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HACIA UNA AGENDA PARA LAS ECONOMÍAS CAMPESINAS EN EL ECUADOR

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HHAACCIIAA UUNNAA AAGGEENNDDAA PPAARRAA LLAASSEECCOONNOOMMÍÍAASS CCAAMMPPEESSIINNAASS

EENN EELL EECCUUAADDOORR

Miem bros del SI PAESis te ma de In ves ti ga ción so bre la Pro ble má ti ca Agra ria en el Ecua dor

� Uni ver si dad Cen tral del Ecua dor (UCE) � Uni ver si dad de Cuen ca � Cen tral Ecua to ria nade Ser vi cios Agrí co las (CE SA)� Ins ti tut de Re cher che pour le Dé ve lop pe ment (IRD, Francia)� Agró no mos y Ve te ri na rios Sin Fron te ras (AVSF, ex-CIC DA, Francia) � Sis te ma de Ca pa ci -ta ción pa ra el Ma ne jo de los Re cur sos Na tu ra les Re no va bles (CA MA REN) � Fun da ción pa rael De sa rro llo y la Crea ti vi dad Pro duc ti va (FUN DES)� Ins ti tu to de Eco lo gía y De sa rro llo de lasCo mu ni da des An di nas (IE DE CA) � Cen tro de In ves ti ga cio nes pa ra el De sa rro llo (CIN DES)

Está publicación es posible gracias al apoyo deIntermón Oxfam en Ecuador,

en el marco del Programa “Economías Campesinas”

HHAACCIIAA UUNNAA AAGGEENNDDAA PPAARRAA LLAASSEECCOONNOOMMÍÍAASS CCAAMMPPEESSIINNAASS

EENN EELL EECCUUAADDOORR

HACIA UNA AGENDA PARA LASECONOMÍAS CAMPESINAS EN EL ECUADOR

Dirección Ejecutiva del SIPAE

Está publicación es posible gracias al apoyo de Intermón Oxfam en Ecuador,en el marco del Programa “Economías Campesinas”

Revisión de Textos: Edith Valle - M. SamaniegoDiseño portada: María José BreilhDiseño y Diagramación: Miguel SamaniegoImpresión: somos punto y línea – (593) 2453 757

Diciembre / 2007

© Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador (SIPAE)Oficinas: Edificio Facultad de Ciencias Agrícolas - 2do. Piso, Ofic. 414Ciudadela Universitaria - Universidad Central del Ecuador,Apartado Postal 17-10-7169, Quito – Ecuador Telefax (593 2) 2555 726E-mail: [email protected]

Ficha de Catalogación:

636.2142B823l

Hacia una agenda para las economías campesinas en el Ecuador/SIPAE - Quito: SIPAE, 2007.

ISBN: 978-9942-01-402-3

1. INVESTIGACIÓN AGRÍCOLA 2. DESARROLLO ECONÓMICO YSOCIAL 3. PRODUCCIÓN AGROPECUARIA 4. ECONOMIACAMPESINA 5. PARTICIPACIÓN EN EL MERCADO6. GLOBALIZACIÓN 7. COMERCIALIZACIÓN

I. t

Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en el Ecuador - SIPAE

CCOONNTTEENNIIDDOO

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

1. CARACTERIZACIÓN DE LA AGRICULTURA CAMPESINA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

2. LAS ECONOMÍAS CAMPESINAS EN UN CONTEXTO DEDESESTRUCTURACIÓN EXCLUYENTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

Modelo de acumulación y sus impactos en los ejes del sistema agrario. . . . . . . . . . . . . . . . . 19

La propuesta de asociación entre pequeños y grandes productores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

Estructura de inequidad: concentración de la tierra y el agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

El modelo agroindustrial y sus impactos en la sustentabilidad de los ecosistemas . . . . . . . . 37

3. DINÁMICAS DE LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS: TIPOS DEPRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y SUS RELACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Importancia de la pequeña producción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

El peso relativo de las diferentes agriculturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45

Evoluciones en el mercado y el Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

La descentralización en materia agropecuaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52

4. LA INSERCIÓN SOCIAL CAMPESINA, NACIONALIDADES Y GÉNERO EN SU CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55

Lo agrario y lo etno-cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56

Las relaciones de género y lo agrario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

5. EVOLUCIONES EN LOS DIVERSOS ACTORES DEL SECTOR AGRARIO . . . . . . . . . 61

Casos destacables en actividad de las ONGs y Movimientos Sociales. . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

6. LOS DERECHOS HUMANOS Y LA DEFENSA DE CAMPESINOS YTRABAJADORES AGRÍCOLAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

7. PROPUESTAS PARA UNA AGENDA ALTERNATIVA POR UNAAGRICULTURA EQUITATIVA, INCLUYENTE Y SUSTENTABLE . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

Marco amplio de la propuesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72

Aspectos estratégicos y puntos claves para una propuesta a la constituyente. . . . . . . . . . . . . 73

Mecanismos de implementación y guia para una agenda de apoyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

Articulación de propuesta agraria y derechos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

8. POSTFACIO: AGRO COMBUSTIBLES, CAMBIO CLIMÁTICO YDESAFIOS PARA LAS AGRICULTURAS CAMPESINAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

9. BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87

10. ANEXOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

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El presente trabajo fue realizado por elequipo de la Dirección Ejecutiva del Sistemade Investigación sobre la ProblemáticaAgraria en Ecuador – SIPAE1, con el propósi-to de tener un documento que contribuya aposicionar un conjunto de reflexiones y pro-puestas que se ha generado en los espacios deinvestigación y en las organizaciones relacio-nadas con la problemática agraria. Su elabo-ración y publicación ha sido posible gracias alapoyo de Intermón Oxfam en el marco delPrograma “Economías Campesinas”2.

El motivo central para su realización esla necesidad de actualizar una interpretaciónglobal de la problemática agraria: principa-les tendencias, reflexiones sobre las víaspara afrontar los acuciantes desafíos de una

agricultura campesina expuesta a gravesamenazas. El país vive momentos de defini-ción, y el curso del desarrollo agrario en laspróximas décadas va a depender no sola-mente de la fuerza organizativa de los secto-res sociales que anhelan un cambio, sino desu capacidad para incorporar ideas innova-doras y propuestas bien sustentadas.

De ahí la necesidad de propiciar la cons-trucción de líneas estratégicas y de una agen-da, ligadas a los intereses de las economíascampesinas y de los trabajadores agrícolas enel Ecuador, con sus demandas, y la elabora-ción de propuestas para un quehacer a favorde estos sectores, incorporando perspectivascomo: étnicas, género, agroecológicas, dere-chos económicos, sociales y culturales.

1 SIPAE es un consorcio científico, formado por las Universidades Central y de Cuenca; y las ONG’s: CAMAREN; CESA; IEDE-CA; FUNDES; CINDES; IRD y AVSF de Francia. La Dirección Ejecutiva esta conformada por: Jaime Breilh (Director Ejecutivo),Francisco Hidalgo y Alex Zapatta (Coordinadores), Frank Brassel y Darío Cepeda (Investigadores Asociados).

2 El contenido de este libro es responsabilidad del SIPAE y no compromete los criterios institucionales de la entidad auspiciante.

IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN

La formulación de una propuesta deagenda implica identificar los aspectos cla-ves de una problemática, delinear estrate-gias para enfrentar tanto los puntos funda-mentales como los agudos, lleva implícito elesbozo de alianzas y acciones conjuntasentre los sujetos e instituciones que formanel tejido social, económico y político, eneste caso del ámbito agrario en la primeradécada del siglo XXI.

Con este parámetro se ha trabajado estetexto, en torno a una Agenda para lasEconomías Campesinas en el Ecuador,tomando como punto de arranque la defini-ción de la problemática agraria luego dealgo más de dos décadas de aplicación delas políticas neoliberales y rearticulación del

conjunto de la economía, pero especialmen-te de la rural, en torno a un patrón de acu-mulación de reprimarización exportadora.

Las perspectivas desde las cuales seconstruyen los diagnósticos y las propuestasde estrategias son las posibilidades de sus-tentabilidad de las agriculturas campesinas;por ello el libro inicia con una caracteriza-ción de la agricultura campesina en la estruc-tura económico – social del Ecuador delsiglo XXI y el recetario neoliberal, para ellose asume el concepto de desestructuraciónexcluyente para entender la condición pre-sente y destacar los impactos fundamentales.

Luego se incorporan visiones sobre loagrario que enriquecen a la perspectiva eco-

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PPRREESSEENNTTAACCIIÓÓNN

nómica, esto es la lectura desde lo étnico, degénero y de los derechos sociales y cultura-les; a la par se llama la atención sobre algu-nas experiencias locales y regionales deapoyo a las agriculturas y organizacionescampesinas.

Sobre estas definiciones se elabora unapropuesta para la discusión, que a su vez seesboza en tres niveles: marco amplio, aspec-tos estratégicos y mecanismos de imple-mentación.

Al momento de la edición final deltexto se ha incorporado un postfacio quepresenta un punto de vista sobre dos aspec-tos claves que han cobrado protagonismo enel debate del desarrollo agrario y ambiental,esto son: i) un impulso desde los grandescentros de poder hacia los agrocombusti-bles; y, ii) los impactos cada vez crecientesdel calentamiento global. Son temas que nopueden ser soslayados al enfrentar unavisión de perspectiva para las economíascampesinas.

Un proyecto social y político queasuma en su integralidad propuestas desoberanía alimentaria, democratización de

los recursos productivos, especialmente tie-rra y agua, rol del estado junto a las agricul-turas campesinas, intervención en los mer-cados de los productos agrícolas, internos yexternos, que detenga los proyectos privati-zadores del agua y de expansión minera ypetrolera, que respete y promueva los dere-chos de pueblos y nacionalidades indígenas,implica no sólo superar el modelo neolibe-ral, sino revertir las tendencias productivis-tas y expoliadoras de la reprimarizaciónagroexportadora y en su lugar abrir puertashacia modelos de desarrollo distintos, conmejores equilibrios y compromisos por unbienestar del conjunto de los seres humanosy de estos con sus entornos.

Por otro lado, el componente de camposobre el que se sustenta este trabajo recurrióa técnicas de investigación cualitativa, reali-zando entrevistas a 30 diversos actores (veranexo N° 2), tanto de los movimientos cam-pesinos e indígenas -de base como de direc-ción-; a representantes de organizaciones nogubernamentales que mantienen diversosenfoques del trabajo en los sectores rurales;y también a algunos asesores vinculadoscon áreas gubernamentales. La guía deentrevista se orientó principalmente al

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esclarecimiento del mapa de actores, de laspercepciones campesinas sobre modelos deintervención y valoración de propuestas.

Además se realizaron talleres de debatey de difusión, que aportaron elementos sus-tanciales para la adecuación del documento.Los relatos obtenidos se complementaroncon una investigación bibliográfica que per-mitió identificar líneas interpretativas de losnuevos procesos que afectan al sector agra-rio a nivel global, latinoamericano y en elpaís.

Las fuentes estadísticas que se consul-taron son los datos oficiales del III CensoAgropecuario y de investigaciones propias

para consolidar el análisis de estructura einequidad de acceso a la tierra y la tipologíade productores.

El SIPAE expresa su apoyo y respaldoa las iniciativas y esfuerzos a favor de gene-rar espacios amplios, unitarios, sin sectaris-mos, que permitan una convergencia entrelos diversos aportes, en medio de los cualesse encuentra el presente libro, hacia unaagenda común de las organizaciones e insti-tuciones cuyo horizonte es la sustentabili-dad de las poblaciones campesinas e indíge-nas, de sus formas de reproducción social,del quehacer productivo y representacióncultural, en una perspectiva de equidad einclusión social.

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Dirección Ejecutiva.Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria del Ecuador

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La perspectiva de este documento estácentrada en la agricultura campesina, que enlo fundamental es una agricultura familiarcon escaso acceso a los recursos naturales,especialmente tierra y agua. Generalmentelaboran en sus propias parcelas, aunquetambién existen los llamados “aparceros” o“arrendatarios”, bajo diferentes formas deconvenios o acuerdos. El campesinado tra-baja para vivir, pero es un sector social cadavez más expoliado y pobre.

La agricultura está extendida a lo largodel Ecuador, la población rural cubre entreel 39 y 41% del total nacional, aproximada-mente el 28% del empleo nacional está en la

agricultura, pero también allí se concentra lapobreza; según los últimos datos de laEncuesta de Condiciones de Vida del INECa nivel nacional se conoce un índice depobreza de 38.3%, mientras que en la zonarural la cifra llega a 61.5%.

La agricultura familiar, donde laforma de trabajo recae sobre el/la campesi-no/a y su núcleo de parentesco, se caracte-riza por la alternancia estacional de losperíodos de labor agropecuario, la diversi-dad de actividades, la incorporación de losmenores escolares, los ancianos (esto seobserva sobre todo en la crianza de anima-les), con una creciente responsabilidad

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CCAARRAACCTTEERRIIZZAACCIIÓÓNN DDEE LLAA AAGGRRIICCUULLTTUURRAACCAAMMPPEESSIINNAA

sobre las mujeres. Es claro que esta formade organización reduce las cargas moneta-rias que debería pagarse en la unidad deproducción. Como consecuencia, las distin-ciones clásicas realizadas dentro de los aná-lisis económicos no se pueden aplicar a estetipo de organización (conceptos comopoblación activa y población inactiva, oactividad productiva y actividad domésti-ca). Es por ello que, para caracterizar la uni-dad de producción dentro de agriculturacampesina, hablamos de explotación agro-pecuaria y no de empresas.

Esta agricultura también se caracterizapor ser una agricultura territorial es decirvinculada a un territorio y enfocada hacia laproducción de productos representativos deeste territorio; entonces, sobre el planocuantitativo esta orientación conduce a ren-dimientos poco elevados, pero sobre elplano cualitativo ella enmarca una grandiversidad y por lo tanto una gran riqueza depatrimonio genético. Este elemento es decardinal importancia a la hora de evaluar laeficiencia o potencialidad de la economíacampesina; es errado medirla bajo los pará-metros de eficiencia de la lógica de la renta-bilidad del capital.

Pero no solo en la riqueza genéticasino una riqueza en el conocimiento, estetipo de agricultura fundada sobre la obser-vación y la tradición, conduce a la adquisi-ción de un conjunto de conocimientosempíricos, ligados siempre a lo concreto.

El cambio de naturaleza sobre losconocimientos ha conducido a un cambiode orientación registrado en el manejo delas explotaciones agropecuarias. Los siste-mas conocidos como mixtos, complejos yasociados que expresaban la voluntad desíntesis característica de los saberes campe-sinos, han estado sucedidos casi siemprepor sistemas intensivos que se basan en laextrema especialización; sacrificando así lagestión de los equilibrios de acuerdo a losimperativos de corto plazo, como explota-ciones de flores que reproducen la fertilidaddel suelo solamente con abonos químicos olas explotaciones intensivas lecheras quenitrifican el suelo de las unidades producti-vas, cualquiera sea el caso es la naturalezala que absorbe los impactos.

Es de manera general una agriculturaautónoma, debido a que: por el lado de losproductos, es una economía “parcialmente

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mercantilizada”, no vende la totalidad de laproducción como es el caso de la agricultu-ra empresarial, pero obtiene a pesar de elloun “plus” comercializable, contrariamente alo que pasa en las economías naturalesdonde los productores viven en completaautarquía; en lo que concierne a los insu-mos, busca limitar al máximo la carga deentradas compradas en moneda sobre elmercado, por medio del autoconsumo inter-medio y del reciclaje de subproductos.

La productividad del trabajo diario esmayor al costo de oportunidad de la manode obra de la micro-región, aunque se lapodría considerar baja con relación a lasexplotaciones capitalistas. Por otra parte laproductividad de la tierra tiene valores altosy mucho mayores a los obtenidos por laagricultura extensiva de grandes propieda-des, pero inferiores a las productividades dela agricultura empresarial de agro exporta-ción. Esta comparación nos conduce a lasiguiente reflexión sobre la productividad:El crecimiento de la productividad diaria deltrabajo, en un país como el Ecuador, debeconstituir una preocupación esencial,tomando en cuenta que todo incremento dela productividad en estas circunstancia ha

traído como consecuencia un masivo éxodorural; pero a la par es difícil incidir sobre eldesarrollo agrícola sin que la intervencióntome en cuenta un crecimiento de las pro-ductividades.

Para una propuesta alternativa esimportante mirar críticamente la noción deeficiencia, y cambiar los parámetros de eva-luación de la misma. La economía empresa-rial mide la eficiencia según parámetros derendimiento productivo, “finca adentro”,donde el trámite se reduce a evaluar la rela-ción costo beneficio, sin tomar en cuentaotras condiciones vitales para el desarrolloagrario, ni tampoco los costos de impactosocial, humano, cultural y ambiental quegeneran, pues las empresas están acostum-bradas a privatizar los beneficios económi-cos mientras pasan a la esfera social y públi-ca los costos y responsabilidades de esosotros elementos. Cuando se recalculan losíndices de eficiencia de las grandes empre-sas, corrigiendo según los costos de destruc-ción ecológica, o daño humano, o pérdidacultural, cambian el panorama y aparece laineficiencia relativa de las grandes corpora-ciones.

