Desafíos de la educación en el Siglo XXI
POLITICAS
A propósito de la aprobación del currículo nacional
Por: Hugo Diaz
19 junio, 2016
Aprueban el Currículo Nacional
Luego de casi cinco años de trabajo el Ministerio de Educación publicó la Resolución
Ministerial Nº 281-2016-MINEDU, que aprueba el Currículo Nacional y dispone
implementarlo a partir del primero de enero del 2017 en todas las instituciones y programas
educativos de educación básica públicos y privados. Consecuentemente, a partir de ese
momento se dejará sin efecto el Diseño Curricular Nacional aprobado el año 2009 y la
Resolución Ministerial Nº 199-2015-MINEDU, que modificó los contenidos de varias de
las áreas de formación.
No debe haber sido una decisión fácil la adoptada por las autoridades del Ministerio de
Educación, porque es el resultado de un proceso complejo de elaboración, que quizá duró
más de lo debido y que por sus características es muy difícil que alcance consenso.
Lo importante, luego de la emisión de la norma, es que las autoridades del Ministerio de
Educación tomen conciencia de que este proceso no concluye con la aprobación. Todavía
hay un largo trabajo por realizar que continuará más allá de lo que es el actual período de
gobierno. Al 5 de junio solo se ha colgado en la web del Ministerio de Educación
únicamente el marco general del currículo faltando la programación de cada nivel y
modalidad de la educación básica. Al respecto, hay una consulta que el Ministerio de
Educación ha iniciado las programaciones curriculares de los niveles de inicial, primaria y
secundaria de la educación básica regular que seguramente dará lugar a mejorar los
documentos aún no publicados. Pero, si fuera necesario tendrían que organizarse otras
reuniones o consultas que ayuden a comenzar una validación de los programas curriculares
durante este año a fin de que el profesorado esté en las mejores condiciones de aplicarlo.
No hay que olvidar que siendo importante el documento ya colgado en la web, para el
docente los documentos aún no publicados son más importantes por ser sus herramientas
directas de trabajo.
Se recuerda igualmente que si se quiere que el currículo de toda la educación básica sea
aplicado a partir del 2017, es urgente que se hagan conocer las propuestas para la educación
básica alternativa y la educación básica especial, que también requerirán períodos de
consulta, perfeccionamiento y validación.
En síntesis, lo que se requiere es tener mucha claridad en lo que falta para llegar a la meta
del 2017 y qué hay que hacer después de ello. Para lo primero es indispensable dar a
conocer cuál es la estrategia y programación, en detalle, de todas las actividades que se
requieren ejecutar en lo que resta del presente año para lograr que el inicio de la
implementación del Currículo Nacional en el 2017 se realice con difusión, capacitación,
materiales, acompañamiento, seguimiento y monitoreo de implementación asegurados y en
las mejores condiciones. Similar esfuerzo de programación deberá realizarse después de
iniciada la implementación.
Dado que las actividades de formulación e implementación exigirán un tiempo mayor que
el disponible para el actual gobierno, sería recomendable tener en cuenta la propuesta que
antes de aprobarse el Currículo Nacional diera el Consejo Nacional de Educación. Ha
planteado que al estar en un período de transición gubernamental, deberá conformarse una
mesa de trabajo permanente entre los actuales responsables del currículo y los que se
encargarían del mismo a partir del 28 de julio a fin de asegurar la continuidad de esfuerzos.
Esta coordinación resulta clave, de un lado, para dar continuidad a lo que empezó este
gobierno, y de otro lado, para fijar las líneas principales de lo que sería el plan de
implementación curricular. Es claro que desde que comience la nueva administración hasta
que se inicie el siguiente año escolar es poco el tiempo disponible que para la gran cantidad
de tareas que necesitan ejecutarse. Además, las mismas demandarán recursos,
concertaciones con instituciones de capacitación y de producción de textos y materiales,
adecuar sistemas como el SIAGIE, entre muchos otros.
