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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Trabajo Social
Trabajo Fin de Grado
EL TRABAJO SOCIAL EN LA
COOPERACIÓN AL
DESARROLLO DESDE EL
ENFOQUE DEL DESARROLLO
HUMANO.
Alumno/a: Elvira Lechuga Cruz
Tutor/a: Mª Ángeles Espadas Alcázar Dpto: Trabajo Social y Servicios Sociales
Junio, 2014
1
Índice……………………………………………...Pág.
1. Introducción…………….……………………………………….….......2
2. Justificación y objetivos………………………………………......…….3
3. Cooperación al Desarrollo
- Aproximación al concepto de Cooperación al Desarrollo….................8
-Funcionamiento de la Cooperación al
Desarrollo…………………………………………………………..…...9
- Actores en la Cooperación al Desarrollo………………………...…..11
4. Las distintas perspectivas sobre el desarrollo en las que se fundamenta
la Cooperación al Desarrollo………………………….......................15
5. El papel de Trabajador Social en la Cooperación al Desarrollo desde la
perspectiva de las metodologías de acción social
- Metodologías participativas de investigación y acción social en la
consecución de proyectos basados en el Desarrollo
Humano…………………………………………….........................20
- Trabajo Social y Trabajo Social Comunitario en los proyectos
fundamentados en el Desarrollo
Humano………………………………………………...…………..22
- La Investigación-acción Participativa como metodología de acción e
intervención
social…………………………………………………………….....24
6. Experiencia universitaria en materia de Cooperación al Desarrollo: Un
ejemplo de aplicación de metodologías y técnicas de acción social en
proyectos de Cooperación al Desarrollo…………………………........29
7. Conclusiones…………………………………….......…………….......35
8. Bibliografía y Webgrafía………………………………………….......38
2
1. Introducción
Este trabajo tiene como finalidad revisar y analizar la vinculación existente entre la
Cooperación al Desarrollo y el Trabajo Social así como enfatizar la idoneidad del papel del
trabajador social en éste ámbito.
Como veremos a lo largo del mismo, la Cooperación para el Desarrollo es un tema que
sigue teniendo una enorme trascendencia social a nivel mundial, tanto por lo que ha
implicado en términos de reflexión sobre el modelo de desarrollo del pasado reciente, como
respecto del modelo de globalización actual. Así, consideramos que por sus objetivos y
características peculiares -que son afines y compartidos por la disciplina del Trabajo Social-
el estudio de la Cooperación al Desarrollo no sólo es socialmente relevante y deseable sino
también muy necesario para la formación de los profesionales de las ciencias sociales y
especialmente para los de Trabajo Social.
Por ello, en este trabajo, a través de una revisión bibliográfica y del análisis de una
experiencia práctica de cooperación interuniversitaria con prácticas enmarcadas en la
intervención comunitaria, vamos a sintetizar los aspectos fundamentales de la cooperación
al desarrollo y su articulación directa con la intervención profesional desde el Trabajo
Social de manera que quede de manifiesto las posibilidades de articular el aprendizaje de
contenidos teórico-prácticos trabajados durante el Grado con sus aplicación a un campo
profesional concreto.
Respecto de la justificación de la elección del tema, a lo indicado anteriormente hay que
sumar el interés personal por la Cooperación al Desarrollo suscitado durante los estudios
de grado así como por la interesante experiencia de su última etapa mediante el Programa
de Prácticas en materia de Cooperación al Desarrollo que organiza anualmente la
Universidad de Jaén. Como alumna de este Programa he participado tanto en los módulos
teórico/prácticos desarrollados en Jaén como en las prácticas de campo desarrolladas en el
país contraparte, en este caso Colombia.
En función de esto, este Trabajo Fin de Grado (en adelante TFG) se estructura en una
primera parte de contenidos teóricos. Esta se divide a su vez en distintos apartados
3
dedicados a definir y analizar los conceptos de Desarrollo y Cooperación Internacional al
Desarrollo para pasar después a explicar su funcionamiento aunque obviamente de forma
limitada dadas las características de este trabajo y teniendo en cuenta que este es un tema
muy amplio que se puede abordar desde muy diferentes dimensiones de análisis. En
apartados posteriores se pretende analizar la estrecha relación entre la Cooperación y el
Trabajo social enmarcando el papel de éste dentro de la Cooperación Internacional,
destacando su carácter aplicado en materia de intervención mediante proyectos
encaminados al desarrollo de las comunidades y subrayando las potencialidades
profesionales observadas en este ámbito.
En base a esto, se recoge un estudio de un caso, el Proyecto de Cooperación Internacional
en el que participé durante dos meses en Bucaramanga (Colombia), detallando las tareas
relacionadas con las metodologías de acciones sociales y participativas, enfocadas al
desarrollo comunitario que desarrollamos en dicha experiencia. Por último se incluye un
apartado de conclusiones y de reflexión general de carácter personal sobre los estudios de
Trabajo Social y la Cooperación al Desarrollo, resaltando la idoneidad del papel del
Trabajador Social en los proyectos de Cooperación al Desarrollo y apuntando la necesidad
de que los estudiantes de esta titulación tengan oportunidad de adquirir conocimientos en
esta materia.
2. Justificación y planteamiento del tema.
La cooperación internacional para el desarrollo, como ya hemos avanzado, tiene un gran
significado en la actualidad, dado que los desafíos a los que se enfrenta la humanidad en el
contexto de la globalización deben afrontarse mediante la acción conjunta de toda la
comunidad internacional partiendo del reconocimiento de las responsabilidades
compartidas en materia de desarrollo, sobre todo cuando muchos de estos problemas
afectan de forma directa a los países en desarrollo. Esto es así en la medida en que no
debemos olvidar que el subdesarrollo aconteció por las mismas razones históricas que, a
través de medios comerciales, financieros o de dominación militar o colonial, favorecieron
el crecimiento económico de los países centrales. En base a esto, la cooperación parte de la
idea de buscar una concienciación en esta dirección, orientada a subsanar los principales
4
obstáculos estructurales del subdesarrollo con el fin de que sean estos países quienes logren
su propio crecimiento económico auto-sostenido. Esto resultaría beneficioso a su vez para
el propio desarrollo de la economía mundial y reforzaría las bases cooperativas en pos de
un orden internacional socialmente más justo.
El origen de la Cooperación al Desarrollo puede situarse en 1945 tras la finalización de la
Segunda Guerra Mundial como un método para garantizar el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacional. A lo largo de los años, la Cooperación al desarrollo, ha supuesto
una herramienta de transformación con proyección internacional en la que participan
diversidad de actores tanto de carácter local como global. Desde su origen, muchas de sus
acciones han estado condicionadas a las peculiaridades de cada época. No obstante,
muchos autores sostienen perspectivas bastante críticas con el devenir actual de la
cooperación. En esa dirección, como apunta David Sogge (Sogge, 1996), muchas de las
acciones de cooperación siguen siendo ineficaces, incluso en algunos casos agravándose el
problema de la pobreza y la miseria en muchos países, amenazando con aumentar el
número de flujos migratorios a los países occidentales, al contrario de lo que en un
principio se creía que estas medidas iban a suponer.
En esa misma dirección el citado autor presenta en sus trabajos evidencias de que -en
muchas más ocasiones de las que serían deseables- se cometen irregularidades con los
fondos destinados a acciones de Cooperación al Desarrollo así como de que hay un gran
número de fracasos en la aplicación de proyectos lo cual hace que lamentablemente se
desprestigie y desacredite su imagen pública provocando un escepticismo por parte de la
sociedad.
Muchos de los estudiosos de estos temas (Andrés y Molina (2000); Izquierdo, Hidalgo,
Fernández (2007); Sogge, D. (1996); Revilla y Sánchez (2002) entre otros, han observado
que no solamente nos encontramos con una frecuente mala gestión en los proyectos, sino
que los principios y valores en los que se fundamenta también son susceptibles de crítica.
Siguiendo los trabajos de estos autores, se evidencia que una parte considerable de las
acciones en materia de Cooperación al Desarrollo han tenido desde su origen un carácter
5
graciable y caritativo. Muchas de ellas se han materializado como ayudas de emergencia de
carácter paliativo de modo que no consiguen alterar el status quo de las comunidades.
Desde esta perspectiva, la Cooperación no debe quedarse en la mera compasión de
acciones basadas en “entusiasmos poco reflexivos”, fundamentados en una ideología
concreta que propicia que se puedan cometan errores. El problema no es sólo que estas
acciones puedan resultar incluso contraproducentes para las personas de una localidad, sino
que además su carácter graciable, hace que se difunda, consolide y mantenga una imagen
de la Cooperación al Desarrollo como un conjunto de acciones paternalistas de los países
del Norte, alejada de un modelo de Cooperación que como su propio nombre indica,
verdaderamente coopera con los países beneficiarios de esas acciones, fundamentando sus
acciones en los Derechos Humanos y en los principios de justicia universal. Según esta
perspectiva crítica, actualmente la esperanza de terminar con un modelo centrado en la
caridad y de establecer algo parecido a una relación mutua permanece todavía como un
modelo ideal.
