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Neuquén, agosto de 2012 - Año 15 Nº 108 - Valor del ejemplar $ 10 Visite: www.revistamachete.com.ar Declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén Cultura y Educación para Neuquén Aniversario de la muerte del libertador José de San Martín Foto Interpatagonia.com Autor: Santiago Gaudio Reapertura de la Sala de Arte Emilio Saraco Historia ilustrada de la Argentina

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Neuquén, agosto de 2012 - Año 15 Nº 108 - Valor del ejemplar $ 10

Visite: www.revistamachete.com.ar

Declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén

Cul tura y Educación para Neuquén

Aniversariode la

muerte del libertadorJosé de

San Martín

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Reapertura de la Salade Arte Emilio Saraco

Historia ilustradade la Argentina

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Noticias regionales

Con la presencia de distintas personalidades de la culturalocal, autoridades municipales, y su esposa e hijos, la sala fuereabierta después de tres meses y medio debido a una serie derefacciones.

Pasadas las 20 la renovada sala de exposiciones recibió adistintas personas que quisieron participar del merecido home-naje a ese pionero de las artes plásticas en Neuquén que fueEmilio Saraco, quien además hubiese cumplido cien años.

Emotivo homenaje a Emilio SaracoEl 6 de agosto reabrió la Sala de Arte Emilio Saraco con un homenaje al reconocido artista.

Familiares y amigos participaron del evento. La muestra está compuesta por 55 de sus obras y

una instalación de algunos de sus objetos.

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Noticias regionales

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“Hemos trabajado mucho, se le ha puesto mucho cariño yénfasis a este trabajo. Porque cuando me preguntaron con quéquería reinaugurar me pareció que lo correcto y lo lógico eracon un homenaje a Don Emilio, para que la gente más jovensepa por qué esta sala lleva su nombre”, expresó Silvina Sosa,subsecretaria de Cultura de la Municipalidad.

Mientras tanto su hijo Victor resaltó que “esta sala se com-pleta con el espíritu y presencia de Emilio y ya no como unacáscara o un espacio bautizado, sino como un todo compuestopor su obra que nos permitirá acercarnos y adentrarnos en ese

universo, recrear y reconocer al artista y devolverlo a la vida”.“Trabajó mucho por la cultura de esta ciudad y agradezco

que nos hayan invitado después de más de diez años de sumuerte a la primera muestra de su obra, la primera. Nos dejósu legado”, enfatizó, mientras que su hermana resaltó que esnecesario ciudar a los artistas y su obra.

El intendente Horacio Quiroga agradeció la presencia delos familiares e hizo un recorrido por la obra de Emilio Saraco.Destacó el trabajo del artista centrada en los personajes anó-nimos y populares del interior de la provincia.

Emilio Saraco, artista plástico que dio impulso a las bellas artes en Neuquén, fue escultor, pintor, dibujante, alfarero y educadorentre otras actividades. En su obra se destacan los personajes populares.

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Historias de la Argentina

El 6 de diciembre de 1783, con aún cinco años, yprevia estadía en Buenos Aires, viajó a España con sufamilia, pues su padre había sido destinado a Málaga.Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Noblesde Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Má-laga en 1786. Ingresó posteriormente en el ejército ha-ciendo su carrera militar en el Regimiento de Murcia.Combatió en el norte de África y luego contra la domi-nación napoleónica de España, participando en las ba-tallas de Bailén y La Albuera. Con 34 años, en 1812,habiendo alcanzado el grado de teniente coronel, y trasuna escala en Londres, partió a Buenos Aires, donde se

La vida del Libertador

le encomendó la creación del Regimiento de Granade-ros a Caballo (que hoy lleva su nombre), el cual logróel triunfo en el Combate de San Lorenzo. Más tarde sele encomendó la jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del general Manuel Belgrano. Entonces concibió su plan de emancipación sudamericana, com-prendiendo que el triunfo patriota sólo se consolidaríaal eliminar todos los núcleos realistas en el continente.

Nombrado gobernador de Cuyo, con sede en la ciu-dad de Mendoza puso en marcha su proyecto: tras or-ganizar al Ejército de los Andes cruzó con el mismo lacordillera del mismo nombre y lideró la liberación de

José Francisco de San Martín (Reducción de Yapeyú, Virreinato del Río de la Plata,

25 de febrero de 1778 - Boulogne sur Mer, Francia, 17 de agosto de 1850) fue un militar

argentino, cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina,

Chile y el Perú.

El ilustrador Roberto Regaladodesde 1959 en adelante colaboróen las revistas deEditorial Frontera,luego en EditorialYago y en 1967 dibujó un guión deHéctor G. Oesterheld en la revista Gente. Conposterioridad sedesempeño en Billiken realizandoespecialmente ilustraciones paralos temas escolaresallí desarrolladospero también historietas con guiones de Oesterheld y JorgeMorhain, y a mediados de los noventa trabajópara Anteojito nuevamente en ilustraciones de carácter didáctico.

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Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú. Utilizandoa una flota organizada en Chile, atacó el centro delpoder español en Sudamérica, la ciudad de Lima, de-clarando la independencia del Perú en 1821. Poco des-pués se encontró en Guayaquil con Simón Bolívar, ytras una breve entrevista le cedió su ejército y la meta definalizar la liberación del Perú. San Martín partió haciaEuropa, donde murió el 17 de agosto de 1850.

San Martín y Bolívar son considerados los dos li-

bertadores más importantes de Sudamérica de la colo-nización española. En la Argentina se lo reconoce comoel padre de la Patria y se lo valora como el principalhéroe y prócer nacional. En el Perú se lo reconoce comolibertador del país, con los títulos de “Fundador de laLibertad del Perú”, “Fundador de la República” y “Ge-neralísimo de las Armas”. El Ejército de Chile le reco-noce el grado de Capitán General.

Nacimiento

Nació el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, una exmisión jesuítica situada a orillas del río Uruguay en laGobernación de las Misiones Guaraníes del Virreinatodel Río de la Plata, en la actual Provincia de Corrientes,Argentina.

Su padre, Juan de San Martín, sirvió como militar ala Corona española y fue el primer teniente gobernador

de la Gobernación de las Misiones Guaraníes con sedeen Yapeyú, creada para administrar las treinta misionesjesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expul-sada de América por el rey Carlos III en 1777.

Su madre, Gregoria Matorras del Ser, era prima her-mana de Jerónimo Matorras, Gobernador y Capitán Ge-neral del Tucumán.

Juan de San Martín contrajo enlace con Gregoria,por poder, (el representante fue el capitán de dragones

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Juan Francisco de Somalo), el 1 de octubre de 1770,con las bendiciones del obispo de Buenos Aires, Ma-nuel Antonio de la Torre.

En 1779, Juan de San Martín ascendió al grado decapitán del ejército real; poco después Gregoria Mato-rras volvió a Buenos Aires con sus cinco hijos y se reu-niría allí con su esposo en 1781. En abril de 1784, Juande San Martín y su familia llegaban a Cádiz. Falleció el4 de diciembre de 1796 en Málaga. Sus restos fuerontrasladados al cementerio de La Recoleta, BuenosAires.

Desde que Juan de San Martín falleciera en Málaga,doña Gregoria vivió acompañada por su hija MaríaElena y su nieta Petronila, recibiendo una modesta pen-sión. Murió en Orense, Galicia, el 1 de junio de 1813.

San Martín fue el menor de cinco hermanos; MaríaElena (18 de agosto de 1771), Manuel Tadeo (28 de oc-tubre de 1772) y Juan Fermín (5 de febrero de 1774),nacidos en la Real Calera de las Vacas, jurisdicción dela parroquia de Las Víboras, y Justo Rufìno (1776) na-cido ya en Yapeyú como su hermano José Francisco.

En España todos los hermanos siguieron la carreramilitar y mantuvieron escaso contactoentre ellos. Sin embargo, José de SanMartín mantuvo contacto epistolarcon ellos, así como con María Elena.Es posible que, ya exiliado en Eu-ropa, José de San Martín no supieraque su hermano Juan Fermin, muertoen Manila, había tenido hijos, demodo que supuso que la única des-cendiente de sus hermanos era Petro-nila González Menchaca, la hija deMaría Elena.

