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Publicación digital de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social
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Año 3 | Número 237 | Lunes 12 de agosto de 2013
NUESTRA JUBILACIÓN Y LAS AFAPS
La generación
castigada
Quienes tuvimos la mala suerte de nacer
después del 1 de abril de 1956 y tener sueldos
medios, fuimos obligados en 1996 a afiliarnos
a las AFAP, ingresando en el Régimen Mixto.
Para nosotros no existió la “libertad de
opción”: nos la borraron de nuestro
vocabulario al pensar en jubilarnos. Todo el
mundo sabía, desde quiénes oponíamos al
Régimen Nuevo hasta quienes lo
defendíamos, que al jubilarnos estaríamos
sobre el aceite caliente de la sartén.
Pero se nos dijo que “era un costo social
inevitable”, que “siempre en todo proceso de
cambio hay quienes ganan y quienes
pierden”. Aun así, también nos opusimos a la
ley y estuvimos en el frente de lucha al
enfrentarla pensando no solamente en
nosotros sino en todas las generaciones: los
más viejos y los más jóvenes. Era inaceptable
que el lucro entrara en la Seguridad Social,
desnaturalizándola. Era inaceptable que se le
pusiera precio a la solidaridad (“sos solidario
hasta tanta plata, y de ahí para arriba aportás
sólo para vos y los que ganen mucho también
van a poder quedarse con el aporte en su
bolsillo a partir de cierto tope”).
Perdimos. Y perdimos feo; alguna vez habrá
que hacer un balance de verdad autocrítico
de por qué perdimos y especialmente por
qué no llegamos a las firmas necesarias para
plebiscitar la ley, sin caer en el facilismo de
“nos anularon firmas y por eso no llegamos”.
Si el movimiento popular hubiera tenido la
capacidad de juntar apenas 50 mil firmas
más, nadie hubiera podido evitar el
Plebiscito.
No fue la primera vez que perdimos. Ya
habíamos perdido como adolescentes la
posibilidad de estudiar con muchos de los
mejores profesores y leyendo cualquier libro;
de ver a nuestros abuelos manteniendo el
valor real de sus pasividades; de ver a todos
los padres trabajando y ganando dignamente
y un extenso collar de violaciones a los
derechos humanos. Tampoco había sindicatos
ni partidos políticos que pudiera actuar
libremente. Nadie podía elegir. Muchos se
iban del país. Muchísimos nos quedamos.
Unos y otros resistíamos de la manera que
podíamos cualquiera fuera nuestra adhesión
partidaria. No tuvimos libertad de opción. Y
algunos tampoco tuvieron la libertad de
seguir sobre la tierra.
Y ahora volvemos a perder. Si bien es cierto
que compartimos y votamos a conciencia en
la Mesa Representativa de nuestro PIT-CNT la
evaluación de las luces y sombras del Diálogo
Nacional de Seguridad Social del Equipo de
Representación de los trabajadores (ERT) y la
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Comisión de Seguridad Social (COSS), no es
menos cierto que, como lo dice dicha
resolución, lo que de él ha surgido está lejos
de la propuesta del Movimiento Sindical.
En la propuesta del Gobierno, los que fuimos
obligados en el año 1996 no tenemos
ninguna libertad de opción. Y los resultados
en la inmensa mayoría de los casos serán
catastróficos. ¡Y estamos hablando de la
calidad de vida que tendremos después que
nos jubilemos y hasta nuestra despedida del
mundo!
Junto a este editorial publicamos la excelente
carta de la compañera Marita Rodríguez, a la
que me remito como muestra de lo que nos
espera…
¿Y? ¿NOS QUEJAMOS EN LOS PASILLOS Y
NO HACEMOS NADA PARA EVITAR ESTA
NUEVA DERROTA?
Ya lo sabemos: si hacemos algo, nos
organizamos y peleamos con propuestas
alternativas, no será fácil. Pero si no hacemos
nada es seguro que volveremos a perder.
Además, ya no caben dudas que el próximo
gobierno, cualquiera sea, va a aumentar la
edad jubilatoria. ¿Será la que ellos quieran?
¿De un día para el otro y volveremos a
perder como generación?
Por nuestra parte, para empezar, ya hemos
empezado a denunciar esta situación en las
ciudades del Interior a las que estamos
concurriendo por la situación del Área de la
Salud. Y estamos trabajando con el
compañero Zelmar –exprimiendo su cabeza y
capacidad técnica– en una serie de artículos
que obviamente analizaremos en el Consejo
Directivo Nacional, y que luego discutiremos
en asambleas de núcleo de todo el país, sin
descartar ningunos de los hábitos del
sindicato. Naturalmente, y corrigiendo errores
anteriores, las transmitiremos a la COSS del
PIT-CNT como corresponde.