Modelo de acumulación y sus impactosen los ejes del sistema agrario

Para el análisis de la situación actual delas economías campesinas es indispensableuna interpretación adecuada del nuevomodelo económico y social que se imple-mentó en el sector agrario, caracterizado porformas de recomposición productiva favora-bles a las grandes empresas y mecanismosde ajuste e implantación de políticas públi-cas neoliberales de sobreprotección a lasinversiones empresariales, que se concreta-ron a partir del llamado período de “globali-zación”. Para el sector agrario los mayores

impactos han provocado los denominados“programas de ajuste”, que se vienen apli-cando desde hace más de veinte años y los“acuerdos comerciales globales” en el marcode la Organización Mundial del Comercio(OMC), con el acceso del Ecuador a fines de1995 y las diversas leyes neoliberales (1994y 2003).

El motivo esencial de los cambiosimpuestos ha sido la superación de la crisiseconómica del Norte y la recuperación de susupremacía económica, en un mundo dondela emergencia de economías como la Chinay la India, han puesto en entredicho aquella

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LLAASS EECCOONNOOMMÍÍAASS CCAAMMPPEESSIINNAASS EENN UUNNCCOONNTTEEXXTTOO DDEE DDEESSEESSTTRRUUCCTTUURRAACCIIÓÓNN

EEXXCCLLUUYYEENNTTEE

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supremacía [Harvey, 2005]. Las grandescorporaciones han procurado replantear losmodelos de inversión y las relacionescomerciales de forma que favorece sus pro-pios intereses y poner límites a las vías dedesarrollo de las economías periféricas.

Este modelo está marcado por un con-junto de procesos que terminan afectandolas posibilidades de supervivencia de laspequeñas unidades productivas en campo yciudad, y que aceleran la descapitalizaciónde las unidades agrícolas menores, median-te los procesos de recomposición productivaen la lógica de una nueva división interna-cional del trabajo (Ver cuadro N° 5), y a lapar, por un proceso de acumulación basadoen mecanismos de desposesión o despojo[Harvey, 2003]. El resultado es una deses-tructuración excluyente de los sectores eco-nómicos más vulnerables, como las econo-mías campesinas [Rubio, 2004], sostenidamediante la monopolización de los mediosde producción y recursos naturales; en ladesestructuración de las economías campe-sinas y los aparatos institucionales que lasprotegían; en la reestructuración del papeldel Estado. Esto último puede ilustrarse parael caso agrícola por las reformas denomina-

das de “Modernización” y de“Reordenamiento económico” que acelerany facilitan la supremacía de las unidadeseconómicas más fuertes; y claro está, todoeso sobre la base de la destrucción de losderechos sociolaborales, ambientales, políti-cos y culturales.

En el Ecuador esto representa la vueltade una lógica primario exportadora que seha denominado de reprimarización exporta-dora, coloca como eje las ventajas compara-tivas naturales aprovechando la alta renta,desechando la posibilidad de instauraresquemas de mediano y largo aliento paraconsolidar líneas productivas nacionales[Acosta, 2001]. A este modelo adoptadodesde inicios de los 80s, se añadió un pro-blema internacional, la fase agroalimentariaglobal [Rubio, 2004] que, se caracterizapor: a) la utilización de los alimentos comomecanismo de competencia hegemónica; b)la sobreproducción alimentaria como ele-mento de control de los precios internacio-nales; c) el dominio de las empresas agroa-limentarias transnacionales y el desmantela-miento de los sistemas y programas que sus-tentan la soberanía alimentaria [Rubio,2004].

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A continuación se presentan los casos dela producción de arroz, maíz, trigo, algodón,su evolución en el período 1993-2005, estosignifica en el contexto de implementaciónde la reprimarización exportadora, apoyadapor “programa de ajuste” del BM – FMI.

Se puede constatar la caída de la pro-ducción y de la superficie en cuanto a ali-mentos y materias primas,3 con excepciónde la leche por razones muy específicas. Elarroz (ver cuadro No. 1) en el año 1993 secultiva una superficie de 356.328 Ha, y setenía una producción de 1’018.022 Tm, enel año 2000 cae a 180.000 Ha y 540.000Tm, de la cual no se recupera totalmente ypara el año 2005 la superficie cultivada dearroz es de 309.000 Ha y una producción902.667 Tm.

El maíz en el añoß 1995 (ver cuadroNo. 2) se cultivaba una superficie de222.868 Ha y se tenía una producción de356.589 Tm, en el año 2000 cae a 153.480Ha y la producción de 385.247 Tm, y para elaño 2005 la superficie cultivada de maíz es

de 101.900 Ha y una producción de 375.000Tm.

Sin embargo en el caso del maíz esinteresante ver el comportamiento de lasimportaciones, que en el año 1995 era de18.348 Tm, para el 2000 sube a 156.863 Tmy el 2005 alcanzan los 425.234 Tm. En elmismo período el consumo casi se duplicóde 338.400 Tm a 775.000 Tm.

Hemos considerado pertinente incorpo-rar los casos del trigo y algodón para ejem-plificar los procesos de desestructuración deproducción interna y en su lugar una mayordependencia del circuito de producción ycomercialización transnacional, políticaauspiciadas por monopolios locales de hari-na y textiles.

El Ecuador producía trigo; (ver cuadroNo. 3) en 1993 todavía había una superficiesembrada de 38.140 Ha y una producción de25.528 Tm, pero esto cae a lo largo de ladécada y en el 2005 apenas se cultivan19.695 Ha y se produjo 11.966 Tm.

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3 Para la elaboración de esta parte del texto se tomó como referencia el trabajo del Ec. Jorge Castro “Estudio sobre el impactode la política de franja de precios de la CAN para la producción de arroz, maíz y leche 1990-2005”; en el marco de la línea deinvestigación “Acuerdos comerciales globales y economías campesinas”, SIPAE, 2007.

En el caso del algodón, en el año 1993la superficie cosechada fue de 14.680 Ha yla producción de algodón en rama alcanzó a13.799 Tm, para el año 2000 la superficiecosechada bajó a 2.850 Ha y la produccióna 2.849, en el año 2005 la superficie cose-chada descendió a 1.800 Ha y la producciónllegó a 4.300 Tm.

Para explicar la caída de la producciónde alimentos durante la década de losnoventa e inicios del siglo XXI se suelesobredimensionar los efectos de las inunda-ciones del 97 y 98 por el factor climático delfenómeno de El Niño y subestimar, e inclu-so “olvidar” los efectos de la nueva modali-dad de acumulación y la apertura a la globa-lización, pero en 1994 y 2004 se aprobarone implementaron las leyes neoliberales, y en1995 el Ecuador al ingresar a la Organiza-ción Mundial de Comercio OMC hizo suyotodo el paquete de medidas aperturistas.

Paradójicamente el caso de la leche(ver cuadro No. 3), en 1993 se producía 1.7millones de litros/día y la superficie de pas-tos llegaba a 4.9 millones de Ha, para el2005 se producen 2.5 millones de litros/díay la superficie de pastos sube a 5.5 millones

de Ha; de esta manera es el único productoalimentario que se sostuvo, desde el puntode vista de producción, e incluso creció enesta etapa, representa también el único casodonde desde el Estado se sostuvo un merca-do nacional protegido, frente al ingreso deleche en polvo, vía la aplicación implacablede las licencias de importación y la políticaandina de franja de precios [Brassel &Hidalgo: 2006].

Sobre estas bases se configuran a lo lar-go de más de veinte años un modelo agrariocuyos ejes principales son: i) Monopolizacióne inequidad, que agudiza procesos de con-centración de los recursos naturales y tecno-lógicos; ii) Desestructuración y exclusiónque agudiza el deterioro de los precios y el sa-lario del campo; iii) Globalización y regiona-lización, que apuntala procesos de privatiza-ción y perdidas de soberanía; iv) Destrucciónde derechos sociolaborales y ambientales; v)Destrucción de los derechos políticos, que des-mantela la protección gremial y comunitaria;vi) Destrucción de derechos culturales.

En el cuadro No. 5 se sintetiza los ejesy horizontes de este Modelo Agrario domi-nante.

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1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

AÑOS

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2

2,5

3

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Tm/Ha

Superficie Producción Rendimiento

Superficie Producción Rendimiento (Ha) Tm (Tm/Ha)

1991 283.247 692.320 2,441992 309.673 844.121 2,731993 356.328 1.018.022 2,861994 380.069 1.169.058 3,081995 395.710 1.057.369 2,671996 387.889 1.113.214 2,871997 320.199 885.786 2,771998 262.488 803.060 3,061999 179.500 538.500 3,002000 180.000 540.000 3,002001 272.416 827.835 3,042002 244.000 775.089 3,182003 300.000 886.434 2,952004 257.891 743.169 2,882005 309.169 902.667 2,92

AÑOS

Cuadro No. 1: Arroz: superficie sembrada, producción y rendimiento 1991-2005

Gráfico No. 1: Arroz: superficie sembrada, producción y rendimiento 1991-2005

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAG Elaboración: Castro, J.

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1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

AÑOS

Tm

Produccion Importación Exportación Consumo

Produccion Importación Exportación ConsumoAños Tm Tm Tm Tm1995 356.589 18.348 36.530 338.4071996 423.229 26.333 75.467 374.0951997 638.450 116.885 131.210 624.1251998 106.970 374.367 22.631 458.7061999 291.388 253.554 76.152 468.7902000 385.247 156.863 81.714 460.3962001 501.090 162.342 85.265 578.1672002 255.045 387.501 73.005 569.5412003 248.529 337.890 64.940 521.4792004 241.778 464.052 38.393 667.4372005 375.000 425.234 25.162 775.072

Cuadro No. 2: Maiz: Producción, importación, exportación y consumo 1995-2005

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAG Elaboración: Castro, J.

Gráfico No. 2: Maiz: Producción, importación, exportación y consumo 1995-2005

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1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005

HHaa yy TTmm

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TTmm//HHaa

Superficie Ha Producción Tm Rendimiento Tm/Ha

AÑOS

SSuuppeerrfificciiee PPrroodduucccciióónn CCrreecciimmiieennttoo RReennddiimmiieennttoo CCrreecciimmiieennttooHHaa TTmm PPrroodduucccciióónn TTmm//HaHa RReennddiimmiieennttoo

11999900 37.540 29.907 0,8011999911 37.040 24.614 -18% 0,66 -17%11999922 40.600 23.996 -3% 0,59 -11%11999933 38.140 25.528 6% 0,67 13%11999944 30.239 18.909 -26% 0,63 -7%11999955 32.000 20.800 10% 0,65 4%11999966 33.000 20.400 -2% 0,62 -5%11999977 32.300 19.300 -5% 0,60 -3%11999988 25.000 15.000 -22% 0,60 0%11999999 25.000 15.000 0% 0,60 0%22000000 20.870 12.958 14% 0,62 3%22000011 22.135 13.502 4% 0,61 -2%22000022 21.682 13.990 4% 0,65 6%22000033 20.123 12.589 -10% 0,63 -3%22000044 21.556 13.543 8% 0,63 0.4%22000055 19.695 11.966 -12% 0,61 -3%

AAññooss

Cuadro No. 3: Trigo: Superficie, producción y rendimiento

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAGElaboración: Castro, J.

Gráfico No. 3: Trigo: Superficie, producción y rendimiento

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1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005AÑOS

Miles Lt

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Lt/vaca/día

PRODUCCION NACIONAL (miles de Lt.) 1/ Rendimiento miles Lt/Vaca/día

AÑOPRODUCCIÓN

NACIONAL (miles de Lt.) 1/

HATO BOVINO(Número total de

cabezas)

VACAS EN PRODUCCIÓN

(Número total de cabezas)

SuperficieNacional Con

Pastos (miles Ha)

% de la SuperficieTotal Nacional

(miles Ha)

Rendimientomiles Lt/Vaca

Rendimientomiles

Lt/Vaca/día

1988 1.312.064 3.997.400 629.990 4.873,9 18,7% 2082,67 5,705961989 1.475.098 4.176.600 658.232 4.899,9 18,8% 2241,00 6,139721990 1.534.106 4.359.000 686.978 4.921,2 18,9% 2233,12 6,118141991 1.576.689 4.516.000 711.722 4.918,5 18,9% 2215,32 6,069361992 1.632.545 4.682.000 737.883 4.932,9 18,9% 2212,47 6,061561993 1.714.173 4.802.000 756.795 5.001,4 19,2% 2265,04 6,205591994 1.781.818 4.937.000 778.071 5.092,7 19,5% 2290,04 6,274101995 1.840.671 4.996.000 787.370 5.106,7 19,6% 2337,75 6,404791996 1.730.341 4.696.240 845.323 4.995,6 19,2% 2046,96 5,608101997 1.714.358 4.649.278 836.870 5.008,0 19,2% 2048,54 5,612431998 1.680.061 4.584.188 825.154 5.022,9 19,3% 2036,06 5,578241999 1.646.469 4.492.504 808.651 4.937,5 18,9% 2036,07 5,578272000 1.286.625 4.486.020 807.484 5.087,3 19,5% 1593,38 4,365412001 1.343.237 4.553.310 808.856 5.163,6 19,8% 1660,66 4,549762002 1.378.161 4.621.610 831.890 5.241,1 20,1% 1656,66 4,538802003 1.529.759 5.129.987 923.398 5.319,7 20,4% 1656,66 4,538802004 2.536.991 5.142.485 925.647 5.399,5 20,7% 2740,78 7,508972005 2.575.167 5.283.109 950.960 5.480,5 21,0% 2707,97 7,41909

Promedio % 100% - - - 19,6% 55,,7799331177

Cuadro No. 4: Leche: Producción y rendimiento 1988-2005

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAG Elaboración: Castro, J.

Gráfico No. 4: Leche: Producción y rendimiento 1988-2005

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Cuadro No. 5: Ejes del Modelo Agrario Dominante

Fuente: SIPAE: TLC en lo Agrario, 2004Elaboración:Breilh , J.

A comienzos de los años 90, un hito deimplantación del modelo agrario empresa-rial fue la incorporación del llamadoInforme Whitaker, auspiciado por la USAIDde los Estados Unidos [Whitaker, Colyer,Alzamora, 1990], las que orientaron laentrada del modelo agrícola neoliberal y eldesmantelamiento del Estado en lo agrícola:abandono de varios productos tradicionalesde agro exportación (como café, cacao yalgodón) y apertura hacia productos no tra-dicionales con alta inversión de capital(como la floricultura, la explotación made-rera y algunos productos de alta demandainternacional). Se provocó en definitiva eldesmantelamiento institucional y delMinisterio de Agricultura; se abandonó lapolítica estatal de almacenamiento; se debi-litó al Instituto de InvestigacionesAgropecuarias. Pero en esa primera etapaneoliberal, sus promotores no osaron afectarla producción de alimentos estratégicoscomo arroz, leche, papa, etc.

En dicho escenario regresivo, se desen-cadenó un ciclo de contrarreforma agrariaque no pudo ser contenido por el movimien-to indígena y las organizaciones sociales delcampo, y por eso la Ley de Desarrollo

Agropecuario del año 1994, avanzó en laprivatización del agua y se inicia la aplica-ción paulatina de medidas de penetración delas nuevas relaciones sociales en el campo.En ese contexto, debe investigarse cual ter-mina siendo el peso real de la agriculturacampesina para el consumo interno.Fenómenos como el incremento fraudulentode la importación de maíz, o la dedicaciónde un creciente número de parcelas campe-sinas a la producción organizada desde lasgrandes empresas como PRONACA (maíz)o GUSTADINA (arroz).

La propuesta de asociación entre peque-ños productores y grandes empresas

En tiempos recientes se han difundidoen el país propuestas que forman parte de laestrategia llamada de empresas asociativasrurales que, en el espíritu del trabajo aso-ciativo, pretenden enlazar a los pequeñosproductores rurales con grandes empresasagroindustriales. El argumento central deeste tipo de modelos es que la formación deempresas asociativas fortalece la capacidadde inserción de los pequeños productoresen mercados competitivos y la rápida adap-tación a nuevas oportunidades de negocios.

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Algunos esgrimen la agricultura porcontrato como la panacea para resolver lascarencias y desventajas de los pequeños.Pero claro, en las condiciones de extremainequidad agraria imperantes, el resultadoneto de estos “esfuerzos asociativos” va enla dirección que imponen los interesesempresariales y la demanda dominante en elmercado, determinada por “agentes exter-nos”. Por eso, los proyectos construidosdesde esa perspectiva se han ido alejandocrecientemente de las bases sociales deldesarrollo; han ido en definitiva perdiendocapacidad de innovación socio-económica,en función de una mayor adaptación al mer-cado y a un perfil empresarial.

En el escenario de las organizacionesligadas a lo agrario, hay un acuerdo básicosobre la importancia de respaldar el desa-rrollo de los pequeños productores, y procu-rar salidas para dicho sector en el ámbito deuna economía global, parece en cambio queno hay acuerdo en el papel de los pequeñosproductores, sobre el modo de construir eltrabajo asociativo campesino ni sobre elmodelo de desarrollo agrario en su conjun-to. En el momento actual se distinguen dosprincipales tendencias: una que asume

como fundamentales la relación entre lospequeños productores rurales (PPR) yempresas privadas (EP), y la consonanciacon el avance de la economía empresarialprivada; y otra, que enfatiza mas bien lanecesidad de explorar las potencialidadesdel trabajo campesino asociado como herra-mienta de un modelo de una economíasocial solidaria.

