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INDICE I – INTRODUCCION
II – ANTECEDENTES
III – EL PRINCIPIO: OPERACIÓN AZUL / ROSARIO
IV – FASE DE DESPLIEGUE:
1) EL HOSPITAL MILITAR CONJUNTO (HMC)
2) LA BAM CONDOR (GOOSEE GREEN)
3) HOSPITAL REUBICABLE (HR)
4) EVACUACION AEROMEDICA (EAM)
5) COMANDOS OPERATIVOS
COMENTARIO
6) EL DESPLIEGUE BRITÁNICO
V – FASE DE OPERACIONES:
1) EL HOSPITAL MILITAR CONJUNTO (HMC)
2) HOSPITAL REUBICABLE (HR)
3) EVACUACION AEROMEDICA (EAM)
4) LA BAM CONDOR (GOOSEE GREEN)
5) SANIDAD BRITANICA
VI – DISCUSION: ESTADISTICAS
COMENTARIOS
VII – CONCLUSIONES
VIII – BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
I - INTRODUCCION
Este es un trabajo retrospectivo – prospectivo sin autores, solo actores: Personal
Militar Superior, Subalterno y Soldados que se desempeñaron en los distintos roles
que les fueron asignados en cumplimiento de su tarea de apoyo a sus camaradas en
combate.
La actuación de la Sanidad es un tema omitido en cualquier crónica de guerra – el
informe de NOTT al parlamento de 20 hojas dedicó solo dos renglones a la sanidad
británica – Malvinas no fue así la excepción y esta es el propósito del rescate de
principios, procedimientos y doctrina que, aun en tiempos distintos, deben ser
mantenidos para justificar la existencia de Sanidad en la Fuerza Aérea.
El texto se ha distribuido en secuencias, etapas y lugares, empleando para ello
toda la información nacional accesible y la de los servicios británicos para efectuar
comparaciones estadísticas que, aun parciales, permiten obtener algunas conclusiones
válidas.
II – ANTECEDENTES
El despliegue de la Fuerza Aérea en 1978 puso en descubierto la carencia absoluta de
planificación, medios y doctrinas de Sanidad en apoyo de operaciones.
Estas deficiencias debieron ser cubiertas desarrollando las capacidades de acuerdo a
los modos de acción ordenados en personal, material y normatización de
procedimientos. La DGS completó su tarea a través de actividades propias y
coordinadas conducidas inicialmente por el Brig. MARIO MIGUEL NOSENZO y
completada y ejecutada posteriormente por el Brig. Enrique IRRGANG.
Hasta ese momento todos los despliegues de la Fuerza Aérea fueron planificados
dentro del territorio nacional, sobre aeródromos propios, con instalaciones fijas y
cercanas a una población importante con Hospital Civil propio.
En estas condiciones se apreciaba una dotación total de unos 400 efectivos del
escuadrón aéreo, técnico, de defensa y logístico.
Actividades propias
A) MATERIAL:
Con este criterio se prepararon equipos de material fijo y de consumo para cubrir las
necesidades de sanidad en cada lugar:
EM15: Equipo médico de movilización para cubrir la asistencia de 15 bajas. Cantidad
prevista 66
EMH70: Equipo médico hospitalario para cubrir las necesidades y tratamientos de 70
bajas. Cantidad prevista 6
BEM25: Botiquín para asistir en vuelo a 25 bajas. Cantidad prevista 29.
HOSPITAL REUBICABLE: compuesto por 11 contenedores y 2 generadores eléctricos
que desplegado puede proveer de una sala de internación con 35 camas, sala de
cirugía completa con equipo de anestesia que permite intervenciones de cirugía
mayor, sala de cuidados intensivos, equipo de RX completo, sala de guardia, planta de
esterilización, laboratorio, equipo odontológico, y cocina con capacidad para proveer
hasta 150 personas.
AVIONES SANITARIOS: Dos MERLIN configurados para traslado de 6 heridos
ambulatorios, 2 camillas simples o 1 camilla de cuidados intensivos.
MODULO PARA F28: Para configuración de EAM con 24 camillas – cantidad 2.
Estos dos sistemas se sumaban a partir de entonces a los existentes para F28 y C130
AMBULANCIAS TODO TERRENO: sobre chasis F350 apta para transportar hasta 4 bajas
en camilla. Cantidad prevista 50 más 3 en versión de cuidados intensivos.
B) PERSONAL
La DGS implanto desde finales de los años 60 una política de personal a largo plazo
orientada a la formación de profesionales - civiles y militares- por medio del Servicio
de Residencias Medicas y a su capacitación posterior en servicios conducidos por
asesores del mejor nivel. Esta política se mantuvo y permitió el incremento apreciable
de la complejidad de los Hospitales que se extendieron a tiempo completo. El Personal
Militar fue adiestrado en recepción y tratamiento de bajas en masa (TRIAGE)
realizando ejercicios en el terreno, en los hospitales y en las inspecciones en las
unidades.
1) EJERCICIOS DE BAJAS EN MASA – CÓRDOBA – 1979 CON LESIONES “MAQUILLADAS”
C) DOCTRINA:
Elaboración de las “Normas para la evacuación aeromedica (CTA 2/77)”, “Normas
técnicas para el tratamiento de bajas en masa (CTA 2/78), “Documentación de Sanidad
en campaña (CTA 3/78)”, “Chaleco mochila para el personal de Sanidad (CTA 2/79)”
“Higiene militar en campaña” (FA… ).
Actividades coordinadas
Reuniones en el Ministerio de Defensa (Primeras Jornadas de medicina en guerra
1981), Operativo Sanitario en Lago Argentino donde se puso a punto el desembarque
(transporte) de los módulos de HR en aviones C-130, reuniones en el EMC con
delegados de Sanidad de las tres FF.AA, MSPN, MSP Pcia. Bs. As. y de la Ciudad de
Bs.As.
Todas estas acciones ordenada por las DEMILES del PEN, fueron informadas además
anualmente en la ESGA en el ciclo de conferencia del Curso Superior.
III - OPERACIÓN AZUL/ROSARIO- EL
PRINCIPIO
EL 28 de Marzo de 1982 y a requerimiento del Comando de Operaciones, la DGS
designo al Cap. Luis BARUSO, al CP Miguel LUCARELLI y a los soldados aeronáuticos
NAON Marcelo y FUNES Gustavo, para participar como apoyo sanitario en “un
operativo en el sur” por un término estimado en 10 días. Este personal se embarcó en
PAL al día siguiente en un BOIENG 707 con itinerario previsto en DIL MDZ y CRV.
El 31 de marzo los efectivos trasportados entre los cuales se encontraba el GOE de la
IBA fueron recibidos por el Brig. Luis CASTELLANO jefe de la IX BA e informados de la
“OPERACIÓN AZUL” prevista para el día siguiente. Tomado conocimiento el Cap.
BARUSSO de la tarea asignada:”organizar y poner en funcionamiento un puesto de
socorro en el aeropuerto de MALVINAS para asistencia del personal de la F.A
desplegado en el aérea”, debió emplear al máximo su imaginación creativa para
relevar los pocos medios a su alcance (Escuadrón Sanidad de la IX BA y HM601 del EA)
y hacerse del material necesario. La postergación de la Operación al 2 de Abril le
permitió embarcarse en el TC68 con un EM15 y un pequeño banco de sangre.
El C-130 decoló a las 0515hs y aterrizó en Malvinas a las 0850hs, fue este el primer
vuelo y debió permanecer en circuito de espera por 1 hora mientras el personal de el
EA despejaba la pista.
Si bien la Operación estaba concebida para una toma incruenta de las islas (“recuperar
para negociar”) aun se oían disparos desde Puerto Argentino (el Gobernador HUNT se
rindió a las 0915hs) y cualquier contingencia era posible por lo que el Cap. Barusso
procedió a instalar sus precarios medios en la pequeña sala de pre embarque del
aeropuerto y constituyó allí el primer PUSO de la BAM Malvinas que comenzó a
funcionar de inmediato con sus servicios esenciales de seguridad y apoyo para una
actividad aérea que fue intensa desde el primer día con 40 operaciones, en algunas de
las cuales comenzó a replegarse la Infantería de Marina. Las únicas bajas provenientes
de esa Fuerza fueron trasladadas y asistidas en el Hospital Británico por personal de
esa Fuerza.
La Resolución Nº 502 de las UN cambió la situación y el objetivo: “reforzar para
disuadir”.
Consolidaron e intensificaron el puente aéreo con el arribo de personal, material,
equipos e insumos en hasta 80 operaciones diarias, incluyendo la llegada de
autoridades, funcionarios, políticos, periodistas, sindicalistas. Estas “visitas”
particularmente exigían una “atención eficiente” más allá de las obligaciones del
servicio y por consiguiente la presencia permanente del Cap. BARUSSO y de su escaso
personal durante 10 días.
Recibió en este lapso material solicitado a la DGS (camillas, mantas, medicamentos,
sueros) que le permitieron cumplir con las “atenciones recomendadas”.
El 6 de Abril arribó y se hizo cargo de la BAM el Com. Héctor DESTRI y al día siguiente
llego el DGS Brig. Enrique IRRGANG acompañado por el jefe del HR Vcom. Roberto
COSTA para evaluar personalmente la situación y considerar la factibilidad de instalar
en Puerto Argentino el mencionado Hospital Reubicable (HR).
Finalmente el 11 de abril y habiendo cumplido con la comisión asignada el Cap.
BARUSSO se replegó a BS AS para, posteriormente continuar su tarea en el HR en CRV.
El resto del personal sanitario permaneció cumpliendo funciones en las Islas.
Desde el día 2 de abril se definió la ausencia de acción conjunta de sanidad de las
FF.AA.
IV – FASE DE DESPLIEGUE
1 El HOSPITAL MILITAR CONJUNTO DE PUERTO ARGENTINO (HMC):
En su primer visita del 7 de abril el Brig. IRRGANG efectuó una apreciación personal de
la situación y como consecuencia de ello ordenó el traslado de Personal de Sanidad a
las Islas con la tarea de planificar y ejecutar el apoyo necesario a las unidades
desplegadas de la F.A. El grupo fue integrado por el My. Fernando ESPÌNIELLA como
jefe, los My. Juan MARTIN (E.Med) y Roberto STURTECKY (E. Odt) 1er Ten Alberto
FERNANDEZ (E.Bioq) y los enfermeros S.Aux Carlos ORTIZ y Cp. Daniel QUIROGA, fue
requisito para el P.M Sup, además de sus condiciones personales el conocimiento del
idioma ingles. Arribaron a P.A el 10 de abril, en el marco de una hipótesis de guerra
considerada “como no probable” en un terreno desconocido, con particularidades muy
poco favorables y ausencia de accionar conjunto.
Además la realidad fáctica mostraba que la planificación efectuada para despliegues
anteriores por las distinta DEMILES correspondía a situaciones totalmente distintas y
exigía bajo presión permanente la toma de decisiones inmediatas.
Pese a todas las dificultades el grupo inició el relevamiento de los medios: el único
Organismo de Sanidad era el PUSO instalado el 2 de abril en el Aeropuerto. Se visitó al
Hospital Británico (HB) por desconocer una orden que prohibía su empleo y finalmente
se conectó con personal médico del EA que había ocupado el edificio de una escuela
no habilitada a unos 1000 metros del HB y vecino a la residencia del Gobernador. Este
personal del EA era la dotación del HM de CRV, dirigido por el My. Enrique CEVALLOS
que con su escaso equipamiento se había trasladado el 5 de abril. El edificio
recientemente terminado, contaba con 400 metros cubiertos, calefacción e
instalaciones eléctricas y sanitarias completas, había sido visitado por el Brig. IRRGANG
el 7 de abril.
No sin dificultades los 2 grupos se integraron en forma coherente y espontanea,
compartiendo objetivos y sobre todo sentido común; desarrollaron al máximo sus
capacidades de imaginación y de improvisación y bajo presión permanente definieron
la orgánica y los requerimientos para cumplir con una tarea que era más compleja: el
apoyo sanitario a toda la Guarnición de PA.
Invitado a participar en esta gestión el Personal de Sanidad de la Armada (7 oficiales
médicos y 5 suboficiales enfermeros) desistió de ella y actuó en forma independiente
en un hangar de hidroaviones cercano.
