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Cosido a los ancestros Celedonio Pérez, redactor-jefe de “LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA”, narra desde dentro de la máscara la experiencia de ser Zangarrón en su pueblo, Sanzoles A la carga en femenino Cofrades zamoranas, en el Congreso Nacional de Cargadoras ZAMORA, 8 DE FEBRERO DE 2009 dominical

ZAMORA, 8 DE FEBRERO DE 2009 dominical€¦ · gan dos bolas y un mazacote, un cilin-dro informe de algo envuelto en tela. ... protegiendo a los danzantes.Antes de ini-ciar la carrera

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Cosido a los ancestrosCeledonio Pérez, redactor-jefe de “LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA”, narra desde

dentro de la máscara la experiencia de ser Zangarrón en su pueblo, Sanzoles

A la carga en femeninoCofrades

zamoranas, enel CongresoNacional deCargadoras

ZAMORA, 8 DE FEBRERO DE 2009

dominical

✒ Celedonio Pérez /Fotos: JoséAlfonso, Javier Hernandez y V. Puga

La vida, a veces, se encela en espiral y cu-lebrea eternizándose. No pasa nada.Y otrasque se desgañita y se lanza monte abajo, en-cabritándose sin control: entonces cualquierminuto cuenta, cala y se queda ahí, hurgandodentro, como una herida en un dedo, en el quesiempre caen los golpes. Me ha pasado a mí,me acaba de pasar hace un suspiro.Y sientoque lo vivido ya ha echado raíces y que ahí sequedarán. Cuando cualquier viento airadodestape el humus superficial, volverán a salira la superficie. Con ellas, estoy seguro, retor-naré al polvo porque son parte de mí, son yo.

«El señor Cele está mal. Tiene una gas-troenteritis muy fuerte. No reacciona bien altratamiento, ventila mal... Hemos llamado ala ambulancia y lo vamos a llevar a Urgenciasdel Clínico...». La llamada telefónica cayó co-mo un dolor en el pecho; el mensaje escucha-do a las tres de la mañana en la cama, a ladode mi mujer, como un golpe en la cara. El al-ma prendida por mil manos, la respiracióncorta, la angustia larga. Después, dolor. Mi pa-dre, Dios, como un pajarito...

No me puedo vestir de Zangarrón mañana,no tengo ánimo, no debo, estoy hundido, mipadre se está muriendo. El pensamiento fueuna espada clavada durante varias horas. Lesusurré, vencido, a Valentina: «Si llama JoséJavier o Antonio Domingo, dile que se vistaotro, yo no puedo...». Mi mujer: «Tranquiloque ya verás como mejora, haz lo que tu quie-ras, lo que tú decidas está bien...».Y asumiótoda la responsabilidad de velar por el enfer-mo durante un día y dos noches y a la vez, sindecir nada, me dio fuerza a mí. Quería quefuera Zangarrón, lo mismo queAlba y Rodri-go, que también sabían que el empeño me ha-cía ilusión.

¿Y por qué quería volver a vestirme deZangarrón, treinta y un años después de ha-berlo encarnado cuando fui quinto? Por miprimo Manolo, “Gazapo” como yo, al que elpueblo le debía un homenaje después de cin-

cuenta años como tamborilero; por sentir den-tro de la careta la fuerza de la tradición, ahon-dar en las raíces de la fiesta, descubrir su fuer-za totémica, penetrar en el misterio de unamascarada que encierra en su concepción, pa-rafernalia y liturgia el devenir de una socie-dad, la prehistoria, la historia, sus avatares yalamares. También para reivindicar una care-ta con más de cien años y respirar el olor apa-gado y ocre del cuero viejo, el mismo que res-piraron decenas de sanzolanos, mis antepasa-dos, la mayoría ya muertos.

Pronto descubrí que no iba a ser fácil. Measusté el día deAño Nuevo cuando en casa dePascual intenté ponerme la careta del señorFermín, que ahora custodia Paulino, una más-cara primitiva, negra, fea, repleta de costuro-nes, enroscada, coronada de cintas de papelque tapan dos cuernos trenzados con el mis-mo cuero, de donde cuelgan dos “falanges”de sarmiento sin corazón y sobresalen boca yojos, aureolados con elementos infantiles an-tes de llegar a un rabo de cabra que sirve desupuesto asidero a la mano que mueve la ca-reta, cuando ya en movimiento, el Zangarrónintenta ver por los dos ojines el mundo peri-patético y nervioso. No pude ponérmela, nome entraba.Acabé viendo por la boca. De ahíno pasaba, me hice daño en la base del cuelloal empujar, nada. ¿Claustrofobia? No.

La cara marcada por el roce de un plieguesin suavizar y untada de Nivea, así acabó.Descubrí de esta manera, a lo bestia, la res-puesta a una pregunta que un día escuche alcodirector de las excavaciones deAtapuerca,José María Bermúdez: ¿Para qué tiene barbael hombre si ya no le es imprescindible paraprotegerse del frío? Pues para salvaguardarsu rostro de la rusticidad de la máscara, paraevitar que la careta le haga daño y le pintemataduras, muy difíciles de curar en épocaspasadas.

José Javier tuvo que emplearse a fondo pa-ra vivificar y ensanchar la careta y hasta utili-zó una crema especial de grasa de caballo pa-ra suavizar el cuero, mejunje abetunado queacabó después en mi rostro.

NO ES FACIL PONERSE UNA CARETA CENTENARIA AHORMADA CON CUERO DECABRA DESPELLEJADO CON MIL TRASIEGOS DE VINO, NI ENVOLVERSE EN MAN-TAS DE CABALLERIA DEL MISMO SELLO. SUPONE ESFUERZO, CORRER DURAN-TE HORAS ATADO A MILES DE PUNTADAS, CON CENCERROS EN VEZ DE RIÑO-NES. PERO TODO VALE, HASTA LOS CINCO KILOS EN SUDOR PERDIDOS EN ELCAMINO. EN EL SUFRIMIENTO ESTA LA FELICIDAD Y EL CONOCIMIENTO.

En el envés de la fiesta del Zangarrón deSanzoles están los sentimientos, esa es la

clave para entender la mascarada

El autor de este reportaje se pone la caretay sondea en lo más profundo de la

celebración, busca el agua debajo del pozo

El Zangarrón de Sanzoles, una manifestación que transciende a la pura mascarada

Con la caratapada y

el alma desnuda

II / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

Pero hubo más dudas. La víspera el ánimoflojeaba, pero también el cuerpo. Subir las es-caleras del hospital “Rodríguez Chamorro” seconvirtió de repente en tarea dolorosa, que sefijaba en el pecho. Falta de sueño, agotamien-to, el palpitar inconsistente de lo que está porvenir, pero que empieza a respirar, ahí, en laepidermis... Así no puedo, el físico no quiere.Un resfriado asomaba la cabeza. La víspera,por la noche, llegó sin avisar un extraño dolorde cabeza que identifiqué pronto con ese ma-lestar que también aflora cuando al día si-guiente hay carrera de medio maratón. Me des-perté con el mismo dolor, más pronunciado.¿Miedo? ¿Nervios? Un poco sí. La responsa-bilidad de la tradición. Pronto iba a notar lo quesignificaba.

La mañana, luminosa, reñida con la del díaanterior: hosca, escarchada, como mi ánimo. Loque cambia un día en invierno. Quise hacer loque siempre: ir a buscar al tamborilero, a mi pri-mo, y romper a sudar, todavía sin careta, aunqueya armado con el palo de fresno con seis vejigasque olían a mondongo, a urea caduca.Atado alpalo, un rabo de toro. Más símbolos seminales,de fertilidad. Dejo el bullicio y el humo; solo,enfilo Calzada abajo y entonces me doy cuentadel peso del traje de “alta costura” –casi seis ki-los–, del tirón de los cencerros, de que ahora sí.Y empiezan a fluir mil pensamientos. Llego ami calle y el peso de los recuerdos se mezclacon el primer sudor. Mi primo no está, ya ha su-bido a Casa deAnuncia, mi suegra, lugar elegi-do para la salida. Es un impulso incontrolable:me abrazo a Pepita y nos echamos a llorar des-consoladamente: pasa volando la historia de lafamilia, de una generación de labradores que seha ido. «¿Tu padre...?»

Un río de emotividadVuelvo sobre mis pasos. Allí está mi casa,

donde nací; donde murió mi abuelo, mi ma-dre... Está temblando de frío, agotada. Levantoel palo y farfullo algo que ni yo entiendo: Vapor vosotros. ¿Por quién? Esta vacía, herida porel tiempo, rota por la vida. La memoria estallay no es capaz de condensar los kilos y kilos desentimientos que irrumpen con violencia. Co-rro y veo de lejos a Casimiro y Flor. No puedoevitarlo, me acerco a ellos, ya sudoroso y losbeso. Fue una reacción instintiva. La familia...Esos hilos invisibles que a veces se hacen con-sistentes, que se enredan y anudan como árbolviejo. Empecé a comprender que aquella vesti-menta, los cencerros, el ambiente... me podían.Era un río de emotividad, que volvió a desbor-darse cuando pasé junto a la casa donde vivie-ron mis abuelos, yo mismo. Mis primos: Meli,Emilio, José, Miguel, todos ahora en la brumadel País Vasco. Los vi por un momento, otravez el pasado, la luz visceral del ayer..., lo queno hace falta contar para entenderlo.

Ya en casa de Anuncia, otra explosiónsentimental, aún mayor. Mi hermana, An-gel... «¿Qué tal está?». «Está mejor...». Ynos abrazamos y la emoción contenida salepor los ojos. La cocina nueva se llena degente, de amigos. Pastas, licores, movi-miento y fuego. Ha llegado el momento.¿Dónde está la careta? Y de los consejos:Valentina: «No te mates, cógelo con tran-quilidad, a tu ritmo, sin forzar...». Y Mano-lo: «Tú guarda las filas, eso es lo bonito, quese vean a los que bailan, no hace falta quecorras mucho...». «Y tú, mira a ver hastadonde aguantas; no fuerces mucho la má-quina, hasta que te puedas y después que si-ga Tanis...». Y miro a mis hijos de soslayoantes de ajustarme la careta. Ahora sí.Fueraes el delirio. El sonido totémico de los cen-cerros se mezcla con el griterío, ahora chi-llón y estridente por el nerviosismo de losniños. El pueblo huele a lumbre. Y la callede San Sebastián es un río de color que seescurre como una trucha. Suenan las casta-ñuelas, el chascarraschás hueco, súcubo.Los “quintos” de más de 40 años empiezanpronto a demostrar su maestría.