Si bien el discurso que expresa a cadauna de esas dos tendencias tiende a mostrarcierta semejanza terminológica, hay en elfondo una importante divergencia de objeti-vos y contenido de las dos propuestas; lascuales corresponden a paradigmas distintossobre el modelo de desarrollo rural.

Para juzgar la importancia del trabajoasociativo como instrumento de desarrollo,cabe comenzar por distinguir tres formasprincipales de trabajo: i) trabajo indepen-diente privado; ii) trabajo asalariado depen-diente; iii) trabajo asociado; este últimopodría denominarse también solidario ocomunitario (asociación que pueden impli-car solamente aporte de trabajo o tambiénaporte de capital).

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De lo que se habla ahora con crecienteénfasis (preocupación que está presentetanto en las agendas de la cooperación fun-cionalista como en las de propuestas alter-nativas) es la necesidad de construir formasasociativas de trabajo campesino. Se recalcaen que, ante las limitaciones de inversión,gestión, tecnología y capacidad de manejode los mercados –de productos, financiero ytecnológico– de los PPR, y de su consi-guiente falta de competitividad, la cual limi-ta su acceso a una economía de escala ysinergias mayores, es indispensable agrupara los pequeños en “empresas” mayores.

Los propulsores de un modelo funcio-nalista, enfatizan en la importancia de ope-rar los esfuerzos asociativos en dirección dela demanda dominante en el mercado, deter-minada por “agentes externos”.

Los objetivos para esta tendencia sue-len ser: a) completar los eslabones de lacadena; b) incrementar el volumen de ofer-ta; y c) convertir a la competencia en sociosestratégicos.

Una estrategia de este tipo tendría tresgrandes consecuencias negativas: a) Promo-

vería la desestructuración de los patrones dereproducción campesina basados en la lógi-ca comunitaria y en formas culturales agroe-cológicas; b) Acentuaría el proceso de prole-tarización campesina y la sujeción de lospequeños productores al sistema de remune-ración salarial -monetarización del ingreso-,y creciente dependencia de patrones de con-sumo extraños; c) Traspasaría a las empresasagroindustriales la decisión sobre el ordena-miento territorial y uso del suelo (qué sem-brar, como cultivar y que tecnologías agro-pecuarias implementar).

Es decir, la agricultura por contrato seconvierte en una negociación entre empre-sas poderosas y agricultores pequeños, con-virtiéndose en un mecanismo de subordina-ción agresiva que somete las decisiones deordenamiento territorial, las políticas labo-rales y agrarias, las decisiones tecnológicas,y la producción alimentaria al interés y albe-drío de las empresas.

Nadie puede negar las bondades de lasformas asociativas de trabajo campesino,pero estas sólo conducen al beneficio de lospequeños cuando se encuadran en un marcode equidad y producción solidaria.

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Hay en cambio esa segunda tendencia,para la cual el reto es construir una econo-mía solidaria, lograr un fortalecimiento eco-nómico colectivo y solidario, con desarrollosocial y con la mira agraria puesta tambiénen la soberanía alimentaria.

La economía solidaria se refiere a un con-junto de iniciativas nuevas, de carácter inno-vador, con una búsqueda teórica y práctica dealcanzar una economía basada en la equidad ytrabajo, y un desarrollo humano integral (eco-nómico, social y ecológico). Se busca en otraspalabras una economía solidaria como unmovimiento de crítica al sistema monopólicoy basado en valores como la cooperación, laconfianza, la participación, la promociónhumana y la sustentabilidad ecológica.

Se busca recrear los viejos principiosde la economía social orientada a la satis-facción de las necesidades colectivas, sincolocar el lucro como centro de todo, que noreparte individualmente todas las reservas,que reconoce el pago de dividendos en basea la participación y no a la inversión, que seorganiza mediante una gestión democrática(cada miembro un voto), y ligada a los prin-cipios cooperativos.

Estructura de inequidad: tierra y agua

Concentración de la tierra

En lo que respecta a la estructura de latenencia y concentración de la tierra, ésta noha variado significativamente en más de 50años. Esto se puede constatar en el cuadroNo. 6 y gráfico No. 5, referidos a la concen-tración de tenencia de la tierra, en el año1974 los datos censales indicaban que el77% de las UPAs, aquellas ubicadas en elparámetro de “menos de 1 Ha a menos de 10Ha” tenían acceso apenas al 11,5% de lasuperficie; mientras que el 0,9% de lasUPAs, aquellas ubicadas en el rango de“200 Ha y más” poseían el 37,6% de lasuperficie. En el año 2000 los datos censalesindican que el 75% de las UPAs, “menos de1 Ha a menos de 10 Ha” poseían el 11,8%,mientras que el 0,8%, de “200 y más Ha”poseían el 29,1% de la tierra. Sin embargo,hay que destacar que las propiedades de 20a 100 Ha representaban el 37,3%. Muchasde las grandes propiedades, lo que hicierones subdividir sus grandes propiedades enmás pequeñas para, de esta manera, evitarcualquier política de reforma agraria.

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El índice GINI3, que mide el nivel deconcentración de la tierra, no ha variado sig-nificativamente en los últimos 50 años; en elaño 54 este índice era de 0,86, en el 74 de0,85 y en el año 2000 de 0,80. A pesar delaltísimo nivel de concentración de la tierraen pocas manos son contadas las organiza-ciones indígenas o campesinas que reivindi-can, dentro de sus programas de acción, unareforma agraria que afecte a la gran propie-dad de la tierra. De otra parte, lamentable-mente con la información disponible delcenso del año 2000, no se puede establecerla calidad de la tierra; sin embargo, se puede

intuir que las tierras de mejor calidad están,sin temor a equivocarse, en manos de losgrandes propietarios, mientras que lospequeños agricultores muy probablementedisponen de las tierras de peor calidad.

Otro aspecto importante a considerar esel tamaño promedio de las UPAs. La evolu-ción del tamaño promedio de la propiedad enel país; ubica que para el año 1954, el tama-ño promedio de la propiedad en el Ecuadorera de 16,9 Ha y, para el año 2000, se redu-ce a 14,7 Ha. Sin embargo, hay que destacarque el tamaño promedio de la propiedad de

Censo 1974 Censo 2000

Propiedades % Tamaño UPAS

Superficie %

Menos de 1 a a menos de 10 77,3 11,5De 10 hasta menos de 20 Ha 8,0 7,0De 20 hasta menos de 50 Ha 8,2 16,5De 50 hasta menos de 100 Ha 4,3 17,0De 100 hasta menos de 200 Ha 1,3 10,4De 200 hectáreas y más 0,9 37,6

Propiedades % Superficie %

75,5 11,89,0 8,29,1 19,24,1 18,11,5 13,50,8 29,1

Cuadro No. 6: Análisis comparativo de tenencia de la tierra; Censos 1974 - 2000

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAG Elaboración: Ruíz, P.

3 Para la elaboración de esta parte del texto se tomó como referencia el estudio del Ec. Patricio Ruíz “La concentración de la tie-rra en El Ecuador”; aporte al Taller del Grupo de Trabajo sobre Reforma Agraría, que coordina el SIPAE.

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Menos de 1 Ha a menos de 10

De 10 hastamenos de 20 Ha

De 20 hastamenos de 50 Ha

De 50 hastamenos de 100 Ha

De 100 hastamenos de 200 Ha

De 200hectáreas y más

75,5

9,0 9,1

4,10,81,5

11,88,2

19,218,1

29,1

13,5

0

10

20

30

40

50

60

70

80

% de Superficie

% de Propiedades

Menos de 1 Ha a menos de 10

De 10 hastamenos de 20 Ha

De 20 hastamenos de 50 Ha

De 50 hastamenos de 100 Ha

De 100 hastamenos de 200 Ha

De 200hectáreas y más

% de Superficie

% de Propiedades

77,3

8,0 8,24,3

0,91,3

11,5

7,0

16,5 17,0

37,6

10,4

0

10

20

30

40

50

60

70

80

Fuente: Datos III Censo Agropecuario 2002Elaboración: Hidalgo, F., Samaniego, M.

Gráfico No. 6: Análisis comparativo de tenencia de la tierra; Censos 1974 - 2000

Censo 1974

Censo 2000

las extensiones inferiores a las 5 Ha, en elcenso del 1954, era de 1,7 Ha. Para el año2000, 1,4 Ha. De estos datos se pueden esta-blecer algunas elementos importantes para eldebate, tales como: ¿es posible que unpequeño agricultor pueda sobrevivir con unapropiedad de 1,4 Ha?, ¿es posible la asocia-tividad de los pequeños agricultores parapoder “competir” exitosamente con la granpropiedad y los cultivos de exportación?,etc. Este debate es importante ya que se creeque el pequeño agricultor, con una extensiónde 1,4 Ha, puede vivir y tener ingresos sufi-cientes para él y su familia. No existe ningúncultivo agrícola para el mercado interno, quecon una extensión tan pequeña, pueda serrentable y viable, por lo que necesariamentecualquier política agraria pasa por una refor-ma agraria que afecte la gran propiedad de latierra y una redistribución de la misma. Enlos cuadros No. 7 y 8 se puede observar eltamaño promedio de la propiedad, a nivel deprovincia, de la región Costa y Sierra.

Concentración de la tierra en las dife-rentes regiones y pro vincias

La concentración de la tierra es mayoren las provincias de la sierra que de la costa.

Las provincias con mayor nivel de concen-tración en la sierra son: Azuay, en la que el1,67% de las UPAs concentran el 47,68% dela tierra; Cañar, con 2% de los propietariosque concentran el 53,52%; Chimborazo, unade las regiones más pobres del país, el0,97% concentra el 48,27%; Cotopaxi, el1,97% concentra el 47,49%, y, Tungurahua,en la que el 0,48% concentra el 49,32%.

En la región costa, las provincias conmayor nivel de concentración son Los Ríosy Guayas. En la primera, el 5,1% de lasUPAs está en propiedad del 48,7% de la tie-rra y, en Guayas, el 6,1% de las UPAs con-centra el 66,6%. Ambas provincias son lasmás importantes en la producción de culti-vos de arroz y maíz, para el mercado inter-no, como de cacao, café, banano, para laexportación. Allí se hallan ubicadas grandeshaciendas de propiedad de empresas agroin-dustriales orientadas tanto al mercado inter-no como a la exportación.

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USOS DEL SUELO NÚMERO DE PROPIEDADES Porcentaje % EL ORO ESMERALDAS GUAYAS LOS

RIOS MANABI

Menos de 1 hectárea 29091 13,2 0,28 0,26 0,46 0,45 0,42De 1 hasta menos de 2 Ha 24051 10,9 1,26 1,26 1,33 1,37 1,36De 2 hasta menos de 3 Ha 20799 9,5 2,22 2,15 2,35 2,38 2,40De 3 hasta menos de 5 Ha 28419 12,9 3,62 3,55 3,83 3,94 3,90De 5 hasta menos de 10 Ha 38161 17,4 6,74 6,84 6,86 7,01 7,06De 10 hasta menos de 20 Ha 30582 13,9 13,39 13,81 13,46 13,77 13,67De 20 hasta menos de 50 Ha 29681 13,5 30,35 31,78 29,63 29,44 30,95De 50 hasta menos de 100 Ha 10902 5,0 67,36 65,93 67,47 67,35 67,97De 100 hasta menos de 200 Ha 4904 2,2 132,97 132,48 135,36 131,82 129,84De 200 hectáreas y más 3220 1,5 366,73 527,45 646,84 470,91 410,27Total 219810 100 20,67 49,08 20,14 15,28 21,21Total Nacional 842882Porcentaje % 26,1

NÚMERO DE PROPIEDADES

Porcentaje% AZUAY BOLIVAR CAÑAR CARCHI CHIMBORAZO COTOPAXI IMBABURA LOJA PICHINCHA TUNGURAHUA

Menos de 1 hectárea 217000 38,2 0,35 0,50 0,39 0,34 0,48 0,43 0,35 0,45 0,28 0,37De 1 hasta menos de 2 Ha 92144 16,2 1,30 1,39 1,29 1,30 1,35 1,35 1,29 1,31 1,23 1,37De 2 hasta menos de 3 Ha 56735 10,0 2,29 2,41 2,25 2,26 2,34 2,33 2,29 2,25 2,24 2,44De 3 hasta menos de 5 Ha 59926 10,6 3,69 3,90 3,66 3,67 3,75 3,76 3,62 3,61 3,57 3,82De 5 hasta menos de 10 Ha 58417 10,3 6,62 7,00 6,59 6,74 6,64 6,70 6,72 6,79 6,83 6,89De 10 hasta menos de 20 Ha 38744 6,8 13,07 13,68 13,11 13,23 13,21 13,38 13,25 13,52 13,16 13,56De 20 hasta menos de 50 Ha 29376 5,2 28,87 30,15 29,79 29,09 28,42 29,68 29,78 28,81 31,44 29,71De 50 hasta menos de 100 Ha 9612 1,7 65,94 68,55 66,36 68,64 67,68 65,98 66,41 64,92 64,54 68,72De 100 hasta menos de 200 Ha 3517 0,6 129,01 128,87 133,20 131,07 130,33 131,37 129,28 127,92 127,13 138,28De 200 hectáreas y más 2152 0,4 637,58 393,60 650,46 553,25 809,12 573,77 557,20 624,38 512,79 1168,85Total 567622 100 6,14 9,83 8,03 13,55 5,77 6,74 8,40 15,16 14,46 2,86Total Nacional 842882Porcentaje % 67,3

Cuadro No. 7: Tamaño promedio de la propiedad Costa

Cuadro No. 8: Tamaño promedio de la propiedad Sierra

Fuente: INEC/SIGAGRO/MAG Elaboración: Ruíz, P.

Acceso a otros recursos productivos:El caso del agua

La estructura agraria del país, sinembargo, no solo refleja concentración de latierra sino también, concentración de tecno-logía, créditos, y, fundamentalmente, la con-centración de la superficie bajo riego.Mientras los pequeños propietarios dispo-nen del 25,69 % de la superficie bajo riego,los grandes propietarios, cuyas unidades deproducción agropecuaria (UPAs) tienen 50 omás hectáreas, concentran más del 51% deltotal de la superficie bajo riego.Contribuyendo a profundizar las inequida-des sociales en el agro, las grandes inversio-nes estatales en riego, favorecieron a gran-des y medianos propietarios, y solo lateral-mente a los pequeños propietarios [IIICenso Agropecuario, 2002].

En cuanto a la superficie regada, eneste momento la superficie total bajo riegoes de 853.332 Ha, tal superficie, sin embar-go, representa apenas un poco más de lacuarta parte de la superficie que podría serregada. En efecto, la superficie potencial-mente regable, es decir, la que integra laaptitud de los suelos para riego y los recur-

sos hídricos disponibles, se estima en3’130.000 Ha. No obstante la limitadaexpansión territorial del riego, el aprovecha-miento de agua en irrigación constituye el82% del consumo total de agua en el país, elresto se distribuye entre el 12,3% para usodoméstico y el 5,6% para uso industrial[CNRH, 2002].

Del total de la superficie actualmenteregada, los sistemas de riego construidospor el Estado cubren una superficie de201.000 Ha. El resto, es decir, 653.332 Haestá cubierto por sistemas de riego empresa-riales, finqueros y comunitarios.

Con una inversión que supera amplia-mente los 2.000 millones de dólares, hastala actualidad, el Estado ha construido 73 sis-temas de riego, 51 de los cuales se encuen-tran en la Sierra y 22 en la Costa, no obs-tante lo cual, en esta región se encuentra el57% del total de la superficie regada en elpaís y el 19.6% del total de UPAs regadas enel ámbito nacional.

Este sector afronta un conjunto de pro-blemas relacionados entre si; de entre elloslos más comunes están asociados: a) escasa

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disponibilidad de agua; b) concentraciónregional de las inversiones públicas enriego; c) bajo nivel de tecnificación, d)carencia de estrategias estatales para eldesarrollo del riego; e) limitaciones institu-cionales; f) dificultades organizativas en laadministración de los sistemas.

El modelo agroindustrial y sus impactosen la sustentabilidad de los ecosistemas4

El sector de la agricultura es uno de losque no ha caído aún totalmente en la lógicade la acumulación transnacional de granescala. De ese modo, un país territorial-mente pequeño pero con la mayor biodiver-sidad del planeta, poseedor de algunos delos suelos más fértiles del continente, deuna inmensa riqueza natural, y ligado a lastradiciones milenarias de cultivos como elmaíz y la papa, mantiene aún espacios eco-nómicos orientados a la necesidad nacio-nal; una economía agrícola que le permiteautoabastecerse de alimentos estratégicos,exportar varios de estos y sostener hastaahora su soberanía alimentaria. Esa especie

de balance crítico de fuerzas que se hamantenido en la historia reciente, entre lascomunidades, organizaciones sociales ygremiales que buscan un desarrollo socio-centrado y solidario, contra las cámarasempresariales de la producción y los gru-pos internacionales de presión que tratan deimponer en el país el fundamentalismo demercado, romper los remanentes del dere-cho público y extremar los privilegios delas grandes empresas. Ese empate, queexpresa la voluntad de las bases socialespara defender sus derechos, podría quebrar-se en los años venideros si se produce unadesestructuración de las pequeñas y media-nas unidades productivas, retroceso eviden-te en el que jugaría un papel decisivo latransnacionalización agrícola, y frente alcual han jugado un papel estelar ramascomo los holdings bananeros, de palma o lafloricultura industrial.

