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L a inmigración, como cualquier fenó- meno social, presenta una imagen poliØdrica. Imagen con variedad de Ængulos y de planos que pueden converger en expresiones de xenofobia, pero tambiØn de su anverso, la xenofilia; ademÆs de posiciona- mientos matizados dentro de la escala ininte- rrumpida que definen las fobias y las filias. En su modelación adquiere un elevado prota- gonismo la actuación de los medios de comu- nicación, las caras que de la inmigración des- taquen y como dibujen la noticia. Si bien el crecimiento ininterrumpido de la inmigra- ción habido en Espaæa durante la œltima dØcada afecta a que la modelación estØ cada vez mÆs mediada por la experiencia de convi- vencia particular que establezcan autóctonos y forÆneos. Este artículo quiere ofrecer una visión panorÆmica y sintØtica de los diversos facto- res que confluyen en la gØnesis y extensión de la xenofobia. Factores que se confrontarÆn con datos de encuesta para dilucidar su vigencia en el contexto sociotemporal actual. Para ello se recaban datos que proceden de tres estudios recientes. Dos han sido finan- ciados por el Observatorio Espaæol del Racis- mo y la Xenofobia (OBERAXE), y se encuen- tran publicados en sendas monografías de 2007 (Inmigración, racismo y xenofobia en la Espaæa del nuevo contexto europeo) y 2008 ( Evolución del racismo y la xenofobia en Espaæa). Otro, ya a tØrmino, ha sido financia- do por el Ministerio de Educación y Ciencia (SEJ2005-00568 - Proyecto MEXEES: «La medición de la xenofobia en la Espaæa de comienzos del siglo XXI»). Este œltimo indaga en los ejes principales que articulan los dis- cursos xenófobos (y xenofílicos), su consonan- cia con las teorías existentes, y la metodo- logía de encuesta que mÆs se adecua a su medición. Metodología cuya efectividad dependerÆ de los indicadores de xenofobia que se empleen, el formato que Østos adopten en el cuestionario y su ubicación; sin desaten- der los errores debidos a la no respuesta y al mØtodo de encuesta aplicado. La presente andadura arranca por el tra- zado de la evolución de las actitudes ante la 39 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80 Filias y fobias ante la imagen poliØdrica cambiante de la inmigración: Claves en la comprensión del racismo y la xenofobia M.“ `NGELES CEA DANCONA* * Universidad Complutense de Madrid.

Filias y fobias ante la imagen poliØdrica cambiante de la

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Page 1: Filias y fobias ante la imagen poliØdrica cambiante de la

La inmigración, como cualquier fenó-meno social, presenta una imagenpoliédrica. Imagen con variedad de

ángulos y de planos que pueden converger enexpresiones de xenofobia, pero también de suanverso, la xenofilia; además de posiciona-mientos matizados dentro de la escala ininte-rrumpida que definen las fobias y las filias.En su modelación adquiere un elevado prota-gonismo la actuación de los medios de comu-nicación, las caras que de la inmigración des-taquen y como dibujen la noticia. Si bien elcrecimiento ininterrumpido de la inmigra-ción habido en España durante la últimadécada afecta a que la modelación esté cadavez más mediada por la experiencia de convi-vencia particular que establezcan autóctonosy foráneos.

Este artículo quiere ofrecer una visiónpanorámica y sintética de los diversos facto-res que confluyen en la génesis y extensión dela xenofobia. Factores que se confrontaráncon datos de encuesta para dilucidar su

vigencia en el contexto sociotemporal actual.Para ello se recaban datos que proceden detres estudios recientes. Dos han sido finan-ciados por el Observatorio Español del Racis-mo y la Xenofobia (OBERAXE), y se encuen-tran publicados en sendas monografías de2007 (Inmigración, racismo y xenofobia en laEspaña del nuevo contexto europeo) y 2008(Evolución del racismo y la xenofobia enEspaña). Otro, ya a término, ha sido financia-do por el Ministerio de Educación y Ciencia(SEJ2005-00568 - Proyecto MEXEES: «Lamedición de la xenofobia en la España decomienzos del siglo XXI»). Este último indagaen los ejes principales que articulan los dis-cursos xenófobos (y xenofílicos), su consonan-cia con las teorías existentes, y la metodo-logía de encuesta que más se adecua a sumedición. Metodología cuya efectividaddependerá de los indicadores de xenofobiaque se empleen, el formato que éstos adoptenen el cuestionario y su ubicación; sin desaten-der los errores debidos a la no respuesta y almétodo de encuesta aplicado.

La presente andadura arranca por el tra-zado de la evolución de las actitudes ante la

39REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

Filias y fobias ante la imagenpoliédrica cambiante de lainmigración: Claves en la comprensióndel racismo y la xenofobia

M.ª ÁNGELES CEA D�ANCONA*

* Universidad Complutense de Madrid.

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inmigración que reflejan encuestas realiza-das en España por el Centro de Investigacio-nes Sociológicas (CIS). A su exposición sigueel análisis de los factores que convergen en laexplicación de la xenofobia y su consiguientereflejo en datos de encuesta. El artículo con-cluye con la sinapsis de discursos ante lainmigración y su expresión de xenofilia y dexenofobia.

LA EVOLUCIÓN DE LAS ACTITUDESANTE LA INMIGRACIÓN

En 1990 el CIS inicia una serie de encues-tas sobre inmigración, racismo y xenofobiaque concluye con las encuestas encargadaspor OBERAXE en 2007 y 2008 (ésta últimaactualmente en curso). La primera encuesta(de 1990) presentó graves errores de graba-ción, que dificultaron un análisis pormenori-zado. No obstante, la permanencia de unosmismos indicadores en las encuestas poste-riores ha permitido seguir la evolución de lasactitudes ante la inmigración, al compás quecrecía la presencia de la población extranjeraen España. Dicha evolución queda recogidaen el gráfico 1. En él las actitudes se clasifi-can de tolerancia, ambivalencia y de rechazoa la inmigración, de acuerdo con la tipologíaque resulta de la articulación de tres técnicasanalíticas multivariables (factorial, de con-glomerados y discriminante), que se aplicanen la conjunción de la totalidad de los indica-dores de racismo y de xenofobia presentes encada encuesta1. La comparabilidad es mayoren las encuestas realizadas hasta mayo de2004, al compartir los mismos indicadores,aunque no siempre sea en su totalidad. Elbarómetro de noviembre de 2005 incorporaindicadores de la Encuesta Social Europea2002-2003, que se suman a otros tradiciona-les en las encuestas del CIS. Las nuevasincorporaciones restan comparabilidad a latipología de actitudes que se obtiene en 2005

con respecto a las encuestas que la preceden.Al igual sucede con la encuesta de Actitudesante la discriminación por origen racial oétnico, de septiembre de 2007, que encargaOBERAXE, y que mantiene indicadoresantes utilizados por IESA (Instituto de Estu-dios Sociales Avanzados) en las dos encuestastelefónicas que realiza para el Observatorioen 2005 y 20062. De modo que los análisiscomparativos más precisos quedan circuns-critos a las encuestas que el CIS ejecuta entremarzo de 1993 y mayo de 2004, porque enellas están presentes iguales indicadores deracismo y xenofobia.

Atendiendo a los sondeos comparables de1993 a 2004, en el gráfico 1 puede observarseque el rechazo a la inmigración se aminora apartir de 1993 y hasta 1996. En esta últimaencuesta se registra el menor porcentaje dexenofobia manifiesta hasta la fecha. Exacta-mente un 8% de los 2.493 españoles de 18 ymás años a los que se pregunta quedan clasi-ficados como reacios a la inmigración. Desdeesa encuesta arranca el ascenso progresivo ycontinuado de la xenofobia manifiesta, coinci-diendo con el aumento exponencial de inmi-grantes en nuestro país. De un 10% de reacioscontabilizado en el barómetro de febrero de2000 se llega al 32% en mayo de 2004. Losincrementos más elevados, entre dos fechasde encuesta, se produjeron en los barómetrosde febrero de 2001 (que se sitúa en el 19%) yde mayo de 2002 (que se eleva al 28%). Enambas ocasiones el ascenso fue de nueve pun-tos porcentuales (con respecto al sondeo pre-cedente). De sus desencadenantes se hablaráen el punto 3, cuando se expliquen los facto-res coadyuvantes de xenofobia.

