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Conceptos de investigación. 1. Calle La calle es un espacio destinado para la circulación humana, vehículos y a demás da acceso a los solares de las casas de ambos lados. En el subsuelo de las calles se encuentran las instalaciones de servicios públicos como alcantarilladlo, agua potable, gas, etc. Su longitud es indefinida y solo se interrumpe cuando se conecta o cruza con otras calles o cuando llega a una plaza o parque. La calle típica tiene la anchura constante, ya que las fachadas de los edificios o los límites de los solares son planos paralelos, pero las hay de ancho variable, algunas tan ilustres como el tramo inicial de la calle de Alcalá de Madrid. La propia anchura es una dimensión extremadamente variable de las calles; así tenemos las calles estrechas de las ciudades árabes contrapuestas a las grandes avenidas y paseos de las ciudades modernas, que integran en la calle el espacio urbano adyacente; entre ambos extremos tenemos toda una gama de espacios de diversas anchuras, con calzada para automóviles o sin calzada como las calles peatonales, o con aceras más o menos anchas, con andenes adicionales simples o dobles, etc. tenemos también calles con separación y especialización del tráfico, carriles para bicicletas, autobús, tranvía, etc. La decisión de proyectar, fijar la anchura y hacer una nueva calle, o de ensanchar una calle existente aún a costa de la expropiación y derribo de las construcciones adyacentes, corresponde al Ayuntamiento

Conceptos de investigacion sebas

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Conceptos de investigación.

1. Calle

La calle es un espacio destinado para la circulación humana, vehículos y a demás da acceso a los solares de las casas de ambos lados.

En el subsuelo de las calles se encuentran las instalaciones de servicios públicos como alcantarilladlo, agua potable, gas, etc.

Su longitud es indefinida y solo se interrumpe cuando se conecta o cruza con otras calles o cuando llega a una plaza o parque.

La calle típica tiene la anchura constante, ya que las fachadas de los edificios o los límites de los solares son planos paralelos, pero las hay de ancho variable, algunas tan ilustres como el tramo inicial de la calle de Alcalá de Madrid. La propia anchura es una dimensión extremadamente variable de las calles; así tenemos las calles estrechas de las ciudades árabes contrapuestas a las grandes avenidas y paseos de las ciudades modernas, que integran en la calle el espacio urbano adyacente; entre ambos extremos tenemos toda una gama de espacios de diversas anchuras, con calzada para automóviles o sin calzada como las calles peatonales, o con aceras más o menos anchas, con andenes adicionales simples o dobles, etc. tenemos también calles con separación y especialización del tráfico, carriles para bicicletas, autobús, tranvía, etc.

La decisión de proyectar, fijar la anchura y hacer una nueva calle, o de ensanchar una calle existente aún a costa de la expropiación y derribo de las construcciones adyacentes, corresponde al Ayuntamiento de la ciudad o a la autoridad urbanística del lugar y se fundamenta en el planeamiento urbanístico o la planificación de infraestructuras, consecuentemente se basa en los trabajos y la metodología propia de estas ciencias de diseño urbano o territorial.

La estructura más corriente de la calle es la formada por dos franjas laterales que son las aceras y la franja central que es la calzada. Las aceras, generalmente están limitadas por el bordillo, el cual es una pieza que forma un resalto o escalón que mantiene el pavimento de la acera más arriba que él de la calzada. La función del bordillo no es otra que proporcionar una cierta protección a las personas que se desplazan por las aceras, tanto para evitar que los vehículos que circulan por la calzada suban y les hagan daño, como para conducir las aguas de lluvia que se escurren por encima hacia el canal que forman los bordillos con la calzada.

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2-Fachada.

Una fachada es, por extensión, cualquier paramento exterior de un edificio; aunque por defecto, cuando se habla de fachada, se hace alusión a la delantera o principal, indicándose más datos en caso contrario (fachada trasera, fachada norte, etc.)

La fachada es objeto de especial cuidado en el diseño arquitectónico, pues al ser la única parte del edificio percibida desde el exterior, muchas veces es prácticamente el único recurso disponible para expresar o caracterizar la construcción. La componente expresiva está tan arraigada en el concepto de fachada, que en ocasiones se hace referencia a la cubierta como la «quinta fachada» cuando ésta posee una intención estética.

