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  • A R T I C U L O

    LOS TERRITORIOS LATINOAMERICANOS EN LA NIUEVA FASE DE INTERNACIONALIZACION NEOLIBERAL

    Emilio Pradilla Cobos*

    iencia o ideologa, la teora regional aborda un as-pecto importante de la relacin naturaleza-socie-dad, con excesiva frecuencia ignorado o desecha-do por la urbanologa; de ah la importancia

    de abordarlo. El objetivo, an sin alcanzar en este tra- bajo, es llegar a un anlisis que reconstruya la totali- dad territorial conformada por el desarrollo de las so- ciedades concretas, histricamente determinadas, sobre un medio natural especfico. Para intentarlo, re-curriremos a la teora general y al mtodo del materia- lismo histrico-dialctico, a pesar de los vaticinios idealistas y triunfalistas del "fin de la historia", del su- puesto fin de los metarrelatos", decretado ideolgica- mente por los posmodemos y de las actas de defun- cin del marxismo, levantadas por intelectuales y tcnicos, que lo confundieron con el estalinismo, muer- to y sepultado demasiado tarde, cuando ya haba cau- sado un dao irreparable al movimiento obrero y a la teora revolucionaria (Pradilla Cobos, 1992).

    1. LAS MODERNIZACIONES DEL PASADO Y LOS TERRITORIOS LATINOAMERICANOS

    En la historia latinoamericana, a lo largo del tiempo del desarrollo capitalista mundial, hemos asistido a cuatro procesos de modernizacin (Berman, 1982, 1 y ss.) sucesivos, todos ellos incompletos (Habermas, 1984, 131 y ss.), impulsados e impuestos "desde arriba", desde lo alto del poder econmico, poltico y/o militar: la llevada a cabo por la conquista y colonizacin eu-

    ropea; la inherente a la acumulacin originaria de capi- tal en el subcontinente; la de la industrializacin por sustitucin de importaciones; y la que actualmente vi- vimos, de reestructuracin global del capitalismo mun- dial, a la manera de los faustos desarrollistas (Berman, 1982), neoliberales. Cada una de ellos ha dejado su huella en nuestras formaciones sociales, entre otros aspectos, bajo la forma de una reestructuracin de los territorios nacionales y regionales.

    1.1. La primera modernizacin: Colonialismo, disolucin y reconstitucin

    de las sociedades regionales

    En el perodo precolombino, en el actual territorio lati-noamericano, ocupado parcial y dispersamente, exis- tieron sociedades dominadas por diversos modos de produccin: clanes o grupos brbaros, comunidades aldeanas primitivas, y estados e imperios "asiticos" (Marx, 1857-1858, Godelier, 1969). Sus diferentes for- mas de apropiacin y transformacin de la naturaleza, de explotacin de los recursos naturales y humanos, de organizacin del trabajo, de distribucin del produc- to, de organizacin social y militar, de cultura y reli- gin, la ausencia o limitacin de los intercambios co-merciales y culturales, y su aislamiento relativo o absoluto, las definen como sociedades regionales au-tnomas, a pesar de los frecuentes enfrentamientos por el control del territorio y la fuerza de trabajo, sobre todo en situaciones de escasez de unos y otras.

    __________ * Profesor e investigador titular del Departamento de Teora y Anlisis, Divisin de Ciencias y Artes para el Diseo, y Coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales y del Area 'Sociedad y Territorio', Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Profesor de Asignatura del Doctorado en Urbanismo, Unidad de investigacin y Docencia, Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Investigador Nacional, SNI-SEP. Direccin postal: Apartado Postal 70380, Ciudad Universitaria, 04510 Mxico D.F. Mxico. Telfono oficina: 724 50 70. Telfono-Fax casa: 6 45 65 4.8.

    Revista EURE (Vol. XXI, N 63), pp. 57-68, Santiago de Chile, junio 1995

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    La conquista y colonizacin por los espaoles y portu-gueses, cuando sus pases realizaban el largo trnsito del feudalismo al capitalismo, en particular la llamada acumulacin originaria de capital (Marx, 1867, 891- 955), a las cuales se articularon subordinadamente las colonias, llev a la disolucin de estas sociedades re-gionales como consecuencia de la desigual combina- cin de distintos procesos sociales: a) la destruccin material, o la disolucin formal de la organizacin pol- tica previa y el sometimiento al dominio poltico-militar externo de monarquas absolutas fuertemente centrali- zadas, aunque con un dbil control territorial real; b) la imposicin de un nuevo modo de produccin, domi-nantemente servil (semifeudal), al cual se articularon formas precolombinas preexistentes, esclavistas re-construidas, pre-capitalistas y embrionariamente asala- riadas (Kalmanovitz, 1983, CAD; c) la incorporacin de nuevos territorios a la explotacin minera y agrcola, la construccin de caminos, la apertura de rutas fluviales y martimas y el establecimiento de muchos nuevos asentamientos humanos (Pradilla Cobas, 1993); d) los movimientos forzados de grandes masas de poblacin local y extranjera (Europa y Africa), en el marco de una drstica reduccin de la poblacin, y el mestizaje racial (Snchez Albornoz, 1973, C.3); e) la articulacin a la acumulacin originaria de capital en Europa, me- diante el intercambio mercantil desigual, la extraccin de metales preciosos, el trfico negrero y la piratera, cuyos soportes fueron los puertos y las vas terrestres, fluviales y martimas de drenaje; f) la imposicin de idioma, religin y cultura nicas venidas de fuera, y su combinacin sincrtica con las indias y negras; y g) la creacin de nuevas, aunque formales, demarcaciones poltico-administrativas internas.