Además estas acciones también están siendo condicionadas y recortadas en base a las
características que presenta el neoliberalismo y la ideología de mercado en la que estamos
inmersos a nivel global, basadas en valores como el individualismo y en el establecimiento
de “castas” de ganadores y perdedores. Esto permite que empresas y mercados financieros
se desliguen y eludan cada vez más de sus obligaciones públicas como el pago de sus
impuestos y contribuye a la disminución de los ingresos públicos que garantizan al
mantenimiento de las políticas redistributivas del Estado del Bienestar y a la intervención
de los poderes estatales en beneficio de los desfavorecidos. A pesar de este contexto, la
Cooperación al Desarrollo, sigue no obstante llevándose a cabo aunque en los últimos años
ha experimentado profundos recortes tal y como argumenta Juan Torres (Torres, 2014).
Esta situación es justificada hoy en día por el discurso oficial ante la opinión pública y ante
los ciudadanos por el discurso oficial mediante argumentos sobre la necesidad de reducción
de gastos debido a un supuesto excesivo desembolso del sector público en servicios
sociales en un momento de crisis tal y como argumenta Torres (2014). Así vemos como se
están produciendo profundos recortes en el bienestar de los ciudadanos apoyados en este
6
discurso y las acciones en materia de Cooperación al Desarrollo no son una excepción y en
consecuencia se encuentran también gravemente afectadas.
No sólo nos encontramos con la dificultad de que los gobiernos de los países occidentales
puedan poner freno a la puesta en marcha de acciones de este ámbito. También podemos
observar que muchas de las organizaciones que participan en estos proyectos actúan
sirviendo de apoyo a los intereses comerciales y políticos de los países donantes destacando
algunas prácticas como la venta de préstamos. Muchas de estas se basan en valores propios
de la “dinámica de mercado” que condicionan la puesta en marcha de sus acciones,
entendiendo la Cooperación al Desarrollo más como una estrategia de negocio que como lo
que debería ser, un medio para que las personas de otros países tengan la posibilidad de
acceder a unas condiciones mínimas de bienestar. (Sogge, 1998)
Pese a que actualmente estamos atravesando una época en la que el poder del dinero y la
codicia están por encima de todo, muchas de las políticas que rigen las acciones de algunas
organizaciones establecen una agenda común con la que trabajar a todos los niveles (macro
y micro) basadas en el “Desarrollo centrado en las personas”, estableciendo alianzas con las
personas del terreno de forma que se evite la pobreza y la exclusión.
En base a esto, en el presente trabajo queremos reflejar que a pesar de que las partidas de
ayuda al desarrollo de países como España han experimentado un profundo descenso en los
últimos años, la cooperación es un medio que ha tenido efectos (aunque limitados)
positivos. También que la actuación de los distintos agentes de la sociedad -y de modo
especial los profesionales del Trabajo Social- para trabajar en pos del desarrollo de otros
países que no han alcanzado unos parámetros que implican la capacidad de sus ciudadanos
para obtener un nivel de vida digno, sigue siendo una cuestión imprescindible e
inexcusable. Para ello partimos de un planteamiento que vincula el Trabajo Social con un
modelo de cooperación que potencia la concienciación, la participación y el empowerment
como herramientas para que sean los propios implicados quienes contribuyan a desbloquear
ciertos obstáculos y a su propio crecimiento económico auto-sostenido.
Esto resultaría beneficioso para el propio desarrollo de la economía mundial y reforzaría las
bases cooperativas para avanzar hacia un orden internacional más justo. Para ello
7
estimamos conveniente la implicación y reciprocidad de las dos contrapartes en la elección
de posiciones programáticas y políticas, facilitando la comunicación y la coordinación entre
las mismas. Creemos que debe tenerse en cuenta la percepción de las personas beneficiarias
por estos proyectos sobre su realidad y sobre sus necesidades y para ello, ambas
contrapartes, trabajarían en la investigación y en el análisis de las distintas realidades.
Consideramos que las acciones de cooperación al desarrollo basadas en ciertos valores, la
creatividad y el compromiso enérgico de sus líderes, trabajadores y bases populares,
alejadas de meras prácticas basadas en la caridad y en el interés comercial, son muy útiles y
necesarias.
Por tanto, en relación con lo anteriormente destacado, en este proyecto expondremos la
Cooperación al Desarrollo en el Desarrollo Humano de describir en qué consiste y por qué
creemos que su puesta en práctica debe girar alrededor de éste planteamiento y más
adelante trataremos de aproximarnos a su delimitación y a su funcionamiento, así como
introducirnos en los principales agentes que la llevan a cabo.
También queremos resaltar en este proyecto la importancia de su comprensión y de su
fomento por los distintos agentes que la ejecutan ya que es una forma de facilitar tanto el
conocimiento de otras realidades como la capacitación para incidir y transformarla en
beneficio de otras comunidades.
Así como consideramos que la información y sensibilización en estos temas a la ciudadanía
en general es esencial, cabe destacar la importancia de formar y capacitar a los
profesionales del ámbito de lo social en particular. La formación en este campo es un
instrumento imprescindible no sólo para la intervención directa, sino también a su vez para
la sensibilización y el cambio social. En ese sentido, en este trabajo queremos destacar la
idoneidad y la adecuación de las competencias profesionales del Trabajador Social como
agente de cambio en el ámbito de la Cooperación al Desarrollo basándonos tanto en los
conocimientos teóricos, método de trabajo aplicado, y competencias investigadoras que la
actual formación de grado le debe proporcionar como en los valores éticos que las
organizaciones profesionales de trabajadores sociales defienden.
8
3. Cooperación al Desarrollo.
Aproximación al concepto de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Muchos de los trabajos revisados sobre el tema coinciden en que la Cooperación al
Desarrollo tiene una conceptualización difícil condicionada a las características del
momento histórico en el que se desarrolle. Pero la mayoría coinciden en que la
Cooperación Internacional al Desarrollo supone el conjunto de actuaciones, iniciativas,
capacidades y recursos de carácter internacional, realizadas por los actores públicos y
privados de los países con un nivel de renta y de desarrollo superior respecto al de los
países a los que se destina. Éstas tienen el fin de contribuir a la lucha contra la pobreza, al
reparto justo de los beneficios del crecimiento económico, a la consolidación democrática,
al progreso humano, económico y social, y a la defensa y pleno disfrute de los derechos
fundamentales de las personas así como al desarrollo económico y social sostenible
teniendo en cuenta la protección del medio ambiente.
Se trata de reducir la brecha económica que existe entre los países participantes, teniendo
como objetivo último el mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de los PVD. En
cada actuación la responsabilidad debe estar repartida entre los distintos países en los que
se va a llevar a cabo este conjunto de acciones, es decir, debe existir corresponsabilidad
entre las partes.
Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo: “La Cooperación Internacional
es la relación que se establece entre dos o más países, organismos u organizaciones de la
sociedad civil, con el objetivo de alcanzar metas de desarrollo consensuadas” (PNUD)
Así se une, al carácter internacional, el objetivo de consumar el desarrollo de los habituales
de los países que no manifiestan los niveles de vida adecuados para cualquier población,
por tanto a cooperar le añadimos el componente de desarrollo como un proceso por el cual
las personas mejoran su calidad de vida desde una perspectiva social, económica,
medioambiental y cultural, surgiendo a partir de la combinación de conocimiento y
9
capacidades locales, junto al apoyo externo de lo económico, técnico y administrativo,
entre otros.
Los tipos de Cooperación al Desarrollo, a nivel general, son: la Cooperación Financiera, la
Cooperación Técnica y Científica, La Ayuda Humanitaria y de Emergencia, La
Cooperación Descentralizada, La Cooperación Sur-Sur y la Cooperación Triangular.
Funcionamiento de la Cooperación al Desarrollo.
El instrumento más frecuente de la Cooperación al Desarrollo es el que comprende de
donaciones y préstamos blandos y este tipo de medidas son denominadas Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD). El calificativo Oficial se debe a la procedencia de fondos públicos, los
cuales son directamente gestionados por instituciones públicas o bien son canalizados a
modo de subvenciones dirigidas a otros sectores de la esfera global. Se realizan de manera
bilateral o multilateral a países o territorios que figuran en la lista de países que pueden
recibir ayuda oficial de gobiernos extranjeros y agencias multilaterales que contribuyen a
financiar programas o proyectos de desarrollo económico y social en ellos, buscando
promover el desarrollo económico y el bienestar de las poblaciones. Es preciso distinguir
este tipo de ayuda de aquellas que proceden del ámbito privado, de la sociedad civil, y que
son gestionadas por agentes comerciales o por Organizaciones No Gubernamentales para el
Desarrollo.
Se ha establecido el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE y aceptado por los
países donantes que éste carácter concesional se entiende como la “blandura” de un
crédito, es decir, la diferencia que existe entre las condiciones que ofrece el mercado y las
condiciones que ofrece este tipo de créditos, ofreciendo ventajas o beneficios para el que
solicita el préstamo si se comparan con los préstamos otorgados en condiciones de
mercado. Por tanto, se establece un préstamo o transferencia de dinero es concesional
cuando incluye al menos un 25% de donación o gratuidad, excluyendo la consideración de
AOD a otras formas de financiación por muy positivas que puedan resultar para el país
receptor.
