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UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS
Penfigo Foliáceo Informe Portafolio
Francisca Vergara Díaz
[Seleccionar fecha]
Entre las dermatopatías auto-inmunes, además del lupus eritematoso, en la
modalidad fija o discoide, del vitiligo, del Síndrome úveo-dermatológico, se
destaca el denominado Complejo Pénfigo, por la gran frecuencia de ocurrencia en
todas las latitudes.
El Complejo Penfigo envuelve las modalidades de pénfigo: foliáceo, eritematoso,
vulgar, pustular, panepidérmico, paraneoplásico, familiar canino y aquellos
asociados o desencadenados por drogas.
Entre las modalidades el llamado pénfigo foliáceo (Enfermedad de Cazenave) es
el de mayor ocurrencia en todo el mundo, el que se presenta con mayor frecuencia
en perros y gatos que se caracteriza por pústulas, erosiones y costras
generalmente alrededor de los ojos, sobre el puente de la nariz, orejas, cojinetes
plantares y región inguinal. En los gatos es frecuente el compromiso del lecho
ungüeal y de los pezones.
El pénfigo foliáceo afecta a la epidermis, que es la capa superficial de la piel. La
epidermis actúa como una barrera de protección contra los efectos adversos del
medio ambiente, y está se encuentra compuesta principalmente por queratinocitos
muy bien adheridos. Dos tipos de estructura de adhesión consiguen mantener
juntos a los queratinocitos. Los desmosomas que son responsables de la
adherencia entre cada célula, en tanto que los hemidesmosomas tienen a su
cargo la adhesión de la célula a la matriz. En la piel, los hemidesmosomas unen a
los queratinocitos profundos o basales a la membrana basal.
Etiopatogenia
Se trata de un cuadro multietiológico, caracterizado por la producción, de auto-
anticuerpos, de la fracción IgG4 y IgG1, vueltos contra antígenos desmosómicos
queratinocitarios (caderinas), denominados desmogleinas. La desmogleina 1, con
cerca de 160 KDa es el antígeno blanco de los anticuerpos en los caninos y
supuestamente, de los felinos. Los desmosomas de los tonofilamentos, de la
membrana plasmática, de los núcleos desmosómicos y de las placas de ligación
son hidrolizados por enzimas queratinolíticas, acarreando la hidrólisis de moléculas
de adhesión, configurando la llamada acantólisis, de las células de la capa de
Malpighi. El fenómeno acantolítico, genera la formación de “huecos” o grietas,
subepidérmicas, caracterizadas entre las colecciones líquidas, en la clasificación
de las lesiones cutáneas elementales, como formaciones vesículoampollosas. En la
verdad, en los animales las lesiones observadas son típicas pústulas sobre áreas
eritrodérmicas.
El estímulo a la anticuerpogenesis puede tener una base genética, estar
relacionada a drogas (tópicas o sistémicas) o a neoplasias e incluso, algunas
veces, al transcurso de dermatopatías alérgicas. Los anticuerpos del PF, pueden
ser evidenciados, a través de la técnica de inmunofluorescencia indirecta, en
suero de animales penfigosos, desde que se emplee el sustrato adecuado.
Causas y presentación
Los factores genéticos pueden influir el desarrollo de pénfigo foliáceo. En perros,
se diagnostica con mayor frecuencia en dos razas con genotipos relacionados de
manera estrecha, Akitas y Chow Chow. Asimismo el pénfigo foliáceo se ha
reportado en camadas completas. En el caso del pénfigo foliáceo en gatos, no se
ha observado predisposición de raza. El desarrollo de pénfigo foliáceo, tanto en
perros como en gatos, no parece estar relacionado con sexo o edad. La edad de
inicio es variable, entre 1 a 16 años en perros y la edad de presentación en gatos
varia de meses de edad4 hasta 17 años.
La lesión cutánea elemental evidenciada es la pústula, folicular o no folicular,
asentada por sobre la piel eritematosa, de contornos irregulares, efímeras, con
uno a diez milímetros de diámetro, que evolucionan a erosiones, encimadas por
costras hemo-melicéricas, áreas queratóticas y alopécicas. En la atención clínica-
dermatológica, se evidencian costras (100% de los casos), pústulas (53-93%),
alopecia (40-63%), eritema (33-63%), queratosis (33-34%) y escamas (26-67,5%).