María de los Remedios de Escalada nació enBuenos Aires el 20 de noviembre de 1797, hija deAntonio José de Escalada y Tomasa de la Quin-tana y Aoiz. Su familia era rica y prestigiosa, es-tando vinculada a la causa patriota.

Contrajo enlace con José de San Martín enBuenos Aires, el 12 de noviembre de 1812, cuan-do tenía 15 años de edad. La influencia de su fa-milia fue fundamental para la creación delRegimiento de Granaderos a Caballo.

Más adelante, ya en Mendoza, Remedios deEscalada fue la fundadora de la Liga Patriótica deMujeres, con el objetivo de colaborar con el na-ciente Ejército de los Andes. Para ello, entre otrosgestos, donó todas sus joyas.

Falleció en Buenos Aires el 3 de agosto de1823. Antes de embarcar rumbo a Europa en1824, su esposo le hizo construir un sepulcro enel Cementerio de La Recoleta, cuyo epitafio reza:"Aquí yace Remedios de Escalada, esposa yamiga del General San Martín".

María de los Remedios

de Escalada

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Estadía en España

En 1781, cuando San Martín tenía tres años, la fa-milia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires. Luego semudaron a España, embarcando rumbo a Cádiz el 6 dediciembre de 1783 y se radican en la ciudad de Málaga.

José comenzó sus estudios en el Real Seminario deNobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidadesde Málaga en 1786. Allí aprendió castellano, latín, fran-cés, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica,matemática, historia y geografía.

Los demás hermanos varones también siguieron lacarrera militar, pero sólo José Francisco volvería aAmérica.

Carrera militar en el Ejército Español

El 21 de julio de 1789, a los once años de edad, co-menzó su carrera militar en clase cadete en el Regi-miento de Murcia, mientras estallaba la Revoluciónfrancesa. Luchó en la campaña del norte de África com-batiendo a los moros en Melilla y Orán. El 19 de juniode 1793 fue ascendido a subteniente 2º, por sus accio-nes en los Pirineos frente a los franceses. En agosto deese año su regimiento, que había participado en las ba-tallas navales contra la flota inglesa en el mar Medite-rráneo, se rindió. El 28 de julio de 1794 alcanzó elgrado de subteniente 1º, el de teniente 2º el 8 de mayode 1795, ayudante 2º el 26 de diciembre de 1802 y ca-pitán el 2 de noviembre de 1804.

Durante el período siguiente luchó con el grado de

capitán 2º de infantería ligera en diferentes acciones,en la Guerra de las Naranjas contra Portugal (1802) yen Gibraltar y Cádiz contra los británicos (1804).

La Medalla de Oro de los Héroes de Bailén, premiomilitar español, otorgado a San Martín por decreto de laJunta Suprema de Sevilla del 11 de agosto de 1808, enmérito a su acción en esta batalla ganada a los france-ses, por la cual también fue ascendido al grado de te-niente coronel.

En 1808 las tropas de Napoleón Bonaparte inva-dieron la península Ibérica y el rey Fernando VII fuehecho prisionero. Poco después estalló la rebelión con-tra el emperador y contra su hermano José Bonaparte,que había sido proclamado rey de España. Se estable-ció una Junta Central de Gobierno, que actuó primeroen Sevilla y luego en Cádiz. San Martín fue ascendidopor la Junta al cargo de ayudante 1º del Regimiento deVoluntarios de Campo Mayor. También sirvió más deun año a bordo de la fragata de guerra Dorotea.

Distinguido por sus acciones contra los franceses,fue ascendido a capitán del Regimiento de Borbón. Suprincipal actuación fue en la gran victoria de la Batallade Bailén, del 19 de julio de 1808, en que tuvo una ac-tuación destacada como ayudante del general marquésde Coupigny. Esta victoria fue la primera derrota im-portante de las tropas de Napoleón, y permitió al ejér-cito de Andalucía recuperar Madrid. En premio por suactuación, San Martín recibió el grado de teniente co-

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Historias de la Argentina

ronel el 11 de agosto de 1808. El ejército completo re-cibió la Medalla de Oro de los Héroes de Bailén.

Continuó luchando contra los franceses en el ejér-cito de los aliados en el Rosellón, Portugal e Inglaterra.En la Batalla de La Albuera combatió a las órdenes delgeneral William Carr Beresford, el mismo que dos añosantes había invadido Buenos Aires.

En esas campañas conoció a Lord Macduff, unnoble escocés que lo introdujo a las logias secretas queconspiraban para conseguir la independencia de Amé-rica del Sur. Fue allí que hizo contacto por primera vezcon círculos de liberales y revolucionarios, que simpa-tizaban con la lucha por la independencia americana.

Participó en 17 acciones de guerra: Plaza de Orán,Port Vendres, Baterías, Coliombré, fragata de guerraDorotea en un combate con el navío británico El León,Torre Batera, Cruz de Yerro, Mauboles, San Margal,Baterías de Villalonga, Bañuelos, las Alturas, Hermitade San Luc, Arrecife de Arjonilla, Batalla de Bailén,combate de la Villa de Arjonilla y en Batalla de Albuera.

Londres

El 6 de septiembre de 1811 renunció a su carreramilitar en España. San Martín le solicitó a su jefe unpasaporte para viajar a Londres. Su jefe se lo concediójunto con cartas de recomendación, entre ellas una paraLord Macduff, y partió el 14 de septiembre de ese añopara vivir en el número 23 de la calle Park Road en eldistrito de Westminster, en Londres. Allí se encontrócon compatriotas de la América española: Carlos Maríade Alvear, José Matías Zapiola, Andrés Bello y TomásGuido, entre otros.

Según algunos historiadores, aquellos formabanparte de la Gran Reunión Americana, sociedad de pre-suntas filiaciones masónicas, fundada por Francisco deMiranda, quién junto a Simón Bolívar, ya luchaba enAmérica por la independencia de Venezuela. Es posibleque, ya dentro de la hermandad, se haya relacionadocon políticos británicos que le hicieron conocer el Plande Maitland, una estrategia para que América se libe-rara de España.

El 19 de enero de 1812 San Martín se embarcó haciaBuenos Aires en la fragata británica George Canning, arri-bando a Buenos Aires el 9 de marzo. Fue recibido por losmiembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocieronsu grado de teniente coronel.

El nueve del corriente ha llegado a este puerto la fra-gata inglesa “Jorge Canning”, procedente de Londres, concincuenta días de navegacion (...) A este puerto han lle-gado entre otros particulares que conducía la fragata in-glesa, el teniente coronel de caballería don José de SanMartin primer ayudante de campo del general en jefe del

ejército de la Isla, Marqués de Coupigny; el Capitán deinfantería don Francisco Vera; el Alferez de navio donJosé Zapiola; el Capitán de milicias don Francisco Chila-vert; el alferez de carabineros reales Carlos Alvear y Bal-bastro; el subteniente de infantería Antonio Arellano; y elprimer teniente de guardias walonas Baron de Holmberg.Estos individuos han venido a ofrecer sus servicios al go-bierno, y han sido recibidos con la consideración que me-recen, por los sentimientos que protestan en obsequio delos intereses de la patria.

El 16 de marzo, el gobierno aceptó su propuesta de

Regreso a Buenos Aires

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crear un cuerpo de caballería, que llamó Regimiento deGranaderos a Caballo, para custodiar las costas del río Pa-raná. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropaen las modernas técnicas de combate que conocía por suextensa actuación europea contra los ejércitos de Napo-león.

Junto con Carlos María de Alvear, fundó a mediadosde 1812 una filial de la Logia de los Caballeros Raciona-les, que rebautizó con el nombre de Logia Lautaro. Elnombre fue tomado del cacique araucano Lautaro, que enel siglo XVI se había sublevado contra los españoles. Lasociedad estaba formada como las logias masónicas deCádiz y de Londres, similar a la que en Venezuela teníacomo miembros a Francisco de Miranda, Simón Bolívary Andrés Bello. Su objetivo era «trabajar con sistema yplan en la independencia de la América y su felicidad».Sus miembros principales, además de San Martín y Al-

vear, eran José Matías Zapiola, Bernardo Monteagudo yJuan Martín de Pueyrredón.

