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REVISION
Endofugas tipo II tras tratamiento endovascular de los aneurismas de aorta abdominal: incidencia, factores
predisponentes, pruebas diagnosticas, indicaciones y alternativas terapeuticas
J.M. Gutierrez-Julian, A.A. Zanabili Al-Sibbai
ENDOFUGAS T1PO II TRAS TRATAMIENTO ENDOVASCULAR DE LOS ANEURISMAS
DE AORTA ABDOMINAL: INClDENCIA, FACTORES PREDlSPONENTES,
PRUEBAS DlAGNOSTlCAS, INDlCAClONES Y ALTERNATIVAS TERAPEUTICAS
Resumen. Introducci6n. Los procedimienlos endovasculares de 10.1' aneurisl11as de aorla abdominal, pOl' su menor agre
sividad y sus resullados sati.y/actorios a corio plazo, se han conslituido como una alraetiva alternaliva lerapeutiea. Han
aparecido nuevas complicaciones 110 conocidas en la cirugia convencional, las mcisf;'ecuenles las end(dilgas, cuya inci
dencia varia entre un 10-50% de los pacientes Iralados. Su irnporlancia radicci en que pueden numlener la presurizaci(5n
del saco y, por tanio, el riesgo de su ruplura. Las end(~/ilgas lipo ll, debidas al relleno retn5grado del saco aneurismdlico
desde una arleria colalered, eonsliluyen el subgrupo mcis/;-ecuente (8-4YYo). Objetivo. Revisal' su eliopatogenia y evolu
ch5n, las tecnicas de imagen para elseguimiento y las indieaciones y allernativas de lralamienlo. Desarrollo. Considera
da la bibliogra/fa publicada, se oblienen los principales resultados: la lI1ayorfa de las end(Jji,lgas lipo II es Iransiloria
(33-79,9%), es deci!; se resuelve esponlcineamenle. Sc5lo un pequeiio porcentaje de elias produce presllrizach5n del saw
aneurismcllico y compo ria riesgo de ruptum, que es el que debe corregirse. La angiolOinogrq/fa axial computarizada
conlirnia siendo el metodo de seguimienlo mels ulilizado de los pacienles somelidos a reparacil5n endovlIscular de los
aneurismas de aorta abdominal. Frecuentemenle, la correeeic5n de esle lipo de endo/ilgas puede hacerse mediante trata
mienlo igualm,ente endovascular 0 escasamel1le invasivo, especificclndose posibles vias de abordaje y maleriales que se
deben U1iliz({l: Conclusion. EI aurnento sign(jiealivo del dielmelro es la indicaci!5n 111(1.1' aeeplada de reparaeil5n de una en
do./ilga lipo n. El numejo de las diversas lecnieas posibles de correccil5n pennile realizarla,/i'eellenlemenle con melodos endovaseulares ° escasamente inv{[sivo.l'. (ANGIOLOGiA 2009; 61: 195-2041
Palabras clave. Aneurisl71a de aorta abdominal. Embo/izacil5n. Endofilga. Endofi.lgas flj)o n. EndoplY5lesis. Reparaci(5n endov((seu la J:
Aceplado lras rel'isil5n exlema: 26.06/)9.
Serl'icio de Angiolog(a y Cimg(a VosclIl{/}: /1ospiral Universilario Celllmi de ASllIrias. ()l'iedo, ASlllrios, Espaiio.
Correspolldcncia: J)/: .lose M. GlIlierrez Julilin. Serl'icio de Angiolog(o v Cirug(a VosclIl{/}: /10,lpilill Universilario Celllmi de Aslllrios. Celeslino Villalllil, .1'/11. E-33006 Oviedo (Aslllrias). E-lIwil:josemoria. g ({ I ie I'rez. (f{) sespa.pri Ileas!, (!S
Agradecilllienlos, AI J)/: Florellcio Vega (allgiorradir5logo), pOl' su ('onlriIJllcil511 delerminallle )' t!esinlercsada en la resolllcir511 de los ca.1'0.1' Y .I'll apor!acirJn/ill/(lallielllal en los illlligenes pllblicat!as.
