BONIFAZ NUÑO: LA íNTIMA GUERRA FRíA · lo primero. Pero en El manto y la corona (1958) Bonifaz...

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ropea y helénica al respecto- pero la au­tora logr a destacar muy bien el papel espe­cíficamente innova dor que Hesíodo de­sempeña dentro de esta tr ad ición : la Teo­gonía no es sólo un catálogo de divin ida­des ; no es un mito más, sino que el poetaintroduce rasgos típicamente griegos enun material ya dado: la perspectiva religio­sa, presente en todos los mitos teogónicos,es ensanchada en su poema por una pers­pect iva moral y racional, ya que Hesíodoexplica la historia del universo y de losdioses a la luz de un pr incipio ordenador yde una ley moral. En utros términos, laTeogonía describe un proceso que va deldesorden al orden, de la inestabilidad a laestabilidad, del predominio de la violenciaa la reducción de ésta. (El orden y la justi­cia -que deben reinar por doquier- sóloson posibles bajo una autoridad defin iti­va, Zeus, quien ejerce el poder para garan­tizar el orden justo, el equilibrio de lasfuerzas del bien y del mal).

Pero no sólo se encuentra en Hesíodoun afán ordenador y moralizador, sinotambién -y sobre todo- la importantepretensión de decir la verdad, de presentarsu-canto como verdadero, idea que prepa­ra el pensamiento filosófico que quiere lle­gar a conocimientos verdaderos. De talforma, Hesíodo es una de las grandes figu­ras que plasman la tradición occidental; élmismo recorre el camino del mythos al /0­gos, y muchos valores que nos son familia­res , como la apreciación del trabajo, labúsqueda de la verdad, del orden, de lajusticia y de la armonía, nos provienenprecisamente de este gran poeta.

BONIFAZ NUÑO: LAíNTIMA GUERRA FRíA

Rub én Bonifaz N uño: De otro modo /0 mismo, Col." Letras Mexicanas" , Fo ndo de Cultura Económica,México, 1980

POR SANDRO COHEN

La publicación de la poes ía completa deRubén Bonifaz Nuño es un hecho impor­tante para las letras mexicanas , ya que loslibros de este poe ta singular - y no bienleído- son casi imposibles de conseguir.

Bon ifaz Nuño lleva ya más de tre inta ycinco años de act ividad poética , y su obr a-vasta por sus implicaciones y alcances, sino por voluminosa - se ha defin ido sola.Bien podernosseguir la evolución expre si­va del poeta, y bien nos damos cuenta deque su aportación a la poesía mexicana noes meramente formal, aunque en verdad,la form a siempre ha sido una de sus gran­des preocupaciones.

Bonifaz Nuño ha sabido dominar la pa­labra en lengua castellana como poco spoetas lo han podido hacer. Los sonetosde su primera época - y esta forma es lamayor prueba de la disciplina poética ennuestro idioma- fluyen con una natural i­dad asombrosa, y la idea del ciclo cerrado ,la " perfección", lo apasiona hast a la fecha .

Este es un poeta que ha pasado por elclasicismo , la poesía social, la poesía her­mética, los conocimientos ocultos y mu­chos otros fenómenosentre La muerte delángel, su pr imer libro, y Laflama en el es­pejo, el último incluido en este volumen.Los temas no han variado gran cosa, perosu manera de expresión, sí; su aliento se vamodificando poco a poco a lo largo de losaños y tod avía se espera mucho más deeste poeta nacido en Córdoba, Veracru zen 1923.

La muerte del ángel, aparecida en 1945,es una colección de diez sonetos que perfi-

lan los tem as y las preocupaciones que nohabrían de abandonar nunca a BonifazNuño. Con una serie de condicio nes elpoet a hace su acto de presen cia; dice: "Sinace de tu s manos y es oscura/ la angustiade senti rme atardecido ./si sueño, si por time es co ncedido/ hacer eterna y fácil miamargura. / si es evidente mi dolor y es du­ra/tu voluntad de verme osc urecido. .. "Una especie de previo acuerdo entre poetay lector antes de compartir la amarguraque penetra cada imperfección; un simpleaviso del peligro que los acecha. Si el lec­tor reúne las cualidades necesa rias (aun­que sean las mismas cualidades que se exi­ge el poeta) Bonifaz asegura: " te puedodar , como si fuera tarde. zuna sola pala­bra, y ret orn arl a 10 perfecto que en mismanos arde.Z/ 0 dejar te llegar inespera­da/hasta tu misma voz, adelantar/ y ha­certe nula ante la sombra dada."

