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EN CASA Utilizar el inodoro como vertedero (restos de comida, preservativos, compresas, pañales...) puede atascar los desagües y ensuciar el agua, dificultando su depuración. Dejar correr el agua “a lo tonto” –en la ducha, el fre- gadero o el lavabo- supone un gasto innecesario que aumenta la cantidad de agua a depurar. Utilizar la lavadora o el lavavajillas a media carga es un despilfarro de agua, detergente y energía. Además, los motores de estos aparatos tienen que esforzarse más y se averían antes. “Pasarse” en las dosis de lejías, detergentes y pro- ductos de limpieza no significa lavar mejor, sino ensuciar el agua con productos muy contaminantes. Cuidado con los restos de pinturas, aguarrás y disol- ventes: son sustancias tóxicas y muy contaminan- tes. Arrojadas por el desagüe pueden llegar al río y dañar gravemente el medio. Una buena idea para deshacerse de los desperdicios que se generan en el baño (algodones, bastoncillos, esparadrapos...) es colocar una papelera donde reco- gerlos. Conservar hábitos diarios como lavarse las manos, ducharse o cepillarse los dientes está muy bien; mejor aún si mantenemos cerrado el grifo mientras nos lavamos o enjabonamos. ¡Ojo con los restos de comida! Para no atascar las cañerías hay que separar los desperdicios en sólidos (al cubo de la basura) y líquidos (por el fregadero). Colocar rejillas en los desagües evita que restos sóli- dos se cuelen y atasquen las cañerías. Si además queremos ahorrar agua, lo mejor es instalar difuso- res en los grifos. Infórmate en tu Mancomunidad de cómo deshacerte de los tóxicos sobrantes en el hogar, mientras, mejor guardalos herméticamente cerrados y alejados del calor. EN EL BARRIO Las basuras arrojadas a las calles (colillas, papeles, bolsas de pipas...) viajan arrastradas por la lluvia y terminan en el río; allí se acumulan en sus riberas y contaminan las aguas. Un jardín sano necesita agua y abono. Pero el exceso de riego, además de ser un despilfarro de agua, puede arrastrar los restos químicos hasta el río y contaminar su flora y fauna. Baldear las calles sin necesidad (p.e.: cuando acaba de llover) supone un gasto inútil de agua; si además no se ha tomado la precaución de barrerlas primero, el riego arrastra las basuras hasta el río. Los vertidos de aceites de motores son muy conta- minantes tanto si son voluntarios –cuando uno mismo cambia el aceite- como involuntarios –por fugas en el depósito-. Cuando llegan a cauces de agua dañan gravemente el entorno. Las papeleras no son un adorno: úsalas para tirar los envoltorios de caramelos, palitos de helados, cro- mos viejos... Si no encuentras ninguna, guardalos en una bolsa y llévalos a casa. Lavar el coche con la manguera es divertido pero exige gran cantidad de agua. Nada mejor que acudir a los túneles de lavado. Algunos trabajan con agua reciclada. Fórmula: cambiar el aceite del coche en el taller; si se hace en casa llevar el aceite usado a los contenedo- res especiales. Resultado: ríos limpios y sanos. Hacer del río un lavacoches conduce a la degradación de sus aguas. ¿Motivos?: el alto poder contaminante de los productos de limpieza (jabones especiales, abrillantadores, ceras...). Los desperdicios “olvidados” en el campo terminan acumulándose en las orillas de ríos y arroyos, siendo un peligro para su flora y fauna; sin olvidar el efecto antiestético que producen. Utilizar el río como “lavatodo” –para fregar los cacharros del picnic, bañarse, lavarse la cabeza...- es un mal hábito que ensucia el agua. Aunque no parez- ca tan divertido hazlo en casa. Un paisaje limpio es un disfrute para quien lo visita. Si queremos que siga así ahí va un consejo: recoge las basuras en bolsas y deposítalas en los contene- dores. La vista y la naturaleza te lo agradecerán. La recogida selectiva de basuras no es exclusiva de las ciudades. Guarda los desperdicios y si no encuen- tras un contenedor llévalos a casa. SALVANDO AL ESPANTAPAJAROS La fumigación excesiva con pesticidas genera resi- duos tóxicos que lavados por las lluvias contaminan ríos y regatas. Los excedentes de abono en los campos de cultivo, además de saturar la tierra, pueden ser arrastrados por las aguas de riego y lluvia y contaminar los cau- ces de agua. Los sistemas de arado inapropiados (siguiendo la línea de la pendiente), unidos a la lluvia, provocan la erosión y empobrecimiento del suelo hasta formar barrancos áridos y profundos. Los vertidos de purines procedentes de granjas intensivas y los montones de estiércol, si llegan a los ríos contaminan el agua con la materia orgánica. La agricultura ecológica utiliza abonos y pesticidas de origen natural –muy poco contaminantes-, contri- buyendo de este modo a la conservación del medio. Los lodos de depuradoras son un excelente abono tanto si se utilizan frescos (en cultivos de cereal y frutales) como compostados (en huertas). Un buen sistema para no malgastar agua durante el riego es usar la de depuradoras, sea de forma direc- ta (a través de cañerías) o indirecta (de la depurado- ra al río y de ahí a las tomas de riego). El estiércol es utilizado desde hace siglos como abono natural por la riqueza de sus componentes. No obstante, para evitar filtraciones al río, es preciso alejar los depósitos lo más posible del cauce. CUANDO LAS AGUAS BAJAN TURBIAS El empleo de productos tóxicos en los procesos de fabricación contribuye a la degradación del medio. Afortunadamente, cada vez es mayor el número de industrias que reutilizan el agua en sus ciclos pro- ductivos. Así, además de reducir la contaminación ahorran energía. Los vertidos directos (a propósito o por escapes) de contaminantes a los cauces de agua, asfixian la vida de los ríos, arroyos y regatas; la depuración previa evitaría los daños ambientales. Las “tecnologías blandas” –reducen la cantidad de metales pesados de humos contaminantes y tóxi- cos- permiten producir sin dañar gravemente el medio. ¡VOY DE EXCURSIÓN! Diseño Birilo

