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Libro Ortopedia Funcional de Los Maxilares

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Rehabilitaci6n Neuro-Oclusal, uno de los mas ingeniosos
maestros de la Odontologfa.   Su orientaci6n traz6 mis rumbos
de investigaci6n.
 ANTONIO REGO DE ALMEIDA   -   Especialista en Ortodoncia,   Rfo de Janeiro,
Brasil.
TESS BROWN   -   Profesor titular del   Departamento   de Odontologfa Restaur ador a.
Universidad de Adelaide,   Australia del   Sur .
 ARMANDO OSCAR CAVANHA   -   Profesor de la Catedr a del Curso de Odontologf a
de la Universidad Federal   de Parana,   Brasil.
WALTER J.   GENOVESE -   Doctor en Ciencias   y   Prof esor Asistente de Semiologia.
Facultad de Odontologfa de la Universidad de Sao   Paulo-Brasil.   Libre   Docente en
Diagn6stico Bucal, Facultad de Odontologfa de Mogi das Cruzes,   Sao Paulo,   Brasil.
Profesor Titular de Semiologfa y Diagn6stico Bucal, Facultad de Odontologfa Camilo
Castelo Branco,   Sao Paulo,   Brasil.
YOJIRO KAWAMURA   -   Profesor Titular del Departamento   de   Fisiologia Oral   de la
Facultad de Odontologf a de Osaka,   Jap6n.
MURILLO G PAIVA - Especialista en Radiologfa Oral.   Profesor    de   Radiologfa Oral,
Universidad Estadal   de Rfo de   Janeiro,   Brasil.
JOSE LAZARO B.   SANTOS - Doctor en Ciencias,   Pr6tesis   Dental,   Facultad de
 
 
Muchas veces el idealismo tendrfa una vida corta sino fuera por hombres   como   estos
 y   aquel a quien dedico este libro.
Oebo   cl la dignidad profesional de estos hombres el estfmulo,   el apoyo y la
perseverancia para continuar sonando   y   luchar por un mundo profesional cada   vez
mejor .
 
Naci6 asi la idea de escribir un libro que probablemente nunca Ilegar ia a ser realidad
si la pretenci6n hubiese querido alcanzar la perfecci6n.
Incialmente el lector es introducido en la realidad del desarrollo de la oclusi6n en
los pueblos primitivos cuyas condiciones naturales mantenian un estado muy
saludable el sistema estomatognatico hasta la seni/idad Lo contrario sucede en
la actualidad donde este sistema sufre ataques que provoca su envejecimiento
precoz.   Luego la Ortopedia Funcional de los maxilares es definida y situada a traves
de la Neurofisiologia Oral dentro de la Reabilitaci6n Neuro-Oclusal ;   son dadas
aclaratorias sobre la masticaci6n y sus manifestaciones sobre el desarrollo,   sobre
el diagn6stico, Ilegando al clinico,   alodontopediatra,   al ortodoncista,   y sobre todo
en el laboratorio visto a traves del enfoque de la Neurofisiologia oral; el diario contacto
clinico reafirma una filosoffa de trabajo y la casuistica presenta casos tratados con
Ortopedia y con Ortodoncia propiamente dicha (aparatos fijos y removibles).
Finalmente el lector participa de los ultimos avances y preguntas a dilusidar abriendo
ventanas a la investigaci6n.   Un apendice sugiere bases de filosofia de la ciencia
necesaria para la evoluci6n de investigaciones cientfficas.
En materia de libros se encuentra en carencia la Ortopedia Funcional de los
Maxilares. La literatura presenta muy poca informaci6n de esta con un filtro de
ca/idad que dejaria pasar apenas algunas publicaciones como por ejemplo :   los libros
del profesor Frankel,   a traves de los cuales se aprende mucho de su tecnica.   Por 
eso y principalmente por eso ella se hizo internacionalmente conocida.   Es lamentable
que otras que como ejemplo:   la del profesor BIMLER   0 la del profesor Planas sean
divulgadas apenas por sus artfculos y trabajos publicados a traves de los aflos;   iY
cuantosl Ellos dedicaron sus vidas al estudio, a la enseflanza y al traba/D.
Infelizmente el mundo universitario internacional aun no posee medios para enseflar 
V transmitir sus obras.
La Ortopedia Funcional de los Maxilares para quien la quiere aprender aun se
encuentra (se espera que por poco tiempo) en terreno prohibido ,   oscuro e incierto,
minado de interrogaciones sin fuente de respuestas. Esto por falta de apoyo de los
principales medios de divulgaci6n como son:   la literatura y la enseflanza dentro de
las facultades. Una cosa es consecuencia de la otra, y nadie debe ser acusado
de esta falla.
 
EI pionerismo de algunos incautos que quisieron aprender ,   los lanz6 a pesar de su
coraje en una aventura a veces catastr6fica. Muchos volvieron las espaldas
definitivamente a todo   1 0   que se Ilamara Ortopedia Funcional de los Maxilares y
continuaron con una ortodoncia empf rica de laboratorios comerciales.   Otros se
pusieron a   inventar pero como dirfa Pasteur :   "La casualidad existe para quien esta
preparado".   Inventar ,   en este caso,   es audacia   y   desesperaci6n de aquellos que
la vanidad es mas importante que el paciente.   Finalmente algunos decidieron desistir 
de la especialidad   0hacer un curso de post-grado en tecnicas ortod6ncicas
propiamente dichas   y   ortopedicas mecanicas,   volteando las espaldas definitivamente
alas tecnicas ortopedicas funcionales.
Solamente unos pocos consiguieron a traves de afJos de dedicaci6n,   esfuerzo y
perseverancia resultados que responden para la supervivencia de estas tecnicas.
EI ostracismo hubiese ocurrido si   no fuese por estos tJltimos,   pues ningtJn maestro
es realmente un maestro sino tuviese discipulos que evolucionen en el tiempo sus
ideas.   No hay lider sin seguidores.
 A pesar de toda la trama natural de la historia,   la Ortopedia Funcional de los
Maxilares ha respirado bien y despierta ahora como nunca el interes de mayor 
ntJmero de profesionales,   pues   ya se siente que a partir de ellos y con la ortodoncia
incremf1nta a su patrimonio mayores posibilidades de perfeccionamiento.
Escribir es dar dentro de un trabajo arduo en el que se corre el peligro de tener 
impresa la insatisfacci6n de no conseguirse resultados perfectos,   siempre el tiempo
recorrido para terminarse un libro ya es suficiente para querer mutilarlo,   insertarlo
de nuevas ideas y modificarlo porque la ciencia no se detiene y las investigaciones
sugieren siempre nuevos horizontes,   algunas veces,   hasta mudando ciertos
panoramas,   pero si todos pensaran asf   ningtJn pan6rama correrfa la cortina,   ninguno
estarfa impreso y ningtJn horizonte se vislumbrarfa de esa impresi6n.   ~Que rumbos
habrfa tomado la humanidad sin Iibros? ademas de eso ~c6mo se podrfa ensefJar 
sin tener posibilidades de aprender ?
Este libro representa una tentativa sin pretenciones,   pero objetiva,   de ensefJar a
ejercer la Ortopedia Funcional de los Maxilares, dar alas tecnicas correspondientes
un sentido comtJn,   entendiendo sus porque,   tJnica forma de conseguir mejores
resultados clfnicos.   No se pretende sugerir las tecnicas Ortopedicas Funcionales
como siendo las mejores ni las universales,   solucionando todos y cualquier problema
del paciente,   pues se desconoce una tecnica que   1 0   resuelva todo hasta la realizada
con depurada perfecci6n.
Parece atJn estar lejos de eso una vez que se conoce poco sobre el paciente y que,
tecnica segtJn su propia definici6n es el recurso detonador del objetivo del
tratamiento que estarfa siendo desarrollado por el y en el propio paciente
(w.   A.   Simoes -   1977).
Es  necesar io dejar bien claro que dentro de la ortodoncia con respecto al tratamiento
antes   de los   10-12  afJos,   la Ortopedia Funcional es insustitufble   y a medida que
se avanza   en   la lectura de este libro esta afirmaci6n es comprobada inclljsive con
 