LA MANTA TIENE QUE AJUSTARSE AL BRAZO.-Es imprescindible que el brazo derecho, el delpalo, tenga mucho juego. Por eso hay que tomarmedidas exactas antes de coser.

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DESPUES DE LAS SOPAS DE AJO.-Los “quintos”, tras calentar el estómago con lassopas de ajo, se preparan para tocar lascastañuelas. Hay que preparar el instrumento.

HAY QUE EVITAR LAS ROZADURAS.-Esparadrapo sobre las narices para evitar lasrozaduras, muy difíciles de curar y que antesmarcaban a los Zangarrones para siempre.

COMIENZA LA FUNCIÓN, TODOS ATENTOS.-El Zangarrón sale de casa de Anuncia. Empieza lacarrera que murió en las Cuatro Calles. El díaespléndido ayudó a la presencia de vecinos.

EL BAILE DEL NIÑO EN LAS CUATRO CALLES.-Los “quintos”, en pleno Baile del Niño en lasCuatro Calles, nombre que hace alusión, segúnalgún experto, a las cuatro culturas.

a: sentir el palpitar de la fiesta desde la profundidad de la careta

LAS PUNTADAS, A LA LUZ, QUE SE VEAN.-La confección lleva miles de puntadas. Se unentodas las piezas con esmero y mucho cuidado. Elhilo debe verse, que es más bonito.

LA MASCARA CENTENARIA ESPERA.-La careta cuelga a la espera del inicio de laFunción. Tiene más de cien años y es de cueroviejo, con mil remates. Su fealdad atrae.

EMOCION ANTES DE LA CARRERA.-La emotividad está a flor de piel. Va a empezar lacarrera y los recuerdos familiares se agolpan entropel y a veces es imposible evitar que fluyan.

MANOLO, CINCUENTA AÑOS NO ES NADA.-Manolo, el tamborilero despide 50 años deFunción. Los sones de la flauta, con fondos de laVerde Retama, son inigualables.

HUEVOS CON CHORIZO PARA ALMORZAR.-Los huevos con chorizo es el menú del almuerzo.El plato es ideal para reponer fuerzas después delesfuerzo. El ambiente es de “quintada”.

Ocho horascosido: prohibidoir al servicio, nohay “salidas”

Pasadas las ocho de la mañana deldía de Reyes comenzaron a vestirme enla “casa de los quintos”. Los “costure-ros”: José Javier y Antonio Domingo,dos locos del Zangarrón, herederos delarte del señor Fermín. ¿El traje? Nohay traje. Varias mantas usadas hacecasi cien años por las mulas del señorLeonardo y la señora Marcelina, la car-nicera. Los curiosos empiezan a llegar.También los “quintos”. Se oyen los pri-meros toques de castañuelas, destem-plados, sin ritmo. Entradas y salidasconstantes, guirigay. Huele a ajo y ahumo.

En pijama, con una leyenda en in-glés norteamericano, qué contraste, mecoloco junto a la lumbre de leña de en-cina. Se inicia la operación, que es de-licada y tiene un orden. «Esto sí que esalta costura, no Balenciaga ni Victo-rio&Lucchino», dice alguien con gra-cia. La manta se ajusta a la pierna. «Laspuntadas que se vean, son las bonitas».La operación, que durará casi dos ho-ras, tiene su ritmo, sus chascarrillos.Uno se repite varias veces: «¿Y ahora,señor Fermín (el más clásico vestidorde Zangarrones, con una pizca de ma-la uva, muerto hace años), y ahora qué?Ahora me tocáis los cojones». Risas.

Lo más complicado, domeñar la te-la, ajustarla al pecho y dejar libertadpara el movimiento de los dos brazos.Alba apunta los detalles. «El brazo de-recho tiene que tener más juego, que esel del palo». Las mantas, increíble-mente, se van doblando buscando losvalles del cuerpo; y lo que sobra, se re-coge en los sitios menos visibles. Co-sido por completo, se coloca la mandi-leta y la bolsa para la fruta. Todo estádispuesto.

Siento cierta desazón por dentro,afloran los nervios, necesito empezar amoverme porque el cuerpo se encoge yhay que tensarlo. Más gente, más bu-llicio: «Venga, que hay que prepararse,que nos come el tiempo». Pienso en al-to: «Imaginad que ahora, o dentro deun rato me da un ataque de apendicitisy me tenéis que llevar a Urgencias. Aver cómo me auscultan». «Joder, quépositivo, pues cogen la tijera o el bistu-rí y cortan la tela. A degüello». Risas.

Durante ocho horas, prohibido ir alservicio, me agobio un poco. Los es-fínteres quietos. ¿Tiene acaso algunasignificación esta “pureza” obligada agolpe de puntada? ¿Acaso el Zanga-rrón necesita estar limpio para imbuir-se de espiritualidad? «Venga, el pañue-lo y pruébate la careta». La tela fina seajusta, de repente me convierto en pi-rata. Es preciso colocar el pañuelo co-rrectamente para preservar la cara delos roces. Sobre la nariz, varias tiras deesparadrapo. Me pruebo la máscara.«Bien, no parece que me roce». De laparte de atrás, además de papeles cuel-gan dos bolas y un mazacote, un cilin-dro informe de algo envuelto en tela.Los testículos y el pene. «Son los atri-butos del macho. Por eso, el Zangarrónsiempre tiene que ser un hombre», seoye un comentario. ¿Y por qué este afánde ir tapado hasta los ojos? Quizás hu-bo chamanes mujeres. Nadie lo hubieranotado. Atado, encogido y dispuesto.

dominical / IIIDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

La calle encoge y huye del tropel sonoroy palpitante. Sombras engordadas por lacintura se mueven compulsivamente. Aquíno hay toro, aunque sí tañir sincopado deltotémico cencerro. Y el fluir de las casta-ñuelas –¡Qué uniformes suenan las deConrado!– y yo, en el medio, guardando lasfilas, marcando distancias, palo en ristre,protegiendo a los danzantes. Antes de ini-ciar la carrera siento que el Zangarrón eseso: emotividad, un río de sentimientos, elronzal que une generaciones, la compuertaque abre la espita de la familiaridad.Y pron-to, metido en el océano convulso de la fies-ta, confirmo, si las sensaciones pueden con-firmar algo, que es prehistoria, que es la lla-ma nunca apagada de un tiempo deoscuridad.

Limpio las filas y golpeo cariñosamentecon el palo a Angel “Chicha”, Loren, miquinto, mis amigos: Luis Salvador, Agusti,Heliodoro... Mil críos van y vienen... Inten-to marcar el territorio con carreras cortas. Elsudor quiere salir del rostro y lubrica la ca-reta. La cabeza ha encogido y el pañuelo nobasta. Hay que agarrar la máscara para se-

guir viendo por esos ojines, que agrandanlas pupilas para verlo todo.

Y por un instante, gracias a la magia que ac-tiva la escenificación, soy chamán del Neolí-tico, ése que vivaqueó por El Redondil y dejósus restos en un túmulo rociado con polvo decinabrio, antes de que 3.500 años después des-cubriera los huesos el señorAngel “Michica”.Y brujo del Calcolítico que convocaba los ma-los humores de los buenos espíritus y a todoslos guerreros de la tribu para defender las lo-mas del Montico. O guerrero en la Edad delHierro que murió junto al Talanda, antes de laGranAvenida.Y general vettón, ése que el his-toriador y geógrafo griego Estrabón escribióque no hacía otra cosa que guerrear o estartumbado junto al fuego allá en la Cuesta ElVi-so o junto al Teso El Castillo...

Como ellos, vestido como algunos de ellos,me empeño en cuidar a mi gente. Esa es la ex-plicación primera de esta mascarada: guardara los danzantes, protegerlos de quienes, desdefuera, intentan romper la armonía, golpear conel vergajo o el palo a quien ose molestar; fies-ta de iniciación, de liturgia u origen claramen-te prehistórico.

Sigue la carrera loca y el baile armonioso.Manolo, con su flauta, marca el ritmo, apren-

dido de mi abuela Juliana, mujer analfabetapero repleta de cultura. Los diez kilos de aba-lorios que llevo encima no impiden los acele-rones. Me acuerdo de Moyano al pasar por loque fue su casa; veo a Casimiro, los dos quin-tos de mi padre..., ¿cómo estará?Y las CuatroCalles, nombre que alude a las cuatro culturas:cristiana, musulmana, judía y oriental, eso di-cen algunos estudiosos. El Baile del Niño sehace largo, pero aún sigo entero. Persigo aLuis y Agusti hasta la casa de Domi. Pillo alprimero. Manolo “Patato” reparte “estera” conel vergajo para cuidar que nadie rompa el or-den de las filas. El brujo tiene ayudante de ce-remonias. Siempre ha sido así.

Pausa para el almuerzo. Fotos, fotos y fo-tos. Subo hacia la casa de los “quintos”. Haymomentos en que corro solo y ahí siento lafuerza de la careta, de las decenas de rostrosque han estado metidos en el hueco informeque llevo como una pluma. Memoria genéticapegada al material labrado con ríos de sudor.Otra vez el jolgorio. Me quito la máscara y es-toy como “El Lute” después de ser apresadopor la Guardia Civil, según palabras de Javier,mi primo, unos días después. En mi rostro re-luciente y aborrajado quedan los restos de lacrema de caballo. Alguien me quita el pañue-

lo de la cabeza, que está pingando y lo pone asecar junto a la lumbre. Huevos con chorizopara los danzantes. Para mí, agua y Coca Co-la. Los esfínteres no me dan guerra, todo aflo-ra a la piel.

La hora de misa. Otra vez el baile, carrerasy tropel, camino de la iglesia. Los quintos en-tran en la iglesia.Yo no, dicen que el Zanga-rrón nunca ha entrado, que es un personajediabólico. Subo con Loren y Angel al bar deEladio. Después, de nuevo en la Plaza Mayor,me dedicó a dar vueltas alrededor de la igle-sia: una, dos, más de veinte. Hago una cruz

La mascarada es un tarro repleto deabalorios y sensibilidades, con signos

prehistóricos y modernos

LA EMOCIÓN SIEMPRE A FLOR DE PIEL.-La fiesta del Zangarrón está ligada a la emoción.Más si se homenajea a alguien querido y se hablade los que ya no están. Es tiempo de nostalgia.

Viene de la página anterior

De chamanes, pestey memoria genética

Dentro de la careta te das cuentade que ninguna otra representación

hace más importante al actor

EL RELEVO ESTA ASEGURADO.-Los jóvenes siguen la fiesta con mucho interés. Elrelevo parece asegurado y la continuidad de lamascarada está garantizada.