La propuesta, además de promover nuestra
libertad para desafiliarnos de las AFAPS,
apunta también a mejorar los porcentajes de
Asignación Jubilatoria, a establecer que las
empresas vuelvan a aportar al BPS por la
totalidad de los ingresos del trabajador, a
mejorar los topes, a mejorar las condiciones
de acceso a la jubilación para quienes al
terminar el Subsidio por Incapacidad Parcial
no tienen la edad y se quedan sin trabajo y sin
jubilación, a instaurar un Subsidio Especial
para quiénes se quedan sin trabajo a
determinada edad, mejorando lo avanzado en
el período anterior. Y también estamos
pensando en cómo enfrentar la situación
demográfica del Uruguay y sus efectos en los
regímenes jubilatorios. Ello implica analizar
una estrategia para que, si hay aumento de
edad, que esperamos severo, sea lo menos
perjudicial posible.
Por supuesto, no será todo lo justo que el
pueblo necesita. Pero puede llegar a ser
enormemente mejor que lo que hoy tenemos
en el horizonte. En consecuencia, también
puede ser un avance importante para acercar
la Propuesta Definitiva que desde hace años
viene promoviendo el Movimiento Sindical.
***
Una vez más iremos hasta dónde el gremio
quiera ir. Pero no podemos dejar de dar
nuestra opinión y nuestro compromiso. Tal
vez, quién les dice, por una vez nos toque
ganar. Sin descartar que un empate a veces
sirve para definir un Campeonato.
Adolfo Bertoni
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DE LA COMPAÑERA MARÍA IRMA
RODRÍGUEZ
Carta abierta sobre la
estafa de las AFAPS
A todos: los políticos, los sindicatos, los
trabajadores y sobre todo a los que como yo,
estamos próximos a jubilarnos y descubrir la
gran estafa que nos obligaron a aceptar.
Acabo de cumplir 56 años de edad, voy a
cumplir 36 años de trabajo ininterrumpidos
en el BPS, tengo cinco años trabajados en
Industria y Comercio, (comencé a trabajar a
los 15 años) antes de entrar al BPS(antes
Asignaciones Familiares). O sea que en este
año cumplo 41 años de trabajo
ininterrumpido, con aportes durante todo ese
período.
Mientras trabajaba, estudiaba y cursé hasta
6to año de liceo.
Por si fuera poco, tengo cuatro hijos, criados y
educados de manera tal que no sean
protagonistas lamentables en los noticieros,
mientras cumplía indefectiblemente con mi
trabajo. Tengo una foja de servicio intachable,
nunca he tenido suspensiones, ni licencias
médicas prolongadas (salvo las cuatro
licencias por maternidad.) Aclaro que con esto
no critico a los trabajadores que sí han tenido
que usufructuar licencias médicas
involuntarias, sólo estoy describiendo mi
situación laboral personal para que se
entienda a que grado de desencanto e
impotencia he llegado.
Trabajo en la Tesorería de Atyr, dentro del
BPS, por lo que además del sueldo de
administrativa I (cargo al cual ascendí por
concurso) cobro compensaciones por manejo
de dinero.
¿Porqué toda esta introducción? Porque
naturalmente, como la mayoría de los
trabajadores de mi edad, estoy deseando
retirarme de la actividad laboral para gozar
de un merecido descanso y poder dedicar mi
tiempo libre, ¡por fin!, a un montón de
intereses que he pospuesto, como todos, por
tener tantas horas y toda una vida dedicadas
al trabajo.
Comencé por comunicarme con mi AFAP
(República AFAP) con mi ejecutiva personal,
para que me hiciera un cálculo, en el
simulador, sobre cuánto me correspondería
de jubilación si tuviera ya los 60 años. Muy
amablemente me atendió, tenía todos mis
datos actualizados, y no pudo acceder a mi
solicitud, porque, según ella, el simulador no
funcionaba, que cuando se habilitara me
llamaría por teléfono. De eso, hace varios días
y aún no me han comunicado nada.
Fui a hablar con un compañero del BPS que
maneja el mismo simulador que las AFAP y
me dijo, no sin sentirse incómodo, que si me
jubilara hoy por tener la edad, me pagaría el
BPS $17.100 y la AFAP, como máximo $9.000.
Todavía no puedo creer la información
obtenida. Miro mi recibo de sueldo, con un
nominal que me permitiría holgadamente
llegar al tope jubilatorio y no entiendo por
qué yo, con el mismo sueldo, los mismos
años o más que otro compañero que no
estuvo obligado a afiliarse a las AFAP, si nos
jubiláramos al mismo tiempo, ese otro
compañero se jubila con el tope y yo con
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escasos $26.000, o sea, $12.000 menos que el
tope. ¿Por qué? ¿Porqué soy castigada, como
los demás que estamos dentro del régimen, si
no tuve la opción, fui OBLIGADA a afiliarme
por ser menor de 40 años en el año 1996?