Si se impone y expande esa lógicaconcentradora, monopolizante y excluyen-te, bajo las líneas de descuido social, desalud y ambiental que ha caracterizado la

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4 Basado en Breilh, J. (2006) Nuevo Modelo de Acumulación y Agroindustria: Las Implicaciones Ecológicas y Epidemiológicas dela Floricultura en Ecuador. Rio de Janeiro: Ciencia e Saúde.

implantación de este modelo en los paísesde la región, se puede estimar que se desen-cadenarán cambios ecológicos y epidemio-lógicos de consecuencias impredecibles,para las próximas décadas. Tomando elcaso de la floricultura como ejemplo, pue-den relievarse las tendencias que hemoscomentado.

La producción de flores cortadas enpaíses como Colombia, Costa Rica, Ecuadory México constituye un nítido ejemplo de lafórmula neoliberal de la modernizaciónagraria que hemos descrito, no sólo que losverdaderos beneficiarios son las empresastransnacionales y grandes exportadores,sino que se instala una grave amenaza a lasustentabilidad, local y regional, pues laoferta de trabajo y discretas remuneracio-nes, no implican un verdadero procesoredistributivo que revierta la concentraciónde la propiedad, y lo que es peor, se logranal costo de pérdidas sociales, culturales yecológicas muy serias.

La floricultura toma auge aprovechan-do la concentración poblacional en lascomunidades utilizándola como mano deobra barata, como su principal ventaja com-

petitiva. Aquello se ha dado por la debilidadde los procesos de reforma agraria y la rápi-da transformación, total o parcial, dehaciendas tradicionales a grandes complejosflorícolas. La consiguiente conversión decampesinos tradicionales a obreros floríco-las se da mediante profundos desgarramien-tos de la cultura solidaria rural y la adopciónacrítica de valores extraños. Esa juventud seve empujada al trabajo en flores, pues noexisten políticas de apoyo a la agropecuariapequeña, que les permitan aprovechar demecanismos de sustentación como la leche-ría. La concentración de la tierra, la consi-guiente concentración del usufructo delagua y la falta de acceso al crédito cierra lasalternativas, y la juventud se ve obligada avender su fuerza de trabajo en escenariosagroindustriales caracterizados por aplica-ción intensiva de agrotóxicos que garantizanproductos “perfectos” para el mercado inter-nacional, bajo un consumo descomunal deagua que requieren dichas aplicaciones y losprocesos de lavado [CEAS, 2005].

En el gráfico No. 6 se observa el cre-ciente volumen de principios activos vendi-dos para la floricultura en Ecuador de 1998a 2003. Si bien la base de datos de ventas no

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cubre el 100% de las mismas y hay un pro-bable subregistro de ventas, es de todosmodos considerable la cantidad de princi-pios activos químicos que la floriculturaarroja al ecosistema. Las cifras son llamati-vas, más aún si se toma en cuenta que lasuperficie cultivada con flores es relativa-mente pequeña (menos de 4.000 Ha); muchomenor que la dedicada a otros cultivos comoarroz (349.726 Ha); banano (266.124 Ha);caña de azúcar (131.852 Ha); soya (55.980Ha); papa (49.719 Ha); maíz duro (275.145

Ha), maíz suave (196.400 Ha); etc. Pero apesar de que la superficie cultivada con flo-res es relativamente pequeña, en cambiodicha agroindustria emplea una enorme can-tidad de agrotóxicos. Lamentablemente esaún minúsculo el número de fincas de floresque han implementado un sistema MIP(manejo integral de plagas), que les permiti-ría disminuir notablemente el consumo dequímicos; y una proporción reducida de fin-cas realizan un manejo ecológico de los resi-duos químicos que emplean.

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0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

1998 1999 2000 2001 2002 2003

AÑOS

kg-lt

x10x

106

Gráfico No. 6: Volumen de ingrediente activo usado en la producción de flores, en base a ventas - Millones kg-lt

Fuente: GAMA. Elaboración: Felicita, O.

Podemos definir los diferentes tipos deagricultura: 1) Agricultura empresarial; 2)Agricultura extensiva de gran propiedad; 3)Agricultura mediana con fuerza de trabajocontratada; 4) Agricultura familiar; 5)Agricultura de subsistencia

Tipo 1.- La constitución de agro empre-sas (Holdings), la mayor parte orientados ala exportación está articulada a una altainversión en capital / hectárea en tecnología,altos niveles de rendimiento, principalmen-te dedicados a la exportación, una maximi-zación de la tasa de retorno, concentraciónen torno a los recursos tierra y agua, aquí

encontramos a las grandes empresas flori-cultoras, de producción avícola y porcinapara mercados selectivos nacionales e inter-nacionales, plantaciones de mango, piña,papaya para mercados externos.

Tipo 2.- La agricultura extensiva degran propiedad si bien tiene grandes exten-siones de tierra y concentración de agua,relativamente tienen una baja inversióncapital / hectárea en tecnología, maximiza-ción de la renta diferencial; aquí se encon-trarían buena parte de las haciendas banane-ras, de ganadería, palma africana, plantacio-nes de azúcar y forestales.

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33DDIINNÁÁMMIICCAASS DDEE LLOOSS

SSIISSTTEEMMAASS PPRROODDUUCCTTIIVVOOSS::TTIIPPOOSS DDEE PPRROODDUUCCCCIIÓÓNN AAGGRRÍÍCCOOLLAA YY

SSUUSS RREELLAACCIIOONNEESS

Cada vez más existen sectores de cam-pesinos que se convierten en mano de obrade estas grandes explotaciones, especial-mente jóvenes y con frecuencia mujerespara ciertas áreas específicas; en ambosniveles, con diversas modalidades, son recu-rrentes formas laborales de sobreexplota-ción, tercerización, trabajo infantil, y sonescenarios de intensa destrucción ambientalcon graves impactos a la salud de la masalaboral y de las comunidades vecinas.

Tipo 3.- En el intermedio de la clasifi-cación los medianos productores patronales,con superficies entre 20 y 50 Ha, con unaproducción orientada a mercado nacional yrelativamente a exportaciones tradicionales(por ejemplo cacao), mucha fluctuación enla inversión de tecnología e insumos, fuerzade trabajo familiar y contratada.

Tipo 4.- Al otro lado de la clasificaciónencontramos la pequeña agricultura familiar,en superficies que bordean las 2 hectáreas enla Sierra y alrededor de 10 hectáreas en laCosta, diversidad de sistemas de cultivo ycrianza, aquí todavía el ingreso agrícola per-mite ciertos niveles de sobrevivencia, perocada vez aparece con más fuerza el ingreso

extra–agrícola o aquellas provenientes de lasremesas.

Tipo 5.- La agricultura de subsistenciase presenta en unidades productivas con 1hectárea o menos en la Sierra y menos de 5hectáreas en la Costa, los rendimientos sonmuy bajos, en estos casos el ingreso agríco-la es complementario y crece la importanciadel ingreso extra – agrícola.

Es importante resaltar que una fracciónimportante del mercado nacional de alimen-tos, lo abastecen los tipos 4 y 5.

Importancia de la pequeña producción

Las unidades productivas tipo 4 y 5 conmayor frecuencia están a cargo de los fami-liares adultos e incluso ancianos, aquí lareproducción social recae sobre las abuelas,madres e hijas [Mayorga, 2005] y se cumpleuna de las condiciones de los procesos deexclusión, “el ingreso de la parcela noalcanza ya para sobrevivir con él, pero cons-tituye un refugio para la fuerza de trabajo enlas temporadas en las que no se consiguetrabajo” [Rubio, 2003].

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Según los datos del III Censo NacionalAgropecuario las Unidades Productivas consuperficies menores de 1 hectárea llegaban a248.000 y en ellas en ingreso agropecuarioalcanzaba al 42% del ingreso familiar;mientras que las UPAs entre 1 y 2 hectáreasllegaban a 117.000 y en ellas el ingresoagropecuario alcanzaba el 63% de dichoingreso. Juntas representan el 40% del totalde unidades productivas en el país. Al res-pecto cabe mencionar que, si bien tiene unlado positivo que muchas ONGs hayan con-centrado sus programas en los grupos 4 y 5,no es menos cierto que hay poca atenciónrespecto a las condiciones sociales y viola-ción de los derechos de los trabajadores delas agroempresas, aca señaladas como tipo-logía 1 y 2.

Cuando se observa la evolución econó-mica de los tipos de agricultura anotados, seconstata que hay sectores altamente dinámi-cos en la concentración y crecimiento eco-nómico, mientras otros experimentan unadinámica contraria, de tipo regresivo, unproceso de desestructuración y empobreci-miento. Este contraste generalmente seencubre en los reportes y análisis oficiales yde los grupos hegemónicos, pues pone en

entredicho la falsa y repetida apreciación deque la agricultura ecuatoriana permaneceahora en casi similares condiciones y ritmosque en décadas anteriores.

A continuación presentamos algunosdatos que van en la línea de confirmar loseñalado. En primer lugar es muy interesan-te observar el cuadro No. 9 Respecto de ladisponibilidad de trabajadores remuneradospermanentes en relación con el tamaño delas unidades productivas, al cual se le adjun-ta el respectivo gráfico No. 7; allí tenemosel bajo nivel en el uso del trabajo ligado atecnología, apoyo profesional y utilizaciónde maquinaría.

Así observamos que en los unidadesproductivas de más de 100 Ha apenas sí uti-lizan un poco más de dos agrónomos porUPAs (229); en las de 50 a 100 Ha apenasuno y medio agrónomos por UPAs (1,5); enel caso de tractoristas el dato es de 2,26 paralas UPAs de más de 100 Ha, y de 1,51 perolas UPAs entre 50 y 100 Ha. En el caso detrabajadores directos, “peones” permanen-tes, alcanza a 9,57 en las UPAs de más de100 y a 4,18 en las UPAs entre 50 a 100 Ha.

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M á s d e 1 0 0 Ha 5 0 - 1 0 0 Ha

1 0 - 5 0 Ha 2 - 1 0 Ha

0 - 2 Ha

A g r ó n o m o s

T r a c t o r i s t a s

P e o n e s

9 , 5 7

4 , 1 8 4 , 0 1

2 , 4 1

1 , 4 5

2 , 2 6

1 , 5 1

1 , 2 1 1 , 4 2

0

2 , 2 9

1 , 5 1 , 8 7

1 , 3 8

0

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Agrónomos Tractorista Peones

Fuente: Datos III Censo Agropecuario 2002Elaboración: Cepeda, D.

Gráfico No. 7: Disponibilidad de trabajadores remunerados permanentes

Al otro lado, las UPAs entre 0 y menosde 2 Ha, no tienen acceso a agrónomos, nitractorista; mientras que en las UPAs entre 2y menos de 10 Ha ya aparece cierto accesoa agrónomos y tractoristas, 1,38 y 1,42 res-pectivamente, mientras que la contrataciónde “peones” llega a 2,41. Este análisis de losdatos permite dar argumentos estadísticos afavor de la tipología planteada.

El peso relativo de las diferentes agricul-turas

Los datos de la producción nacionalpermiten ponderar el peso relativo de lapequeña producción campesina en el con-cierto agrario nacional. La información dis-ponible del III Censo NacionalAgropecuario permite aproximar una esti-mación sobre el peso relativo de la pequeñaproducción. En cuanto al volumen de pro-

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Fuente: Datos III Censo Agropecuario 2002Elaboración: Cepeda, D.

E m p re s a ri a l e s p e c i a l i z a d o T i p o

H o l d i n g s G ra n p ro p i e d a d T i p o E x t e n s i v o

M e d i a n o s p ro d u c t o re s P a t ro n a l e s

P e q u e ñ a A g ri c u l t u ra

fa m i l i a r

A g ri c u l t u ra d e s u b s i s t e n c i a

Re m a n e n t e A c t i v a M á s d e 1 0 0 Ha D e 5 0 h a a m e n o s

d e 1 0 0 HaD e 1 0 a m e n o s d e

5 0 HaD e 2 Ha m e n o s

d e 1 0 M e n o s d e 2 HaT i p o d e p ro d u c t o r

U P A s N ú m e ro U P A s N ú m e ro U P A s N ú m e ro U P A s N ú m e ro U P A s N ú m e ro A d m i n i s t ra d o re s 3 1 7 4 3 8 7 4 2 1 3 0 2 3 6 1 4 1 0 9 4 8 1 2 1 7 1 4 1 8 1 9 4 6 7 5 0 0 M a y o rd o m o s 2 5 1 5 3 8 4 7 1 4 2 3 1 5 7 8 2 5 9 3 2 7 5 5 1 1 4 4 1 2 4 1 3 2 0 3 6 5 A g ró n o m o s 4 6 7 1 0 7 5 2 0 1 3 0 3 5 1 5 9 6 7 2 7 2 3 7 7 0 0 V e t e ri n a ri o s 2 7 3 3 0 1 1 2 1 1 2 6 2 3 9 2 9 6 1 4 5 1 5 3 0 0 O t ro s p ro fe s i o n a l e s 5 6 8 1 4 4 4 1 9 8 3 4 0 4 2 4 1 7 1 1 1 2 5 3 0 6 1 8 1 1 1 T ra c t o ri s t a o s i m i l a re s 1 0 6 7 2 4 2 2 3 2 4 4 9 0 3 7 6 4 5 8 9 6 1 3 7 0 0 P e o n e s 6 1 7 2 5 9 1 1 5 5 3 9 1 2 2 5 4 0 1 2 7 0 8 5 0 9 0 7 7 5 8 6 1 8 3 5 2 3 4 4 7 5 0 1 4 O t ro s p e rm a n e n t e s 3 1 4 0 1 7 9 2 5 2 1 8 2 6 9 4 6 4 9 7 2 2 2 6 6 4 3 4 2 1 9 3 7 8 2 0 0 0 3 1 8 9

Cuadro No. 9: Número de unidades productivas por tamaños, según disponibilidad de trabajadores remunerados permanentes

ducción el cuadro No. 11 muestra una esti-mación del peso relativo de la pequeña pro-ducción en varios productos estratégicos dealimentación.

Cuando se miran los datos de superficiecultivada y del número de unidades produc-

tivas también se corrobora esa misma apre-ciación. La pequeña producción campesinapesa en el concierto agrícola de la genera-ción de alimentos claves y no así en la deproductos de exportación que más bien estácontrolada por las unidades mayores.

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48,7324,46

46,1714,15

63,5916,7

41,8824,74

0 10 20 30 40 50 60 70

Arroz

Maíz duro

Papa

Leche fresca

0 a 20 Ha Más de 100 Ha

Gráfico No. 8: Peso de la pequeña producción en la distribución de la producción alimentaria

Fuente: Datos III Censo Agropecuario 2002Elaboración: Breilh, J. y Cepeda, D.

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SOLOPEQUEÑAPRODUCCIÓNTO TA L 2 Ha hasta< 10 Ha

Menos de 2Ha

P R O D U C TO U N I D.

N ° N ° % N ° %UPAS 842882 270317 32,1 366058 43,4TODOS Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

Ha

12455830 1211362 9,7 251850 2,0UPAS 45764 11732 25,6 30993 67,7MAÍZ SUAVE CHOCLO 21798 10175 46,7 5755 26,4UPAS 27414 5091 18,6 21239 77,5MAÍZ SUAVE CHOCLO ASOCIADO. 9112 3860 42,4 3518 38,6UPAS 4351 1840 42,3 1158 26,6MAÍZ DURO CHOCLO 3745 998 26,6 507 13,5UPAS 75813 34899 46,0 14696 19,4ARROZ 343936 101469 29,5 12399 3,6UPAS 82759 31072 37,5 41178 49,8PAPA 47495 20509 43,2 9100 19,2UPAS 3548 375 10,6 0 0,0PALMA AFRICANA 146343 1473 1,0 0 0,0UPAS 28620 8215 28,7 2489 8,7BANANO 180331 14042 7,8 1051 0,6UPAS 3127 1026 32,8 213 6,8PIÑA 4412 847 19,2 99 2,2UPAS 472 0 0,0 306 64,8BRÓCOLI 3266 0 0,0 32 1,0

Cuadro No. 11: Peso relativo de la pequeña producción en cultivos seleccionados Ecuador, 2002

Fuente: Datos III Censo Agropecuario 2002Elaboración: Breilh, J. y Cepeda, D.

