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Unidad Educativa “La Providencia”
Proyecto de Investigación
Vivencia de los jóvenes ante la muerte en la actualidad en la ciudad de Quito- Barrio “La Tola”
Coordinadora:
Mónica Moposita
17 de marzo del 2014
Año Lectivo:
2013-2014
Índice
Dedicatoria
Agradecimientos
Introducción
Justificación
Objetivo general
Objetivos específicos
Capítulo I
GENERALIDADES ACERCA DE LA MUERTE
1.1. Aspectos culturales y religiosos de la muerte.
1.2. El morir como hecho social.
1.3. Problemas psicológicos y socioculturales relacionados con la muerte
1.3.1. Temor y ansiedad
1.3.2. Soledad
1.3.3. Dificultad para enfrentar la verdad
1.3.4. Durante la agonía
1.3.5. Cuando la muerte es inminente
1.3.6. Problemas de la familia
1.3.7. Enfrentar la muerte
1.4. Percepción de la muerte del adolescente
1.5. Percepción de la muerte en adultos jóvenes
1.6. Tipos de muerte
1.6.1. Muerte natural o patológica
1.6.1.1. Muerte natural lenta
1.6.1.2. Muerte natural rápida
1.6.1.3. Muerte violenta
1.6.1.4. Muerte agónica o lenta
Capítulo II
1. DUELO
1.1. Personas diferentes, duelos diferentes.
1.2. Resiliencia, el camino interno.
1.3. El miedo
1.4. La culpa
1.5. La pena y la tristeza
1.6. Duelo en los jóvenes
2. Conclusiones generales
3. Recomendaciones
4. Bibliografía
5. Anexos
Dedicatoria
A la juventud que luego de leer este presente trabajo
pueda encontrar alternativas para enfrentar la partida
de un ser querido.
Agradecimientos
A Dios, por brindarme la salud, bienestar físico,
espiritual, ya que siempre ha llenado mi vida de gozo y
bendición en cada actividad realizada a lo largo de mi
investigación
A mi madre y abuelos por su apoyo incondicional
durante mi formación tanto personal como emocional
ya que siempre me han demostrado el valor y
significado que tiene la vida.
Introducción
A lo largo de la historia, los ritos y costumbres funerarios es algo
representativo de nuestra especie, estas prácticas son estrechamente
relacionadas con las creencias religiosas, como la naturaleza de la muerte y
la existencia de una vida posterior.
El estudio del tratamiento que cada pueblo le da a sus muertos nos permite
conocer mejor su forma de vivir, sus costumbres, sus valores y sobre todo su
pensamiento.
Las primeras prácticas funerarias provienen del grupo de Homo Sapiens, el
hombre o neandertal pintaba a sus muertos con ocre rojo y los adornaba con
objetos religiosos, hasta a veces al fallecido se le ataban de los pies.
En la antigüedad la definición de muerte tenía lugar cuando el corazón
dejaba de latir y ya no respiraba. Con el gran avance de la ciencia y la
medicina, la muerte paso a comprenderse como un desarrollo que a partir
de un cierto momento, se vuelve irreversible.
Luego de un periodo de evaluación, la comunidad médica decidió adoptar
una nueva definición de muerte, aquella que hace énfasis en el papel del
cerebro como articulador principal de las funciones del cuerpo y la posibilidad
de utilizar los órganos de los pacientes carentes de actividad cerebral para
salvar muchas vidas.
Actualmente una persona puede haber dejado de respirar por sus propios
medios, y sin embargo, seguir con vida a través de un respirador artificial.
Por otra parte, puede hablarse de muerte cerebral para hacer referencia a la
interrupción completa e irreversible de la actividad cerebral.
La muerte es el término de la vida a causa de la incapacidad orgánica de
sostener el proceso homeostático, es decir se trata del final del organismo
vivo que se había creado a partir de un origen. Entonces la muerte es la
finalización de las actividades vitales de un organismo.
Se suele considerar a la muerte como la separación del cuerpo y del alma.
Por lo tanto, la muerte implicaría el final de la muerte física pero no de la
existencia.
La muerte es el poder absoluto que dispone de nosotros. Ella no pone al
límite, concluye nuestra existencia. Mientras podemos ocasionar y anticipar,
planificar y ordenar muchas cosas.
Todo ser humano debe encaminar su vida hacia lograr una trascendencia
mas allá de la muerte, porque en este sentido se busca alcanzar una
realización personal y la muerte resulta un proceso menos angustiante al no
significar tan solo el fin de la vida, sino mas bien resulta un nuevo estado al
cual está encaminado todo ser humano.