Como resultado final quedo así constituido el 13 de abril “el posible Hospital Militar
Conjunto”. El equipo conducido por el My. ESPINIELLA se había adelantado a las
circunstancia y no se equivocó, pero adquirió una nueva responsabilidad: la gestión de
obtención de material y medios. Tuvo para ello el apoyo permanente del Brig.
CASTELLANO y la segunda visita del Brig. IRRGANG el 19 de abril y la del Com. ADORNI
el 20 fueron la anticipación de la respuesta final. LLegaron por vía aérea desde el 21 de
abril 2 ambulancias todo terreno, 2 EMH70, 3 EM15, 7 BEM25, 250 camillas, 1 mesa de
cirugía, material de anestesia, equipo portátil de rx, material de laboratorio completo,
material descartable de cirugía, sueros, expansores plasmáticos, atb, analgésicos,
medicamentosa de uso práctico, mantas, sabanas, y 3 carpas completas entre otros.
Este material fue provisto en forma exclusiva por la DGS F.A a través de CRV donde
coordino permanentemente en comunicación directa el Vcom. COSTA desde el HR. La
dotación se completo con 9 oficiales de sanidad (7 de ellos provenientes del Hospital
Aeronáutico Córdoba), 6 suboficiales enfermeros, y 10 soldados camilleros y un Univ I
anestesista
El HMC de PA - Centro Interfuerzas Medico Malvinas- , con el “Conejo Alado en
Operaciones “se encontró en condiciones operativas desde el 27 de abril con la
siguiente orgánica:
SECCIONES: EMERGENCIAS
RECEPCION Y CLASIFICACION
INTERNACION (CAPACIDAD 130 BAJAS)
TRATAMEINTO INTENSIVO (CAPACIDAD 8 BAJAS)
QUIROFANO (8 MESAS DE CIRUGIA)
ODONTOLOGIA
LABORATORIO
RADIOLOGIA
FARMACIA
HEMOTERAPIA
ESTERILIZACION
ANEXO: COCINA
HELIPUERTO
PLAYA DE AMBULANCIAS
DEPOSITO DE CADAVERES
DOTACION DE LA F.A Y CARGOS DESEMPEÑADOS PERSONAL MILITAR SUPERIOR
MY Fernando ESPINIELA Jefe de Sanidad en Malvinas – evacuación
aeromedica - tratamiento intensivo.
MY Juan MARTIN Evacuación aeromedica – recepción – cirugía
MY Roberto STURTECKY Evacuación aeromedica – recepción – cirugía
maxilofacial identificación y entierro de cadáveres
CAP Rubén LONCHARICH Cirugía
CAP Jorge FERNANDEZ REUTER Clínica
1er TEN Gustavo REVOL Traumatología
1er TEN Benito FONSECA Anestesia
1er TEN Antonio BORRACCIO Clínica
1er TEN Cesar BIANCONI Cirugía
1er TEN Héctor OUDKERK Traumatología
1er TEN Edgardo ALMITRANI Clínica
1er TEN Alberto FERNANDEZ Laboratorio
PERSONAL MILIATR SUBALTERNO
S.AUX Carlos ROSALES Enfermero
S.AUX Carlos ORTIZ Enfermero
S.AUX Vicente GARCIA Tec. radiólogo
C.P Carlos SALDIVIA Tec. radiólogo
C.P José ALBET Enfermero
C.P Daniel QUIROGA Enfermero
C.P Miguel LUCARELLI Enfermero
C.P Pedro CAMPOS Enfermero
C.1º Jorge FULLERINGER Enfermero
PERSONAL CIVIL
UNIV I Raúl MORALES Anestesista
SOLDADOS CAMILLEROS
BATTISTONI Roberto
DELFINO Sergio
FUNES Gustavo
GONZALEZ Néstor
GONZALEZ Miguel
MOLEDO Gustavo
MONTENEGRO Claudio
NAON Marcelo
QUEVEDO Juan
RIQUELME Rodolfo
DOTACIÓN TOTAL DEL HMC
PMSUP PMSUB SOL PC TOT
EJC 18 30 - - 48
F.A 12 9 10 1 32
TOT 30 39 10 1 80
My Espiniella (Op. Cit)
My Espiniella (Op. Cit)
My Espiniella (Op. Cit)
My Espiniella (Op. Cit)
La responsabilidad de la Evacuación Aeromédica (EAM) quedó en forma exclusiva en
manos de la F.A en todas sus etapas. Le correspondió además al My ESPINIELLA la
planificación y ejecución de los PUSO correspondientes a las BAM CÓNDOR (GOOSE
GREEN) y BAM MALVINAS (aeropuerto).
A esos fines había designado a los 1 Ten Fernando ABOS MIRANDA Y Carlos BERANEK,
a los enfermeros S.Aux PÉREZ Carlos y Juan SOSA y a los soldados camilleros David
DIAZ Y Reinaldo ROMACHO para integrar el OS de la BAM CÓNDOR y a esos fines viajo
a GROOS GREEN el 17 y 18 de abril.
Con respecto a PA el PUSO fue instalado a 250 metros de la pista, protegido por una
lomada y compuesto por una carpa con luz eléctrica y calefacción, provista de 30
camillas y material adecuado, quedo operativo desde el día 24 de abril y cubierto por
personal de la dotación del HMC que en equipos de 2 médicos, 3 enfermeros y 4
soldados camilleros cubrían turnos de 24 hs.
De acuerdo a los factores de planificación ambos PUSO debían cubrir el apoyo sanitario
a una dotación de 200 hombres y por consiguiente recibieron la misma provisión de
material de la DGS.
COMENTARIO
La planificación y previsiones efectuadas son inobjetables y su provisión cumplida
efectivamente por la FA con las limitaciones impuestas para su transporte. En algún
caso en particular como el de las heladeras indispensables para la conservación de la
sangre y no provistas por capacidad de bodega, pudo ser obviada por un operativo
anónimo que permitió la obtención de 2 unidades de 11 pies cada una provenientes
probablemente del edifico de la Gobernación.
Mientras el EA completaba su laborioso y complejo despliegue, Gran Bretaña
completaba a su vez el bloqueo progresivo de las islas: marítimo de 12 de abril, aéreo
el 25 de abril y finalmente la zona de exclusión total el 28 de abril que comprometió
severamente el apoyo logístico.
El transporte naval estaba autorizado exclusivamente para cargamentos reemplazables
(víveres, vestuario, combustible), los últimos barcos que llegaron a PA fueron el
Formosa el 20 de abril, el Rio Carcarañá, el 26 de abril y el Yehuin el 01 de mayo. Estos
hechos hicieron previsible una nueva tarea para el HMC, que no solo debería asistir
bajas por combate sino por enfermedades, logísticas o “administrativas “como las
denomino el General MENENDEZ. Sus causas fueron básicamente:
1) Carencia de agua potable en las islas.
2) Requerimiento de víveres estimado entre 15 y 17 toneladas por día.
3) Soldados aferrados prolongadamente a sus posiciones defensivas en pozos
húmedos, en puntos alejados, con pocas probabilidades de relevo, baño y cambio de
ropa.
Sus consecuencias obvias fueron la diarrea, la desnutrición y el pie de trinchera. Las
islas son “un turbal pantanoso sembrado de rocas”, la napa superficial se encuentra a
escasa profundidad, es fácilmente contaminable y fuertemente alcalina. El agua de PA
es procesada en una planta potabilizadora y repartida en camiones cisterna.
El primer problema surgió cuando los GOE de la FA presentaron cuadros severos de
enterocolitis, ellos bebían solo agua de lluvia o deshielo. Los exámenes bacteriológicos
efectuados en el HMC mostraron la presencia de escherichia coli y aestreptococos
foecalis provenientes en este caso, probablemente, del guano de los gansos. El mayor
ESPINIELLA solicito preventivamente muestra de agua a todas las unidades de la
guarnición, la mayoría no las remitió y en consecuencia procedió a distribuir
ampliamente el CLORISAN de la FA.
Fueron así “bajas logísticas” las primeras asistidas en el HMC a las cuales se agregaron
“heridos de balas accidentales” la mayoría en extremidades, 55 casos fueron asistidos
en el HMC. Se presentaron también casos de enfermedades infecciosas (hepatitis,
parotiditis) que obligaron a su reconocimiento rápido, aislamiento inmediato y
evacuación al continente.
2 LA BAM CONDOR:
Surgió como una necesidad operativa para un escuadrón de Pucara y helicópteros. El
lugar designado fue GOOSE GREEN, una pequeña población de un centenar de
personas (la segunda población de las islas) distribuidas en unas 60 casas al costado
del mar y a una distancia lineal de unos 70 kilómetros de PA. No había camino y solo
vehículos todo terreno podían llegar después de unas 4 horas de viaje. Carecía de
médico y de toda infraestructura sanitaria, en caso de urgencia se empleaba SICKCALL
con PA por medio de helicópteros sanitarios, en el medio de la población estaba la
iglesia, la casa parroquial y un deposito comunal de turba. Contaba también con un
supermercado muy bien provisto.
A unos 800 mts al norte se encontraba un edificio importante de dos plantas, la
escuela, más al norte a unos 3 km estaba el establecimiento DARWIN con dos o tres
casas y unido a GG por un sendero transitable.
A este lugar arribo y se hizo cargo el 14 de abril el Vcom Wilson R PEDROZO con
efectivos de la guarnición aérea Córdoba trasladados por Chinook desde PA, se
encontraba allí una compañía del RI 21. El OS quedo desde ese momento integrado
por:
1er Ten E Med Fernando ABOS MIRANDA
1er Ten E Med Carlos Rubén BERANEK
S Aux Enf Carlos Omar PÉREZ
C.P Enf Juan D SOSA
Camilleros David DÍAZ y Eduardo ROMACHO.
La BAM CONDOR carecía de todo factor probable de planeamiento, hasta de “pista” ya
que esta era un simple “potrero mejorado” de 200 x 600 mts con una depresión en el
centro.
Como si esto fuera poco los pobladores mostraron desde el primer momento su
hostilidad puesta de manifiesto en francas tareas de contrainteligencia que obligaron a
la requisa de armas, equipos de radio como el corte de líneas telefónicas y a la
suspensión del SICKCALL quedando la FA como responsable de la salud kelper.
A pesar de todos los obstáculos el personal desplegado se integro rápidamente
emprendiendo las acciones necesarias para el cumplimiento de la misión. Al OS le
fueron asignadas 2 habitaciones en la PB de la escuela, una dispuesta como enfermería
y la otra como depósito del material provisto inicialmente por la EAM y el HMC. Otra
habitación en la planta alta servía como dormitorio compartido. Le fue asignada como
tarea la asistencia de todo el personal desplegado, las instalaciones sanitarias, la
disposición de residuos y la alimentación e higiene general.
El día 17 recibieron la visita del My ESPINIELLA con quien planificaron el tratamiento
de bajas en masa como primer escalón trascendental del procedimiento que obligaba
a un rápido TRIAGE ante la carencia absoluta de medios y a la evacuación inmediata y
prioritaria a la unidad asistencial de apoyo: el HMC de PA.
Se definió además la ubicación del PUSO, que se instalo en una carpa a 100 mts de la
pista y 600 mts de la escuela.
El material necesario fue completado en exceso desde el 23 de abril por el My
ESPINIELLA al recibir su requerimiento de la DGS, su capacidad final fue similar a la de
la BAM PA: 30 camillas y equipamiento de cajas de curaciones, respiradores AMBU,
tubos de oxigeno, férulas, material de curaciones, soluciones parentales, plasma
liofilizado, analgésicos, atb, cs. La comunicación con el HMC quedo establecida desde
ese momento y todo requerimiento fue rápidamente satisfecho.
La dotación de la FA fue incrementada progresivamente (helicópteros, mecánicos,
seguridad y defensa, logística, inteligencia, pilotos) hasta llegar a unos 200 efectivos.
En la cabecera de la pista, próxima al camino, se construyo un bunker – puesto de
comando- que sobrevivió a todos los ataques y a los costados de la misma se
distribuyo el material de armamento munición y combustible.