    Sin embargo, la debilidad del dominio poltico y militar de las Coronas sobre la masa de colonizadores y colo-nizados dispersos sobre el territorio, la desigual distri- bucin de la poblacin sometida a servidumbre o es- clavitud y los recursos naturales explotables, el bajo desarrollo de las fuerzas productivas, sobre todo en las comunicaciones y transportes, la limitacin de los intercambios mercantiles y monetarios en economas dominadas por la rapia de materias primas y metales preciosos drenados hacia los centros coloniales y el autoconsumo, la gran extensin territorial y la escasez de fuerza de trabajo, dieron lugar a un desigual desa-

    rrollo econmico y a la reconstitucin de sociedades regionales, de las cuales, los caudillos y caciques lo- cales, la expansin de la hacienda a fines del perodo colonial y las desigualdades entre los centros urbanos espaoles y de indios, son fieles imgenes. El territo- rio y el sistema de soportes materiales (Pradilla Cabos, 1984, C.I) se estructuraba doble y contradicto-riamente, "hacia adentro" de las regiones, y "hacia afuera", mediante las relaciones poltico-militares y mercantiles con las metrpolis.

    1.2. La segunda.modernizacin: Formacin de Estados Nacionales, acumulacin originaria de capital y

    homogeneizacin territorial fragmentaria

    La independencia americana de las potencias colonia- les abri las puertas a la acumulacin originaria de capital interna. La fragmentacin de las colonias ame- ricanas del imperio espaol despus de la indepen- dencia, en diferentes repblicas, cre el marco jurdi- co-territorial para la acumulacin capitalista (Pea, 1989); las guerras civiles entre fracciones y caudillos regionales concluyeron con la dominacin hegem- nica de una de ellas, la supresin de las autonomas locales y regionales, la constitucin de ejrcitos nacio- nales nicos y la consolidacin del Estado-Nacin (Kalmanovitz, 1977, 181 y ss.). La distribucin en pro- piedad privada de las tierras realengas, de los realis- tas locales y gran parle de los baldos pblicos, la disolucin del resguardo indgena, la desamortizacin de los bienes de manos muertas y de la Iglesia, libera- ron la tierra, medio de produccin fundamental, que se reconcentr en manos de una nueva capa de terrate- nientes criollos para reproducir y recrear la hacienda; la liberacin de los esclavos y la eliminacin de la encomienda y la mita, liberaron la fuerza de trabajo, aunque la expansin de las haciendas y el peonaje acasillado la volvieron a sujetar.

    La paulatina integracin, sobre todo en el ltimo cuarto del siglo XIX, de los pases latinoamericanos en la divisin internacional del trabajo, como exportadores de materias primas agrcolas o minerales e impor- tadores de productos manufacturados provenientes de

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    los pases capitalistas hegemnicos, defini la base material de la dependencia semicolonial. La frontera agraria se expandi en funcin de las necesidades de la minera y la agricultura para las exportaciones; se construyeron redes de caminos, ferrocarriles, navega- cin fluvial y martima; se modernizaron los puertos que soportaron el flujo importador-exportador externo, y se establecieron miles de nuevos asentamientos hu- manos (Pradilla Cabos, 1993). La poblacin local o inmigrante se distribuy sobre el nuevo territorio (Snchez Albornoz, 1973, C.5), articulado fuertemente "hacia afuera" (a los pases con los que se relaciona- ba la importacin-exportacin), y organizado interna- mente por los puertos, las capitales nacionales y los centros comerciales ms importantes, dominantes en la estructura social y el sistema de soportes materiales (Pradilla Cobas, 1984, C.I.),

    Las relaciones de poder econmico, financiero y polti- co y las frecuentes intervenciones militares norteame- ricanas, sobre todo en Centroamrica y el Caribe, so-metieron a los pases latinoamericanos a la trama del imperialismo y sus potencias hegemnicas. Se produjo un nuevo movimiento de integracin y homo- geneizacin del territorio, que tendi a disolver las sociedades regionales preexistentes. Pero el proceso no fue homogneo, sino fragmentario, desigual, mucho ms rpida y significativo en los territorios ligados a la exportacin y en las ciudades que eran mercado solvente para las manufacturas importadas y centros comerciales de distribucin de stas. El patrn de acu-mulacin de capital, denominado por muchos primario- exportador (Valenzuela, 1990), se desarroll funda-mentalmente en las reas aptas para la minera o la agricultura de exportacin, dominadas por las planta- ciones de empresas transnacionales de enclave, la gran propiedad territorial, la aparcera y el peonaje ms o menos libre (De Oliveira, 1977, C. II y III), en los centros urbanos administrativos y comerciales y los puertos; pero se estanc en las reas dominadas por la produccin de subsistencia en la aparcera, las co-munidades indgenas, el minifundio y las haciendas tradicionales no articuladas ni al mercado urbano ni al mundial. La desigualdad en el desarrollo condujo a la combinacin de regiones desarrolladas y atrasadas, en constante disolucin y recomposicin.

    1.3. La tercera modernizacin: industrializacin, urbanizacin y nueva

    homogeneizacin y fragmentacin

    La industrializacin "por sustitucin de importaciones", iniciada desigualmente segn los pases en medio de la crisis econmica y poltica del capitalismo mundial, signada por la Gran Depresin y las dos guerras mun- diales, y acelerada y expandida despus de la segun- da conflagracin mundial, profundiz el proceso de di- solucin de las formas precapitalistas en la agricultura, la minera y la manufactura y, consecuentemente, abri una nueva fase de disolucin de las economas regio- nales y de homogeneizacin territorial, ahora domina- da por el capital industrial y las grandes ciudades como su asiento territorial. En el campo, la penetracin capitalista concentr la propiedad territorial mediante la expropiacin violenta o pacfica del campesinado parcelario (minifundios, comunidades indgenas, etc.); la modernizacin capitalista del campo reemplaz campesinos por mquinas y nuevas tcnicas, el des- igual desarrollo de las formas productivas y el inter- cambio desigual agricultura-industria, pauperizaron ab- soluta y relativamente al campesinado: el resultado fue la migracin masiva de campesinos a las ciudades, la llamada urbanizacin acelerada, o al exterior (sobre todo en Mxico), modificando y homogeneizando la distribucin territorial de la poblacin (Pradilla Cabos, 1981).