Porcentaje deproducciónagropecuaria

hasta 5 Ha de 5 a 20Ha Ha Ha

de 20 a 100 de + de 100 ProducciónNacional

Banano 2,77 11,28 30,71 55,25 5512204 TmBrócoli 1,37 3,06 26,44 69,13 48682 TmArroz 17,33 31,40 26,80 24,46 1246634 TmMaíz duro 11,91 34,26 39,69 14,15 515302 TmPalma africana 0,05 1,95 22,40 75,60 1238986 TmPapa 32,12 31,47 19,71 16,70 239714 TmMaíz suave seco 45,56 29,98 17,85 6,61 72212 TmLeche fresca 22,79 19,09 33,38 24,74 3525026

Cuadro No. 10: Peso de la pequeña producción en la distribución de la producción agropecuaria

Evoluciones en el mercado y el Estadofrente a la agricultura

Rasgos del mercado agrícola

El carácter concentrador de los recur-sos corresponde también a una estructuracomercial de inequidad y desventaja paralos pequeños.

Los mercados son de dos tipos: merca-dos oligopsónicos, para los productos queostentan pocos compradores y miles de ven-dedores (como los casos del algodón, lapalma, la leche, el brócoli). De este tipo desituación toman ventaja las grandes empre-sas compradoras como PRONACA, quefomentan la mayor productividad en procu-ra de una disminución de precios. Como lasempresas se relacionan con los pequeñosindividualmente, imponen precios prefija-dos. Los mercados oligopólicos, donde exis-ten pocos vendedores y miles de comprado-res; es el caso de los plaguicidas (agrotóxi-cos), donde pocas empresas controlan elmercado de dichos insumos.

El Ecuador en los últimos años haexperimentado un crecimiento rápido de

los grandes supermercados. Su participa-ción en el mercado minorista se calcula con40% con una fuerte tendencia en alza[Zamora, 2005]. Este crecimiento se centraen pocas cadenas de supermercados.Además existe un segundo nivel de con-centración porque los supermercados, hanreducido drásticamente su número de pro-veedores, por ejemplo el Supermaxi, entreel 2002 y 2003, disminuyó en el rango de“productos frescos” eran 2.500 y quedaron240; a nombre de garantizar normas decalidad y sanitarias (forma, limpieza,daños, textus, etc.). Proveedores que pue-den cumplir con estos estándares recibenmejor precio, pero son excluidos especial-mente los productores más pequeños queles cuesta cumplir con las normas de lasgrandes cadenas comerciales.

Prioridades productivas y comercialesdistorsionadoras

La imposición de un modelo ligado alos intereses de las agroindustrias exporta-doras y la falta de voluntad política paradefender nuestra soberanía alimentaria haprovocado una grave distorsión e irraciona-lidad en el ordenamiento territorial. En

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lugar de propiciar una alta prioridad para elautoabastecimiento de productos alimenta-rios vitales (como el arroz y el maíz) en unpaís como el Ecuador que tiene plena capa-cidad para producir todo lo que necesita,garantizando de ese modo el control opotestad para definir independientemente lapolítica alimentaria, se ha propiciado inten-cionalmente un desplazamiento o decreci-miento de la producción estratégica nacio-nal, asumiendo la irracionalidad de depen-der de las importaciones.

Otro tipo de distorsión sucede enmuchas regiones donde la imposición deuna lógica empresarial ha desplazado la

agricultura de productos alimentarios estra-tégicos de las tierras de valles fértiles hacialas laderas menos fértiles; es el caso, porejemplo, del Valle de Machachi, donde laproducción lechera se apropió de dichosvalles desplazando la agricultura integralhacia las laderas de Romerillos.

Para mostrar una visión más completade la situación planteada recurrimos a losdatos respecto de las principales agro indus-trias y agro exportadoras, a ello respondenel cuadro No. 12: “Principales agro indus-trias en el 2006” y el cuadro No. 13:“Principales agro exportadoras en el 2006”.

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No. Compañía Ventas 2005 Ventas 2006

1 Pronaca 354. 15 389. 162 Nestlé Ecuador 254. 67 276. 843 La Fabril 170. 22 183. 404 Industrias Ales 107. 65 132. 765 Industrial Danec 102. 86 112. 556 Compañía Azucarera Valdez 62. 69 86. 627 Ecudos 65. 58 78. 308 Soc. Agrícola e Industrial San Carlos 67. 76 77. 599 Industrias Lácteas Toni 54. 20 61.33

10 Industrial Surindu 57. 13 61. 1511 Int Food Services 54. 09 59. 4612 Confiteca 47. 58 53. 3213 Kraft Foods 38. 92 47. 4514 Industrial Molinera N. D. 44. 4915 Dairy Partners de las Américas 38. 80 44. 4016 Ferrero del Ecuador 29. 70 36. 5817 Tiosa 32. 18 36. 3418 Molinos Champion 28. 08 34. 3919 Reysahiwal 23. 40 32. 6320 Avícola Vitaloa 25. 98 32. 0421 Lácteos San Antonio 23. 91 27. 5222 Molinos del Ecuador 26. 85 26. 1723 Snacks América Latina Ecuador 22. 41 24. 8924 Ecuadasa (Plumrose) 24. 77 24. 7225 Cordialsa 22. 06 23. 60

riTotal 25 primerasTotal sector

1.735,64 2.007,701.988,16 2.302,35

Cuadro No. 12: Las 25 Principales Agro empresas 2006 (en Millones de USD $)

Fuente: Revista Vistazo, septiembre de 2007.

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No . C ompañía Ventas 2005 Ventas 2006

1 U besa 244, 95 279, 98 2 E xportador a B ananer a N oboa 219, 26 242, 95 3 R eybanpac 89, 37 107, 45 4 A gripac 93, 42 93, 94 5 K imtech 111, 94 88, 62 6 I mportador a I ndustria l A gr ícola (IIA SA) 63, 18 78, 41 7 F er tis a 66, 59 77, 30 8 J FC Ec uador N. D. 66, 78 9 E l C af é 60, 69 57, 39 10 Co rp . I nt er naciona l P alacios (C ipal) 44, 39 43, 01 11 Fertilizante s d el Pacífico 32, 11 39, 89 12 Vitanutriorganic 10, 93 34, 66 13 Banana Ex change del Ecuador Ec uaexban 16, 55 30, 93 14 Plantacione s d e B alsa 22, 35 29, 98 15 Delcorp 27, 59 29, 45 16 Provefrut 24, 59 29, 00 17 In aexpo 21, 08 28, 25 18 Unifresh N. D. 27, 54 19 Palmera s d e l os Andes 21, 36 25, 81 20 Is belni 22, 85 25, 20 21 Base su rc orp 21, 05 23, 79 22 Banonecomsa N . D . 23, 35 23 Is ra ri ego 20, 13 21, 49 24 Exportador a M achala 19, 28 21, 38 25 Nelfranc e E xport 19, 34 21, 35

Tota l 2 5 p rimeras 1 . 272 ,70 1 . 547 , 9 0 Tota l s ector 1. 472 ,38 1 . 814 , 3 9

Cuadro No. 13: Las 25 Principales Agro exportadoras 2006 (en Millones de USD $)

Fuente: Revista Vistazo, septiembre de 2007.

El Estado: debilitamiento de políticassociales y sobreprotección de empresas

Uno de los resultados evidentes deveinte años de políticas neoliberales paralos sectores rurales es el desmantelamientodel andamiaje estatal, las políticas genera-les fueron sustituidas por programas focali-zados, que luego devienen en proyectosespecíficos, en muchos casos dependientesde fondos de organismos internacionales,para desembocar en medidas muy puntua-les, sin real peso económico, ni social;como ejemplo se puede mencionar loscasos del INERHI en el ámbito de los recur-sos hídricos, o del INIAP en el ámbito de lainvestigación agropecuaria, sus dependen-cia frente a programas PRONADER OPROMSA, respectivamente, para deveniren una situación actual de franco deterioroy falta de presencia nacional.

Las políticas focalizadas de atención,como son los programas PROLOCAL,desde el Ministerio de Bienestar Social enasocio con el Banco Mundial, o los progra-mas de atención fragmentada como PRO-DEPINE, no alcanzan a dar cuenta de lamagnitud del proceso en cuestión.

La descentralización en materia agrope-cuaria

Tras la aprobación del texto constitu-cional de 1998, los Consejos Provincialesdel país, amparados en las disposiciones delos artículos 225 y subsiguientes, han veni-do demandando la descentralización decompetencias y responsabilidades en diver-sos ámbitos. La agricultura, la ganadería, lasanidad animal, el riego, la gestión ambien-tal, el manejo de cuencas hidrográficas, son,entre muchas otras, las competencias quedemandan para sí, los Consejos Provincialesdel país.

Mientras que para el CONCOPE, ladescentralización es una estrategia funda-mental para el fortalecimiento de los conse-jos provinciales; para el CONAM en cam-bio, la descentralización es parte de la lógi-ca iniciada por la Ley de Modernizacióncomo marco de actuación, se ha orientado aldesmantelamiento de la estructura estatal.

En el cuadro No. 14, se destacan aspec-tos importantes del proceso de descentrali-zación en materia agropecuaria, tras la apro-bación del texto constitucional.

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En términos gruesos, para sus promoto-res, el proceso de descentralización, encuanto a procedimientos y acuerdos forma-les, ha resultado exitoso; no existen aúnestudios o elementos que demuestren resul-tados exitosos del proceso de descentraliza-ción en el terreno de la producción, el desa-rrollo tecnológico, la comercialización, etc.;acaso el tiempo transcurrido sea, todavía,muy breve como para que se evidencienresultados.

Lo que está en cuestión no es la des-centralización en sí misma, tampoco el inte-rés de los consejos provinciales por fortale-cerse; lo que está en cuestión es el conteni-do del proceso de descentralización, suorientación, su conducción. La política dedescentralización en el país, no ha sido otracosa que la aplicación de uno de los ejes delas políticas de ajuste estructural; políticasque en el agro, han sido aplicadas conmayor rigor que en los demás sectores de laeconomía nacional.

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FECHA INSTRUMENTOLEGAL IMPLICACIONES6 – III – 2001 Convenio de promoción de

transferencias de competenciasentre la Presidencia de laRepública, varios ministerios deestado y los consejosprovinciales

Se definió una base de negociaciones para latransferencia de competencias a los consejosprovinciales, incluidos los recursoscorrespondientes

26 – VI- 2001 Decreto Ejecutivo No. 1616,oficializa el Plan Nacional deDescentralización

Recoge el criterio constitucional de que latransferencia de competencias y recursos seráobligatoria para el gobierno central y lasentidades de la Función Ejecutiva perooptativa para los gobiernos seccionalesautónomos

XI – 2001 Mesas de diálogo entre elMAG, CONCOPE y CONAMde cara a la suscripción de unConvenio de transferencia deresponsabilidades ycompetencias

Se establecen los términos del Convenio

19 – VIII -2002

Convenio marco detransferencia de competenciasdel MAG y sus entidadesadscritas a los gobiernosseccionales autónomos

Se establece la matriz de responsabilidadesque podrán ser transferidas, segúncapacidades y demandas de los consejosprovinciales. Las responsabilidadessusceptibles de transferencia, estánrelacionados con diversas competencias

16 – V - 2003 Mediante Decreto Ejecutivo376, se constituye la ComisiónNacional de Descentralización yOrdenamiento Territorial

Una de las funciones primordiales de esaComisión es la de formular el Plan Anual deDescentralización

Fines del 2003 El Decreto Ejecutivo 1663,establece el Plan Anual deDescentralización para el año2004 en materia agropecuaria

Establece los lineamientos dedescentralización, consolidación de losprocesos de descentralización en agriculturacon base a los avances alcanzados,incorporando a AME y CONAJUPARE;validación de responsabilidades dentro de lacompetencia, tenencia y regulación de tierras

2002 - 2006 Varios consejos provinciales delpaís, Tungurahua, Los Ríos,etc., suscriben con el MAG, losrespectivos convenios detransferencia de competencias yresponsabilidades

Asumen varias competencias yresponsabilidades, en función de la matrizantes referida y, según sus intereses yposibilidades

Cuadro No. 14: Proceso de descentralización en materia agropecuaria

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Fuente: CONCOPEElaboración: Zapatta, A.

FECHA INSTRUMENTOLEGAL IMPLICACIONES6 – III – 2001 Convenio de promoción de

transferencias de competenciasentre la Presidencia de laRepública, varios ministerios deestado y los consejosprovinciales

Se definió una base de negociaciones para latransferencia de competencias a los consejosprovinciales, incluidos los recursoscorrespondientes

26 – VI- 2001 Decreto Ejecutivo No. 1616,oficializa el Plan Nacional deDescentralización

Recoge el criterio constitucional de que latransferencia de competencias y recursos seráobligatoria para el gobierno central y lasentidades de la Función Ejecutiva perooptativa para los gobiernos seccionalesautónomos

XI – 2001 Mesas de diálogo entre elMAG, CONCOPE y CONAMde cara a la suscripción de unConvenio de transferencia deresponsabilidades ycompetencias

Se establecen los términos del Convenio

19 – VIII -2002

Convenio marco detransferencia de competenciasdel MAG y sus entidadesadscritas a los gobiernosseccionales autónomos

Se establece la matriz de responsabilidadesque podrán ser transferidas, segúncapacidades y demandas de los consejosprovinciales. Las responsabilidadessusceptibles de transferencia, estánrelacionados con diversas competencias

16 – V - 2003 Mediante Decreto Ejecutivo376, se constituye la ComisiónNacional de Descentralización yOrdenamiento Territorial

Una de las funciones primordiales de esaComisión es la de formular el Plan Anual deDescentralización

Fines del 2003 El Decreto Ejecutivo 1663,establece el Plan Anual deDescentralización para el año2004 en materia agropecuaria

Establece los lineamientos dedescentralización, consolidación de losprocesos de descentralización en agriculturacon base a los avances alcanzados,incorporando a AME y CONAJUPARE;validación de responsabilidades dentro de lacompetencia, tenencia y regulación de tierras

2002 - 2006 Varios consejos provinciales delpaís, Tungurahua, Los Ríos,etc., suscriben con el MAG, losrespectivos convenios detransferencia de competencias yresponsabilidades

Asumen varias competencias yresponsabilidades, en función de la matrizantes referida y, según sus intereses yposibilidades

De modo general hemos afirmado quela reproducción social5 campesina se desa-rrolla en el marco de una estructura produc-tiva de inequidad, bajo condiciones desubordinación y extrema vulnerabilidad,ligadas primordialmente a la lógica de unaproducción para el mercado interno. Dichareproducción social se ve ahora amenazadapor las relaciones de la globalización demercado.

Pero si bien es clave reconocer la deter-minación económica de la reproduccióncampesina, no es menos cierto que las rela-ciones etno-culturales y de género partici-pan de la matriz de construcción históricadel campesinado y su realidad, bajo unmovimiento que es simultáneamente econó-mico, cultural y político.

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IINNSSEERRCCIIÓÓNN SSOOCCIIAALL CCAAMMPPEESSIINNAA,,NNAACCIIOONNAALLIIDDAADDEESS YY GGÉÉNNEERROO EENN LLAA

CCOONNSSTTRRUUCCCCIIÓÓNN HHIISSTTÓÓRRIICCAA

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5 La categoría reproducción social usada aquí en su más amplia acepción (ver Breilh, J. Epidemiología Crítica. Buenos Aires: Lu-gar Editorial, 2003), es decir implicando el proceso económico de producción y consumo (reproducción), que ocurre en cone-xión con un movimiento consciente, histórico, de creación de cultura; formas de organización y relaciones de poder; así comode relaciones con la naturaleza. La reproducción social articula, por tanto, el movimiento de producción/reproducción económi-ca, con el movimiento cultural de creación y recreación de identidad y patrones culturales; y el movimiento de construcción dela politicidad (instituciones, organización y soportes sociales).

En definitiva no sería completo un aná-lisis de la situación campesina, que no reco-nozca que la reproducción social está ade-más cruzada por relaciones etno-culturales yde género, que completan la matriz de rela-ciones sociales agrarias.

Lo agrario y lo etno-cultural

La dimensión etno-cultural formaparte de las relaciones sociales del campo yhan tenido un peso decisivo en la confor-mación histórica y presente de la realidadagrícola. Lo etno-cultural puede ser vistoen dos escalas: la etnia y el problema de lanacionalidad. Se manifiesta de maneraacertada que la etnia corresponde a lascaracterísticas objetivas de una nación, deuna agrupación cultural; mientras que lanacionalidad es la potencialidad subjetivade una nación para reivindicarse como tal[Ramón, 1993].

Para los fines de ajustar la propuesta,cabe retomar aquí dos argumentos acerca deesta problemática: primero que existe unaconexión histórica entre la realidad econó-mica de los campesinos, con su inserciónsubordinada en el aparato económico, y su

realidad etno-cultural, que corresponde a losproblemas históricos de su identidad (seacomo pueblos indígenas o afroecuatorianosen ciertas regiones); y segundo, que la con-dición etno-nacional determina la potencia-lidad campesina para reivindicar sus dere-chos y condiciones de desarrollo.