El gráfico 1 muestra asimismo que el creci-miento del rechazo a la inmigración se debeprincipalmente a descensos de la ambivalen-cia. La excepción es el barómetro de noviem-bre de 2005, cuando la tolerancia se reduce al

ESTUDIOS

40 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

1 El análisis pormenorizado de cada modelo estadís-tico se ofrece en estudios anteriores (CEA D´ANCONA,2004, 2005, 2007 y 2008a).

2 En PÉREZ YRUELA y DESRUES (2006 y 2007) se deta-llan los resultados de ambas encuestas.

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LA EXTERIORIZACIÓN DELRECHAZO A LA INMIGRACIÓN

El rechazo a la inmigración queda exterio-rizado (en las encuestas del CIS) en la con-vergencia de las siguientes manifestacionesprincipales:

1) La negación a conceder derechos socia-les y de ciudadanía a los inmigrantes.En especial los derechos de sufragio(más en el caso de las elecciones gene-rales que en las municipales) y a obte-ner la nacionalidad española, ademásdel derecho a la reunificación familiar.Este último pierde apoyo de maneranotoria en la encuesta de 2005, cuandoun 73% de encuestados se decantan porel acuerdo, mientras que en 1996 elporcentaje ascendía al 81% (y ello a

pesar del formato dicotómico de la pre-gunta que propicia el acuerdo o la res-puesta que se valora políticamentecorrecta).

2) No ansiar la convivencia con inmigran-tes en los distintos ámbitos sobre losque se pregunta: relaciones vecinales,laborales y de amistad. En generalpuntúan bajo tanto en la valoración dela sociedad multiétnica y pluriculturalcomo en la simpatía expresa hacia losinmigrantes de nacionalidades diferen-tes.

3) Reclamar el endurecimiento de las polí-ticas migratorias, aunque la palabra«control» cada vez esté más presentecuando se habla de inmigración. Si has-ta febrero de 2000 siete de cada diez

24%, mientras que en el barómetro de mayode 2004 ascendía al 39%. Descenso de la tole-rancia que responde más a la peculiaridad delos indicadores que conforman la encuesta de2005. En esta ocasión los nuevos indicadoresque se incorporan acaban mostrando menorvulnerabilidad al sesgo de la deseabilidadsocial que los indicadores tradicionales del

CIS que se incluyen (Cea D´Ancona, 2009).

En la encuesta de 2007 el ascenso del rechazo

de nuevo coincide con la aminoración de la

ambivalencia. Pero, antes de avanzar en la

comprensión de la xenofobia, detengámonos

en el rechazo, en cómo éste queda definido en

las encuestas.

Mª ÁNGELES CEA D�ANCONA

41REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DE LAS ACTITUDES ANTE LA INMIGRACIÓN

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encuestados opina que ha de facilitarsela entrada sólo a los inmigrantes quetengan un contrato de trabajo, a partirde junio de 2002 la proporción asciendea nueve de cada diez. Ello motiva queeste indicador pierda el poder discrimi-natorio que antes tuviera en la configu-ración de las actitudes ante la inmigra-ción, porque es compartido por perso-nas distintamente posicionadas en laescala de xenofobia. Lo mismo no esextensivo a indicadores relacionadoscon la expulsión de inmigrantes. Éstarecaba mayor aprobación entre las per-sonas que se manifiestan reacias a lainmigración. Al igual sucede con laactuación respecto a los refugiadospolíticos y a la regularización de inmi-grantes. El posicionamiento en contraestá más concentrado entre los reaciosa la inmigración.

4) Compartir la imagen tópica negativa dela inmigración que la relaciona con elaumento de la delincuencia y el empeo-ramiento de las condiciones laborales.En especial, el aumento del desempleoy el descenso de los salarios. La imagennegativa de la inmigración excede alreconocimiento de sus beneficios, yasea en los ámbitos económicos, ya en losdemográficos o en los culturales. En laencuesta de 2007 los reacios sobresalenpor compartir una imagen lesiva de lainmigración que la relaciona con eldeterioro de la calidad de los serviciospúblicos: educación, sanidad y el acapa-ramiento de los recursos públicos (CeaD´Ancona y Valles, 2008a).

5) Rechazar que en España exista discri-minación étnica hacia los inmigrantes.Negación que se traduce en su posiciónen contra de la ampliación de derechosa los inmigrantes. Desde su óptica, a losinmigrantes se les da un buen trato yacaban acaparando la generalidad delas ayudas públicas; y ello en menosca-bo de la población autóctona.

6) Otorgar una valoración positiva a lospartidos políticos de ideología xenófoba.

7) Menospreciar los actos de violencia con-tra los inmigrantes. En la encuesta de2007 los reacios se distinguen por noapoyar que se penalice la pronunciaciónde insultos racistas en espacios públicos.

8) Temer el asentamiento de los inmigran-tes, siendo en consecuencia contrarios alas políticas de reunificación familiar.

En el barómetro de noviembre de 2005 losreacios a la inmigración quedan menos carac-terizados por el rechazo a la concesión de dere-chos sociales y de ciudadanía a los inmigran-tes, y más por: 1) Su menor receptividad a lapluralidad cultural, siendo quienes másdefienden la conveniencia de la homogeneidadcultural; 2) La asunción de los efectos negati-vos de la inmigración en el mercado laboral; 3)La clara defensa de una política inmigratoriamuy restrictiva y favorable a la expulsión orepatriación de inmigrantes; 4) La aceptacióninstrumental del inmigrante. Aunque reconoz-can que los inmigrantes «cubren trabajosnecesarios», apenas tienen relación de amis-tad con ellos (Cea D´Ancona, 2007).

Dos años después, en la encuesta de sep-tiembre de 2007, que igualmente introducenvariaciones en los indicadores de racismo yxenofobia, el rechazo a la inmigración quedasobre todo configurado por: 1) La expresión desimpatía condicional a los inmigrantes, que semanifiesta en la justificación de reaccionesracistas por ataques de inmigrantes; 2) La noaceptación de la convivencia con ellos; 3) Elcompartir la lesividad de la inmigración; esdecir, sus efectos negativos en el deterioro dela calidad de los servicios públicos (educación,sanidad), junto a la acaparación de los recur-sos públicos. Desde su óptica, «los inmigrantesperciben más de lo que aportan» (Cea D´Anco-na y Valles Martínez, 2008a).

Respecto al perfil sociodemográfico quecaracteriza a las personas que en las encues-tas se manifiestan reacias a la inmigración,predominan:

ESTUDIOS

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1) Varones hasta el barómetro de mayo de2004; en las realizadas en 2005 y 2007ascienden las mujeres. Si bien, la varia-ble sexo continúa, en si misma, mos-trando un efecto limitado en la exterio-rización de la xenofobia.

2) Personas de edad avanzada (mayores),exceptuando los años de mayor xenofo-bia manifiesta (1993 y 2004), cuandoaumenta la presencia de jóvenes entrelos reacios a la inmigración.

3) Nivel educativo medio-bajo. Más bajoen los años de menor xenofobia (1996 y2000). En aquellos de cifras más altas(1993 y 2004), aumenta el nivel educa-tivo promedio de los reacios situándoseen el nivel medio, porque aglutina unporcentaje mayor de población.

4) Se posicionan hacia la derecha en laescala de ideología política. Más extre-ma en los años de menor xenofobia(1996 y 2000).

5) Se autoconsideran de clase socialmedia-baja. Son quienes más se hallanen situación de competencia con lapoblación inmigrante, tanto para acce-der a puestos de trabajo como a presta-ciones públicas.

6) Predominan católicos practicantes. Engeneral, los grupos de población másconservadora de sus tradiciones y con-traria a los cambios sociales.

7) Residen principalmente en municipiosrurales3 y/o semiurbanos. Aunque hade precisarse que los efectos debidos a

la variable tamaño de hábitat estánsupeditados al perfil sociodemográficode sus habitantes. Se debe a la notoriaincidencia mostrada por variables cla-ve como la edad, el nivel de estudios ydemás indicadores de posición social,aparte de los correspondientes al com-ponente de mentalidad: ideología polí-tica y práctica religiosa. A lo cual ha deañadirse la experiencia de convivenciadiaria con inmigrantes en municipios ybarrios de desigual densidad de pobla-ción.

