20
ESTRELLA POLICIAL PUBLICACIÓN DEL COLEGIO DE GENERALES DE LA POLICÍA NACIONAL DE COLOMBIA AÑO 5 / EDICIÓN 14 / AGOSTO DE 2015 / BOGOTÁ D,C. - COLOMBIA / ISSN 1909-0269 “La credibilidad y confianza en nuestras instituciones, es un invaluable patrimonio moral que ha significado la sinergia y la estabilidad de nuestro Estado de Derecho.” Los héroes de la Patria El Policía “… quien pertenece al cuerpo de Policía tiene que saber, mejor que la inmensa mayoría de sus compatriotas, cuál es la ley y cómo opera. Tiene qué conocer lo que el propio pueblo, su mandante, muchas veces ignora. Y tiene que ser, ante todo, un maestro de su pueblo. Por eso la misión de la Policía es la más alta, la más noble, la más importante, porque para la inmensa masa humana la única autoridad con la cual se Encuentra a diario y que representa para ella todo el poder, es la Policía. El gobierno, para muchos de nuestros com- patriotas, no es sino la Policía”. Alberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962

EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policialpublicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

año 5 / edición 14 / agosTo de 2015 / bogoTá d,c. - colombia / issn 1909-0269

“La credibilidad y confianza en nuestras instituciones,

es un invaluable patrimonio moral que ha significado la sinergia y la estabilidad de nuestro

Estado de Derecho.”

Los héroes de la Patria

El Policía“… quien pertenece al cuerpo de Policía tiene que saber, mejor que la inmensa mayoría de sus compatriotas, cuál es la ley y cómo opera. Tiene qué conocer lo que el propio pueblo, su mandante, muchas veces ignora. Y tiene que ser, ante todo, un maestro de su pueblo.

Por eso la misión de la Policía es la más alta, la más noble, la más importante, porque para la inmensa masa humana la única autoridad con la cual se Encuentra a diario y que representa para ella todo el poder, es la Policía. El gobierno, para muchos de nuestros com-patriotas, no es sino la Policía”.

Alberto Lleras CamargoPresidente de la República de Colombia

1958 – 1962

Page 2: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial2

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

El patriotismo Por: Mayor general (RA) HECTOR DARIO CASTRO CABRERAPresidente del Colegio de Generales de la Policía Nacional

Acabamos de celebrar el DÍA PATRIO de todos los colombianos. Conmemoramos este 20 de julio, la efeméride que nos despertó el sentimiento de independencia, de soberanía, de libertad y de amor por nuestro país, así hubiera sido inicialmente rodeado de timidez, se ha ido acrecentando a través de los años y aún nos hace recordar esas frases motivantes de los próceres criollos que indicaban a nuestros antepasados que era el momento de tomar

una decisión que cambiara las condiciones políticas y sociales de la época. Cuando retumbaban a grito abierto las palabras “si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, mirad los grillos y las cadenas que os esperan”. Es evidente que la situación era de especial preocupación, que las consecuen-cias podrían ser aún más graves si no se actuaba con sentimiento de unidad y de patria y desafortunadamente así sucedió, sobrevino la denominada pa-tria boba, vino la reconquista que nos trajo la primera frustración en el pro-pósito de ser una patria independiente y libre. No obstante y para fortuna nuestra hubo persistencia y valentía que cambiaron paulatinamente las con-diciones hasta que con arrojo se lanza la campaña libertadora que comienza con la inmortal frase de Simón Bolívar que pronosticaba su esperado éxito cuando expresó: “si mi vida biológica nació en Caracas, mi gloria nació en Mompos” para que la complementara y la sellara Francisco de Paula San-tander cuando nos enseñó que si las Armas nos dieron la independencia, las leyes nos darían la libertad, dando así origen a la concepción de nuestro Estado de Derecho, por el cual hemos luchado, lo hemos defendido y se-guiremos defendiéndolo hasta con el último aliento de nuestras vidas, eso es sin lugar a dudas PATRITISMO, pero para no entrar en contradicciones conceptuales, he acudido a una definición que comienzo por compartirla:

“El patriotismo es un pensamiento que vincula a un individuo con su patria. Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adop-tiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, afectos, cultura e historia; es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o también a una nación.”

¿Qué hacer entonces para despertar ese sentimiento del Patriotismo? Debo comenzar por opinar que si se trata de crear o hacer sentir un vín-culo que ligue al ciudadano con su país, con su Estado de Derecho, con su nación, se requieren manifestaciones del Estado hacia sus asociados de aprecio, de cariño, de preocupación por su bienestar, por su comodidad, por sus sueños y aspiraciones como persona. Se requiere crear un senti-miento de gratitud hacia sus dirigentes quienes deben demostrar que hacen prevalecer el interés general ante sus propios intereses, que su tarea de direc-ción y administración corresponde a una clara vocación de liderazgo y de servicio, que si no la tienen no deben intentar rotularse como líderes, pues atendiendo a Rabindranath Tagore que decía: “Dormía..., dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Me desperté y vi que la vida no era más que servir... y el servir era alegría”, un líder debe ser un servidor, un sabio orientador, una persona a la que se sigue por convicción y no por temor ni por interés. El día que todos nuestros dirigentes cumplan ese requisito estarían contribuyendo a despertar y fomentar más patriotismo. Casos se han dado donde auténticos líderes han logrado cambiar el rumbo de acon-gojadas sociedades, como el que se dio con la aplicación de la cultura de la legalidad en Palermo Italia, por Orlando Leoluca, donde una sociedad agobiada por la mafia y el crimen, derrotó las amenazas que la condenaban a una inviabilidad social y política. Esta doctrina consiste en “el conjunto de creencias, valores, normas y acciones que promueve que la población crea en el Estado de derecho, lo defienda y no tolere la ilegalidad”… “Sirve

como criterio para evaluar el grado de respeto y apego a las normas vigentes por parte de sus aplicadores y destinatarios.” –

Se llegó tan lejos que se logró introducir el concepto que el ciudadano tiene el derecho de contribuir al desarrollo de su país y de su nación con el pago de los impuestos, pues consideran que un peso que el estado reciba del ciudadano, lo invertirá o gastará mejor que el mismo contribuyente. Qué bueno que este concepto se pudiera considerar en nuestro medio, por lo menos en el nivel primario, para ir preparando un ambiente de confianza en quienes tienen a su cargo el manejo de la cosa pública.

Se dice que los valores también unen y cohesionan a los asociados y ahí también se debe reflejar la consecuencia de una adecuada acción de liderazgo y dirección para fomentar valores que generen armonía y convi-vencia. La responsabilidad, la disciplina social, la puntualidad, el respeto, la honestidad, la lealtad, el cumplimiento de los deberes ciudadanos, etc. se deben comenzar a enseñar en hogares, sólidos, estables, pletóricos de amor, de cariño y comprensión, donde los niños aprendan de la armonía de sus mayores la fórmula para ser buenos ciudadanos, formación que debe tener continuidad en la escuela, en el colegio y en la universidad, pero que quizás no se priorizan estos presupuestos pues se hace más énfasis en la instrucción que en la educación integral.

La identidad cultural es otro factor de unidad, la rica diversidad cul-tural en nuestro medio ha dado origen a la identidad de nuestras regiones, podemos pasearnos por la geografía nacional y observar diferentes culturas, conocerlas, disfrutarles, respetarlas y entenderlas. Eso generará más senti-miento patrio e integración.

Bien existe un proverbio que enseña que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Pues conocer el camino recorrido, los éxitos, los aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido nos preparan para seguir el camino más correcto, nos une y nos hace sentir coparticipes de una historia que debemos seguir escribiendo como un solo pueblo, como una sola nación. Eso genera también patriotismo, eso es pa-triotismo.

Finalmente la definición nos indica que el patriotismo es como el or-gullo que se siente por pertenecer a nuestra familia, es decir que la patria es una familia y que ese orgullo de ser colombianos es como el orgullo de pertenecer a nuestra familia biológica, es el orgullo que sentimos por nues-tros padres que fueron nuestros maestros, nuestro ejemplo, nuestro auxilio, nuestro soporte para hacer realidad nuestros sueños, quienes nos dieron protección y apoyo y que no dudaron en darnos la felicidad aún a costa de la de ellos. Es el orgullo que nos hacen sentir nuestros hermanos, quienes sin desconocer las naturales diferencias, cuando se trata de defender y hon-rar a la familia no dudan un solo segundo en poner a salvo sus intereses y su bienestar. La semblanza de los padres de familia en el Estado, son nuestros dirigentes, los líderes, los administradores públicos, la patria necesita y cla-ma por mejores padres, de este concepto se puede deducir la inmensa res-ponsabilidad que les asiste y el compromiso que siempre deben tener para ejercer sus funciones con la intención clara y sincera de ser los abnegados padres de la Patria, pues eso es la Patria, nuestra familia. Con buenos padres de la Patria habrá un mejor país y un mayor Patriotismo.

Quizás por eso se encuentra más desarrollado y arraigado este senti-miento en unos países que en otros, en algunas partes en el día de la patria se ven más abrazos y felicitaciones que en un día de año nuevo, los centros comerciales hacen promociones por fiestas patrias y adornan sus edificios con los colores de su pabellón nacional, en todos los rincones de su territo-rio se destaca ese día con desfiles, juegos pirotécnicos o presentaciones artís-ticas y finalmente a las bonificaciones que se suelen dar a los trabajadores por esa época se les llama prima de fiestas patrias.

Sin duda, necesitamos más patriotismo y a propósito, con mis discul-pas por el retardo, un muy feliz día patrio para todos mis queridos compa-triotas y que cada día tengamos más motivos para sentirnos más orgullosos de ser colombianos. ¡Que viva Colombia.!

El exceso en la defensa de una patria es denominado chovinismo; mientras que otros términos relacionados son jingoísta y patriotero.

Av. Boyacá No.142A-55 Bogotá, D.C.Web. www.colgenerales.com.co

Correo Electrónico: [email protected]

DIRECTOR GENERAL

MG. (RA) Héctor Darío Castro CabreraPresidente Junta Directiva

JUNTA DIRECTIVAVicepresidente

BG. (RA) Gustavo Socha SalamancaVocales principales

MG. (RA) Carlos Alberto Pulido BarrantesBG. (RA) José Laureano Sánchez Guerrero

Vocales SuplentesMG. (RA) Jaime Augusto Vera GaravitoBG. (RA) Guillermo Julio Cháves Ocaña

FiscalBG (RA) Jorge Alirio Barón Leguizamón

Secretario EjecutivoBG. (RA) Héctor García Guzmán

CONSEJO DE REDACCIÓNGeneral (RA) Víctor Alberto Delgado Mallarino

General (RA) Miguel Antonio Gómez PadillaBG. (RA) Fabio Arturo Londoño CárdenasBG. (RA) José Domingo Murcia Florián

BG. (RA) Pablo Elbert Rojas Flórez

EDITORBG. Guillermo León Diettes Pérez

FOTOGRAFÍA

Estrella PolicialArchivo Revista Policía Nacional

DISEÑO E IMPRESIÓN

Editorial La Unidad S. A. El NuEvo Siglo4139200 - ExT. 124

NOTA: Los artículos no reflejan el pensamiento del

Colegio de Generales de la Policía Nacional, son de exclusiva responsabilidad de sus autores, y por

razones de espacio podrán ser editados.

EstrElla Policialpublicación del colegio de generales

de la policía nacional de colombia

Edición Nº 14ISSN 1909-0269

FOTO PORTADA: El desfile de la Policía Nacional el 20 de julio en Bogotá, estuvo

encabezado por un grupo de discapasitados-héroes en actos del servicio.

“Caballerosidad, gratitud y afecto”

Page 3: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 3

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Este moderno laboratorio, primero de su tipo a nivel de Centro y Suramérica, es uno de los pocos laboratorios en el mundo dedicado a la identificación de especies a través de técnicas forenses de biología molecular.

La Policía Nacional de Colombia tiene el orgullo de presentar el nuevo labora-torio de identificación genética forense de especies silvestres, adscrito al Área de Policía Científica y Criminalística de la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL.

Es bien sabido por todos que Colombia es uno de los países con mayor riqueza biológica del planeta, y esa misma riqueza que nos llena de or-gullo, es también, desafortunadamente, blanco de delincuentes que pretenden aprovecharse ilícita-mente de nuestros recursos naturales.

Más de 470 especies de mamíferos, más de 1.800 especies de aves, 570 de reptiles, 760 de an-fibios, 1.500 peces de aguadulce, 2.000 peces ma-rinos, más de 23.000 especies de plantas, entre las cuales destacan más de 4.000 orquídeas y de 260 especies de palmas; además, se estima que hay al-rededor de 300.000 especies de invertebrados, de los cuales conocemos solo un 10 a 20 por ciento, dentro de los cuales se destacan más de 3.200 es-pecies de mariposas. En total, en el país la ciencia ha registrado 54.861 especies y todavía hay otras por descubrir.

A nivel mundial se estima que el tráfico ilegal de especies de flora y fauna se ubica entre los pri-meros lugares, junto con el tráfico ilegal de drogas, armas y, personas, lo cual incluye: la comercializa-ción ilícita de plantas y animales silvestres exóti-cos; la tala ilegal de especies maderables, la pesca ilegal en épocas de veda o en áreas protegidas; y el macabro mercado negro de pieles, carne de mon-te y partes de animales utilizados en medicinas tradicionales. Ante este devastador panorama, no podemos desconocer que toda esta riqueza natural está en la mira de quienes pretenden extraer nues-tras especies de fauna y flora.

La Policía protege la fauna y la flora y fortalece la investigación criminal

Consiente de esta problemática, el Estado desde el año 2002, por medio del entonces Mi-nisterio del Medio Ambiente, formuló e inició la implementación de la estrategia nacional para la prevención y control del tráfico ilegal de espe-cies silvestres, en conjunto con la Policía Nacio-nal, estrategia que se orienta principalmente a la atención de todas aquellas actividades ilícitas de aprovechamiento, movilización, tenencia, uso y comercio de especímenes silvestres.