La fachada ha experimentado multitud de transformaciones a lo largo de la historia por su condición de soporte o lienzo para los distintos estilos arquitectónicos. Sin embargo, los cambios más profundos han sido consecuencia de la evolución de las técnicas constructivas.

Tradicionalmente, la fachada ha sido al mismo tiempo la estructura y el cerramiento del edificio, y por tanto la capacidad de abrir huecos para iluminar, ventilar, o disponer de vistas al exterior ha sido limitada. El desarrollo histórico de la fachada ha sido pues una carrera tecnológica en pos de ampliar estos necesarios huecos.

La tecnología del vidrio

Aunque la existencia del vidrio está documentada desde hace más de 5.000 años en Mesopotamia y Egipto,2 y a pesar de que el imperio romano lo difundiera por Europa ya en el 300 a. C.,3 no se puede hablar de una utilización relevante de este material en la construcción hasta el siglo VII y la expansión árabe. A partir de entonces, la posibilidad de realizar aperturas de huecos en fachada empezó a generar un interés creciente.

En la antigua roma, antes de la popularización del vidrio, se empleaba como acristalamiento el lapis specularis; un tipo de roca traslúcida de yeso del tipo de la selenita.

Las fachadas, además de la función estética, deben satisfacer otros requisitos: deben ser impermeables al agua, y aislar el interior térmica y acústicamente. La sección tipo de una fachada convencional se compone de dos hojas: una exterior, normalmente de ladrillo, y otra interior, que puede ser de ladrillo o de otros materiales como el cartón-yeso. Entre esas dos hojas se coloca un aislante térmico, para lo que usualmente se utilizan materiales como el poliuretano, la fibra de vidrio o la lana de roca. Para evitar condensaciones intersticiales, además, se coloca en el lado caliente del aislante una barrera de vapor. Por último, es necesaria una pequeña separación de uno o dos

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centímetros para permitir que ventile el vapor de agua y no empape el aislamiento, inutilizándolo.

El grosor de un muro de fachada no obedece tanto a necesidades de estabilidad o resistencia como a la necesidad de masa para el aislamiento acústico y de espacio para alojar el aislante y su cámara de aire.

3-Maquinas

Una maquina es un conjunto de piezas o elementos móviles y fijos, que facilita la obtención de energía para realizar algún trabajo.

Las partes que componen una maquina son:

Motor: transforma la energía para la realización del trabajo requerido.

Mecanismo: transforma la energía dirigida al motor.

Bastidor: soporta el motor.

Componentes de seguridad: son aquellos que, sin contribuir al trabajo de la máquina, están destinados a proteger a las personas que trabajan con ella.

4-Excavación.

En arqueología, se denomina excavación al proceso de análisis de las estratigrafías naturales y antrópicas que se sedimentan en un determinado lugar. El proceso de excavación consiste en remover los depósitos en el orden inverso a cómo se han ido formando. Por este motivo es preciso comprender en todo momento durante una excavación: 1. los límites y la naturaleza de los depósitos que configuran la estratificación; 2. los procesos formativos que se han dado lugar a estos depósitos; 3. el orden o la secuencia relativa con la que se han formado los depósitos.

Como se trata de una actividad destructiva (es decir, cada vez que se realiza una excavación se remueven y se destruye la posición original de los depósitos) es preciso documentar y registrar con toda atención los distintos elementos que componen la estratificación de un yacimiento.

Hasta hace unos años en la documentación arqueológica se tomaba en consideración solamente los estratos, construcciones y otros elementos dotados de materialidad. A partir de las contribución de Edward Harris se ha introducido la categoría de Unidad Estratigráfica para definir tanto las acciones estratigráficas que comportan una aportación de materia (Unidades Estratigráficas positivas), como la asportación de la misma (Unidades Estratigráficas negativas).

Los objetos arqueológicos solamente son significativos en función de los depósitos arqueológicos en los que están contenidos, de tal manera que la excavación no tiene como finalidad recuperar restos enterrados -edificios,

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