En octubre de 1812, cuando llegó a Buenos Aires lanoticia de la victoria del Ejército del Norte en la batalla deTucumán, comandado por Manuel Belgrano, San Martíndirigió un movimiento militar preparado por la Logia, conel objeto de derrocar al gobierno, al cual juzgaban pocodecidido por la independencia. Bajo la presión de los cuer-pos armados y del pueblo, se nombró un Segundo Triun-virato constituido por Juan José Paso, Nicolás RodríguezPeña y Antonio Álvarez Jonte. Se exigió, además, llamar auna Asamblea Suprema de delegados de todas las provin-cias, con el fin de declarar la independencia y dictar unaconstitución

El 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajomatrimonio con María de los Remedios de Escalada, de 15años, en la Iglesia de la Merced de Buenos Aires.

La primera acción militar de San Martín y su re-cién creado Regimiento de Granaderos a Caballo es-tuvo dirigida a detener las incursiones con que losrealistas de Montevideo asolaban las costas del río Pa-raná, principal afluente del Río de la Plata y vía de co-municación estratégica para la región.

San Martín se instaló con sus tropas en el conventode San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de laactual Provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813y ante el desembarco de 300 realistas, se libró el Com-bate de San Lorenzo, casi frente al convento, a orillasdel río.

Dado que existían aún sospechas acerca de la fide-

lidad a la causa independentista por parte del recién llegado San Martín, él decidió avanzar al frente de lareducida tropa de granaderos a caballo. Como conse-cuencia, su caballo fue mortalmente herido y San Mar-tín, aprisionado bajo su cabalgadura, estuvo a punto deser ultimado por un realista. Le salvó la vida el soldadocorrentino Juan Bautista Cabral, que antepuso su cuerpoa dos bayonetazos. San Martín lo ascendió post mór-tem, por lo que actualmente es conocido como el Sar-gento Cabral.

Este combate, que por la cantidad de combatientesde ambos bandos podría parecer secundario, permitióalejar para siempre a las flotas realistas que merodea-

Combate de San Lorenzo

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ban por el río Paraná, saqueando las poblaciones.

Ejército del Norte

Luego de esta victoria, San Martín fue designadopara hacerse cargo del Ejército del Norte, donde debióreemplazar al general Manuel Belgrano. Su encuentrocon el jefe saliente ha sido llamado «abrazo de Yatasto»,ya que la tradición lo ha fijado en la Posta de Yatasto, enla Provincia de Salta. Investigaciones posteriores de loshistoriadores Julio Arturo Benencia, han demostradoque el encuentro fue el 17 de enero de 1814, a la salidade la posta de Algarrobos, en cercanías del Río Jura-mento y a 14 leguas de Yatasto.

Como comandante del Ejército Auxiliar del Perúdebía reorganizar un ejército deshecho por las derrotasde Vilcapugio y Ayohuma. A tal fin retrocedió hacia SanMiguel de Tucumán, donde acantonó al Ejército en unafortaleza en construcción, conocida como la Ciudadela,y se dedicó a reforzarlo y adiestrarlo concienzudamente.

Al poco tiempo de encontrarse San Martín en Tucu-mán, llegó a la conclusión de que era imposible llegar

por el camino del Alto Perú hasta Lima, que en ese mo-mento era el centro del poderío realista, y desde dondese enviaban expediciones a reconquistar los territoriosperdidos ante los independentistas. Cada vez que unejército realista descendía del Altiplano hacia los vallesde la provincia de Salta era derrotado, y cada vez que unejército patriota ingresaba en el Alto Perú, era tambiénaniquilado.

Fue entonces que el general concibió la idea, queluego realizaría con éxito, de cruzar la Cordillera de losAndes y atacar la ciudad de Lima desde el mar. Paramantener segura la frontera del norte, pensaba San Mar-tín, bastaban las tropas irregulares salteñas al mando delcoronel Martín Miguel de Güemes, a quien encargó ladefensa de la frontera norte y comenzó a preparar su fu-tura estrategia militar.

Dejó brevemente el mando del ejército al generalFrancisco Fernández de la Cruz, retirándose a Saldán(provincia de Córdoba), para reponerse de una úlceraestomacal. Allí mantendría conversaciones con su ami-go Tomás Guido, en las que lo convencería de la nece-sidad de independizar la región desde Chile.

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Gobernador de Cuyo

En 1814 el Director Supremo Gervasio Antonio de Po-sadas lo nombró gobernador de la Intendencia de Cuyo,con sede en Mendoza. Para entonces, su plan ya estaba ter-minado y aprobado, y a partir de ese momento San Martíncomenzó los preparativos para la campaña al Perú.

Al poco tiempo de asumir, llegó allí el coronel JuanGregorio de Las Heras, que había comandado fuerzas ar-gentinas en Chile, y que se había retirado por las desinte-ligencias de los patriotas. Lo envió de regreso, paraintentar ayudar a los patriotas chilenos contra la ofensivarealista, pero éste llegó poco después del desastre de Ran-cagua, en el que se perdió la independencia chilena. Sóloalcanzó a proteger el cruce hacia Mendoza de miles de re-fugiados chilenos.

Los chilenos venían divididos en dos bandos irrecon-ciliables: los conservadores bajo el mando de Bernardo O'Higgins, y los liberales bajo el de José Miguel Carrera.San Martín decidió que debía tomar partido rápidamente,y se decidió por O'Higgins. Luego de un intento de desco-nocer la autoridad del gobernador de Cuyo, el generalCarrera fue arrestado, despojado de su mando y luego ex-pulsado de Mendoza.

El plan de San Martín había sido pensado para ser lle-vado a cabo desde un Chile patriota; con la caída de estepaís en manos enemigas, el plan parecía destinado a serdesechado. Pero San Martín tomó la decisión de seguiradelante, sólo que primero tendría que liberar Chile.

A pesar de la oposición del nuevo director supremo,Carlos María de Alvear, a quien había conocido en Cádiz

y que lo había acompañado hasta entonces, se dedicó a or-ganizar el Ejército de los Andes.

Reunió en un solo ejército a los refugiados chilenos, alas milicias locales de Cuyo, gran cantidad de voluntariosde su provincia, y varios oficiales del Ejército del Norte.También pidió y obtuvo que los batallones del Regimientode Granaderos a Caballo, desperdigados entre varios des-tinos, le fueran enviados a Cuyo.

Poco después del nombramiento como nuevo DirectorSupremo del general Juan Martín de Pueyrredón, se reuniócon él en Córdoba, donde discutieron largamente su plande campaña sobre Chile y Perú. El 20 de mayo de 1816,Tomás Guido presentaría una Memoria oficial, en la que seexponía detalladamente el plan, que sería aprobada y man-dada a ejecutar por el Director.

Presionó a los diputados cuyanos al Congreso de Tucumán para declarar la independencia de las ProvinciasUnidas del Río de la Plata, objetivo conseguido el 9 dejulio de 1816.

Para financiar su campaña, además de los cuantiososaportes de Pueyrredón, obligó a pagar “contribucionesobligatorias” a todos los comerciantes y hacendados. Acambio se les extendía un vale, para cobrarlo “cuando lascircunstancias lo permitan”. En cambio, tuvo muy pocosmiramientos para confiscar los bienes de todos los espa-ñoles que no se destacaran en la ayuda a la causa de la In-dependencia.

Formó un gran campamento militar en El Plumerillo, alnoroeste de la ciudad de Mendoza, donde actualmente se

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El cruce de los Andes

El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andesen dirección a Chile. El Ejército de los Andes fue uno delos dos grandes cuerpos militares que las Provincias Uni-das del Río de la Plata desplegó en la Guerra de Indepen-dencia Hispanoamericana; contó inicialmente con 3brigadieres, 28 jefes, 207 oficiales, 3.778 soldados (inclu-yendo a parte 16 de los oficiales y soldados chilenos queemigraron a Mendoza después de la batalla de Rancagua),1.200 milicianos montados (para conducción de víveres yartillería), 120 barreteros de minas (para facilitar el tránsitopor los pasos), 25 baquianos, 47 miembros de sanidad

(para el hospital de campaña), 16 piezas de artillería (10cañones de 6", 2 obuses de 4 1/2" y 4 piezas de montañade 4"), 15 empleados civiles, 1.600 caballos extras (paracaballería y artillería) y 9.281 mulas (7.359 de silla y 1.922de carga).