resultados clf nicos.   Por ese detalle vale la pena aprenderlas   0 saber por    1 0   menos
de   1 0   que son capaces,   para orientar mejor a los pacientes.
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Por otro   lado los radicalistas que defienden la Ortopedia Funcional   como   siendo
la unica valida,   no  la conocen suficiente y probablemente contradicen a  la  avalancha
de   crfticas   sufr idas por otr os tambien radicales.   EI  radical   es   ciego,   desconoce su
ceguera   y   atrasa   la evoluci6n de   la   ciencia.   Siempre hay una reacci6n natural   a   10
nuevo  0desconocido.   Por   la contrarreacci6n   y   reacci6n todo   es   estructurado en el
mundo de   la ciencia.   EI  tiempo consolida   el nuevo concepto que   es   conocido y
asumido cuando   se   transf orma en hecho repetitivo y util   a   la   comunidad.   Asf el
hombre construye.   Entre tanto ya ha   Ilegado el   momenta en   esta ciencia morosa
(Ia   ortodoncia) de   que   sus participantes   se   comprendiesen   y   ayudasen.   Mor osa
por que solamente en much os   alios puede mostrar resultados de   investigacion que
precisan ellabor ator io   de   las mater ias basicas   y la clf nica   con   el binomio   profesional-
paciente
Tambien   por eso   poco   se   conoce sobre el   crecimiento   y como este es basico para
actuar a traves de una tecnica,   sobre el paciente,   todo   se   transf orma en un  cfrculo
vicioso,   apr isionando a todos en   las   cadenas del tiempo.
Ya hay   pr oblemas   'suf icientes para que no se aumente la presion   de   estos gr illos
con   la   insensatez,   la vanidad, la   aventur a   en   algo ser io,   tampoco con peleas
constantes entre defensores de aquella  0esta tecnica.   Por  10tanto en realidad todas
se   complementan   y   todos tienen el   derecho de escoger    la que mejor   Ie parezca.
La ortodoncia ofrece toda una gama de recursos dentro de las mas diver sas tecnicas
 y   todas son   validas.
1.   Or todoncicas pr opiamente dichas:
a)   Fijas (Beeg,   Arco   de  Canto0Edge Wise, Mollin,  Jar abak,   biopr ogresivas de Ricketts,
etc.).
b)   Movibles  0r emovibles:   (Piacas Activas de Hawley,  Schwar z,   etc).
2.   Or topedicas:
a.   Mecanicas:   (Tracci6n   extra-oral,   mentoneras,   Ar co Facial Inver so de clase III,
Oisyuncion palatina media,   etc).
b)   Funcionales ( Activadores Monoblocs,   modeladores elasticos   de   Bimler ,   Pistas
Indir ectas   Planas,   Bionator de Baiter s,   r egulador es   de   f uncion Frankel,   etc.).
Oespues del diagn6stico,   escogida la tecnica mas indicada para el   caso,   se puede
muchas   veces   jugar    con mas de una,   usando por ejemplo:   fijos  y   Ortopedia
Funcional alternadamente en un  mismo paciente.   Lo que impor ta   es un buen  y  seguro
diagn6stico,   la buena escogencia de   la tecnica   0 de las tecnicas   y   para su
continuaci6n son condiciones   "sine   qua   non"   la ejecuci6n   correcta de las mismas.
Los   activadores   0mono blocs como aparatos ortopedicos funcionales fuer on los
pr imer os   que surgieron,   despues otros tantos (Baiters,   Frankel,   Planas,   Bimler)
completar on en   la ortodoncia moderna el cuadro de la Or topedia Funcional.
n(Enlrevisla concedida par el   pr of esor    Kur t   Fallin Jr  .   a la   redacci6n   cientifica   del Jour nal A.P.C.D,
Sao Paulo M G   junio 1977)
 
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Por 10 tanto a ninguna conclusi6n puede Ilegarse para proscribirlos a partir apenas
de experiencias realizadas con activadores.   Ellos representan solamente la primera
parte en Ja suma de las tecnicas Ortopedicas Funcionales,   donde cada una actua
con caracter!sticas basicas comunes,   obedeciendo a los mismos principios
fundamentales,   pero con pesos diferentes
 Aquellos que se basan solamente en actividadores   0Monobloc,   0en el propio
aparato ortopedico funcional de Frankel para //egar a conclusiones no deber!an
hacerlo antes de partir al laboratorio con varias tecnicas   *.
EI radicalismo,   la precipitaci6n en concluir    y   las ansias de ser inmortal atan el
progreso de la ciencia.
La mayor preocupaci6n de la humanidad en este momenta es la ayuda mutua.   No
se sa be los nombres de los que inventaron por ejemplo:   el cierre,   la cinta adhesiva,
la Ilave,   la cerradura   y   tantas cosas importantes que rodean a la humanidad,   apenas
se agradece silenciosamente a esos ilustres desconocidos.
La atenci6n a la corr,unidad se vuelve cada vez mas un punta neuralgico en todas
las conciencias medicas   y  la medicina social es una de las mas importantes para
mejorar el futuro del mundo.
Realmente no hay mas tiempo que perder; que se coloque un punta final en este
prol6go pidiendo por encima de todo: amor al paciente porque si no fuese por otras
razones el forma parte de la humanidad a la cual tam bien pertenecemos.
"La monotonfa indiscutiblemente no es una caracter!stica de la ciencia:   as! como
el hacer de ayer el tiempo transformara manana en verda des   0mentiras nuestros
aciertos de hoy".
(*) Se recomienda la lectura de los libros del prof .   R.   Frankel porque ellos cubren la falta de informaci6n
sobr e   los   AOF Frankel en este libro.   Informaciones sobre los AOF Baiters pod ran ser obtenidas en
el   Iibr o   "La Therapeutique   Bionator de W.   Baiter s"   de la L. A.   Celestin,   Editado   en   .1967 por   la   librer ia
Maloine   S A,   Par is;   0en el   original en aleman.   Los   libros del Prof .   R.   Frankel son:   Ortopedia Funcional
 
CAPITULO   I
Desarrollo   y   Funci6n Oclusal en   los Abor f genes austr alianos
Introduccion   .
Habitos Alimenticios y   Movimientos   Masticatorios   .
Desarr ollo   de   la Oclusion.   .   .
Var iac   ion   en   el   Tamano de   los Dientes .
Relaciones entre Tamano de Dientes   .
 Atr iccion y Oclusion contfnuamente Modif  icada   .
Resumen   .
Pr incipios fundamentafes de las Tecnicas Ortopedicas Funcionales   y   sus
Caracter isticas Sasicas
Breves consider aciones sobr e Neur ofisiologia Oral
CAPITULO III
Ley de la   Mfnima   Dimension   Ver tical   "PLANAS"   .
"STATUS"   Masticatorio y   Desarr ollo .
Conclusiones   .
Introducci6n .
Habitos Alimenticios y   Movimientos   Masticatorios
Desarrollo de   la Oclusi6n   .
Relaciones entre Tamar'io de Dientes   ...
 Atricci6n y Oclusi6n continuamente Modif icada   .
Resumen .
Caracter isticas Basicas
Car acter fsticas   Basicas de las   TOF   .
Breves consider aciones sobr e Neur of isiologfa Oral
CAPITULO   III
Ley de   la Minima Dimensi6n Vertical   "PLAN AS"   .
"STATUS"   Masticatorio y   Desarr ollo
Conclusiones   .
107
107
108
114
115
. .  .   .   115
116
130
Odontopediatria   y   Ortodoncia - Introducci6n.   .   .
de Pr evenci6n   .
Ortodoncia en Dentici6n Decidua a Mixta
Fisiopatologia del Dolor    .
Examen Fisico   .
Radiografia   .   .
Monitoramiento Radiol6gico   .
Fases Tecnicas   . .
de Disfusi6n Mandibular    .   .
Masticaci6n   y   Movimientos   Mandibulares .
Factores   de la ATM   . .
Dolor    .
 Amilisis Conjuncional Biotipol6gico
Codo de las Asas Frontales
 Aparato Ortopedico Funcional   0 Aparatos Ortopedicos Funcionales
 Analisis de Relaci6n Biotipol6gico
Base del Maxilar Superior 
Dedos de los Resortes frontales
Determinada Area
Discrepancia Cefalometrica
Desvio de Posici6n
Linea Eje de Masticaci6n
Longitud del Maxilar Inferior 
Cambio de Postura
Ofrion
Pistas Indirectas Planas
Tragos
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TO Tragos-Ofrion
VMH    Area Ventral Hipotalmiea
III Habitos alimentieios y movimientos mastieatorios
IV Desarrollo de la oelusi6n
V Variaeiones del tamano de los dientes
VI Relaei6n entre tamano de los dientes
VII Atriei6n y oelusi6n eontinuamente modifieada
VIII Sumario
Diferencias poblacionales en la dentici6n son bien conocidas y ampliamente citadas
por antrop610gos en estudios de anatomf a   compar ada,   evoluci6n humana y
paleopatologia.   Los odont610gos tambien se enfrentan   con la gr an var iedad de
estructuras dentarias presentadas por    integr antes de   una misma poblaci6n y por 
parientes en una misma familia.   EI origen de tal   variaci6n es la inter acci6n entre genes
y el medio ambiente durante la for maci6n inicial y   el crecimiento posterior de   las
estructuras masticatorias.   Hasta en un mismo   individuo,   la disposici6n de los dientes
en los arcos dentarios y la manera segun la   cual   ellos se tocan no permanecen
estaticas toda   la   vida,   sino   que   se transforman continuamente en respuesta a
procesos normales del crecimiento,   influencias   del medio ambiente,   tratamientos
dentarios,   patologf a y envejecimiento.   Cambios   de esta naturaleza son de particular 
interes para el odont610go clfnico.
 A pesar de   los avances significativos en   la fisiologf a masticator ia que   ocur rieron en
el reciente pasado,   muchos conceptos de oclusi6n dental   guardan elementos del
pensamiento teleol6gico del   siglo XIX.   En el decir de   BRACE  (1977),   "Ia   idea de   la
oclusi6n perfecta fue   vislumbrada en el   entendimiento de la profesi6n odontol6gica
de la misma forma que el Santo Graal en  la   leyenda   Arturiana: "el nivel inalcanzable
de la aspiraci6n humana".
La practica clinica da gran enfasis   a la correcta   interdigitaci6n de las cuspides de
los dientes superiores e   inferiores y a la   definici6n y significado de var ias r elaciones
y movimientos mandibulares.   Es   algo par ad6jico que tales conceptos esten
pr incipalmente basados en observaciones de   las denticiones modernas,   que
representan el resultado final de var ias   presiones selectivas que ocurrieron durante
la evoluci6n del   hombre.   Algunos conceptos moder nos de oclusi6n son insostenibles,
cuando son aplicados alas denticiones del   hombre primitivo 0 de algunas
poblaciones que aun viven en condiciones ambientales similares a aquellas
prevalencientes durante   la mayor parte de   la   existencia de la especie humana.
En el hombre moderno   10s requer imientos a la f unci6n masticator ia fueron
grandemente reducidos par    las tecnicas de cocci6n,   utilizaci6n de cubiertos y la
rapida disponibilidad de alimentos procesados y r  ef inados.   La situaci6n,   mientras
tanto, no fue siempre   la misma;   bajo   condiciones   ambientales dif  f ciles
experimentadas por varias poblaciones   humanas pr imitivas,   la habilidad de
adaptarse con   I~s presiones masticator ias   tuvo importante valor para   la
superviviencia.   Debido a la natural variaci6n   ar r iba   referida,   algunos individuos de
una poblaci6n se adaptar on a su ambiente con mas exito que otros y asf   tuvieron
mejores condiciones de sobrevivir y tr ansmitir sus   patrimonios geneticos a sus
descendientes.
Durante la evoluci6n humana,   las estructur as masticatorias fuer on sometidas a
 
