B l TUUiIPO (Servicio MeteorolíSgico Oficial).—^Pro­bable para hoy: toda España, vientos flojos de di­rección viiriable y algunas lluviae. Temperatura: máxima áei doroingo, 16 grados en. Almería y Sevi­lla; mínima de ayer, —1 grado en Teruel. Madrid: máxima de ayer, 12,1 grados; mínima, 2,1 grados.

F"! riFRATF" mmm k m mmm kníi I M J # m I IMH

RRECIOS DE MADRID PROVINCIAS

FAGO ADELANTADO

S U S C R I P C I Ó N

FBANQUIK) CONCEETADO

MADRID.—Año XVIII.—Núm. 5.81Ü * Martes 28 de febrero de 1928 C I N C O E D I C I O N E S D I A R I A S Apartado 4G6.—Red. y Admón., COLEGIATA, 7. Teléfonos 11.194 y 11.195.

Diversos aspectos del hombre y del orador estúdianse en otro lugar de este número. Procede aquí resaltar lo que en Mella tiene más mérito y lo que le dará significación cafaclerística en la historia del j>ensamiento nacional: su ideología política.

Fué Mella hombre de filosofía definida desde los primeros días de su vida pública. Al escribir esto no queremos decir que tuviera pensamiento origi­nal, sino que supo hacer suyo el de la tradición española, lo convirtió en carne y substancia propia, y acertó, además, a vestirlo con un amplio y mag­nífico ropaje oratorio. Mella fué en este sentido el último de los grandes es­critores de la escuela tradicionalisla, que arranca de Balmes.

Importa recordar los hechos y enlazar estos dos nombres gloriosos. A la caída de Espartero, Balmes, uno de los hombres que en los cien últimos años más han amado a España y más honda preoéupación han sentido pwr su porvenir, acude a Madrid y se pone al frente de un diario cuyo título es un verdadero programa: El Pensamiento de la Nación. He aquí el" propósito con­creto de Balmes: averiguar, primerp, si España tiene en política pensamiento nacional, y, en segundo lugar, definirlo.

El filósofo catalán llega a esta conclusión: el pueblo español tiene un pensa­miento propio, y, como consecuencia, hay una voluntad nacional, sobre la cual deberá levantarse toda la política futura: Más esa voluntad no está de­finida; España no tiene conciencia plena de su propio sentir. Trató Bal-mes d% definirlo en artículos publicados en su mayoría en 1844, y lo concreta en dos palabras: religión y monarquía. Para el autor de El Protestantismo éstas eran las dos grandes fuerzas uniflcadoras que habían hecho y que podrían hacer de un pueblo variadísimo en lo accidental una sola nación. No es de este lugar seguir a Balmes en sus ideas constructivas. Baste decir, emper.o, que si los dos conceptos expuestos encierran el fundamento de nuestra cons­titución, no lo son todo en ella. A Raimes le preocupó el crear un tercer «kaiento, esencial para la estabilidad de un régimen ipolílico: la aristocracia. Y veía en el mundo del capital, primero, y en el de las capacidades, des­pués, los elementos sociales en que debía basarse la nueva aristocracia po­lítica.

De estas ideas arranca la escuela Iradicionalisfa, que no coincide siempre, aunque sí de ordinario, con los partidos tradicionalistas españoles, de glorio­sísima historia.

Nosotros no hemos dudado en incluir entre los ilustres representantes de esta escuela a Cánovas, otro de los grandes hombres que en el siglo pasado consagró su vida a la Patria. Para Cánovas, como para Balmes, las dos pie­dras angulares sobre las que había de levantarse nuestra Constitución polí­tica eran también la religión y la monarquía.

Heredero de estas ideas fué Mella. Las sintió tan hondamente como sus predecesores con los cuales, por su vocación filosófica y sus aficiones histó­ricas, tantos puntos dé contacto tuvo. Inferior a ellos en sentido político prác­tico y en comprensión del mundo moderno, les superó por su temperamento artístico. Sin mengua de la claridad y de la precisión en los principios. Mella «s de ordinario más feliz en la forma, es maestro en el arte de vestir de forma plástica los sentimientos y las ideas abstractas.

Las ideas centrales de la ciencia política de Mella son las mismas que sis­temáticamente expuso en sus días don Jaime Balmes: España, en medio de su variedad aparente, es en el fondo una unidad. Es acaso la colectividad política más unida que ha conocido la Historia. La unidad se produce y man­tiene por dos principios: uno, interno, y externo el otro. El principio ex­terno de unidad es la Monarquía; el interno, la Iglesia católica. Unidad no «s uniformidad. Con la unidad nacional es compatible la variedad que ofrecen las sociedades completas infrasoberanas que forman la nación española. Las diferentes soberanías sociales viven coordinadas y unificadas dentro de la única soberanía política.

No estará de más recordar—y recordárselo especialmente a aquellas pro­vincias españolas a quienes más grato debe ser el nombre de Balmes—que él autor de El Criterio fué más unitarigta que el tribuno cuya muerte hoy lloramos.: Y digamos de pasada que en estos días de reconstrucción nacional, que son también días de confusión ideológica y de desorientación política, es un deber de cualquiera que piense en serio influir en los destinos na­cionales, acudir a la cátedra de la media docena de hombres superiores que «n la última centuria, con su palabra o con sus escritos, han descifrado el «nigma del alma española.

Mella fué enemigo del Parlamento, y contrario al sufragio universal; en todo lo cual sigue siendo representante de la pura tradición española. Pro­fetizó constantemente la dictadura. Suya es la frase recordada recientemente en estas columnas: «En el período de transición d^ este régimen caduco a otro nuevo, la autoridad suprema se guarecerá en la tienda de campaña de la dictadura.»

Y cuando ésta advino, consecuente con sus ideas, echó todo el peso de su autoridad moral del lado del dictador. Y a la vista está cuan desinteresadamen-be... Con muchos de los criterios de política interior del actual Gobierno siempre se mostró conforme, aunque sería faltar a la verdad decir que con todos. Pero las reservas que él hizo, más bien privada que públicamente, dan más valor a la imparcial, desinteresada y firme adhesión prestada al jefe del Gobierno. Sin reservas, aplaudió la política marroquí y toda la política exte­rior del señor marqués de Estella.

Mella había dejado en los últimos años, por múltiples causas, de ser hom­bre de partido y se había convertido en figura nacional. Contribuyó princi­palmente a ello Sa actuación durante la guerra europea, en la cual hombres de diferentes campos se sintieron representados en la palabra elocuentísima del insigne tribuno. Contribuyó su mismo carácter, tan • humano, tan gene­roso y amable. Las simpatías generales de que se sintió rodeado en sus últimos años—nunca tuvo enemigos personales—eran la justa correspon­dencia con que la sociedad pagaba su juicio suave y benévolo sobre to­das^ las personas, cualquiera que fuere su ideología. Era bondadoso hasta cuando criticaba ingeniosamente las ajenas flaquezas. Fué un excelso aristó­crata esipiritu?il. '

Sincerísimo en sus convicciones, no tuvo otra ambición que la de de­fenderlas y verlas triunfar. No quiso puestos ni honores. Gastó pródi­gamente, cuando la tuvo, su reducida fortuna, en la defensa de sus idea­les. Vivió los últimos años de su carrera mortal «ni envidioso ni envi­diado» en su modesto cuarto del paseo del Prado, rodeado de sus amigos (ntimos y de sus libros, o a solas con sus proyectos, un tanto ilusos, de dar forma definitiva a sus ideas, de escribir nn tratado sistemático de filosofía política. Fué, en fin, en toda la extensión de la palabra, un hombre de buena voluntad y en él se cumplió la evangélica promesa de la paz en la tierra que a los mortales está prometida, porque eran fugaces y siempre superficiales las borrascas en aquel noble espíritu que conservó siempre no pocos rasgos infantiles.

Su alma se encuentra ya en la divina presencia, ante aquel Juez a quien él tantas veces, con tan valiente y sincero fervor, confesó ante los hombres. Pensemos piadosamente que Cristo no le habrá negado ante su Padre ce-JestiaLj

La conspiración debía El mariscal Petain ha estallar en Faro dimitido su cargo

Estaba dirigida por un ex go­bernador civil del partido

demócrata portugués

Las bombas serían lanzadas con­tra la guarnición y los puentes

LISBOA, 27.—La Poiücia tiene ya casi concluidas lac diligenciafi relativas a 'a conspiración cuinunista del Algarve.

De ellas se desprende que los dos ca­dáveres mutilados que fueron encontra­dos en la cuneta de la carretera, junto al pueblo de Sao Braz, pertenecían a terroristas muertos cuando se dedicaban a la fabricación de r.xplobivos.

El teniente Braz X'icira, (¡ue dirigió las diligencias, sospeiiía ijue una de las victimas quedó aiiii cí ii vida después de la explosión, pero que fué asesinada por sus cómplices para evitar i]iie tiicis-ra declaraciones coinproineledoras.

La Policía considera también averi­guado que el jefe de la conjuración era el doctor Manuel Pedro Gnerreiro, de­mócrata, que fué gobernador civil de Faro.

El dinero para fabricar las bombas fué adquirido por suscripción entre los elementos comunistas, a razón de .50 es­cudos cada uno. Están ya prtísos algu­nos de los suscriptores; les demás son activamente buscados por la Policía. T.as bombas estaban destinadas contra las tropas del regimiento niímero 15 de In­fantería, de guarnición en Faro, y para destruir los puentes.

Los presos, en número de 12, han sa­lido hoy con dirección a Lisboa.

La Policía considera que esta conspi­ración está, completamente abortada, aunque existen aún algunas raíces, que serán pronto destruidas. Lois únicos e'e-mentos para la lucha que poseían los elementos enemigos deil régimen eran bombas, la mayor parte de las cuales, según supone la Policía, han sido reco­gidas.—Corroía Marques.

PENSIÓN A LA VIUDA DE UN AGENTE

LISBO.A, 27.—El Gobierno va a conce­der una pensión a la viuda e hijo del agente de la Policía que ha sido as?-sinado en Oporto.—Marqiirs,

IMPBESION FAVORABLE DEL EMPRÉSTITO

GINEBRA, 27.—El Comité financiero dej la Sociedad de Naciones, cuyas sesiones han comenzado en la mañana de hoy, estudiará a mediados de la semana pró­xima la petición de un empréstito 'or-muilada por el Gobierno portugués.

La Agencia Havas cree poder asegu­rar que los resultados de la informa­ción practicada recientemente en Portu­gal por una Comisión de la Sociedad de Naciones parecen ser favorables.

Los propietarios de Glozel denunciados

Les acusan de estafa

P A R Í S , 27.—Los señores Fradin, pro­pietarios del campo de Glozel, se han mostrado literalmente consternados an­te la presencia de los agentes de Poli­cía, encargados de practicar un regis­tro, en virtud de la denuncia por estafa presentada por la Sociedad de Estudios Prehistóricos de Francia.

A pesar de ello, los propietarios del campo donde se realizaron los ya famo­sos hallazgos, insisten en afirmar que se t rata de una maquinación urdida con­tra ellos para hundir el asunto Glozel.

Índice - resumen Deportes P&g. 1 laa vida en. Madrid Fág. 7 De sociedad, por <M Abate

Faria» Pág. 7 Cinematógrafos y teatros (<Un

alto en el camino»), por Jor­ge de la Cueva Pág. 7

Cotizaciones de Bolsas Pág. 8 lias intervenciones de nn Es­

tado en otro, por Kamón de Olascoaga P4g. 10

Los descubrimientos de Olozel, por José Pérez de Barradas... PAg- 10

lia careta y el antifaz», por «Curro Vargas» Pág. 10

Chinltas, por «Vieemo» Pág. 10 Se non s vero Pág. 10 El final de una leyenda (fo­

lletín), por Ángel Ruiz y Pa­blo Pig. 10

JCADBID.—Se intenaiticará la propa­ganda para el centenario de Goya.— Llega la Tuna sailmantina.—Solemnes actos para conmemorar el cincuentena­rio de los Hermanos de las EscueJae Cristiana*.—La próxima eesióni de la Academia de la Lengua; el premio Fa«-tenrath al señor Llanos y Torriglia.— La urbanización de los pueblos limítro­

fes (página 7).

P&OVUrCZAS.—Bl Bey asistió ayer en Tolledo a una misa de rito muzárabe y luego pronunció un elocuente discurso en la Congregación Militar de la Inmacula­da.—Asamblea en Pola de Siero para el ferrocarril San Martín-Lieres-Oijón-Musel.—Bn Zaragoza cerrarán lae ta­bernas en domingo.—Cerca le Cáceo-es perecieron en accidente automovilista un catedrático y un chofer.—Grandes nevadas en Albacete y Teruel (pág. 8).

—«o»— EXTKAHJESO. — Declaración ministe­rial en Alemania; se aprobarán loe pre-spuestog y los asuntos urgentes antee de mayo.—Bl mariscOíl Petain ha dimi­tido de jefe supremo del Ejército.—Cua­renta muertos en el incendio de un

I «cine» en Italia.—Ha mejorado la situa­ción por la cuestión tirolesa.—^Doscien­tas casas deetruídae por una tempestad en Río de Janeiro. — La línea aérea Francia-Buenos Airee se inaugurará el día 1 de marzo (páginas 1 y 2).—Pío XI pronuncia una alocución contra las mo­

das femeninas (pagina 10).

Era comandante en jefe del Ejér­cito francés

Se aumentan las tarifas ferro­viarias en Francia

—o— P.^RIS, 27.—El mariscal Peíain ha in­

sistido cerca del Gobierno francés para que se acepte su dimisión del cargo le comandante en jefe del Ejército.

AUaiENTO DE TARIFAS P,\HIS, 27.—La Cámara ha modifica­

do el impuesto sobre los transportes por ferrocarril.

El Consejo Superior de Ferrocarriles lia decidido que desde primero de marzo se aumenten las tarifas de transporte de mercancías. El proyecto de monsieur Chappedelaine fué informado favorable­mente, puesto que la tasa no vendría i agravar el aumento de las tarifas.

El comunista monsieur Gambier pro­testó contra ei proyecto, porque, decía, «el aumento en las tarifafi producía una disminución de mercanciae y un decre-•cirniento del precio de vida».

También se abstuvo monsieur Berdou-ce, diciendo que sa trataba de algo asi como de^'olver 0,75 a los clientes des pues de haberles exigido diez francos

Finalmente,- el proyecto fué votado por •100 votos a favor.

» , » — . •

Un obrero hereda setenta y un millones

Estaba en l a miseria y sufrió u n desmayo al recibir la noticia

LODZ, 7.—Un obrero llamado Stanis-las Agaciak, que se hallaba desde hace tiempo sin trabajo, acaba de ser infor­mado por el cónsul de los Estados Uni­dos en Varsovia que un tío materno suyo, muerto recientemente en Nueva York, le ha dejado una fortuna de 12 millones de dólares (unos 71 millones de pesetas). Al conocer la noticia, Agaci^, que apenas si había podido alimentar­se en las líltimas semanas, sufrió un desmayo.

Choques entre comunistas Patr iotas cont ra comunistas

P A R Í S , 27.—Ayer se registraron va­rios, choques entre comunistas y miem­bros de las Juventudes Patrióticas, cam­biándose gran número de bastona^s. En algunos moríiento.3 salieron a'rel'acir ar­mas blancas y pistolas.

Los agentes recogrleron a cuatro "ca-melots du rol" heridos de arma blanca. Al Intervenir la Policía, los comunistas hicieron frente, siendo detenidos 15 y he­ridos varios.

UN CANDIDATO SOCIALISTA POrriERS, 27.—En virtud de ima or­

den del juez de Instrucción del Juz­gado del Sena, la gendarmería de Lou-dun ha detenido a Augusto Emilio Du-rand, de treinta y cinco años, y natural de Persac, por los delitos de complici­dad, uno de falsos pasaportes y aten­tados a la moralidad.

Durand ha sido designado reciente­mente por la Federación Socialista de Vienne candidato para las elecciones de diputados por la circunscripción de Lou dun.

• « • PARÍS, 27.—La Comisión administra­

tiva del partido socialista se ha ocupa­do de las próximas elecciones, acordan. do presentar candidatos en cerca de 500 circunscripciones.

Un hombre típico Con Mella desaparece uno de los hom­

bres más representativos de nuestra ra­za. No digo de nuestra nación sino de nuestra raza. Como pocos, poseía la in­tuición pujante del pensamiento, la gran­dilocuencia de la expresión, la caballe­rosidad del proceder y la inflexibilidad de principios que distinguen al español clásico. Era la personificación brillante de esas cualidades anímicas en el orden ptíblico o social, como lo fué el inolvi-! dable Menéndez y Pelayo en el orden| domingo, a las'once y cincuenta de la de la especulación ideológica. Ambos irjoche convenían en ser supervivencias de la! gu muerte fué apacible, serena, sin gran España de los siglos XVI y XVILiponvulgiojjgs „; crispamientos dolorosos. acaso la única España creadora, perso-i Espiró aprisionando contra su apecho el '^^l ^;rPf,'™^°,®"í^'. . j >=, 'crucifijo que en la hora postrera usó

A Mella se le ha tenido sólo como ora-1g„ ^^¿^^ Momentos antes besó por lU-dor elocuentísimo. Realmente lo era. Sm[ti„,a vez con emocionante fervor otro grandes condiciones físicas para serlo, su palabra, a la vez densa y fulgurante, convencía deslumhrando. Poseía el rit­mo majestuoso de la de Fr. Luis de Granada, y la riqueza cromática de la de Castelar. Pero no se elevaba como la de éste sobre ideas, sino sobre principios, a la manera de la de Donoso Cortés. En ella, el aparato o adorno exterior, con ser magnífico, tenía menos impor­tancia que el fondo. Lo que no era óbi­ce para que, oyéndola, aun los que de este fondo ideal disentían, se sintiesen subyugados al ver sucederse en el aire, cláusula tras cláusula, aquellos períodos rotimdos y armónicos como una sinfo­nía genial. Precisamente, el distintivo de Mella, desde el punto de vista ora­torio, era el sobreponerse al adversario, como se sobrepone al ojo una proyec­ción potente de luz, por su misma pu­janza avasalladora. Aun viéndose derro­tado por él, había que aplaudirle, ad­mirarle y hasta quererle.

Cabria, no obstante, decir que Mella era pensador, tanto como orador. Se ha ponderado muchas veces la difícil fa­cilidad con que compendiaba en síntesis comprensivas los hechos históricos más universales o lejanos para fundamentar sus teorías políticas. Pues aun era más de admirar en él la maestría Insupera­ble con que se introducía por la intrin­cada selva de los sistemas filosóficos para reducir a muy contados concep-, tos, los puntos de que parten y en ios t"buno. El padre Alarcón, el marqués

— • ide Ibarra y don Guillermo Koehler hi-'

Vázquez de Mella falleció anteanoche Rodeado de su confesor y de varios religiosos y otros amigos expi­ró a las 11,50. Su vida se apagó tranquilamente, mientras estre­chaba un Crucifijo. En su testamento deja una fundación docente

BO

Hoy, a las diez y media, se celebrará el entierro QG]

El señor Vázquez de Mella falleció el

Crucifijo indulgenciado, que tuvo sin ce­sar entre sus manos desde que entró en el período preagónico. La agonía se ini­ció a las once de la noche. Cuando iba a expirar, el señor Vázquez abrió los ojos como si quisiera despedirse, y paseó una mirada por los rostros de las per­sonas que se hallaban presente.

Rodeaban el lecho en aquel instante el padre Juají y el hermano Javier, re­ligiosos Camilos; el padre Alarcón, S. J.; el padre Mario, agustino; el sacerdote don Pablo Hijas, señores Chicharro, Kofchler Gotina, Crespo, Portillo, Valver-de, Paracht, Lostau, Labrador, Ríos, Hons, Manso, González (E.), marqués de Ibarra, general Fanjúl, doña Tere­sa Luzzatl, señoritas Consuelo Musso e Inés González, el doctor Comas, sus servidores Nicasio y Paulina, que han venido expresamente de Asturias, y sus sobrinos don Jesiis y don Enrique Vá­rela.

I ^ noticia del fallecimiento fué comu­nicada inmediatamente al Palacio Rea!, al Nuncio de Su Santidad, al Obisipo de Madrid, al presidente del Consejo y al ministro de la Gobernación, que hablan rogado que se les avisara.

El cadáver del señor Vázquez de Me­lla fué amortajado con el hábito de la Orden Tercera de San Francisco y de­positado en la capilla ardiente, que que­dó instalada en el desapcho del iltistre

Albania renuncia a la ayuda de Ginebra

La había solicitado hace pocos días

GINEBRA, 27.—El Gobierno de Alba­nia ha comunicado a la Sociedad de Na­ciones que no enviará ningún delegado a esta ciudad durante la próxima re unión del Consejo, y que retira la peti­ción presentada días pasados para que se le prestasen medios con que combatir el hambre.

Se afirma que esta decisión del Go­bierno de Albania ha obedecido a pre­siones del Gobierno de Roma.

LO DE SAN OOTARDO ROMA, 27.—Por noticias llegadas dt

Budapest se sabe que la mayor parte de los periódicos de aquella capital están de acuerdo en opinar que el paso dado por el actual presidente en ejeréicio df la Sociedad de Naciones (representante de China en dicho organismo) es un he­cho deplorable.

Mejora de la situación austroitaliana

La declaración de Musso-lini, aplazada

ROMA, 27.—La declaración de Musso-lini acerca de loe incidentes con Aus tria a propósito del Tirol meridional ha sido aplazada unos días. Se interpreta esta decisión como una iprueba de que la situación ha mejorado.

« » « VIENA, 27.—En los círculos bien In

formados de esta capital se asegura que pueden ser examinados con traquilidad los Supuestos incidentes ocurridos en la frontera con Italia, y la situación creada entre esta nación y Austria, En dichos círculos se ha declarado que los rumores circulados acerca de dichos in-oidentes parecen do todo íundamtnto. i

que, al fin, convergen. Más que seguir en su discurso el desarrollo de las ideas, parecía contemplarlo en conjunto, como se contemplan los relieves de la tierra desde un avión. Pero contemplarlo en to­dos los pormenores perceptibles. Su vis­ta era en esto tan persplca.z y abarca­dura, que lo mismo distingruia las mi­nucias ideológicas de la VISION DELE-TABLE del olvidado Alfonso de la To­rre que las filigranas analíticas de Kant. Por eso su posición independiente o ecléctica en este punto. No comulgaba en escuela alguna porque conocía el flaco de todas. Su ideal de escuela filosófica habría sido la creada a la sombra de la Cruz con el Evangelio abierto entre las manos. A ella, sin existir, estuvo afi­liado de por vida.

Extrañará a muchos cómo siendo pen­sador de empuje no produjo obra algu­na de Índole investigadora. Lo explica su carácter. Los que Malapert llamó emocionales son por esencia sintéticos en su fase mental, y los sintéticos re­huyen instintivamente el ejercicio de la actividad externa. Viven para la pro­yección espontánea de sus visiones con­templadoras, y no para el fraguado me­tódico de escarceos analíticos. Tan in­comprensible habría sido Mella dando a luz un libro sobre el principio de razón suficiente como San Ag^ustín or­denando en sistema inflexible las ma­trices geniales de sus obras imperece, deras. Sólo una necesidad imperiosa que les aherroje la voluntad en forma de obsesión proselitista o de ímpetu com-l batiente puede moverlos a descender de' las regiones elevadas de la especulación pura en que de ordinario se mueven. Y Mella, por circunstancias de tiempo y ambiente, no hubo de sentir esa nece­sidad coactiva.

Más extraño es que, dotado de Influ­jo personal tan relevante como el que le prestaban sus condiciones de crea­dor y político nada comunes, no llegara a crear grupos compactos y numerosos de adictos. Ellos son para las persona­lidades piiblicas de relieve lo que los satélites para los astros: adquisición na­tural de su irradiación energética. Sin embargo. Mella no los llegó a adquirir. Contando los admiradores por millares, no alcanzó a disponer de unas doce­nas de adeptos. Electrizaba a las mu­chedumbres con su verbo fogoso e ins­pirado y no conseguía reunir en cenácu­lo a algunos discípulos fieles. Vivió casi aislado y ha muerto en la Santa Elena de ima soledad absoluta.

Clave de esto es sin duda el lnd¡. vldualismo extremo que constituye la nota distintiva de nuestro carácter na­cional. Somos refractarios al gregaris­mo, a la constitución de escuelas. An­tes que cobijamos a la sombra de im personaje queremos proyectar la nues­tra, por ruin que resulte. Pero más que nuestra Idiosincrasia Individualista, ex­plica, acaso, la infecundidad adoctrinan­te de Mella, su misma rigidez Ideal y consecuente. Hubiese sido más dúctil de criterio y proceder y habría contado con multitud de secuaces y ejercido en su torno influencias vigorosas. Quizá no se dió cuenta de que para dominar a los hombres hay que engañarlos, como decía Rlchelieu. O quizá lo tuvo siem­pre a la vista; pero prefirió, como el de Luna, ser despojado de honores y preeminencias a vagar por alcantarillas. Se le podría haber reconvenido en este caso por no poner en tensión sus fa­cultades privilegiadas y no producir con ello grandes bienes de orden miiltiple; pero al pródigo no se le Impone la eco­nomía con reglas. Despilfarra caudales como el sol emite luz. Hombre típico de su país, Mella habría razonado su actitud con la frase ya clásica: "Esta es Castlella, que face los homes e los gasta."

P. BRUNO IBEAS « • »

cieron las gestiones necesarias para con­seguir autorización a fin de que pudie­ran celebrarse misas en la cámara mor­tuoria.

El último día La agravación en la enfermedad que

padecía el señor Mella se Inició duran­te la madrugada del sábado al domin­go y los médicos intentaron dominarla con inyecciones de aceite alcanforado.

El domingo, a las nueve de la maña na, como todos los días festivos, dijo una misa en la habitación del enfermo su director espiritual, padre Juan, ayu­dada por el padre Alarcón, de la Com­pañía de Jesús. El señor Vázquez de Mella recibió í^irvorosamente la comu­nión, y cuando el sacerdote le acercó a los labios la Sagrada Forma se santi­guó. Un poco antes, hablando con el religioso camilo que le asistía mostró deseos de recogerse espiritualmente para prepararse a comulgar, meditando sobre la Eucaristía. La misa la oyeron tam­bién doña Teresa Luzzati, el sobrino del enfermo señor Várela y los íntimos ami­gos de, don Juan, marqués de Figueroa, conde de Doña Marina y señores Bofa-ruU, Koehler y Rodrigo.

Inmediatamente después de la misa, el padre Alarcón le leyó la recomenda­ción del alma, que era repetida por to­dos los presentes, incluso por el ilustre enfermo, quien, cuando el padre Alar­cón decía «Jesús, José y María», se ade­lantaba a él exclamando con encendido fervor: «Os doy el corazón y el alma mía.»

El altar fué improvisado con una me­sa colocada sobre una pila de volúme­nes de las obras del enfermo no pues­tas aún a la venta, y como el padre Alarcón 10 hiciera notar, el señor Váz­quez de Mella respondió: «Sí, sí, está bien. Encantado.»

Con frecuencia pedía agua, que bebía a pequeños sorbos, y como los acce­sos de tos no le dejaran, solía repetir: lEsta picara tos!

La mañana la pasó tranquilo, pero amodorrado. No obstante, conservó su lucidez, lo que le permitió reconocer a las personas que 1© rodeaban. En una ocasión citó por sus nombres, sin olvi darse de nadie, a todas las personas que habían oído misa en su compañía.

A las once de la mañana empeoró el enfermo visiblemente, y el doctor Co­mas hizo que se le inyectara suero. Como la gravedad se acentuara, y por indicaciótv de los facultativos, se avisó por telégrafo a unas sobrinas del señor Mella, que residen en Coruña.

A última hora de la tarde, a las ocho. los médicos celebraron consulta y re­dactaron el siguiente parte:

«El proceso bronconeumónico que pa­dece don Juan Vázquez de Mella se ha agravado extraordinariamente durante el día de hoy, siendo la impresión de los médicos francamente pesimista.»

Los doctores manifestaron que los fo-

r rs pulmonares se habían extendido y que se le habla practicado una sangría como última rocurso. «

A las nueve y media entró el enfOT-m<,- en el período preagónico. El padre Alarcón le sugirió algunas jaculatorias, y le dirigió brevísimas palabras:

—Al Cielo, don Juaji-4e dijo—; Jesu­cristo le espera con los brazos abier­tos. Usted le ha confesado delante de los hombres, y El le va a confesar aho­ra delante de su Padre. El enfermo con­testó aún a algunas de las jaculatorias que el padre Alarcón le recitaba, pero tenía que esforzarse mucho, porque su voz se iba apagando por momentos.

Hoy, a las 10,30, el entierro Hoy, a las ocho y media de la ma­

ñana, el padre Valdepares, auditor de la Rota, celebrará una misa en la casa mortuoria.

A las nueve celebrará misa an la ca­pilla ardiente el Obispo de Madrid-Al­calá.

A las diez de la mañana, m loa Je­rónimos, se ceilebrará un funeral de cuerpo presente, y a las diez y media el entierro al cementerio de la Almá­dena.

Será inhumado en la misma sepul­tura donde está enterrada la pierna que le fué amputada.

El entierro será muy modesto, como modesta también la caja, de madera corriente cubierta y forrada de negro.

El co-che fúnebre Irá tirado por cua­tro caballos.

Los familiares Mella no tiene parientes en primer

grado. Los más cercanos son doña Car­men y doña Enriqueta Mella—sobrinas— que se hallan en Galicia, y a quienes ya se ha telegrafiado, y en Madrid, don Pedro y don Joaquín Fanjúl, pri­mos y don Enrique y don Jesús Vá­rela, sobrinos.

El testamento de Mella Don Juan Vázquez de Mella otorgó

testamento hace unos diez y siete años, ante ed notario de Santiago don Jesús Fernández Suárez.

A media tarde de ayer se celebró una conferencia telefónica con este señor, el cual confirmó que él tenía el testa­mento, del que el propio Mella poseía una copia simple.

Dijo como detalles que los aJbaceas testamentarios son el director y el vl-cedirector de la Teroei-a Orden de San Francisco; el primer cargo lo desempe­ña el padre Legísima.

Dispone en las líneas generales del testamento que se le entierre en Madrid y que se le amortaje con el hábito de terciario franciscano y con la medalla de ia Virgen del Carmen.

Aun no se conocen más cláusulas, pero se asegura que deja una funda­ción docente en Santiago, a la que, se­gún creencia de amigos íntimos, irán muchos de los libros que don Juan po­seía.

El acta de defunción La Inscripción del fallecimiento del

señor Mella se hizo en el Juzgado mu­nicipal del distrito del Congreso, en el libro 119 de defunciones, acta 330, fo­lio 233.

El certificado de defunción, firmado por don Ramón Comas Gerez, dice que el señor Mella falleció a las 23.50 del día 26 de febrero de 1928, a consecuen­cia de una bronconeumonla aguda do­ble, con edema pulmonar e insuficien­cia renol y coma urémlco en un an­tiguo diabético.

La capilla ardiente

El príncipe Enrique herido al caer del caballo

LONDRES, 27.—El príncipe Enrique, tercer hijo de los Reyes de Inglaterra, se ha caído hoy del caballo durante una cacería verificada en las cercanías de Leicester, resultando con heridas en un hombro y una pierna, pero sin frac­tura alguna..

m O DE RIVERA Y MELLA Unas cuartillas del presidente

El presidente del Consejo, a requeri­miento nuestro, ha tenido la amabilidad de enviamos las siguientes cuartillas:

"¡Mella! He aquí im nombre que, al desaparecer de la lista de los vivos, se agranda y parece que nos alumbra y guía con mayor fulgor. Fué para mi ma­durez lo que había sido Castelar para mi Infancia: el cantor admirado y ad­mirable de las glorias españolas. ¿De la derecha, de la izquierda, de la tradi­ción, del progreso?... ¡Qué más da! El día que vivimos nos Impone a cada hom­bre la actuación: lo que se precisa es fe, conciencia, bondad. Ideal, comprensión... He conocido tantos déspotas en las iz­quierdas, tantos hombres cordiales en las derechas; vinos buenos en odres viejas y vinagres en destellantes frascos vi­driados, que he perdido la confianza en los envases y en las etiquetas... Despi­damos de esta vida a Mella con una ora­ción, que es lo que más nos ha de agra­decer en la otra.

Miguel PBIMO DB BIVGRA.''

A las cuatro de la mañana de ayer fué trasladado el cadáver del señor Mella al despacho, convertido en capi­lla ardiente. Los estantes de la. libre­ría, que corre a lo largo de las pa­redes, están cubiertos con paños negros.

El ataúd se ha colocado en el centro de la habitación. El señor Mella tiene cubierta la cabeza con la capucha del hábito. La expresión de su rostro 6S se­rena, y sus manos cruzadas, sostienen un Crucifijo y los originales de la Ben­dición papal y de otra especial que le fué concedida por ser presidente de los terciarios franciscanos. A los lados del ataúd están colocados seis candelabros cr,n sus hachones.

El Obispo de Madrid en la capilla ardiente

Bl Obispo de Madrid-Alcalá estuvo ayer tarde en la capilla ardiente, re­zando un responso ante el cadáver.

Muerto—dice el doctor Eilo—llevando la luz por delante como la llevó en vi­da, en sus Ideas, en sus palabras v en sus actos.

Una tarjeta del Nuncio El Nuncio de Su Santidad, monseñor

Tedeschini, envió una tarjeta escrita de su puño y letra, en la que dice lo si­guiente : «Con las más. afectuosas con­dolencias y con promesa de oraciones para el descanso y el premio eterno d« tan insigne y tan ejemplar hilo de la Iglesia.»

Se ha recibido igualmente una tarje­ta de pésame del Arzobispo de Santiago, padre Zacarías Martínez.

Visitas de pésame Desde las primeras horas de la ma­

ñana, apenas conocida la noticia del fallecimiento, empezaron a desfilar por la casa mortuoria numerosas personas. A pesar ded aviso colocado en la puerta, fueron muchas las que pasaron a la ca^ pilla ardiente para orar ante el cadá­ver.

Uno de los primeros en llegar fué el Arzobispo electo de Burgos, quien rezó un responso.

Durante todo el día y hasta bastante avanzada la noche, contimió sd desfile de personas;; entre ellas figuTan los se-

_k

¡I lar íes 28 d e í e b r e r o de 1928 (2) EL DEBATE MADRID.—Aflo XVIll .—iNúm. 5.810

fi'ires pres idente del Consejo—que acu- i ran te la guer ra y p a r a después d« la <i¡u a f imiar liacia las ocho y niodia dft! guerra». üa noche—, los ministros de Hacienda i Tenía p repa rada asim.síno la publi-y Gracia y Justicia, prcsiUcnie de ia icac ión de oira obra, i:ín¡€sis de un sis-Asa.uiWea Nacional, alcaide de Madvld; ; lema, düude áe recupilan y resumen las íliii-jues del^ Infantado. BnMén. Ba-Mia; ' teorías del señor Mella, dispersas eu dis-, , .„, . ,„,„„„. j . r. , ....._ ,, , ., c,if.gQ5 y conferencias, enlazadas con

v'ijloiusa dialeeiica. Don Jnan Vázqne?, de .Mella se dispo-'

nía a eycj-ibír nnas cuart i l las que lo

marqueses de Cavalcanti, Vaiiierrt.'y, San Mart in, Arenas, Ibair\i. .Xiyain de Gra.-y del Arco; marquesas dp' ,\rpieiiPR y fie T a m a r i t ; cijiules de Santa María di' l 'oniés. Florida, Gástelo, «leí Valle <|.> Pendueies , Esteban Collantes y Cerrá-gería, y los señores Aznar, Km-ntes Pi­la, Zúñiga Ci'rriido, K-jiadei. Spua i re García íkd IVai, l'ra l - ia , F r a n c s Ho-diig-nez, Boíariadl, Garvaial , Correa 1' drigiiez Vig-uri, León (don Ricardo), Ri vas, Piruornna, lineal de la Uoia, Fi-r-

había pedido el director de A It C, pa ra la encuesta abieria en éste periódico sobre el futriro re;jimen, pero la enfer­medad que le lia llevado al sepulcro, se lo inipalió.

E¡ ilustre tr ibuno present ía su niuer-G a f o ^ P f r e z J í n e n o , Monedet'o, IV)- te. Según nos lia dicho uno de eutí In-

timois amigos, no hace mucho tiempo, cuando ira.baj;U>a en la Pilosofia de la

iiández Mnreno, Amrzúa, Méndez ^'p-lEurarisüa, obra que publicó en cumpli-j a rano , paiJre I,egí-:ma, Zaragíteta, Gaii dar ias , L6p<?z Nu,'iez, H;bas, Benitez <!'• Lugo, Blanco ídon Riifino¡. Navamiiel, O n i z de Zárale, Maiin r,ázaro, l)ie£í0 Tortosa AUendesalazar, Gainoneda, Sti-bater. Palacio Valdes, Sandoval (don

..Adolfo), Garvaial, alcakle de Torlosti. Magistral de la Heai GapiUa, Ortejía. Entre los últiinos autógrafos del se-: Morfjón, . \ lbornoz. Hoyo Vilianova y:|V)r Mella figura un pensamiento escri-i Menéndez Pidal (don Hamón). También j ,„ „ , y,^ ;,ibnm. que le presentó la s<> firmaron las í ianias propaííandistas u('(,-joriia de Marquma. Xa Buena Prenda y la Federaejón de^ Decía a s i : Sindicatos de María Inmaculada . ¡ , . \ j ^e r este á lbum ívsmaltado en i

Muchos de ellos subieron a la capilla^ | . j ^ n^^.g ^^ j^j^j, ,^ ingenios, ofre-i

nneriio de un voto hecho durante la g rave enfermedad en que perdió la pierna, exc lamó: i

—.\le da e¡ corazón que cuando acabe mis obras, feerá p a r a morir . .

Los postreros autógrafos

Congreso de la Prensa científica en Colonia

; COI.ONTA, 27.—En ocasión de la Expo-.-it'iiin i inernacional de la Prensa, se ce­lebrar;'! en t s ia ciudad nn Conf^refio de la F i « i r a cieiiiifica iniernacional .

E L COMITÉ CHECO PUAGA, :.':i.—Ha yu.-dado consíiiuido

el Comité eleífido p a i a la participación ¡hcfioeslovaea en la E.xpnsicíón de Pren­sa de Cedonia.

St'rá preoidiílo por el jefe de sección doctor Tnbolka. fi^rurando como adjun­to el consejero de seccii'^n, doctor Buttpr.

En el Cornilé se encuentran represen­tadas todas las organizaciones de pe-i riodistas, tanto checos como alemanes.

Huevos del día de ia Granja «I<os Arcángslesi. Delfín MI-qael. Plaza. Santa Bárbara. 7. Teiél. 32.868.

Se reciben alariamente, 3,SO docena.

LA UNION PANAMERICANA

los visitantes liabía mu-sacei (bíles.

cidas ciano un homenaje de admira- i Ardiente. Kntr .rhos señores y nnmeresos .-ace, .e-u-^, .^.¡,.|j ^ g„ dueña, se presume lo qu. que rezaron responsos. En la capilla av.^^^^..;^. p^,,,^ cuando se tiene la dicha dei d¡*!nta se ol>tuvn,'ron fologra!la^ del t- '-ir-ontemplarla, la pr imera tentación es ^ dV.'er de Mella. ia r ro jar la pluma y extender la mano , v '

El Colegio de .Miogados e n v i ó l a un,5,jj,.¿jjj,,jj ^^^ ^^^^ ^¡^ ^^^^ ^^^^ re tarde i o rdenanza para tpie 'j^üiv-i'ra a .a-, oi-,,,, ,.p„resy j^j g¡p¡y y continiíe ho l lando: (lenes de V.'S dcud.os del finado. 1-,1 Ayuíi-j^y^g^g ^ ^ ^ ^ j^^^^ ^^ pretendido Incógni-i miento puso allí de servicio, con ini&mo objelo, a lgunos guard ias .

El oonde de Ronianones estuvo el do­mingo en la casa del señor Vázquez de Mella.

Telegramas de pésame Son nurnerosísirnns los f l e g r a m a s

de pésame que se reciben de toda Es­p a ñ a . Telegrafiaron, entre otras perso­n a s y entidades, doña Berta R o b a n ; el a lcalde de Sant iago, Centros tradicio­nal islas y calól icos de Valencia, Cast<i-

ío por la tierra.» Pocos momentos después dedicó un '

libro a don César Carvajal, y otro, un! ejemplar de Filosofía de la Eucaristía.\

i a su tiinigo don .Tuan Sobrado. | El t'iitimo autógrafo del señor Mella!

fué la ' lodicaioria dal p r imer tomo d'f'í sus díscnr-oí: al marqués de F igwroa , ! escrito finranie 'a visita que éste le hizo; el martes por la tarde. '

Refiriéndose el señor Vázquez de Me- \ lia a los innumerables autógrafos que 1

llón Bur r i ana etc • los t radicional is tas len los últ imos t iempos ha esciito en sus i de Burgos han comunicado que venarán i libros, solía decir con su habi tual gra-la rnavor par te de ellos al entierro, losicejo que después de esta prueba podía i pres identes de l a s 'D ipu tac iones de V i z - p a s a r con justicia por un especialista,! k y a y Coruña y los t rad ic ionaüs tas de ;en ded .en tonas . ;

O'"'"'*''- _ . „ , „ „ ¡ La habitación donde ha muerto ¡ Quieren llevar el ca-| ,,, ^^ , ,„ _ , ,„ ^ ^ . ^ dimensio-l d á v e r a C O V a d o n g a i n e s , del señor Mella, hay u n a gran can-¡

Fl presidente de ¡a Diputación de 0 \ ^ - h ' ' ' ' ^ ' i <í« >*bros; una^ sil las y un sofá,; tío'tPiegrafió a la vez que dando el ^^"^ " ° ^''^J'^" ' ' ^ P ^ " " ^'^'^' sost ienen; Pésame expresando el deseo de que ciim'M.tones de obras. i " ' ' Al lado izquierdo de la oama hay u n ,

es tante con l ibros ; en e l -derecho está. la mesilla de noche. Encima de ella hav ;

pésame, exp cadáver de Mella recihiera s<'pultura en Oovadonga; este 'deseo fué rei terado por teléfono.

La idea fué acogida con entusiasmo «•níre los amigos d ej finado, muohos de ellos llegados de otras provincias espa­rtólas, pero los albaceas testanumtario.-y un par iente de Mella entendieron que i tabía que cumpli r la c láusula testamen ta r i a .

paquetes de cartas y var ias eetampas religiosas de la Virgen de Covadonga, ' de Lourdes y de las MaravUlas, del Cris­to de Limpias, do San ta Teresa, de San i Franciso-o.