De esa manera podemos decir que elpeso de lo indígena o de lo afroecuatorianoen el asunto agrario no se expresa solamen-te en la composición indígena o afro delcampesinado de varias subregiones, sino enla importancia de los elementos culturales yde organización social aportados por esospueblos en la constitución de nuestra for-mación social y en la construcción de losproyectos colectivos en los espacios agra-rios. Desde esta perspectiva, es importantereconocer que el modelo de acumulaciónque hemos descrito, no solamente amenazao confronta la realidad material de los pue-blos campesinos, sino que pone en movi-miento las fortalezas y debilidades delandamiaje cultural y político de los mis-mos, su cohesión o dispersión, su capacidadpara construir un proyecto integral, y porfin, determina también la posibilidad deincorporar los saberes de dichos pueblos

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para el país y para la construcción de unarealidad agraria alternativa.

Aludiendo a lo indígena, que abarca elcarácter étnico de una buena parte del cam-pesinado en la Sierra y Amazonía, y aún ensectores de la Costa, y si admitimos queexiste un proyecto indio con enorme poten-cialidad (por ser un proceso en construc-ción, de carácter plural, que cuestiona lasfundamentos del proyecto dominante, queimplica una concepción solidaria, de basecomunitaria y que trae al tapete de análisislas potencialidades de conocimientos mile-narios ligados a las inquietudes del desarro-llo sustentable y la presentación de facetasinnovadoras del humanismo [Ramón, 1992]y si este proyecto expresa la experienciaacumulada de numerosos actores cuyo pro-ceso histórico se ha formado básicamente enla economía popular rural, entonces estamosreconociendo que esta temática tiene queincorporarse al análisis de una agenda cam-pesina alternativa. Pudiendo además decirsealgo semejante respecto a la condición etno-nacional afroecuatoriana.

En esa medida, es necesario insistir enque no podría construirse un proyecto de

país, ni peor de lo rural, que no pase por unanálisis profundo de la realidad de los pue-blos originarios, de su experiencia y conoci-mientos en agricultura y de las ricas poten-cialidades de sus concepciones comunitariasy agroecológicas. Un proyecto de reformaagraria y de reordenamiento territorialrequiere estudiar con profundidad los ele-mentos trascendentes del proyecto indio ydel proyecto negro, o podría perder su vita-lidad y adecuación.

Las relaciones de género y lo agrario

El SIPAE ha auspiciado estudios sobrelas relaciones de género [Mayorga y col.,2005] que demuestran no sólo el volumende actividades productivas y comercialesque dependen del género femenino, sino queponen en evidencia múltiples otras dimen-siones del proceso de reproducción agraria,que han sido en cierto modo invisibilizadaspor la investigación tradicional. Esasdimensiones se ubican en lo que hemos lla-mado la práctica social doméstica [Breilh,1999] de los escenarios agrícolas, confor-mada por un conjunto vital de tareas quepermiten realizar la supervivencia de esosgrupos. La práctica doméstica y las tareas de

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reproducción doméstica van desde el cuida-do del patrimonio económico y cultural delas semillas, la gestión de los recursos natu-rales, la provisión de combustible y agua, lapreparación de comida, la participación enla gestión comunitaria, las tareas de protec-ción y cuidado doméstico, y un sistema detareas que se han desglosado en los estudiosque profundizan en la investigación de lapráctica social doméstica [Breilh, 1996].

En esa práctica, como en las propiasrelaciones y formas productivas, las relacio-nes de género son determinantes. Es poreso, las citadas autoras [Mayorga y col.,2005] al referirse a las Unidades deProducción Agrícola, convencionalmenteconocidas como UPAs, las denominan:Unidades de Producción y ReproducciónAgraria (UPRAs).

En esa medida, la investigación de lasúltimas décadas ha puesto en evidenciavarias realidades donde la inequidad degénero marca la realidad agraria. Si bien lajefatura de hogar femenina en los diversospaíses de América Latina fluctúa entre 20 y38% [FAO, 2002], en cambio la propiedadsobre la tierra bordea el 1%. El proceso his-

tórico, político y cultural ha determinadoesa grave distorsión lo que implica que,entre otras cosas, los hogares de jefaturafemenina enfrenten la doble inequidad, deser pequeñas unidades subordinadas, y deno poder las mujeres jefas de familia acce-der al crédito y a la asistencia técnica.

Por otro lado, el complejo conjunto detareas de reproducción implican lo que se hadenominado “la triple carga”, puesto que lasmujeres deben además de las tareas produc-tivas, realizar las de la práctica doméstica yaquellas que conforman la gestación y ali-mentación con la consiguiente sobrecarga ysus secuelas en la salud [Breilh, 1996].

La monopolización de recursos y glo-balización de mercado, han desencadenadouna masiva exclusión social en el campo yhan forzado la migración, que es un procesoque agrava los mecanismos de género, perosiempre con secuelas muy negativas para lasfamilias campesinas.

La modernización de las relacionessociales del campo, en zonas de producciónagroindustrial, por ejemplo, si bien hanfavorecido la ruptura de las mujeres campe-

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sinas pobres respecto a las relaciones dedominio patriarcal en las comunidades, haprovocado en cambio su supeditación a nue-

vas relaciones de subordinación, en estecaso empresariales, y a distintas formas desegregación y acoso [CEAS, 2004].

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Al abordar el análisis de los actores enel sector agropecuario, constatamos el rolactual del Estado en el sector, el posiciona-miento de los actores empresariales y lasituación de los movimientos sociales, y unareferencia a la presencia de las organizacio-nes no gubernamentales.

En primer lugar, existe una fuertedemanda social para que el Estado recupereroles decisivos en el sector agrícola, puesmás de veinte años sin la intervención esta-tal en la agricultura campesina solo ha agu-dizado la polarización económica y la caídaen la producción nacional de alimentos ymaterias primas. Las burocracias ministeria-

les han estado orientadas a la implementa-ción de los esquemas impuestos desde afue-ra: la facilitación de los tratados de librecomercio, la reorganización productiva entorno a las ventajas competitivas, la recon-centración de los recursos en torno a losnuevos esquemas de acumulación. El PlanAgrícola Decenal 2006–2016 no cuenta conla participación de las organizaciones cam-pesinas e indígenas del país y está estructu-rado bajo el lema de mirar como empresa-rios a todos los sectores agropecuarios.

En segundo lugar, los sectores empre-sariales dependen de los movimientos entredos fracciones claramente diferenciadas: los

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EEVVOOLLUUCCIIOONNEESS EENNLLOOSS DDIIVVEERRSSOOSS AACCTTOORREESS

DDEELL SSEECCTTOORR AAGGRRAARRIIOO

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grupos empresariales modernos y los grupostradicionales, muestra de ello es lo erráticode su manejo al frente del Ministerio deAgricultura, pues son ellos quienes ponenlos ministros. En todo caso su prioridad cen-tral en este momento es la ampliación delATPDEA con los Estados Unidos, así comolas negociaciones entre la ComunidadAndina de Naciones y la Unión Europea.

En tercer lugar, los sectores campesi-nos han tenido en los últimos años, un rolprotagónico, no solo en el sector rural, sinoen el escenario nacional. Los movimientoscampesinos e indígenas han mantenido unapresencia importante en la resistencia a laaplicación del modelo neoliberal en el sec-tor agrario, en especial frente al TLC. Perodurante este período se han debilitado losespacios comunes de diálogo y concerta-ción, lo que ha incidido en la dificultad paraavanzar en una propuesta común que logreuna efectiva defensa de las economías cam-pesinas en el complejo escenario descrito eneste mismo documento.

En cuarto lugar, cabe hacer referencia ala incidencia de las ONGs en el sector agra-rio, que cada vez resulta más notorio frente

a la ausencia del estado ecuatoriano, lo cualno necesariamente es positivo.

Tampoco este es un espacio homogéneo,por un lado hay agencias cuyo eje es precisa-mente apuntalar la inserción del Ecuador enlos acuerdos comerciales globales, pero tam-bién es necesario resaltar esfuerzos centradoshacia las economías campesinas, como pro-gramas de Agrónomos y Veterinarios SinFronteras (AVSF), Broederlijk Deilen, o PanPara el Mundo, entre otras.

Hay muchas ONGs que intentan reem-plazar funciones de un Estado que estáausente, y es una línea que hoy tiene másacceso a recursos que aquellas otras quecombinan aspectos técnicos de desarrollocon apoyos a movimientos sociales.

Debiendo constatar que los espacios decoordinación y articulación son muy débi-les, esto puede complicar no solo la eficien-cia del trabajo de las ONGs sino también lacooperación entre estas y los movimientossociales.

Las organizaciones campesinas e indí-genas de diverso nivel en ocasiones se sien-

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ten sobrepasadas y confundidas por la diver-sidad de ONGs actuando en el sector, que nosiempre respetan los intereses y proyectos eincluso que pueden tener intereses políticoscontrapuestos.

En este contexto hay una fuerte críticadesde instituciones locales y movimientossobre las exigencias exageradas a la planea-ción técnica a veces lejos de las realidadesdel país, la determinación de temas para eltrabajo desde afuera y de la calificación decooperantes extranjeros.

Casos destacables en actividad de lasONGs y Movimientos Sociales

De modo general a pesar de reconocerque algunas ONGs operan como agentesprivados de la modernización y aún comoinstrumentos de reproducción y ampliaciónde la inserción de las comunidades al mer-cado dominante o de instrumentos de adap-tación acrítica de las comunidades al mode-lo productivo dominante, –papel que ha sidodebatido y cuestionado en muchos foros–,no cabe duda de que hay experiencias quepodrían describirse como procesos queintentan una diferenciación con el modelo y

que exploran caminos alternativos.

Una cantidad de iniciativas, con diver-so tipo de actores, muestra la capacidad paratransitar por nuevos caminos de articula-ción. De las diversas experiencias quehemos encontrado, presentamos algunosejemplos, que tienen potencial para ampliary profundizarse (sin negar la importancia deotras iniciativas):

Dejar hablar a la gente de base paraconstruir ideas para una agenda alternativa– La Fundación Ecológica Mazán coordinadesde hace dos años el “Foro Agrario” en elAzuay, una región con condiciones muydifíciles para los pequeños productores.

Participan organizaciones y gruposlocales de campesinos. La idea es elaborarcon ellos un diagnóstico de la situación pro-pia como base para la construcción de unaagenda, en un segundo paso se piensa enrelación con procesos nacionales existentes.

Combinación de un trabajo productivocon orientación política – La UPOCAM enJipijapa, Manabí, maneja un programaamplio de procesos productivos (café, agro-

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ecología, etc.), de tareas sociales (salud,alfabetización), de fortalecimiento organi-zativo con elementos fuertes de incidenciapública y su propia emisora de radio; laUPOCAM forma parte de la CNC y por suintermedio participa en la Mesa Agraria.

Desarrollar mercados locales para laproducción agroecológica – La Red deAgroecología tiene un proceso de 3 años.Incluye pequeños productores, ONGs e ins-tituciones gubernamentales. Empezó comoun proceso de aprendizaje mutuo y consul-toría externa. Se logró mejorar la produc-ción e identificar mercados locales para losproductos. Actualmente hay una discusiónsobre un proceso de certificación y/o garan-tía local.

La agroecología en un intercambio decampesino a campesino – el Proyecto deIntercambio, Dialogo y Asesoría enAgricultura Sostenible y SeguridadAlimentaría, PIDAASSA, es un proyectocontinental financiado por Pan para elMundo (Alemania), en Ecuador está organi-zado desde hace tres años, participan onceorganizaciones, entre ellos la FENOCIN,UROCAL, IEDECA y MCCH, con el secre-

tariado técnico en el CEP. La idea es elaprendizaje mutuo sobre métodos de laagroecología en el Ecuador y en intercam-bios de experiencias con pequeños produc-tores de otros países. La perspectiva de laincidencia es todavía incipiente; el proyectoseguirá por 3 años más.

Defensa del medio ambiente contra laindustria extractiva – El petróleo o la mine-ría son recursos naturales de un gran valoreconómico pero su extracción en general nocontempla los derechos de los pueblos ycomunidades. La temática tiene trascenden-cia por los impactos en el medio ambienteque al mismo tiempo constituye la base desobrevivencia de muchas comunidades ycampesinos. Importantes organizacionesindígenas están involucradas, tambiénONGs como Acción Ecológica o CDES.

Debates sobre Reforma Agraria – Eltema tiene mucha importancia en varios paí-ses de América Latina, en Ecuador en losúltimos años casi no existen trabajos frentea la temática. Ahora está adoptado por laMesa Agraria, la FENOCIN y ECUARU-NARI.

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La FENOCIN intenta instalar un regis-tro de conflictos de tierra, los cuales estánaumentando últimamente. El FIAN, IEE,UBV, CESA, CDES, AVSF y SIPAE tienenun enlace con la coordinación para profun-dizar estudios de caso sobre tenencia de latierra y seminarios a nivel regional, nacionale internacional, en el marco del Grupo deTrabajo sobre Reforma Agraria.

Campañas Internacionales para dere-chos laborales en la agroindustria – Conmayor participación de la FENACLE en elsector bananero; en esfuerzos coordinadosentre la acción local y actividades de solida-ridad se logró una concientización de losderechos laborales al nivel nacional e inter-nacional y un ingreso de la organización sin-dical a varias plantaciones de banano. Existeuna campaña internacional contra abusos enla industria de flores, la cual en el Ecuadortiene repercusión en la investigación y lacertificación (FLP, CEAS) muy poco enprocesos de organización sindical.

Iniciativas para los derechos económi-cos, sociales y culturales – aunque tiene untrabajo en el país desde hace varios años,especialmente por las actividades del

CDES, pero todavía falta un debate y unaadopción más amplia en las organizacionescampesinas e indígenas y las campañas con-tra acuerdos comerciales globales. A nivelinternacional los DESC se han convertidoen una herramienta importante para ladefensa de las economías campesinas. Elnuevo proceso de formar una coordinaciónecuatoriana de FIAN (especializada en elderecho a la alimentación y asuntos de latierra) puede dar iniciativas interesantes.

El Foro de los Recursos Hídricos – esun espacio que emerge en el año 2001, paraencausar inquietudes y propuestas en tornoa la problemática del agua. Este espacio estáorientado a estudiar, debatir, formular pro-puestas e incidir políticamente en torno adicha problemática. En el proceso, el Forose ha experimentado un desarrollo orgánico,espacial, político y teórico. En efecto, de 7mesas provinciales de trabajo del Foro, queparticiparon en el Primer EncuentroNacional, éstas llegaron a sumar 18. No setrata solo de crecimiento numérico, se trata,ante todo, de un crecimiento de representa-tividad de dichas mesas, pues en ellas parti-cipan organizaciones de regantes, de usua-rios de agua para consumo doméstico, orga-

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nizaciones populares del campo y la ciudad,universidades, gobiernos seccionales,ONGs, autoridades estatales, etc.

El Foro ha logrado una serie de pro-puestas concretas como son:

• Ley Reformatoria a la Ley de Aguasy Leyes Conexas.

• Guía de Investigación eInventariación participativa de losRecursos Hídricos.

• Elementos para el diseño de unModelo Alternativo de GestiónPública del Riego.

• Un conjunto de propuestas de regu-lación de la gestión pública delagua, por la vía de la promulgaciónde decretos ejecutivos.

La Mesa Agraria – Está diseñada demanera que las organizaciones campesinas eindígenas tienen un rol más definitorio en la

política de esta plataforma, las ONGs estánpresentes con sus criterios y asistencia téc-nica.

La Mesa nació hacia finales de losaños 90 con la intención de debatir y desa-rrollar una agenda común. Hubo variosintentos y una participación activa de lamesa en la formulación de la programáticaagraria del MAG mientras que Luis Macasestaba de ministro. Después la Mesa Agrariasufrió un debilitamiento por el fracaso delgobierno de Gutiérrez y porque laEcuarunari y la CONAIE dejaron de partici-par activamente en ella.

En el último tiempo la Mesa Agraria haretomado un funcionamiento estable y ela-boró una Agenda Agraria en el año 2006,que es una propuesta completa, aunque faltala especificación de mecanismos particula-res y más concretos.

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La difícil situación de las economíascampesinas, descrita en la primera parte deeste documento, más la situación de frag-mentación constatada al analizar los actoresen el ámbito agrario, y la verificación de unainstitucionalidad estatal que desaparececuando se trata de los temas estructuralesdel campo, demandan de una acción comúny concertada del conjunto de la sociedad, anivel regional, nacional e internacional, queincorpore nuevos espacios de demanda,como el que podría otorgar la temática delos Derechos Económicos Sociales yCulturales (DESC).

La propuesta es colocar una acción

integrada en torno a los derechos a tener untrabajo digno, una alimentación adecuada,vivienda, salud, educación y un medioambiente sano. Este actuar integrado tienedirecta conexión con las políticas económi-cas y sociales que los Estados aplican[CDES, 2006].

Los derechos humanos, tanto los dere-chos económicos como los derechos políti-cos, son en primer lugar una obligación delos Estados. Los DESC dan una orientaciónpara definir el rol del Estado en su políticasocial y económica. En el contexto ecuato-riano parece muy importante destacar lasobligaciones estatales por los derechos

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LLOOSS DDEERREECCHHOOSS HHUUMMAANNOOSS,,LLAA DDEEFFEENNSSAA DDEE CCAAMMPPEESSIINNOOSS YY

TTRRAABBAAJJAADDOORREESS AAGGRRÍÍCCOOLLAASS

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humanos en lo público, en los debates conmovimientos y sociedad civil y especial-mente en cualquier dialogo con el gobierno.

