UN ESPACIO DE COMUNICACION

Los pueblos de economía agrícola crearon el transporte náutico para trasladar mercancías y para comunicarse a través de sus grandes ríos.

Fue en el mar Mediterráneo donde se desarrolló esta actividad por vez primera, como resultado de la cercanía del Nilo y las numerosas islas que existen en dicho mar.

Modelo hipotético dibujado sobre la base de testimonios literarios y de historiadores de la antigüedad, que describieron las veloces embarcaciones fenicias.

Las facilidades ofrecidas por las costas , abrigos naturales que el hombre arreglaba, riberas que permitían embarcar o desembarcar mercancías, abastecimiento de víveres y de agua dulce, permitieron que el desarrollo de los pueblos de extrema pobreza en sus tierras, aprovechando la cercanía del mar, hicieron de la navegación y del comercio su principal actividad económica.

Los conocimientos astronómicos, herencia grandiosa del pueblo egipcio, permitían a los navegantes guiarse en función del azimut del sol o las estrellas, de acuerdo con las horas y las estaciones, con gran precisión.

Los pueblos navegantes se apoyaban principalmente en la observación del cielo y en el movimiento de los astros.

El primer viaje por mar fue realizado por el egipcio Isesi, hacia el año 2410 a. de n.e.

Isesi navegó en aguas del mar Rojo a lo largo de la costa oriental de África llegó a tierras de la actual Somalia para intercambiar, con los pueblos de esas regiones , productos egipcios por maderas preciosas y minerales.

La navegación fue un importante factor para el progreso humano.

Los pueblos navegantes desarrollaron actividades económicas diferentes a las de las primeras civilizaciones agrícolas, por ello, el comercio fue la base para su subsistencia; ese intercambio comercial lo realizaron en principio a base de trueque.

Tiempo después crearon la moneda, con lo que facilitaron las actividades mercantiles, establecieron el crédito, consistente en la entrega de mercancía para préstamo de dinero para ser aplicado a la producción de mercancías o para impulsar el tráfico mercantil.

A partir de la Edad de Bronce, el Mediterráneo se convirtió en un verdadero mundo cultural en el que los conocimientos de uno y de otro pueblo se fueron conjuntando hasta alcanzar en Grecia una extraordinaria síntesis cultural, a la que se considera la madre de la cultura occidental.