Sobre la cabecera pende un cuadri to con la Bendición papal , y enfrente se ve otro cuadro grande de Santa Teresa

F u n e r a l e s e n C a n g a s d e OníSJfle Jestls. .-vi p ie esta la p ie rna artificial »„ , ^ • . a í'.,„ I , n.,,-o¡que necesi taba usar. El Ayuntamiento de Gangas de O n s ^ ^^ , ,^

(Oviedo), pueblo natal de Mena, confl-i ^^,^^pg^ «^^^ ^^^.^^^ ^^ ¿ ^ ^^^^^^^ ^^^ r ió Ku representación en el ent ierro al doctor Comas y a los señores don José ,Jcolocada una Virgen <1B1 Pi lar y por do-

Ramón Zaragoza y varez.

quiera cuadros de asuntos religiosos. Mu-don l -e l icano ^^-,^YÍOS objetos de art« disputan el sitio ai

, . . . . . , „ !los libro.?'. Colgados se ven dos pequeños ^Ad<3más par t c,pó por telégrafo ;i»f^ «^¡retratos de don Carlos y doña Margar i ta . c a n g a s de Onís «^.celebrara u n I u n a r a i | ^^^ ^^^ ^ ^ ^ ^ ^^ ^J^^^ ^^^^^^K ^.^^^_

por el a lma de Mella. 1, 1, ^^ ^^^ viajes, y que regaló al señor

Los que ve-aron | Meiía. Ayer se quedaron a velar el cadáver I' Al lado de la silla donde se sentaba i

Jos íntimos del finado, señores Chicha-¡están las muletas de que se servía. El i r ro . Cortina, pad re Alarcon v Lostau. j ' l ' -spaeho está ocupado en toda su exten-1

Ision par es tantsr ías de libros.

Los últimos trabajosj Nicasio, su fiel servidor | d e l s e ñ o r I V I e l l a l Nlcaeio González, el portero de la ca-1

La m a ñ a n a del m ercolee, día en quejtía de Mella y su fiel servidor, es una | &€ sint ió enfermo, frcsiuvo una larga! de las f iguras que más se destacan en' conferencia con <1 editor señor Subi-j ttirno do la del i lustre t r ibuno falle-, r a n a , con el qi^e hcMó de los libros! cido. Don .luán l l amaba a Nicasio s u ' p róximos a poner a ia venta, y de la I mayordomo, y no ha faltado ^quien le edición de otroe.

La obra Filosofía de la Eucaristía, qutí 66 acaba 'le publicar , es un capítu­lo de u n a m a g n a obra que preparaba , t i t u l ada Filosofía de la Teología. Te­n í a ya te rminados los t ra tados de la Tr in idad , Encarnación, Sacramentos , y de la na tu ra leza del mal .

También pensaba publ icar una Apolo­g ía popu la r de la Religión

l l amara «la providencia de Mella», p o r que cuando don Juan pronunc iaba sus famosos discursos, Nicaeio le servia dei vez en cuando algún líquido, que el ora- j dor bebía a sorbos. Solía acompañar le también en sus viajes de p ropaganda . I

En estas úl t imas enfermedades, y so-i bre todo después de la amputación dei la pierna, Nicasio le sirvió en todo a l ! eerlor Mella, desde ayudar le a levantar-i

Sus discursos par lanieniar ios los iba! se hasta acostarle. a poner a la venta muy pront». Actual-! Nicasio procuraba evitarle a don Juan

el más pequeño disgusto, y tanto era su celo en este sentido que, como obser­vase que el señor Mella se mostraba ce­loso de las caricias que Kill le hacía, procurtiba esconderse cuando se ha l laba en presencia de su señor y llegaba el perro, con objeto de que las caricias del an imal fueran p a r a don Juan .

o

A s p e c t o s d e l a v i d a d e V á z ­

q u e z d e M e l l a , e n l a p á g i n a 5 .

A l g u n o s t r o z o s d e s u s p i e z a s

o r a t o r i a s , e n l a p á g i n a 6 .

meníe era lo que más le preocupaba. El pr imer tomo contiene varios de sus discursos, precedidos de u n a introduc­ción sobre ©1 autor , y seguidos de Ca­tolicismo y Ateocracia, estudio apolo­gético, con un t ra tado de las relaciones religiosas, sociales, históricas y políti­cas de la Iglesia y el Estado, has ta a í iora inéditos.

El tomo segundo, contiene, además de otros discursos una apología histórica y social de las órdenes religiosas.

El tercero contendría «Vaticinios del autor antes de la gue r ra europea, du-

Para Dolores Musculares

C o a n d o a t a c a el d o l o r , e c h e maiK> del f a m o s o m a ­t a - d o l o r e s , el L i n i m e n t o d e S loan . P o r 42 a ñ o s h a p r o ­b a d o s e r e l r e m e d i o m á s eficaz p a r a d o l o r e s r e u m á ­t icos , n e u r á l g i c o s y m u s c u ­l a r e s . E v i t a la i n c o m o d i d a d d e p a r c h e s o e m p l a s t o s . N o r e q u i e r e fr icciones c o m o los r e m e d i o s a n t i c u a d o s . N o m a n c h a , y

—su nfecto e$ intttttiUineo.

Cuide usted

$u estómago porque os fe base de

SU salud *'

Vo padecí también como usted, pero me

curó el

Uncóimbio F.íir.os'érico siempre produce resfriados. Prevenir­los es míijor que curarlos. Por tanto, es más conveniente estar preparado con tiempo que comenzar cuando se ob­

serva una enfermedad.

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Declaración minisíerial OLA DE FRIÓ EN TUI en Alemaeii

El presupuesto y tres proyectos urgentes para aprobar

antes de mayo

N'AüEN, 27.—El vicecanciller Hergt—el canciller Marx cont inúa enfermo—Im leído hoy en el Reichstag la dpclara-ción minister ial acerca del p rograma mínimo del Gobierno en estos meses. quQ sólo abarca el preBupuesto y al­gunas med idas urgentes.

El piGsrania comprende los créditos para los peqnefios rent is tas y los agri­cultores y las indemnizaeirmes a los a lemanes , cuyas, propiedades fueion confiscadas en los países baljger.TnieR. El Gobierno rechaza las m?d;dn:í cüiitr;i, la impOrtncií'in de carne congelada (¡ii" pedían los affrionltores, amiqiie r-eño noce que habrán de ser establecidns mas adelante. El ' total de los créditos podidos ascienden a 300 millones de mar ios .

El Gobierno declara que el p iog i ama constituya un todo y deberá ser apro- ' bado enlttro, aütique no se rechazan

'claro está, las enmiendas que .pud.eran ¡ser pre.*entadas. i A petición de! Gobierno, el Reichstag ¡procurará ade lan ta r todo lo posible sus j í iabajos pa ra que las elecciones puedan i : 'ener lugar en la segunda quincena de i 'mayo. |

L A S I Z Q U I E R D A S E N B R U N S W I C K

BliUNSVVICK, 27.—Con arreglo a los | i ifísultados provisionales de las eleccio­nes municipales celebradas ayer, los part idos de izquierda han obtenido una ; importante mayor ía . |

< • » — — —

La finea Francia-Buenos Aires, el 1 de marzo

S e h a r á l a t r a v e s í a d e l A Ü á n t i c o

p o r m e d i o d e a v i o n e s

P.ARIS, 27.—La l í n t a aérea Francia-América del Suj' se inagurarú el día 1 de marzo con un viaje de América del Sur hacia Francia . Ei día 2 se empren­derá otra viaje en sentido contrario. El trayecto se cubre por la vía aérea de 'l'oulousse a Saint Loiiis de Seiirgal y Cabo Verde, y de allí al extremo no­roeste del Brasil por vía mar í t ima , si­guiendo después en avión liasta iiuenos .Aires.

La duración dei viaje es de ocho o nueve días.

Contra el Asma REMEDEO M km%imk

eu Pox/os y en Oigraruios

Están suspendidas las comu­nicaciones ferroviarias con

el resto de Europa

Doscientas casas hundidas por una tempestad

en Río Janeiro

C0-\STANTIN0P1-A. 27. — D e s d e los üUiíiios días de la pasada s tn iana se siciueu los efectos de una ola de fiín, :icon!p;iñada de violentas tempestades dei üieve. ¡

Muchos rebaños se han visto atacados por manadas de lobos y de perros ham-b i i e i i t o s .

Kl servicio ferroviar io con Europti esia suspendido.

I N U N D A C I O N E S E N RIO D E J A N E I R O

lUO DE J.ANEIRO, 27.—Una violentí­sima tempestad de agua ha asolado po; e.-pacid de una hora esta capi tal y ha producido inundaciones en los barr ios del Sur. En los alrededores se han hun­did') 20Ü viviendas.

Todos los servicios urbanos han que-d:id© int«rrurnpidos.

Han icsul tado muer t a s ocho personas y her idas 25.

En a lgunas calles de los barr ios ba­jos d" la capi tal el ayua ha alcanzado más de un met ro de a l tura .

Eos bomberos han salvado a nifme-rosos vecinos, val iéndose de barcas. .

« I »

Cuarenta muertos en el íEcendio de un "cine"

ROMA, 27.—En la pequeña c iudad de Boriago, en la I ta l ia septent r ional , se ha incendiado un «cine» d u r a n t e i ini representación. Ha habido 40 muer tos v muchos hpridos graves. Se han envi^i-do socorros con toda urgenc ia des K Treviso y Vonecia.

El p efecto de la p r imera ciudad, qur acud 'a al lugar del siniestro, sufrió un accidente de automóvil , en el que re­sultó q-ravísimamente herido, y el chofe; muer to .

1.a mayoría de las víct imas lo hau sido por asfixia y aplas tamiento , y n(/ por quemaduras .

INCENDIO E N OPORTO LISBOA, 27.—Durante la ú l t ima ma­

drugada ha sido dest ruido por un incen­dio el edificio de la Compañía de Trdu \'!as de Oporto. Ardieron las oficinas. 30 coches eléctricos y pa i t e del barr i j obreros anejo a aquél las .

I Las pérdid.is se calculan en más dt 120 u;illonos de escudos.—Marques.

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—¿De manera que su esposa se lira por el balcón y usted tan tranquilo?

—Yo bajé en seguida al piso de abajo; pero ella ya estaba «n Ut cidle.

{¡•ele A/fíc, París.) i

— M i h i j a e s c a p a z d e c o n d u c i r u n a u t o ­

m ó v i l , v a a l a s c a r r e r a » y b a i l a d i v i n a m e n t e

e l c h a r l e s t ó n .

— Y o , e n r i g o r , s e ñ o r a , s o y c a p a z d e p e - , ,

g a r u n b o t ó n y d e f re í r u n p a r d e h u e v o s . j y ' ° P * S " " ° « • '°»°*'^°«

[Fantasio, París.) 1.

E L N I Ñ O . — s a l u d o a u s t e d , s e ñ o r A n n e y , y l e r u e g o q u e n o v e n g a c o n

f r e c u e n c i a a c o m e r a c a s a , p o r q u e m a m á se p o n e d e u n h u m o r d e m i l d i a b l o s

{The Ilumoríbl, Londres.)

— V o y a c a s a d e l m é d i c o . N o m e g u s t a n a d a m i m u j e r .

— T e a c o m p a ñ o . A m i , l a m í a , t a m p o c o . «liJ

{Jngfri'l, Municto.)

MADRID.—Año XVIII .—Xúm. 5.810 EL DEBATE (3y Martes 28 de lebrero de 1929

níormación general de provincias EHIl

Asamblea en pro de un ferrocarr i l en Pola de Siero. Un catedrá­t ico muerto por accidente de automóvil en Cáceres. Incendio en Santoña. Inauguración de escuefas en Mota del Marqués.

En Zaragoza cerrarán las tabernas los domingos

C e r t a m e n n a c i o n a l d e P r e v i s i ó n

CACERES, 27.—La Caja de Previsión ex-tremcüa organiza un gran certamen na-fional miitualista escolar, en el que se adjudicarán importantes premios, donados por el Insti tuto Nacional de Previsión, Colegio Nacional de Mutuaüdadec, Diputa­ción y Obispo de Badajoz. El acto se celebrará seguramente en Mérida, con asis­tencia de las autoridades y del director de primera enseñanza.

U n a c a l l e a l d o c t o r S e g u r a

CACEKES, 27.—En el despacho del al-1 calde se reunieron los presidentes de la.s Juntas diocesanas y los directores de los tres periódicoe locales, con objeto do acor­dar felicitar al Ayuntamiento por su acierto dando el nombre de Obispo Se­gura a la plaza de Caldereros. También se acordó rog'ar al Primado de Rspaña ace'pte la lápida que se colocará en dicha plaza y realizar los preparativos paia or­ganizar un homenaje popular al venerado e ilustre Obispo de esta diócesis, doctor Septura, al que se recuenia con gran ca­riño.

Nevadas en Albacete y Teruel

Lluvias torrenciales en Castilla e inundaciones en Valencia

Trenes detenidos en Levante

NIEVA EN ALBACETE ALBACETE, 27.—Ayer granizó y nevó

co;jii.'5a!r:eiUe en esta capitai. El tiempo tiende a lluvia.

DAKOS EN LA LINEA DE LA MARINA ALICANTE, 27.—El temporal de Le-

jVanie impidió ia salida de los buques. Clon de una Suciedad benética de casas; j^.^g^ ,|g arribaíla forzosa el pesquero baratas para anunciarle que dentro del ¡¡j .i j ^^ Spioola, que desde *Cananas breve plazo dará comienzo a la construc-! , . , ,. ',. „V,-A « , ^ „ ción de dos mil viviendas económicas en i ^e d.r^gia a l ialia. l a m b i é n se r e f u t a -terrenos inmediatos a los nuevos cuarta-! ron el vapor francés Bebía y otros bar­íes del cortijo de Pineda. Estas casas sejcos. El temporal ar rancó parte de la construirán por la aludida Suciedad sin; vía férrea de la Marina, teniendo los subvención alguna de las corporaciones ofi-! viajaros que realizar t ransbordos para

El fuego quedó localizado a las tres horas. La« pérdidas son de bastante con­sideración. Ño hubo desgracias personales.

D o s m i l v i v i e n d a s e c o n ó m i c a s

SEVILLA, 27.—L.sla mañana dijo el al-ca.de que ie había visitado la representa-

ciales. Tan sólo recaban del Ayuntamien to que una vez que estén construidas se encargue de proporcionar e' suministro de agua.

—En el Círculo de los Luises dio hoy

proseg-nir ei viaje. EL COJIREO V A L E N C I A - B A R C E L O Ñ T A

IJETENIDO EN BÜRRIANA RAnCKl.ONA, 27.—A consecuencia del

una conferencia acerca del tema «IJOS fran-i temporal ayer, a las tres de la tarde, ceses en Sevilla» el notario de este Co-|sg derrumbó una pared de la casa nti-

' i mero i de la calle de la Unión, de la Resultó he-

Irida levemente la vecina V'icenla Iserta,

"i logio don Manuel Diez Caro. Presidió :acto el príncij>e don Carlos. La numerosa; | jjj,j,jj^jjjj ¡g pi,^[)¡Q Nuevo y selecta concurrencia que escuchó al con ' fereiK-ianto ie tributó muchos aplausos. , .

- E s t a mañana en el palacio arzobispal, i'íe cuarenta y ctiatro anos, y muertos y bajo !a presidencia del Cardenal Ilun-¡ bastantes conejos y gall inas, que habla (lam, se reunió la Junta nombrada para en un patio. La casa quedó casi de­

restauración de las vidrieras artísticas rrumbaria y los bomberos ta rdaron dos de la Catedral. Asistieron los 6ei;iores Ca-ihoras en los trabajos de deseseombro.

Los vecinos tuvieron que desalojar las i viviendas.

—El gobernador manifesió esta mafia-d , . "T I • ' .-, 1 • ' ^ . ' " I ( H i e r e n L e s l l l U l'U^^n. niiirTr, i t ^ i . . i n " . j j " ; , - • , „ ,

el joven .Julián Guadiana, en dirección j ¿ inmediatamente den comienzo los tra-iOa que un Ri upo de alpinistas fui sor-'"" " ' " : bajos de restauración aludidos. prendido ayer por una borrasca de nie-

-Esta mañana en la Cruz del Campo,; ve en la motUaña de] Monlseny. cerca ¡cuando regresaba de Alcalá, un camión au-;(Jel pueblo do Tagamanent , pero pudo toi.n,. ' . fué a chocar contra un poste Qe|,f^g algunos trabajos regresar sin nove-

! T J ,;.í-os. Como consecuencia del encon-^^j^j^ p, , ^^1 ^ ^^^^ ciudad, i troíjai.o resultaron lesionadas el chnier.

( A c c i d e n t e d e a u t o m ó v i l e n C á c e r e s

kilómetro 27 d; a Trujillo oeu-

que costó

propiedad Ana, en

a Trujillo. Iban de excursión en el co­che el dueño, don Juan iMediavilla, don j Santiago Vázquez, el catedrático de este Inst i tuto don Cipriano Guerra y el che-1 fer Francisco González. Guiaba el auto-'

CACEEES, 27.-En el la carretera de Cácere; rrió un accidente de automóvi la vida a dos personas.

De la capital salió un coche

nal, presidente de la Comií-ión do Monu­mentos; Gonzalo Bilbao, el l^eán, Munllo Herrera y Molida. La Junta estudió lasj diferentes proposiciones recibidas y acor-

móvil .Julián Guadiana. Al llegar al

!™°„JlÍ\°"^'°,l? £L,?„i '" '^ '" ' '"^° ,"" ' ' Í ' ^ ^ ^ ° ' L U ' Í ' S Heyes7y los viajeros Rafael Zabala semenlal, que montaba un soldado de la Tíemonta de guarnición en Trujillo y que venía a pasar el día a Cáceres. El con­ductor, para evitar ©1 atropello, hizo un

Julián Ko<Írtguez. El primero se halla n estado gravísimo. Esta tarde hubo otro

iomóvil, a consecuencia del cual han su-Tiraje violento y aJ echar los frenos no¡ 5. .; ^ ^ P j - ^ ^ ¿^ alguna consideración tres obedecieron y el automóvil fué a caer por' "eimas t, la alcantarilla de la carretera, dando dos | ™"^* ' '*' vueltas de campa.na. Todos los ocupantes ! U n actO Sanitario e n T o l e d o quedaron debajo del vehículo, resultando! ^^ ^^.^ „- i- • r • j 1 r>,-r,o muertos el catedrático don Cipriano Gue-' TOLEDO, 2 ( . -En ei palacio de la Dipu-rra y ©1 chofer, francisco González. Losltación provincial se celebro ayer con gran otros tres milagrosamente resultaron ile-|concurrencia un acto de afirmación sani-606. Inmediatamente se dio aviso a Cá-' taria. Asistieron inspectores municipales

El jefe de Policía interino, señor Sa-lamero, que se hal laba en aquel mo­mento en el despacho del señor Miláns

ccidente de au- del Bosch, dijo que el correo "de Va­lencia a P>arcelona, había quedado de­tenido en Biirriana a causa del tempo­ral. Llegará a esta ciudad con ntieve horas de retraso, y q u e ' l a s comunica­ciones férreas del litoral catalán entre Arenys del Mar y Sainpol se encuentran cortadas por las lluvias.

LLUVIAS TORRENCIALES EN

FIGURAS DE ACTUALIDAD

ceres, de donde salió el material saniJ t ' e Saaidad de las provincias de loledo,| tario con varios médicos, pero cuando i Segovia, Avila y Cuenca. Presidio el go-j llegaron ya habían fallecido loe doe heri-i bernador civil en unión del alcalde p r e - j . ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^^ ^ ^.^^ crecei a los dos. El facultativo certificó que la muer-'bidente de la Diputación, inspector general [

CASTELLÓN CASTELLÓN, 27.—Desencadenóse una

te del catedrático obedeció, sin duda, a que a consecuencia del golpe recibido su­frió uoia conmoción y resultó ahogado en el arroyuelo que va por la alcantarilla.

Traídos los cadáveres a eeta ciudad, esta tarde se celebró el entierro, que fué pre­sidido por ©1 director del Insti tuto y las autoridades.

Casas baratas en Coruña CORUNA, 27.—Los empleados y obreros

de la Compaña de Tranvías acordaron constituir una cooperativa de ca»as ba-2*ata6. Las obras comenzarán en breve.

El ferrocarril San Martín-Lieres-Gijón-Musel

cares. El gobernador civil glosó, por ú timo, loe di.scursos y reconoció la justicia con que el Gobierno ha reconocido auto­ridad a los inspectores municipales de Sanidad. Todos los oradores fueron muy aplaudidos. quete.

Dis t inc ión a l p a d r e Ferreres

VALENCIA, 27.—El padre Juan Bautis­ta Ferreres, de la Compañía de Jesús, ha

„_.,...., „_ T 1 . 1 • , ., sido nombrado doctor «honoris causa» de GIJON, 27.—En el Ayuntamiento de Po-¡ia Universidad de Lovaina.

la de Siero se ce.obro, a las tres de la¡ _Kn la madrugada pasada, a las cinco tarde del domingo, una Asamblea de Ayun-1V mf.dja, a pesar de! mal tiempo, e! ee-tamifcutüs interesados en la construcción ^or Arzobispo presidió el rosario matu-

de Sanidad interior, inspector provin-l "'os y barrancos Doscientos metros de cial de Sanidad, presidente de la Asocia-! la vía forrea quedó inundada entre Al­ción provincial y representantes de la Aso-jmenara y Chiches, obligando a p a r a r elación nacional del Cuerpo. Hicieron uso] a! correo de Barcelona, que llegó con de la palabra los señores San Miguel, Du-| nueve horas de retraso. El r io Seco de rán, Muñoz. Ruiz lleras, Martorell y Be- Bu^riana se desbordó por varioS sitios

e inundó las huer tas y la ciudad. Mu rieron ahogados 110 corderos que había en los corrales del matadero . Una ven­t a s i tuada en la orilla del rio se de­r rumbó salvándose mi lagrosamente sus habi tantes . Debido a las inundaciones de las carreteras se han suspendido la mayor ía de los servicios de óinnibus. Contintia lloviendo copiosamente.

DE ARRIBADA FORZOSA .PALMA DE MALLORCA, 27.—A conse­

cuencia del temporal re inante era e l | i'i.r entraron ayer de arr ibada forzosaj )ii subüiar ino francés, el t ransporte ar­

gentino Patncjonia, gue, procedente de {iei, marchaba a Genova pa ra r epa ra r

rías, y un barco mercante italiano, L(ifi buques correos sus,pendieron sus en-íradas y sal idas .

AVERIA EN LOS TELEFONOS D E GUIPÚZCOA

SAN SEBASTIAN, 27.—En Tolosa ©1 viento huracanado derribó en la madru-

El b a r ó n T a n a k a , j e fe d e l G o b i e r n o j a p o n é s , q u e h a tr iunfado e n l a s e l e c c i o n e s

E l g e n e r a l b a r ó n T a n a k a r e c o g i ó e l P o d e r e n c i r c u n s t a n c i a s d i f íc i ­les. E l C o n s e j o p r i v a d o r e c o m e n d ó a l E m p e r a d o r su n o m b r a m i e n t o , a p e s a r d e q u e el " S e i y u k a i " , el p a r t i d o c o n s e r v a d o r , d e q u e T a n a k a e s j e f e , n o t e n í a m a y o r í a e n la C á m a r a ; p e n s ó e n d o t a r a l p a í s d e u n j e f e e n é r g i c o , c a p a z d e u n a a c c i ó n r á p i d a y d e c i d i d a . L o s h e c h o s p a r e ­c e n h a b e r c o n f i r m a d o e s t a a p r e c i a c i ó n q u e a h o r a h a r e c i b i d o la s a n ­c i ó n p o p u l a r . E l " S e i y u k a i " , s in l l ega r a la m a y o r í a a b s o l u t a , h a g a n a ­d o 3 3 p u e s t o s , lo q u e y a r e p r e s e n t a u n t r i u n f o a p r e c i a b l e .

El Rey asiste a una misa mozárabe en Toledo CTII

Por primer vez concurre a esta solemnidad el Monarca español. Un dis­curso del Soberano en la Congregación Militar de la Inmaculada.

Gil

E s m e n e s t e r , d i j o , c o n s e r v a r l a s i d e a s r e l i g io sa s e n l a o f i c i a l i d a d p a r a

c o n t r a r r e s t a r a l o s q u e q u i e r e n q u e b r a n t a r l o s f u n d a m e n t o s soc i a l e s . . GE

TOLEDO, 2 7 . - P o r p r imera vez el Reylrezó un responso por los congregantes de España ha asistido a una misa de rito mozárabe. El pueblo de Toledo h a desbordado su entusiasmo ante la pre­sencia del Soberano. Este presidió des­pués una fiesta organizada por la Con­gregación militar, en la que pronunció un improvisado discurso. Después de al­morzar con el Cardenal en la intimi­dad, el Monarca visitó los pr incipales monumentos toledanos, recorriendo a pie, las más típicas calles de la ciu­dad, s iempre entre el entusiasmo de las gentee, que no cesaban de vitorearle.

Llega el Rey La m a ñ a n a , lluviosa y desapacible.

Los balcones de la ciudad, engalana-

fallecidos. Después en el salón, el presidente,

a lumno galonista, señor Martínez To­rres, pronunció un discurso de saluta­ción al Monarca y dijo que los a lumnos congregantes sienten fervorosamente los amores de la Religión, Pa t r ia y Monar­quía.

Fué m u y aplaudido. Los a lumnos en­tonaron el h imno de la Academia, que todos los presentes escucharon de pie.

Discurso del Rey A continuación el Rey improvisó unas

breves pa labras , y dirigiéndose a los alumnos, les d i jo :

Ha sido pa ra mí una satisfacción muy dos. A la en t rada de las calles de Co-| g rande poder venir a visitaros. Veo por mercio. Cuatro Calles y Arco del Pala- i vuestras caras y por lo que acabo de cío la J u m a Patronal Mercaniil había! oír de vuestros labios, el an imado es­colocado grandes bandas de los coló- P in tu que os inflama. No olvidéis nun-res nacionales, en las que se leía: «To- ca, cuando salgáis de aquí, de Toledo, ledo sa luda a su duque . . «Viva el du- Que Imbéis pertenecido a esta Congre-que de Toledo». ¡gación, ya que s iempre a todo el que

Después de las diez y media l U g a r o n i h a vestido el uniforme mili tar le ha los elementos oficiales, que se s i tua ron : animado pa ra el cumplimiento de su delante de la puerta del Perdón, con 'debe r el ser reconfortado por la fe. En el Cabildo y el Pr imado, revestidos de j todos los grandes hechos de a rmas , en hábitos corales rojos, la capil la de Re-¡ todas las grandes victorias que hemos yes y los beneficiados. En las proxi midades de la Catedral se había congre gado un genilo enorme

A las once en punto llegó el Rey, que vestía uniforme de general de Infante­ría, de diario. Le acompañaban el dn que de Miranda y el conde de Aybar. El Monarca fué aelamadísinio.

¡conseguido, hemos sabido invocar pri-; mero el nombre de Dios, pidiéndole su I protección. Y fortalecidos con esa fe 1 y con la confianza absoluta de gue Iba-; mos protegidos desde arr iba, el esfuer-I zo personal suponía más , porque se 'pod ía caer, pero se vencía. I Por eso una de las cariicterlsticas que

Al llegar el Rey fué recibido por iosi.yo deseo que tengan siempre mis ofl-capellanes y beneflciados. El Cárdena',^ cíales es que crean, que tengan fe, por-revestido de la rica cnpa de Mendoza í que teniendo fe serán buenos católi-puesto ante el reclinatorio colocado enjcos, serán buenos mili tares y buenos las gradas del altar, presentó el «Te^x-t^.'españoles, y al ser buenos espafioles, de Mendoza al Rey, que éste besó d e j d e j a f á n bien puesto el nombre de Es-votarnente. El coro enionó la antifonal paña, que es lo que yo deseo que ha-«De recepclone regis», propia de esteigan sienipre mis soldados, acto, y el Cardenal cantó la oración i Tened la seguridad de que la Purfet-mientras los fieles permanecieron arro- ma Concepción, que es la Pa t rona de

NOTAS POLÍTICAS

tino, desde la iglesia del Pilar a la de San Agustín.

Inaugurac ión d e e s c u e l a s e n M o t a d e l M a r q u é s

VALLADOLID, 27.—Ayer por la tarde sc-eelebró en la villa de Mota del Marqués la inauguración oficial de dos escuelas con­cedidas por el ministro de Instrucción pú­blica y la entrega a varios niños de car- , , , , , . ,., j tillas del Ahorro Postal regaladas por sus- ^a ' la del^ sábado ujl^^cable j l e a l ta^ten-cripción popular. Asistieron los niños y ni- " " ' " ñas de las cuatro escuelas nacionales de la villa, las autoridades y el vecindario. Presidieron el acto el gobernador civil, se­ñor Fuentes Pi la ; el jefe de la Unión Pa­triótica, don Blas Sierra; el presidente de la Audiencia, el inspector de primera en­señanza, inspector de Correos y otras au­toridades. Hablaron el alcalde, señor Ca-Ueja; el presidente de la Unión Patrió­tica del partido, señor Rodríguez Calvo; el inspector de Correos, el de primera en­señanza y el jefe provincial de la Unión Patriótica, señor Sierra, que hicieron re­saltar la importancia de la escuela _ pri­maria. Finalmente, el gobernador civil se asoció al acto en nombre del Oobiemo y felicitó al Ayuntamiento por ver en ese acto una solemnidad cultural y la fiesta d«l Ahorro. Se terminó • la fiesta con el reparto de 236 cartillas de la Caja Pos­tal, que efectuó el gobernador. Cuatro car­tillas, de 12,50 pesetas cada una, fueron donadas por el Comité provincial de Unión Patriótica. El Ayuntamiento agasajó des­pués a los invitados con un refresco.

Homenaje al Rey VALLADOLID, 27.—Hoy saldrá para Ma-

dird una Comisión de la Asociación de Cazadores y Agricultores de CastiUa la Vieja, acompañada del gobernador civil, para hacer entrega al Rey del título de preeidente honorario de dicha entidad. Ll título va extendido en un artístico per­gamino. .Además, se le obsequiará al Mo­narca con una valiosa escopeta de caza.

Cierre de tabernas en domingo

síón, gue cayó sobre loe hilos del te-léfono. Por esta causa quedó interrum­pida la comunicación en la Central te­lefónica de esta capital . Al contacto se fundieron las resistencias y comenzó a arder la sala de máquinas .

TAMBIÉN NIEVA EN TERUEL TERUEL, 7.—El día de hoy amaneció

con u n a gran nevada, que cuajó rápi­damente.

VARIAS INUNDACIONES VALENCIA, 27.—Llevamos tres días de

temporal de aguas . Las comunicaciones telefónicas se han servido con mucha irregularidad. En varios pueblos del va­lle hubo inundaciones. También estu­vieron detenidos dos trenes por los da­ños causados en la vía.

—El patrón del vapor pesquero «Ma­ría del Carmen» comunicó a la Coman­dancia que el t r ipulante Francisco Le-desma Martínez sufrió lesiones de tal gravedad, que falleció a los pocos mo­mentos.

LA FECHA DE LAS EXPOSICIONES DE SEVILLA Y BARCELONA

SE FIJARA EN MARZO PRÓXIMO

del proyectado ferrocarril San Martín Lieres-GijónhMusel. La Asamblea fué con­vocada por el Ayuntamiento de Bimenes.

Asistieron numerosa* reipreseintacionee de los Ayuntamientos de Siero, Gijón, Sarie-go, Bimenee y San Martín del Rey Aurelio.

Abierta la sesión por el gobernador, el secretario del Ayuntamiento de Bimenes dio cuenta de la finalidad de la Asamblea, que era recabar el apoyo de todos loe Ayuntamientos interesados en el ferroca­rril para gestionar así con mayores pro­babilidades de é.fito la terminación del mismo. Agregó que las obras ya realizadas representan un adelanto considerable, pues estima que sólo se precisan, a lo sumo, para la conclusión del ferrocarril unos 10 millones de pesetas, consiguiendo con ello el Estado una nueva línea ferroviaria con un recorrido de 59 kilómetros, que atrave­sará una importante zona minera y fa­cilitará la explotación de la riqueza-del subsuelo.

Después de exponer todos los represen­tantes de los Ayuntamientos sus puntos de vista sobre la mejor forma de ver rea­lizadas las aspiraciones, se acordó que cada uno de los Municipios comprendidos en el trazado del ferrocarril aporte el ma­yor acopio de datos sobre el estado ac­tual de las obras eitclavadas e» eus tér-miinos para hacer entrega de ellos al al­calde de Gijón, señor Tuya, representante en la Asamblea Nacional de los Ayunta­mientos asturianos, a fin de que Heve este asunto a las sesiones plenarias del pró­ximo mes de abril.

La familia real en Málaga MALAGA, 27.—La reina doña Victoria

y sus augustos hijos permanecieron toda 1» mañana en el hotel. A las doce oyeron misa en la capilla del Cristo de la Buena Muerte de la iglesia de Santo Domingo. La Soberana y los Infantes fueroni reci­bidos en la puerta del templo por el Obispo y las autoridades. El público que se con­gregó en los alrededores de la iglesia tes hizo objeto de numerosas demostraciones de simpatía. Terminada la misa, la Reina y sus hijos visitaron el camarín del Cristo de la Buena Muerte y admiraron la so­berbia escultura, obra de Pedro Mena.

Por la noche se celebró un baile en ho­nor de los marinos ingleses y españoles.

La Reina y las Infantas pasearon hoy a pie por la población, acompañadas por el alcalde, e hicieron algunas compras. Después, acompañadas por don Jaírne, fue­ron a la Caleta, y regresaron al h%tel a almorzar.

La Reina no salió esta tarde del ho­tel. El infante don Jaime estuvo en la finca El Retiro tomando_ el té invitado por el marqués de las Nieves.

Reparto de socorros MALAGA, 27.—Esta tarde, en la casa

•de «La Unión Mercantil», se celebró el reparto de la cantidad recaudada por di­cho periódico con destino a las familias de los náufragos de la la^ncha de pesca «Dolores». Presenció el reparto el coman­dante de Marina, alcalde, presidente de la Diputación, un práctico del puerto y el director gerente de «La Unión Mer­cantil», señor CreixeU.

La cantidad repartida asciende a 7.000 pesetas. __ _ , -. „_ _.__ ,

_ , , , . , . casas, hecho ocurrido hace unos días. Casa destruida por un incendio

SAN SEBASTIAN, 27.—En Fuenterrabía es produjo uo incendio en la casa núme­ro 5 de la plaza de Armas, que quedó destruida. También en Igueldo y Monte Ulía se originaron otros siniestros, que causaron algunas pérdidas.

Arden tres casas en Santoña SANTANDER, 27.—A última hora de la

tarde de ayer se produjo un incendio en la vecina villa de Santoña, viue causó grandes daños en .tres casas próximas al Casino. Como el fuego adquiriera rápida-

?."<? , " ¿ ; í S S o / T r . ' S * - d i " « , " ° w í P™<l«n ir sratí. ¿ pid.» el M i r t o .: - nM . . en c«n«a.r.cl6,> « . 1 . conr.

• Íff.™rrií"?i.n.¿'-S = 1 coNSTrrucioN. 24. vrroRiA Tt.X^STTT^.Sr'S. 'Z dante materiaü, MADRID.—Bordadores, 9, tienda, iiaizo..

ZARAGOZA, 27.—Se reunió la Delega­ción local del Trabajo y se tomaron los siguientes acuerdos: El cierre de las ta­bernas los domingos, de acuerdo con el artículo 29 de la ley de descanso domi­nical, y reglamentar las horas de aper­tura y cierre de las casas de comidas en dicho día.

—Esta noche marchó a Madrid el al­calde, señor Allué Salvador, para geetio- " nar diversos asuntos relacionados con el problema de la vivienda.

—Comunican de Faendejalón que el ca­rrero Luis Sueco fué arrollado por una caballería que detuvo cuando iba espan­tada. En el carro que arrastraba la muía iban dos niños, y gracias al acto del ca­rrero no resultaron con ningún daño. El atropellado fué traído al Hospital Provin­cial de esta ciudad, donde fué asistido de heridas graves. El pueblo de Fuende-jalón pedirá la cruz de Beneficencia para Luis Sueco por su acto humanitario.

—El alcalde de Calatayud se ha diri­gido al de Chiprana, comunicádole que contribuye con 250 pesetas a la suscrip­ción abierta para socorrer a los damni­ficados por el hu'ndimiento de las ocho

En una reunión del Gobierno con los representantes de las naciones que

concurrirán a estos certámenes

No morir sin ver Jerusalén!

P i d a n l o s f o l l e t o s d e t o d a s l a s P e r e

g r i n a c i o n e s a 1 i e r r a S a n t a , e s t u d i e r

los p r o g r a m a s

n u e s t r o i t i n e r a r i o e s c o m p l e t o , p e r

f ec to y e c o n ó m i c o .

Nota o/ictosa.—«Cierto es que después de los viajes de su majestad y del pre­sidente a Sevilla se h a considerado la posibilidad de modificar la fecha de inauguración de la Exposición Ibero­americana, porque el Gobierno, que está seguro de poderlo tener todo dis,puesto por su par te p a r a el 12 de octubre, no quiere desentenderse de las circunstan­cias y deseos de otras naciones con­currentes al g ran certamen. Pero ello se había aeordado manteniendo su re­serva—que la sagacidad de la Prensa ha quebrantado, no obstante las ins­trucciones a las dist intas oficinas de censura—hasta que un detallado Infor­me del comisario señor Cruz Conde aconsejara reuni r a los ropresejitantes de las naciones colaboradoras, bajo l a presidencia del jefe del Gobierno y con asistencia del minis t ro de Trabajo y los dos comisarios regios, p a r a decidir to­dos de comtln acuerdo—pues las expo­siciones quiere Esipaña br indar las y ofrecerlas a los pueblos que h a n de enaltecerlas con su concurrencia—Jas fe­chas fijas y definitivas de apar tu ra y cierre, pa ra que las agencias de viajes y organizaciones comerciales puedan :)reparar sus complejos planes .

No sólo razones de posibilidades de levar a cabo la aper tura , sino otras de

y r e c o n o c e r á n q u ^ irobable buen t iempo y el deseo de celebrar en un plazo breve las dos Inau-niraciones con los mayores atractivos ue en España ofrece la pr imavera , serán

La c o l a b o r a c i ó n d e Eq>aña e n l a S o c i e d a d d e Nac i tmes

En el minister io de Estado facilita­ron la siguiente n o t a :

«Aunque actualmente desinteresada de la Sociedad de Naciones como orga­nismo político, España, segiin entiende el Gobierno, no puede negar su asis­tencia a las instituciones técnicas que aquélla h a Ido implantando en obedien­cia a su ideal internacional . Por esta razón, han sido acogidas favorablemen­te, y con par t icular interés en los úl­timas t iempos, las repet idas Instancias deJ Insti tuto de Cooperación Intelec­tual p a r a que nuest ro país , que ya cuen ta en el Consejo de Administración del mismo con el señor Casares, tuviese también u n a representación de Estado en el Consejo de delegados del Insti­tuto.

Esta representación ha sido, en efec to, decidida por nuestro minister io de Estado y designado p a r a ella el acadé­mico electo de la Española don Eu­genio d'Ors, cuyos trabajos de filoso­fía, crí t ica de ar te , incorporados a la bibliografía universal , med ian te traduc­ciones a lenguas extranjeras , h a n con­tribuido tan bri l lantemente a l renombre de nuestro saber y nues t r a l i tera tura y que ya había sido requerido insis­tentemente en dist intas ocasiones por dicho Insti tuto Internacional p a r a las tareas de sus secciones.»

D e s p e d i d a a l s e ñ o r D e ! A m o A las diez de la noche estuvo el mar­

qués de Estella en la estación del Norte despidiendo al filántropo don Gregorio del Amo.

El Tratado de Comercio con Dinamarca

A las seis de la tarde se reunió en la Pres idencia el pleno del Consejo de EU;onoanla Nacional. Presidió el señor Castedo y se acordó informar favora­blemente al Consejo d e minis t ros la ratificación del Tratado con Dinamar­ca y des ignar u n a ponencia p a r a es­tudiar el caso y aplicación de los vi­nagres procedentes del vino.

E l G o b i e r n o s e p r o p o n e auxi l iar a la fami l ia d e P i y Marga l l

El domingo se facilitó la siguiente no­ta oficiosa:

«La aspiración recogida por el jefe del Gobierno en su audiencia dal 23 en la Pres idencia del Consejo, cuyo exa­men fué encomendado ayer a l minis­tro de Gracia y Justicia, es la de la viuda del hijo de don Francisco Pl y Margall, que carece de todo recurso, con la que, por circomstancias especia­les, a u n q u e casada, vive su hija, nieta deJ que fué presidente de la república, hombre cuya pureza polít ica y honra­dez personal h a de servir de ejemplo, por mucho tiempo, a l o s ' c iudadanos españoles, por lo gue todo Gobierno qué pueda remediar legalmente la tr iste si­tuación de familiares tan próximos, debe hacerlo sin pararse a ctmsiderar la eoor-me diferencia de Ideario que en el caso del actual le separa de las doctr inas y de la actuación del insigne republi­cano.»

La Hacienda del Majz'én Anoche celebraron un cambio de im­

presiones el ministro d e Hacienda, el director general de Marruecos y el go­bernador del Banco d e España p a r a tra­tar de las relaciones entre la Tesorería y la Hacienda del Majzén.

El centenario de Goya en Burdeos Por la tarde recibió el pres idente en

el minister io de la Guerra al embajador de Francia , que acompaña a la Comi­sión de Burdeos organizadora de la Ex-po.sición con que aquel la ciudad piensa festejar el centenario de Goya.

Centenares de detenciones en Méjico

dillados, correspondiendo a la indica ción del Diácono, que entonó el «Pumi-:iati», ceremonias especiales de la misa mozárabe.