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Una de las metas principales que se estableció, debido a que con el paso del tiempo se fue
disminuyendo la proporción de estos fondos, fue invertir el 0’7% en AOD del producto
nacional bruto de estos países pero esto sólo han llegado a cumplirlo cinco países.
Los instrumentos de la ayuda oficial al desarrollo son la cooperación Bilateral y la
cooperación Multilateral. Tanto la cooperación multilateral como la bilateral son
financiadas con presupuestos públicos de los países donantes.
La cooperación bilateral es la que se realiza entre dos naciones. En esta modalidad un país
dirige sus fondos a un país en vías de desarrollo mediante donaciones o créditos en
condiciones blandas, procedentes de fuentes gubernamentales, para su financiación y
posterior amortización. Se realiza de forma directa entre estos dos países o con el apoyo de
una organización no gubernamental dedicada al desarrollo. Así pues, en este tipo de ayuda
el país receptor, la fuente y el canal serán decididos por el gobierno del país donante. La
libertad de selección entre el conjunto de países en vías de desarrollo está determinada por
los criterios establecidos por el CAD.
La cooperación bilateral puede ser:
- Reembolsable cuando el capital invertido por un país debe ser devuelto por el país al
que ha sido destinado a unas condiciones impuestas para su devolución más
cómodas que las que se establecen normalmente en las reglas del mercado, lo que
hace que este capital pueda ser considerado como ayuda al desarrollo. Estos créditos
y préstamos los ejecuta exclusivamente la Administración General del Estado, es
decir, la Administración Central y giran en torno a la consecución de Microcréditos,
a los créditos ligados a la adquisición de bienes y servicios nacionales, que en
España reciben la denominación de créditos del Fondo de Ayuda para el Desarrollo
(FAD) y a la reorganización de la deuda externa.
- No reembolsable, donaciones que no deben ser devueltas. Comprende programas y
proyectos, ayuda alimentaria y de emergencia, así como ayudas y subvenciones a
las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Estas son llevadas a cabo tanto por
la Administración Central del Estado como por otras administraciones territoriales
11
menores, que en el caso Español, corresponde a las administraciones autonómicas y
locales.
La cooperación multilateral es la que se realiza cuando la administración general del
Estado de un país distribuye sus fondos de cooperación al desarrollo en forma de
contribución a las organizaciones multilaterales, siendo estas las encargadas de la gestión y
canalización de estos fondos teniendo el control sobre dónde y a qué actividades se
destinarán. Estas contribuciones son parte del presupuesto que el país donante debe aportar
en forma de cuota como miembro de un determinado Organismo internacional y son de
obligación jurídica una vez que ha ratificado su adhesión al mismo. Cada país donante, de
forma voluntaria, decidirá la cantidad de recursos que dedicará a la financiación de
programas y fondos multilaterales estableciendo sus prioridades geográficas y sectoriales.
Algunos de los organismos multilaterales a destacar son el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional, el Programa de las Naciones Unidas sobre Desarrollo y el GATT,
La ayuda multilateral puede ser de dos tipos:
- Ayuda multilateral financiera:
Es la que se proporciona a los principales Organismos Financieros Internacionales (OIF), y
la que dirigen los países miembros de la Unión Europea (como España) a la política de
cooperación comunitaria. Presta a los países del sur asistencia económica, para llevar a
cabo programas de desarrollo.
- Ayuda multilateral no financiera:
Se destina a los organismos internacionales no financieros, adscritos la mayoría a la ONU.
Actores en la Cooperación al Desarrollo
Por lo que respecta a los actores, el sistema de la cooperación al desarrollo está constituido
por actores de diversa índole y funciones, coexistiendo organizaciones públicas y privadas,
generalistas y especializadas, del Norte y del Sur y con distintas formas y estrategias de
acción. De manera general cabe distinguir entre instituciones públicas y privadas. A
continuación destacaremos los más importantes.
12
Dentro de los actores públicos podemos distinguir:
Organismos multilaterales Mundiales:
- Financieros:
Fondo Monetario Internacional (FMI)
Banco Mundial (BM)
- No financieros
Naciones Unidas (ONU)
Programa de Naciones Unidas (PNUD)
Organización Mundial de la Salud (OMS)
Otras
Organismos Multilaterales No Mundiales :
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE)
Unión Europea (UE)
Otras
Organismos Nacionales y subnacionales
Administración estatal: ministerios, agencias de cooperación
Administración subestatal: autonómica, provincial, local, etc...
Otras entidades autónomas: Universidades públicas, fundaciones
públicas, etc.
Dentro de los actores privados:
Con fines lucrativos:
Empresas, agrupaciones empresariales, consultoras...
Sin fines lucrativos:
13
Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo
(asociaciones, fundaciones), comités de solidaridad, movimientos
sociales
Sindicatos, agrupaciones profesionales.
En el mundo actual existen grandes necesidades y profundas preocupaciones y estas
requieren proyectos de calidad, bien formulados y adecuados a las prioridades del país.
Estos proyectos suelen ir dentro de un programa que supone el conjunto organizado de
proyectos con una serie de características determinadas y orientados a un objetivo común,
su delimitación puede ser sectorial o territorial y a su vez estos programas están articulados
de acuerdo a un plan general que obedece a las políticas de cooperación y a las estrategias
de desarrollo a nivel estatal. Muchos de los agentes mencionados participan en la
formulación y ejecución de los proyectos de cooperación internacional, realizándose a
partir del cumplimiento de las condiciones y criterios de la cooperación internacional, con
una adecuada planificación y participación de los beneficiarios y con posibilidad de incidir
en la realidad que se pretende mejorar.
En la gestión de proyectos se planifican y ejecutan los mismos realizando una labor de
control desde su comienzo hasta su conclusión. Tienen como finalidad alcanzar una serie de
objetivos propuestos en la planificación en un plazo de tiempo determinado a través de la
movilización de recursos técnicos, financieros y humanos. La planificación de los
proyectos se realiza de manera conjunta con las personas implicadas pos de modificar su
situación, utilizando herramientas como el Marco Lógico. Es importante destacar que a la
hora de evaluar proyectos que estén dentro de un programa y éste a su vez esté dentro de un
plan debemos realizar una evaluación de los resultados que determinará la eficacia, la
eficiencia, el impacto y la sostenibilidad de los mismos, y en base a estos, podremos volver
a planificar.
Debemos destacar algunos de los criterios técnicos que deben cumplir estos proyectos que
son interesantes para nuestro estudio como la contribución al desarrollo de las capacidades
locales reconociendo las capacidades existentes en una localidad y el incremento del
14
capital social y humano. Los recursos solicitados en los proyectos deben potenciar y
complementar los recursos propios de esa localidad por ello es necesario que el proyecto
sea de carácter participativo, vinculando a los beneficiarios en la formulación y ejecución,
para que la identificación de las problemáticas sea coherente con la formulación de
soluciones.
La entidad ejecutora debe poseer capacidad técnica, financiera y operativa para la ejecución
de los proyectos y para la captación de conocimientos que se generen con la cooperación.
Además, estos proyectos deberán generar un alto impacto garantizando continuidad a las
acciones y los beneficios del proyecto teniendo en cuenta que la tecnología se apropiada a
las condiciones locales midiendo que se hayan respetado las condiciones medioambientales
y la capacidad de las entidades ejecutoras. Así pues, deben responder a los principios
internacionales de eficacia y eficiencia de la cooperación, en particular a los que se
relaciona con: el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación temática y territorial,
la transparencia de la información, la rendición mutua de cuentas, la gestión orientada a los
resultados, entre otros.
El personal técnico que realiza la puesta en marcha en el terreno de las acciones
planificadas en estos proyectos es el cooperante. Los cooperantes forman el grupo de
personas contratadas dentro de dentro de una organización, gubernamental o no, para la
realización de los trabajos que necesitan de una capacitación técnica, tanto en el Sur como
en el Norte. Cuando una persona desempeña su labor en un país empobrecido, diferente al
de su origen, nos referimos a ella como cooperante o expatriada.
Están sujetas a contratos según la legislación laboral y cuentan con una remuneración
económica previamente estipulada. Además la Ley 23/1998, de 7 de julio, de Cooperación
Internacional para el Desarrollo, estableció en su artículo 38.2, la obligación de aprobar el
Estatuto del cooperante, marco normativo en el que se contemplan una serie de aspectos
esenciales de la labor de los cooperantes, como son sus derechos y obligaciones, régimen
de incompatibilidades, formación, homologación de los servicios que prestan y
modalidades de previsión social. En este, se incide en que la calidad y la eficiencia de la
cooperación estará sujeta al trabajo que realizan los cooperantes.
15
4. Distintas perspectivas del desarrollo que fundamentan la
Cooperación al Desarrollo.
