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Versificación española Métrica Los versos se denominan según el número de sus silabas rítmicas; con los acentos y periodos rítmicos. El acento de palabra (prosódico y etimológico) es el que existe en la pronunciación común, según sea la extensión del verso o según las características, se precisan otros acentos rítmicos. El acento rítmico al principio del verso inicia el periodo rítmico interior. Este llega a la silaba atona anterior al último acento del verso: Periodo rítmico Vuelve, vuelve, moro Las silabas que preceden al primer acento de un verso quedan fuera del periodo interior, pie de verso y forman “anacrusis” (ante compas). Anacrusis periodo rítmico El a- róma de su nombre Por su parte, el periodo rítmico interior se subdivide luego en pequeñas unidades rítmicas llamadas pies de verso o, siguiendo a bello, cláusulas rítmicas. Este pie de verso como lo noto Nebrija dos o tres sílabas, de las cuales una realzada por el acento sirve de apoyo a las otras, átonas, ocasionalmente, una sola silaba puede formar un pie de verso. Los pie de verso de la métrica clásica reciben el nombre de: yambo (oó); troqueo( óo); dáctilo( óoo); anfíbraco (oóo) y anapesto (ooó); estos pies se basan en las condiciones de la pronunciación española y en su acento de intensidad. Todos los pies de versos mencionados solo se consideran como existentes de hecho el troqueo y el dáctilo (ritmo binario o ternario con acento inicial).

Versificación española

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Versificación española

Métrica

Los versos se denominan según el número de sus silabas rítmicas; con los acentos y periodos rítmicos.

El acento de palabra (prosódico y etimológico) es el que existe en la pronunciación común, según sea la extensión del verso o según las características, se precisan otros acentos rítmicos.

El acento rítmico al principio del verso inicia el periodo rítmico interior. Este llega a la silaba atona anterior al último acento del verso:

Periodo rítmico

Vuelve, vuelve, moro

Las silabas que preceden al primer acento de un verso quedan fuera del periodo interior, pie de verso y forman “anacrusis” (ante compas).

Anacrusis periodo rítmico

El a- róma de su nombre

Por su parte, el periodo rítmico interior se subdivide luego en pequeñas unidades rítmicas llamadas pies de verso o, siguiendo a bello, cláusulas rítmicas. Este pie de verso como lo noto Nebrija dos o tres sílabas, de las cuales una realzada por el acento sirve de apoyo a las otras, átonas, ocasionalmente, una sola silaba puede formar un pie de verso.

Los pie de verso de la métrica clásica reciben el nombre de: yambo (oó); troqueo( óo); dáctilo( óoo); anfíbraco (oóo) y anapesto (ooó); estos pies se basan en las condiciones de la pronunciación española y en su acento de intensidad.

Todos los pies de versos mencionados solo se consideran como existentes de hecho el troqueo y el dáctilo (ritmo binario o ternario con acento inicial).

De esta manera el verso yámbico se siente como una sucesión de troqueos, que empieza por anacrusis monosilábica:

A dónde vas perdida

[o] óo óo óo

los versos anapésticos y anfíbracos aparecen en una consideración rítmica como dáctilos, que empiezan con anacrusis dos o de una silaba, respectivamente:

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en el nido desierto de miseria tórtola

[o o] óoo óoo óoo óoo

El nido desierto de miseria tórtola

[o] óoo óoo óoo óoo

Nido desierto de miseria tórtola

Óoo óoo óoo óoo

Las objeciones al sistema expuesto pueden resumirse:

1.- el anacrisis en el primer verso de la poesía forma un resto suelto.

2.- un factor que, crea inseguridad en el computo final es la pausa final del verso, también suele atribuirse a la pausa la facultad de ajustar el equilibrio de los diferentes finales del verso.

3.- por norma general se mantiene que el verso constituye unidad, que lo es de sentido, sintaxis y ritmo, señalada en su fin por el acento y la pausa, solo en determinadas circunstancias se acepta sinalefa, la compensación y el encabalgamiento.

LICENCIAS METRICAS.