Seguidamente subió el Rey al trono colocado bajo dosel, y el Cardenal ocu­pó el suyo. El Obispo de Lugo se situó

nuestra Congregación, no ha de faltar­le nunca a la Infantería española y qvm s iempre la protegerá. Sabed que la Sant í s ima Virgen, ail que cae en el campo de batalla, le recoge como Ma­dre amorosa p a r a llevarle al Cielo, a ese Cielo pa ra cuyo logro el mil i tar

junto a la puer ta de entrada, al lado¡qi,e cumple su deber tiene .muchísimo del a l t a r ; el Cabildo en el centro, enj adelantado. Que la suerte os proteja a sus sitiales, y a ambos lados la Capilla' iodos y que sieiTipre que nos encontré-

PARIS, 27.—Telegrafían de Méjico al Matin, vía Londres, que según noticias recibidas de Guadalajara, la Policía fe­deral h a detenido a cenentarcs de per­sonas, entre las cuales figuran muchos sacerdotes, por haber asistido clandesti­namente a un servicio religioso.

Algunos de los detenidos fueron pues-tos en libertad, despés de haber sido condenados al pago de fuertes multas . En cuanto a los sacerdotes, se h a dic­tado una medida general de expulsión, salvo en lo que concierne a tres, que serán conducidos a Méjico, donde serán objeto de u n a decisión especial por par­te del Gobierno federal.

de Reyes, Ofició de Preste don Alvaro Ceppda,

y de Diáconos los señores Gómez -ie las Heras y Navas. Con el Pr imado, que ofició de medio pontifical, ac tuaron "le priísbíteros asistentes el Deán, el Arci­preste y el Arcediano, asistidos de va­rios beneficiados.

Empezada la misa por el Cardenal con el Preste, que, como Diácono, vis­tió el t e m o de Mendoza, asistió en los conventículos al Rey, acompañado de los Canónigos señores Cortés y Segura. El Subdiácono pidió la bend'ic'ón del agua p a r a p repara r el cáliz, que en ?1 rito mozárabe ce efecttia al principio i e la misa . F iguraba en el a l tar el misal gótico de Cisneros. Bl cáliz es una pre ciosa joya del siglo XVI. también con ••': escudo de Cisneros..

Toros en provincias BARCELONA, 27.—En la plaza de las

Arenas se celebró ayer una novillada, en la que se lidió ganado de Gabriel González. Poco público. Los tres prime­ros novillos se torearon en medio de una fuerte lluvia.

Finito de Valladolld, valiente con ca­pote y banderi l las . Con el estoque cum­plió. Aplaudido,

Carratalá, toreando a la verónica, fué muy ovacionado. Con la muleta , regu­lar. En su segundo escuchó una gran ovación al matar le de media estocada.

Nill, en su pr imero escuchó un aviso, y en el que cerró p laza hizo que los majisos salieran a llevarse al novillo.

UNA CORRIDA IMPROVISADA CIUDAD REAL, 27.—Por la l luvia -se

suspendió ayer la novil lada a beneficio del Comedor de Caridad, en que toma­rían pa r t e Chicuelo, Gallito de Zafra, ¡Barrera y Gitanillo de Tr iana .

Esta mañana , con motivo de aptmti-llar los toros, se congregó en la plaza enorme gentío, que .pidió a los toreros que actuasen. Se organizó entonces una fiesta t au r ina , en ¡a que sobresalieron Chicuelo con el capote y Barrera con a muleta. El público aplaudió con en

tusiaspio a los lidiadores, que torearon en una fiesta completamente gra tu i ta pa ra mil lares de espectadores.

posiciones y concursos Cataatro.—^Aprobados con plaza. Jul ia

Piedad Torrijoe CastriUón, 9,85; Laura Valle García, 9,31; Enrique García He-rreres, 9,27; Diego Abad Gutiérrez, 9,22; María Gracia Sáenz, 9,22; Miguel Barto­lomé Aguado, 9.19; Dolores Alderftte Me­rino, 9,0(!i Herminio Sánchez Sánchez, 9,00; Ascensián Garrido González, 8,99; María Aldereto Merino, 8,94; Juana Natividad Cas-tillo Pinilla, 8,94; María Amparo Gar-O'a Gai-via, 8,89; Rosa María Garrido Gon­zález, 8,87; Eduardo Serrano Pareja. 8,86; Mauuid Calvo Marrón, 8,86; Juan Eoberto Martínez Mont&lvo, 8,86; Lucía Baños VVegfahrt, 8.86, Ángel Gómez Acebo Quin­tana, 8,84; Matilde Abel Martín, 8,79; Jo-«•é Lui« Garrido González, 8,77; María Lni-A» Alderete Merino, 8,73; Laura Eoncal Sáez, 8,73; Pedro Mengual Taberner, 8,68; José Ocaña López, 8,66; Isabel Gutiérrez Borrego, 8,66; Dolores García Aguado, 8,62; Manuel Díaz Tezuela, 8,59; Antonio Salvan dor Panlagua, 8,58; Pedro Vallejo Gómez, 8,55; Manuel Velasco Pérez, 8,48; Esteban Cebrián Andueza,, 8,47; Carmen Martínez Nacarino, 8,39; Jerónimo Esteban Gonzá­lez, 8,36; Bamón García García, 8,32; An­tonia Berrocar Adrover, 8,32; Ángel Euge­nio Alonso Hernández, 8,31; José García (Johando, 8(80; Dolores Pri»to Gallo, 8,25; Pilar Ajuso Cortés, 8,24; Roque Toledo I t traleda, 8,15; Bernardo Mirón Pérez, S,ni Angeles Éniz Martín, 8,13; Carmen Úa>« Pérez, 8,11; Manuel García Gómez, 8,>08| Aurelia Gutiérrez Olmo, 8,00; Joeé Llano* Caballero, 7,89; Elvira Marín Mar­tínez, 7,82; Ricardo Nieves Pando, 7,72; Cesáreo Domínguez Ares, Alonso Buiz, 6,88.

Palabras del Cardenal Pedido el silencio por el subdiácono,

entonó la Epístola y luego siguió un sacra. El diácono, recibida la bendición, cantó los Evangelios de cara al pueb lo : después, el Cardenal pronunció un dis­curso que fué un canto a nues t ras tra­diciones, una de las cuales—dijo—y de las más gloriosas es el rito mozárabe. Dirigiéndose al Rey, d i jo : «Señor, os ha t raído aquí e! amor a España, la historia gloriosa de esta hija predilec­ta de la Iglesia. I-.os actos a que contri­buís con vuestra presencia hace muchos años que no se presenciaban con tan augusta grandeza. Parecen reproducir­se nues t ras glorias ,y al hacer resonar mi voz donde hablaron tantos santos y sabios, ftomo Eugenio, Ildefonso, Julián y Eladio, no puedo menos de recordar aquellas palabras de los Santos Evange­l ios : «Recoged las reliquias que nos han quedado venerando el depósito ri­quísimo de nuestra fe, la fe invencible del pueblo español. Estos recuerdos tie­nen u n a ampli tud y majestad, que se conservan con Jas tradiciones renovadas hoy por vuestra augus ta presencia. Con­servarlas, Señor, es la m á s gloriosa en­seña de nuestro p a s a d o ; lo que nos queda de nues t ras glorias, de nuestras más grandes glorias. Desde vuestro Tro­no, como ya lo hicieron vuestros an te pasados, prestadles el favor de vuestra mano poderosa pa ra que no perezcan y continúen siendo el tesoro de nuestra ant igua l i turgia y el t imbre más ilus­tre de nues t ra fe.»

El resto de la misa es Igual at rito romano. Solamente existe la diferencia de que en el canto al ternan el preste y el coro, que representa -al pueblo.

El Cardenal h a concedido doscientos días de indulgencias en la forma acos lumbrada a todos los que han asistido a la misa de hoy.

En la Rea( Con gregaclón Militar

Desde la Catedral el Rey se dirigió a la Real Congregación Militar, que es­tá establecida en el Palacio del Obis­po. El edificio estaba adornado con col­gaduras y tapices. En la capil la se ha­blan dispuesto dos reclinatorios reves­tidos de encamado , pa ra el Rey y el Cardenal. En el Palacio se hal laban los alumnos congregantes, que son unos 250 vestidos con t ra je caqui y guante blan co y al pecho la medal la de la Congre­gación.

El Rey fué recibido a la en t rada por una comisión de jefes y oficiales con­gregantes honorar ios , entre ellos el co­ronel de la Academia señor Guerra, el teniente coronel don Hilario González y el comandante de la Guardia civil señor Escolar, el superior de la Resi­dencia de Jesuítas, loe rectores de la Confederación nacional de las Congre­gaciones m a r l a n a s y de la revista «Es trella del Mar» y el director de la Con gregación Militar y otros padres jesuf tas. Con ellos se ha l laban los alumno^ presidentes y vicepresidentes de la Con­gregación señores Martínez Torres y ,Vlunt y los que fueron fundadores dt la Congregación, hoy capitanes de In­fanter ía señores Navarro y Huidobro.

Al l legar el Rey el público, estaciona-'^'^ ^ " '°® alrededores, le aclamó con

7,52; Ceieetiñó <^'''^"<'- El Rey, seguido de la comiti­va, se dirigió a la capil la. El Cardenal

mos en la vida sea tan unidos y her­manados como en estos momentos en que nos cobijamos bajo el manto amo­roso de la Inmaculada.»

Las ti l t imas pa l ab ras del Soberano fueron ahogadas con una ovación ensor­decedora, t r ibutada por todos los pre­sentes. Los a lumnos de la Academia no cesaron de dar vivas al Rey y al Ejér­cito duran te varios minutos . El momen­to fué emocionante.

Don Alfonso, acompañado siempre del Cardenal y séquito, recorrió todas las dependeucias.

Conversó con el presidente de la Con­gregación y le d i jo : «Ya son dos veces las que nos encont ramos : una en Ali­cante, y otra aquí en Toledo.

Pasó luego al despacho del director, padre Elíseo de la Torre, donde fumó un cigarrillo comentando el entusiasmo que reinó en el acto.

«Es menester—dijo el Rey—conservar las ideas religiosas en la oficialidad pa­ra contrarres tar los esfuerzos de los qiie pretenden quebran ta r los fundamentos sociales.» Habló de la conveniencia de

siablecer esta Congregación e a Zarago­za, junto a la Academia General, sin quebranto de las que hoy existen en las ciudades donde radican las Academias respectivas. Todas tienen ya Congrega­ción, excepto Valladolid. Pueden con­t inuar funcionando y al mismo tiemjpo establecer una general en Zaragoza.

El Rey fué despedido con el mismo entusiasmo con que oe acogió s u visita, y los a lumnos repit ieron los vivas a España católica y al Rey.

Desde allí se dirigió el Soberano al palacio arzobispal, donde a lmorjó en la int imidad con la familia de! señor Cardenal y sue acompañantes , el duque de Miranda y el conde de Aybar. Des­pués pasó al Salón de Concilios p a r a -tomar el café con las autor idades, con las que conversó respecio a la intensi­ficación de los trabajos en la Fábr ica d-í Armas y de los medios p a r a contrarres­tar el perjuicio que puede ocasionar en la vida económica el trafclado de la Academia de Infantería.

Visita a los monumentos Luego don Alfonso, acompañado de!

gobernador, alcalde, duque de Miranda y conde de Aybar, se dirigió al convento de Santo Domingo el Real.

Fué recibido por la abadesa y la co­munidad. Se trasladó luego a la Casa Mesa, que visitó detenidamente, sa l iendo por la puer ta de la calle de San Cle­mente, donde admiró la magnífica torre de la iglesia de San Román y el ábside de este templo. Después vúsitó la iglesia de San Clemente y se d&tuvo en con­templar su valiosa por tada plateresca, V pasó luego a! asilo, donde admiró el patio. Aquí estaban todos los asilados, que hicieron demostraciones de su en­tusiasmo al Soberano.

A pie por las callejuelas marchó el Rey a! Colegio de Doncellas Nobles, de la que es patrono, siendo recibido en la puerta por el Cardenal , también pa­trono, y el conde de Aybar, intendente de! Colegio. Después hizo un recorrido a pie por la calle de las Bulas, dete­niéndose a ver un patio de la casa lla­mada de las Cadenas.

Al abandonar esta calle el Rey volvió a tomar el automóvil , y seguido del Cardenal se dir igió a la iglesia de San * íusto p a r a visi tar la sacristía, que es un valiosísimo monumento . También visitó el Convento de San Juan de la Penitencia, donde, como en Santo Do­mingo, fué recibido por la comunidad y la abadesa . Desde allí se dirigió a la histórica iglesia de San Lucas, uno de los templos más ant iguos de T o l e d o , ' que existe desde antes de la domina­ción árabe , y luego por las rondas , si-ííuiendo el t razado de la proyectada ca­rretera de tur ismo, se dirigió a visitar del Pat io de Armas del puente de Al­cán ta ra . Estuvo viendo los lugares de! emplazamiento de! nuevo puente sobre el Tajo y la carre tera de turismo. Des­de este punto marchó hacia Madrid, a las seis menos cuar to de la tarde , sien­do despedido por el Cardenal, autori­dades y público que le aclamó una vez más con entusiasmo.

MADRID—Año X V l U ^ X ú m . 5.810 (4) re

E L DEBATE Martes 28 de febrero de 1928

EL REAL MADRID VENCIÓ EL DOMINGO AL ATHLETIC CLUB, DE BILBAO it • »

Se suspende por e! mal t iempo el partido Valencia-Betis. El Celta establece el " record" en el tanteo. Derrota del Athletic madri­leño en Santander. No han variado los primeros puestos de cada División.

FOOTBALL Partidos de campeonato

Resultados dt los .partidos de campeo-Tiato jugados eJ domingo en toda Es­paña :

PRIMERA DIVISIÓN

El Celta establece el «record» de tantos en la temporada

VIGO, 27. *REAL CLUB CELTA, de Vigo. 11 tantos, (Rogelio, 5; Morilla, 3; Lecu-

be, 2; Vega) Real Unión Liuportiva, de Va-

lladoüd 1 — (Moreno)

Sobra todo comentario ante e! abru­mador tan;eo. El equipo local realizó eenuillamente una brillante exhibición. El Deportivo coruñés anula al Racing

de Sama SAMA, 27.

R. C. DEPORTIVO, Coruña.,. 4 tantos. {Chaco, R. González, Forlña,

Pereira)

car al e,xtremo izquierda, las jugadas] tic sobresalieron los defensas y los me-dtí esie lado se aprovecliaron mejor. A dios. los nueve minntoe tira Del Campo e! : Vallana realizó un buen arbitraje primer córrirr de la tarde; la pelota i Los equipos se alinearon como sigue: cae prec!«samente en el centro del mar-: R. C—Raba, Santiuste — Gacituaga. co y lo remata Gual de cabeza. Un de-;Hernández—Prieto—lawinoa, Santi—Lo-fensa asegura mejor su entrada en laíredo—'Oecar—Gómez Acebo—Amos, red. E6 el 2—1. i A. C—Messeguer, Galdós—-A. Olaso,

Constituye una buena inyección para i Ordóñez—Tronchín—Pena, Montalbán— el equipo madrilefio, que mejora su!Adolfo—Tiaduri—*GaLa;as—*L. Olaso. juego

Se registra, sin embargo, una buena reacción at'ética. Lafuente dispon©

lez. Vie-despejadc

El Alavés sigue triunfando VITORIA, 27.

de un retnate parado par Martínez. Vie- l''^%^l':'',fJ'''.í', ^V^''^'^' I *^" '°^ ne el prim.r cerner bilbaíno, despejado!"' ^- G'mnast.ca, forrelavega. O -civn facilidad. I TERCERA DIVISIÓN

I El balón va breves instantes en me- La Real Sociedad gana al Europa jdio del campo. Después, ataca de nue- B A R C E I O N A 27 : . W s e 1 a n z a r e r r ' ^" - ^ " ' í o , , j ^ , SOCIEDAD- 1 amo.

üuesada inicia una entrada violenta. EJ Europaí'^en'quien' la"aflción cata-. „ ; n H?f. . ' ' ^'''°- T ' ° " ' ' ^ "^ '""^ t^-"í^ fundadas algxtna^ esper^o-qi6 podría esperarse por las caracte-¡,^, f, defraudado cas." completam3n-n^finas de urios y de otros, empieza a (,, ^^ ^^ ^^^ ^ „; ^^ ^.^^ ,, , . dominar el Madrid. . . . . ^ . . j ^ ^ . ^ f ^¿^^^ ^^

Ki miorior izquierda bilbaíno corres-l ^acgr constar que va de mal en ;.%or, 1 ponrle al juego de Quesada. Pero máe

como en la primera parte, ha habid' Ilenciano, ha obtenido el Real Murcia ocasiones de marcar por parte de 'f) an brdlantí6imo triunfo, "uipuzcoanos, pero han sido malogra Fii circunstancias bien poco propicias (los en el remate por falta de dirj3;para oí desarrollo de un buen juego se ción en el tiro. Otras veces las CKiasio-lha vitio uno de los mejorefi partidos ie« eran malogradas por Choltn, i, laide la temporada. El temporal reinante

•Racmg Club, Sama.. O — i F;^-;''^ a, ju^^u ue vu^saua. rero mat,porgue cada vez que le vemos jugar un Empezó bieu el primer tiempo para el | violerito, mas peligroso todavía, que me-:,.nevo partido, va desprefitigiánlos.j.

equipo local, pues los dos bandos estu- rece !a amonestación. ^^ ^^ ^^da vez actúa peor. vieron muy equilibrados en el juego, i El juego fuerte ha sido una modali- " ^ bieai reflejado por el empate a cero. Si dad, a la que respondió bien eí Madrid. cabe, el Racing sobresalió algo más. Ca-j No lardó en venir el segundo tanto. sin, del Sama, se lesionó, i Uribe y Esparza cambiaron pnmera-

En el segundo tiempo cambió por com-1 mente unos pases; el illtimo pasa a pleto la decoración; fué un dominio ca-'iie] Campo y el centro de éste es re-si constante del equipo forastero. Casin Imatado por Uribe. volvió al campo, pero sirvió de eetorboj Suárez se resiente de su legión y sejcuperar sil forma a toda clase de más bitn. | queja de los ojos. Visiblemente no' ha-

El Deportivo causó aquí una excelente ce nada. Ni sus compañeros. Con ésto. impresión, particularmente su línea de ataque. Del Racing sobresalieron los me­dios, flojeando en cambio delanteros y defensas.

Un partido accidentado LEÓN, 27.

»C. D. Leonesa 3 tantos. Real Oviedo F. C 3 —

Con lluvia se celebró este encuentro. Fallando un cuarto de hora para ter­minar, los dos bandos estaban empata­dos a tres tantos.

Minutos después, el arbitro anuló un tanto después de haber señalado un of-sid-i'. Los jugadores asturianos estima­ron equivocada la decisión del arbitro, y uno de ellos le agredió. En vista de esto, se registró un formidable escán­dalo en el que intervino la Policía,

El partido se siiS'pendió. SEGUNDA DIVISIÓN

£1 Madrid vence al Athletic bilbaíno •REAL MADRID F. C 3 tantos.

(Gual, 2; Uribe) Aüiletic Club de Bilbao 2 —

(Suárez) El Athletic bilbaíno tiene sus temipo-

radas más o menos brillantes, pero sienipre es un equipo da respeto. Es uno de los oiásicos. La brillante cam-pañ* reaiizada en toda la temiporada antes de su derrota por el Deportivo Alavés y el largo tiempo transcurrido «n que no se exhibió en Madrid, ha­bían aumentado el interés propio del partido. Por esto, con mal tiempo, con una perspectiva desastrosa de la ca­

la impresión del partido no puede ser mpjor para el Madrid, gue debiera ter­minar ya, por lo menos, con un em­pato.

El Madrid dom.ma hasta el final. i Uno de los repetidos pases a Mora-j

leda, lo centra éste muy cerrado. Blas-i co detiene la pelota, y en el momentol de despejarla, recibe una carga de Gual.; Balón y guardameta entran bajo el ; marco.

Llovera concede el goal. j En los últimos minutos, el Athletic

realiza un esfuerzo desesperado. No lo gra nada. Un tercer córner lo lanza el 'ixiremo fuera.

Comentarios.

La victoria en sí no nos extraña, y! para esto hace cinco días que quedaron' coiis'gnadas nuestras apreciaciones. |

El campo duro del domingo se trans-i formó de la noche a la mañana, en fangoso, circunstancia que favorecía al equipo forastero. El Athletic no ha sa­bido aprovecharla ni el hecho de tener 2—0 en el primer tiempo.

Decíamos el jueves: «Es posible pensar en que la forma

del equipo no es tan excelente, cosa que no puede exíjañar, ya que es una cosa diflcilisima en un equipo conser­varla toda la temporada, llena de par­tidos de todas clases.»

No hemoa estado del todo desacerta­dos; visto el equipo bilbaíno, se puede afirmar que ha disminuido de forma.

Fallaron los delanteros y medios bi'

La Real Sociedad es un buen equipo, y el Europa tenía que poner toda su ciencia, más bien toda su alma para ganar; y todo el mundo ha visto que el Europa de hoy no era el Europa de! domingo pasado, cuyo contrincante, el líarcelona, tiene la virtud de hacer le

ifqui-pos. El Europa, si hubiera jugado de iante de la Real Sociedad de San Se bastían, sólo la mitad de lo que jugó con el campeón de Cataluña, quizá ne otra forma hubiera concluido el partí do, aunque hay que decir que ios fo-

en pste partido se ha mostrado exce?i vamente individual; si hubiera recor­dado alguna vez que jugaba a footh-jii assorfalion, quizá algún compañero -ju-yo hubiera marcado algún tanto. Cho iín no pasaba la pelota nunca, y ,=!>o fué el defecto capital de la delantora guiptizcoana, porque en algunas ocasio­nes sus compañeros, desimarcados, .si hubiera recibido un pase oportuno ñ-Cholín. no lo hubieran desperdiciado porque a él siempre le quitaban si balo-i por exceso de regateo. El partido, en resumen, bue'no para la Real" Sociedad y malo para el Europa.

Los equipos eran: Real Sociedad, de San SeVasti/ín. -

Izaguirre, i-Arrillaga—tZaldúa, Amrileo —Marculeta—tTrino, Bienzobas—Maris, nal—C/ioHn—+K'!ríA'í—Yurrita.

Europa. — Florenza, Serra — Alcorlza, Gamis—Pelaó—Mauricio, Girones—Be^-tit—Cro.s—Xifrén—"Alcázar.

El arbitro, señor Saracho, ha sido im parcial, puesto que en sus muchos fa­llos equivocados, tan mal lo hacía pera ¡os unos como para los otros.

El público, que llenaba totalmente 6¡ campo, imparcial.

El Barcelona gana al Patria ZARAGOZA, 27.

F. C. BABCELONA 3 tantos. (Arocha, 2; Ramón)

•Club Patria-.Aragón 1 — (Lakatos)

Con tiempo infernal han Jugado el

nos obsequió durante todo el día con una lluvia suave, pero persistente, que hizo temer por la cetebraci(''n del »n cuentro.

E¡ sefior Esoartín reconoció el terrí no de juego, encontrándole en condicl". nes. Quince minutos antes de la ñora señalada para empezar el encuentro ca yó un violenlísimo aguacero que en charco el campo. A pesar de ello ,">e jugó y en forma que nadie puede su­poner que se hiciera.

Salieron ambos equipos con gran en-lusiasmo y nos proporcionaron una bue­na tarde de fútbol.

Si acometividad puso el Levante, en acometividad le superó el Real Miir cia. Allí no había más que imponer la clase y fué el equipo murciano el sn ."argado de hacerlo.

Su juego por bajo, bien combinán.lo se el trio central de su ataque o abrisn do el juego a sus extremos, con una línea de medios quí; on todo momento supo servirle y encajar con el trío de­fensivo, muy colocado v decidido, pu do contra la acometividad de los cam peones valencianos y dio como resul­tado un i a 1, muy fiel reflejo de lo que fué el partido.

Los equipos se alinearon como si­gne :

Ri'fj; .líi/rcía.—Jusep, Escuté—Humet. Cofreces-^Helvig—Josechu. Castelló—Al varoz—Zamora—Castro—García.

El Congreso ciclista de la ü. V. Española

IMPORTANTES ACUERDOS

B.ARCELONA, 27.—Está celebrándose FU esia capital el XXV Congreso de la Unión Velocipédica Española.

Las proposiciones son numerosas y ,se cree que si los congresistas no avi­van las discusiones, habrá Asamblea por lo menos, para una semana.

Se acordó que para asistir a los futu­ros Congresos serán precisos, por lo ni© nos, dos años de filiación en el seno de la U. V. E.

Se aprobó la proposición negando el voto a las secciones ciclistas de los Clubs dedicados a otras manifestacio­nes deportivas, es decir, que sólo ten­drán voto los Clubs esencialmente ci­clistas.

Se acordó la creación de la licencia de «manager» y de entrenador.

Se facultó a la Comisión Deportiva de la Unión Velocipédica para que ri' dacte un reglamento referente a la crea-•.ii>n del Colegio de arbitros ciclisias.

Se discutió extensamente la fórmnia para el campeonato de España. Lo? asambleístas acordaron que la prueha se dispute contra el reloj. Igualmente se acordó que sean los campeonatos legioTiales los que califiquen para o! campeonato nacional, y vayan a él lo • clasificadores en los dos primeros pu"s tos. También se clasiflcanin los tres pri-meros de las prueba-! nacionales qij.' ^ seleccionen. Si el primero y segundo d ¡os campeonatos regionales están ya calificados para el campeonato nacional en las prueba.'; nacionales, no se podiúi .lorrer los lugares.

FIGURAS DE LA SEMANA

rretera de Cliamartüi, hubo casi un baínos. Concretemos. El veterano medio derecha dejó constantemente libre al ex­tremo Izquierda, peligroso cuando no se le marca. El medio podía haber aten­dido a uno solo, al interior, por ejem­plo, lo malo es preocuparse de los dos. El medio centro se agotó mediado el se­gundo tiempo, sobre todo después del encontronazo que Je mareó un poco. El medio izquierda es el único que cumplió.

Los delanteros, muy rápidos en el primer tiempo, abandonaron esta carac­terística en la' otra parte. No hubo co­hesión perfecta, pero por lo men«s, se entendieron ©n el primer tiempo; en el segundo se desligaron bastante, máxi me por la poca cooperación de Suárez. Lafuente no deimosiró su clase de in­ternacional.

Con lo dicho, el aficionado tiene más que suficiente para ex,plicar el resultado

En todo momento, hemos echado de menos a Carmelo. Faltaba el conduc­tor, al fuego, el aJma de la línea de ataque y del equipo.

El Madrid tiene merecida la victoria.

l leno. Hace cerca de cuatro años gue no

vinieron los atlélicos bilbaínos; las úl­timas exhibiciones fueroa las dos de­rrotas que calificaron ai Madrid como finalista del campeonato de Eapaña,

* » « El señor Llovera (Cataluña) dirige el

partido entre estos dos equipos: R. M. F. C—Martínez, •Quesada—Ur-

quiru, "Prats—Esiparza—*J. M. Peña. •Moraleda—'F. Pérez—Gual—L. Uribe— •Del Campo

A. C.—Blaseo, Larracoechea—*Juanln, Legarreta^Ruíz—Garizurieta, fLafuente —-SuArez—Ayarza—Calero—Echevarría.

Primer tiempo Coimieiíza codicioso el partido por los

dos bandos. Un centro cerrado de Del Campo lo despeja el guardameta bilbaíno con los puños antes de que remate un contrario. La pelota va luego al extre­mo derecha; Lafuente se interna para disparar un buen tiro, que Martínez de.s.peja hábilmente.

Sigue atacando el Ahletic. Un remate de Calero va fuera, aunque no muy 1&-jos de uno de los postes.

El Madrid lleva la iniciativa. Prime­ramente, un ataque se malogra por UTíA carga de Moraleda al guardar meta; después, Félix Pérez regatea a dos o tres contraric»s, sei pone frente al m'arco y la vistosa jugada queda deslucida por un shot alto.

Hay breves InstaJites d© peloteo en medio del campo. Un golpe franco a íavoT del Madrid lo remata Uribe con la cabeza y el bailón pasa encima de la barra.

Sobreviene el primer tanto atlétíco. Del saque de meta la pelota va hacia la extremidad derecha. Un pase al in­terior y éste que cruza la pelota para marca el primer tanto; fué rápido, de fácil ejecución, por bajo y muy colo­cado. Habían transcurrido veinte minu­tos de juego.

Se animan más los atléticos. Dominan. Y Sin haber pasado todavía la Im­presión del primer goal, marcan el se­gundo. El mismo jugador y la misma factura, excepto la colocación. La pe-| Este partido se ha jugado con balo-Iota entró rozando el poste donde se nes de la Casa Melilla, calle del Bar-

Lcvante V. C—Cabo. Torregrosa—Vi Barcelona y el Patria. La concurren-Icen fin, Cerdá-Puig—Pascual, Alamar-

i cia, sin embargo, fué bastante nume-jnamón—Rubio—Lligó-Orriols. j.y ;a. i l e salida llega el Murcia a los doml-

El'Barcelona, que se ha presentado I T'OS «« ^-^"^^ .V Torregrosa; la linea de sin más ausencia que la de Samitier.i ¡"s rojos empuja a sus delanteros al íSiUvo algunas brillantes iugadas de suiataque, obteniendo pronto resultado. Al-delantera, que sin embargo no ha po-|varez, despiiós de que meta y defensa dido prodigar mucho el tiro por la efl-P"'a"^inos '^^n rechazado vanas veces caz defensa contraria, ha necesitado em-if'' ^'alón, se ha hecho con él y ha !an-plearse a fondo para salir triunfante.I'^do un fuerte tiro a media altura .-pie pues el tanteo no refieia el desarrollo!?,">•* ™, 'a red de los forasteros. Van del match, ya que el dominio ha sidoí'-'"'=° minutos de juego, alterno, y Lloréns ha tenido más oca- El empate no se hizo esperar. Vino siones. y más peligrosas, de intervenirla '°s [«-^ "?,''""*^os de la anterior ju-

*„,;•., D^.„ ,„ !„,^,.:.; = i/,„ ^„ ¿.folííaf'a. Se cedió un comer a favor del Levante. Lo lanzó muy bien Alamar y Rubio de cabeza lo mandó a la red

I que .Areta. Pero la indecisión de éste he ha costado al Patria dos tantos, fá-icilmeníe evitados por un guardarafta i menos nervioso y más decidido. ** por el ángulo izquierdo.

Los nitirclanos Inician su dominio .-i Los cuatro !7oais se han marcado e^^^.^^lT de la iugada de .;alida v !o ha

el primer tiempo. Ha inaugurado el marcador Ramón, rematando un tiro raso de Parera, mal blocado por Areta. El spgimdo ha sido magnífico. Una ju-

! gada personal de» Sastre, que avanza ^¡^.j^ai, y por García, que

CARtriiXJV Kadlo izquitrda del F. C. Baroslona

cen persistir hasta la terminación del primer tiempo. Consecuencia de s.llo fueron dos tantos más conseguidos por Castelló, después de una jugada ma-

puso en e. remate una valentía enorme.

El segundo tiempo lo iniciaron los ju­gadores del Real Murcia con un juego precin,sista y práctico, que desconcertó ,i! T,evante. Pronto sintieron la.s con-

bién Arocha: centró ligeramente; pasa-isecuencias d« tal desconcierto, pues- el do de Plera, indiu-isión de Areta, que| marcador en corto espacio de tiempo pudo salir a blocar, y .Arocha que cru-|©ntre uno y otro, señaló dos tantos más za el balón de cabeza a.1 ángulo con-ifr^ie asBymramn díflnltlvam'ente el triun trario. El tanto del Patria lo hizo La-iro del Real Murcia. katos, dematando de cabeza un comer \ r.a reacción del Levante, en que -o-sacado soberbiamente por Sagüés. ^ró embotellar al Murcia, duró uno.-

I hasta cerca del goal por el puesto del i ini'Ol'ior, y éste, Arocha, se coloca ,por I el centro, donde Sastre le pasa ade-jiantado y el canarioi de bolea cruza el ! balón por bajo. El tercero lo hizo tam

mas que por juego, por la voluntad, la gran codicia que desplegaron todas sus líneas. Digno de destacarse por su desacierto del primer tiempo y con 2—0 en contra. No todos los equipos se responden fácilmente co.n este «handi-cap, y no hay que olvidar que tenían delante un buen equipo.

Jugaron bien los defensas y medios madrileños. De los cinco, podemos des­tacar a Quesada y Prast.

Ixis delanteros hicieron todo lo que pueden, y ya es bastante.

A pesar del percance, loe bilbaínos causaron buena impresión.

Creemos que no hace falta más. Con la nueva derrota del Athletic bil­

baíno, se enreda la siíaiación de la Segunda División.

I^ara terminar. La semana pasada, to­do el mundo se sentía pesimista. No pensábamos del mismo modo.- declamos que pl triunfo del Alavés sobre el Athle­tic daba lugar a que muchos pudieran abrigar algunas esperanzas. Tampoco hemos estado desacertados en esto.

habla cargado el juego y por este mo­tivo es posible (pte Martínez hubiera podido hacer algo más.

El bando madrileño queda vlrtualmen-te desmoralizado. Tanto es asi que la impresión del partido resulta bastante pesimista.

Hasta el final dominan casi siempre los bilbaínos. Las incursiones madrile­ñas son aisladas y contadas.

No obstante, no varía el 2-0 del tan­teador. Un pase a Suárez paralelo al marco no lo supo rematar Calero, que se había situado a tres o cuatro metros.

Segundo tiempo. Los bilbaínos inician el juego. Se cas­

tiga al Madrid con un golpe franco, al parecer injusto.Vuelven al ataque, que termina con un tiro de Suárez, deSipe-jado poT. Martínez.

A partir de esta jugada, cambia la decoración del .primer tiempo. Surge otro Madrid. El medio centro que ha­bía fallado constantemente, se aflahza y combina bien con sus alas y con los delanteros. Estos, desacertados y sin codicia en la primera parte, sa vuelven íc^osos y calculadores

quillo, número 6 duplicado, Madrid.

Victoria fácil del Racing sastanderino SANTANDER, 27.

•RACING CLUB 6 tantos. Athletic Club, de Madrid 2 —

Enorme expectación había producido el encuentro entre el Racing Club local y el Athletic madrileño. Los atléticos SAlieron al campo dispuestos a rehabili­tarse, e inician el Juego con gran de­cisión y coraje. Pasados los primeros minutos del primer tiempo, el equipo local más ,completo y mejor organiza­do, comenzó a imponer su dominio, que ya no decayó en todo el primer tiempo.

Termina el primer tiempo con 3—1 a favor del Racing.

En el segundo tiempo reaccionaron los atléticos y dominaron durante unos veinte minutos, en el que lograron em­patar a dos.

En el último cuarto de hora, los ra-cinglstas volvieron a imponerse, consi-, guiendo desmoralizar a sus contrarios. En unos ocho minutos marcaron tuM tantos.

El partido tenninó ccm 6—8. Ei doiataio es úfl JAadrid, Siat n^r- Jvgó bien el e^i|>o locaJ. Del 'Aaile-

rasteros han jugado con verdadera '.t«5 gracia, puesto que tanto en la prlms-a como en la segunda parte la delantera no ha marcado por verdadero miiagro, puesto que las ocasiones que han ¡eni-do han sido algunas y, sobre todo. r.nuy claras. Realmente, los de la Rea! ha:i dominado mucho, aunque su delant/era. fallaba en los momentos culminantes, en las ocasiones en que clarísimaraerite se vislumbraba el tanto. Así es que, po­demos decir 'que ha sido un partido bien ganado, pero que podría haber oí­do gnaado por mayor número de goais. El Europa, atacado casi siempre, se ha defendido también muy bien; la delan­tera local, aunque jugaba Cros, no es­taba en forma, por resentirse este ju-íjador de lesiones; así, pues, io más malo de los locales, ha sido la d&lín tera, puesto que siendo muy atacados sólo les han entrado un tanto. Tatnriién este resultado puede agradecerse a Fio renza, puesto que ha defendido su puer ta rabiosamente.

Durante la primera parte, no se ha marcado ningún tanto, aunque, comti decimos, si algún equipo tenía que mar car, no era el local; las buenas jug.i das no se han prodigado mucho, p- ra ca.s! siempre eran, el se producía alga na, de los forasteros, los que eran aplau didos muchas veces por el pilblico im­parcial.

Las veees que hemos visto en Baroe lona a la Real Sociedad de San Píban lian, siempre ha dejado una estela de elogios por la nobleza de su juego y ¡a belleza del conjunto; en este partldn podemos decir que esta opinión ha s'do. si cabe, aumentada. Y esto, naturalmen te, en perjuicio del Europa, en el cua! el público aficionado catalán va per diendo su confianza. En esta primera parte, como decimos, la Real Socisdad m ha ido adiieñando poco a poco dei campo, sin que el Europa pudiera ha cer nada para contrarrestar la eficacia de su Juego.

En la segunda parte, la tónica del par tido ha sido la misma belleza en el juego de la Real y desconcierto en la? filas del Europa. A los doce minutos dr empezada la segunda parte, en un cnr ner contra el Europa, Cholin, ha ma'-Ba do el único goal de la tarde. También,

El segundo tiempo se deslizó en me­dio de gran dureza por ambos bardos El Barcelona modificó su delantera, ocu pando Piera el puesto de Ramón, que pasó al extremo; pero, en conjunto, so­bre todo en el segundo cuarto de hora presionó más el Patria, que tuvo al-.gunas ocasiones de marcar; el exceso de preparación por parte de Lakatos le hizo perder un tanto seguro; luego, en otra colada deil mismo, hizo un tanto pero fué anulado por haberse ayu­dado con la mano. El partido terminó, pues, sin más variación.

El barcelona alineó a Lloréns. Wal-ter—Más, Bosch—Castillo—*Carulla, *Pie-ra—Ramón—Sastre—Arocha—Parera.

Y el Patria a Areta, Pola (reserva—Gó­mez, Rey—Costa—Rufo, Sagüés (reser­va)—Puj ana (ídem)—Lakatos —Armes— Iruña.

Arbitró Murguía. El Real Unión gana al Iberia

IRUN, 27, •REAL UNION, de Irún, cam­

peón de España 2 tantos Iberia Sport Club 1 —

Fué éste un encuentro bastante inte-rpEante. Dominaron las más de las ve-Oís loa Iruneses, pero la suerte no les acompañó en sus jugadas finales.

Rl Iberia tuvo unos primeros veinte minutos excelentes, en que ei juego es­taba nivelado. Faltan pocos minutos para terminar eJ primer tiempo, el Ibe­ria se apunta su único tanto. Fué un tiro de Echenique, que el juez de meta consideró como parado por Emery den­tro del marco.

En el segundo tiempo se acentuó el dominio Irunés. Errazquln marcó el pri­mer tanto y Reguelro el segundo. Va­rios tiros dieron en el larguero y Jau-mandreu realizó cosas inverosímles.

En resumen, el Real Unión no jugó cuanto debe, y el Iberia tuvo muchí­sima suene. Rene Jugó lesionado.

Arbitro: señor Serrano (Pelayo). Equi­pos :

R. U. L—Emery, Alza—Bergés, +Gam-tiorena—+René Petit—Villaverde, -^Sagar-zazu—fL. Regueiro—tErrazquln—tEche-veste—Garmendla.

I. S. C—Jaumandreu, Sanca—Ferran­do, Epalde—Estanis —Zulaioa, Echeni­que—Campos—Zorrozúa-Centellas—Ruiz

CUARTA DIVISIÓN Un brillante triunfo del. Murcia

•REAL MURCIA F. C 5 tantos Levante F. C 1 —

Contra el Levante F. C campeón va-

veinte minutos; pero la m,igníflra fic tuación de Juspp. apoyado y protegid) pficacísimamente por Humet y Escuté, logró anular la gran ofensiva de ¡os valencianos.

Los diez minutos últimos de Juego volvieron a ser del Real Murcia, qn.!" también vio frustrados sus deseos de hacer subir el marcador, por las acer­tadas intervenciones.

La labor de los jugadores murolanii* no admite más que elogios. Salieron a ganar, y como había cla^e para lograr-¡0, no les fué difícil conseguir un triun­fo brillante. Cada uno en su puesto realizó meritoria labor y por ello ;io caben distinciones particulares.

Del Levante se distinguieron Cabo, Torregrosa, Pulg, Pascual, Rubio y Ma mar.

El arbitraje del señor Escartín, muy acertado. Triunfo del Sevilla sobre el Cartagena

SEVILLA, 27. •SEVILLA F. C 1 tanto.

(Buíina.) Cartagena F. C O —

Los equipos se alineargn así : Sevilla F. C—fEizaguirre, Monge—Se­

deño, Iglesias—Ocaña—Gabriel, Roldan— Bulina—Carreño—Caballero—Brand.

Cartagena F. C—Amadeo, Paz—Alba, Bastida—Balay—Jáuregul, Acha—Sanz— Morales—Suay—Bayo.

A poco de comenzar el partido, un centro de Brand, muy templado, es re­cogido por Butina, que de cabeza lo in­troduce en la red, cayendo él en medio de un gran charco de agua

Por lo que empezamos a ver, el par­tido se presenta facilísimo para el Se­villa, ya que llegó varias veces a la puerta cartagenera, pero los delanteros sevillistas, y, en particular, Carreño, no acierta dónde está el marco.

Termina el primer tiempo en medio de un aburrimiento general por parte

del Sevilla, que juega muy mal, y por parte de los cartageneros, que es que no saben hacerlo mejor.

En el segundo tiempo, el dominio se villista se acentúa, pero los delanteros «eviilistas tienen la guasa por arrobas, y ios cartageneros la suerte por toneladas, y resulta que unas veces los malos chuts del Sevilla, y otras el poste, el brazo o cuerpo de un jugador, evita que el balón entre- por la puerta de Amadeo, que está como los duros de su nombre.

