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u B .José Agustín Goytisolo deja la vida El poeta, de 70 años, se arrojó ayer desde la ventana de su casa en Barcelona tras varios meses de depresión El escritor José Agustin Goyti.solomurió ayer en Barcelona a los 70 años de edad, al arrojarse a la calle desde la ventana de su domicilio en la calle Mariano Cubí. Los hechos ocu- rrieron antes de las cuatro de la tarde, cuando el escritor se lan- zó al vacío y falleció al poco tiempo. La muerte delmayor de los Goytisolo ha causado una profunda conmoción en el mundo de las letras, donde el escritor, uno de los mayores representantes de la poesía social, era querido tanto por su talante humano como por su obra poética, en la que aunaba el compromiso histórico y el carácter renovador e intimista. «Si tuviera que volver a vivir todo que he vivido preferiría no volverlo a vivir», aseguró en su último cumpleaños. c... UN HUÉRFANO DE CARIÑO Albert Ramis, Redacción La mirada de un hombre comprometido. José Agustín Goytisolo vivió marcado por las secuelas de la Guerra Civil do llegaron. «Nos conocíamos de siempre -dijo ayer Fuster-, Muchas veces habíamos arreglado el mundo en mi despacho del taller», afirmó. Los restos mortales fueron traslada- dos al Hospital Clinico de Barcelo- na, sede del Instituto Anatómico Fo- rense, donde hoy se le practicará la autopsiá. Barcelona J osé Agustín Goytisolo padecía desde el pasado mes de no- viembre una fuerte depresión, por lo que estaba siguiendo un trata- miento médico, según explicó ayer la escritota Neus Aguado, íntima amiga del fallecido: Aguado contó ayer que desconocía si Goytisolo in- tentó suicidarse anteriormente aun- que en sus conversaciones con el es- critor, ambos habían coincidido en que se-puede pensar en el suicido, «pero que si lo piensas dos segun- dos, no lo haces». Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro de la tarde. Testigos pre- senciales vieron cómo José Agustín Goytisolo se arrojó desde la ventana de su vivienda. A causa del impacto sufrió numerosos traumatismos y una parada cardio-respiratoria qtié'le pro- vocó la muerte casi en el acto..Pablo Fuster, mecánico de un taller cerca- no reconoció enseguida el cuerpo tendido y llamó a los servicios mé- dicos, que nada pudieron hacer cuan- Un escéptico . El poeta, el mayor de los hermanos Goytisolo -todos ellos escritores-, cumplió 70 años el pasado 15 de ju- nio y celebró una fiesta en la que, según algunos de los asistentes, re- cordó con mucha emoción a Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral, dos de sus más íntimos amigos. ya falle- cidos. Su hermano, el escritor Juan Goytisolo no quiso hacer ningún comentario desde su casa de Ma- rrakech, en Marruecos. «No quiero compartir este sentimiento con na- die», dijo en declaraciones a Efe. Otra de las personas que conocía en profundidad al escritor era su' amigo, el poeta José Manuel Caba- llero Bonald, quien admitió ayer que giones». no sabía qué había podido conducir .En los últimos años, Goytisolo a Goytisolo a un desenlace que ca- explicaba que escribía «cuando estoy lificó de «atroz». Caballero Bonald contento de lo que hago». Publiea- dijo que «ha muerto un amigo que- ba en «El Periódico de Catalunya», rido y un notable poeta», con quien ofreciendo una visión progresista y compartió numerosas experiencias .. de izquierdas, y en alguna revista ex- «Hemos vivido y hemos bebido jun- tranjera. También compaginó du- tos por muchos sitios del mundo y rante años su faceta de traductor con creo que José Agusiín aportó a la po- las conferencias en universidades. esía española una nueva forma de enfocar la crítica de la vida a través de la ironía». El escritor charló ha- ce poco tiempo con Goytisolo y la- mentó que «su tendencia depresiva» . haya desembocado en «este terrible episodio». Durante la cena de celebración de su setenta aniversario junto a un cen- tenar de amigos en el Casal de Sa- rria aseguró que «si tuviera que vol- ver a vivir todo lo que he vivido preferiría no volverlo a vivir». En aquel momento Goytisolo recordó que había pasado «momentos muy duros, muy feos» y por eso era un hombre «muy escéptico, agnóstico de todo lo que sean ideologías, reli- El estilo que late «¿Quién iba a esperar que' su vitali- dad iba a desembocar de esta ma- nera?», se preguntaba ayer elpoeta Claudio Rodríguez. Amigo de Goy- tisoio, Rodríguez señaló que «todo ~l vivir humano late» en el estilo per- sonal de su obra, «Una de las más valiosas de mi generación». En la biografía del autor de «Pa- labras para Julia», un poema que hi- zo popular su amigo Paco lbáñez y que se convirtió casi en un himno generacional en los setenta, pesó de- masiado la secuela de la Guerra Ci- vil y la muerte de su madre en un bombardeo en plena contienda. En estos momentos me resul- ta muy difícil hablar objetiva- mente del poeta José Agustín Goytisolo porque se me so- breimpone la figura del ami- go. Lo conocí y lo traté asi- duamente a raíz de una tesis doctoral sobre la escuela de Barcelona que estaba hacien- do Carmen Riera. En la lectu- ra de esta tesis estuvieron pre- . sentes Jaime. Gil de Biedma, Carlos Barral y-el propio José Agustín Goytisolo, quienes evocaron la trayectoria del gru- po y su preocupación funda- mental: lograr que la voluntad de compromiso de la escritu- ra con la realidad social de Es- paña se concretara ante todo en el compromiso con el arte, con la poesía. Yeso .ha estado siempre en la base de toda la obra de José Agustín Goytiso- lo. Y se manifestaba por ejem- plo en el cultivo de muy di- versas formas métricas, de experimentaciones continuas que fueron haciendo progresar su obra. En su poesía se van entrela- zando elementos coloquiales transportados a clave estética y una gran cantidad de ele- mentos de la tradición litera- ria de todos los tiempos. No sólo de la española, porque el conocía muy bien la.literatura europea e incluso la literatura clásica-latina. Fue siempre un hombre atormentado por las heridas de la guerra civil, por la pérdida de su madre, que murió en uno .de los bombardeos de Barce- lona, y era, en definitva, un huérfano de cariño. En el gru- po poético de los años 50, él desempeñó siempre una fun- ción de gran coordinador de amistad; era por tanto un poe- ta muy estimado por su arte y muy querido por SJl gran hu- manidad. Víctor GARdA. DE LA CONCHA De la Real Academia Española 1