A) Sinéresis.- es la unión de dos vocales que por su naturaleza no forman diptongo: le-al-tad seria la pronunciación cuidada de cada vocal; leal-tad es con sinéresis, que ocurre en cuanto la pronunciación se hace viva y se relaja la condición articulatoria de las vocales, la sinéresis se da casi como caso habitual en las palabras esdrújulas en las que la combinación de las vocales sigue al acento principal de las palabras.

Dá nao, hé-roe, pur-pu-reo

Es menos frecuente si unas de las tres vocales a, e, o, tiene un acento tónico pleno: cre-é-mos,

ca-nó-as.

Cuando en el grupo de vocales la segunda sea la i, o la u, tónicas, la sinéresis poética se considera como forzada: raíz, saúco.

B) Diéresis.- consiste en la separación de las vocales de un diptongo y así cada vocal cuenta con valor silábico: glo-ri-o-so en vez de glo-rio-so.

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Es un recurso para conseguir el número de silabas, el empleo de la diéresis depende del carácter de los diptongos, según se considere el grado de la unión entre las vocales:

1.- no se suele usar diptongos considerados inseparables, como -ié y -ué que proceden etimológicamente de –é- y –ó- : tie-rra, puen-te, tampoco en desinencias verbales –iendo, -ieron, si el acento está en la silabe postónica, la diéresis es más usada.

2.- los diptongo que se hacen fácilmente por diéresis son: -ui (rüina, rüido), -áis, -éis en las desinencias verbales de la segunda persona del plural, que en español antiguo constaban de dos silabas (-ades, -edes).

Existen otras licencias que acompañan a las anteriores:

Reducción del número de silabas de una palabra por supresión de una vocal o de una silaba.a) Al principio de la palabra (aféresis) “hora” en lugar de “ahora”b) En el interior de la palabra (síncopa) “redor” en lugar de rededor o de

alrededor.c) Al final de la palabra (apócope) “hi” en lugar de hijo, “sauz” en lugar

de sauze. Aumento del número de silabas de una palabra por adición de una vocal:

a) Al principio de la palabra (prótesis): ”arremeda” en lugar de remeda.Delante de la S la prótesis resulta usual en poetas antiguos y modernos que cuentan las silabas aun que no aparezcan gráficamente:

Est animus sapientissimusSplendor siccus; de formaQue la falta de mi cuerpoA mi espíritu le sobra (tirso de molina)Solo por la prótesis de esplendor, el segundo verso se convierte en octosílabo perfecto.

b) En el interior de la palabra (epéntesis): “coronista” en lugar de cronista.

c) Al final de la palabra (paragoge): “virtude” en lugar de virtud. Dos licencias se refieren a la acentuación por razón del ritmo o de la

rima, el acento de una palabra puede cambiar de sitio:a) Pasando a la silaba anterior (sístole): ímpio en lugar de impío.b) Pasando a la silaba siguiente( diástole): oceáno en lugar de océano.

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La tmesis o hipermetría que consiste en la separación de una palabra generalmente compuesta en posición final del verso siguiente, se usa para evitar la rima trivial formada por adverbios terminados en –mente.

Y mientras miserable- Mente se están los otros abrasando. (Luis de león) La sinalefaReúne en una silaba rítmica dos o más vocales pertenecientes a palabras distintas: venerable_asilo.

El hiato (o dialefa)Es el caso contrario, se da por dos o más vocales contiguas pertenecientes a diferentes palabras, no se fusionan sino que mantienen su valor silábico propio: la/hora, su/amo.

La rimaLa rima varia por grado más o menos perfecto de su igualación fonética.Se entiende por rima consonante (consonancia, consonante o rima perfecta) la coincidencia de la terminación de al menos dos palabras que se establece a partir de la vocal tónica; desde esta vocal son iguales las consonantes y las vocales que siguen: dolor: amor; viva: esquiva; pálido: válido.En la rima asonante (asonancia, asonante o rima imperfecta) la coincidencia de sonidos abarca sólo las vocales, empezando también desde la vocal tónica: amigo: cinco; dar: verdad.