Como paradigma para la defensa de laseconomías campesinas y promoción deldesarrollo rural, no se ha explorado lapotencialidad social y política de los DESCentre los movimientos campesinos e indíge-nas del Ecuador, por ejemplo, el últimoinforme del Gobierno ecuatoriano sobre elestado de los DESC no fue respondido poruna campaña pública, ni por un informeparalelo completo.

En materia jurídica y política se distin-guen tres diferentes niveles de obligacionesestatales que ofrecen una buena herramientapara que la sociedad civil pueda intervenir:a) La obligación de respetar los derechos detodos los residentes en el país, incluye tam-bién derechos tradicionales y colectivos.Esta obligación significa que el Estado nodebe destruir el acceso de los ciudadanos alos derechos, por ejemplo a través de un des-plazamiento forzado de campesinos. En losúltimos años se ha reconocido a nivel inter-nacional el acceso a tierra y otros recursosnaturales como base para la realización de

los derechos humanos; b) La obligación deproteger los derechos contra terceros. ElEstado debe adoptar medidas para que terce-ros como terratenientes o empresas no vio-len los derechos; por ejemplo, la industriaextractiva que destruye la base de los recur-sos naturales para campesinos y pueblosindígenas o la agroindustria que viola elderecho a organizarse colectivamente o elderecho a la no-discriminización en caso depeores condiciones de trabajo. Hay quemencionar que el acceso a condiciones dig-nas de trabajo, las cuales están diseñadasmás detalladamente en las convenciones dela OIT; por ejemplo cuando el Estado nointerviene a favor de trabajadores despedi-dos por su actividad sindical en una fincabananera el Estado no cumple con la obliga-ción de proteger los derechos de sus ciuda-danos; c) La obligación de realizar los dere-chos humanos. El Estado debe dirigir elmáximo de los recursos disponibles paracumplir progresivamente con los derechoshumanos. Eso puede significar en concretoque el gobierno debe decretar leyes que pro-tejan a los ciudadanos, identificar los gruposmás vulnerables para tomar medidas ade-cuadas para ellos, como puede ser garantíaspara salarios mínimos. Otras medidas con-

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cretas para realizar los DESC en el caso delagro, entre otros, podrían ser los siguientesaspectos: créditos, capacitación, protección,comercialización en particular de los peque-ños productores. Por cierto se trata de rei-vindicaciones fundamentales cuyo análisisdebe cruzarse con los problemas de género yetno-culturales que les otorgan especificidaden distintas zonas del país

Los DESC constituyen una orientaciónclara frente a las políticas de Estado; eldebate sobre eficiencia, competitividad ysustentabilidad se puede medir muy bienteniendo como contrapeso el respeto, la pro-tección y la realización de los derechos a laalimentación adecuada, a la salud o educa-ción de los pequeños productores, trabaja-dores agrícolas; por ejemplo, es obvio quepara la mayoría de los pequeños campesinosen el país el acceso a la tierra y al agua escompletamente insuficiente, y ello da piepara planteamientos de reforma agraria,como parte de una política orientada al biencomún.

Los recursos naturales como tierra yagua tienen una función fundamental paralos DESC, solo si sirven para la realización

del derecho a la alimentación adecuada y losotros DESC se puede hablar de un uso efi-caz de estos recursos. Si un proceso de con-centración de tierras, por ejemplo en el sec-tor bananero, o de agua, en sector florícola,resulta en un incremento de los productosexportables pero deja a los trabajadores enlas plantaciones sin sus derechos laborales yademás incide para que una mayoría depequeños productores en estas regiones que-den sin acceso adecuado a los recursos y deello resulta situaciones de pauperización ode deterioro en condiciones de salud y edu-cación, es un claro ejemplo de atropello dederechos. De esto resulta que el Estado tam-bién es responsable por violaciones de dere-chos y negligencia, producto de una políticaacentuadamente atentatoria.

La vía adecuada para un gobierno res-ponsable iría en dos direcciones: a) La pro-ducción exportadora debe respetar los dere-chos de los campesinos vecinos. No se debedesplazar a los campesinos por medidasdirectas o estructurales, ni se debe cerrar elacceso al riego, al contrario, hay que pensaren un ordenamiento territorial el cual respe-ta y promueve los intereses de los pequeñosproductores; b) el gobierno debe hacer cum-

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plir a las agroempresas con todos los dere-chos laborales y ambientales.

Tradicionalmente los derechos huma-nos están vistos solo en sus obligacionesnacionales, pero en los últimos años hay uncreciente debate sobre las obligacionesextraterritoriales e internacionales, queincluyen las obligaciones de institucionesmultinacionales (FMI, Banco Mundial) oempresas transnacionales; eso tiene impor-tancia en el diseño e impacto de acuerdoseconómicos regionales, el asunto de ladeuda externa, proyectos y orientación

general de la cooperación, (por ejemplocualquier apoyo a favor de la comercializa-ción debe cumplirse en el marco de la reali-zación de los DESC).

Es obvio que los DESC, como todos losderechos humanos, solo se pueden transfor-mar en un instrumento de presión a favor delos sectores campesinos, cuando estánincorporados en el contexto de accionesintegrales que contemplan varios niveles,capacitación, incidencia, investigación, pre-sión y protesta.

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El debate de una propuesta a favor delas economías campesinas se ubica en uncontexto regional y global desfavorable,aunque con esperanzas importantes, comoaquel que se empieza a esbozar en elEcuador del 2007, en un período político deapertura democrática, bajo los lemas de“dejar atrás la noche neoliberal” y de unaAsamblea Constituyente que “diseñará unnuevo país y un nuevo modelo de desarro-llo”, sin embargo no se puede olvidar que el

andamiaje neoliberal continua plenamentevigente. El desafío pareciera concentrarseen la posibilidad de aprovechar los nuevosespacios socio políticos para definir unaagenda alternativa y concentrar la inciden-cia de los movimientos campesinos e indí-genas, y sectores interesados, en torno aella.

Esto lleva a ubicar el debate de unapropuesta agraria equitativa, incluyente y

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PPRROOPPUUEESSTTAASS PPAARRAA UUNNAAAAGGEENNDDAA AALLTTEERRNNAATTIIVVAA

PPOORR UUNNAA AAGGRRIICCUULLTTUURRAAEEQQUUIITTAATTIIVVAA,, IINNCCLLUUYYEENNTTEE YY

SSUUSSTTEENNTTAABBLLEE

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sustentable, en el espacio de lo alternativofrente al modelo neoliberal, y exige unesfuerzo complejo de integración de variosniveles y escenarios que intentan ser resu-midos en el cuadro “Flujo de dinámicas parauna propuesta alternativa a las economíascampesinas” (ver Anexo No. 1).

Recuperando los aportes valiosos delos proyectos de los movimientos campesi-nos e indígenas de las décadas anteriores,reconociendo el aporte de las alianzasvigentes, constatando la validez de las agen-das comunes iniciales, por ejemplo, las quenacen desde la Mesa Agraria, o las organi-zaciones indígenas como la CONAIE, plan-teamos la necesidad de fortalecer un proce-so que permita la construcción de un pro-yecto común estratégico.

Marco amplio de la propuesta

El marco amplio de esta propuesta estádeterminado por: a) Desmonopolización delos recursos, tanto de los básicos, tierra yagua, como de los propios de las condicio-nes productivas actuales, crédito y tecnolo-gía; b) Defensa de las condiciones de repro-ducción social de los sectores campesinos,

eso implica promoción de los derechoshumanos de los pequeños productores, delos asalariados agrícolas, de las comunida-des rurales, indígenas y montubias; c)Perspectiva de equidad social, étnica y degénero.

Este marco amplio puede ganar con-senso social nacional e internacional a con-dición de reconocer que un modelo alterna-tivo integrador sólo puede alcanzarse desdela consolidación de las economías campesi-nas, pues estas incorporan laboralmente a lapoblación, especialmente a los sectoresmenos favorecidos: mujeres, adultos, ancia-nos, que de otra manera no tienen perspecti-va; pero además, como se ha dicho a lolargo del documento, permiten la preserva-ción de los pueblos originarios y su sabidu-ría, así como la conservación de los ecosis-temas.

Esto demanda de visiones distintassobre la economía, los derechos económicos,sociales y culturales y el rol del Estado; abrepuertas a una concepción solidaria de la eco-nomía como conjunto de iniciativas nuevas,de carácter innovador, con una búsqueda teó-rica y práctica de alcanzar una economía

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basada en la equidad y trabajo, y un desarro-llo humano integral, sustentado en valorescomo la cooperación, la confianza, la partici-pación, la promoción humana y la sustenta-bilidad ecológica.

Un esquema de los derechos humanosque preserva las necesidades colectivas, sincolocar el lucro como raiz, que se organizamediante una gestión democrática.

A este marco más amplio correspondeaspectos estratégicos, mecanismos deimplementación y propuestas de articula-ción concreta:

Aspectos estratégicos y puntos clavepara una propuesta a la Constituyente

La demanda social por modificacionessustanciales respecto del modelo de desarro-llo que se impulsa desde el Estado y de undebate amplio en el contexto de AsambleaConstituyente, permiten fortalecer aspectosestratégicos y proyectarlos como aspectosclaves hacia una formulación de propuestasdesde movimientos campesinos e indígenas,a continuación una propuesta con el men-cionado sentido:

• Declarar la importancia de las eco-nomías campesinas, el apoyo a susustentabilidad, como eje de cual-quier modelo de desarrollo en equi-dad; así como básico para la sobe-ranía y seguridad del país.

• Soberanía Alimentaria: no es sólogarantizar el derecho a la alimenta-ción y proteger desde el Estado laproducción campesina que a la parque genera alimentos, provee deempleo a un segmento importantede la población, es garantizar lasupervivencia de formas de produc-ción que conservan ecosistemas yguardan la diversidad de especiesagrícolas, es garantizar la supervi-vencia de la economía campesina ylos derechos de los habitantes queviven gracias a ella frente a mode-los que las desestructuran y exclu-yen. De esta manera hace posible lasustentabilidad de la sociedad ruralen su conjunto, con modelos pro-ductivos solidarios y agroecológi-cos, productivos no solo monetaria-mente, sino capaces de reproducirintegralmente condiciones de bie-

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nestar, reparto, soberanía y respetode la cultura. En cualquier acuerdocomercial internacional la sobera-nía alimentaria debe tener priori-dad.

• Reforma Agraria Integral: la demo-cratización de la tenencia de la tie-rra es un tema crucial para el futurode las economías campesinas, puescada vez los campesinos tienenmenos tierra, por procesos de:reconcentración, pérdida de fertili-dad, agudizado retaceo. Las presen-tes y futuras generaciones de cam-pesinos/as requieren de accesos aun espacio económico, social yambientalmente sustentable. Lademocratización de la tierra debeestar unida a un conjunto de facto-res productivos, agua, crédito, acce-so a mercados, todo lo cual deman-da un rol activo del Estado en laeconomía y la producción, y unatransformación sensible de losmodelos de acumulación imperan-tes. Debe condenarse expresamentela monopolización de la tierra y delos bienes agrarios estratégicos y

calificarlos como bienes nacionales,inalienables, de uso eficiente y dis-tribución bajo equidad, defendien-do espacios públicos estratégicos yreordenamientos del régimen depropiedad comunal pero bajo patro-nes de propiedad del privado social(evitar el fraccionamiento de las tie-rras comunales). Controles sobre lagran propiedad y la observancia anormas de preservación ambiental yprotección laboral.

• Ordenamiento Territorial: el orde-namiento territorial debe basarse ennecesidades y potencialidades rea-les y de largo plazo de la sociedadrural en su conjunto y no en el inte-rés lucrativo de las empresas capita-listas; el reordenamiento territorialdebe hacer posible la recuperaciónde la capacidad de autoabasteci-miento en productos alimenticiosestratégicos. En naciones como laecuatoriana, caracterizada por lamulticulturalidad y plurinacionali-dad, el derecho de los pueblos ori-ginarios se sustenta en la capacidadde generar un nuevo ordenamiento

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territorial que permita la reconstitu-ción de sus espacios geográficos yhumanos.

• Centralidad de los derechos labo-rales y la protección de los recursosnaturales y ecosistemas. Es obvioque en procesos organizativos lasituación de mano de obra femeninarequiere atención especial, no sepueden copiar simplemente expe-riencias del sector tradicional deplantaciones. Como estrategiascomplementarias son válidos meca-nismos como el de comercio justo,certificación y campañas interna-cionales ofrece pistas para una solu-ción más amplia.

• Reafirmación de la soberaníanacional sobre las aguas y de sucarácter de bien nacional de usopúblico, reconocimiento del accesoal agua como un derecho humano;restitución de la capacidad delEstado de asignar y reasignar losderechos de uso y aprovechamientodel agua, en la perspectiva degarantizar un acceso socialmente

equitativo; gestión planificada delos recursos hídricos con ampliaparticipación social. Rechazo de laprivatización de agua.

• Posicionamiento claro de las ame-nazas de los acuerdos comercialesglobales para las economías campe-sinas, la necesidad de consolidarprocesos de resistencia y aportar ala construcción de redes al nivelandino para la defensa de los secto-res rurales e intercambiar experien-cias de luchas para una reformaagraria integral.

Mecanismos de implementación y guíapara una agenda de apoyo

Esto se concreta en iniciativas como lassiguientes:

Fortalecer alianzas amplias, que incor-poren a movimientos, organizaciones debase, ONGs y centros de investigación, quepromuevan un intercambio mutuo y para elempoderamiento de los movimientos cam-pesinos e indígenas en la defensa de la eco-nomía campesina y de un modelo alternati-

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vo. Será importante definir, en un consensomutuo, los roles y la distribución de tareas ypoderes entre los diferentes actores.

Ampliar programas de capacitacióncon las bases de movimientos agrarios eindígenas en el país, especialmente sobreaspectos políticos, como las amenazas porlos acuerdos comerciales globales, tenenciade la tierra, distribución de agua, asuntos degénero, etc.

Apoyo a procesos claves de investiga-ción sobre: i) las dinámicas de la tenencia dela tierra; ii) del control del agua, iii) viola-ciones de derechos laborales, ambientales,de género y de la salud en la agroindustria,iv) logros y limites de campañas internacio-nales sobre la agroindustria, v) la interrela-ción entre la industria agraria y la economíacampesina, vi) impactos de acuerdos comer-ciales globales; vii) oportunidades de unaintegración económica y social regional.Otros temas importantes son: el cambio enla composición de la fuerza de trabajo; laruptura de la clásica dualidad campo-ciu-dad; los impactos diferenciales sobre lamediana y pequeña propiedad en distintasregiones; el comportamiento de los merca-

dos de fuerza de trabajo (conocer que acon-tece con los trabajadores jóvenes, se resisteno no a salir, rompen o no con los vínculosprofundos de sus comunidades, etc.). Esimportante también descubrir la magnitud yformas de procesos de expansión de grandesmonocultivos forestales, o de grandes pro-yectos hidroeléctricos como elementosexpulsores de campesinos. Será decisivotambién conocer cómo es vulnerada la capa-cidad de control de los campesinos sobre elagua, las semillas, los mecanismos ancestra-les de fertilización.

Adelantar un trabajo de investigación yde discusión sobre necesidades y condicio-nes de una nueva reforma agraria integral.En este proceso se deberían tomar en cuen-ta experiencias y luchas en otros países.

Elaboración de agendas concretas,especialmente en el terreno de los productosestratégicos como pasos importantes haciala integración a una perspectiva nacional;será importante dar espacio a las mujerescampesinas en este proceso.

Promover campañas de “consumoconsciente” en el Ecuador, contra la

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“Supermaxización”, fortaleciendo mercadosregionales y los lazos entre productor-con-sumidor, para una alimentación sana, cultu-ral y socialmente adecuada.

Implementar Observatorios de: con-flictos de tierra y/o conflictos de agua y/opor la organización sindical de los trabaja-dores en la agroindustria.

Contribuir en procesos amplios deincidencia pública y resistencia; fortalecerla cooperación en las alianzas necesarias,con propuestas que sean convocantes, conuna participación amplia de las bases, incor-porando un buen trabajo de comunicación ycontactos de solidaridad con organizacionesinternacionales. Posibles temas:

• Montar una defensa de los produc-tos estratégicos para las economíascampesinas, que debería combinarelementos de proyectos productivosy de comercialización con elemen-tos de incidencia política.

• Una propuesta podría ser presionaral INDA, insistir que cumplan unatarea en el interés de los pequeños

campesinos. • Otra propuesta la presión al

Programa Mundial de Alimentosque no se permiten las compras deproductos de afuera sino solo de laproducción nacional.

• Campaña contra la privatización delagua.