El Zangarrón de Sanzoles, una manifestación que transciende a la pura mascarada

LAS CUATRO CALLES, UNA IMAGEN IRREPETIBLE.-Es el momento más emotivo de la Función, el másplástico. Zangarrón, quintos y vecinos, todosjuntos. Al fondo la iglesia del pueblo.

LOS NIÑOS, ALUCINADOS, PARA NO OLVIDAR.-Los niños son grandes protagonistas de lamascarada. Miran alucinados al personaje centralde la celebración. ¡Cómo para tener pesadillas!

El Zangarrón y los danzantes, en las Cuatro Calles, la carretera a

MAS DE 20 VUELTAS ALREDEDOR DE LA IGLESIA.-El Zangarrón y un grupo de acompañantes dan lavuelta alrededor de la iglesia. Más de 20 vueltas.Simboliza la búsqueda de la fe.

HOMENAJE AL TAMBORILERO.-El pueblo se vuelca con el homenaje a Manolo.Cientos de personas asistieron al mismo, queacabó con un acto en el Ayuntamiento.

MOZOS Y CENCERROS, IMPRESCINDIBLES.-En la fiesta son imprescindibles quienes tocan loscencerros. Son los animadores de la mascarada,quienes le ponen guindilla a las carreras.

LAS VENIAS, UN MOMENTO CLAVE.-Todos los espectadores están pendientes dequien, con el pendón, hace las venias al Santo.Hay que hacerlas por el gancho, aunque cueste.

IV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

con el palo sobre el suelo del antiguo juego depelota. Por fin, aparecen los quintos, la gentey la procesión con el santo, con San Esteban.La iglesia católica siempre ha sabido dar uncontenido religioso a las celebraciones profa-nas, también lo ha hecho con el Zangarrón.Ahí se enmarca la explicación segunda de es-ta mascarada, en el personaje que se vistió conandrajos para asustar y disuadir a los vecinosque querían apedrear la imagen del santo enuna procesión para pedir la muerte de la pes-te, no se sabe en qué época.

Baile del Niño, muy trenzado, ahí está la

influencia de la jota castellana. Niños, sobretodo, me provocan enseñándome fruta –can-tan una cancioncilla popular: «La pera, la pe-ra, de mi tía Manuela, la verás, la verás, perono la catarás...»– Me hago con más de 15piezas –antes, hace años era tradicional queel Zangarrón cogiera el postre para la comi-da–.Abro el círculo para que los muchos es-pectadores puedan ver la escenificación: so-nes de flauta y tamboril, toques de castañue-las, carreras... Y al final las venias al santocon el pendón. Minguín cumple, a la vez queyo hago explotar las vejigas de cerdo colga-

das del palo. Cada venia, pom, reviento unavejiga con el pie. Se acaba la ceremonia yvuelven las fotos, todo el mundo me reclamapara posar.

Convite en casa de Don Miguel antes demarchar, otra vez en formación y corriendohacia elAyuntamiento. En los pasos de la Ca-sa Consistorial, José Javier hace la presenta-ción de la Asociación Amigos del Zangarróny Valentina lee una dedicatoria a Manolo, miprimo, el tamborilero homenajeado. Trans-mite emoción que cala en los cientos de pre-sentes. Hay lágrimas. Más visibles en Pepi-ta, Pepi y Manoli. Los recuerdos, a veces, seabrazan a los sentimientos y estallan tiznan-do todo de nostalgia. A más recuerdos, másnostalgia. Por eso los mayores son llorones.

La invitación delAyuntamiento a los vecinosmarca el final de la celebración pública. Mequito la careta y parezco, dicen, un Ecce Homo.Ahora ya sí, hay satisfacción. Sé que he cum-plido. El esfuerzo no ha servido sólo para per-der peso: cerca de cinco kilos, según la báscu-la deAnuncia; y es que el calorcillo de las man-tas y el ardor de los sentimientos quemanmuchas calorías. He encontrado lo que busca-ba, la hipersensibilidad de la careta, el privile-gio de ver el mundo, el grande y el pequeño,desde una atalaya levantada para sentir. ¿Y porqué alguien ya con 51 años se pone la careta yse arropa hasta la extenuación, exponiéndose aroces y “manqueras”, a problemas de salud?pienso cuando, puntada a puntada, me van des-vistiendoValentina yAlba, en presencia de Pe-peAlonso yAntonioAlfonso, el bodeguero delvino con alma. No sé, quizás un reto. La fuerzade la sangre. Palabras grandilocuentes. Quizástodo es más sencillo: uno ama lo que le rodea.

a: sentir el palpitar de la fiesta desde la profundidad de la careta

Dos detalles yuna terceraexplicación: lamilitar

En muchos casos, las sensaciones vi-tales, esas que se enquistan en el múscu-lo y aún llegan a las vísceras, sufren re-verberaciones que se manifiestan a in-tervalos, a veces muy intensos, pasado elhecho que las ha desencadenado. Algoasí me ha sucedido a mí. Después de miexperiencia intensa como Zangarrón,pensé que era tiempo de dejarla posar,para que se clarificara, pero poco pudoreposar, porque a las pocas horas de qui-tarme la careta, dos detalles agrandaronla experiencia. Uno: ver a mi hijo po-niéndose la máscara y haciéndose unafoto con el móvil, y dos: sentir la sonrisade mi padre, herido de muerte en el hos-pital, sonreír cuando le dije que acababade quitarme el traje de Zangarrón.

Eso es lo que he extraído de la expe-riencia. Me he dado cuenta de que la ce-lebración une, que tiene un componentebalsámico que diluye las tensiones. Esmuy gratificante ver como son decenasde familias, casi centenares, las que quie-ren posar para el fotógrafo con todos susmiembros, con la figura del Zangarrón.Es ya una tradición que hace grupo.

Los propios “quintos”, todos mayoresde cuarenta años, que hicieron la Fun-ción en Reyes, pudieron comprobar elpoder saludable de esta mascarada. Her-manos que hacía tiempo que no afronta-ban una misma tarea en común, amigosseparados por los falsos compromisos dela vida diaria, familiares un poco distan-tes, todos notaron la fuerza de la fiesta,que se “inventó” para matar el año viejoy olvidar todo lo malo que hubiera ocu-rrido y para saludar al nuevo, siempremotivo de esperanza y de ilusión.

Hay, además, otro aspecto de estamascarada que demuestra su evolucióna lo largo del tiempo. Es el carácter mi-litar de una parte de su liturgia, que vamás allá del uso de leguis por parte delos danzantes. La celebración esta car-gada de tics marcados por la disciplinaque ahora, es verdad, se han aflojado unpoco. Antes el tamborilero exigía a losquintos que conocieran, uno por uno, atodos los vecinos del pueblo a través delrecitado de las Pascuas. Las barajas decencerros eran custodiadas como si fue-ran las armas con las que ir a la batalla aldía siguiente.

Y, además, está la comida del mutis,otro elemento que ahonda en la explica-ción marcial de la mascarada, la terceraexplicación tras la prehistórica y la reli-giosa. Los quintos se comprometen amantener silencio durante el banqueteque cierra la función. El encargado deque el compromiso se cumpla es el tam-borilero que vigila la comida, vergajo enmano. El que no cumpla la norma es cas-tigado económicamente y físicamente.

La fiesta del Zangarrón, declarada deinterés turístico regional, tiene muchasaristas en las que agarrarse y, a veces,despeñarse porque al no haber docu-mentación, cualquier explicación es vá-lida. Hay una obra de teatro que centrasu trama en esta manifestación y que fueescrita a principios de siglo. Antes, os-curidad.

Sanzoles, no obstante, no tiene duda.Esta es su fiesta, la que define el sentir desus hijos, el cordón umbilical que unepasado con futuro.

TOCAR LAS CASTAÑUELAS TAMBIEN CUESTA.-El esfuerzo de los “quintos” es muy grande. Lascastañuelas tiran. Y las manos siempre acabaninflamadas. Si no se tiene práctica, más.

HAY QUE ENSAYAR PARA NO PERDER EL TOQUE.-El Día de Reyes, los “quintos” dieron una clase detocar las castañuelas. Eso se consigue conenyaños y mucha práctica. O experiencia.

PROCESIÓN CON SAN ESTEBAN.-La función también está ligada a la Iglesia y a lafestividad de San Esteban, que se celebra el día26. Los mozos sacan la imagen en procesión.

Zamora. Al fondo, Las Llaves, una fiesta magnífica

MANOLO POSA CON SU FAMILIA.-El homenajeado posa con su familia, todavía conla emoción en los ojos. La celebración se haconsumado y ha sido un éxito.

CINCO KILOS EN SUDOR.-El autor del reportaje después de las carreras. Elcansancio es manifiesto. Cinco kilos se quedaronen las calles y en las mantas.

UN MOMENTO DE DESCANSO ANTES DE VOLVER.-Después de las Cuatro Calles hay que reponerfuerzas antes de volver a la Función. Es la hora delalmuerzo. Para algunos.

A las puertas delAyuntamiento

estalla la emoción.El homenaje a

Manolo rompe lacáscara de los

recuerdos

dominical / VDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

Afectó a bienes de las cofradíasde La Soledad, La Concepción y LaCruz, a la Parroquia “Nª. Sª de laAsunción” y al Convento de Fran-ciscanos Descalzos.

La huerta del Convento se adjudi-có a Don Baltasar Fernández en20.020 reales de vellón y la mayoríade las propiedades fueron compradaspor familias fermosellanas de apelli-dos: Guerra, Serrano, de la Torre,Nieto, Fernández, Díez y Margallo.

El proceso desamortizador de losbienes y propiedades de la Iglesia(clero secular y regular, monasterios,conventos, cofradías, obras pías...)así como de las Corporaciones civi-les continuó paso a paso su marchaen nuestra provincia.

En el Archivo Histórico Provin-cial de Zamora se encuentra la docu-mentación que generó la venta enpública subasta y, entre ella, la refe-rente a diversas cofradías, a la propiaiglesia parroquial y al convento deFranciscanos Descalzos de la villa deFermoselle.

Y comenzamos nuestro trabajorelacionando las propiedades rústi-cas para concluir con las urbanas, pa-ra ofrecer finalmente algunos datosque considerarnos significativos:

“Un quiñón que pertenecía a lacofradía de La Concepción, de 1 fa-nega y 3 celemines de cabida, renta-ba 3,20 reales, 120 de capitalizacióny fue rematada en 125 a Don ManuelGuerra, de Zamora.