Los acentosEs un elemento esencial de la versificación española y su colocación influye de tal manera en la estructura del verso que, con solo variarla, pueden quedar destruidos y desaparecer por entero su armonía.Existen diferentes clases. Acento prosódico de una palabra es la mayor elevación o intensidad de la voz, que recae sobre una de las silabas.Acento ortográfico: se coloca gráficamente en determinadas palabras sobre la silaba que recae el acento prosódico, no interesa a la métrica.Acento rítmico: es el que une diversos vocablos de una frase entre sí. Coincide siempre con uno de los prosódicos y suele distinguirse por mayor intensidad o duración que guarda respecto a los demás acentos prosódicos de la misma frase.SOBRE LA ACENTUACIÓNTodos los versos en español llevan un acento predominante, el verso agudo lo lleva en la última(se cuenta una más), el esdrújulo en la antepenúltima( se cuente uno menos), no puede haber acento rítmico en dos silabas consecutivas; el acento predominante final ha de recaer siempre sobre una palabra importante; los versos de arte menor,

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además del acento predominante en la penúltima pueden llevar acentos secundarios en cualquier sílaba; los versos de arte mayor se rigen por reglas espaciales, pues al distribución de los acentos es más rigurosa que en los de arte menor.VERSOS DE ARTE MAYOR Y MENORAtienden al número de silabas y se dividen en de arte mayor y menor, los primeros desde nueve silabas en adelante y los segundos de dos hasta ocho.

Bisílabo: lleva el acento en la primera silaba, se usa como auxiliar en ecos, ovillejos e independiente en poesías románticas: Noche aire Triste cielo Viste suelo ya mar. G. Goméz de Avellaneda.

Trisílabo: de tres silabas carga el acento en la segunda, dando origen a un ritmo anfíbraco. Tan dulce en blando Suspira concento La lira del viento Que hirió la voz . Espronceda.

Tetrasílabo: leva el acento en la primera y en la tercera, es auxiliar del octosílabo como pie quebrado, son los versos más cortos que se utilizan en español:Recuerde el alma dormida,Avive el seso y despierte,ContemplandoCómo se pasa la vida,Cómo se viene la muerteTan callando. Jorge Manrique.

Pentasílabos: lleva el acento en la primera y en la cuarta (tipo dactílico) o en la segunda y cuarta(tipo trocaico). El primero por tener correspondencia de acentos con el verso adónico, se usa mucho en la poesía popular.Cielos azules, llorad las damas,Nubes de nácar, si Dios os vala, Limpios celajes Guiillén Peraza De oro y de grana. (Selgas). Murió en La Palma, La flor marchita

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La de su cara. Anónimo.

Hexasílabo: con los acentos en las silabas impares (tipo trocaico)o en la segunda y en la quinta (tipo dactílico). La luz, que en un vasoArdía en el suelo,Al muro arrojabaLa sombra del lecho. Béquer.

Heptasílabo: se acentúa la segunda y la sexta, también en la primera y la sexta, se puede emplear unido a versos de once silabas y a pentasílabos, tiene un ritmo popular y en forma de segundilla:Ajustada a la sola en el fondo del almaDesnudez de tu cuerpo, hay un lago de tersos Entre el aire y la luz cristales, que simulaEres puro elemento. Jorge Guillén. Un misterioso espejo. González Martínez.

Octosílabo: también llamado verso de arte real, de arte menor, redondilla mayor, es el verso más genuinamente español, ocupado en los romances los acentos pueden repetirse, pero el de la séptima sílaba –penúltima- que es esencial pues en ella se apoya el verso:A mis soledades voy, soledad, bien te busquéDe mis soledades vengo, mientras tuve compañía…Porque para andar conmigo soledad, soledad mía,Me bastan mis pensamientos. Viniste cuando se fue. Lope de vega. González Martínez.

Eneasílabos: de arte mayor, cuenta con cerca de treinta variantes, predomina el acento prosódico.Humo y nada el soplo del ser;Mueren hombre, pájaro y flor;Corre a mar de olvido el amor;Huye a breve tumba el placer. González Prada.

Decasílabo: hay dos clases; los bipartitos o compuestos, que constan de dos hemistiquios de cinco silabas cada uno, recayendo el acento en la cuarta y en la novena, que son las penúltimas. Y los simples o no bipartitos; que no llevan cesura y suelen tener sus acentos en la tercer, sexta y novena. Yo soy ardiente, soy morena, Yo soy el símbolo de la pasión;

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De ansía de goces mi alma está llena. ¿A mí me buscas?- no es a ti, no. Bécquer.