En la interpretación del perfil del reacio a lainmigración ha de valorarse además el efectodebido al instrumento de medición: la encues-ta. En ella se observa que las personas demayor nivel educativo son las más proclives alsesgo de la deseabilidad social (Schuman yPresser, 1981/1996; Krosnick y Alwin, 1987;Narayan y Krosnick, 1996; Ross y Mirowski,1998; Krysan, 1998). Se debe a que son quie-nes más pueden percibir la intencionalidad dela pregunta y las más interesadas en no mos-trarse racistas o xenófobas; sobre todo cuandohan de responder la pregunta ante un entre-vistador (Krysan, 1998). Este efecto se apreciacuando se comparan las respuestas dadas aindicadores directos de xenofobia con indirec-tos (Cea D´Ancona, 2004, 2005, 2007, 2008a,2009). Mayor en los primeros y más tenue enlos segundos, al quedar en ellos camuflada laintencionalidad de la pregunta. A esta mismaconclusión llegó Hesselbart (1975), en su aná-lisis de la sociedad norteamericana: los este-reotipos raciales son menos asumidos por laspersonas de nivel educativo más alto en losindicadores directos de racismo que en losindirectos. O como dijeran Kinders y Sears(1981: 406), que «las encuestas muestren undescenso significativo de las respuestas racis-tas de los blancos más educados no quieredecir que necesariamente ese racismo hayadisminuido, sino que éste puede haber apren-dido a responder de otra manera y a cumplirlas normas de la deseabilidad social». Racismoque, en su opinión, se ha transformado en

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3 GARCÍA SANZ (2003) igualmente destaca el «incre-mento de la xenofobia» en el medio rural, a medida queasciende la presencia de inmigrantes (y no siempre éstacomo consecuencia del aumento de la actividad laboralagrícola). Resalta su marginalidad, la exclusión social y lafalta de interrelación con la población autóctona. Losinmigrantes con mayores dificultades de integración sonlos que no hablan español y quienes se mantienen dis-tantes de la población autóctona.

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racismo simbólico, aunque siga habiendo res-tos del racismo tradicional4.

LA EXPLICACIÓN DEL RACISMOY LA XENOFOBIA

En la explicación de la xenofobia son varioslos factores que confluyen, ya nos circunscri-bamos a conclusiones de investigaciones teó-ricas y empíricas, ya al decir de la poblacióncuando se le pregunta por inmigración yxenofobia. Comencemos por describir el esta-do de conocimiento actual en su explicación.Los factores que más se referencian caberesumirlos en ocho fundamentales:

1) La consideración de la inmigracióncomo problema social, sobre todo cuando seestima de difícil solución. Ver, por ejemplo,que pese a la aplicación de medidas coerciti-vas para frenar la llegada de inmigrantesirregulares, su flujo no cesa. Estudios como elrealizado en Grecia por Triandafyllidou yMirakis (1995) explican el crecimiento de lasactitudes xenófobas atribuyéndolo a unamala gestión de la inmigración irregular depaíses ajenos a la Unión Europea. Como Wei-ner (1999: 387) afirma, «un flujo incontrola-ble de inmigrantes ilegales y de refugiados sepercibe más amenazante que si el mismonúmero entra a través de un proceso de inmi-gración regularizada».

Atendiendo a los datos de encuesta, lainmigración se posiciona como el problemaprincipal de España precisamente en el baró-metro del CIS de septiembre de 20065, el

inmediatamente posterior a la llamada «cri-sis de cayucos de Canarias». Aunque duranteese año llegaron a Canarias un total de31.245 personas en cayucos (subsaharianos,senegaleses y algunos asiáticos)6, el clímax sealcanzó durante el mes de agosto, cuando lasimágenes de cayucos acaparaban los noticia-rios de televisión, radio o prensa escrita. Ilus-trativo fueron titulares de prensa como:«Canarias se declara desbordada ante lamayor avalancha de inmigrantes. Más de1.200 subsaharianos han llegado entre elviernes y el domingo a bordo de 14 embarca-ciones y se espera que la avalancha prosiga.El gobierno autonómico se plantea inclusopedir ayuda a la ONU» (El País, 21 de agostode 2006); o, «Hay cien mil africanos que espe-ran en Senegal para cruzar a Canarias»(ABC, 20 de agosto de 2006). Hubo inclusotitulares de prensa que vinculaban la llegadade inmigrantes irregulares y el aumento de ladelincuencia: «España ha recibido 35.000inmigrantes por mar este año, el triple que en2005. Los datos de la Policía confirman que2006 ha roto todas las estadísticas migrato-rias. Por delitos se detuvo a 139.000 extranje-ros» (ABC, 8 de noviembre de 2006). Sesubrayan los términos «desbordada» y «ava-lancha» para resaltar su continuo empleo enlos medios de comunicación, con el consi-guiente calado en la opinión pública como severá con posterioridad. Ambos términosfomentan la llamada «psicosis de la invasión»(Valles, Cea e Izquierdo, 1999: 43). A ellatambién se refiere Pajares (2005: 47) cuandodestaca que «el discurso de la invasión hacalado en los medios de comunicación queaun tratando, en muchos casos, de no dar unaimagen negativa de la inmigración, no dejande utilizar expresiones que la presentan comoun asunto compulsivo, de avalancha, comoalgo que nos viene encima como un alud».

A la pregunta tradicional de los baróme-tros del CIS, «¿Cuáles son, a su juicio, los tres

ESTUDIOS

44 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

4 Racismo que aún tiene vigencia, como igualmentemuestra el estudio cualitativo del proyecto MEXEES (CEA

D´ANCONA y VALLES, 2008b y 2009). En él se constata laprevalencia de tres modalidades principales de racismo:étnico, de clase y cultural.

5 El trabajo de campo de la encuesta se desarrollódel 18 al 22 de septiembre, justo una semana despuésde que el Gobierno anunciara que no se iban a producirmás regularizaciones de inmigrantes y que se iba a refor-mar la Ley de Extranjería para reforzar la lucha contra lainmigración irregular.

6 En 2005 el número de inmigrantes detectados seredujo a 4.700.

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problemas principales que existen actualmen-te en España?», la mayoría de los encuestadosen septiembre de 2006 respondió inmigra-ción. Exactamente aglutinó el 59% de las res-puestas, desplazando a la segunda posición elhasta entonces más nombrado: el paro (42%).En el barómetro de julio de 2006, el paroseguía en primera posición (47%) y la inmi-gración ocupaba el segundo puesto (36%)7,donde se situaba desde el barómetro de octu-bre de 2005, como muestra el gráfico 2. En elbarómetro de octubre de 2006, la inmigraciónse mantiene en primera posición (49%), aun-que reduce su distancia respecto del paro

(41%) a ocho puntos porcentuales. Ennoviembre, los dos obtienen igual porcentajede menciones (40%). En diciembre, el parovuelve a situarse en primer lugar (42%), ape-nas cuatro puntos por encima de la inmigra-ción (38%). En los dos barómetros que siguen,de enero y febrero de 2007, tras el atentadoterrorista del 30 de diciembre de 2006 en laterminal 4 (T4) del aeropuerto de Barajas (enMadrid), el terrorismo pasa a ocupar el pri-mer lugar del ranking (45 y 42% de respues-tas), mientras que la inmigración retorna a latercera posición (35 y 33%).

Mª ÁNGELES CEA D�ANCONA

45REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

7 En mayo de 2003, la inmigración ocupaba la quin-ta posición, con un 15% de menciones; el paro, el pri-mer lugar (68%).

GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN DE LOS CINCO PROBLEMAS PRINCIPALES DE ESPAÑA(Barómetros del CIS de diciembre de 2004 a diciembre de 2006)

Altibajos en la consideración de problemaque reafirma lo ya dicho por Sampedro (2000:99): «Los temas señalados en las encuestascomo los más importantes coinciden con losque reciben atención mediática, a su vez fija-da por los grupos políticamente dominantes.¿Podría ser de otro modo?». O, como señala-ran Igartua et al (2006: 6), «la cobertura

informativa sobre el tema de inmigraciónpuede constituir un factor explicativo de lapercepción de la inmigración como problemae, indirectamente, ser fuente de prejuicios yde estereotipos hacia los inmigrantes»8.