Poco antes de finalizar el partido,

TABLA DE PU N T U A C I O N E S FRIM£BA DIVISIÓN

1, R. C. Deportivo, Coruña 4 3 t. Real Oviedo F. 0 4 2 t, C. D. Leonesa 4 2 4, Real a u b Celta 4 2 5, Racing Club, Sama 4 1 6, Real Unión, ValladoUd 4 1

SEGUlVntA DIVISIÓN

1, Racing Club, Santander 4 3 2, Deportivo Alavés 4 3 3, Real Madrid F . C 4 3 4, Atbleüc a u b , Bilbao 4 2 6, Athletic a u b , Madrid 4 O 6, R. S. Gimnástica, Torrelavega. i O

0 1 1 0 0 0

1 1 0 0 0 0

1 12 2 1 7 7 1 8 8 2 17 8 S 6 22 8 7 2S

0 17 4 0 10 8 1 10 2 2 14 6 4 4 13 4 1 22

6 5 5 4 2 2

7 7 6 4 0 0

TEBGISRA DIVISIÓN

1, F. C. Barcelona 4 4 2, Real Unión, de Irún 4 3 3, Real Sociedad 4 3 4, Iberia Sport a u b 4 2 5, C. D. Eluropa 4 O 6, Club Patria-Aragón 4 O

CUABTA DIVISIÓN

1, Real Betis Balompié 8 2 2, Real Murcia F. C 4 2 3, Sevilla F . C 4 2 4, Valencia F . C 3 2 5, Levante F . C 4 1 6, Cartagena F . C 4 O

0 0 0 0 0 0

1 1 1 0 0 1

0 14 5 1 13 6 1 9 5 2 8 8 4 4 8 4 2 18

0 10 5 1 9 5 1 6 6 1 7 2 3 7 12 3 2 10

8 6 6 4 0 0

S 6 5 4 2 1

se vio comprometida la nieta s-evillista por un fallo de la defensa, y gracias a Eizaguirre no hubo el empate, que tanto hubiera pefjudicado al Sevill.a.

Nada más del partido debemos decir; pero ©n cuanto al arbitro diremos que su criterio, por muy particular que sea, no debe imperar. Se han visto cuatro penaltys por parte de los forasteros, y uno por parte del Sevilla, y Comorera lio los ha querido castigar.

Como detalle curioso registraremos que el goal de la victoria lo marcó el moro Mohamed Butina, que por haberse nacionalizado como protegido español, recientemente, se ha alineado en un equipo de campeonato, pues hasta aho­ra venia .jugando en el Sevilla en los partidos amistosos.

Valencia-Betis suspendido por el mal tiempo

VALENCIA, 27.—A causa del mal tiem­po se ha suspendido el partido entre el Valencia F. C. y el Real Betis Ba­lompié.

Sobre la inliabilitación del Stádium Hemos recibido de la Sociedad Stá­

dium Metropolitano la nota que publl camos a continuación relativa a la in­habilitación del campo. Dice así:

«La Sociedad Stádium Metropolitano e.x,puso en su día leal y sinceramente al Comité Nacional de la Federación det i'ootball, los perjuicios que sufría con la inhabilitación del campo de su pro­piedad. A pesar de ello, el Comité si­gue manteniendo su absurdo veto has­ta el 31 de marzo, «sea cual fuere el Club o entidad que al Athletic sustituya en el arriendo».

Los hechos origen de tan extraña con­dena son los siguientes: en un «('>pec-lácuto público» al que acuden 20.000 c-s-peoladores que han comprado stis loca­lidades en las taquillas públicas de ven ta de billetes, un grupo de alborotado­res provoca un escándalo que todos la­mentamos. El Comité Nacional que es el ofendido, decide hacer justicia por su propia mano, y no castiga directa­mente a los alborotadores detenidos por ¡a Policía, ni tampoco sü Athletic Club, culpable, a su juicio, del suceso, al qui' le deja en libertad de seguir jugando en todos los campos del mundo menos en el Stádium, sino que descarga su furor, sobre.,, los propietarios del cam­po. Las barandillas, la gradería escalo­nada, la hierba del Stádium..., he aquí los verdaderos delincuentes para el Co­mité.

Y mientras los alborotadores se ríen en la impunidad, y el Athletic Club sigue jugando su campeonato limpio de toda culpa con sólo trasladar sus par­tidos a otro terreno que no sea «el cori-denado Stádium», los propietarios de éste se arruinan al verse privados de partidos. Justo castigo a su delito de haber empleado sus ahorros en sacar al deporte de los inmundos solares en que antes se albergaba en Madrid, pa­ra llevarlo a un espléndido campo cons­truido. Pero no son ellos solos los per­judicados; comparten como delincueti-tes la condena, la Empresa arrendado­ra de los anuncios del Stádium, los arrendadores de los servicios de restau­ran," bebidas, almohadillas, etc., y los humildes empleados porteros, acomoda­dores, etc., en fin ctiantos con su tra­bajo y esfuerzo obtenían un beneficio al celebrarse partidos en aquel local. Y la comparte también el público, que se ve privado de su campo preferido.

Con tan Injusto fallo se da además la coincidencia de que al mismo tiempo que contra toda razón moral o legal .se perjudica a terceros, ajenos en ab-soltito al tumulto, se otorga de hecho •m monopolio, para la celebración de todos los actuales partidos del campeo nato de España a favor de la Empresa propietaria del campo de Chamartín, único de hierba que queda en la región, una vez eliminado el Stádium.

El precedente sentado por tan absur­do castigo es funestísimo; basta un gru­ño de alborotadores, tan fáciles de in­filtrarse entre las enormes masas de gente de un espectáculo público, y que pueden Incluso ser enviados y maneja­dos por los dueños de un campo com­petidor o de un Club rival, para que el escándalo se produzca y el Comité se vea obligado a fulminar la excomu­nión. Y de temer es que abunden las excomuniones al menor disturbio que por ahí se produzca, pues el Comité, que tan duro ha sido como juez cuan­do el tumulto lia ido contra él, no v a mostrarse más blando y tolerantr cuando el alboroto sea contra otros.

En los momentos actuales en que se trata de construir en diversas pobla­ciones de España amplios y costosos campos de fútbol, el fomento del de­porte aconseja no alarmar a los Ini­ciadores con estas medidas draconia­nas, propias de la Edad Media, con las que pagan justos por pecadores. Por ello acudimos a la Prensa para que la opinión pública sana e imparcial, ajena a los apasionamientos que el fútbol despierta, nos Juzgue a todos.»

"REY DE REYES" El hombre enamorado de lo grande y

bello ha de elevar un canto al sépíim-o arte, porque EL UEY DE BEYES, una de las más suge.stivas y emocionantes ¡obras cinematográficas, se ha producido ;merced al esfuerzo de Cecil B. de Miüe. I La mano escrupulosa y honradaracnte I artística de Cecil B. de MiUe se nota eu ¡los menores detalles de la grandiosa con-icepción. La unidad armónica y el admi­rable desarrollo de la escena, hecho sin : reparos económicos, honran a todos sus : causantes y deja para su mt-rca, PRO-|DIS-COS, un timbre glorioso, envidia.ble, i compartido en nuestra Patria por su re-jnombrado representante, Julio César, |S. A.

Las precedentes líneas forman un me-'recido homenaje a la obra extraordina-iria. Rés t aos señalar, como ampliación del juicio crítico, las notas o escenas cíe rnás relieve que en UEY DE REY'ES se : admiran, en las que Cecil B. de Mille ha atendido, sobre todo, a la más digna pro-

ipicdad y armonía de las figuras y conjun­tos y ha tratado de ofrecer la propia vida, con su nota tierna o trágica, es­pontánea y natural. En pos de la unidad ! artística del sacro poema, incluso ha he-^cho desaparecer de la cinta los nombres de los intérpretes, en un refinado anhe-!lo ideológico, pero que nosotros, en la ilabor informativa, los anotaremos, aun cuando comprendamos y alabemos la ¡hermosa idea de Cecil B. de Mille. i Lafs escenas de María de Magdala.— ;Con ellas, en color, principia brillantc-i mente la película. La belleza provocati­va de la gentil mundana que juega con un tigre y le besa y después monta en un airoso carro tirado por cebras, es I vencida más tarde por la mirada de Je-jsucristo. I Cómo vemos a Jesucristo por primera ,vez,—La primera visión de Jesucristo en la película tiene lugar del modo más de­licado y bellísimo: en las pupilas del ¡niño ciego penetra la luz gradualmente, ; milagrosamente, y entre sus haces, como I visto por él, va apareciendo la figura I simpática, digna e inmortal. ¿Cabe ma-jyor acierto? i La resurrección de Lázaro.—Episodio dramático, de gran emoción y misterio. i Un prodigio de técnica y detalle. ! El templo de Jeliová.—Todas las es* I cenas que con él se relacionan adquie-iren entonación máxima: la mujer adúl-jtera, con el detalle de revelación de los .delitos a los que intentaban lapidarla; i los mercaderes expulsados; los intentos I de Caifas fracasados ante el pueblo, que i aclama a Jesús; la visión de espectáculo de "los reinos del mundo" sugerida a jaquel por el diablo. j La cena.—Algo memorable en propie­dad y emoción. Los apóstoles y Judas íen el momento solemne de la comtmión primera hace languidecer toda obra so-;bre este tema. : Jesús ante Pilatos.—De lo mejor de :1a peHcula, indudablemente. Presentación ¡alegórica del poderío romano. Las figu-¡ras de Jesucristo y Pilatos tienen un linteres absorbente. Justísimas las esce-!nas del lavatorio de manos, de la flage-llación y "Ecce-Homo".

Camino del Calvario.—Con la nota i aflictiva de Jesucristo llevando la Cruz, evocación sublime, anotamos la delicada escena del pequeño Marcos, la ternura infantil durante toda la obra.

La Crucifixión.—El conmovedor ins­tante es reproducido con lusteza, alta­mente estimable. La elección de tas pru-ces, vista a distancia, constituye un cuadro de fascinadora belleza y lo me-,ior de esta parte. Los primeros térmi­nos logran mucho de lo que parece irresJizable. El talento y la técnica de Cecil B. de Mille pónese de manifiesto una vez más en la tenebrosa tempestad; Ios-relámpagos iluminan el cuerpo de Cris­to, mientras rocas y montes ceden y se agrietan, y al derrumbarse Judas, pen­diente de la cuerda, desaparece en el abismo.

La Resurección.—Florece la Primave­ra en la Tierra, como en el espíritu la esperanza. La luminosidad envuelve a Cristo. Sigue entonadísima la aparición a la Virgen y a los apóstoles.

Final alegórico.—La Ascensión de Je­sucristo coloca su figura rediante sobre el mimdo. Al desvanecerse en el ensue­ño queda sólo la plasticidad elocuente del cielo estrellado.

Personajes.—En primer lugar se debe rendir todo elogio a la creación de H. B. Warner en el personaje de Jesu­cristo; el actor pone su alma con sobria dignidad en ella; su "posse" y figura aduéñanse del espectador gradualmente, para hacerse inolvidables, como aproxi­mación humana al prototipo de amor y comprensión. Sólo leves momentos de un gesto o movimiento de labios le acusó nuestra mirada fiscalizadora. Hay que pensar que ni en el retablo más sagrado la Htmianldad ha pretendido ver a Jesu­cristo realmente.

Notabilísimos, Emest Torrence, en Pe­dro; Jacquellne Logan, en María de Mag­dala; Víctor Varconi, en Pilatos; José Schildkraut, en Judas; Rodolfo Schild-kraut, en Caifas; Robert Edeson, en Mateo; Micky Moore, en el pequeño Marcos, y Dorotby Commings, en la Vir­gen María. Excelentes tainbién Sam de Grase, Todoro Kosllof, Kenneth Thom­son, Jet ta Goudal, Julia Paye, Montage Love, Gteorge Siegman, Willyam Boyd, Clarence Burton, James Masson, en sus respectivos papeles.

KA S i l O O YA EL AlíllAflIO EGLESiASTIOO PARA 1928 Publicado balo la dirección d3l doctor

Antonlno Tenas, párroco ASO XIV

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manos 28 f!c febrero IIP 1028 EL DEBATE (5) MADRID.—Año XVIII.—Núm. 5.810

?S ASPECTOS DE U VIDA DE VÁZQUEZ DE MELLA i » » »

« NOTAS BIOGRÁFICAS. ESTUDIANTE EN SANTIAGO, NO QUISO SER MINISTRO CON CÁNOVAS. INTIMIDAD CON MENENDEZ Y PELA YO. UNA VISITA DE MAURA A ME­LLA. LOS ÚLTIMOS TRABAJOS. 12.000 LIBROS. DESINTERÉS DEL SEÑOR MELLA.

Empezamos a reda'iar "stnr. iin iAs cii'i'idu :,í)-:)s.s ];a :iaii:iC!i!) .do lüía hu­ía di',-;i|;- !a ,.-ti q\'.,^ lia nn'iiigadij ii alüiá a ü:us !j;a,) dr Ki ¡nai, g¡ nenies niiía-11.: coüi.iiip )iaij-ior, ÚJi) Juan \'a;'.>i¡i«, de Mella. La soia í.iijisiUi-iaciúii de .se¡" caíólicos y eapaüoies hastaiia [.ara (pie huiae ni'.Hj'.nj es-pír^iu s.- e:;l,eiHj,e^e un vi:o dti tris'.cza. La it'iigiia humana pj)-<jas vec.s habrá í-xpra-í-arlo t-l Si-;iuin¡<ín-t._i religioso y ei pairiiMicu cun la ío-l)^'raiia elocuencia con i¡:ie en nmlti;u(¡ d> ocíudoiieb, dt'ide uniatí lar, U'iÍR:na.i y ante todo.s los piibüci'.i los expresó, loas exacio, ios cau;ó el si ilor Mella. V.aU), desde cl punuí d¡' \":s¡a objcilvo. )):sde el subjeí/vo, no pí'dnaaios pres-€:ndii' de que el oradoi ;n.-.'grie fué du­rante los ririin'.'o^ tT'''!üta y un años de iiu<=stra vida per.oiJi>^nca en ,Ma;ír-d. cuanfio no nuestro d:ree!i¡r. nut:suo ins-p rador, y nuesti'os jiiici'is han reflejado o lian pretendido reíl-.'jar los íuyos, como Ice aguas claras del no la imagen de lü3 árboles que ;.ombvean la r'bera.

P.palrrjente, yo no traté a Mr'lla con intimidad hasta 189ri ,\nteis d ' esta épo­ca crtd conocerle, eiu duda le conocía )sen, por referí-ncias nni-iri/alísiina* y por testimonios ¡rrecusr: bles. Con los ojos de la in¡ng'naricn le había yo v's-to, rapa/inelo hazañoíio, en Cangas de f)nís, bajo las soreimd-'-s ma¡eTna!»:s

d" una santa dama, doña Teresa Fan-jnl, de una fe religiosa tan UTue, nue si tratara de sofocarla ía opresión', ha­bría triunfado en las glorifleaciones de! martirio; le había visto, 'gualm-ente, en ei co:eg:o de Valded;o«, cur'^ando, tal Y 7. c-n ir;enos ap''ceeión q-e a^rove-chamien'o, la segrinda í\ris..;ia:jza, y partir luego, nii pin «ali- 'r ya !o mjp eran la injupt'c'a y el doiiii-, p-na 'a c'udad de Sant'r.go de. Composf-la, cti Ctiya Universidad osturiió ¡a carrera d-' L'-ye.s. Esta afirmación acerca de S',.TS e-íudios universitarios, la hacemos en tm sentido miiy relativo, .^!e!la no se <3 süngniió nunca por sn a.s'dna asíeten-c a a la.s aitlas. Los catedrrtí'cos ap•s^a^ le veían dtiraní" el curso, pero en cam­bio, se pa.saba horas y horas en ia bi-bi'ot'-^ca, conságralo a los estudioe fi-losóíiC!:6 y ¡iterarlos, a que ya entonces mostraba sing::l;ir alición. .\!guna vez halló tal cual eaí";irát.;co reacio a ad-mtirl© a examen, par:.enrió del supues to. no ih'igico, de qtie descoTíocla com­pletamente la asig:;atura explicada. Las porientosas aptitudes de asimilación ee revelaban con tal motivo en ei joven estudiante, pues con solo unos días es­taba al cabo de ia calle, ii;ei;i6o de lo (jite JO habían lo'.graílo aprender los iriiás constantes empollones.

Polemista y periodista

Mella se distinguía ya, en tal sazón, entre los est.ud'antes compostolanos, pues en los claustros de la Universidad resonaba frecuentemente su voz reoi-tando párrafos enteros de discursos de Donoso Cor'éfí y de .^pai'i^i Guijarro. Eii :'-••> püiiio, p,. ; 1 Í::JÍJ^ ;-;;ua\;K; par-tte en las acad-enrab de la Juvcuiud Ca­tólica, con (lonzález Besada, el mar-qU'is de Foguerea, Jesiis Fernández Suii-rez y otro.s, y no tardando en los tra­bajos de redacción de El Pensamiento Galaico^ donde dio muestras de su sa­ber, no común, y de lo caudaloso de su vena satírica. Era d monionto, po^ demtis tri.sie, de las difepuiae y divi­siones entre los caióiicos y la pluma de Milla, manejada como un floréis, más de tina vez se cruzó con ¡a de don Fran-OÍ6C0 Mateos Gago, el gran polemista del integrismo. Sus discursos y sus cam-jpailafi .periodísticas transcendieron de Santiago a toda Galicia, a otras pro­vincias cercanas, y a Madrid—en esta capital se había ya revelado con unos Boiabilísi'mos artículos gue publicara en la revista La Resíauracion, de don Fran­cisco de Paula Quereda; y sabedor el marqués de Cerralbo de estas extraor­dinarias cualidades de Mella, regutrió 6US servicios aquí, en la redacción de El Correo Español, que acababa de fun­darse, y se publicaba bajo la dirección de doií Luis María de Llatider.

El peso del periódico, en su parte doc­trinal y de polémica, a la qiiu entonces ee atendía tanto, lo llevaban don Lean-do Herrero {TuUo), Mella y Bolafíos (Eneas). i,as firmas de los dos t'iltimos ee destacaron inmediatamente en las columnas del diario oficia.l de don Car­los. I«s artículos de Mella eran brillan­tes y profundos. Los de Eneas correcti-Bianos y de mucha intención. Bien pron­to, en los de aquél se observaron pun­tos de vista nuevos, sobre todo, en la exposición de los principios de la demo­cracia fuerista, que eran como los prime-¡ros pasos que daba el pensador insig­ne en su teoría sobre ia soberanía so­cial. .4auel remozamiento de la doctri­na, que daba, como dijo después Azcá-rate, un cierto car^lcter científico al carlismo, tuvo mucho eco f>n la iuven-iud. Como no podía menos de suceder. Mella fué elevado a la dirección de El Correo Espnilol.

Diputado a Cortes

rio republicano, reñi-i(''ndose a estos dis- I jursos, dijo qtie al s,;i-vicio de ia jus-! ticia se haiiia puesto la.palabta «vibran ' •e, acerada y • hermosísima del seííor j N'ázfiuez de .Mella». Llevó éste, a! dis-! ctdirse el Mensaje de la Corona, la voz | do su ndnoría. piaideaudo, por prime- ; ra vez en las Cortes, el problema reglo- ¡ ualista y d<'fenilÍ!'ndo ¡as solucione.s de: su escuela en una oración n•lar.•i\•iUo a i de forma y de fondo, diez ailos anlt;« j qtie el doctor Hobert y otros caialanis-l tas, que en aquélla se inspiraron lúe-! go, sin haceisB sospechosos de separa-^ tjsmo; y. d-tí^íic. entonces, el seilor V'áz-, qu"z de Mella tuvo puesto entre los ora- i dores de prinera fila. i

nesfle 1000 a i;)0.5 estuvo el sefior Me- : Üa ausenta dttrame unos dos años d^\ Lsoaila y el resto retirado en su aldea de Roiniuito, Aquéllos los pasó en Por-tugat, en:.>ramente consagrado a sus' 'síníüos filosóficos y políticos, que con tinuó en su nombrada aldea, de la que: bien a pesar suyo le sacara en lOO."), pa-'[ ra pres"ntarte diputado por Barcelona, una Comisión de conspicuos catalanes, i Su campaña electoral fué famosísima. ; \ o recut'rdo cuántos discursos pronnn-| •'ió entonces, pero sí que fueron mu-i ' hos y de gran enjtmd'a política y sei-i eial. Con gran contentamiento de su • narte, no obtuvo el acta, pero bieti; pronto, en una elección parcial, se la ' dieron tras de una lucha titánica, los '•lectores de Aoiz, En las Cortes sucesi­vas representó la circunscripción de Pamplona y en las del 17 trajo dos ac­tas, la de la capital navarra y la de Oviedo, renunriando a la primera, por-'•11" fiesi'aba Ostentar una r'epiesenta-eión menos políiiea.

Servidor de la Igle-

pués de una vida de constante pública confesión de Cristo, se puede tener ia [tiadosa y consoladora certidumbre de que ei alma del-glorioso españíjl, cuyo nombre es de los que btasoiiíin perduru-bUmente una patria y aun una raza, respUmdec© ya en la Gloria,

«Miguel PEÑAFLOR

La religiosidad de Vázquez de Mella es admirable. Muchas veces he tenido ocasión de ir con él a visitar una igle­sia. Don Juan st arrodillaba, inclinaba un poco la cabeza, y meditando, medi­tando se pasaba a lo mejor tres cuartos de hora o una hora, h a ^ qne habla que advertirle.

Una lección ejemplar

Mella en la miimidad LO QUE DICE EL SEÑOR

AMPUERO í

(CONftHEXCH lE/.EFÓN'ICA'i ¡ BILBAO, 27.—Un antiguo y entrafiable j

aiii'go de don Juan \ázquez de Mella, j vizcaíno ilustre por .su abolengo como j por sus ejecutorias, don José oaquin .Arnpuero, n ^ refiere en la intimidad de su despacho algimos episodios y anéc­dotas de lesclarecido tribuno galaico, que retratan su personalidad con trazos seguros y vigorosos, lie aquf algunas de las cosas que con verbo claro y pre­ciso nos relato el set'ior Arnpuero:

No quiso ser ministro

sia y d e la Patr ia

Fuera del Congreso, serán contadas las provincias en las que por algún al­io motivo religioso, patriótico, político o literario no haya hablado Mell'a. Es de advertir, que cuando sólo los republi­canos, y no con demasiada frecuencia, fiaban mítines, él recorrió ya media Es-paila, desplegando a los vientos de la propaganda la bandera católico-monár­quica, incluso ante los auditorios más adversos, abriendo el camino que con mayores facilidades, lo que no empece a su mérito, siguieron después otros propagandistas. Advierto esto porque parece se ha olvidado, como no parece tenerse en memoria, que, sin embargo, íie no haber sido nunca bueno su esta­do de salud siempre que un verdadero interés nacional lo requería, estaba en 'a brecha y yo invito a que se me sitía­lo un acto de verdadera transcendencia católico-monárquica, religioso o social, realizado en Espafla desde el año 1R93 al cual no haya cooper,ado, siendo, por lo común, parte principal, el sefior Váz Quez de Mella; como sería difícil se­ñalar un escritor o un orador de nues­tro campo que no s-a en alguna niarn.-la diicipuio suyo. Creo, sinceramente, que nadie ha guerído más que él servir a la Iglesia y a la Patria, porque na­die las ha amado con mayor intensidad y más generosa y abncsradamenle que él. No reprocho las legítimas aspiracio­nes lo que aflrmo.es que, personalmen­te, no las tuvo Mella, que buscado, so-iicitado, requerido, dio libelo de repudio a todos los halagadores ofrecimitmtos y supo triunfar de todas las tentacio­nes seductoras. Su corazón era un ascua donde constantemente ardía el fuego de la Religión y de la Patria. El inspiro párrafos de una elocuencia insuperable corno aquellos en que profetizando e! oesasirt colonial decía que «la nación española que, en medio de las espumas de los ¡mares sacó aJ Continente ame­ricano para hacer de él como un altar un que España ofrecía in propio espí­ritu consagrado a Cristo..., no puede venir sobre aquellas ondas que cruza­ron las carabelas de Colón arrastrando como un crespón funeral nuestra ban­dera desgarrada».

M e l l a , paladín

por primera vez

Como orador de altos vuelos, era ya conocido aquí por sus frecuentes dis­cursos en el Círculo de la Comunión, y previendo eJ jefe delegado de ia misma, cómo destacaría en el Congreso de los Diputados y cuan fecunda serla su la­bor desde la primera tribuna nacional, puso empeño «n llevarle a las Cortes en las elecciones del 91, donde luchó de-nonadamente, pero sin buen éxito, por­que en su primer asalto no era fácil triunfar de las organizaciones caciquis­tas y de la entente cordiale, que existia entre los dos partidos de turno, por ei distrito de Valle; y en las elecciones siguientes, de 1893, mandando los libe­rales, trajo el acta, luego de una lucha épica de sus electores, por el distrito de Estella. Habló, por primera vez en el Congreso, defendiendo la proclama­ción del candidato carlista por el dis­trito de Tudela, y s' bien, como es sa­bido, e.stos pleitos de actas lo son de abogado, y él, por amor a la justicia, segtin dijo siempre, abominaba del abo­gadismo, puso de relieve sus sobresa­lientes aptitudes, corroboradas ipronto con sus intervenciones oportunas y elo­cuentísimas en la famosa sesión per-irnnente del Congreso para vencer la ob.=liiiCCión dvi la minoría republicana, con motivo de la reforma de la ley Municipal. Recuerdo que tEl País», dia-

de la neutralidad

Y cuando la guerra europea, a Mella se debió principalmente la patriótica campaña en pro de la neutralidad del Estado, que culminó en sus discursos de la Zarzuela y Santa.nder, gue desba­rataron los planes del intervencionismo franco o encubierto.

Contra lo que algunos, no bien infor­mados, han creído, el carácter de Váz­quez de Mella era en todo lo esencial, entero y sostenido como pocos. Recuer­do a este respecto que cuando la mino­ría tradicionalista se trasladó a Venecia para redactar el documento que se lla­mó el Acta de Loredún, especie de pro­grama de partido, don Carlos y Mella discreparon en un punto sobre si tal facultad era de la Corona, o, poi el con­trario, atribución del Municipio, soste­niendo el señor duque de Madrid lo pri­mero y Mella lo segundo. Y como a la insistencia de aquél respondiera la de éste, le dijo don Carlos: «Me convenzo de tu extraordinaria tozudez.» «Señor-replicó Mella—, no es eso: si se tratara de un inferior, por deferencia podría aparentar que cedía de mis convicciones; pero tratando d© mi Rey, pudiera creer­se que yo era capaz de la adulación y de la lisonja.» Y cuentan los testigos que' aquel caballeroso principe se levan­tó, y, abrazando a Mella, le dijo: «jAsí quiero yo á mis servidoresl»

La tolerancia de Mella Claro, gue el sefior Mella, intransigen­

te en cuestiones de principio, era tole­rante hasta el último límite en la rela­ción personal. Y esta cualidad de siem­pre fué acentuándose en estos tlltimos años de una manera extraordinaria, buscando siempre, cuando no eximen­tes, atenuantes, a Is conducta errónea o equivoca de amigos y adversarios. Y es gue cada día estaba más espiritua­lizado, más de&asi.do de lo terreno, más cerca de Dios. Tan cerca como hemos podido observarlo en su santo morir: nt una queja, ni un gesto de disgusto o de enojo na podido sorprenderse en él. Ha recibido a la muerte, mirándola cara a cara, no como una pesadumbre, y sí como una liberación. Más de una vez le oímos recitar el soneto de Car­vajal «Quiero morir besando el Cruci­fijo». Y ha muerto besándole y tenien­do su santo nombre en el corazón y en los labios. Cuando se muere asi, des-

—Conocí a don Juan Vázquez de Me-| lia cuando era yo todavía un chico, y I estudiaba la carrera de Derecho en Ma-| drid. tüoincidimos en nna casa de hués-| pede.s de la calle de la Concepción Jeró-| iiiiiia, esde Lentunces lie seguido paso a' paso la vida de este gran o¡-ador. \ áz-iiu:;z de Mella viu¡. a Madrid despuéa de dirigir «El Punsamientu Galaico», dia­rio compostfclano, donde se distinguió por una brillante campaña contestando el manifiesto de Burgos de los integri.s-tafi. Llauder, el fundador de El Correo Español le incorporó a la redacción de este periódico, A la muerte de don Lean­dro Herrero, fué nombrado .el señor Vázquez de Mella director de Ei Correo Español. Para entont^etí era ya diputado a Curtes...

Su nombre se hizo ilustre en seguida, figurando entre los de la primera fila. Cánovas, Sagasta, Moret, etcétera.

Allá por ei Dá Cánovas le ofreció la cartera de Fomento, cargo que rehusó don Juan, firme en sus convicciones po­líticas. El marqués de Cerralbo conser­vaba la cana de Cánovas, en que le liacía el ofrecimiento y la contestación de Mella.

Don Juan era de trato tan afable y cordial, gue gozaba de generales eim-j patías, aun entre aquellos elementos to­talmente opuestos a su ideario.

Por ejemplo, era muy amigo de don Nicolás Salmerón, quien, a pesar de ha­ber tenido en Mella uno de sus más pe­ligrosos rivales en el Congreso, le ad­miraba quizás más que ningún otro. En cierta ocasión presentaron los republica­nos un proyecto de supresión de las co­rridas de toros. Don Juan Vázquez dej Mella, corno jefe de nimorla, íué invi­tado a que firmase diciio proyecto, pero se negó a ello, alegando en tono zum­bón que como iradicionalista no podía ir conua una fiesta tan tradicional. Don Nicolás Salmerón miró asombrado al se­ñor Mella, y luego la dijo que no podía menos de extrañarse que un procer de la inteligencia admitiese un espectáculo bárbaro en toda la integridad de sus relaciones.

También otra vez en que se discutía en el Congreso una subvención para los misioneros de Tierra Santa, el señor Sal­merón dijo que consideraba el colmo del retraso enviar frailes para civilizar a los pueblos salvajes. Vázquez de .Me­lla le atajó diciéndole: «Entonces envia­remos kraussisias.» Esta ingeniosa sali­da desbarató el discurso de Salmerón, quien corló de sopetón su palabra.

Vázquez de Mella era un lector sem­piterno. Debido a su privilegiada reten­tiva, no había libro gue leyese que no se l6 quedara grabado para siempre. Así, por ejemplo, a la muerte del inolvidable Arzobispo fray Ceferino González, hizo aquel mismo día un extensísimo artícu­lo de crítica de este gran filósofo, en la misma redacción de. El Correo Español, sin consultas bibliográficas ni nada. To-d* la noche se pasó Mella escribiendo cuartillas y más cuartillas, y para laa diez de la mañana—Kl Correo era perió­dico de ia tarde—estaba el famoso ar­ticulo en la imprenta.

Menéndez Pelayo y Pidal

Como lo giift voy a contarle es casi público, no creo que cometa una indis-rrecióii, pero .se sabe que en una de las intervenciones quirúrgicas que le fué practicada, los médicos consideraron que era mortal de necesidad, Don Juan dijo que estaba seguro de que no se moría tn dicha ocasión, porque un sacerdote virtuoso había ofrecido su vida por él. Mella se salvó de la operación, pero el sace.''düte, hombre todavía joven y fuer­te, falleció al p >co tiempo, i

En otra ocasión, hallándose muy en-! ferrno, fué don Antonio Maura a visitar-1 le, quien se sorprendió al ver la modes-! tísima habitación en que vivía. Don An-| toniü, conmovido ante el cuadro que se¡ le ofrecía, dijo; «Muchos y elocuentlsi-j inos discursos de usted conozco, pero el | más admirables de todo? es éste. Usted,! que podía vivir como el mejor, regala- ¡ damente, ha pi-eferido ser consecuentei con sus ideas. Es una lección ejem-i piar,,.» j

Con Sagasta tenía también muy estre-i cha amistad. Tanto es así ípie ocurrió I una vez gue 'os üoc- salían del bra-| zc de! Congreso, los periodistas, picados i por la curiosidad df) esta intimidad, le prnguntaron a Sagasta a gué so debía, i a lo cual contestó,, sonriente: «Hubo en i cierta ocasión un inglés gtie entró en un| templo budjsta y se arrodilló con fervorj ante un gran ídolo. Entonces los acom­pañantes le instaron a que explicase tan extraña actitud, y el Inglés repuso que por si acaso volvían a ser dioses.»

RECUERDOS DEL MARQUES DE FIGUEROA

Una de las viejas e inalterables arnis-lades de Mella fué la del marqués'de Fi-gueroa. Se sunocieron en la nifiez casi, o.n la adclescencia, al frecuentar lo.s inistiio.s cursos 'le Dcrerho, en la.s aulas universitarias de Santiago de Composte-ia, .M decir del ex ministro de Gracia y Justicia, Mella era ya el orador mara­villoso, único. En los claustros conipos-lelanos recitaba, con aquella formidable memoria que era el pasmo de sus condis­cípulos, discursos enteros de Donoso Cor­tés, de los ochocentistas de las Cortes de Cádiz, de Manterola, de Castelar... Del marqués de Valdegamas, singular­mente, se sabía incluso sus escritos y artículos. Me!l.| declamaba, como conve­nía al ritmo tribunicio de la prosa de Donoso, páginas enteras del «Ensayo so­bre el catolicismo».

Mella en la capilla ardiente, •íásto por Fresno

de ternura gue exhala el corazón del.cular de Mella era bastante distinta en^^ autor.

Este meno.sprecio de la acción se re­flejaba más en la órbita de su vida pri­vada, que en la de su vida pública. De muchacho pudo opositar a una cátedra y prefirió adoctrinar, apasionadamente, con olvido de sus más elementales Inte­reses, en el periódico, en la revista, en la tribuna, sin obtener nunca, ni menos desear, remuneración alguna. Sus inte­reses estuvieron siempre a merced de 'a buena fe o mala fe de los demás, porque

lo que a la distribución del día se re­fiere. Era corriejite gue almorzara a lat? trcfi o las cuatro de la tarde y mils co­rriente aún que comiera fuera de casa, pues sabido es que Mella frecuentaba antes la vida de sociedad y que ¡as principales familias se disputaban el honor de sentarle a su mesa. Aiiota so­lía ir algunas veces con algún amigo ai Pardo; no en coche propio, que nunca tuvo.

Ei desorden de Mella en sus habita-Ion Juan ni entendía de negocios ni »>ra|ci' «es de trabajo contrastaba con su

capaz de exigir comprobantes de indo- puior.iud en el vestir. Era un verdade-lo mercantil o financiera, aunque en ello le fuera toda su hacienda. Y cuan­do la marcha de sus intereses le depa­raba un ingreso extraordinario, Mella lo invertía íntegro en cualquier empre­sa ideal, como el diario «El pensamien­to español», gue costeó y casi escribió exclusivamente él.

Mella—termina diciéndonos el acadé­mico de la Española—estuvo varias ve­ces en trance de morir. El más inrni-mente, hacia 1917. Le había salido un tu-

ro conflicto para el sastre hacer un tra ¡e a Mella, nos decía un íntimo amigo de éste. Se asustarían—nos dice el por­tero—si yo IbS enseñara la cantidad de trajes que tenía don Juan.

.Mella, que había reglamentado mucho su vida y suprimido cuanto pudiera per­judicarle a la salud, no logró hasta ha ce unos veinte días dominar el vicio (ie fumar, y en su despacho fumaba ha baño tras habano. Una caja venía a du-

Mella, estudiante

rarle un par do días, contando, claro es-mor sobre la ingle, efecto da su diabe-jtá, con que algún amigo sa encargaba tes, al que no le daba importancia, a ¡de auxiliarle en esta faena, pesar de gue su médico se había inhi-l Don Juan—nos dice su íntimo amigo bulo en favor de un cirujano. Fué me-le! seiior Chicharro—tenia sobre oirás nester que, le visitara Gómez UUa, no a ¡muchas buenas condiciones, entm las título de facultativo, sino de paisano y | que destaca su ingénita bondad d-aimigo admirado de Mella, para que és-|niño, tnia memoria formidable: con esoe!*'s''^l'a o cansintiera en dejarse operar. Vein-| 12,000 ó 15 000 volúmenes, det-oarrama-^

lechos y frases e Mella

Todo el mundo sabe que Mella era un romántico. La voz del ideal producía entonces en su espíritu resonancias rui­dosas como si un miciófono interior las intensificara hasta hacer ensordecer. Era el lenguaje que mejor comprendía y que más pronto le ganaba Cil corazón. En cierta época escribí yo varios ar­tículos sobre el ideal, con el afán da fiacerlo amable a la juventud demasia­do piáciica de la nueva generación. El estaba en París y al leer el primero me escribió así:

«Me ha gustado mucho y se lo ha leído a Melgar en la imperial de un tranvía, ]Eso, eso lo real estimula tan poco! Conviene refugiarse d* cuando en cuando en la filosofía y en la teología para salir después armados de mucho ideal a purificar lo real que bien lo necesita. El ideal es la montaña, la ac­ción es la llanura. Después de ascender n la mont.aña, andar por la llanura m fácil, es hasta placer. Sólo desde el Ideal se ve el término de la acción; sin aquel, ésta va a ciegas y o se extravía o se

Con don Marcelino Menéndez y Pela­yo tenía una intimidad grande. Ambos conversaban siempre de temas de erudi­ción. Recuerdo que cierto día don Juan le comunicó a Menéndez y Pelayo gut acababa de adquirir un libro muy anti­guo sobre tratamiento de enfermedadee por el sistema hidroterápico. Don Mar­celino le dijo: «Fíjese si la edición es de 1580. En este caso, tiene usted una joya, porgue no se conocen más gue dos ejemplares, pero si es de 1600 y pico, ya no tiene igual valor. Mella le porfió que era de la «buena»; pero, pueetos a acla­rarlo, don Marcelino llevó razón.

También fué gran amigo de don Ale­jandro Pidal, con guien tenía las gran­des discusiones sobre las teorías esco­lásticas. En el domicilio de Pidal arma­ban ambos tales trifulcas gue eran el pa.satiempo delicioso de la mujer y las hijas del esclarecido director de la Real .\cademia Española.

Don Alejandro Pidal solía dar en Na­vidad o en Reyes un banquete a los compañeros de la Academia. Con este motivo coincidieron una vez en el ascen­sor de la casa de Pidal, don José Cana­lejas y don Juan Vázguez de Mella. Am­bos habían roto sus relaciones persona­les a raíz de la ley de Asociaciones. Don Juan se guedó un tanto perplejo al ver­se cara a cara con Canalejas. Este excla­mó con aplomo: «Don Juan, es usted un sinvergüenza..., y yo otro, porque siendo los dos miembros de la Acade­mia por nuestras dotes oratorias, sin embargo, ni usted ni yo hemos pronun­ciado los discursos de entrada.

Canalejas murió sin cumplir dicho re-guisito. Vázquez de Mella, desgraciada­mente tampoco lo cumplió.

Entre las notas pintorescas que refle­jan el carácter de Mella, puedo referir­le que al morir don Carlos, Mella salló inmediatamente para Frodsdorf, para asistir a loa funerales. Llevó una peque­ña maleta con las prendas únicamente imprescindibles para su corta permanen­cia en el extranjero..., y no volvió a Ma­drid h ^ a dos años y pico des{>ués.

Tal como fué después — expansivo, abiert'i, pródigo, ingenioso—era ya Me­lla. No era empero un bue.n estudiante. Asistía a las aulas, pero con un propó­sito mal disimulado de asimilarse sola­mente aquellas materias gue eran de su afición. Así, la letra del Derecho Roma­no, los textos de las Pandectas y Di-gesio no fueron de su agrado. Libros y autores ajenos ^ s u s programas de es­tudiante le eran sobr" '-ñera familia­res. Asi, la Teología, la Filosofía y la Historia Universal. Sus condiscipulos se maravillaban eécuchándole capítulos ín­tegros de la Hi.sioria Universal de César Cantü, NMngún catedrático tomó a mal ia independencia de Mella en orden a la orientación de sus estudios. No ya porque su conducta en dase ftiese siem are sumisa y res,petuüsa, sino porgue todos tenían ya noticia más o menos

1 directa de los propresos que la cul­tura de-l muchacho hacía en las ramas afines al Derecho.

Al terminar la carrera fundó en unión de otros jóvenes una Academia o Ate­neo juvenil. De esta fecha datan sus primeros discursos y las primeras afir­maciones públicas de su conciencia, que ha vuelto a publicar en el momento de

lonr. Con Arfredo Brañes, e! ptihlii .t ta gallego, que figuró entre los prime­ros definidores del regionalismo, defen­dió ya entonces Mella, aungue más jo­ven y no tan conocido, aguel ideal.

Como decimos, el marqués de Figue-roa y Vázquez de M^lla soldaron en­tonces una amistad, que ha durado los años de la vida del pensador tradiclo nalista. No más lejos que el martes de Carnaval, a la caída de la tarde, ei marqués de Figueroa, restablecido de una afección catarral, fué a visitar a su viejo caiparada. Le encontró ante su mesa de trabajo, entre papeles. El visitante no dio importancia al decai­miento que mostraba Mella, a ¡pesar de gue habló con la facundia y animación características, porgue también don Juan sentía ailn los efectos de un catarro. «Y no era—nos decía ayer el marqués de Figueroa—que saliera de la enfer­medad aquella tarde, sino que entraba en ella.»

Don Juan habló de la segvmda edi­ción de la Filosofía de la Eucaristía, que ya preparaba, enriqueciendo el tex­to de la primera, de su discurso de in­greso en la Real Academia Española que haría tan pronto terminara la se­rie de publicaciones ya comenzada, y contó, halagado, a su interlocutor que la mañana del mismo día habla des­cendido de un automóvil una bella da­ma—la señorita de Marguina —que 'e había hecho el honor de pedirle un autógrafo. El marqués recibió, antes de retirarse, de su amigo un ejemplar del tomo de los discursos, con una dedi­catoria, cuyas líneas son probablemen­te las últimas que escribió Mella.

Poeta, poeta siempre

iUn juicio sobre él? ¿Una descripción de su personalidad moral? El marqués nos dice que la psicología del gran pen­sador no tenía secretos. Los resortes de su carácter no obedecían a mecanismos complejos, eran maravillosamente firmes y puros. Poeta, poeta siempre, aunque nunca escribiera un verso. Poeta en la acepción a un tiempo clásica y románti ca. Lirismo acendrado y desdén absoluto por la acción, siquiera haya construido con su palabra mucho más que otros con sus actos. Mella es, por ejemplo, su li­bro «La Filosofía de la Eucaristía», que se abre bajo el arco macizo, majestuo­so y vigoroso de los conceptos escolás­ticos y termina con una plegaria, soplo

ticuatro horas más tarde, y el tumor ha­bría degenerado en gangrena.

Tuvo algunos buenos amigos. El más íntimo acaso don Jesús Fernández Ra­mos, notario en la actualidad de San­tiago, condiscípulo y arnigo siempre fra­ternal de Mella. Estoy seguro de que si ha hecho testamento ha sido ante él. Fernández Ramos suplió más de una vez aquella inadaptación da Mella a las menudas, aunque apremiantes a imprescindibles exigencias de la reali­dad social.

Su vida pariicular —o—

La vida particular de don Juan Váz­quez de Mella no deja de ofrece^ cu­riosas facetas, reveladoras de la mo i'fetia y do la sencillez de trato del finado.

