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Presencia del Art Nouveau en México
52
3. La arquitectura art nouveau en México
Durante el porfiriato la fisonomía del país comenzó a cambiar
debido al crecimiento económico y a la apertura de inversiones
extranjeras, hecho que no sólo benefició a la capital, sino que también
llegó a representar una mejoría en otras ciudades del país, como Puebla,
Guanajuato y Chihuahua. Se trabajo para que el país presentara un
aspecto “modernizado” que encajara en las modas y avances tecnológicos
con los que contaban los países europeos. También surgió de manera más
fuerte el interés por lo europeo, sobretodo por lo francés, en distintas áreas
que comprendían desde la filosofía y la literatura hasta la moda y
costumbres pasando por las artes gráficas y la arquitectura.
Sin embargo, en la arquitectura no llegó a haber uniformidad
entre las construcciones. No había un estilo fijo a seguir y se dio en el país
un eclecticismo en la arquitectura. Los arquitectos europeos traían nuevas
tendencias como el art nouveau y los arquitectos mexicanos tomaron
elementos de los estilos neogótico y renacentista, mientras que se seguía
trabajando con los elementos del neoclásico que tan fuerte se dio en un
principio durante el siglo XIX. También surgió el estilo llamado “neo-
indígena” en que retomaban sólo algunos elementos del mundo
prehispánico, como las grecas, y las aplicaban en la arquitectura, la
escultura o la pintura y de ese modo hacían un intento por "recuperar" y
dar a conocer el pasado histórico del país. Autores como De la Maza
definen a estas construcciones como “…ignorancia o bobería o política pero
no historia”1. Así también hubo por parte del gobierno un afán de
enaltecer a los héroes pasados mandando a construir diversos
monumentos, como la Columna de la Independencia o el Hemiciclo a
Juárez en la ciudad de México.
Cómo se vio en el capítulo anterior, el art nouveau llega en gran
medida por las personas con mayores posibilidades económicas que
podían viajar a Europa e importar nuevos estilos. También se debe su
1 Op. Cit. De la Maza, Francisco. Pág. 52
Presencia del Art Nouveau en México
53
llegada al hecho de que hubiese tantos arquitectos europeos en el país.
Pero así como se mencionó en el capitulo anterior, el art nouveau llegó a
México tan sólo como un elemento estilístico más dentro de otros presentes
en la arquitectura, ya que algunos de los arquitectos aun siguieron con las
pautas marcadas por la Academia lo que comprendía al neoclacisimo. Así
también hubo arquitectos que optaron por un neo-gótico o un estilo neo-
mudéjar, lo que llevó a un eclecticismo arquitectónico durante esta época.
En este capítulo no se pretende abordar los distintos estilos
arquitectónicos que se dieron durante el porfiriato sino hacer un enfoque
en los ejemplos del art nouveau y la repercusión que continuó teniendo
aun cuando el gobierno de Díaz había terminado. Tampoco se abarcarán
las distintas ciudades en que se encuentran ejemplos, como Guanajuato
con la casa ubicada en Paseo de la Presa, Oaxaca con la casa en la calle 5
de mayo o Morelia con la casa de José Alfonso Mier y Cortés. Los ejemplos
tan sólo se limitaran a las ciudades de México y a la ciudad Puebla, ambas
por la importancia y por el desarrollo económico que tuvieron, y porque
este trabajo no puede incluir el estudio extenso que representaría rastrear
a lo largo de la República todos los ejemplos del uso del art nouveau en
México.
Encontrar un edificio completamente “art nouveau" es complicado,
lo que hubo en México se trata más bien de apropiaciones. Mucho de lo
que existió tan sólo se conserva en archivos o en la memoria, ya que ha
sido destruido. Existen casas en que su fachada es casi completamente art
nouveau, sin embargo hay otras en que lo que se encuentra es el marco de
ventanas, o bien la herrería. También se tomó mucho el uso de vitrales en
algunas áreas como un modo para permitir la entrada de luz y mediante
los vidrios de distintos tontos dar mayor coloración al ambiente, o bien por
mera decoración.
Presencia del Art Nouveau en México
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3.1 Edificios con características art nouveau en la ciudad de
México
La ciudad de México comenzó a crecer como una consecuencia más
de las políticas sociales y económicas emprendidas por el gobierno de Díaz.