JoséAgustín Goytisolo deja lavida · mentiras piadosas, en la escuela de esa educación conservadora que no resiste el análisis de la ra-zón ni el contraste con la expe-riencia

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Page 1: JoséAgustín Goytisolo deja lavida · mentiras piadosas, en la escuela de esa educación conservadora que no resiste el análisis de la ra-zón ni el contraste con la expe-riencia

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.José Agustín Goytisolo deja la vidaEl poeta, de 70 años, se arrojó ayer desde la ventana de su casa en Barcelona tras varios meses de depresión

El escritor José Agustin Goyti.solomurió ayer en Barcelona alos 70 años de edad, al arrojarse a la calle desde la ventanade su domicilio en la calle Mariano Cubí. Los hechos ocu-rrieron antes de las cuatro de la tarde, cuando el escritor se lan-

zó al vacío y falleció al poco tiempo. La muerte delmayor delos Goytisolo ha causado una profunda conmoción en elmundo de las letras, donde el escritor, uno de los mayoresrepresentantes de la poesía social, era querido tanto por su

talante humano como por su obra poética, en la que aunabael compromiso histórico y el carácter renovador e intimista.«Si tuviera que volver a vivir todo que he vivido preferiríano volverlo a vivir», aseguró en su último cumpleaños.

c...UN HUÉRFANO

DE CARIÑO

Albert Ramis,

Redacción

La mirada de un hombre comprometido. José Agustín Goytisolo vivió marcado por las secuelas de la Guerra Civil

do llegaron. «Nos conocíamos desiempre -dijo ayer Fuster-, Muchasveces habíamos arreglado el mundoen mi despacho del taller», afirmó.Los restos mortales fueron traslada-dos al Hospital Clinico de Barcelo-na, sede del Instituto Anatómico Fo-rense, donde hoy se le practicará laautopsiá.