obtenci6n, preparaci6n y consumo del alimento. Comparaciones del material 6seo
que representan al hombre de la epoca prehist6rica y las poblaciones intermedias
que existieron hasta el hombre moderno civilizado, revelan la extensi6n de los
cambios que tuvieron lugar en la morfologfa CraneD facial, particularmente en las
estructuras masticatorias. Debido a sus funciones basicas de preparaci6n de  la comida
para la   ingesti6n,   los dientes y la mandibula estuvieron comprometidos en estos
cambios en forma considerable.   De modo general hubo una reducci6n en el tamano
de los dientes y una disminuci6n del crecimiento de la musculatura facial.   Como
consecuencia, el prognatismo alveolar ,   que es una caracteristica de las poblaciones
mas primitivas, se redujo.   EI proceso de evoluci6n tambien afect6 las caracteristicas
morfol6gicas de las coronas dentarias, el tamano y la forma de los arcos dentarios,
el orden de los dientes dentro del arco dentario y el modo de la oclusi6n dental.
La musculatura mandibular, el sistema de la ATM y la funci6n masticatoria tambien
fueron afectadas.
Una de las caracteristicas dentarias mas impresionantes en el hombre prirhitivo, es
la presencia casi universal del amplio uso oclusal e interproximal.   La
atrici6n, causada por la combinaci6n de funci6n mandibular vigorosa y la inclusi6n
de sustancias abrasivas en la alimentaci6n, se iniciaba desde la tierna edad, tan
pronto los dientes deciduos erupcionaban, y continuaba hasta la muerte.   Hasta un
cierto per[odo, la atrici6n dentaria era un proceso fisiol6gico natural que tenia
consecuencias beneficas en   1 0   que respecta a la oclusi6n dental y a la eficiencia
masticatoria.   Sin embargo, cuando la extensi6n   0 grado de atrici6n excedi6 la
capacidad de las estructuras masticatorias para adaptarse al creciente "stress"
oclusal, el resultado fue frecuentemente una degeneraci6n   0 cambio patol6gico de
una forma u otra.   Bajo tales condiciones,   el modo de la oclusi6n dental fue
continuamente cambiando en el decorrer de la vida; era, de hecho, una oclusi6n
funcionando natural mente.   La habilidad de adaptaci6n del individuo, sometido a un
"stress"   oclusal severo,   fue determinante del ajuste reproductivo.
Las estructuras masticatorias humanas se adaptan al "stress" ambiental de dos
maneras principales.   Primeramente hay el atributo somatico de la plasticidad
fisiol6gica, que posibilita al individuo ajustarse alas demandas funcionales en
transformaci6n. Ejemplos de este mecanisme para mantener la homeostasis en el
sistema masticatorio incluyen el desarrollo de la robustez 6sea, musculos
mandibulares poderosos y patrones efectivos de movimientos mandibulares en
respuesta a la solicitud de una masticaci6n vigorosa.   Adaptaciones para aumentar 
los requisitos funcionales en la dentici6n son tambien notados en el desarrollo del
soporte periodontal y alveolar resilente,   en la formaci6n de la dentina secundaria,
en presencia de la atrici6n dentaria y en el remodelado de las superficies articulares
de la ATM.   Sin embargo,   la plasticidad fisiol6gica no es ilimitada y, como sera
demcstrado mas tarde, procesos degenerativos y patol6gicos pueden resultar de
excesivas cargas oclusales.
EI segundo metoda de adaptaci6n al medio es genetico, que es el agente para el
cambio evolutivo en las estructuras masticatorias.   Una constituci6n genetica mas
favorable posibilita a ciertos individuos adaptarse al medio ambiente mejor que otros,
favorable posibilita a ciertos individuos adaptarse al medio ambiente mejor que otros,
posiblemente por la plasticidad fisiol6gica acentuada.
 
Por otra parte, la susceptibilidad a condiciones debilitantes,   interfiriendo con la
eficiencia masticataria,   por ejemplo:   severa maloclusi6n,   car ies,   patologf a mandibular 
o enfermedad degenerativa de la ATM,   serian desventajosas bajo condiciones
ambientales diffciles,   conduciendo a un reducido ajuste reproductivo.
 Avances tecnol6gicos, tales como el uso de armas y herramientas para obtener  
alimentos y el   desarrollo de metodos mas avanzados de preparaci6n y cocci6n de
alimentos,   redujeron el   "stress"   ambiental en   las estructuras dentarias del   hombre.
EI   perfeccionamiento en la organizaci6n social y el desarrollo de   las comunidades
agr f colas desemperiaron un papel similar. Fuertes exigencias al   sistema masticatorio
no son caracterfsticas de los habitantes de   las ciudades moder nas y,   como
consecuencia,   la eficiencia dentaria tiene poco valor de supervivencia actual mente.
No debe sarprender ,   par 10 tanto,   que las denticiones de muchas poblaciones
recientes,   comparadas con aquellas de sus ancestros,   que eran cazadores y
 juntaban alimentos de forma n6mada,   denoten evidencia de reducida funci6n y
eficiencia masticataria,   conjuntamente con una creciente prevalencia de
maloclusiones,   caries y enfermedades periodontales.   Ademas,   la habilidad del
especialista en odontologfa redujo en el hombre moderno la dependencia de la
oclusi6n natural para sobrevivir.
En varios aspectos,   los Clbarfgenes Australianos conservan caracter [sticas
morfol6gicas y funcionales de   los maxi lares y de   la dentici6n que estan mas pr6ximas
a   las de nuestros ancestros del final del Pleistoceno que a   las de muchas otras
poblaciones modernas.   BEGG (1954) elabar6,   apoyandose en este concepto,   su
trabajo clasico titulado   "La Oentici6n del Hombre de la Edad de Piedra",   que form6
la base de la f  ilosof f a del tratamiento ortod6ncico de BEGG (BEGG Y KESLING,
1977).
 
EI  esqueleto facial del   aborigen Australiano presenta una morfologfa que esta en
relaci6n con el poder oso y bien desarrollado sistema masticatorio (Fig. 1).   Los
pr ocesos alveolares del   maxilar y de la mandfbula son prorriinentes,   y traen como
consecuencia el   conocido prognatismo facial medio de esta poblaci6n,   el cual tiende
a ser mas impresionante en las mujeres.   EI paladar es amplio,   pero el cuerpo de
la mandf bula no es par  ticularmente grande,   de tal manera que la prominencia
alveolar da una falsa impresi6n de un ment6n subdesarrollado.   En contraste,   la rama
de   la   mandf bula es ancha con un   "notch"   sigmoide,   suave,   que refleja   los musculos
masticatorios fuertemente desarrollados.   Mas a~n,   la fosa infratemporal es
normal mente profunda y,   en varias especies,   el   proceso coronoide de la mandfbula
no se extiende tan alto como el   proceso zigomatico.   Estas caracterfsticas
morfol6gicas permiten las amplias excursiones de la mandfbula durante la poderosa
f ase   de molienda del   cicio masticatorio.
Fig 2 - Maxilares   y   Dentici6n de
un aborigen australiano.
La dentici6n de los abor f genes Australianos se caracteriza por dientes anchos y
arcos dentar ios bien formados   (Fig. 2).   Los diametros dentarios mesiodistal y
bucolingual   son considerablemente mayores en los aborfgenes que en la mayorfa
de las poblaciones modernas,   tanto en las denticiones deciduas como en las
permanentes (TOWNSEND   y   BROWN,   1979;   MARGETIS Y BROWN,   1978).   Se han
hallado variaciones regionales en el tamano de los dientes en todo el continente y
es inter esante el que los valores se superponen a aquellos encontrados en los
especf menes   Neanderthal y   en algunos casos,   incluso a los de   las denticiones del
Homo Erectus de dientes grandes (BRACE, 1980;   SMITH,   BROWN Y WOOD,   1981).
 Asf   mismo se ha visto,   en otras poblaciones.   que los diametros de los dientes son
mayor es en los hombres que en las mu jeres aborfgenes. particularmente por las
dirnensiones bucolinguales,   y que los caninos superiores e inferiores permanentes
presentan   mayores diferencias en el tamano mesiodistal y bucolingual que otros
dientes.   EI   porcentaje global de dimorfismo esta expresado como el porcentaje por 
el   cual el tamano del diente medio en los hombres excede al de las mujeres.
promedios de 3.1 y 4.2 %,   respectivamente,   para diametros mesiodistal y   ,
 