Un quiñón que pertenecía a la co-fradía de La Cruz, de 2 fanegas y 2celemines de cabida, rentaba 80 rea-les, 6.300 de capitalización y fue re-matada en 6.355 a Don AlejandroSerrano y compañía, de Fermoselle.

Un quiñón que pertenecía a la co-fradía de La Cruz, de 3 fanegas decabida, 2.400 de capitalización y fuerematada en 2.505 a Don ManuelGuerra, de Zamora.

Un quiñón que pertenecía a la co-fradía de La Soledad de 6 fanegas de

cabida, rentaba 20 reales, 4.110,26de capitalización y fue rematada en4.215 a Don Francisco Díez de Mar-gallo, de Fermoselle.

Un quiñón que pertenecía a la co-fradía de La Soledad, de 7 fanegas decabida, rentaba, 3.466,23 de capita-lización y fue rematada en 3.705 aDon Manuel Guerra, de Zamora.

Un quiñón que pertenecía a la fá-brica de la Parroquia, de 3 fanegas decabida, rentaba, 4.200 de capitaliza-ción y fue rematada en 6.100 a DonAlejandro Serrano y compañía, deFermoselle.

Un quiñón que pertenecía a la fá-brica de la Parroquia, de 7 fanegas y6 celemines de cabida, rentaba 160reales, 6.359,27 de capitalización yfue rematada en 7.210 a DonAlejan-dro Serrano y compañía, de Fermo-selle.

Un quiñón que pertenecía a la fá-brica de la Parroquia, de 2 fanegas y9 celemines de cabida, rentaba 40reales, 3.150 de capitalización y fuerematada en 3.170 a Don AlejandroSerrano y compañía, de Fermoselle.

Otro quiñón, prado, álamos y ro-bles que pertenecía a la fábrica de laParroquia, de 5 fanegas y 220 pies decabida, rentaba 265 reales, 7.200 decapitalización y fue rematada en11.400 a Don Alejandro Serrano ycompañía, de Fermoselle.

Un quiñón que pertenecía a la fá-brica de la Parroquia, de 2 fanegas decabida, rentaba, 1.980,13 de capita-lización y fue rematada en 3.010 aDon Gabriel de la Torre y compañía,de Fermoselle.

Otro quiñón que pertenecía a lafábrica de la Parroquia, de 2 fanegasde cabida, rentaba 7 reales, 1.890,7

de capitalización y fue rematada en2.000 a Don Pedro Nieto, de Fermo-selle (padre del Escribano Don Ma-nuel Nieto Miranda).

Urbana:Una bodega y quiñón que perte-

necía a la fábrica de la Parroquia,rentaba 140 reales, 3.600 su capitali-zación y fue rematada en 5.115 aDonAlejandro Serrano y compañía,de Fermoselle.

Una bodega y octavo que pertene-cía a la fábrica de la Parroquia, ren-taba 118 reales, 3.300 su capitaliza-ción y fue rematada en 4.040 a DonAlejandro Serrano y compañía, deFermoselle. (1)

Esta desamortización que hoy tra-tamos afectó a tres cofradías, LaConcepción, La Cruz y La Soledad,a la fábrica de la Parroquia NuestraSeñora de la Asunción (fondo quesuele haber en las iglesias para repa-rarlas y costear los gastos del cultodivino), y también alcanzó a las pro-piedades del clero regular de los re-ligiosos Franciscanos del denomina-do convento de “San Juan”.

“Una huerta que pertenecía alConvento de los Franciscos Descal-zos de Fermoselle, de 8 fanegas decabida, rentaba 360 reales, 12.400 sucapitalización y fue rematada en20.020 a Don Baltasar Fernández, deFermoselle.

A este respecto incluimos el actalevantada el día 4 de septiembre de1.835 que dice así:

“Inventario que firmamos los in-frascriptos Comisionados por laAd-ministración y Contaduría de Rentasy Arbitrios de Amortización de estaProvincia de Zamora a presencia delPadre Guardián del Convento deFranciscos Descalzos de esta Villade Fermoselle de las fincas rústicasy urbanas correspondientes a él conarreglo a lo prevenido en la regla lªde la disposición 3ª que comprendela circular del Real Decreto de 25 dejulio de 1.835 y es como sigue:

Una huerta lindante con el Conven-to, con algunos árboles frutales y comodoscientas cepas de viña pero sin frutoy alguna hortaliza seca por falta deagua, la cual era para el usufruto de lacomunidad y por lo visto no está arren-dada. No tiene carga alguna.

Son los mismos predios rústicosque tiene el referido Convento segúnmanifestación del Padre Guardián,quien lo firma con nosotros y su sín-dico José Regidor, que también sehalla presente a este Inventario en di-cho Convento de Fermoselle a 4 deseptiembre de 1.835. Fray José deSanVicente, Fray José Regidor, Ma-nuel Saturnino Losada, escribano, yPedro Guerra, Administrador deRentas en Fermoselle. (2)

Si hacemos cómputo general delos datos que hemos aportado, obte-nemos lo siguiente:

Suman las rentas: 1.551 reales.Suman las capitalizaciones:

83.750 reales. Suman los remates:98.990 reales.

Superficie afectada: 46 fanegas,20 celemines y 220 pies.

Existía en Fermoselle, además deesta cofradía de “La Concepción”,una capellanía de su mismo nombreque creemos tenían relación o de-pendencia entre ellas. Sí nos constasaber que su fundación se debe alpresbítero fermosellano Don JoséBarbero Guerra que lo hace en testa-mento otorgado en la villa ante el es-cribano público, Don Pedro Sando-val y Montejo, y posteriormente fueerigida por el Sr. Provisor de esteObispado, Don Julián García deAbienzo, en 19 de enero de 1.7 41.

En 1.888 y en un nuevo procesode enajenación encontramos abun-dante documentación de la Hacien-da Pública y los herederos legales delfundador Don José Barbero. En estecaso se trata de Don SaturninoViñasCabezas, vecino de Andavías queinicia expediente para exceptuar dela venta de bienes dotales que cons-tituyen esta capellanía y lo hace a tra-vés del licenciado Don Andrés Ro-dríguez Calamita, de Zamora.

Encontramos un oficio que el De-legado de Hacienda envía al enton-ces Notario de Fermoselle, Don Ul-piano Castro, preguntando dónde seencuentran los protocolos testamen-tarios del año 1.741 en que testó DonJosé Barbero, y la contestación queda es ésta: “En Bermillo de Sayagoy el Notario es Don Francisco Con-de Armenteros”.

Por su curiosidad también infor-mamos que hemos encontrado certi-ficaciones de cotejo al respecto fir-madas por el entonces Sr.Alcalde deZamora, Don Víctor Gallego, quetiene dedicada una calle importanteen la ciudad.

La cofradía y capellanía de LaCruz tenía su sede en la ermita de sunombre, sita en La Portilla y caminode la ermita de la La Soledad (mástarde cementerio) y próxima a lacharca o laguna, ya desecada, deno-minada del Santo Cristo (hoy monu-mento a los muertos en la guerra ci-vil) y de la Iglesia de San Juan yConvento de Franciscanos.

Había sido fundada en Fermosel-le por Don JoséVicenteVelasco y suesposa Doña María Barrueco Ramosen el año de 1684. Con anterioridadsu hermano DonAntonio fundó otracapellanía en Fermoselle cuando erapárroco de Fuente el Saz y de su ane-joValdetorres, perteneciente al arzo-bispado de Toledo.

En 1871 y a instancia de Don Jo-sé Funcia Aribayos, presbítero, ca-pellán y cumplidor de cargas de am-bas capellanías presentó expedientede excepciones de venta de bienescon arreglo al Rey Decreto de 12 deagosto de 1871 que regulaba dichadesamortización pero no fue atendi-da.

Fuentes:(1) A.H.P:Z. Desamortización-

Hacienda. Signatura: C:013(2) A.H.P.Z. Desamortización-

Hacienda. Signatura: C-001.

Afectó a bienes de las cofradías de La Soledad, La Concepción y La Cruz,a la parroquia de la Asunción y al convento de Franciscanos Descalzos

Desamortización de propiedadeseclesiásticas en 1843 (y IV)

Fermoselle en la historia

✒ ManuelRivera Lozano

Lavamanos de la sacristíade la iglesia de San Juandel antiguo conventofranciscano(●) Foto M. R. L.

SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS

VI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

Finalizamos el capítulo ante-rior con las humoradas de DonJoaquín del Barco; y así vamos acomenzar éste, basándonos en suobra de cantares, imprimida enla zamorana Imprenta Calamita,en el año 1899:

“Que no me quiere por vago,anda tu madre diciendo; ya verácomo me aplico el día que noscasemos”.

“Si tu pecho es un volcán ytus ojos echan fuego; el que secase contigo ¡qué bien pasará elinvierno!”.

“No vivas en Balborraz si hede quererte alma mía; no temoyo la bajada, lo que siento es lasubida”.

“No esperes tener talento por-que sea hombre rico; pues aque-llo que no se hereda no es fáciladquirirlo”.

“Me dijiste ayer que sí; hoyme dices no te quiero. Tienesmás vueltas niña, que la Cuestadel Piñedo”.

“En el barrio de la Lana secrían las buenas mozas; es por-que todas son hijas de la Virgende la Concha”.

“El arroyo deValorio siempreen verano se seca; porque diceque ve cosas que le dan muchavergüenza”.

El otro zamorano fallecido endicho año 1911, fue Don Eduar-do Barrón; el día 23 de noviem-bre. Cuando caminaba por Ma-drid, en la llamada calle Sevillase sintió enfermo repentinamen-te, falleciendo poco después.Contaba 53 años.

A pesar del tiempo transcurri-do, nuestro monumento a Viria-to nos lo recuerda permanente-mente. Así como la artísticapuerta de la antigua Diputacióny el escudo que culmina la fa-chada de dicho edificio.

En varias ciudades españolas podemoscontemplar la huella artística de Eduardo Ba-rrón: En Cádiz su monumento a Castelar. EnSalamanca su monumento a Cristóbal Co-lón. En Medellín (Cáceres) su monumento aHernán Cortés. En la Escuela de Minas enMadrid, podemos contemplar otra bella obraescultórica.

Tres años antes de morir fue nombradoAcadémico de BellasArtes de la Real de SanFernando, de Madrid.