    Ni el desarrollo capitalista agrario, ni la industrializa- cin se produjeron homogneamente sobre el territo- rio. El primero se localiz en las zonas dominadas por la gran propiedad territorial o en donde ella se form gracias a la expropiacin del campesinado, cuyas con-diciones naturales eran adecuadas a la produccin de materias primas especficas para la industria en ex-pansin, y se encontraban adecuadamente localizadas y relativamente bien comunicadas con los nuevos cen- tros fabriles. La segunda, concentradamente en unos cuantos centros urbanos que reunan lo fundamental de: a) las condiciones generales de la acumulacin y de la reproduccin de la fuerza de trabajo necesaria al capital (Pradilla Cobos, 1984, C. II y III); b) el capital dinero acumulado previamente en la fase agro- exportadora y la fuerza de trabajo artesana proletarizable; c) las redes comerciales y bancarias

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    preexistentes; d) las infraestructuras y servicios urba- nos; e) los mejores medios de comunicacin y de transporte disponibles; d) los organismos poltico-ad-ministrativos estatales que impulsaban la industrializa- cin; y e) la masa de consumidores de altos ingresos en condiciones de sustituir las antiguas mercancas extranjeras por las nuevas nacionales. La industrializa- cin capitalista ocurri tardamente, cuando los medios de produccin haban alcanzado a nivel mundial un grado de desarrollo avanzado, cuando el capital indus- trial se haba fusionado con el bancario y concentrado monoplicamente, tcnica y socialmente, con una pre- sencia cuantitativa y cualitativa hegemnica de las grandes transnacionales; su localizacin era por natu- raleza concentrada territorialmente y reproduca la centralizacin poltica y territorial inherente a los reg- menes polticos semicoloniales. La localizacin indus- trial concentrada exiga y reproduca, natural o polti-camente, las condiciones iniciales que la haban justificado, haciendo acumulativa y "autosostenida" la concentracin territorial.

    El mercado interno (materias primas, manufacturas, medios de produccin, fuerza de trabajo) se articulaba ahora doblemente: "hacia afuera", en funcin de los flujos de mercancas-materias primas primarias para la exportacin y los medios de produccin para la repro- duccin de la acumulacin industrial; "hacia adentro", en torno a la nueva industria en las grandes ciudades que dominaban y estructuraban el sistema de soportes materiales; lo nuevo y dominante era la segunda ten- dencia. El Estado, como soporte de la acumulacin privada, reproduca ampliadamente en sus polticas, particularmente en la creacin de las condiciones ge- nerales de la produccin y el intercambio y la localiza- cin de las empresas estatales (sobre todo en Mxico, Argentina y Brasil), la concentracin territorial produci- da naturalmente.

    La industrializacin trajo consigo un nuevo proceso de homogeneizacin capitalista del territorio, que disolva las anteriores regiones. Pero su desarrollo desigual, el correlativo en la agricultura, la minera fijada territorialmente, y los circuitos de intercambio mercan- til y monetario, creaban una nueva divisin territorial del trabajo y de la acumulacin de capital, una nueva fragmentacin "regional" del territorio entre capitalistas

    agrarias e industriales desarrolladas y precapitalistas atrasadas.

    El agotamiento de la onda larga expansiva de la acu-mulacin capitalista mundial y latinoamericana, y del patrn de industrializacin sustitutiva de importaciones a finales de los sesenta, que vino acompaado de un ltimo esfuerzo en el campo de la produccin de mate- rias primas industriales bsicas, medios de produccin primarios y bienes de consumo durable, limitada estructuralmente por la extensin finita de los restringi- dos mercados, la competencia internacional, la contra- diccin estructural de la balanza comercial (Guilln Romo, 1964) y la dependencia tecnolgica, fue acom- paada de una nueva fase de homogeneizacin des- igual y fragmentaria del territorio. La explotacin de minerales para el consumo industrial interno o la ex-portacin (cobre, hierro y petrleo, sobre todo este lti- mo durante el boom petrolero en Venezuela, Mxico y Ecuador), abrieron nuevas reas a la acumulacin de capital, la migracin y la urbanizacin. Algunas indus- trias de bienes de consumo inmediato, local y regional, y ciertas ramas de alcance nacional que tienen claras ventajas relativas localizadas, se instalaron en ciuda- des "medias" que haban acumulado las condiciones generales y el mercado local necesario para soportar- las y cuya mano de obra era ms barata, menos orga- nizada sindicalmente, ms dcil y controlable. Esta in-dustrializacin primaria fue apoyada por los incentivos fiscales, arancelarios, crediticios y de inversin pblica otorgados como parte de las polticas de descentrali- zacin y desarrollo regional armnico" o "equilibrado" puestas en marcha por los Estados ante los inconve- nientes poltcos y sociales y las "deseconomas" ob-servadas en las grandes metrpolis, cuya poblacin haba crecido desmesuradamente" gracias a las mi-graciones campesinas y al crecimiento demogrfico endgeno. La divisin territorial del trabajo precedente se modificaba una vez ms, aunque sin cambiar su tendencia estructural.