Una última reflexión que se quiere expresar en relación al nuevo Currículo Nacional es que
el proceso seguido deja muchas lecciones, algunas que deben continuarse adoptando pero
otras que hay que corregir respecto a cómo proceder en procesos de actualización futura del
Currículo. La experiencia adquirida debería, por ejemplo, llevarnos a preguntar si el plazo
de cinco años que se establece en la Ley para renovarlo es el adecuado, si se requiere un
plazo mayor o si el criterio debe ser concebir un proceso permanente en el que se evite
cambios muy significativos cada cinco años. Sería deseable que el equipo que acompaña al
ministro Saavedra pueda sistematizar su experiencia destacando las fortalezas y
limitaciones de este largo proceso y que formule un conjunto de sugerencias sobre cuáles
podrían ser las alternativas que otras administraciones pueden optar. Una reforma como la
que se acaba de aprobar no debería ser –ni es deseable- que se produzca cada cinco años
sino luego de un período mucho mayor. En el intermedio podría optarse por alternativas
como ir actualizando el currículo de un grado o ciclo de enseñanza, o de no todas las áreas
de formación. Para INIDEN, más que pensar en modificar la norma que establece el plazo
de renovación del currículo lo aconsejable es definir qué se puede hacer en ese tiempo. A
título ilustrativo, la nueva administración de gobierno podría plantearse no reformar todo el
currículo de la educación básica sino hacerlo por grados, por ciclos o nivel educativo. Otra
alternativa es empezar por ciertas áreas de formación e ir avanzando en el tiempo con el
resto. Serían estrategias que además facilitarían la organización de planes de capacitación y
acompañamiento más concretos y eficaces, desterrando el fantasma de la incertidumbre en
materia curricular.
Apuesta por la Jornada Escolar Completa
Desde hace varias décadas se afirma en América Latina y en varios países del mundo que la
educación secundaria es la “cenicienta de las reformas”. Se reforman otros niveles de
enseñanza pero no la secundaria. Aunque la afirmación no es totalmente cierta pues todavía
queda mucho por hacer en la educación primaria y en la educación superior, lo cierto es que
el Perú no ha sido una excepción en esta crítica pero agravada por dos situaciones: (a) la
jornada diaria de asistencia en los colegios es de cinco horas; es decir, 25 horas a la
semana; y (b) el Perú, al igual que Colombia son los dos únicos países latinoamericanos
que tienen una secundaria de cinco y no de seis años, como es en el resto de la Región. Se
podría argumentar que una característica del desarrollo de la educación en las últimas
décadas fue favorecer las oportunidades para niños de tres a cinco años, pero hay que
reconocer que esa también ha sido una política seguida por los otros países.
Durante la actual gestión de gobierno las políticas educativas han dirigido sus esfuerzos en
la educación secundaria hacia principalmente dos medidas. La primera es expandir la
cobertura de los Colegios de Alto Rendimiento (COAR) que durante el gobierno de
presidente Alan García había comenzado con la organización del primero en Lima
atendiendo estudiantes de tercero, cuarto y quinto. Actualmente, los COAR funcionan en
22 regiones del país. La segunda medida ha sido la puesta en marcha de los colegios de
Jornada Escolar Completa (JEC) en donde el objetivo fundamental es superar el déficit de
horas de formación que tienen los estudiantes de ese nivel de enseñanza, ampliando su
jornada de permanencia en el colegio hasta 35 horas cronológicas durante la semana.
En el año 2015 se empezó con mil colegios de JEC y para el 2016 el programa se expandió
a 1,602, en todo el territorio nacional. De acuerdo a lo planteado por el Ministerio de
Educación, la ampliación del horario en los colegios de JEC no implica un currículo
diferente al resto de escuelas secundarias sino que ayuda a profundizar algunos aspectos
clave de la formación de los estudiantes. Además, facilita la aplicación de variadas
estrategias didácticas, el uso de nuevos recursos y herramientas pedagógicas, así como una
gestión más centrada en los aprendizajes con mejores condiciones de oferta del servicio
educativo; por ejemplo, se produce una mejor organización de los servicios de tutoría, se
organiza un programa de refuerzo pedagógico, se aprovechan mejor los recursos digitales,
se programan más horas de inglés, arte, educación física y educación para el trabajo.