Es necesario que comprendamos y aceptemos nuestros sentimientos con
respecto a la muerte, que integremos la creencia de que es un proceso
natural en una vida y que su significado tiene que ver más con renovación e
inicio que con final o castigo.
La actitud que tengamos hacia la muerte depende mucho de nuestro entorno
tanto cultural como familiar.
Frente a cualquier situación lo peor que puede pasar es la propia muerte y
ello es un hecho totalmente natural, con lo cual son innecesarias emociones
tales como la ansiedad o la depresión.
Justificación
Este trabajo pretende transmitir un profundo estudio acerca de la muerte
junto con la perspectiva de los jóvenes ante este tema tan controversial.
Varios tratadistas acerca de la muerte realizan un análisis de factores
importantes que deben ser tomados en cuenta en dichas circunstancias
como lo son: la situación económica, los aspectos sociales y los aspectos
religiosos que están vinculados con el impacto emocional ocasionado en los
jóvenes en el momento mismo de presentarse dicha perdida, ya que estos
intervienen más allá del dolor, en la preocupación que deja en el joven.
Es curioso ver cómo los jóvenes en esta situación y en cada una de sus
vivencias son cautelosos en estos casos, ya que a pesar del dolor que los
envuelve por la pérdida de un ser preciado deben ver a la muerte como parte
de un proceso natural, para poder continuar con su vida.
En un mundo como el de hoy, en el que los estudios sobre la muerte se han
generalizado en universidades y centros de estudios, se requiere también
que este tema sea tratado no solamente desde una perspectiva idiosincrática
sino también de manera reflexiva.
Por todo ello, he puesto en relieve, la inusual actitud de los jóvenes respecto
a la muerte, sobre todo cuando durante todo este proceso hemos oído hablar
comúnmente, de que la muerte es un tema relacionado con el sufrimiento
causado por la pérdida de un ser querido y que debido a las circunstancias
en las que se desarrollaron esta eventualidad solo nos lleva a entender con
grande reflexión lo trascendental que puede significar la muerte en el mundo
contemporáneo.
Todas estas cuestiones me han llevado a realizar este material, que espero
sea útil.
Se presenta esta investigación que pretende hacer conocer a los jóvenes
de la Ciudad de Quito-Barrio “La Tola” sobre esta temática, con una frase
memorable que es sabida:
“Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida
bien usada causa una dulce muerte”.
Leonardo Da Vinci (1452-1519).
Objetivo General
Determinar los efectos dolorosos que produce la muerte de un ser querido en
los/las jóvenes en la ciudad de Quito-Barrio “La Tola” a través de una
investigación descriptiva para una información adecuada a la población.
Objetivos Específicos
1. Profundizar el tema de la muerte a través de varios medios como: libros,
páginas web, funerarias, etc. Que permitan encontrar alternativas que
ayuden a enfrentar esta situación de la vida con mayor tranquilidad.
2. Entender el proceso de duelo, por el que atraviesan las personas cuando
se enfrentan a la muerte de un ser querido.
CAPÍTULO I
1. GENERALIDADES ACERCA DE LA MUERTE
1.1. Aspectos culturales y Religiosos de la muerte
La humanidad ha manifestado una constante y universal preocupación con
respecto a la muerte. Los ritos y costumbres funerarios son algo exclusivo de
nuestra especie; estas prácticas están estrechamente vinculadas con las
creencias religiosas sobre la naturaleza de la muerte y la existencia de una
vida posterior, cumplen una función social importante y están revestidas de
simbolismo, el estudio del tratamiento que cada pueblo le da a sus muertos
nos permite comprender mejor su forma de vivir, sus valores y
su pensamiento.
Las primeras prácticas funerarias de las que se tienen evidencias provienen
del grupo de homo sapiens. El hombre de Neandertal pintaba a sus muertos
con ocre rojo y los adornaba con objetos religiosos o amuletos, a veces al
fallecido se le ataban los pies.
A pesar de la gran variación de las prácticas funerarias, hay elementos
simbólicos que son constantes. Uno de estos simbolismos es el color: si bien
la asociación del color negro con la muerte no es universal, el uso de ropa
negra está completamente difundido.
Otro elemento es el pelo de los familiares: en algunos casos rapados, en
otros desordenados es señal de tristeza.
El ruido, golpes de tambor, tañido de campanas, cañonazos; también está la
realización de prácticas rituales fijas durante la procesión con el cada.
1.2. El morir como hecho social
Según Rodríguez R. (2011) en su libro “Nuevos estilos de morir” manifiesta
que: “El concepto morir, desde una perspectiva filosófica cabe aceptarlo
como la descripción del ser de toda persona, tiene un sentido estrictamente
limitado en su uso específico en el ambiente del hospital”.