Autores como Andrés y Molina (2000), establecen el significado de “Cooperar”, compartir
un trabajo o tarea, hacer algo con otros de forma coordinada, conforme a un plan y con un
cierto grado de voluntariedad que suele estar motivado por algún tipo de interés o beneficio
mutuo, pudiendo establecerse tanto entre desiguales como entre iguales. Por tanto,
entienden por cooperar el obrar conjuntamente con otros para un mismo fin. En este
sentido, se entiende cooperar, no a través de relaciones únicamente personales, sino
también en el nivel de las relaciones entre países lo que implica que podamos hablar de
Cooperación Internacional. Sin embargo Cooperación Internacional para el Desarrollo, que
es el concepto que nos interesa, añade precisión, pues debe aparecer un objetivo concreto
que es la razón de ser de esta actividad cooperativa: el desarrollo. Por tanto, el contenido de
la Cooperación al Desarrollo está directamente relacionado con lo que entendamos por
desarrollo y sus prioridades, traducidas en prácticas reguladas mediante convenios, tratados
y acuerdos constituyendo el marco legal en el que se basan sus acciones. Por consiguiente,
antes de profundizar en el concepto de Cooperación al Desarrollo debemos exponer las
diferentes perspectivas sobre el desarrollo que han condicionado las acciones de la
Cooperación al Desarrollo desde su origen.
De acuerdo con Izquierdo, Hidalgo & Fernández (2007) no existe una única forma de
concebir el desarrollo, lo cual hace imposible que exista una visión más certera que otra.
Así, podemos deducir que es más correcto hablar de modelos de desarrollo que de un
patrón uniforme ampliamente compartido. Además, según estos autores, los diversos
contextos culturales y los posicionamientos políticos determinan por ejemplo que se adopte
una postura más o menos vinculada con el desarrollo económico o con otros factores.
Siguiendo a Andrés y Molina (2000) y Ba (2012), la concepción del desarrollo como
desarrollo económico tiene su origen en los años cincuenta extendiéndose hasta los años
sesenta del siglo XX, y está marcado por la Guerra Fría, el crecimiento económico mundial
tras la Segunda Guerra Mundial liderado por los Estados Unidos y las descolonizaciones.
Todos estos factores favorecen la aparición de nuevos países en la escena internacional en
16
un contexto en el que se vinculaba el desarrollo de las comunidades con el crecimiento
económico de las mismas. En esta época se formulan las teorías económicas desarrollistas
que establecen que en los Países en Vías de Desarrollo (PVD) tenían que ponerse en
práctica acciones que potenciasen y modernizasen su industria para alcanzar el nivel de
bienestar de los países occidentales. Paralelamente se institucionaliza la Cooperación
Internacional impulsando la implementación de proyectos centrados en el componente
tecnológico y en la creación de infraestructuras, estableciéndose como indicador clave del
nivel del desarrollo de los países el Producto Interior Bruto.
Posteriormente, este paradigma comenzó a cuestionarse en base a la demostración de la
inexistencia de relación entre el crecimiento económico y el aumento de bienestar de las
personas y la reducción de la pobreza. A partir de ahí, se inicia a finales de los sesenta, una
etapa caracterizada por la preocupación sobre los aspectos sociales del desarrollo.
Esto se tradujo en el tiempo en un nuevo paradigma en las teorías del desarrollo - el
desarrollo humano – definiéndose éste como “un proceso global, económico, social,
cultural y político que tiende al mejoramiento constante del bienestar de toda la población
de todos los individuos sobre la base de la participación activa, libre y significativa en el
desarrollo y en la distribución justa de los beneficios que de él se deriva” (Asamblea
General de las Naciones Unidas, 1986).
En los años noventa esta perspectiva se irá difundiendo y consolidando a través de los
distintos informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y con la celebración
de distintas conferencias internacionales respaldadas por las Naciones Unidas.
Por tanto, asistimos a un cambio por el cual empiezan a enmarcarse acciones en una
estrategia de promoción del bienestar humano tendiendo a enfatizar sus capacidades como
centro del desarrollo, considerándose éste como un proceso de ampliación de las
oportunidades de las personas. Este planteamiento se posiciona frente a las teorías
economicistas basadas en la concepción utilitarista del desarrollo, en las que se sitúa al ser
humano como medio para el logro de otros objetivos como puede ser el crecimiento
económico. Es decir, se planteó una concepción del desarrollo basada en el desarrollo
17
humano referente a las personas y no a los países, planteando el bienestar de los ciudadanos
como principal objetivo de las políticas de desarrollo.
Esto es muy importante desde el punto de vista de la problemática del desarrollo local
como ámbito de actuación y supone un salto cualitativo muy sustancial ya que busca que
las personas tengan incidencia y protagonismo en el diseño de programas y servicios
dándoles cabida para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades. Esto repercute
directamente en las relaciones internacionales y en el funcionamiento de la ayuda
internacional, introduciéndose este nuevo paradigma el cual le da especial protagonismo al
desarrollo de las propias localidades en las políticas públicas de los gobiernos nacionales.
Esta concepción está directamente relacionada con la libertad humana y los derechos
humanos ya que contribuyen a consolidar el bienestar, la dignidad y el respeto de todas las
personas y está ligada directamente al logro de un contexto político, social y económico en
el que se cumplan las condiciones necesarias para que las personas y los grupos humanos
puedan ampliar las opciones y desarrollar sus potencialidades y así llevar una vida acorde a
sus prioridades e intereses facilitando mecanismos que posibiliten realizar acciones de
cooperación para el desarrollo eficaces “desde las bases hacia la cima” (botton-up).
El objetivo básico del Desarrollo Humano, por el cual deben girar sus acciones, consiste en
la ampliación de las oportunidades de las personas para lograr un desarrollo no sólo más
justo sino también más democrático y participativo, siendo estos mismos sus propios
actores desde la formación de la capacidad humana. Por tanto, se trata de aumentar la
libertad real y la autonomía de las personas para alcanzar situaciones y acciones que son
valoradas por las personas facilitando que ellas sean las que decidan sobre el tipo de
desarrollo que quieren tener de acuerdo a sus valores y aspiraciones. Este planteamiento
persigue el bienestar y la conquista de una vida íntegra en el centro de la atención pública,
sin que esté condicionado por requisitos de orden económico, ideológico o histórico.
Desde este punto de vista, se requiere la puesta en marcha de un proceso redistributivo de
los bienes, una lucha constante contra las causas estructurales de la pobreza y una
concepción de las personas como el centro del desarrollo ya que son estas mismas las que
pueden construir las condiciones para que esto pueda ser puesto en práctica. También,
18
dentro de esta concepción se incluyen acciones enfocadas al desarrollo sostenible o
ecodesarrollo, basadas en la necesidad de incidir en la limitación de los recursos que
satisfacen las necesidades humanas y en el compromiso de su preservación.
Esta forma de entender el desarrollo en la que actualmente se basan (al menos en su
planteamiento teórico) muchas de las acciones en materia de Cooperación al Desarrollo
incluye profundas connotaciones sociales, políticas y medioambientales que Izquierdo
(Izquierdo et al., 2007) resumen en torno a tres variables:
- Bienestar material, disfrute de una vivienda digna, salud, alimentación y vestido.
- Seguridad de la integridad física ante cualquier manifestación violenta usurpadora
de la dignidad.
- Identidad de las peculiaridades colectivas en el marco de las libertades.
Debemos tener en cuenta que muchos de los técnicos que trabajan en diferentes tipos de
programas de desarrollo dentro del marco institucional internacional siguen llevando a cabo
prácticas fundamentadas en concepciones teóricas alejadas de esta forma de entender la
naturaleza del desarrollo, las características de su proceso y las relaciones entre la parte
desarrollada y la parte subdesarrollada del mundo. Muchos de ellos siguen asociando el
desarrollo al crecimiento económico de un país enfocando sus acciones hacia el mismo.
Según el PNUD, “el Desarrollo Humano es un proceso de ampliación de las opciones de la
gente, aumentando las funciones y capacidad humana” (PNUD, 2000). Desde 1990, el
PNUD publica el informe sobre Desarrollo Humano o Índice de Desarrollo Humano que
pueden ser globales, regionales, nacionales y subnacionales. Estos informes se realizan a
través de un proceso mediante el cual los habitantes de un territorio, con el
acompañamiento técnico y político del PNUD, identifican y analizan el principal obstáculo
que impide a las personas llevar la vida que valoran, y con base a esto proponen soluciones
posibles para superarlo. Contienen recomendaciones de políticas públicas y acciones
colectivas necesarias para ampliar las opciones de las personas en un territorio determinado
y es de mucha utilidad para orientar la toma de decisiones por parte de los actores que
19
inciden en el destino de una comunidad como son los gobiernos, la sociedad civil
organizada, y entidades de cooperación internacional entre otros
.
Para ampliar las opciones de las personas, tomando como referencia lo anteriormente
mencionado sobre el desarrollo humano, es fundamental construir capacidades humanas.
