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PENSAR Y ACTUAR EN LA WEB
Destacamos, desarrollamos y confrontamos algunas ideas teniendo en cuenta los textos:
“El saber y las TIC: ¿brecha digital o brecha institucional de Peña, P. & Peña, M (2007) y
los Procesos Cognitivos de Simone, G. (2011) que consideramos relevantes en el
proceso de enseñanza aprendizaje desarrollado en las aulas, donde la tecnología juega
un papel fundamental como mediadora de aprendizaje y como generadora de un cambio
social y cultural, a través de unos objetivos claros y precisos designados por los sujetos
que actúan en este ciclo formativo desde el “aprendizaje para ser” con el propósito de
construirse como personas críticas de una realidad, donde se minimice la brecha digital
existente.
El primer planteamiento refiere que las TIC se deben pensar como un espacio transversal
que atraviese el cambio institucional y social, donde intervengan los procesos cognitivos,
pues son éstos los que precisan la forma cómo recibimos y acomodamos la información,
para luego definir los estilos de enseñanza aprendizaje que aplicamos, los modelos
tecnológicos instaurados, los métodos propios de estudio y con ello determinar las
necesidades de aprendizaje cognitivo de los estudiantes; lo que implica una
reestructuración en el aprendizaje pues pasa de ser un "aprendizaje sobre algo" a un
"aprendizaje para ser".
Así mismo, se contempla una educación que se oriente a las funcionalidades de las
nuevas tendencias digitales y software social, en donde el trabajo colaborativo sea un
espacio de aprendizaje que implica un aprendizaje compartido, de escucha del otro, de
apertura al otro donde se utilizan aplicaciones hipermedia, software libre, Web 2.0, entre
otros. En este proceso juega un papel fundamental el lenguaje, en tanto se presenta
como un conjunto de signos y de sonidos, inmerso en un sistema de comunicación, en
este caso constituido por un entorno multimodal e hipertextual, que permite abstraer,
seleccionar, citar, coordinar, combinar y comunicar conceptos de diversa complejidad,
pues la construcción del saber es revocable, modificable e integrada.
En el segundo planteamiento, se tiene en cuenta que las experiencias que el estudiante
tiene tanto en el colegio como en otros escenarios de su vida, le sirven para el desarrollo
de habilidades y procesos cognitivos. Como hace referencia Rousseau: los niños
representan los ideales a los que el hombre debe aspirar: curiosidad, ingenuidad, bondad
cuando habla sobre su concepción de los derechos naturales del hombre, y hace
referencia a la infancia como la etapa en la cual los niños no pueden ser más que simples
animales en crecimiento que deben ser corregidos. De esta manera, para el desarrollo de
habilidades cognitivas, los estudiantes como lo enuncia Simone (2011), deben avanzar
desde los procesos básicos (sensación, percepción, atención, y la memoria) hasta llegar a
los procesos complejos superiores (pensamiento y lenguaje), que permitan determinar así
las estructuras mentales de los estudiantes sin desconocer las etapas de desarrollo
humano en la que cada sujeto se establece durante un periodo de tiempo definido.
El tercer planteamiento, señala que los currículos siempre dejan "algo" fuera del saber
escolar: así como hubo un currículo escolástico con saberes para las elites, uno
concéntrico que profundizó y extendió los saberes más específicos necesarios para una
sociedad industrializada, el actual currículo por competencias que apunta a las
habilidades para el trabajo, tal vez deje fuera ese saber en el que se fundamentan las TIC.
No obstante, es importante resaltar que el actual currículo también considera que
cualquier cosa que conozcamos acerca de la realidad, tiene que ser mediada, no sólo por
la recepción de estímulos a través de los órganos de los sentidos y la respuesta a éstos,
sino por un sistema complejo que interpreta y reinterpreta la información sensorial, como
lo refiere Neisser (1976) y por la herramienta o el recurso físico, donde confluyen un
conjunto de procesos mentales que operan sobre las representaciones perceptivas o
recobradas de la memoria.
El cuarto planteamiento nos invita a pensar en si ¿pueden ser las TIC un agente de
cambio cualitativo en el contexto educacional o habrán de sucumbir en una brecha
institucional insalvable? y si una vez incorporadas a la institución, aquellas podrán
desarrollar todas sus potencialidades o, simplemente, serán neutralizadas por las formas
tradicionales de concebir el saber en la escuela, como lo afirma Peña(2007).
En respuesta a lo anterior, se puede afirmar que en los procesos que se llevan a acabo
actualmente en el aula, las TIC nos sirven como herramientas mediadoras desde una
propuesta pedagógica y la didáctica, en aras de mejorar las habilidades y potenciar la
inteligencia bajo los diversos estilos de aprendizaje de los estudiantes. Por ejemplo, el
uso de las TIC podrían ayudar a potenciar los diferentes tipos de inteligencia expuestas
por Howard Gardner, para quien la inteligencia es entendida como el potencial de cada
individuo que puede advertirse e incrementarse a través de diversos procedimientos, pero
que resulta imposible de cuantificar. Este autor contempla 7 tipos de inteligencia a saber,
la Inteligencia lógica-matemática, la inteligencia lingüistica-verbal, la inteligencia visual-
espacial, la inteligencia corporal-cinética, la inteligencia interpersonal e intrapersonal,
la Inteligencia musical y por último, la inteligencia naturalista.