pronunciado en   la d€ntici6n decidua,   pues son   2.4   y   3.7   %   los niveles
correspondientes.
Como resultado de   los grandes   diametr os dentar ios,   las dimensiones del arco
dentar io son tam bien grandes   en los abor fgenes,   y   presentan diferencias en relaci6n
al   sexo,   tanto en   la   longitud   como   en   el   ancho del ar co.   Las dimensiones del   arco
no son estaticas despues de   la erupci6n   de   los dientes permanentes,   pues sufren
continuos cambios   con la edad,   que   consisten en una   reducci6n de   la   longitud del
arco,   un   aumento en la anchura del   mismo   y,   como consecuencia,   modificaci6n   en
su forma Normalmente   105 arcos dentarios son bien for mados   y   simetr icos,   pera
el apinamiento dentar io   y   otras irregular idades oclusales   no son tan   r ar as   BEGG (1954)
estudi6 apr  oximadamente 800 cr  aneos,   presentan al   hombr e abor igen antes
del contacto con   los eur opeos,   y   descr ibi6 que   la f r ecuencia   de   maloclusiones
clasificada   por   el   sistema   Angle no   dif iere de aquellas   de otr as poblaciones,   esto es,
12  %   con Clase   II,   Divisi6n   1;   1  %   con Clase II,   Divisi6n 2,   y   3  %   con
Clase   III.
Un analisis mas detallado del apinamiento dentario   en   varias   poblaciones fue
relatado por BJORK   y   HELM (1969).   Los aborigenes estudiados por   estos autores
vivf an en pueblos   y,   en   la ausencia de   atrici6n   dentar ia sever a,   podrian ser 
esperadas muestras mas frecuentes de   apinamiento   dentario que en los aborfgenes
n6madas;   sin embargo,   los hallazgos   (Cuadr a 1)   indican que los abor  f genes   y   los
Bantus sudaf ricanos muestran considerablemente menos maloclusi6n   y   apinamiento
dentario que otras poblaciones.   Una   comparaci6n   mas   r eciente del mismo grupo
de   abor f genes efectuada por   HELM   (1979) confir m6 10 descubierto anteriormente:
que   los abor f genes Australianos pr  esentan   menor    fr ecuencia de apinamiento
dentar io que los Dinamarqueses   moder nos   y   aproximadamente la misma que 16s
craneos Dinamarqueses medievales de   los siglos XII   al XVI   (Cuadro 2).   Estas
comparaciones   indican   que   el   crecimiento del apinamiento dentar io   y   maloclusi6n
son   consecuencias   de   la transici6n gradual   del   estilo de vida primitivo, con alimento
bruto,   que demandaba una masticaci6n   vigor osa,   al presente   que se usa alimentos
ref inados   y   preprocesados.
Total   de   Apinamiento Apinamiento
 Abor igenes   Austr alianos   53   11   21
Bantus   52   2   5
Quechuas   78   26   33
Navajos 93   29   25
Chinos   67   25   28
Japoneses   80   28   50
Dinamarqueses 78 29   25
• Estudios de   B J O r k   v Helm   (1969)
• Estudios de   v Helm   (1969)
 
CUADRO 2 - Frecuencia de A pii'iamiento Dentario en l os Dinamarqueses
Modernos, Medievales   y   Aborfgenes Australianos'
Dinamarqueses   Dinamarqueses   Abor igenes
Region Modernos Medievales   Australianos
%   de   casos   %decasos   %   decasos
Maxilar super ior 24 11 11
Segmento   incisivo superior    17 10   10
Segmento later al superior    12 2 3
Mandibula   33 23 18
Segmento later al mandibular 23   13 10
• Estudios   de   Helm   (1979)
Cuando vivia bajo condiciones   naturales,   el aborigen Australiano conservaba   la mayor 
parte de sus dientes en un estado de actividad funcional en el transcurso de la vida .
Una excepci6n era la extracci6n ceremonial de un incisivo superior    0 la ocasional
perdida de dientes por trauma   0 enfermedad. Las caries fueron extremadamente
raras en comparaci6n con los patrones modernos; aunque algunas veces ocurriera
una perdida parcial de la dentadura,   particularmente en edades avanzadas debido
a infecciones pulpares resultantes de procesos por usa ocl!Jsal ,   los dientes restantes
eran utilizados con eficacia razonable.   Hay evidencia,   en muchos especfmenes de
museo,   de procesos de uso incluyendo las rafces de los dientes,   que,   en algunos
casos, Ilegaron a un plano horizontal   de oclusi6n (Fig.   3).
Fig 3 - Dentici6n con atrici6n
severa, perdida de contactos
molares.
molares.
Esa posici6n asumida por    r otaci6n de dientes   severamente utilizados.
frecuentemente denominada   dislocaci6n,   fue descr ita en   detalle por TAYLOR (1963),
que not6 dicha condici6n en   craneos Morior i   y Maori   de   la regi6n del   Pacif ico.   EI
entendi6   que tal dislocaci6n result6 de   las   f uerzas   cortantes.   generadas   por   las
inclinaciones   ocluso-bucales de los dientes   inferior es   durante   la masticaci6n
vigorosa.   particularmente si la par te vestibular del   alveolo fue debilitada por 
enfermedades.   TAYLOR sugiri6 que la aplicaci6n   de fuer zas de afuera de la boca
tambiE'm podr ian estar envueltas   en   el   proceso   de   dislocaci6n.   Bajo   estas   condiciones
de uso vigoroso,   no es sorprendente que   las relaciones oclusales de los aborigenes
continuamente cambiaran de la infancia a   la edad avanzada.
 Antes del contacto con   los europeos,   los abor f genes Australianos er an   cazadores
n6madas y colector es de alimentos,   un modo de vida condicionado por   la regi6n.
clima y fuentes de alimentos disponibles peri6dicamente.   La vida era habitualmente
muy dura,   en   par ticular en   las areas deser ticas del   continente,   don de el   bajo   fndice
pluviometr ico   f recuentemente conduj6 a una escasez de alimento y agua.
Consecuentemente la mayor parte del tiempo de   los abor f genes fue dedicada a   la
lucha diar ia por    la comida.   un ejercicio que exigf a una   notable habilidad y
conocimiento de la tierra.   su fauna y flora   (CAMPBELL,   SIMPSON,   CORNELL   Y
BARRET,   1954). Tfpicamente,   los aborigenes vagaban por su territor io tribal   en
pequenos grupos familiares y paraban en algun punta apenas por el tiempo que
los recursos naturales per mitf an.   antes de mudarse para un nuevo sitio.   EI hombre
era   el cazador    (de cuya habilidad depend   fa el   grupo)   par a cacerfas   de gr an
magnitud.   Las mujeres,   acompanadas por   los ninos,   eran responsables de la
acumulaci6n de provisiones.   como frutos silvestres,   semillas,   raices comestibles.
pequenos reptiles y otros alimentos del desierto,   que eran usados para
complementar    los recursos familiares. En las   r egiones costeras y a   10   largo de   los
rfos,   las tribus aborfgenes tuvieron mas exito que los grupos habitantes del desierto;
en estos casos.   habf a usual mente una abundancia de marsupiales,   pajaros,   reptiles
y peces que pr ove   f an alimentaci6n adecuada,   asf   como   numerosas plantas y sus
productos.
Los metodos de preparaci6n de alimentos y su cocci6n eran primitivos y no variaban
significativamente en todo el continente. Muchos alimentos eran consumidos crudos.
particularmente las plantas y sus frutos. Los alimentos ani males recibfan un minimo
de cocci6n directamente al fuego o.   en caso de cacerfa grande.   en homos en la
tierra de arena caliente y cenizas.   Las semi lias eran partidas entre piedras hasta
volverlas harina y eran mezcladas con agua,   para formar una pasta gruesa antes
de ser cocinadas sobre ceniza caliente.   Los abor igenes no usaban utensilios para
comer y empleaban exclusivamente sus manos y dientes. La preparaci6n y metodos
de cocimiento,   inevitablemente.   incluian materiales abrasivos en la comida.   10   cual
lIevaba a un progresivo desgaste de los dientes y cambios en las relaciones
oclusales que son tfpicas de pueblos que viven en tales condiciones.
Es interesante hacer notar que la caries en las comunidades aborfgenes creci6
 
de hasta 70 %   en los pueblos habitantes de colonias contrasta grandemente con
la   situaci6n   comprobada en   mater ial existente en museos,   donde apenas   14 %
aproximadamente de los especf menes fueron afectados par la car ies (BROWN,
1974).
Los movimientos masticatorios fuer on estudiados en los aborfgenes Australianos par 
la obser vaci6n directa y el analisis de registros cinematograficos   (BARRET,   1956).
Una descripci6n detallada par BEYRON (1964) revel6 una relaci6n pr6xima entre
el patr6n de los movimientos masticator ios y las condiciones oclusales de los
aborfgenes.   Comparaciones realizadas entre europeos modernos y abor f genes
indicaron algunas diferencias importantes entre   los dos grupos,   particularmente en
la medida de   las excursiones mandibular es durante la masticaci6n.   La descr ipci6n
a seguir esta basada,   pr incipalmente,   en el trabajo de BEYRON.
En  los movimientos de la maridibula de   los aborfgenes,   cuando   la boca esta vacf a,
generalmente no hay restricciones,   ni la asimetr f a frecuentemente   obser vada en los
europeos   de hay.   Par ejemplo,   los   movir nientos   de apertura y   cierre habituales   son
realizados regularmente sin ningun desvf o acentuado de la   Ifnea media.   Las
excursiones laterales son amplias en extensi6n y pueden ser hechas para ambos
lados can   igual facilidad.   Una caracterfstica particular de las excur siones laterales
es el f ntimo contacto entre   los dientes opuestos   .en el lado de trabajo;   en   varios
individuos este   contacto se extiende de los molares alas   incisivos.   La extensi6n
de estos contactos del lado de trabajo parece aumentar can la edad,   probablemente
como resultado de atrici6n oclusal progresiva,   pero en individuos j6venes los
contactos son mas extensos que en muchos europeos modernos sin atr ici6n.   Los
contactos en   la   r egi6n anterior son tambien extensos en posici6n pr otrusiva de   la
mandfbula.
La aprehension y el corte del alimento que precede a la molienda masticatoria en
la preparacion para la deglucion,son importantes y poderosas en los aborigenes.   Par 
ejemplo,   un pedazo grande de carne es asegurado en las manos y agarrado entre
los dientes canino e incisivo.   La incision de la carne es ejecutada efectivamente par 
el usa vigoroso de   numerosos musculos,   incluyendo aquellos del brazo,   mandibula,
cuello y hombros.   La porcion cortada es posicionada entre las superficies del diente
par la musculatura de ·Ios labios y de la lengua.
La masticacion es hecha alternadamente en los lados derecho e   izquierdo can
extraordinaria regularidad,   siendo el alimento pasado del uno al otro lado por la
acci6n coordinada de los car riilos,   labios y lengua.   Usual mente de 2 a 4 ciclos
masticator ios,   de   1   segundo   de duraci6n cada uno,   son ejecutados de un   lade y
entonces la comida es pasada al  otro   lado para un numero igual   de ciclos.   EI patron
es   r epetido hasta que la comida este lista para ser ingerida.   En los aborfgenes los
labios quedan separados durante la masticaci6n.
Un cicio masticator io tf pico es mostrado en   la Fig.   4,   que fue constr uida a partir 
de registros cinematogr af icos   de un aborigen que tenia perdida del   incisivo central
superior derecho.   EI cicio varia de tamano, forma y duraci6n de individuo a individuo
y,   peri6dicamente,   en el mismo individuo,   de acuerdo can la clase de alimento y
la actividad de la musculatura mandibular  Sin embargo   para la mayor r a   un modelo
la  actividad   de la musculatura mandibular .   Sin embargo,   para   la mayor r a,   un modelo
 