Barcelona

José Agustín Goytisolo padecíadesde el pasado mes de no-viembre una fuerte depresión,

por lo que estaba siguiendo un trata-miento médico, según explicó ayerla escritota Neus Aguado, íntimaamiga del fallecido: Aguado contóayer que desconocía si Goytisolo in-tentó suicidarse anteriormente aun-que en sus conversaciones con el es-critor, ambos habían coincidido enque se-puede pensar en el suicido,«pero que si lo piensas dos segun-dos, no lo haces».

Los hechos ocurrieron poco antesde las cuatro de la tarde. Testigos pre-senciales vieron cómo José AgustínGoytisolo se arrojó desde la ventanade su vivienda. A causa del impactosufrió numerosos traumatismos y unaparada cardio-respiratoria qtié'le pro-vocó la muerte casi en el acto ..PabloFuster, mecánico de un taller cerca-no reconoció enseguida el cuerpotendido y llamó a los servicios mé-dicos, que nada pudieron hacer cuan-

Un escéptico. El poeta, el mayor de los hermanosGoytisolo -todos ellos escritores-,cumplió 70 años el pasado 15 de ju-nio y celebró una fiesta en la que,según algunos de los asistentes, re-cordó con mucha emoción a JaimeGil de Biedma y Carlos Barral, dosde sus más íntimos amigos. ya falle-cidos. Su hermano, el escritor JuanGoytisolo no quiso hacer ningúncomentario desde su casa de Ma-rrakech, en Marruecos. «No quierocompartir este sentimiento con na-die», dijo en declaraciones a Efe.

Otra de las personas que conocíaen profundidad al escritor era su'amigo, el poeta José Manuel Caba-

llero Bonald, quien admitió ayer que giones».no sabía qué había podido conducir .En los últimos años, Goytisoloa Goytisolo a un desenlace que ca- explicaba que escribía «cuando estoylificó de «atroz». Caballero Bonald contento de lo que hago». Publiea-dijo que «ha muerto un amigo que- ba en «El Periódico de Catalunya»,rido y un notable poeta», con quien ofreciendo una visión progresista ycompartió numerosas experiencias .. de izquierdas, y en alguna revista ex-«Hemos vivido y hemos bebido jun- tranjera. También compaginó du-tos por muchos sitios del mundo y rante años su faceta de traductor concreo que José Agusiín aportó a la po- las conferencias en universidades.esía española una nueva forma deenfocar la crítica de la vida a travésde la ironía». El escritor charló ha-ce poco tiempo con Goytisolo y la-mentó que «su tendencia depresiva» .haya desembocado en «este terribleepisodio».

Durante la cena de celebración desu setenta aniversario junto a un cen-tenar de amigos en el Casal de Sa-rria aseguró que «si tuviera que vol-ver a vivir todo lo que he vividopreferiría no volverlo a vivir». Enaquel momento Goytisolo recordóque había pasado «momentos muyduros, muy feos» y por eso era unhombre «muy escéptico, agnósticode todo lo que sean ideologías, reli-

El estilo que late«¿Quién iba a esperar que' su vitali-dad iba a desembocar de esta ma-nera?», se preguntaba ayer elpoetaClaudio Rodríguez. Amigo de Goy-tisoio, Rodríguez señaló que «todo~l vivir humano late» en el estilo per-sonal de su obra, «Una de las másvaliosas de mi generación».

En la biografía del autor de «Pa-labras para Julia», un poema que hi-zo popular su amigo Paco lbáñez yque se convirtió casi en un himnogeneracional en los setenta, pesó de-masiado la secuela de la Guerra Ci-vil y la muerte de su madre en unbombardeo en plena contienda.