Adicionalmente, a partir de esta iniciativa,

nuestra institución, en convenio con el Ministe-rio del Ambiente, vivienda y desarrollo territorial, dio inicio a la implementación del laboratorio de identificación genética forense de especies silves-tres, enfocado a dar un soporte a la administración de justicia en esta materia, con lo cual permitirá contrarrestar el impacto sobre el tráfico de fauna y flora silvestres, por medio de la identificación de estas especies, lo que permitirá guiar a las autori-dades en la toma de decisiones y en la administra-ción de justicia.

Este moderno laboratorio, primero de su tipo a nivel de Centro y Suramérica, es uno de los po-cos laboratorios en el mundo dedicado a la iden-tificación de especies a través de técnicas forenses de biología molecular. La Policía y el Ministerio del ambiente y desarrollo sostenible, han hecho un gran esfuerzo administrativo y financiero para cumplir con este objetivo y no ser inferiores al desafío que imponen los criminales en esta mo-dalidad del delito. En esta forma el Laboratorio se inauguró, en un espacio construido (basados en las normas nacionales e internacionales), equipa-do con dispositivos de última tecnología, dotado con todos los materiales y reactivos necesarios para realizar su actividad eficientemente. Actualmente el Laboratorio cuenta con profesionales en la áreas de biología, medicina veterinaria y zootecnia,

quienes por sus conocimiento e idoneidad han ve-nido utilizando las innovadoras metodologías de análisis con el apoyo de expertos en flora y fauna de algunas instituciones de nuestro país y de los Estados Unidos (Fish and Wildlife Service).

Es importante resaltar que tal dependencia fortalecerá las relaciones interinstitucionales con la Fiscalía General de la Nación y las autoridades ambientales locales, para prevenir y controlar el tráfico de especies silvestres dentro del territorio nacional, y, en igual forma, a través de INTER-POL, en particular con su programa de delitos contra el medio ambiente; se estrechará también el cerco a quienes trafiquen con tales recursos de manera ilegal.

El Laboratorio permite la estandarización y validación de las metodologías de análisis genéti-co-molecular empleadas en la identificación de especímenes de fauna y flora silvestres, como la de la extracción de ADN de plantas y animales vivos, así como también de subproductos tan diversos como maderas tratadas, pelos, plumas, raíces, etc; y protocolos para la identificación de las especies con marcadores moleculares apropiados a cada caso, para el fortalecimiento de la Investigación Criminal a nivel nacional y transnacional y como referente a nivel mundial en la lucha contra ilícitos que afectan la categoría “ecología pública”.

Laboratorio de identificación genética forense de especies silvestres de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol

Page 4: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial4

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: JAIRO DELGADO Director de Análisis Observatorio de Política

y Estrategia -OPEAL-

“(…) El jefe insurgente, de unos 30 años, dijo que mientras se mantuviera la presencia de la Policía y el Ejército, su deber era permanecer. Cuando ellos se vayan no habrá ni un tiro (…)”

Asonada y expulsión

E l martes 23 de junio pobladores del corregimiento El Mango en jurisdic-ción del municipio de Argelia (Cau-ca), empleando la violencia procedie-ron a destruir las instalaciones de la estación de Policía con el propósito de inutilizarlas y obligar al personal po-

licial a abandonar el lugar. De acuerdo con lo expresado en medios de comunicación por el presidente de la junta de acción comunal del corregimiento, Dagoberto Muñoz, no se tra-taba de un hecho de agresión contra la Policía Nacional, sino de la consecuencia lógica del miedo a un ataque de la guerrilla que afectara a la población civil.

La Dirección General de la Policía Nacional emitió un primer comunicado en el cual señalaba que algunos pobladores de El Mango, presionados por el frente 60 de las Farc, arremetieron contra el cuartel policial ocasionando incendios y el derri-bamiento de las barreras de protección mediante el empleo de maquinaria. Esa agitación popular se produjo poco después de la suspensión del cese

unilateral de hostilidades que habían decidido las Farc desde La Habana.

Las “reglas” e intereses de las FarcEl departamento del Cauca reviste vital im-

portancia para el grupo guerrillero. Dos hechos entre muchos otros demuestran su valor estraté-gico: el haber sido la zona de retaguardia y segu-ridad para proteger al anterior máximo cabecilla, alias Alfonso Cano y, en segundo lugar, el escena-rio del homicidio de once militares para romper el cese unilateral de hostilidades que las mismas Farc habían declarado, intentando obtener el cese bilateral definitivo de la confrontación armada.

Pero además el grupo guerrillero ha buscado permanentemente aprovechar estratégicamente la jurisdicción especial indígena del Cauca, para fa-vorecer sus intereses militares.

En 1987 varios dirigentes de comunidades indígenas del Cauca y otros departamentos se desplazaron hasta la zona campamentaria de “casa verde” (cuartel central de las Farc en su momento) en La Uribe (Meta) para reunirse con los máximos cabecillas de la agrupación subversiva.

La delegación indígena exigió el respeto a su autonomía legal y ancestral y el cese de la violencia de la guerrilla en su contra. Como resultado, alias Manuel Marulanda, alias Jacobo Arenas y alias Al-fonso Cano (hoy todos fallecidos) suscribieron un acuerdo en el mes de enero de ese año, en el cual las Farc se comprometían a respetar y proteger a la población indígena.

En mayo de 2013 el denominado Bloque

Occidental Comandante Alfonso Cano, envió un documento a los dirigentes de las organizaciones nativas de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca -ACIN- y al Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- en el cual recrimina-ban a la ACIN por lo que los insurgentes conside-raban un juicio injusto y manipulado contra tres indígenas vinculados a las Farc.

Los insurgentes de manera categórica e intimi-dante les advirtieron a esos grupos indígenas que los hacían responsables de las consecuencias que traería el intentar detener, juzgar y desarmar a los milicianos, quienes habían recibido instrucciones de no dejarse capturar por las guardias indígenas.

Por otro lado en las investigaciones que las autoridades adelantaron por el atentado contra el exministro Fernando Londoño (15 de mayo de 2012 en Bogotá), rastrearon en jurisdicción del municipio de Argelia, escenario de la actual asona-da contra la Policía, la presencia de un individuo de apellido Tabares, considerado el planificador de la actividad terrorista en coordinación con las Farc. Tabares se habría escondido en el corregi-miento El Plateado después de la acción criminal.

La paz “circunstancial” de las Farc De información conocida por OPEAL, se

destacan dos aspectos: en primer lugar más allá de lo concebido en la agenda para la terminación del conflicto, serán las circunstancias en que se desarro-llen los diálogos las que determinarán si a las Farc les favorece o no suscribir un acuerdo de paz.

En segundo lugar y en relación con lo sucedi-

¿El eficiente conflicto de desgaste prolongado?El Mango, Cauca

La Dirección General de la Policía Nacional emitió un primer comunicado en el cual señalaba que algunos pobladores de El Mango, presionados por el frente 60 de las Farc, arremetieron contra el cuartel policial ocasionando incendios y el derribamiento de las barreras de protección mediante el empleo de maquinaria.

Page 5: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 5

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

do en el corregimiento de El Mango, lo que más afecta a las Farc en el campo armado, es que le co-loquen un cuartel militar o policial en el corazón de su territorio.

En consecuencia si bien es indispensable que exista una agenda debidamente planificada para delimitar los temas y las condiciones de los diá-logos, ese documento rector por sí solo no estaría garantizando el acatamiento y pleno respeto de las Farc y por lo tanto tampoco el éxito de las conver-saciones en La Habana.

Es lo que para un ex subversivo consultado por OPEAL se constituye en una prioridad del grupo guerrillero: “los cuadros políticos - militares deben salir bien librados” con la negociación de paz.

Bien librados hace referencia a rechazar cual-quier acción punitiva que signifique lo que ellos ven como la “restricción” de sus libertades indivi-duales. Por ende la definición y posterior acepta-ción de los mínimos de sanción penal, constituye un álgido punto en donde la agrupación insur-gente de manera “racional” deberá ceder.

Para la guerrilla todo hecho que les represente desventajas política, militar y judicial se convertirá en un obstáculo para el progreso de las negocia-ciones. En efecto “circunstancias” que demuestran cómo se pueden afectar drásticamente las Farc, son las operaciones de la Fuerza Pública como la desa-rrollada en Guapi (Cauca) donde perdieron la vida varios subversivos (21 de mayo 2015).

Las Farc tendrán entonces que ir más allá de las circunstancias militares que aún son utilizadas como prolongación de los diálogos de La Habana y que producen mucha desconfianza; avanzando hacia expresiones reales de madurez política en las cuales el país pueda constatar que el grupo guerri-llero está en capacidad de desmovilizarse a partir de una auténtica voluntad de paz y reconciliación, y no como quien pretende imponerle al país una superioridad moral insurgente que no existe.

Tribunales y “doctrina del despeje policial”

“(…) Cuando uno ve como juez de la Repú-blica que realmente las condiciones son de desven-taja de la Policía Nacional o de la Fuerza Pública frente a las Farc, que si tienen una ventaja desde el punto de vista geográfico y desde el punto de vista táctico, pues no le queda a uno otro remedio que tratar de proteger la vida de la Policía Nacional (…)” .

La anterior apreciación del Juez Borja, surge según él, en el marco de una medida cautelar de urgencia al conocer de una acción de reparación directa en el año 2010, presentada por policiales que en su momento garantizaban la seguridad ciudadana en el municipio de Argelia.

La decisión judicial fue ordenar el retiro de la estación de policía. Llama la atención que para el juez sean elementos de estrategia policial, en este caso como “la desventaja geográfica y táctica de la policía frente a las Farc”, los que fundamenten su fallo jurídico.

Desde los tribunales judiciales entonces se in-troducen doctrinas que pueden irse convirtiendo en una inusual y adversa jurisprudencia (o pseudo-jurisprudencia) restrictiva para la Fuerza Pública, bajo unos parámetros equivocados de desventaja geográfica y táctica.

Resulta aún más dramática la “valoración ju-risprudencial” del conflicto armado interno que hace el Magistrado Ramiro Pozos Guerrero: “es una paradoja que en determinadas situaciones, como se presenta en Colombia a raíz de la inten-sidad y degradación del conflicto, la presencia mi-litar y policial del Estado pueda convertirse en un peligro para la comunidad” .

Este planteamiento “hermenéutico - jurídi-co” del magistrado Pozos no está reconociendo la seguridad ciudadana como la protección de las

libertades y derechos individuales, sino como un riesgo para los ciudadanos, con lo cual se rompe la legitimidad institucional y se expone a los poli-ciales a un repudio social a través de una justifica-ción (o pseudo justificación) jurídica.

Pero además cuando desde las Altas Cortes se elabora esta clase de discurso jurídico, para convertirlo en jurisprudencia, inevitablemente se producen otros efectos contraproducentes. En primer lugar el desplazamiento de la responsabili-dad constitucional y vocacional de los miembros de la Fuerza Pública por argumentos que ocasio-nalmente pueden emplear, para evitar asumir los compromisos del servicio de policía en aquellas poblaciones afectadas por episódicos hechos de violencia guerrillera.

En segundo lugar el aprovechamiento que los grupos subversivos hacen para mejorar su ventaja estratégica, frente al despeje militar y policial que por vía jurídica se produce en las áreas de presen-cia y accionar insurgente.

El conflicto de desgaste prolongado por lo tanto produce un verdadero debilitamiento ins-titucional, situación totalmente inconveniente, sobre todo para la construcción de la paz en el pe-riodo del posconflicto o el posacuerdo.

“El uso del terrorismo para provocar, tran-sitivamente, el vaciamiento institucional (como consecuencia de la presión de la población sobre las autoridades)” aunado a una forma de “despeje por vía judicial”, afecta de manera directa el bien público de la seguridad. Situación que produce una amplia brecha entre la institucionalidad y la ciudadanía. Ello ocasiona además una profunda discrepancia entre los miembros de las comu-nidades y sus autoridades que va erosionando paulatinamente la confianza, favoreciendo una forma de desorden social que es capitalizado por los grupos ilegales, en esta caso por las Farc.

Es indispensable que exista una agenda debidamente planificada para delimitar los temas y las condiciones de los diálogos, ese documento rector por sí solo no estaría garantizando el acatamiento y pleno respeto de las Farc y por lo tanto tampoco el éxito de las conver-saciones en La Habana.

Page 6: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial6

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: ORLANDO CLAvIJO TORRADOAbogado e investigador.

Conjuez del Tribunal Superior de Cúcuta.

De don Luis de Góngora y Argote arran-ca la escuela literaria que se llamó cul-teranismo o gongorismo en el siglo XVII. Su característica es el lenguaje recargado, oscuro, y con abuso de me-táforas. De allí se pasó al actual eufe-mismo - que según la raíz griega - es el

hablar correctamente y ahora se convirtió en ha-blar y escribir con ocultamiento, maliciosamente.

Se cuenta de un tal José Antonio Negrete, de Maracaibo, con pretensiones de hombre culto y bien hablado, que un día que estaba maluco del estómago le describió al galeno su desayuno así:

“Ingerí al alba dos posturas de aves domésticas, asesoradas por un disco de maíz cándido, y todo humedecido con la infusión del néctar de la Ara-bia, en mezcla con el líquido perlino de la consor-te del toro”. El médico no le entendió ni pío, por lo que la madre le tradujo: “Que se desayunó con dos huevos fritos, arepa y café con leche”.

Ese lenguaje cabalístico se ha impuesto en to-dos los campos. Por ello, voy a poner al día a mis lectores que no son abogados sobre algunos voca-blos y giros, solo algunos, que se usan en la jerga judicial últimamente.

Sin embargo, conviene precisar que quienes empezaron con el rebuscamiento fueron las altas cortes. Antes todo el mundo decía “el artículo pri-mero de la Constitución”. De un tiempo acá ellas enseñaron a decir “el artículo primero superior”, y la lleva el que no use el terminacho.