8 En un estudio anterior (IGARTUA et al., 2004), esteequipo de investigación constató la existencia de corre-lación positiva entre el número de noticias publicadasen la prensa nacional de mayor divulgación (El País, ElMundo, ABC, La Razón) y el porcentaje de encuestadospor el CIS que consideraban que la inmigración era unproblema importante para el país. Planteamientos, por

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2) La percepción de la inmigración comoamenaza al status quo alcanzado. Afectatanto a los autóctonos como a los inmigrantesestablecidos en el país receptor. En eurobaró-metros, como el realizado por SORA (2001) enla primavera del 2000 (EB. 53: Attitudestowards minority groups in the EuropeanUnion), resalta la manifestación de actitudesnegativas hacia las minorías étnicas por par-te de miembros de dichas minorías. Se expli-ca por el temor a perder la posición social que,con bastantes dificultades, finalmente hanalcanzado y que creen amenazada por la lle-gada de nuevas oleadas de inmigrantes. «Unasituación más precaria en el trato y en todo»,afirma un vigilante jurado ecuatoriano entre-vistado en el proyecto MEXEES; o «al venirtodos a lo mismo, es como una competenciadel día a día», esta vez de voz de un comer-ciante dominicano afincado en España desdehace casi seis años.

La percepción de amenaza afecta a:

a) La situación laboral. El temor al empeo-ramiento de las condiciones laborales (pérdi-da de empleo, descenso de los salarios), a quecrezca la competencia por el empleo, a quehaya «menos queso que repartir», debido aldesequilibrio entre una oferta limitada ydecreciente frente a una demanda que seincrementa. Temor que se exterioriza en ase-veraciones tipo: «Nos quitan el trabajo»; «Tra-bajan por menos dinero»; «Ocupan un trabajoque a mí no me dan, porque trabajan pormenos dinero» (Cea D´Ancona y Valles Martí-nez, 2009); con el temor a que el problema seintensifique al cambiar el ciclo económico.Temores compartidos también por los inmi-grantes, cuando prevén que el flujo de inmi-

grantes no cesará; no cuando describen susituación actual ocupando trabajos que losespañoles no quieren realizar. Por lo que nie-gan que sean una «amenaza». Incluso les pro-voca irritación o sorna oír dichos comentariosque, en su opinión, no concuerdan con la rea-lidad de la que ellos participan.

Las encuestas del CIS describen una opi-nión pública que cada vez más comparte estosestereotipos clásicos que tradicionalmentehan alentado el discurso contrario a la inmi-gración. Discursos que adquieren mayorvirulencia en épocas de recesión económica ycuando afecta a puestos de trabajo que inte-resen al autóctono. Aunque ocho de cada diezencuestados en 2007 reconoce que «los inmi-grantes desempeñan trabajos que los españo-les no quieren hacer» (en proporción similardesde 1996), siete de cada diez asume que «alaceptar sueldos más bajos, los inmigranteshacen que bajen los salarios». Porcentaje esteúltimo que supera en siete puntos al recogidoen la anterior encuesta de 2004; y en veinti-siete, al registrado en el año 2000. Por lo queparece que aumenta la responsabilidad quese atribuye a la inmigración en el descenso delos salarios y que, por otra parte, no lograndesdecir estudios recientes9. El gráfico 3 reco-

ESTUDIOS

46 REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN 80

otra parte, que concuerdan con la perspectiva teórica deAgenda Setting, defendida por Dearing y Rogers (1996)o Scheufele (2000), entre otros. La percepción de losproblemas sociales está muy condicionada por la contri-bución de los medios de comunicación. El énfasismediático en una determinada cuestión despierta lapreocupación de la opinión pública por esa cuestión.Incluso contribuye a la generación de «alarma social».

9 PAJARES (2007) lo restringe a sectores no sujetos anegociación colectiva y carentes de movilidad ascen-dente, en los que la inmigración sí puede haber supues-to cierta presión a la baja de las condiciones salariales. Elempleo doméstico es el que ofrece un panorama másclaro. También los últimos eslabones de las cadenas desubcontratación: empresas donde los trabajadores nati-vos comparten con los inmigrados las condiciones sala-riales más bajas del mercado. Pero la dinámica general,en la última década, ha venido marcada por el manteni-miento de las subidas salariales de los convenios y poruna movilidad ascendente de los trabajadores autócto-nos, que los propios flujos de inmigración han facilitado.Entre 2000 y 2006 el incremento salarial medio fue del21,4%. En la construcción y en la hostelería, los dos sec-tores con mayor proporción de población inmigrada(aparte del trabajo doméstico), los incrementos salarialesestuvieron por encima de la media (24 y 23,5%, respec-tivamente). Además, el acceso de los trabajadoresextranjeros a las categorías más bajas de la escala profe-

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b) El acceso a derechos sociales, como laatención sanitaria, la educación (plazas encentros de enseñanza públicos, guarderías,becas de comedor, para libros,..), la vivienda(en propiedad o alquiler) y, en general, a lasprestaciones comunes del Estado de Bienes-tar. El temor a perder la preferencia en suacceso es aliento de xenofobia. De acuerdo conAllport (1954/1977), la competencia potenciala aparición de prejuicios étnicos. Nexo expli-cativo que con posterioridad corroboran Wal-

ker y Pettigrew (1984), Giles y Evans (1986),O´Sullivan y Wilson (1988), Bobo (1988),Kitschelt (1995) o Quillian (1995). Es la com-petencia por recursos limitados lo que lleva amagnificar la presencia de inmigrantes y apedir restricciones a su llegada e, inclusive,su expulsión (Castles y Kosack, 1973; Walkery Pettigrew, 1984; Echevarría y Villareal,1995; Alvarado y Greedy, 1998; Virtamen yHuddy, 1998; Valles, Cea e Izquierdo, 1999;Bommes y Geddes, 2000; Solé et al. 2000;Balwin-Edwards, 2002; Bermejo, 2004). Demanera especial cuando se prima el acceso delos recién llegados para favorecer su integra-ción social; y si coincide con contextos de cri-sis económica y de revisión del Estado de Bie-nestar. En éstos aumenta la aprobación a res-tringir a los inmigrantes el acceso a derechossociales frente a los autóctonos. La discrimi-

ge la evolución de la percepción (en los autóc-tonos) de los efectos de la inmigración en elmercado laboral en las siete encuestas delCIS que incluyen los tres indicadores queahora se analizan. Para ayudar a la compara-bilidad de las respuestas, los porcentajes sehan calculado sobre el total de personas querespondieron a la pregunta, dada la elevada

no respuesta que registran las encuestas de1991 y 1993 (20 y 16%, respectivamente,frente al 8% que se alcanza en la encuesta de2007 en este indicador). De no proceder así seestarían sesgando comparaciones porcentua-les de respuestas concretas; en esta ocasión,la evolución del porcentaje «de acuerdo».

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sional, ha facilitado el desplazamiento de la poblaciónautóctona a los niveles intermedios y altos, que es don-de más ha aumentado su empleo. Lo que lleva a esteautor a concluir que «más bien parece que sea precisa-mente la inmigración la que esté sosteniendo cierto cre-cimiento en las oportunidades de empleo de los nativos»(p. 138).

GRÁFICO 3. EVOLUCIÓN DEL ACUERDO DE LOS EFECTOS DE LA INMIGRACIÓNEN EL MERCADO LABORAL EN LAS ENCUESTAS DEL CIS DE 1991 A 2007

(porcentaje sobre total de respondientes)

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nación positiva10 a favor de los inmigrantesse considera un agravio comparativo, inclusopor personas que no se consideran racistas.Además caracteriza las modalidades de racis-mo simbólico y moderno (Sears 1998; 2005).

El rechazo a la inmigración, y a lasminorías étnicas en general, no queda tanexteriorizado por negar el acceso a derechoscomo por la opinión contraria a la discrimina-ción positiva a favor del inmigrante. En elbarómetro de noviembre de 2005 (el últimoque preguntó por el derecho de los inmigran-tes a acceder a la educación y a la sanidad), el93% de los 2.485 encuestados se mostró favo-rable a conceder a los inmigrantes el acceso ala educación pública gratuita (una proporciónsimilar a la recabada en junio de 1996); y un81% a la atención sanitaria (en esta ocasiónsiete puntos porcentuales menos que en1996). La encuesta de ASEP (AnálisisSociológicos, Económicos y Políticos, S.A.) deseptiembre de 2003 recoge un porcentajesimilar de encuestados que se muestran favo-rables a facilitar el derecho a la asistenciasanitaria pública y la educación gratuita a losinmigrantes: el 86 y el 83%, respectivamen-te11.