Como lo indica Peña, (2007) “aún si se pudiera superar la brecha digital con el acceso
ampliado de las TIC en los salones de clases, queda todavía la incertidumbre de si se
podrá superar la brecha que separa las TIC y sus características culturales de la
institución educativa. Aunque esta "brecha institucional", quizás la más extensa de todas,
es la que, con suerte, nos puede hacer repensar críticamente durante el proceso de su
superación los espacios educativos actuales”.
El quinto planteamiento expone las consideraciones de Peña, (2007) según Mejías, Owen
& otros, quien refiere que “con las TIC los procesos de aprendizaje están alejados del
planteamiento de un currículum de contenidos específicos e inmóviles, y se concentran
más bien en las relaciones con otros, en la construcción dinámica del saber, más
cercanos a un espacio donde se incorpora al niño a la historicidad de un mundo público”.
Educar a un niño es un asunto de todo el pueblo. Cabe, entonces, preguntarse: ¿la
escuela está preparada para un modelo de saber que no está centrado en la formación
del niño por parte del adulto, pero sí en la participación del primero en los mundos
sociales? (Peña, 2007).
Una explicación a este cuestionamiento tiene que ver con la cooperación que tienen los
estudiantes en la sociedad, es destacable, toda vez que de esta forma ponen en juego
una serie de procesos cognitivos desarrollados en las diferentes etapas de crecimiento y,
que tienen directa relación con las experiencias vividas, lo que favorecerá o no el proceso
complejo denominado aprendizaje, donde juega un papel importante la memoria,
entendida como proceso por medio del cual la información se codifica, se almacena y se
recupera brindándole la oportunidad al sujeto de trascender sobre las experiencias y
adquirir mayor experticia en uno o varios saberes.
El sexto planteamiento tiene que ver, con la dificultad en la inclusión de modelos
constructivistas en el aula que se debe, en gran parte, al choque epistemológico
experimentado por la contraposición de un saber constituido desde los sujetos con un
saber esperado por la institución, constituido desde la oficialidad, suministrado por
objetivos a lograr, planificables y programables.
En este punto, es conveniente aclarar, como lo señala Peña (2007), que es posible
mezclar estas dos concepciones a través del aprendizaje para ser, ya que en él subyacen
la aplicación de conocimientos y de habilidades, que nos ayudan a cumplir un rol
particular en nuestra sociedad. Sin embargo, es importante resaltar que este aprendizaje
para ser, es un proceso continuo, en el que se podrían considerar el uso de algunas
técnicas para su desarrollo,enmarcados en la mejora de la memoria, enunciadas por
Simeone (2011): el aprendizaje espaciado, el aprendizaje activo, el aprendizaje natural,
organización y categorización de los conceptos, la aplicación de recursos nemotécnicos,
el recuerdo de significados y la atención y concentración en la tarea aumenta la cantidad
de material recordado.
Así, el aprendizaje se transforma constantemente y esto ayuda a que se pueda abarcar la
capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla en forma adecuada; lo
que permite seleccionar las mejores opciones para solucionar una cuestión atendiendo
tanto a los planteamientos constructivistas como a los emanados oficialmente.
Por último, el séptimo planteamiento se enmarca en lo referido por Peña (2007) en
cuanto al concepto de brecha digital y se expone según el paradigma desarrollista, el cual
poco interpreta las verdaderas necesidades de los ciudadanos y más bien reproduce los
ejes de dominación Norte-Sur. Además, la tecnología no solo es considerada como una
ruta hacia la abundancia de información, sino también como una serie de oportunidades
que podrían servir para corregir o desaparecer varias de las brechas preexistentes en una
sociedad dada, resultando así en una solución estructural a muchos de los problemas del
mundo en desarrollo. Superando esta perspectiva, también la brecha digital ha sido
abordada desde la preparación misma del sujeto al momento de enfrentarse a las TIC.
Teniendo en cuenta lo anterior, es preciso considerar que al utilizar de forma consiente y
con unos objetivos precisos las TIC, también se podrían modificar las estructuras
mentales de los sujetos que hacen parte del evento formativo, donde entra en juego el
pensamiento como un producto elaborado por la mente que implica una serie de
operaciones racionales como el análisis, la síntesis, la comparación, la generalización y la
abstracción, que no solo se refleja en el lenguaje, sino que lo determina.
Es importante sopesar la idea que aunque se desarrolla este aspecto, se han de
contemplar los diferentes tipos de pensamiento de los estudiantes: deductivo, inductivo,
analítico, creativo, sistémico, critico, interrogativo; los cuales atienden a diferentes tipos
de inteligencias y por tanto hacen énfasis en otros aspectos como la pluralidad de
estudiantes en las aulas, las especificidades de aprendizaje y los procesos de cognición,
en donde los estímulos son transformados, reducidos, elaborados, almacenados,
recobrados o utilizados con fines diversos.
Mentefacto