Empecemos, queridos lectores: familiarícense con los “estilachos”: antes se violaba el código pe-nal; hoy se viola el “estatuto represivo” o el “estatu-to represor” o, más elegante aún, la “codificación penal sustantiva”. En tales violaciones se aplicaba

Francisco José Naranjo Franco, severo pero justo, exigente, auténtico, empren-dedor como aquellos de su raza de arrie-ros que cruzaron los caminos montañe-ros transportando al lomo de sus recuas la riqueza nacional.

En 1950 acudió al llamado de la patria para revestirse con el aceituno ropaje de la Policía Nacional, a la que sirvió decorosamente hasta ocupar el codiciado sillar de Gilibert, el or-ganizador.

Asi era el señor general Francisco J. Naranjo Franco

Para no abogados el código de procedimiento penal: pues, actualí-cense, ahora se dice “ordenamiento instrumental penal”.

La Fiscalía no es la Fiscalía sino el “ente acu-sador” (a Juan Gossain le parece éste el peor de los eufemismos). Y cualquier fiscalía delegada ahora se llama – si nos atenemos a las providencias de jue-ces y fiscales – “agencia fiscal”, de manera que en el Palacio de Justicia no encontrarán fiscales sino “agentes fiscales”. La ventaja es que allí no hay pe-ligro de confundirse porque no hay más agencias y así pueden indicarle al policía de la entrada que van para la agencia fiscal número nueve. Claro que hay agentes fiscales por ahí en otros edificios, y ahí sí se pueden perder y tocar a la puerta de otras agencias, como las aduaneras, o las de transportes, o de tras-teos, de empleos, de aseo o bancarias.

El juzgado desapareció: lo reemplazó la “ofi-cina judicial”; también tiene otro sobrenombre – como dijo el campesino de Ábrego - , “célula ju-dicial”, o, mejor todavía, “unidad judicial”. Cada “unidad” tiene un “operador”, un “operador ju-dicial”, que era el que conocíamos como juez. Lo pueden saludar cortesmente por este nuevo nom-bre y decirle: “buenos días don operador”. Si tie-nen que ir al Palacio y les preguntan mientras los requisan que para qué necesitan al operador, uste-des no deben responder que para enterarse de si su proceso está en la primera o en la segunda instan-cia. No. Hablen de niveles. Acuérdense de su casa que tiene dos pisos o dos niveles: el juzgado es de primer nivel y el tribunal es de segundo nivel. Y nada de recursos de reposición y de apelación. Ese lenguaje es obsoleto: vuelvan a la geometría, a las líneas horizontal y vertical, de modo que ya no se menciona reposición sino “recurso horizontal”, ni apelación sino “recurso vertical”.

Dejemos hasta aquí el glosario. Espero que lo hayan aprendido. No lo olviden. ¡Ah!, y no olviden los huevos del maracucho: son posturas de aves.

Se fue una noche de abril, azul, azul como ninguna, ululantes las estrellas saludaron su raudo tránsito hacia celestes parajes.

Al dolido conglomerado policial, en es-pecial a su digna esposa doña Amparo, hijos, familia y demás residentes de su hospitalario corazón, saludo solidario. A su memoria la patria del bronce inmortal. Mayor Humberto Aparicio Navia.Director Museo Histórico de la Policía Nacio-nal.

Page 7: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 7

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: Brigadier general (RA) JAIME RuIz BARRERA - Ejército Nacional.

A principios del presente año, nuestro primer man-datario anunció públicamente su determinación de acelerar el proceso de negociación en La Ha-bana, para que, en el menor tiempo posible, se llegara a un “cese al fuego bilateral y definitivo con las FARC”.

Sin embargo, la forma como hizo público este pronunciamiento que, por razones obvias, ha debido ser de muy buen recibo en su momento por parte de la sociedad colombiana, su efecto fue totalmente adverso, y, antes por el contrario, generó múltiples reacciones de in-conformidad y extrañeza, dada la ambigüedad y poca cla-ridad como fue planteado.

De llegarse ahora a un acuerdo en tal sentido, tal como lo diò a conocer recientemente el jefe de negociadores del equipo de gobierno en La Habana, sin firmar documento formal alguno, sin refrendación popular y sin compromiso previo de desmovilización y entrega de armas, se crearía un gran riesgo, cuyos efectos hacia el futuro en materia de seguridad interna, podrían colocar al país en una difícil si-tuación que afectaría la convivencia, ante la dificultad de poder enfrentar, con decisión y claridad la amenaza que esta organización terrorista representa y que, por razones de orden legal y constitucional, debe ser neutralizada o com-batida sin restricción alguna por el Estado y, en particular, por las fuerzas armadas y la policía de la nación.

De ser así, y si las facultades de que dispone el gobier-no nacional en este momento se lo permiten, se requeriría como mínimo la concentración de los grupos armados ile-gales en puntos específicos predeterminados, no en regio-nes o extensa zonas, bajo la vigilancia y exclusivo control de las instituciones con la fuerza pública y la eventual par-ticipación, como observadores, de algunos organismos de tipo nacional e internacional. Esta sería la única forma de garantizar la suspensión de todo tipo de actividad crimi-nal, el uso de sus armas y su accionar terrorista contra la población civil y la institucionalidad del país.

En esto es importante anotar que “pactar con en el ene-migo”, contraviniendo el orden legal y constitucional de nuestro estado de derecho, podría constituir la comisión de un gravísimo delito: ¡TRAICIÓN A LA PATRIA! Ello obliga al gobierno y a nuestros negociadores a revisar cui-dadosamente la normatividad legal existente sobre la mi-sión constitucional que le corresponde a las FF.MM. y a la Policía Nacional, como garantes que son de la convivencia y defensa nacional, y, el monopolio exclusivo que tiene el Estado respecto a la posesión y uso de las armas dentro del territorio nacional. No se puede olvidar: … ¡Estamos negociando con el enemigo!

Sobre este particular cabe anotar que, de manera insis-tente hemos planteado por conducto de las distintas aso-ciaciones del cuerpo de oficiales en retiro de las FF.MM. y

de la Policía Nacional, en cartas enviadas directamente al señor Presidente de la República, en su condición de Co-mandante en Jefe y también mediante diferentes comuni-cados y pronunciamientos dirigidos a la opinión pública, que si no hay desmovilización y entrega formal de la to-talidad de las armas con que cuentan, no habrá garantía alguna para asegurar el estricto cumplimiento de lo que sea pactado.

Sobre un eventual cese al fuego con las FARC, algunos sectores de extrema izquierda radical, han querido vender a la opinión pública la importancia que representa esta me-dida, como una forma de lograr una disminución gradual de la violencia, del terrorismo y de las distintas actividades delincuenciales que, sistemática y permanentemente, viene generando esta organización armada en distintos sectores de la geografía nacional. De todas maneras, este compro-miso no impone, bajo ninguna circunstancia, reciprocidad o limitación alguna para que las entidades con la fuerza pública continuen cumpliendo su misión institucional.

Para complicar más esta situación, algunos sectores afines al gobierno, han expresado también la posibilidad de llegar a un acuerdo final, plenamente valedero, sin ne-cesidad de una aprobación popular. ¡Gravísimo error!. Es posible que legal, constitucional y jurídicamente esto sea posible. Sin embargo, hay que tener en cuenta que lo úni-co que realmente garantiza la firmeza y viabilidad de cual-quier compromiso que sea adquirido en tal sentido, y sobre todo su aplicabilidad en el futuro, es que sea refrendado, tal como se anunció por parte del gobierno en el momen-to mismo que dio a conocer la agenda de negociaciones pactada bilateralmente con las FARC. Esto le proporciona legitimidad. Hay que recordar que fue con este argumento

con el cual el Jefe de Estado buscó el respaldo nacional de su proyecto y, más adelante, su reelección presidencial.

Cualquier generosidad que se demuestre por parte del gobierno en estas negociaciones, constituye una muestra de debilidad que nos desfavorece y proporciona grandes ven-tajas a esta organización terrorista.

El concepto mayoritario de importantes sectores ciu-dadanos respecto a este tema es que no hay suficiente cre-dibilidad en el proceso de La Habana por las razones dife-rentes que se esgrimen desde distintos ángulos políticos y sociales, pero especialmente por los antecedentes existentes sobre negociaciones anteriores que terminaron siempre en un rotundo fracaso.

Para el común de las gentes no hay claridad sobre lo que se pudiera entregar o se esté entregando a cambio de las múltiples pretensiones que públicamente y en forma cons-tante, viene exigiendo este grupo armado ilegal, en materia de impunidad por crímenes de lesa humanidad, dejación y no entrega de armas, reestructuración y cambio de doctri-na de las Fuerzas Militares, reformas al régimen electoral y elegibilidad política para sus principales cabecillas, rein-tegro social y no desmovilización de sus integrantes y otras muchas más que, como la creación de zonas de reserva campesina con autonomía especial, pudieran coincidir con sus viejas áreas de influencia donde, tradicionalmente, han ejercido su acción delictiva, especialmente en lo relaciona-do con cultivos y explotación minera ilegal. Estas podrían ser unas nuevas y peligrosas “Repúblicas Independientes”.

Todos somos conscientes que resolver los impedi-mentos existentes para terminar este conflicto armado no es tarea fácil. Al problema con las FARC, se agrega el del ELN, que según sus últimos pronunciamientos, quieren lo mismo que se negocia con la primera, y algo más en ma-teria de política económica y social, particularmente en lo relacionado con el rol de las Fuerzas Militares. Los diálogos con tal organización están estancados. Sus aspiraciones no varían un ápice en relación con lo que han venido plan-teando en sus diversos intentos de negociación, igualmente fracasados, en épocas anteriores.

Sin embargo, las circunstancias del país y su futuro inmediato, nos hacen ver con realismo, la necesidad de al-canzar una paz cierta, firme y duradera, así tengamos que esperar pacientemente un proceso gradual que pueda de-mandar diez o quince años, tal como los mismos nego-ciadores del gobierno lo han afirmado. Esta paz, que es un anhelo nacional, también lo es para nuestros policías y soldados que, desde hace muchos años, se han venido jugando su vida en defensa de nuestras instituciones y del pueblo colombiano.

Estas son, pues, algunas preocupaciones que han ge-nerado el anuncio de acelerar el proceso de negociación para terminar el conflicto armado con las FARC, sin que, previamente, se haya llegado a unos acuerdos finales y de-finitivos sobre la agenda pactada y las distintas salvedades pendientes por resolver.

Actualidad

¿Cese al fuego bilateral o “tregua”: a pactar con el enemigo?

Page 8: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial8

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: Brigadier general (RA) FABIO ARTuRO LONDOñO CáRDENAS

Con suma añoranza y afecto de amigo, re-gistramos hoy la desaparición temporal de un pintor insigne y de un amigo siempre igual: RAMÓN VÁSQUEZ.

Pintor de relevantes virtudes y de raíces profundas en el terruño montañero, ya no le volveremos a ver con su inigualable mo-

destia y con su espíritu jovial, particularmente cuan-do teníamos la oportunidad de encontrarnos con él o visitarlo, o en aquellas oportunidades en que íbamos a pedirle la elaboración de un cuadro. Nunca nos dijo que no pero pocas veces, todo se ha dicho en honor a la verdad, nos dio la alegría de ver realizados nuestros propósitos. Pues cumplió porque para él no era posi-ble negarse al pedido de sus amigos.

Igualmente, recordamos con simpatía los juegos humorísticos con los que en múltiples ocasiones so-metía a sus visitantes y las demostraciones concretas de su vitalidad y fuerza física. Nunca pensamos al observarlo así, que podría desaparecer y que podría-mos recordarle como ahora lo hacemos.

Deja Ramón Vásquez, maestro original en su pintura y prototipo de los personajes de entraña-ble origen, una historia definida muy identificable, como afable, picara, modesta y alegre de su conduc-ta ejemplar.

Del maestro, como así lo denominaban muchos de sus colegas y amigos, esperemos seguir teniendo una memoria digna, simple y paradigmática de su paso por los senderos de nuestras montañas y la ob-servación sicológica de sus paisanos ¡Loor a su me-moria y desde el empíreo tus preces!

Vamos a completar este bosquejo con apartes de un libro elaborado por la Editorial Bedout S.A en 1978: “Imposible callar La Barra Del Apagón, una tertulia de aficionados a la literatura, la música y la pintura, que funcionó en el barrio de Buenos Aires entre los años 1942 y 1955. Ramón Vásquez fue uno de los más asiduos mantenedores y animadores, y con verdadera fruición evoca episodios y ocurrencias. Nos llamaban Del apagón, apunta, porque como buenos románticos necesitábamos de la oscuridad para entrar en trance y entonces la emprendíamos a piedra con-tra las bombillas. Los cuarteles de invierno era la tien-da de don Arturo Londoño y el café llamado el Sol de Oriente, que todavía existe. No éramos delincuentes pero alborotábamos, prendíamos, nos hacíamos no-tar. Y si había necesidad asaltábamos un carro leche-ro, sin violencia, a gritos y escándalo para sustraer una caneca llena. Lo mismo hacíamos en un granero, sin que nuestra acción intrépida causase pérdidas mayo-res o fuese falta de la Policía.

Por: Brigadier General (RA) Fabio Arturo Londoño Cárdenas

Entre nosotros los hombres policía, por lo menos en Co-lombia, somos muy dados a aceptar sin penetrar en su sig-nificado y como “ovejas que no tienen pastor”, conceptos extraños, falsas ideas, frases

contradictorias e incluso acepciones equivocas acerca de los vocablos o ter-minología policiaca, que ya tiene cono-cida semántica y tradición. Somos, lo que se llama hoy, con un vocablo acep-tado por la RAE (Real Academia de la Lengua Española), como “esnobistas”.

Pues bien, por tal motivo, se sue-len agregar a nuestros viejos grados dos letras; “R.A.” que traducen “como re-serva activa”; términos que se definen a continuación con base en el DRAE. Dice así el diccionario:

Reserva: “8. (Acepción que se le da al término en nuestra subcultura) Parte del ejército o armada -no de la policía anotamos- de una nación, que terminó su servicio activo, (subrayamos) que puede ser movilizado”.