La actividad aérea quedo finalmente habilitada el 28 de abril con el arribo del
Escuadrón Pucara y desde esa fecha el OS cubrió guardia H24 en el PUSO con un
medico un enfermero y un camillero.
Finalmente al atardecer del 30 de abril llego el RI12 – fuerza mercedes- con un efectivo
de unos 700 hombres, algunos llegaron caminando de PA y otros en helicópteros,
acamparon en las proximidades de GG y al día siguiente desplegaron hacia el norte
para establecer posiciones defensivas, no contaban con personal médico ni de
enfermería, carecían de todo material de sanidad y dependieron desde el primer
momento del OS de la BAM CONDOR.
3 HOSPITAL REUBICABLE:
Al regresar de su primer visita a las islas acompañado por el jefe del Hospital
Reubicable Vcom Roberto A COSTA el DGS considerando la factibilidad de su
instalación en PA ordeno en primer instancia su traslado por vía terrestre a CRV con un
tren de 10 ambulancias todo terreno, este traslado se inicio el 12 de abril y fue
completado el 16 de abril.
Desistido su trasporte a PA por razones logísticas el HR fue ubicado en las
proximidades de la pista, al lado de un hangar climatizado de YPF que sería empleado
para el TRIAGE. El HR se encontró así en condiciones operativas desde el 18 de Abril:
de acuerdo a la planificación prevista por la DGS su dotación medica estaba constituida
por PM Superior y Subalterno del HAC integrando 2 equipos para actuar en forma
sucesiva o simultanea, cada uno integrado por 2 cirujanos, 1 traumatólogo, 1
anestesista, 1 clínico, 1 bioquímico y 7 enfermeros dirigidos respectivamente por el
Director y el Subdirector del HAC que conservaba su capacidad operativa.
Se efectuaron en ese lapso las comunicaciones con el Comando de la FAS y con las
autoridades sanitarias de los hospitales provinciales e YPF conviniendo con ellos:
1) que el HR sería el centro de recepción de todas las bajas provenientes de las islas
2) que era responsabilidad de la FA el TRIAGE correspondiente a su recepción.
3) que luego de él se haría la derivación de las bajas del EA al Hospital Provincial
coordinada por un oficial medico del arma, con medios y personal propios.
4) que la derivación de las bajas de la ARA se haría al hospital de YPF con medios y
personal de la FA, recién a mediados de mayo y por requerimiento del DGS, la ARA
designo un oficial jefe médico para asumir esa tarea.
5) finalmente, el HR sería el responsable de la internación y tratamiento de las bajas
propias.
Desde el primer momento el HR se hizo cargo además de satisfacer los requerimientos
de material y medios del HMC efectuados personalmente en comunicación directa y
diaria por el My ESPINIELLA al jefe del HR. El Vcom COSTA asumió esta tarea
procediendo de inmediato a la obtención/adquisición/remisión de lo requerido por
medio del puente aéreo con prioridad de bodega. Conto para ello con la colaboración
permanente de la población y del comercio de CRV.
Se efectuaron además cuando se desplego la primer dotación la verificación de
procedimientos, la instrucción de los camilleros y los ejercicios y practicas
correspondientes
DOTACION FIJA DEL HOSPITAL REUBICABLE
Vcom Roberto COSTA
Cap. Carlos RUISSECO E Bioq.
1er Ten Sergio CRUZ E Odt.
S.M Luis VICENTIN
S.Aux Adolfo BARRIENTOS
C.P Aníbal TUÑON
C.P GISELLA BASSLER
P.C Pablo FELICI
P.C Carlos CORREA
P.C Roque ZAMORA
P.C Silvio ORTIZ
PERSONAL DEL HAC DESPLEGADO AL HR
Equipo 1 Equipo 2
Com Enrique ADORNI Com Héctor VIDAL
Vcom Ramón BUSTOS Com José L GUERRA
My Jorge BOSCO Vcom Jorge LOPEZ
Cap. Diego LENTINO My Ricardo SAENZ de LUQUE
Cap. Eduardo MAGGIORA Cap. Luis Barusso
Univ I Juan GALLIOTTI Cap Mario TUNIS
S.P Juan IACURTO S.P José RAVELLI
S.A Alberto VARELA S.A Argentino MORAES
S.A Santiago SARAVIA S.A Rafael LOZANO
C.P Juan LOBO C.P Antonio FALASCO
C.P Estela MORALES C.P Sonia ESCUDERO
C.P Ana MASSITO C.1º Eduardo SALDAÑO
C.P Sara VEGA S.A Héctor RUSSO
ALF. Mario SALOMON
C1º Enrique SANZ
C.P Gladys MALHUENDES
C.P Daniel CARAMES
ALF Alicia REYNOSO
4 – EVACUACION AEROMEDICA
De acuerdo a la doctrina y procedimientos ordenados, la DGS puso a disposición de las
FAS el personal y los medios necesarios para ejecutar la tarea, desplegando para ello al
HR a un oficial medico como coordinador (OCEM) y 4 tripulaciones integradas cada una
por un oficial medico un suboficial enfermero
Tripulaciones Desplegadas
Cap. Enrique TESTA Cap. Guillermo MÜLLER
C1º Claudio TUÑON C1º Daniel ROJAS SAAVEDRA
1ER Ten Adolfo SCHMIDT 1ER Ten Carlos CERUTTI
Alf Liliana COLINO S.Aux Juan CHAMAUX
C1º Oscar CORTINEZ
Coordinadores
My Emilio ACACIA My Manual BRUGO MARCO
Cuatro tripulaciones más quedaron alistadas en BA y participaron en EAM
Merlin/F28/C130 desde SCR/CRV/BB/BA:
My Jorge LOPEZ GIOVANELLI
Cap Roberto BAISTROCHI
Cap Juan ZICAVO
Cap Héctor KONOPKA
Cap Jorge FIOL
Alf Ester MORENO
S.P Rogelio LUNA
C.P Raúl LEGUIZAMON
C.P Mirta RODRIGUEZ
C1º Miguel BARROJO
C.P Beatriz CAPEZZUOLLI
C.P Ester MORENO
C.P Elda SOLOHAGA
5 – COMANDOS OPERATIVOS DE LA FAS
Se planificó y ejecutó el requerimiento de los Organismos de Sanidad (OS) del
comando y las unidades operativas desplegando para ello al A1 de las FAS al Vcom
Juan MILITO y posteriormente al Cap Hugo LEIMANN PATT.
En las unidades operativas se desplego en forma funcional el Escuadrón Sanidad de la
Brigada original correspondiente:
BAM SCR: III BA
BAM RGR: VI BA
BAM SJL: IV BA
BAM GAL: V BA
BAM TRE: II BA.
Reforzándose GAL (Vcom Roberto DEMARCO, Cap. Fernando ROMERO CASELLA, 1º
Ten Eduardo MARTELLA) y SCR (Cap. Marcelo BEGUERI). Estos Organismos Sanidad
fueron visitados por el Brig. D. Alfredo MARGALEFF (Asesor Medico de la Fuerza Aérea)
TOTAL DE PERSONAL DESPLEGADO
PMSUP PMSUB SOLCAM PC TOT
MALVINAS 14 11 12 1 38
EAM 12 12 24
OS BAM 20 15 35
HR 11 11 1 23
HR(dot) 3 4 4 11
Total 60 53 12 6 131
COMENTARIO:
No se utilizo en el despliegue personal convocado, cubriéndose todos los puestos con
personal militar en actividad, excepto 2 anestesistas (PCU).
Dada las características particulares del Teatro de Operaciones, la DGS dispuso sus
medios escalonados en la siguiente forma:
1º escalón PUSO de BAM CONDOR
MALVINAS
2º ESCALON Hospital Militar Conjunto con capacidad quirúrgica (MASH)
3º ESCALON Hospital Reubicable Comodoro Rivadavia con capacidades disponibles
4º ESCALON HAC
CRITERIOS TECNICOS ORDENADOS
1) El procedimiento de recepción de bajas debe ser considerado como un proceso
reiterado en cada escalón de clasificación, prioridad de atención, evacuación (TRIAGE)
2) Los tratamientos aplicados deben estar de acuerdo a la normatizacion prevista
3) Debe evitarse la acumulación de bajas dentro de cada zona, pero ninguna baja debe
ser evacuada sin haber completado su tratamiento inicial.
6 – EL DESPLIEGUE BRITANICO (OPERACIÓN CORPORATE)
Esta operación fue concebida inicialmente como naval y por ello el primer objetivo
medico fue proveerse de “Hospitales Navales”, así El UGANDA crucero de línea de
17.000 ton fue configurado en 60 hs como buque hospital completo con capacidad
para 1000 bajas al que seguí el CANBERRA de 45.000 ton.
La imprevisibilidad de las eventuales acciones de guerra a desarrollar llevó a los
cuerpos de sanidad embarcados a planificar cadenas de evacuación alternativas:
herido-helicóptero-buque hospital, herido-puesto de socorro regimental-helicóptero-
hospital de campaña, habilitando personal paramédico con capacidad para canalizar,
primer curación, aplicación de férulas, inyección de analgésicos y atb en zona de
combate. Con la experiencia de conflictos anteriores se procedió a prácticas reiteradas
y a normatizacion de procedimientos durante las 3 semanas de embarque. Las
previsiones logísticas de personal, material y medios fueron completadas y estimadas
en exceso con algunos errores impredecibles. En la operación se desplegaron 28.000
hombres en 100 barcos.
V – FASE DE OPERACIONES
1 HOSPITAL MILITAR CONJUNTO
Relata el My Espiniella: “A las 04:40hs del día 1º de Mayo una tremenda explosión nos
despertó, se había iniciado la batalla por las islas, un bombardero VULCAN había
lanzado 21 bombas de 1000 libras cada una sobre el aeropuerto. Aguardamos
expectantes pues no teníamos comunicación con el PUSO y dependíamos de la
llamada del comando. Después de las 08:00 comenzamos a recibir información de
bajas sin detalles (el PUSO era el único organismo de sanidad en toda el aérea del
aeropuerto, ni el RI25 ni la ARA habían desplegado personal ni material en ese sector).
A las 08:30 se produjo el segundo ataque, esta vez con 9 aviones SeaHarrier. A las
09:30 hs un helicóptero CHINOOK aterrizaba en el helipuerto del HMC trasladando
bajas de GG, los heridos fueron ubicados en las ambulancias y sin pérdida de tiempo
recorrieron los 100 mts hasta recepción donde se practico el TRIAGE según protocolo,
comprobamos que 3 de ellos habían fallecido en el vuelo por lesiones múltiples de
esquirlas en tórax y abdomen, los restantes presentaban lesiones que no ponían en
riesgo sus vidas, se procedió a su reconocimiento, canalización, administración de
solución fisiológica, analgésicos, toxoide, atb y su pase al quirófano desprovistos de sus
ropas y con su HCL.
En ese momento una comunicación del aeropuerto informaba que se iniciaba el
traslado de los heridos, se trataba de 24 bajas casi todos ellos con lesiones en
extremidades y transportados en las ambulancias de la FA. Cerca del medio día
pasaron sobre el hospital 2 SEA HARRIERS y a la tarde comenzó el bombardeo naval
con cadencia estremecedora, los proyectiles después del disparo iniciaban un silbido al
pasar sobre vuestras cabezas y terminaban con la explosión al hacer impacto.
Cerca de media noche llegaron más heridos del BIM5, quedamos trabajando hasta las
tres de la mañana y allí iniciamos los turnos de descanso”.
El Hospital con las 40 bajas recibidas en 24 hs había entrado en su etapa de
rodamiento que no cesaría hasta el final.
La cadena de clasificación/asistencia fue correctamente empleada y continuo con la
evacuación al continente en los vuelos de C130 del 6 y 7 de mayo con 25 bajas en total,
sin apoyo médico, recién desde el día 13 en que la coordinación con la FAS permitió
que una tripulación sanitaria se agregara en cada vuelo de C130 rumbo a PA que a su
regreso se improvisaba en EAM.