Nilsa castellano:NILSA CA

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Page 1: Nilsa castellano:NILSA CA

EN CASAUtilizar el inodoro como vertedero (restos de comida,preservativos, compresas, pañales...) puede atascarlos desagües y ensuciar el agua, dificultando sudepuración.

Dejar correr el agua “a lo tonto” –en la ducha, el fre-gadero o el lavabo- supone un gasto innecesario queaumenta la cantidad de agua a depurar.

Utilizar la lavadora o el lavavajillas a media carga esun despilfarro de agua, detergente y energía.Además, los motores de estos aparatos tienen queesforzarse más y se averían antes.

“Pasarse” en las dosis de lejías, detergentes y pro-ductos de limpieza no significa lavar mejor, sinoensuciar el agua con productos muy contaminantes.

Cuidado con los restos de pinturas, aguarrás y disol-ventes: son sustancias tóxicas y muy contaminan-tes. Arrojadas por el desagüe pueden llegar al río ydañar gravemente el medio.

Una buena idea para deshacerse de los desperdiciosque se generan en el baño (algodones, bastoncillos,esparadrapos...) es colocar una papelera donde reco-gerlos.

Conservar hábitos diarios como lavarse las manos,ducharse o cepillarse los dientes está muy bien;mejor aún si mantenemos cerrado el grifo mientrasnos lavamos o enjabonamos.

¡Ojo con los restos de comida! Para no atascar lascañerías hay que separar los desperdicios en sólidos(al cubo de la basura) y líquidos (por el fregadero).

Colocar rejillas en los desagües evita que restos sóli-dos se cuelen y atasquen las cañerías. Si ademásqueremos ahorrar agua, lo mejor es instalar difuso-res en los grifos.

Infórmate en tu Mancomunidad de cómo deshacertede los tóxicos sobrantes en el hogar, mientras, mejorguardalos herméticamente cerrados y alejados delcalor.

EN EL BARRIO Las basuras arrojadas a las calles (colillas, papeles,bolsas de pipas...) viajan arrastradas por la lluvia yterminan en el río; allí se acumulan en sus riberas ycontaminan las aguas.Un jardín sano necesita agua y abono. Pero el exceso

de riego, además de ser un despilfarro de agua,puede arrastrar los restos químicos hasta el río ycontaminar su flora y fauna.

