3 SECCIONES EL DIARIO DE

iíMf^áf NDO

LA MAÑANA

5 CENTAVOS

EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. — DOMINGO 30 DE OCTUBRE DE 1938

Comentarios internacionales

(Continuación dt la pagina dos) George quedó tan vivamente Impre-

~ alonado por esta Información, su- mada a las que ya obraba en su poder, que esto sólo explica su com- pleto silencio en el Parlamento cuando Edén y Alfred Duff Cooper tuvieron que encabezar el ataque a Chamberlain levemente sostenidos por Wlnston Churchill. SI efectiva: mente la aviación militar ganó el dia en Munich la renuncia del Pri- mer Lord del Almirantazgo Duff Cooper tiene otra explicación que la que él dio en los Comunes y es una que quiebra muchos moldes tra- dicionales de la estrategia bélica fu- tura. La ineficacia del bloqueo naval

"El solo y concreto factor escribe el "News Week" de Nueva York, que puso fin a la prolongada crisis con un arreglo pacifico fué el mie- do. Todos los países sintieron este temor pero particularmente, Gran Bretaña. El Gobierno de Londres se dio cuenta de que el bombardeador alado habla puesto fin a la época en que la flota podía servir de pro- tectora mientras la nación organiza- ba sus fuerzas." "Nada de naciones democráticas y sometidas a dictado- ras, escribe por su* parte el Mayor Al Williams, tenido por la más al- ta autoridad aeronáutica de los Es- tados Unidos; alguien tenia que considerar la situación entera y de- cidir entre la paz y la guerra. Pa- ra hacer esto con inteligencia, ha- bla qua mirar a la maquinaria de guerra que poseían las naciones en- vueltas. Chamberlain, que algún dia será mirado como el más grande Premier que Inglaterra tuvo en cien anos, hizo exactamente eso. A pe- sar de las opiniones parciales de sus jefes del Ejército y de la Mari- na, particularmente de la Marina, vio qua Inglaterra carecía de la ca-

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"Si usted está estreñido usted está perdido"

Estas son las palabras que más o menos equivalen a un viejo re- frán Chino y por cierto que quien sufre de estreñimiento reconoce es- ta verdad. Desgraciadamente el mal humor de muchas personas y has- ta el mal concepto que gozan se podrían atribuir al estreñimiento.

Cuando se necesita un buen eva- cuante, nada más natural que se piensa en seguida en las Pildoras de Brandreth porque desde hace mu- chos años vienen probado sus vir- tudes y eficacia. No irritan,—como lo hacen algunos purgantes fuer- tes—ni obran a medias, como ocu- rre con otros laxantes suaves. Obran especialmente sobre el 1 n t e s t ino grueso.

Recuérdese que, generalmente, e la "pereza Intestinal" lo que es causa frecuente de trastornos, co- ma malestar general, falta de ener- gía, mal humor, decaimiento, do- lores de cabeza, etc. Es, pues. Im- portante no descuidar el estreñi- miento y evitarse el malestar o en- torpecimiento que frecuentemente ocasiona.

Casi todas las personas requieren la ayuda de un purgante de vez en cuando. La frecuencia con que se necesita depende como es natu- ral, da la edad ya que según van pasando los años el funcionamien- to natural de los intestinos te cum- pla con menos facilidad.

Evita los purgantes drásticos y baratos. Ponga a prueba, para com- batir al estreñimiento, a las Pildo- ras da Brandreth. Usted verá cómo, al aliviarse del estreñimiento, con- tribuya a hacerle recuperar su bien- estar. Insista en obtener las Pildo- ras de Brandreth. No se fia de imi- taciones o substitutos.

lidad de equipo de guerra necesa- rio... y se fué a entrevistar con los que lo tenían para negociar la paz."

Razón de fondo en Ja renuncia de Duff Cooper

Ese habría sido entonces el des- acuerdo fundamental que causó la renuncia de Duff Cooper, el porta- voz de los Almirantes que todavía creen en la eficacia de un bloqueo naval, porque asi está escrito en los tratados navales. Y no pueden en- tender que, como dice Willimas, que "lo que ocurre con el bloqueo na- val es que demora demasiado en lograr sus objetivos mientras que en ese mismo tiempo la aviación puede obtener resultados decisi- vos...; el Imperio Británico fué construido por los marinos británi- cos pero son los aviadores británi- cos los que ahora tendrán que man- tenerlo."

Por cierto que Williams, al Igual que Westbrook Pegler# el popular y generalmente imparcial columnlsta americano, cree que Llndbergh di- jo lo que se le atribuye.

La derrota del Almi- rantazgo

Si hay un cincuenta por ciento de verdad en estos comentarios, va- mos a ver una lucha por la supre- macía del aire que reducirá a par- tidas sin importancia los costos has- ta ahora fantásticos de la competen- cia naval. Inglaterra ha reorgani- zado dos veces su Ministerio de Aviación, y cambió a su ministro Wlnston, en los últimos meses, ba- jo la presión de opinión que denun- ciaba su fracaso para acercarse al compás alemán. Un diario de opo- sición escribió, hace poco en París, que el Ministro de Aeronáutica Pierre Cot, habla "reducido a una vergüenza de ineficlencla a la avia- ción militar francesa". La derrota estratégica del Almirantazgo inglés repercutirá en los almirantazgos de las otras potencias democráticas cu- ya otra característica de discordan- cia con las totalitarias parece haber sido esta falta de fe en la aviación militar. Como la competencia naval no cesará, la del aire, será agrega- da a la cuenta que se presentará a los contribuyentes que asciende ya a más de 17,000 millones de dó- lares al ano, según dijimos.