Un problema importante que conspiracontra la conformación de un bloque unita-rio de acción es la desconexión interpretati-va y práctica de los ejes de acción de orga-nizaciones de distinta naturaleza: por unlado están aquellas que representan los inte-reses corporativos de la producción agrícolaen sus distintas ramas; por otro las querepresentan las reivindicaciones etno-cultu-rales derivadas de la interpretación ancestraldel trabajo con la tierra; y por otro las quellevan adelante la lucha de género y las rei-vindicaciones propias de las mujeres en elcampo. Cada uno de esos frentes de luchason importantes, pero en el país aún no se haeslabonado; no sólo por un cierto aislacio-nismo o atomización de la acción, sino por-que no hay una comprensión o construccióninterpretativa que explique la unidad de las

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exclusiones y explotaciones sociales, degénero y etno-culturales, como expresionesde esa misma matriz de poder. Cuando losactores comprendan que una agenda inte-gral, si bien debe enriquecerse con las espe-cificidades de las demandas de cada sector,pero sólo puede articular su solidez alrede-dor de líneas unificadoras y de la constitu-ción de un bloque de reivindicacionesdemocráticas. Una unidad que no absorba yminimice las diferencias, sino que las insu-ma en el movimiento concatenado de unalucha unitaria con distintos capítulos odimensiones. Consideramos que la coyuntu-ra presente en el Ecuador, de un proceso derenovación de instituciones políticas y undebate abierto sobre un nuevo modelo dedesarrollo, puede ser un escenario propicio.

Articulación de propuesta agraria yderechos humanos

Uno de los cauces que pueden permitirese encuentro es el campo de los derechoscomo una exigibilidad y propuesta de pers-pectiva nacional e internacional, de estamanera apoyar articulaciones en torno a losDESC, para hacer de ellos un elemento en ladefensa de las economías campesinas y para

el diseño de una agenda agraria amplia. Paraesto se mencionan diferentes opciones dealianzas.

• Evaluar la situación del agro ecua-toriano y la política agraria delgobierno en el marco de los DESC.

• Discutir la distribución de la tierra,agua y otros recursos productivos,además la propuesta de una nuevareforma agraria, en el marco de losDESC.

• Dar seguimiento a nivel internacio-nal y nacional a la implementaciónde la Conferencia Internacionalsobre Reforma Agraria y DesarrolloRural de la FAO (CIRADR), la cualpropone una cooperación entregobierno, organizaciones campesi-nas, ONGs y centros de investiga-ción.

• Insistir en un seguimiento nacionala las Directrices Voluntarias de laFAO para el derecho a la alimenta-ción.

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• Discutir con los miembros de la VíaCampesina y la CLOC la propuestaConvención Internacional sobre losDerechos de los Campesinos paraver su aplicación en el país.

• Elaborar en un informe paralelo (al

informe del gobierno), por una redde movimientos y ONGs, sobre lasituación de los DESC en elEcuador, para el Comité DESC dela ONU (2009).

En la historia de las sociedades ocurrenprocesos caracterizadores que marcan uncambio de época con giros profundos de lavida social.

No cabe duda de que uno de tales pro-cesos ha sido el que hemos denominadoaceleración global del ritmo de acumula-

ción económica del sistema; celeridadlograda mediante una combinación de tresmecanismos que, a lo largo de las últimasdécadas han elevado las tasas de reproduc-ción del capital: la recomposición en redesdel aparato productivo; la incorporación deuna nueva base tecnológica que ha posibili-tado el aceleramiento productivo y la ins-

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PPOOSSTTFFAACCIIOO::AACCEELLEERRAACCIIOONN GGLLOOBBAALL,,AAGGRROOCCOOMMBBUUSSTTIIBBLLEESS yy

CCAALLEENNTTAAMMIIEENNTTOO SSOOCCIIAALL66

JJaaiimmee BBrreeiillhh77

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6 Basado en: Breilh, J; Tillería, Y. (2007) El Modelo de Acumulación por Despojo, la Aceración Global y su Impacto en la Salud: ElCaso de Ecuador. Quito: Proyecto de Investigación del Área de Salud de la Universidad Andina.

7 Director del Área de Salud de la Universidad Andina; Director Ejecutivo del CEAS; [email protected]

tantaneidad de los flujos ligados a la econo-mía; y la implementación de estrategias fun-damentalistas en el control del mercado8.

En el capitalismo tardío el manejo glo-bal de los medios de producción monopoli-zados y de alta tecnología, y su operacióneficiente, se viabilizan gracias a la instanta-neidad con que los flujos del sistema econó-mico pueden realizarse sobre la base técnicade la comunicación digital, la teleinformáti-ca y los hipermedia.9 Gracias a estas herra-mientas, los centros de control de la produc-tividad, enlazados con los centros de controldel poder político y militar, trabajan comounidad, en tiempo real, y usan una red deinterconexiones e información, no sólo parael traficar económico sino para la reproduc-ción de decisiones económicas en el globo,así como para imponer patrones de repro-ducción social adaptados a sus interesesestratégicos.10 El intercambio casi instantá-neo de información, capitales y comunica-ción cultural, ordenan y condicionan tanto laproducción como el consumo, desplegándo-

se en redes que inclusive están favoreciendola creación de formas culturales acordes. Loasombroso es que justamente ahora se tornamás nítida la mayor paradoja del capitalis-mo de la información y la tecnología, pues-to que, a la par que se aceleran los ritmos deinformación, se empobrece el conocimientointegral, y se rompe el pensamiento crítico;un proceso al que lo hemos descrito comoderrota del conocimiento por la informa-ción, provocado por el vaciamiento de lascategorías y los datos, la construcción feti-chista de la información y la descomunitari-zación del saber.11

En el teatro de operaciones de la acele-ración global y de una competencia transna-cional que se desdobla en mil formas, la cri-sis de acumulación de Norte América tuvoque resolverse desde mediados de los 80mediante una apertura agresiva de mercadosy el despojo de los recursos vitales de laseconomías subalternas como las de AméricaLatina (i.e. energía, comunicaciones, recur-sos financieros, tierra, agua y la riqueza

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8 Castells, Manuel (1996) The Information Age: Economy, Society and Culture. Oxford: Blackwell Publishers.9 Hinkelammert, Franz. (1997) Los Derechos Humanos en la Globalización. San José: DEI.10 Breilh, Jaime (1999) Derrota del Conocimiento por la Información. Rio de Janeiro: Ciencia e Saúde Coletiva 5(1): 99-114, 200011 Breilh, Jaime (1999). Ibid.

genómica de la biodiversidad), logradosmediante mecanismos fraudulentos y agre-sivos que recuerdan los períodos de acumu-lación primitiva.12

Lo dicho apunta a los fines del presen-te análisis por que permite comprender elcurso actual del modelo agrario y advertirpor qué la agricultura ha jugado un papelclave en la reproducción y amplificación deese giro violento de la economía capitalista,creando condiciones favorables para dichoproceso de aceleración; para la consolida-ción del manejo imperial de la economía yaún para la expansión del control político.Revisaremos brevemente en qué consiste elvuelco anotado y el papel de los agrocom-bustibles en el proceso.

Si enfocamos el papel de la agriculturaagroexportadora de la era urbana industrial -cuya matriz energética fue el petróleo-,podemos desentrañar los mecanismos pormedio de los cuales, en ese tiempo se abriópaso la hegemonía, destacándose mecanis-

mos agrícolas como las ayudas alimentariascon trigo subsidiado -forjadas en los 60s-, ysu impacto en la destrucción de nuestra pro-ducción nacional; o la implementación de larevolución verde con su paradigma de inten-sificación productiva a expensas de la saludy el ambiente, y su desperdicio energéticodebido a una desproporcionada mecaniza-ción y producción de fertilizantes con nitró-geno atmosférico.13

Pero dicho modelo de acumulación hatocado fondo, lanzando a las grandes corpo-raciones transnacionales a la búsqueda agre-siva de un esquema postpetrolero en el queeste recurso, cada vez más escaso, pueda sersubstituido por otras fuentes energéticas.Para los fines de las grandes empresas, noimporta si la nueva fuente de energía com-promete la vida humana y la naturaleza, loimportante es garantizar la acelerada acu-mulación. Es decir, en la lógica de la rapaci-dad, no hay cabida para métodos e itinera-rios técnicos que protejan la vida humana yla naturaleza, sino la exploración insaciable

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12 Harvey, David (2003) The New Imperialism. Oxford: The Oxford University Press.13 Chérrez, Cecilia; Bravo, Elizabeth; Donoso, Aurora (2007) La Cosecha Perversa: El Debilitamiento de la Soberanía Alimentaria

del Ecuador por las Políticas del Mercado. Quito: Acción Ecológica.

de mecanismos de rentabilidad a cualquiercosto, y en esa dirección lo que cuenta esaplicar un substituto eficiente para la matrizenergética de los agronegocios. La agroe-nergía (agrocombustibles) resulta ser lasolución más rentera; base de un modeloagrario-energético centrado en el monopoliode la agroindustria de alimentos y en laingeniería genética.14

La agricultura ha pasado así, ha situar-se en el ojo del huracán de un sistema impla-cable, cobijando estructuralmente una vio-lencia social inédita, una destructividadhumana y ambiental cuyo sentido y magni-tud sólo se comprenden cuando se rebasa elplano meramente ético de la crítica, y seaborda la crítica de la violencia estructuraldel “agronegocio”. Es decir, en la agricultu-ra de esta vuelta de siglo, se hace visible lallamada “violencia de las cosas mismas”.15

La destructividad humana y ambientalde un modelo de esa naturaleza ha puesto al

desnudo el carácter profundamente inhuma-no y demoledor de la estructura agroempre-sarial: pasando por el control monopólico dela tierra y del agua (ahora incluso de las tie-rras sirvieron en la era anterior para la pro-ducción de alimentos orientados al mercadonacional); expandiendo una biotecnologíamás productiva pero sin responsabilidad; ycomprando la complicidad de los Estadosneoliberales; se ha provocado la desestruc-turación de las pequeñas economías y laobstaculización de los ciclos productivoscampesinos16; obligando la expulsión masi-va de éstos hacia los polos de miseria y haci-namiento urbano. El forzoso reordenamien-to territorial que eso determina, lleva a loque ha dado en llamarse una “desterritoria-lidad alimentaria”, con la multiplicación degrandes conglomerados urbanos abastecidospor mercaderías agrícolas a distancia, con elconsiguiente desperdicio de energía y enca-recimiento de los alimentos.17

El resultado fatídico de ese mega pro-

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14 Sur Global (2007) Geopolítica de los agrocombustibles. Quito: Red por una América Latina libre de transgénicos.15 Echeverría, Bolívar, Vuelta de Siglo, Ediciones Era, 2006.16 Rubio, Blanca (2005) Los Enfoques Contemporáneos sobre el Mundo Rural: ¿Existe un debate teórico real? México: Ponencia

al V Coloquio latinoamericano de Economistas Políticos, octubre 27.17 Sur Global (2007). Op cit, p. 8.

ceso, ha sido el descalabro de los soportessociales y comunitarios que se sostenían conun hilo hasta épocas anteriores; la pérdidade soberanía alimentaria; el menoscabo delos modos de vida campesinos; la afectaciónde elementos culturales de la naturaleza y eldeterioro masivo de la salud.

La literatura científica ha descrito prue-bas hirientes del grado de violencia queencarnan los apetitos económicos de losagronegocios. La aplicación rampante detecnologías y productos de alta peligrosidadpara elevar la rentabilidad, como ha sido el

caso de la aplicación en plantaciones bana-neras de Centro América por medio de lastuberías de agua potable del reconocida-mente peligroso nematicida dibromocloro-propano o DCBP (Nemagón o Fumazone),por parte de la “Standard Fruit Company” y“The Dow Chemical Company”18, o lamuerte de cortadores de caña por trabajoextenuante –el llamado Karoshi tropical- enplantaciones para agroetanol de RibeirãoPreto en Brasil19, son dos ilustraciones de laeconomía brutal sobre la que se construyeesa siniestra bonanza que pretende mostrar-se como signo de desarrollo.

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18 Montenegro, Salvador; Jiménez, Mario Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos (CIRA) de la Universidad NacionalAutónoma de Nicaragua (UNAN-Managua). Centro de Investigaciones y Estudios de la Salud CIES/ Comisión Europea/ OPS /http://desastres.cies.edu.ni/noticias/nemagonago1307.htm

19 Moraes Silva, Maria; Martins, Rodrigo; Ocada, Fábio, Do karoshi no Japão à Birôla no Brasil: as Faces do Trabalho No Capita-lismo Mundializado. Revista NERA, 9 (8): 74-108Janeiro/Junho, 2006.

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AANNEEXXOOSS

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Anexo No. 1: Flujo de dinámicas para una propuesta alternativa

Elaboración: Dirección Ejecutiva SIPAE.

Asociación de Arroceros, Daule (Guayas)Isidro Mora y Diógenes TorresCEDIR, CuencaMaría del Carmen Solís C., Presidenta EjecutivaCentro de Investigación Regional de Guayas (CRIG), GuayaquilGaytán VillavicencioCIPEP, PortoviejoMaría Luisa Moreno, Directora EjecutivaComercializadora de Arroz “Cristo Rey”, RocafuerteJosé AnchundiaCONAIE, QuitoEfrén Calapucha, Dirigente de Territorio y RRNNCONASA, GuayaquilAbel Navas, Presidente Consejo Provincial/MAG, Cuenca y Red de Agroecología, AzuayPatricio BravoEcuarunari, QuitoGonzalo GuzmánFENACLE, GuayaquilGuillermo Touma, PresidenteRichard Sellan, CoordinadorFENOCIN, QuitoPedro del Cruz, PresidenteFEPP, QuitoMario Cadena, Sub directorFIAN, QuitoNatalia Landivar, CoordinadoraFICI, ImbaburaRocío Cachimuela, VicepresidentaForo de Recursos Hídricos, QuitoAntonio Gaybor, Vocero, Alex Zapatta, Investigador

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Anexo No. 2: Listado de instituciones y personas entrevistadas sobre temas de este documento

FMGT y CNC, QuitoFernando Buendía, Director de ProyectosFundación Ecológica Mazán, CuencaNancy Minga, Mariana MosqueraFUNDES, PortoviejoByron Coral, Director, Yira Cedeño; Junta Directiva de FundesJunta de Regantes, RocafuerteGalo VélezJunta de Regantes, Toacaso y Foro de Recursos Hídricos, CotopaxiRamiro Vela, CoordinadorMCCH, QuitoMaría Jesús PérezMesa Agraria,Secretariado TécnicoPDDL, Intercooperación/COSUDE, CuencaFernando Terán, Coordinador GeneralPIDDASA / Comité Ecuménico de Proyectos, QuitoIvan HidalgoRuralter, QuitoCarlos Zambrano, CoordinadorSNV, GuayaquilNey Barrionuevo Terranueva, QuitoFabián CalispaUPOCAM, JipijapaAlejo Baque, Presidente, Gerardo Calderón, Rufino Otero y otros miembros del Directorio

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AVSF Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras CAMAREN Sistema de Capacitación en el manejo de los Recursos Naturales

RenovablesCEAS Centro de Estudios y Asesoría en SaludCEP Comité Ecuménico de ProyectosCESA Central Ecuatoriana de Servicios AgrícolasCINDES Centro de Investigaciones para el DesarrolloCNC Coordinadora Nacional CampesinaCNRH Consejo Nacional de Recursos HídricosCONAM Consejo Nacional de ModernizaciónCONCOPE Consorcio de Consejos ProvincialesDESC Derechos Económicos, Sociales y CulturalesECUARUNARI Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichua del EcuadorEP Empresas privadas FAO Fondo Mundial de AlimentosFENACLE Federación Nacional de Trabajadores Agroindustriales, Campesinos e

Indígenas Libres del EcuadorFENOCIN Federación Nacional de Organizaciones Campesinas e IndígenasFIAN Food First Information and Action NetworkFLP Flower Label ProgramIEE Instituto de Estudios EcuatorianosINEC Instituto Nacional de Estadística y CensosINERHI Instituto Ecuatoriano de Recursos HidráulicosINIAP Instituto Nacional de Investigaciones AgropecuariasIntermón Oxfam Agencia Internacional de Cooperación Intermón OxfamIRD Institut de Recherche pour le DéveloppementMAG Ministerio de Agricultura y GanaderíaMCCH Movimiento Campesino de ChimborazoMIP Manejo Integral de PlagasOMC Organización Mundial del ComercioONU Organización de Naciones UnidasPPR Pequeños Productores Rurales

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Anexo No. 3: Índice de siglas utilizadas

PRODEPINE Proyecto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Negros del Ecuador

PROLOCAL Proyecto de Reducción de la Pobreza y Desarrollo Rural LocalPROMSA Programa de Modernización de los Servicios AgropecuariosPRONADER Programa Nacional de Desarrollo RuralSICA Servicio de Información y Censo AgropecuarioSIPAE Sistema de Investigación sobre la Problemática Agraria en EcuadorUBV Cooperación Técnica SuecaUNOPAC Unión de Organizaciones Populares de Ayora-CayambeUPAs Unidades de Producción AgropecuariaUPOCAM Unión Provincial de Organizaciones Campesinas de ManabíUPRAs Unidades de Producción y Reproducción AgrariaUROCAL Unión Regional de Organizaciones Campesinas del LitoralUSAID Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional

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Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 2007en los talleres de somos punto y línea producciones

(593 2) 2453757c. electrónico: [email protected]

Tiraje: 1.000 ejemplaresHecho e impreso en:

Quito - Ecuador