Creo que sobran consideraciones al respecto; sin embargo observamos que esta definición no responde ni co-rresponde a la real y esencial calidad de quienes así denominan; pero - allí no termina el mal copiado calificativo porque se le agrega la palabra:

Activa: que define así el texto cita-do: “4. Dícese del funcionario mientras presta servicio”. Es una significación bien exacta obvia a la cual sobrarían explicaciones.

Al vocablo “reserva” que, preci-samente, no está “activa”, es increíble que le permitamos la colocación arbi-traria, contradictoria, e ilegítima de y en “situaciones” imposibles y… a pesar de ello todos seguimos tan campantes, como manadas.

Es mi simple y modesta opinión o forma de mirar los hechos.

Remembranza de un gran artista Puntos de vista

¿Qué es eso de la “reserva activa”?

En el Apagón se leía, se pintaba, se oía músi-ca. A pie nos Íbamos para Rionegro, unos doce o quince contertulios. Sin dinero, sin provisiones, sin horario. A lo que fuese y a lo que resultase. Porque los de la Barra éramos todos “genios” y nada de este mundo cochino debía inquietarnos.

El gran jefe era Bernardo Álvarez apodado Cas-carilla, el hombre mas ágil y gracioso que pueda imaginarse; seguían Arturo Agudelo, aficionado a los idiomas Rodolfo Pérez músico, dibujante aficio-nado a la poesía; Oscar Peña Álzate, caricaturista, muy estudioso y de un ánimo tremendo para mon-tar camorra: varios hijos de don Efe Gómez, Fer-nando, Javier, Álvaro y Cristóbal; Fabio Londoño Cárdenas, Vicente Escobar, José Marín, Gustavo Ramírez, cuales más. Los Hombres Fuertes, porque El Apagón los necesitaba, éramos Tirso Castrillón “El Campeón Martillo” y yo, “Ramón Fierro” Ra-món, según dice nuestro compañero de labores, Tirso Castillón era verdaderamente temible. Como para derrumbar un muro de un puñetazo, como para doblegar un toro. Lo suponíamos “enjaulado”, para sustraernos a esa fuerza bruta inconcebible.

A estas alturas, doblado el medio siglo de vida, Vásquez es un alarde ambulante de músculos de ace-ro, de nervios en tensión, de agilidad para la lucha libre, la esgrima, la natación, todos los deportes que exigían dureza y resistencia”.

De sus múltiples obras son testigos hoy diferen-tes organismos públicos y privados, donde se admi-ran siempre para la gloria del maestro y renombre de la cultura colombiana.

• EditorialBedoutS.A.Navidad1978Me-dellín Pag 17-18

Deja Ramón Vásquez, maestro original en su pintura y prototipo de los personajes de entrañable origen, una historia definida muy identificable, como afable, pícara, modesta y alegre de su conducta ejemplar.

Page 9: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 9

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: CONSTANzA MOyA PARDODirectora del Departamento de Lingüística

universidad Nacional de Colombia.

La lengua de Cervantes está viviendo uno de los momentos de mayor auge inter-nacional en su historia. La demanda del español se produce especialmente entre gente joven y se evidencia en las redes so-ciales, en la academia y en los negocios.

“Creo que el éxito de un idioma, o de una cultura en este caso, puede ser médico por la cantidad de extranjeros que tratan de hablarlo” Martin Varsavsky.

La no despreciable cifra de 548 millones de habitantes de América y Europa hace que el español sea la segunda lengua del mundo por número de hablantes; el segundo idioma de co-municación internacional, después del inglés; el tercero más utilizado en la red, con el 7,8 % de usuarios, y la segunda lengua más usada en las dos principales redes sociales del mundo: Face-book y Twitter. Además ocupa la tercera posi-ción en cuanto al reconocimiento como lengua oficial de trabajo dentro del sistema de las Na-ciones Unidas y es la cuarta institucional en la Unión Europea.

El auge del español se evidencia además en el ámbito académico, pues forma parte de los pro-gramas de casi todas las universidades más desta-cadas del mundo, por lo que no es extraño encon-trar facultades de español en países como China, Estados Unidos, Japón, Rusia, Corea o Brasil, interesados en el protagonismo que tiene como lengua de comunicación. Se estima que cerca de 18 millones de personas en el mundo están estu-diando español.

Según el Primer informe Bertliz sobre el estu-dio del español en el mundo (2005), el inglés, el francés, el español y el alemán, en este orden, son los idiomas más estudiados como lengua extran-jera. La demanda del español se produce especial-mente entre jóvenes, quienes consideran que saber esta lengua les “abre caminos y oportunidades” para ejercer su profesión en el mundo globalizado.

El sociolingüista español Francisco Moreno Fernández (2013) atribuye este crecimiento tan acelerado al interés en la amplia y variada cultu-ra que poseen los 21 países en los que el español es idioma oficial. “Cuando hablo de esta cultura me refiero a cine, literatura, gastronomía, deporte, todo lo vinculado a lo hispánico está siendo muy conocido y reconocido en todo el mundo”, sostie-ne. Además afirma que este incremento e interés por aprender español no solo responde a factores demográficos, sino también “al posicionamiento económico, científico, mediático, entre otros, de la región que lo habla”. Son muchas las personas que tienen gran interés y necesidad de aprender español debido a que lo perciben muy útil para el

comercio, la divulgación científica o las relaciones internacionales.

Interés de otras nacionesEn la actualidad, varios países no hispanos

demuestran su gran interés por el estudio de este idioma. Tal es el caso de Brasil, que ha hecho obli-gatoria su enseñanza como segunda lengua, y de Estados Unidos, donde cada vez es mayor el nú-mero de personas que lo aprenden, debido a que 35 millones de hablantes de lengua española resi-den en este país. Según estimaciones del Gobier-no de Brasil, en una década, este país contará con unos 30 millones de hablantes de español como segunda lengua. En este mismo sentido se afirma que a 2050, Estados Unidos será el primer país hispanohablante del mundo (132 millones). En los otros continentes, la situación es similar, pues son más los gobiernos que incorporan la ense-ñanza del español en sus sistemas educativos, he-cho que, según los expertos, es un gran éxito por cuanto ya no es necesario salir del país o acudir a centros de enseñanza o academias privadas para hablar español. Se aprende en las propias escuelas.

Una lengua compactaVale subrayar que un potencial del protago-

nismo del español es el hecho de ser una lengua geográficamente compacta, es decir, la mayor parte de los países hispanohablantes ocupa te-rritorios contiguos: Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Ve-nezuela, Panamá, México, Puerto Rico, Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Costa Rica, Nuevo México (Estados Unidos). Otros importantes territorios de la geografía universal donde se ha-bla español son España, las islas Filipinas y varias regiones del norte de África (Sahara occidental, Guinea Ecuatorial y Marruecos), Belice y algu-nas zonas del Medio Oriente, especialmente en comunidades sefardíes (judíos orientales de ori-gen español). El valor de pertenecer a un mismo grupo lingüístico aumenta con el número de ha-blantes, ya que las posibilidades de transaccio-nes e intercambios se multiplican. Por tanto, la demografía es el primer factor que determina la potencia económica del español.

Esta importancia económica se mide además por el número de hablantes, la extensión geográfi-ca, el número de países en los que tiene rango de oficial, la capacidad comercial de los países don-de es oficial, la tradición literaria o científica, y su papel en la diplomacia multilateral. El reto ahora

es impulsar el prestigio internacional del español como lengua de comunicación y cultura, posi-cionarlo como un instrumento comunicativo, al igual que el inglés, para las relaciones internacio-nales, las políticas globales y la divulgación de la ciencia y la tecnología.

El Atlas de la lengua española en el mundo (2007) destaca algunas características del espa-ñol como lengua internacional: es un idioma homogéneo; es una lengua geográficamente compacta; el territorio hispánico ofrece un ín-dice de comunicatividad muy alto; tiene carác-ter oficial y vehicular en 21 países del mundo; es una lengua en expansión y de una gran cul-tura internacional.

Pese a las características lingüísticas que nos diferencian y nos unen, desde el punto de vista práctico de una lengua internacional, es necesa-rio realizar esfuerzos para identificar los elemen-tos que pertenecen al fondo lingüístico común y aquellos propios de las diversas variedades de nuestra cultura hispánica. Si bien esta lengua presenta muchos dialectos, cuenta con una gran tendencia integradora y conserva una gran unidad dentro de la necesaria diversidad. Como bien lo señala el académico Humberto López Morales: “Todos los que hablamos español tenemos un poco más del 80 por ciento del vocabulario que es absolutamente el mismo, pero hay un 20 por ciento que evidentemente es típico de cada zona”. De manera que cuando se dice que el español es una lengua unitaria, no es que todo el mundo ha-ble igual, pues no podemos perder de vista que en el ámbito de la cultura, el español constituye el soporte básico de muchas de nuestras manifesta-ciones literarias, musicales o artísticas.

Actualmente, la mayoría de países hispano-americanos, como Colombia, cuenta con una política lingüística. El español es la lengua na-cional que deben aprender las demás etnias para integrarse a la nación, pero debe haber una edu-cación bilingüe y bicultural o intercultural en la que se utilice su propia lengua como materna y el español como segunda lengua. A pesar de la gran riqueza y diversidad de usos del español, es inne-gable que todos los hablantes de esta lengua pode-mos entendernos sin gran dificultad. Esto se logra mediante el español estándar, que comprendemos y usamos todos los hispanohablantes sin distingos.

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que nuestra lengua está viviendo uno de los ma-yores auges de su historia en cuanto a prestigio y promoción internacional. De acuerdo con el úl-timo estudio del Instituto Cervantes (2015), hoy más de 495 millones de personas hablan español en el mundo y para 2050, serán más de 550 mi-llones las que se comuniquen con la lengua de Cervantes.

PALABRAS CLAVE: español, auge, hablantes. Consúltelas en www.un periódico.unal.edu.co

Tomado del Periódico de La U.N.

Hablar español está de moda

La no despreciable cifra de 548 millones de habitantes de América y Europa hace que el español sea la segunda lengua del mundo por número de hablantes; el segundo idioma de comunicación internacional, después del inglés; el tercero más utilizado en la red, con el 7,8 % de usuarios, y la segunda lengua más usada en las dos principales redes sociales del mundo.

Page 10: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial10

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: el Brigadier general GuILLERMO LEÓN DIETTES PÉREz Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial

Antecedentes

Nació en el municipio de Garzón (Huila) el 3 de julio de 1938; sus padres fueron don Octavio Vargas Silva y doña Regina Silva Gutiérrez. Cursó estudios prima-rios en el Instituto “Esteban Rojas” de Garzón y los secundarios en el Colegio “Simón Bolívar” que regentaba su tío

materno José Manuel Silva Gutiérrez, donde solo terminó el 5º bachillerato, pues – influenciado por su familiar (primo de su padre) el coronel de la Po-licía Pedro Díaz Silva – se vino a Bogotá a terminar el bachillerato en la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander, que le entre-gó su título el 10 de diciembre de 1957.

Así las cosas, continuó sus estudios como in-tegrante del curso XIX de aspirantes a oficiales y el 16 de agosto de 1959 en ceremonia presidida por el doctor Alberto Lleras Camargo recibió su grado de subteniente con la promoción “General Julio Arboleda Pombo”.

Entonces inicia, como nos ha correspondido a todos los oficiales, su periplo por Colombia, para cumplir las tareas que señalan la ley y los regla-mentos del servicio. Comenzó como oficial de vigilancia en Bogotá y luego cumple traslados a las Escuelas de Policía, Simón Bolívar (Tuluá), de Suboficiales Gonzalo Jiménez de Quesada (Bo-gotá) y Gabriel González de El Espinal; en esta última adelanta el curso de “Granaderos” que por entonces se llevaba a cabo de manera exclusiva en esta escuela policial. Con esta especialidad, fue

destinado a grupos de contraguerrillas en los De-partamentos de Huila, Caquetá y Cauca.

El 20 de enero de 1968, contrajo matrimonio con la joven María Helda Méndez Cardozo, hogar que se fortaleció con la llegada de sus hijos Jorge Octavio, Juan Carlos y Ana María. Juan Carlos partió hacia la eternidad en forma temprana.

Cargos y cursosEn la época cuando se alteraba el orden, con

frecuencia los gobiernos departamentales nom-braban alcaldes en algunos municipios y para ello escogían oficiales del Ejército o de la Policía; el te-niente Vargas Silva fue Alcalde en el municipio de Acevedo (Huila).

Ya con el grado de capitán fue enviado a la Academia Internacional de Policía en Washington (USA) donde cursó la especialización en investi-gación criminal. Con el grado de mayor ocupó durante tres años la ayudantía de la Subdirección General ocupada por los mayores generales Nico-lás Ríos Meza y Manuel José López Gómez, en forma sucesiva.

Otros cargos: fue destacado su paso por las siguientes dependencias:

l Comandante de la V y la XII Estaciones de Policía de Bogotá.

l Director de la Escuela de Policía “Simón Bolí-var” de Tuluá.

l Comandante del Departamento de Policía “Bolívar”.

l Director de la Clínica de la Policía y luego Ge-rente del proyecto Hospital Central.

l Comandante del Departamento de Policía Norte de Santander.

l Inspector Delegado.l Agregado de Policía ante la Embajada de Co-

lombia en la República de Ecuador.l Director de Personal de la Policía Nacional.l Director Administrativo de la Institución.l Director de Sanidad Policial.l Director Operativo.l Inspector General.l Subdirector General.l Director General de la Policía Nacional, nom-

brado por el entonces Presidente de la Repú-blica doctor César Gaviria Trujillo.Adelantó todos los cursos reglamentarios para

sus ascensos en los diferentes grados, conforme a las exigencias estatutarias de nuestra profesión, como el

de Integración de Defensa Nacional CIDENAL y Altos Estudios Militares CAEM en la Escuela Supe-rior de Guerra, alta Gerencia en la Universidad de los Andes, Investigaciones criminales y fronteras en Washington; control al narcotráfico en Paris (Fran-cia); alta gerencia y técnica de administración en la Escuela de Administración Pública y administra-ción en la Universidad Cooperativa de Colombia.