Contemporáneo de estos dos zamoranoscitados fue Don Tomás María Garnacho,quien deleitó con sus escritos a varias gene-raciones, a las cuales entre otras curiosida-des trató de enseñar a pronosticar el tiempo,observando el entorno que los rodeaba. Es-tas fueron algunas de sus curiosísimas indi-caciones:

Las nubes divididas como la lana de lasovejas y formando vellones, indican duran-te el verano viento; durante el invierno nie-ve.

Cuando la lluvia desprende vapor al caer,es señal de que lloverá en abundancia.

Cuando tiene cerco la luna, es señal queva a llover.

Si el arco iris es doble, continuará llo-viendo.

Si se desprende el hollín de la chimenea,

es que va a llover. Cuando la lechuza chillade noche, es señal de buen tiempo.

Cuando las abejas no se separan de la col-mena, va a llover.

Cuando las golondrinas vuelan bajo, indi-can mal tiempo.

Si las ranas cantan más que de costumbre,pronto lloverá.

Lo mismo sucede cuando la ovejas pastanmuy rápido.

Continuando con nuestro tema de curiosi-dades zamoranas, llegamos a la primavera de

1914, cuando un buen día a tra-vés de la prensa local se hizo pú-blica la queja siguiente: “Lleva-mos más de ocho días que la ciu-dad está alborotada,especialmente en algunas calles;por el delito de unirse en segun-das nupcias un popular carrete-ro; viéndose obligado a soportarcon la paciencia de Job una se-sión continua de conciertos cen-cerriles.Ya dice el futuro cónyu-ge: “No hay derecho a inquietara un pacífico ciudadano, que enuso de su voluntad y en alas deCupido se aproxima al altar”.

Pedimos a las autoridades to-men cartas en el asunto, paraevitar el espectáculo de esas ex-pansiones salvajes; pues no sepuede permitir que una capitalde provincia esté a tan bajo nivelcultural”.

Si en estos capítulos de curio-sidades he hablado de algunoszamoranos que destacaron porlas suyas artísticas; a continua-ción lo hago con otros dos: Pri-mero el pianista Don MiguelBerdión, al cual llegué a cono-cer, cuando era ya muy mayor,pero todavía nos deleitaba conalgunos cortos de piano, utili-zando el que tenía Don ManuelFranco en su carpintería de laAvenida del Mengue: Allá porlos años veinte el semanario lo-cal “La Ciudad” decía lo si-guiente: “Este zamorano ilustre,continúa su gira triunfal por Nor-teamérica, donde se han contadopor éxitos resonantes las actua-ciones que ha tenido. En el Fi-larmonicAuditorium de LosAn-geles, en San Diego... los aplau-sos conquistados por estezamorano han sido verdadera-mente estruendosos; siendo elpianista europeo que más entu-

siasmo ha despertado en aquellas tierras”.Todo este éxito le llegó comenzando su ju-ventud, llegando a dominar hasta tal punto elpiano, que fue calificado como niño prodi-gio. Con motivo de la inauguración del ór-gano de la Catedral, el 12 de enero de 1919,al día siguiente Miguel Berdión lo estrenóofreciendo un concierto, después que la jor-nada anterior lo hicieran los mayores; y digomayores deduciéndolo por la crónica del mo-mento, que dijo así: “Con asistencia de grannúmero de público, el jovencito zamoranoMiguelito Berdión ejecutó con facilidad ex-traordinaria varias piezas musicales”.

El otro zamorano del que voy a hablar fuetambién otro zamorano, destacado precoz endotes musicales; este con el violín: Eran mo-mentos de tirantez en España, pleno veranode 1936, la guerra civil recién comenzada;en el periódico local “Heraldo de Zamora”se escribía lo siguiente: “Nuestro queridopaisano y gran violinista Lorenzo Antón,quien entre sus triunfos cuenta el destacadopremio Sarasate, pasó a perfeccionar sus es-tudios al Conservatorio de Bruselas, consi-guiendo el primer premio en violín.A dichoexamen se presentaron más de cien alumnosde muchas nacionalidades. Lorenzo Antón,que tan alto ha sabido poner el nombre deZamora, actuó varias veces en la OrquestaFilarmónica de Bruselas.

Fallece EduardoBarrón

Aquellas curiosidades del pasadoCXXII

Estatua de Viriato ypalacio de laEncarnación, actualDiputación, en elaño 1906

(●) Foto L. O. Z.

A pesar del tiempo transcurrido, elmonumento a Viriato nos recuerda

permanentemente la obra del escultor

Tres años antes de fallecer fue nombradoAcadémico de Bellas Artes de la Real de San

Fernando, en Madrid

✒ José Manuel García Rubio

dominical / VIIDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

✒ Andrea Rodríguez

Cargadoras, portapasos, costaleras,braceras, horquilleras... Nombres queaunque no son sinónimos tienen muchoen común. Todos ellos sirven para deno-minar a las mujeres que llevan sobre sushombros, sobre sus espaldas, una escenabíblica o una imagen de un paso deSemana Santa en distintas ciudades deEspaña.

Darles la importancia que se merecen,ni más ni menos que la que se merecenellos, ha sido el objetivo del III CongresoNacional de Costaleras y Portapasos quese ha celebrado recientemente en Carta-gena.

En esta ciudad, donde hay portapasosfemeninos desde hace más de diez años, alas mujeres les costó Dios y ayuda que lespermitieran cargar con un trono. Dehecho, tuvieron que solicitar el permisode integrar uno nuevo en la procesiónpara poder salir. De este modo se creó elpaso de La Despedida, muy similar al dela Cofradía de la Tercera Caída de Zamo-ra. Son las dos únicas representaciones deesta escena que existen en España. «Esta-ban en las esquinas pendientes de cómodábamos la vuelta, pensando que íbamosa hacerlo mal, nos insultaban y estabandeseando que falláramos en algo», expli-ca una de las portapasos.

A dicho paso, allí trono, de la CofradíaCalifornia, se le uniría posteriormenteotro cargado por mujeres, aunque en otraprocesión y en otra Cofradía, La Marraja.Y este año, saldrá un tercero. El hecho deque las mujeres sacaran un trono a hom-bros levantó ampollas entre los sectoresmás conservadores de la Semana Santacartagenera. Ampollas que, con el pasode los años, han ido haciéndose pequeñasaunque no han llegado a desaparecer .«No se trata de hacer una exhibición defuerza, sino de sacar una imagen digna-mente a la calle», aseguraba la capataz deLa Despedida, Belén Ruíz Martínez en suúltima visita a Zamora.

Ella fue la encargada de explicar en lamesa redonda del congreso que hablabasobre la actitud de las cofradías ante laincorporación de la mujer como portado-ra de pasos procesionales. En ella partici-paron además representantes de cofradíasde Zamora, Barcelona, León y Lorca.

Cada uno explicó su caso. En Zamora,como todos saben, las mujeres sólo pue-den cargar con la imagen de Jesús, Luz yVida el sábado posterior al Viernes deDolores. En el resto de cofradías lamujer, de momento, no carga, aunquealguna hay ya apuntada a la lista de espe-ra de la imagen de Nuestra Madre de lasAngustias y otro grupo formará parte deuna carga mixta cargando a La Virgen delas Espadas. Es de esperar que en laCofradía del Santo Entierro, que acaba deadmitir a las mujeres en sus filas, algunacofrade muestre su deseo de cargar conun paso.

Xuasús González expuso muy clara-mente como está el panorama para lamujer cargadora en León. El ponente leo-nés mostró al auditorio del Centro Cultu-ral Ramón Alonso Luzzy algunas de lasexcusas que las cofradías leonesas habíandado para no admitir mujeres cargadoras.«Las mujeres son problemáticas, ¡quésalgan de Manolas!, ¡que se vayan acofradías femeninas! o ¡no me gusta quesalgan de braceras, y punto!». Argumen-tos que no sólo se dan en León. Sinembargo allí se ha conseguido que algúntrono sea portado o bien sólo por mujereso bien de forma mixta.

Manuel Zamora, representante delConsejo General de Hermandades de laArchidiócesis de Barcelona, explicó quela situación en Barcelona era distinta,aunque «hay que seguir luchando por nodiscriminar ni a mujeres, ni a hombres.

Hay que llegar a una igualdad de dere-chos y de condiciones. Creo que a la Vir-gen poco le importa quién está debajo»,aseguró.

La representante de Lorca, AngelesPlazas Aránega, indicó como la SemanaSanta de su pueblo es un ejemplo de inte-gración. Hombres y mujeres participanpor igual tanto en las representacionesbíblicas que allí se realizan como en lasprocesiones. No en vano la integraciónles ha supuesto el premio Pasos queanualmente entrega la Asociación deMujeres Cofrades de Cartagena.

Entre el público las preguntas a losponentes se referían a las cargas mixtas,que, según la mayoría de los asistentes, esel ideal que hay que conseguir para que nihombres ni mujeres se sientan discrimi-nados. «Claro que las mujeres y los hom-bres tenemos distinta constitución. Y yo yeste señor que está a mi lado, y hemoscargado juntos. Y según los críticos esode ir rozándose con mujeres... Pero qué

pasaría si a mí no me gustaran las muje-res...», explicó Xuasús González.

Además de la mesa redonda sobre laactitud de las cofradías ante las cargado-ras femeninas, el Congreso contó con tresponencias académicas.

La primera fue impartida por una vete-rana en estas lides, la malagueña PalomaSánchez Domínguez, que disertó sobre elvocabulario cofrade y los términos que serefieren a la mujer como portadora de tro-nos. Habló también de la necesidad deconservar los términos autóctonos, sinque por ello no se pudieran utilizar losforáneos. «Al fin y al cabo eso lo decideel público, aunque tienen mucha influen-cia también los medios de comunica-ción», aseguró.

Paloma Sánchez terminó su conferen-cia asegurando que el trono, o el paso hasido desde siempre «el terreno más veda-do a la mujer en las cofradías».

La segunda ponencia académica estuvoa cargo de Jorge Gómez Cervera, trauma-tólogo y procesionista, que es como sedenomina en Cartagena a los cofrades.Gómez habló sobre las lesiones quepuede ocasionar la carga de tronos ahombros o al costal. El traumatólogoexplicó las mejores posturas para cargar,«manteniendo la espalda todo lo rectaque se pueda» y dio consejos muy intere-santes para que las lesiones fueran míni-mas. «Los vendajes en las articulacionesy una buena faja para sujetar la zona lum-bar pueden ayudar», aseguró. Tambiénrecomendó utilizar los músculos de lazona abdominal en el esfuerzo.