@ 2009. ANGIOLOGiA
Introducci6n
La menor agresividad de los procedimientos en do
vasculares y sus resultados satisfactorios a corto y
medio plazo, comparables con la cirugfa convencio
nal, han hecho del tratamiento endovascular de los
aneurismas de aorta abdominal una atractiva alterna
tiva terapeutica para much os pacientes. Sin embargo,
......................................................................... ANGIOLOGiA 2009; 61 (4): 195-204 195
J. M. GUTIERREZ-JULIAN, ET AL
es una tecnica que prec isa, por el mo
mento, de estri ctos controles median
te tecnicas de imagen de los pac ientes,
puesto que se han descrito nuevas
co mpli cac iones no conocidas hasta
ahora en la c irugfa convencional. De
todas elias, la presenc ia de endofugas
es la mas frecuente, descritas por pri
mera vez por White et al en 1996 [I] .
Tabla. Clasif icaci6n de las endofugas.
La endofu ga se define co mo la
persi stencia de f1uj o arte rial dentro
del saco aneurismatico tras e l impl an-
te de la endopr6tes is, y su incidencia
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Tipo IV
TipoV o
endotensi6n
varfa entre e l 10-50% de los cas os en los que se rea l i
za este tratamiento [2,3].
La importancia de las endofugas se debe a que, en
algunos casos, pueden mantener la presuri zac i6n de l
saco y, por tanto, el ri esgo de su ruptura.
Ex isten di stintos tipos de endofugas, segun la
causa que las origine, tal como aparece en la tab la.
Ademas, las endofugas, segun e l momenta de
apari c i6n, se pueden c lasificar en primarias (tempra
nas), que son aquellas que aparecen en los 30 prime
ros dfas tras la implantac i6n de la endopr6tes is, 0 se
cundari as (tardfas), las que aparecen trascurrido e l
primer mes despues de la intervenci6n.
Se revisan las endofugas tipo II, considerando su
incidenc ia , prevalencia y factores pred ispo nentes,
las pruebas de imagen mas adecuadas para su diag
n6stico y seguimiento, y, ademas, las indicaciones y
alternativas para su tratam iento.
Incidencia y factores predisponentes
Flujo sanguineo periprotesico causado por el inadecuado
se llado del stent proximal (Ia) 0 distal (Ib)
Flujo retrogrado de arterias colaterales, arteria mesenterica inferior (1I a), arterias lumbares (l ib), etc.
Flujo debido a desconexi6n entre los componentes de la endopr6tesis (Ilia) 0 desgarro de la te la (1 IIb)
Flujo a traves de la porosidad de la te la
Aumento del sa co del aneurisma sin evidencia
de endofuga
referido a traves de otras arteri as, como la sacra me
dia [8], las polares rena les [9] 0 las hipogastri cas [10] .
Actual mente, todavfa se desconoce con exactitud
la hi storia natura l de las endofugas tipo II, debido,
entre otros factores , a la relativa 'corta vida' de las
tecnicas endovasculares, y consecuentemente a su
seguimiento todavfa limitado en e l tiempo, as f como
a la variabilidad en su manejo entre los distintos
equipos. Parece, sin embargo, que la endofuga tipo II
comporta una tasa de ruptura acumulada baja, men or
del 2% por endofuga, por pac iente y por ano [II].
Existe tambien di sparidad de las tecnicas de imagen
utili zadas en su seguimiento. Por todo e llo, su signi
ficado c lfnico es todavfa incierto y su manejo tera
peutico, controvertido.
Boult et al [L 2] encontraron una re lac i6n estadfs
ticamente signi ficativa entre e l sexo masculino y la
c1asificaci6n ASA con la apari c i6n de endofugas tipo
II . Tambien la edad se re lacion6 con la aparici6n de
las endofugas tipo II en un estudio de van M arrewijk
et al [4] yen e l de Lange et al [L 3] , basado en e l re-
g istro EUROSTAR, que compararon los resultados
La endofuga tipo II es la mas frec uente. Su inciden- de l tratamiento endovascular entre menores y mayo
cia se encuentra entre e l 8-45% de l total de endofu- res de 80 anos, y encontraron que los porcentajes de
gas en las di stintas series [4-7]. endofugas en genera l y las tipo II en particular son
Las mas frecuentes se deben al relleno retr6grado mas frecuentes en los pacientes octogenarios.
del saco aneurismatico desde la arteria mesenterica Varios trabajos [1 4- 16] muestran c6mo la per
inferior y/o arterias lumbares, aunque tambien se han meabilidad de la arteria mesenteri ca inferior y de las
.......... ... . ....... .............. .... ... . ................. . . .. .. . . ....... . 196 ANG IOLOGfA 2009; 6 1 (4): 195-204
............................................................................
arterias lumbares son factores predictivos de endofu
ga tipo II.