Las muertes ocurren dentro de un orden social, los pensamientos, intereses,
actividades, proyectos, planes y esperanzas de los otros están más o menos
vinculadas a toda persona que muere y el motivo de su muerte.
El carácter de este vínculo esta dado en parte por la ubicación de la persona
en una diversidad de estructura sociales, es decir, familia, el hospital, las
carreras ocupacionalmente estructuradas de la sociedad, sistemas de
edades, etc. Y proporciona a su vez variados grados de importancia a la
anticipación de la muerte y al establecimiento de cursos de acción sobre la
base de la anticipación.
La muerte ocurre también dentro de un orden médico, la programación de los
tratamientos, las actividades de diagnósticos y pronósticos, la disposición
de tiempo, interés y dinero son elementos que integran los intereses
prácticos y autorizados de los profesionales médicos, y la anticipación de las
muertes figura en un lugar muy importante dentro de
su organización concreta.
1.3. Los problemas psicológicos y socioculturales relacionados con
la muerte
Los pacientes en fase terminal tienen muchas necesidades en cuanto a lo
emocional, espiritual y física, por eso analizar a los pacientes, no solamente
por sus necesidades sino su valor, no por su dependencia sino por su
dignidad.
Para obtener la fuerza y el valor para afrontar la muerte con dignidad
Cada paciente terminal y las personas que lo acompañan reaccionan de
manera individual ante la proximidad de la muerte, estas pasaran por
diversos problemas como:
1.3.1. Temor y ansiedad:
Los desahuciados experimentan estos sentimientos casi siempre. Hay
muchas cosas por la que el enfermo puede sentirse aprensivo y temeroso,
por ejemplo, temor a la muerte, al dolor, al proceso de muerte, a la pérdida
de control y dignidad, y temor a estar solo o al rechazo.
A menudo falta el tipo de comunicación que pudiera ayudarlo a aliviar esos
temores. Por ello la muerte significa para este el alejamiento de la familia y
de los amigos causando gran tristeza.
Esta fase terminal se caracteriza por la depresión, confunde con un síntoma
físico originando el temor y remordimiento, muchas personas con creencias
religiosas se aferran permitiéndoles adquirir fuerza para enfrentar a la muerte
sin temor.
1.3.2. Soledad:
Una de las mayores preocupaciones de la gente desahuciada es
permanecer solo.
Las personas que mueren en hospitales experimentan sentimientos de
soledad aunque no están solos, el contacto de enfermera a desahuciado es
frecuente y puede llevar a una relación de confianza que ayudara a reducir la
soledad y el aislamiento.
1.3.3. Dificultad para enfrentar la verdad:
En varias ocasiones el enfermo terminal no tiene una facilidad de
relacionarse con la enfermera, o que para esta no sea fácil ofrecerla.
Las reacciones de enojo o de presión son normales en el proceso terminal.
Un paciente con estas características que se siente solo y temeroso se
tranquiliza con la compañía y cercanía, la simpatía y compresión de las
personas, estos son aspectos importantes de atención de un paciente
terminal y son esenciales para que la enfermera los ayude en los diversos
problemas psicológicos y espirituales que podrían originarse en el proceso.
1.3.4. Durante la agonía:
La agonía se caracteriza por un largo deterioro marcado por sucesos de
complicaciones y efectos secundarios. El mes previo a la muerte disminuye
de forma sustancial, la energía, la actividad y el bienestar.
Observándose un debilitamiento del paciente y para todos resulta evidente
que la muerte se aproxima.
A veces un paciente tratado en el hospital con una terapia agresiva a
consecuencia de una enfermedad grave, puede empeorar de repente y solo
se sabe que está padeciendo algunas horas antes de fallecer.
Sin embargo cada vez es más común agonizar con una lenta disminución de
las capacidades y durante un largo periodo de tiempo a veces con
acontecimientos de síntomas graves.
1.3.5. Cuando la muerte es inminente:
Ante la eventualidad de morir en un futuro, surgen varias interrogantes
acerca del origen y el significado de la vida y los motivos por las cuales se
sufre y se muere.
Los pacientes y sus familiares han de responder a sus inquietudes a partir de
sus propios recursos, la religión, el apoyo psicológico y ético y los amigos
pueden hablar y participar de estos actos religiosos y familiares, o tomar
parte en actividades que tengan un significado para ellos.
A veces sentirse querido por otras personas es el antitóxico importante
contra la desesperación cuando la muerte se aproxima.
