5

Relación salario-renta (índice 1911 = 100)Promedio quinquenal

0

200

400

600

800

1000

1200

1870 -1874

1875 -1879

1880 -1884

1885 -1889

1890 -1894

1895 -1899

1900 -1904

1905 -1909

1910 -1914

Argentina Australia

Nueva Zelanda Uruguay

Fuentes: Williamson (1999) y Greasley and Oxley (2004: 27, 28)

Page 31: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

30

Gráfico 6 AUSTRALIA

Relación salario-renta (1913 = 100)

0,0

100,0

200,0

300,0

400,0

500,0

600,0

700,0

800,0

1862

1865

1868

1871

1874

1877

1880

1883

1886

1889

1892

1895

1898

1901

1904

1907

1910

1913

South Australia New South Wales

Queensland Victoria

Fuente: Shanahan & Wilson (2007: 20-21, Appendix)

Gráfico 7

AUSTRALIA

Evolución del precio de la tierra (1913 = 100)

0,00

20,00

40,00

60,00

80,00

100,00

1865

1867

1869

1871

1873

1875

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913

VICTORIA NEW SOUTH WALES QUEENSALND SOUTH AUSTRALIA

Fuente: Taylor (1992: 16 – 21, Table 6-10) y Álvarez & Willebald (2009)

Page 32: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

31

Gráfico 8 ARGENTINA

Evolución del precio de la tierra (1913 = 100)

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

1884

1886

1888

1890

1892

1894

1896

1898

1900

1902

1904

1906

1908

1910

1912

Buenos Aires Santa Fé Córdoba Entre Ríos

Fuente: Cortés Conde (1979) Cuadro 3.8 (164); 3.10 (166); 3.11 (168). Díaz Alejandro (1970) Cuadro 1.24 (46). Álvarez & Willebald (2009)

Gráfico 9 ARGENTINA

relación salario - renta

0

100

200

300

400

500

600

700

800

900

1000

188

4

188

6

188

8

189

0

189

2

189

4

189

6

189

8

190

0

190

2

190

4

190

6

190

8

191

0

191

2

Buenos Aires Santa Fé Córdoba Entre Ríos

Fuente: Elaboración propia con base en: Renta: Cortés Conde (1979) Cuadro 3.8 (164); 3.10 (166); 3.11 (168). Díaz Alejandro (1970) Cuadro 1.24 (46). Álvarez & Willebald (2009) Salario: Cortés Conde (1979) Cuadro 4.10 (pág. 226); Cuadro 4.12 (pág. 228). Nota: (1898 - 1913) Estimación propia de la evolución de los salarios con base en Cortés Conde (1975b) Cuadro 10 (pág. 154) a partir de Estadísticas Agrícolas, Buenos Aires, 1912

Page 33: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

32

Gráfico 10

Evolución del precio de la tierra en Nueva Zelanda y Uruguay

Evolución del precio de la tierra (1913 = 100)

0,0

20,0

40,0

60,0

80,0

100,0

120,018

75

1877

1879

1881

1883

1885

1887

1889

1891

1893

1895

1897

1899

1901

1903

1905

1907

1909

1911

1913

Nueva Zelanda Uruguay

Fuente: Nueva Zelanda: Precio real de la tierra, Greasley and Oxley (2004: 27, 28) Uruguay: UY - Indice de Precio real de la tierra en Uruguay estimado con base en el índice nominal del precio de la tierra Banco de Datos PHES, e IPC de Bertola, Calicchio, Camou, Porcile (1996

Gráfico 11 Nueva Zelanda y Uruguay

Relación salario - renta (1913 = 100)

0

100

200

300

400

500

600

700

800

900

1000

187

5

187

7

187

9

188

1

188

3

188

5

188

7

188

9

189

1

189

3

189

5

189

7

189

9

190

1

190

3

190

5

190

7

190

9

191

1

191

3UY NZ

Fuente: Nueva Zelanda – Salarios reales y precio reales de la tierra: Greasley and Oxley (2004: 27, 28); Uruguay - Indice de Precio real de la tierra en Uruguay estimado con base en índice nominal del precio de la tierra Banco de Datos PHES, IPC Bertola, Calicchio, Camou, Porcile (1996). Salario real, estimado con base en Bértola, Calicchio, Camou, Porcile (1998).

Page 34: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

33

Cuadro 4 Evolución de la propiedad pública y privada de la tierra

NUEVA ZELANDA

Propiedad Privada Tierras Públicas TOTAL

años % %

1881 67,8 32,2 100

1891 64,0 36,0 100

1913 51,4 48,6 100

Fuentes: Álvarez (2008) con base en Prichard (1970; 138, 334); The statesman's year-book (1930; 411), (1931; 411), (1932, 413), (1933; 416), (1935, 429), (1937, 439).

Comentario: El total de tierras en Nueva Zelanda corresponde a tierras ocupadas en explotación. No se incluyen las áreas en reserva, ni las tierras públicas disponibles no adjudicadas.

Page 35: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

34

Cuadro 5 Tierras de propiedad pública y privada en Australia 1901 – 1912

Fuente: Tomado de Official Year Book of the Commonwealth of Australia – 1914, Section VI, Land Tenure and Settlement (págs. 273 y 274)

Page 36: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

35

Cuadro 6

Salario Renta Beneficio Salario Renta Beneficio1895 21% 42% 37% 1891 21% 39% 41%1914 20% 60% 20% 1911 23% 42% 35%1935 25% 59% 15% 1921 24% 36% 40%

1933 21% 55% 24%

Promedio 22% 54% 24% Promedio 22% 43% 35%

Salario Renta Beneficio Salario Renta Beneficio1891 24% 56% 21% 1891 28% 34% 37%1911 22% 70% 8% 1911 29% 44% 28%1921 25% 41% 33% 1921 28% 35% 37%1933 28% 42% 30% 1933 34% 26% 40%

Promedio 25% 52% 23% Promedio 30% 35% 35%

SECTOR AGRARIO: DISTRIBUCIÓN FUNCIONAL DEL INGRESOPorcentaje en el total del PBI Agrario

ARGENTINA AUSTRALIA

NUEVA ZELANDAURUGUAY

Fuente: Álvarez & Willebald (2009) Table 3 (pág. 40)

Figura 1 Mullenizing.

Nota: Invento desarrollado por Charles Mullen, productor rural de South Australia, en la década de 1870. Este invento fue producido masivamente y adoptado rápidamente por otros productores rurales.

Page 37: Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica

36

Figura 2 Stump-jump plough

Nota: Este arado fue inventado por Richard Bowyer Smith y desarrollado más tarde por Clarence Herbert Smith. Cuando la cuchilla del arado encuentra un obstáculo (raíz, tronco o piedra) sale de la tierra y, gracias a un sistema de pesas, cae nuevamente a la tierra una vez que el obstáculo ha sido superado. Esta invención resultó muy eficaz y fue adoptado masivamente por los productores.