También fue expositor en congresos de poli-cía llevados a cabo en Argentina, Perú, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Canadá, Bolivia y Chile.

Su obra de gobiernoEn el campo administrativo se le reconoce por

la ejecución presupuestal y utilización adecuada de los recursos puestos bajo su responsabilidad, finalizando una serie de construcciones y consecu-ción de apoyos para el servicio, trabajos que venía adelantando el anterior Director General Miguel Antonio Gómez Padilla; de esta manera terminó y entregó al servicio una serie de construcciones en los Comandos de Departamento y por ello in-auguró dependencias en Arauca, Tunja, Mocoa, Yopal, San José de Guaviare, Armenia, Florencia, Neiva, Leticia y Riohacha, al igual que en algunas otras Escuelas de Policía.

Aplicación de la nueva reforma policial, con énfasis en el desarrollo institucional, implemen-tando nuevos programas de formación y capacita-ción. El cambio se orientó a elevar la calidad del servicio policial y a mejorar la integración policía-comunidad como elemento fundamental de con-vivencia.

Con el fin de mejorar las condiciones de bien-estar y seguridad, se elaboró un programa de in-versión que implicaba la realización de obras civi-les en diferentes lugares del territorio nacional y la compra de modernos equipos de comunicaciones, armamento, sistemas y automotor necesarios en la actividad operativa.

En octubre de 1994 en un esfuerzo por dina-mizar el proceso de la aviación policial, se adquie-re con cargo al presupuesto nacional, a través de un convenio con la actual Dirección de impuestos Nacionales, un helicóptero BELL 206 B3, cua-tro helicópteros 212 y un avión Beechcraft Super King 300 que a partir de esa fecha fue asignado para el uso de quienes ocuparan el cargo de Direc-tor General de la Policía Nacional.

En la parte operativa le correspondió participar de manera activa en la conducción de grupos espe-ciales para contrarrestar la delincuencia organizada;

Semblanza

General Octavio Vargas SilvaCon fecha 1 de enero de 1995, el gobierno nacional designó al general Octavio Vargas Silva como Agregado de Policía ante los países miembros de la Unión Europea.

Page 11: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 11

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: Mayor general ALBERTO RuIz GARCíA

Es lo que produce el observar con estupor la tris-te expulsión de la Policía en el corregimiento Los Mangos en el municipio de Argelia, (Cauca).

Hace unos días los colombianos tuvimos que asistir al doloroso espectáculo de la transmisión por la televisión, de cómo una comunidad enardecida, y, por demás desagradecida, a gritos e improperios

exigía la salida de la policía de su casco urbano, después de obligarlos a recoger sus escasas pertenencias y de incendiar sin reato alguno, las instalaciones policiales del lugar bajo el pretexto de que su permanencia en el poblado los estaba afectando, como consecuencia de los ataques sistemáticos y premeditados de los terroristas de las farc (no merecen la utilización de las mayúsculas) a las instalaciones policiales.

En tantos años de servicio al país y a la institución, no había experimentado un exabrupto de esta magnitud. Pro-duce dolor de patria tener que aceptar un hecho tan lamen-table, sin que la reacción del gobierno, la clase dirigente, ni la de expertos y analistas, que pontifican sin conocimiento directo de estas experiencias, hubiera sido masiva, airada y rotundas, al colocarse en entredicho, nada más y nada menos que el principio de autoridad, el cual viene menoscabándose progresivamente, como si fuera poco, por parte de muchos colombianos que ya se atreven a amenazar y atacar verbal y físicamente a los representantes de la autoridad, cuando son requeridos por flagrante violación de las normas de convi-vencia y respeto a la Constitución y la Ley.

Pero es que parece que la atención solo está puesta en lo que acontece en La Habana, cuando el proceso de paz que se adelanta es solo uno de los elementos de la paz que se pre-gona. El tiempo, desafortunadamente, nos dará la razón de que estos hechos no pueden pasar inadvertidos, porque uno espera que el gobierno se haga sentir como es debido, para sostener una democracia en crisis. Todo parece indicar que los integrantes de las instituciones con la fuerza pública sólo son las fichas claves en el tablero de ajedrez que conduce a la búsqueda del poder.

Más diciente aún resultó la indolencia de los mandos

grupos especiales y bloque de búsqueda que venían funcionando desde la dirección anterior y que bajo su orientación entregaron positivos resultados que llevaron al desmantelamiento de varias organizacio-nes criminales dedicadas al paramilitarismo, narco-tráfico y narcoterrorismo, entre ellas, la baja de los delincuentes Gonzalo Rodríguez Gacha y Pablo Es-cobar Gaviria y captura de varios de sus miembros quienes tenían amenazada seriamente la Institucio-nalidad de la República y a la sociedad civil.

RecocimientosDurante su administración la Policía Nacio-

nal continuó con la racha de reconocimientos que se manifestaron en forma pública por distintos or-ganismos a nivel internacional.

En lo personal, al señor general Octavio Vargas Silva le fueron otorgadas la Cruz de Boyacá en dos categorías, la Estrella de la Policía en sus distintas categorías, la Orden al Mérito del Ejército, la Ar-mada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana y del Congreso Nacional; también de varios Gobiernos e Instituciones Nacionales e Internacionales.

Finalizado su compromiso como Director General en el mes de diciembre de 1994, el go-bierno nacional decidió designar nuevos mandos en la conducción tanto de las Fuerzas Militares como en la Policía Nacional.

Con fecha 1 de enero de 1995, el gobierno nacional designó al general Octavio Vargas Silva como Agregado de Policía ante los países miem-bros de la Unión Europea, con la misión de coor-dinar con dichos gobiernos la actividad de Policía para mantener la cooperación y ayuda en la lucha contra el crimen organizado.

Al término de esta comisión diplomática, el 19 de agosto de 1996, el señor general Vargas di-rigió su carta al Presidente Ernesto Samper Pizano solicitando su retiro del servicio activo, novedad que le fue aceptada mediante Decreto número 001148 del 27 de junio de 1996.

superiores correspondientes, que sabían de la exigencia de la salida de la policía de ese lugar y no actuaron oportuna-mente para impedirlo. Ni siquiera el día de la expulsión se hicieron notar.

Este ignominioso hecho, en que se puso en juego la mag-nificencia del principio de autoridad, y el acatamiento a los deberes ciudadanos, sólo produjo después la comunicación de que la policía volvería a Los Mangos, adonde retornaron, ape-nados, humillados y ultrajados, y no altivos y gallardos como debe ser, en representación de la autoridad legítima, para se-guir siendo objetivo militar, porque se reinstaló la función po-licial fuera del casco urbano, sin la fortaleza que las circunstan-cias requieren. Como era de esperarse, los terroristas volvieron a atacar y dejaron como saldo sangriento 7 policías heridos.

No se nos debe olvidar aquella época nefasta en que el mando superior determinó desactivar 157 municipios de la presencia policial, por que venían siendo motivo de ataques de las farc. Es un error histórico que no debe repetirse. Por fortuna el gobierno anterior dispuso reinstalarlos, difícil ta-rea que nos correspondió adelantar como cúpula policial del momento en coordinación con las Fuerzas Militares.

Además, por qué no decir la realidad sobre los verda-deros motivos de una comunidad que se escuda en las pre-siones que sobre ellos ejercen los bandidos de las farc, para tratar de ocultar su verdadero objetivo, que no es otro dife-rente a que, con el apoyo de los terroristas, necesitan el área despejada (Argelia, los Mangos y El Plateado), para seguir cultivando la coca, como el recurso económico que prefi-rieron, y que tiene invadida la zona del Valle del Patía en límites con el departamento de Nariño. Y, peor aún, facilitar a las farc el despeje del corredor terrestre que viene del Toli-ma y termina en Guapi, para que estos facinerosos puedan libremente canjear, como lo han hecho por mucho tiempo, droga por armas, vituallas y otros elementos de destrucción. Los medios de comunicación podrían adelantar una buena investigación periodística al respecto.

El personal en retiro de la Policía queda a la espera de una respuesta digna y adecuada por parte de las fuerzas vivas de la Nación, y, por qué nó de las organizaciones de derechos humanos, a esta afrenta contra el espíritu de los colombia-nos y el honor de sus instituciones con poder de coerción.

¡Vergüenza y humillación!

Page 12: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial12

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: JORGE ELIÉCER CASTELLANOS

Muchas telarañas se entretejen en la madeja. Existe actualmente una gama de apreciaciones diversas en torno al futuro inmediato y remoto de la Policía Nacional. En los me-dios de comunicación se puntua-lizan aspectos interesantes y el Mi-

nistro Pinzón Bueno se refirió al tema en el mes de febrero último. En torno al tema vale la pena, por ahora, acotar lo siguiente:

La periodista española Salud Hernández, re-cientemente, -2 de agosto pasado-, en su columna de El Tiempo ha dicho que: “Este proceso de paz chueco que nos dejarán firmado el año que viene o en el 2017 requiere una reforma de fondo de la Policía Nacional. Se vendrá una delincuencia salvaje de los guerrilleros que sigan en el monte, gente de 10, 15 y más años de experiencia terro-rista, mejor entrenados y con más disciplina que muchos ‘paracos’. Ya hay capitales con inseguri-dad callejera irrespirable y solo irá a peor”.

Al plantear la comunicadora social una pro-funda reforma de la Policía Nacional, para la próxima época del posconflicto o de la posviolen-cia, igualmente se estaría apreciando con un len-te más objetivo que la institución requiere, urge tener, cuanto antes mejor, bajo sus perspectivas inmediatas, una metódica, organizada, coherente, armónica y productiva visión prospectiva de largo alcance para modernizar sus estructuras, ejercer un

excepcional liderazgo en la sociedad colombiana y cumplir a cabalidad su rol educativo y preventivo que, desde luego podría (conforme a los objetivos de las Fuerzas Militares) en su visión prospectiva- extenderse, en su conducto a toda las entidades con fuerza pública colombiana.

En los diferentes escenarios de la actividad pú-blica colombiana, se preguntan muchos expertos, si en este momento están preparadas las Fuerzas Armadas y de Policía para asumir los roles que les atribuirán los tiempos del posconflicto que se ave-cinan. Hasta ahora, claramente los dictados cons-titucionales y legales, definen con claridad meri-diana los roles del presente, empero, seguramente, se vendrán las reformas legales de adecuación ad-ministrativa, operativa y funcional pertinentes.

Ciertamente, en cuanto atañe a la institución policial como parte integrante de las autoridades de la República y, como cuerpo institución per-manente de naturaleza civil a cargo de la Nación, se reconoce que está instituida para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, bienes, creencias y demás derechos y liber-tades y para asegurar el cumplimiento de los de-beres sociales del Estado y de los particulares. Así mismo, reza en sus cánones legales, que su labor se orienta al mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y liber-tades públicas y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.

Igualmente su finalidad principal permite que la Policía esté destinada a proteger los dere-

chos fundamentales tal como está contenido en la Constitución Política y en pactos, tratados y con-venciones internacionales de Derechos Humanos, suscritos y ratificados por Colombia. Es más, en breve conclusión, se deja en claro que la función policial está regida por la Constitución Política, la ley y los derechos humanos.

Ahora bien, la función de policía de policía se presta con fundamento en los principios de igual-dad, imparcialidad control ciudadano y publici-dad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones. Por tanto, el interés por mantener la convivencia, el respeto re-cíproco entre las personas y estas hacia el Estado, da al ente policial un carácter eminentemente co-munitario, preventivo, educativo, ecológico, soli-dario y de apoyo judicial.

Así las cosas, y definida por la Constitución Nacional que los aspectos atinentes a la Policía Nacional pueden ser reglamentados por la Ley, artículo 218, -la ley organizará el cuerpo de Po-licía-, el nuevo rol de la policía seguramente dará un viraje sustancial, tanto en lo atinente a la pre-servación de la convivencia, otorga solidez a su carácter comunitario.

El nuevo rol requerirá del aumento sustancial del pie de fuerza de la Policía Nacional para que atienda las regiones olvidadas, como las fronteras, que han sido tradicionalmente abandonadas por el Estado e igualmente para iniciar y consolidar su presencia y acción en los gigantescos sectores rurales de nuestra extensísima geografía: los llanos orientales, la Orinoquia, la Amazonia, el Pacífico y el Atlántico colombianos, prioritariamente, sin desatender, claro está, las grandes y estratégicas zonas andinas y las ciudades capitales de departa-mento y demás entidades territoriales de impor-tancia trascendental. Los laboratorios y modelos de atención a las situaciones que se deriven del posconflicto, son totalmente diferentes en Bogotá que en Arauca, Buenaventura, Cartago, San Teo-doro, Clemencia o Simití, por decir solo algunos municipios.

El trabajo es arduo, complejo, necesario y re-quiere la realización de ingentes esfuerzos, prin-cipalmente de grandes inyecciones presupuestales para lograr la ampliación y consolidación de la presencia y acciones institucionales a todo lo largo y ancho de la nación, con miras a atender las ne-cesidades sustanciales, en esta materia.

Preocupa que más de 17.000 servidores públi-cos de la Fuerza Pública, se encuentren inmersos en delicadas situaciones de llamamiento judicial y que un número cercano a 2000 estén judicializa-dos y condenados. Ante estas cifras en aumento, la guerra jurídica se está perdiendo antes del pos-

Visiòn prospectiva de las instituciones con la fuerza pública

“Habrá reducción de las Fuerzas Armadas: Mindefensa

Page 13: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 13

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

conflicto según opinan autorizados expertos de las FF. MM.

Igualmente, la preservación de los derechos prestacionales, del servicio médico, del bienestar social y de las prerrogativas que por ley les han sido otorgadas a estas instituciones, no se pueden menoscabar, pues producirían un desescalona-miento, (como se dice ahora), de la moral interior de sus integrantes. Este ítem es inamovible. Sobre el tema siguen existiendo opiniones autorizadas que aseguran que, efectivamente, habrá desme-dro, en el corto o mediano plazo, situación que las haría por consiguiente, en entidades perdedo-ras dentro del proceso de negociación política que se adelanta en Cuba con el insurgente grupo de cincuenta años de existencia.