En estos momentos me resul-ta muy difícil hablar objetiva-mente del poeta José AgustínGoytisolo porque se me so-breimpone la figura del ami-go. Lo conocí y lo traté asi-duamente a raíz de una tesisdoctoral sobre la escuela deBarcelona que estaba hacien-do Carmen Riera. En la lectu-ra de esta tesis estuvieron pre-. sentes Jaime. Gil de Biedma,Carlos Barral y-el propio JoséAgustín Goytisolo, quienesevocaron la trayectoria del gru-po y su preocupación funda-mental: lograr que la voluntadde compromiso de la escritu-ra con la realidad social de Es-paña se concretara ante todoen el compromiso con el arte,con la poesía. Yeso .ha estadosiempre en la base de toda laobra de José Agustín Goytiso-lo. Y se manifestaba por ejem-plo en el cultivo de muy di-versas formas métricas, deexperimentaciones continuasque fueron haciendo progresarsu obra.

En su poesía se van entrela-zando elementos coloquialestransportados a clave estéticay una gran cantidad de ele-mentos de la tradición litera-ria de todos los tiempos. Nosólo de la española, porque elconocía muy bien la.literaturaeuropea e incluso la literaturaclásica-latina.

Fue siempre un hombreatormentado por las heridas dela guerra civil, por la pérdidade su madre, que murió en uno.de los bombardeos de Barce-lona, y era, en definitva, unhuérfano de cariño. En el gru-po poético de los años 50, éldesempeñó siempre una fun-ción de gran coordinador deamistad; era por tanto un poe-ta muy estimado por su arte ymuy querido por SJl gran hu-manidad.

Víctor GARdA.DE LA CONCHA

De la Real Academia Española

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DESVALIDATERNURA RETO"RNO A LA ELEGíA DE LA MADRE MU·ERTA·

velación. Allí leí entre otros aGabriel Ferrater y , sobre todo,allí descubrí a un poeta que conlos años sería decisivo en mi vi-sión de la poesía, me refiero aJoan Vrnyoli. .

Recuerdo muy bien como enuna tarde' de la primavera de1983 -cuando ya había leído to-da su poesía en catalán- expli-qué a Vrnyoli donde había co-menzado mi interés por su obra.También, que dos años antes lamagnífica antología «Cuarentapoemas de Vrnyoli» selecciona-da y traducida por Goytisolo mehabía abierto todavía niás laspuertas de su mundo poético.Podría repetir las palabras ge-nerosas y llenas de gratitud con

. las que Vrnyoli se refirióa esaantología.

Curiosamente en Barcelona,donde he vivido años y a dondevoy con frecuencia, a penascoincidí con José Agustín. Tuveuna relación larga y tormentosacon Jaime Gil de Biedma y unamás amable con Carlos Barral,aunque a Carlos lo asocio máscon Madrid o con Roma, pero a

José gustín apenas lo traté. La últimavez que nos encontramos fue en unfestival de poesía en 1986. Sí seguíleyendo algunos de sus libros, dondeaquella sobriedad de sus primerostiempos se continuaba manteniendodentro de un mundo poético máscomplejo.

Ahora me dicen que José AgustínGoytisolo ha muerto y yo escribo es-tas apresuradas líneas mientras re-cuerdo un verso de Pavese que él tra-dujo: «Para todos tiene la muerte unamirada".

El«Retomo» es el primerlibro que leí de José Agus-tín Goytisolo una emocio-

nada elegía a la memeria de sumadre muerta a consecuencia deun bombardeo en Barcelona du-rante la guerra civil, pero no leleí como libro independiente si-no dentro de un conjunto de supoesía que se publicó en 1961con el título de «años decisivos».En esta edición se reunía tam-bién dos libros posteriores queyo desconocía «Salmos al vien-to» y «Claridad».

Guardo un recuerdo especialde «Claridad» porque su escri-türa, dentro de aquel magma lla-mado «poesía social», me sor-prendió .. En medio de lospoemas inacabables y retóricosdel peor N eruda o de GabrielCelaya con tantas buenas inten-ciones como escasos resultadosartísticos; al menos «Claridad»era-un libro conciso y preciso (aveces un poco obvio) pero quese desmarcaba bastante .de aque-lla corriente, de aquel torrenteverbal.