Sigue cultivando el soneto y pu blica unaserie de estas composiciones en su Ofreci­miento romántico que origina lmente fuedado a conocer en 1951. En el Canto delaf án amoroso presenta una curiosa mezclade soneto y verso libre que logra un tonopersonal que el poet a harí a del todo suyoen obras poster iores. " Dios te salve.j'Pre­serve Dios tu sa nta so ledad." Aun q ue lamétr ica de los poemas que forman el libroImágenes (1953) es vari ab le - a veces me­dida, a veces libre- , coquetea constante­mente con formas clásicas y no participade cuerpo y alma en la libre versificaciónhasta el Can to del afán amoroso, mediandosu at revimiento con la seguridad de los so­netos.

Los dem onios y los días es el pu nt o deruptura. Bonifaz emplea, hasta las últimasconsecuencias, la fina herram ienta de suoído que tanto cultivó a través de la tra­ducción de los clásicos y la disci plina dacomposición de sus prop ias formas clasi­cistas. Sólo que aquí la aplica a un verso li­bre despiadado con todo molde, co n todasensibilida d y hasta co nsigo mismo: " Sen­timos primero que los pá rpados/ resbala nsob re un aceite sombrío" .. . "y que todosalcen los necesario s palillos de dientes.Buena es la vida/con bai le, terro r y sinfo­nolas" ... "Hay moscas por tod as partes,hay hombres/en los que morimos sin sen­tirlo" .. . " Hay días tan áridos, que yo mis­mo/quisiera callarme , ponerme.Zsin pen­sar en nadie, a dormir" . Los demonios y losdías es una alegoría de la guer ra fría entre

losseres humanos, la guerra fría dentro decada uno de ellos, en ocasiones desplazadahacia alguno de sus símbolos predilectos ,como la mosca que ya vimos: "Qué fácilsería para esta mosea.j' con cinco centíme­tros de vuelo/razonable, hallar la salida."Bonifaz encuentra su inspiración en la de­sesperanza y en cómo la desesperanza nosvuelve cada vez más humanos. Se esfuer­za,a vecesdemasiado, en un afán de digni­ficar el papel proletario , por sentirse partede la base de una gigantesca estructuratambalente, próxima a caer, próxima a nocaer nunca. Pero Bonifaz Nuño jamástuvo que convencernos de su sinceridad .¿Podemostachar de retór icos versos como"hay oficios buenos, necesarios a to­dos.rel que hace las camas y las mesas.Zelque siembra, el que reparte cartas. Ztienenun lugar entre todos: sirven"? Indudable­mente lo son, pero dentro de su obra co­bran una insólita inocencia. Sentimos queelpoeta acaba de descubrir esta " verdad" ,y la encuentra poética. ¿No es cur ioso queestos versos "socializantes" se encuentrenen el mismo libro con otros como " paralos que lo saben con amargura/que de lamujer que quieren les queda/nada másque un clavo fijo en la espalda/y algo te­nue y acre, como el aroma/que guarda elrevés de un guante olvidado"? Habría queafirmar que, en definitiva, esto último re­sulta más socializante, más humano, quelo primero. Pero en El manto y la corona(1958) Bonifaz Nuño vuelvea un tema queen realidad nunca abandonó: el amoroso.Es un diario de la inseguridad, de la inesta­bilidad del que ama, el que está fatalmenteenamorado. El poeta vacila entre la ale­gría del encuentro y el vacío de la pérdida ,pero con más frecuencia se revuelca den­tro de la obscuridad del no saber, y ésta eslacarne del libro: la zona gris en que ni so­mos ni estamos.. . "Siempre que digo'hoy' ,en lo más hondo/ de mí nace una len­ta/lumbre, una dolorosa boca triste/queme dice gimiendo/ que te he perdido ayer"... 'Tal vez porque al hablarte estoy ha­blando.ysín querer darme cuenta.Zcon al­guien que no es, que ya no tiene/nada quever conmigo ".

Fuego de pobres, que data de 1961 , con­tinúa y hace más personal la línea estable­cida en L os demonios y los días. El poetaahonda en la pobreza, en su propia pobre­za y en todo lo que ésta le puede ofrecercomo material de trabajo. Su vehículo sonsus propios sentidos. Abre el universopoético con llaves visuales, táctiles y audi­tivas.. También le agrega un desesperadosentido temporal: "cuando llueve en Mé­xico, lo único/posible es encerrarse /desa ­justadamente en guerra mínima, a pensarlos ochent a minutos de la hora/ en que eshora de lágrimas". Pero desde estas altu­rasse vislumbra ya el Siete de espadas , qui­zá el libro más hermético, más difícil deRubén Bonifaz Nuño . En el poema seis deFuego de pobres leemos: "Hoja al aire, in­defensa, detenida/ apenas única en el ár­bol/enrojecido y respirante; ojo/sobresal-