“Las bajas logísticas” seguían gravitando sobre la guarnición particularmente por el
deterioro de las reservas alimenticias, definido por el Gral. MENÉNDEZ gráficamente:
“con un poquito de víveres que fueron llegando por puente aéreo, otro poquito
recurriendo a las ovejas de las islas y otro poquito producto de los nuevos reajustes
que debimos hacer fueron estirándose los víveres”. Expresión de estos “reajuste” fue
el requerimiento al hospital de un régimen para la tropa del EA consistente en un plato
único de comida diario. El My ESPINIELLA propuso un régimen alternativo más
aceptable pero la realidad es que la alimentación de muchos soldados del ejército
consistió en mate cocido un pan y un plato de sopa por día: el resultado final fue de 14
soldados internados en el hospital por desnutrición severa.
Además, las condiciones del soldado aferrado a su posición significó obviamente el
incremento del “pie de trinchera” invalidante.
Una vez más refiere el Gral. MENÉNDEZ: “Ante los constantes bombardeos la solución
para nosotros era el pozo, aunque fuera húmedo y se llenara de agua”, 173 soldados
internados en el hospital lo atestiguan.
Mediante una nueva tarea asignada el hospital funciono en algunas oportunidades
como instalación de apoyo que en forma planificada recibía soldados en relevo para su
baño, comida caliente y lavado de ropa.
En este complejo marco de referencia, la ausencia de accionar conjunto se mostro una
vez más con la existencia de ordenes colaterales. La más grave de ellas se produjo
cuando el Teniente Coronel SEINELDIN (Jefe del Componente EA de la BAM Puerto
Argentino- RI 25) interpelo al oficial medico de la FA a cargo del PUSO por considerar
que el protocolo técnico de asistencia a las bajas era excesivo e innecesario ordenando
su modificación, en síntesis “al soldado herido no hay que evacuarlo, se lo trata in situ,
si es necesario se la amputa un brazo y se lo manda de nuevo al frente a pelear”. Esta
actitud fue reiterada 3 días después al mismo oficial por no haber cumplido la orden,
un oficial del EA se presento a continuación en el Hospital para iniciar las actuaciones
de justicia para un consejo de guerra. Una vez más el My ESPINIELLA asumió toda su
responsabilidad y puso los hechos en conocimiento de su superior el Brig. CASTELLANO
que aprobó su actitud y esta historia se término.
El 21 de mayo se produjo el desembarco británico en el Estrecho de San Carlos y el día
29 caía la BAM CONDOR con cuyo PUSO había quedado interrumpida toda
comunicación.
A medida que los bombardeos aéreos y navales procedían y el frente de combate se
acercaba PA el número de bajas recibidas se fue incrementando se redujeron las horas
de descanso, se suspendieron los relevos del PUSO y todo el personal pernocto en el
edificio del hospital, compartiendo hasta 8 oficiales el mismo dormitorio en sus bolsas
de dormir.
El ataque final comenzó el 1 de junio, hasta ese día y con luz un helicóptero del EA con
un médico y un enfermero efectuaban evacuaciones al hospital desde posiciones
adelantadas.
La presencia de los buques hospitales en ese momento fue una alternativa válida y
oportuna, el primero de ellos el Bahía Paraíso arribó a PA el 4 de junio abasteciendo el
hospital de sangre y placas radiográficas, ambas agotadas y a la guarnición de víveres
en un momento crítico, cuando zarpo el 6 de junio permitió la evacuación ordenada
de todas las bajas internadas (aprox. 150). El 9 de junio se tuvo el último contacto
radial con la DGS, el 11 de junio la capacidad estaba nuevamente saturada, hecho este
que obligo a utilizar una casa próxima deshabitada como anexo para heridos leves.
Una noches de esas refiere el My ESPINIELLA: “estábamos en un momento de
descanso 10 personas en una habitación de 3x3 mts, la radio estaba sintonizada en un
programa popular deportivo y el locutor dijo: vamos a referirnos ahora al problema
que preocupa a todos los argentinos, cual va a ser la formación de Menotti para su
primer partido en el mundial. Se hizo un silencio absoluto, ordene: “apagá la radio”,
alguien dijo “para que vinimos aquí Dios Mío”. Otro comenzó a rezar el rosario, todos
lo acompañamos”.
Ese día la artillería de ambos bandos tronaba sobre PA, pedazos de turba y piedras
cubrían las calles, el trabajo se había transformado en algo permanente, las bajas
llegaban unas tras otras, las salas estaban colmadas y las camillas se acumulaban en los
pasillos, se trasladaron pacientes al hospital británico.
Comenzó el ataque final y desde el 12 de junio la actividad fue permanente. Nadie
durmió durante 3 días, el flujo de bajas llego a casi 400. En este lapso los vuelos del 12
y del 13 permitieron evacuar a 52 heridos y el buque hospital Almirante Irizar a 98.
Finalmente el 14 de junio a las 10:30 hs un oficial británico de paracaidistas
acompañado de un equipo de paramédicos se hizo cargo del hospital permitiendo que
los médicos argentinos continuaran su actividad hasta estabilizar a todos los heridos
que al día siguiente fueron trasladados en helicóptero hasta el buque hospital.
Terminada esta tarea el My ESPINIELLA y sus hombres, como prisioneros de guerra se
trasladaron al aeropuerto. El personal de sanidad del EA con su jefe se embarcó en el
buque hospital, lo mismo hizo el personal medico de la ARA.
ULTIMAS HORAS DE LA BATALLA: refiere el My ESPINIELLA “había perdido la noción del
tiempo. No tenía idea de la hora ni el día. Era consciente de que estaba trabajando sin
parar desde hacía mucho rato, pero también notaba que no me sentía cansado ni tenía
sueño. Las suprarrenales volcaban adrenalina a la circulación al máximo de su
producción, los otros integrantes de la sanidad estaban en similares condiciones.
El flujo de heridos era constante, cada vez más intenso, el tronar permanente de la
artillería y las esquirlas que golpeaban insistentemente en el techo y las paredes del
hospital, unido al tableteo de las ráfagas de ametralladoras nos anunciaban el
inminente desenlace.
En intermitentes oleadas llegaban efectivos que se replegaban del frente y entraban
en el hospital en busca de refugio, desorientados, abatidos y sin saber qué hacer. Sin
poder evitar este estado de confusión nos limitamos a decirles correte para acá o para
allá, para que no entorpecieran el ingreso y traslado de los heridos y nuestra tarea.
Contribuían inconscientemente a un desorden que se iba incrementando con el correr
de los minutos. A algunos lo requerimos como ayuda para ubicar a los heridos en las
camillas y a su traslado, en cierto momento, cuando colocaba un vía a un herido en
una camilla en el suelo asistido por un enfermero y siendo necesario un pie de suero
que por supuesto ya estaban ocupados, vi a un militar joven de frondosos bigotes
aferrado a su fal con su m irada perdida, tratando de superar el ruido le grite: “che
bigotes veni” se acerco confundido, “deja el fusil y agarra este suero”, le puse el suero
en las manos, asegure la vía y continúe: “sostenela y seguí al enfermero y al camillero a
cirugía”. El joven resulto ser un oficial del ejército que me miro con perplejidad y con
tímida vos se presento “Teniente… … .. no recuerdo el apellido” haciendo equilibrio con
el suero en sus manos. Me incorpore y mientras le palmeaba el hombro le susurre”
bienvenido, seguí así, no largues el suero” y me fui asistir a otro herido.
Uno de los soldados del hospital se me acerco con una taza de algo caliente para beber
y comento “este teniente esta mas pálido que un papel”, esboce una sonrisa algo que
hacía tiempo que había perdido y respondí “ya se va acostumbrar”.
Continuamente llegaban las bajas, algunos ya estaban muertos, veo un medico que
trataba de colocar un vía en un recién ingresado, le dije “déjalo que está muerto”, me
contesto “no tiene heridas visibles” doy vuelta el cuerpo y en la zona lumbar tenía un
orificio de unos 30 cm de diámetro con restos musculares y óseos mezclados con
girones de uniforme, seguramente una explosión a sus espaldas le produjo la herida
con destrucción de la columna, músculos, aorta y cava inferior ocasionándole una
muerte prácticamente instantánea.
El trabajo siguió en aumento, la sangre del banco se agotaba, le encargamos a nuestro
bioquímico que entre los replegados obtuviera voluntarios para donar, así se
extrajeron 4 o 5 unidades de sangre que alcanzaron al último herido, seguimos con
nuestra labor por un largo rato, las explosiones eran cada vez más intensas y más
cercanas con un ruido ensordecedor. Uno de los proyectiles voló una casa situada a 50
mts del hospital donde vivían 3 kelpers mujeres que murieron, una de ellas de 82 años
era la mas anciana de las islas.
En cierto momento, la intensidad del fuego fue disminuyendo hasta cesar por
completo, lentamente fue retornando la calma y de repente no llegaron más bajas.
Nuestro trabajo se limito a controlar los heridos que aun no habían ingresado al
quirófano y aquellos que salían recientemente operados. Un enfermero se me acerca y
dice” los ingleses aparecen como hormigas por todas partes”. Salimos Martin,
Stvrtecky y yo. Era de día y había sol con intenso frio. Mi reloj señalaba que eran las
10:30 hs y algo me dijo que era el lunes 14 de junio. Desde el día 11 yo no veía la luz
natural. Los ingleses venían por el sur y por el oeste y si, eran tantos que parecían
hormigas desparramadas. Al rato una patrulla se dirige hacia nosotros, cuando llegaron
a la altura del mástil donde estaban izadas la bandera argentina la de la cruz roja y la
del conejo alado quitaron los cargadores de su fusiles y nos preguntan “¿es este su
hospital?, “si” respondemos. Nos comunican que el conflicto ha terminado y que ellos
ganaron. Les informamos que tenemos heridos y que todavía hay médicos operando.
El oficial que estaba al mando se aparta y con una Motorola se comunica con un
superior, se acerca y nos pregunta cuánto tiempo creíamos necesario para restablecer
a los heridos, conteste que no tenía idea, pero si los ingleses se comprometían a
asistirlos, nuestra tarea terminaba en ese momento. El inglés se retiro unos pasos y
volvió hablar por radio nuevamente, nos informa que podemos quedarnos en el
hospital tratando nuestros heridos, comprometiéndonos a no intentar ningún acto
hostil. Además ellos ocuparían el hospital sin entorpecer nuestra labor.
Un cansancio lento, progresivo, se iba apoderando de nuestros cuerpos, establecimos
turnos para dormir, desde las 15 hasta las 17 hs tome mi sueño.
Los heridos estaban compensados. Los ingleses habían ocupado buena parte del
hospital, en nuestra habitación, en la que éramos 8 se agregaron 6 más para descansar
en el suelo. Note que además de nuestro cansancio y nuestro sueño compartíamos el
acostumbramiento a nuestro olor, cuerpo sin bañarse de varios días con ropa sucia
manchada de sangre en un microclima que empeoro al quitarnos lo borceguíes y
comenzó adueñarse del ambiente un hedor evocador de nuestro riachuelo.
Comenzaron algunas bromas. A media noche nos dormimos mientras otros quedaban
de guardia.
A las 6 de la mañana del día 15 nos avisan que en el muelle había atracado el buque
hospital Almirante Irizar y que se podían evacuar los heridos. Comprobamos que todos
estaban compensados e iniciamos la evacuación. Eran trasladados en ambulancia
hasta el helipuerto del hospital y de allí en helicóptero al barco, terminamos a eso de
las 11 de la mañana y comunicamos al oficial ingles que no quedaba en el hospital
ningún argentino herido. Nos informa que nos consideráramos prisioneros y que en
calidad de tales nos dirigiéramos al aeropuerto. Me autorizó a llevar la ambulancia,
ordene a embarcar a todo el personal de la FA y poniéndome al volante le dije en tono
de broma “sigan confiando en mí, lo trasporto al futuro. Otra vez las risas quebraron el
frio clima y así nos encaminamos al campo de prisioneros, pero ya es otra historia”
MAPA PA
COMENTARIO
Se procesaron en le HMC 1200 bajas: 600 de ellas heridas de guerra y otras tantas por
enfermedad, incluyendo 173 pie de trinchera. Se efectuaron 380 operaciones con solo
2 óbitos (hemoneumotorax con evisceración - destrucción de masa muscular lumbar,
glútea y de ambos muslos) empleando en el 50% anestesias regionales y en el resto
anestesias generales endovenosas o inhalatorias, se trasfundieron 418 bolsas de
sangre, se efectuaron 276 determinaciones de laboratorio y 492 atenciones
odontológicas (351 extracciones y 141 obturaciones).