En 1961, al poco de la publi-cación de «Años decisivos» conocía José Agustín en un breve encuentroen la remota feria del libro de Ma-drid. Tardaría muchos años en vol-

. ver a verlo, pero seguiría teniendoun vínculo con él, ya no tanto con supoesía como con sus traduccionespoéticas.

Dentro de ese capítulo de traduc-ciones hay tres libros que cada cualen su momento fueron enormemen-te significativos para mí. El prime-ro, una antología de Salvatore Qua-simodo, entonces recien galardonadocon el Premio Nobel de LiteraturaAllí y posteriormente en. la lectura,

No hace aún tres semanasque reseñé, en estas mis-mas páginas, la recién

aparecida antología de José Agus-tín Goytisolo, y contaba con queseguirían llegando a mi mesa suslibros de poemas, con el mensa-je de su inteligencia, que la edadhabía agudizado, y el de su maes-tría en el uso de la palabra, cadavez más acertada y precisa a me-dida que el paso del tiempo ibadándole la intuición de los trazosmínimos con los que se capturaun rostro, un deseo o un pensa-miento, firme en una voz quedesdeñaba tanto los ecos ajenoscomo los propios. En aquel artí-culo aún reciente evocaba las cua-tro ocasiones en que recordabahaberme encontrado con él, y pornecesidades de espacio tuve quesuprimir la frase en que confesa-ba lamentar no habernos reunidomás a menudo, y haber disfruta-do de la yerdad y la bondad queemanaban de su persona.

José Agustín era un ser desva-lido y tierno, que se recubría deun caparazón de hosquedad sar-cástica-y fingía estar de vuelta detodas las ilusiones y las esperan-zas, a las que solía calificar depuerilidades burguesas y de fic-ciones recibidas, como tantas otrasmentiras piadosas, en la escuelade esa educación conservadoraque no resiste el análisis de la ra-zón ni el contraste con la expe-riencia. Pero su obra, para quiensupiera leerla, mantenía el rescol-do de una ternura inmensa sin ob-jeto en el que volcarse, de una ge- .nerosidad iliníitada, de un desdénabsoluto por las convenciones olos prejuicios que separan a laspersonas, de una comprensión to-tal de todas las conductas y todoslos gestos-con los que los sereshumanos exteriorizan su soledady su petición de auxilio. Se con-figuró a sí mismo en ésos térmi-nos en sus mejores poemas, losúltimos, en los que nos hablabadel amor y de la amenaza y espe-ra de la muerte. En ellos supo darlo mejor del intimismo que habíaido recorriendo su obra, inclusoen aquellos libros que pretendíanser denuncias realistas y objetivasde las lacras políticas y sociales.En su última época renunció apuntuar sus textos, confiando enque de ellos se desprenderían,cuando conviniera, la pausa y elmatiz. Aun así, les ponía siempreel punto final, que ahora ha dadofin a una vida que merecía seguirescribiéndose.

La voz y la palabra. Con Paco Ibánez volvió cantó "Palabras para Julia» .

sista. Reconozco con agradecimien-to que mi pasión por la poesía italia-na le debe mucho a aquellas magní-ficas traducciones de Goytisolo y quegracias a ella comenzó mi largo acer-camiento a esa lengua y a ese mun-do poético. .

Otra deuda de gratitud con el JoséAustín Goytisolo poeta y traductorme lleva a otra lengua distinta y aotro espacio literario. En 1968 se pu-blicó su excelente «Antología de po-etas catalanes contemporárteos» yque por aquel tiempo y dado mi des-conocimiento de la lengua catalanay de sus poetas fue una auténtica re-

ya en italiano, de Quasimodo y algomás tarde en un encuentro con el po-eta, entendí que de alguna forma esasencillez, esa desnudez expresiva dellibro de Goytisolo tenía una deudanunca desmentida con la creacióndel gran poeta italiano. Otro impor-tante acercamiento a la poesía y queayudó mucho a aumentar mi interéspor la poesía italiana fue la traduc-ción de una antología poética de Ce-sare Pavese que se editó-en bilingüeen 1971 y que simboliza mi prime-ra visión de la poesía de Pavese, unescritor fundamental para mí y al qu~conocía únicamente como gran pro- . Juan LUis PANERO