Esto no es posible sin antes haber trabajado en la consecución de unos fines desde una
perspectiva integral de las necesidades humanas en la línea de lo que plantean autores como
Doyal y Gough (1994) esto es, basado en una concepción integral de las necesidades
básicas que desarrollen tanto la salud física como la autonomía personal. Estos objetivos
podrán acercar a las personas a llevar una vida larga y saludable, tener acceso a los recursos
que les permitan vivir dignamente y la posibilidad de participar en la toma de decisiones de
las cuestiones que les afectan al ellos y al mundo que les rodea.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida que presenta las partes principales
del desarrollo humano de manera clara, rápida y resumida. Mide el progreso medio de un
país en tres aspectos básicos del desarrollo humano. Los aspectos elementales para el
desarrollo humano (llamados componentes) en los que se fundamentan los indicadores para
calcular el IDH en los países son:
- Una vida larga y saludable (la esperanza de vida)
- Adquisición de conocimientos (tasa de escolarización)
- El acceso a los recursos necesarios para una vida digna (renta per cápita)
- La participación en la comunidad.
La pobreza, desde esta perspectiva, radica no en la condición de pobreza material en la que
viven las personas, sino en la ausencia de oportunidades reales dada tanto por limitaciones
sociales como por circunstancias personales para poder elegir otras formas de vida, de
modo que una persona que realice una combinación de actividades valoradas por ella, es
una persona a la que se puede considerar como desarrollada dado que sus capacidades, en
conjunto, se han puesto en realce. Por ello, el PNUD, añade en su Informe Anual sobre
Desarrollo Humano, junto con el IDH, el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM)
20
La Cooperación Internacional supondría uno de los instrumentos claves para llevar a cabo
prácticas acordes que conciernen a la dignidad humana constituyendo su eje fundamental,
teniendo como objetivo primordial la mejora de las condiciones de vida de la misma así
como la satisfacción de sus necesidades básicas. En base a esta concepción, las acciones
que se lleven a cabo no deben ser aisladas sino integradas en un programa amplio de
transformación estructural. En torno a este eje giran los derechos humanos y se establece
una relación entre progreso socio-económico y éstos, relacionándose a su vez con la justicia
social dada la importancia de la participación de los ciudadanos en la sociedad a través de
la redistribución de los bienes de la comunidad.
Por tanto, la cooperación al desarrollo está relacionada directamente con estas cuestiones
por tener como objetivo la satisfacción de las necesidades básicas teniendo que haberse
conseguido previamente una distribución de la riqueza y así dar cabida a la participación de
la comunidad en las cuestiones que le atañen. (Ba, 2012)
5. El papel de Trabajador Social en la Cooperación al Desarrollo
desde la perspectiva de las metodologías de acción social.
Metodologías de investigación y acción social en la consecución de proyectos
basados en el Desarrollo Humano. Para vincular el campo de actuación del Trabajo Social con la Cooperación al Desarrollo
debemos incidir en la percepción del desarrollo como Desarrollo Humano que ésta se
fundamenta.
Esta perspectiva, como hemos apuntado en el apartado anterior, se encuentra muy alejada
de relacionar el desarrollo de una localidad y la resolución de sus problemas sociales con su
crecimiento económico.
“De esta concepción del desarrollo emanan acciones que apuntan a un ‘más ser’ y a
un ‘más vivir’ de cada ser humano en una dimensión solidaria más que para lograr
un ‘más tener’ o un ‘más hacer’, teniendo en cuenta la multiplicidad de factores que
21
influyen en una realidad, no sólo económicos, sino también culturales, políticos,
sociales, etc.” (Ander-Egg, 2006:109)
Desde este punto de vista la participación, la movilización y la organización de las personas
implicadas es fundamental y supone, por tanto, la búsqueda de las formulaciones
metodológicas que conllevan acciones orientadas al desarrollo social, económico o cultural,
en las que entran las metodologías de acción social como forma de potenciar los recursos
humanos utilizables, de cara al logro de la promoción de los seres humanos y del
mejoramiento de su calidad de vida, satisfaciendo necesidades del presente, sin afectar el
potencial para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras.
Estas metodologías se componen de acciones a escala microsocial que a su vez contribuyen
al fortalecimiento de los gobiernos locales constituyendo un modo de profundización
democrática desde la base de la sociedad. (Ander-Egg, 2006)
No obstante y como hemos apuntado, no debemos centrarnos en aspectos meramente
económicos, si es importante destacar que el desarrollo de la comunidad no sería posible
sin factores que devienen del desarrollo económico tales como la planificación, el
urbanismo y la reforma agraria, pero debemos de ir más allá a través de la organización de
la comunidad, aumentando el capital social de los integrantes, potenciando sus vínculos e
introduciendo nuevas formas de diagnosticar problemas y afrontarlos. Esta forma de actuar
repercute a escala social, alejándose del individualismo neoliberal y favoreciendo la
implicación de la sociedad en cuestiones de gran magnitud que les conciernen.
Un variado entramado de proyectos específicos y actividades concretas son las expresiones
múltiples y diversas del llamado Desarrollo de la Comunidad. Según Ander-Egg (2006) no
existe una metodología participativa sino un conjunto de métodos de acción social que
promueven la participación. En la aplicación de estas debe predominar la coherencia y la
competencia con lo humano, lo profesional, lo metodológico y lo ideológico de quien o
quienes las aplican. Este autor incide en que el factor humano es el “instrumento de los
instrumentos” de toda metodología de intervención social y que los actores implicados en el
22
proceso inciden y condicionan la aplicación de los métodos y las técnicas desde su reacción
al expresar los problemas, necesidades, preocupaciones, etc.
Trabajo Social y Trabajo Social Comunitario en los proyectos fundamentados en el
Desarrollo Humano.
Desde el punto de vista de las políticas internacionales en materia de Cooperación al
Desarrollo, es importante habilitar y crear espacios donde se lleve a cabo la acción local. En
los proyectos de Cooperación al Desarrollo basados en el Desarrollo Humano, en las que
sus acciones están basadas en una concepción del desarrollo orientada a la emancipación y
a la autonomía de las personas y a hacerlas partícipes en los procesos de toma de
decisiones, coincidimos con Ander-Egg que se deben dar cabida a las metodologías de
acción social y específicamente las que tienen que ver con el desarrollo comunitario,
utilizadas en el campo del Trabajo Social en general y del Trabajo Social Comunitario en
particular.
Estos planteamientos entroncan directamente con las declaraciones de las asociaciones
profesionales internacionales sobre los principios en los que se sustenta el Trabajo Social.
Según la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social (IASSW) el Trabajo
Social es una profesión que se basa en la promoción del cambio social y el desarrollo, la
cohesión social, el fortalecimiento y la liberación de las personas. El Trabajo Social es una
profesión dedicada y comprometida a efectuar cambios en la sociedad y en las formas
individuales de desarrollo dentro de esta.
Esta profesión, tiene en cuenta a la hora de intervenir las barreras estructurales de
desigualdad y/o privilegio existentes en la sociedad y que contribuyen a la perpetuación de
las desigualdades, la discriminación, la explotación y la opresión que sufren las personas a
escala microsocial repercutiendo a nivel macrosocial .
Los métodos de la disciplina profesional del Trabajo Social hacen referencia a las
operaciones y procedimientos a realizar que tienen como fin la modificación de situaciones
con la obtención de determinados resultados prácticos abarcando desde el pensamiento
humano hasta las actividades prácticas de las personas. La idea de “método de trabajo
23
social” implica que se pretende ir más allá de la realización de tareas puramente
asistenciales.
Por tanto podemos establecer que el ejercicio profesional del Trabajo Social se vincula a la
cooperación internacional no sólo porque las herramientas de trabajo, aptitudes personales,
conocimientos adquiridos y experiencias prácticas se adecúen al diseño y a la ejecución de
multitud de proyectos de cooperación, sino porque, las metodologías de acción social
relacionadas con desarrollo desde la perspectiva del Desarrollo Humano, han sido
desarrolladas principalmente por el Trabajo Social ya que, es uno de sus campos
profesionales junto con el trabajo social de caso y de grupo.
Así, ambos campos se articulan en torno a principios básicos que sirven de orientación en el
diseño e implementación de sus acciones como son los valores profesionales sobre la
dignidad del individuo, el fomento de la libre participación (expresión y organización) el
desarrollo y profundización democrática de las instituciones sociales y progreso social
como medios para contribuir a la mejora del bienestar y de la calidad de vida de los
individuos y sus familias, fundamentándose a su vez en los valores de justicia social, los
derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto de las diversidades.
Se preocupan por contribuir a un desarrollo integral del individuo y de las comunidades,
incrementando su calidad de vida mediante mecanismos que permitan a las personas la
participación y la construcción de una sociedad humana más justa y solidaria.
“Tenemos que decir con claridad que hay que contar también con la población a la
hora de realizar una política social que se refiere directamente a esta misma
población. (…) Para que esto se realice es necesario que el trabajo y la acción social
estén orientados hacia la comunidad y estén coherentemente abiertos a ella.
(Marchioni, 1997:49)
En base a esto, cabe destacar las prácticas de Trabajo Social Comunitario en el contexto
internacional, basadas en la acción colectiva de las personas o de métodos y técnicas que
les dota de la oportunidad de incidir en sus problemáticas. El trabajador social, cuando
24
interviene desde la óptica del Trabajo Social Comunitario, tiene como objetivo colaborar en
la capacitación de las personas para la cooperación y la interacción en una comunidad de
intereses vinculados al concepto de ciudadanía. Por un lado esto incluye la propia identidad
de cada persona para la interacción en una comunidad, y el fomento de la organización de
comunidades específicas para abordar problemas colectivos, para defender intereses y
lograr objetivos, establecidos en el diagnóstico previo realizado por el trabajador social con
la participación de las personas afectadas. Estos objetivos, no pueden ser alcanzados de
forma individual, porque responden a una dimensión estructural y colectiva de la vida
social. Esto se relaciona también con las políticas de inclusión social, la lucha contra la
exclusión y la búsqueda de unas mejores condiciones estructurales para poder ejercer
derechos como ciudadanos.