Se recepcionaron 44 cadáveres que debidamente identificados, fueron enterrados en
el cementerio local. Las bolsas para cadáveres no habían sido previstas inicialmente, de
las enviadas posteriormente una partida de 200 desapareció en la maniobra de
descarga en el aeropuerto y otra resulto no apta por falta de manijas, plástico
deteriorable, cierres deficientes y ausencia de bolsillo para la identificación
EL FINAL
El 14 de junio, una vez establecido el cese del fuego, a la mayor parte de las tropas
argentinas se les ordeno dirigirse al aeropuerto, en un total 4500 efectivos: oficiales
suboficiales y soldados fueron arreados a la península de FreyCenet en calidad de
prisioneros de guerra con la incertidumbre propia de desconocer los pasos posteriores.
Se dieron aquí circunstancias no previstas que excedieron toda capacidad logística,
creando una situación deplorable de hacinamiento, sin abrigo, sin instalaciones
sanitarias, los pocos edificios parcialmente destruidos por los ataques aéreos y
navales, refugio insuficientes por su escasa capacidad, el frio, la nieve, la falta de luz en
las largas noches se sumaban para tener un panorama realmente penoso.
Los británicos procedieron así a “encerrar” a los prisioneros en la península dejando
simplemente un puesto de guardia en la entrada del istmo sobre la ruta, única vía de
comunicación ya que el terreno circunstante se encontraba minado.
La responsabilidad, el orden, y el racionamiento (remanente de los depósitos de la FA)
quedaron en manos de los mandos naturales, no siempre obedecidos por los efectivos
del EA.
A esta situación se incorporaron el My ESPINIELLA y sus hombres el 15 de junio a las 13
hs embarcados en una de sus ambulancias cada uno con sus mínimos efectos
personales (bolsa de dormir, ropa interior, jabón) integrándose al resto del personal
sanitario del puesto de socorro que no había sido relevado desde hacía 6 días.
En horas de la tarde, en un clima de confusión soldados del EA tomaron por asalto y
destruyeron la carpa sanitaria y prácticamente todo su material. La mayoría de
personal superior y subalterno se despojo de sus insignias.
Había de todos modos y en forma sorprendente raciones alimentarias de los depósitos
de la FA de los que cada grupo hizo acopio para unos días. Restos de madera, cartón,
papel y algunos panes de turba seca contribuyeron a prender fuego para calentar las
raciones enlatadas y brindar un poco de calor a los distintos grupos.
El agua potable se agoto rápidamente, quedaba agua en los cráteres que habían
abierto las bombas semejando piletas de natación. A pesar de la recomendación de no
hacer las necesidades fisiológicas en las mismas ni tirar basura, la mayoría de los
prisioneros hizo caso omiso. Es destacable la actitud del My STURTECKY que
espontáneamente y acompañado por el 1º Ten FERNÁNDEZ condujo personalmente el
camión cisterna vacio hasta la ciudad en busca de los delegados de la cruz roja
internacional y con ello se traslado al edificio de la gobernación para informar la crítica
situación y solicitar la urgente evacuación.
Le correspondió una vez más al My ESPINIELLA la responsabilidad de ordenar a su
grupo durante la evacuación general, así la mayor parte salió por la mañana
embarcándose en el Bahía Paraíso, el resto – ESPINIELLA, FONSECA, OUDKIRK - salió
por la noche hacia el puerto donde abordaron el trasbordador ingles Nortland Hull.
Este barco trasladó a 2158 prisioneros de los cuales solo 9 pertenecían a la FA, pese a
la presencia de oficiales médicos del EA, el My ESPINIELLA fue el único convocado por
las autoridades y el médico del barco ingles para hacerse cargo de los heridos y
enfermos por ser el único identificable como efectivo de sanidad por su brazalete de la
cruz roja.
Con respecto al My STURTECKY, debió acompañar al Com DESTRI y un grupo de 90
prisioneros que desde el puerto fueron trasladados en un Chinook hasta San Carlos y
retenidos allí en un frigorífico abandonado donde fueron concentrados unos 900
prisioneros. El 1 de julio fueron embarcados en el Saint Edmund que zarpo de las islas
Malvinas en 12 de julio y llego a Puerto Madryn 2 días mas tarde. La odisea había
terminado.
Brig. Thompson (Op. Cit)
2- HOSPITAL REUBICABLE (HR)
Las tareas asignadas fueron:
1) centro de evacuación aeromédica del teatro de operaciones
2) internación de bajas propias: fueron internadas en el hospital 31 bajas propias 12
oficiales (6 de ellos pilotos eyectados), 10 suboficiales, 9 soldados y un piloto británico.
Se efectuaron en total 6 procedimientos quirúrgicos (3 de ellos en pilotos eyectados:
fractura de L5, luxación de cadera, fractura de hombro)
3) centro logístico de abastecimiento de todo el material necesario para el HMC:
recepción directa del requerimiento del My Espiniella por canal de radio codificado –
obtención directa del material propio de dotación o por adquisición en el medio local –
remisión por el puente aéreo con prioridad de bodega.
3 -LA EVACUACION AEROMEDICA
Es doctrinariamente instrumento de la Fuerza Aérea el 29 de abril se recepcionaron las
primeras bajas provenientes de PA a través del puente aéreo y los días 6 y 7 de mayo
las 25 del 1 de mayo. Todas ellas sin apoyo médico a bordo, recién el día 13 la
coordinación permitió que una tripulación sanitaria se agregara a cada vuelo, en el 1º
participo la C.P Colino la única mujer de las FF.AA que piso las islas, luego se
desautorizo esta participación.
En esta forma fueron evacuado de las islas 264 bajas en 13 vuelos
FECHA BAJAS
29 ABR 5
06 MAY 8
07 MAY 17
13 MAY 15
15 MAY 09
19 MAY 05
20 MAY 05
23 MAY 25
25 MAY 15
27 MAY 06
29 MAY 04
31 MAY 22
06 JUN 23
07 JUN 05
08 JUN 25 ARA
09 JUN 13 ARA
13 JUN 42
13 JUN 10
De estas 264 bajas, 203 correspondían al EA, 28 a la ARA y 33 a la FA y un piloto
británico.
Amanecer en CRV, arribo del C130 HR
TRIAGE
TRIAGE
HR
HR
TRIAGE: PIE DE TRINCHERA HR
Terapia Intensiva HR
Cirugía HR
Elevador CLARK subiendo camillas
Pilotos eyectados con Brig. IRRGANG y COM VIDAL
HR
HR
El procedimiento previsto se repitió en cada vuelo: traslado al hangar de YPF en
ambulancia y camilla – TRIAGE – refrigerio y bebida caliente – traslado de las bajas de
las otras fuerzas a los hospitales convenidos – internación de las bajas propias.
Con respecto a los buques hospitales el primero de ellos fue el Bahía Paraíso que
contaba con quirófanos y sala de cuidados intensivos – una dotación de 25 médicos y
50 enfermeros y una capacidad total de 250 camas. Arribo a PA el 4 de junio y zarpo el
6 rumbo a PUNTA QUILLA trasportando 158 bajas. El día 7, en una operación nocturna
combinada ordenada por la FAS con personal del HR se efectuó la mayor evacuación
aeromédica del conflicto: buque – helicópteros SEAKING – ambulancias – vuelo
sanitario – SCR/CRV/BB/BA participando las tripulaciones alistadas en BA (2 C130, 2
F28) los F28 configurados como sanitarios demostraron en estas oportunidades su
practicidad y eficiencia.
Los buques hospitales evacuaron en total 240 bajas a SCR.
El puente aéreo significo para el HMC un instrumento vital en forma bidireccional: por
una parte la remisión de insumos de sanidad imprescindibles para mantener su
capacidad operativa y por otra parte la evacuación de bajas para evitar su saturación.
El procedimiento de EAM conllevaba ciertas penalidades: el arribo de los aviones a las
islas era informada con escasa antelación (30 – 60 minutos) lo que exigía una tarea
bajo presión permanente para aprestar a los heridos cada noche, cargarlos al aviso en
las ambulancias cuidando a obscuras sus canalizaciones e inmovilizaciones, efectuar el
recorrido de 10 km hasta el aeropuerto (20 min) reiterar el procedimiento al
descenderlos de las ambulancias e “introducirlos” en la bodega. Estas maniobras,
prácticamente a obscuras, exigían rapidez, decisión y un componente permanente de
improvisación. A veces la tarea se demoraba por alarma obligando a la espera en pista
de hasta 3 hs y otras veces el vuelo era abortado.
Las bajas “logísticas” complicaban la situación por su capacidad de saturación,
comprometer tiempo y esfuerzo y por su riesgo potencial (enfermedad
infectocontagiosa).
El criterio de evacuación fue siempre responsabilidad técnica exclusiva del personal
médico de la FA. Además, cada baja evacuada implicaba para el hospital la perdida de
una valiosa camilla y 1 o 2 mantas sin reemplazo.
Algunos relatos personales refieren más gráficamente las circunstancias de estas
operaciones. Refiere el My ESPINIELLA “el 20 de mayo estábamos como en toda
anochecer a la espera de las “latas” o “amigos” (C130). Llego el llamado del comando,
rápidamente ubicamos a los heridos en nuestra ambulancia, tome el volante y nos
dirigimos al aeropuerto. El bombardeo naval nocturno habitual había cesado.
Estacionamos como siempre cerca de la pista. Desde las sombras surgió el jefe de
guardia y nos informo que el avión estaba demorado. Por las dudas retrocedí unos 100
mts y ubique la ambulancia cerca del edificio del aeropuerto. Creo que la demora fue
de unas 2 hs. El C130 entro en zona, el personal de guardia se movió para señalizar la
pista con 2 o 3 latitas con una pequeña llama alimentada por combustible de aviones
que hacían de balizas mientras en la cabecera un oficial con una linterna indicaba el
centro de la pista operable y el fin de la misma.
El viento era muy fuerte y cruzaba la pista por lo que el C130 se desvió en forma
transversal y se vino directamente a nosotros. Yo miraba esa mole en cuya cola apenas
asomaba la luna mientras el oficial de guardia gritaba “de Motor, de motor!!!!....”
como si el piloto lo escuchara el avión levanto la nariz y pasó muy cerca por encima de
la ambulancia y se perdió en las sombras rumbo al continente. Zafamos dijo
STURTECKY, llevamos a los heridos de vuelta al hospital y nos acostamos a la
madrugada”.
El Cap. TESTA lo relata desde el C130 “hubo una cifra no despreciable de vuelos que
por diferentes motivos no lograron cumplir con el objetivo de aterrizar en Malvinas y
regresar con las bajas.
En general no se trataba de problemas técnicos de la aeronave sino que la cuestión
estaba en que nos encontrábamos con los ingleses en nuestro camino lo cual nos
obligaba a maniobras de escape o bien otras veces la situación meteorológica adversa
(niebla) impedía el aterrizaje.
Recuerdo que la primera vez que cruce fue un caso de esos. El vuelo había sido normal
hasta las proximidades de PA. El C130 estaba a escasos minutos del aterrizaje, el
comandante en un momento hizo una pregunta, algo así como “¿alguien ve la pista?” a
los pocos segundos desde mi puesto de observación pude divisar algo que parecía ser y
era la pista pero no estaba alineada en nuestra dirección sino que estaba cruzada en
oblicuo y nosotros pasamos en vuelo rasante sobre las ambulancias que estaba al
acostado esperándonos.
El avión tomo altura fue hacia el mar e intento un nuevo aterrizaje, lo reflectores
encendidos solo mostraban un manto blanco de niebla que impedía toda visión de la
pista por lo que volvimos a tomar altura para un tercer intento pero en esos
momentos los camaradas del radar avisaron que había “visitas” (harriers) por lo que
tuvimos que pegar la vuelta a casa con la frustración de no haber cumplido con el
objetivo.