Algunos grupos han considerado como factores
protectores el habito tabaquico, la insuficiencia renal
y un fndice tobil1o/brazo menor de 0,87 14,17].
Pruebas de imagen
En el momento actual, las pruebas de imagen son la
mejor herramienta para evaluar el resultado de la re
paracion endovascular de los aneurism as de aorta ab
dominal y realizar posteriormente su monitorizacion
o seguimiento. La prueba diagnostica ideal para el
seguimiento debe evaluar al menos tres panlmetros:
medicion del diametro maximo del aneurisma, de
teccion y clasificacion dc las endofugas, y descubri
miento de posibles defectos de la endoprotesis, como
trombosis, estenosis, etc.
EI cambio en el tamano del aneurisma durante el
seguimiento supone un reflejo del exito del traUl
l11iento. Las modificaciones en el di,lmetro del aneu
risl11a son el parametro mLls utilizado para el segui
miento del tamano del aneurisma. Un descenso gra
dual en el di,lmetro del aneurisma indica una dismi
nucion del riesgo de ruptura [7], y un aumento del
diametro se relaciona con un riesgo continuado 0
mantenido de ruptura del mismo ]18].
'Hlmbien se utiliza el volumen del aneurisma, y
este es mas exacto y con menor variabilidad inter e
intraobservador que la medicion del di,lmetro sola
mente [19,20]. Sin embargo, continua discutiendose
la superioridad pnictica de la medici6n del volumen
en el seguimiento.
La radiografia simple anteroposterior y lateral es
util para evaluar alteraciones estructurales de las en
dopr6tesis, como fracturas y migraciones. Es una
prueba diagnostica economica y facilmente disponi
ble, aunque no permite valorar el diLlmetro de las
aneurismas y las endofugas, por 10 que no se puede
utilizar de manera aislada para el seguimiento .
ENDOFUGAS TIPO II TRAS TRA'TAMIENT'O ENDOVASCULAR
EI eco-Doppler, prueba utilizada para el cribado
de los aneurisl11as de aorta abdominal, puede tam
bien utilizarse para el seguimiento de estos procedi
mientos. Es una prueba economica e inocua, sin ex
posici6n a radiacion ni a contrastes ionizantes.
En la medici6n del diametro del aneurisma, el
eco-Doppler ofrece di,lmetros algo l11enores y pre
senta mayor variabilidad intra e interobservador en
comparacion con la tomograffa axial computarizada
(TAC) 121]. Para la detecci6n de las endofugas es
preciso utilizar el eco-Doppler color y el power
Doppler. Su especificidad en la deteccion de las en
dofugas es alta (89-97%), pOI' 10 que algunos artfcu
los [22,23] apoyan su valor en su detecci6n, pero la
sensibilidad, menor [24,25] en comparacion con el
angio-TAC, continua ofreciendo dudas como unico
metodo de seguimiento. Dos metaamllisis [26,27]
concluyen que el eco-Doppler color presenta un va
lor escaso en la detecci6n de las endofugas, Sin em
bargo, con la ayuda del eco-Doppler se puede cono
cer la direcci6n del f1ujo de las endofugas, dato que
no es facil de valorar con la angio-TAC y resulta util
para su manejo terapeutico. Parent et al [28] han rela
cionado el patron de la onda con el tipo de endofuga
tipo II: un patron de to and./i'o se relaciona con en do
fugas transitorias, y un patr6n monofasico y bifasico
con endofugas permanentes. Las principales limita
ciones del eco-Doppler son la dependencia que tiene
la prueba del explorador, de la maquina y de la pro
pia constitucion fisica del paciente. Futuros avances
tecnol6gicos pueden mejorar estas limitaciones.
EI ecocontraste mejora significativamente la sen
sibilidad en la detecci6n de las endofugas [29-31],
aunque no hay evidencias del valor del eco-Doppler
con ecocontraste en el seguimiento de la reparacion
endovascular de los aneurismas de aorta abdominal.