un abor igen austr aliano.   EI camino del
contacto dentario durante la   molienda
vacia   es demostr ado en la   parte
superior 
Un cicio masticatorio tf pico comienza con una fase de apertura,   en   la cual la
mandibula se aparta del contacto dentario junto a una linea pr6xima de la linea media ,
pero cruzando gradualmente para el lado masticatorio   0 del alimento.   EI punta incisivo
frecuentemente se mueve en direcci6n al lado contrario al del alimento por un corto
espacio de tiempo y en el comienzo de la fase de apertura.   La apertura total de la
mandfbula,   indicada por el movimiento del incisivo hacia afuera de la posici6n
intercuspidea,   raramente excede el minima necesario para agarrar el bolo alimenticio .
En los aborfgenes esa distancia es de 17.6 mm de promedio,   aproximadamente la
misma verificada en los europeos,   siendo un poco mayor en los individuos mas
 j6venes (18.4 mm) que en los mas viejos   (15.4 mm).   Debido al hecho de no haber 
ninguna resistencia acentuada a la apertura de la mandfbula ,   esta fase del cicio
masticatorio da mayor velocidad al movimiento y ocupa ,   aproximadamente,   el 35   %
de todo el cicio. La velocidad de la mandfbula disminuye al haber contacto con el
bolo alimenticio en el f inal de la fase de apertura.
La fase de cierre del cicio masticatorio comienza cuando el alimento es fragmentado
y la mandibula se mueve mas en direcci6n al lado del   alimento. Una considerable
presi6n es generada entre los dientes durante el cierre de la mandibula y las
caracter f sticas del movimiento,   tales como presi6n,   desvfo lateral y velocidad,
dependen del   tamano,   forma y dureza de la comida,   tanto   como de   las
caracter f sticas morfol6gic.as de   los maxi lares y de   los dientes.   Es interesante que
individuos aborfgenes,   al masticar carne,   presenten un desvfo mandibular lateral
de aproximadamente 5.2 mm para todos   los grupos de edades,   signif icativamente
mayor que los 3-4 mm verificados en europeos (HILDEBRAND,   1931).   EI  mayor 
desvio lateral ocurre usualmente,   en una posici6n mas craneal en aborfgenes que
en europeos,   en   los cuales una caracterfstica   gala de lagrima   patr6n puede   ser 
reconocida con   el mayor balance lateral situado por debajo de la   mitad del   cicio
masticatorio.   La fase de fragmentaci6n termina con   los  dientes pr6ximos a   la posici6n
intercuspfdea   cuando comienza la   molienda f inal
intercuspfdea,   cuando comienza la   molienda   f inal.
 
EI contacto con el diente ocurre,   durante   la fase de molienda f  inal,   en   muchos,   pero
no en todos   los ciclos masticatarios.   Cuando esto   sucede,   la trayectoria del  movimiento
de   los incisivos coincide en algun trecho con el  aline<;lmiento producido por el contacto
dentar io en los movimientos vaclos   de la   mandfbula.   Este trecho de   la trayector ia
incisiva es moder adamente constante en   todos los ciclos de la masticaci6n,   pero
ocasionalmente la pr esencia   de   finas   partfculas entr e los dientes dara origen a
pequenos movimientos oscilatarios durante el final   de   la f ase de molienda.   La distancia
en la cual   el cicio masticatorio   car responde a la tr  ayectoria de contacto de
deslizamiento varia en difer entes ciclos.   Algunas veces,   las dos Ifneas coinciden en
apenas un punto,   per o en muchos ciclos la coincidencia ocurre en algun trecho lateral
a la posici6n intercuspidea y continua   hasta Ilegar a esa posici6n.   Esa distancia
pr omedio es  de 2.8   mm   en  el abor igen   cuando mastica carne y no varia sustancialmente
en los dif er entes grupos de edades.   Como resultado de una forma cuspfdea mas
plana,   el angulo de contacto de deslizamiento es moderadamente raso en los
abor igenes comparado con europeos y decrece con   la edad y reducci6n de   las
cuspides par el usa   del diente.   Las dimensiones del cicio masticatorio en los
abor f genes,   como fue deter minado   por   BEYRON (1964),   estan indicadas en el
Cuadr a 3.
 AUSTRALIANOS DURANTE LA MASTICACION DE CARNE
NQ   VALOR MEDIO   DESVIO   P ADRON
Cicio   de   dimension   vertical   26   17,6mm   2,5mm
Mayor dimension lateral de la
linea   media   26   5,2mm   O,8mm
*   Distancia   cor respondiente,
zamiento suave ("alide")** 26   2,8mm   0,4 mm
*   Estudios   de BEYRON (1964)
**   Nota   del traductor - "alide":   contacto de  deslizamiento   suave.
En resumen,   el patr6n masticatorio en   los abarfgenes difiere del   comunmente
observado en   europeos hoy dfa.   La masticaci6n se alterna regularmente entre los
lados   der echo   e izquier do con   una trayectoria de movimiento que tiene una amplia
forma   oval.   EI   paso   later al de   la mandf bula,   durante la masticaci6n,   es
consider ablemente   mayor en los   abar f genes,   pero   la apertura   maxima no difier e
mucho de   la   de   los europeos.   EI   contacto dentario ocurre en muchos   ciclos
masticatarios,   usual mente   de un punta aproximado a 2.8 mm lateral a la posici6n
intercuspidea, a partir de la cual la   mandfbula es guiada par las inclinaciones
cuspfdica e. incisiva de r  egreso a la posici6n intercuspidea. La presencia de facetas
recf pr acas en la   mandf bula y prominencia post-glenoidea en el   material   6seo de
los   abarf genes   relatados por MURPHY (1956) sugiere que,   dur ante   la   f ase de cierr e
del   cicio masticatorio,   el c6ndilo que soporta la carga del   lado   del   alimef 1to gira y
es apretado contra la tuberosidad
es apretado   contra   la tuberosidad.
 
Una relacion simplificada de algunos de   los deter minantes   del   desarrollo oclusal   y
f uncion que son   relevantes a la practica clinica es mostrada en  el   Cuadro 4.   Estos
determinantes son agrupados bajo dos categar f as principales,   crecimiento
relacionado y   f uncion relacionada, aunque es necesario enfatizar que el cr ecimiento
y funcion son apenas interdependientes,   ya que cada uno esta sujeto a un control
genetico total,   que   es modificado   en una variacion de grados par   las inf luencias
ambientales.
Variaciones   en el   tamano y forma dentaria   -   inf luencias   geneticas y   del   medio
ambiente.
Coardinacion del tamano del diente   'durMte el desarrollo.
Velocidad y secuencia de erupcion y exfoliacion dentaria.
Direccion y amplitud de las rotaciones maxi lares durante   el cr ecimiento.
Desarrollo alveolar    y   migraciones dentarias.
Desarr ollo compensatorio alveolar .
Desarrollo de los patrones neuromusculares.
Pr esiones musculares periorales y desarrollo   alveolar 
Perdida prematura de dientes deciduos
Reduccion del tamano del diente por atricion.
Perdida dentaria y migracion.
Condiciones patologicas de los dientes,   de los maxilares,   musculos y
articulaciones. Adaptacion a las condiciones de cambios oclusales.
En esta parte,   el desarrollo oclusal es considerado por la referencia a la informacion
recogida durante un estudio del crecimiento longitudinal en ninos abarigenes
 Australianos que vivfan en Yuendumu, lugar proximo al   centro del continente
(BROWN y BARRET,   1973).   Yuendumu fue constituf da en 1946 por el   gobierno
 Australiano como una reserva para los aborfgenes que estaban dejando sus tierras
tr ibales. Grupos de investigadores de la Universidad de Adelaide visitaron Yuendumu
regularmente entre 1951 y 1971 para investigaciones tanto dentarias como otras.
Durante estos anos,   la poblacion de Yuendumu estaba en un momento cultur al de
transicion de una forma nomada de vida,   donde los metodos tradicionales de cacerfa
y obtencion de alimentos predominaban, a una e?<istenciamas protegida con la
y obtencion de alimentos predominaban,   a una e?<istenciamas protegida con   la
adopci6n de habitos alimenticios europeos.
 