Topográficamente, en los perros, las lesiones atípicas son evidenciadas en los
pabellones auriculares (73%), regiones ventrales (70%) o dorsales (53%), puente
nasal (53%), en miembros (36%), almohadillas (33%). En los felinos, pueden
afectarse, también, la cabeza (“escabiosis simile”), almohadillas, pezón y garras.
En cerca del 29% de los casos, las lesiones permanecen localizadas por uno a
tres años. La generalización del cuatro puede ser evidenciada en periodos de uno
a seis meses, entre 60 a 90 % de los casos clínicos.
Como síntomas el prurito es descrito en el 54 y 67% de los animales, siendo
clasificado como intenso en un tercio de la casuística. Se refiere, incluso, la
ocurrencia de algia tegumentaria (45%), anorexia, pérdida de peso, depresión,
pirexia y linfoadenomegalia. El signo de Nikolsky es encontrado con frecuencia.
Puede ser, incluso, relatado en perros algunas veces, el típico olor a nido de rata,
referido en pacientes humanos.
Paralelamente no se menciona la repercusión sistémica, hemáticas o bioquímicas,
y tampoco la superposición de infecciones bacterianas. Pueden, los casos de PF,
algunas veces venir superpuestas con dermatofitosis, escabiosis o demodicosis.
La exposición a los rayos ultravioleta solares es un desencadenante ambiental
para el desarrollo de pénfigo foliáceo. Las lesiones cutáneas en perros con pénfigo
foliáceo pueden empeorar durante el verano y mejorar en invierno. Exponer a los
perros con pénfigo foliáceo a los rayos ultravioleta B (UVB) resulta en mayor
acantólisis epidérmica.
Los medicamentos pueden influir el desarrollo del pénfigo foliáceo. Determinados
fármacos inducen acantólisis de modo directo (pénfigo foliáceo inducido por
fármacos). Asimismo, pueden activar a enzimas proteolíticas en la piel, que
posteriormente alteran a los desmosomas ocasionando acantólisis bioquímica. Los
medicamentos también pueden estimular el desarrollo de anticuerpos en contra de
los desmosomas, dando en consecuencia acantólisis inmunológica. El pénfigo
foliáceo desencadenado por fármacos se manifiesta en pacientes predispuestos al
pénfigo foliáceo. La combinación de los fármacos y de otros factores del paciente,
desencadena entonces un brote de pénfigo foliáceo.
De manera típica, las reacciones medicamentosas se desarrollan después de siete
días de exposición al fármaco. En caso de que el paciente presente una historia
clínica de exposición a medicamentos, las reacciones son rápidas y suceden
dentro de las primeras 24 horas de reexposición al fármaco. Recientemente,
existen informes de que la administración de un producto tópico spot on, que
contiene metaflumizona y amitraz se ha relacionado con pénfigo foliáceo en
perros.
El pénfigo foliáceo en perros puede relacionarse con un antecedente de
enfermedad cutánea crónica tal como las alergias, sin embargo, no existen
estudios que prueben esto en definitiva. Asimismo se ha informado de pénfigo
foliáceo en perros con otros trastornos como: hipotiroidismo, leishmaniasis,
timoma, y lupus eritematoso sistémico. En estos pacientes el pénfigo foliáceo es
un hallazgo incidental, debido a la inducción de anticuerpos hacia los
desmosomas, es desencadenado por trastornos sistémicos.
Signos Clinicos
Las lesiones iniciales por pénfigo foliáceo consisten en máculas eritematosas, que
luego progresan de manera rápida hasta la etapa pustular. Las pústulas tienden a
ser grandes, irregulares y coalescentes. Múltiples tallos de cabello brotan de las
pústulas, lo cual es un hallazgo consistente de pénfigo foliáceo, y ayuda a
diferenciar al pénfigo foliáceo de otras causas comunes de pústulas, y foliculitis
bacteriana. Debido a que las pústulas son frágiles y se rompen con facilidad, sólo
pueden observarse las costras o el exudado seco que provienen de las pústulas
rotas. Por esta razón, las costras son la lesión que se observa con mayor
frecuencia en el pénfigo foliáceo. Pueden observarse erosiones sobre todo si se
retira una costra.