Endecasílabo: el propio lleva el acento en la sexta y decima; el sáfico, en la cuarta octava y decima; el de gaita gallega, en la primera, cuarta, séptima y decima.Eres la primera verdadera:Rosa de los caminos interiores,Brisa de los secretos corredores,Lumbre de la recóndita ladera. J. R. Jiménez.

Dodecasílabo: consta de dos hemistiquios iguales, con cuatro acentos fuertes en la silaba dos, cinco, ocho y once. Otra forma es la compuesta de dos versos de siete más cinco sílabas, es el metro de la segundilla empleado como verso largo, otra de do versos de ocho más cuatro y otra de cinco más siete.

Metro mágico y rico que al alma expresasLlameantes alegrías, penas arcanas,Dese los suaves labios de las princesasHasta en las bocas rojas de las gitanas. Rubén Darío.

Tridecasílabo: poco usado, ensayado por Góngora y empleado por los románticos y modernistas.En el jardín hay un olor a primavera,Himnos de zumbos en el viejo colmenar.Ven a fundirte en las plegarias del paisajeY en los milagros de la fe crepuscular. González Martínez.

Alejandrino: de catorce silabas, el acento principal va en la tercera y sexta sílabas de cada hemistiquio que se componen de siete cada uno.La princesa esta triste. ¿Qué tendrá la princesa?Los suspiros se escapan de su boca de fresaQue han perdido la risa, que han perdido el color. La princesa esta pálida en su silla de oro,Está mudo el teclado de su clave sonoro,Y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. Rubén Darío.

Pentadecasílabo: modernismo y romanticismo, acento en la segunda, quinta, octava, undécima y decimocuarta, dos hemistiquios desiguales uno de seis y otro de nueve o bien no de siete y otro de ocho.¿En donde los valientes que lucharon y vencieron?No blanden las espadas, no aperciben los escudos;Inmóviles reposan en el lecho de la muerte. González Prada.

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Hexadecasílabos: se forma de dos hemistiquios de ocho, trocaicos o dactílicos, usado por el juglar épico primitivo.A las doce de la noche, por las puertas de la gloria,Y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,Sale en hombros de cuatro ángeles y en silla gestatoria,San Silvestre. Rubén Darío.

LA ESTROFAEs un conjunto de versos que se repiten periódicamente según cierta medida, se complementan de ritmo y armonía, las hay asonantadas y aconsonantadas, las consonantes suelen ser cultas y las otras populares, son parisílabas si la medida de los versos es igual, se presentan en variedad y se apuntaran solo las más importantes.

Estrofa de dos versos: pareado, la más elemental de las estrofas, parisílabos o imparisílabos que riman entre sí en consonante o asonante.

Yo, aquel que en los pasados a

Tiempos canté las selvas y los prados, A

Aquellas revestidas de arboles mayores A

Y éstos de ganados y flores… A

Ahora en instrumento menos grave A

Canto de amor suave a

Las iras y desdenes, a

Los males y los bienes… a

Los de tres versos: tercetos: de origen italiano formada por tres versos endecasílabos, el primero rima con el tercero en consonante, el segundo queda libre y da el consonante para los versos primero y tercero del terceto siguiente. Los versos encadenados acaban siempre en cuatro a fin de que no quede ninguna suelta se utilizan en poemas de grave contenido ideológico.

Fabio, las esperanzas cortesanas A

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Prisiones son do el ambicioso muere B

Y donde al más activo nacen canas. A

El que no las limare o las rompiere, B

Ni el nombre de varón ha merecido, C

Ni subir al honor que pretendiere. B

El ánimo plebeyo y abatido C

Procura, en sus intentos temerosos, D

Antes estar suspenso que caído; C

Que el corazón entero y generoso D

Al caso adverso inclinará la frente E

Antes que la rodilla al poderoso. D Quevedo.

También ubicamos a la tercerilla, y a las coplas de la soledad, o soleares andaluzas.

De cuatro versos. Cuartetos: de arte mayor, endecasílabos por lo común, que riman el primero con el cuarto y el segundo con el tercero.

Haz que tenga piedad de ti, Dios mío. A

Huérfano de mi amor, callas y esperas. B

En cuantas andrajosas primaveras B

Me viste arder, buscando un atavío A C. Pellicer

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Ubicamos también otra forma dentro de esta el serventesio que son cuatro versos análogos a los del cuarteto, rimando el primero con el tercero y el segundo con el cuarto.