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LIBROS

tado, abierto, lúcido: en el temor mi cora­zón. Asfixia.Zduermevela con fantasmainminente" . El poeta va entreverando es­tos momentos sugerentes, no definidos en

.sí, con otros que bien conocemos: "¿Soyéste que se-calla? ¿Soy el quegime lejos?¿Élque viene/soy, el que va saliendo, elque sequeda?" Estas son las preguntas que con­·cretan el discurso, las preguntas que des­cubren la no-existenciadel poeta como serintegrado , pues queda siempre como mar­ginal, equilibrándose dolorosamente so­bre el borde de la locura. La profecía no esvana. Ya en el poema once Bonifaz escri­be: "Viéramos, amarilla, constru irse/l acorona sulfúrica de humo/en la huella delchivo, y floreciera/la doliente señora delincienso/con el siete de espadas". Paulati­namente se van introduciendo elementosmágicos, ocultistas,cabalísticos,a la poesíade Bonifaz Nuño; los cuales la convier­ten cada vez más en crucigrama, fórmulasecreta que sólo unos cuantos podrán des­cifrar. Parecería que el afán de soledad enque ha hecho hincapié el poeta se hace pa­trirnonio también del lector. Le priva delconocimiento fácil. Sus pistas son más re­buscadas, de alguna forma enterradas enuna fenomenología de lo oculto. A pesarde esto, las imágenes de Fuego de pobresnunca dejan de ser sensuales; se sienten,pesan sobre la piel y la penetran . Percibi­mos el éxtasis doloroso de San Juan, arro­dillado en espera de la revelación, y su"adversario", "la bestia acuática, la oscu­ra con el dardo a la espalda" . Mezcla el

"río seminal de blancura" con el "hondohervora tientas del volcán, viniendo". Selesiguen temblando las paredes de su casa,pero ya no se sabe por qué. El misterio sehace progresivamente espeso. De algunamanera sentimos la presencia de los diosesprecolombinos cómodamente instaladosjunto a los helénicos que juegan con elpoeta -con el hombre- a su antojo. Aquícobran suma importancia los números. EnSiete de espadas, cada una de las 143 estro­fas, secciones, divisiones o poemas, constade siete versos, y la obra cuenta con 1001versos en tot al. Aunque la cifra en sí puedeno encerrar un significado específico, sutradición dentro de las letras es innegable.Nos recuerda la eternidad y el comienzode otro ciclo, los cuentos interminablesque le salvan la vida a Shahrazad. El aladel tigre también responde a una necesi­dad formal parecida. Cada uno de los 85poemas del libro cuenta con tres estrofasde seisversos cada uno y dentro de este es­queleto el poeta hace un viaje que no pare­ce llegar a ninguna parte; es un vagar ho­mérico, mítico e intemporal, cuyas refe­rencias son complicadas y ricas en posibi­lidades poéticas. Bonifaz Nuño, en el últi­mo libro incluido en el volumen, no pierdede vista el valor de unidad como conceptode trabajo , pues La fla ma en el espejocuenta con diez poemas identificados connúmeros árabes y con 28poemas distribui­dos a lo largo del texto que llevan letrasdel abeceda rio castellano por título. Estabúsqueda de unidad, esta necesidad decompletar un ciclo preestablecido por elautor, es la que más obsesiona al poeta enesta última etapa de su producción.

Pero De otro modo lo mismo no es sola­mente una recopilación de los libros depoesía - y no he hablado de todos en estanota- que ha escrito hasta la fecha RubénBonifaz Nuño . También incluye, por épo­cas, esos poemas que nunca habían sidoreunidos en un volumen. Estas composi­ciones representan una faceta importantede la obra de Bonifaz Nuño, ya que dejanentrever al poeta fuera del molde de sus li­bros: poemarios que jamás se salen de to­no. En estas piezas sueltas, sin embargo, elautor se da el lujo de expresar su "momen­to" independientemente de las exigenciasformales y temáticas de sus libros. Concre­tan un autorretrato en extremo valiosopara conocer mejor la sustancia poética deBonifaz Nuño como una totalidad.

La obra de este creador es, en realidad,experimental sólo en el mejor sentido de lapalabra. Sus preocupaciones formales noradican en la necesidad de inovar, sino enla de adecuar los temas de su poesía a supropia voz. En la forma reconocen unapoyo, el contine nte en que vacía su crea­ción. Ahora, con la posibilidad de leer to­da, o casi toda la obra poética de RubénBonifaz Nuño, nos damos cuenta de quees un hombre obsesivo que persigue sindescanso sus propios fantasmas -y algu­nos ajenos- más allá de una vana "origi­nalidad" .

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