Humorismo en estadísticas macabras

"Cada avión alemán que derriba- mos durante la Guerra Mundial, es- cribe el editorialista del New York Daily News, nos costó 1 500,000 dó- lares. Porque gastamos i.200 millo- nes en la aviación y derribamos 776 aviones alemanas; con la salvedad de que esos aviones fueron derri- bados por aviadores americanos en aparatos aliados, porque los nues- tros no estaban listos aún. Esto fué más grotesco que el costo para Ale- mania por cada inglés que mataron sus zepelines que fué 665,000 dóla- res por cadáver. Cada cadáver pro- ducido por la aviación en la próxi- ma guerra parece que va a costar algo asi como 78,000 dólares, y el costo de los que produzcan los ze- pelines, posiblemente quedará en 665,000 si es que producen alguno.

El mismo editorialista recuerda que Estados Unidos gastó en la Guerra Mundial 22,625 millones de dólares más 10,000 que prestó a los aliados y no han sido devueHos. Gran Bretaña gastó 35,350, Francia 24,265, y Alemania 38,000. Resumien- do los estudios por un colaborador de ese diario, Mr. Pasley, llega a la conclusión de que el término medio de lo que costó matar a un hombre en la Guerra Mundial no fué tan alto como pudiera deducirse de lo que costó matar por el aire; su cálculo es que la muerte de cada alemán costó 11,000 dólares; 36,000 la de cada aliado y 55,000 la de cada americano.

(Continuación de la página 4.)

dades, el general que manda las tropas británicas de Palestina no se preocuparla mayormente en po- ner fin a las diaputas entre ára- bes y Judíos, y en cambio concen- trarla sus esfuerzos en trasladarse hada el sudoeste y ocupar posi- ciones destinadas a proteger el ca- nal da Suez y Egipto, colaboran- do con las fuerzas navales qua pro- bablemente utilizarían como base a Alejandría. Luego procuraría abrirse hacia el delta del Nilo y hacia el norte, llegando hasta Hai- fa, punto donde el oleoducto de

Persla tiene su fin. Wavell tuvo una actuación destacada durante la guerra mundial.

Sir Edmund Ironside

El Jefe superior da las fuerzas militares Inglesas destacadas en la zona mediterránea de Levante, en caso da guerra, aeria el general Sir Edmund ironside, que tiene una talla de 1.92 m., por cuyo motivo se le aplica en el ejército el mote de "El enano". Ironside está con- siderado generalmente como uno de los mejoras jefes con que cuen- ta «1 ejército británico.

Cabe mencionar los nombres de

otros tres jefes: el mayor general A. W. Bartholomew, que manda las tropas británicas en China, con cuartel general en Hongkong; el mayor general G. C. Williams, que dio comienzo a su carrera en el cuerpo de Ingenieros y es actual- mente Jefe de la división de York- thire; y es) mayor general R. H. Halnlng, director de operaciones militares y del servicio. det informa- ción en el ministerio de la Guerra.

La figura de mayor relieve en la fuerza aérea británica es el ma- riscal en Jefe del aire (general)

'Sir Cyril Newall. Este jefe'es un hombre Joven para el puesto que

ocupa. Nadó en 1886 y perteneció anteriormente al ejército de la In- dia. Su primer regimiento fué un batallón de Gurkhas, y fué él uno de los muchos oficiales sacados del ejército y da la marina para for- mar el cuerpo de aviación duran- te la Gran Guerra.

El jefe que probablemente figu- rarla más ante los ojos del público en caso de guerra, de los del per- sonal aéreo, es al mariscal en je- je del aire (general) Sir. Hugh Dowding, que dirige las fuerzas de combate. Dowding manda tam- bién la colección de fuerzas hete- rogéneas que componen el cuerpo

de observación, qua vigila toda la costa y los encargados de los apa- ratos destinados a escuchar al rui- do de motores enemigos.

El cuerpo aéreo de bombardeo bajo el mando del mariscal en. jefe del aire (general) Sir Edgar Lud- low-Hewltt, antiguo oficial de los fusileros Irlandeses, qua sirven en el cuerpo de aviación desde hace 25 anos. El mando de las fuerzas aéreas de la costa Inglesa está con- fiado al mariscal del aire (tenien- te general) Slr Frederick Bowhill. Bajo su mando se encuentran to- dos los hidroaviones y la zona a sus órdenes se extiende desde ►!

Solent y Southampton hasta; norte de Escocia. Derechos reservados a EL MUN- DO por North American News-

paper Alliance.

Conyugales —Mi mujer está feliz porque se

ha impuesto da qua guardo todas sus cartas.

—Pues tú deberlas ser al feliz; a mi me araña continuamente por- que guardo las qua me entrega pa- ra echar al correo.

(Le Courrler)

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