Gómez aseguró, esta vez dirigiéndosea los capataces o jefes de paso, que erafundamental «realizar un buen tallaje» yensayar con el mismo peso que se va allevar en la procesión.

En esta conferencia uno de los temasconflictivos fue la edad de los cargadores.El médico recomendó que se cargara delos 21 a los 45, pero «hay personas demás de 50 años que se mantienen muy enforma». Lo que sí aconsejó es «no salirde portapasos en varias procesionesseguidas». También aconsejó los estira-mientos previos y un buen calzado.

Angel Julio Huertas Amorós ofreció laúltima ponencia sobre la configuraciónestética en los tronos y pasos de SemanaSanta según la forma en que son porta-dos. Angel Julio Huertas resaltó la impor-tancia del costalero a la hora de configu-rar un paso. El ponente realizó un reco-rrido por la geografía española de norte asur. Destacó que en el norte se da muchaimportancia al grupo escultórico y no alos cargadores que cargan debajo delmismo y a los que no se ve en ningúnmomento de la procesión, de ahí «quefuera necesario incluir respiraderos quemás tarde se convirtieron en una serie deornamentos que dan una propia identidadal trono».

Pero en la región de Murcia ocurretodo lo contrario ya que los portapasos o

los estantes «con su indumentaria parti-cular forman parte de la estética de suSemana Santa».

Finalmente, Angel Julio presentó unahipótesis muy novedosa que podría ser laexplicación de la configuración estéticaactual del típico trono de Cartagena. Ase-guró que a finales del siglo XIX y princi-pios del XX, «la burguesía encargada de

«Claro que las mujeres y loshombres tenemos distintaconstitución; igual que yo y

este señor y cargamos juntos»

«Hay que llegar a la igualdaden derechos y condiciones.A la Virgen poco le importa

quién va debajo»

Cofrades zamoranas asisten al III Congreso Nacional de Cargadoras enCartagena y reivindican el derecho a participar en igualdad en Semana Santa

Mujeres bajoel peso de la fe

«Las mujeres son conflictivas,¡que salgan de Manolas! o

¡no me gustan debajo de unpaso y punto!»

Actualidad de las Cofradías

Mujeres portando el trono de La Despedidaen la muestra procesional (arriba). Abajo ala izquierda, participantes en el Congreso enla recepción del Ayuntamiento, unmomento de las ponencias académicas(centro) y la imagen de La Despedida deCartagena.

(●) Fotos Pedro Martínez y Vicente Cepeda

VIII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

las cofradías en esa época en Car-tagena, buscando que el públicoasistente a los cortejos aumentarade forma notoria, encontrara nue-vos recorridos dónde instalar tribu-nas y dieran a los tronos un halo denovedad adornándolos con juegosde luces y flores que los hicieranmás espectaculares, tal y como lohacían las carrozas de las veladasmarítimas de los veranos de laépoca».

Las ponencias y la mesa dedebate se complementó con unaexposición de enseres cofrades delas Agrupaciones El Osculo (Cali-fornios) y Los Estudiantes (Marra-jos), las dos en las que se cargan

tronos femeninos. Aunque esteaño, la cofradía de La Resurrecciónestrenará uno, portado también pormujeres.

Al final del encuentro se decidióque el cuatro encuentro de Costale-ras se celebrara en Castelldefels.Las sedes anteriores han sidoAlcaudete, Badalona y Cartagena.

Los participantes en el Congresotuvieron ocasión de visitar el Ayun-tamiento de la ciudad, que ha sidorecientemente restaurado; el TeatroRomano, rehabilitado también porMoneo, así como la propia ciudadque siempre merece la pena.

Una de las asistentes al congresopuso de manifiesto un tema can-

dente en casi todas las ciudadesdonde se celebra Semana Santa ydonde existen pasos cargados ahombros: la escasez, cada vezmayor de portapasos. En algunossitios, esta circunstancia ha sidobeneficiosa para la incorporaciónde la mujer, pero en otros, ya con lamujer incorporada, pone en peligroque las propias imágenes salgan ala calle a hombros de sus cargado-ras o cargadores. Con esta inter-vención se destacaba uno de losproblemas más importantes queempieza a afectar a la SemanaSanta, la falta de fe. Un tema al quesería necesario dedicarle otro con-greso.

La Despedida alritmo del “MaterMea”, en Cartagena

Uno de los momentos más emotivos del III CongresoNacional de Costaleras y de Portapasos de Cartagena fuela muestra procesional que se desarrolló en la ciudad yque permitió a muchas de las asistentes al encuentro sa-ber qué es y qué se siente al tener un paso sobre los hom-bros durante unas horas.

No fue una procesión en sí, ya que no asistieron naza-renos, sólo algunos representantes de la agrupación y dela cofradía. El trono recorrió las calles más céntricas deCartagena, por donde pasan las procesiones en los días

más importantes: Jue-ves y Viernes Santo.Les acompañaba laAgrupación MusicalSauces que entonó va-rias marchas fúnebres.El trono fue el de LaDespedida de Jesús dela Santísima Virgen yresultaba, por lo menoscurioso, que algunas re-presentantes de la Aso-ciación Mujeres Cofra-des de Zamora cargarancon La Despedida al

son del “Mater Mea”, pero por las calles de Cartagena.Algo que, hoy por hoy, con el grupo del mismo nombre,es impensable en la capital zamorana. Fue una experien-cia inolvidable también para las representantes de otrasasociaciones ya que tuvieron la oportunidad de cargar conun trono de forma distinta a como se hace en sus lugaresde origen. Los tronos en Cartagena se cargan a un hom-bro y las imágenes de la Virgen, suelen entrar en la Igle-sia de cara al público, lo que supone que los portapasosse dan la vuelta en la vara sin dejar el trono en el suelo.

El premio Pasos,para una hermandadde Lorca

El Muy Ilustre Cabildo de Nuestra Señora la Virgen de laAmargura en la Real y Muy Ilustre Orden Archicofradía deNuestra Señora del Rosario. Paso Blanco, de la ciudad deLorca, fue este año el ganador de la IV Edición del PremioPasos. Un premio que el año pasado fue a parar a la Her-mandad de las Siete Palabras de Zamora, premiando así suesfuerzo por integrar a las mujeres en igualdad de condicio-nes que a los hombres.

La cofradía ganadorade este año ha acogidotambién la participaciónactiva de la mujer comocofrade, a la que tiene in-corporada en todas y ca-da una de sus estructuras.

Se ha premiado tam-bién en esta edición elhecho que la mujer parti-cipa también como por-tapaso, en plantillas decargadores mixtas desdeel año 1995 en los tronosde San Juan Evangelista,

Santísimo Cristo del Rescate y Santísima Virgen de la Amar-gura, y también como grupo exclusivamente femenino en eltrono de la Santa Mujer Verónica.

Uno de los representantes de la Cofradía aseguró en sudiscurso refiriéndose a la integración de la mujer en las co-fradías que en Lorca «hemos hecho de forma natural lo na-tural». La Semana Santa de Lorca es una de las más pecu-liares de España, sus representaciones bíblicas han conse-guido que su Pasión sea reconocida como de InterésTurístico Internacional.

La Agrupación delOsculo brindó laoportunidad a lascofrades de otrasciudades de saber loque se siente con elpeso de un tronosobre los hombros

La Semana Santa deLorca es una de lasmás peculiares deEspaña y estáconsiderada como deInterés TurísticoInternacional

dominical / IXDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

Leyendo su “Delfinario” del pasado domin-go, donde las ganas de orinar fueron las sim-páticas y angustiosas protagonistas, me atrevoa remitirle mi experiencia por si le fuera de al-guna utilidad. Créame que, a mi juicio, no tie-ne desperdicio alguno.

Me ocurrió un día ya un tanto lejano en quemi madre me encargó llevar al cine a mi her-manito pequeño Tolomeo, que hay que vertambién que coincidencia la de su nombre conmi historia.

Antes de entrar compré, como siempre ha-bía hecho, una Coca Cola y unas palomitas. Lotípico. Vamos, lo típico. A media película metomé el refresco con un resultado la mar de sor-prendente: al minuto me entraron unas ganashorribles de orinar.

Como la película estaba en la mitad hice es-fuerzos ímprobos por esperar al final y no mo-lestar a los señores que tenía en la fila de atrásni a los de mi misma fila. No fui capaz. Teníaque salir o corría el riesgo de hacérmelo enci-ma.

Le pedí a mi hermanito Tolomeíto que se es-tuviera quieto en su butaca, que yo salía un mi-nuto a hacer un pis y en un pis pas regresaba.Me apreté el bajo vientre con ambas manos ycuando llegué a los mingitorios tras sortear to-dos los señores de mi fila estaba que explota-ba.

Entré y me puse en uno. Estaba yo sólo.Aquellos urinarios no tenían esas piezas demármol que suelen separarlos.Yo siempre lasbuscaba como si fueran un símbolo de calidadporque a menudo, cuando no las tienen, el ve-cino de al lado acaba orinándote los pantalo-nes. No me preocupé porque iba a orinar solo,como a mi me gustaba.

No llevaba ni cinco segundos cuando entróun tipo gordo como un tonel. Había siete uri-narios libres a mi derecha, pero no, el tonel sefue a poner justo al lado del mío. Por un mo-mento pensé que se trataba de alguno de estoscerdos que se ponen a tu lado para mirártela.Algún sádico de esos que aprovechan la sole-dad de los cines para sus guarradas.

No me extrañaría nada. Además de gordoera alto y tenía dos auténticos culos de vaso porgafas. Sabe Dios si no utilizaría esa estratage-ma, esa especie de lupa ocular para llegar conla retina hasta las entrañas mismas del orinadorde al lado. Tendría el cerdo unos cincuentaaños.

Seguí intentando orinar pero sin perderlo devista. Lo miraba por el rabillo del ojo con unamano apostada en la pilusilla y la otra en unanavaja de Albacete que me había regalado miamigo Tadeo. Quería saber si el guarro bajabasu mirada para ponerla en mi aparato en cuyocaso era capaz de darme la vuelta y dejarle unrecuerdo en la pernera: un navajazo o mismouna meada.

El tipo aquel no me miraba, pero se ve quese había aguantado las ganas mucho más queyo, porque fue ponerse en el urinario, sacárse-la con evidente afán y soltar un cañonazo queme salpicó casi hasta la barbilla.

«Joder pero qué hace paisano», le dije mien-tras escupía y trataba de apartarme agarrándo-me la colita para no orinar fuera.