Vale indicar, además, que el rol trascendente de los nuevos tiempos de la posviolencia, deman-dan imaginación, creatividad, y a la par, grandes realizaciones.

Las tareas que se vienen, especialmente, para el ente y el cuerpo institución Policía Nacional, en todos los frentes, son de enorme responsabili-dad, en el entendido que abarcará funciones tras-cendentales y territorios gigantescos. Como ente político del conjunto de instituciones nacionales, como ninguna otra fuerza, está llamada a ocupar un lugar preponderantemente social estratégico de liderazgo institucional, en los próximos 30 años, en la vida de los colombianos. El reto, es enormemente grande, pues las otras fuerzas, segu-ramente en uno o dos lustros, tomarán entonces una dimensión más exigua. Veamos la razón.

Ciertamente, habrá reducción de las Fuerzas Armadas en los años venideros, pues así lo admi-tió, en enero pasado, el ministro de defensa Juan Carlos Pinzón, quien aseguró a la prensa nacional e internacional: “que no habrá reducción en el ta-maño de las Fuerzas Armadas colombianas por lo menos en unos 5 a 10 años, porque estas serán las que asumirán la responsabilidad de garantizar los acuerdos de paz, si los diálogos con las Farc llegan a buen término en La Habana”. El pronun-ciamiento de Pinzón Bueno se dio durante su in-tervención en el centro de pensamiento Diálogo Interamericano, en Washington.

Según Pinzón, en un escenario de postconflic-to, las Fuerzas Armadas jugarían un importante papel en diversos frentes. Entre ellos; ingeniería, construcción de carreteras, protección de la biodi-versidad y participación en misiones de paz a nivel internacional. “Con la paz –sostuvo– no desapa-recerá el crimen y lo más probable es que se llegue a una combinación entre Ejército y Policía para enfrentar problemas que vayan surgiendo”.

El Ministro insistió en que la razón por la que el país está cerca de la paz “es por el trabajo de las FF. AA.”, y aunque reconoció que dentro de la institución hay voces que no están de acuerdo con las negociaciones de paz, dijo “es innegable el compromiso” de las Fuerzas Armadas y su “obe-

Reiteran a todos los integrantes de la Fuerza Pú-blica y a las familias de los Héroes de la Patria fallecidos, especialmente de quienes perdieron la vida en los hechos recientes ocurridos en Coda-zzi Cesar y en el Urabá Antioqueño, su más sin-cero saludo de condolencia y solidaridad e implo-ra al Todo PODEROSO los asista con fortaleza y resignación para soportar este difícil momento. Que la Patria agradecida les acompañe siempre y su memoria sea ejemplo de vida para esta y futuras generaciones.A los mandos de la Fuerza Pública, les expresa-mos nuestro respaldo y solidaridad en el cum-plimiento de las obligaciones que les impone la Constitución y la Ley para el bien de nuestra nación y el fortalecimiento de nuestro Estado de Derecho.

diencia” a la hora de cumplir con las órdenes del Presidente. “No se puede esperar que todos estén de acuerdo. Eso no sucede en ninguna oficina. Pero lo que cuenta es si han cumplido con las ór-denes presidenciales. Y puedo decirles que lo han hecho”, afirmó.

Ante estas declaraciones no cabe la más remo-ta duda que las FF.AA se irán reduciendo en su tamaño, poco a poco en el primer lustro, y más acentuadamente, es probable, a partir del final de una década, a posterior de la firma del Acuerdo de negociación política en Cuba.

En el futuro se avizora que se llegará a un di-rector civil, propuesta del Senador Juan Manuel Galán, y a una dirección o jefatura de Policía Na-cional subordinada a un Ministerio, del interior o si se crea el de la Seguridad Ciudadana.

El fiscalismo de nuestros dirigentes de la Ha-cienda Pública, puede llegar a dictar reformas de ampliación de la base tributaria y de reducción o eliminación de pensiones especiales como ya ha ocurrido y, desde luego, de desaparición de regí-menes prestacionales como el de las FF.MM., en aras de un principio de igualdad funesto y, lo que es peor, propendiendo a largo plazo por una jus-ticia social y equidad social en todos los órdenes. Esta situación se palpa en el Congreso Nacional y se oye en los diversos laberintos sociales que ocu-pan quienes han sido los héroes de la patria.

Amanecerá y veremos, es la sentencia que con gran temor, se escucha por los cuarteles y batallo-nes de los uniformados que defienden la institu-cionalidad colombiana.

EL COLEGIO DE GENERALES DE LA POLICIA NACIONAL, LA ASOCIACION DE OFICIALES EN RETIRO DE LA POLICIA

NACIONAL Y LA ACADEMIA DE HISTORIA POLICIAL

Page 14: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial14

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: Brigadier general (RA) JORGE ENRIquE BuLLA quINTANA

No olvidar que la Policía Rural existe, proactivamente, desde el nacimiento de nuestro cuerpo - institución.

Conocedores del momento his-tórico por el que pasa el país y de cara a un posible escenario de des-escalamiento del conflicto armado,

se dará la oportunidad de afianzar los valores y preceptos de la filosofía policial en el ámbito rural, por la necesidad que requerirá la Patria de consolidar en contextos de paz, en la sociedad

productiva del sector agropecuario; un escena-rio óptimo para que los conocedores de la di-námica de las condiciones ambientales, físicas, climáticas, ecológicas, productivas, sociológicas y culturales, apliquen sus conocimientos efec-tivos en atención de preceptos normativos y constitucionales, en búsqueda de la conviven-cia, solidaria y tranquila en todo el territorio colombiano.

En virtud de lo anterior, me permito pre-sentar al distinguido órgano colegiado de los ge-nerales de la Policía Nacional, el recuento de los conceptos y preceptos que en la década de los “se-senta” nacieran de manera tímida, pero afianzada sobre la manera de asumir los retos en el sector rural colombiano, a través del libro que publicara

el suscrito para la época, titulado “El Carabinero Colombiano”.

Dicha publicación contó con la aprobación de los estamentos académicos de la Institución para la época, además del prólogo redactado por el prominente doctor Abel Naranjo Villegas, abo-gado, y quien fuera rector de la Universidad Na-cional y exministro de Estado.

Dichos documentos se transcriben al pie de la letra, como “baluarte” histórico, para que su lec-tura genere interés en la función de Policía rural, en momentos tan necesarios para pensar en la re-composición del campo colombiano.

Veámoslo:

IntroducciónLa Policía Rural tiene como misión específica

el mantenimiento del orden, de la seguridad y de la salubridad pública entre los habitantes del agro.

A la Policía Rural, que como autoridad está encuadrada dentro del marco de objetivos que se-ñala la Constitución Nacional cuando dice: “Las Autoridades de la República están constituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en sus vidas, honra y bienes, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”, le atañe, dentro de la concepción “RURAL”, a más de autoridad esencial y primariamente preventiva y, secunda-riamente “represiva”, un conjunto de calidades y conocimientos indispensables para llevar a feliz término su cometido, constituyéndose el Agente, sin pensarlo siquiera, en maestro y guía.

En consecuencia, de acuerdo con esta modali-dad, es natural y de imprescindible obligatoriedad profesional, que el Agente Rural, para cumplir concienzudamente con su delicada misión, haya asimilado metódica, científica y sistemáticamente, un acervo de conocimientos tales como: legisla-ción sobre tenencia de predios rurales, disposicio-nes sobre uso común de las aguas, caza y pesca; sintomatología de enfermedades infectoconta-giosas de mayor ocurrencia en el campo; conoci-mientos sobre flora y fauna, etc, etc., a cuya labor docente encaminamos el presente trabajo.

Lo expuesto atrás, a guisa de nota introduc-toria, es la concepción personal de la misión de la Policía Rural; los noventa temas son el fruto paciente, esmerado; por qué no decirlo, exhaus-tivo, en la compilación de leyes, reglamentos, cir-culares, etc., que se hallan dispersas en infinitas publicaciones.

Vaya con mi complacencia este modesto tra-bajo que presento a los abnegados servidores de la Policía Colombiana y particularmente a mis com-pañeros de carrera y de especialidad.

Si con él presto un servicio a mis Carabineros y, por ende, logro realizar el ideal que me tracé al ejecutarlo, seré suficiente y cumplidamente re-compensado.

Acerca de un opúsculo de Policía

Page 15: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 15

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

PrólogoHe leído con deleite y provecho este libro “El

Carabinero Colombiano” cuyo autor es el señor ca-pitán Jorge Enrique Bulla Quintana, Va dirigido a todos aquellos que se alistan al servicio de la socie-dad de nuestra patria como pertenecientes a una especialidad nueva de la Policía “La Policía Rural”.

El concepto de Policía, por contraste con el Ejército, es relativamente moderno. Obedece al proceso de división del trabajo que ha ido brotan-do con la ambición del perfeccionamiento social. El poder público, que antes tenía su brazo ejecutor en el Ejército, distinguió por fin, con el Estado Democrático, la función de preservación, cautela, vigilancia y coerción de la función fulminante y defensiva de la soberanía nacional. La Policía es, pues, en cierta manera, un símbolo viviente de la civilización de un pueblo. Cuando una sociedad confía su tutela en un buen sistema y cuerpo de jueces y un eficaz cuerpo de Policía es porque esa sociedad ha llegado al momento de su madurez. El Ejército, aun cuando cuerpo permanente, tiene una función de emergencia subitánea y, en cierto modo, accidental. Su misión originaria es la de-fensa de la soberanía nacional. En cambio, la Po-licía tiene una función permanente de prevención y vigilancia y, esporádicamente, de fuerza física.

Este objetivo general de los dos cuerpos es el que suministra el criterio para distinciones más precisas entre uno y otro cuerpo, así:a) Intervención. La del ejército esencialmente ar-

mada, como cuerpo disciplinado y coherente. El uso del arma es esencial a su intervención ofensiva. En cambio la Policía sólo puede usar armas con sentido defensivo.

b) Responsabilidad. La del Ejército está en los Jefes, porque la disciplina no operaría si fueran discutidas las órdenes. En cambio, las Policía tiene una responsabilidad personal en cada uno de sus agentes.

c) Obediencia. El soldado es ejecutor absoluto. La obediencia del Policía es reflexiva y no au-tomática.

d) Jurisdicción. El Ejército actúa en cierta ma-nera en situaciones de anormalidad y, por tan-to, dentro de una legalidad extraordinaria. La policía tiene que actuar dentro de la legalidad normal.Estas distinciones sencillas convierten la mi-

sión de Policía en una de las más difíciles y esme-radas a que puede aspirar un pueblo. El agente, en la mayoría de los casos, vigila la conducta de las gentes y ayuda a que ella pueda desenvolverse pacíficamente, dentro de los cauces legales y de las buenas costumbres. Para actuar así tiene que tener un nivel moral muy elevado, con capacidad de discernimiento y con poder discrecional para resolver con acertado criterio muchas situaciones.

Pero el caso de la Policía Rural es todavía más complejo. Esta es una especialidad nueva (aun-

que antigua) de la Policía. Particularmente en un pueblo como el nuestro, con una densa po-blación campesina y la topografía más compleja que sea dable encontrar, el Agente Rural viene a ser algo así como uno de los guías de la comuni-dad. Debe estar capacitado no sólo para proteger la vida, y bienes de los ciudadanos, sino que esa protección comprende, en el área rural, el auxilio, conducción y resolución de cotidianos problemas. Orientación elemental de cultivos, cuido de gana-dos, mejora de caminos, tratamiento y prevención de enfermedades; hasta primeros auxilios a las per-sonas, principalmente mujeres y niños.

La reciente formación en Colombia de los Ca-rabineros es un paso extraordinario en el progreso de nuestras instituciones. Cuerpo técnico, discipli-nado y preparado para la actuación en la vida rural, la confianza que suscite en la comunidad es la ga-rantía de su éxito. Afortunadamente por todas par-tes, donde se ha sentido su influjo, hay ya un cla-mor unánime por su extensión y fortalecimiento.

El nuevo Cuerpo de Carabineros es la res-puesta a uno de los fenómenos más inquietan-tes que le han ocurrido a Colombia: el fracaso del Estado en los campos. Puede decirse que lo que ha ocurrido es que el Estado ya no funciona, bien o mal, sino en las ciudades. En su sentido providente y no represivo, el Estado se acantonó en los pueblos, donde hay asistencia sanitaria, educativa, energía eléctrica, acueducto, teléfo-nos, etc. El campo fue quedando desguarnecido, sin servicios de ninguna naturaleza. Allí explotó, por razones obvias, la descomposición social de los últimos tiempos, y el conflicto interno de un pueblo que busca confusamente el acomodo a nuevas estructuras sociales.

De ahí la importancia de un Cuerpo que va

a cubrir esa urgente necesidad de articular la vida campesina a la civilización. Semejante tarea le co-rresponde a este cuerpo abnegado y heroico.

Todo ese enorme problema es el que está con-templado en el libro del señor capitán JORGE E. BULLA QUINTANA. Después de conocer otros cuerpos similares en países de dentro y fuera del he-misferio americano, cómo me resulta de grato dar testimonio de que este libro es un perfecto manual para todos aquellos compatriotas que van a pres-tarle ese servicio a nuestra sociedad. Libro magní-ficamente concebido, bien escrito, claro, ameno y útil. Tengo la certeza de que es una extraordinaria contribución al desarrollo y crecimiento de uno de los organismos que más necesita Colombia.

Un personal formado en los principios mora-les, científicos y de cortesía aquí prescritos puede ser un legítimo orgullo de los Colombianos. Está destinado a convertirse en la espina dorsal de las poblaciones rurales; aquellas que andan errantes y dispersas en los vericuetos de nuestra geografía, una de las más accidentales de la tierra. Ojalá, este libro sea leído no solamente por los que van a ser-vir a esos cuerpos de la Policía rural sino por todas las gentes para que aprendan a ver en ese Carabi-nero y hasta en el noble animal que jinetean, los portadores de una civilización que entra a caballo en toda la extensión de nuestras montañas.