La Investigación-acción Participativa como metodología de acción e intervención
social.
En este apartado nos aproximamos al proceso de aplicación de las metodologías de acción
social mediante la puesta en práctica de diferentes técnicas propias de esta disciplina.
Tomamos como referencia principal la Investigación-acción Participativa porque -a nuestro
juicio- encaja muy bien con el enfoque de cooperación al desarrollo que venimos
defendiendo, y así mismo porque es el enfoque que sustenta el proyecto de investigación
que se ha desarrollado en la fase práctica de la experiencia de Cooperación al Desarrollo en
el marco de un programa universitario de la UJA en la que hemos participado y que se
explica en el apartado siguiente.
Entre los diferentes enfoques de análisis de la realidad social, tradicionalmente
encontramos la dicotomía entre metodologías cualitativas y cuantitativas, mientras que tal
y como apunta el pluralismo metodológico debemos entender ambos enfoques como
complementarios. Junto a este planteamiento, autoras como Espadas (1997) hacen
referencia a otra clasificación, que puede ser útil desde el punto de vista de las
metodologías de acción e intervención social encaminadas al desarrollo comunitario. Así
esta autora plantea la distinción entre perspectivas tradicionales (cualitativa y cuantitativa)
y perspectivas alternativas, incluyendo en estas últimas la perspectiva dialéctica y las
25
metodologías participativas. Aquí se enmarcaría la Investigación-Acción Participativa (en
adelante IAP). LA IAP implica una puesta en marcha de acciones no para sino con las
personas implicadas en un proceso determinado y con una finalidad de transformación
social. LA IAP supone una crítica a las metodologías tradicionales en el sentido de que
estas obtienen información teniendo como protagonista del proceso a un investigador
neutral (principio de neutralidad de la ciencia); la ciencia y el científico describen y
explican realidades pero no tienen una orientación expresa de transformación social. Existe
además una relación de desigualdad y asimetría entre el investigador y el “investigado” en
las que las necesidades y percepciones de las personas pasan a ser descritas, diagnosticadas
y pasan a recibir el “tratamiento” diseñado previamente estipulado sin participación de los
sujetos que forman parte de la realidad social que se está analizando. Frente esto, la IAP
pretende ir más allá propiciando que las personas de una comunidad participen en un
proceso compartido de análisis de la realidad; que se comuniquen, pongan en común sus
valores, preocupaciones e intereses; realicen diagnósticos sobre los principales problemas
que les afectan, establezcan prioridades, lleguen a acuerdos, fijen objetivos comunes y
participen en la elaboración de propuestas y en la planificación relativa a los temas que les
conciernen.
Desde el punto de vista de la aplicación práctica y siguiendo de nuevo a Ander-Egg (2006)
todas las metodologías de acción social siguen una estructura básica que se adaptará según
su campo de aplicación. Éste autor señala cuatro momentos:
- El estudio-investigación que culmina en un diagnóstico de situación.
- La programación de las actividades de intervención social.
- La ejecución o realización de las actividades
- La evaluación.
La fase de investigación va enfocada a la acción y a la práctica social con vocación de
lograr un “empoderamiento” de las comunidades orientado hacia el cambio social. Antes
de ponerla en práctica se debe conocer el carácter específico de la situación concreta que
vamos a investigar para posteriormente intervenir. A la hora detectar las necesidades
sentidas por las personas del terreno, se deberá realizar una labor de recopilación mediante
26
distintas técnicas. Es indispensable que se parta de una identificación de los principales
problemas y necesidades de cada comunidad. Para ello realizará distintas técnicas
características de la investigación en las ciencias sociales y aplicadas en la disciplina de
Trabajo Social Comunitario, en función del objeto de estudio y de la perspectiva
metodológica adecuada a dicho objeto.
Hay una gran diversidad de técnicas de investigación social (cuestionarios, historias de
vida, entrevistas, grupos de discusión…) que pueden utilizarse en el desarrollo de un
proceso IAP teniendo en cuenta sus características y adaptándolas a los objetivos de
participación, horizontalidad y transformación que guían la IAP. Esta perspectiva parte de
que la realidad es multidimensional y por ello, pueden utilizarse diferentes técnicas dentro
de un mismo proceso (Fernández, 2011) siempre que estas se desarrollen de modo que
favorezcan la participación.
A continuación recogemos brevemente algunas de entre las que señalan Callejo, del Val,
Gutiérrez & Viedma (2009) las cuales han tenido un papel relevante en la investigación en
la que hemos participado en la experiencia de cooperación interuniversitaria en
Bucaramaga (Colombia)
. Observación participante, “se trata de una manera de participar en la observación del otro
(comunidad o grupo) desde dentro: a través de su visión de las cosas.” (Gutiérrez, 2009:49)
Permite observar la percepción que tienen las personas sobre un problema ajeno o la que
tienen sobre la propia realidad den la que están inmersos. Ésta también se produce en la
aplicación de otro tipo de técnicas como la entrevista cualitativa.
. Entrevista cualitativa es una de las técnicas de recopilación de información más común e
importante. A través de las mismas los entrevistados construyen un discurso y facilitan
información sobre sus percepciones, sobre como experimentan, interpretan y conciben el
mundo. La adaptación de la entrevista a otro tipo de necesidades ha tenido como resultado
la creación de distintas prácticas como la encuesta a través de cuestionario estandarizado, la
entrevista abierta o cualitativa, las historias orales y de vida o las entrevistas focalizadas
grupales, entre otras muchas.
En concreto, destacaremos la entrevista abierta, la cual es una en conversación en la que el
investigador plantea cuestiones al entrevistado habiendo elaborado previamente para ello
27
un guion de referencia en función de las dimensiones de análisis que quiera abordar. Esto
no significa que el investigador deba seguirlo en todo momento, de hecho en esta
modalidad de entrevista permite al entrevistador un variable grado de libertad ya que puede
ir adaptando las preguntas y planteando nuevos temas, en base a la información que el
entrevistado le facilite. La garantía de que esta herramienta resulte eficaz o no dependerá de
la situación creada entre el entrevistador y el entrevistado. Para esta técnica se realizan
distintas fases muy importantes y a tener en cuenta en la aplicación como la selección de la
muestra, la preparación de la entrevista (dónde se incluyen los aspectos de infraestructura y
variables externas que pueden afectar en la recopilación de datos, entre otros) y algunas
estrategias previamente estipuladas a seguir en la puesta en práctica.
. Entre las técnicas grupales para la investigación social podemos destacar los grupos de
discusión y los grupos focales. Estas se aplican a un grupo de personas los cuales tienen un
nexo común que les une ante una determinada realidad social la cual nos interesa
investigar. El grupo de discusión propicia la producción de discursos por parte de diferentes
interlocutores y nos permite aproximarnos de manera profunda a un nivel de la realidad
más amplio partiendo de la interacción entre los participantes. Como indica Gutierrez, “La
utilidad de la grupalidad pone de manifiesto que las personas no actuamos como individuos
autónomos, no somos sujetos aislados e interdependientes de lo que otros sujetos piensan o
hacen fuera o dentro de otros grupos.” (Gutiérrez, 2009:96).
. La herramienta DAFO, (análisis de debilidades, fortalezas, amenazar y oportunidades)
desarrollada como entrevista grupal, dinámica grupal, mediante talleres… etc. es otra
técnica de producción de información y análisis muy útil en los proceso de investigación
participativa. Aquí es importante que el moderador del grupo posea unas destrezas y
competencias para conducir y dinamizar el grupo de modo que fluya la información.
También aquí es importante, al igual que en las otras técnicas, seleccionar el contexto
espacial y temporal idóneo así como contar con los medios necesarios para su consecución.
En este trabajo le dedicamos un apartado especial al análisis de la información recopilada.
Previamente al análisis se requiere realizar una labor de recogida de información mediante
28
la transcripción de las entrevistas. El investigador o los investigadores expondrán y
valorarán la calidad de la información extraída. Tras esto se selecciona la información más
relevante para el estudio en cuestión y puede ser recopilado en base a diversas categorías
establecidas de forma manual o electrónica. Una vez organizada la información se
establecen interconexiones entre la misma teniendo en cuenta las características del o de los
informantes. Por último, se elabora correctamente y de manera estructurada un informe en
el que quede reflejada esta información con sus interrelaciones. Esto constituiría el
diagnóstico del estudio en cuestión. Cabe destacar que la finalidad de las entrevistas
cualitativas es obtener un nuevo punto de vista sobre una realidad o problemática
determinada a investigar y que es diferente a las de las técnicas grupales que va más
enfocada a la recopilación de la opinión mayoritaria en pos de aproximarnos al discurso
social de las personas que conforman esa realidad.