En el momento actual, debido a las Iimitaciones
anteriormente mencionadas del eco-Doppler y la in
formacion, asimismo, limitada que ofrece esta prue
ba sobre la integridad de la endoprotesis, no parece
oportLino su L1S0 exclusivo para el seguimiento de es-
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ANGIOLOGfA 2009: 61 (4): 195-204 197
............................................................................ J.M. GUTIl',RREZ-.lULlAN, ET AL
ta patologfa. Sf podrfa ser una buena alternativa en
pacientes con insuficiencia renal cronica en combi
nacion con una TAC sin contraste 0 en pacientes que
presentan alergia al contraste yodado. La angio-TAC cs la prueba mas utilizada para el
seguimiento de la reparacion endovascular de los
aneurismas de aorta abdominal, debido a su extensa
disponibilidad, rapida realizacion y alto valor diag
nostico. Los mayores inconvenientes son la radia
cion, la nefrotoxicidad debida al contraste yodado y
su coste (Fig. I). La angio-TAC es el patr6n de referencia para la
medici6n del diametro de los aneurismas, con cerca
del 100% de sensibilidad y especificidad. Su sensibi
!idad y especificidad para la detecci6n de endofugas,
del 92 y 90% para la angio-TAC, es mejor que la de
la angiograffa convencional, del 63 y 77%, respecti
vamente [32,33]. A pesar de los buenos resultados de
la angio-TAC para la detecci6n de endofugas, es diff
cil conocer la direcci6n del flujo de las endofugas.
Los protocolos de TAC utilizados en cada centro
para la detecci6n de endofugas varfan: los estudios
pueden realizarse con una fase arterial solo, bifasico
(una primera fase sin contraste endovenoso y una se
gunda con contraste, 0 una primera fase con contras
te seguida de una fase retard ada) y trifasico (una pri
mera fase sin contraste, una segunda fase con con
traste y una ultima con retardo). La realizaci6n de una TAC sin contraste es util
para diferenciar endofugas de calcificaciones dentro
del saco aneurismatico. Stavropoulos y Charagundla
[34] recomiendan su realizaci6n en el primer control
tras la implantaci6n de la endoprotesis.
La realizaci6n de una fase retard ada ayuda a la
identificacion de pequefias endofugas que pasan desa
percibidas en la fase arterial. Un estudio del EURO
STAR [17] sugiere que una angio-TAC con rase retar
dada y cortes de 3 mm es la mejor tecnica para la de
teccion de reperfusi6n a traves de colaterales. No hay
consenso acerca del tiempo de retardo tras la inyec
ci6n del bolo de contraste, que varfa entre 60 y 300 s .
Figura 1. Eco-Doppler (a) y angiotornografia axial cornputarizada (b) en los que se observa endofuga tipo II, en ambas imagenes, dependiente de la arteria mesenterica inferior.
Otra alternativa es la angiorresonancia magnetica
(angio-RM), cuya fiabilidad en las mediciones del
diametro a6rtico es equiparable a la de la angio-TAC.
Cejna et al [35], en su estudio, concluyen que la an
gio-RM es, al menos, tan sensible como la angio-TAC
bifasica para la detecci6n de endofugas tipo I Y Ill, y
mas sensible para la detecci6n de endofugas tipo II. La ventaja de la angio-RM es la ausencia de radia
ci6n, y puede recomendarse en pacientes j6venes y/o
con insuficiencia renal moderada. Sin embargo, tiene
algunas limitaciones: no puede utilizarse con todos
los tipos de endopr6tesis y algunos contrastes con ga
dolinio se han relacionado con fibrosis sistemica, des
aconsejandose su utilizaci6n en pacientes con in sufi
ciencia renal avanzada y en pacientes en dialisis [36].
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 ANGJOLOGiA 2009: 61 (4): J95-204
f ............................................................................
Existen pocos estudios acerca de dispositivos que
miden la presion dentro del saco aneurismatico [37],
pero muestran buena correlacion entre la reduccion
de tamafio del saco aneurismatico y la reduccion de
su presion. En el futuro, estos sistemas pueden ayu
dar al diagnostico y caracterizacion de las endofugas
y a disminuir las pruebas de imagen para el segui
miento de las reparaciones endovasculares.
Indicaciones de correcci6n y alternativas terapeuticas
Hay consenso sobre la necesidad de tratamiento de las
endofugas tipo I y III; sin embargo, el manejo de las en
dofugas tipo II continua siendo controvertido. Mu
chos autores han publicado un curso benigno de estas
[38-40], debido a que la mayorfa de las endofugas ti
po II desaparece espontc'ineamente durante el segui
miento, sin lIegar a acuerdos en el porcentaje. Stein
metz et al [111 refieren una desaparicion espontc'inea
de un 62% de las endofugas tipo I1 en seis meses, y es
timan una tasa de ruptura acumulada baja, del 1,8°K)
por endofuga, pOI' paciente y pOI' ailo, mientras Parent
et al [29] rebajan la desaparicion referida al 36%.
