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TRUEBA LARA NOVELA HISTÓRICA POR VIRGINIA BAUTISTA virginia.bautista@gimm.com.mx Más que el traidor que entregó el poder a los invasores espa- ñoles o el cobarde que tembló ante las profecías, como mu- chos consideran, Moctezuma II (1466-1520) fue un sobre- viviente, un hombre solitario, un guerrero entregado que perdió Tenochtitlan porque no supo entender la política de los conquistadores. El tlatoani de los mexicas entre 1502 y 1520 es el pro- tagonista de la nueva novela histórica Moctezuma, de José Luis Trueba Lara (1960), quien Moctezuma, un guerrero El tlatoani mexica no fue un cobarde ni un traidor; fue un líder incomprendido El escritor y editor José Luis Trueba Lara. Foto: cortesía Océano [email protected] @Expresiones_Exc EXCELSIOR JUEVES 12 DE JULIO DE 2018 POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ Enviado luis.sanchez@gimm.com.mx TEOPANZOLCO, Morelos.— El sismo del 19 de septiembre pasa- do develó huellas prehispánicas hasta ahora desconocidas. Las afectaciones que el desastre pro- vocó en la pirámide principal de la zona arqueológica de Teopan- zolco, en Morelos, han permitido a arqueólogos mexicanos locali- zar el edificio primigenio que los tlahuicas construyeron en el sitio y que habría servido como mo- delo arquitectónico para levan- tar el Templo Mayor de la antigua ciudad de Tenochtitlán. Como el mismo terremoto, el hallazgo fortuito ha cimbrado las ideas que hasta ahora tenían los especialistas, incluida la del fe- chamiento del sitio que ha sido recalculado entre el 1150 y 1200 (Posclásico Medio) de nuestra era y ya no en el 1300 que se creía. Pero, sobre todo, ha cambiado la idea sobre la influencia que la pequeña localidad pudo haber tenido para la majestuosa capital azteca. “El hallazgo nos cambia la cronología del sitio; quizá prime- ro fue construido este basamento y después, a imagen de ese tipo de construcción, se construyó el Templo Mayor de Tenochtitlan; es decir, fue a la inversa, no es que los aztecas trajeron ese estilo ar- quitectónico a Teopanzolco, sino al revés, la arquitectura tlahuica inspiró a los mexicas para cons- truir su Templo Mayor (alrededor de 1390 d.C)”, afirmó la arqueólo- ga Bárbara Konieczna. La localización de la estruc- tura primigenia fue posible gra- cias al hundimiento, de entre 30 y 40 centímetros, que el sismo provocó en la parte superior del edificio principal de Teopanzol- co, una estructura ceremonial de doble escalinata que en la parte superior debió contar con dos adoratorios, uno dedicado a Tla- loc y otra más al sur, dedicado a Huitzilopochtli. Estas afectacio- nes, a decir de Konieczna, pu- sieron la estructura piramidal al borde del colapso. Los especialistas decidieron entonces realizar dos pozos de excavación para estudiar el gra- do de estabilidad que conser- vaba el núcleo de la pirámide y emprender su reforzamiento. Pero el destino les tenía lista otra es característico de las cultu- ras del centro del país, aunque también se ha identificado en la zona maya. En ellos se repre- senta la dualidad de la religiosi- dad prehispánica y sus ejemplos más logrados se han localizado en Texcoco, Tlatelolco y, por su- puesto, en el Templo Mayor. La estructura primigenia de Teopanzolco ha sido fechada en la misma época que la pirámide chichimeca de Tenayuca, Estado de México, uno de los primeros ejemplos de edificios de doble escalinata; en ese caso, como en el tlahuica, se trata de una de las siete tribus nahuas que, de acuer- do con las crónicas y los códices, habrían partido de Aztlán junto con los mexicas y que en el cami- no al centro de Mesoamérica se fueron quedando en diferentes territorios. Hoy, el sitio de Teopanzol- co apenas abarca 2.5 hectáreas. Predecir la extensión que tuvo es difícil debido a que el crecimien- to de Cuernavaca se comió toda evidencia arqueológica. Lo que sí se sabe es que la ciudad fue abandonada alrededor de 1428, cuando Cuauhnáhuac (el lugar donde hoy se localiza el Palacio de Cortés y la Catedral de la ca- pital morelense) concentró todo el poder de la región después de que Itzcóatl conquistó parte del actual territorio morelense. Desde el sismo del año pa- sado, Teopanzolco