No obstante, en la encuesta CIS-OBERA-XE de septiembre de 2007, el 41% de los 2.778españoles sondeados comparte que losespañoles deberían tener preferencia paraacceder a la atención sanitaria gratuita; y un54%, a la hora de elegir el colegio de los hijos.Porcentajes ambos muy llamativos, cuandose comparan con la amplia aprobación a con-ceder derechos sociales a los inmigrantes,como antes se viera. Porcentajes que aumen-

tan conforme se desciende en las variablesestudios, ocupación y clase social. También,cuando se asciende en las variables edad yreligiosidad; y se avanzaba a posiciones mása la derecha en la escala de ideología política(Cea D´Ancona y Valles, 2008a).

No hay novedad en ello. Algunas investi-gaciones cualitativas realizadas con anterio-ridad (Colectivo IOÉ, 1995; Pérez Díaz, Álva-rez-Miranda y González, 2001; González yÁlvarez-Miranda, 2005) ya apuntaban en esadirección. La novedad tal vez esté en la fuer-za que va adquiriendo dicho posicionamientoen la población española; al igual que la auto-confesión de que las acciones afirmativas (odiscriminación positiva) sea causa de xenofo-bia, como recoge la indagación cualitativa delproyecto MEXEES (Cea D´Ancona y Valles,2008b y 2009). Quien así se posiciona insisteen el carácter reivindicativo de los inmigran-tes («exigen más derechos que los españoles»)para, a continuación, negar que se sea «racis-ta». Después se reitera lo antes dicho: que eltrato tan favorable que en España se da a losinmigrantes «contribuye a que nos hagamosracistas»; «Es que se lo dan todo a los inmi-grantes»; «Es que me lo están quitando a mí»;«Se están haciendo con todo»; o «Nos pisan,nos pisan»; en referencia al acceso a la sani-dad, la educación, la vivienda, a las ayudaspara crear un negocio. Esto último en men-ción expresa a inmigrantes chinos, marro-quíes e inclusive colombianos («Es otro colec-tivo que viene con mucho dinero, también»).Se entiende la razón de que los inmigrantes«acaparan todo», por su menor nivel de rentay la aplicación de baremos que les favorecen.Lo que no se comprende es que recién llega-dos acaben acaparando recursos públicos acuya financiación aún no han podido contri-buir, dada su reciente incorporación a la fis-calidad pública (en el caso de inmigrantes lle-gados en fechas próximas). Los jóvenes desta-can la aportación de sus padres, que «llevantrabajando toda la vida», pese a lo cual sushijos son desplazados de las listas de benefi-ciarios. De no haber inmigrantes, ellos serían

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10 La discriminación positiva proporciona una ilus-tración de amenaza. Resultados de encuestas realizadasen EEUU indican que el 60% de los blancos piensan quela acción afirmativa les discrimina, por lo que se mues-tran contrarios a ella (Jackson, Brown y Kirby, 1998).

11 El análisis de ésta y otras encuestas realizadas poreste centro de investigación sociológica puede encon-trase en una aún reciente publicación de su director:DÍEZ NICOLÁS (2005).

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los adjudicatarios. Argumentación que esmás compartida por las personas cuyo menornivel de renta les empuja a la situación decompetencia con la población inmigrada.Quienes detentan una posición socioeconómi-ca más elevada temen el incremento deimpuestos que conllevará sufragar prestacio-nes públicas para una demanda creciente deposibles beneficiarios.

c) El sentimiento de amenaza se despiertaasimismo por el temor a perder la homogenei-dad cultural, la identidad del país. Como sos-tuviesen Brücker et al. (2002: 105), «las acti-tudes raciales pueden derivar del gusto por lahomogeneidad cultural». El origen étnico esla base del prejuicio racial y la discrimina-ción; el grado en que esto ocurre dependerá dela distancia étnica y cultural entre los inmi-grantes y la población autóctona. Binomioracismo � nacionalismo cada vez más entre-lazado aunque, en palabras de Cachón (2005:237), «ni el racismo es una consecuencia ine-vitable del nacionalismo, ni el nacionalismoes imposible sin la existencia de racismo». Noobstante, no ha de descartarse ni en su géne-sis ni en su extensión. Menos si cabe en elcaso español12, estudiado desde los añossetenta por Douglass, desde la perspectivadel etnonacionalismo, o más recientementeilustrado por Morón (2006). De acuerdo conFavell (2001: 24) «la inmigración ahora seconcibe como un problema de orden social ylos debates políticos comienzan a hablar de lapérdida de identidad nacional, los dilemasdel pluralismo cultural o el problema de lasociedad multicultural».

Aunque las encuestas sigan recogiendo unsentir mayoritario a favor de que los inmi-grantes «mantengan su lengua y costumbres»

(72% en 2005), el apoyo se aminora a medidaque crece la presencia de inmigrantes y deculturas diversas (en 1996 el porcentajeascendía al 81%). En el estudio cualitativoMEXEES se registra una clara preferenciapor el inmigrante que se integra, por aquelque comparte lengua y costumbres, por el quese le percibe más afín. El idioma se consideraclave para la integración del inmigrante: «conellos se dialoga», «al menos te comprenden».También, su capacidad de adaptación. Si loprimero favorece a los inmigrantes de origenhispano, lo segundo perjudica a los inmigran-tes musulmanes. De ellos se insiste en la«mayor distancia cultural»; su «menor predis-posición a la integración»; su inadaptación(«no intentan adaptarse a nuestra sociedad yforma de vida»); el aislacionismo y la autoex-clusión o segregación («sólo se relacionan conmoros», «no se abren al exterior»). Se culpa ala religión («demasiado extremista») y, enconcreto, al «fanatismo religioso». La religiónse convierte en el «problema» para su integra-ción porque les separa de la sociedad mayori-taria. Si respecto a los latinos y a los europe-os se dice que «no representan un problema»,«que vengan»; de los musulmanes se afirmalo contrario. De los latinoamericanos no obs-tante se censura su falta de civismo y la ocu-pación de espacios públicos: el no avenirse alas costumbres del país13 (Cea D´Ancona yValles, 2009).

Obviamente, en la percepción de la inmi-gración como amenaza incide el número deinmigrantes y las características que les dife-rencian de la población autóctona. Ambosaspectos hacen que el inmigrante se vuelva

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12 Tampoco en otros países. DRASKIV (1995) explicael elevado racismo y xenofobia, que explosionó a princi-pios de los noventa en Yugoslavia, por la conjunción deun fuerte nacionalismo con la incitación al odio nacionaly religioso tanto en la vida pública como en los mediosde comunicación.

13 En especial los ecuatorianos, de quienes se diceque son «ruidosos», «beben mucho», «pegan a sus muje-res», «se apiñan en barrios plagados de ecuatorianos» yque son «machistas». Los propios ecuatorianos entrevis-tados son copartícipes de la imagen que de ellos se pro-yecta. Reivindican que «no se puede meter a todos en elmismo saco», que «hay de todo», no entendiendo elrechazo que algunos les manifiestan, cuando compartenidioma y costumbres. Si bien, en la escala de simpatía-antipatía se ven mejor posicionados que los marroquíes.

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«visible» y que se llegue a pronunciar frasescomo: «¿Es nuestro país o estamos en otro?»o«parecemos nosotros los extranjeros».

a) Como ya demostrara Pettigrew en1957, las actitudes racistas se intensifican enlas zonas que concentran una mayor propor-ción de personas de etnias o culturas diferen-tes. En el mismo sentido se expresa Quillian(1995: 592) quien, tras analizar el Eurobaró-metro 30, afirma que «la amenaza percibidaestá influida tanto por la situación económicacomo por el tamaño del grupo subordinado».En estudios antes realizados (Cea D´Ancona,2004, 2007 y 2008a), igualmente se constataque el aumento de la presencia de inmigran-tes, tanto la «real» como la «transmitida» porlos medios de comunicación social (con el con-tinuo goteo de noticias referidas a intercep-ciones de pateras o cayucos), repercute en unaumento progresivo de la xenofobia enEspaña, a semejanza de otros países europe-os. Como ilustra el gráfico 4, la progresión dela xenofobia es pareja a la presencia «real», yla «percibida», de población extranjera enEspaña. La menor sintonía entre realidad ypercepción se produce en 1993, cuando losextranjeros tan sólo representaban el 1,1% dela población residente en España (sumaban430.422 a 31 de diciembre de 1993) y el 45%de los 2.499 sondeados por el CIS opinabanque eran «demasiados». Disonancia que lla-ma más la atención porque coincide con unperíodo de mayor proporción de extranjerosque más filia suscitan entre los españoles: losoriginarios de países de la Unión Europea.Concretamente representaban el 46,6% de lapoblación extranjera con permiso de residen-cia en 199314, mientras que en 2005 su pesodesciende al 20,8%. En 2007 se eleva al 38,9%por la incorporación de Rumania y Bulgaria a

la Unión Europea el 1 de enero (sumando untotal de 3.979.014 los extranjeros con permisode residencia). En dicho año siete de cadadiez encuestados opinan que el número deinmigrantes es «excesivo» (término que enesta encuesta reemplaza a «son demasiados»,antes utilizado por el CIS)15.