Desde ia calle de la Cruz, 42, se tras­ladó hace veinte años al paseo de! Pra­do, 18, y allí ocupó su actual residen­cia, un modesto cuarto entresuelo, bas­tante reducido, sobre todo sí se tiene en cuenta el curioso desorden con gue .Mella ac!.>stumbraba a tener sus libros y 611S cosas.

Su género de vida había cambiado no poco desde la enfermedad que le costó !a amputación de la pierna iz (¡uierda.

Antes no tenía más servidumbre gue los porteros de la casa. El portero, Ni-caslo González, está abatidísimo; lleva­ba veinte años -al lado de don Juan, que le trataba con extrema afabilidad y con una gran confianza. La esnoco de Nicasio, era la encargada de pre­pararle la comida hasta hace muy po­cos años, en que por haberse quedado ciega tuvo que dejar esta labor, y en­tonces Mella se vio obligado a traer a su casa una criada.

Más compañeros tenía Mella; un her­moso perro lobo «Kyli», regalo de su ín-liino amigo, el sefior Koeler. El ani-malito, tan amaestrado que llevaba las cartas a su dueño desde la portería al despacho, lo primero que hacía por las mañanas cuando el portero entraba en casa de Mella, era ir a saludar a su Amo.

Muchas veces, cuando el señor Váz­quez Mella salía con más frecuencia de casa, se le veía pasear por lije alrede­dores de los Jerónimos—donde oía mi-.sa-^acompañado de «Kyll».

Tenííi también tres o cuatro gatoe, tan familiarizados con él, que mtichas veces cuando e' señor Mella se ponía a comer, se encaramaban ensima de ia mesa, y ocurría a menudo que le arre­bataban de un cariñoso zarpazo, el ali­mento gue don Juan llevaba a la boca.

La llave de la puerta estaba continua­mente puesta en la cerradura, de tal manera que cualguiera, s'n pedir per­miso a nadie podía entrar en la casa.

Desde que le cortaron la pierna no salía apenas; se levantaba a las nueve de la mañana, desayunaba y se ponía a leer periódicos y a trabajar hasta la hora del almuerzo, que hacía en el mismo veladorcito donde trabajaba . También en el régimen de comidas ha­bía Introducido variaciones fundamen­tales : tiltimamente era vegetariano y no bebía nada, ni 'vlno en las comidas; el mayor consumo que hacía era de fru­tas.

Después de comer, siempre en e! mis­mo sillón donde trabajaba, dormía un poco, no más de un cuarto de hora y por la tarde tenía la clásica tertulia, por la que han desfilado las más ilus­tres personalidades políticas y literarias

Los amigos íntimos, los gue más fre­cuentaban la casa, eran loe señores Chicharro, Koeler, Cortina, Hitjes y el padre Miguélez. También fueron conter­tulios, con más o menos frecuencia, el marqués de Figueroa, los condes del Va­lle Súchil, Romanones y Bugallf.I, Orte­ga Gasset y Gómez Raquero.

Los de la tertulia, o por lo menos los más asiduos, estaban casi obligados a tomar café tarde y noche en el gabinete de trabajo de don Juan. Hablaban de tema« históricos y fllosMoos, con fre­cuencia y, alguna vez—no muchas—, de alta política. Hacia la una de la madrugada el ilustre tribuno se retira­ba a descansar. ,

Hasta hace unos años, la vida parti­

dos por todas partes, por las mesas, por la* sillas, por el suelo, encima de la cama, etcétera, llevaba una cuenta asombrosa. Y asi muchas veces man­daba buscar un libro dando el nombre de la estantería y de la fila donde se encontraba. La b'blioteca era es-pecial-iiiente histórica, filosófica y teológica, pero no obstante, allí iba a parar in­mediatamente cualquier libro interesan­te gu© saliera a la luz.

Don Juan Vázquez de Mella muere sin bienes de fortuna; varias veces le fue

Su vida fué una lucha entre lo cpie su partido quería que hiciesi, y lo que él deseaba hacer. En el Parlamento cada discurso suyo era un triunfo, y eso es lo que quería su partido, triunfos, y, por tanto, que él fuera allí y qae ha­blara. Pero él iba al Parlamento como un forzado.

A veces se rebelaba contra agüella servidumbre y huía dt Madrid y se re­fugiaba en un hoiel de Bilbao o en

|su« montañas .^allegas, a la sombra de JS castañares de San Juan de Filguei-

ron ofrecidos cargos rerouneradores enl'"'»- ^"^ compañeros de diputación, des-empresas particulares. No supo nunca!^'••^'^"«' desconcertados, pues sin él no administrar su escaso peculio, y la bon-if»'^ gran cosa murmuraban, le acucia-dad extremada por una parte, y la es-'^''^". '« echaban encima las ansias del casa suene en las empresas por otra,lPa'""fJ"' ""i-'^ba.nlo de espinas su ama­no le permitieron nunca contar con ine-i''a soledad. Un día se me quejaba de dios de fortuna jesto, y en esas quejas desvelaba un rin-

Quizá en opinión de algún íntimo ha-l'^^n^í^o ^^ »" psicología, su vocaoióa ya sido esto lo que ie movió a no llevar fl« pensador y de escritor, muy superior a cabo sus proyectos matrimoniales, que ^ 9^ vocación de orador y su manera no le faltaron. H^ concebir y de producir. Hablar, sí ;

r x ^ - » i«í„ iVlollaiPe''" pensar antes. Discutir, s í ; pero Como leía Mella ^ ^ p , ^ . ^^ etdudiar, de meditar y de

En muchae ocasiones el señor Vázquez j " ' " ' concisión a las ideas a ser posible de Mella, al caer en sus manos un libroi;^"!. a Pluma lambién él tan facU, tan que no conocía, empezaba por leer ei! fértil, :,entia las luchas dolorosas entre índice para elegir el capitulo que esti­maba fundamental, l/eído el capítulo, puede decirse que conocía por completo el libro. Varias veces dijo: «Tal capítu­lo refiriéndose a uno del que ni siguie­ra había separado las hojas—contiene tal error o tal di6.parate.» Y, efectivamente, así era.

Tenía en su casa más de 12.000 volú­menes. De ellos sólo los de la biblioteca están agrupados por materias. Los res­tantes no están ordenados con arreglo a un método determinado. Hasta debajo de la cama en que dormía hay un cajón lleno de volúmenes, y los libros se amon­tonan sobre sillas, divanes, mesas y otros muebles.

Pero el señor Mella sabia siempre el paradero de cualquier libro. Su memo­ria, sobre todo en e.ste aspecto, era pro-digio.sa. Era frecuente oírle decir a al­gún amigo: «Mira tal libro, que está en la silla tres de tal habitación. Es de, pastas rojas y se halla entre un volu-P'^"!'^"', '-" rümUi^ítí Je flores para pro-men en rústica y otro empastado de '''"-'•', "* •""*' y. al fin, ha encontrado

as fli reí- y ha empezado la fabricación leí pana!. Que le impidan su trabajo.

palabra y ¡as ideas. He aqní cómo me lo contaba :

"Usted haliiá experimentado muchas veces, sobre todo al empezar a escribir, la lucha entre la idea y la palabra. La ¡lita busca una palabra para hacerse visible y no la encuentra; unas son de­masiado vagao, y otras, demasiado es­trechas o incoloras y, al fin, trata de plisarse en una imagen como en una flor hasta que se cansa, y se retira tra M,z cuando ve qua esa flor no pue­

de Fosienciia, ^ue se dobla con su peso. Otro día, por una asociación instantá-o'-'a, va relámpago interior nos hace vrr Corno soldadas de un golpe la idea y :a fri.se en un conjunto que encon­tramos tan natural, gue nos sorprende nuestra torpeza anterior. Parece que para burlarse de nosotros se han enla­zado ellas mismas.

Usted, que es artista, tenia un enjam­bre" de ideas que necesitaba como las

y otro empastado verde. En la página tantos, párrafo tan­tos tiene este pensamiento.»

Las cartas de don Carlos que le obliguen a hacer otro que le repugne y hará lo que la abeja irrita-

,da, picará. Si usted es de buena índole, E! sefior Mella era la única persona j ^ ^ p¡,,ará a sí mismo. Pues eso es lo

que poseía cartas originales de don Car- ^ . j ^ ¡„^ sucede a mí. Tengo un daparta-los. La colección de estos escritos cons­tituye un valiosísimo documento que po­drá servir para escribir una época im­portante de la Historia de España. Has­ta ahora se ignora dónde podrán estar guardadas las citadas cartas.

"Kül", el gran amigo

de Vázquez de Mella Una de las grandes predilecciones de

Mella era su perro "Kill", de la raza de los famosos perros policías alemanes, que tan extraordinarios servicios pres­taron en la guerra. Hace varios años se le regalaron al sefior Mella. iHabía na­cido en un barco alemán surto en un puerto español, adonde fué a recogerle Nicasio. Al sacarle del barco, la madre y los otros cachorros se arojaron al agua detrás de él. Sus ascendientes son famosos, y algunos ganaron copas en concursos.

KUl" le subía a don Juan las cartas, las tarjetas y los periódicos. Nicasio, el pollero, se los colocaba en la boca

mentó interior, una especie de librería ideal en que leo y escribo todos los nioinentüí, en que estoy ocioso por fuera. Yo quiero que eoo que yo leo lo pue­dan leer los demás. V no puedo, porque otros se empeñan en que haga oira co­sa que en el orden de la intención y en el de la ejecución, debe venir después.

It.nlas gestaciones sin alumbramíen-1.0 no me han producido bilis, porque mi hígado produce más azúcar que bi­lis; pero me queman la sangre; me pi­co a mí mismo.»

Le indiginaba que se extremara el ri­gor y aun ((ue se preparara la persecu­ción contra católicos inofensivos- y pa­cientes, y que se tuviera odiosas y pri­vilegiadas blanduras contra turbas o cla­ses que a espaldas de la ley ponían en peligro la paz de Eapafia, El increpaba a los gobernantes que procedían así, y les decía:

—Tenéis la misma teodicea que los negros de Fernando Poo. Para el Dios bueno no tienen culto ni consideración ninguna. Como es bueno, no les hará nás que bien. Guardan su culto y su y le decía: "Súbeselos al amito", y el

perro ciunpUa fielmente el encargo. Mu-!''byecta adoración para el Dios malo chas Teces el señor Mella le enviaba al Salien que sin eso el Dios se vengará, perchero por el sombrero del visitante tomara represalias. que tenía en el despacho. Al portero, • » • cuando realiza la limpieza, le sirve todas t'i'a cita suya del profeta Ifiafas le­las cosas que necesita. Nicasio se dirl-| ^"iitó en el Congreso una furiosa tem-,ge al perro y le dice: "Jáe hace faltajP'-stad. Los diputtidos monárquicos, le­la escoba", y al poco rato el can se I cantados, demudados, coléricos, le ín-presenta con ella. Icrepaban; no salían del btuioo azul vo-

El mismo perro traía de un estanco|c''s de templanza, y el presidente, des-el tabaco para don Juan. También lejpués de enérgicos campanillazos y de enviaban a la tienda por paquetes dej lograr un poco de silencio, le demandó comestibles. B3n el camino se encontraba'ironta rectificación. siempre im perrito que le ladraba insis­tentemente y que un día llegó a mor­derle. "Klll" soltó*su carga, un paquete de azúcar, castigó cumplidamente al atrevido y siguió Imperturbable el ca­mino de su casa, siempre con el azúcar entre Ito dientes. \

—¿Yo?—contestó sereno--, que rectifi­que Isaías.

Y el tumulto cesó. Fué como un tirón, como un frenazo a u,n caballo que se desboca. El estrépito de indignación se fué diluyendo en el ruido de tina cas­cada de risa EL iDOCTOR X.

Martes 28 rte fohrfro ña 1928 (6) EL DEBATE MADRID.—Arto XVilI.—Núin. 5.»lu

La elocuencia de Mella DE

El beso del Crucifijo Ninguna eAocación más oportuna en

La generación actual no la conoce.' Sus últimos discursos eran el últinoo; canto del cisne. El ág-uila tenía ya rotas' las alas. Su cuerpo esta.ba enfermo y can- i sado y su alma desKacrntada y entrisíe-i clfla. Su voz no era ya tan plena y fie-| xible como antes, ni su palabra tan cau-| dalosa, ni su imaginación tan relampa-| la muerte de Vázquez de Mella ^ue el gueante y fresca, ni su sensibilidad tan' bellísimo epilogo de su magistral ora-fácil a la exaltación y a las vibraciones f,¡^„ pronunciada en !a velada nficro-espontáneas y comunicativas. Había per- I y,ig,j ^^ Menéndcz y Pelayo: dido un poco el gusto de la ironía y el; ' ^..,^\ recordáis una escena doloroea ímpetu del entusiasmo. Una gota amar-:„„g . ^ . j ^ ¡^ I>ren,<;a ha d.-scrito? Guan­ga de escepticismo por las cosas de estai.jo y^ ^e hahia confesado fervoro-sa-vida se había filtrado en su espíritu, yj mente; cuando ya sus labios no podían esos discursos nos daban a muchos lajarticular una palabra; cuando sus ma-Impresíón de un quejido tenue que de-|nos empezaban a estar rígidas y frías; cía: "Estoy cansado; ¿por qué me ha-¡cuando aquiiUa frente, trono del pensa-céi8 hablar?" irn'cnlo iba a rendirse a la muerte, su

Mella no era eso. Desde que hay Par-I hermano don Enrique Menéndez y Pe-lamento en E.spafia sólo dos tribunos: layo, e] ilustre autor de «La Golondri-pueden acaso comparársele, Donoso Cor-; na., el sucesor literario de Pereda, le tés y Castelar, y ganaba al primero en pros-rntó conmovido un Crucifijo, el Cru-sales de ironía, en vigor dialéctico y enM- «jo ue habla tenido en sus manos a!

niurir la madre de Menóndez y Pela­yo, y lo puso sobre los labios del gran sabio. Eran dos agonizantes que se mi­raban ; era el agonizante que estaba en la cruz, y la ciencia personificada en

LA ADORABLE PERSONA DEL SALVADOR. LA CARRERA TRIUNFAL DE LA IGLESIA. CANTO A LA GRAN PATRIA ESPAÑOLA. LA SOBERANÍA SOCIAL Y LA SOBERANÍA POLÍTICA. PROFECÍAS DE LA DICTADURA.

seguridad de doctrina, y al segundo, no en imátgenes, pero sí en ideas; no en vuelo poético, pero si en densidad filo Bóflca, y en la coherencia, y en el vuelo del pensamiento.

La España católica no ha tenido im tribuno igual, ni que en su tiempo más baya Influido en su ideología y en sus destinos, ni que haya dominado y enar­decido más espcí.ígneamente las muche­dumbres. Le he oído hablar en salones en teatros, en plazas de toros, desde un balcón, a la sombra de un árbol, en el borde de los caminos. El alma de sus públicos, que eran siempre multitudes, era para él un címbalo, del oue la ma­gia de su palabra sacaba toda clase de notas, rugidos de indignación y casca­das .de risas, admiraciones plácidas has­t a el éxtasis y truenos de entusiasmo. Con las exclamaciones que salían de los labios de sus oyente.'s hubiera po­dido hacerse una letanía glorificante del tribuno; tableteaban los aplausos, los vivas rompían las gargantas y en los ojcw habla relámpagos y lágrimas. Sus almas jubilosas sentían como si ante un gran peligro hubieran visto adelan­tarse a su defensa un gladiador que llevara en su espada la victoria y que las hiciera a ellas invencibles. Los vie­jos, ¿cuántas veces hemos visto ésto?

La elocuencia de Mella era flameante, arrebatada, impulsiva, ungida de ardo­roso misticismo. Ponía en sus discursos «na enorme fuerza pasional, flor de sus bondos convencimientos, de la claridad de su visión y del amor encendido a su ideal. Pero su Imaginación vivaz y su íuerte inteligencia enriquecían y hen­chían sus períodos rotundos y cálidos con Imágenes espléndidas y gráficas, con xnedula de pensamiento y con el rico caudal de hechos ae que cada momento le surtía su memoria prodigiosa.

Era un dialéctico formidable; su s6-URa cultura filosófica y jurídica le ha­cían ver pronto el principio o la idea general olvidados por su adversarlo, y desde ellos, como desde una fortaleza, los asaeteaba, lo empujaba hacia el ab­surdo, que con frecuencia era empujarlo f rtdículo.

Su tono era en general grave y se-lío, porque cuando hablaba le inspira-lía un alto propósito. Pero su ingenio, fértil y buUente, veía con rapidez los aspectos falsos de las situaciones o de las doctrinas y no renunciaba a combatir al adversario con el arma ligera de! ridículo, con la ironía elegante o la frase hecha, intencionada, mordaz y a veces festivamente paradójica. Muchas de ellas han tenido fortuna y han sido después mil veces repetidas.

Su elocuencia hacía un raro contraste con su vida y con su estilo de periodista. Oyéndole hablar parecía un guerrero. En sus discursos abundaban las metáforas bélicas. En ellos sonaban los clarines y llameaban las espadas. Se t rata de es­calar fortalezas, de cercar enemigos, de atravesar, de hender, de escudos y de lanzas, de torneos y cruzadas. Era ima elocuencia la suya caballeresca, pero belicosa y fiera. Pero viéndole vivir, la impresión era bien diferente. Más que un guerrero parecía un poeta de alma Inofensiva y plácida. Había en su vida tan abnegada austeridad, tan­t a bondad, simpatía tan irradiadora

' y candor tan atrayente, que no sé que tuviese enemigos. Hasta sus mayores ad­versarlos le respetaban y querían. Le-rrbux ha sido uno de los que más se han interesado por él en su última en­fermedad. Azcárate y Salmerón eran amigos suyos cordiales. Carvajal sentía por él debilidad admirativa.

Su elocuencia era abundosa, fastuosa, de períodos largos, henchidos de frases amplificadoras, un poco pródigas. No es que fuera parco en ideas y en razona­mientos, que en eso y en su trabazón férreas pocos le habrán igualado. Es que los vestía a lo grande, con un lujo orien­tal . Sus artículos periodísticos eran otra cosa. En general son densos, sintéticos. d« una concisión extrafia en un tempe­ramento oratorio como el suyo. Están hechos no de períodos, sino de frases, y las frases son en general cortas, car­gadas de ideas o rebrillantes de imáge-nen. Su estilo no es fastuoso, sino so­brio, claro, duro y fuerte.

Mella puso siempre su elocuencia al servicio de su patria y de su fe. Jamás las mancilló con impurezas de voluntad; romántico impenitente, nunca quiso que sirviera al interés mezquino ni siquiera a la humillación personal de su adver­sario. Fué un vendaval, de fuerte y puro esplritualismo, que pasó por su genera­ción, y cuando se escriba su historia se verá cuan grandes servicios prestó con ella a España y cuánto le debieron los creyentes, cuya fe y cuyos derechos de­fendió en momentos críticos como nadie.

Su palabra, como su pluma, fueron incienso y espada para la cruz. Ha muerto besáhdola. Su último libro ha sido un canto soberbio a la Eucaristía. Dios le habrá dado un gran premio.

Severino AZNAE

Menéndez y Pelayo, que parecía agoni­zar también; en aquel rostro divino que no sabría describir, empezó a verlo todo, a leerlo todo, porque allí estaba la unidad suprema qne él buscaba; en aquella página iba a leer de una vez toda la ciencia

i Que ella impere sobre esta sociedad que se desune, se enfría y decae en la medida en que te abandona!

¡Que tus brazos, extendidos por la mi­sericordia, la estrechen sobre tu Cora­zón, para que beba en él loa raudales de ima vida que no muere!"

Espiíitualismo cristiano Olro de los pensamientos e-senciales

de Mella fué el de que la sociedad sólo puede ser salvada por el espitua lismo cristiano. A continuación trans­cribimos un hermoso párrafo del dis­curso pronunciado en el teatro de! Centro:

«Y el que puede salvar la civilización es el que la formó, es e! cspiritualismo cristiano y para decirlo sin eufemismos, católico, y católico en su integridad, con todas sus afirmaciones y consecuen­cias. Para sostenerlo no basta eólo que afirmemos a Dios ni como deístas ni como thaistas, como le afirma siempre la razón cuando no se eclipsa la Idea de las ideas de Platón, el motor in­móvil de Aristóteles, el ejemplar eterno de San Agustín, el acto puro de Santo Tomás, el productor improducido de Lullo, el geómetra supremo de Newton y de Pascal, el postulado que necesi-

a la ciencia y a saciar para í„. , : . ' '^ " ^ ^^•. ..^^^^ .i.mpre loda la sed de belleza; p- P ^ «*"* P ^ f sostener el orden mo e.so sus ojos encendidos miraron 106 ojos f : ."° ^*' ** .^"^ . * ^ ^1^^^ ' '"^ del Redentor, y los labios del sabio, ^^ ™> ™^ negación impía contempla al extinguirse la vida, exhalaron e! último aliento sobre el Crucifijo, y en­tonces no fué sólo Menéndez y Pelayo el que besó a Jesucristo; fué también .lesucristo el que besó en él a la Cien­cia española.»

Como el insigne polígrafo santande-rino, así ha muerto también el gran orador Iradicionalista. Y las mismas palabras de su cálido discurso, revi­viendo en la realidad de su muerte vienen a sintetizar la más justa apo­teosis del ejemplar caballero cristiano

Jesucristo En un florilegio de los discursos de

Mella, no puede faltar el tema de Je­sucristo. Constantemente hablaba de El, con ferviente entusiasmo, en sus oraciones parlamentarias y en sus dis­curso ' académicos.

•La Iglesia ha levantado un Corazón, que atrae y reúne todos los corazo­nes; sobre un mar de odio y de hielo ha levantado un amor en donde se concentran todos los amores; ha hecho que el Corazón de Jesús, como una ho­guera divina inclinada sobre la tierra, ilumine esta noche sombría y con sus llamas nos invite a que juntemos en tilas las nuestras, para que derritan el egoÍBmo que separa y encienda Ja ca-r'dad que une las almas. Señores: en esta hora hay que poner allí la con­fianza plena, porque de allí se recitje la fuerza, de allí se recibe la energía para combatir y con una bandera des­plegada alrededor de la Cruz que tenga ese Corazón por centro, no hay temor a la derrota, la victoria será perpetua, porque loe que sean vencidos aquí, triunfarán en otro reino mejor.»

{Del discurso pronunciado en el ban-Quete tradicionansta celebrado en Ar-chanda {Bilbao), el 10 de agosto de 1919.)

He aqui otro trozo bellísimo de su discurso íCervantes y el Quijote», pro­nunciado el 15 de septiembre de 1916. Habla en él del artista como ideal su­premo de arle, del hombre como ideal del artista y en ©1 trozo que transcribimos de Jesucristo como ideal del hombre:

«Poned en su mano una lira y que cante. Su poesía será de gloria de j raa deza, cantará la belleza con todos sus fulgores; pero yo, después de oiría ab­sorto por la admiración tendré que de cir con pena: Esta no es la poesía de mi alma; en ella no está ni la culpa ni el arrepentimiento, ni el per­dón ni e' dolor, ni el amor con sus dulzuras, pero también con sus congo­jas ; un abismo separa a las dos. Tu lira cantará grandeza, pero no canta las miserias y las flaquezas del cora­zón humano. Y si él desciende bas'.a mí y sin alterar su grandeza quiere recoger mis flaquezas y mis culpas, mis dolores y mis penas, mis tormentos, mis lágrimas para endulzarlas, y levantar­me y poner ante mis ojos las perspec­tivas de una aventura eterna, lahl en­tonces yo diré: «¿Pero eres capaz de levantar a Ja naturaleza humana y unir­la a la tuya y sublimar sus dolores y cargar con sus culpas? ¡Ahí si es así nt, ere^ sólo un hombre porque . ixo»-des el poder de los hombres, no eres ia unidad panleísta, que anega y mata la libertad y con ella la virtud y el deber; no eres la materia primitiva, que en una evolución fatal arrastra mi ra­zón y mi voluntad; no eres un Dios geómetra invifeible oculto detrás de mun­dos luminosos, pero Insensible a los in­fortunios humanos. ¡Ahí Tú que reci­bes los tormentos y aceptas las culpas, sin tenerlas, y te abrazas con el dolor, tú eres lo infinito, sin confundirse con él; |t€ reconozco!, eres el cfue hablaste con los publícanos y los fariseos, e! que Iluminaste el alma de la Samari-tana, e! que despertaste a la hija de laíro, el que lloraste ante el sepulcro de Lázaro de Betania, y le volviste a la vida..., el que subió con la culpa y las angustias del corazón humano a la Cruz, el que está clavado en ella par-i dividir en dos hemisferios la historia, y para que vayan a E¡ legiones de már­tires y de santos a beber una nueva vi­da en sus llagas y que han apagado, como decía Renán, )a sed de amor de doce siglos de ascetas.»

Se atentó contra Mella Hace poco más de veinte años se ce­

lebró en la plaza de las Arerias de liar-celüua lili gjandiu60 mitin de carácter católico.

A la salida los a.siBtentes al acto se vieron atacados por ciertJJs ekiinen: is avaiuadoe, qu" tiacian disparos.

Los eieineritüS avanzados pretendían gue sus balas alcanzaran al señor Váz­quez de Mella; pero como desconocían qué coche había ocupado, empezaron el tiroteo ante<5 .Ji"- el señor Mella saliese de la plaza. .

La respuesia de sufi partidarios a las deerargas de los contrarios le libraron de caer lierido o rimerto en Barcelona.

La última pro­fesión de fe

La recogemos de su maravilloso li bro Filosofía de la Eucaristía publicado refienlcmentc. Es una ferviente plega­ria a Cristo Sacramentado, y dice asi:

"Señor, Tú, que, por unir sin confusión lo finito y lo infinito en tu Divina Per­sona, eres el foco de amor y el centro de la unidad, enciéndenos en llamas de caridad tan ardientes que nos hagan amar por Ti hasta el odio de nuestros enemigos y comunícanos un celo tan constante que nos lleve a atraer a nues­tros hermanos separados para que vuel­van a tu Iglesia y se abracen con nos­otros al pie de tu altar, a fin de que, juntos, proclamemos tu realeaa suprema.

temblorosa como tma Visión lejana al llegar al océano de lo Incognoscible. No, no es lo que proclama el mismo odio con sus teologías invertidas, no ; es ne­cesario que, además del Creador omni­potente, que deslumhra con su grande­za al entendimiento humano, sea el Re­dentor de los hombres, el que llena el abismo, el abismo del corazón, el que recoge las lágrimas y los dolores huma­nos, y los sube a la cruz, y los bebe en forma de hiél y de vinagre; es ne­cesario que sea Aquí! que tomó nuestra carne y aceptó la consecuencia de nues­tras culpas, y santificó y divinizó el do­lor, y dejó caer sobre las almas las bien­aventuranzas del amor. Es necesario que el Redentor venga en cierta manera de nuevo a nosotros, y que descienda hasta el fondo de los corazones y los haga suyos. Y ;no habéis observado que, ante el alma cristiana, no se presenta ahora con dulce calma, mostrando el corazón, foco de todos los grandes amo­res, sino que con los ojos nublados por el dolor, con el rostro exangüe, con las espinas desgarrando las sienes, abrien­do los labios cárdenos, como si quisie­se decir que tiene sed en un mundo de egoísmos y de odios, levanta la ca­beza el Cristo de la Agonía ante las muchedumbres creyentes y las mira, fi­jamente, y con mirada dura contempla un horizonte sombrío que se alza de­lante de su divina cabeza? (Grandes aplausos.)

La Iglesia De lo que era la Iglesia para el es­

píritu de Vázquez de Mella, puede dar una idea el siguiente párrafo de Sil oración en la velada necrológica de Menéndez y Pelayo:

«La Iglesia era para él el arca santa donde se encerraban todas las grandes verdades de la fe, los destinos de la civilización y el alma de España; y él, que era también grande artista y poeta, la habrá visto pasar al través de los siglos, como la he visto yo fas­cinado por su hermosura cuando he querido sintetizar el cuadro histórico de su vida. La Iglesia aparece, primero como una especie de triste pasionaria que brota en la corona de espinas del Redentor en la tarde fúnebre del Cal­vario; después, como una rosa llena de luz y de aromas, que exhala en el Tabor el día de los grandes esplendo­res; más tarde, como un clavel, que sale de la grieta de un sepulcro de las Catacumbas, salpicado por la san­gre de los mártires, y, cuando el Im­perio viene a la fe y se abraza a ella, como un laurel que se cierne triunfan­te en la cima del Capitolio; pero tam­bién cuando el Imperio se desmorona y cae, cuando la lanza de los bártm-ros atraviesa el pecho de Roma y los caballos de sus caudillos arrastran y despedazan su cadáver, y las ciuda­des son devastadas e incendiadas, y no quedan más que cordilleras de es­combros, y el polvo y el humo de la catástrofe oscurece al sol, los creyen­tes, dispersos entre las ruinas, miran asustados y atónitos, y al no verla, creen que la planta divina ha desaparecido y que va ys. a llegar la hora apoca­líptica del último día, precedida de los terrores milenarios que se acercan; pe­ro cuando un poco de claridad despun­ta sobre aquello que parece el osario de una civilización, los espíritus S3 ani­man, los pechos 88 dilatan, porque ven aparecer, no ya la rosa, ni el laurel, ni la pasionaria de los primeros tiem­pos, sino la misma Cruz, como un ro­ble gigantesco que domina todas las alturas; y es entonces cuando los bár­baros, fatigados, apoyan en ella sus es­cudos y sus espadas, y piden a sus ramas madera para los nuevos tronos; es entonces cuando todas las ideas de filosofía y de arte del mundo antiguo que han podido salir del sepulcro pa­gano, porque al fin eran Hijas de la verdad y no estaban llamadas a pere­cer, vienen como una b»ndada de alon­dras a posarse sobre su fronda y a cantar como un coro de voces divinas la nueva aurora que empieza a apare­cer en el mundo... (aplausos); y es en­tonces cuando sus raices van entrete­jiéndose y sujetando el suelo calcinado de Europa, haciendo nacer en él una nueva espléndida vegetación gue se en­trelaza en clases y en Jerarquías, que va acercando y sitiando al Poder pú­blico para matar al César y hacer que brote en la altura la Corona como la flor de la Monarquía cristiana... {Aplausos.)

Enseñanza religiosa Propugnó Mella la eneeflanza como

función social y señaló repetidas ve­ces el abeurdo de convertirla en fun­ción poltica, dada la incompetencia del Estado. En In enseñanza religiosa abo­gó por la* escuelas confesionales. Ha­bla sobre este extremo en el vibrante discurso del que transcribimos un pá­rrafo, pronunciado en el Congreso de los Diputados el 7 de junio de 1913:

inmediata del Estado neutro? La com­pleta libertad de enseñanza. La eus.-í-ñanza no le corresponde al Estado. Ai Estado le corresponde en la enseñanza, como en todos los órdenes de la vidd, como en el comercio, en la agricul­tura, en la industria, una cierta inspec­ción y vigilancia, y además la coopeja-ción y el fomento en esos órdenes; pero de ningún modo la enseñanza mism;i. que es función social y no política. L' Estado no es metafísico, ni astiónomo, ni matemático, ni naturalista; el Es­tado no puede ser pedagogo, porque ig­nora todas esas cosas. Y en materia dt religión, de derecho y de moral, él mis­mo empieza por extenderse patente d'í incompetencia. ¿Cuál será entonces, se­ñor ministro de Instrucción pública, I» consecuencia de un Estado sin creencias en frente de una sociedad en su ma­yor parte creyente? ¿Creéis que os vov a pedir como consecuencia de la cultu­ra y de la Historia de España la impo­sición de la enseñanza religiosa para los creyentes y para los no creyentes? No La consecuencia que se deriva del Esta­do neutro en frente de una sociedad di­vidida en creencias y lo que yo pido y demando es la separación de escue­las, según la separación de las creencias Escuelas católicas, para los católicos; di­sidentes, para los disidentes; para los ateos y librepensadores, escuelas laicas, ¿Es esto tiránico? ¿Es esto clerical' ¿Qué decís vosotros a esto? ¿Es un do ma clerical y tiránico la separación de las escuelas según las creencias? ¿Os huele esto a te'icraci.i? Veremos la con­testación del señor ministro de Instruc­ción pública. Pero ahora he de deducir otra consecuencia. La separación de las escuelas, según la separación de las creencias, implica otra: la separación de presupuestos

Es una aberración, es un absurdo que el creyente pague la enseñanza del im pío. Nosotros no pretendemos nada, no queremos nada de los no creyentes; no les pedimos ni un solo céntimo paia nuestros cerftros de enseñanza; que fun­den con su dinero las propias. Pero que­rer que el contribuyente católico, que el padre católico pague al maestro y al profesor impío, equivale a querer que pague su propia apostasía.»

Canto a España Innumerables son los que se encuen

tran en los di.scursos de Mella. He­mos elegido éste del pronunciado en el teatro de la Zarzuela por ser qui zá ei más bello de todos y en el que puso el orador más fervor y entusias­mo, l a ovación que le tributó el pú-b'lco fué la más grande de cuantas eac.ichó e' orador. Fué preciso que parara su discurso. El público, de pie, le ap'sudla sin cesar, entusiasmado. Las señoras le arrojaban flores desde lo ' palcos. Dice así :

«[Poesía, poesía! Yo quiero vivir en esa reglón de la poesía y quiero sumer­girme, por decirlo así, en el espíritu nacional de mi patria; siento que soy una gota de una onda de ese rio, sien­to la solidaridad, no sólo con los que son, sino con los que fueron, y por eso la siento con los que vendrán.

Por eso amo a mi patria y la evoco en mis sueños y deseo v©rlr en una atmós­fera que no se parezca a la atmósfera que me rodea en la hora presente. ¡Cuán­tas veces, al apartar la vista de la rea­lidad actual, me dirijo hacia la Histo­ria pasada, y la evoco y la busco en aquel período de intersección entre una España que termina y otra que comien­za! Entonces veo aquella reconquista que se va formando con hilos de san gre, que salen de las montañas y de las grutas de los eremitas, que van crecien­do hasta formar arroyos y remansos y veo nacer y crecer en lus márgenes los concejos y las behetrías y los gremios, y los señoríos, las clases, los reinos y las Cortes y distingo a los monjes, a los religiosos, a los cruzados, a los pecheros, a los payeses, a los solarie­gos, a los infanzones, enlazados por los Fueros, los Usatges los Códigos, los poe­mas y los romanceros, descendiendo ha­cia la vega de Granada en un ocaso de gloria, para ver aUI el alborear de una nueva época y de un nuevo mundo con la conquista de América y del Pacífico; y entonces pasan ante mi fantasía Co­lón y Elcano, Magallanes y Cortés; los conquistadores, los navegantes y los aventureros; y, a medida que el sol SP levanta, mí alma arrebatada quiere vi­vir, y sentir, y admirar a políticos có­mo Cisneros y como Felipe II; a esta­distas caudillos como Carlos V y como Juan de Austria, y por un impulso di la sangre deseo ser soldado de los ter­cios del duque de Alba, de Requeséne y de Famesio, y quiero que recreen mis oídos los períodos solemnes de fray Luis de Granada, y las estrofas que brotan de la lira de Lope y de Calderón, y que me traiga relatos de Lepante aquel man­co a quien quedó una mano todavía para cincelar sobre la naturaleza humana a Don Quijote, y quiero ver pasar ante mis ojos los embajadores de los Par­lamentos de Sicilia y de Múnster. que se llaman Quevedo y Saavedra Fajar­do, y ver la calda de Flandes al tra­vés de las «lanzas, de Velázquez. y quiero sostenenne en la cátedra de Vi­toria para observar cómo el pensamien to teológico de mi raza brilla en aque-Ua frente soberana, y quiero verle lla­mear en la mente de Vives, sembrador de sistemas, y en la de Suárez, ascen­diendo hasta las cumbres de la Meta­física; y quiero más: quiero que In­fundan aliento en mí corazón los pe­nitentes varoniles y desgarrados en los cuadros de Ribera, y le caldeen las lla­mas místicas que brotan en lo más ex­celso del espíritu español con Santa Te­resa y San Juan de la Cruz, y quiero, en fin. embriagarme de gloria españo­la, sentir en mi alma el alma de la ma­dre Eftpaña, porque cuando se disipe el sueño, cuando se desvanezca el éxtasis y tenga que volver a la realidad pre­sente, no importa que sólo sea recuerdo del pasado lo que he contemplado y sentido, porque siempre habrá dejado ardor en el corazón y fuego en la pala­bra para comunicarle a mis hermanos y decirles que es necesario que se en­cienda más su patriotismo cuanto más vacile la patria.»

Patria española He aquí ufi párrafo grandilocuente,

«¿Cuál es entonces la consecuencia en el que expone MeUa el concepto de

Patria. Pertenece ai discurso «Cervan­tes y el «Quijote»:

«¿Y qué es la Patria? Ya lo he definido dicienúo, para comprender la chica y la grande; es la conciencia y el sentí miento de la comunidad moral e nis tórica y de que formamos parte. Sin es; conciencia y ese sentimiento no hay Fa tria. Podrá no ser clara en todos y ei tudas las clases la conciencia de esa un' dad, podrá ser más o menos difuso e' sentimiento, pero si el sentimiento y lí-conciencia no existen, la Patria no seiñ más que un nombre. Hay necesidad d( una unidad moral de creencias, de ser timicntos, de aspiraciones comunes, dt una trama espiritual que ligue a los prc sentes con los pasados y los venidero'. Sin esa solidaridad actual con los qut son y los que fueron, que establece 1;. coinunidad de esperanzas con los qur vendrán, la Patria no puede existir. Pero cuando la comunidad existe, en­tonces esa trama espirittj*l con hilos invisibles va penetrando en todas las almas y las generaciones anudadas por ella son como familias que se sucedan en un mismo hogar, cuyas llamas no se apagan nunca. Entonces es cuando un mismo pensamiento nos une en los dia= adversos y en los días de júbilo; cuando son comunes los triunfos y las catástio-fes, estremeciéndose de alborozo en loj días de la victoria, y juntando las lá­grimas para lavar con ellas las herid-is de la madre en las horas trágicas en ciue un crespón fúnebre vela el blasón roto de la casa solariega.»

Monarquía, uni-d a d e x t e r n a

La Iglesia y la Monarquía, unidades interna y extema, hicieron a la na­ción española. Ee pensamiento repeti­do constantemente en los discursos de Mella:

«Pero no basta que la afirméis le esa manera como la madre suprema. Afir­mad también • España, hija suya, , ésta es hora en que es más necesario que nunca afimarla. A España, para amarla, es necesario conocerla, y no la conoce bien cuando se ignora o se desfigura el motor principal de su Historia, cuando se ia examina analítica y particularmen­te y se pierde la idea de su conjunto, y de estos dos graves defectos nace la falta del patriotismo que tenemos que lamentar y que a veces se manifiesta en escrecencias tales, que ni siquiera se las puede repetir para maldecirlas. Obser­vad que en España el aglutinante de l;i Historia, el motor espiritual, lo que lo informó todo, porque se sirvió como ins­trumento de la Monarquía, fué la Igle­sia. La Monarquía fué la unidad exter­na y la Iglesia la unidad interna, y las dos hicieron a España».

La idea de nación, hija del cristianismo

Dice el elocuente tribuno en eu dis-cureó pronunciado en Santiago con m o livo de la Semana Regionalista el 16 de agosto de 1918:

«Una nación no es, como se ha creído, una demarcac.ión geográfica; puede abarcar lo mismo territorios y sufrir las influencias que han pesado sobre otros pueblos y ser diversas de ellos, y, además, el marco no es el cuadro, y ni el suelo y las fronteras natura­les solas han hecho nunca ¡as nacio­nes. Una nación no es una raza, por que no existe ninguna nación moder­na que lo sea pura. Las subrazas .porque no hablemos de las razas .pri­mitivas, ni de las grandes razas en que se dividido el linaje humano, por­que entonces no habría más que tres o cuatro naciones) se han mezclado de ;al manera y de tal modo, se han con­fundido, que es imposible encontrar hoy una sola que pueda ostentar una sangre pura y que pertenezca a una sola estirpe; las llamadas razas his­tóricas, de orígenes diferentes y forma­das por vicisitudes y convivencias singulares, si se las concreta, son las naciones con olro nombre. Las len­guas no se identifican con la raza; pueden hablar la misma lengua pue­blos distintos; la lengua es un elemen­to de nacionalidad, como lo es la ra­za; pero no el único ni el principa;. Es necesario que sobre lodo tactor geo­gráfico, geológico, topográfico, filoló­gico 6 histórico, haya una unidad mo-raJ que los unifique: ellos son causas parciales diversas, pero si no hay una unidad moral que sirva de abrazadera y los junte para que produzcan un efecto común, no existirá la nación. Por eso lo he dicho y repito, no hay una página da la historia que ,BO lo confirme: el mundo pagano no cono­ció naciones; conoció Estados y fede­raciones de Estados, pero no conoció naciones. La natción es una creación del cristianismo; en el mundo pagano existió una nación, el pueblo hebreo, que tuvo una profunda unidad de creen­cias y una práctica moral uniforme, que se dilató antes del cisma por to­das sus tribus, pero fuera de ellas ¡a unidad moral de una creencia común se encerró en los muros de la casta V de la ciudad clásica, de la «cívitas» antigua, que tenía una rival y unos dioses y uc culto contrario de la ciu­dad vecina; la idea de nación, si asi puede llamarse, nunca pasó de los tér­minos municipales.

Era necesario un género que hiciese posible las especies nacionales, unos principios comunes que enlazasen en­tendimientos y voluntades, establecien­do una solidaridad de destinos y nor­mas que sirviesen de centro a las uni­dades subalternas; fué necesaria la su­prema síntesis del Cristianismo; por eso es una ley histórica que todas las edades demuestran y que se impone u los más incrédulos, que no hay unidad en el mundo como la unidad reirgio-sa, ni odio semejante al odio que pro­duce la irreligión. Dadme un pueblo donde exista la más perfecta unidad filológica, donde no haya siquiera una variedad dialectal; una unidad legis­lativa, no impuesta, sino espontánea; perfecta, unidad de costumbres natura­les que ahogue toda divergencia apre-ciable; ima soberanía unánimemente reconocida y con títulos históricos que no estén sujetos a litigios, y que, ade-máns. haya recorrido en triunfo y sin alteraciones los siglos: «He aquí una nación perfecta.» ¿Qué más se necest

geográfica, étnica, filológica, histórica y basta legislativa y política con un Estado que, lejos de absorber, sirve de órgano a la vitla nacional Pues bien, con un. Diccionario y una misma Gra­mática; con un mismo Código y una misma ley; con una misma soberanía, con una demarcación geográfica per fecta; que surja allí la discordia reli giosa; que unos entiendan de una ma­nera opu°sta a otros las relaciones con Dios, o gue las nieguen; que unos crean que su origen está en el simio y otros en la Creación; que el fin del hombre es ta en la tumba o que ésta es ia puerta de un mundo superior; que no estén conformes ni en su origen, ni en su naturaleza, ni en su dp.5iino; que la discordia moral se siente en el hogar entre dos conciencias que riñen, y ve­réis que pronto estalla en la plaza del Municipio y se propaga a la sociedad entera, dividida en sectas y partidos y cómo con un mismo Diccionario, una misma gramática, unos orarán, y bias-femarán otros, y se romperán todos ios lazos comunes, y donde habitaba la unidad, no habrá más que la divi sión y la guerra».