Sin entrar a considerar la injusticia de que las
pasividades tengan un tope injusto, ya que si
van a estar topeadas, lo correcto sería que
todo ingreso que sobrepasa del tope no
tendría que llevar descuento jubilatorio. Pero,
en nombre de la solidaridad
intergeneracional, puedo llegar a comprender
el motivo de los topes, pero la pasividad que
surge por estar afiliado a una AFAP, eso, no
tiene explicación lógica posible, más que es un
robo descarado a los trabajadores.
Soy de las primeras generaciones que se van
a jubilar por ese régimen, todavía no hay
experiencias al respecto, pero ya veo lo
catastrófico y frustrante que es este sistema.
Utilizan propaganda engañosa, prometiendo
villas y castillas y la realidad es que a mí como
trabajadora me van a estafar. No soy
considerada con iguales derechos que otros,
que lo únicos que los diferencia de mí, es que
tuvieron la suerte de tener más de 40 años
cuando nos impusieron este sistema perverso
y contrario a todos los principios de la
Seguridad Social, que tanto aplicamos,
estudiamos y profundizamos a lo largo de la
carrera en el organismo ejecutor de esos
principios. ¿No es una cruel contradicción?
No me conformo con esta realidad. Tampoco
tengo muchas esperanzas de poder
cambiarme antes de que cumpla 60 años,
porque el proyecto que está a estudio
comprende las personas que tienen entre 40 y
50 años. ¿Qué pasa con toda esta generación
que parece que está pagando los platos rotos
de todas las fiestas?
¿Es que no tengo derecho a jubilarme cuando
llegue a la edad requerida, porque me
condenan a un ingreso muy por debajo de lo
que merezco y generé?
¿Qué pasaría si todos los que estamos en mi
situación, comenzaran a enterarse de esta
cruel estafa? ¿No generaría alarma pública?
Sí, creo que si y eso es lo que hay que hacer,
porque esto es otro de los rostros de la
IMPUNIDAD, que parece ser la ley que rige
nuestras vidas.
¿Así pensamos transmitir valores, generar
hábitos de trabajo, combatir la evasión? ¿No
hubiera ganado plata, si no hubiera aportado
todos estos años, si me dejaran mis ahorros
para que yo los administre? ¿De qué valen
todos mis aportes, todos mis años de trabajo,
los hijos que le di a mi país
responsablemente? ¿Merezco que me estafen
descaradamente e impunemente? Sobre
todo cuando yo NO QUERÍA AFILIARME A LAS
AFAPS, he sido militante sindical toda mi vida
y siempre estuve en contra, adhiriéndome a
una de las reivindicaciones históricas de mi
sindicato. ¿Puede medirse la impotencia que
siento? Y hablo en forma personal porque
estoy aportando datos muy personales, no
estoy mintiendo, no estoy teorizando, pero lo
mismo que me ocurre a mí, le ocurre a miles
de trabajadores que están en mi misma
situación. ¿Hasta cuándo van a callar esta
estafa?
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Las AFAPs no pueden decírmelo en la cara,
por eso la excusa de que no funciona el
simulador, que con el sueldo nominal por el
que aporto, teniendo años de trabajo que me
sobran, y que voy a tener cuatro años más de
aporte, sólo voy a llegar con suerte a $9.000
de jubilación. No lo pueden decir porque
queda a la vista la GRAN ESTAFA DE LAS
AFAPS.
Esto lo escribe alguien, además que sufre,
como otros, funcionarios públicos en su
mayoría, el peso de los aportes por el IRPF Y
FONASA. Todo bien con la solidaridad, pero
¿dónde está la justicia, después de tanto
esfuerzo y trabajo, de no contar siquiera con
un ingreso mínimo que merezco sin duda,
fruto de mis aportes?
Y a pesar de que estoy relatando mi caso para
que sirva de ejemplo para otros miles que les
va a pasar lo que a mí, no me olvido que a
pesar de todo, sigo siendo una privilegiada.
No quiero ni saber que jubilación tendrán
todos aquellos que no llegan a ganar ni cuarta
canasta familiar. Porque por más que se diga,
y es cierto, de que aumentaron los montos de
las pasividades, son aún muy por debajo de lo
necesario al igual que la inmensa mayoría de
los salarios de este país. Pero, como yo he
luchado y lucho toda mi vida por los derechos
de todos, militando en diferentes
organizaciones sociales, no me da vergüenza
ni reparo en reclamar hoy, lo que
legítimamente me corresponde.
María Irma Rodríguez Loureiro
Funcionaria N° 5127
C.I. 1.490292-3
Está reunido el CDN de ATSS
Luego de participar en una muy concurrida
asamblea realizada esta mañana en DEMEQUI,
recibe a una delegación de compañeros técnicos
UTU.
En la agenda del CDN que se desarrolla en esta jornada figuran los siguientes temas: 1. Bases
concurso Jefe especializado ATYR, 2. Concurso cambio de escalafón contador, 3. Propuesta
Comisión presupuesto sobre Evaluación de desempeño, 4. Negociación por ART. 75 Estatuto de la
Salud, 5. Informe Mesa Representativa del PIT-CNT y 6. Informe MSCE.