Las úlceras son poco frecuentes, debido a que el pénfigo foliáceo es una
enfermedad cutánea epidérmica superficial. Las úlceras pueden observarse en
casos de pénfigo foliáceo, que tengan algún trastorno concurrente que afecte a las
porciones profundas de la piel, tal como el pioderma profundo. En pocas
ocasiones las erosiones, costras y pústulas pueden agruparse en un patrón
policíclico o anular.
Las lesiones en el pénfigo foliáceo por lo general tienen un curso de presentación
recurrente, y de distribución bilateral simétrica. Las lesiones en la porción cóncava
del pabellón auricular deben incrementar la sospecha clínica de pénfigo foliáceo,
ya que existen pocos trastornos postulares que afecten la porción cóncava del
pabellón auricular. Las lesiones en mucosas son raras en el pénfigo foliáceo. En la
mayoría de los perros las lesiones iniciales aparecen en la cara (fosas nasales,
plano nasal, piel periocular y oídos) que tienden a generalizarse durante el
transcurso de meses. En raras ocasiones, algunos perros comienzan con una
distribución generalizada o tan sólo una forma localizada de la enfermedad. En
perros y gatos con lesiones generalizadas por pénfigo foliáceo, pueden observarse
eritema y exfoliación de una zona amplia. La exfoliación masiva, se extiende más
allá de los bordes de las lesiones originales y son sugerentes de complicaciones
bacterianas. Los signos sistémicos, tales como fiebre, letargia, anorexia y
linfadenopatía, pueden suceder con el pénfigo foliáceo.
Los signos sistémicos parecen ser comunes en pacientes con lesiones
generalizadas. El prurito, sobre todo en pacientes con enfermedad generalizada,
es variable en perros y gatos con pénfigo foliáceo. Una historia clínica detallada
con el propietario de la mascota puede revelar lesiones cutáneas que se
desarrollaron antes de presentar prurito. Lo cual contrasta con las lesiones de
origen alérgico en donde el desarrollo de las lesiones inicia con prurito.
El pénfigo foliáceo en el perro por lo general involucra a las patas junto con otros
sitios del cuerpo. En pocas ocasiones, el pénfigo foliáceo se localiza en las
extremidades. Las pústulas en las patas son poco comunes, probablemente a que
estas se rompen mientras el paciente camina. Desde el punto de vista clínico, el
pénfigo foliáceo en las patas resulta en claudicación e hiperqueratosis. El pénfigo
foliáceo en perros también puede desarrollarse de manera poco usual, tan solo
alrededor de los dedos. En la mayoría de los gatos, el pénfigo foliáceo es una
enfermedad leve y localizada que consiste en erosiones y costras amarillentas.
En gatos, el pénfigo foliáceo también puede diseminarse y convertirse en
generalizado. El pénfigo foliáceo felino empieza de manera común en la cabeza.
Las lesiones también pueden afectar al conducto auditivo externo. Los gatos
pueden tener una supuración notable y costras alrededor de las patas o tejido
ungueal de las uñas (paroniquia caseosa). Con estas lesiones en el tejido ungueal,
también puede desarrollarse onicodistrofia.
Diagnostico Diferencial
Demodicosis
Pioderma superficial
Dermatosis sensible al zinc
Dermatofitos
Dermatosis actínica
Linfoma epiteliotropo
Erupción por fármacos
Diagnostico
El diagnóstico no presenta grandes dificultades para su ejecución.
Se basa en datos de la reseña, de la anamnesis, de los exámenes físico y
dermatológico, en la búsqueda del signo de Nikolsky.
Como exámenes complementarios, se recurre al citodiagnóstico (Método de
Tzanck) del contenido pustular (tinciones de Diff Quick, Sedi, Papanicolau,
Rosenfeld) buscando las células acantolíticas (células de Tzanck) aisladas o
envueltas por neutrófilos o eosinófilos, dándoles el aspecto de “rueda dentada” o
“engranaje”. Se trata de un método fácil, práctico y barato, teniendo como
limitación la dificultad de evidenciación en áreas hirsutas, por ser las pústulas
bastante efímeras y por algunas veces, estar presentes en cuadros piogénicos
supurativos.