    La crisis del capitalismo mundial y en Latinoamrica, iniciada en los setenta y profundizada en los ochenta, que signific un retroceso generalizado de la acumula- cin capitalista en todos los sectores y ramas producti- vas, afect a todo los territorios nacionales, pero el impacto fue desigual. En las grandes ciudades la desindustrializacin, es decir, la desvalorizacin o

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    destruccin del capital productivo fue notoria, y gener un crecimiento inusitado del desempleo abierto y las formas alternativas de subsistencia, la cada vertical de los salarios reales y la contraccin violenta del mer- cado interno y estancamiento de la realizacin de las mercancas. En las ciudades medias, se paraliz el proceso de industrializacin secundaria, como efecto de la crisis y de la parlisis de la accin estatal promocional. Las reas agro o minero exportadoras se estancaron en razn del proteccionismo en las gran- des economas compradoras y la cada vertical de los precios mundiales de las materias primas. La pobreza se hizo extrema en las reas dominadas por la peque- a produccin campesina precapitalista y las ciudades que les servan de centros comerciales y de servicio. En un marco de estancamiento general de la econo- ma, el retroceso era desigual y afectaba ms a las zonas atrasadas que a las "desarrolladas".

    La crisis signific la perdida de una parte importante de lo alcanzado en cuatro dcadas de industrializa- cin, sobre todo para los sectores mayoritarios de la poblacin, cuyos ingresos y condiciones de vida se redujeron drsticamente. En palabras de la CEPAL, "Producto del aumento de la poblacin y de los ndices de pobreza, hacia fines de los aos ochenta (1989) habra cerca de 183 millones de personas pobres en Amrica Latina (el 44% de la poblacin total), 71 millo- nes ms que en 1970. De aqullos, alrededor de 88 millones seran indigentes (el 21% de la poblacin to- tal), cifra que indica un aumento cercano a 28 millones respecto del volumen estimado por la CEPAL para aquel ao'' (CEPAL, 1990, 11). Entre 1981 y 1992 el producto interno bruto (PIB) por habitante en Amrica Latina y el Caribe haba disminuido un 7,3% (Ro- senthal, 1993, 293).

    2. LA MODERNIZACION EN CURSO: LA REESTRUCTURACION CAPITALISTA

    Y LAS NUEVAS TENDENCIAS DE ORGANZACION TERRITORIAL

    La crisis cre las condiciones para la cuarta moderni- zacin de las formaciones sociales latinoamericanas, en el marco de la reestructuracin global del capi- talismo a escala mundial, ideolgica y prcticamente

    sustentada en el neoliberalismo (ms exactamente neoconservadurismo) y el monetarismo, opuestos al keynesianismo y al intervencionismo estatal, dominan- tes en la fase anterior (Pradilla Cobos, 1990). Tempranamente iniciado en 1973 en el Chile de Pinochet, el cambio neoliberal se ha generalizado a todo el continente, modificando las estructuras econ- micas, los regmenes polticos y las estructuras territo- riales heredadas de la onda larga expansiva anterior.

    2.1. Globalizacin o formacin de bloques econmicos?

    Aunque el supuesto bsico de la poltica neoliberal a nivel mundial es la globalizacin de la economa, y en particular del intercambio de capitales, mercancas y servicios, en un libre mercado" mundial, la lucha por la hegemona econmica entre Estados Unidos, Japn y Alemania, las dificultades que atraviesa el GATT y su Ronda Uruguay, los conflictos comerciales entre los pases capitalistas ms desarrollados y las medidas proteccionistas aplicadas por ellos, hacen posible un estancamiento de este proceso (Guilln Romo, 1993). Como fase intermedia en la globalizacin, o en su lu- gar, parece definirse la tendencia hacia una nueva fase de internacionalizacin regionalizada, la confor- macin de tres grandes bloques econmico-polticos: la Comunidad Europea, hegemonizada por Alemania; el bloque norteamericano, hegemonizado por Estados Unidos; y el bloque asitico, hegemonizado por Japn. Entre estos tres bloques, de naturaleza diferente, se disputara la hegemona econmica mundial, hoy acfala, pudiendo ocurrir en medio de guerras comer- ciales y financieras, polticas proteccionistas selectivas o generalizadas, y relaciones comerciales.

    El bloque norteamericano, cuyo ncleo estructurador sera el posible Tratado de Libre Comercio entre Ca- nad, Estados Unidos y Mxico, podra abarcar la zona de influencia poltica y econmica de Estados Unidos, que incluye toda Amrica Latina y el Caribe, cuya existencia real podramos reconocer desde prin- cipios de siglo. El TLC podra ser el primer paso de su constitucin formal, institucionalizada a partir de la "iniciativa de las Amricas" y su libre comercio conti- nental, en un intento por dejar atrs la relacin conflic-

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    tiva que hasta ahora ha caracterizado al bloque im- puesto de facto. Los tres posibles integrantes del TLC norteamericano tienen estructuras territoriales, poblacionales, sociales, productivas y de comercio ex- terior profundamente desiguales, "asimtricas", siendo Mxico el pas peor situado: el 23,31% de la poblacin total, el 3,97% del Producto Bruto, el 4,53% de las exportaciones, el 3,31% de las importaciones, y el 3,83% del comercio global de la regin en 1987 (SECOFI, 1990, 35); mientras Estados Unidos tiene un ingreso anual por habitante de 17.509 dlares y Cana- d de 15.106, el de Mxico alcanza slo los 2.360 (Rojas, 1991).