Los pacientes muy frágiles a veces viven algunos días, mucho más de lo que
cabría esperar, en cambio, otros mueren rápidamente.
A menudo aparecen signos característicos de la inminencia de la muerte.
La conciencia empieza a disminuir, los miembros se enfrían y tomar un tinte
azulado o con manchas, la frecuencia respiratoria es irregular; las pupilas se
dilatan y con frecuencia se observa hipertensión arterial y fiebre.
Las secreciones y el relajamiento de los músculos de la garganta provocan
en ocasiones una respiración ruidosa, que se puede evitar en parte
cambiando de posición al paciente o usando medicamento para secar las
secreciones.
En el momento de la muerte puede ocurrir que algunos músculos se
contraigan y que el pecho exhale un suspiro.
El corazón puede todavía latir minutos después de interrumpirse la
respiración y puede producirse una breve convulsión. A menos que el
desahuciado tenga una rara enfermedad infecciosa.
Se debe manifestar a los miembros de la familia que pueden tocarlo,
acariciarlo y abrazarlo aun durante unos momentos después de su muerte.
Por lo general, observar al fallecido después de la muerte es una ayuda para
los más allegados porque les permite compartir el miedo irracional a que no
haya muerto realmente.
Las enfermeras anotan en el expediente del paciente la hora exacta en el
que cesa la respiración y deja de latir el corazón. Un médico certifica la
muerte del paciente.
1.3.6. Problemas de la familia:
La familia del enfermo siente miedo y ansiedad, para ellos es difícil ver sufrir
a su ser querido y no es fácil comprender sus cambios de estado de anímico
sus reacciones a veces impredecibles.
La familia suele sentirse apartada e incapaz de encontrar maneras de
expresar su amor y preocupación.
Cuando la familia atiende al paciente en su hogar, enfrenta otras tensiones a
causa de la responsabilidad total de la situación podría dañarse su capacidad
emocional por agotamiento provocando resolver todas las demandas del
paciente en las etapas terminales de la enfermedad.
Después del fallecimiento hay muchos problemas que deben enfrentar las
personas en el duelo mientras intentan enfrentar la perdida.
Se presentan problemas emocionales (cuando la persona que murió era
sostén financiero de la casa).
La etapa de pesar es muy angustiante e incluye sentimientos, autocrítica y
culpa, la persona se pregunta si se pudo evitar la muerte.
Podría presentarse una depresión grave e incluso, en el caso de los
adolescentes buscan el suicidio o los vicios como el alcohol y sustancias
psicotrópicas para aliviar el dolor de perdida.
La mayoría de los adolescentes se sorprende por la duración de sus
sentimientos de pérdida y tristeza, empiezan a preguntarse si alguna vez
podrán reajustar sus sentimientos y continuar su vida normal. Es probable
que el luto sea la experiencia más devastadora que se enfrente en la vida el
joven, alterando todas las actividades vitales.
La pena no se cura, pero puede compartirse. Para que el joven no se sienta
solo por completo y para demostrarle que hay razones para renovar sus
recursos de fe y esperanza, así obtendrá el coraje de recomenzar, sabrá
que tiene la responsabilidad de ser y sentirse feliz de nuevo sin perder
el respeto por la persona que murió.
1.3.7. Enfrentar la muerte:
Según Ross (2011) en su libro: “La muerte: un amanecer” manifiesta que: “La
muerte no es más que un pasaje hacia otra forma de vida”.
Esta profesional supo comprender el real significado del término de salud y lo
aplicó a sus moribundos, esos tantos que lejos de ser sustancias en
desecho, son verdaderos maestros de la vida, porque allí donde ésta se
extingue aflora todo su esplendor, al acompañar la muerte se nos regala la
belleza de la vida, cuando el último aliento adorna nuestras caras con
expresiones de felicidad por que algo se ha descubierto, en nosotros
mismos.
Según Ross E. (2009) en su interpretación “La muerte y el morir” dice: “Es
importante destacar que la negación, a su vez, no es un fenómeno
absolutamente individual, dado que nuestra cultura poco a poco ha ido
negando los eventos de la muerte, no se habla de ella, los velatorios se
trasladaron de la cama de la propia casa donde se era acompañado por gran
cantidad de familiares y amigos, a una camilla de terapia intensiva, con
restricción de visitas y con la soledad que un lugar tan descarnado como ese
provoca.
Cuando el paciente ha comenzado a morir, renuncia a su vida en paz y
armonía, en esta etapa no hay ni felicidad ni dolor, solo paz, el dolor está en
quienes rodean al enfermo, éste solo desea el silencio para terminar sus días
con un sentimiento de paz con sigo mismo y con el mundo”.