Con el objetivo de dividir a las tropas enemigas, SanMartín ordenó primero el avance de parte de las tropas porlos pasos de Come Caballos, Guana, Portillo y Planchón.Estos no eran los pasos elegidos para las columnas princi-pales, sino que los dos primeros se hallaban al norte y losúltimos al sur de los realmente seleccionados, que eran los

encuentra el aeropuerto de la ciudad. Allí formó a sus sol-dados y oficiales, fabricó armas (sables, fusiles, cañones,municiones y pólvora) y uniformes. Tuvo que ocuparse deengordar mulas y caballos, y fabricar y colocarles herra-duras.

El jefe de sus talleres, fray Luis Beltrán, inventó un sis-tema de poleas para pasar los precipicios con los cañonesy otro de puentes colgantes, ambos transportables. La sa-nidad del ejército estaba en manos del cirujano inglésJames Paroissien. El coronel Álvarez Condarco se encargóde realizar los planos de los distintos cruces de la Cordi-llera de los Andes.

Antes de iniciar la marcha, reunió a los caciques ma-puches y les pidió permiso para invadir Chile a través desus tierras. Alguno de estos caciques le hizo llegar esa no-ticia al Capitán General de Chile, Casimiro Marcó delPont, por lo que éste creyó que el grueso del ataque seríapor el sur, lo que lo llevó a dividir sus fuerzas.

Contrariamente a lo pretendido por Pueyrredón y suspartidarios, entró en correspondencia con José GervasioArtigas y se negó a distraer su esfuerzo bélico de las cam-pañas emancipadoras en Chile y en Perú para enfrentar alos federales. Por este motivo los unitarios, en particularBernardino Rivadavia, llegaron a acusarlo de “traidor”.

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Historias de la Argentina

que ya habían sido analizados por José Antonio ÁlvarezCondarco, o sea, los pasos de Uspallata y Los Patos. Era unavance en varios sectores, en un frente de más de 2.000 ki-lómetros, a través de una gigantesca cordillera. Con esto sepretendía distraer a las fuerzas realistas de Chile que nosabían en definitiva por donde arribarían, y los obligaba adividir sus fuerzas y provocar movimientos favorables a laRevolución en zonas alejadas de la capital, Santiago deChile, entre ellas la dirigida por Ramón Freire hacia Chi-llán, que llegó unos días antes que las demás y convencióal gobernador realista que el ataque principal sería por elsur.

Las dos columnas principales estaban formadas por3.500 soldados, cien baqueanos, mil caballos, diez milmulas (de las que llegaron cuatro mil), treinta cañones, casiun millón de cartu-chos de fusil, variastoneladas de pólvora,y alimento para to-dos los hombres yanimales para unmes de marcha.

El grueso delejército al mando delpropio jefe de la ex-pedición, el generalSan Martín, tomó laruta llamada corrien-temente Paso de LosPatos. El cuerpo es-taba formado por lavanguardia al mandodel brigadier mayorEstanislao Soler, elcentro al mando del brig. Bernardo O'Higgins, la escolta degranaderos al mando de tte. cnel. Mariano Necochea y laretaguardia al mando del tte. cnel. Pedro Regalado de laPlaza, que conducía la maestranza del ejército. Había va-rios días de diferencia entre la vanguardia y la retaguardia.San Martín fue de los últimos en partir, porque precisa-mente estuvo controlando lo más importante, es decir lasalida en orden del ejército. O`Higgins, quien iba al centro,le escribía casi cotidianamente a San Martín, que venía unoo dos días más atrás, y le informaba sobre su marcha y lade Soler (Las cartas de O'Higgins son uno de los docu-mentos más precisos para conocer las alternativas de lamarcha del ejército a través de las montañas sanjuaninas).El cuerpo abrió la marcha desde El Plumerillo el 19 deenero de 1817, tomó por Jagüel, Yalguaraz, Río de losPatos, salvó el alto cordón del Espinacito por el paso ho-mónimo, situado a 5.000 metros. El 2 de febrero de 1817inició el paso de la cadena limítrofe por el Paso de las Lla-retas. Esta columna tropezó con las mayores dificultades,

pues fue preciso escalar cuatro cordilleras. Soler que ibaadelante logró las victorias de Achupallas (4 de febrero de1817) y Las Coimas (7 de febrero de 1817). Al día si-guiente ingresaron en San Felipe.

El avance por el Paso de Uspallata y el valle del RíoMendoza, se inició el 18 de enero de 1817, conduciendotodo el parque y la artillería, cuyo transporte era imposiblepor el más escabroso paso de Los Patos. A cargo de las tro-pas de 800 hombres, se hallaba el brigadier Juan Gregoriode Las Heras, siendo su segundo el mayor Enrique Martí-nez. Entre los hombres destacados que lo acompañaban,cabe destacar al fray Luis Beltrán. Tras vencer en los com-bates de Picheuta, Combate de Potrerillos y Guardia Vieja,pudieron ingresar en Santa Rosa de los Andes, el día 8 defebrero de 1817. En la misma fecha, se produjo la reu-

nión con la divisiónprincipal que el díaanterior había salidovictoriosa en la ac-ción de Las Coimas.

Las dos debíanreunirse en el valledel Aconcagua,mientras que efecti-vos menores disper-saban las fuerzasenemigas, inducién-dolas a engaño res-pecto del avance dela agrupación princi-pal.

El cruce fue ver-daderamente épico:no sólo cruzaron una

de las cadenas montañosas más altas del mundo (Las Herasregistró que cruzó el paso de la Cumbre, de 3.500 metros,a las tres de la mañana), sino que lo hicieron por un desierto que en parte no tenía siquiera agua. El únicomedio día de descanso que tuvieron fue durante una tormenta de granizo que los obligó a detenerse.

La Batalla de Chacabuco

Las fuerzas de Las Heras, de O’Higgins y de Soler sereunieron el 8 de febrero en el Campamento de Curimón.Ante las noticias del avance del jefe realista, coronel Ra-fael Maroto, hacia las casas de Chacabuco, San Martín or-denó el avance. El 12 de febrero se libró la Batalla deChacabuco, en la que el Ejército de Los Andes obtuvo lavictoria sobre los realistas, que perdieron 500 muertos y600 prisioneros. Los patriotas tuvieron que lamentar sólo12 bajas.

El gobernador Casimiro Marcó del Pont huyó hacia el

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sur, pero fue capturado por el capitán José Félix Aldao, delarga trayectoria posterior.

El 18 de febrero se convocó a un cabildo abierto quepropuso a San Martín como Director Supremo de la na-ciente república, pero éste rechazó el ofrecimiento paraevitar sospechas sobre un posible avasallamiento de laProvincias Unidas del Río de la Plata sobre la autonomíade Chile. Dos días después, el cabildo nombró a O'Hig-gins como Director Supremo, designación que San Martínavaló.

Días después, San Martín ordenó a Las Heras que per-siguiera a los realistas hasta Concepción, pero éste nopudo impedir que se atrincheraran en Talcahuano. O'Hig-gins intentó capturar esa fortaleza, pero fue rechazado.Aprovechando esa posición, el virrey del Perú envió re-fuerzos para los realistas, al mando del ex gobernador Ma-riano Osorio.

Mientras tanto, San Martín viajó a Buenos Aires, apedir más colaboración a Pueyrredón, que debería tambiénformar una escuadra. A su regreso ordenó a sus hombresreplegarse hacia el norte, reuniendo unos 8.000 hombresen las afueras de Talca. Allí se produjo el 19 de marzo de1818 la sorpresa de Cancha Rayada, en que el EjércitoUnido bajo las órdenes de San Martín fue derrotadocuando realizaba una maniobra nocturna para evitar un in-minente ataque. En la oscuridad se generó una gran con-fusión, y los españoles perdieron 300 hombres, peroquedaron dueños del campo y capturaron el parque, fusi-les y cañones, levantando mucho la moral de sus tropas.Los patriotas tuvieron 120 bajas, pero la división a cargode Las Heras emprendió una retirada ordenada sustrayén-dose a la lucha, con lo que pudo iniciar la reorganizaciónde los restos del Ejército Unido.