TENfA QUE HABER ESCRITO ANTESun poeta cualquiera, así nos conoci-mos, querido José Agustín. Tú esta-bas preocupado por lo que me pudie-ra pasar. La última vez que nos vimos,en Oviedo en el homenaje a ÁngelGonzález recuerdo tu gratitud y tuemoción en aquel acto. «Estoy muycontento ,de que pasen estas cosas»,dijiste, «Angel es de los grandes». Yoaquel día debí prometerte algo quenunca cumplí. Yo no soy como tú. Ytú escribiendo cartas como un adoles-cente cualquiera. Ahora, tarde, mal y .arrastro, agradecida y emocionada, tecontesto: pocos son como tú, pocosson 'de los grandes, José Agustín.

ya lo hago yo». Le gustaba reírse, llo-rar, vivir. Y creo que fue un poeta y delos grandes por sacamos de encima a.los demás el trabajo de ser hombres,por bondad, poI' cortesía. Era capazde vivir como un joven desesperado,con toda su inteligencia intacta a cues-tas, con su lucidez inmaculada. Losaños no pasaban por tí, eso también tegustaría oirlo, y es verdad. Coqueto yquerido, tu alma no tenía que huir dela muerte. Simplemente no podías de-jar de estar guapo, de estar vivo. Y ver-güenza te tendría que dar, tú, señor deBarcelona, qué van a decir, bajandoescaleras en coche por el Escorial, co-rno en una película americana, y ha-blando de poesía dentro de unAX con

necesario vivir desesperado, allúni-te de la realidad, de la conciencia, per-dido en un gesto amable de una mu-jer que habla, abandonado a la. emoción de alguien que te escucha,desperdigado entre la multitud y en-tregado a la soledad de todos, necesi-tado de que la vida cada día te depa-re una ilusión con la que podercelebrarla. Quizás no es necesarioromperse cada día en mil pedazos pa-ra poder ser uno, para ser todos, paraser tú. Pero de una cosa estoy segura.Si tú, José Agustín, pudieras oírme,con tu ternura infinita, tu humor y tugalantería de señor de Barcelona, meecharías la mano al hombro y me di-rías: «Niña, no te tomes ese trabajo,

Tenía que haberte escrito estacarta antes, ahora la podráleer tu mujer y tu hija, de quie-

nes me hablaste nada más conocerte.Antes que de poesía tú me hablastede las personas que querías, de tuamor. Dirijo estas palabras también atus hermanos, a Luis y Juan, a los detu sangre. Y a todos los que te hanquerido leyéndote y oyéndote, a tusamigos, a tus compañeros de genera-ción, a tu ciudad, a los jóvenes que tesiguieron y a las mujeres y hombresque vieron en ti a la buena personaque has sido, al amor que has sido yeres entre nosotros. Quizás haya gran-des poetas entre la gente tranquila yordenada de este mundo, quizás no es Luisa CASTRO-,Guillermo CARNERO

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ESTRATEGIAS PARA NO OLVIDAR NUNCA D)

Fueel primer poeta de su gene-ración que convirtió la ironíaen estrategia para capear el

temporal de la censura y que la ele-vó a forma y modo de dicción: a to-no, a perspectiva. Ángel González,José Angel Valente y Jaime Gil deBiedma perfeccionaron el caminoque él abrió' y que fue uno de losprimeros rasgos distintivos del Cin-cuenta. Amplió los registros de la

, canción y de la copla, del verso de'arte menor y del romance y, en losaños' setenta dio un giro hacia unapoética de un nuevo concepto delespacio.

«Taller de arquitectura» es un tex-to ejemplar de este cambio, comosu critica de «los poetas celestiales»fue el poema-insignia de su prime-ra creación. Jordi Villaronga anali-zó con precisión y profundidad lasclaves de su obra, sus fases, sus eta-pas en un libro que es el mejor mo-do de acceder a su escritura y de en-tender todo cuanto late en ella y enél.