La redondilla de arte menor, generalmente octosílabo, rimando el primero con el cuarto y el segundo con el tercero, o bien el primero con el tercero y el segundo con el cuarto.

La cuarteta o copla popular está constituida por cuatro octosílabos, con el segundo y cuarto rimados.

La cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo, de cuatro alejandrinos usados por el mester de clerecía en el XIII y XIV.

La estrofa sáfica. De tres endecasílabos, con acento en la cuarta, octava y decima silabas y de un pentasílabo con acento en la primera y cuarta.

-De cinco versos. Quinteto. De arte mayor, endecasílabos que riman a voluntad del poeta, la condición es que no haya tres consonantes seguidas ni terminen en pareado.

Amé, gocé, sufrí, sentí el divino A

Soplo de la ilusión y la locura B

Tuve la antorcha, la apago el destino, A

Y me senté a llorar mi desventura B

A la sombra de un árbol del camino A Rafael López

También se encuentra la quintilla mayor trabajada que rima con dos consonantes combinadas como en el quinteto.

La lira. De origen italiano, endecasílabos y heptasílabos en disposición aBabB, también las hay de cuatro y seis versos.

-De seis versos. Sextina o sexta rima. De arte mayor, endecasílabos, que riman al arbitrio del poeta con tal de que no haya tres consonante seguidas.

Rey de los hidalgos, señor de los tristes, A

Que de fuerza alientas y de ensueños vistes, A

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Coronado de áureo yelmo de ilusión; B

Que nadie ha podido vencer todavía, C

Por la adarga al brazo, toda fantasía, C

Y la lanza en ristre toda corazón. B

La sextilla, de arte menor, octosílabos, aconsonantados, con cualquier rima siempre que no haya tres consonantes seguidos. La más frecuentes son: un cuarteto y un pareado y una redondilla; de pie quebrado, de cuatro octosílabos y dos tetrasílabos en dos mitades simétricas con rimas correlativas: abc, abc.

-De siete versos. Sétima. Cultivada en el periodo trovadoresco consta de una redondilla y un terceto final, ligados de varios modos por la rima.

Venid, venid, amadores, a

De la mi flecha feridos b

E sientan vuestros sentidos b

Tormentos, cuitas, dolores; a

Pues que la muerte llevar c

Ha querido e rebatar c

La mejor de las mejores. a Marqués de Santillana.

En este apartado también mencionare a la seguidilla, consta de cuatro versos, dos heptasílabos y dos pentasílabos, rimando asonante, en pares y cortos, más tarde se añadieron otros tres y aparece la de siete versos, el primero y el tercero de los añadidos son pentasílabos y riman en asonante y el segundo libre, heptasílabo.

-De ocho versos. Octava real: endecasílabos, los seis primeros riman de forma alterna y los dos últimos forman un pareado, también recibe el nombre de octava heroica.

No las damas, amor, no gentilezas A

De caballero canto enamorados B

Ni las muestras, regalos y ternezas A

De amorosos efectos y cuidados, B

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Mas el valor, los hechos, las proezas A

De aquellos españoles esforzados B

Que a la cerviz de Arauco no domada C

Pusieron duro yugo por la espada. C Ercilla.

Encontramos también la octava italiana, rimando el cuarto y el octavo en consonante agudo y los demás al arbitrio del poeta.

La octava de arte mayor o copla de arte mayor, contaba de dos cuartetos en dodecasílabos fluctuantes enlazados por la rima.

La copla de arte menor y la copla castellana. La primera formada por dos redondillas octosílabas, rimando como los cuartetos de la octava de arte mayor. La segunda suplanta a la anterior, con sus mismas características pero no enlazadas sino con rimas independientes.

La octavilla, tiene la misma combinación de la octava italiana pero con versos de arte menor, con metro muy apropiado para el canto.

-De nueve versos. Se compone de un cuarteto y de un quinteto de arte mayor, enlazados por las rimas, equivale a la copla de arte mayor.