Var ias ventajas se agregaron a partir del   estudio del desarrollo dental   en   estos   ninos.
Matrimonios entr e   tribus f uer on raros en esta sociedad aborigen;   por   eso,   la poblaci6n
es relativamente   homogenea desde el   punta de vista genetico,   compar ado con   la
mayor f a   de los otros   estudios   r elatados del   desarrollo dentar io.   Mas aun,   el   habito
de   la poligamia nos posibilit6 estudiar aspectos geneticos de   la morfologf a dentaria
por   la reuni6n y analisis de documentos de medios-hermanos, esto   es,   ninos con   el
mismo padr e   y diferente madre.   Otra ventaja de la poblaci6n de Yuendumu r eside
en  el hecho de la relativa ausencia de caries en los ninos,   de tal manera que la perdida
pr ematura de dientes deciduos era un raro acontecimiento.   A pesar del consumo
cr eciente de carbohidratos r efinados   y   otras comidas procesadas,   BARRET y
WilLIAMSON   (1972) verificaron que el  74 %   de 149 ninos examinados no   pr esentaban
caries en los   dientes deciduos,   que af ectaban menos del 4  %   de   los dientes
examinados.   Ellos concluyeron que   la poblaci6n joven de Yuendumu   tiene la menor 
f r ecuencia de   caries del mundo.
EI estudio de crecimiento en Yuendumu da elementos para el estudio del desarrollo
dentario en una sola poblaci6n,   cuyo primer contacto con una sociedad europea
es relativamente reciente.   Estos   .elementos pueden ser complementados con la
abundante colecci6n de craneos abar  f genes en el museD del Sur de Australia para
demostrar la modificaci6n y la adaptaci6n en   la dentici6n despues del   usa oclusal
severo.
EI   tamano de los dientes se cree es.  determinado par una forma poligenetica de
herencia, esto es,   los pequenos efectos acumulados de un   numero de genes
actuando juntos (BAILlT,   1975;   HARRIS,   1975;   TOWNSEND   Y   BROWN,   1978). Sin
embargo,   efectos ambientales tambien pueden superponerse de   tal   manera,   que
la variaci6n continua,   observada en el   diametro de   los dientes, puede ser vista como
originada de una multiplicidad de factares de la inter-relaci6n entre genes y el medio
ambiente.   Un diente en desarrollo es expuesto a inf luencias ambientales,   desde   la
etapa de diferenciaci6n celular hasta que la calcificaci6n de   la corona y de las raf ces
se complete. la salud de la madre es importante durante la farmaci6n de los dientes
deciduos,   que es esencialmente un pr oceso prenatal,   pero no sucede   1 0   mismo con
los dientes permanentes,   que son mucho   mas   susceptibles   al medio   ambiente
postnatal.
EI  tamano de   los dientes es,   sin duda,   una determinante   importante de   la   f unci6n
y mor f ologf a oclusal.   En especial,   el   tamano relativo de los   dientes deciduos y sus
sucesores permanentes determinan,   en parte,   el espacio disponible par a la erupci6n
y   subsecuente alineamiento de los dientes permanentes en   los arcos derltarios. En
anos recientes,   muchos estudios trataron de aclarar la contribuci6n relativa de los
genes y del   medio ambiente para el control y coardinaci6n de la variaci6n del tamano
del diente
del   diente.
 
CUADRa N25 - Valores Promedios Estimados de las Contribuciones a la Variabilidad
del Tamaiio Dentario en Aborigenes Australianos.1
Contribuci6n   MediaAmbiente   MediaAmbiente
Genetica   Gamun   Familiar 
~
Estimaciones hechas de las contribuciones geneticas y ambientales ,   en relaci6n al
tamano de los dientes de los aborfgenes Australianos de Yuendumu ,   estan recogidas
en el   Cuadro 5,   usando informaciones suministradas por TOWNSEND (1980) EI
componente genetico aditivo, que habla respecto a los efectos acumulados de los
genes,   es responsable por aproximadamente el 60  %   de la variabilidad del tamano
del   diente en las dos denticiones.   Es interesante observar ,   que el componente
genetico aditivo parece ser un poco mayor para los diametros bucolinguales que
para los mesiodistales. EI medio ambiente comun es a veces limitado al efecto
maternal,   como indica el componente de variabilidad del tamano del   diente en
hermanos provenientes del mismo ambiente intrauter ino.   EI   medio ambiente comun
explica una   proporci6n muy superior de variaci6n en la dentici6n decidua ,   de
aproximadamente 15%,   com parada con la permanente,   6%.   Esto puede ser 
explicado por las diferencias en el momento de calcificaci6n de los dientes ,   que
es predominantemente prenatal en la dentici6n decidua y postnatal en la
permanente.   Las necesidades de espacios son probablemente menos crfticas para
el desarrollo de los dientes deciduos, que alcanzan su mayor tamano potencia l   con
menos interacci6n que para el de los dientes permanentes .   EI tercer componente
de variabilidad es el ambiente familiar ;   simplemente indica la proporci6n debida a
otros efectos que no son   la contribuci6n genetica y el   medio ambiente comun.
Corresponde al 30% en cada dentici6n.
Los factores geneticos son importantes en la determinaci6n de la variabilidad d el
tamano del diente,   pero no probablemente hasta el punta algunas veces sugerido.
La naturaleza'   multifactorial del tamano del diente puede ser resumida en los
aborfgenes Australianos como sigue: la variaci6n del factor genetico corresponde
aborfgenes Australianos como sigue:   la variaci6n del   factor genetico corresponde
 
aproximadamente 58  %   en   la decidua. EI medio ambiente materno es tambien
importante, contribuyendo con el 15 %   en la dentici6n decidua, aunque con un 6 %
en la permanente.
EI desarrollo dental, como otros procesos de crecimiento en el cuerpo,   es coordinado
en 10que respecta al tiempo y a la secuencia de la calcificaci6n dentaria,   crecimiento
y   erupci6n.   Ademas hay evidencia de que los tamanos relativos de los dientes
adyacentes y oponentes son regulados.   Los mecanismos de coordinaci6n actuan
durante todo el perfodo de desarrollo de ambas denticiones para influir no s610 en
los dientes, sino tam bien en la formaci6n y crecimiento de los maxilares y otras
caracterfsticas craneofaciales.
La naturaleza de las interacciones de1 te jido durante la mortogenesis dental no esta
completamente aclarada,   pero hay evidencia acumulada de que la comunicaci6n
molecular ocurre entre el epitelio dentario y el tejido conectivo subyacente.   La
transmisi6n del RNA de la papila dentaria al epitelio puede desempenar un papel
en la odontogenesis   inicial;   tambien fueron tomadas en cuenta   la acci6n recfproca
entre el colageno y proteoglycans.   Sobre estos t6picos,   ademas del presente texto,
el lector interesado puede consultar literatura de autores,   tales como KOLLAR (1975),
SLAVKIN (1974), TOOLE y·L1NSENMAYER (1975),   OSBORN (1978).
En esta oportunidad,   la discusi6n se   limitara a la consideraci6n del   concepto de
los campos mortogeneticos,   usando como ilustraci6n informaciones derivadas del
estudio del tamano de los dientes de los aborfgenes Australianos.   Los campos
morfogeneticos son considerados regiones en los tejidos en desarrollo bajo un
control genetico directo que determina la diferenciaci6n, crecimiento y morfologfa
de estructuras en formaci6n en el campo.   De esta manera,   los campos
morfogeneticos se cree determinan gradientes mortol6gicos en el tamano de la forma
de estructuras vecinas en una serie, por ejem., falanges,   vertebras 0 dientes. Este
concepto fue originalmente propuesto por BUTLER (1939,   1963),   difundido por 
DAHLBERG (1945) Y revisado por OSBORN (1978) para explicar la ontogenia y
filogenia de la dentici6n del mamffero.   La identificaci6n clara de estos campos
morfogeneticos,   la extensi6n del control genetico y   las interacciones bioqufmicas
envueltas son inciertas, pero no hay duda sobre los patrones de variaci6n del tamano
de los dientes y el punta de correlaci6n de su existencia.   Los estudios de ARYA y
SAVARA (1976) indican que el control de  la formaci6n del diente puede ser afectado
de diversas formas,   de acuerdo con la clase mortol6gica de los dientes,   su posici6n
en la lamina dentaria y la cronologfa de su formaci6n.
Segun la   teorfa de campo,   cada c1ase de diente en la dentici6n del mamffero
contiene un elemento decisivo 0 diente polarizador ,   que es considerado mas estable
en la morfologfa que los dientes adyacentes en la misma area. EI incisivo central
superior y el lateral inferior son los dientes claves en sus areas;   de la misma forma,
el primer premolar y el   primer molar son vistos como dientes c1aves entre las areas
de premolares y molares.
EI concepto de campo molar es bien ilustrado por la referencia alas variabilidades
del tamano del diente en los molares deciduos y permanentes de los aborfgenes
 