1.4. Percepción de la muerte del adolescente:
La realidad actual de la adolescencia frente a la muerte se expresa en la
necesidad de mayor autonomía, necesidad de estabilidad y seguridad,
reconocimiento del grupo de amigos y necesidad de diferenciación.
Estos podrían considerarse un buen marcador de la etapa, sin embargo la
falta de un hito psicológico que determine el cambio de etapa hace necesario
un espacio social de soporte para el adolescente en su lucha por integrar su
identidad, este espacio estaría constituido por la familia.
La falta de este soporte trae graves consecuencias al adolescente ya que
observa cómo se absorbe por situaciones que escapan de su control,
apareciendo sentimientos de incontrolabilidad ante factores sociales,
políticos y económicos para construir un proyecto de vida.
Las características de esta etapa hacen del adolescente un ser muy
vulnerable a sentimientos ligados a la autodestrucción.
La muerte en estos casos puede presentarse como una alternativa favorable
con fin de darle al dolor psicológico que agobie al adolescente.
El imaginarse solos, alienados, que no son amados pueden constituir
motivos suficientemente fuertes como para elegir extinguirse, para
comprender esto es necesario pensar en que el joven está esencialmente
volcado hacia las relaciones con otros y su aceptación, por lo que hasta los
fracasos académicos adquieren una fuerza desconocida dado que en estas
actividades sociales el joven va configurando su auto concepto.
Puntos de vista tratan sobre el suicidio adolescente no como una fuerza o
tendencia a la autodestrucción, sino más bien como una súplica por llamar
la atención y pedir ayuda.
El adolescente, vivencia la muerte como un hecho romántico, entregando su
vida por la lucha por ideales.
A los jóvenes les importa mucho más la calidad de la vida que la cantidad,
este es otro factor que acerca a los jóvenes al suicidio.
Dentro de su desarrollo mantienen una idea egocéntrica llamada "fábula
personal" la cual les hace creer que pueden tomar
cualquier clase de riesgos dado que a ellos jamás les ve a ocurrir nada,
toman decisiones con irresponsabilidad y experimentan potentes drogas y
formas de placer.
Rodríguez R. (2011) en su libro: “La muerte” manifiesta que: “Los niños y
adolescentes representan a un grupo especial por el aspecto devastador y
destructor de su muerte en las familias, y quienes se dedican a cuidarlos. Su
tarea fundamental es la búsqueda de evitar sufrimientos inútiles, en la
comunicación sensible y para evitar remordimientos en el futuro en los
familiares en lo que se refiere a la elección de los ciudadanos que de por si
podrían causar mucho sufrimiento”.
Cuando los adolescentes se encuentran frente a frente con la muerte
reaccionan de maneras sorprendentes y contradictorias, elevando algunos
las cuotas de misticismo o religiosidad.
Otros jóvenes enfermos optan por negar su condición y hablan como si se
fuesen a recuperar aunque tienen la certeza de que eso no será así.
Sin embargo pese a lo dramático de esta situación y a los problemas que
acarrea la utilización de mecanismos de defensa en cuanto a la elaboración
e integración de los hechos sin distorsión, la negación y la represión de las
emociones constituyen herramientas útiles que ayudan a muchos jóvenes
enfermos a tratar y superar este golpe agobiante para sus expectativas de
vida.
Los jóvenes enfermos por lo general se sienten más enfadados que
reprimidos.
Ocupan menos tiempo en pensar en el suicidio en comparación a adultos de
la misma condición, y probablemente están mucho más dispuestos en buscar
a alguien a quien culpar.
Las distintas maneras de reaccionar ante el hecho de la muerte inminente
están supeditadas en gran medida al estilo de personalidad.
1.5. Percepción de la muerte en adultos jóvenes:
Los adultos jóvenes están acercándose al término de sus tareas sociales, y
se encuentran ansiosos por desarrollar sus planes de vida, para lo cual ya se
encuentran capacitados.
Su gran tarea es lograr la familiaridad para lo cual destinan una gran
cantidad de su tiempo y energía.
La muerte es algo lejano, asumido como algo inevitable, sin embargo con
una certeza inconsciente de que a uno jamás le va a pasar, comienza la
carrera por la consecución de lo que uno pueda llegar a ser, y junto a
quienes ame, construir una vida plena de satisfacción.
Para un individuo que se encuentra en esta etapa de la vida, la aparición de
una enfermedad catastrófica se vivencia como algo muy frustrante y difícil de
llevar debido a la imposibilidad de conquistar las metas anheladas.