cerró sus puertas al público, pero, a decir de Isabel Campos Goenaga, di- rectora del Centro INAH More- los, podrá abrir nuevamente “en octubre o noviembre” próximo. Mientras tanto, serán interveni- das otras áreas afectadas y cu- biertos los vestigios del edificio primigenio para asegurar la es- tabilidad de la megaestructura principal. Llevar a cabo los trabajos, ex- plicó, ha sido posible gracias a un presupuesto que la Secretaría de Turismo federal bajó a través de su par estatal. Para una segun- da etapa, agregó, se utilizarán recursos del Fonden y de los se- guros que el INAH tiene contrata- dos, que ya han sido conciliados. De las siete zonas arqueológi- cas abiertas en Morelos, sólo Teopanzolco debió ser cerrada por los sismos, aunque distintas áreas de Xochicalco, como el Ob- servatorio y la Acrópolis, están en espera de ser intervenidas. CULTURA TLAHUICA EN MORELOS Es posible, dicen los arqueólogos, que la arquitectura tlahuica haya inspirado a los mexicas para construir su Templo Mayor. Morelos D e La Rotonda Río Balsas Ixcateopan Juan Pablo II Calle Vía del Ferrocarril Teloloapan Pirámide Iguala AUDITORIO PANTEÓN Av. T e o p a n z o l c o Zona arqueológica comenta en entrevista que éste es el primer soberano que logra consolidar realmente el imperio. “Pero a él le toca al mismo tiempo el choque con los españoles. Un choque que sabe que va a ocurrir, pero que no logra entender”. El escritor explica que, para un tlatoani, saber que llega- rían fuereños a sus tierras no significaba algo especial, pues el imperio estaba conectado con el exterior por redes de comercio muy poderosas. “Eso no lo sorprende. Ni siquiera estaba convencido de que fueran dioses, pues los mayas ya los habían de- rrotado dos veces, habían sacrificado a varios y se los comieron. La única opción es enfrentarlos con las reglas que conoce. Sabe hacer política en Mesoamérica, pero no entien- de más allá”, afirma. Así, prosigue, cada cosa que hace Moctezuma tiene una lectura rara por parte de los invasores. “Él no entiende a los españoles y ellos tampo- co lo entienden a él. Por ejem- plo, cuando llegan a Veracruz, les manda regalos y comida y les avisa que está enfermo. El mensaje era que les daba re- galos para que vieran que era un buen hombre y les decía que estaba enfermo para que se retiraran de manera decen- te, digna. Pero Cortés entien- de lo contrario, que se está echando para atrás”. El también editor cree que la derrota y la muerte del go- bernante azteca es una prue- ba de que nunca entendió a sus enemigos. “Entonces, este personaje se convierte en la parte oscura de la historia. Los historiadores del siglo XIX lo consideran un fanático y los liberales prefieren a Cuauhté- moc, el último rey azteca”. Ante esta imagen defor- mada de Moctezuma, Trueba Lara acepta el reto no de rei- vindicarlo, “porque la literatu- ra no reivindica a nadie”, sino de presentarlo ahora como se le veía en el siglo XVI. “Imagina lo que tuvo que hacer para llegar al trono y consolidarlo, a cuánta gen- te tuvo que matar, imagina la competencia si llegó a tener unos 200 hermanos. Segu- ro su infancia y su juventud transcurrieron en medio del silencio. Como heredero al trono no puedes destacar, porque te matan. Tuvo que aprender a ocultar quién es, a fingir”, añade. historia: al excavar encon- traron enormes piedras de basalto y tierra que se fueron asentando, pero no del todo. Como sucede en casi todas las culturas mesoamerica- nas, los tlahuicas también habían construido antes un edificio debajo de su pirá- mide principal. Lo relevante fue que esa estructura ya presenta el estilo arquitectónico de dos escalinatas que con- ducen a dos templos en la parte superior, sólo que la primigenia fue construi- da con unos 100 años de anticipación. Este tipo de edificios, dice Konieczna, El sismo del 19 de septiembre pasado develó algunas huellas prehispánicas hasta ahora desconocidas. TÍTULO: Moctezuma AUTOR: José Luis Trueba EDITORIAL: Océano, México, 2018; 274 pp. Fotos: Cortesía INAH PALOMO La estructura hallada en Morelos habría servido como modelo arquitectónico para levantar el Templo Mayor de Tenochtitlán ZONA ARQUEOLÓGICA DE TEOPANZOLCO EL SISMO, REVELADOR

POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ Enviado ZONA ARQUEOLÓGICA DE

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Page 1: POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ Enviado ZONA ARQUEOLÓGICA DE

TRUEBA LARA NOVELA HISTÓRICA

POR VIRGINIA [email protected]

Más que el traidor que entregó el poder a los invasores espa-ñoles o el cobarde que tembló ante las profecías, como mu-chos consideran, Moctezuma II (1466-1520) fue un sobre-viviente, un hombre solitario, un guerrero entregado que perdió Tenochtitlan porque no supo entender la política de los conquistadores.

El tlatoani de los mexicas entre 1502 y 1520 es el pro-tagonista de la nueva novela histórica Moctezuma, de José Luis Trueba Lara (1960), quien

Moctezuma, un guerreroEl tlatoani mexica no fue un cobarde ni un traidor; fue un líder incomprendido

El escritor y editor José Luis Trueba Lara.

Foto: cortesía Océano

[email protected] @Expresiones_Exc

EXCELSIORJuEvES 12 dE JuLIO dE 2018

POR LUIS CARLOS SÁNCHEZEnv [email protected]

TEOPANZOLCO, Morelos.— El sismo del 19 de septiembre pasa-do develó huellas prehispánicas hasta ahora desconocidas. Las afectaciones que el desastre pro-vocó en la pirámide principal de la zona arqueológica de Teopan-zolco, en Morelos, han permitido a arqueólogos mexicanos locali-zar el edificio primigenio que los tlahuicas construyeron en el sitio y que habría servido como mo-delo arquitectónico para levan-tar el Templo Mayor de la antigua ciudad de Tenochtitlán.

Como el mismo terremoto, el hallazgo fortuito ha cimbrado las ideas que hasta ahora tenían los especialistas, incluida la del fe-chamiento del sitio que ha sido recalculado entre el 1150 y 1200 (Posclásico Medio) de nuestra era y ya no en el 1300 que se creía. Pero, sobre todo, ha cambiado la idea sobre la influencia que la pequeña localidad pudo haber tenido para la majestuosa capital azteca.

“El hallazgo nos cambia la cronología del sitio; quizá prime-ro fue construido este basamento y después, a imagen de ese tipo de construcción, se construyó el Templo Mayor de Tenochtitlan; es decir, fue a la inversa, no es que los aztecas trajeron ese estilo ar-quitectónico a Teopanzolco, sino al revés, la arquitectura tlahuica inspiró a los mexicas para cons-truir su Templo Mayor (alrededor de 1390 d.C)”, afirmó la arqueólo-ga Bárbara Konieczna.

La localización de la estruc-tura primigenia fue posible gra-cias al hundimiento, de entre 30 y 40 centímetros, que el sismo provocó en la parte superior del edificio principal de Teopanzol-co, una estructura ceremonial de doble escalinata que en la parte superior debió contar con dos adoratorios, uno dedicado a Tla-loc y otra más al sur, dedicado a Huitzilopochtli. Estas afectacio-nes, a decir de Konieczna, pu-sieron la estructura piramidal al borde del colapso.