Del Editor : Los conceptos contenidos en es-tos escritos corresponden al texto “El Carabinero Colombiano” que elaboró y publicó el entonces capitán Jorge Enrique Bulla Quintana, hoy cole-giado y brigadier general en uso de buen retiro. Se retoman hoy con el prólogo del doctor Abel Na-ranjo Villegas aunque fue escrito en 1960 – cuan-do se reorganizó la especialidad de Policía Rural - pues recobra actualidad su contenido.

La Policía Rural tiene como misión específica el mantenimiento del orden, de la seguridad y de la salubridad pública entre los habitantes del agro.

Page 16: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial16

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por Brigadier general (R.A) JAIRO ROLANDO DELGADO MORA Director de Análisis del Observatorio de Política

y Estrategia en América Latina (OPEAL).

“(…) Y también hablamos sobre la posibilidad y la ne-cesidad de realizar una cooperación en Colombia para el posconflicto, usando la metodología y los esquemas de la gendarmería aquí en Francia para buscar mejorar la segu-ridad en el campo en Colombia, la seguridad rural (…)”1

Resumen

El Gobierno y las Farc han expresado públicamen-te iniciativas e intenciones de reformar el modelo de seguridad en el posconflicto, a pesar de que en el acuerdo no está estipulado su discusión. Se han considerado al menos tres reformas: fortalecer el actual modelo de seguridad rural de la Policía Na-cional; la creación de Gendarmería Nacional de

Colombia; y la reorientación del rol de las Fuerzas de Tarea Conjunta. Un análisis de estos tres elementos de trasforma-ción de la seguridad rural y de la impertinencia de adoptar el modelo salvadoreño.

Seguridad y agenda de negociación en La Habana

El punto tercero (fin del conflicto) del “Acuerdo Ge-neral para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” que sirve de marco a la nego-ciación que actualmente se desarrolla entre el Gobierno y las Farc, no contempla ningún tema atinente al modelo de seguridad del país ni a la estructura de la Fuerza Pública. Sin embargo esa circunstancia no ha impedido que en el trascurso de las conversaciones, las partes expresen iniciati-vas e intenciones (“temas complementarios”) relacionadas con la importancia de abocar asuntos de seguridad y de Fuerza Pública.

Esta situación además de producir incertidumbre, ge-nera un interrogante: ¿el modelo de seguridad y la estruc-tura de la Fuerza Pública tendrán modificaciones como consecuencia de la hipotética suscripción del Acuerdo, sin el requisito de ser incluidos en las negociaciones de paz?.

Es necesario recordar que el nombramiento de la sub-comisión militar-policial integrada por oficiales en servicio activo, para abordar temas de desmovilización y dejación de armas, no estaba contemplado de manera específica en la agenda de los diálogos, lo cual no fue óbice para su sor-presiva conformación y participación en La Habana.

En consecuencia el hecho de que los temas mencio-nados no estén expresamente incluidos en la agenda de negociación, no garantiza su exclusión de las reformas ins-titucionales que tendría el país ante el eventual fin del con-

flicto. Efectivamente el numeral quinto del punto tres con-templa: “el Gobierno Nacional revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz”. Una formulación tan amplia y genérica deja un espacio abierto para cualquier tipo de reforma, transformación o adaptación institucio-nal. A fin de cuentas, es evidente que el fin del conflicto implica reformas institucionales.

Los siguientes cuadros elaborados por OPEAL para este documento, muestran los temas complementarios de los diálogos de paz en relación con la seguridad y la Fuerza Pública, que han sido expresados en diferentes oportunida-des por las partes durante la vigencia de los actuales diálo-gos en La Habana.

Debe destacarse además que en relación con el des-mantelamiento del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidistur-bios), el tema hace parte de las denominadas salvedades de la Agenda (puntos formalmente planteados en la mesa de diálogos pero pendientes de negociar).

Gobierno Nacional: Temas Complementarios Seguridad y Fuerza Pública

• CrearelMinisteriodeseguridadciudadana,alcualper-tenezca la Policía Nacional.

• Fortalecerlaseguridadrural,tomandocomoreferenciamodelos externos como el de la gendarmería francesa.

• Considerarlainclusióndedesmovilizadosdelaguerri-lla a una eventual policía rural.

• Mejorarlaseguridadenelcampo.

Farc: temas complementarios Seguridad y Fuerza Pública

• DesmantelarelEscuadrónAntidisturbios-ESMAD-dela Policía Nacional.2

• Desmontarlosbatallonesdecontrainsurgencia.• Reducirelpiedefuerza.• Reformarladoctrinamilitar.

Transformación de la seguridad rural Desde la perspectiva de los fenómenos de alto impac-

to en la criminalidad rural, son el narcotráfico y la mine-ría ilegal, los dos vectores que producen el porcentaje más elevado de violencia. Alrededor de esos vectores subsisten además otras modalidades delictivas como el tráfico ilícito de especies animales, vegetales y madera, el hurto de ga-nado, el hurto a fincas, el hurto de hidrocarburos desde tramos de los poliductos, el despojo de tierras, la extorsión. En consecuencia la criminalidad rural de alto impacto es generada por los grupos guerrilleros, las bandas criminales y los carteles del narcotráfico, estructuras que se disputan

el monopolio ilegal de la fuerza para controlar ese espectro del delito. Tres alternativas estarían gravitando en la pro-yectada reforma a la seguridad rural, las cuales se abordan brevemente a continuación.

l. Fortalecer el actual modelo de seguridad rural de la Po-licía Nacional.

La Policía Nacional a través de la Dirección de Cara-bineros y Seguridad Rural ha venido cumpliendo históri-camente con el rol de garantizar esa categoría de seguridad en Colombia. Igualmente ha ido introduciendo los ajustes necesarios para atender las nuevas demandas de seguridad rural que van emergiendo en el país como consecuencia de los cambios en el comportamiento de la criminalidad.

Se puede resaltar la estructuración del Escuadrón Mó-vil de Carabineros –EMCAR–, como unidad especializada para atender procesos de erradicación de cultivos de coca, atacar la minería ilegal y enfrentar las bandas criminales. De igual forma esa estructura policial, constituye un apoyo estratégico para la Unidad de Restitución de Tierras y Anti-terrorismo creada en 2011 con el propósito de garantizar la reparación de las víctimas de despojo de tierras, un aspecto crucial en el posconflicto.

La experiencia y el conocimiento acumulado por la Di-rección de Carabineros y Seguridad Rural, en lo atinente a la gestión de la seguridad rural, la administración logística del modelo y la operatividad en ese ámbito, se convierten

Perspectiva de reformas al modelo de seguridad en Colombia

Page 17: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 17

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

en el capital institucional más importante para encaminar en un comienzo los esfuerzos gubernamentales hacia el for-talecimiento policial, antes de inclinarse por la implanta-ción de una nueva organización armada.

2. Crear una quinta fuerza armada: la Gendarmería Nacional de Colombia

El primer aspecto que debe considerarse en esta op-ción, está relacionado con los altos costos que acarrearía en nómina, formación y disponibilidad de recursos logísticos para su dotación. Se encontraría también el problema de la selección del recurso humano adecuado para desempeñarse con eficiencia en el campo de la seguridad rural.

Cuatro formas de selección se podrían explorar en refe-rencia al recurso humano: incorporar nuevo personal para la gendarmería, desdoblar unidades de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, incorporar solamente desmovilizados de las Farc y del Eln o conformar una unidad mixta mili-tar-policial y de ex guerrilleros. En cualquiera de los casos, el proceso requerirá un tiempo considerable. Pero además demandará la elaboración de reglamentos y manuales en donde deba converger la “nueva” visión de seguridad, cons-truida principalmente entre militares, policiales y ex – sub-versivos, aspecto que ocasionaría un galimatías que puede reproducir pasados e inconvenientes sentimientos de anta-gonismo (los sentimientos del conflicto armado interno), que afectarían la viabilidad de esta opción.

Por otro lado se plantea el dilema del futuro quehacer de cientos de ocasionales desmovilizados, formados en el ejercicio de la violencia armada ilegal durante periodos re-lativamente prolongados. Se considera que esa experiencia debería canalizarse hacia las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, porque de esta manera se evitaría la reproduc-ción de la violencia en el posconflicto.

No obstante una de las características de la reintegra-ción de guerrilleros en Colombia en la última década, es-taría demostrando que un mayor porcentaje de ellos bus-ca abandonar definitivamente el camino de las armas. De acuerdo con un experto de la Agencia Colombiana para la Reintegración, consultado por OPEAL, uno de los ob-jetivos del programa es desestimular el uso de las armas, incluso si el desmovilizado fuere vinculado a empresas de vigilancia privada.

La definición de los nuevos paradigmas de seguridad y la identificación de la continuidad y transformación de las amenazas, debe constituir el punto de partida para determi-nar con mayor certeza si los ex guerrilleros que abandonen las Farc y el Eln por causa del fin del conflicto, están en con-diciones de asumir roles de seguridad de la Fuerza Pública.

La introducción de una nueva categoría de seguridad como la seguridad ambiental, podría constituir el escenario de mejor aproximación para ubicar los eventuales desmovi-lizados. La elaboración de estrategias y planes de protección de los recursos naturales, permitiría encontrar un ámbito más adecuado para incluir en un comienzo el remanente de ex guerrilleros. Sin embargo por otro lado está la nueva condición del ex insurgente, quien deseará ser tratado como individuo, con aspiraciones personales y familiares, lo cual orientará la decisión para aspirar a unos espacios laborales distintos a los de su experiencia en la violencia armada.

3. Reorientar el rol de las fuerzas de Tarea Conjunta Las Fuerzas de Tarea Conjunta encuentran un antece-

dente importante en el año 2003, cuando se creó la Fuerza de Tarea Conjunta Omega con sede en el fuerte militar de Larandia (Caquetá). El objetivo central de esta unidad espe-cializada consistía en atacar el corazón estratégico de las Farc en el suroriente del país, manteniendo una intensa campaña militar sostenida hasta neutralizar definitivamente el plan de toma del poder por las armas del grupo guerrillero.

Posteriormente y luego del punto de inflexión del con-flicto en el año 2008, se reorientan las estrategias militares en el marco de la operación Espada de Honor, cuyos estudios se elaboran en el año 2011 y empezó a aplicarse en 2012.

Mediante la técnica de sistema rival se analiza la si-tuación de las Farc en su estructura (mando, dirección y presencia territorial), doctrina, financiación y recursos, ac-tividad política y capacidad armada, aspectos que permiten fundamentar la adopción de nuevos modelos de operación militar, a través de diez Fuerzas de Tarea Conjunta ubicadas en las áreas de retaguardia estratégica de las Farc.

Hoy, cuando la negociación política de La Habana ha incluido la participación de militares y policiales en servicio activo, con el propósito de asesorar el debate del punto tres sobre fin del conflicto, en donde se buscarán entre otros, fórmulas para su desescalamiento, las Fuerzas de Tarea Conjunta podrían implementar la dimensión de seguridad y desarrollo nacional desde las regiones fronterizas, confor-mando las Fuerzas de Tarea Conjunta de Fronteras, que

asumirían de esta forma el rol que le correspondería ejecu-tar a una gendarmería en esos territorios limítrofes.

La sustancial diferencia entre los procesos de Colombia y El Salvador

Uno de los referentes que han tenido los promotores de la iniciativa de incluir desmovilizados de las Farc y el Eln en la Fuerza Pública, lo constituye el Acuerdo de Paz de Chapultepec, entre el Gobierno de El Salvador y la gue-rrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacio-nal –FMLN–, suscrito en 1992. Acuerdo que estableció el ingreso de ex guerrilleros a la nueva Policía Nacional Civil y grandes reformas a las Fuerzas Armadas, incluyendo su doctrina, sistema educativo, un plan de reducción del pie de fuerza y la depuración.

No obstante, las reformas a las instituciones armadas de El Salvador, se dan porque estas fueron deslegitimadas. El argumento reformista partió de esa premisa: a las Fuer-zas Armadas y la Policía salvadoreña no se les reconocía legitimidad.

El ex guerrillero del FMLN Schafik Handal (fallecido en el año 2006), quien como insurgente activo hizo parte de la denominada Comandancia General de ese grupo (es-tructura similar a la del Secretariado de las Farc), y participó en las negociaciones de paz dijo: “(…) lo principal de este logro es el fin de la hegemonía militar sobre la nación civil (…)”3. En relación con el tema de la Fuerza Armada y los Acuerdos de paz, señaló: “(…) los magistrados y jueces eran nombrados bajo la aprobación del poder militar omnímodo (…). La Fuerza Armada derivó en una especie de partido político (…). Fue así como se logró: (…) disolver los cuatro cuerpos de seguridad existentes (Guardia Nacional, Policía de Hacienda, Policía de Aduana y Policía Nacional) (…)”4

La ilegitimidad que en su momento se le atribuyó a la institucionalidad armada salvadoreña y que permitió luego ser la causa principal para la inclusión de ex guerrilleros del FMLN a la de-nominada nueva Policía Nacional Civil, le dio a ese proceso, una connotación de cuotas políticas5 acordadas entre las partes para admitir determinado núme-ro de subversivos desmovilizados en la nueva organización armada de El Salvador.

Del proceso de diálogos en La Habana no se desprende aún ninguna posibilidad de transacción política entre las partes, para convenir cuotas de ex guerrilleros de las Farc que integrarían la Fuerza Pública, luego de suscribir el acuerdo de paz.