Pero de todos los creces frustrados, sin duda la situación más crítica la vivimos a borde
del TC65 la noche del 7 de junio. El vuelo venía bien llevábamos carga y un grupo de
oficiales y suboficiales de helicópteros, volábamos al ras del mar y la noche era
bastante clara. Estando a pocos minutos de Malvinas divisamos en el horizonte un
fogonazo importante y viniendo hacia nosotros algo que parecía una canita voladora
pero que sin duda era un misil. Recuerdo la rápida respuesta del comandante que puso
potencia máxima e inicio un viraje hacia la derecha. En este instante el navegador
prendió el radar y alerto sobre 2 o 3 fragatas. Vino un segundo viraje con el cual
agarrándome donde podía me retorcí la muñeca izquierda. Pegados al mar iniciamos el
escape, creo con rumbo sudeste. Nadie hablaba, todos esperábamos el momento en el
que algún misil nos hiciera estallar, pero eso no sucedió, los minutos eran eternos.
Poco después fuimos recuperando la confianza y pasado un tiempo luego de varios
cálculos, el navegador informo al comandante que podíamos cambiar rumbo hacia el
continente. Otra vez los pacientes quedaron esperando en Malvinas.
Como en el momento de ataque se había dado un breve aviso a CRV que estábamos en
problemas y luego se había vuelto al silencio de radio, grande fue la alegría de la gente
de GAL cuando establecimos contacto con ellos pues todo les hacía suponer que
habíamos sido derribados.
En GAL estuvimos poco tiempo solo para hacer combustible y esa misma noche
retornamos a CRV donde la recepción fue muy calurosa. Nos esperaban los sanitarios y
también los pilotos entre ellos los de Mirage y entre ellos el My Hugo PAEZ que me
andaba buscando porque esa tarde mientras el dormía le robe su preciado traje de
neoprene ya que al momento de la partida en el escuadrón C130 los trajes se habían
acabado y los mirayeros que me vieron me dijeron “veni ponete el de Paez”. Creo que
el ataque ingles me salvo de la caña.
Esa noche el festejo fue grande y duro hasta tarde en el pabellón de los
“infectocontagiosos” donde dormíamos los oficiales jóvenes (la perrada).
Al día siguiente quise visitar el hangar de mantenimiento de Hércules. Allí estaba la
“chancha” el Tango Charlie 65. Otorgándole personalidad sentí que quería felicitarlo
por lo bien quien se había portado la noche anterior, por habernos traído de vuelta a
casa. El pobre parecía mirarme mientras el suboficial COLLS le reparaba un motor del
lado del viraje que se había averiado por el esfuerzo de la maniobra para evadir el
misil.”
Otra vez el Cap. TESTA: “creo interesante relatar la secuencia que se vivía antes
durante y después de cada cruce. Por tratarse de una operación secreta nunca
sabíamos cuando saldría un vuelo. Generalmente después de almorzar en el HR y
luego de una sobremesa estábamos a la espera de un llamado telefónico que
indefectiblemente llegaba desde operaciones: “medico y enfermero a plataforma”, allí
empezaba todo.
Quienes estaban de turno ese día se dirigían al escuadrón C130 siempre acompañados
por algunos de los que quedaban en tierra y que nos ayudaban a colocarnos primero el
traje de neoprene , el pequeño equipo de supervivencia, y luego el chaleco salvavidas,
todo muy incomodo. Creo que nos cargamos todo aquello que nos podría salvar la vida
en el caso de caer al mar. Siempre me acuerdo de una tarde en que estaba por subir al
avión y el 1º Ten SCHMIDT al despedirme me chequea y me dice:” ¿flaco tenes todo,
equipo de supervivencia, linterna?”. Y luego se detiene y dice “¿tenes el rosario?” (en
aquellos días hasta el más sibarita se acercaba a dios). La pistola creo que la lleve una
sola vez, resultaba muy incomodo trabajar con ella y como tenía claro que yo no iba a
matar a nadie decidí no llevarla en los vuelos que siguieron.
Instalados ya en la cabina del Hércules siempre íbamos sentados en la cucheta al lado
del navegador. El enfermero volaba atrás junto con el personal trasportado y la carga.
Antes de cerrar la puerta solía subir el Com. Jorge MARTINEZ (Jefe del Grupo I de
Transporte) que saludaba a la tripulación.
Previo el inicio del rodaje algunos comandantes nos daban instrucciones de cómo
proceder en caso del caer al mar y estar vivos (la escena era de película).
Ya en la cabecera y al iniciar la carrera del despegue, uno tenía la sensación de que
estábamos en un punto de no retorno y solo deseábamos llegar a la isla y cargar los
heridos.
La primera parte del vuelo era bastante conversada pero a medida que nos pegábamos
al mar e ingresábamos a la zona de exclusión, el silencio se apoderaba de la cabina.
Creo que en esos momentos, en la mente de cada uno estaba nuestra familia pero
todos teníamos la atención puesta en lo que podíamos llegar a divisar en el horizonte
ya que el radar estaba apagado y la única forma de detectar algo en el mar era visual.
Al acercarnos a PA creo que lo difícil era ubicar la pista ya que la niebla era intensa y la
iluminación del aeropuerto prácticamente no existía.
Al momento de aterrizar y antes de detener la marcha nos íbamos hacia la parte
trasera del avión para ayudar a descargar lo que no iba en los pallets (lo de la tapa).
En el momento de arribar la confusión era total: la obscuridad, el viento, el frio, el
ruido ensordecedor de los motores del C130 y el nerviosismo sumado al temor de que
apareciera una Pac inglesa todo hacia bastante difícil el traspaso de pacientes de las
ambulancias al avión. Rápidamente tomábamos contacto con los camaradas del
Hospital conjunto y luego de los abrazos iniciábamos la carga.
Los pacientes que podían deambular o viajar sentados eran ubicados en los asientos
laterales y aquellos que venían en camilla (operados, con suero, etc.) en el centro
directamente con la camilla apoyada en el piso porque no había tiempo para
colocarlos en los arneses según el esquema que tantas veces nos habían enseñado. Los
minutos eran cruciales y había que decolar lo antes posible por el peligro de ser
atacados. Había que estar atento para no quedarse abajo.
No quiero dejar de mencionar dos tipos de ejemplares que en los últimos días podían
aparecer entre tanta confusión, unos eran los “mutantes” que se acercaban al avión
cuando llegaba y en el revuelo se robaban aquel bulto que podían ser comida. Los
otros “polizontes” se subían al avión fingiendo ser heridos para escapar. Creo que en
realidad eran bajas psiquiátricas.
Cuando nos queríamos dar cuenta ya estábamos carreteando de nuevo, a veces no
teníamos tiempo de despedirnos de los médicos y enfermeros que quedaban en
Malvinas.
Recuerdo que los primeros minutos del vuelo de retorno eran muy peligrosos por la
posibilidad de que los Harriers ingleses salieran a buscarnos o encontrarnos con
alguna fragata.
Durante este lapso el avión estaba a obscuras y solo el médico podía prender una
linterna para controlar a los pacientes. Como podíamos acondicionábamos a los que
venían en camilla (los más graves), restablecíamos las vías de suero, aplicábamos
analgésicos, acomodábamos drenajes etc.
Luego, mientras el enfermero controlaba el listado, identificando a cada paciente, yo le
echaba un rápido vistazo a los que venían sentados en los laterales, los que
generalmente no requerían tratamiento a bordo en su mayoría “pie de trinchera” o
lesiones menores. Siempre llevábamos con nosotros en BEM25 que, en honor a los
que lo diseñaron, debo decir que tenía todo lo que podíamos necesitar y resultaron
sumamente útiles.
Cuando lográbamos tener ya un dominio de la situación, solía cruzar algunas palabras
con los que notaba más inquietos. Nunca voy a olvidar las caras de agradecimiento con
que nos miraban (para ellos nosotros los estábamos sacando del infierno).
Tuvimos la suerte de que en ninguno de los vuelos hubo algún fallecimiento a bordo.
Creo que saber que volvían a casa los revivía aunque estuviesen muy graves.
Durante todo este tiempo el Hércules seguía pegado al mar sacudiéndose lindo. En un
momento notábamos que comenzaba ascender, esto significaba que habíamos salido
de la zona de exclusión y estábamos mas cerca del continente, lo cual permitía
encender todas las luces y trabajar libremente y relajados.
El arribo a CRV nos ponía bastante eufóricos, todos teníamos la satisfacción de haber
cumplido con nuestra misión. Cuando la chancha se apoyaba en la pista con nuestra
querida carga, creo que todos pensábamos “una vez más pudimos” “una vez más
zafamos”.
Al momento en que se detenían los motores, la puerta trasera ya estaba abierta y se
arrimaban las ambulancias qué llevaba los heridos hasta el hangar de YPF. Nos
abrazábamos con quienes nos recibían como si hiciera mucho que no nos veíamos. En
realidad habían pasado 6 u 8 horas desde que partimos pero habían sido tan intensas
que parecían mucho más.
Cuando se terminaba todo el trabajo con los heridos y ya pasada la medianoche
comíamos algo y vendrían algunos brindis de rigor acompañados de alguna anécdota
EL ÚLTIMO VUELO
13 de junio recuerda el Gral. MENÉNDEZ “a las 10:30 u 11:00 de la noche había
entrado y se había ido el ultimo C130 que arribara a PA, tuvo que aguantar en la pista
con un alerta rojo bastante tiempo.....”
Relata el Cap. MULLER:
El 12 de junio el TC-66 (“LANZA”) había conseguido aterrizar en Malvinas a las 19:10
hs. y despegaba en alerta roja evacuando una importante cantidad de bajas, traía
también el relato vívido de la guerra cada vez más próxima, en las bengalas y en el
resplandor de la artillería viéndose a través del parabrisas y ventanillas del avión.
El 13 de junio poco después del mediodía recibí la orden de alistamiento para un
nuevo cruce, vuelo que finalmente haría en el TC-65 (“TORO”) junto a su tripulación
estable: Cap. Borchert, Cap Daguerre como pilotos, Com. Mela como navegador y los
suboficiales Sosa; Castellini, Carabajal y Paoloni.
Conocía gran parte de esa tripulación pero luego de aquel día se fue generando una
espontánea amistad sin tiempo que permitió reunirnos cada tanto, en conmemoración
al 13 de junio.
Luego de vivir la rutina previa de esos vuelos, con apretón de manos y deseos de
buena suerte de los que quedaban en tierra, se cerró la puerta delantera y el avión
comenzó a rodar hacia la cabecera de la pista de la IX Brigada Aérea y despegar a las
15:30 hacia las islas, en lo que después sabríamos, constituiría el último vuelo de la
guerra con aterrizaje en Puerto Argentino y también el último en evacuar heridos a
través del Puente Aéreo.
Esta vez el compartimiento de carga estaba ocupado por un gran cañón de 155 mm de
esos que ya habían sido transportados en otras oportunidades y que eran los únicos de
gran alcance que permitían tener a las fragatas más lejos de la costa, viajaba con su
dotación de tierra y su parque de municiones.
Después de volar “recto y nivelado” hacia el sur, más allá de Río Gallegos a unos 3000
m., la tripulación comenzó a calzarse sus trajes antiexposición, señal que estábamos
próximos a descender para volar a baja altura hacia la Base Aérea Malvinas.
Nuevamente desde la cabina la oscuridad completa hacia delante, el parabrisas del
avión humedecido por la bruma marina, la tensión disimulada por las tareas
especificas, el radar altímetro convertido casi en un tripulante más y el silencio que
todo lo decía.
Ya habían transcurrido algo más de dos horas de vuelo táctico y alrededor de las 20
hs., ya próximos a la Isla Soledad, la oscuridad comienza a disiparse para dar paso a la
visión de la luminosidad intermitente de bengalas y obuses. La guerra estaba ahí
delante de nuestros ojos y encima de Puerto Argentino.
Después de un intento de aproximación, la aeronave gira 360° y, ya en mejor actitud
de aterrizaje, se encuentra con la pista y algunas luces destelladoras que marcaban la
cabecera, logrando aterrizar y rodando hacia la cabecera opuesta para efectuar la
descarga del cañón.
Al llegar a esa posición se inició rápidamente la descarga del cañón con un camión que
subido a la rampa del Hércules comenzó a traccionarlo hacia la salida, ahí vimos como
el cañón comenzó a moverse pesadamente pero una de sus ruedas iba en dirección al
parante externo de la rampa.