    Este bloque podra tener cuatro conformaciones distin- tas: a) si no se produce la firma del TLC, la permanen- cia del bloque de facto con el resto de pases de Am- rica Latina y el Caribe, y la continuacin de la integracin silenciosa" y subordinada de Mxico a Es- tados Unidos; b) la constitucin exclusiva del bloque en el Tratado de Libre Comercio Mxico-Estados Uni- dos-Canad; c) la ampliacin formal paulatina a toda Amrica Latina y el Caribe, mediante el desarrollo real de la "Iniciativa de las Amricas"; y d) una complicada articulacin secundaria mediante la mediacin de Mxico y sus acuerdos de libre comercio con el bloque centroamericano o pases separados, en el Grupo de los 3 (con Colombia y Venezuela), con Chile, y otros posibles acuerdos.

    Con un nuevo marco ideolgico y prctico construido por la reestructuracin neoliberal y su globalizacin mundial, en Amrica Latina se reeditan las viejas ilu- siones fallidas del libre comercio y la integracin, (ALALC, ALADI, Pacto Andino, Mercado Comn Cen-troamericano), bajo la forma de nuevos acuerdos de libre comercio bilateral (Chile-Mxico) o multilateral (Grupo de los 3 entre Mxico, Venezuela y Colombia; Mercosur entre Brasil, Argentina y Uruguay), sin que desaparezcan del todo sus predecesores, en una com- pleja telaraa. Aunque menos marcada que en el TLC norteamericano, en todos los casos persiste la des-igualdad entre los niveles de desarrollo y la hete-rogeneidad no complementaria de sus estructuras pro- ductivas. Ms que un proceso de globalizacin, los tres bloques hegemnicos mundiales y la multiplicacin de los minibloques subordinados latinoamericanos pare- cen indicar un proceso de fragmentacin, resuelta en

    una nueva fase de internacionalizacin regionalizada. Muchas regiones y pases del mundo quedan exclu- dos del proceso globalizador as delimitado; y muchos latinoamericanos lo son tambin de la constitucin del bloque norteamericano, lo cual los deja al margen de sus hipotticos beneficios, pero no les evita los dolo- res de la dominacin econmica y poltica.

    En todos los casos, la orientacin de todos los pases latinoamericanos hacia la globalizacin inducir con fuerza la tendencia estructural de organizacin territo- rial "hacia afuera", perifrica, modificando sustan-tivamente el patrn de organizacin ''hacia adentro" de la fase de industrializacin sustitutiva de importacio- nes. En ese marco, en el caso mexicano, cualquiera de las alternativas de constitucin del bloque norte-americano tiene implicaciones territoriales diversas o, al menos, desiguales. La primera, la de la globa- lizacin real con apertura comercial y financiera hacia todos los pases, podra dar lugar a un desarrollo terri- torial perifrico ms disperso y difundido, que involucrara las fronteras terrestres norte y sur, la Cuenca del Pacfico y la del Atlntico, aunque el pre-dominio lo tendran la frontera norte con Estados Uni- dos, y la Cuenca del Pacfico como frontera con el bloque asitico. En cambio, la hiptesis de los bloques econmicos en oposicin generara un crecimiento, tambin perifrico, pero ms concentrado en los ele- mentos territoriales de articulacin con Estados Uni- dos, con nfasis en la frontera norte de Mxico. Sus modalidades especficas variaran de acuerdo al pre-dominio de una cualquiera de las cuatro posibilidades antes sealadas.

    A escala internacional, avanza una nueva homo-geneizacin capitalista monopolista del territorio mun- dial, cuyos centros organizadores y dominantes son los grandes bloques econmicos y los pases hege-mnicos en ellos. La homogeneizacin es sin embargo desigual y fragmentaria en trminos de naciones: slo aquellas naciones localizadas estratgicamente en re- lacin a las hegemnicas con los niveles salariales ms bajos y las ms favorables relaciones laborales (largas jornadas de trabajo, baja sindicalizacin, alto control sindical, etc.), con condiciones generales subsidiadas y ventajas arancelarias y fiscales excep-cionales, son articuladas al sistema de subcontra- tacin y maquila; la integracin a los mercados comu-

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    nes es asimtrica, garantizando las ventajas para los pases hegemnicos, pero controlando sus mercados ante la competencia de los socios desiguales; en cam- bio, no se garantiza la movilidad internacional de la fuerza de trabajo, ni la igualdad de las relaciones labo- rales entre matrices y filiales.

    Pero estos procesos no son externos" a las estructu- ras socioeconmicas y territoriales de cada pas. Su explicacin pasa por la comprensin de la relacin en- tre la integracin comercial externa y las implica- ciones territoriales de la modernizacin neoliberal in- terna.

    2.2. Los neoliberalismos nacionales y la reestructuracin territorial interna

    La nueva fase de internacionalizacin regional, domi- nada por los grandes bloques y sus polos hegem- nicos, mantiene una contradiccin estructural puesta de presente en la poca del imperialismo y su domina- cin semicolonial de finales del siglo pasado y princi- pios de ste (Lenin, 1918): la reestructuracin globa- lizante y la garanta de la globalizacin reposan sobre la capacidad de los Estados nacionales para imponer los ajustes estructurales internos, mediante una inter- vencin diferente, aunque no menos intensa que la del pasado, encubierta bajo la formalidad de la "reforma del Estado" y el nuevo protagonismo del capital priva- do. Cada una de sus acciones tiene implicaciones te-rritoriales:

    A) La contraccin del Estado y la reduccin drstica de su intervencin social, que incluye la privatizacin de las empresas estatales, la reduccin del gasto p- blico, particularmente el "social, la "desregulacin" de la economa y la vida social, y el nuevo protagonismo del capital privado nacional y transnacional, limitan la capacidad planificadora, descentralizadora e inductora del desarrollo regional; ahora, la regulacin y la accin sobre el territorio quedan en manos del mercado y su agente determinante, el gran capital monoplico.