Esta naturaleza benigna resulta dudosa para otros
grupos, que han demostrado un crecimiento del saco
aneurismatico asociado a la endofuga tipo II [4], y
lIegan incluso en algunos casos a la ruptura aneuris
matica [41,42]. Existen todavfa algunos mas [43,44]
que consideran que las endofugas permanentes oca
sionan una continua presurizacion del saco y su cre
cimiento, abogando pOI' un tratamiento agresivo para
la obliteracion de las endofugas tipo II.
La mayor parte de los grupos defiende una actitud
mas conservadora: van Marrewijk et al [4] y Stein
metz et al [11] prefieren realizar un seguimiento de
las endofugas tipo II, y tratar solo aquellas que se aso
cian a un crecimiento mantenido del saco. Estos ulti
mos autores afirman que esta actitud es la alternativa
mas segura y con mejor relacion coste-efectividad .
ENDOFUGAS T!PO II TRAS TRATAMIENTO ENDOVASCULAR
En un metaanalisis con un total de 10 estudios y
2.617 reparaciones endovasculares de aneurisma de
aorta abdominal realizado pOI' Gelfand et al [45], se
concluye que deben tratarse aquellas endofugas tipo
II en las que se evidencia un aumento del aneurisma
durante seis meses, aquellas endofugas persistentes
durante 12 meses 0 aquellas en las que la presion den
tro del saco sea mayor al 20% de la presion sistolica.
Distintos grupos [46,47] abogan pOI' un tratcl
miento preventivo de las endofugas tipo II antes del
implante de la endoprotesis. Existen autores [48,49]
que embolizan las colaterales permeablcs previa
mente a la implantacion. La ventaja fundamental
consiste en la mayor facilidad en la embolizacion de
la colateral permeable antes de la reparacion del
aneurisma. Sin embargo -como se ha reiterado pre
viamente-, solo una minorfa de los pacientes con co
laterales permeables precisara tratamiento de la en
dofuga tipo II durante el seguimiento. No parece, pOI'
tanto, recomendable una embolizacion sistematica
de las colaterales permeables antes de la reparacion
endovascular, debido, fundamental mente, a que esta
tecnica no estcl libre de riesgos y, ademas, muchas
colaterales permeables desaparecen de manera es
pontclnea tras la reparacion. Una alternativa a la em
bolizacion es el llenado del saco aneurismatico con
material trombogenico durante la reparacion endo
vascular [50].
Tampoco hay certeza sobre la mejor tecnica para
el tratamiento de las endofugas tipo n. Existen dis
tintas alternativas, tanto en el metodo como en el ma
terial que hay que utilizar, que deben seleccionarse
dependiendo de las caracterfsticas estructurales de la
endofuga. Solfs et al [43] clasifican las endofugas ti
po II en 'simples', aquellas con una unica arteria en
comunicacion con el aneurisma, y 'complejas',
aquellas con varios vasos; tambien hablan de 'anas
tomosis retiforme' en aquellas con una red de peque
fias colaterales y 'anastomosis dominante' en aque
lias endofugas tipo II con una gran arteria aferente al
aneurisma. Las endofugas con 'anastomosis domi-
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ANGIOLOGIA 2009; 61 (4); 195-204 199
-----------------------------............................................................................ J.M. GUTI(mREZ-JULlAN. ET AL
nante' te6ricamente transmiten
mayor presi6n arterial y, pOI' 10
tanto, mayor riesgo de creci
miento del aneurisma y poste
rior ruptura en comparaci6n con
las endofugas con 'anastomosis
retiforme' .
Vias de abordaje para correcci6n de Ia endofuga
En 1997, van Schie et al\51 ] refi-
Figura 2. Ernbolizaci6n transarterial de la arteria rnesenterica inferior (AMI). a) Se observa endofuga tipo II a traves de la AMI con el rnicrocateter en la arcada de Riolano; b) Ernbolizaci6n con Onyx ® -a traves del rnisrno microcateter- del origen de la AMI.
rieron la primera embolizaci6n
transarterial de una endofuga tipo II permanente -con
exito- originada en una arteria mesenterica inferior
permeable. En el abordaje transarterial, se debe em
bolizar selectivamente la arteria permeable a1'erente
en su entrada en el saco aneurismMico. Es recomen
dable heparinizar durante el procedimiento, e incluso
la utilizaci6n de vasodilatadores antes de la cateteriza
ci6n de la arteria para prevenir el vasoespasmo \52\.