Comenzaron entonces los gritos desesperados del jefe de la carga pronunciando
simultáneamente la orden de hacer retroceder al camión y de apurarse en la descarga
porque ya habíamos sido prevenidos por la torre de Malvinas sobre la aproximación de
una PAC que seguramente había advertido nuestra presencia.
Cuando vi que finalmente el cañón era descargado correctamente junto a su parque de
municiones, me dispuse a identificar el grupo de heridos que debían ser trasladados y
fue en ese momento que un grupo grande ingresa al Hércules por la rampa y las
puertas laterales.
No hubo tiempo para más, la masa humana, algo caótica en su ingreso, escucha los
timbres de abandono del avión y el inmediato grito de alerta roja y sale como y por
donde puede.
El comandante de aeronave corta rápidamente los motores y entonces sin
preguntarnos nada, abandonamos el avión por la puerta delantera, dirigiéndonos en la
oscuridad hacia una posición que se suponía más alejada de la pista y por lo tanto más
segura.
Ahí permanecimos un tiempo difícil de definir hasta que se recibió un informe por
“handie” desde la torre, que la PAC se estaba retirando y fue entonces que el
comandante del TC-65 dio la orden de regresar al avión y poner en marcha los
motores.
Así sucedió y esta vez el Hércules despegó, en total oscuridad afuera y adentro,
reduciendo al mínimo la iluminación del instrumental para evitar dar oportunidad de
ser detectados. Probablemente haya sido el silencio durante largos minutos de los
muchos que estábamos arriba de ese vuelo, el más vívido recuerdo de la tensión a
bordo; si hubiésemos sido detectados no hubiéramos tenido oportunidad alguna.
Cuando el avión hubo de alejarse lo suficiente, retornó a una altura habitual, y
entonces a un vuelo más seguro y con ello se encendieron las luces interiores y la
algarabía de todos como lo testimoniarían muchos años después la fotos tomadas por
Nicolás Kasansew, periodista y corresponsal de guerra en Puerto Argentino, quien
regresaba al continente junto a su camarógrafo Alfredo Lamela.
Los pocos heridos (10) que estaban a bordo se encontraban estables y también
participaban de la enorme alegría de volver vivos.
Aterrizamos en Comodoro Rivadavia ya comenzado el 14 de junio, el jefe del Grupo
Aéreo de transporte, Com. Martínez estaba ahí junto a muchos para expresar sus
sentimientos por el regreso de un vuelo que enfrentó condiciones increíbles.
Completa el Brig. THOMPSON:” el mal tiempo, la obscuridad y en plena nevada, no
impidió que un C130 aterrizara esa noche en PA, tal como ocurriera en todas las
noches anteriores, podíamos ver desde mi posición las luces del aeropuerto y el C130
aterrizando”.
“El My ARMITAGE en un estallido de indignación intentó batir la pista con fuego de
artillería aun cuando se le indicó que el aeropuerto estaba fuera de alcance, ello
reflejaba la frustración por la inefectividad del bloqueo aéreo....”
COMENTARIO
El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina “reconocieron la actuación
de ciudadanos argentinos por sus relevantes méritos, valor y heroísmo en defensa de
la soberanía de la Patria durante la Guerra del Atlántico Sur” y así fue que la tripulación
del último vuelo a Puerto Argentino a bordo de un Hércules, recibió la cruz “La Nación
Argentina al Valor en Combate" en virtud de las leyes Nº 24.229 y 25.576 entre ellos el
Capitán Guillermo MULLER y el Cº1 Daniel ROJAS SAAVEDRA
4 – LA BAM CONDOR
El regreso (de N. Kasansew op. Cit)
Relata el 1º Ten BERANEK: “el 1 de mayo me había tocado cubrir la guardia en el PUSO
con el soldado DIEZ, abandonamos la carpa a eso de las 08:00 hs en medio del rugir de
los motores de los Pucara próximos a despegar. Creímos que era misión normal de
reconocimiento. Uno de ellos no pudo hacerlo por falla y estaba en el medio de la pista
rodeado de mecánicos, de pronto 3 puntos negros en el horizonte se agrandaron
rápidamente: eran Harriers que pasaron por el campo a 20 mts de altura lanzado
bombas beluga que en medio de su caída se partían desprendiendo cientos de
granadas. Una de ellas hizo impacto directo en el avión detenido que se partió en 2 y
se incendió, comenzando a detonar sus cohetes y munición. Todo se transformó en un
caos de gritos y explosiones, la situación nos paralizo inicialmente, no se por cuanto
tiempo, luego corrimos a buscar nuestros chalecos mochila al PUSO y de allí a trasladar
a todos los heridos a un solo punto, al costado de la pista. Nos reunimos con el resto
del personal de sanidad y todos colaboraron en la tarea. El TRIAGE fue rápido, un
Chinook estaba disponible y 17 bajas fueron evacuadas a PA acompañadas por el S.A
SOSA a las 08:30 hs”.
“El ataque había durado solo unos segundos, 8 cadáveres quedaban y una docena de
heridos leves fueron internados en la enfermería. Parte del caos persistía: el material
lanzado averió a otros 2 aviones, se había iniciado un foco de incendio próximo al
depósito de armamentos, el vehículo contraincendios había sido destruido por el fuego
(el armamento se había distribuido al norte de la pista y al sur de ella la planta de
napalm). No hubo aviso previo ni alerta para nosotros, desde ese día se perdió la
comunicación directa con el HMC y la situación cambio totalmente en GG: el jefe de la
BAM ordeno el desalojo inmediato de todos los pobladores y su reclusión en la casa
parroquial, el abandono de la escuela y el traslado de todo el personal a las viviendas
desalojadas o desocupadas”.
“Al organismo sanidad le fue asignada una casa de 3 habitaciones, baño y cocina.
Todos los ambientes fueron destinados a la atención medica y a la internación
quedando así de acuerdo a la planificación del My ESPINIELLA con la misma capacidad
operativa del PUSO de PA (30 camillas, instrumental de cirugía menor, respiradores
AMBU, oxigeno, férulas, material de curaciones, soluciones parenterales, plasma
liofilizado, analgésicos, CS, ATB).
En los espacios libres entre las camillas se acomodaba para dormir el personal de
sanidad vestido y en sus bolsas. Los 8 fallecidos fueron enterrados en el “cementerio
de guerra” ubicado en un sector paralelo a la pista con los honores correspondientes.
“Se cavaron pozos de zorro a ambos lados de la puerta de entrada, la alarma de ataque
aéreo obligaba al refugio inmediato en los pozos. Los bombardeos se repitieron el 4, el
12, el 17 y el 21 de mayo, a partir de esa fecha se agrego el bombardeo naval por
fragatas desde la Bahía Ruiz Puente con su cadencia en salvas cada 30 minutos y su
secuencia disparo-silbido de 10 a 15 segundos-impacto y explosión, ambos reglados
perfectamente sobre el campo de aterrizaje, los sistemas de armas, y las posiciones
defensivas.
NUEVAS TAREAS:
“El 5 de mayo el jefe de la BAM ordeno el reconocimiento médico de toda la población
kelper alojada en la casa parroquial comprobándose su satisfactorio estado sanitario.
Se levanto una HCL de cada uno en la que constaba su patología de base y la
medicación necesaria. Esta población se abasteció normalmente del supermercado y
no sufrió accidentes ni enfermedades.
Le correspondió además al OS de la FA la asistencia de todo el personal desplegado del
EA en posiciones cada vez más alejadas hacia Darwin. Esta tarea era la más peligrosa
especialmente en horas de la noche, en parte por los sectores minados que carecían
de identificación alguna, curiosamente no hubo accidentes personales, si con el
ganado suelto que en algunas oportunidades hizo estallar alguna mina, a todo ello se
sumaba la falta absoluta de luz y el conocimiento de cada contraseña en puestos de
guardia con centinelas inquietos. El resultado final de cada auxilio podía ser además
frustrante: no llegar o llegar y no poder trasladar en caso necesario. Esta circunstancia
obligaron a proveer al OS de un Land Rover que sirvió de trasporte y al mismo tiempo
de eventual ambulancia.
A principios de mayo se agregó transitoriamente al OS un oficial medico y un suboficial
enfermero del EA, sin medios ni material, que rápidamente fueron desplegados a las
posiciones de defensa y terminaron instalados en el PUSO desactivado pero provisto
del material después del 20 de mayo.
La actividad aérea quedo interrumpida hasta el día 15 en el que regresaron 4 PUCARA
y que el 26 se replegaron definitivamente, pero en todo este lapso permanecieron
helicópteros hasta el 28 de mayo como único sistema de
abastecimiento/evacuación/tareas y control de relevo de los ROA/búsqueda y
salvamento de pilotos eyectados y del rescate del patrullero Rio Iguazú el 24 de mayo
todos ellos con participación del personal de sanidad.
NUEVAS PATOLOGÍA:
Las condiciones atmosféricas permanentemente desfavorables, la escases de víveres,
la falta de ropa de abrigo y de recambio el aferramiento al pozo de zorro en posiciones
alejadas y la falta de higiene condujeron al igual que en PA a la aparición de pie de
trinchera y la desnutrición. Los alimentos comenzaron a escasear en los primeros días
de mayo y se presentaron los primeros soldados del ejército con pérdida de peso y
compromiso del estado general. Informado el jefe de base ordenó el reconocimiento
médico de todo el personal de la FA y como resultado se comprobó una pérdida de 7 a
12 Kg de promedio.
Una docena de soldados del EA fueron internados con pérdidas de 12 a 15 kilos y
deterioro del estado físico, casi todos desplegados en posiciones avanzadas, dos de
ellos fallecieron. Curiosamente a pesar de las ovejas y alguna vaca suelta no hay
referencia de su aprovechamiento si de gansos que los había y en cantidad.
La alimentación era muy escasa aun en la FA se hacia una sola comida diaria. La cocina
propia proveyó desde el principio el mismo menú para todo el personal, pero las
raciones fueron cada vez más escasas y en algunas oportunidades “se arreglaban con
una taza de mate cocido y galletitas de agua” siempre tuvieron prioridad los soldados
internados.
El día 11 había llegado el MONT SUMEN (trasporte requisado por la ARA) con el ultimo
cargamento de combustible munición y abastecimiento.
El 19 de mayo tuvo lugar el primer lanzamiento de carga en combate: un C130 arrojo
16 toneladas de provisión, ropa y pertrechos a la luz del día y a 600 pies de altura en
los alrededores de la pista. Todos los bultos fueron recuperados, el material más
apreciado fue la ropa de abrigo ya que hasta ese momento todo dependía de lo que
cada individuo había llevado puesto
LA BATALLA FINAL
El día 27 a las 18 hs se inicio el ataque británico desde unos 8 km al norte de GG.
Recuerda el 1º ten BERANEK: “el ruido de los disparos era ensordecedor y
permanente, íbamos recibiendo algunos heridos sin mayor gravedad que quedaban
internados. No teníamos posibilidad de llegar hasta el frente”. Esa misma noche sin
embargo el 1º Ten CENTURIÓN rescato personalmente al Cabo FERNÁNDEZ y lo trajo
“al hombro” hasta sanidad inconsciente, hipotenso con 3 heridas de bala y fractura
expuesta de cadera, donde fue reanimado”.
El combate continuo todo el día 28 con “la naturaleza caótica del ataque de infantería
en cuerpo a cuerpo” como describió el Brig. THOMPSON “o el caos sin orden ni
conducción” como lo hizo el Vcom. PEDROZO.
Agrega el 1º en BERANEK “podíamos observar como los combatientes caían heridos o
volaban por el aire. La lucha por la escuela fue unos de los hechos mas confusos el sitio
donde me encontraba me permitía tener una vista clara y con lujos de detalles, fue
espeluznante ver como volaban en pedazos mientras los proyectiles británicos
silbaban sobre nosotros”.
Pese a estas circunstancias los helicópteros de la FA ejecutaron ese día la última
evacuación. “En horas de la noche se hizo un alto el fuego y en la madrugada del 29 se
nos sito en el puesto de comando para comunicarnos que se había decidido la
rendición. Los ingleses habían solicitado que al personal de sanidad quedara a cargo de
los heridos internados, aproximadamente 30”.