Su trabajo no ha valido de nada y esta injusticia lo enfurece, es el paciente
más conflictivo y el más lábil emocionalmente, a esto se suma la dificultad
del personal que por lo general tiene la misma edad que el paciente para
tratar asertivamente a un desahuciado de su mismo grupo.
Rodríguez R. (2011) en su libro: “La muerte” manifiesta que: “La muerte hace
que tomemos la posición de la vida; nos hace tomar conciencia de algo que
resulta insobornable, ya no volveremos a estar aquí. La muerte desde
siempre, conmueve y espanta, las personas recurren a la distracción como
una forma de defensa necesaria y sutil”
Estos adultos piensan de manera evasiva, huyen de la muerte pues es un
tema que no les agrada.
1.6. Tipos de muerte:
Los tipos de muerte provocados en el ser humano sin duda son:
1.6.1. Muerte natural o patológica:
Puede ser por enfermedad o por procesos degenerativos propios del
envejecimiento.
Se entiende a aquella que es el resultado final de un proceso patológico en el
que no hay participación de fuerzas extrañas al organismo.
La etiología de la muerte es endógena o cuando es exógena, como ocurre
en las infecciones, debe ser espontánea. En este caso el médico extiende el
certificado de defunción.
Es decir es una enfermedad, la que puede haber sido aguda fulminante o
no, crónica reagudizada siempre y cuando ella haya sido la determinante de
la muerte. De acuerdo a la velocidad de su producción puede ser:
1.6.1.1. Muerte natural lenta:
Es decir cercana, por ejemplo una enfermedad consuntiva caquectizante,
tuberculosa o cancerosa, pero también puede ser el caso de un infarto
cardiaco que llevó al deceso del paciente después de 2 ó más días.
1.6.1.2. Muerte natural rápida:
Es decir inmediata, por ejemplo una hipersensibilidad alérgica, o una
hemorragia meníngea de origen patológico como las producidas por
accidente cerebro vascular tipo ruptura a aneurismas del polígono de Willys.
Toma también el nombre de muerte súbita, muerte repentina o muerte
imprevista.
1.6.1.3. Muerte violenta:
Puede ser por homicidios, suicidios o accidentes, no siempre existen
elementos indicadores, también pueden existir elementos distorsionadores,
consistente en la intervención de terceras personas a posterior de los
hechos, esto se observa sobre todo ante la necesidad de ocultar el suicidio,
para los sobrevivientes evitar ser juzgados o cuestionados en dependencia
de su religión o legislación.
La muerte violenta, se debe entender en un sentido amplio del término e
incluye cualquier fallecimiento que tenga su origen en un factor externo al
individuo, ya sea de origen accidental o voluntario.
En su producción y consecuencias participan causas médicas, sociales,
económicas, culturales, emocionales y otras que, en conjunto, trazan un
cuadro sumamente complejo.
Se incluyen en este importante grupo:
a) Suicidio y lesiones auto infligidas.
b) Homicidio y lesiones provocadas intencionalmente por otras personas.
c) Suicidio y homicidio son muertes violentas voluntarias.
La única diferencia es que la intención aniquiladora se dirige contra otro o
contra el mismo sujeto.
En una y otra determinación parecen tener profundo peso los factores
culturales, emocionales y ambientales en su más amplio sentido.
Calabuig (2004) en su libro: “Medicina Legal y Toxicología” manifiesta que:
“La muerte violenta es aquella que se debe a un mecanismo suicida,
homicida o Accidental, es decir exógeno al sujeto, acude a estas muertes la
existencia de un mecanismo exógeno y una persona responsable del mismo”
1.6.1.4. Muerte agónica o lenta:
Nos introducirnos en el concepto de agonía y principalmente comprender
este doloroso proceso y sus manifestaciones tanto físicas como psicológicas.
La muerte agónica es aquella en la que el proceso de morir se ha establecido
claramente y la muerte se espera en un tiempo muy corto. Representa el
momento más crítico de los cuidados por las cargas emocionales que
conlleva.
La agonía se caracteriza habitualmente por un largo deterioro general,
marcado por episodios de complicaciones y efectos secundarios como
sucede en algunos casos de cáncer.
En general, durante el mes anterior a la muerte disminuyen de forma
sustancial la energía, la actividad y el bienestar. Se observa un visible
debilitamiento del paciente y para todos resulta evidente que la muerte se
aproxima.
La agonía también sigue otro curso; a veces, un paciente tratado en el
hospital con una terapia agresiva a consecuencia de una enfermedad grave,
puede empeorar de repente y sólo se sabe que se está muriendo algunas
horas o días antes de fallecer.