La gente del campo comenzó a emigrar a la ciudad ya que sus tierras
habían pasado a manos de los grandes hacendados. La ciudad requería
de varios cambios. Muchos ya se habían comenzado una vez que terminó
el periodo novo hispano y con las leyes de Reforma en que muchas
propiedades de la Iglesia pasaron a manos del gobierno y distintos
edificios, como los conventos, se convirtieron en escuelas, bibliotecas u
hospitales mediante la aplicación de la Ley de desamortización de bienes
civiles y eclesiásticos de 1856.
También se comenzó con la ampliación de calles o la apertura de
nuevas. Se realizó una traza urbana pretendiendo imitar a las ciudades
europeas. Como parte de un programa de “embellecimiento” de la
ciudad, se crearon muchas plazas y parques en que la naturaleza, con sus
flores y árboles, parecía ser el personaje principal. La ciudad comenzó a
cambiar integrando a la arquitectura nuevas modalidades estilísticas que
comenzaban a dejar de lado el neoclasicismo impuesto por la academia y
prueba de ellos son los ejemplos de art nouveau que nos encontramos.
La nueva clase social que surgió en la ciudad de México requería
de espacios que ayudaran a satisfacer sus necesidades de moda y de lujo.
Así es que, además de la colocación de parques donde las familias solían
pasear los domingos, se dio la construcción de teatros y de grandes
almacenes comerciales que proveían a este sector de la población de
espectáculos culturales o de vestimentas a la moda europeo. El edificio
destinado al teatro se encuentra sobre la avenida Francisco I. Madero, el
Palacio de Bellas Artes, un gran ejemplo del eclecticismo que prevaleció en
México durante la época y que aporta elementos del art nouveau. En un
principio el objetivo era que el edificio se convirtiera en el Teatro Nacional
y fuera escenario de obras de teatro, danza y ópera. Más tarde, en 1934, se
Presencia del Art Nouveau en México
55
inauguró con el nombre actual teniendo también la función de ser museo
y haber sido sede de una institución pública, el INBA. La edificación,
comenzada en 1905, se vio interrumpida en 1916 por la Revolución
Mexicana, por lo cual el inmueble tuvo dos etapas de construcción, la
primera a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari y después, hasta
1932 se comenzaron los trabajos de terminación teniendo como director de
obras al arquitecto mexicano Federico Mariscal.
Es a la primera etapa, la de Boari, a la que se hará referencia en
este trabajo ya que es la que interesa para resaltar los elementos de art
nouveau dentro de la arquitectura del edificio. El arquitecto italiano
realizó otras obras en la ciudad de México, como el Palacio de Correos,
pero con la influencia del art nouveau tan sólo su casa, ahora inexistente, y
el Palacio de Bellas Artes. Tras los viajes del arquitecto a los Estados Unidos
y Europa, se trajeron a México los sistemas constructivos y la integración
de funcionalidad y estética que existía en otros edificios, como el de la
Ópera de París que fue uno de sus modelos, así como también hizo notar
su interés por el art nouveau al integrarlo a la decoración.
El edificio está sostenido por una estructura de acero cubierta por
concreto en los interiores, y por mármol, mexicano e italiano, al exterior,
labor que se llevó a cabo entre 1912 y 1916. Francisco de la Maza en su libro
Del neoclacisimo al art nouveau y primer viaje a Europa, señala que
Boari intentó realizar un art nouveau “mexicanizado”, por ello es que se le
fue encargado al escultor Fiorenzo Gianetti la realización de los
mascarones con cabezas de animales “propios” mexicanos como el chivo o
el perro, así como del caballero águila y la serpiente que fue utilizada
para crear un arco sobre las ventanas en la fachada principal (ilustr. 39).
Sin embargo, nos encontramos con que la representación del caballero
águila de Gianetti se encuentra muy alejada de aquella figura
prehispánica, ya que la elaborada por el italiano sigue con rasgos físicos
que están más acorde con los cánones clásicos. El autor Juan Antonio Siller
al respecto señala que "los rasgos faciales de los guerreros mexicas
corresponden a modelos europeos, lo cual crea un extraño contraste con la
Presencia del Art Nouveau en México
56
temática prehispánica"2. Además de lo mencionado anteriormente,
Gianetti también diseñó las esculturas que se encuentran en la parte
superior del edificio. En la cenefa colocó ornamentos florales que
envuelven rostros humanos con expresiones muy marcadas de distintas
emociones, esto con la intención de que siguieran con la estética del art
nouveau (ilustr. 40). Las columnas de la entrada principal y de las
entradas laterales, tienen un capitel también dentro del estilo art
nouveau al tener en relieve líneas ondulantes que se unen con formas
vegetales (ilustr. 41).