    B) La apertura plena y desregulada al capital extranje- ro, a las corporaciones transnacionales, el ansia del Estado y el capital local por su arribo, su dominio cre- ciente sobre las estructuras productivas internas en el

    marco de las determinaciones del mercado mundial, la economa de costos de produccin y la competitividad, colocan las determinaciones de localizacin y desarro- llo en las casas matrices, por fuera del Estado-nacin y la poltica local, al margen de la soberana nacional.

    C) La estructuracin de una nueva divisin internacio- nal del trabajo, en la cual los pases semicoloniales y dependientes se transforman en subcontratistas y maquiladores de partes y productos de consumo final, exportadores de recursos naturales y materias primas y productos del trabajo humano sobreexplotado (Pradilla Cobas, 1993, C.III), e importadores de partes y piezas, medios de produccin sofisticados, produc- tos de consumo de lujo y durables de alta tecnologa, en el marco de la generalizacin de acuerdos comer- ciales o procesos de integracin econmica con Es- tados Unidos y los pases asiticos (Cuencas del Pac- fico y el Golfo), el que algunos llaman patrn de acumulacin de capital secundario-exportador (Va-lenzuela, 1990). La dominancia de los procesos de estructuracin territorial pasar de los polos industria- les interiores anteriores, a los puertos terrestres y ma- rtimos que enlazan con el mercado mundial; a las nuevas reas ensambladoras, por naturaleza peri- fricas; a los polos tursticos internacionales. El libre comercio liquida la vieja industria no competitiva, so- bre todo pequea y mediana, dejando sobrevivir solo a la gran industria monoplica nacional o transnacional, cuya ubicacin en las grandes ciudades las convierte en contradictorios escenarios de desindustrializacin y reindustrializacin; slo una parte de las regiones y ciudades agro o minero-exportadoras se mantiene en la competencia internacional, pero en condiciones de estancamiento o degradacin.

    D) La modernizacin desigual y selectiva de los pro- cesos productivos y de intercambio, y de las condi- ciones generales de la acumulacin, mediante la cibernetizacin, la robotizacin, los sistemas flexibles de produccin y cambios (flexibilizacin) en la organi-zacin del proceso de trabajo, reducen la masa de trabajo necesario y acrecientan el desempleo estructu- ral, al tiempo que modifican las determinantes de la localizacin.

    E) Las condiciones generales de la acumulacin y la reproduccin de la fuerza de trabajo, privatizadas, se

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    desarrollan y modernizan desigual y excluyentemente, slo en las reas integradas al nuevo patrn interna- cional de acumulacin, o en las reas de demanda solvente, cada vez ms reducidas. Los transportes y comunicaciones de larga distancia permiten o generan la discontinuidad en el desarrollo territorial.

    F) La pauperizacin absoluta o relativa del trabajador mediante la imposicin de nuevas relaciones salariales y laborales con el capital y en beneficio del ltimo, la flexibilizacin y la regulacin decreciente del salario, ventajas bsicas para el ensamble y la globalizacin, deterioran crecientemente las condiciones materiales de vida de los trabajadores, en sus reas territoriales de reproduccin.

    En el territorio nacional, la homogeneizacin es des- igual. Se integran a ella las reas rurales y ciudades fronterizas (Mxico), las portuarias y/o donde son ma- yores las ventajas relativas para el capital transnacio- nal o con bajos costos de produccin de los bienes de exportacin. Por estas razones, regiones y ciudades atrasadas o intermedias, donde son ms agudas las relaciones de explotacin de la fuerza de trabajo, ad- quieren ventajas relativas para la integracin. A pesar de los lmites derivados del proteccionismo de los pa- ses compradores, es la agricultura de exportacin la que adquiere mayor dinmica de desarrollo. En algu- nos pases, el patrimonio natural (particularmente las playas y costas) e histrico se convierte en mercanca manejada por las cadenas tursticas transnacionales y consumida por extranjeros de altos ingresos, con ca-ractersticas de enclave, desligado de su entorno.

    Esta orientacin hacia el exterior del aparato producti- vo y comercial, localizado territorialmente, va acompa- ado de una fragmentacin interna del territorio. Las ciudades industriales tradicionales, por las desventajas que presentan para el modelo de modernidad transnacionalizada, y por el estancamiento de las in- dustrias y el comercio orientado al mercado interno, se estancan econmicamente, mientras las orientadas al externo aumentan su ritmo de acumulacin y urbaniza- cin. La apariencia formal, ideolgicamente divulgada, es de una descentralizacin territorial, pero en la prc- tica, ampla la centralizacin a escala mundial y gene- ra nuevos procesos de concentracin urbana, tan con-tradictorios como los producidos en la etapa anterior.

    Al mismo tiempo, las nuevas ciudades y "regiones" se articulan e integran al exterior y se desarticulan y desintegran al interior.

    La inversin estatal en condiciones generales de la produccin, el cambio y la reproduccin de la fuerza de trabajo, reducida globalmente por la contraccin de la accin estatal y reorientada y redistribuida hacia el soporte del nuevo patrn de acumulacin, se concen- tra mayoritariamente en el territorio privilegiado por las relaciones externas. El territorio y el sistema de sopor- tes materiales, en su conjunto, se estructura funda-mentalmente, de nuevo, hacia afuera. Salvo contadas excepciones, las reas agrcolas dominadas por el precapitalismo, acentan su tendencia al atraso, la de-pendencia, el pauperismo de las masas campesinas y urbanas. El desarrollo regional y urbano se hace crecientemente desigual, y se profundiza la brecha en- tre las regiones y ciudades que ganan y las que pier- den en el nuevo patrn.