Baldear las calles sin necesidad (p.e.: cuando acabade llover) supone un gasto inútil de agua; si ademásno se ha tomado la precaución de barrerlas primero,el riego arrastra las basuras hasta el río.Los vertidos de aceites de motores son muy conta-

minantes tanto si son voluntarios –cuando unomismo cambia el aceite- como involuntarios –porfugas en el depósito-. Cuando llegan a cauces deagua dañan gravemente el entorno.

Las papeleras no son un adorno: úsalas para tirarlos envoltorios de caramelos, palitos de helados, cro-mos viejos... Si no encuentras ninguna, guardalos enuna bolsa y llévalos a casa.Lavar el coche con la manguera es divertido pero

exige gran cantidad de agua. Nada mejor que acudir alos túneles de lavado. Algunos trabajan con aguareciclada.

Fórmula: cambiar el aceite del coche en el taller; si sehace en casa llevar el aceite usado a los contenedo-res especiales.Resultado: ríos limpios y sanos.

Hacer del río un lavacoches conduce a la degradaciónde sus aguas. ¿Motivos?: el alto poder contaminantede los productos de limpieza (jabones especiales,abrillantadores, ceras...).

Los desperdicios “olvidados” en el campo terminanacumulándose en las orillas de ríos y arroyos, siendoun peligro para su flora y fauna; sin olvidar el efectoantiestético que producen. Utilizar el río como “lavatodo” –para fregar los

cacharros del picnic, bañarse, lavarse la cabeza...- esun mal hábito que ensucia el agua. Aunque no parez-ca tan divertido hazlo en casa.

Un paisaje limpio es un disfrute para quien lo visita.Si queremos que siga así ahí va un consejo: recogelas basuras en bolsas y deposítalas en los contene-dores. La vista y la naturaleza te lo agradecerán. La recogida selectiva de basuras no es exclusiva de

las ciudades. Guarda los desperdicios y si no encuen-tras un contenedor llévalos a casa.

SALVANDO AL ESPANTAPAJAROSLa fumigación excesiva con pesticidas genera resi-duos tóxicos que lavados por las lluvias contaminanríos y regatas.

Los excedentes de abono en los campos de cultivo,además de saturar la tierra, pueden ser arrastradospor las aguas de riego y lluvia y contaminar los cau-ces de agua.

Los sistemas de arado inapropiados (siguiendo lalínea de la pendiente), unidos a la lluvia, provocan laerosión y empobrecimiento del suelo hasta formarbarrancos áridos y profundos.

Los vertidos de purines procedentes de granjasintensivas y los montones de estiércol, si llegan a losríos contaminan el agua con la materia orgánica.

La agricultura ecológica utiliza abonos y pesticidasde origen natural –muy poco contaminantes-, contri-buyendo de este modo a la conservación del medio.

Los lodos de depuradoras son un excelente abonotanto si se utilizan frescos (en cultivos de cereal yfrutales) como compostados (en huertas).

Un buen sistema para no malgastar agua durante elriego es usar la de depuradoras, sea de forma direc-ta (a través de cañerías) o indirecta (de la depurado-ra al río y de ahí a las tomas de riego).

El estiércol es utilizado desde hace siglos comoabono natural por la riqueza de sus componentes. Noobstante, para evitar filtraciones al río, es precisoalejar los depósitos lo más posible del cauce.

CUANDO LAS AGUAS BAJAN TURBIASEl empleo de productos tóxicos en los procesos defabricación contribuye a la degradación del medio.

Afortunadamente, cada vez es mayor el número deindustrias que reutilizan el agua en sus ciclos pro-ductivos. Así, además de reducir la contaminaciónahorran energía.

Los vertidos directos (a propósito o por escapes) decontaminantes a los cauces de agua, asfixian la vidade los ríos, arroyos y regatas; la depuración previaevitaría los daños ambientales.

Las “tecnologías blandas” –reducen la cantidad demetales pesados de humos contaminantes y tóxi-cos- permiten producir sin dañar gravemente elmedio.

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