Los especialistas decidieron entonces realizar dos pozos de excavación para estudiar el gra-do de estabilidad que conser-vaba el núcleo de la pirámide y emprender su reforzamiento. Pero el destino les tenía lista otra

es característico de las cultu-ras del centro del país, aunque también se ha identificado en la zona maya. En ellos se repre-senta la dualidad de la religiosi-dad prehispánica y sus ejemplos más logrados se han localizado en Texcoco, Tlatelolco y, por su-puesto, en el Templo Mayor.

La estructura primigenia de Teopanzolco ha sido fechada en la misma época que la pirámide chichimeca de Tenayuca, Estado de México, uno de los primeros ejemplos de edificios de doble escalinata; en ese caso, como en el tlahuica, se trata de una de las siete tribus nahuas que, de acuer-do con las crónicas y los códices, habrían partido de Aztlán junto con los mexicas y que en el cami-no al centro de Mesoamérica se fueron quedando en diferentes territorios.

Hoy, el sitio de Teopanzol-co apenas abarca 2.5 hectáreas. Predecir la extensión que tuvo es difícil debido a que el crecimien-to de Cuernavaca se comió toda evidencia arqueológica. Lo que sí se sabe es que la ciudad fue abandonada alrededor de 1428, cuando Cuauhnáhuac (el lugar donde hoy se localiza el Palacio de Cortés y la Catedral de la ca-pital morelense) concentró todo el poder de la región después de que Itzcóatl conquistó parte del actual territorio morelense.

Desde el sismo del año pa-sado, Teopanzolco cerró sus puertas al público, pero, a decir de Isabel Campos Goenaga, di-rectora del Centro INAH More-los, podrá abrir nuevamente “en octubre o noviembre” próximo. Mientras tanto, serán interveni-das otras áreas afectadas y cu-biertos los vestigios del edificio primigenio para asegurar la es-tabilidad de la megaestructura principal.

Llevar a cabo los trabajos, ex-plicó, ha sido posible gracias a un presupuesto que la Secretaría de Turismo federal bajó a través de su par estatal. Para una segun-da etapa, agregó, se utilizarán recursos del Fonden y de los se-guros que el INAH tiene contrata-dos, que ya han sido conciliados. De las siete zonas arqueológi-cas abiertas en Morelos, sólo Teopanzolco debió ser cerrada por los sismos, aunque distintas áreas de Xochicalco, como el Ob-servatorio y la Acrópolis, están en espera de ser intervenidas.

CULTURA TLAHUICA EN MORELOSEs posible, dicen los arqueólogos, que la arquitectura tlahuica haya inspirado a los mexicas para construir su Templo Mayor.

Morelos

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Zona arqueológica

comenta en entrevista que éste es el primer soberano que logra consolidar realmente el imperio. “Pero a él le toca al mismo tiempo el choque con los españoles. Un choque que sabe que va a ocurrir, pero que no logra entender”.

El escritor explica que, para un tlatoani, saber que llega-rían fuereños a sus tierras no significaba algo especial, pues el imperio estaba conectado con el exterior por redes de comercio muy poderosas.

“Eso no lo sorprende. Ni siquiera estaba convencido de que fueran dioses, pues los mayas ya los habían de-rrotado dos veces, habían sacrificado a varios y se los comieron. La única opción es

enfrentarlos con las reglas que conoce. Sabe hacer política en Mesoamérica, pero no entien-de más allá”, afirma.

Así, prosigue, cada cosa que hace Moctezuma tiene una lectura rara por parte de los invasores. “Él no entiende a los españoles y ellos tampo-co lo entienden a él. Por ejem-plo, cuando llegan a Veracruz, les manda regalos y comida y les avisa que está enfermo. El mensaje era que les daba re-galos para que vieran que era un buen hombre y les decía que estaba enfermo para que se retiraran de manera decen-te, digna. Pero Cortés entien-de lo contrario, que se está echando para atrás”.

El también editor cree que la derrota y la muerte del go-bernante azteca es una prue-ba de que nunca entendió a sus enemigos. “Entonces, este

personaje se convierte en la parte oscura de la historia. Los historiadores del siglo XIX lo consideran un fanático y los liberales prefieren a Cuauhté-moc, el último rey azteca”.