La arteria mesenterica inferior puede abordarse a
traves de la cateterizaci6n de la arteria mesenterica
superior, atravesando primero la arteria c6lica media
y despues la arteria marginal 0 la arcada de Riolano
(Fig. 2). Para embolizar una arteria lumbar, se intenta ca-
nalizar la arteria hipogclstrica y a traves de la arteria
iliolumbar 0 de las arterias ilfacas circunflejas se ac
cede a la lumbar correspondiente.
Todos los estudios sobre embolizaci6n transarte
rial reunen, hasta la 1'echa, un numero muy limitado
de pacientes y sus resultados de exclusi6n del aneu
risma en los con troles de imagen durante el segui
miento resultan muy dispares, entre el 9-1 OO°Ic) \47,
53\. Muchos autores han publicado mejores resulta
dos en la embolizaci6n de la arteria mesenterica infe
rior en comparaci6n con la embolizaci6n de las arte
rias lumbares. Los 1'allos en la embolizaci6n transar
terial se deben a la persistencia de f1ujo a traves de
los coils, a colaterales retiformes alrededor de la ar
teria embolizada y ala aparici6n de una nueva endo
fuga tipo II durante el seguimiento. No es aconseja
ble la utilizaci6n de esta tecnica en endofugas com
plejas y en las endofugas tipo II con anastomosis re
tiforme, ya que es necesaria la oclusi6n de todas las
arterias aferentes para evitar el crecimiento del aneu
risma y la posible ruptura \54\.
Las endofugas tipo II tambien pueden tratarse
mediante embolizaci6n translumbar (Fig. 3). En este
caso, no es necesario tratar de manera individual las
arterias aferentes que alimentan la endofuga, pero sf,
en cambio, interrumpir la comunicaci6n entre elias.
Para el abordaje translumbar, el paciente se coloca en
decLibito prono. Basandose en marcas determinadas
pOI' una angio-TAC periprocedimiento, el acceso
percutclneo del aneurisma se realiza bajo f1uorosco
pia 0 TAC a traves de una punci6n laterodorsal por la
vfa utilizada por Dos Santos para la aortoarteriogra
ffa. Tras acceder al aneurisma, se avanza la aguja
hasta obtener flujo sangufneo que confirma que su
punta se encuentra en la endofuga. Uno de los ries
gos del acceso translumbar es la punci6n de la endo
pr6tesis y provocar una endofuga tipo III. EI sangra
do tras la retirada de la aguja es otra complicaci6n,
sobre to do en aneurism as muy calcificados [55]. Se
pueden producir hematomas retroperitoneales, aun-
............................................................................ ANGIOLOGfA 2009; 61 (4): 195-204
200
ENDOFUGAS TIPO II TR;\S TRATAMIENTO ENDOVASCULAR
Entre los difcrentcs tipos de
coils, destacan los electrolarga
bles, cuyas principales ventajas
con respecto a los tradicionales
son la posibilidad de reposici6n
y/o retirada, y la precisi6n en la
colocaci6n, porque no se necesi
tan movimientos mecanicos en
la suelta.
Figura 3. Embolizaci6n translumbar mediante fluoroscopia de endofuga tipo II compleja. a) Se visualiza la endofuga compleja de la arteria polar del ril16n izquierdo y las arterias lumbares -·mediante inyecci6n directa de contraste en la endofuga- realizada a traves del sistema de punci6n; b) Se observa, ademas, una segunda punci6n en 13 parte superior de la endofuga -igualmente directa del saco-, a traves de la cual se introduce un microcateter para la difusi6n del Onyx ® en esa zona superior.
Alternativas quirurgicas abiertas
Los primeros artfculos describfan
la conversi6n quirurgica abierta
con complicaciones graves y fre
cuentes [60-62]. Hinchliffe et al
que suelen ser asintomaticos y autolimitados. Baum
et al 144] y Rhee et al [6] se posicionan a favor del
tratamiento translumbar para la mayorfa de las endo
fugas tipo II, sobre todo para aqucllas con multiples
colatcrales y 'retiformes'.