El histopatológico es el examen imprescindible, ejecutado a partir de piel
lesionada, conteniendo, preferencialmente, pústulas integras, biopsiada con
auxílio del bisturí, colectando la lesión hemi esférica, sin romperla. Se evidencia
por la HE, clivaje sub-córneo (intra malpighiana o intragranulosa) conteniendo:
acantocitos (77% de los casos), neutrófilos y eosinófilos (16%), exocitosis y
algunas veces, cuadro de foliculopatía estéril.
Se consideran como dispendiosos y prescindibles, a lo menos en la práctica
dermatológica rutinaria la inmunohistopatología, la bioquímica sérica y/o la
hematimetría.
Tratamiento
Con frecuencia el pénfigo foliáceo es un trastorno cutáneo crónico con un curso
recurrente. Se deberá alertar a los propietarios de la posibilidad de la recurrencia
de la enfermedad posterior a la remisión de los signos clínicos. Debido a los
efectos colaterales de los medicamentos las dosis deberán reducirse
gradualmente en base respuesta a los signos clínicos. Es importante explicar a los
propietarios acerca de los efectos adversos de la medicación, de modo que
comprendan porque las dosis necesitan reducirse de manera gradual.
El protocolo de tratamiento clásico de elección, todavía hoy, es el empleo de
prednisona (perro) o prednisolona (gatos y perros) aisladamente o en asociación
con azatioprina (perro) o clorambucilo (gatos y perros). El tratamiento ortodoxo
(esteroidal aislado) o heterodoxo (esteroide asociado a azatioprina) propicia
remisión, respectivamente, en 7 meses (1,5-12 meses) y 11,7 meses (2-29
meses), con mayor número de efectos colaterales observados en el tratamiento
ortodoxo. El éxito en el tratamiento o la evolución a la defunción es similar en los
dos protocolos.
Alternativamente, se puede recurrir a la triamcinolona, a la dexametasona, a las
sales de oro, a la ciclosporina y bien más recientemente, se está empleando, en
perros, (con pocos resultados satisfactorios) el micofenolatomofetil.
Profilaxis
Se debe controlar cualquier infección bacteriana secundaria. Considerar elegir el
antibiótico en base a cultivos bacterianos y en los resultados de sensibilidad
antimicrobiana, sobretodo con pioderma profundo.
Elegir un tratamiento inmunosupresor luego de evaluar las indicaciones, dosis,
régimen de administración y efectos adversos. El tratamiento inmunosupresor solo
deberá utilizarse en perros y gatos con un diagnostico confirmado.
Volver a revisar a los pacientes a intervalos regulares para monitorizar
reincidencia. Desarrollar pruebas de laboratorio (hemogramas, perfil bioquímico,
urianalisis y urocultivos) con el fin de evaluar los efectos adversos.
En caso de que las lesiones reduzcan su extensión y amplitud deberá disminuirse
la dosis o frecuencia, o ambas, del fármaco inmunosupresor.
Si se presentan nuevas lesiones cutáneas durante el tratamiento, descarte primero
infecciones cutáneas bacterianas, ectoparásitos como demodicosis o
dermatofitosis.
Bibliografía
Veterinary Medicine en español, volumen 4, numero 5, Abril- Mayo 2010.
Complejo Penfigo en caninos y felinos, Servicio de Dematologia del
HOVET/USP, Octubre 2010.
http://www.veterinario-vetersalud.com/informacion-penfigo-vulgar-en-perros-y-gatos-
172.html Visitada jueves 12 de Septiembre de 2013.
http://www.seleccionesveterinarias.com/es/articulos/dermatologia-
veterinaria/desmosomas-y-penfigo-foliaceo-canino Visitada jueves 12 de
Septiembre de 2013.
Patologia de los animales domesticos, Jubb- Kennedy – Palmer, Quinta
Edicion, Año 2009.