Soberanía social y soberanía política

Muy típica es esta distinción de la soberanía en los discursos de Mella !a soberanía social, síntesis dei regio­nalismo, y la soberanía política, poder más alto que ordena y dirige aquéfia:

«La soberanía es única en todos los parlamentarismos, como también en el régimen llamado presidencial.

Llámese soberanía popular soberanía nacional o soberanía del Estado, deba­jo de esos tres vocablos que nn r-san más que matices de una sola cosa, alienta la tesis capital que está en la base de todo el sistema: la unidad de soberanía, la unificación de la sobera­nía.

Yo he afirmado siempre la existencia de dos soberanías además de la r-'i giosa, que las completa y hace triádica y no dualista la doctrina: la socla. y la política. La soberanía social que emerge de la familia y que pasa por la Escuela, Universidad, Municipio, cor­poración económica y llega a las re­giones y a las clases que las enlaza ti necesitando en su manifestación más al­ta un poder que dirima sus contien­das y dirija lá acción colectiva que es la causa inmediata y la razón de ser de la soberanía política que tiene esa doble misión de ordenadora y directo­ra. Las dos soberanías son armónicas y se completan; pero son diferentes y aunque tengan el origen común en el Derecho, las engendran necesidades dis­tintas que son su origen Inmediato.

De aquí que en nuestro sistema haya siempre dos Jerarquías: una Jerarquía ascendente, en que se funda el regio­nalismo, que se forma por una serie de personas colectivas y «ma descendente y delegada del Estado, que debe serviría y no servirse de ella, pues la descen-•dente la precede.»

iDel discurso pronunciado en el ban-que< • tradicionalísta de Archanda {Bil­bao) 10 agosto de 1919.)

La unión de las derechas

Propugnó siempre el señor Mella la unión de las fuerzan de la derecha para oponerse a los avances de la anar-qufe, y en aquellas delicadas circuns­tancias del año 1120, decía en el mis­mo discurso del Centro:

«Yo dentro de este régimen parlamen tario. que creo que es una forma tte caos en las sociedades modernas, lo tendré nunca ningún puesto que no *«<> electivo. Yo no gobernaré—si alguna vez gobierno em este planeta—, no goberní ré más que dentro del régimen 'epir sentativo tradicional que ,vo deflen lo iAplausos.) Y debo decir otra cosa más-yo espero, yo deseo, yo trabajaré, de Jando el amor propio a un lado y pi­sándole; la ambición no teng^o que dí ¡arla, que en mi vida la he sentido, 'it la aspiración a cargos, que hs rectia-zado; yo trabajaré noblemente, con t»!-do el ardimiento de mi ah •^, por ia concentración de las extremas derechas, cuanto más extremas, mejor. Y lo ha- é hasta en beneficio de las derechas que no son extremas ni completamente 39-reclias

¿Sabéis por qué? Porque a veces te néis una gran disculpa, yo lo recon..z-co, cuando enfrente de esa grarlación, que empieza en España en ios partidos liberales, sigue por los socialistas .. ••a.si acaba en las serpiente's de cascabel, ín ese mundo de las izquierdas, cuando en presencia de él dirigís la vista atra.í, encontráis divididas las fuerzas católi­cas, en griipos distintos, sin verdade­ra cohesión, y entonces unos bu.scan en ese motivo la disculpa de sus r.emo-'•es y de sus zozobras,; otros lo aprov-e-chan para avanzar hacia el enemigo y pactar con él. Cuando baya una con centración de esas fueizaí», que tod^v'la son vigorosas y que tienen detrás de í-l el núcieo incontaminado de la antigu.i España, entonces ¡a presión de iirs.* (•obre esas fuerzas que adelantan °.n s' -égimen actual, les obligará, si es i-pi-."» pactan con el enemigo, a abandonar r terreno y dejarnos a los demás que icu pernos las avanzadas en el comba'e. o a sumarse con nosotro.s, como toinlran que sumarse irremisiblemente el día oe 'a gran catástrofe que se prepara,»

Las dos dictaduras El 24 de abril de 1920, cuando era

inminente la crisis del Gobierno pre­sidido por el señor Allendesalazar, oro-nuncio el señor Mella el célebre dis­curso del curso de conferencias or­ganizado por EL DEBATE en el eatro o'el Centro. El señor Mella, al comen­zar su oración, aludió delicadamente, entre grandes aplausos, a don \nto-nio Maura, que ocupaba una platea, y de quien eníonces estaba pendieaíe la opinión pública, y luego, desarro liando una vez más sus proféticos ' ii-gurios acerca de la dictadura, dijo:

Pues bien, señores, yo em esas orisic tío intervengo para nada. Sólo os diré que yo creo que ésta no es la hora d^ as concentraciones, más que en liarto

sentido, porque es la hora de las dic­ta para formar una nación? Unidad taduras. (Bratjo. Apiavf^s.)

Hay dos clases de dictadura. Aqiiv lli que termina la anarquía, cuando 'a autoridad regresa al alcázar abando­nad'^ y profanado, y aquella otra que se produce cuando las fuerzas sociales se rephegan y se concentran, y procuran personiflcarse en un hombre o en on grupt de hombres, porque otra dictadu­ra de ciase se presenta delante de ellas para aplastar a esas otraó clases que i¡uieren resistir; y ése es eJ ni'miento presente, ése es el momento en que esta­mos ahora. Una dictadura g;gaii;-2sca, la dictadura do una clase, la que Ja­mar, dictadura dei proletariado, •.'vpio-tadi. por una oligarquía de tiranuelos sin nombre, se va extendiendo por t i-das partes, a ejemplo de Rusia, y ame­naza (y lo dice francamente, hay iu9 reconocsTle ec.a franqueza) con ap^a.*-lar, avasallar, rendir, aniquilar a ;as demás clases. No admite esa lib'>Ptdd roanántica que dividía el palenque, y que decía i^ue iba a otorgar e! premio al vencedor. La niega resHeltamente. No !e habléis de libertad de Pren.sa ni des .'isociación: les impone una c ='ira y :as suprime. No le habléis de la liber­tad económica: mata hasta ',a hu,^iga ,v psta dispuesta a fusilar a los hualgiiis-ta=, como en Rusia.

Pues ante esa dictadura es necesario que el orden reaccione y ponga -itra. Pero ¿cómo? Con el orden crist'aiio lodo entero, desde ia base a la cumbre. Re necesario que le afirme enérgica, r^ suelta. Integramente, y es necesario que 'os gobernantes que lo personifiquen hi­potequen su vida a la defensa Je la Patria, y que sepan... (Grandex aplau­sos qne ahogan la voz del orador.)

Cuando me interrumpisteis iba a de­cir que los gobernantes hipotecaran su vida a la -defensa del orden y de la Patria, pero que tuvieran en cuenta q,jd aunque la vida pprecie.se y la ¡'atria pereciera también y cayera en la liue-sa, resucitaría; porque no habiendo vuelto la espalda a la justicia, oírla al­gún día aquella voz de lo alto que hizo levantarse de la tumba a Lázaro de Be­tania. {Grandes aplausos.)

Las otras dictaduras, las dictaduras contrahechas, las dictaduras efímeras, la¿ que transigen con el adversar'.), las que claudican, ésas, aunque ievea algo de fuerza material y oficial {.or delante, como no llevan encima al de­trás los principios, perecerán; serán reducidas a pavesas y aventadas por ¡os aires. Es necesario la dictadura dsl orden para restablecer el orden ¿Qué me importa que sea civil o militar quien •a represente y que sea uno o que tean varios? Si es, como yo digo, !a repre­sentación del orden en toda su granda­za h defenderla estamos todos dispues-t( i>, aunque no participemos del mando, porque yo soy de aquellos a quienes gusta, si pudiera gobernar desde fuera y n desde dentro. Yo debo decirlo y declararlo aquí, porque a mí e¡ Pquí-vc(Hi no me ha encontrado nunca en 'u camino más que para volverle la es-pa.da o disiparle.»

El Parlamento Vázquez de Mella propugnó siempre

tenazmente la representación de las clases sociales en la Cámara. Abun­dantes son en sus discursos sus cons­tantes ataques ul régimen parlamen­tario:

«Y yo debo decir que entre las mu­chas cosas que va a liquidar la guerra actual, una de ellas, y esa será una de sus grandes ventajas, es el parlamenta­rismo que padecemos.

Decía Donoso que Dios había conce­dido el imperio a las razas guerreras y se lo había negado a las razas dispata-doras. El parlamentarismo español, co­mo repugna a nuestra constitución in­terna, es el más degradado de todos los parlamentarismos del Continente. Y el vicio no está en las personas que no son peores que las de otras partes, el vicio radica en el sistema.»

[Del discurso pronunciado en la Zar­zuela. 31 de mayo de 1915.)

«¿Qué es hoy el Parlamento? Miradlo en conjunto en los que son como sus principales directores y veréis que no es más que una colección de bufetes. El abogadismo, mejor dicho, el curialismo ha penetrado de tal manera en él que todas las cuestiones se empequeñecen; no se tiene en cuenta más que el feti­chismo de la ley, el ritualismo parla­mentario y constitucional. ¿No habéis visto las escaramuzas, los combates, las batallas que ahora se han dado acerca de una prórroga más del presupuesto? ¿Qué importa, después de todo, que se vulnere en un punto más la Constitu­ción, si está vulnerada en todos, si está hecha una criba? Y sin embargo veréis que lo importante, lo capital, lo que tiene absorta la atención, lo que tiene enajenada la voluntad de todas las fuer­zas parlamentarias, exceptuando la nues­tra, es el ritunlismn constitucional.»

{Del discurso pronunciado en el ban­quete tradictonalisia de Archanda.)

El estilo irónico Manejó Mella hábilmente la alusión

ironizante en sus discursos parlamen­tarios. Del singular gracejo con que mezclaba oportunamente en la auste­ridad de una larga oración política.el chispeante matiz irónico, es ouena muestra el trozo que transcribimos, en el que habla el eximio tribuno de la psicología y la política de Sagasta, simbolizada en su estatua:

«Yo ya sé que eso a su señoría, como todo, le importa poco, y para confirinai-lo, recuerdo ahora que he visto en Lo­groño este verano la estatua del señoi presidente del Consejo de ministros. . . (Rumores.) Señores diputados: como no creo que no todos vosotros la habréis visto, supongo que es una curiosidad dar a conocer este da to . . . (Siguen los ru­mores), porque el señor Sagasta es uno de los pocos españoles que ha logrado tener estatua en vida; pero si lo que iba a decir no queréis oírlo, no lo d i r é . . . (Varios diputados: «Sí, sí, que lo diga.»)

Pues bien: yo he visto la estatua del señor Sagasta, que, por cierto, no es ningún prodigio de arte. En ella está re­presentado el señor Sagasta con jna mano extendida, como si fuese un polí­tico de solemnidad o en actitud de pe­dir el Poder... (Risas.) Esto ya me llamó algo la atención: pero uno de los qut me acompañaban me dijo «¿No repara usted en que la estatua del -señor Sa­gasta tiene los hombios. . . , as í . . . , un poco levantados? Debe sei un efecto de! artista, porque don Práxedes es más es­belto.» «No—le contesté—, lo que rev^ln es que el escultor conocía muy bien al personaje por fuera y por dentro, pues sin duda ha querido representarl.-; con ese encogimiento de liomb: os, coi.io que­riendo decir: esta es la forma pollti::» del señor Sagasta: «a mí no me iniporta nada de nada;». (Grandes risas.)

MADRID.—Año X V I I I . — \ ú m . 5.810 EL DEBATE (7) M a r t e s 28 ' d e febrero fie I9SS

C a s a r ea í

Su niaiPíiaJ marcliñ ayRr, a las nue­ve y media, a 'lüledo en an'o, acom­pañado del duque d* Miranda y del €i,:ide de Aybar. fiesrer^o a Palacio a pr imera hora de la rioclie.

— ! Í ; doriiÍ!!;H) visitó la Exposieiíjn de coraiiiica del señor l 'eyró, in- la lada en la S,j.:iedad de Amigos del Ai-iv.

L a p r o p a g a n d a p a r a

el c e n t e n a r i o d e G o y a

El alcalde manifestó que lia dispues­to que se auiu,-uiií el personal de la olleina central del centenario de Goya, con objeto de intensificar ¡a propasauda .

—Ha recibiílo el señor Arjstizabal la visita del embajador de Fraui ia, M. Pe-reiti liella liocca, a quien acomjKiñabaii el comisario ffeneral y el secretar.o de Ja Exposición de Goya, que se ha de celebrar en nurdeos, para recabar de! alcalde la ayuda del Ayuntamiento para dicha Exposición. Ayuda que les fué pi'ometida por el s íñor Aristizábal.

—El alcalde lia dictado un decreto eti que se deierniiiran las causas por qn ¡podran jusl incar sus faltas de asisleii. cia los empleados municipales, 'l'ai.ibirü se establece para los jefes de ir 'go ia-do la obligación de señalar en el parte diar io de salida los ¡lermisos concedi­dos durante las horas de-oficina y ios niülivüs a que Jiayan obedecido.

L a u r b £ u ú z a c i ó n d e

l o s p u e b l o s l i m í t r o f e s

Hi u-.d)ernador civil manifestó qu". con objeto de conseguir que en el me­nor t iempo líosible se llcyue a la urba­nización de \()f. ¡miblos limítrofes a Ma­drid, ha cilc.dij a hj.i alcaldes de los pueblos a quienes a ' ec la e£te proyTarri a una reunión pa:,'i el iniérc ' j l . ; , a la.-cua t ro de la tardt;. Eu la cit.'ición !c: encarga que t ra igan un ejemplar de las Oidenanzas municipales , el plano del te rmino numic ipa l y los proyectos de ensanche y inejsiras locales.

Los alcaides ci tados son los de Cha-m a r t í n de la \b>^n. Canillas, Vicálvaro, \ ' anecas , Villaverde, Carabancliel Alto y Bajo, El Pa .do . Fuencar ra l , El Plan t ío Aravaca y Pozuelo.

Se p iocu ra rá la coordinación de 1 .-. planos de mejoras de cada uno de estos pueblos con los inmediatos y de todo.í ellos con ¡Madrid.

«Esta es una obra—dijo el' gobert a dor—nuiy difícil de realizar, pues siu duda tropezaremos con grandes dificul­tades; pero yo he de poner todo mi en­tusiasmo pa ra conseguir el íin pro puesto.»

M e l l a y l a A c a d e m i a E s p a ñ o l a

La próxima sesión de la Academia Española será muy breve a causa de la muerte del acurfléauíco, eJecio <lesde hace veiiit.;iin años, don Juan Vázquez tic Mella. Sólo se despacharán los asun­tos declarados de urgencia e inmedia­tamente el presidcuie—señor Meuéndez Pidal—^pronnnciajá un discurso riecroló-pico. ha scsioii >e ;c\a i i iara en sena! .ele duelo.

Entre los asuntos de urgencia, figu­ra la concesión del premio Fastenrath .

La Comisión propone, por mayor ía , en su dictamen que se conceda el premio a don Félix de Llanos y TorrigUa, por su libro Asi lleijú a reinar Isabel la Católica.

—El. señor Vázquez de Mella fué ele­gido académico de la Ijengua al fallecer el señor Grilo, que tampoco llegó a po­sesionarse de la Academia, aunque no por tíirdar en presentar el discurso, si­no por haber muerto^ peco después de ser elegido para el cargo. Antecesores del señor Grilo fueron don José María Asensio, el señor Colmeiro y don Cris-fino Manos . Lodos ellos ocuparon el sillón.

Cincuentenario de las

Escuelas Cristianas

El pasado domingo se cumplieron los cincuenta años de e-'íistencia en España de los Hermanos de las Escuelas Cris­t ianas . P a r a conmemorar la fecha só'o 66 celebró una misa en el .- feilo del Sa­grado Corazón, puesto que las fiestas del cincuentenario se verificarán en el próximo otoilo con toda solemnidad.

Las Escuelas Cristianas, fundadas p e San Juan Bautista de la Salle en ISGO, SB establecieron en España en 1878. A

•par t i r de esta fecha extendieron su ra­dio de acción hasta llegar al grado de act ividad actual .

Los Hermanos de las E.5cnelas Cristia­n a s vinieron por .primera vez a España requeridos por doña Ernest ina Manu°^l de Villena, p a r a regentar un asilo Í.Í huérfanos que había sido fundado ?! 2 de junio de 1859. Este asilo estaba ins­ta lado en el paseo del Obelisco, hoy calle del General Martínez Campos, y en él estaban recogidos 35 huérfanos. El día 26 de febrero de 1878 llegaron a él cuatro hermanos de las Escuelas Cris­t ianas , que fueron lo6 iniciadores en España de esta obra. Se l lamaban es­tos cuatro hermanos Jubino, l l amare de Jesús, Ivergile José y Joaquín di María, los tres pr imeros franceses y el rtltimo i tal iano. Fué director el hermano Jubino y (\s ellos viven en la actualidad 'os he rmanos l l amare de Jesi'is e Ivergile Joéé.

Convencidos d6 la necesidad de ex­tender sus provechosas enseñanzas , el mismo año 78 fundaron el Colegio de Lourdes, s i tuado en la calle de Atocha, al que pasó como direcíor el referido p a d r e Jubino. Poco después la marque sa ArmiJde d© Toledo creó el Colegio establecido en la calle de Raimundo Lu-lio.

A par t i r de esta fecha, las fundacio nos 66 sucedieron con rapidez, no so­lo en Madrid, sino en toda España. E! distr i to de Escuelas Crist ianas se "1' vidió en dos, correspondientes a la Co"" te y a Barcelona, y más ta rde se formó otro que t iene pnr residencia Vallado-lid. Actualmente son provinciales de es tos difitritos el hermano Hivernón, d ' Madr id ; e l^henmano Cesáreo, de Valla dniid, y el he rmano Pedro, de Barce lona.

En Madrid continuó la fundación de nuevas Escuelas, y p a r a eillo eligieron preferentemente los barrV-s extremos. Funcionan en la actual idad, además de las citadas, las de Maravillas, en Cua­tro examines; San Rafael, en Guzm'ín el Bueno ; Beneficencia, San ta .Susana, e n las Ventas, Pizarro , Puente de Va-llecas y Peñuelas .

De todae ellas, la <Ié San Rafael es la

"qnr ha pasado por más penosas vicisi-I ludes.. Establecida pr imeramente en luna pobrisiina casa, la condesa de To-I rre .\naz mando construir el actual edi-|ficio. Esta escuela ha estado a punto ' de desaparecer en varias ocasiones, pe-í ro los sacrificios de los hermanos, que hasta llegaron a pasar hambre en mu-

ichos momentos, lograron evitar e! de-! rn imhamiento y llevarla al grado de 'prosperidad en que hoy se desenvuelve.

El Asilo del Sagrado Corazón se tras-ll.adij a la callo de Claudio Coello, a un edificio propio, en el que hay monta­dos talleres con toda clase de adelan-

'• tos. Y aquella casa, la pr imera de Es­paña, reiíne hoy 2.JO huérfanos, a los que educan 2.5 hermanos.

Al cumplirse el cincuentenario sos-: tienen en España 137 escuelas gradua-Idas, a cargo de 2.000 hermanos, en las i que se educan más de 40.(100 alumnos. : De ellas, una gran mayor ía son gratui-I tas.

i E l C o l e g i o d e M a r a v i l l a s

I De todas las Escuelas que los Her-iiianos f Lindaron en Madrid, el Cole­gio de Maravillas, si tuado en Cuatro Caminos, es, sin duda, el más impor-

' tante. Eu ISSG los Hermanos sintieron la

¡necesidad dtí crear una casa para no-,viciado en España y adquiritiron los Uerrenos del actual Colegio de Maravi­l l a s . Inmediatamente comenzaron las

ibras encomendadas al marqués de Cu­bas. Bendijo la pr imera piedra ei Pri­

m a d o de España, Cardenal Sancha. \ Se Inauguró el edificio, que bendijo ¡el mifauío Cardenal el 21 de agsoto de ¡1880; pero tres años más tarde los su-ipertores de la Orden consideraron que ¡ese edificio era inadecuado para \os afines a que se dedicaba y t ras ladaron :L1 noviciado al Real Convento de Nues-!¡ia Señora de Bujedo, en la provincia de litirgos.

I Los locales desalquilados se destina-' ron a la Escuela gra tu i ta de San José I y al Colegio de internos y externos de Maravillas.

El pr imer director fué el Hermano Septimiano María y el primer curso lo terminaron 13 alumnos. Fué el ntimero uno don Julián Castro y viven todavía, además de éste, los marqueses de Ata-ptilco, Betortiilo y Cortina.

En 1900 se celebraron en ©1 Colegio las fiestas de la canonización de San Juan Bautista de la Salle, y en esa fe­cha el número de alumnos llegaba a 51 internos, 20 mediopensionistas y 38 externos.

Cuando ocurrió el hundimiento del tercer depósito de aguas, fueron aten­didos y curados en este colegio muchos de los obreros heridos. Era subdirector el he rmano Telesíoro Benito, que fa­lleció santamente el 14 de agosto de 1905, Su cadáver fué llevado en hom­bros por los referidos obreros, que de esta forma agradecieron las atenciones recibidas.

Hacer una historia completa del cole­gio seria labor interminable. Fueron ampliados los locales y se celebraron diversos actos, a los que asistieron las ni.-is i lustres personalidades. El 10 de julio de 1921 hizo u n a visita don Al­fonso XIII, que fué aolatnado con en­tusiasmo.

Dirige ac tualmente el colegio el her­mano Regirnberto y reciben educación 550 alumnos, además de otros 40O en !a escuela-gra tu i ta de San José.

l\n Maravil las se cursan estudios de bachillerato, Comercio, ingreso, en las I-'.scnelas de Ingenieros, habil i tado mer­cantil y escritorio comercial.

Merece destacarse el escritorio comer­cial «Maravillas», donde se siguen pro­cedimientos ingeniosos y sumamente prácticos. Existen p a r a la enseñanza monedas, cheques, acciones de Socieda­des, letras de cambio y facturas de mer­caderías. Los a lumnos realizan toda cla­se de operaoicMies s imuladas p a r a ad­quir i r práct ica en sus estudios.

En el colegio existe una asociación de ex colegiales, que preside en la actua­lidad don Jul ián Morón, la que sostie­ne una revista t i tulada «Perseverancia», que puede considerarse como modelo en su clase.

E l p a d r e S u r e d a e n i

l a C a s a d e l E s t u d i a n t e

cierto en el Paraninfo , an te una nume­rosa muchedumbre, que ovacionó a los oscülares y les acompañó por la calle de San Bernardo, siguiendo luego los tran­vías en que subió la Tuna, ovacionán­dola y vitoreándola.

Fn la P^uerta del Sol se promovió un igcro incid"ente por la rotura de un cris-ai de uno de los t ranvías , haciéndose

un.-, detenció.n y logránd'ose hacer desis-, . „ . , , , . ' iiJr a los éácolares de ir en masa a la

Don Jesús Carballo dió ayer una cu"- Comisaria

E l s e ñ o r C a r b a l l o e n

la S o c i e d a d G e o g r á f í c a

ferencia en la Sociedad Geográfica so-' bre «La vida en los abismos de la tie

•dice—tiene la

La luna, ha dado conciertos en Bé-,. .. , , .¡H^ Navalmora;, Talavera, Toledo, Ciu-

rra . . La c i e n c i a - d i c e - t i e n e la propie- , , , , , ! j ^ , ^ ^ ^ Valdepeñas, Alcázar, Alicante, dad, s, es verdadera ae predecir y con | j¡,„.„j^^ Cartagena, Elche v Albacete. el calculo descubrir las leyes ue la na­turaleza,

.\sí se descubrió el planeta Neptuno, asi se buscaron los nuevos elementos químicos, argo, neo, cripto, etcétera.

De la misma suerte llegaron los blólo-•^oe,, con Pasieur a la cabeza, a creer que existían seres vivos hasta en los ambientes desfavorables.

En general puede decirse que los se­res vivos con productos del ambiente en que se desarrollan.

Una planta que en semilla o en espo

j Su excursión comenzó el día 10, en que ¡.salieron de Salamanca , después de una solemne fiesta en el teatro Bietón, una ¡uv« lugar la víspera de la part ida.

Un fogonero con gravesDE S O C I E D A D quemaduras

T i m o d e c i en p e s e t a s . R i ñ e n d o s

e s p e c t a d o r e s d e l " f o o t b a l l " .

B a n q u e t e a l a l m i r a n t e

f r a n c é s M . D u m e s n i l

En honor del a lmi ran te francés Du­mesnil, p ies idonte de la Federación do ex combat ientes domicil iados fuera di Francia, se ceh bró anteanoche un ban

ra penetre en la obscuridad de la caver-|^^,e(e, organiza. lo por la Unión de ..x na, a r ras t rada por las aguas, tendrá que |eombat ientes residentes en Espatia. adaptarse al nuevo ambiente o perecer, i Brindaron el pres idente de dicha

Otro tanto .sucederá con el a n i m a l : j unj^-n, monsieur Maurice Leeendre- el deberá sufrir grandes modificaciones or-¡ ,,,^^,¡,.^,-,16 Dumesni l y el conde de Pe-gánicas para adaptarse al nuevo am-1,^^11 <le la Rocca, encareciendo todos el

"'"^- , . , . . , • • , papel c|uc corresponde desempeñar a la-. Sus ojos por falta de furicon se a t ro - !^ ; „ i „„ , , ,,^ ,,^. combat ien tes rcsident-.-

fiarán, y la carencia de este órgano de- |^n ^ extranjero, o sea el de ensancha , be ser sustituida por otro órgano, q u e d a s cordiales relaciones que unen a s.. será el tacto o el olfato. Por eso vemos insectos y crustáceos cavernícolas con i ¡(^j¡||jj^j

pa t r ia con el país que les bTÍnda nc

antenas desmesuradamente largas y muy i sensibles. ¡

Otros gozan de un olfato sumamente \ desarrollado, y son de tegumento tan sensible que pueden sentir los menores ' movimientos de! aire.

Ees caracteriza a los indefensos un de

CINES Y TEATROS o

C Ó M I C O : " U n a l t o e n e l c a m i n o " Ha hecho mal el seiror Sánchez Prie­

to, el Vastar poeta, en acordarse de la corte ai escribir su comedia; su musa, una de las que tocaron a la parte en la herencia del malogrado Gabriel y Galán, pierde su natural idad y su fres­cura eu el ambiente de Madrid; gra ta o ingenua en el campo, parece aquí en­cogida y medrosa, un poco ¡sidra, que quisiera disimularlo con algim ademán, con algún timo, con alguna picardía madr i leña mal aprííndida.

Por eso, en el primer acto, moviéndo­se eu su propio ambiente con garbo y ' p r o d u c i d a por la rotura for tu i ta de va-natura l idad, sobre el fondo de los Iri-L-j^^ v i ro t i l los , ' e l agua cayó sobre la gales maduros , dice €o.sas bellas y opor-;^,.^^,, ^^^ fueqo, produci6ndo.-;e una rápida tunas y crea lipos humanos jugosos >'!,.vaporación, que alcanzó al fogonero, \ tb;ible& y los mueve y lo.s hace hab 'a rK^ produjo grandes quemaduras , con justa realidad poética; an ima todo | ^_^^ j . ^ .. . ^j,, gocorro sucursal de Pa-el acto, le da fragancia e in terés ; un¡^.^^,.,, ;;5Íst¡eron a Jo.sé González de que sabor a campo, un sentimiemo de amor , |^, . , j | | , . , j^ ^^ p,.in,ero y segundo grado en a la t ierra, un concepto tan venladero' j .^ ,., .. ^ cabeza, cu( lio, brazos, p ier i i í -de cuanto al campo se rehelee, que eSiy p¡es, que se calificaron de muy graves. una evocación constante de él, fresca,^ Después de asistido fué llevado el f.>-alegre, sentida y h o n d a ; más giis.tosa,; ...^j.,^.,.^, ^, [lo-piíal í 'rovinciad. más sedante y más dulce que t a n t a s , " n i l l F U F T ^ F r i R 0 ? ! I F N otras- evocaciones, llenas de prejuicios; N O Q U I E R E D L U K V¿Ultt>l lit^erarios vacuas y anoílinas. ¡ LE HIRIÓ

Y ps notable que en medio de esta PO,- la calle de Mi. a el líío Bají mar-j

Boda En la últ ima decena del próximo mes

de abril se v.-rificara el enlace de la _ l indísima condesa de Cla.vijo, h i ja de ' los marijueses de San Miguel, con don Agutíiín de Figueroa y Alonso Martí-

—o— ¡nez, iiijo menor de los condes de Ro-En la estación de ( leva estaba prepa-l,,,.,^,^,^,,^ p-, f,,, . , niatr imonio recibe'

rado para sahr el t ren mixto aui-^i<^-,i,^yu-\ws y \n\mms pre&enU's á^d SVLÍ, A6\l-ro 53, con la máqu ina lo, yendo como fogonero José González Andrés, de vein­t icuat ro años, domici l iado en Doíí<i Blanca, 8,

A consecuencia de> una fu.!ia de agua,

natural idad ia violón de teatro, segura e intencionada, aunque con algunas con­cesiones a la manera imperante, de-niue.stra un concepto claro de la escena, hasta en el cfeido final; pero este efecto tan teatral es el que mata la obra, in

.ios y relacK.ines. Fa l lec imientos

La señíua doña Teotiste Barrenechea y Ortí;s do Veiasco, ftüleció ayer en su casa de la calle de San .'Vgusitn, 13.

Pertenecía a las . Conferencias de San Vicente de Paúl y era María de! Sa-giar io de Majadaliotida.

La finada fret ueiitó mucho la socie­dad arisioi r áüca en unión de su her­mana doña Candelaria, siendo estima­da por sus piendtis personales.

F:I funeral se vei'ificará hoy, a las diez y Ki.edja y acio seguido la conducción del cadáver al cementerio de San Is -dro.

\ B 'c iba la he rmana de la difunta y |dem;\s i lustre familia nuestro sentido I pésame.

La t^eñiira doña Amanda de la Pe-

cliaba Ricardo Palacios Esteban, di j t r e in ta y un años, que habi ta en la ca!U-| de la Arganzueia , núnie:os 2^ y i<„ y ; vio que un sujeto nrrojaba i)iédras ai i t r anseún te José Senza Guorroro, d veintitrc= años. im;")rcsor, d

Iraja y Cuesta, viuda de Lomba, r indió ..lyi'r su tributo a la muerte.

Era l e i c i a r i a Francisca y apreciada uor las dotes que la adornaban.

.Acompañamos en su justo dolor a los ¡j.'j'],'^,^,, ,'.",'_ 1 hijos, don José Banión. don Aureliano,

i u.ie conlrasla con el ambiente que L a i n f a n t a I s a b e l e n lai ''-^nega de él y que trae la acción a - _ ! Madrid, donde totla natt iralidad se pier E x p o s i c i ó n d e A r t e b e l g a ! (1p. donf'e comienzan los titubeos, ios

: .._. jpasoh en falso y las concesiones, como La 'Tifanta doña Isabel, acompañada |e l deplorable canto a Madrid, suma v

ju dama señorita Margot Bertrán de i compendio de tópicos manidos y luga

roduce en ella una artista de " '•"'"fl'''-" ( -^ ciHso s v nue el a -u-d iao caía a l i '^"" I't'Miiíii-.\gus1)n, don Luis Felipe y suelo, arrojando sangre poi la rabc/.; don Cli'UH'iiití; hijos políticos, don En-

gran mimetismo, que les hace ser con- L'.?, visitó ayer tai'de la Exposición de I res comunes, h inchado y artificioso. ?o rundidos con las piedras o las charcas • Ar.isias Belgas, que se celebra en e l imo la llegada de un .guarda jurado con donde moran. Los seres que han conse-, Circulo de Bellas Arles. ' la carabina en bandolera, como el final guido la adaptación al ambiente oaver-, Recibieron a sus altezas el embajador j dtiro, esquinado y poco real, donde el nicola pueden lograr una gran vi ial i- ;de Ból.gica y, en nombre de! Circulo, ' lipo de! labrador Sf desnaturaliza, dad. ídon Maiveliano Santa María. ' Vuelve el campo on el acli-i final; ñor

Conocido es el hecho de qtie varios | La Infanta contempló detenidamente i previsto no interesa tea t ra lmente ; pero gramos de trigo encontrados en las tura-; las obras expuestas, que- elogió viva-j iorna la espontaneidad, vuelve la v°r has egipcias fueron sembrados ahora en! mente. Felicitó a los organizadores y . i ' I ad ; los tipos tornan a ser humanos y ciertas condiciones y germinaron, a pe-1 en su representación, al embajacitir de ¡se p inta con gran acierto la tristeza sar de haber estado enterrados cerca de i Bélgica y al Círculo de Bellas Artes, ifle " n a hacienda a m u r a d a y vendida ; tres mil años. ¡Su alteza fué ob.sequiado con ramos dei 'u) ha interesado la acción, pero inte

mientras el apcdreador desaparecía. ¡nque Banie, doña Pilar Alen, dona Car-Ricardo y un guardia t ras ladaron « " ' ' ' ' V''.^•'^s"» Y »loiia Carmen Laineta

la Casa de Socorro, donde fif^y •l'^n'"^ 'l<--t"l'JS.

Es curioso notar que no llegaron a dar i ñores fruto; es decir, que conservaban la fa " cuitad germinat iva, pero no la reproduc­tiva.

El hombre va gradualmente conquis- | tando la tierra, lo mismo en las a l tu ras ;

José a asistido de una herida en la cabeza y de varias erosiones.

De las .gestiones pract icadas por 1: Indicia se deduce que Scnza sabe (jui-'n le agredió; pero se niega a dai ei n'>mbre.

ROBO POR VALOR DE TOO PESETAS

En una ferretería de la calle de Vi-riato, número 27, se cometió un robo la noche ú l t ima . Los ladrones se llevaron géneros y mettilico por valor en junt > ;e 700 pesetas,

OTROS SUCESOS

—Tamlilén ayer pasó a mejor vida el js:>ñor don Hafael Morales y Romero Gl-Ir 'ri . I Contaba veinl¡cuatro años de edad. ! Era alfíi-íz de navio y caballero d» Iprinipra clase de la Orden del Mérito [Naval; tenia una brillaniu hoja de ser-: vicios. I Beciban la expresión de UHestro sin-jcero scuiinuento ei padre^ don Rafael ; ¡los he imanos , doña Regina y don Ma-inuel y demás familiares. '

El Abate FARIA

rosa profundamente el personaje, que «ii • y- 11 1 • ! debiera ser principal en la obra : la t ie - i „ / ,OÍO„ . -_Fn i-. niazM M o n s i e u r G u f l l a u m e e log ia ! ,,.,,_.j'. .^ eso, cuando la t ierra está an '• ' ' ' ""^ ^^ ^"0 ' * '" ' . '"f" u l r f

,' ' ' „ ,„ , , . , , i„„ „i^.,.,.Hfo^ tj>o de a Couotitucion unos individuos des-senté son vanas todas las picardías tea ^ ^ , ^ ^ ^ j ^ ^ ^ ^ ^.„,^,.„„ j ^ , , , p^^^..^.^ p ^ , , j

procedimiento de las l imosnas, a Sebas­tian Herrero Matías, de cuarenta y seis

i.lo 1-. D„i ,.,•„ • 1 A r ) . , , ; . ' ^üos, vecino de Pino í ranqueado {Cíxctí-j.fa ide los Palacios nacionales de Paus , ve 'n" rse . i . , , .

El señor Carballo fué muy aplairdido. i " ' ' ' " » España para t razar los jardine ! Tipos completos y admirables el 'í«í'"'^t.':, , , , . ,adorfs ác mal nenio. de la Casa de Velázquez. saldrá mañana i un t ra tante en ganados, hecho a mará- ¡-"¡Jt-ctaaoies aa wai g(nio.

del cielo, que en los abismos de la tie-

los j a r d i n e s m a a r u e n o s ; , , , ^ ) . , ^ (Q^OS ios recursos y todos 'os ——— ¡efectos, de que no está tan ayuno el '.'••

Monsieur Gu i l l aume , jardinero je íe jñor Sánchez Prieto como pudiera supo

Los restos MlladoseDCeáDBermMez

E l p r o f e s o r C a r a y ó n : P'^''^ Francia , con objeto de proceder t.JIvilla por .losé Calle; el de un guarda arreglo de los jardines del palacio d< ¡jurado, acierto completo de Gonzalo Llo-

e n l a Univers idad! ' - -h ' ' ' ^ ' ' ^ - '^'^'•"s^fur Gui l laume volverá en j réns ; hermoso, pero demasiado pasivo, , i breve a Madrid para t e rmina r la obt.. i>l de ama, hecho bellísimamente por

El profesor señor Carayón ha inaugu-ícomenzada. 1 Pepita Mella. Jul ia La.ios, muy bien, ado el curso de lengua y ü t e ra t i r a l Monsieur Gu i l l aume ha admirado vi

Ayer con t inuaron en el Laborator io de Mrdic ina Legal los trabajos de examen de los restos encontrados en la calle de Ceíin Bennúdez.

Siguió la Comisión clasificando los huesos hallados y es tudiando los que

Durante •P'^rtcnecen a cada cc.d.iver. •'. part ido de fiitbol celebrado el dorain-| El juez ins t ruc tor del sumario, señor o en Chaniarl ín r .ñeron los especiado-i r"ernández v F-crnáiidez de Quirós, estu-es Francisco .Magel Ves, de treinta y 'o f" su despacho, dedicado a ordenar

cinco años, y Aiiiunio Migue! Fernán­dez, de t ieinta y dos. El prinrero qu' 'dó

francesa en la Universidad Central. Haivamonts la belleza de los jardines ma-dado ya las dos pr imeras conferencias.

En la pr imera trató del chv.icistno francés, comparándolo con el español. Estudia el desarrollo de ambos, y dice pie la filosofía de la l i teratura clásica

Ayer disertó el padre Sureda Blames, en la Casa del Estudiante, sobre «Ar­monía perfecta entre la verdadera cien­cia moderna y la fe».

El estudiante señor Valdés hizo la pre­sentación del conferenciante. Este ex­plicó sus trabajos pa ra encontrar la verdad pura . En su juventud, se en­contraba invadido por la Duda total. Demuestra que se convenció de que en las ciencias h u m a n a s , ni en las mismas niatémicas, t iene asiento la verdad.

Dice que p a r a él la Historia sólo se divide en Antigua y Moderna, antes y después de Jesucr i s to ; en estas fechas es cuando se verifica el verdadero cam­bio de generaciones.

Todas las conquistas de la ciencia de hoy son fruto de la espir i tual idad de la l l amada Edad Media. Enumera lo q u e ' p o r la cul tura h a hecho la Igle­sia.

Dice que ha cambiado mucho el mo-rlo de la discusión religiosa.

Afirma que todos los a taques contra la Iglesia son mues t ras de incul tura re­ligiosa. Cita como caso los que se han lanzado en el curso eugénico que se celebra en Madrid. Dice que la Iglesia condena el aborto por que no puede bautizar a un ser h u m a n o antee de na­cer. No es ese sólo el problema.

Afirma que no se puede hacer un mal pa ra conseguir un bien. Dice que la lu­cha donde ma ta Caín a Abel, es de fuerza; pero Abel se puede defender, acaso m a t a r a Caín. La fuerza de la cobardía es m a t a r a un ser a. punto de nacer, indefenso.

La cuestión del matr imonio , cuyos fines son cuatro p a r a la Iglesia y uno para sus enemigos, la t r a t a l igeramente.

P a r a demostrar la a rmonía perfecta de la ciencia y la fe, demuest ra que la ciencia confirma los relatos de la Es­cri tura y cita nombres de muchos y verdaderos sabios que h a n sido profun­dos creyentes y casi todos fervientes católicos.

Est imula a la Juventud pa ra que bus­que la Verdad.

El salón de actos se encontraba total­mente ocupado por estudiantes de am­bos sexos, que aplaudieron al orador. '\sistieron el catedrático señor Palacios y el señor Esbert, presidente de la Fe­deración Escolar univers i tar ia .

di i leñüs y elogiado el esmero con qu son cuidados los árboles que adornan las grandes avenidas de la capital , po­dados todos ellos perfectamente, con arreglo a su edad y especie para con-

i-ancesa es más racionalista que la "-s-j servar el máx imo do vigor y belleza. Ha pañola. Esta po.see un mayor mis t ic ismot ' logiado p a r t i c u l a r m e n t e el arreglo aci y dinamismo. Ello no quiere decir-—aña ! Parque del Oeste, donde en tan poc, , |primero, fueron tan insistentes los lió—que Francia care/ea d.» Mística, pe- ' t i empo se ha logrado crear un bell ís i iuo 'aplausos, que el autor hubo de dir 'g i r ro ésta iiii impregna la üieíat t i ra . aparque de sombra, ut i l izando con art. 'la palabra al público. Después de unas

Y,n la feegunda conferencia disertó ei, todos los accidentes del t e n e n o para palabras de grat i tud recitó una poesía

, orno que dió na tu ra l i da f í ' a un papel levememe contusiona.lo. demasiado entero, sin matices ni me- l'':^^onaaos en un acsprendnmcnto de

actuaciones, lín él celebió una extensa conferencia con e! forense, señor Pombo.

¡lias tinta.s. Benito Cibrián, bien en el primero y cuarto acto y desorientado, fuera de ambiente en los demás.

La obra, intachable, l impia y corree-1 , „ , , „- . , • ,* „,(„,., la desde el punto de vista mora!, fuéiAdrta.') Pulido, 3.., y a A.Uon o Martínez celebradlsiraa. y aunque el éxito de los ¡Montero f« ^-'^'n^'^^'s, domicil ado =n últimos actas no llegó al clamoroso de l 'Wner ta del Obispo, 3. Ambos sufrieron

¡)i;rru.s.—En la caite de Cristóbal Bordíu hubo un desprendiiniienío de tierras que alcanzó a los obreros Bulino Martín Her­nán, de ve iu ts ie te años, que vive en

íraves lesiones.