El caso de El Salvador por consiguiente se debe tomar de manera muy tangencial como ejemplo para aplicar en Colombia. Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional de Colombia, no son instituciones deslegitimadas en vía de disolución.1. Apartes de lo manifestado por el presidente Juan Manuel Santos al concluir una reunión en parís con el primer mandatario francés Francois Hollande, durante la gira presidencial realizada en enero de 2015.2. En el denominado grupo de las principales salvedades del segundo punto de la agenda “Participación Política”, el numeral 4 indica: “proscripción del tratamiento militar a la movi-lización y protesta, desmantelamiento del ESMAD”.3. Handal, Schafik (2006) una guerra para construir la paz. Bogotá. Editorial Ocean sur. P. 544. 4 Ibidem. PP44, 45, 46.5. (…) y que la participación de los excombatientes del FMLN no sea mayor que la de ex-miembros de la Policía Nacional, ni a la inversa (…)”. Del Acuerdo de paz entre el gobierno del Salvador y la guerrilla del Frente Faraundo Martí para la liberación nacional, literal f sobre personal, capítulo II Policía Nacional Civil.

Page 18: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial18

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: Brigadier general GuILLERMO LEÓN DIETTES PÉREz Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial

El 24 de mayo de 2015, se cumplieron 25 años de fundación de la Academia Co-lombiana de Historia Policial, que desa-rrolla una meritoria tarea como garante del proceso histórico de la Policía Nacio-nal de Colombia a través del tiempo.

En el presente artículo registramos una información básica para conocimiento de los lectores, con el fin de divulgar sus actividades y para solicitar a quienes se encuentren interesados su apoyo y colaboración para divulgar los hechos de gran significación en nuestro Cuerpo – Insti-tución.

¿Qué es la Academia?La Academia Colombiana de Historia Policial

es una corporación dependiente de la Vicerrecto-ría de Proyección Social de la Dirección Nacional de Escuelas (DINAE) de la Policía Nacional.

Está encargada de investigar y divulgar los procesos históricos de la institución en su papel protagónico nacional e internacional.

Nuestra comunidad cuenta con una sólida es-

tructura fundamentada en procesos históricos; el presente ha sido el resultado del esfuerzo de quie-nes construyeron el pasado y a su vez, han propi-ciado una entidad institucional, sus funciones, el deber ser, los registros del pasado y el cúmulo de acciones que integran la memoria colectiva insti-tucional: “nuestro patrimonio”.

AntecedentesNació con el nombre de “Círculo de Historia

de la Policía”, el 24 de mayo de 1990, cuando se elaboraron los primeros estatutos e incorporaron sus primeros miembros.

Más adelante, el 30 de julio de 1992 se elevó a la categoría de “Academia Colombiana de His-toria Policial”, nombre oficial con el cual aparece actualmente. Este cambio surgió por sugerencia del doctor Roberto Velandia Rodríguez, quien en ese momento ocupaba el cargo de Secretario de la Academia Colombiana de Historia.

FundadoresLa Academia fue creada el 24 de mayo de

1990. Las primeras reuniones se llevaron a cabo en la sede de la Academia Colombiana de Historia (Calle 10 No. 8-95) de la ciudad de Bogotá.

Quiénes son los AcadémicosLos miembros de la Academia están clasifica-

dos en tres categorías: • Honorarios• DeNúmeroy• Correspondientes.

Sus integrantes son miembros en servicio ac-tivo o en condición de retiro en cualquiera de sus categorías, personal no uniformado y particulares, afectos a la institución y que contribuyan a la in-vestigación de la historia policial.

Requisitos de ingresoPara tomar posesión como miembro de la

Academia, es indispensable presentar una investi-gación sobre temas específicos de la Policía Nacio-nal de Colombia, su historia, o la de instituciones similares de otros países.

Academia Colombiana de Historia Policial, celebra sus bodas de plata

Esta foto corresponde al momento histórico de fundación. Aparecen, de izquierda a derecha: doctor Roberto Velandia Rodríguez, Coronel Guillermo León Diettes Pérez, doctor Roberto Pineda Castillo, General Bernardo Camacho Leyva, Mayor

Humberto Aparicio Navia y brigadieres generales Fabio Arturo Londoño Cárdenas y José Domingo Murcia Florián.

El General Rodolfo Palomino López, Director de la Policía impone la condecoración “Servicios Distinguidos” a la bandera de la Academia Colombiana de Historia Policial.

Page 19: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial 19

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Objetivos1. Contribuir al conocimiento mediante la inves-

tigación de proyectos, que estudien y analicen los procesos históricos de la Policía Nacional de Colombia.

2. Consolidar el fondo editorial que realiza la difusión del conocimiento especializado y la transmisión de saberes en constante renova-ción. La Academia Policial, en este aspecto, presenta un catálogo de publicaciones orien-tada a la comunidad académica con la elabo-ración de Cuadernos Históricos que recogen trabajos de sus miembros.

3. Actuar como órgano asesor y consultor de la Dirección General de la Policía Nacional en los temas de su competencia, coordina la pre-paración y realización de certámenes y actos conmemorativos patrios e institucionales, de acuerdo con las instrucciones del mando po-licial y la junta directiva de la Academia.

4. Recuperar los archivos orales y escritos que constituyen una forma de rescatar la memoria que son el punto de partida para revitalizar la cultura institucional.

5. Crear Capítulos de historia policial en las dis-tintas unidades del cuerpo.

6. Estimular a quienes se interesen por temas his-tóricos de la Policía.

Capítulos de Historia Para facilitar su funcionamiento se han creado

“Capítulos de Historia Policial” en algunos depar-tamentos y escuelas de Policía.

El teniente coronel Luis Eduardo Altamar Valdivia Presidente del Capítulo de Historia Policial del Risaralda, recibió la medalla Comandante Eduardo Cuevas García de manos del General Teodoro Campo Gómez Presidente del Grupo de Oficiales Carabineros.

Los fundadores de la Academia fueron condecorados con la medalla “A toda una vida” y reciben la felicitación de la Brigadier general Mireya Cordon López, Directora Nacional de Escuelas.

Estos son: Departamentos: Santander, Valle del Cauca, Risaralda, Boyacá, Antioquia.

Escuelas de Policía: de Cadetes de Policía General Santander, de Suboficiales y Nivel Eje-cutivo Gonzalo Jiménez de Quesada, Eduardo Cuevas (Villavicencio), Rafael Reyes (Santa Rosa

de Viterbo Boyacá), Carlos E. Restrepo (La Estre-lla – Antioquia), Escuela Penitenciaria Nacional “Enrique Low Murtra” (Funza – Cundinamarca), Miguel Antonio Caicedo Mena (Yuto – Chocó), de Inteligencia y Contrainteligencia TC. Javier Antonio Uribe Uribe” (Bogotá).

Page 20: EstrElla Policial - PONALAlberto Lleras Camargo Presidente de la República de Colombia 1958 – 1962. ... aciertos así como los errores y desaciertos de quienes nos han antecedido

EstrElla Policial20

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: yENCy CONTRERAS ORTIzProfesora del Instituto de Estudios urbanos

universidad Nacional de Colombia.

Las medidas para desincentivar el uso del vehículo particular y mejorar los tiempos de viaje son tras-cendentales, pero no suficientes frente a los proble-mas de movilidad en las ciudades, que constituyen un reto para los próximos alcaldes. Peajes urbanos, parqueaderos disuasorios e incentivos a la bicicleta, entre otras estrategias, solo cobran relevancia en el

escenario de un sistema de movilidad intermodal. El crecimiento urbano en Colombia ubica a Bogotá,

Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena como las ciuda-des más pobladas a 2015. En 10 años, el promedio del in-cremento de habitantes fue del 11,3 %, que para el caso de la capital del país se ha expresado en casi un millón de habitantes más, mientras en Medellín y Cali fueron casi 250.000. Estos datos permiten dimensionar los principales problemas y retos, en algunos casos comunes, a los que se enfrentan estas ciudades.

El primero de estos es que pese a que los sistemas masi-vos vienen aumentando el número de pasajeros transporta-dos desde 2011, un gran porcentaje de los viajes se realiza en transporte particular. Según la información reportada por las secretarías de tránsito y movilidad para el Informe de Calidad de Vida 2011-2013, de la Red de Ciudades Cómo Vamos, en Medellín el uso del transporte privado (moto o carros) ha aumentado hasta un 24 %, mientras en Bogotá llega al 19 % del total de viajes diarios. Los casos más llamativos son Cali y Bucaramanga, con el 38 % y el 40 %, respectivamente. Este fenómeno se asocia al crecimiento del parque automo-tor entre 2011 y 2013, reflejado en el aumento de motoci-cletas (con incrementos entre el 14 % en Medellín, y el 67 % en Cartagena) y de carros particulares (con crecimientos entre el 13 % en Bogotá, Cali, Barranquilla y Bucaramanga; y el 50 % en Cartagena). Así mismo, en 2013, en todas las ciudades se evidenció la gran importancia de la moto como alternativa predominante para el transporte de ciudadanos. Los viajes realizados en este vehículo en las principales capi-tales colombianas están entre el 40 % y el 50 % del total de los que se hacen en sistemas privados. En Bucaramanga, su participación es superior al 60 %. Todo lo anterior parece coincidir con los aumentos poblacionales en las ciudades, el crecimiento económico del país, las condiciones de algunos sectores de la población en estos tres años (aumento del pib, en promedio, del 5,2 %) y la reducción de precios de los vehículos por la entrada en vigencia del tlc.

Baja satisfacciónSegún datos del BBVA sobre el mercado automotriz,

en Colombia, en 2011 se vendieron 325.000 vehículos; en 2012, 316.000; y en 2013, 293.846. Pese a que se dio una reducción del 7 % en 2013, la caída corresponde a vehícu-los de carga y picop, mientras hubo un aumento de utili-tarios (12 %) y taxis (8,8 %). En el caso del ensamble de

motos, se pasó de 53.500 unidades en 2001 a casi 602.000 en 2013. Es importante señalar que el mercado automotor se encuentra lejos de su saturación.

Lo anterior, asociado al “éxito” desbordado de los siste-mas masivos en ciudades como Bogotá y Medellín -lo cual los ha hecho perder capacidad y nivel de servicio-, podría haber incentivado el uso del vehículo particular, pero no. En el caso de Bogotá influyó también el complejo y lento proceso de implementación del SITP. Cartagena, por su parte, tiene un reto muy importante en este aspecto, ya que Transcaribe se encuentra en construcción y se evidencian al-tos porcentajes de viajes en transporte privado, que además corresponden a movilización en moto, fenómeno que puede estar asociado al mototaxismo informal. La encuesta de la Red de Ciudades Cómo Vamos muestra que la percepción y el grado de satisfacción de los ciudadanos con el transporte que utilizan a diario son bajos, independiente del vehículo o tipo de transporte. Aunque en Medellín se evidencia un grado de satisfacción importante (71,3 %), este se ha venido deteriorando, al igual que en Cali y Bucaramanga.

Las medidas como pico y placa y los carriles exclusivos -la primera fue implementada en todas las ciudades y la segunda, solo en Bogotá- han mejorado los niveles de servi-cio y tiempos de desplazamiento del transporte público de manera parcial. Sin embargo, no solucionan de fondo los problemas de congestión, crecimiento de la motorización y preferencia por el vehículo particular. Estas medidas de-ben complementarse con desarrollos de infraestructura de transporte y planes viales que mejoren las condiciones para todos los modos.

Otro escenario Es importante entender que las medidas para desin-

centivar el uso del vehículo particular y mejorar los tiempos de viaje son trascendentales para atender los problemas de movilidad, pero no son suficientes. Los cobros por conges-tión (peajes urbanos), la planeación e implementación de parqueaderos disuasorios, los incentivos a la bicicleta, entre otras medidas, son interesantes, pero solo cobran relevancia en el escenario de un sistema de movilidad intermodal. Es-tos sistemas, que integran todos los modos de transporte, requieren importantes inversiones en gestión de suelo e in-fraestructura de soporte y operación (Transmilenio por la Boyacá, el metro y los cables aéreos en Bogotá, Transcaribe

en Cartagena, las siguientes fases de Transmetro de Barraqui-lla, Metroplus en Medellín y Metrolínea en Bucaramanga). También es clave la articulación con los demás modos de transporte público, más aún cuando existen sistemas que es-tán comenzando a operar en las ciudades, como el sitp en Bogotá o la integración del metro de Medellín con Metro-cable, Metroplus, bicicletas públicas y buses alimentadores.

Adicionalmente, tendrá que revisarse el mototaxismo como fenómeno urbano y el transporte informal, que va en aumento en ciudades como Barraquilla y Cartagena, y en algunas zonas periféricas de Cali y Bogotá. Estos serán retos importantes en materia de regulación, pero sobre todo, de gestión para consolidar sistemas intermodales.

Las medidas y acciones tendrán que pasar por la discu-sión de los instrumentos de gobierno y gestión para con-solidar la relación ciudad-región. Hoy no es posible pensar la ciudad como un territorio desligado de sus vecinos, pues la relación funcional que existe entre esta y sus municipios cercanos, en algunos casos conurbados, es un hecho que determina estos problemas.

Tanto en la financiación, como en la regulación de estos asuntos, es fundamental el trabajo de los gobiernos locales con el nacional. Tres temas son determinantes: los recursos para infraestructura y operación; las reglas para definir las posibilidades de sistemas intermodales que plan-teen soluciones de carácter regional; y la revisión de legisla-ción sobre los subsidios a la operación, con el fin de lograr la sostenibilidad de los mismos en el largo plazo sin trasla-dar los costos al usuario final.

Es necesario, además, contemplar las oportunidades que ofrece la Ley 388 de 1997 a los municipios, en relación con los instrumentos de gestión y financiación del desarro-llo urbano.

Resulta prioritario evaluar no solo los alcances de las asociaciones público-privadas para vincular a estos sectores en la concreción de propuestas tendientes al desarrollo de proyectos de impacto urbano articulados al transporte, sino también revisar los alcances de los derechos de construc-ción y otros instrumentos para la gestión eficiente, tanto de las infraestructuras de transporte articuladas con otros usos urbanos, como del desarrollo urbano de las ciudades.

PALABRAS CLAVE: movilidad urbana, intermodalidad, ciudades. Consúltelas en www.unperiodico.edu.co

Tomado del Periódico de La U.N.

Movilidad urbana, rumbo a la intermodalidad