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IMR RÍO FRÍO DE ZIPAQUIRÁ Carta abierta a la comunidad educativa de Río Frío Quiero empezar citando en esta reflexión a nuestro premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, quien en su obra Crónica de una muerte anunciada relata lo acontecido con el personaje principal: Santiago Nasar, quién el día que se levantó para realizar sus labores cotidianas “No sabía que lo iban a matar” . Tristemente todo el pueblo de la zona costera donde vivía era conocedor de lo que los hermanos Vicario iban a realizar en contra suya , es decir, despostarlo como una res en el matadero. Nadie se atrevió a comunicárselo, nadie lo reconoció como un otro que merecía un trato digno , y a causa de ese silencio el personaje fue asesinado. En este momento me identifico con ese personaje que se levanta para iniciar sus labores como profesor en el colegio de Río Frío, cuando de repente se me informa de manera oral por parte del señor rector que hay una carta donde los estudiantes de grado décimo se quejan de mi supuesto trato soez con ellos. Ante esta esta notificación oral decidí contestar con una carta dirigida al señor rector y con copia al director de curso en la que me sorprendía por la violación del debido proceso, en este caso conducto regular: instancias que se agotan al momento de atender un percance o algún tipo de querella. Para el caso en concreto los estudiantes se dirigieron a la instancia superior que es el rector desconociéndome en mi calidad de profesor titular de las clases de ética y sociales. En esa respuesta a la notificación oral en la que señalaba la violación al debido proceso sumaba el hecho ocurrido ese mismo día cuando le comenté al director de curso, Licenciado Daniel, lo que el señor rector me comunicaba. Más sorprendente para mi que el profesor Daniel se mostró conocedor a cabalidad del asunto, y pese a esto no me comunicó absolutamente nada, sino una vez que se había violentado el debido proceso. Como Santiago Nasar en mi caso primó la falta de solidaridad y reconocimiento, en este caso por parte

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IMR RÍO FRÍO DE ZIPAQUIRÁ

Carta abierta a la comunidad educativa de Río Frío

Quiero empezar citando en esta reflexión a nuestro premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez, quien en su obra Crónica de una muerte anunciada relata lo acontecido con el personaje principal: Santiago Nasar, quién el día que se levantó para realizar sus labores cotidianas “No sabía que lo iban a matar”. Tristemente todo el pueblo de la zona costera donde vivía era conocedor de lo que los hermanos Vicario iban a realizar en contra suya , es decir, despostarlo como una res en el matadero. Nadie se atrevió a comunicárselo, nadie lo reconoció como un otro que merecía un trato digno , y a causa de ese silencio el personaje fue asesinado.

En este momento me identifico con ese personaje que se levanta para iniciar sus labores como profesor en el colegio de Río Frío, cuando de repente se me informa de manera oral por parte del señor rector que hay una carta donde los estudiantes de grado décimo se quejan de mi supuesto trato soez con ellos. Ante esta esta notificación oral decidí contestar con una carta dirigida al señor rector y con copia al director de curso en la que me sorprendía por la violación del debido proceso, en este caso conducto regular: instancias que se agotan al momento de atender un percance o algún tipo de querella. Para el caso en concreto los estudiantes se dirigieron a la instancia superior que es el rector desconociéndome en mi calidad de profesor titular de las clases de ética y sociales.

En esa respuesta a la notificación oral en la que señalaba la violación al debido proceso sumaba el hecho ocurrido ese mismo día cuando le comenté al director de curso, Licenciado Daniel, lo que el señor rector me comunicaba. Más sorprendente para mi que el profesor Daniel se mostró conocedor a cabalidad del asunto, y pese a esto no me comunicó absolutamente nada, sino una vez que se había violentado el debido proceso.

Como Santiago Nasar en mi caso primó la falta de solidaridad y reconocimiento, en este caso por parte del curso y su director quienes sin comunicarme directamente nada me lanzaron a la hoguera como un hereje perseguido en la época en la operaba la Santa inquisición. Continuando con mi exposición; al día siguiente apenas llegué a la institución fui llamado a la cordinación académica donde se me notificó no una carta sino un pasquín1 con fecha del 21 de septiembre de 2015 carente de firma por parte de los estudiantes y del director de curso, solo un “Att: estudiantes 10”. Ante esta manifestación debo empezar por plantear que ese modus operandi de entregar pasquines en nuestro país ha tenido mucha fuerza por parte de ciertos sectores políticos, que buscan asustar y silenciar al otro, al que piensa 1 En RAE: 1. m. Escrito anónimo que se fija en sitio público.

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diferente, al que no se mueve motivado por el fundamentalismo. En últimas, el formato en que se entregó el comunicado en rectoría es propio de un pensamiento que busca reprimir y negar al otro, pero sin personalizarse de manera directa, sino con el recurso que en apariencia no compromete a nadie.

Entrando con mayor profundidad en lo manifestado en el pasquín los “estudiantes” dicen;: “ expresamos nuestra inconformidad por el trato recibido por parte del docente Cristian Camilo quien uso palabras inapropiadas y actitudes desobligantes tales como: mierdas, perro, locos, mediocres, relaja la pelvis etc. Así mismo despotrica de nuestros valores religiosos y morales”. Ante este texto y su formato de pasquín debo empezar por contestar que si bien he utilizado algunas de esas expresiones en clase no ha sido con una intención particular, ni con un ensañamiento sobre ningún estudiante. Lo único que he buscado es ponerme en un lenguaje coloquial que permita un mayor acceso al conocimiento, me atrevo a manifestar que he buscado dentro de la clase una sana camaradería.