b) Además incide la distintividad étnica,cultural y conductual del foráneo. De maneraespecial cuando su número adquiere unmayor volumen dentro del conjunto de lapoblación, y no cuando son minoría. A ello sesuma el que pertenezcan a etnias, culturas opaíses hacia los que se compartan mayoresprejuicios. Caso de los marroquíes en España,pero también de los rumanos y de los ecuato-rianos, cuya presencia se ha visto bastanteincrementada en los últimos años. Precisa-mente éstas son las tres nacionalidades prin-cipales de extranjeros oficiales en España. Enconcreto, representan el 16,3, el 15,2 y el9,9% de los extranjeros con permiso de resi-dencia a 31 de diciembre de 2007, respectiva-mente.

c) El contexto de crisis o de recensióneconómica, que igualmente incrementa lapercepción de amenaza y fomenta la exterio-rización de fobias. Ya en 1953 Sherif y Sherifmostraron que los conflictos grupales seintensifican en circunstancias de reducciónde recursos. Contextos económicos desfavora-bles de elevada tasa de desempleo propicianla exteriorización de xenofobia. Mura (1995)explica los brotes xenófobos habidos en Italiaa principios de la década de los noventa por elcontexto de recesión económica en que sehallaba el país, con la repercusión consi-guiente en la tasa de desempleo. Explicaciónque se hace extensiva a Alemania (Del Fab-

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14 Y sorprendentemente apenas un 1% de losencuestados piensa en ciudadanos de la Unión Europeacuando se habla de inmigración; el 58% dice pensar enmarroquí. Lo que igualmente muestra el efecto de losmedios de comunicación en la configuración de la ima-gen colectiva de la inmigración.

15 Las cifras de población extranjera proceden de laestadística oficial de personas con permiso de residenciaen vigor, no las empadronadas. Hasta 1998 no comien-za a contabilizarse la población extranjera en el Padrónde Habitantes, indistintamente de su condición de lega-lidad.

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bro, 1995), pero también a España, que en elaño 1993 registraba una tasa de desempleodel 11% (Cea D´Ancona, 2005)16. Tezanos yTezanos (2003) preconizan la conversión de lainmigración en «problema social» y poblacio-

nal de mayor entidad, en los años venideros,conforme la oferta de trabajo para los inmi-grantes no se acompase a la demanda cre-ciente. Lo que incrementará la competenciapor conseguir empleo, aun en peores condicio-nes, con el consiguiente aumento del rechazoa la inmigración.

d) La presencia continua de la inmigra-ción en los medios de comunicación, pero ennoticias que fomenten su imagen negativa.Como sucede con las que atañen a problemasde legalidad (llegada de cayucos, implicaciónen actos delictivos), altercados con la pobla-ción autóctona, y aquellas que destacan lasdiferencias culturales de la población inmi-grante (el fundamentalismo religioso17, prin-

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16 Crisis económica propició actos de violencia neo-nazi en España (cuyo máximo exponente fue el Crimende Aravaca, el 13 de noviembre de 1992, detallada-mente analizado por CALVO BUEZAS en 1993), al igualque en otros países europeos. Lo que motivó manifesta-ciones multitudinarias contra el racismo y la xenofobiaen Berlín (8 de noviembre de 1992), Madrid (21 denoviembre) o Barcelona (29 de noviembre). Su coinci-dencia con el conflicto de los Balcanes incidió en latoma de conciencia, por parte de la clase política, dehacer pública su plena repulsa a cualquier manifestaciónde racismo o xenofobia. El entonces presidente delGobierno (Felipe González) pidió un gran pacto euro-peo para evitar el racismo y la xenofobia en el primercongreso de partidos socialistas europeos en La Haya (9de noviembre de 1992). 1995 fue declarado Año de lasNaciones Unidas contra la Intolerancia, el Racismo y laXenofobia; 1997, el Año Europeo contra el Racismo.Todo ello repercutió en la moderación de los discursospolíticos y la reducción de la xenofobia «manifiesta» enlas encuestas del CIS de 1995 y 1996, además de lacoincidencia con contextos económicos más favorables(de crecimiento y de reducción de la tasa de desem-pleo). Pero, la creciente presión inmigratoria de paísesajenos a la Unión Europea activa de nuevo la xenofobia,sobre todo a partir de 2001 y 2002 (gráfico 1), acom-pañada de discursos políticos más restrictivos hacia lainmigración en el conjunto de los países europeos.

17 De acuerdo con PAJARES (2005: 80-81), «el princi-pal estereotipo es la conexión que se establece entre lapráctica del Islam y el fundamentalismo religioso,fomentándose la idea de que todos los musulmanespractican la religión desde posturas más o menos funda-mentalistas. El análisis mediático que se ha hecho demuchos acontecimientos, tales como la revolución iraní,las sangrientas matanzas de Argelia, la condena de Sal-man Rusdhie, los desmanes talibanes, etc, resaltandobásicamente el carácter musulmán de sus protagonistas,ha generado una imagen del Islam como religión intran-sigente, violenta y medieval quedándose así definida,utilizando palabras de Santamaría (2002: 144) como«figura de alteridad radical, como antisujeto europeopor excelencia».

GRÁFICO 4. CAPACIDAD RECEPTIVA ANTE LA INMIGRACIÓN

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cipalmente). No así cuando los medios resal-tan los beneficios de la inmigración para elcrecimiento económico del país, el desarrollodemográfico e inclusive su aportación cultu-ral, ésta expuesta en términos de riquezamás que de confrontación. Este tipo de noti-cias contribuyen a la xenofilia, al igual queaquellas que presentan a los inmigrantescomo víctimas de actos discriminatorios uotras manifestaciones xenófobas, que des-piertan declaraciones contrarias a la xenofo-bia («¡Yo no soy así!») o, al menos, su oculta-ción.

Afectan las noticias que de la inmigracióntransmitan, las que focalicen su atención,además de su reiteración en breves periodos detiempo. También, cómo se expongan las noti-cias, los aspectos que de ellas se destaquen;quiere decir, el encuadre que se dé a la noticia,siguiendo las propuestas teóricas desarrolladasdesde la perspectiva de la Attribute-AgendaSetting (Dearing y Rogers, 1996; Scheufele,2000; Igartua et al., 2004 y 2007) y la Teoría delFraming (Entman, 1993; Tankard, 2001).Como asimismo señalara Zapata-Barrero(2004), los medios cumplen una función legiti-madora (ya documentada por los trabajos deTeun Van Dijk de 1991), aparte de socializado-ra y gestora de la opinión pública. Los mediosproporcionan argumentos para justificar dis-cursos en torno a la inmigración y su legitima-ción. En consecuencia, no sólo contribuyen a lageneración de estereotipos, sino también a suconsolidación y desarrollo a lo largo del tiempo.En especial cuando media el desconocimientomutuo18. De los medios se demanda, en suma,una presencia equilibrada de todo tipo de noti-

cias y no la sobrerrepresentación de aquellasque tengan una connotación más negativa.

A la responsabilidad de los medios en laconfiguración de una imagen tópica y estere-otípica negativa de la inmigración se haapuntado en estudios varios (Wilson y Gutie-rrez, 1985; Van Dijk, 1987, 2003; Valles, Ceae Izquierdo, 1999; Casero Ripollés, 2003;Lorite, 2004; Igartua et al., 2005, 2006; CeaD´Ancona, 2007; León, 2008). También a suefecto en la génesis y extensión del racismo yla xenofobia. Se debe principalmente a su ten-dencia a convertir en noticia los sucesos másalarmantes que afectan a inmigrantes (lega-lidad, delincuencia, conflictos de conviven-cia)19. En el estudio MEXEES las críticas alos medios se concentran en el tratamientoinformativo que se hace de las actividadesdelictivas cuyos protagonistas son inmigran-tes. Se censura la práctica generalizada dedestacar la nacionalidad del infractor20, por-

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18 Como ya destacara ALLPORT (1954/1977), en suestudio del prejuicio, y que después confirmarían otrosautores (BOURHIS, GAGNON y MÖISE, 1996; RYDGREN,2004), los prejuicios y estereotipos negativos hacia per-sonas de etnia diferente se desvanecen cuando se inte-racciona con ellas, cuando se las conoce. Esto asimismose constata en el estudio MEXEES (CEA D´ANCONA yVALLES, 2009), donde el desconocimiento mutuo destacaen la argumentación del mal trato al inmigrante. Se des-confía de quien no se conoce. El conocimiento y la inte-

rrelación personal contribuyen al entendimiento, a lafamiliaridad. De la confianza se pasa a la aceptación, «teconocen, te respetan». No hay problema con quien teconoce; sí, en cambio, con aquel que se queda al mar-gen, con la imagen indirecta que de los inmigrantes lle-ga a través de los medios o de otras personas, no dandoel paso siguiente hacia la interacción.