Si bien dos años es poco para hacer una evaluación pormenorizada del programa, es posible
identificar algunos componentes de su funcionamiento que pueden considerarse fortalezas y
otros como debilidades. Lo que continúa es una identificación de esos componentes a partir
de testimonios recogidos de profesores que trabajan en los colegios de JEC y de una
encuesta a estudiantes y padres de familia que el Ministerio de Educación encargó para
conocer la percepción que tienen sobre el programa.
En primer lugar, existe consenso unánime en apoyar la JEC y muchos opinan que debe ser
el camino que hay que adoptar gradualmente en el cien por ciento de las escuelas
secundarias para mejorar la formación integral, científica y humanística de los estudiantes.
Solo cinco horas de trabajo en el resto de las secundarias han terminado por sacrificar la
formación actitudinal, en valores y ciudadanía, al igual que parte importante de lo que debe
ofrecerse en comunicación, matemáticas y ciencias naturales. Los estudiantes de quinto de
secundaria egresan con muchas debilidades de formación que afectará definitivamente su
formación futura. El paso, en el largo plazo, con más recursos disponibles, tendría que ser
extender necesariamente la duración de la secundaria un año más.
Una segunda característica valorada en la JEC es que en los colegios donde se implementa,
se avanza en el diseño de una estructura de organización que ha venido estando ausente en
el resto de colegios de la secundaria. Al equipo directivo se suman los coordinadores
pedagógicos, el coordinador de tutoría, el coordinador de innovación y soporte tecnológico
y el coordinador administrativo y de recursos educativos. En la percepción de estudiantes y
padres de familia no solo hay más personal profesional que en el resto de colegios, sino que
consideran que tanto el personal docente como el administrativo cumplen su tarea con
eficiencia, que el clima institucional reinante respalda un buen trato para el estudiante.
No cabe duda que el objetivo de contar con una estructura de organización fortalecida tiene
un costo importante. Sin embargo, el mismo puede financiarse en gran medida con un
mejor empleo del personal docente que trabaja en las aulas. La relación estudiantes por
profesor es muy baja y puede elevarse sin afectar la calidad del servicio.
La programación curricular que se ha adoptado para los colegios JEC es otro de los
aspectos que docentes y estudiantes aprecian. La gran mayoría de estos últimos considera
bueno o muy bueno el apoyo que reciben de reforzamiento en las áreas de comunicación,
educación para el trabajo y el tiempo y uso que se facilita para aprovechar las
computadoras en clase. Asimismo, lo que se hace como refuerzo en matemáticas, la
integración de la tecnología al proceso de enseñanza, el uso de las aulas funcionales y de
los espacios de participación que se les brindan.
Cierto es que hay mucho por mejorar. Los estudiantes y profesores observaban las
deficiencias de la conectividad en varios lugares del país, lo que se convierte a veces en un
factor de desánimo para quienes deben aprovechar las herramientas de internet. Otros, que
se han estado implementando en algunos colegios JEC sin infraestructura suficientemente
preparada. Un tercer grupo en los que no obstante lo riguroso de los procesos de selección,
muestran que no es fácil contar con profesores idóneos para integrarse al programa. En
cuarto lugar, están las preocupaciones de quienes reciben bonificaciones que no están en las
expectativas que se habían fijado, en gran medida debido a que a pesar de haberse
incorporado al 100% de docentes a la Reforma Magisterial, los alcances de esta ley todavía
distan de estar generalizados. Hay directores y personal jerárquico que provienen de la Ley
del Profesorado y reciben bonificaciones muy poco atractivas.
Profesores del resto de la secundaria han mirado con aprecio lo que en materia curricular se
hace en la JEC. Es un dato importante si se tiene en cuenta que los programas innovadores
en secundaria deben alimentarse unos a otros. Lo importante, al momento de hacer una
evaluación del programa es demostrar que las horas adicionales de la JEC están plenamente
justificadas.
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