: t B o l e t í n m e t e o r o l ó g i c o

señor Carayón de «Malherbe y su es-1 producir, por la var iedad de follaje, los cuela». Considera a Malherbe como al; más acortados efectos decorativos, primer poeta lírico iniciador del cla­sicismo, .y le compara con su antecesor en la lírica Runsard. Malherbe fué con-uderado como poeta dp cámara de Ca- Hstacio general .—Persis ten las presio tal ina de Médicis y de Ltiis XIII. Admi-j''"^^ débiles el Occidente de la Península ró a Richelieu. La par te más convpn-| '^^' ' ' 'ca. P" ' 1° cual el t iempo de ciclo cional de .sus poeí-ías fueron los gone-i " " l ' " S " y l luvias con t inúa en E.spañj. tos y cancioT^es amorosas. Con Malher-j t-^s Presiones débiles residen hacia el he flesaparece o amengua el entusia.smo '"^'^'^*"-'-

y el culto a la sensualidad característico de Runsard.

Habló después de las sucesores de Ma-leherbe, o sea de Rencant y Maynard.

P a r a h o y

Academia d» Jurisprudencia (Marqués de Calías, 13).—7 t., don Miguel Maura; B! interés despertado entre todo« los

p, | r,^ • * J I i*>ania?'.o: «Capacidad para testar y for-i afioionadoB con el anuncio del estreno dol C.I o 4 a n i v e r s a n o d e laimaüdades de los testamentos», tercera de i «Sargento Malacara» se confirmé ayer plo-

_ • ^ _ la serie sobre la obra jurídica de Maura.! ñámente, viéndose oblijíada la Empre.sa de R e p ú b l i c a D o m i n i c a n a ; Acción católica de la Mujer (Puerta Ce-j este aristocrático Cinema a colocar en la.s

rrada, 5).-^10, Catequistas, don Damián! dos seccione.s de tarde y noclie el cartel Bilbao; Apo.logética, padre Ogara; 12, Psi-j de «no hay billetes». Con motivo de la conmemoración d'il

84 aniversar io de la Repíjblica Domini­cana se reunieron ayer en el Ritz nunie-

RADIOTELEFONÍA Programan para el día 2S, UADSin , unión Radio (E. A, J'. 7, 375

metros).—11.i5, Sintonía. Calendario astro-tiómico. Santoral. Intermedio. Campana^ dan. Prensa. .Bolsa. PruRramas d»l día. 12.15, Señales horaria*.—14. Orquesta Ar-tys: «A frangr.sa» (marcha), Mario Costa; «t'olombelle» (ballet), Clanne; «Rythm ia the Tliinfr» (tox), Raiíz Zoimg; «La gran­jera de Ari.'.o (íaiitaKta), Ue.siUa. Boietí# iueteoro!.';4ito. Información teatral. Lacy Kenép. niex/.ivsopiano: «Claveles rojo«», B& dalo; «iVpnle»; Tosti: «Vueive» (danzM mejií'sno). Intermeuio por Luis Medina.

B.tiü y 10,15. Ki demonio fué a a t « ángel. ^ 't? " ' 2 í " ' ' ' ' i "''''""' <<*^"";;'";'>• ^t'^^'^V APOLO (Alcalá, « ) . - A las 6,30, La ! ' ^ "^ f «*'» «í ' ' '^^ "'""«'.o 2». Drorak. BoU

riuila de I 'ontev«lra . -A las 10,30. La cku-\^ ^'J'^^f''^ ^'.^^"'"'•. t-a orquesta: «Ora-,„ j„ Pontevedra ' " " * CzardaO, Micluels.—19, Orquesta Ar-

KEIMA VICTOMIA (Carrera San Jeró- i ' ^* ' *^^ iie>"-ea» (fantasía). Estela: «Eu Martes, líltmute representaciones de «La .^*^^,f, V^CTOKIA (^""c ra ban Je O i -,^^^^ ^^ ^ (fantasía), VVa-

comida de las lleras». L " í ^ ° ^ / - * ' k " ^ " ' ^ ^ ' ' ' ' ' \ ^ { ' ' ' ' ; 1,«' írt r 1?^ K™"'! «l-a t.-ta de Madame Amxol» ( f a ^ Miércoles, la a.plaudidísima obra de Be- <"" -I '"" ' ' ' " ' ' ^uS it.ÁTv Zcll .ito^^'^^^^^^ ^ecocq. Intermedio por Luis M 1 navente «El mal que nos hacen» (^.^^.ic^ih^.ro español, ( la ide y noche, cinco . . , ,_. ., ^ , , ^ _, _ orquesta Kamal l i . -

^ • " I ^ S ^ I ^ ( ^ L a de la Cebada. l ) . -Com-l ^'•:'«. A'^-^'"" ''.^ In^í'és, por M. Kieu-Ver-paúí L oi'O. — A las 10,30 (especial), Charlestón.

PRINCESA (Tamayo, 4),—Compañía del ,„ ,, • ,. • j , 1 Mana Pa!ou.-A . a . \ . 3 0 'y ^^^^^ ^^'^^^i^^Ji:^:^,;^:;-^;^:.^:'^^^^

^ I L K A Z J ^ " - ! ' las 6,30. Mi muier es u n í - ' ¡ ^ '« « - ^ ^ *Ca.stina». Alvare. C a n t ^ ;

que le valió nuevas muest ras de agrado. Jorge DE LA CUEVA

GACETIJJLAS TEATRALES

F O N Í A L B A

rila Xirgu.—6,15 y 10,15. La comida de las tieras. (Butaca, cuatro péselas).

COMÜBIA (Prmcipe, U).—A las 10.15, I'JI señor Adrián el í'rinio.

CALSEBON (Atocha. 12).—Compañía Ma­ría Uuerrero-Fernando Díaz de Mendoza.-

ción de Margarita Xirgu). —o-u ^^^»«. V' '«''••' " ° , * 1, ,7,, " " • V''i.. " " " inft--21.tó, Conferencias mpdicas.-22. Emi-

..i»»wm vw« vNk. «-• w . ^ *. * * . .-«. ' nauía t e Aurora uetloiuio j va¡et liiní)* . . . ' •• j ¿i -,•, *- , - iV C I N E D E L C A L L A O ¡ Í - B - A las «. O^ (tórnente) E l j . ^ o d c ^ - ^:^-:!'t^;::^:S::''%^^^^l repusiciOn anas . Bolsa.

lióla moderna : Concierto de música fivspa-Syl?ia Serolf, soprano; Car-

cologla, don Segundo EeptYio. Ateneu de Madrid (Prado, 21).—7 t.,

,. , , - , , , .don Juan J. Pérez Domenech: «Paisaje rosas personal idades españolas y de !•• 1 espiritual de América». colonia dominicana, invi tadas por el mi | Centro de Estudios Históricos (Almagro, nistro de la república, don Félix E. M"-i2fi).—7 t., señor C. Carroll Mai-den: «Los jía. Se sirvió vino español y champaña. | doe Bernardos del Carpió». El señor Mejía p ronunc ió l un sentid' I Paoultad de Letras (Universidad Cen-discurso, que fué muy aplaudido- br indó ¡t'''>')---5 t., señor Figueiredo: «El roman-por su república, por España y por dor I t"J«"\" portugués». , , , ^.^ Aif^r, ^ VTTT I Inst i tuto Francés (Marques de la En-Altonso AUl . . , , „ , . , jsenada, 10).r-7 t., M. Guinard: «Francia

Contestó, en nombre del Gobierno, don jjjq j,;^,]^ XVITI v Espaiia». Bernardo TWmeida, secretar io gene-al | Unión Iberoamericana (Calle de Reco-del minis ter io de Estado, quien calificóiletos, 10).—6,30, don Pedro Sáinz Rodrí-de hermosas y m u y gra tas las frases del guez: «La interpiretación histórica de la señor Me,iía, e hizo votos por la,,prosi r idad de la Repúbl ica Domin icana y de su presidente, don Horacio V<ázquez.

Al acto asistieron el embaja.dor d" Cuba y los minis t ros de Uruguay , El Salvador y Panamá, en t re otras perso­nalidades, y dist inguidas, damas.

En el salón del hotel figuraban re­tratos de su majestad el Rey, al cual rodeaba la bandera de la Repúbl ica Do­minicana, y el del presidente d e ésta, ro­deado por la bandera española.

E l a v i a d o r W i r t h

Camino de Suiza, saldrá hoy p a r a Penpiñán o Montpensier, según el tiem­po se lo permita , el aviador euizo Wirth, que llegó an teaye r a Madrid, proce­dente do Sevilla.

E' aviador Wirth t r ipula una avio­neta. Emprendió én Suiza el viaj© aé­reo con ánimo de llegar a Casablanca on un vuelo, sin escala, para bat i r los «records» mundia les de duración y dis­tancia en avioneta. Pero el intrépido aviador se vló obligado a a t e n i z a r en Francia , y luego volvió a tomar t ierra, por averías en Barcelona. De todos modos fué con su pequeño avión has ta Casablanca y luego h a emprendido el regreso a Suiza por Savilla y Madrid.

El señor Wir th irá desde Perp lñán o Montpensier a Par í s , y de esta ciudad a Suiza. I>entro de dos meses se pro­pone in tentar de nuevo el vuelo directo a Casablanca.

Durante su es tancia en Madrid h a si­do muy agasajado por los aviadores =!S pañoles.

L a T u n a u n i v e r s i t a r i a

t/spaña contemporánea».

Otras notas

salmantina en Madrid Ha llegado a Madrid la Tuna uni­

versi tar ia sa lmant ina , que visitó, dan­do conciertos, muchas localidades espa­ñolas.

A las once de la m a ñ a n a visitaron la Universidad, saludando al rector y se­cretarlo general e interpretando a lgunas composiciones musicales.

Poster iormente, la Tuna dió u n con-

Peregrinación a Roma Saldrá de Barceilona el día 9 de abril,

lunes de Patícua, siguiendo dos itinera­rios, uno directo para las persona^ que ix)r sus negocios pueden disponer de po­cos días y otro circular que visitará, ade­más, el santuario de Asís y varias impor­tantes capitaiee de Italia, como Floren­cia, Venecia, Milán, etc.

Los precioa, incluyendo la visita de Bo­ma durante tres días en coche y con ci­cerone, que dará sue explicacionee en es­pañol, son los siguientes:

Viaje directo: 1.» clase, 590 ptae.; 2.» cla­se, 485 ptae.

Viaje circular: 1." clase, 825 ptae.; 2.» clase, 670 ptas.

Pídase los itinerarios detalleidos al di-recotr de 'a revista I«OS SAKTT7ABIOS OATOIiICOS, n O U E K A S (Gerona) o ai delegado en Madrid: CASA OASIIT, Ma­yor, 33.

Si le interesan la Expedición a las Cos­tas de Noruega, hasta Cabo Norte, con eetancia en París y Londres, o la visita del gran «antnario de Einsiedeln reíjo-rriendo toda la SuÍ7-a, pida a la« direccio­nes citadas los detalles de las mismas.

Entre los suscriptores de t O S 8AJÍT0A-XIOS CATOIiICOS tienen lugar varioe im­portantes sorteos de viajee, entre ellos un pasaje para la Peregrinación a Roma, en segunda clase (comprendidos todos los gas­tos). Para ser suscriptor basta remitir UNA PESETA en sollos de 25 céntimos, recibiéndose, con la Revista., al número correspondiente para los referidos sorteos.

No e« io mismo un ohoool»te qae nn chocolate doña Mariquita.

POMADA CÉREO Sabañones ulcerados, SEÑORITAS^

Cura herpes, ezce-m a s , quemaduras,

grietas, granu­laciones.

Enseñanza, Corte y Confección úni­

camente en Chlo rar is ien. Fuancarral, 13.

ronerMcla dsl Carmen. I n l a n t u , 25.

Motivo solji-ado para este éxito lo es que en una misma producción Non Plus ? , r « » " " ' ' " , , " " ' If'"""^.- '"". ^\"'' ^. '""ivas (éxito extraoi-dinano) Ultra Metro Goldwyn trabajan juntos Blea- . p „ \ „ , „ . „ i , . . T . ,l.'„eno,

gran hombre, y 10,30, El doctor Erégoii. i"''^'''¿'*''-- « ' ' * 'f''"":; P.^'?'''f'!.'",; «q"??" LAKA (Co.*r«lera Baja, 1-).-A las (i,30i'"*- «^'^/'^"'f- «> « ''1 ^}»o d c i n i t i ™ , Ci-

^ • . • •• 'itienez; h) «La rueca», Villacwpesa. Señorita orquesta: «Aulomne nialade».

y 10,30, l a última novela, de Linares ^'''•|Hi^ro!í'v 1

ñor Boardman, la deliciosa mujercita que tan gratos recuerdos dejó en «El •caballe­ro del amor», y AVilliame Haines, siu disputa el galán joven que más triunfos y simpatía ha cosechado este año,

«£1 sargento Malacara» es una divertí dísima y sentimental comedia que da oca-; (o.xtraoixiiuario éxito) «lón a Lon Chaney para presentarse al pu ' " > ^'

ru^ENCA¿BAr r r e n á n . a l . . l « ) . _ C o . n - ' ' I ^ ' f f ^ " , P - ^ ^ ^ ' - - - n t o y pequeña or-.7 , . . ^ , „ \ ; , . _ _ « . í , i i*„ i„i ^n,n 'f"''^*^- ''o Cuiillaume ApoUmaire, por Syl-

pania Eugenio Ca.aU.--* .ÍO. La del soto;^;^ y^^^,^, ,^ orquesta: «Zarabanda». Sa-

:^- i , ' ; ' ; . ' , ^ " ! ^ >I í: Ív ¿ U.^rl'^'"•'''• P^ ' " « a » " ' ^i'^la y fagot, Suite de do.-10,.«, La alborada, por l-ehsa Herré-;^i„„^^^, ,,^, ^^,„^^ .Sonatina», Halífter,

''%ÁlJnZ \t ^ ^ ' ^ p u im M . n J ' - «' ' princesa!.. «El draRÓn». IL .Las CÓMICO Mariana P ; / f ' ' " ' , ' « j - J , * ' : ' - 1 doncellas.: a) rigodón, b) fandango, o) giga.

CVbnan.-b,30 y 10,30. Un alto en e! ca- ,m_ ^^^^.^^ ^^ [ pastora. r\ ' . Danza de a ffit.ana, ¡)or la orqaesta. «Evocación «ion a i/on í^uaney para presentarse ai pu- « » . » « „ T T T ao nf„i,, .,,-.„ Í:\ í;.',1i;.,ln t H^"""^, i"" '» Mi.i.iecLH. «revocación me-

Mico de Madrid en una nueva modalidad i., ™'^^^*^' '^^^8 (Mal as ana 6)-^<^^^^^oJ^:,l,eval». Del Campo: a) «Preludio., b) «Ko-de su extraordinario ar t

La colaboración de la gran flota ameri­cana del Pacífico, una dirección y foto­grafía impecable e innumerables «trucos» y alardes de técnica hacen del «Sargento Ualacara» uno de los mayores aconteci­mientos cinematográficos de la presente temporada.

«SI sargento Kalaoara» ha sido vista ayer por S. A. R. el Serenísimo Señor Príncipe de Asturias, mereciendo los me­jores elogios de S. A. R. •

CINE DE SAN MIGUEL En este elegaate Cinema se reestreno

ayer el prodigioso «film» Titán Fox «Ama­necer», la película sin epígrafes, que ha venido a revolucionar el firmamento cine­matográfico.

Es curioso que haya sido ei inteligen­tísimo público de.1 «cipe» en que se es­trenó «Amanecer» el que ha hecho su ver­dadero «reclame» a esta prodigiosí^ pro­ducción.

Solamente así pueden explicarse las for­midables ovaciones que ayer se tributaroh a «Amaneoer» y a su gran director Mur-nau, que ha conseguido el milagro de re­tra tar el pensamiento de Janet Gaynor y George O'Brien.

Tarde y noche, «Amanecer». Éxito in­menso.

C A L D E R Ó N Cada día con mayor entusiasmo aplau­

de el público, que llena este teatro, la admirable comedia del insigne Benavente «SI demonio IVLÍ antes fcngal», reputada unánimemente como una de sus obras maestras.

Hoy martes, tarde y noche.

CEiTvXrrrES Todos los días, tarde y noche, «Ben-

Hnr», por Ea.món Novarro. Primero «Ben-Hur», luego «Ben-Hnr» y

siempre «Ben-Hur», la única película ad­mitida plenamente por el munJo católico.

0

Palacio de la Música ContiniSa proyectándose en las dos sec­

ciones « I * barmana San Sulplclo». O — : —

Cartelera de espectáculos LOS «DE HOT

rOirTAX.BA (Pi y Margal!, 6).—Harga-

marzo, prcentacion ue lu cumpanm 1 ,„^,„^g ^^ ¡. j , ; , ^ ^^j . , , tVancia». o) Loreío-Chicote cori 6ii6_ grandes éxitos i «> |,.Romance del conde Arnaldo.s». d) «Triste

? « ^ ' ^ ' X A lulUrfu n 1^^_l•la^"'^'•'''^» <•'' cal.aüero». e) «Romance morís-^ y , ^ ^ * ^^?^f, ^ . " ' ' T , ?i If^ '-^ '^ ' ico», por Carmen Barea y la orquesta. No-

y 10,30. Ei «raid» Madnd-Alcaxá (enorme I ,,pj_.,^ ^„ úllima hora .-O 30 Cierre. """f.^.LT^' ' '^; . = , . / . , ,r.i j , p a^ ' K'»'<"° Espaíia (K A. J. 2, 400 m e t r o s ) . -TEATRO DE PBICE (P «^a del Rey, 8).; 1-3,, ^ ,,, ^^ , , „^ flamenca». Patino, or--h^pectacu.os Velasco.-A las 6.«, En p!e-i ,p^jj,^ ,,., ^.,„f„ ,¡ 1 ¿^^ ^¡^-^^ Turima», na locura.-A liis OSO.En plena locura : g.-.^^jta Tosti; «Una farsa de muñecos» (la mejor revista del ano)._ _ __ | ( , „ pr ,„pro) . señor Luna. El día en Ma-PAIJVCIO DE Ui MtrsiCA (Pi y Mar-! drid. «Nuit d'araour», Nichols, orquesta; gall, 13).--A las 6 y 10,15. Hevista ínter-1 ,^1^^ •nn;;;,,^,,». Vives,'señorita Tosti; «Bt-" " " ^ " t L 2^ í ' ! f5 . " '^'^™^'^"° " iKole"»» (ballataí, señor Luna. Concurso

infantil. «Fantasia oriéntale», Wienawski, orquesta; «La mc.souera ds Tordesillas» (la noche de San .luán), señorita Tost i ; «Amor perjuro», señor Luna. Noticias ,de provin-ciap y del e.\-l itiijero. «El trust de los te-nurios» (fantn-ííai. Serrano, orquesta. Cierre.

MNTORAtJ CULTOS D Í A 28.—Martes. — Ktos. Leandro, Ob.j

mana San .Sulpicio, CINE DEL CAIiUVO (Plaza del Callao)

6.—10. Novedades internacionales. Vay.i una chiquilla (por Little Billy) y El sar­gento Malacara (por Williams Haiucs, Bleanor Boardman v Lon Ch,anry).

BEAI. CINEMA (Plaza de Isabal 11).-A las 6 y a las 10. Actualidades Gaumont. La pequeña vendedora (soberbia creación de Mai-y Pickford) y El gaucho (é.xito in-mentjo de Douglas Fairbanks). •PBINCIfE ALPONSO (üénova. 20) .—A

A las 6 y a las 10. Revista Patlié. LaiGaliriel de la D.ilorofia, Baldomero,' Basi-pequeña vendedora (por la bella a r t i s t í | h io , Procopio, cf«.; Abuntlio, Aatlgoao. Mary Pickford) y El gaucho (formidable | Fortunato, .luliíki. Besa. mr.s. película de Douglas Fairbanks)

KONiraiENTAI. CINEMA (Atocha, 91) .4 las 5,30 y a las 10. Ueportaje gráfico. Vacaciones de Fifí. El conde Kicardito y Ke-s-urrección (formidable película por Do­lores del Eío y Eod la llocque).

CINEMA OOYA (Goya 24).—Tarde, 6.— Nocdie, 10,15. Novedades internacionales. ¡Vaya una chiquilla! tina oportunidad do­rada. Éxito enorme: Titanic (por treorge O'Brien).

CINEMA BII.BAO (Fuencarral. 121; te­léfono 30.796).—tí tarde y lO.b'J noche. Re­vista Paramount número 19. La bella des­nuda (Lil Dagover). Félix en la granja] (cómica). Estreno: Boda sin amor te Blue).

CINE IDEAI. (Doctor Cortezo, 2).—5,30 y 10. Kevistn Paramocint número 19. Félix en la granja. La bella desnuda (por Lil Dagover; dos jornadas, completa). E.4tre-no: Boda sin amor (por Monte Blue y Myrna Loy).

CINEMA AKOÜEI.I.ES (Marqués de ür-quijo, 11 y 13).—A las 6 y a la« 10. Son­risa de enamorado. Cuando la esposa está ausente y El circo de la muerte.

FBONTON JAI-ALAI (Alfonso XI, 6).— Partidos del día 28 de febrero de 192S. A las i tarde. Primero, a remonte: Mina y Fgíirte contra Pasiegniito y Echániz (J.). Segundo, a pala: Azurmendi y Araqnistain contra Amorebieta I I y Begoñés I I I .

• • • (El anuncio ds las obras sit Mrta cartelera

no supoas so aprobaolán ni rsoomsadaclóa.)

La miisa y <iíicio divino son de S. Lean­dro, con rito doble mayor y color blanco.

A- Nocturna.—\. Sva. de fa Almudena. 40 Hora».—Basílica de la Milagrosa. Corte de María.—Misericordia, en S. Se­

bastián: He'nar, en Sta. Catalina de los Donados; 'Bcgoña, en S. Ignacio de Loyola.

Parroquia de las /íngustlas. — 8, misa perpetua por los bienhechores de la pa» rroquia.

Parroquia de los Dolores.—Novena al S. Cristo de! Amjíaro. fi t., estación, ro­sario, sermón, señor Tortosa; ejercicio, bendición y V^íacruci-s.

A. de S José de la Montaña (Caracas).— (Mon-j3 11 .-,, Exposición; 5,30 t., ejercicio y 'ben­

dición. Basílica de la Milagrosa (M Horas;.—<

8, Exposición y misa; 9, la solemne; 6 t., rosario, sermón y reserva.

María Auxiliadora (Salesianos), 6, 6 ,^ , 7. 7.30, 8 y 9, misas; 6 i... Exposición, ejer­cicio y bendición.

María Inmaonlada (Fuencarral, 111).—< 10,.30 a 6,30 t,. Exposición.

N. Sra. de Atocha (Pacífico). 7, 8, 9 y 10, misas; 6 t., rosario y ejercicio.

Oratorio del C. de Gracia.—5,30 a 8,30 f., l'l^po«^'ción.

Pontificia.—11, misa con órgano en el al­tar do S. Antonio.

S. C. y 3, rranclaoo de Borja.—8,30. co­munión para la C. de N. Sra. de Lour­des y sermón, P. Me«eguer.

(Ests periódico ae pnblloa con oaasunS •olssUstloa.)

Martes 28 de febrero de 1028 (8) EL DEBATE MADRID.—Año XVIH.—Núm. 5.810

COTIZACIONES DE BOLSAS _ T J _ .

! ' f)r! 100 . -Sr ; r ¡e F {71.7,V. ,, 7 ¡ . r> ; D 7J,75), 71,75;

B ,,71,75), 71,85; A (71,75), (71,50), 71,75; D i f e r e m e s

, m.'Mi; c ; ,50), 87.50.

l 'ÜR

S e r i e E '86,20;,. ,«;,55), 86,90; H

ion .—Ser ie D

I N T E R I O Í ! i 71 ,75 ; E i7i.7.: C Í71,75¡, 71.SO; 71,85; G .y H (71.75). 71,75,

E X T E I U O H 4 88,:!0; D (8fi.'.«li (87), S 7 ; A ;87

A.MORTIZAÜI.E :8G), " i ; A 'Hfi), Sfi

C- FÓI i 10.) A M O H r i Z A l U . R ÜKG.—Seri.-A ¡10.',), 104; fí ;104:, l O i ; C (104), 104; D (104), 104; E (lOi), 104; F (104), 104

5 l 'Üf? 100 A M O R T l Z A l i l . E 1!):>7 '6iii irnpiie.sto). — S e r i e F ;104,15), 10' , ,05; E (104,15), ]0{,05; D ¡104,15!, 104.05; C (104,10), I0Í.,()5; B (104,10), 104,05; A (105,10), 104.05.

5 I 'OIÍ 100 A M O i r n Z A R L E i m p u e s l o ) . — S e r i e F (9¿,(151 (92,05;, 02.10; O ,0:,',05¡, 92.10; 92,10; B i'.):.'.(.i5), 92,10; A ^«.Or,

.5 P O H ItK) A.MOin l / .ABl .E 192(l.-^Senp j F ,93,75), 93,70; E (93,75), 93,75; D (93.7,5),! 93 ,73 ; C (93,75), 93,85; 1! (93,85), 93,75; Ai (93,85). 93,85.

5 P í ) I i 10<) A M O R T I Z A B E E 1917.—Serifij D (92,%), 92.90; C í92,9Ü), 92,90; B (92,90), | 92.90; A (92,90), 92.90. i

DEUDA F E R R O V I A R I A . — S e r i e A (103,2,5), 103.25; B (103,20), 103.25; C ¡103.20), 103/25.

A Y U . X T . w n E N T O S . , - E x p r o p i a c i ó n inte­r i o r , 1899 (98), 9 8 ; D e u d a s .y O b r a s (95), 9 5 ; í d e m 1 Í I ]5 (94), 9i,.50; Vi l la fie Ma­d r i d ; 1914 (92.25), 91,75; 1918 (92,251, 91,.50; Me.inra.s L T b a n a í , 1923 :97,75), 97,50; S u b s u e l o (97,25), 97,-.¿5; S e v i l l a ¡100,50), 100,50,

V A L O R E S CON GARANTÍA DEL E S T.ADO.—Tr.Tnsal i.•íntica, 1925, ne iv ien ib re (99,75), 99.90; 192(> (104,50), 104,75; T á n ­g e r - F e z (102), 102.

C É D U L A S H I I ' O T E C A R I A S . — B a n c o Hi-

1927 (con 92,10; E

C !)2,(>5i, ), 92,10

p o t e c a r i o d e E s p a ñ a : 4 p o r 100 (92), 9 2 ; 5 p o r 100 ;l!X),95), 100,80; 6 p o r 100 (110,50). 110,75.

E l ' E C T O S P Ú B L I C O S teXTIUN.IEROS C é d u l a s a r g e n i i n a e (2,59), 2,59; M a r r u e ­cos ¡93,25). 93,25; E m p r é s t i t o a r g e n u n o

103,.5(0, 103.50. C R É D I T O LOCAL (101,25), 101,20. A C C I O N E S . — B a n c o de E s p a ñ a (.580,50),

5,83; H í p o í e c a r i o (572), 575; H i s p a n o A r n e r c n i í o '220), 220; EfipañeO de Créd i ­to (.3,58), 3,58; C e n t r a l (165), 1G7; B a n c o E s p a ñ o l (iei R í o ' de la P l a t a , cont ,ado 228), 229; fln r o r r i e n t e , 229; ! \ I e n g e m o r

(293), 293 ; T e l e f ó n i c a (99,G0), 99,60; Du­r o Fei f fnera , c o n l a d o '06), 65,50; G u i n ­d o s '95), 9 5 ; T a b a c o s (218), 218; F , C. A n d a l u c e s '79„50), 79,90; M. Z. A., con ­t a d o ¡558,50), 5.53; fin c o r r i e n t e 5,52,50, f in p r ó x i m o , 555.50, Nor t e de E s p a ñ a , c o n t a d o (572,,50), 574; fin p ró .x imo, 576„50; T r a n v í a s , c o r d a d o (131,25), 131,25; fin co­r r i e n t e , 131,25; í d e m G r a n a d a (100), 9 9 ; , \ l to s H o r n o s íl72), 172; .Azuca re r a s p r e f e . rentcfi , c o n t a d o T13), 112,50; fln c o r r i e n - j te , 112,50; fin p r ó x i m o , 113; A z u c a r e r a s o r d i n a r i a s , fm p r ó x i m o , 3 9 ; E x p l o s i v o s ;834), 8.33; fin c o r r i e n t e , 833; fln p r ó x i ­m o , 839; í d e m 1926 (829), 825; fln co­r r i e n t e , 827; fln p r ó x i m o , 834; U r b a n i -z a d o r a M e t r o p o l i t a n a ¡375), 375; Pe t r iV leos , 138.50, no o f i c i a l ; C o m p a ñ í a Bil­b a o (l(tO), 100.

O B L I G A C I O N E S . - E l e c t r a L i m a (104;, 104; H. S e K u r a ¡98,75), 9 9 ; S e v i l L i n a , no­v e n a (104,25), 104.25; Unk 'm E l é c t r i c a M . i d r i l e ñ a . 6 p o r 100 (100.75), 100,75; Mi­n a s del Rif, B (101), 101,25; P o n f e r r a d a 9;)), 9 0 ; C o n s t r u c t o r a N a v a l , 6 p o r 100

'102,.50), -102,50; T r a n s a t l , - í n t i c a , 1922 ¡105.75), 105,75; N o r t e , p r i m e r a 76,50), 7G„50; q u i n t a , (74,10), 73,75; A l s a p u a (92,65), 9 0 ; N o r t e , 6 p o r 100 (104,75),

104,75; V. Ut ie l (71,75), 71,75; A l i c a n t e , p r i m e r a (333), 332; s e g u n d a (383,50), 3.84.50; G ¡104), 104; H (102), 101,75; I ;104), 104; P e ñ a r r o y a P u e r t o l l a n o (102), 102; A z u c a r e r a s , s i n e s t a m p i l l a r ¡82),

82; P e ñ n r r o , y a (102,85), 102,85; L a n g r e o en A s t u r i a s (81), 90.

B O N O S . — A u x i l i a r F e r r 0 c a r r i l e s (100,50), 100,50,

P a r . m o n e d a s . P r eceden t e . Día 27

1,00 1 f r a n c o f r a n c . . . 5,00 1 b e l g a 1,00 1 f r a n c o s u i z o . . . 1,00 1 l i r a

25,22 1 l i b r a 5.19 1 d ó l a r 1,23 1 r e i c l i s m a r k .... 0,95 1 cor . c b e c a . , . . . 5,60 1 <>-scudo 1,39 1 cor . sui^ca 1,39 1 cor . n o r u e g a . . . 2,.50 1 p^'-so a r g e n t . . . .

Nota.—1,^6, c o t i z a c i o n e s • is íer isco n o s o n of l e i a ' e s .

BARCEI .ONA I n t e r i o r , 71,90; E x t e r i o r , 86,30; A m o r -

f i zab le , 5 p o r 100, 93,60; Nor t e , 572,50; A l i c a n t e , 5.52.50; A n d a l u c e s , 79,80; O r e n . se, 39,60; H. C o l o n i a l , 101,25; T a b a c o s F i l i p i n o s , 376,.50; ' " ¡ n e o s , 23,45; l i b r a s , 28,95; d ó l a r e s , 5,92

BI I .BAO Al ios H o r n o s , 173; S i d e r ú r g i c a Medi­

t e r r á n e o , 605; E x p l o s i v o s , v i e j a s , 825; n u e v a s , 820; R e s i n e r a s , 6 6 ; P a p e l e r a , 143; F . C. R o b l a , GOO; B a n c o d e Bil­b a o , 2.110; V i z c a y a , 1.940; E s p a ñ a , 581,50; I L s p a n o - A n i e r i r a n o , 218; E u s k a l -d i i n a , 775 ; S a b e r o , 207,50; E c h e v a r r í a , 455; G u i p u z c o a n a , 7 8 ; U n i ó n C e r r a j e r a , 1.300; H. I b é r i c a , 710; E, V . e s g o , 515; A r g e n t í f e r a C ó r d o b a , 15 ; C e n s t r u c c i o n N a v a l , 114; E \ ' Í 7 c n í n a , 840,

N U E V A Y O E K P e s e t a s , 16,835; f r a n c o s , 3,935; li­

b r a s , 4,88; f r a n c o s s u i z o s , 19.255; l i r a s .

0,23.35 •0,825 •1,14 •0,3135 28,86 •5,905 •1,415 •0.177 •0,2775 1,76

•1,585 •2,51

0,2335 •0,825 •1,1425

••0.314 28,92 5,93

•1,415 •0,1785 •0,2775

•1,.595 •2,525

príc&didas dp

5,2925; c o r o n a s n o r u e g a s , 26,645; flori­n e s , 40,2525; m a r c o s , 23,8837.

L O N D R E S P e s e t a s , 28,92; f r a n c o s , 124,015; d ó l a ­

r e s , 4,8803; f r a n c o s s u i z o s , 25,3375; bel­g a s , 35,0125; l i r a s , 92,13; florines, 12,12.',3; c o r o n a s n o r u e g a s , 18,315; Í d e m d a n e s a s , 18,205; p e s o s a r g e n t i n o s , 4,789,

(Cier re )

F r a n c o s , 124; d ó l a r e s , 4 ,8796875; b e l g a s , 55,015; f r a n c o s s u i z o s , 25,34; florines, 12,1225; l i r a s , 92,10; m a r c o s , 20,43; c o r o ñ a s s u e c a s , 18,17; í d e m d a n e s a s , 18,20 í d e m n o r u e g a s , 18,31; c h e l i n e s a u s t r í a ­cos , 34,625; c o r o n a s c h e c a s , 164,50; m a r ­cos finlandeses, 193,50; p e s e t a s , 28 ,91; e s ­c u d o s p o r t u g u e s e s , 2,265625; d r a c m a s , 368,50; l e i s , 794,50; m i l r e i s , 5.921875; p e ­sos a r g e n t i n o s , 47,875; B o m l ) a y , u n c h e ­lín 5,96875 p e n i q u e s ; C l i a n g a i , dos h e -ü n e s 6,75 p e n i q u e s ; H o n g k o n g , d o s c h e ­l i n e s 0,125 p e n i q u e s ; Y o k o h a m a , 1 '. - h > l ín 11,03125 p e n i q u e s .

N O T A S I N F O R M A T I V A S L a p r i m e r a s e s i ó n b u r s á t i l d e la s e m a ­

n a e s t u v o m u y a n i m a d a y r e a l i z ó b a s ­t a n t e n e g o c i o , 6i b i e n ca s i t o d a la ac t i ­v i d a d s e d e d i c ó al t r a s p a s o d e o p e r a c i o ­n e s a l p r ó x i m o m e s de m a r z o .

L o s c a m b i o s a c u s a n f i r m e z a g e n e r a l , s o b r e t o d o e n los v a l o r e s b a n c a r i o s , d e é s t o s los B a n c o s de E s p a ñ a e H i p o t e c a ­r io , q n e m e j o r a n d o s y m e d i o y t r e s du -r d o s , r e s p e c t i v a m e n t e .

« « » M o n e d a e x t r a n j e r a : F r a n c o s : 25.000 a 23,35, 25.000 a 23,25.

,50.000 a 23,35, 25.000- a 23,25 y 25.000 a 23,35. C a m b i o m e d i o , 23,316,

L i b r a s ; 1.000 a 28,86, 6.000 a 28,91 y 1.000 a 28,92. C a m b i o m e d i o , 28,905.

D ó l a r e s : 2,500 a 5,93, » » •

A móB d e u n c a m b i o se c o t i z a n : B a n c o C e n t r a l , a 165. 166 y 167; Ali­

c a n t e s al co .n tado , a 5.52 y 553, y a fin

de l i p r ó x i m o , a 554, 555 y 555,50; N o r t e s a l c o n t a d o , a 572,50, 573 y 574, y a f i n de l p r ó x i m o , a 576, 576,25 y 576,50; .'azu­c a r e r a s p r e f e r e n t e s , a f in del c o r r i e n ­te , a 113 y H2„50; E x p l o s i v o s , v i e j a s , a e s t e p l a z o , a 832 y 833, y a fin de l p r ó ­x i m o , a 840 y 8.39; í d e m n u e v a s , a l con­t a d o , a 826 y 825; a fin de l c o r r i e n t e , a 826,50 y 827, y a f in de l p r ó x i m o , a 835 y 834,

BOI.SA DE BII .BAO B I L B A O , 27.—En l a s e s i ó n d e h o y , l a s

a c c i o n e s de l B a n c o de E s p a ñ a e s l u v i e -" r o n s o l i c i t a d a s a 580 d u r o s . Los del

R a n e o de B i l b a o o p e r a r o n c o n o f e r t a s a 2.115 p e s e t a s . L a s de l B a n c o de Viz­c a y a o p e r a r o n a 1.940 p e s e t a s , y q u e d a ­r o n d e m a n d a s a l í l t i m a h o r a a es te c a m b i o , y o f e r t a s a 1.950, L a s dei H i s p a ­n o A m e r i c a n o h i c i e r o n o p e r a c i o n e s con d e m a n d a a 218 p o r 100. Los C e n t r a l e s fie p i d i e r o n a 165 d u r o s . Los N o r t e s de E s p a ñ a se s o l i c i t a r o n a 551 p e s e t a s , y los A l i c a n t e s t u v i e r o n d e m a n d a s a 549,50 p e s e t a s . L a s R o b l a s h i c i e r o n ope-racionef i c o n de rnandaf i a 600 p e s e t a s , y ' i f e r t a s a 610, L a s S e v i l l a n a s de E lec t r i ­c i d a d se o f r e c i e r o n a 162 d u r o s . L a s Hi­d r o e l é c t r i c a s E s p a ñ o l a s , v i e j a s , se nfre-c i e r o n a 202 d u r o s . L a s I b é r i c a s , v i e j a s , o p e r a r o n c o n o f e r t a s a 710 p e s e t a s . L a s E l e c t r a s del Viesgo- íT íc ie ron o p e r a c i o n e s "fln o f e r t a s a 515 p e s e t a ? .

Lía C o o p e r a t i v a s d e M a d r i d se sol ic i-l e r o n a 137 d u r o s . L a s .Navieras S o t a y A z n a r t u v i e r o n d e m a n d a s a 1035 pese­ta s , y o f e r t a s a 1.040. Los .Nerviones se n i d i e r o n a 575 p e s e t a s , t^as .Navieras Vas­c o n g a d a s se s o l i c i t a r o n a .290 p e s e t a s . La v i a r i t i m a U n i ó n se o f r e c i ó a 182 pese -las . L a s P a p e l e r a s o p e r a r o n c o n d e m a n ­d a s a 143 d u r o s . L a s R e s i n e r a s h i c i e r o n i p e r a c i o n e s con d e m a n d a s a 76 p e s e t a s , y o f e r t a s a 77. L a s a c c i o n e s de Exp los i ­vos , v i e j a s , o p e r a r o n c o n d e m a n d a s a 825 p e s e t a s , y o f e r t a s a 830. L a s n u e v a s d e es te p a p e l h i c i e r o n o p e r a c i o n e s a 815. 817, 818 y 820 p e s e t a s , y q u e d a r o n soli­

c i t a d a s a e s t e ú l t i m o t i p o . L o s A l t o s H o r n o s s e d e m a n d a r o n a 172 d u r o s , c o n o f e r t a s a 173. L a s a c c i o n e s d e l a S, A. E c h e v a r r í a o p e r a r o n c o n o f e r t a s a 455 p e s e t a s .

L a s a c c i o n e s d e B a b c o c k W i l c o x se de­m a n d a r o n a 490 p e s e t a s , c o n o f e r t a s a 495. L a s F t l g u e r a s se d e m a n d a r o n a 76 d u r o s y m e d i o , c o n o f e r t a s a 77. L a s C. N a v a l e s , s e r i e b l a n c a , o p e r a r o n c o n de­m a n d a s a 114 d u r o s . Los P e t r ó l e o s ope­r a r o n c o n o f e r t a s a 138 d u r o s . L a s acc io ­n e s d e la M i n e r o - S i d e r i l r g i c a d e P o n f e ­r r a d a se s o l i c i t a r o n a 125. L a s M i n a s de l Rif se p i d i e r o n a 5.200 p e s e t a s . L a s Sa ­b e r o o p e r a r o n a 205 p e s e t a s , y q u e d a ­ron d e m a n d a s a i l l i i m a h o r a a 207,50 y , i fe r tas a 210. L a s a c c i o n e s de l a Te l e ­fón ica s9 o f r e c i e r o n a 99,50 d u r o s ,

A N U N C I O O F I C I A L

Confederación Sindical Hidrográfica del Ebro

C O N C U R S O para la ejecución de lite ohrae del t rozo 2." de la Sección 4." del CANAL VICTORIA-

ALFONSO. Acordado este concurso por la J u n t a de

^'obierno las cond ic lon íe y modelo de pro-¡losición han sido ui ih l icadas en la «Gace­ta» del d ía 23 del a c t u a l .

A N U N C I O O F I C I A L

Banco de España T O L E D O

Hab iendo suf r ido e x t r a v í o el re.sguardó de dejiósito ins t raus in i t í ib le n ú m e r o 982, ex­tendido a nombre del Hosp i t a l de T r i n i ­dad y Consolación, de Tor r i jos , por pese tas riominal<'s 135.415,51, en insc r ipc iones no­m i n a t i v a s de la Deuda p e r p e t u a i n t e r i o r al 4 por 100. (¡e a n u n c i a al públ ico , por s egunda y ú l t i m a vez, pa ra q u e el q u e se crea con derecho a rec l . imar lo verifique dnn t ro del plazo de un nie.^. a c o n t a r de^de la fecha de la p r i m e r a inserc ión de es te a n u n c i o en los d i a r io s «Gaceta de í t a d r i d » , i:r, DEB.tTE. de i l a d r i d , ,y «El CaFtellano».

d© Toledo, s«giin d e t e m i m a n loe a r t í o u l o s o u a r t o y 4(1 4®^ regUamento v i g e n t e d a l Banco d« Espaf ia ; a.dvirtáéadose que , t r a n s ­c u r r i d o dicho p lazo »in r ec l amac ión a lgu­na , la s u c u r s a l e.xpedirá el corr€>3pondien-te d u p l i c a d o d e d icho r e sg u a rd o , anula,ndo el p r i m i t i v o y q u e d a n d o exen ta de t o d a r e s p o n s a b i l i d a d .