    3. LA DIALECTICA DE LA HOMOGENEIZACION CAPITALISTA

    Y LA FRAGMENTACION DEL TERRITORIO LATINOAMERICANO

    A manera de conclusin provisional, queremos sealar los procesos fundamentales y los problemas mtodo- lgicos que se desprenden de este esquema inter-pretativo preliminar. Para ello, partimos de las creativas propuestas hechas por Francisco de Oliveira (De Oliveira, 1977), hace ms de 15 aos, y poco ex- ploradas hasta ahora; obviamente, los desarrollos son nuestra responsabilidad exclusiva.

    Los cambios sustantivos en la ocupacin y apropiacin del territorio, la distribucin territorial de la poblacin, la estructuracin del sistema de soportes materiales y la llamada "cuestin regional", tienen lugar en grandes perodos histricos, definidos por los cambios en los modos de produccin dominantes en la formacin so- cial. Desde el inicio de la generalizacin y dominacin del modo de produccin capitalista, la estructura te- rritorial y sus cambios tendenciales, los determina el movimiento de las ondas largas del desarrollo capi- talista (Pradilla Cobas, 1988, 33-44) y los patrones de acumulacin de capital que les son propios, a tra-

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    ves de mltiples mediaciones concretas, derivadas de la complejidad estructural de las formaciones sociales capitalistas y sus particularidades geogrficas e hist- ricas. La estructuracin territorial en Amrica Latina es el resultado de la combinacin desigual, en el tiempo y el territorio, de las estructuras, los procesos y las contradicciones internas a la formacin social con- creta, y externas, muchas de ellas internalizadas, en su integracin al devenir histrico del capitalismo mun- dial y de los pases hegemnicos en l, en cada fase de su desarrollo. El anlisis de esta cambiante relacin es condicin insoslayable de la objetividad de su inter-pretacin.

    A lo largo de la historia latinoamericana, constatamos un movimiento dialctico, explicado por la teora, entre homogeneizacin e integracin territorial, que tiende a disolver las formaciones regionales o el desarrollo desigual de mbitos territoriales preexistentes, y fragmentacin y desintegracin del territorio que tien- de a recrearlas, reproducirlas o gestarlas. Este movi- miento genera constantemente cambios y nuevos ordenamientos, aun jerrquicos, en la estructura global, contrarios a la permanencia esttica e inmuta- ble de mbitos territoriales ("regiones"), a pesar de las posibles invariantes geogrficas o las formalidades aparenciales.

    La dinmica de este movimiento surge del carcter desigual de todo proceso de desarrollo econmico y social. El desigual desarrollo de cada una de las par- tes de la totalidad estructurada que es la sociedad, hace que la totalidad territorial sea la combinacin de partes desigualmente desarrolladas; si denomina- mos "regin" a cada una de estas partes, fragmentos, podramos hablar de desigualdad regional. Esa misma desigualdad explica las continuas mutaciones de la re- lacin entre unas y otras, y la reproduccin del movi- miento de homogeneizacin y fragmentacin a su inte- rior, lo que hace de ellas un producto histrico-social en constante movimiento, contrario a toda nocin de equilibrio o armona, como pretenden los tericos, tc- nicos y polticos que sustentan la nocin idealista, sub- jetiva, del equilibrio y la armona como objetivo del desarrollo regional" y urbano. La fragmentacin no significa disolucin de la totalidad, ni dualizacin de ella, pues es inseparable de su otra cara, la homo-geneizacin.

    Las nociones de divisin internacional del trabajo y di- visin regional o territorial del trabajo a nivel interno a una formacin social, aunque tiles descriptivamente, no expresan cabalmente la complejidad de los proce- sos de estructuracin territorial. Desde la transicin del feudalismo al capitalismo, la fuerza determinante en este proceso es la insercin particular del territorio na- cional o partes de l, en el patrn o forma de acumula- cin de capital a escala mundial y en su materializa- cin interna a cada formacin social. Pero esta abstraccin general debe especificarse en los proce- sos internos particulares, cuyo propio movimiento de- termina la forma como lo externo es internalizado (Kalnianovitz, 1983, C.I).

    Entre ellos, hay que analizar: a) las formas y magnitu- des de la reproduccin global de la poblacin y, parti-cularmente, de la fuerza de trabajo, de su distribucin territorial y de sus movimientos; b) las formas concre- tas, jurdicas y reales, de propiedad y apropiacin de los medios de produccin y reproduccin social, inclu- yendo la naturaleza, y las clases sociales resultantes de su puesta en accin y su movimiento contradictorio; c) la estructuracin histrica de los sectores y ramas productivas, territorializadas y su movimiento, determi- nado por los ciclos cortos y largos del desarrollo capi- talista a nivel internacional y nacional; d) la naturaleza de las relaciones entre capital y trabajo asalariado y de los conflictos en las esferas de la reproduccin del capital o la reproduccin de la fuerza de trabajo; e) el encadenamiento de los procesos productivos y de in-tercambio mercantil, territorializados, al interior de la formacin social, y con el sistema capitalista mundial; f) la naturaleza, magnitud y territorializacin de los ci- clos de rotacin del capital y el movimiento de los agentes y las clases sociales que participan en ellos; g) la distribucin diferencial de los recursos naturales y los procesos histricos de su apropiacin, reproduc- cin y destruccin; h) los procesos de estructuracin histrica del sistema de soportes materiales, particu-larmente en sus elementos de produccin, cambio, condiciones generales de la produccin, el intercambio y la reproduccin de la fuerza de trabajo; y las circuns- tancias de la reproduccin social de la fuerza de traba- jo; i) las expresiones y derivaciones concretas del mo-vimiento social global, en la esfera de los movimientos sociales, polticos, el Estado y su intervencin sobre lo

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    econmico, lo poltico y lo ideolgico-cultural; j) la na- turaleza diferencial de la cultura en los distintos mbi- tos territoriales, las diferencias de clase, las oposicio- nes y conflictos culturales y los procesos dialcticos de imposicin, destruccin, integracin, superposicin, homogeneizacin, y nueva diferenciacin de los ele- mentos culturales e ideolgicos.