CUADRO   N 2   6 - Coeficientes   de   Var iaci6n en los tamanos
de molares de loa   Aborigenes Australianos.1
Mesiodistal   Bucolingual
Superiores
M1 5,0   4,6   4,5   4,4
M2 5,9   5,7   5,4 5,0
M3   6,5 7,0   6,5 6,3
Inf snores
M1   5,0   4,4   4,9 4.6
M2   6,0   5,6   5,1 5.0
M3   8,8 6,9 I
  6,1   6.0
1  Estudios de  TOWSEND   Y   BROWN   (1979) Y   IvlARGETIS Y BROWN (1978)
CUADRO N2 7  -   Correlaci6n del tamano de los diente!! en   dentici6n permanente de
 Aborigenes Australianos.   Diametros mesiodistales encima   de la diagonal,
bucolinguales abajo.
Maxi/ar    superior 
--_.
P2   0,57   0,54 0.59   0,7 5 *   -   0,46 0.58
M1   0,54   0,52   0,51   0,64   0,70   -   0,66<
M2   0.63   0.57   0,59   0,66   0,72   0,77*   -
 
en hombres y mujeres,   la variabilidad en tamano revela un gradiente creciente del
diente clave,   que es el primer molar en la dentici6n permanente y el segundo molar 
en la decidua.   Ademas de esto, hay una tendencia diferente para el primer molar 
permanente ser el ultimo variable en la serie. Estos patrones no son de forma alguna
casuales y ellos mantienen con vigor el concepto de un control morfogenetico sobre
los molares, que es mas fuerte en la regi6n del segundo molar deciduo y primer 
molar permanente,   pero disminuye gradualmente con la distancia del diente clave.
Esta proposici6n es sustentada con la observaci6n clfnica de rutina que los dientes
claves son mas estables   0 uniformes en la morfologia, que sus vecinos.
Otras evidencias de control morfogenetico son verificadas en el patr6n de correlaci6n
de tamano entre dientes permanentes (Cuadro 7).   Cada diente esta mas fuertemente
correlacionado con un diente vecino de la misma clase de dientes que con un vecino
de clase diferente   0 dientes mas distantes.
Por ejemplo,   los incisivos laterales estan mas fuertemente relacionados en tamano
con incisivos centrales que con los caninos;   los dos premolares presentan
correlaci6n mas fuerte entre sf que con sus vecinos, el canino y primer molar;
analogamente con el primero y segundo molar. Los caninos son considerados
usualmente como constituyendo un area canina unica de influencia; de esta manera,
los patrones de correlaci6n son interesantes.   En el maxilar superior, los caninos
presentan una asociaci6n de tamano bastante fuerte con los primeros premolares,
pero en la mandfbula   las correlaciones son mas fuertes con los incisivos laterales.
Este patr6n puede ser asociado con la morfologfa comparativa de los caninos, tal
como los premolares en el maxilar super ior, pero tendiendo a ser incisiforme en la
mandfbula.   Es interesante que en algunos herbfvoros,   por ejem.:   las ovejas, los
caninos inferiores tuvieron una evoluci6n en la morfologfa hasta volverse uno de los
integrantes de la serie incisiva anterior .
Patrones de correlaci6n para diametros dentales en la dentici6n permanente de los
aborigenes Australianos,   como los de variabilidad antes mencionados,   no son
casuales,   pero proporcionan otra evidencia de la coordinaci6n general de los
tamanos de   los dientes en el  desarrollo de   la dentici6n.   A pesar de que los mecanismos
de coordinaci6n no son conocidos, el concepto de campos morfogeneticos
proporciona una hip6tesis util que puede ser comprobada y desarrollada por 
estudios experimentales y. descriptivos.   Para aquellos interesados en campos
morfogeneticos, descripciones mas detalladas basadas en estudios de asimetrfa
dental y analisis factorial   de la dentici6n son suministrados en los informes de
POTTER y otros (1968), lOMBARDI (1975), SUAREZ Y WilLIAMS (1973), BAILIT Y
otros (1970), PERZIGIAN (1977), TOWNSEND Y BROWN (1981).
PARTE VI-   -RELACIONES ENTRE TAMANO DE DIENTES
EI desarrollo dentario coordinado es tam bien evidenciado en las relaciones entre
tamanos de dientes deciduos y permanentes y entre dientes superiores e inferiores.
Las relaciones entre tamanos de dientes son importantes en las fases de desarrollo
oclusal que hablan respecto a la erupci6n y allneaci6n de dientes en las posiciones
esteticas 6ptiq1as y funcionales dentro de los arcos dentarios. Variaciones en la
posici6n y oclusi6n casi ideal pueden resultar de discrepancias en el tamano de
los dientes permanentes, en relaci6n a los precursores deciduos,   0 en el desarrollo
alveolar inadecuado para acomodar todos los dientes sin apinamiento.   '
 
CUADRO   N2   8 - Diferencias en los diametros mesiodistales de dientes deciduos
y permanentes correspondientes y grupos dentarios, expresadas en milimetros.
Per manenles Permanenles
Dienles   Compar ados Maxilar Superior Mandibula
Permanenles   Deciduos   Ninos   Ninas   Ninos   Ninas
11 di1 2,1 1,8 1,2 1,4
12 di2   1,6   1,4 1,5   1,5 C   de   0,9   0,8 1,2 0,8
P1 dm1   0,1 0,3   -lJ,7   -lJ,8
P2   dm2   -2,5   -2,4   -3,3 -3,3 11+12   di 1+di2 3,6 3,1   2,   8   3,2 P1 + P2 I   dm1   +dm2   -2,3 -2,1   -4, °   -4, ° C+P1+P2   de+dm1   +dm2 -1,4   -1,3   -2,8   -3,3 11a P2 I   di1 adm2   2, 2 1,7   -lJ, 2   -lJ, 2
Diferencias en los diametros de la corona mesiodistal   de   los dientes permanentes
y de sus antecesores deciduos en ninos y ninas abor f genes son   mostradas   en el
Cuadro 8.   Las informaciones se originaron de obser vaciones   longitudinales en
modelos disponibles,   representando cada dentici6n,   (BROWN,   MARGETTS Y
TOWSEND,   1980a).   EI patr6n de relaciones de tamano   es similar a aquel conf ir mado
en otros grupos;   p. ejem. grupos caucasicos de Norte America (MOORREES,   1959).
Todos los incisivos y caninos permanentes excedieron a los precursores deciduos
en tamano,   estando las mayores diferencias en el   incisivo central del maxilar superior 
y en incisivo lateral de la mandfbula.   Los caninos presentaron menor diferencia en
el diametro mesiodistal entre dientes permanentes y deciduos.
En el caso de los dientes posteriores,   todos los dientes deciduos excedieron a sus
sucesores permanentes en tamano,   siendo excepci6n el primer premolar del maxilar 
superior ,   que excedi6 ligeramente al primer molar deciduo.   La mayor diferencia de
tamano de 3.3 mm fue verificada en la mandfbula, en la relaci6n entre el segundo
molar deciduo y el segundo premolar.
Los diametros mesiodistales de los dientes deciduos relativos a los sucesores
permaqentes aumentaron progresivamente de la regi6n anter ior para la posterior .
Donde los diametros de los incisivos deciduos estaban,   en promedio de 76 a 80%
de los diametros de los permanentes correspondientes,   la comparaci6n de
porcenta je medio para   los caninos vari6 de 85 a 90   %,   de 99 para 110   %   para el
 
La necesidad y disponibilidad de espacio, durante la erupci6n del diente,   pueden
ser alcanzadas por las relaciones de tamano entre diametros combinados de grupos
dentarios correspondientes de dientes decfduos y permanentes (Cuadro 8).   En los
ninos aborfgenes,   el diametro combinado de los incisivos permanentes excedi6 a
aquellos de los incisivos deciduos en aproximadamente 3 mm.   Mientras tanto que
los diametros combinados de los caninos y molares deciduos excedieron a aquellos
de los dientes permanentes correspondientes en mas de 1 mm. en el maxilar superior 
y aproximadamente 3 mm.   en el maxilar inferior .   Esta diferencia de tamano es
atr ibuf da al   exceso de tamano de   los molares deciduos comparados con el de   los
premolares permanentes.   Cuando los diametros combinados de todos los dientes
fueron comparados,   los dientes permanentes superiores,   del primer incisivo al
segundo premolar ,   excedieron sus precursores deciduos en aproximadamente
2mm Mientras   tanto   en el maxilar    inferior ,   los dientes deciduos eran O.2mm mayores
Relaciones entre tamanos   de dientes presentaron patrones similares en ninos y
ninas.
Los dientes deciduos son sustitufdos durante dos fases de desarrollo,   que son
separadas por un perfodo de reposo.   Durante la primera fase,  que va de 6.3 anos
a 8.5 anos,   en los ninos aborigenes,   y de 5.1 a 8.1 anos,   en las ninas aborfgenes,
los incisivos deciduos son sustitufdos por incisivos permanentes mas grandes.   En
el   desarrollo normal,   el espacio adecuado es puesto a la disposici6n por la
compensaci6n del crecimiento del hueso alveolar ,   que es evidenciado por los
diastemas entre   los incisivos deciduos antes de su exfoliaci6n y sustituci6n.
La fase 2 que se extiende de,   aproximadamente,   9.9 a 1 1.5 anos en los ninos y de
9.1 a 11 .1 anos en las ninas, incluye la erupci6n de los caninos,   premolares y segundos
molares permanentes. En esta fase,   los tamanos relativos de los dientes deciduos y
sus   correspondientes permanentes son importantes determinantes en el   adecuado
desarrollo oclusal.   NANCE   (1947)   us6 el terminG "Ieway space"   para describir el exceso
CUADRO   N2   9 - Comparaci6n del "leeway space" de varias
poblaciones expr esado en milimetros.
Maxilar    Superior    Mandibula Poblaci6n
Ninos   Ninas   Ninos   Ninas
Suecos 4
Japonesess 1,0   0,9   2,9   2,9
Tr istanitas6 1,0   0,8   1,7 1,5 Indios   Pi mass   0,3   0,8   1,8   2,7
• "Leeway space":   calculado de estudio longitudinal 1   BROWN,   MARGETTS and   TOWNSEND (1980ai
2   MOORREES   and CHADHA (19621
I 3 CLINCH (1963)
 
de tamano del canino y molares deciduos en comparaci6n con el canino y premolares
permanentes.   EI destac6 que, cuanto mayor es el "leeway space"   en la mandfbula,
hay mejor movimiento mesial del primer molar inferior en relaci6n al primer molar 
superior el cual estableci6 una mejor relaci6n normal en clase I . En los ninos aborfgenes,
el   "leeway space" es bastante grande en comparaci6n con el de otras poblaciones
(Cuadro 9) y esta caracterfstica es importante en el suministro de espacio para una
 