Su aptitud para la parodia y su fa-cilidad para crear un clima íntimoy entrañable a la vez hicieron de élun poeta tan tierno como versátil,capaz de conjugar la geografía delpoema político con los resortes delpoema amoroso y, ambos, con lascomplejas referencias del poema sa-tírico o las más difíciles del poemamoral.

Ahora que su muerte nos separaquiero recordarle en dos momentos:en un avión, en vuelo hacia Valen-cia, en el que me dio una lecciónmagistral sobre el eneasílabo desdeRubén a José Hierro; y, en una lec-tura al alimón en Murcia, en la queJosé Agustín dio la vuelta al ruedode todo el alfabeto de su voz -aque-lla voz pastosa, de tabaco más pro-fundo que lento, en la que las voca-les se alargaban no por su cantidadsino por su emoción. José AgustínGoytisolo deja tras de sí una abun-dante colección de anécdotas, rea-les e inventadas, de amores verda-deros y ficticios, de obra escrita ypoemas atribuidos y supuestos quele aseguran un lugar en la literatu-ra y un puesto de honor en su ge-neración.

Pero a mí me gustaría en estosmomentos destacar hayal poetahornada y sincero que nunca men-digó homenajes ni reconocimientosy que sólo pidió a la vida la precio-sa vivencia del amor. José AgustínGoytisolo fue un epicúreo con máshumor critico que Horacio y un vi-talista con experiencia poética de larealidad social. Su obra es el signode una época.

Jaime SILES Entre la ficción y la verdad, Goytisolo construyó un mundo íntimo tan entrañable como irónico

.J--

LA MUERTEDE UN AMIGO

Haymomentos en los queuno preferiría no servir-se del lenguaje, sino del'

grito. Éste es uno de ellos. Tó-mense estas palabras como undesahogo personal. Tiempo yoportunidad habrá para intentarvalorar la obra poética de JoséAgustín Goytisolo. Ahora, per-mítaseme recordar tan sólo alamigo que fue. Le conocí cuan-do yo contaba menos de veinteaños y él acababa de publicar Sal-mos al viento. Luego las cir-cunstancias de la vida nos lleva-ron a aventuras personales yliterarias muy diversas. Nos reí-mos mucho juntos y en su casa oen la mía planificamos una buenaparte de lo que habría de ser lacolección de poesía Ocnos.José Agustín era persona de una

generosidad indudable, utópicorecalcitrante, y de comporta-mientos no siempre ortodoxos.No creo que hubiera nada másimportante para él que su poesía,salvo su familia. Vivió siemprecon un drama a cuestas, la pérdi-da de su madre durante un bom-bardeo durante la Guerra Civil.Su primer libro de poemas trata-ba de su ausencia, pero a lo lar-go de su vida siempre le pesarlala responsabilidad de haber sidoel mayor de una saga de escrito-res famosos (un caso excepcio-nal en la Europa de hoy). Lo in-tentó superar con la ironía, perola traicionaba siempre una senti-mentalidad a flor de piel. Su obra,pese a los premios y los recono-cimientos públicos, a la popula-ridad de alguno de sus poemasmusicados con indudable éxito,no ha sido valorada en lo muchoque aporta. En la antigua casa desu suegro, el escritor que firma-ba como Llorenc Sant Mar, enReus, conocí a BIas de Otero. Sucuñado, el también escritor enlengua catalana Josep M" Caran-dell era compañero de curso enuna despoblada Facultad de Fi-Iosofía y Letras. En ocasiones, elpoeta venía, durante los años dela dictadura, a leernos unos poe-mas. Cuando fui Director del De-partamento de Filología Españo-la, hace algunos años,organizamos con Jordi Virallon-ga una semana de estudio de suobra, que, a su vez, era un Ho-menaje. Se trataba, entonces, delpoeta. Hoy, se entiende, me fal-tan palabras por el amigo queacaba de finalizar su vida tan dra-máticamente.

Joaquín MARCO