Tal vez me olvide de la doble moral que caracteriza desde antaño al pueblo colombiano y de cómo nos sorprendemos al escuchar que alguien ajeno a nuestra zona de confort use determinadas expresiones. Ante eso solemos reaccionar en busca de un confesor y en esa carrera por purgar nuestros oídos se sobredimensiona y malinterpreta los dicho por el otro.

Ahora, en mi caso efectivamente he usado expresiones tales como relaje la pelvis y perros, pero lo he hecho refiriéndome a la preocupación que sienten los estudiantes por la nota. Es decir, ante ese afan por la nota en un sentido coloquial les pedía que relajaran la pelvis y que tomaran eso con calma porque en últimas somos más que los perros de Ivan Pavlov el famoso conductista que hacía sonar la campanita para que sus mascotas llegaran a comer. Aclaro que mi intención con esas expresiones no era ofenderlos y creo que más de uno lo entendió, sino exhortar a que el proceso educativo no tenga como epicentro la nota, ni mucho menos el reproducir un tablero lleno, como si sus mentes fueran cántaros vacíos que se van llenando con la copia exacta de una tábula que se les pone enfrente

Mi objetivo como educador que comienza a laborar es llamarlos a que piensen por sí mismos. Lo que me recuerda el artículo escrito por el gran filósofo de la modernidad Kant y que lleva por título ¿Qué es la ilustración? Allí Kant manifiesta que la ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad de la cual él mismo es culpable. Culpable porque se acostumbró a cumplir con todo lo que le mandan los directores y tutores desde temprana edad sin atreverse a dudar ni cuestionar nada. Esto me lleva a sostener y comulgar con la idea de que los estudiantes de los cursos que tengo a cargo están en la capacidad de pensar por ellos mismos sin limitarse a la reducción y mediocridad de copiar irreflexivamente un tablero, y de creer en todo lo que mandan

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sus tutores y direcores sin cuestionar nada, como si fueran frailes de la Edad media que transcribían la sagrada escritura. Época de la humanidad que gracias al uso de razón y la ciencia ha venido siendo superada.

En la última línea del pasquín se habla de que yo: “despotrico de los valores religiosos y morales”. En este punto debo empezar por reconocer que tuve que buscar en el diccionario de la Real Academia de la lengua lo que significaba la expresión despotrico y encontré que es un verbo: despotricar y que radica en la acción de Hablar sin consideración ni reparo, generalmente criticando a los demás. En un primer momento me vi sorprendido por ese léxico que usan los estudiantes del grado décimo porque es un concepto muy sofisticado y que ni yo mismo en mi formación en letras había leído o escuchado, es más, pareciera que alguien más hubiese escrito esa expresión.

En un segundo momento de reflexión personal siempre me he caracterizado por comulgar con la idea de que el principio de comunión con el otro es el reconocimiento y respeto a pesar de la diferencia ya sea de culto o de inclinación sexual, es más, en ese sentido respeto y admiro para traer a colación a nuestra Ministra de Educación: doctora Yinna Parody quien desde su condición sexual y perteneciente a la comunidad LGBTI: Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero ostenta su cargo lo que no impede un libre y legitimo desenvolvimiento. A lo que voy con esta remisión es al hecho de que siempre he respetado la diferencia y nunca me atrevería a mofarme de una creencia, o de una inclinación sexual, menos en esta época en donde es anacrónico remontarse al oscurantismo del medioevo. Ahora, en lo que toca a mis clases de ética con el curso en cuestión por ejemplo con los estudiantes del grado décimo he buscado interpretar pasajes de la obra del filósofo Paul Ricoeur titulada Sí mismo como otro que se puede entender como una continuación de los planteamientos de Aristóteles. Una obra que no es descabellada de estudiar en un colegio rural, público y sin carácter confesional, siendo que la ética hasta nuestros días ha tenido como gran sustento los pensamientos filosóficos del filósofo griego y las reflexiones de sus tratadistas. Sumando a esto el hecho de que con esta lectura crítica busco que los estudiantes potencialicen su capacidad de comprensión textual.

Para terminar esta carta me reconozco no como un “desobligante” como dice en el pasquín, palabra que no existe en la lengua española y que interpreto como desobligar que en la Rae significa: Sacar de la obligación a alguien, libertarle de ella. En mi caso me reconozco con la capacidad de argumentar sin la necesidad de jugar a las escondidas a través de pasquines, por ello manifiesto que estoy obligado a responder por lo que hago en mi labor como maestro y a defender la divisa de la revolución francesa y que fundamento los Derechos Humanos en la actualidad: La libertad, igualdad y fraternidad.

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Requerimiento

Pido a la comunidad educativa de Río Frío que se me aclare quién escribió el pasquín y que no busquen que olvide las cosas con una respuesta de fecha 24 de septiembre en la que el señor rector manifiesta “, Frente a su derecho de petición, le recordamos que en consejo académico del día 23 de septiembre en el punto de proposiciones y varios el señor rector clarificó que la queja fue de los estudiantes del grado 1001, tal como aparece en el anexo”. Como se puede apreciar en esta contestación se me informa que en efecto la que queja es de los estudiantes de grado décimo, pero más que eso me preocupa que se le dé respaldo a un pasquín que tiene tanta solidez jurídica como los delirios de un interdicto, que tal vez busca enfrentarme jugando al escondite y socavarme como le ocurrió a nuestro personaje Santiago Nasar

Firmo con mi cédula y número telefónico.

Cristian Camilo Sánchez RodríguezLicenciado en filosofía- Universidad Pedagógica Nacionalcc. 1075654070tel: 3188799273