Ante esta imagen defor-mada de Moctezuma, Trueba Lara acepta el reto no de rei-vindicarlo, “porque la literatu-ra no reivindica a nadie”, sino de presentarlo ahora como se le veía en el siglo XVI.

“Imagina lo que tuvo que hacer para llegar al trono y consolidarlo, a cuánta gen-te tuvo que matar, imagina la competencia si llegó a tener unos 200 hermanos. Segu-ro su infancia y su juventud transcurrieron en medio del silencio. Como heredero al trono no puedes destacar, porque te matan. Tuvo que aprender a ocultar quién es, a fingir”, añade.

historia: al excavar encon-traron enormes piedras de basalto y tierra que se fueron asentando, pero no del todo. Como sucede en casi todas

las culturas mesoamerica-nas, los tlahuicas también habían construido antes un edificio debajo de su pirá-mide principal.

Lo relevante fue que esa estructura ya presenta el estilo arquitectónico de dos escalinatas que con-ducen a dos templos en la

parte superior, sólo que la primigenia fue construi-da con unos 100 años de anticipación. Este tipo de edificios, dice Konieczna,

El sismo del 19 de septiembre pasado develó algunas huellas prehispánicas hasta ahora desconocidas.

TÍTULO: Moctezuma

AUTOR: José Luis Trueba

EDITORIAL: Océano, México, 2018; 274 pp.

Fotos: Cortesía INAH

PALOMO

La estructura hallada en Morelos habría servido como modelo arquitectónico para levantar el Templo Mayor de Tenochtitlán

ZONA ARQUEOLÓGICA DE TEOPANZOLCO

EL SISMO, REVELADOR

Page 2: POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ Enviado ZONA ARQUEOLÓGICA DE

EXCELSIOR : juEvES 12 dE juLIO dE 2018 EXPRESIONES :25INDIA CORTE REGAÑA A GOBIERNO

[email protected]

NUEVA DELHI.— La Corte Su-prema de Justicia de India criti-có ayer duramente al gobierno por su lentitud para tomar me-didas de protección del Taj Mahal, el resplandeciente mo-numento blanco al amor.

La dependencia judicial or-denó a la administración cen-tral del país asiático que le informe con todo detalle so-bre las medidas de rehabili-tación que está tomando y las que se requieren para man-tener el monumento de fama internacional.

El mes pasado, un juez cri-ticó al gobierno local de lu-cir impotente después de que un defensor ambientalista dijo que la contaminación y los ex-crementos de insectos estaban decolorando el edificio del si-glo XVII.

Ayer, la Corte expresó su an-gustia porque el gobierno de Uttar Pradesh (uno de los vein-tinueve estados que, junto con

los siete territorios de la Unión, forman la República de la In-dia) no había elaborado un plan para el mantenimiento y la pro-tección del Taj Mahal, ubicado en la ciudad de Agra.

Los jueces M.B. Lokur y Deepak Gupta dijeron que el gobierno no había iniciado me-didas concretas a pesar de las recomendaciones de una co-misión parlamentaria, informó la agencia noticiosa Press Trust of India.

Por su parte, el abogado del gobierno alegó que los exper-tos estaban midiendo los nive-les de contaminación en torno al mausoleo y que presentarían su informe en cuatro meses más. La Corte Suprema convo-có a una nueva audiencia a rea-lizarse el próximo 31 de julio.

El Taj Mahal es un importan-te destino turístico de la India. En 1983 fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por ser “la joya del arte musulmán en India y una de las obras maestras del patri-monio mundial”.

El Taj Mahal, en franco descuido

El monumento funerario fue construido entre 1631 y 1654.

Foto: Reuters

El primer requisito de la civilización es el de la justicia.

Sigmund Freud

Non fiction novel fue el nombre que original-mente se concedió al género. “Novela sin fic-ción”, le llama Jorge

Volpi. A sangre fría (Truman Capote, publicada en 1965) es considerada la primera obra que merece la denomi-nación, aunque los expertos citan un gran número de precedentes claros en la historia de la literatura. Capote, en efecto, narra un crimen absolutamente real, empleando para ello el formato narrativo que pareciera corresponder al de una novela. Me viene a la memo-ria un excelente ejemplo más, Asesi-nato (aparecida en 1985), de Vicente Leñero, obra que narra el asesinato de la pareja Flores Muñoz por el que fue condenado su nieto, Gilberto Flores Alavez.