“A las 10:30 hs llegaron paramédicos británicos que en forma correcta nos pidieron
informe sobre los heridos y prioridad de evacuación, informamos que el único
prioritario era el Cabo FERNÁNDEZ que fue evacuado en forma rápida. El resto de los
heridos bajo nuestra responsabilidad fuimos trasladados juntos en helicópteros hasta
San Carlos, allí los heridos fueron conducidos al hospital y nosotros a un campo de
prisioneros –corral cercado con alambres de púas- donde permanecimos un tiempo
que no puedo precisar, luego del cual nos trasladaron a un edificio (establecimiento
frigorífico en desuso) donde nos revisaron y requisaron nuestras escasas pertenencias
(anillos, relojes, cadenas) y nos dieron un recibo por ellas. Llego la noche y
permanecimos sentados en el suelo, no hubo comida alguna, al día siguiente un oficial
medico nos llevo a visitar el hospital y nos informo que todos nuestros heridos fueron
evacuados del campo de batalla y todos nuestros muertos rescatados. Nos hicieron
trasladar cadáveres de algunos de ellos a una gran fosa común. En los primeros días de
junio nos embarcaron en el NORTHLANDS y nos trasladaron a Montevideo.”
“Durante el viaje fuimos invitados por un Capitán Médico británico a participar en la
revista diaria de los heridos argentinos y a efectuar sus curaciones”.
El 13 de junio arribaron a Montevideo donde fueron liberados previa identificación,
devolución de los efectos personales retenidos y finalmente trasladados al Buque
Argentino Piloto Alsina. Llegados al Puerto de BA a las 03:40 hs pero “como había
mucha gente esperándonos nos trasladaron al Puerto de La Plata donde
desembarcamos a las 13:30 hs”
COMENTARIO
Estas circunstancias muestran la vulnerabilidad de la BAM CONDOR desde su inicio y la
precariedad de su OS que excedido de tareas y ante un aislamiento progresivo supo
asumir todas sus responsabilidades.
5 - SANIDAD BRITÁNICA EN OPERACIONES
El sistema de sanidad terrestre estuvo organizado sobre los PUSO regimentales, los
hospitales de campaña instalados en AJAX BAY (San Carlos), FITZ ROY y TEAL INLET
(Caleta Trullo) y los buques hospitales como apoyo alternativo (particularmente el
UGANDA con capacidad para mil bajas y equipado con una unidad completa para
quemados). El procedimiento de TRIAGE planificado con escalón en Montevideo
mediante las naves ambulancias (HECLA, HYDRA y HERALD) y final – en vuelo de 23
horas- a Gran Bretaña por VC10.
Se adiestro a personal militar como paramédicos y todos los soldados recibieron
instrucción básica de primeros auxilios.
Cada batallón en operaciones contaba con 2 helicópteros livianos (GAZELLE o SCOUT)
que trasladaban munición al frente de combate y regresaban evacuando heridos a los
hospitales de campaña dentro del límite de 6 horas.
La cirugía mayor se concentro en SAN CARLOS –AJAX BAY- donde se desempeñaron 2
equipos completos quirúrgicos de ejército y 2 de marina en una planta frigorífica
abandonada “con poca luz, sin autoclave y con poca lencería quirúrgica”.
En 4 semanas asistieron 725 bajas, 40% de ellas argentinos (¿). La disponibilidad de
helicópteros (llegaron a operar hasta 270) permitió que 47 quemados del SIR
GALAHAD llegar a AJAX BAY a una hora del ataque.
El problema de las bajas logísticas fue sufrido también por los ingleses: era previsible el
efecto constipante de la ración de combate, agravado por las características del
terreno que hacían “poco deseable” el acto defecatorio, potenciando la producción de
hemorroides y sus complicaciones. Se había previsto a esos efectos la provisión de
AGAROL y ANUSOL despachada toda junta en el ATLANTIC CONVEYOR, cuando este
buque fue hundido el 28 de mayo se creó un serio problema que pudo haber
comprometido el curso de las operaciones, pero una vez más la imaginación y la
logística pudieron y las constipaciones cedieron con el agregado de fibras (ALL BRAN).
El soldado británico como el argentino, disponía de una limitada provisión de agua, la
imposibilidad técnica de llevarla hasta las primeras posiciones tomadas en la batalla
final obligo a los hombres a recurrir al agua de los charcos en la turba – probablemente
usados como retretes por los argentinos – y como resultados muchos sufrieron de
enterocolitis a la que denominaron “la venganza de Galtieri” relatada por el Brig.
THOMPSON. El mismo describe también que “la combinación de humedad y baja
temperatura fue un factor adverso permanente: cuando un hombre se mojaba,
quedaba mojado. Los pies de la mayor parte de los soldados ingleses nunca se
secaron” y explica así las 70 bajas por pie de trinchera.
Resulta más llamativa otras referencias del mismo autor sobre el “hallazgo de
prodigiosa cantidad de armamento, alimento y equipos” en las posiciones argentinas,
reiterando “preparamos un enorme guiso con raciones tomada al enemigo. Casi todo
el mundo se atiborro con ellas porque eran muy buenas y por lo visto no pasaban
escasez” (¡)
VI RESULTADOS/DISCUSIÓN
Estadísticas comparativas de bajas de guerra
1 TIPO DE LESIÓN
ARGENTINA(HMC) GRAN BRETAÑA (AJAX BAY)
PENETRANTES 361 (47%) 270 (52%)
NO PENETRANTES 208 (27%) 43 ( 9%)
QUEMADURAS 34 ( 4% ) 112 (21%)
PIE DE TRINCHERA 173 (22%) 70 (13%)
PSIQUIÁTRICAS ------------ 21 ( 4%)
TOTAL 776 516
(CIFRA OFICIAL 1068) (IDEM 773)
2. LOCALIZACION
CABEZA Y CUELLO 12% 11%
EXTREM SUP 31% 16%
EXTREM INF 45% 36%
TORAX 7% 12%
ABDOMEN 4% 4%
MULTIPLES 1% 21%
3. MECANISMO DE PRODUCCIÓN
PROYECTILES DE ALTA VELOC. 84 270
ESQUIRLAS / FRAGMENTOS 246 ----
ESQUIRLAS NO PENETRANTES 208 43
QUEMADURAS 34 112
TOTALES 603 425
COMENTARIO
Si bien estas cifras no tienen valor absoluto ya que nos son completas (faltan los
heridos argentinos en AJAX BAY ¿170?), resulta aceptable interpretar que:
1-La frecuencia mayor de lesiones en extremidades es un hecho común en heridos de
guerra. El tipo más común en ambos bandos es el penetrante pero por distintos
mecanismo de producción: en los argentinos como consecuencia de
fragmento/esquirlas con alta frecuencia de fracturas expuestas (66/246), el los
británicos como productos de proyectiles de alta velocidad y poder destructivo. Les
siguen en los argentinos y en forma coherente, las lesiones cerradas por mecanismo
explosivo y en los británicos las quemaduras por ataques a buque
2-Es remarcable la frecuencia de pie de trinchera en ambos bandos.
3-Con respecto a las “bajas psiquiátricas” la previsión británica las había estimado en
un 15%, los cuadros habituales fueron descriptos como “estados de pánico ante
estímulos sonoros o vibratorios”. No consta estas patologías en las estadisticas del
HMC pero resulta evidente su existencia.
4-Los protocolos básicos de asistencia resultan comunes (RCR, TOXOIDE, ATB,
TRATAMIENTO DE LAS HERIDAS CON CIERRE DEMORADO ETC.). Es llamativa la escasa
incidencia de infecciones post operatoria en ambos.
5-En lo que respecta a la evaluación de la eficiencia de la asistencia médica en base a
los índices KIA (KIlled in Action – Muerte en combate – que solo disminuye con la
asistencia inmediata y la evacuación prioritaria) y DOW (Died Of Wounds – Muerto por
heridas y luego de tratamiento, disminuye solo con RCR y cirugía) puede establecerse:
ARGENTINA GRAN BRETAÑA
KIA 20% 24%
DOW 03% 05%
El porcentaje de KIA es elevado, mas aun en los británicos: las características de
combate, principalmente nocturno, en un terreno muy desfavorable, donde un
soldado normal con su equipo completo podía avanzar no más de 400 mts en 1 hora,
no permitió la asistencia inmediata ni la evacuación rápida aun con los mejores
medios.
Puede establecerse con cierta seguridad quien muchos heridos de ambos bandos, con
alguna probabilidad de supervivencia no tuvieron posibilidad de acceder a ella y por
otra parte prácticamente todos los heridos que accedieron a los hospitales pudieron
sobrevivir (solo dos óbitos en cada uno de ellos).
6-Con respecto a las “bajas logísticas” por enfermedad, no existe ninguna referencia
británica que pueda compararse con la propia: 600=50% y este hecho resulta
coherente con el ámbito y las circunstancias del soldado argentino en posiciones de
defensas adelantadas.
Todo lo expuesto puede sintetizarse en una descripción de un cirujano británico de
AJAX BAY sobre los pacientes asistidos: “el paciente británico era un individuo
entrenado y profesional en buen estado psicofísico, con lesiones producidas
generalmente por proyectiles de alta velocidad o quemaduras. El paciente argentino
era u individuo no entrenado, inexperto con pobre estado psicofísico y generalmente
con lesiones producidas por bombardeos (esquirlas-fragmentos-explosión)”
VII CONCLUSIONES
Este relato muestra simplemente que la planificación de sanidad se ajusto a las
necesidades operativas de la FA, que fue satisfactoria la capacitación del personal
desplegado (PMS 60 efectivos, PM Sub 53 efectivos incluidas 12 mujeres y 12 soldados,
todos ellos en actividad y solo 2 PC anestesistas), la oportunidad y los medios,
cumpliendo con las tareas asignadas.
Y esto sucedió especialmente en las islas y en la evacuación aeromédica de ellas,
donde un grupo de médicos y enfermeros militares cumplieron –en circunstancias
particulares y muy desfavorables- no solo la tarea asignada sino las que surgieron por
el cumplimiento de las mismas y la que eventualmente les fueron impuestas por las
circunstancias, demostrando que no solo eran profesionales bien formados sino algo
más.
Prueba de ello son las condecoraciones otorgadas por el Congreso de la Nación al S.A
Carlos ORTIZ por “Heroico Valor en Combate” el 1 de Mayo y a la tripulación de EAM
integrada por el Cap. Guillermo MULLER y el C1 Daniel ROJAS SAAVEDRA por “Valor en
Combate” en el último vuelo del 14 de Junio.
Esta apreciación fue compartida por sus jefes directos y consta: Brig. D. Luis
CASTELLANO: “La labor de los hombres de sanidad fue encomiable bajo el mando de
los Doctores Fernando ESPINIELLA Y Roberto STVRTECKY quienes integrados a el
hospital de campaña que funcionara en PA pusieron de manifiesto su capacidad
profesional, espíritu de entrega y sacrificio, trabajando de día y de noche y
particularmente con su calidad humana, coayudando a salvar vidas y mitigar el dolor
de los heridos, sin distinción de armas y de jerarquías. Hipócrates debe estar
orgullosos de ellos”.
Com D Luis DESTRI: “Un servicio de sanidad con 9 efectivos permanente al mando del
My. Fernando ESPINIELLA que cumplió excelente desempeño a tal punto que uno de
sus hombres recibió una condecoración especial por heroico comportamiento (Sub Ay.
Carlos ORTIZ medalla al heroico valor al combate demostrado el 1 de mayo)”
Vcom Wilson PEDROZO: “El 1º Ten ABOS MIRANDA con sus enfermeros Sub. Ay Oscar
PEREZ Y C.P Domingo SOSA se multiplicaban para atender a los heridos colocados
directamente sobre bolsas en el suelo”......”quiero destacar al 1º Ten ABOS MIRANDA
cuyo comportamiento fue excelente”.
Mas allá de ello, el relato muestra también que esta guerra, cualquier guerra, tiene
como protagonista principal al hombre, al soldado que aun con el máximo desarrollo
tecnológico la efectividad de su arma dependerá de su capacidad psicofísica de su
alimentación de su abrigo de su higiene particularmente en condiciones limites que no
fueron previstas y eran previsibles.
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