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El libro comienza haciendo la distinción entre lo que es el pensamiento común o popular de las personas por un lado que no duda de la realidad que ella cree y, por otro, la ciencia de la Filosofía que es un cuestionamiento epistemológico acerca de qué es lo que concebimos como conocimiento y realidad. Luego comienza a hablar de la Sociología, ubicándose esta al medio de las dos oposiciones antes mencionadas, siendo una Ciencia que estudia comparando, por ejemplo, lo que una sociedad ve como real en comparación a otras en la cual tal realidad no tiene existencia. Posteriormente, emplea el término “sociología del conocimiento” rescatando conceptos de Marx y criticando un poco la mal- interpretación hecha al mismo. Conceptos tales como “ideología” y “falsa conciencia”, siendo estos las ideas que sirven como arma para los intereses sociales por un lado, y el pensamiento alejado del verdadero ser social del que piensa, por otro lado, respectivamente. Luego comienza a aterrizar los conceptos de infra-estructura y súper-estructura de Marx también mal- interpretados, criticando el carácter mecanicista y poco dialéctico que se le dieron a estos términos aquellos que criticaron a Marx. Esto refleja cierto determinismo económico. Además se rescata lo que Nietzsche señaló de que la falsa conciencia, es decir, llamémosle anti-idealismo; engaño; auto- engaño; o la ilusión son aspectos necesarios para la vida. Además, rescata el papel de la utopía también como una imagen distorsionada de la realidad como la ideología, pero a diferencia del poder dinámico que tiene para movilizar un cambio en la realidad. A juicio personal y considerando el psicoanálisis, debo aportar de que tanto las imágenes reales en sí (no en estricto rigor) como las simbólicas o fantasiosas poseen un efecto real en la persona, como es el caso por ejemplo del psicótico en el cual si bien su concepción de la realidad es más bien alterada, no deja de ser una verdad para él. Luego señala que para el estudio de la realidad de la vida cotidiana se requiere de un análisis de la experiencia cotidiana en sí de las personas, más no del estudio de

El Libro Comienza Haciendo La Distinción Entre Lo Que Es El Pensamiento Común o Popular de Las Personas Por Un Lado Que No Duda de La Realidad Que Ella Cree y

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cuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabbacuando estab a muy lejos yo me di cuenta de, de que la amabba

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El libro comienza haciendo la distinción entre lo que es el pensamiento común o popular de las personas por un lado que no duda de la realidad que ella cree y, por otro, la ciencia de la Filosofía que es un cuestionamiento epistemológico acerca de qué es lo que concebimos como conocimiento y realidad. Luego comienza a hablar de la Sociología, ubicándose esta al medio de las dos oposiciones antes mencionadas, siendo una Ciencia que estudia comparando, por ejemplo, lo que una sociedad ve como real en comparación a otras en la cual tal realidad no tiene existencia. Posteriormente, emplea el término “sociología del conocimiento” rescatando conceptos de Marx y criticando un poco la mal-interpretación hecha al mismo. Conceptos tales como “ideología” y “falsa conciencia”, siendo estos las ideas que sirven como arma para los intereses sociales por un lado, y el pensamiento alejado del verdadero ser social del que piensa, por otro lado, respectivamente. Luego comienza a aterrizar los conceptos de infra-estructura y súper-estructura de Marx también mal-interpretados, criticando el carácter mecanicista y poco dialéctico que se le dieron a estos términos aquellos que criticaron a Marx. Esto refleja cierto determinismo económico. Además se rescata lo que Nietzsche señaló de que la falsa conciencia, es decir, llamémosle anti-idealismo; engaño; auto-engaño; o la ilusión son aspectos necesarios para la vida. Además, rescata el papel de la utopía también como una imagen distorsionada de la realidad como la ideología, pero a diferencia del poder dinámico que tiene para movilizar un cambio en la realidad. A juicio personal y considerando el psicoanálisis, debo aportar de que tanto las imágenes reales en sí (no en estricto rigor) como las simbólicas o fantasiosas poseen un efecto real en la persona, como es el caso por ejemplo del psicótico en el cual si bien su concepción de la realidad es más bien alterada, no deja de ser una verdad para él. Luego señala que para el estudio de la realidad de la vida cotidiana se requiere de un análisis de la experiencia cotidiana en sí de las personas, más no del estudio de la filosofía o los mercaderes de las ideas, por lo que se le da un énfasis a los fenómenos particulares que se dan, lo cual es coherente con los conceptos que he abordado como micro-fascismo, micro-poder, etc., como una realidad concebida en los dispositivos sublimes y casi desapercibidos para las grandes teorías y que se manifiestan en la vida cotidiana como actitudes aparentemente de pormenor envergadura. La realidad para la vida cotidiana se da por establecida por sus partícipes, por lo que será necesario investigar los fundamentos del conocimiento de la vida cotidiana por medio del cual se construye el sentido común.