Tambicn existen referencias bibliogrMicas sobre
cl acceso transabdominal con la ayuda de la ecograffa
[561. Otra opci6n, mucho menos utilizada, es el acce
so transcava, en el cual es necesario que la vena cava
se encuentre adyacente al saco aneurismMico 157].
Material de e11lbolizaci6n
Para la embolizaci6n habitual mente se utilizan coils,
aunque existen otros materiales trombogcnicos, co
mo los Jfquidos adhesivos (trombina 0 metacrilato ti
po Hystoacril ®) y partfculas embolicas no adhesivas
(un ejemplo es una mezcla de alcohol con dimetilsul
f6xido conocido como Onyx ®). La ventaja de los Jf
quidos trombogcnicos es su facil difusi6n en el saco
aneurismMico, adem as de no causar artefactos en las
angio-TAC posteriores. Se ha refericlo que la utiliza
ci6n de estos Jfquidos puede ocasionar colitis isquc
mica, neuropatfa isqucmica del nervio ciMico y para
plejfa [52,58,59],
ANGIOLOGfA 2009; 61 (4): 195-204
[63] fueron los primeros en proponer la alternativa de
la sacotomfa y la ligadura de las arterias colaterales a
travcs de un abordaje transpcritoneal. Kolvenbach et
al 164] publicaron su experiencia en 12 pacientes, re
alizando mediante laparoscopia un 'c1ipaje' de las ar
terias lumbares, retirada de trombo del saco y fijaci6n
mediante sutura externa de la endopr6tesis en el cue-
110 a6rtico. En la actualidad, se utilizan muy excep
cionalmente en la correcci6n de las endofugas tipo II.
Conclusion
La angio-TAC continua siendo el mctodo de segui
miento m,\s utilizado de los pacientes someticlos a re
paraci6n cnclovascular de los aneurismas de aorta ab
dominal, aunque existen otros alternativos con me
nor morbilidad.
La indicaci6n mas aceptada para la reparaci6n de
una endofuga tipo II es un aumento significativo del
diametro del aneurisma.
EI manejo de las diversas tccnicas de correcci6n
permite realizar la mas aclecuada, en muchos casos,
con mctodos endovasculares 0 cscasamente invasivos.
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TYPE /I ENDOLEAKS FOLLOWING THE ENDOVASCULAR TREATMENT OF ABDOMINAL AORTIC ANEURYSMS: INCIDENCE, PREDISPOSING FACTORS,
DIAGNOSTIC TESTS, INDICATIONS AND THERAPEUTIC ALTERNATIVES
SIl/ll/lUUY. Introduction. Th e lower degree of invasiveness and sati.slactory short-term results of en do vascular procedures has made them an attractive therapeutic alternative in the treatment of abdominal aortic aneurysms. New, previously unknown complications have appeared in conventional surgel)', the mostFequent being endoleaks, with an incidence that varies between JO to 50% of patients who are treated. Th eir importance lies in the fact that they can maintain the pressurisation of the sac and therefore the risk of rupture. Retrograde filling of the aneurysmal sac .Iim11 a collateral artery makes type /I endoleaks the most ./i"equent subgroup (8 to 45%). Aim. To review their aetiopathogenesis and course, the imaging techniques that can be used in the follow -up, and the indications and alternatives for treatrnent. Development. The following are the main.lindings resulting .Iinm a review of the literature: most type II endoleaks are transient (33-79.9%), that is to say, they disappear spontaneously. Only a small percentage of them produce pressurisation of the aneurysmal sac and entail a risk of rupture, and these are the ones that need to be corrected. Computerised axial tomographic angiography continues to be the rnost widely used method offollow-up in patients who have undergone endovascular repair of abdominal aortic aneurysms. Correction of this type of endoleaks can op en be carried out by means o.feither endovascular or scarcely invasive treatment, in which the surgical approaches and materials to be used are both specified. Conclusions. A significant increase in diameter is the most widely accepted indication for repairing a type II endoleak. Managem.ent o.f the difFerent corrective techniques that are available allow it to be pel/ormed on a ./i"equent basis using endovascular or scarcely invasive methods. [ANGIOLOGiA 2009; 61: / 95-204 J Key words. Abdominal aortic aneul)'srn. Embolisation. Endoleak. Endovascular repail: Stent. Type II endoleaks.
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