Una novela criminal (Alfaguara, 2018) resulta, más que un proyecto narrativo, una pesada losa que Jorge Volpi decide echarse sobre la espal-da, para cargar con ella durante más o menos tres años. Eso puede suceder —lo sabemos todos— con cualquier otro expediente judicial mexicano que se encargue de un proceso de trascen-dencia histórica.

Las características del caso que narra Volpi se ajustan perfectamente a esa descripción, por tratarse del pri-mer montaje televisivo de un supues-to crimen, ideado e implementado por los siniestros órganos de justicia mexicanos, y porque topó en un con-flicto diplomático entre los gobiernos francés y mexicano. En todo lo demás, el expediente judicial y, por lo tan-to, el tratamiento jurídico que se dio

a diversos secuestros no es sino uno más de miles de documentos que han hecho y hacen constar la absurda for-ma de operar del vergonzoso sistema judicial mexicano.

Del mismo modo que las dos no-velas que citaba, A sangre fría y Asesi-nato, el relato de Volpi está construido con tal precisión, veracidad y detalle, que permite entender con absoluta claridad lo sucedido y, desde luego, el dictamen jurídico al que llevó la pre-tendida investigación. Aquí me obligo a confesar que —como habrá sucedi-do con millones de mis compatriotas, escasamente cautelosos frente a un sistema de justicia completamen-te desaseado, dados a creer tonterías a todo trance si nos conviene, absurdos defensores de una patria agraviada por una criminal france-sa— hasta antes de leer Una novela criminal no sólo vivía convencido de que Florence Cassez e Israel Vallarta eran culpables de múltiples secuestros; también me hallaba indignado por el tratamiento que los mi-nistros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación habían dado al caso, en atención a una necesidad más pre-sidencial que de Estado: responder a la terquedad con la que había inter-cedido el entonces mandatario galo Sarkozy.

El sentido del relato, aun si agota cuanta fuente haya podido existir, me deja con la misma desazón con la que inicié la lectura. Dos posibilidades: el proceso de Cassez y Vallarta pudo tratarse de un complot para tomar

venganza por parte de quien ejerció un rencor que no merecía todo lo su-cedido, o bien —admito que me quedé con esta segunda explicación— nece-sitamos culpables que atrapar, proce-sar y sentenciar, para hacerle nombre y prestigio a nuestro abyecto modo de perseguir y sancionar crímenes, par-ticularmente comprometido duran-te la Presidencia de Felipe Calderón Hinojosa.

Años de ejercicio democrático que deriva en demagogia en todo y para todo, el fin de la hegemonía política del PRI y, por ende, de todo lo corrupto

y perverso que había en México, para que Una novela criminal nos muestre que la investi-gación de delitos sigue siendo la misma de los años fatales aquellos de la Dirección Federal de Seguridad, Miguel Nassar Haro, las tor-turas y las desaparicio-nes, y un etcétera tan lamentable como cada quien quiera.

Del mismo modo, consta en la novela que la autoridad judicial federal actuó de ma-

nera absolutamente contradictoria al decidir sobre Florence Cassez, según lo ordenaron dos presiden-tes de la República. Obligado leer a Volpi ahora que somos una nación renovada, que reniega por siempre y para siempre de la corrupción y la injusticia. Su trabajo se convierte en un referente indispensable ante lo que, por ahora, no son sino buenos propósitos.

Twitter: @obenassinif

El sentido del relato, aun si agota cuanta fuente exista, me deja con

la misma desazón con la que inicié la lectura.

Territorios inciertos

ÓSCAR [email protected]

Una novela criminalEl relato de Volpi está construido con tal precisión que permite entender con claridad lo sucedido y, desde luego, el dictamen jurídico al que llevó la pretendida investigación.

DANZA