La batalla de MaipúLa desmoralización hizo efecto en Santiago, y muchos

patriotas escribieron a Osorio pidiendo clemencia, mien-tras otros huían a las Provincias Unidas. Pero San Martínno se dio por vencido, y en quince días puso nuevamentea su ejército en condiciones de luchar nuevamente. SanMartín esperó a Osorio en los llanos del río Maipo.

El 5 de abril se produjo la batalla de Maipú, en quefuerzas patriotas obtuvieron una completa victoria. El ad-versario dejó en el campo de batalla 2.000 cadáveres,cerca de 2.500 prisioneros, todo su armamento y materialde guerra. El brigadier O'Higgins, herido en Cancha Ra-

yada, no participó de la batalla; pero se hizo presente unavez finalizada la lucha, montado en su caballo, para abra-zar a San Martín y llamarlo "Salvador de Chile".

El escueto parte de la victoria dice:

“Acabamos de ganar completamente la acción. Nues-tra caballería los persigue hasta concluirlos. La patria eslibre, abril de 1818. San Martín.”

En efecto, con la batalla de Maipú se obtuvo definiti-vamente la victoria sobre las tropas realistas, asegurandofinalmente la independencia de Chile.

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Historias de la Argentina

quienes se encontraba Cochrane, franceses como HipólitoBouchard y chilenos como Manuel Blanco Encalada.

Independencia del Perú

El 8 de septiembre, el ejército al mando de San Mar-tín desembarcó en la playa de Paracas, cerca del puerto dePisco, haciendo retroceder al ejército realista, que se re-plegó a la zona de la Sierra.

El virrey Pezuela, tenía bajo su mando a unos 20.000soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cualesla mayor parte defendía Lima. Tratando de ganar tiempopara reunir a todos los soldados, planteó una salida diplo-mática al conflicto, que finalmente no llegó a ningúnacuerdo aceptable para San Martín. Éste envió una divi-sión al mando del general Juan Antonio Álvarez de Are-nales por la ruta de la sierra, para perseguir a las divisionesrealistas ubicadas en esa zona y propiciar la insurrecciónde las poblaciones a lo largo de su trayecto.

San Martín se reembarcó en la escuadra, y en los pri-meros días de noviembre desembarca en la localidad deHuacho, donde fortificó su posición e inició su estrategiapara sitiar definitivamente Lima.

El 29 de enero de 1821 se sublevaron altos oficialesrealistas contra el virrey Pezuela, quien renunció a sucargo y fue sustituido por el general José de La Serna, quesería confirmado más tarde como virrey del Perú por lacorona. El nuevo virrey propuso a San Martín nuevas ne-gociaciones diplomáticas, las cuales finalmente fracasa-ron debido a que la propuesta definitiva del general era laindependencia del Perú. El sitio de Lima se prolongó poralgunos meses; en el mes de marzo arribó al Perú el capi-tán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como

Luego de la emancipación chilena San Martín se tras-ladó a Buenos Aires para obtener del gobierno un em-préstito que permitiera costear los gastos de la ExpediciónLibertadora del Perú. Pueyrredón le prometió 500.000pesos pero luego hubo dificultades para cumplir la pro-mesa debido a las luchas internas entre Buenos Aires y loscaudillos federales. Entonces San Martín renunció a la je-fatura del ejército. Ante este hecho, el Directorio envió aSan Martín 200.000 pesos, y junto a la ayuda financieraobtenida de O’Higgins, ambos lograron armar una escua-dra, prácticamente comprada en Gran Bretaña, al mandode Alexander Cochrane.

El Gobierno de Chile determinó que San Martín seríael comandante en jefe de la expedición, que navegaría bajobandera chilena. Finalmente San Martín fue designado ge-neral en jefe del Ejército de Chile, y general del mismo,siéndole conferido ad honorem el grado de Capitán Ge-neral del ejército de Chile dos días después de ello.

Finalmente, el 20 de agostode 1820 partía San Martín junto ala expedición desde Valparaísohacia el Perú. La expedición es-taba constituida por alrededor de4.500 hombres, pertenecientes alEjército libertador de los Andes yal Ejército de Chile, de los cuales1.600 eran marinos. Se embarca-ron en ocho navíos de guerra ydieciséis transportes. No se puedeespecificar a ciencia cierta cuan-tos soldados argentinos y cuantoschilenos conformaban la expedi-ción y que número prevaleciópero la mayor parte de los oficia-les eran argentinos y los jefes na-vales de orígenes varios, siendode destacar los británicos entre

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Historias de la Argentina

emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorablepara los independentistas. San Martín decidió iniciar unanueva estrategia y envió dos ejércitos, uno al mando delgeneral Guillermo Miller, para desembarcar en las costasdel sur, y otra al mando del general Arenales, hacia la sie-rra.

San Martín dejó Huacho y desembarcó en Ancón, es-trechando el cerco a Lima. Simultáneamente inició nuevasnegociaciones de paz, que se realizaron a fines de abril enla hacienda de Punchauca, cerca de Lima; los delegados deSan Martín fueron Tomás Guido, Juan García del Río yJosé Ignacio de la Roza; por partedel virrey La Serna fueron Abreu,Manuel de Llano y Mariano Gal-diano. Las negociaciones fracasa-ron nuevamente.

Pocos días después se pasó asus filas uno de los más destaca-dos regimientos de las fuerzas delvirrey: el regimiento realista Nu-mancia, compuesto de venezola-nos y neogranadinos, que habíasido formada en Venezuela en1813 y enviada al Perú tres añosmás tarde por Pablo Morillo. Estadeserción en masa desmoralizó alresto de las fuerzas realistas, obli-gando a De La Serna a abandonarla ciudad el 5 de julio, internán-dose en la sierra. Esto le abrió laspuertas de Lima a San Martín.

Gobierno en Perú

San Martín ocupó Lima yreunió un cabildo abierto el 15 de julio. El día 28, ante unamultitud reunida en la Plaza de Armas de Lima, San Mar-tín declaró la independencia y fue nombrado Protector delPerú con autoridad civil y militar.

En el mes de octubre dictó un Estatuto Provisorio deGobierno, en el cual se establecía la división territorial, lalibertad de vientres, y la libertad de los indígenas de los tri-butos específicos. Jurídicamente, el Reglamento estable-cía que “todas las leyes, ordenanzas y reglamentos quedanen su fuerza y vigor, mientras no sean derogadas o abro-gadas por autoridad competente.”

Fundó la Sociedad Patriótica, formada por 40 ciuda-danos peruanos, a quienes consideró los más ilustradosentre los decididos por la causa independentista. Ésta seenfrascó en discusiones sobre la forma más convenientede gobernar el país, entre la monarquía constitucional queapoyaba San Martín, y la república.

Estableció la libertad de comercio y la libertad de im-prenta, pero no permitió otro culto religioso que el cató-lico. Expulsó a miles de españoles notoriamente contrariosa la independencia y confiscó sus bienes.

Desde Ancón, y posteriormente desde Lima, San Mar-tín envió una serie de campañas para incorporar al Pro-tectorado al resto del Perú, pero algunos triunfos parcialesno pudieron evitar que el Virrey se hiciera fuerte en la Sie-rra, fijando su capital en Cuzco; el Protector no tenía fuer-zas para enfrentarlo con probabilidades ciertas de triunfar.

Durante su protectorado recibió una carta del generalAntonio José de Sucre, lugarte-niente de Simón Bolívar, para lacampaña en Ecuador, en el quereclamaba la incorporación a lamisma del batallón Numancia.

San Martín se negó a perderla excelente unidad, y en su lugarenvió una División Auxiliar almando de Andrés de Santa Cruz—en su mayoría compuesta portropas inexpertas— que partici-paron en las batallas de Rio-bamba y Pichincha.