Sin embargo, es cada vez más frecuente agonizar con una lenta disminución
de las capacidades y durante un largo período de tiempo, a veces con
sucesos de síntomas graves.
Guillermo (2003) en su libro: “Muerte Digna” manifestó que: “Negación y
aislamiento, utilizado por casi todos los pacientes en una cierta forma. Es
una respuesta generalmente temporal del choque a las malas noticias”.
El aislamiento se presenta de la gente, incluso miembros de la familia,
evitando a la persona que muere.
La agonía simboliza el sufrimiento insoportable, y es usado para describir
un dolor extremo, ya sea interno o externo. Una persona por lo general
agoniza cuando está gravemente herida o enferma, cuando sufre
mutilaciones o torturas, o cuando experimenta un grave trauma en su cuerpo
o su mente.
CAPÍTULO II
1. EL DUELO
El duelo es definido como el proceso por el que atraviesa un persona ante la
muerte de un ser querido, es un proceso y no un estado natural en el que el
doliente atraviesa una serie de fases que conducen a la superación de dicho
proceso.
Según Gestalt (2011) en su libro “Definición y tipos de Duelo” manifiesta que:
“El duelo es el proceso psicológico que se produce a partir de alguna
pérdida”.
1.1. Personas diferentes, Duelos diferentes:
Jamás podemos hacer comparaciones con relación a los sentimientos y
emociones de personas en duelo y mucho menos minimizar el dolor de
alguien ante su pena.
Esta situación es tristemente frecuente, las personas que no están formadas
ni preparadas para acompañar el duelo, se limitan a decir cosas ellos creen
que ayudan a quien esta triste.
Las expresiones y comentarios lo que producen realmente es un sentimiento
de rabia encubierta, quizá la persona inicialmente manifieste su propia
tragedia y cada tragedia tiene sus propios dolientes. Ninguno es mayor o
menor y nadie es más fuerte o más débil, cada uno intenta atravesar el túnel
como pueda.
1.2. Resiliencia, el camino interno:
Cada persona tiene sus propios recursos para enfrentar el duelo. El
constante y cotidiano acompañamiento con personas en duelo permite
entender que todos tienen recursos internos para ir asimilando paso a paso
la pérdida.
En psicología esta característica se denomina: Resiliencia, que significa la
capacidad que tenemos algunos seres humanos para sobreponernos al dolor
y construir a partir de él.
Te preguntarás ¿Cómo identificar los propios recursos internos? La
respuesta no es sencilla, puesto que en medio de las frecuentes oleadas de
dolor que paralizan la existencia, es difícil rescatar algo bueno y positivo de
lo que aconteció. Además, no olvidemos que el tiempo es nuestro mejor
aliado. Algo muy importante para comprender porque afloran estas
características resilientes o por el contrario para saber porque sentimos que
caemos en un abismo sin fondo, es conocer la historia, es decir saber cómo
cada persona ha logrado asimilar otras pérdidas, pues el duelo que está
viviendo y la manera de afrontarlo tiene que ver mucho con la trama que se
ha ido tejiendo a partir de estas experiencias a lo largo de su vida.
1.3. El miedo:
En casos de duelo, suelen aparecer una infinidad de miedos, uno de ellos y a
nivel inconsciente es el miedo a la propia muerte. La muerte de un familiar o
de alguien amado nos recuerda nuestra propia mortalidad, nos confronta de
inmediato con esta emoción primaria del miedo a la no existencia.
Luego de la muerte de un ser querido tienen que ver con la incertidumbre,
con la angustia ante la percepción de futuro, con el miedo al abandono
cuando la persona que se fue era muy significativa, contenedora y
proveedora tanto de lo afectivo como de lo económico.
La situación íntimamente relacionada con lo anterior tiene que ver con la
toma de decisiones, es difícil lograr en estados de máximo dolor y confusión
por lo vivido que la persona tenga claridad en las decisiones y en especial
que pueda prever las consecuencias de las mismas.
1.4. La culpa:
El duelo de las personas que ante la muerte de un ser querido se sienten
culpables es de regular pronóstico, hay una tendencia a presentar síntomas
de lo que se denomina: duelo patológico, la tristeza y la depresión se
instalan, no presentan avances de recuperación y con frecuencia, hacen los
mismos síntomas de la persona fallecida cuando estaba enferma, o
empiezan procesos de evasión compulsiva con altos consumos de licor.
1.5. La pena y la tristeza:
Casi todas las personas en duelo sienten su tristeza en el pecho. Lo
manifiestan en un órgano en especial: “me duele el corazón”. Se siente
opresión, sensación de ahogo, de no poder más, de tener dificultades
respiratorias y afecciones que comprometen el sistema respiratorio. La pena
es la emoción directamente relacionada.