El señor parecía muy educado, quién lo di-ría. Me pidió disculpas y me explicó que lleva-ba mucho rato aguantando. Luego me dijo queno sabía qué le había pasado. Que siempre so-lía orinar con mucho tiento y disciplina. Parami la cosa estaba bien clara: su miembro eramucho más potente que su voluntad y él no po-día controlarlo…

Pero claro, para ese tipo de miembros exis-te lo que yo le llamo prudencia y paciencia.Va-mos, que podía habérsela agarrado para diri-girla al hueco con cierto tacto. Pero no, él la ha-bía sacado y la había dejado allí, a su librealbedrío y luego pasa lo que pasa.

Es lo mismo que si abres un grifo de muchapresión cuando está conectado a una mangue-ra. Lo más probable es que la manguera te em-pape, porque se retuerce de tal manera quesiempre dirige el chorro hacia el rival más dé-bil, es decir, tú.

Lo peor es que yo, al verme orinado y alquerer reprochar su actitud a mi compañerode váter me volví hacia él y yo también le ori-né la pernera. Lo mío tenía más lógica, era co-mo devolverle el gol que me había metido portoda la escuadra, pero el tipo también se en-

A MI PARIENTE HERMINIO, DE SAN MIGUEL, AL QUE ACABO DE DESCUBRIR CON ENORME

LA FRASE

Las máquinas hanvenido a calentar el

estómago delhombre, pero han

enfriado su corazónMIGUEL DELIBES

DELFINARIO

UN TIPO ME REMITE UNA CARTA LA MAR DEILUSTRATIVA ACERCA DE LO MAL QUE SEPASA CUANDO LA MAS ELEMENTAL DE LASACCIONES HUMANAS COMO ES EL ORINARSE CONVIERTE EN PERENTORIA Y URGENTE

Para mí la cosa estabaclara: su miembro era

mucho más potente quesu voluntad y él no podía

controlarlo…

Antes de abrir labragueta me fijo si micompañero de viajetiene párkinson o le

tiembla el pulso

DELFIN RODRIGUEZ

Apurosen el cine

X / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

fadó. Sobre todo porque parte del chorro le ha-bía caído sobre los zapatos nuevos que dijo queeran de una piel carísima, no sé si tafilete o al-go así.

Me dirigí al lavabo, cogí un trozo de papel delváter, lo empapé en el grifo y me froté los pan-talones. No quería volver al cine oliendo a ori-nes.Al momento estaba hecho un cristo. No sa-bía si había sido peor el remedio que la enfer-medad.

Al salir la gente que esperaba para entrar a lasiguiente película –aquello era sesión continua-me miraba como diciendo, mira a ese cerdo seha orinado sobre los pantalones…

Cuando fui a mi butaca cogí la bolsa de pa-lomitas que mi hermano me estaba guardando.A los dos minutos me dijo, hermano qué te hashecho que hueles a meao que apestas…

Lo que me faltaba. Le dije que se callara yque nos fuéramos de allí. Así no podía seguir.Ya me imaginaba a todo el cine con la nariz ta-pada para escapar a los olores que mis pantalo-nes desprendían.

Mi hermanito no quería salir. Decía que élquería ver acabar la película. No habían mata-do al malo y él sin ver en qué quedaba aquellono se movía. Le dije que bueno, que salía yo yque lo esperaba fuera junto a la barra del bar. Ladiscusión se acaloraba por momentos.A mi her-mano le daba miedo quedarse sólo. De prontodijo, ¡pues no haberte meado encima!

Todas las cabezas del cine se volvieron haciami que me dejé escurrir en la butaca hasta quetenía las orejas detrás del respaldo. Un calor as-

fixiante me subía por el pecho y la cara se mehabía puesto roja como un tomate.

Y todo eso me pasaba por no haber sido pru-dente. Por no haber observado a rajatabla lasnormas más elementales del bien orinar.A par-tir de entonces me dije, esto no vuelve a pasar-me a mí por nada del mundo.Y puse en prácti-ca las normas con un resultado la mar de alen-tador.

Siempre que entré a mear, a partir de enton-ces, busqué urinarios con mármol de separa-ción para que no me salpicaran. Me la agarrobien fuerte para que no se me vaya para los la-dos con la presión. Antes de abrir la braguetame fijo si mi compañero de viaje tiene párkin-son o le tiembla el pulso, en cuyo caso abando-no la idea de orinar a su lado y me busco unacabina.

Tampoco he vuelto a orinar al lado de uno demás de cincuenta años. Son los que más mojanporque son los que menos controlan la situa-ción. Tampoco me pongo al lado de un niño, losniños también mojan porque son muy distraídosy a menudo se mueven u orinan como si tuvie-ran un aspersor sin centrar el chorro.

Y, muy importante, cuando tengo algún cu-rioso al lado me pongo la palma de la mano so-bre la colita como si fuera una marquesina. Evi-to que tengan sucias tentaciones y pensamien-tos impuros. Y me va de maravilla. Orinarseguro es un gran placer sólo al alcance de quienutiliza la ciencia en el empeño.

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E ALEGRÍA

¡Qué cosas!

Cuandola orinaera oro

La orina más cara que el propio oro, quién lo diría. Laorina ejemplo de pulcritud, quién lo pensara. Tanto, queno hubiera sido en la antigüedad muy extraño piropear auna bella mujer diciéndole, señorita tiene usted los ojosmás limpios que la ropa lavada con orina.

Y es que en muchos sitios en la antigüedad la orinaera el “Perlan” de entonces. El “Omo”. El “Tu-tu”. El“Elena”.

La cosa se descubrió por casualidad. Con la erupcióndel volcán Etna, se encontraron en Pompeya una lavan-

dería romana. En ella la orinaera el elemento esencial. Susácidos eran empleados parablanquear la ropa. Claro quetal lujo sólo estaba al alcancede los más pudientes porqueno era fácil hacer acopio del lí-quido.

Vamos, que qué lavanderíatendría tantos empleados comopara embotellar o enlatar laorina necesaria para blanqueara media Pompeya.

La solución al difícil pro-blema la buscaron los lavan-deros en grandes ollas de por-celana que colocaban en laspuertas del comercio dondelas personas podían ejecutarsus ganas sin miedo a ser mul-tados. Vamos, como si fueranel origen de los modernos uri-narios.

Una vez recogido el mágicolíquido, los esclavos volcabanla orina en grandes pilas don-de pisaban la ropa como si fue-ra uva hasta que el ácido úricohacía su efecto limpiador y de-sinfectante. Luego las prendaseran cuidadosamente enjuaga-das en agua para evitar malosolores.

La utilidad de la orina, con-vertida en auténtico lujo, llevóal emperador Vespasiano agrabarla con un impuesto. Yno era pequeño. Casi teníasque ser rico para lucir una ca-misa lavada con orina.

Claro, que aquella demos-trada eficacia no debe de llevar

a nadie en la actualidad a orinar en el tambor de la lava-dora para realzar su colada. Los detergentes actuales tie-nen grandes propiedades blanqueadoras.

No, por muy achuchada que esté la cosa no deben deahorrar utilizando el detergente casero que proviene dela uretra. Puede que sea tan eficaz como los detergentesde última generación, pero resulta un poco más asquero-sillo. Vamos, que no la veo yo a usted, doña Josefa, ori-nando en un cazo para luego verterlo en el tambor.

Y es que la gran utilidad de la orina ha sido conocidaya desde los tiempos más remotos. Algunos pueblos lautilizaron como remedio para aliviar el ardor de estóma-go. Los esquimales la utilizan para limpiar heridas y la-varse las manos… Una auténtica bicoca.

Una vez recogido elmágico líquido, los

esclavos volcaban laorina en grandes pilasdonde pisaban la ropa

como si fuera uvahasta que el ácido

úrico hacía su efectolimpiador y

desinfectante. Luegolas prendas erancuidadosamente

enjuagadas en aguapara evitar malos

olores

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XII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

dominical / XIIIDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009

✒ RamónSánchez-Ocaña

«Una de cada cuatro personas mayores de65 años, altamente dependientes y que son cui-dadas en su domicilio podrían sufrir algún tipode maltrato. A mayor edad y mayor grado dedependencia, mayor riesgo». Así se expresa eldoctor Francisco Sánchez del Corral, del ser-vicio de geriatría del Hospital Central de laCruz Roja de Madrid y secretario de la Socie-dad Española de Geriatría y Gerontología.

¿Y a qué se llama maltrato? La definiciónoficial adoptada en la declaración de Toronto,en noviembre de 2002, dice que el maltrato amayores es un acto único o repetido o la faltade acción apropiada que ocurre dentro de cual-quier relación en la que existe una expectativade confianza, que causa daño o angustia a unapersona mayor. Puede ser de varias formas: fí-sico, psicológico-emocional, sexual, financie-ro o simplemente reflejar una negligencia in-tencional o por omisión.

El doctor Sánchez del Corral ha dirigido unamplio estudio sobre el maltrato en personasmayores y altamente dependientes que son cui-dados en el domicilio familiar. Los resultadosindican que el principal tipo de maltrato que re-ciben es la negligencia (16,4 por ciento), se-guida del abandono (7,7 por ciento), el abusopsicológico (3,1 por ciento), la explotación fi-nanciera (1,5%), el abuso físico (1%) y el abu-so sexual (0,2 por ciento).

Y es curioso señalar que, entre los pacientesaltamente dependientes, los que padecen uncáncer avanzado son un grupo de menor ries-go en relación a los pacientes geriátricos.

También señala este especialista que antes

de valorar el maltrato se deben conocer las de-finiciones.Y, así, explica que la negligencia esel rechazo, negativa o fallo para completarcualquier parte de las obligaciones o deberes aun anciano, de forma voluntaria o involuntaria.Y el abuso sería la deserción o abandono porun individuo que ha asumido el papel de cui-dador o por la persona que tiene la custodia fí-sica.

«Esto incluye», dice el doctor Sánchez delCorral, «no aportar medidas económicas o cui-dados básicos como comida, hidratación, hi-giene personal, vestido, cobijo, medicinas, con-fort, seguridad personal o cualquier otro tipo deatención incluida en una responsabilidad quepuede ser explícita o acordada. En este contex-to un tipo de negligencia que sigue ocurriendose produce, por ejemplo, cuando el médico defamilia no acude, de forma reiterada, al domi-cilio del paciente ante las sucesivas peticionesde la familia, por los problemas de salud queéste presenta. La falta de higiene o no cambiarla postura del anciano en la cama para evitar laaparición de úlceras por presión sería otra for-ma de negligencia por profesionales que ocu-

rre en los servicios de urgencia o cuando nadiededica tiempo para dar de comer a un pacienteque, por su enfermedad, no puede hacerlo porsí mismo. Lo cierto es que en el caso de negli-gencia o abandono la responsabilidad de losprofesionales sanitarios y de servicios socialespuede llegar a ser de un 60 por ciento de los ca-sos, mientras que el resto (el otro 40%) afecta-ría al entorno del anciano, principalmente la fa-milia».