Entre los días 26 y 27 de juliode 1822 se realizó la Entrevistade Guayaquil, donde se reuniócon Simón Bolívar, teniendocomo tema principal la liberacióndel Perú, baluarte realista en Sud-américa. Tras una conversaciónprivada, cuyo contenido sólo sepuede conjeturar, cedió a Bolívarla iniciativa y conclusión de lacampaña libertadora.

Poco después decidió retirarse de todos los cargos yvolver a su país.

"He convocado al Congreso para presentar ante élmi renuncia y retirarme a la vida privada con la satisfac-ción de haber puesto a la causa de la libertad toda la hon-radez de mi espíritu y la convicción de mi patriotismo.Dios, los hombres y la historia juzgarán mis actos públi-cos."

José de San Martín (carta a Bolívar. Lima, 10 deseptiembre de 1822)

Su gobierno habia durado desde el 3 de agosto de 1821hasta el 20 de septiembre de 1822.

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Historias de la Argentina

Vuelto a Mendoza en enero de 1823, pidió autoriza-ción para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con suesposa que estaba gravemente enferma. Bernardino Riva-davia, ministro de gobierno del gobernador Martín Ro-dríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro paraSan Martín volver a la ciudad. Su apoyo a los caudillos delInterior y la desobediencia a una orden que había recibidodel gobierno de reprimir a los federales, le valió que losunitarios quisieran enjuiciarlo.

Al empeorar la salud de su esposa, decidió viajar aBuenos Aires. Al llegar, su mujer ya había fallecido el 3de agosto de 1823. La lápida de su sepultura, que puedeleerse en el Cementerio de la Recoleta, reza: «Aquí yaceRemedios de Escalada, esposa y amiga del general SanMartín».

Al llegar aBuenos Aires sele acusó de ha-berse conver-tido en unconspirador.Desa len tadopor las luchasinternas entreunitarios y fe-derales decidiómarcharse delpaís con su hija,quien había es-tado al cuidadode su abuela. El10 de febrerode 1824 partióhacia el puertode El Havre(Francia). Tenía45 años y era generalísimo del Perú, capitán general de laRepública de Chile y general de las Provincias Unidas delRío de la Plata. Luego de un breve período en Escocia, seinstalaron en Bruselas y poco después en París. Su única ob-sesión era la educación de su hija Mercedes. En 1825 re-dactó las Máximas para Merceditas, donde sintetizaba susideales educativos.

En marzo de 1829 intentó regresar a Buenos Aires, alsaber que había vuelto a estallar la guerra civil, permane-ció a bordo de incógnito, aunque fue descubierto. Su an-tiguo subordinado, el general Juan Lavalle, habíaderrocado y fusilado al gobernador Manuel Dorrego, peroante la imposibilidad de vencer en la contienda, ofreció aSan Martín, la gobernación de la Provincia de Buenos

Aires, pero éste juzgó que la situación a que había llevadoel enfrentamiento sólo se resolvería por la destrucción deuno de los dos partidos. Respondió a Lavalle que: «el ge-neral San Martín jamás desenvainará su espada para com-batir a sus paisanos». Posteriormente se trasladó aMontevideo, donde permaneció tres meses, para final-mente volver a Europa.

Durante los años que duró su exilio, San Martín man-tuvo contacto con sus amigos en Buenos Aires, tratando deinteriorizarse de lo que sucedía en su país. En 1831 se ra-dicó en Francia, en una finca de campo cercana a París.Por esos años tiene lugar su afortunado encuentro con suantiguo compañero de armas en el ejército español, Ale-jandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalqui-

vir, quien,convertido enun exitoso ban-quero, designóa San Martíntutor de sushijos, con unagenerosa paga.Tres años mástarde y graciasal dinero aho-rrado trabajan-do con suamigo y graciasa la venta de lasfincas con quelo habían pre-miado el go-bierno deMendoza y elde Perú, semudó a una

casa que compró en Grand Bourg.Recibió la visita de varios personajes americanos, en

general jóvenes románticos y liberales, exiliados de supaís, como Juan Bautista Alberdi (en 1843) y DomingoFaustino Sarmiento (entre 1845 y 1848), que viajó a Eu-ropa por encargo del gobierno de Chile y se encontró conSan Martín en Grand Bourg en varias oportunidades.Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con sugran amigo Tomás Guido, quien lo mantenía informadosobre la situación política en América.

Fechó su testamento en París el 23 de enero de 1844,dejando como única heredera a su hija Mercedes de SanMartín, casada con Mariano Balcarce que ejercía comoembajador argentino en París.

El retiro

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Arte e historia

La historia de Buenos Airespor Rodolfo Campodónico

Segunda parte y final

Al mando del General Rodríguez, las campañas aldesierto comenzaron en 1833.

La agresividad del caballo, la rigidez del jinete, lalanza en punta y un bosque de ellas por detrás, se con-traponen a un indio solo en el desierto, casi como unfantasma que va desapareciendo junto con los méda-nos.

Hacia 1876, acompañando el avance de frontera, in-genieros, topógrafos y planos relevando minuciosa-mente cada paraje, daban respuesta a uno de losmayores obstáculos: el desconocimiento del territorioal que impropiamente se llamaba “Desierto”. Simultá-

neamente, el telégrafo, el fusil y la “Zanja de Alsina”,que demoraba el paso de los arreos y permitía a las tro-pas alcanzar los malones, con fortines ubicados cada 5Km.

Poco podía hacer el bravo indio, tratando de sub-sistir con el ganado que podía malonear en la frontera,para alimentar a las familias y comercializar en partedel otro lado de la cordillera.

El ganado y la sal eran las únicas riquezas de lapampa agreste y el gobierno proyectaba extender rápi-damente la agricultura.

Para la instalación del modelo agroexportador, exis-

Campaña al Desierto

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Arte e historia

La domaEl horizonte de la llanura se recorta con los sal-tos y corvos de los potros en su rebeldía a serdomados.Una flor de cardo y un palenque son los únicostestigos de una tarea rural reservada sólo a loseximios jinetes de la pampa.El potro salvaje es pialado con una lanzada alas patas, ya en el suelo, es sujetado y así se lecolocan la cincha y el freno, para ser domado.La imagen es un homenaje al caballo, el nobleanimal que acompaña al hombre de campo entodas sus tareas. Es un amigo inseparable enlas largas jornadas.

A fines del siglo pasado, los campos empie-zan a dividirse, no sólo por las diferencias detonalidades que aportan las distintas semillassembradas, sino por el ánimo de marcar pose-sión y límites. El alambrado plasma esas divi-siones. El gaucho, inmolado en la Campaña alDesierto, sucumbe definitivamente ante elalambrado que lo priva de andar libre por lapampa. Nace el paisano.

Además, el ferrocarril comienza, a acortarlas distancias y el telégrafo favorece las comu-nicaciones evitando el aislamiento. Son los es-bozos de un nuevo tiempo que empieza aasomar y el mundo agrícola-ganadero se intro-duce paulatinamente en el mercado internacio-nal. El patacón reluce.Un homenaje al trabajador anónimo, al esfuerzosilencioso de aquellos hombres que forjaroncon sus manos un proyecto de gran Nación,desde el corazón de la pampa.

Telégrafo, alambrado y ferrocarril

tieron dos políticas idénticas en el objetivo y diferentes enla aplicación: la del Ministro Adolfo Alsina, que impul-saba un avance progresivo consolidando puntos de ocu-pación importantes y procurando la integración delaborigen. Así se fundaron ciudades como Trenque Lau-quen, Púan, Guaminí y Carhué. La del General Julio A.Roca, consistía en la pronta ocupación del territorio, conel exterminio de las tribus.

Tras la muerte de Alsina, Roca lo sucede y eje-cuta su plan, con columnas al mando de los Genera-les: Levalle, Winter y Villegas, camino al sur, hastalos lugares más recónditos de la Patagonia.

A partir de allí, otras etnias, los caciques aguar-daban como fantasmas, todavía presentes en la in-mensidad del campo.

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Arte e historia

Campesinos

Asado, mate y yerra

Campos bonaerenses, venas vegetales por las que correel esfuerzo del trabajador rural y late la producción. Elhombre y la mujer de campo se dirigen a la feria a vendersus productos. Van juntos y abrazados, como marchannuestras familias campesinas unidas por el amor y la soli-daridad.