19 Crítica a los medios que también comparten algu-nos de sus profesionales. El periodista y escritor Juan JoséTéllez, en una rueda de prensa (tras su intervención enun curso de verano de la Universidad Internacional deAndalucía en La Rábida (Huelva), el 6 de agosto de2007), expuso que «igual que existen guetos socialespara la inmigración, existen guetos en el ámbito de lacomunicación». Los medios relacionan inmigración condelincuencia y prestan escasísima atención a la mayorparte de las personas que ya conviven en el territoriocon todos los papeles en regla. Se aplica el viejo refránprofesional de «no dejar que la realidad estropee unabuena noticia». Los medios esconden una realidad y sequedan con «lo más llamativo de esa realidad, que nor-malmente no es cierta» (epsocial diario digital de EuropaPress, 7 de agosto de 2007).

20 En la encuesta de CIS-OBERAXE de 2007 (CEA

D´ANCONA y VALLES, 2008a), una proporción similar deespañoles se debaten entre la necesidad y la inconve-niencia de que la televisión mencione la nacionalidad dequienes infringen la ley. Un 16% de los 2.778 encuesta

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que acaba provocando el efecto, quizás nointencionado, de «criminalizar» al conjuntode los inmigrantes. Sobre todo de aquellosque comparten nacionalidad o rasgos étnicosy culturales con el transgresor de cuya actua-ción se informa. Pese a ser completamenteajenos a los hechos que se denuncian, al final«se tienen que chupar el maltrato o la descon-fianza». Incluso la actuación de los mediosllega a calificarse como «una de las cosas quemás daño le pueden hacer a la convivencia deeste país». «Crea una separación entre elustedes y el nosotros» y «acaba criminalizan-do al inmigrante». Como declara una jovenmarroquí de 31 años (casada con un far-macéutico español), «lo dice un día y vale, lodice otro y lo oyes continuamente y ya lehaces una equis. No quiero saber nada conesa gente». Repercusión negativa que tam-bién reconocen autóctonos que se manifies-tan abiertos a la inmigración (Cea D´Anconay Valles, 2009).

De los medios se dice que exageran en lasformas («porque no todos los inmigrantes soniguales») y en el contenido; en los temas queacaparan su interés. Tergiversan la «reali-dad» («es la gran comedia del mundo») o con-tribuyen a que su reflejo se haga realidad. Enpalabras de un joven argentino de 31 años(diplomado en marketing), «si los medios decomunicación se centran en algo, eso seránoticia. Pasado mañana, si se centran en otracosa, por ejemplo en el precio de la vivienda,eso será de lo que hable la gente. Nadie seacordará de la inmigración». Aseveración queconcuerda con estudios realizados por Igar-tua y colaboradores (2004, 2006), en los quese muestra la correlación positiva existenteentre la cobertura informativa que se dé a lainmigración y su consideración como proble-ma social.

e) En la percepción de la inmigracióncomo amenaza también hay que destacar elefecto de los discursos políticos, de maneraespecial cuando defienden el endurecimientode la política de inmigración. El incidir en lanecesidad de endurecer la política inmigrato-ria, de controlar o restringir la entrada deinmigrantes, potencia la creencia de que hay«demasiados» inmigrantes y propicia elrechazo a la inmigración. Más si procede depolíticos de partidos afines, a los que se lesotorga mayor credibilidad.

En estudios anteriores (Cea D´Ancona,2005 y 2007) se constata que los ascensos enla consideración de la inmigración como pro-blema principal en España coinciden con elanuncio y/o cumplimiento de procesos deregularización de inmigrantes (2001 y 2004)o su restricción (2002): es decir, los anunciosde endurecimiento de la política inmigrato-ria21. Circunstancias que vienen acompaña-

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dos opinan que es «muy necesario»; un 30% «bastantenecesario»; un 27% «poco necesario»; y un 17% «nadanecesario». Si la encuesta se hubiese hecho a la pobla-ción extranjera, lo más probable es que el desacuerdohabría superado al acuerdo.

21 En el ascenso notorio de la xenofobia registradoen el barómetro de junio de 2002 (de 9 puntos porcen-tuales respecto a 2001, como puede verse en el gráfico1) confluyen una serie de factores. Entre ellos destaca lacoincidencia temporal con la cumbre de la Unión Euro-pea en Sevilla, los días 21 y 22 de junio de 2002 (lasemana que precede al trabajo de campo de la encues-ta), donde se acordó incrementar el control de la inmi-gración irregular. También, el anuncio (el 5 de junio de2002), por parte del Gobierno, del endurecimiento de laLey de Extranjería para restringir la regularización deinmigrantes y limitar la reagrupación familiar, a semejan-za de otros países europeos (Dinamarca, Francia o Ale-mania). Anuncio que coincide con: 1) Un aumentonotorio de la presión inmigratoria (un 23,82% de incre-mento respecto a 2001; y el 70,6% de países ajenos a laUnión Europea); 2) El desplazamiento de los indicado-res directos de xenofobia a posiciones más tardías en elcuestionario, lo que ayuda a reducir el sesgo de deseabi-lidad social; 3) Los atentados del 11 de septiembre de2001, que puede haber contribuido a aumentar elrechazo a los árabes, al igual que noticias que resaltanlos problemas de convivencia e integración de los inmi-grantes musulmanes (como los que tuvo una niña de 13años (Fátima Elidisi) para acudir al colegio con el hiyab yque, en febrero de 2002, generó un amplio debate enlos medios sobre las relaciones entre culturas diferentesy la difícil integración de la población inmigrante en lasociedad española; o la amplia protesta vecinal ante la

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das de un mayor protagonismo de noticiassobre inmigración en los medios de comunica-ción; en especial aquellas relativas a su situa-ción de legalidad y la necesidad de su control.El «juego de cifras», que diría Van Dijk(2003), donde éstas aparecen más en térmi-nos absolutos que en relativos para ampliarsu magnitud. Además de no estar siempredebidamente contextualizadas. Lo mismo esextensible al barómetro del CIS de septiem-bre de 2006, el primero que sitúa a la inmi-gración como el problema principal deEspaña (gráfico 2). La recogida de informa-ción se llevó a cabo durante la semana del 18al 22 de septiembre. Apenas una semana des-pués de que el Gobierno anunciara que no seiban a producir más procesos de regulariza-ción y que iba a reformarse la Ley de Extran-jería, encaminada a un mayor control de lainmigración irregular. Además se destacó lasaturación del mercado laboral, que no podríaseguir absorbiendo inmigrantes al mismo rit-mo que había hecho hasta entonces.