Los médicos de familia han dado ya la vozde alarma en un reciente congreso nacional.Al-rededor de un 5 por ciento de los ancianos es-pañoles sufre algún tipo de maltrato que en lamayoría de los casos no se denuncia por de-pender emocional o económicamente del agre-sor. Y lo que es más grave: se teme que estemaltrato vaya en aumento por el progresivo en-vejecimiento de la población, que llevará a máspatología, a más dependencia, a más necesidadde cuidados... Según el doctor don José ManuelEspinosa, presidente de la Sociedad Andaluzade Medicina de Familia y Comunitaria, hay unproblema añadido, «y es que los mayores difí-cilmente van a denunciar estos abusos. Por eso,somos nosotros, los que entramos en las casas,los que vemos el proceso, quienes tenemos quesaber ver el problema. Si no lo tenemos enmente, difícilmente vamos a poder detectarlo.Por eso hay que insistir en esa frase que diceque “sólo se ve lo que se mira y sólo se mira loque se tiene en la mente”».

Maltrato por negligencia. Es el más fre-cuente. Es maltrato provocado por fallos o poromisión de cuidados. Es una desatención. Elmédico puede ver cómo va cambiando la si-tuación, si se produce ese maltrato. El aseo, lahigiene, cómo esta arreglado puede ser una pis-ta clara.Y se puede saber si la medicación nose le administra o si se hace de manera inco-

rrecta al ver que un proceso dura mucho másde lo previsto. Según los especialistas, es unproblema que se está empezando a destapar yque se irá incrementando.

El perfil. Lo más frecuente es que se tratede una señora mayor. No por el hecho de quesea del sexo femenino, sino por pura razón de-mográfica. Hay más ancianas que ancianos.Yse puede unir a eso también el maltrato de gé-nero. Pero la estadística informa de que se tra-ta de una mujer, que suele presentar varias pa-tologías a la vez, que tiene por tanto una grandependencia o un deterioro cognitivo. Nor-malmente, además, está ligada por una relaciónfamiliar al cuidador principal.

En cuanto al perfil del maltratador, se sabeque es persona en íntima relación con el mal-tratado. Son gente que lleva mucho tiempo ha-ciéndose cargo de la persona mayor y que enun momento determinado puede claudicar.Suele tener además alta dependencia económi-ca de la persona que cuida.Y si llevan muchotiempo en esa situación suele ser víctima de al-guna adicción: alcohol, drogas, ansiolíticos...

El cambio social que se ha experimentadoen los últimos años puede dar la clave del por-qué. Cada vez hay más ancianos y de más edadque necesitan más cuidados.Y eso no se ha re-suelto. Esa responsabilidad se descarga sobrela familia en unas circunstancias que no son lasmás adecuadas. Tenemos casas más pequeñas,no hay sitio; quien cuida tiene que acabar pres-cindiendo de todo, de su vida laboral, de su vi-da familiar, de todo su entorno para dedicarseúnica y exclusivamente a cuidar.Y así, cuandoa uno le toca esa responsabilidad se puede lle-gar a la negligencia; es decir, a dejar de aten-der, a no ser escrupuloso en el aseo, en la ali-mentación, en los cambios de postura para queno se produzcan llagas...

● Negligencia y abandono son las vejaciones más frecuentes● También pueden sufrir abuso físico o psicológico y explotación financiera

Ancianos expuestos al maltratoMás vale prevenir

dominical / XVDomingo, 8 de febrero de 2009 / LA OPINION-EL CORREO

✒ Félix Rodríguez Lozano

Con más glamour que nunca tuvo lugarla entrega de los premios nacionales delflamenco el pasado martes en Jerez de laFrontera. Recordar que en esta ocasión hansido sesenta y tres los críticos de toda Es-paña que han emitido sus votos. Es obvioque este evento, con su decena de edicionesefectuadas, es una cita anual obligada parael mundo del flamenco. Un año más OndaJerez lo retransmitió en directo con un des-pliegue técnico que impresionaba a propiosy extraños. Además permitió la conexiónpor satélite a más de una veintena de tele-visiones locales y autonómicas. Se va ha-ciendo necesario que la TV que pagamoslos españoles, pero que no está al serviciode todos, deje de mirar para otro lado cuan-do de flamenco se trata.

Alfonso Eduardo Pérez Orozco, creador,impulsor y dinamizador de los Premios,junto con Anabel Padilla fueron los con-ductores del evento.

La cita contó con diversos atractivos em-pezando por el escenario. Nada menos queen la sala multimedia de Los Museos de laAtalaya, antigua Bodega de Rumasa, consus pantallas gigantes envolventes fuequien congregó al medio millar de asisten-tes. La representación más nutrida, sin du-da fue la extremeña con políticos y fla-mencos. En el primer grupo estaba JuanRamón Ferreira, Presidente de laAsambleade Extremadura, la coordinadora de los ac-tos del 25 aniversario de la autonomía,Emilia Guijarro y el senador FranciscoFuentes. No era para menos, la obra pre-miada “Tangos y jaleos extremeños” pue-de considerarse una obra definitiva sobreesos estilos y por su presentación y conte-nido estará para siempre en lo selecto delflamenco. Por parte de los aficionados y ar-tistas, el zamorano Federico Vázquez, erasu representante más señalado. Hasta un to-tal de quince fueron los desplazados a Je-rez. También el autor principal del libro,Perico de la Paula, Pedro Peralta y compa-ñía fueron a impartir lección magistral alepicentro mismo del compás flamenco. Lostangos ejecutados por Peralta con el ritmomarcado por el golpeteo de cuatro basto-nes sobre el escenario le puso al respetablelos pelos de punta y se lo premiaron conuna generosa ovación. Pero antes, Federi-co Vázquez en su elocución de agradeci-miento por el premio obtenido, sacó a relu-cir a Zamora. En concreto se refirió a la re-cogida del premio, también en Jerez,otorgado a la Peña Flamenca “Amigos delCante” por la Cátedra de Flamencología,estando María Fernanda, su mujer de partode su primer hijo. Eso fue hace treinta años.Cosas de la vida. Pero no fue la única refe-rencia a nuestra provincia. Romualdo Mo-lina, esa mente prodigiosa para hilvanar yanalizar hipótesis, no sólo sobre flamencoen lo que como se sabe es una consumadaautoridad, también sobre prácticamentecualquier otro tema, además de ser un ex-celente conversador, volvió a referirse a laafición zamorana. Romualdo además es unexcelso trasmisor de conceptos, llegandoclaramente a la mente y a la emoción, a lacabeza y al corazón, lo que le hizo cose-char la ovación más monumental que ha-

yamos visto en un acto pú-blico, varios minutos con elpúblico en pie, y el buenazode Romualdo sin inmutarse.

Hay que destacar, ade-más de la actuación de losextremeños, la perla cultiva-da que nos tenía reservadaAlfonso Eduardo: El Quijote.Pero en versión americana deCalifornia y cantando flamencopara morirse.

El Quijote arribó hace algunos mesesa la bahía de Cádiz con un barco fabrica-do por el mismo y navegando desdeEE.UU. hasta España. La primera vezque vino lo hizo hace medio siglo paraempaparse de flamenco, como tantosotros miles de extranjeros a la finca delsiempre recordado Donn E. Porhen, alque La Opinión le dedicó una página conmotivo de su fallecimiento. El Quijote esun artista que canta y se acompaña elmismo con la guitarra, y que afortunada-

mente para este universal arte se ha “fo-silizado”. Es decir, que cuando actúa si secierran los ojos de repente estás oyendotocar a Diego del Gastor y oyendo cantara Joselero y a Manolito María. Impresio-nante. Además de los premiados, entremuchas otras caras conocidas, imposiblesde citar aquí, se dejaron ver, MarianaCornejo, Fernando de la Morena, Morai-to, Dornates, Fernando Moreno, Paco Ce-pero, Diego Fernández y Joaquín Lópezdel Instituto de Cultura Gitana.

Con glamour ymucho olé

Premios 2008De la Crítica Nacional de Fla-menco

MEJOR LABOR DE DIFU-SION DEL FLAMENCO EN

MEDIO: ROMUALDO MOLINA:50 AÑOS DE PROFESIÓN

MEJOR PROMOCION DEL FLAMENCO:BBK: EVENTOS FLAMENCOS

MEJOR LIBRO : TANGOS EXTREMEÑOS YJALEOS EXTREMEÑOS (Juan Pedro LopezGodoy)

Edición: ASAMBLEA DE EXTREMADURA yPeña “Amigos del Flamenco DE EXTREMA-DURA”

MEJOR DVD: FARRUQUITO: FARRUQUITOY FAMILIA

MEJOR DISCO DE CANTE REVELACIÓN:JEREZ SIN FRONTERAS de JESÚS MÉN-DEZ

DISCO DE GUITARRA DE ACOMPAÑA-MIENTO: RAICES Y ALAS (DE CARMEN LI-NARES) JUAN CARLOS ROMERO

MEJOR DISCO INSTRUMENTAL: RIO DELOS CANASTEROS de DIEGO AMADOR

MEJOR PRODUCTOR: ENRIQUE MORENTEpor PABLO DE MÁLAGA

MEJOR BAILAOR: JAVIER BARON

MEJOR BAILAORA: ROCIO MOLINA

MEJOR DISCO DE GUITARRA SOLISTA:DIAPASION, de CHICUELO

MEJOR DISCO DE CANTE: OCHO GUITA-RRAS… Y UN PIANO de EL PELEEl presidente de la Asamblea de Extremadura, Juan Ramón Ferreira, se dirige al público,

acompañado de la delegación extremeña

Alfonso Eduardo, a la izquierda, con el premiado Ro-mualdo Molina, gran difusor del flamenco

Foto de todos los premiados. Entre ellos, abajo a la izquier-da, el zamorano Federico Vázquez

● No faltaron alusiones a Zamora en la entrega de losPremios Nacionales del Flamenco, que se celebró estasemana en Jerez de la Frontera

FOTOS F. RODRIGUEZ

Sobre estas líneas, la actua-ción de “El Quijote”, un virtuo-so de la guitarra. A la derecha,Farruquito con Pedro Peralta

XVI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 8 de febrero de 2009