Toledo, 25 de febrero d e 1928.—El secre­t a r i o , M. Blpol l .

J U N T A G E N E R A L m COOPERATIVA HIPOTEGABifl

El domingo por la m a ñ a n a se celebró en e s t a i m p o r t a n t e Sociedad de c réd i to , que t a n g r a n auge h a tomado en pocos afios, la J u n t a genera l o r d i n a r i a p a r a la l iquidac ión de su dec imoqu in to ejercicio .

E l a c to se verificó en el s a lón de jun­t a s del edificio social y por u n a n i m i d a d fueron ap robados la Memor ia , C u e n t a s y Balancee p r e s e n t a d o s por el Consejo de A d m i n i s t r a c i ó n .

Fue ron reelegidos los consejeros sa l ien­tes don Lorenzo B e n i t o de E n d a r a y don José Moróte , y se dio un voto de gr,acias a c u a n t o s i n t e r v i e n e n en la a d m i n i s t r a ­ción de la e n t i d a d por los felices r e su l t a ­dos de su ac tuac ión .

BANCO DE^VÍZCAYA Liberación de sus acciones

E l Consejo de A d m i n i s t r a c i ó n de es te E s t a b l e c i m i e n t o acordó, en su sesión da ayer , l i b e r a r las acciones en um D I E Z P O i i C I E N T O de su va lo r n o m i n a l , con la cua l , q u e d a r á n con un desembolso de N O V E N ­TA POK C I E N T O .

Se i n v i t a a loe señores acc ion i s t a s a p r e s e n t a r los r e sgua rdos p rov i s iona les de s u s acciones, a p a r t i r del d í a 6 de mar ­zo p róx imo , p a r a proceder a la ano tac ión del repe t ido diez por c ien to .

La operación del e s t ampi l l ado t e n d r á lu­ga r en la C e n t r a l y en las sucu r sa l e s de Maílr id, Barce lona , Valenc ia , San Sebas­t i á n , V i t o r i a y T a r r a g o n a .

Bi lbao , 25 de febrero de 1928.—El secre-t.nrio, An ton io Ajenjo.

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G R U P O S F A B A R I E O O S . M A Q U I N A R I A E N O E N E R A I . . — P e d i d da tos y referen­c ias a la B. E . de BContajes I n d u s t r i a l e s , B a r a u l U o , 14, M a d r i d .

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de un enfriamiento. PRESERVAN y TONIFICAN

sus Bronquios y sftis Pulínoncs. COMPLETAN el tcalamiento de un Catarro,

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S U B A S T A D E C A S A E D la N o t a r l a de don Mateo Azpe i t i a . paseo de la

c a s t e l l a n a , n ú m e r o W, el d í a 29, a las doce, ee vende rá en e s t a fo rma l a s i t u a d a en la cal le d e San B e r n a r d o , n ú m e r o 73.

Dptalleft y condicionBs en la Notarla^

Q V i ^ T ^ ^ ^ e E l T ^ D E B A T E (CALLE DE ALCALÁ, KKENTE

A LAS CALATRAVAS)

t L A S E Ñ O E A

Doña Amanda de la Pedraja y Cuesta VIUDA DE LOMBA

T E B C I A B I A F R A N C I S C A N A

Ha fallecido el día 27 de febrero de 1928 H a b i e n d o r ec ib ido todos los S a n t o s S a c r a m e n t o s

y l a bend ic ión apos tó l i ca

R. I. P. Sus hijoe, don J o s é - R a m ó n , don Aure l i ano (au­

s e n t e ) , don F e r m í n - A g u s t í n , don Lu i s -Fe l ipe y don C l e m e n t e ; h i j o s pol í t i cos , don Knr ique Ba-nie , doña P i l a r Aleú, doña C a r m e n Veglieon y doña Ca rmen L a n e t a ; n i e to s , sobr inos y d e m á s p a r i e n t e s

ETJEGAN a sus amigos l a en^ comienden a Dios, y a s i s t a n a la conducc ión del cadáve r , que t e n d r á l u g a r hoy, m a r t e s , a las c inco d e l a t a r d e , desde l a casa m o r t o r i a , Genera l Oraá , 19, h a s t a l a e s t ac ión del N o r t e , p a r a su t r a s l a d o al c emen te r i o de Val-deo i l l a ( S a n t a n d e r ) . P o r lo q u e lee q u e d a r á n agradec idos .

L a s m i s a s que se ce lebren hoy m a r t e s de seis y m e d i a a s i e t e y m e d i a y d e ocho en S a n t o Do­m i n g o el E e a ! ; de ocho y m e d i a y nueve , en San F e r m í n de los N a v a r r o s , y de s ie te , nueve y nueve y m e d i a en el Asi lo de H u é r f a n o s del Sa^ g r a d o Corazón s e r á n ap l i cadas por el a l m a de l a finada.

N o se r e p a r t e n e sque l a s .

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EL NIÑO

Ángel Ortiz dé Zarate Y DIEGO DE SOMONTE

HA SUBIDO AL CIELO EL DÍA 27 DE FEBRERO DE 1928

A LOS ONCE MESES DE EDAD

Q. G. H. Sus padres, don Laureano y doña María de

loa Dolores; hermanos, Pepi ta , l^aureaoo, (Jon» suelo y ü l c n a ; abuelos, t íos, primos y demás fami l ia

P A R T I C I P A N a s u s amigos tan doi!orosa pérdida y les ruegan as i s tan Ü la conducción del cadá­ver, que se verificará hoy 28 del actual , a las CUATRO D E 1 ^ TARDIí, desde la casa mortuo­ria, calle de la Magdalena, nú­meros 8 y 10, aJ ce.meDfcerio de la Sacramental de San Justo , por lo que recibirán especial favor.

El acompañamiento de despide en el cemeo-}" ferio. S No se reparten esquelas .

P o m p a s F f m e b r e s , S. A . A r e n a l , 4, M a d r i d

t E l . SEÑOR

Don Rafae l M o r a l e s Y ROMERO GIRÓN

ALFÉREZ DE NAVIO

Caballero da ]>riinera oíase da la («"dan del Méri to Nava l con dis t int ivo rojo

Falleció, a los veinticuatro años de edad, el día 2 7 de febrero de 1 9 2 8

Habiendo recibido los auxi l ios espir i tuales 7 la bendición de Su Santidad

R. I. P. E¡ excelent ís imo señor min i s tro de Marina,

jefe; su padre, el contralmirante de la Armada e.\celentÍ6Ímo señor a lmirante jefe de la Juris ­dicción de Marina en la Corte, don Rafael Mo­rales y Diez de la Cortina j sus hermano», doña Regina y don Manuel ; t ícs , primos y demás pa­rientes

SUPLICAN a s u s amigos epeo-mienden su alma a DÍOB y as is­tan a la conducción del cadáver, que tendrá lugar hoy día 28 del actual , a las once de la mañana, desde la ca«a mortuoria, Vizeon-condesa de Jorbalán, núms, i y 6, a la Sacramental de San Isidro.

N o se admiten coronas. El duelo se despide en el cementerio .

La A l m u d e n a . F u n e r a r i a , V a l v e r d e , 3. T e l é f o n o 15.934

t L..\ I t U S T n i S l M A SEÑORA

Doña Teotiste Barrenechea y Orles de Velasco DE LA CONFEREN<!;iA DE SAN V I C E N T E DE P A U L Y M A R Í A

D E L SAGRARIO DE MAJADAKONDA

HA FALLECIDO EN EL SEÑOR EL DÍA 27 DE FEBRERO DE 1928

Después de recibir los Santos Sacramentos 7 la bendición de Su Sant idad

R. L P. Su director espiritual, eí reverendo padre Francisco Pullas, S. .1.; su

hermana, doña Candelaria; sobrinos, sobrinos políticos, primos y demás parientes

RUEGAN a sus amigos se sirvan encomendar su alma a Dios Nuestro Señar y as-istir al fuiwiral que se celebrará en la parroquia de San Sebaátiún hoy-día 28 del actual, a las diez y media de la mañana, y acto continuo a la conducción del cadáve-r, des<l« la casa mortuoria San Agusaín, 13, al cementerio de la Sacramental de San Isidro.

Varios señores Prelados han concedido indulgencias en la forma acos­tumbrada.

Funeraria de Nuestra Señora de la A Imudena, Valverde, 3. Teléfono 15.931

Ma'drid.-^Año XVIII.-Núm. 5.810 Martes 28 He febrero He 1925

Las intervenciones de un Estado en otro GEr^

í.i)'^ Iv-l;)(¡ri-~ Unidos no e>lán flispijnslos—ahora menos que nunca—a re tiiinri.ir n! üaiiiinJo «(Icrectio a la mlerveiición». Ya se sabe cómo han hecho fracasar las Uiilalnas ])i'(ji!iovidas en la rédenle conferencia de La Habana para coii-efruir que la Asanii)lea declarase solemnemente la proscripción de seinejanle ilercclio. Y con esle fracaso han salido forlalecidos los sistemas pri\'i:í'f4¡ail)s iii-1 Í!¡!f! vf-ncioniísnii). ilel rnoiiroismo, del yan(|iHsmo, mientras que lia rpiedado hnslonle rebajado y niallreclio e-l panamericanismo, en su genuina accjici/m, como sislemu re^jfulador de las relaciones inleramericanas desde el pimío lie \isln de los ¡nlere.scs que se suponen comunes a todos los i:>l.:iiio-, lie! Niirvo Coiilíncnle; y al mismo liernpo como sistema de igualdad f|i los poslulados esenciales de sol»erain'a e independencia de cada Estado.

(k)ii la Conferencia de T.a Habana se ha piieslo más en evidencia que no es ése el seidido del pariamei-icanismo real, efeclivo, acluarUe. I.a" supuesta comunidad de intereses se ha inlerpi'elado allí, una vez más, a gusto yanqui-la supuesta igualdad se suboi'diiia a la prepotencia yanqui; todo el pan­americanismo se reduce a un yanquismo puro. Y así tiene que ser, dadas las circunstancias aclnales, porque los Eslados Unidos, con su inmenso po­derío y fuerza e.\])ans¡va, crean irdercses propios en todos los países de América, y, nalni-almente, consideran estos intereses suyos como superiores a los de los demás y los hacen prevalecer de cual((uier modo que sea. Para esto asumen la represe/ilación de toda América, ratifican la doctrina de Monroe y proclaman y ejei'citan el derecho de intervención en defensa de sus súbflitos dondequiera que éstos liayan establecido sus empresas y ne­gocios. .\ la in\ersa, los Eslados Unidos no admiten en sus asuntos inte­riores las ¡til comisiones de los demás Eslados, aun cuando éstos también invoquen idénticos motivos de prolección debida a sus subditos y empresas. Hasta en ios pactos dn iirbiírnje, como el i ccientemente renovado con [-"rancín, Norleamérica pone buen cuidado en dejar a salvo la doctrina de .\4onroc y su facultad de autodecisión en todo lo que, según su estricto y exclusivo criterio, concierne al orden interior de los intereses de su propio país y de todo el Continente americano.

Esta aclihid yanqui, pei-lilada desde los comienzos de su independiza-ción, fiiompie ha sido molesta y antipática a los espíritus libree y altivos de Hispanoamérica; pero, por otro lado, se granjeaba adhesiones de esosi mismos pueblos por los halagos y venlajas (pie les ofrecía, y admiraciones, | hasla de los más recalcilrantes, por el prodigioso desarrollo de poderío y riqueza encarriado en los Estados Unidos, y del cual la susodicha actitud: era una gallarda manifestación. j

Con el Iran.scurso del tiempo, esos halagos, ventajas y admiraciones se van haciendo menos sensibles, y, en consecuencia, las molestias y antipatías! se avivan y se extienden. Es que según se van haciendo fuertes y ricas! otras naciones americanas, así landfién se va fortaleciendo en ellas la idea de su propio valer y la legítima aspiración a representarse a sí mismas y por sí mismas ante el Mundo Nuevo y Viejo, sin la intermediación ni tutoría de los Estados Unidos, que las rebaja y disminuye, y que parte del supuesto, ya a todas luces arliilrario y, por tanto, inadmisible, de una comunidad de intereses entre la América anglosajona y la América hispana, y de un pri­vilegio yanqui para modelar y regir esa comunidad.

Y, •« pesar de que el oficialismo no entra aún por esa vía que conduce a la nueva y necesaria indopendización hispanoamericana, y ha permitido que de la Conferencia de La Habana salga triunfante y reafirmada la pre­potencia yanqui, no cabe duda de que los sentimientos colectivos, populares, guiados por ilustres pensadores de los países americanos de habla caste­llana, tienden a polarizarse en una finalidad de solidarismo hispanoameri­cano frente al absorbente yanquismo.

Quizá se farde mucho en recorrer toda la trayectoria, porque no son fáciles de vencer los prejuicios tradicionales que ofuscan a los mismos pue­blos para desviarles del recto camino de su liberación, ni los obstáculos que crea o puede crear un poder colosal, como el yanqui, interesado en amontonarlcrs.

Mas tenemos por indudable—al ver cómo va difundiéndose entre los paí.ses de Hispanoamérica la antipatía, la repulsa a la política imperialista yanqui, cada vez más acentuada sobre esos mismos países—que, al fin, será unánime, en éstos, la aspiración a recabar su completa soberanía con los fueros do la propia personalidad nacional descubierta y destacada, y no disminuida, disimulada, vergonzante y oculta entre pliegues, velos y basti­dores de otra potencia, que será grande, fuerte, rica, dema.siado rica, pero que tiene ideales, intereses y hasta su idioma y su mentalidad distintos de los de los pueblos a los que pretende englobar en una representación y una órbita comunes.

Esta diferenciación se irá intensificando y dará lugar a encontrados mo­vimientos. Pero el jnroblema inmediato para los Estados menores estriba en hallar los medios de liberación.

Se les dice—y, es más, se les insinúa con halagos la invitación—que se entiendan con la Sociedad de Naciones, como si la institución ginebrina tuviera ¡poder bastante para resolvc- 1 - >vfi,i.••.:!; ;n'i-;,.i-A= ,\r] Continente americano, ni siquiera pa^n enfrentarse ron los Estados Unidos.

El ministro de Estado de la Argentina, doctor Gallardo, al regresar a Buenos Aires de su reciente viaje por Europa, manifestó a los periodistas! que todos los jefes de Gobierno de los países represntados én Ginebra le rogaron con insistencia que la Argentina se reincorpore a la Sociedad de Naciones, distinguiéndose el canciller alemán en este ruego, porque Ale­mania tenía plena confianza en los sentimientos de justicia argentinos. In­dudablemente, para Europa será muy conveniente la participación de los países americanos en la Sociedad de Naciones. Pero, para éstos, no vemos ninguna ventaja. Son otros los problemas que les interesan. Y el principal, por el momento—el de rechazar las intervenciones yanquis en Hispanoamé­rica—, ¿cómo podría resolverse por la entidad ginebrina?

Y si aun en Eurqpa existen estas intervenciones de un Estado en otro, si no armadas, sí diplomáticas y con diversas artes de intimidación y co-ción, /,cómo cabe suponer que desaparecerán en América por la sola in­fluencia, más platónica que otra cosa, de un organismo europeo, no muy consistiente ni homogéneo?

Rain6n DE OLASCOAGA

Los descubrimientos de Glozel

Se pnMican las memorias de Asquitli El ex Zar de Bulgaria, a Europa LONDRES, 27.—En el mea de octu­

bre próximo se darán a la publicidad dos volúmenes de las memorias de lord Asqulth, que comprenden de 1852 a 1927. Se espera que produzcan extra­ordinaria sensación, ya que en ellas fi­guran personalidades harto conocidas en la Historia contemporánea.

BUENOS AIRES, 27.—Mañana em­barcará para Europa a bordo del "Sierra Morena" el ex Zar de Bulgaria.

« « • BUENOS AIRES, 27.—Infojgna "La

Nación" que el ex Zar Femando de Bul­garia, a su regreso a Europa,- se de­tendrá tres semanas en ^1 Brasil.

Una escandalosa falsificación prehistórica

El asunto de los descubrimienios de •Glozel era tan enojoso que, francamen-il,e, me había propuesto no ocuparme de ' (JI. Eran sospecliosos, no sólo los ob­jetos encontrados, sino también la ex­tremada publicidad y el tono violento de las discusiones. En esté ambiente apasionado no juzgaba prudente exte­riorizar mi opinión sin conocer perso­nalmente ni el lugar ni los objetos des­cubiertos. Glozel era ya haoe meses un caso resuelto para los verdaderos es­pecial isias, que veían en la excesiva divulgación—casi tan grande como el descubrimiento de ia tumba de Tut-anli-amen—un descré.dito para la ciencia de sus amores. Era absurdo el pretender interesar a la gente en una discusión escandalosa de sabios que no lograban ponerse de acuerdo.

Pero Glozel, si no ha tenido valor positivo arqtieológico, por lo menos na servido para demostrar con cuánta aten­ción, cordura y prudencia tiene que proceder el verdadero inveijligador ame cualquier tiallazgo; que para trabajar en Prehistoria se necesita una determi­nada preparación y que por muy com-pelente que sea una persona en ramos afines del saber humano puede fraca­sar lamentablemente, y por último, la necesidad de apartar de las gentes que sirven a la Ciencia aquellas otras que se sirven de ella para diversos fines.

El famoso yacimiento era un campo próximo al villorrio de Glozej (.\ilier, Francia), dislaiite 20 l<il6metros del bal­neario de Vichy. Su dueño, Emil Fra-din, asociado con el doctor Morlet, en­contraron, al parecer, in situ, haclias pulimentadas con o sin letras graba­das—esquirlas de sílex—, arpones de asta y de piedra—punzones—, vasos de barro poco cocidos y enteos con ca­ras humanas, figuras antropornorías de la misma materia y sobre todo ladri­llos con signos alfabetiformes.

Pasaremos por alto las incidencias AB las discusiones entre glozelianos y an-tiglozelianos. Eos primeros, personas muy respetables y grandes Unnbrera-s de la ciencia francesa (basta citar los nombres del filólogo judio Salamón Rei-nach, del geólogo liépéret, el ciílUsta I^oth y el foltilorista van Gennep), con-sideratMun todo lo hallado como liuella de una civilización del comienzo de la Edad de la Piedra ptilimentada. El in­terés que tenia Glozel para ellos era extraordinario, no sólo por confirmar­se viejas hipótesis abandonadas, sino porque aparecían en suelo francés los testimonios del alfabeto más aníigun.

Los antiglozelianos, en su mayor parte prehistoriadores, como Bégonen. Rreuil, Vayson, y epigrafistas, como C. .Itillian y Pu^saud. se, expresaban de manera ' muy distinta. Chocaba la coexistencia de productos de las más diversas mentaJldades. .liillian había descifrado trozos de textos salorromauos barbarizantes en las tabletas de bo­rro. Dussaud las consideraba como fal­sas, pues sólo veía en ellas letras fe­nicias agrupadas sin orden alguno. Por tíltimo. Vayson descubrió seriales de na-berse introducido recientemén'e los ob­jetos en el terreno y declaré de ma­nera rotunda que «verdaderamente para empeñarse en no descubrir los mil en­gaños y tos mil embustes de que Glozel está hecho, se necesita, n bien una bue­na fe sobrehumana, o b1"n un despre­cio épico de las realidades».

En fin, tan escandalosas y violentas fueron las discusiones, que el Gobierno francés encomendó °1 estudio de Glo­zel a una Comisión Internacional, de la cual formó parte el eminente pre bistoTiador catalán don Pedro Poscb Gimpera. Se realizaron nuevas excava­ciones y en e. pasado mes de diciem­bre apareció ©1 fallo. Segiín el unáni­me parecer de los miembros de la Co­misión, Glozel no era otra cosa que una falsificación. Hablaron con gran asombro que para introducir los ob­jetos en el terreno se habían hecho fo­sas en las qne, al ser rellenas, después se apreciaba la remoción d e la tierra. La cerámica aparecía entera, cuando lo corriente es encontrarla destrozada por la presión, y en los objetos de hueso se apreciaban los retoques modernos.

Los glozelianos, tejos de confesar no­blemente su error, proslgideron sus campañas de Prensa y colmaron de injurias a los dignos miembros de la Comisión. Nuestro compatriota Bosch Gimpera recibió una carta violenta da Salamón Relnach negándole competen­cia. Pero esto no era nada extraño en quien defendió la autenticidad de la

EL CARICATURISTA, por K HITO

— ¡ L o que estoy sufriendo para abstenerme de dibujar el "coro de doctores"!

LA CARETA Y EL ANTIFAZ • i30-

I Todos sabéis que la máscara tiene su I I origen en la tragedia griega, donde eer-i vía para intezisiflcar la voz del actor, a cuyo fin aquellas caretas eian huecas, j

El traje de arlequín, también procede i (je las primeras representaciones teatra-jles. de los «pantomímicos» qtie salían a ¡escena con el rostro pintado de negro y uno de los cuales lucía un ve6t:do liechü con trozos de tela de diferentes colores, y la cabeza afeitada, además.

I.a mujer gustó mucho de cubrirse el rostro con la máscara, y existe el dato interesante de que una de ellas, la es­posa de Nerón, fué la inventora del «ma­quillaje», a! usar habitualmente una ca­reta confeccionada con una pasta de harina de trigo y leche para conservar la tersura y blancura del cutis. Nihil nó-vurn... He ahí una prueba de que el «re­toque» femenino se pierde en la bruma lie los tiempos; o, en otros términos, <iue «ellas» se han «pintado» en todas las centurias, con el mismo afán de pasecer más bellas... Caretas y antifa­ces, estos ijltimos muy de moda en l-'rancia y «m tiempo de Catalina de Mediéis, sobre todo, fué en la Venecia del siglo decimosexto, donde, como es sabido, reinaron triunfalmente. Pero ¿y

¡en España? Los eruditos no están de jacuerdo... I Sostienen unos que bajo la domina-Ición árabe hubo mascaradas famosas, jen Sevilla, Córdoba y Granada, apoyán­dose para opinar así en manuscritos de esa época; pero a la vez, otros Inves­tigadores, lo niegan, arguyendo que la religión de Mahoma no admite esas di­versiones en que los sexos se confun­den. Sin embargo, este tíltimo argti-inento no nos convence... También pro­hibe el Corán que los «fieles creyentes» beban alcohol, y, sin embargo, nosotros vimos en tierras africanas, en pleno Rif, a esos «fieles creyentes» terciarse la chi­laba y beberse media botella de coñac, a la salud de los presentes y del... Pro­feta. Claro que sin dejar por eso d levantar los brazos y mirar al cielo, ex­clamando después gravemente:

liara de Saitefernés, adquirida por el Gobierno francés como el más antiguo, el más respetable y el más santo de los recuerdos de la épocas remotísimas del Imperio de los persas, después de comprobarse que había sido fabricada en un taller de Odessa por dos obreros rusos.

Un reciente telegrama da el golpe 1e muerte a este escandaloso asunto. La Policía ha practicado en la tarde del día 25 un registro en una finca de Glo­zel, encontrando y recogiendo unos seis o siete ladrillos con grabados, tres 11 vi as en cuyas estrías quedaban restos de barro y objetos diversos. Ahora ya es de suponer qite se deje de hablar de tan enojoso asunto y los que lo hayan seguido con interés se convencerán de que la Prehistoria, a pesar de ser una ciencia nueva, tiene firmes bases que le permiten apartar lo verdadero de lo falso.

Esta ruidosa discusión no ha podido dañar a la ciencia que se ocupa de la historia primitiva de la Humanidad. En cambio, usando las palabras de Sala­món Reinach, pero invirtiendo el senti­do, si Glozel no se hubiera considerado como superchería tendríamos que con­fesar que la ciencia prehistórica había dejado de existir.

José PÉREZ DE BARRADAS

— ¡Alá es grande! De ahí lo difícil de afirmar si los ara-

lies en España usaron o no la careta, en son de chanza cainavalina, o se li­mitaron a darnos sin ella una sol;' ma»: la interminable y pesada «broma» que comenzó en el Guadalete y terminó frente a la torre granadina de la Vela.

Lo cierto, en cambio, es que en el si­glo decimoquinto y en el decimosexto ia boga de las máscaras no admite du­da, así como los abusos y licencias, a propósito de ellas, ya que Carlos I y doña .Tuana tuvieron que prohibirlas, «por seguirse de esta diversión grandes daños» (ley séptima, título 10, libro 8, dada en 1523).

V por otra parte, todos conocemos las escenas de mascaradas y disfraces que Figuran en distintas obras de Calilerón, de Lope y de Moreto. .Asi en el «Encan­to sin encanto», jornada primera, se dice :

«Parece que mal hallada con la mascarilla vasr>

Y Moreto, en «El desdén con el des­dén» pone en boca de uno de los per­sonajes :

«venid los galanes a elegir las damas, que en Carnestolendas Amor se disfraza.m

Por liltimo, hay en el Cancionero los siguientes versos i^Iacionados con la' careta:

«£a máscara es buen testigo cuando entre azules celajes

breve exhalación corristeis desconocida dei aire.» Madrid (donde, por fortuna, el viejo

Carnaval, casi puede decirse que ha pa­sado a la historia) celebró antaño y des­de que fué Corte, famosas mascaradas. Una muy vistosa con motivo del des­embarco y arribo a la Corte de la reina Ana, mujer de Felipe II: otra, no me­nos divertida, cuando llegó a Maiirid la reina Margarita, esposa de Felipe III, y varias, que dejaron recuerdo, cuando juró Felipe IV, corno príncipe de Astu­rias : por la entrada en Madrid de la princesa de Mantua, y por eJ nacimien­to de la infanta doña María. Esta tilti-ma mascarada, que fué un aconteci­miento, la dirigió, en persona, et conde-duque de Olivares.

En cambio, Felipe V se mostró ene­migo de las caretas y de los antifaces, como. lo prueban las leyes o bandos, que figuran a este respecto en la Noví­sima Recopilación.

Al revés de Fernando VII, tan toleran­te con las mascaradas, que, por cierto, habían perdido su casticismo, adoptan­do un carácter afrancesado muy mar­cado : tolerancia, aun más acentuada durante la Regencia de doña María Cristina de Borbón, en cuyo tiempo, no sólo fueron autorizadas las máscaras, sino que se concedieron permisos a las empresas de teatros para dar bailes p\i-blicos, cosa completamente nueva enton­ces. Después... El buen gusto, la ele­gancia y el ingenio, se ausentaron de esta fiesta gentíliea, que poco a poco se convirtió en una lamentable apoteosis del percal, de la grosería y del... Valde­peñas, para irse extinguiendo, por si misma, falta de ambiente, y desplazada de los gustos y de las costumbres mo­dernos... a los que se les antoja el Car­naval una puerilidad sin interés y... una molestia.

Curro VARGA.s

Duras palabras de Pió XI contra la moda

Un insulto a los ojos de Dios y un objeto de desprecio a

los ojos del mundo —o—

RO.MA, 27.—En la sala del Consisto­rio, y en presencia de Su Santidad, ha sido leído el decreto de lieroismo y vir­tud de la venerable Isabel Canori, ma­dre de familia, romana y terciaria 1? la Orden de los Trinitarios.

El padre Francisco Javier de la In­maculada, ministro general de los Tri nitaiios, leyó un mensaje al Pontíflc", en el que exptieo la alegría de las mu­jeres y madres católicas de todo el mun­do por la exaltación de tan alto mo­delo de las virtudes propias de su con diciiin de casadas.

El Pontífice respondió subrayando lat enseñanzas de la vida de la venerable

iCanuri por la firmeza de su fidelidad I para todos sus deberes. Su ejemplo es oportunísimo en estos tia,npos de daso-

• lador debilitamiento del espíritu y de la voluntad, que se detienen ante la pri

! mera dificultad impuesta por el fleber. I lieuniendü en una sola exaltación a ¡la venerable Canori y a ¡a beata Ana María Taigi, admirables modelos de la 'vida del pensamiento y de la Acción Cristina en la familia, el Pontífice ob servó que de estos ejemplos están muy lejos tantaé pobres muchachas, tantas mujeres jóvenes, y, lo que es mucho más triste, muchas que demuestran ha ber olvidado el sentido mismo del notn bre cristiano, las primeras enseñanza.s y los primeros derechos de este 'i'>m-bre en la dignidad de la vida y (ie 'as costumbres, mostrándose con desvergon zada impudicia en el vestido, con lo qua son un insulto a los ojos de Dios y un objeto de desprecio a los ojos del mim-do. El Pontífice concluyó expresando su viva participación en la alegría común por la glorificación de la que ha sido justamente llamada Reina de la fami­lia.

Asistieron al acto los descendientes d3 la futura beata.—Dof/iTta.

Se non e vero... Coleccionista de titules

De La Croix: «Una señora americana, mistress Na-

rrie Parrot, que ha cumplido ya los se­tenta años y que es madre y abuela varias veces, se ha matriculado recien­temente en la Universidad de Florida. Piensa obtener allí un título académi­co dentro de un par de anos.

Lo más extraordinario de la señora Parrot es que ha sido toda su vida es­tudiante, y que en ia actualidad posee títulos expedidos por 25 Universidades distintas.

Otras peísonas coleccionan ."jellos de Correos; Mistress Narrie Parrot colec­ciona títulos académicos.

;,La razón de tan inusitada conduc­ta?... La propia interesada la posee; con frecuencia, en piiblico y en privado, su frase favorita es ésta :

—Estudiar hasta el fin de la vida es el mejor remedio para conservar la ju­ventud del espíritu.»

Sensibilidad olfatoria

D» Le XX SiMe: «Unos sabios americanos, que han

consagrado pacientes estudios a la cues­tión, han observado que los- hombree, en la generalidad de los casos, tienen el olfato dos veces más fino que las mu­jeres.

El ácido prúsico, por ejemplo, en una solución del 1 por 20.000. es impercep­tible para todas las mujeres, mientra» qnp la mayor parte de los hombres des-«"ubren su pre=encia en una solución mucho más débil : al 1 por lOO.OOíí

Es verdad que existen excepciones pa­ra esta ley, pero lo qtie no se puede negar es que los cocineros más célebres han sido siempre hombres, y que la gran mayoría de los gastrónomos está reclutada entre el sexo fuerte.»

C H I N J T A S ¡Metáforas'! . ¡ustedes QVi ^abcn lo

que son metáforas] Aprendan y callen. «Con alondras de oro

la noche en la marisma abre su capa de torero azul moro y con la seda la testuz empapa de la luna bicorne, grande y guapa.» Es de una fantasía que embiste.

t. ii *

De un dramaturao socialista dice el papel correspondiente:

«El compañero ha dado a la luz re­cientemente una subjetiva (i) obra de teatro pues su proposito no es escribir obras teatrales para ser representadas, sino, por el contrario, hacerlas con los mismos procedimientos que si fueran a ser representadas y dedicarlas a ser so­lamente leídas.»

Eso es. Se hacen como para que se representen. Las Empresas las recha­zan... \y a leer tocan] iQué remedio]

» * * La han tomado con el pobre Sócrates,

nachas que hay. «Si Sócrates, condenado a muerte por

el Gobierno de su país—hecho trágico—, tiene además un sistema filosófico, ;,no será tnejor modelo que otro hombre anónimo, a quien la vida haya arras­trado al mismo género de muerte?»

Hombre, si. Un reo de muerte que tie­ne, además, un sistema filosófico. De primera.

Y dense prisa a proveerse de un sis-lema de esos, porque, ya lo ven, se quedarán en hombres anónimos, si no.

Por eso la erudición es tan buena. Asi, le atropello a uno un auto, y sí

paede, dice: —Cuidado; que tengo, además, un sis­

tema filosófico. y al pelo.

» * » Un cronista ha publicadn un artículo

que se titula jViva el tópico! |Cf5mo conmueve el espectáculo de la

gratitud] * * *

Para evitar confusiones: «Una cosa es la poesía y otra la rea­

lidad, una la teoría y otra la práctica» 'ina los conceptos de libertad y bien, y ^'ira los hechos dolorosos y amargos.»

Esto lo ha compendiado maravillosa­mente la sabiduría popular, cuando di­ce : una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa...

Que también lo .habrán ustedes oído decir alguna vez.

VIESMO

Sociedad Filarmónica Estamos lejos aún de que pase el alu­

vión de conciertos. Precisamente entra­mos en un período de verdadero interés musical. La Orquesta Filarmónica, cu­yas interpretaciones en la serie pasada llegaron a la perfección, proyecta una nueva campaña en la que figuran, entre otras obras, la Sinfonía alpina, y lo que es más plausible aún, el recuerdo a lis compositores fallecidos, uno de ellos mi querido y malogrado antece­sor en estas columnas, Vicente Arregui, de quien se ejecutará el poema Historia de una madre. De otra parte, la vetera­na Sociedad Filarmónica ha hecho ve­nir al cuarteto Roth, agrupación que ya nos visitó otra vez y que, en estos momentos está un poco de moda entre los aficionados a la música moderna, por la novedad de sus programas. Los dos que presenta ahora son interesan-tí.simos, pues a más de las obras con-sa,grada6 de Mozart, Beethoven, Schúbert y Debussy, se interpreta un cuarteto de Reta Rarto!< y grupos de piezas de Cas-sella y Strawinsliy.

En el concierto de ay«r, el cuarteto Roíli, algo transformado en .sus com­ponentes, comenzó con dos joyas musi­cales, una de ellas, espléndiíia de ideas, de emoción y de transparencia, perte­neciente al divino Mozart, y la otra, el cuarteto postumo de Schtíbert, del que me he ocupado en varias ocasio­nes ppr su belleza tan sincera y tan verdad que, aun sin querer, haoe recor­dar las páginas sublimes de la Sinfo­nía incompleta. Como novedad, apare­cía en el programa el Cuarteto en la menor, de Bela Bartolt, compositor hún­garo de la moderna escuela, cuyas obras no son desconocidas de los ma­drileños. El Cuarteto en la menor data de 1908, y si he de ser sincero, diré que su obstinada línea sinuosa, del prin­cipio al flri, cansa a los pocos minutos en tal manera, que la atención se des­vía. Es música que no penetra; resbala sin dejar» huella.

El cuarteto Roth está integrado por Feri Roth y Jeno Autal (violines) ; Fe-ren Molnar (viola) y Albert van Doorn fvioloncello); los tres primeros son de Budapest, y el último de Amsterdam. iNo es una agrupación que se preocupa de grandes efectos y violentos contras­tes ; su labor es primorosa, y a cada momento, sorprentie con inesperados y lindísimos detalles de interpretaciión. En los cuartetos de Mozart y Schúbert al­canzaron grande y merecido éxito los cuatro jóvenes y simpáticos artistas.

Joaquín TURINA

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Folletín de EL DEBATE 24)

ÁNGEL RUIZ Y PAQLO

El final de una leyenda ( N O V E L A )

más que llegar y al volver una esquina, te encontra­bas con una tapada que venía hacia ti y muerta de terror se arrojat>a en tus brazos, exclamando: «¡Caballero, buen caballero, quienquiera que seáis, amparad a una dama contra el furor de un marido celoso! I. La amparabas, como era natural, con peligro de tu vida, y luego resultaba que era una duquesa hermosísima, la cual se moría de amor por el que la había salvado de la deshonra y quizá de la muertSj ¡Aquellos tiempos, aquellas encrucijadas, aquellos fa­rolillos de las capillitas, aquellas rejas! Hoy, luz eJéc-trica por bodas partes, Policía, higiene, seguridad per­sonal... da asco la vida.

La comida, tan alegre de ordinario, unas veces ame­nizada por lae divagaciones de don Diego, otras por las remembranzas de don Segismundo, por algún re­lato de cacería del mismo Carlos o de Guillermo y por las graciosas salidas y comentarios de doña Cata­lina, fué aquel día muy triste, pues aunque se apun­taba algún tema de conversación, de pronto se queda­ban todos en silencio mirando a Carlos con el rabillo del ojo, y con semblante apenado. Su profunda tris-te?a y lu de su madre, &e había comunicado a le» flemas,.

Sin embargo, apenas se levantó la mesa, Magdalena fué a reunirse con él, mostrando el rostro más risue­ño del mundo y empezó por preguntarle:

—¿Sabes tú lo que es pemmicánl Miróla Carlos, extrañado de que le hiciera tal pre­

gunta, y le contestó lo que sabía acerca de la conser­va tan empleada antiguamente por los exploradores y navegantes, y ella le manifestó, r iendo:

—Pues en eecreto te lo digo: tío Segismundo no lo sabe. Yo le oía hablar del pemmicán y le pregunté: «¿Y qué es pemmicán, tío ? Í . Se puso rojo como la grana y me ccfhtestó: «¿Querrás creer que no lo sé? Con tanto (ipemmicán» como he comido en este mundo, no sé qué es, la verdad, si bien hay que decir que yo en cosas de despensa y provisiones no me he metido nunca». Anda, alégrate, hombre. Yo te enviaré las car­tas de Inés y tú me envías a mi las tuyas: ya lo t«n-go todo organizado. Mientras estemos las dos en el campo, se las entregaré y recibiré yo misma, y cuan­do vayamos a Villañeja se las haré llegar por medio de Josefa, la nodriza. Ahora tú, piensa en aquello:

La ausencia es aire que apaga el fuego corto y enciende el grande

Así como así, en cuanto pase la temporada de vera­neo, no podrías verla, a no ser de lejos.

—¡Si yo pudiera verla alguna vez, por lejos que fue­ra—contestó Carlos.

Se le acercó Magdalena y haciéndole su caricia favorita, que era pasarle la mano por la cabeza, a contrapelo, le dijo, sonriendo:

—¿Y si la vieras en imagen? —¡Oh, entonces—exclamó Carlos impetuosamente,

—lae consideraría feliz..

Magdalena, levantando el índice a la altura de la nariz, en ademán conminatorio, le manifestó:

—Si me prometes ser buen chico y no olvidarte de tus palabras, tendrás una imagen suya, pero si con­tinúas con esa cara tristona, que tan feo te hace, no hay nada de lo dicho.

—¡Si tú hicieras eso, Magdalena!—dijo Carlos, sus­pirando.

Metióse la deliciosa muchacha la mano en el pecho y, mirando hacia la puerta, por temor de que la sor­prendieran, sacó una fotografía con el retrato de Inés y ee lo dio a su hermano.

Besóla Carlos con gozo inmenso y preguntó ansio­samente :

—¿Es para mí? ¿Te lo ha dado ella? —Yo, que pienso más en ti que tú mismo, se lo

pedí anteayer y desde ayer lo tengo... Anda, para que veas: a ti no se te había ocurrido. Ella tiene ya eJ tuyo.

Abrazóla Carlos estrechamente y la besó en ambas mejillas, enternecido y murmurando:

—Eres mi ángel bueno... —Silencio—dijo Magdalena, mirando haoia la

puerta. Entonces se presentó Clara y en un santiamén le

cosió a Carlos un escapulario del Carmen en el forro del chaleco, y tras ella entró majestuosamente su pa­dre, quien al abrazarle le puso unos billetes de Banco en la mano, como al descuido, y se alejó luego con los ojos arrasados de lágrimas, y por fin llegó la hora de la partida, y al pie del coche los abrazó Carlos uno a uno, el primero Guillermo, su hermano, quien aun­que procuraba sonreír, estaba también conmovido, y la última su madre, que con su propia pequeña y amorosa mano le hizo la señal do la c ruzen la freatC;

en la boca, en el pecho, y rompió en un sollozo. La es­cena era muy bella y el sol, que corría hacia la pues­ta, la inundaba de luz anaranjada, arrancando deste­llos encendidos del oro de los cabellos de Magdalena, quien mirando a su hermano le sonreía para infun­dirle ánimo, mientras rebeldes lágrimas corrían por sus mejillas. Y partió el coche y cruzó las tierras de La Montaña y entró en la carretera, y al llegar a lo alto de una loma divisó Carlos su casa y la de los Prado: en la azotea de La Montaña, alguien, qtíe no podía ser más que Magdalena, con un lienzo rojo ata­do a una caña, le despedía. Y en una alta ventana de la casa de los Prado, un pañuelito blanco se agitaba, se agitaba... Desde el coche les envió Carlos con la mano un beso en que iba su corazón,,

XIII

Lo más hermoso de la quinta de El Olivar era la es­pléndida galería que corría de un extremo al otro del edificio y dominaba por un lado el mar, por otro la planicie hasta Villañeja y sólo el encinar de los Mon­taña le cerraba la vista hacia el sudeste. En verano era la galería tan fresca, tan resguardada del sol, ya por un lado, ya por otro, y estaba, además, rodeada de tantos árboles, que era una delicia pasar en ella aun las horas de más ardor, y por la noche la velada a la luz de la luna o las estrellas. Ello no obstante, Lo­renzo de Prado, señor de la hermosa quinta, hombre muy poco contemplativo y más dado a la conversación que a la lectura, se aburría en ella y se dormía plá­cidamente en su sillón de mimbres en cuanto el apar­

cero, el guardabosque o el viñador, que acudían a darle tertulia, se retiraban a descansar o se dormían al par de él, por falla de temas o porque le vieran a él dormitando. Cazaba mucho, montaba algo, reco­rría sus otras fincas y todos los días, al anochecer, su coche le llevaba a Villañeja para matar un par de ho­ras en el casino, un casino sin nombre, sin reglamen­to, ni presidente ni "junta ni nada, en cuyos altos se jugaba en invierno y en cuyos bajos despotricaban en toda estación los veinticinco o treinta desocupados de la ciudad. Así le asparan tenia que hacer su visi­ta al casinito, y en invierno allá se iba después de co­mer para no volver a su casa hasta la hora de cenar,-

Aquel saloncito, de ocho o diez metros de fondo y de cuatro a seis de ancho, situado en el punto más céntrico de la ciudad, con tantas puertas y ventanas y un soportal, que más que casa parecía una pajare­ra, era el foco u hogar adonde convergían todos los chismes de la ciudad, donde se los adornaba con fle­cos y alamares y donde, cuando no los había, se in­ventaban ; y como los habituales concurrentes tenían que estar codo con codo en tan reducido espacio, ni había fronteras entre las clases sociales (la media y la aristocrática) ni era posible mantener vivas las diferencias que fuera de allí los separaban. Así se daba el caso frecuente de que al lado de don Tomás Montaña se sentara don Lorenzo de Prado y de que en una misma conversación tomaran parte, aunque sin dirigirse la palabra, éste y Guillermo Montaña.; Considerábase, pues, el casinito, como terreno neu­tral entre las dos familias y aun para otras no menos distanciadas por resquemores recientes o añejos; pe­ro lo más notable era que allí se comentaba en pre-

(Continuará.)]