Yo canto las armas de los palestinos A

Príncipes doce del omnipotente, B

Sus doce triunfos de don excelente, B

Triunfos de gloria seráfica dinos, A

Y pongo la tierra debajo los sinos A

Del cinto dorado de los animales, C

Y pinto las altas celestes señales C

Y los fortunados y casos indinos A

De los pasados e vivos mortales. C Juan de Padilla.

Las coplas octosílabas de nueve versos, empleadas en el XV, constaban de una redondilla y una quintilla sin ningún enlace métrico. Su individualidad se funda en la unidad del sentido.

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-De diez versos. Copla real: estrofa compuesta de dos quintillas de igual tipo aunque de rima diferente.

Amor dulce y poderoso, a

No te puedo resistir b

Y acuerdo de mi rendir, b

Que defender no me oso a

Sin obligarme a morir. b

Y pues de nuestra pasión c

Eres absoluto rey, d

Mi penado corazón, c

Tornada ya de tu ley, d

Reniega de la razón. C Cristóbal de Castillejo

Decima, octosílaba conocida por antonomasia, se le suele llamar espinela y consta de dos redondillas de rimas abrazadas y unidas por dos versos de enlace.

Ovillejo, de diez versos y consiste de tres pareados de octosílabos y quebrados, seguidos de una redondilla que termina sumando los tres versos cortos.

-De once a trece versos. Rondel: trovadorescos, modernistas, octosílabos, de dos redondillas y una quintilla en su forma más frecuente, recogen versos que alternan dos únicas rimas, coplas octosílabas de once versos, unas aparecen en orden de quintilla y sextilla quebrada. Sobre todo durante el XV.

-El soneto: consta de dos cuartetos y de dos tercetos, el tipo clásico es endecasílabo, los dos cuartetos con las mismas rimas y los dos tercetos con rimas alternas, de origen italiano se ha cultivado en exceso en nuestro idioma, en poesía de alto contenido. Los dos cuartetos sirven para exponer la idea, mientras que los tercetos recogen las consecuencias de la exposición para finalizar de una manara concisa y rotunda por lo general.

¡Oh dulces prendas por mi mal halladas, A

Dulces y alegres cuando Dios quería! B

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Catorce versos dicen que es soneto, B

Burla burlado ya van tres delante. A

¿Quién me dijera cuando en las pasadas A

Horas por tanto bien por vos me vía, B

Que me habíades de ser en algún día B

Con tan grave dolor representada? A

Pues en una hora junto me llevastes C

Todo el día que por términos me dijistes, D

Llevadme junto al mar que me dejastes. C

Si no sospecharé que me pusiste D

En tantos bienes porque deseastes C

Verme morir entre memorias tristes. D Garcilaso de la Vega.

La Silva: combinación de endecasílabos y heptasílabos sin regulación estrófica, rima al gusto del poeta en series indefinidas y distribución caprichosa, de rima asonante o consonante y se toleran versos libres.

La estancia: formada por endecasílabos que se combinan y riman a voluntad del poeta, solo se requiere que todas sigan el esquema de la primera, producto de la imitación italiana, usada en la lirica renacentista, para diferenciarla de la silva se debe agrupar en igual número de versos y no dejar ninguno suelto.

Romance: composición de origen popular anónimo, genuinamente hispánica, consta de un número indeterminado de octosílabos, quedan los impares libres y concertando con un mismo asonante los pares, de narración ligera y de gran movilidad y de vasta sucesión de versos sin cansancio ni monotonía.

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Breve romance de la ausencia.

Único amor, ya tan mío como un día me la diste

Que va sazonando el tiempo; viva tu imagen poseo,

¡Qué bien nos sabe la ausencia que a diario lavan mis ojos

Cuando nos estorba el cuerpo! Con lagrimas tu recuerdo

Mis manos te han olvidado otro se fue, que no tú,

Pero mis ojos te vieron amor que clama el silencio

Y cuando es amargo el mundo si mis brazos y tu boca

Para mirarte los cierro. Con las palabras partieron.

No quiero encontrarme nunca, otro es éste, que no yo,

Que estás conmigo y no quiero mudo, conforme y eterno

Que despedace tu vida como este amor ya tan mío

Lo que fabrica el sueño que ira conmigo muriendo. Salvador Novo.