El paisaje de campos sembrados, acariciando un hori-

zonte lejano, enlaza pasado y presente. Así lo marca elviejo carro y, en las antípodas, los silos y un tractor arras-trando un arado de varios discos.

La tierra, madre omnipresente, abre sus surcos gene-rosos, donde las aves buscan su alimento. En ella, la siem-bra y la cosecha enmarcan el sacrificio silencioso deltrabajador rural, envuelto en climas de paz y esperanzas.

Sentado sobre las raíces prominentes, bajo la som-bra de un árbol, el peón de campo le ceba mate al pai-sano que, en cuclillas, cuida con su facón el asado concuero, a punto sobre brasas.

La imagen encierra el sentido de compartir no sóloel trabajo- en este caso, la yerra- sino el descanso me-recido después de la ardua labor.

Parte del paisaje de la llanura, el paisano montadoen su alazán enlaza al novillo que se resiste a la marca

caliente sobre las ancas.El sombrero requintado y las botas con espuelas, la

boina y las alpargatas, o la bombacha y la rastra vistenal hombre de campo y lo acompañan en su tarea coti-diana. Una labor que empieza aún antes del alba, y ter-mina con la caída del sol en el horizonte de la inmensallanura bonaerense. Una tierra que guarda en silencio,en las horas de compartir los descansos, las más diver-sas leyendas, mitos y tradiciones gauchas.

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Arte e historia

El amarre metálico, además de firme, parece bienfundado a tierra. Ese ambiente portuario fue la primeraimagen que observaron aquellos primeros “ojos inmi-grantes” el día de su llegada a estas tierras, atrás que-daban la guerra, el hambre, el frío, el espanto. Adelante,sólo futuro.

Así lo cuentan los ojos fijos, petrificados de esamujer con pañuelo blanco sobre su cabeza, que sujeta subolsa como aforrándose a una esperanza. No está sola,con ella vienen su familia, su música, sus herramientasde trabajo.

En la imagen aparecen algunos símbolos de aque-llos días, el arado, para abrir el surco en la tierra pro-misoria, para sembrar, poblar con trabajo aquel inmensoterritorio, que era la pampa de comienzos de siglos.

El acordeón a piano (de origen Alemán) lleva el airecon sus notas, quizás las primeras canzonetas y el ger-men de los primeros tangos.

En los rostros de los inmigrantes se comienza a des-dibujar el destierro, pero en sus miradas se pinta la es-peranza cierta que orienta hacia el futuro: el sentirseparte de una nueva Nación.

Los inmigrantes

Pulpería y posta

Bajo la generosa sombra del ombú, la diligenciadescansa sus ruedas polvorientas, espera el cambio decaballos para ir a otro destino; quizás otra posta.

La música de una guitarra acompaña el canto de unpaisano, que cuenta con su voz y sus ojos algún pro-fundo sentimiento gaucho, enraizado en la pampa.

Más atrás la pulpería, el verdadero centro social ycultural de la época. Al costado, un lugareño, con lasespuelas puestas y el rebenque en mano, espera una gi-nebra en el mostrador con rejas.

No faltaban los inconvenientes para un gaucho quebuscaba diversión en la pulpería, advertía José Her-nández en su “Martín Fierro”. Por eso las rejas, pues-tas en precaución por aquellos pulperos, testigos fielesde unos cuantos “entreveros” que se sucedieron en lapampa húmeda

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Arte e historia

Pescadores de mar

zada, que espera el retorno de aquellos que vanal mar, pero también espera por el fruto de unanueva generación.Eternamente habrá pescadores y eternamentehabrá mar.A lo lejos, el faro se levanta oteando el hori-zonte; algunas gaviotas, compañeras incansa-bles de largas jornadas, procuran su alimento;un barco de madera y de vivos colores son ma-tices de un paisaje de pescadores que seaprestan a zarpar, a encontrarse con el trabajo,en algún lugar del litoral marítimo bonaerense.El océano infinito y los misterios de sus pro-fundidades esperan expectantes a quienes de-safían su inmensidad diariamente, con elpropósito de llevar el pan a su mesa.

Los isleros

Río Paraná, delta agreste, cielo de verano. En ese am-biente, los isleños están en la tarea de recolección de fru-tos.

Un bote pasa lento, cargado a tope; en el muelleatraca un carguero de maderas; los habitantes del delta,con sus canastas repletas de naranjas, llevan camino almuelle el fruto de una tierra rodeada por aguas inquietas.

El cuidadoso trabajo de la producción cítrica, laardua labor de la tala de árboles, las materias primas lis-tas para ser embarcadas hacia distintos puntos del país,llevadas por el río.

Sin embargo, la gente queda trabajando, relacionán-dose, como el hombre que convida una naranja a lamujer, quizás para seducirla, o simplemente para quecalme su sed.

La vegetación exuberante, el calor intenso, el climahúmedo, los frecuentes embates del agua, elementos quemoldean la fortaleza de espíritu de los hombres y muje-res de río.

Pescadores del río

Quizás por designio del río el oficio del pescadorse trasmite de generación en generación, por eso unamisma embarcación cobija el trabajo del joven, el padrey el abuelo.

Con las manos callosas como única herramienta lostres están unidos por una tradición que resalta la soli-daridad y la comunión de esfuerzos para rescatar elfruto de las profundidades. El más joven, pura fuerza,rema; el adulto recolecta los peces y el más viejo lanzala red al río, como quien siembra una esperanza.

La vida de los pescadores, a bordo de la barca coti-diana, danza sobre las aguas del ancho Río de La Plata.Por allí detrás, un barco de gran calado espera ser re-molcado para entrar finalmente al puerto y descansardel oleaje infinito.

Campo inmenso de agua color tierra y clima inver-nal, ambiente fluvial donde destaca la fatigosa tarea dela gente de río.

Los pescadores parecen eternos: están siempre ahí,sobre las aguas.

Ni el frío matinal, ni el viento sesgado doblegan elespíritu, de nuestros hombres del río marrón.

Los acompaña la inmensidad del mar, un hori-zonte de tormenta a sus espaldas, y un frío in-tenso, se ve más dura todavía la noble tarea delpescador.Otra vez aquí, distintas generaciones unidas porel mismo oficio. El viejo capitán fumando supipa, el marinero más joven y la mujer embara-

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Arte e historia

Industria pesada

El fuego devora el hierro, lo funde, lo trans-forma en acero; en una fábrica enorme, las ma-quinarias lo procesan.El gigantesco despliegue industrial nunca po-

El ambiente lítico. El durísimo trabajo de la extrac-ción pétrea en las canteras, situado en los antiguos ma-cizos bonaerenses de Tandilla o Ventania, con sushorizontes erosionados y sus bordes suaves.

Pasado y presente conviven en la imagen, mediantela relación del hombre con sus herramientas. Ya sea eltrépano, que taladra la piedra pura para colocar la di-namita; ya se trate de antigua masa, imprescindible parael trabajo en la cantera.

Las canterasLas vagonetas sobre rieles y a tracción humana ha-

blan por sí solas de una tarea que requiere un esfuerzocasi sobrehumano.

Para aliviar la dura rutina se encuentra la “aguatera”(mujer), siempre presente en las canteras del pasado;así lo recuerdan los descendientes de algunas etnias na-tivas que trabajaron en las canteras de la Provincia deBuenos Aires.

dría consumarse sin la presencia del “hombre”que lo accione, que le de vida de principio a fin.Por eso la presencia central, destacada de dosoperarios, enlazados en la colaboración mutuadel trabajo.Cuerpo y mente fundidos al servicio de unalabor que combina ruidos metálicos, fuegos in-candescentes, temperaturas extremas, riesgoconstante. El vínculo de unión y colaboraciónde ambos trabajadores es imprescindible, vital.De fondo, el proceso de elaboración del pre-ciado acero: los crisoles cargados, las llamasde fuego infernal de los hornos y los complica-dos mecanismos de la industria pesada, pues-tos en marcha por estos hombres con templede acero.Industria de industrias, la imagen describe unarealidad que sólo conoce aquel que pasa susjornadas de trabajo en esos inmensos talleresdonde se acuña el futuro.