La aplicación de estos métodos y técnicas se abrirá un cauce participativo para las personas
afectadas o implicadas en la problemática a investigar las cuales serán la base para la
elaboración del diagnóstico. En base a este se elaborará un plan de acción (de manera
ordenada y precisando tareas) y posterior desarrollo del trabajo.
Tanto el diagnóstico como el plan de acción se irá actualizando periódicamente y será
sometido a análisis constante, conforme se desarrolle su aplicación con el propósito de,
evaluar si cumple los objetivos previstos y contribuir a que pueda alcanzar la mayor
calidad. En el caso de que éstos sean elaborados contando con la participación de los
implicados se requerirá de una importante organización y de un fuerte componente de
capacitación. En algunas ocasiones, serán canalizadas en propuestas a nivel Municipal o
Provincial, según corresponda. Para ello, resulta importante buscar el apoyo de
profesionales que tengan preparación y motivación con este trabajo y organizar con ellos un
cuerpo de asesores, que ayuden a diseñar la medida o política a adoptar
29
6. Experiencia universitaria en materia de Cooperación al Desarrollo: Un ejemplo de
aplicación de metodologías y técnicas de acción social en proyectos de Cooperación al
Desarrollo.
En este apartado realizamos una síntesis de la experiencia personal de participación en el
proyecto interuniversitario de Cooperación al Desarrollo, entre la Universidad de Jaén
(UJA) y la Universidad Industrial de Santander (UIS) (Colombia).
La financiación mayoritaria del proyecto, con un presupuesto de 10.000 euros, corrió a
cargo de la entidad española y fue puesto en práctica por entidad colombiana de Enero del
2013 a Diciembre de 2013.
El proyecto tuvo una duración de doce meses y la colaboración personal se desarrolló en la
fase media, entre los meses de Julio y Agosto y tenía como objetivo conocer las
repercusiones de los embarazos en niñas y adolescentes en el municipio de Bucaramanga,
Colombia.
Este proyecto está relacionado con varios de los temas claves con los que trabaja la
disciplina del Trabajo Social. Abordar el tema de los embarazos en niñas y adolescentes
requiere revisar y vincular los conocimientos teóricos y prácticos de distintas asignaturas
estudiadas en la carrera. Estudiarlo además en un contexto geográfico como es el municipio
de Bucaramanga en Colombia implica abordar el tema de las desigualdades y los problemas
sociales de un país en vías de desarrollo vinculándose a los contenidos curriculares sobre
estructura de las desigualdades, economía o antropología estudiados en diferentes
asignaturas de la carrera. Así también se vincula a las asignaturas relacionadas con la
metodología de intervención en Trabajo Social, la Psicología y el desarrollo evolutivo de
las menores y con los contenidos tanto específicos como transversales relacionados con las
desigualdades y discriminación de género. Al tratarse de un proyecto de investigación
requiere poner en práctica conocimientos sobre metodología, técnicas de investigación y
análisis de datos y diseño de proyectos. También es un buen ejercicio para poner en
práctica contenidos sobre metodologías participativas y trabajo con grupos y comunidades,
estando también muy relacionado con las asignaturas específicas de la mención Acción
Comunitaria y Desarrollo Local.
30
El objetivo del proyecto trataba de recoger información sobre el tema objeto de estudio para
poder plantear alternativas de actuación a los responsables políticos. Para ello, el
planteamiento general trataba de recopilar, analizar y comprender las percepciones,
sentimientos y opiniones de las niñas y adolescentes vinculadas al programa "Familia,
Mujer e Infancia" (en adelante FAMI), del (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
(ICBF) frente a los embarazos a temprana edad.
El planteamiento metodológico de la investigación se diseñó desde la perspectiva de la
Investigación Participativa. Se buscó también desarrollar desde el conocimiento,
percepciones, imaginarios, pensamientos y opiniones de las jóvenes, así como la
prevención en la ocurrencia de un segundo embarazo en las niñas y adolescentes que ya han
tenido un primer o segundo hijo.
La idea inicial del proyecto surge de los trabajos de colaboración entre la Universidad de
Jaén y la Universidad Industrial de Santander fruto a su vez de las demandas recibidas ésta
última por Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para realizar un estudio en
este campo. De este modo, pretenden mediante la combinación de distintas técnicas que
favorezcan la participación de los implicados, obtener luz sobre las causas de esta realidad
y elaborar unas propuestas de intervención sobre las consecuencias del embarazo
adolescente de modo que se traduzcan en políticas de actuación por parte del Ayuntamiento
de Bucaramanga.
La Escuela de Trabajo Social de Bucaramanga a la cual se adscribe el grupo de
investigación ha consolidado un área de práctica académica en torno a los procesos de
intervención social en infancia y adolescencia.
El trabajo en terreno que realizamos mi compañera y yo ha constado de los las siguientes
actividades:
A) Asistencia a reuniones en la UIS bien con el equipo técnico de profesionales y con
el equipo de auxiliares con una de las coordinadoras del proyecto. Algunos aspectos
a destacar de estas reuniones son:
31
Coordinación en cuestiones de organización y planificación de la investigación
entre los profesionales de la entidad local y la entidad donante.
Información sobre los objetivos planificados a corto y a largo plazo.
Abordaje de temas relacionados con el diseño y selección de la muestra que
pudiesen facilitar información útil para la investigación. En primer lugar se propuso
la realización de doce entrevistas a doce chicas entre 12 y 18 años embarazadas o
que lo han estado recientemente y se planteó la posibilidad de realizar
posteriormente un taller de recopilación de información con las mismas. También se
planteó realizar otro tipo de entrevistas individuales a educadores con formación en
temas de sexualidad y salud reproductiva. Así mismo se propuso la realización de
diversos talleres de recopilación con actores de otros ámbitos relacionados con la
problemática en cuestión como el de educación, sanidad, funcionarios del ICBF,
grupo de académicos de la universidad, entre otros.
Establecimiento de prioridad temporal de cada grupo de recopilación de
información para facilitar la adaptación de las guías de preguntas. Por ejemplo se
planteó que la reunión del grupo focal compuesto por chicas adolescentes debía de
tener prioridad temporal sobre el compuesto por miembros de instituciones
sanitarias y educativas ya que a partir de lo que nos puedan aportar las chicas
adolescentes podremos enfocar de una manera más eficiente las preguntas en los
siguientes grupos focales.
Abordaje sobre temas relativos a la planificación de la investigación, el marco
metodológico y las técnicas aplicadas. Entre los distintos técnicos y los
componentes del equipo de auxiliares se acordaron el diseño y la elaboración de
baterías de preguntas tanto para las entrevistas individuales como para los talleres
de recopilación de información. Estas se iban modificando en base a las
características del entrevistado y a la información que se iba obteniendo. En todas
las entrevistas se incluían preguntas relativas a la percepción personal sobre la
problemática y sobre los cambios estructurales que debían realizarse, con una
finalidad de implicar a la persona o al grupo en la propuesta de acciones.
32
Abordaje de temas sobre el apoyo logístico en los talleres de recopilación de
información y distribución del trabajo de campo entre los distintos auxiliares:
establecimiento de contacto con los participantes y familias mediante la realización
de llamadas telefónicas, la búsqueda de infraestructura y gestiones relacionadas con
la búsqueda del espacio adecuado para su desarrollo, etc.
Establecimiento de fechas en las que se llevaría a cabo cada evento.
Coordinación e intercambio de información entre los profesionales y el grupo de
auxiliares sobre las tareas realizadas.
B) Asistencia y apoyo en la realización de entrevistas a tres adolescentes embarazadas
o que lo han estado recientemente en el ICBF, en el barrio de la Joya, Bucaramanga.
Realización de entrevistas abiertas con un número limitado de preguntas motor con
la finalidad tanto de adaptar la herramienta en base a la obtención de información de
mayor interés así como de convertir la entrevista en una discusión o conversatorio
más que en una entrevista formal lo que resultaría más interesante y facilitaría
ahondar en los puntos de mayor interés.
C) Asistencia y apoyo el desarrollo de un taller grupal de recopilación de información
compuesto por las madres comunitarias FAMI, programado en reuniones previas.
Las madres comunitarias o madres FAMI son un grupo de mujeres, que funcionan
como recurso institucionalizado, que sirven de apoyo a las adolescentes durante su
proceso de embarazo y post-parto.
Iniciación del taller con una dinámica grupal. Ésta consistió en que unas cuantas
componentes del grupo cogieran un papel de dentro de una bolsa de plástico en los
cuales habían escritas algunas preguntas relacionadas con el funcionamiento del
programa a nivel general y la problemática del embarazo adolescente, exponiendo
su respuesta en voz alta para debatir esas cuestiones con el resto de las integrantes.
33
División de las integrantes en subgrupos compuestos por 5 o 6 y un profesional o
auxiliar en cada uno para facilitar la recopilación de información. Se trabajará con
cada subgrupo durante una hora y media, y las integrantes del mismo responderán
preguntas correspondientes a un bloque diferente establecido previamente en base a
unos ejes temáticos. Las preguntas serán realizadas por una docente coordinadora
del proyecto de investigación, acompañadas por dos auxiliares que servirán de
apoyo en la grabación de la entrevista grupal. Aquí se incide en la importancia de
consultar previamente a las asistentes con la conformidad de que sus respuestas sean
grabadas y utilizadas para complementar la investigación.
Realización de diferentes preguntas a cada subgrupo, divididas previamente en tres
bloques, para la extracción de información diferente de cada uno sobre la misma
temática. Estas estarían enfocadas tanto a indagar sobre el funcionamiento a nivel
general del programa (temas relativos a su formación, sus competencias, sus
mecanismos de abordaje y los imaginarios que están trasmitiendo) como sobre su
propia percepción de la problemática, fomentando que realizasen aportaciones sobre
los cambios que deberían realizarse a nivel institucional.
D) Realización de transcripciones de las entrevistas a las que hemos asistido
previamente grabadas por un auxiliar.
Distribución del material audiovisual entre el grupo de auxiliares para su
trascripción.
E) Trabajo de recopilación de información en base a unos ejes temáticos llamados
“categorías de análisis” y ordenar esa información posteriormente en una tabla
partiendo del modelo de Bonilla y Rodríguez (1997:251) para facilitar el trabajo de
traspaso de esos datos cualitativos a cuantitativos mediante un programa
informático llamado “Aclastif”.
Establecimiento de unos ejes temáticos llamados “Categorías de análisis”
divididos en: cultura, género y salud.
34
Extracción y ordenación de la información obtenida en las entrevistas
individuales, facilitada por la trascripción de las mismas, en base a las categorías
de análisis establecidas en el modelo de de Bonilla y Rodríguez (1997:251)
Traspaso de variables cualitativas a variables cualitativas mediante la
introducción de datos en el programa estadístico Aclastif para posteriormente
corroborarlos con los datos extraídos en los diferentes talleres grupales.
En el desarrollo de este proyecto observamos que la percepción de las personas sobre la
problemática así como sus aportaciones respecto a los cambios que, a su parecer, debían
producirse a nivel institucional fue el eje en torno al cual giraron las distintas acciones.
Tanto en el inicio como en su desarrollo, se trató de establecer una relación que apoyase la
implicación de la comunidad y que se dirigiese hacia los asuntos que ésta consideraba de
mayor prioridad para obtener como fin la transformación de una realidad. Destacamos
algunos elementos que comparte con la Investigación-acción Participativa (en la que se
fundamenta) como el hecho de que el objetivo de estudio se decidiera a partir del interés de
un grupo en contacto con la problemática a estudiar (en este caso el ISBF y la UIS), el uso
de diferentes enfoques metodológicos en su puesta en práctica (acorde a la perspectiva del
pluralismo metodológico), así como que la finalidad última del estudio fuese la
transformación de la situación-problema. Pero además, creemos conveniente señalar que, al
menos durante la fase en la que se desarrolló nuestra estancia, hubo algunas carencias en la
puesta en práctica de una IAP en su totalidad: Las personas en esta investigación no
tuvieron un papel protagonista en todas las fases de su desarrollo (elaboración de
diagnóstico, diseño de las acciones, puesta en práctica de las mismas…) y pese a que
mediante la aplicación de las distintas técnicas se trató de fomentar una implicación de las
personas en la problemática, desde el punto de vista de la IAP esto no es suficiente,
debiendo ser los técnicos los que llevasen a cabo acciones con los implicados los cuales
adoptarían diferentes tareas dentro del proceso mediante la puesta en común de sus
percepciones, impresiones, etc.
Acorde con esto, las personas implicadas no eran los agentes directos del proceso de
cambio, sino que, únicamente se pretendía elaborar un informe con las conclusiones
35
obtenidas. A pesar de que esto lo consideramos importante ya que debido al tiempo
invertido y a las características del procedimiento, le dotaría de una solidez y un marco
teórico a la hora de ofrecer soluciones y poner en marcha mecanismos ante la problemática,
creemos que se adecúa más a la forma de investigación tradicional en ciencias sociales que
a la consecución de IAP.
A modo general, el curso de este proyecto ha estado más enfocado a la puesta en marcha de
acciones para la gente y no con la gente, lo cual no le excluye de ser una experiencia
interesante a estudiar ya que consideramos que tanto los elementos de su puesta en práctica
como su propósito constituyen un buen ejemplo de caso práctico en proyectos de
Cooperación al Desarrollo basados en la perspectiva de Desarrollo Humano, en los que la
disciplina de Trabajo Social ha tenido un papel fundamental.
7. Conclusiones
Pese a que, para realizar acciones de cualquier ámbito en materia de Cooperación al
Desarrollo se requiere una formación específica complementaria en materias adaptadas a su
método de actuación y a que muchos de los requisitos requeridos en la realización de este
tipo de acciones son comunes en muchos perfiles profesionales que trabajan en el ámbito de
lo social, cabe destacar que, como establece Izquierdo (Izquierdo et al., 2007) el ejercicio
profesional del Trabajo Social se vincula a la Cooperación al Desarrollo ya que tanto las
herramientas de trabajo y conocimientos adquiridos durante la formación, como la
experiencia del día a día en el trabajo con colectivos determinados se adecúan tanto al
diseño como a la ejecución de una parte importante de proyectos de cooperación.
Este perfil profesional se caracteriza por unas competencias en la formulación de objetivos
y la planificación de proyectos tomando como base un conocimiento de la realidad sobre la
que quiere intervenir, y para ello, debe dominar las distintas metodologías, técnicas y
herramientas para identificar las necesidades de una comunidad.
El trabajador social podrá adherirse a cualquier función (elaboración de proyectos, gestión
de proyectos, implementación directa) en los proyectos ideados desde el punto de vista del
Desarrollo Humano. Como ya hemos señalado en otros apartados, este enfoque gira en
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torno a la capacitación de las localidades para que los resultados se mantengan en el
tiempo, tratando de evitar la dependencia externa. Por ello, cabe destacar de nuevo las
potencialidades de los trabajadores sociales en este campo, en los proyectos de hondo
contenido social y relacionados con el desarrollo comunitario ya que este profesional,
durante su formación teórica, se le ha dotado con competencias en materia de acción
comunitaria como el conocimiento en liderazgos comunitarios, procesos de desarrollo
endógenos, cooperativismo y asociacionismo, entre otros.
En el nivel de intervención comunitario, el trabajador social cooperante trabajará
estrechamente con las organizaciones locales y la comunidad o colectivo beneficiario del
proyecto. Además sus prácticas deberán adaptarse a la nueva realidad con la que vaya a
trabajar, teniendo en cuenta el nivel de desarrollo de una localidad así como a su realidad
social económica y política. Para ello es absolutamente imprescindible también una
formación adecuada sobre la realidad precisa a intervenir.
Por ello, consideramos importante destacar en este trabajo, que la formación en materia de
Cooperación al Desarrollo durante la titulación universitaria de Trabajo Social es algo
imprescindible para los futuros profesionales de este ámbito no sólo porque el perfil
profesional se adapta adecuadamente a todas las funciones de los mismos y su inclusión en
este ámbito contribuirá a la puesta en práctica de acciones en Cooperación al Desarrollo
que consideramos idóneas por los motivos expuestos, sino porque garantizará la obtención
de unos profesionales sensibles y comprometidos ante los problemas que suceden en el
mundo, influyendo así en su futura práctica profesional.
También es necesario que resaltemos la importancia del fomento por parte de las
universidades de los programas de movilidad en Cooperación al Desarrollo, siendo una
herramienta incuestionable en la mejora de la calidad de la formación universitaria. Así,
estos programas se caracterizan por ser una de las mejores herramientas educativas
conocidas para transformar al estudiante ya que una vez que ha formado parte del mismo
adquiere nuevos puntos de vista, nuevas formas de entender el mundo, aprende a conocer
otras realidades sociales, enfrentándose a la injusticia, la pobreza y al hambre de una
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manera directa adquiriendo de esta manera un aprendizaje que solo en las aulas no hubiera
podido alcanzar.
Por tanto, pese a los tiempos que estamos atravesando, recalcamos la necesidad de que
tanto las optativas en la titulación universitaria en materia de Cooperación al Desarrollo, así
como otro tipo de formación complementaria, deben seguir teniendo continuidad, sin verse
afectados por los ajustes presupuestarios que puedan surgir en el futuro tal y como ya está
sucediendo para el caso de otras asignaturas optativas en el Grado en Trabajo Social en la
Universidad de Jaén.
“Los trabajadores sociales son conocedores de las realidades sociales, del
trabajo con comunidades y los grupos, pero también en la medida que se estén
implementando asignaturas, cursos y postgrados sobre el desarrollo, puedan
salir preparados para la definición, toma de decisiones y ejecución de proyectos
de desarrollo en los que aportar sus conocimientos técnicos y de cooperación al
desarrollo.” (Ruiz, 2009)
Señalamos que este trabajo nos ha abierto una vía de interés en una línea de investigación a
la que creemos que es importante dar continuidad realizando futuras investigaciones y
posibles estudios posteriores y más específicos sobre la intervención profesional desde el
Trabajo Social en este ámbito.
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