Modelos dentarios del caso 509,   mostrado en la figura 5,   demuestran desarrollo
oclusal en presencia del "leeway space" adecuado. En este caso ,   los diametros
combinados de los caninos y molares deciduos exceden a los de los sucesores
permanentes,   en mas de 2 mm. en el maxilar y mas de 4 mm en la mandfbula,
dimensiones que eran mayores que el promedio para el grupo .   Espacio adecuado
era disponible para erupciones y alineamientos sin impedimento de   los dientes
permanentes,   como   10   vemos en el   espacio entre caninos,   primeros y segundos
premolar es en edad de 12.7 arios.   EI  alineamiento de los dientes en los arcos
dentarios era excelente en esta niria,sin ninguna evidencia de apiriamiento.
En contraste, la nina aborfgen 586,   cuyos modelos dentarios son mostrados en la
f igura 6,   tuvo una relaci6n menos favorable diente/tamano.   En este caso,   el   "leeway
space"   estaba bien por debajo del promedio del grupo;   el canino y premolares
superiores sobrepasaron a sus precursores deciduos en diametro en casi 1 mm ,
mientras que en la mandf bula el exceso de tamario de los dientes deciduos era de
14mm menos que la mitad del promedio. EI apiriamiento de los premolares
superiores e incisivos inferiores era evidente en la edad de   104  arios;   no obstante,
de alguna forma aliviado 2 arios mas tarde.   Es de hacer notar que el alineamiento
anterior mandibular mejor6 en la edad de   124   arios como resultado del desarrollo
alveolar ,   pero el canino derecho permaneci6 apiriado.
En una secci6n anterior ,   el concepto de campos morfogeneticos,   ejerciendo control
sobre el tamario de. los dientes, fue ilustrado con ejemplos relacionados a la
variabilidad de los diametros mesiodistales y de las correlaciones entre los diametros
de dientes adyacentes.   Este concepto es actualmente extendido con referencia a
la coordinaci6n de tamanos de dientes entre denticiones y entre arcos maxilares y
mandibulares.
CUADRO 10- Correlaciones del tamario dentario de dientes deciduos   y
permanentes de Aborigenes Australianos1
1 2   di2   0,54   0,31 0,38   0,62
C   de   0,25   0,41 0,35   0,42
P,   dm,   0,36   0,41   0,45   0,47
P2   dm2   0,44   0,58   0,42   0,60
I, +   1 2   di, + di2   0,54   0,42
P, + P2   dml + dm2   0,47   0,53
C+P1+P2   de + dm, + dm2   0,49   0,57
I, a P2   di, a dm2   0,65   0,68
1 Contr ibuci6n de   BROWN, MARGETTS Y TOWNSEND (198Gb) sobre estudio de ninos   y   ninas.
EI cuadro 10 muestra   la correlaci6n entr e diametros de dientes que se correspond en
 
odontometricos de BROWN,   MARGETTS Y TOWNSE~~D (1980 b).   No obstante las
correlaciones entr e dientes que se corresponden individual mente son apenas
moderadas, las asociaciones se refuerzan cuando son considerados los diametros
combinados de los grupos de dientes. Es particularmente interesante que el tamario
mesiodistal total, que es la combinaci6n de los diametros de todos los dientes ,
presenta la correlaci6n mas s61ida entre la dentici6n decidua y la permanente .   Esta
observaci6n indica que el tamario individual de los dientes permanentes en relaci6n
a sus antecesores deciduos puede variar considerablemente, el proceso de
desarrollo es coordinado,   de tal manera que el tamario total del diente es mas
rfgidamente contr olado entre denticiones. En general,   las correlaciones entre
denticiones eran mas altas para los diametros bucolinguales que para los
mesiodistales,   indicando una coordinaci6n mas pr6xima entre e l   tamario de   los
dientes deciduos y el de los permanentes para estas dimensiones
Las Asociaciones dentro de una misma dentici6n para el tamano de dientes en los
ninos aborfgenes estan resumidas en el Cuadro   11.   Dientes superiores e inferiores
mostraron mayor coordinaci6n de tamano en ambas denticiones ,   siendo el nivel de
correlaci6n considerablemente mayor que para las asociaciones entre las denticiones
arriba mencionadas.   Las correlaciones fueron mas s6lidas,   cuando los diametros
mesiodistales combinados fueron comparados,   lIegando a un nivel de r   =   0.83 en la
dentici6n decidua y r : 0.85 en la.permanente. La coordinaci6n para el tamano de
dientes bucolingual tendi6 a ser mayor que para mesiodistal .
CUADRO 11- Correlaciones de tamano dentario entre dientes   y   grupos de dientes
correspondientes al maxilar superior e inferior en Aborigenes Australianos  1
o  e.c I'd u  0s   Permanentes
 Mesiodistal   Bucolingual   Mesiodistal   Bucolingual
di)   0, 77   0,  8 9   II   0,  6 7   0, 72
di2   0,  7 1   0, 61   1 2   0, 58   0, 58
de   0, 64   0, 77   C   0,  7 2   0 , 7 5
dml   0, 77   0,  7 4   PI   0, 7 6   0 , 7 0
dm2   0,  7 3   0,  8 4   P2   0, 66   0 , 7 8
M1   0,  6 6   0 , 7 9
M2   0,  7 3   0 , 7 8
di  I +   di2   0, 86   II +   1 2   0,  7 5
dm 1+   dm2   0,  8 2   PI + P2   0, 77
c + dml + dm2   0, 86   C+PI   +P2
I
0, 7 9
dil   a dm2   0, 83   I)   a P2   0, 8 5
 
Las correlaciones de ~amano de dientes   indican un importante aspecto del desarrollo
dentario   relativo al   establecimiento de relaciones oclusales,   principalmente la
existencia   de mecanismos coordinados,   que sirven para mantener relaciones ideales
de   tamano de dientes entre   y   dentro de las denticiones.   No obstante,   haya apenas
coor dinaci6n moderada entr  e los diametros de dientes deciduos,   individual   mente,
y sus   sucesores permanentes,   la coordinaci6n para el tamano total   mesiodistal   es
mucho   mayor .   Las correlaciones entre dientes superiores e   inferiores en   la misma
dentici6n   eran altas,   particularmente para los diametros combinados,   indicando que
la coordinaci6n de desarrollo es mas rigurosa entre dientes de una misma dentici6n
que   entre dientes deciduos y permanentes.
Inf ormaciones comparativas sobre correlaciones de tamano de dientes en otras
poblaciones,   por e jem.,   ninos   blancos norteamericanos (MOORREES y REED,   1964),
indican que   la coordinaci6n de tamano de dientes es par ticularmente consistente
en   los   abor igenes Australianos,   tanto entre denticiones como en las comparaciones
en   una misma dentici6n. Es   pr obable que tal   coordinaci6n sea un mecanisme de
desar r ollo signif icativo en el   establecimiento de relaciones oclusales 6ptimas en
abor f genes.
Exfoliaci6n   y   erupci6n dentaria
La velocidad y   la secuencia de   la formaci6n,   la progresiva calcificaci6n y erupci6n
del   diente   son eventos del   desarrollo que   influencian la morfologia del arco dentario
y las   r elaciones oclusales.   EI  establecimiento de contacto oclusal   ocurre pr6ximo
al   f inal   del   complejo proceso de crecimiento,   que comienza con la diferenciaci6n
del   germen de un diente y continua a traves de su calcificaci6n,   migraci6n en los
maxi lares,   penetraci6n alveolar y alineamiento axial.   Las epocas normales de
erupci6n pueden   ser perturbadas por condiciones orales   locales.   Por ejemplo,   aun
cuando   la extracci6n prematura de un molar deciduo tienda a acelerar la erupci6n
del pr emolar permanente, esta erupci6n puede ser atrasada,   si la perdida ocurriera
en determinadas etapas de la formaci6n de la raiz permanente (MOORREES y otros,
1962)   0 si   la recuperaci6n   -del hueso alveolar ,   despues de la extracci6n,   retardara
la   erupci6n del sucesor    ( ANDO   y   otros,   1965).   La erupci6n de los dientes
permanentes es acompanada por un substancial desarrollo alveolar y por 
migr aciones dentar ias compensator ias,   que son correlacionadas por patrones de
crecimiento de   los maxilares (BJORK y SKIELLER,   1972).   En virtud de que   la
erupci6n dentaria es un importante componente del   desarrollo craneofacial,   fue
estudiada detalladamente a nivel histol6gico y a traves de comparaciones cifnicas
entre diferentes poblaciones (DEMIRJIAN,   1978).   EI momenta oportuno del desarrollo
en la dentici6n es probablemente mas afectado por determinantes geneticos que
por   inf luencias ambientales (DAHLBERG y MAUNSBACH,   1948;   LEWIS y GARN,
1960;   T ANNER,   1962;   GARN,   LEWIS   Y   KEREWSKY, 1965)
Mientras   tanto,   a pesar de que las diferencias raciales en los momentos de erupci6n
f uesen mencionadas un minimo de dos veces como debidas a la nutr  ici6n y nivel
socioecon6mico   (GARN y otros,   1963), ninguna evidencia concluyente de un efecto
genetico f ue encontrada por HIERNAUX (1968)
genetico f ue encontrada por HIERNAUX (1968).
Los patrones de erupci6n de los dientes varian entre diferentes grupos etnicos y
 
per iodicidad,   que e s mas variable que la secuencia.   Tanto las influencias
sistemicas como las condiciones orales   locales   pueden   af ectar el  proceso   de   er upci6n
dental,   causando tanto una aceleraci6n como un retardo,   aunque   los
mecanismos envueltos no   sean   muy bien comprendidos.   Algunos agentes,   afectando
la   er upci6n,   pueden