El romance octosílabo se ensayo y extendió primero al hexasílabo (romancillo) y después al heptasílabo (endecha), y al endecasílabo (romance heroico) y finalmente los de cualquier otra medida.

Estribillo: es un verso suelto, un dístico u estrofa corta, se emplea repetidamente para rematar algunas estrofas de la lirica, repite la idea central del poema.

Zéjel: estrofa poética tomada de la lirica popular arábigo-andaluza, consta de una serie de coplas que repiten un determinado estribillo y este consiste en dos versos rimados o sueltos, el cuerpo o mudanza consiste en tres octosílabos monorrimos cuya rima varia de una copla a otra, el estribillo puede constar de tres versos con el segundo quebrado y en rima con el tercero, el estribillo consta de nueve silabas y otro de once y la mudanza por cuatro octosílabos.

Dicen que me case yo; a

No quiero marido no. a

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Más quiero vivir segura, b

N´ esta sierra a mi soltura, b

Que no estar en aventura b

Si casaré bien o no: a

Dicen que me case yo; a

no quiero marido, no. a

Villancico: la lirica expuesta de la forma más sencilla, su estructura coincide en el fondo con la del zéjel, pero ofrece las siguientes variaciones ; el estribillo suele tener tres o cuatro versos, la vuelta va precedida de uno o más versos de enlace, que en el zéjel no existía.

Canción trovadoresca: consta de tres redondillas, con la última ajustada a las mismas rimas, hay repercusión de versos entre la primera y la última, también podía consistir en tres quintillas o una redondilla seguida por una quintilla y precedida de otra, a veces combina octosílabos y quebrados.

Letrilla: similar al villancico, es una composición en la que al final de cada estrofa, se repite un mismo pensamiento expresado en estribillo, su asuntos suelen ser religiosos, amorosos y satíricos.

Glosa: los versos de una estrofa inicial se van comentando al final de cada una de las que siguen, de modo que cada estrofa se glosa uno o dos versos de la primera, que van al final de la que les corresponde.

Cosaute: es de origen galaico-portugués, consiste en una serie de pareados estráficos seguidos por un estribillo invariable, su asunto por lo general y expuesto en poesía popular son amores.

La sextina: se determina por ser una canción provenzal con estrofas de seis versos, es de composición rigurosamente fija, se emplea siempre como el endecasílabo, es isométrica en su desarrollo, se usa en la alta poesía culta, amorosa, de carácter cortesano y petrarquista, las rimas se mantienen constantes y suelen ser sustantivos de dos silabas, la disposición es la siguiente: 1y 6, a ; 2 y 5, b; 3 y 4,c.

La canción alirada, termino colectivo de todas las practicas que se derivan de la canción petrarquista, son estrofas(liras) , cortas y de disposición simétrica

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entre si, combinan libremente el endecasílabo y el heptasílabo al modo de la lirica garsilaciana.

Tiene variedades: el cuarteto lira, la estrofa de la torre, la lira garcilasiana, la lira-sestina, la canción píndarica.

El Madrigal: su forma métrica es muy variable, combina libremente endecasílabos y heptasílabos; con frecuencia se apoya en estrofas de tres y seis versos, y termina con rimas pareadas, solo conoce tan sólo la rima consonante, que se dispone libremente, pudiendo quedar algunos versos sin correspondencia en las rimas, la extensión es muy variada, desde cuatro versos hasta más de treinta, por lo general oscila entre ocho y doce versos. El tema suele ser asunto amoroso, del campo o de pastores, aunque también en lenguaje político y de temas graves.

Iba cogiendo flore, a Una abeja escondida, e

Y guardando las flores, b su dulce amor hurtado, f

Mi ninfa, para hacer una guirnalda; B y como en la hermosa d

Mas primero las toca c flor de los labios se halló, atrevida E

A los rosados labios de su boca, C la picó, sacó miel, fuese volando. f

Y les da de su aliento los olores; A Luis Martin[s. XVII].

Y estaba por su bien, entre una rosa D

BLIBLIOGRAFÍA.

Baehr, Rudolf, “manual de versificación”, traducción de k. Wagner y f. López Estrada; ed. Gredos, Madrid, 1970.

Montes de Oca Francisco, “Teoría y Técnica de la Literatura”, ed. Porrúa, México, DF, 1998.