La angustia que se genera está acompañada de llanto frecuente, sensación
de desamparo, soledad, pérdida momentánea de la noción del futuro, temor
ante la toma de decisiones, paralización de la cotidianidad, destrucción del
proyecto de vida.
La tristeza y la pena tienen en su contenido oculto un miedo profundo a la
muerte, especialmente a la propia sensación de minusvalía y opacamiento, el
mundo se reduce al dolor.
La tristeza no se debe comparar con la de otra persona, esto es un gran
error. El dolor es único e irrepetible, nadie puede sentir por ti, así sea el
mismo duelo.
Algo importante en relación con la tristeza y la pena es que se acunan,
necesitan ser canalizadas de alguna forma, por ello el duelo es una
excelente oportunidad para revisar todo aquello que no ha dolido, a lo largo
de la historia, de nuestra historia.
1.6. Duelo en los jóvenes:
Se requiere que los jóvenes sean fuertes: incluso a veces que soporten el
dolor de otros, lo que hace que renuncie a su propio duelo. Además se pide
que se comporte "como adulto".
La juventud suele ser ya una etapa difícil, ya que aparte de los cambios de
su período también deberán hacerlo frente a la pérdida de un ser querido.
Puede faltarles ayuda: si no la encuentra en su familia, busca a sus amigos,
que en temas de la muerte se sienten impotentes o pueden ignorarlo.
Por tanto los conflictos de relación deben ser, si fallece uno de sus padres,
queda un sentimiento de culpa y de tarea "pendiente", en el sentido del
proceso normal de independencia, lo que puede hacer del proceso de duelo
algo más difícil. Los signos que indican que un joven necesita de ayuda son:
a) Síntomas de depresión: insomnio y pensamientos suicidas
b) Baja autoestima, fracaso escolar e indiferencia hacia esas actividades,
deterioro en relaciones familiares y de amistades,
c) Conductas de riesgo (drogas), negación del dolor.
Conclusiones:
1. Después de analizar sobre esta temática controversial llego a la
conclusión, de que la muerte no necesariamente natural, puede suceder
también por algún accidente o alguna enfermedad mortal, por
agotamiento, o por la voluntad del mismo ser vivo.
2. En la actualidad los jóvenes ven a la muerte desde un contexto social,
donde se ven reflejados en el consumo de sustancias estupefacientes,
alcohol y drogas, como un pretexto para agudizar el proceso de dolor
ante la pérdida de un ser querido; sin tomar en cuenta que esta actitud no
soluciona absolutamente nada, ya que el nivel de reflexión va más allá
del dolor en la aceptación para continuar con la vida misma.
3. En la antigüedad como en la actualidad los jóvenes ven al duelo como
parte de un ritual, ya que aún se conserva la esencia de las costumbres y
tradiciones que nos dejaron nuestros antepasados y nuestros pueblos.
Recomendaciones:
1. Implementar la muerte asistida en nuestra sociedad actual donde existen
intereses diferentes, con ritmos de vida distintos, con una sociedad más
desarrollada, con mayores avances tecnológicos.
2. Buscar alternativas de apoyo psicológico como: terapias de aceptación y
resignación y de afecto familiar como: mejorar las relaciones entre
familia, para que los jóvenes que se ven envueltos en situaciones
lamentables, como la muerte de un ser preciado, no se sientan
confundidos ni desorientados al tratar de buscar salidas de escape falsas
a la realidad que los rodea
3. Considerar la identidad, las tradiciones y costumbres de toda sociedad a
la hora de la muerte de un ser querido, ya que se tomara en cuenta
siempre la última voluntad del difunto.
Anexos:
Cementerio San Diego en Quito
Las tétricas paredes que forman el cementerio de san diego en quito
Bibliografía:
Cartolini N. (2008) “Cementerio de San Diego en Quito”. Extraído el 30 de
febrero del 2014 desde http://blog.nataliacartolini.com/2008/04/page/2/
Rodríguez R. (2011). “Nuevos estilos de morir”, Ecuador UCE-PUCE.,
Edición 2ta, Editorial Universitaria.
Ross E. (2009). “La muerte y el morir”, España, Edición 5ta, Editorial
Grijalbo.
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Die Silberschnur.
Rodríguez R. (2011). “La muerte”, Ecuador UCE-PUCE, Edición 2ta,
Editorial Universitaria.
Papalia. (2008). “Desarrollo humano”, Colombia Edición 4ta, Editorial
MacGraw Hill.
Anexos: