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GACETA DE LITERATURA Y GRÁFICA NÚMERO 11 DISTRIBUCIÓN GRATUITA CÉSAR NAVARRO Sensaciones I Recorremos con las yemas nuestra dermis, provocando que el placer tonifique estelas en la oscuridad. II Aferrados, tu sonrisa desnuda me pide que el tiempo se detenga, combinación de azules eclipses derramados entre paredes carentes de color. III Separados, siguen su marcha suspiros y sonidos que desprenden burbujas, guardando es su interior palabras que omitimos. LUPITA MÜELLER El tercero El hijo tercero no vino nunca se quedó muerto en el pensamiento Fue muñeco de plástico que escondí en el crepúsculo se lo ofrecí a las nubes para que lo preñaran Lo guardo en mi matriz que fue extraída y mueve sus manitas cuando llora el gallo Entonces lo amamanto con mis canas de oro en el ocaso de las horas que tienen alma. Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo I Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VI Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VIII

Literal Número 11

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Page 1: Literal Número 11

GACETA DE LITERATURA Y GRÁFICA ◊ NÚMERO 11 ◊ DISTRIBUCIÓN GRATUITA

ggaacceettaa ddee lliitteerraattuurraa yy ggrrááffiiccaa.. NNúúmmeerroo 1111 aaggoossttoo ddee 22000044.. Publicación independiente. Las opiniones expresadas en los textos son responsabilidadexclusiva de sus autores y no reflejan las opiniones del equipo editorial. DDiirreecccciióónn:: Jocelyn Pantoja. EEddiicciióónn:: Andrés Márquez. DDiisseeññoo:: Hernán García Crespo.CCoonnsseejjoo EEddiittoorriiaall:: Jorge Jurado, Alejandro Mendoza, Roberto Cruz y Armando Alonso. CCoollaabboorraacciioonneess:: [email protected]

www.kloakas.com/aire/literal

CÉSAR NAVARRO

SensacionesIIRecorremos con las yemasnuestra dermis, provocandoque el placer tonifiqueestelas en la oscuridad.

IIIIAferrados, tu sonrisa desnudame pide que el tiempo se detenga,combinación de azules eclipsesderramados entre paredescarentes de color.

IIIIIISeparados, siguen su marchasuspiros y sonidos que desprendenburbujas, guardando es su interiorpalabras que omitimos. ◊

LUPITA MÜELLER

El tercero El hijo tercero no vino nuncase quedó muerto en el pensamientoFue muñeco de plástico que escondí en el crepúsculose lo ofrecí a las nubespara que lo preñaranLo guardo en mi matrizque fue extraída y muevesus manitas cuando llora el galloEntonces lo amamanto con mis canas de oro en el ocaso de las horas que tienen alma. ◊

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo I

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VI Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VIII

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De dónde viene Adolfo Sánchez Vázquez? Sunombre eminente evoca generaciones de lec-tores y estudiantes que se han formado a la

sombra inteligente de sus cursos y discursos, de susensayos y exposiciones. Viene de lejos pues que, na-cido en Algeciras en 1915, anda rondando los 88años y bajo ese amplio arco cronológico ha podidodevanar la madeja —tan pronto observador, tanpronto protagonista— de la historia, el pensamien-to, la poesía y arte contemporáneos. Ya desde muyjoven aflora en él una noble vocación originaria: lapoesía y las ideas. Este binomio orientará su accióny vocación intelectual: de un lado, la creación de lapolítica (la discusión de la utopía) y las políticas dela creación (por ejemplo, la mercantilización del ar-te). Publica en la revista Octubre, fundada por Ra-fael Alberti, un romance antes de cumplir los 19años, alterna en Madrid, a partir de 1935, con unapléyade de escritores y poetas como Miguel Her-nández, Arturo Serrano Plaja, Rafael Alberti, Ra-món J. Sender, Pablo Neruda, Emilio Prados yManuel Altolaguirre a quien el joven Sánchez Váz-quez entrega un conjunto de poemas: El pulso ar-diendo que finalmente Altolaguirre publicó muchosaños después en 1942 en la ciudad mexicana de Mo-relia. La suerte de estos poemas, escritos en Españaantes de que rompiera la guerra y luego publicadosen México, augura en cierto modo el destino mismode nuestro autor: entre dos tierras, más conocidocomo filósofo y pensador que como poeta, autorque ha ido escribiendo su ensayística desde la posi-ción no siempre cómodo del destierro y del exilio.

La otra vocación a que obedece el itinerariode Adolfo Sánchez Vázquez han sido las ideas, la fi-losofía y la actividad política: interviene en diversosmomentos y movimientos de izquierda, participa enconferencias y congresos, dirige —por encargo deSantiago Carrillo el periódico Ahora (órgano de ex-

presión de las juventudes republicanas con más dedoscientos mil miembros)— y asiste al II CongresoInternacional de Escritores Antifascistas en 1937,junto con grandes personalidades europeas y ameri-canas: Malraux, Tzara, Louis Aragon, StephenSpender, César Vallejo, Alejo Carpentier, OctavioPaz y los españoles Rafael Alberti, José Bergamín,Corpus Barga, otros muchos más.

Gracias a su heroica militancia política, Sán-chez Vázquez es elegido para venir a México en el Si-naí, el primer barco que el gobierno de LázaroCárdenas ofrece a los refugiados para instalarse enMéxico, dejando atrás la España rota de la guerra ylos recuerdos de las visitas a Antonio Machado, aquien el joven Sánchez Vázquez llevaba víveres paraél y para su madre. (Sánchez Vázquez será el prime-ro en leer el soneto que Machado le dedica a Lister.)

Esta última imagen me sirve para apuntarcómo en el Sánchez Vázquez joven la vocaciónpoética y la vocación política se dan la mano y en

ocasiones llegan a confundirse como en los roman-ces que escribió al calor de la guerra. Me he deteni-do en estos perfiles anecdóticos del pensador yfilósofo para subrayar al paso la relación orgánicaque tiene su pensamiento y su ensayística con lapoesía, el arte y la literatura.

¿Cómo situar a Adolfo Sánchez Vázquez?¿Hombre de varios mundos? De una parte el terre-no del poeta es el presente y su materia prima es eltiempo, del otro, el filósofo —y Sánchez Vázquezes conocido sobre todo como filósofo— cuenta suspasos a la luz no del día sino de la razón, entidaddistante y distanciadota que opera en el hombreuna suerte de desdoblamiento que le permite con-trastar sueño y realidad, que le permite orientarseen el mundo y entre los hombres preguntándosepor ejemplo dónde está el Norte, dónde la izquier-da y dónde la derecha, dónde el centro.

Distingo tres grandes canteras o vertientestemáticas en la obra de Sánchez Vázquez: una es lapoesía y la literatura (sus ensayos sobre el “Métodode Sor Juana”, el tiempo en la poesía española y enla poesía de Antonio Machado, por dar algunosejemplos); otro es el asunto del arte y las discusio-nes en torno a la estética. Es aquí donde, a juicio demuchos, Adolfo Sánchez Vázquez ha realizado ge-nuinas aportaciones a través de libros como LasIdeas estéticas de Marx o Conciencia y realidad enla obra de arte. De hecho, casi se podría decir queSánchez Vázquez ha escrito tanto y tan bien sobreestas cuestiones que no sería imposible armar unaantología como la que aquí se comenta, una antolo-gía donde se repasaron las circunstancias de la crea-ción y de la reproducción del arte: A tiempo ydestiempo1 reuniendo los numerosos artículos queha escrito sobre el tema. En el libro aquí comentadodestaca la discusión que practica Sánchez Vázquezen torno a las “Claves de la ideología estética deDiego Rivera”. Sobre este punto Sánchez Vázquezconcluye que en Diego Rivera es notable “su empe-ño en conjugar en el arte la intención ideológica y lacalidad estética, y en el artista, su voluntad de ser-vir y la libertad de creación”. (p. 235)

IIII..Adolfo Sánchez Vázquez pertenece a ese ampliogrupo de hombres y mujeres que empezaron a llegara México desde 1939 buscando en estas latitudes unasilo para su destierro como los poetas José MorenoVilla, Enrique Díez-Canedo, Juan Rojano, PedroGarfias, Juan Larrea, Joaquín y Ramón Xirau, JoséGaos, Lorenzo Varela, Rafael Dieste, María Zam-brano, Eduardo Nicol, Juan David García Bacca,Emilio García Riera, Manuel Pedroso, WenceslaoRoces, José Gallegos Rucafull, Eulalio Ferrer, Vi-cente Rojo, Miguel Prieto, Gerardo Deniz, José dela Colina, Rafael y Tomás Segovia entre otros mu-chos que aquí no puedo mencionar. No nos cansare-mos los mexicanos que hemos tenido la fortuna derecibir —viva o leída— su enseñanza, de saludar congratitud la presencia dinámica y actuante, como unalevadura de estas voces inteligentes que le han im-preso a la cultura hispanoamericana una densidadcrítica peculiar, una distancia y una cercanía en rela-ción consigo misma y con las culturas del mundo —la europea y la usamericana— que le han permitido aMéxico, como cultura, ponerse al día, a la altura delas circunstancias críticas que impone el mundocontemporáneo. Dentro de ese vasto mural litera-rio y crítico, Adolfo Sánchez Vázquez (nacido en1915) es conocido en el medio intelectual y filosófi-co mexicano e hispanoamericano como un pensa-dor marxista, siempre fiel a sus ideas y métodos, y

como un profesor humanista que ha sabido acompa-ñar la formación crítica de numerosas generacionesdesde la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

A tiempo y destiempo, el libro que aquí sepresenta está dividido en siete partes y reúne unatreintena de ensayos que dan cuenta del itinerariointelectual del pensador mexicano-español. El librolleva un prólogo del también pensador Ramón Xi-rau quien señala dos rasgos de la persona intelectualde Adolfo Sánchez Vázquez: a) que “se inicia comopoeta”; b) dentro del marxismo el filósofo SánchezVázquez practica un marxismo “profundamentepersonal y abierto”, casi diríamos nosotros “disiden-te”, heterodoxo de tan fiel al marxismo originario.

A tiempo y destiempo es un libro personalque permite dar una visión de conjunto y donde,además, se presenta un Sánchez Vázquez poco co-nocido o poco discutido. Me refiero al pensadorque echa mano de las armas de la crítica literaria yesgrime el acero del ensayo con medida y calculadamaestría, pues —hay que decirlo— llama la atenciónen estas páginas el hecho de que Adolfo SánchezVázquez escribe y piensa bien. Por escribir bienquiero decir que no rehuye en su escritura a las imá-genes cuando éstas vienen al caso y que sabe modu-lar su expresión a la condición exacta de lasmaterias que expresa o trata como cuando hablan-do de Sor Juana dice: “Sor Juana, llevada en su an-sia de saber, pone pie en el viejo continentearistotélico-tomista, al mismo tiempo que percibeel oleaje, todavía incierto de la modernidad.” (p.67). Pero el escribir bien de un filósofo debe ser unescribir austero y severo, un escribir con pulsoalerta para ir desgranando los asertos que la razóncrítica le dicta. En Sánchez Vázquez podría decir-se que el escribir bien es una consecuencia del em-pleo riguroso de la razón crítica. Pero SánchezVázquez, además, piensa bien, no pierde el norte,lo acucia y empujan cuestiones relacionadas con losvalores más altos de la humanidad —la justicia, laigualdad, la belleza, la solidaridad, la utopía, la po-lítica crítica, la crítica misma— sobre todo cuandoes crítica de la ideología. Este pensar bien o pensarel bien es desde mi punto de vista uno de los moti-vos profundos que llevan a Adolfo Sánchez Váz-quez a identificarse, desde muy joven, con elpensamiento marxista, y a hacer de esa identifica-

ción una crítica del mundo consagrado —es decir,eternizado por el mercado—.

La voluntad de pensar bien y sobre todo depensar el bien han hecho de Sánchez Vázquez una fi-gura capaz de guiar a sus lectores por los intrincados,estériles laberintos de la modernidad en los que no esdifícil perderse. Eso también imprime a su pensa-miento una dimensión ética que lo hace abrir puer-tas, salir a la calle, interrogarse sobre el momentopresente y aun sobre la propia y personal circunstan-cia. Por eso no es extraño que además de los aludidosensayos sobre cuestiones literarias, Sánchez Váz-quez se dedique a analizar en algunas de estas pági-nas la cuestión del exilio, del destierro, deltranstierro como diría Gaos, esa condición para evo-car a Lope de Vega y a José Bergamín del hombre queanda caminando por tierra que todo es aire. SánchezVázquez ha sabido reflexionar sobre esa condicióndel destierro y poner los elementos para una verdade-ra filosofía del exilio, un pensar desde la ausencia dela tierra nativa. Sobra decir que este pensamiento

desterrado o del destierro es un pensamiento verda-deramente filosófico en la medida en que señala que,para el filósofo, en cierto modo, la única patria es elpensamiento. Por eso —aunque me gustan en lo per-sonal mucho los ensayos digamos dietarios del filóso-fo y aunque me parezca una verdadera novedad laforma en que en el ensayo “Mi trato con la poesía enel exilio”, Sánchez Vázquez interroga y critica y pu-blica sus propios poemas— debe decirse que la médu-la de este libro bien escrito por un señor al que legusta escribir bien y sobre el bien, son los ensayos dela cuarta, quinta y sexta parte donde el filósofo sequeda en casa, es decir, en la filosofía y reencontra-mos al pensador y al profesor que, como se debe, sehace preguntas en torno a la filosofía, cuestiona e in-terroga los conceptos de revolución filosófica deKant a Marx, desenmascara la explicación teleológi-ca de las acciones colectivas, se pregunta sobre la iz-quierda y derecha en política y en moral, discuteampliamente la crítica de la ideología en Luís Villoro,expone el marxismo como filosofía de la praxis o enfin plantea una crítica devastadora de Heidegger.

Viene Sánchez Vázquez —decía al princi-pio— de muy lejos y de muy cerca: de muy lejos puesque como buen filósofo viene del mundo de las ideas,de Platón, Hegel y Marx, de la aspiración de un pro-yecto emancipador y libertario. De muy cerca, puesen ningún momento este pensamiento se aparta de loque está pasando a la vuelta de la esquina, del aquí yel ahora. Leo en esa filosófica responsabilidad delpresente o por el presente un compromiso a la vezpoético y político, ético y estético y leo en ese com-promiso crítico ilustrado y emancipador sobre todouna invitación, una enseñanza, y por así decir ungimnasio intelectual y crítico que nos permite situar-nos mejor en las circunstancias. Es admirable que unhombre que viene de tan lejos sepa y pueda llevarnostan lejos. Pero es tanto más admirable que esa palabrainspirada en la distancia analítica sea capaz de traer-nos al presente y capaz de entrenarnos para vivir ysobrevivir mejor moralmente hablando. Por eso po-demos decir que A tiempo y destiempo es y será du-rante mucho tiempo un libro a la altura de lascircunstancias políticas, artísticas y culturales quenos han tocado vivir. ◊1 Adolfo Sánchez Vázquez, A tiempo y destiempo,

Fondo de Cultura Económica, México, 2003.

A tiempo y destiempo

de Adolfo Sánchez Vázquez

ADOLFO CASTAÑÓN

II..

¿

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro VII

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro VI

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro II

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro V

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De dónde viene Adolfo Sánchez Vázquez? Sunombre eminente evoca generaciones de lec-tores y estudiantes que se han formado a la

sombra inteligente de sus cursos y discursos, de susensayos y exposiciones. Viene de lejos pues que, na-cido en Algeciras en 1915, anda rondando los 88años y bajo ese amplio arco cronológico ha podidodevanar la madeja —tan pronto observador, tanpronto protagonista— de la historia, el pensamien-to, la poesía y arte contemporáneos. Ya desde muyjoven aflora en él una noble vocación originaria: lapoesía y las ideas. Este binomio orientará su accióny vocación intelectual: de un lado, la creación de lapolítica (la discusión de la utopía) y las políticas dela creación (por ejemplo, la mercantilización del ar-te). Publica en la revista Octubre, fundada por Ra-fael Alberti, un romance antes de cumplir los 19años, alterna en Madrid, a partir de 1935, con unapléyade de escritores y poetas como Miguel Her-nández, Arturo Serrano Plaja, Rafael Alberti, Ra-món J. Sender, Pablo Neruda, Emilio Prados yManuel Altolaguirre a quien el joven Sánchez Váz-quez entrega un conjunto de poemas: El pulso ar-diendo que finalmente Altolaguirre publicó muchosaños después en 1942 en la ciudad mexicana de Mo-relia. La suerte de estos poemas, escritos en Españaantes de que rompiera la guerra y luego publicadosen México, augura en cierto modo el destino mismode nuestro autor: entre dos tierras, más conocidocomo filósofo y pensador que como poeta, autorque ha ido escribiendo su ensayística desde la posi-ción no siempre cómodo del destierro y del exilio.

La otra vocación a que obedece el itinerariode Adolfo Sánchez Vázquez han sido las ideas, la fi-losofía y la actividad política: interviene en diversosmomentos y movimientos de izquierda, participa enconferencias y congresos, dirige —por encargo deSantiago Carrillo el periódico Ahora (órgano de ex-

presión de las juventudes republicanas con más dedoscientos mil miembros)— y asiste al II CongresoInternacional de Escritores Antifascistas en 1937,junto con grandes personalidades europeas y ameri-canas: Malraux, Tzara, Louis Aragon, StephenSpender, César Vallejo, Alejo Carpentier, OctavioPaz y los españoles Rafael Alberti, José Bergamín,Corpus Barga, otros muchos más.

Gracias a su heroica militancia política, Sán-chez Vázquez es elegido para venir a México en el Si-naí, el primer barco que el gobierno de LázaroCárdenas ofrece a los refugiados para instalarse enMéxico, dejando atrás la España rota de la guerra ylos recuerdos de las visitas a Antonio Machado, aquien el joven Sánchez Vázquez llevaba víveres paraél y para su madre. (Sánchez Vázquez será el prime-ro en leer el soneto que Machado le dedica a Lister.)

Esta última imagen me sirve para apuntarcómo en el Sánchez Vázquez joven la vocaciónpoética y la vocación política se dan la mano y en

ocasiones llegan a confundirse como en los roman-ces que escribió al calor de la guerra. Me he deteni-do en estos perfiles anecdóticos del pensador yfilósofo para subrayar al paso la relación orgánicaque tiene su pensamiento y su ensayística con lapoesía, el arte y la literatura.

¿Cómo situar a Adolfo Sánchez Vázquez?¿Hombre de varios mundos? De una parte el terre-no del poeta es el presente y su materia prima es eltiempo, del otro, el filósofo —y Sánchez Vázquezes conocido sobre todo como filósofo— cuenta suspasos a la luz no del día sino de la razón, entidaddistante y distanciadota que opera en el hombreuna suerte de desdoblamiento que le permite con-trastar sueño y realidad, que le permite orientarseen el mundo y entre los hombres preguntándosepor ejemplo dónde está el Norte, dónde la izquier-da y dónde la derecha, dónde el centro.

Distingo tres grandes canteras o vertientestemáticas en la obra de Sánchez Vázquez: una es lapoesía y la literatura (sus ensayos sobre el “Métodode Sor Juana”, el tiempo en la poesía española y enla poesía de Antonio Machado, por dar algunosejemplos); otro es el asunto del arte y las discusio-nes en torno a la estética. Es aquí donde, a juicio demuchos, Adolfo Sánchez Vázquez ha realizado ge-nuinas aportaciones a través de libros como LasIdeas estéticas de Marx o Conciencia y realidad enla obra de arte. De hecho, casi se podría decir queSánchez Vázquez ha escrito tanto y tan bien sobreestas cuestiones que no sería imposible armar unaantología como la que aquí se comenta, una antolo-gía donde se repasaron las circunstancias de la crea-ción y de la reproducción del arte: A tiempo ydestiempo1 reuniendo los numerosos artículos queha escrito sobre el tema. En el libro aquí comentadodestaca la discusión que practica Sánchez Vázquezen torno a las “Claves de la ideología estética deDiego Rivera”. Sobre este punto Sánchez Vázquezconcluye que en Diego Rivera es notable “su empe-ño en conjugar en el arte la intención ideológica y lacalidad estética, y en el artista, su voluntad de ser-vir y la libertad de creación”. (p. 235)

IIII..Adolfo Sánchez Vázquez pertenece a ese ampliogrupo de hombres y mujeres que empezaron a llegara México desde 1939 buscando en estas latitudes unasilo para su destierro como los poetas José MorenoVilla, Enrique Díez-Canedo, Juan Rojano, PedroGarfias, Juan Larrea, Joaquín y Ramón Xirau, JoséGaos, Lorenzo Varela, Rafael Dieste, María Zam-brano, Eduardo Nicol, Juan David García Bacca,Emilio García Riera, Manuel Pedroso, WenceslaoRoces, José Gallegos Rucafull, Eulalio Ferrer, Vi-cente Rojo, Miguel Prieto, Gerardo Deniz, José dela Colina, Rafael y Tomás Segovia entre otros mu-chos que aquí no puedo mencionar. No nos cansare-mos los mexicanos que hemos tenido la fortuna derecibir —viva o leída— su enseñanza, de saludar congratitud la presencia dinámica y actuante, como unalevadura de estas voces inteligentes que le han im-preso a la cultura hispanoamericana una densidadcrítica peculiar, una distancia y una cercanía en rela-ción consigo misma y con las culturas del mundo —la europea y la usamericana— que le han permitido aMéxico, como cultura, ponerse al día, a la altura delas circunstancias críticas que impone el mundocontemporáneo. Dentro de ese vasto mural litera-rio y crítico, Adolfo Sánchez Vázquez (nacido en1915) es conocido en el medio intelectual y filosófi-co mexicano e hispanoamericano como un pensa-dor marxista, siempre fiel a sus ideas y métodos, y

como un profesor humanista que ha sabido acompa-ñar la formación crítica de numerosas generacionesdesde la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

A tiempo y destiempo, el libro que aquí sepresenta está dividido en siete partes y reúne unatreintena de ensayos que dan cuenta del itinerariointelectual del pensador mexicano-español. El librolleva un prólogo del también pensador Ramón Xi-rau quien señala dos rasgos de la persona intelectualde Adolfo Sánchez Vázquez: a) que “se inicia comopoeta”; b) dentro del marxismo el filósofo SánchezVázquez practica un marxismo “profundamentepersonal y abierto”, casi diríamos nosotros “disiden-te”, heterodoxo de tan fiel al marxismo originario.

A tiempo y destiempo es un libro personalque permite dar una visión de conjunto y donde,además, se presenta un Sánchez Vázquez poco co-nocido o poco discutido. Me refiero al pensadorque echa mano de las armas de la crítica literaria yesgrime el acero del ensayo con medida y calculadamaestría, pues —hay que decirlo— llama la atenciónen estas páginas el hecho de que Adolfo SánchezVázquez escribe y piensa bien. Por escribir bienquiero decir que no rehuye en su escritura a las imá-genes cuando éstas vienen al caso y que sabe modu-lar su expresión a la condición exacta de lasmaterias que expresa o trata como cuando hablan-do de Sor Juana dice: “Sor Juana, llevada en su an-sia de saber, pone pie en el viejo continentearistotélico-tomista, al mismo tiempo que percibeel oleaje, todavía incierto de la modernidad.” (p.67). Pero el escribir bien de un filósofo debe ser unescribir austero y severo, un escribir con pulsoalerta para ir desgranando los asertos que la razóncrítica le dicta. En Sánchez Vázquez podría decir-se que el escribir bien es una consecuencia del em-pleo riguroso de la razón crítica. Pero SánchezVázquez, además, piensa bien, no pierde el norte,lo acucia y empujan cuestiones relacionadas con losvalores más altos de la humanidad —la justicia, laigualdad, la belleza, la solidaridad, la utopía, la po-lítica crítica, la crítica misma— sobre todo cuandoes crítica de la ideología. Este pensar bien o pensarel bien es desde mi punto de vista uno de los moti-vos profundos que llevan a Adolfo Sánchez Váz-quez a identificarse, desde muy joven, con elpensamiento marxista, y a hacer de esa identifica-

ción una crítica del mundo consagrado —es decir,eternizado por el mercado—.

La voluntad de pensar bien y sobre todo depensar el bien han hecho de Sánchez Vázquez una fi-gura capaz de guiar a sus lectores por los intrincados,estériles laberintos de la modernidad en los que no esdifícil perderse. Eso también imprime a su pensa-miento una dimensión ética que lo hace abrir puer-tas, salir a la calle, interrogarse sobre el momentopresente y aun sobre la propia y personal circunstan-cia. Por eso no es extraño que además de los aludidosensayos sobre cuestiones literarias, Sánchez Váz-quez se dedique a analizar en algunas de estas pági-nas la cuestión del exilio, del destierro, deltranstierro como diría Gaos, esa condición para evo-car a Lope de Vega y a José Bergamín del hombre queanda caminando por tierra que todo es aire. SánchezVázquez ha sabido reflexionar sobre esa condicióndel destierro y poner los elementos para una verdade-ra filosofía del exilio, un pensar desde la ausencia dela tierra nativa. Sobra decir que este pensamiento

desterrado o del destierro es un pensamiento verda-deramente filosófico en la medida en que señala que,para el filósofo, en cierto modo, la única patria es elpensamiento. Por eso —aunque me gustan en lo per-sonal mucho los ensayos digamos dietarios del filóso-fo y aunque me parezca una verdadera novedad laforma en que en el ensayo “Mi trato con la poesía enel exilio”, Sánchez Vázquez interroga y critica y pu-blica sus propios poemas— debe decirse que la médu-la de este libro bien escrito por un señor al que legusta escribir bien y sobre el bien, son los ensayos dela cuarta, quinta y sexta parte donde el filósofo sequeda en casa, es decir, en la filosofía y reencontra-mos al pensador y al profesor que, como se debe, sehace preguntas en torno a la filosofía, cuestiona e in-terroga los conceptos de revolución filosófica deKant a Marx, desenmascara la explicación teleológi-ca de las acciones colectivas, se pregunta sobre la iz-quierda y derecha en política y en moral, discuteampliamente la crítica de la ideología en Luís Villoro,expone el marxismo como filosofía de la praxis o enfin plantea una crítica devastadora de Heidegger.

Viene Sánchez Vázquez —decía al princi-pio— de muy lejos y de muy cerca: de muy lejos puesque como buen filósofo viene del mundo de las ideas,de Platón, Hegel y Marx, de la aspiración de un pro-yecto emancipador y libertario. De muy cerca, puesen ningún momento este pensamiento se aparta de loque está pasando a la vuelta de la esquina, del aquí yel ahora. Leo en esa filosófica responsabilidad delpresente o por el presente un compromiso a la vezpoético y político, ético y estético y leo en ese com-promiso crítico ilustrado y emancipador sobre todouna invitación, una enseñanza, y por así decir ungimnasio intelectual y crítico que nos permite situar-nos mejor en las circunstancias. Es admirable que unhombre que viene de tan lejos sepa y pueda llevarnostan lejos. Pero es tanto más admirable que esa palabrainspirada en la distancia analítica sea capaz de traer-nos al presente y capaz de entrenarnos para vivir ysobrevivir mejor moralmente hablando. Por eso po-demos decir que A tiempo y destiempo es y será du-rante mucho tiempo un libro a la altura de lascircunstancias políticas, artísticas y culturales quenos han tocado vivir. ◊1 Adolfo Sánchez Vázquez, A tiempo y destiempo,

Fondo de Cultura Económica, México, 2003.

A tiempo y destiempo

de Adolfo Sánchez Vázquez

ADOLFO CASTAÑÓN

II..

¿

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro VII

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro VI

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro II

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Hidro V

Page 4: Literal Número 11

GACETA DE LITERATURA Y GRÁFICA ◊ NÚMERO 11 ◊ DISTRIBUCIÓN GRATUITA

ggaacceettaa ddee lliitteerraattuurraa yy ggrrááffiiccaa.. NNúúmmeerroo 1111 aaggoossttoo ddee 22000044.. Publicación independiente. Las opiniones expresadas en los textos son responsabilidadexclusiva de sus autores y no reflejan las opiniones del equipo editorial. DDiirreecccciióónn:: Jocelyn Pantoja. EEddiicciióónn:: Andrés Márquez. DDiisseeññoo:: Hernán García Crespo.CCoonnsseejjoo EEddiittoorriiaall:: Jorge Jurado, Alejandro Mendoza, Roberto Cruz y Armando Alonso. CCoollaabboorraacciioonneess:: [email protected]

www.kloakas.com/aire/literal

CÉSAR NAVARRO

SensacionesIIRecorremos con las yemasnuestra dermis, provocandoque el placer tonifiqueestelas en la oscuridad.

IIIIAferrados, tu sonrisa desnudame pide que el tiempo se detenga,combinación de azules eclipsesderramados entre paredescarentes de color.

IIIIIISeparados, siguen su marchasuspiros y sonidos que desprendenburbujas, guardando es su interiorpalabras que omitimos. ◊

LUPITA MÜELLER

El tercero El hijo tercero no vino nuncase quedó muerto en el pensamientoFue muñeco de plástico que escondí en el crepúsculose lo ofrecí a las nubespara que lo preñaranLo guardo en mi matrizque fue extraída y muevesus manitas cuando llora el galloEntonces lo amamanto con mis canas de oro en el ocaso de las horas que tienen alma. ◊

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo I

Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VI Rob Ferrer / de la serie “Hidros” / Desnudo VIII