    No es posible asumir el territorio como una sumatoria arbitraria de ciudades y regiones, ni separarlas en ra- zn de tcnicas o mtodos distintos de anlisis; es una totalidad de partes constitutivas, relacionadas, interactuantes, contradictorias; si por problemas de mtodo descomponemos la totalidad (en sus "regio- nes", por ejemplo), ser slo como un momento en el anlisis, en el trnsito continuo hacia la recomposicin en la teora y en la interpretacin de esa totalidad. En el anlisis, el objetivo preestablecido no debe ser la determinacin de "regiones", en ltima instancia subje- tiva o subordinada a imperativos polticos o pragmti- cas de intervencin, sino la comprensin de los proce- sos reales que, como totalidad, no surgen de una cualquiera combinacin de indicadores mezclados de acuerdo a reglas arbitrarias, sino de la estructuracin cualitativa de procesos objetivamente jerarquizados. Si el resultado del anlisis es una diferenciacin regional objetiva, podemos asumirlo, pero tambin tenemos que aceptar que los procesos histricos reales pueden conducimos al inesperado resultado de la imposibili- dad de establecer demarcaciones significativas, o a que ellas tengan como tendencia histrica dominante su disolucin en lo real, a pesar de la reticencia de los tericos a aceptarlo en lo ideolgico.

    En la actualidad, observamos una nueva fase de homogeinizacin capitalista, desigual y fragmenta- ria de los territorios latinoamericanos, determinada por el proyecto neoliberal de reestructuracin interna y por los procesos de nueva internacionalizacin, regionalizada en bloques, en particular el norteameri- cano, y/o a escala mundial. La homogeneizacin sur- ge del hecho de que dicho proceso pretende y tiende a hacer indiferente la localizacin de la inversin, la pro- duccin y los flujos de intercambio mercantil y moneta- rio en todo el territorio latinoamericano, sobre la base de condiciones materiales y polticas homlogas, utili- zadas discrecional y libremente por el capital trans-nacional norteamericano o mundial. Ser subordina-

    da, en la medida que el poder de decisin sobre la utilizacin del territorio y sus condiciones de homo-geneidad ser extraterritorial en su origen, aunque internalizada, y tendr su centro en el pas hege- mnico en el (o los) bloque(s), su gobierno y sus cor-poraciones y empresas, lo que restringe la sobera- na nacional y territorial de cada pas. Ser desigual, pues se llevar a cabo a ritmos muy diferentes segn los pases, sus sectores y ramas, regiones y ciudades, e incluir slo o preferentemente las reas integradas a la transnacionalizacin subordinada y los polos-en- claves de la acumulacin mundial. Ser fragmentaria porque no incluir necesaria ni realmente a todos los pases y las partes de su territorio; y las partes des-igualmente desarrolladas no formarn una unidad ho-mognea, por haber sido excluidas algunas de la inte-gracin internacionalizante. Ser discontinua, dejando rupturas de continuidad territorial entre los fragmentos integrados y homogeneizados y los que no lo sean, salvadas por la moderna tecnologa de comu-nicaciones y los medios de transporte de larga distan- cia. El predominio de la relacin externa har de ellos especies de modernas rutas de colonizacin de fuera hacia dentro del territorio y viceversa.

    El Tratado de Libre Comercio Mxico-Estados Unidos- Canad, como parte del proceso de formacin del blo- que norteamericano, y los dems mercados comunes subregionales latinoamericanos (Grupo de los 3, Mercosur, Mercado Comn Centroamericano, Pacto Andino, etc.), constituyen, a la vez, procesos de internacionalizacin que impulsan la homogeneizacin parcial, y de fragmentacin que se opone a la homogeneizacin y a la globalizacin planetaria postu- lada por la ideologa neoliberal. La desigualdad o "asimetra" de las partes constitutivas de cada uno, y de stos entre s, es a la vez antidemocrtica y opues- ta a la formacin de un solo mercado libre" entre igua- les, donde la historia alcance su fin.

    Al interior de cada pas o de las reas integradas, permanecern los antiguos y nuevos desiertos fsicos, demogrficos y socioeconmicos, y otros se irn aa- diendo como resultado de la desigualdad en el creci- miento econmico y social o la exclusin; sern los fragmentos innecesarios a la posmodernidad capitalis- ta globalizante, que permanecern en algn momento pasado del tiempo histrico: en la premodernidad pre-

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    colombina, en la premodemidad colonial, o en la mo-dernidad inconclusa o desechada de la industrializa- cin sustitutiva, convertida en pre-posmodernidad ca- pitalista neoliberal. Sus habitantes sern dejados al estudio de una antropologa presente y futura de la injusticia y la prepotencia del gran capital nacional y mundial y sus estados autoritarios. El territorio latino-

    americano ser homogneo y controlable para el capi- tal transnacional y sus procesos de internacional- zacin, pero al interior de l, slo una parte ser homogeneizada e integrada, mientras el resto se man- tendr en alguno de los estadios histricos donde los dej alguna de las modernizaciones inconclusas y de-formadas.

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