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Tercera parte

Argumento y dibujoLuis Ruiz Tagle

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Continuará

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Noticias regionales

DISCIPLINA PINTURA

Ines Detry, Reinaldo Agosteguis, Gabriel Humberto Chamorro,Andrea Beatriz García, Lilian G. Martínez, Noelia Marilú Salvo,Darío S. Mastrosimone, Estela P. Castaño, Elisa G. Algranati,Alberto J. Pinuer, Alicia Barbato, Rubén L. Reveco, EduardoA. Barales, María Laura Bratoz, Roxana Jacob, Olga L. Fer-manelli, Silvia S. Battistuzzi, Felipe Luis Ávila, Juan José Ur-quiaga, Federico Sandoval, María S. Escudero, Jorge OscarSain Jean, Viviana María Errecalde, Juan Pablo Moreno, AlmaCarolina Perazzoli, María Celia Mozetch, Dora Rossi, José B.Massry Camino, Mauro Pehuén Rosa, Bárbara Paz, Rosa Au-disio, Joaquín Matías J. Colussi, Graciela Islas, Stella MarisProvecho, Horacio R. Sánchez, José Daniel Schallbetter, Ga-briela E. Saks, Elsa Amalia Pérez, Adriana Ethel E. Allende,Matías Sosa Wulf, María Paula Giménez Tirtei, Rosana Elisa-bet Arratibel, Dolores Carmen Ocampo, Susana Beatriz Ca-mezaña, Jorge Alberto Abt, Nancy Noemí Micheltorena, EmiliaFarrarons Fenogio, Jorge Horacio Rodríguez Mares, LucianaAndrea Migueles, Mercedes Schamber, Armando CarmeloCala Lesina, María Suárez, Jorge Enrique Morales Mardones,Guillermo A. Morelli.

DISCIPLINA DIBUJO

Marcelo Anarella, Daniela Soledad Mastrandrea, Graciela E.Rodríguez, Susana B. Domínguez, Carlos A. Dupont, Elisa G.Algranati, Catalina Galdón, Adrián Pandolfo, Alma Carolina Pe-razzoli, Margarita del C. Acuña, Mauro Pehuen Rosa, Mirta Le-onor Córdoba, Juan José Urquiaga, Luis Abrahan, SilviaSusana Espinoza, Juan César Giaginto, Marina Robledo,Marta Jorgelina Rivero, Didier Alejandro Cheuquel, Liliana InésGonzález Ríos, Luciana Andrea Migueles, Mercedes Scham-ber, Sergio Eduardo Ruiz, Diego Antoniuk.

Entre el 1 y 3 de agosto, el jurado del “Salón

Patagónico de Artes Visuales 2012” -organizado por la

Fundación BPN, se reunió a fin de seleccionar las

obras que serán expuestas en el concurso. En esta

primera instancia, con un total de 142 obras recibidas,

el jurado seleccionó en la disciplina Pintura: 54 obras y

en la disciplina Dibujo: 24 obras.

Se entregó el listado de los seleccionados para el Salón

Patagónico de Artes Visuales

30 años deOptica Cristal

Treinta años es un número significativo, máscuando se trata de mantener y hacer crecer unaempresa; ganarse un prestigio y que este per-dure en el tiempo. Eso han logrado Ricardo Kaupert y Liza Dalla Torre con Optica Cristal, em-presa consolidada que celebra sus bodas deperla.

Con sólo 12 años, Kaupert llegó con sus pa-dres de Villa Ballester, provincia de BuenosAires, a Cinco Saltos y luego se trasladaron aNeuquén. Inauguró la Optica en 1982, con 26años. Se casó en 1981 con Liza y desde 1995está en el actual local de Juan B. Justo 575. Tie-nen dos hijos, de 24 y 21 años.

Empezó a los 17 años trabajando en diferen-tes ópticas de Neuquén, lo que le posibilitó co-nocer el ramo. “Algunos clientes tienen 30 añosde seguirnos y mientras estemos nosotros alfrente, el negocio continuará. Seguimos teniendola energía de siempre”, expresa Ricardo.

Liza es neuquina y la diseñadora de la vi-driera. Encargada de la estética del local y queeste posibilite un ambiente agradable y de ama-bilidad, cosa que los clientes han reconocido alo largo de estos treinta años.

Foto de cuando Ricardo y Liza empezaron con laóptica, en 1982.

Ricardo Kaupert y Liza Dalla Torre

El jurado de selección y premiación lo integran, a nivel pro-vincial, los artistas plásticos, Mónica Ardáis, en representa-

ción institucional y Trinidad Álvarez y Ramón Muñoz,independientes. Y el jurado nacional lo integran los artistas

Graciela Genovese y Juan Carlos Romero.

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Noticias regionales

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Equipo

dEtrab

ajo Dirección periodística: Rubén RevecoAdministración: Patricia VidelaProducción: Anita González ChiangDiseño gráfico y diagramación:Rubén RevecoRedacción: Salta 86 - NeuquénCorreos electrónicos:

[email protected]@gmail.comPropiedad intelectual Nº 2237218Agosto de 2012Edita: Pangea EditoraAdministra: Editorial Vehuel Priya

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Tel. 0299 442 6197

Cel. 155-235541

¿Qué tan educados somos los neuquinos como para que nos importe la cultura?

La Sala de Arte Emilio Saraco aún no se inauguraba y yaestaba siendo destruida. Se empezó por las rayas e inscrip-ciones de nombres sobre las recién pintadas paredes exte-riores, para luego -seguramente- continuar con un deterioromayor y sistemático que nos refleja de un modo despiadadolo que somos los neuquinos como sociedad.

¿Por qué no nos interesa el bien público y los lugares yedificios que son parte del llamado patrimonio cultural?Siempre estamos escuchando que en ciudades como Men-doza, Córdoba o Rosario sus habitantes cuidan y respetanlos monumentos públicos a diferencia de lo que ocurre aquí.Actitud que se ensaña no sólo con lo público sino, también,con lo comunitario y privado. ¿Qué nos sucede? Quizá unsociólogo -o una junta de sociólogos, psicólogos, filósofosy demás expertos- tenga la respuesta.

En estos días ha estado en la prensa un debate en tornoal destino del redescubierto Anfiteatro del Parque Centralque hace 25 años atrás se construyó con el objetivo de ofre-cer espectáculos al aire libre. La idea era buena, pero por ra-zones climáticas sólo servía en los meses de verano. Esdecir, el 70% del año no se lo podía utilizar porque no estabatechado ni menos climatizado. Y durante ese largo períodose fue deteriorando. Una, porque las autoridades dejaron quese abandone y otra, porque la comunidad en su conjunto fueindiferente a lo que sucedía.

Algo similar ha pasado con “El Paseo de los Artesanos”,espacio clausurado hace varios años contiguo a lo que fuela estación de Neuquén. Construido con los vagones que en1900 sirvieron como oficinas y dormitorios a los emplea-dos que iban levantando la vía férrea hasta Zapala. En ori-gen, también una buena idea que ofrecía a artesanos ypintores un lugar para trabajar y exhibir sus productos, yque la “falta de presupuesto” y la delincuencia destruyerony siguen destruyendo.

La Sala de Arte Emilio Saraco inicia una nueva etapa ydebemos cuidarla. No porque sea una expresión arquitectó-nica importante (es una edificación muy sencilla), pero conmucho simbolismo. Construida anterior a la fundación dela ciudad (1904) como depósito de correspondencia y en-comiendas que los neuquinos recibían o enviaban al restodel país.

La nueva sala tendrá que soportar muchos ataques queno serán borrados sólo con una capa de pintura blanca. Losneuquinos tenemos que cambiar para lograr una ciudad quesea reflejo de ese cambio. El cambio tiene que ver con laeducación y la educación es parte fundamental de la cul-tura.

Por Rubén Reveco.

Los emblemáticos sobrerelieves del escultor Jorge Michelottise reubicaron hace poco en el ingreso de la Sala Emilio

Saraco y ya empezaron a mostrar signos de vandalismo.

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