También afectan mensajes que resalten lanecesidad de destinar mayores recursos a lainmigración, ya sea para controlar la inmi-gración irregular, ya para ayudar a su inte-gración. Noticias como «Sanidad alerta deque falta dinero para atender a los inmigran-tes que Zapatero quiere regularizar» (El País,

26 de agosto de 2004), contribuye a fomentarla imagen de la inmigración, no como genera-dora de recursos económicos, sino comodetractora de recursos públicos que la pobla-ción autóctona percibe como propios. Si bien,no se olvide que la sensación de «descontrol»es igualmente propiciatoria de xenofobia.

f) Por último, el fracaso de la integraciónde los inmigrantes ya establecidos en la socie-dad receptora. Del inmigrante se quiere quedemuestre voluntad de formar parte de lasociedad a la que llega y que se implique enactos sociales importantes de la vida encomunidad. El refrán «donde fueres, haz loque vieres» es asumido por el conjunto de losautóctonos, pero igualmente por los foráneosque han dado el paso hacia la integración.Como ya recogieran Solé et al. (2000: 156), «elautóctono tiende a aceptar al inmigrantesiempre que renuncie a su propia cultura(idioma, costumbres, religión,..) y adopte lacultura oficial de la sociedad que le acoge, demanera que se confunde la homogeneidadcultural con la cohesión social y la diferenciacultural es percibida como amenaza». Por loque se vuelve al discurso que enfatiza lahomogeneidad cultural. Conexa a él, la adap-tación diferencial del inmigrante dependien-do de sus características étnicas, socioeconó-micas y culturales, con el mayor hándicap enlos inmigrantes musulmanes, los tradicional-mente identificados como «inintegrables» enlas sociedades europeas por su fanatismo ymilitancia religiosa (Sartori, 2001)22. Pero no

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construcción de una mezquita en el centro del munici-pio barcelonés de Premiá de Mar, en un solar propiedadde los musulmanes, y que provocó tres manifestacionescontrarias a la construcción de la mezquita en el perio-do de dos semanas); 3) El debate que siguió a las decla-raciones, en marzo de 2002, del entonces Ministro delInterior (Mariano Rajoy) que vinculaba el aumento de ladelincuencia al crecimiento de la inmigración, al afirmarque 9 de cada 10 nuevos reclusos preventivos eranextranjeros; 4) El ascenso de formaciones xenófobas enlas elecciones presidenciales de Francia y Holanda, quepuede asimismo haber contribuido a crear un estado deopinión contrario a la inmigración, al destacar los peli-gros de una inmigración masiva, aparte de alentar la«licitud» de manifestaciones contrarias a la inmigración.RYDGREN (2004) muestra que la presencia de estos parti-dos contribuye al aumento de la xenofobia porque pro-pician discursos contrarios a la inmigración en las demásformaciones políticas para restarles votos del electorado.

22 Imagen de los musulmanes como intransigentes ycontrarios a valores defendidos en las sociedades occi-dentales, como la libertad de expresión y la laicidad de losestados, que refuerzan sucesos como las protestas viru-lentas que estallaron, precisamente en septiembre de2006, por la publicación de viñetas que caricaturizaban alprofeta Mahoma en un periódico danés. También noticiascomo la rebelión de las banlieus francesas del 27 de octu-bre hasta el 16 de noviembre de 2005, en las que jóvenesde origen inmigrante (de segunda e incluso tercera gene-ración) quemaron hasta un total de 9.071 vehículos; tam-bién escuelas, gimnasios y almacenes. Exteriorizó el fraca-so del modelo asimilacionista francés, al igual que los pro-blemas identitarios y de discriminación laboral más pade-cidos por jóvenes de origen musulmán.

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son los únicos percibidos de difícil integra-ción. En la encuesta CIS-OBERAXE de 2007a los musulmanes (moros, árabes, islamis-tas), que agrupan un 38% de menciones, lessiguen los gitanos (12%) y los rumanos (10%),como grupos de población que se percibenmás segregados o menos asimilados a lasociedad española, «los que no se mezclan conel resto de la sociedad». Los rumanos quizáspor su procedencia étnica y cultural (gitanos),aparte de su protagonismo en actividadesdelictivas de baja (hurtos) o de alta intensi-dad (robo a mano armada).

Después de los rumanos están los chinos,igualmente descritos como comunidadescerradas (en enclaves espaciales y laborales),además de celosos de sus tradiciones. En elestudio MEXEES se recogen críticas al com-portamiento cerrado y menos predispuesto ala integración de cuatro comunidades deinmigrantes: marroquíes (musulmanes engeneral), ecuatorianos, chinos e ingleses (lacomunidad británica que se asienta en luga-res turísticos de la costa española, no aquellaque se incorpora a la vida laboral en lasmetrópolis). Crítica más llamativa cuando lapronuncian personas de su misma nacionali-dad, pero que coinciden con un mismo perfilsociológico: inmigrantes que se sienten inte-grados en la sociedad española, dominan elidioma e interaccionan preferentemente conespañoles (y menos con nacionales de su paísde origen). Lo cual les hace ser más críticoshacia la conducta de sus paisanos.

De lo expuesto habrá podido deducirse queson varios los factores que confluyen en laexplicación de la xenofobia, y que han deestar presentes en el análisis de los datos deopinión. En el estudio cualitativo comprendi-do en el proyecto MEXEES, la explicación delracismo y la xenofobia se resume en los ejesdiscursivos marcados por los sentimientos desuperioridad («Los consideramos inferiores,sucios, que tienen costumbres muy antiguaso de bajo nivel cultural»; «Miramos por enci-ma del hombro a aquellos que vienen a reali-zar trabajos que rechazamos»), de invasión

(«Es una avalancha»; «Nos vienen por todoslos lados»), de novedad («De primeras pone-mos un muro»; «Lo nuevo y desconocido chocae incomoda») y el desconocimiento mutuo(«Los problemas son porque la gente no seconoce»; «Te conocen, te respetan»). Ello sesuma al sentimiento de amenaza, en el que vaadquiriendo un mayor protagonismo el temora la competencia en el mercado laboral y en elacceso a las prestaciones públicas. Éstas últi-mas llegan incluso a provocar duras asevera-ciones de autoconfesión de racismo: «Nosestán haciendo racistas». Sin olvidarnos delsentimiento de amenaza que despierta laantisociabilidad o transgresión, bien sea delas normas legales (la comisión de actos delic-tivos: «Muchos vienen a robar, no a traba-jar»), bien de aquellas que definen la convi-vencia social: «Tienen que comportarse coneducación y respeto». Estos nodos están pre-sentes en la justificación y la argumentacióndel rechazo a la inmigración, o a nacionalida-des concretas de inmigrantes. Éstas cada vezmás fundamentadas en malas experienciasde convivencia con extranjeros que son veci-nos o compañeros de trabajo.

Las experiencias positivas en cambio pro-pician el acercamiento, que «sean otro más denuestros amigos» o «parte de nuestra fami-lia», en referencia a personas extranjeras quese consideran «amigos», incluso teniendo unarelación contractual con ellas (en el interiorde nuestros hogares, cuidando de familiares oayudando a la realización de las tareasdomésticas). Como expresión de xenofilia sedestacan episodios de convivencia marcadospor la igualdad, el aprecio, la hospitalidad yla gratitud. Lo contrario define los episodiosdesagradables de convivencia que se tradu-cen en expresión de xenofobia: desigualdad,desprecio, inhospitalidad e ingratitud23. De

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23 La extensión del artículo impide seguir desarro-llando los aspectos destacados en la explicación tanto dela xenofobia como de la xenofilia. Para un conocimientomás detallado, se remite al lector interesado a una publi-cación aún en prensa: CEA D´ANCONA y VALLES (2009).

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cómo se viva la experiencia migratoria y de laimagen que de ella se transmita dependerá,en suma, las filias y fobias entre autóctonos yforáneos, y su correspondiente traducción enaceptación o rechazo a la inmigración, inclu-yendo modalidades intermedias.

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RESUMEN El presente artículo profundiza en la pluralidad de factores que confluyen en la génesis yextensión de la xenofobia y de su anverso, la xenofilia. Para ello se articulan y contrastanmateriales bibliográficos (estudios teóricos y empíricos sobre inmigración, racismo y xeno-fobia), datos de encuestas efectuadas entre 1991 y 2007, y material cualitativo correspon-diente a entrevistas abiertas y grupos de discusión (a autóctonos y extranjeros) realizadosdentro del proyecto MEXEES. Su contraste con datos estadísticos y las noticias que de lainmigración destacan los medios de comunicación ayudan a dilucidar la correspondenciaentre imagen y realidad. Imagen de la inmigración en cuya modelación continúa ejercien-do un papel protagonista los medios de comunicación, además de los mensajes transmiti-dos por los partidos políticos. Aunque cada vez más media la experiencia particular deconvivencia que establezcan autóctonos y foráneos. Cuando es positiva contribuye a la gé-nesis de xenofilia, mientras que si es negativa, a la xenofobia. Xenofobia que se dibuja entendencia creciente e ininterrumpida a partir de 1996, a la par que aumenta la presenciade inmigrantes «visibles» (por su distintividad étnica, cultural, conductual), y se intensifi-ca la percepción de la inmigración como amenaza y como problema social.

Palabras clave: Racismo, Xenofobia, Opinión pública, Imagen y Discursos sobre Inmi-gración