La herrería de las ventanas de la planta baja, fue realizada por el
italiano Alessandro Mazzucotelli siguiendo el modelo diseñado por Boari
(ilustr. 42). Se trata de una composición simétrica de líneas rectas en que
se sobreponen varias curvas que poco a poco forman hojas o flores con
todo y sus tallos. En la parte superior, al centro, se colocaron un par de
círculos, uno dentro del otro. Sobre el círculo interior se encuentran un par
de serpientes colgando, las cuales se colocaron con la cabeza mirando la
una a la otra.
Al interior el art nouveau también está presente con el uso de
vitrales dentro de la sala de espectáculos. En el techo se encuentra un
diseño del húngaro Géza Mároti, un vitral circular que plasma seres de la
mitología griega como lo es Apolo con sus nueve musas. Esta pieza fue
realizada en Hungría y después enviado a México. El proscenio está
enmarcado por otra obra del húngaro, un vitral en que se representan
diferentes personajes dentro de la historia del teatro. En ambos vitrales
sobresale el color amarillo. En el arco del proscenio se emplearon diferentes
colores para dar variación a los personajes y a su vestimenta, pero es
notorio el color dorado que se empleo como fondo.
Al centro, engalanando el escenario, se colocó una cortina de hierro
con un mecanismo en el que también trabajaron manos extranjeras, ya
que fueron las casas alemanas Maschinen baugesell schaft y la
2 Siller, Juan Antonio. “Presencia Prehispánica en el Palacio de Bellas Artes”. Revista Arqueología Mexicana. Vol. II, Num. 11, México, Enero-Febrero 1995. Pág. 76
Presencia del Art Nouveau en México
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Vereignite maschinen fabrik quienes se encargaron de su fabricación. El
primer propósito era que la cortina sirviera como protección para el
público en caso de incendio, sin embargo, para conjuntar funcionalidad
con estética, la estructura metálica se cubrió de vidrio por la firma Tiffany
Studios de Estados Unidos. El diseño partió de un paisaje con los volcanes
del valle de México, el Popocateptl y el Iztaccihuatl, realizado por Harry
Stoner (ilustr. 43). Este diseño se creo con la utilización de muchos vidrios
de color, quizás con el propósito de que estos dieran una idea de cuales son
los colores en el valle de México. El fondo es azul con ciertas tonalidades
de amarillo para dar la idea del atardecer. Los volcanes en un color
oscuro, tienen en su punta el color blanco de la nieve, y lo que es el valle
esta representado con vidrios en tonos verdes y cafés. Como podemos ver,
en la formación de este Teatro “Nacional” fueron más manos de
extranjeros las que trabajaron, al menos en esta primera etapa y tomando
como ejemplos los vitrales, ya que ni los de Mároti ni el de Tiffany fueron
realizados en México. Se hicieron en Hungría y Estados Unidos,
respectivamente, y luego fueron colocados dentro del Palacio de Bellas
Artes por ingenieros también extranjeros.
Finalmente nos podemos referir al comentario escrito por el mismo
Siller con respecto a el Palacio de Bellas Artes: "En él se conjuga una serie
de proporciones estéticas que a la vez responde a visiones sociales y
políticas extremas: la idea de modernidad del régimen porfiriano y las
formas expresivas del art nouveau; las ideas de Boari de incorporar
motivos prehispánicos a las manifestaciones europeas clásicas; y las formas
expresivas del art deco, que dejó impresas el arquitecto Mariscal, en la
búsqueda de la modernidad posrevolucionaria que reclamaba una nueva
sociedad"3.
A unas cuadras del Palacio de Bellas Artes se encuentran el otro
tipo de edificios a los que antes se hizo referencia. Ya que un sector de la
población contaba con un mayor poder adquisitivo y un mayor deseo de
estar a la moda europea, se volvió más viable la construcción de grandes
3 Ídem. Pág. 79
Presencia del Art Nouveau en México
58
almacenes y tiendas departamentales. En el centro de la ciudad nos
encontramos con dos ejemplos que llegan a rescatar elementos que nos
remiten al art nouveau. El primero de ellos es el ahora Gran Hotel de la
Ciudad de México, que antes fuera El Centro Mercantil (ilustr. 44). Ubicado
en la calle 16 de septiembre, fue construido entre 1896 y 1897 por los
ingenieros Daniel Garza y Gonzalo Garita para el señor Nicolás de Teresa.
En este edificio tampoco nos encontramos con una muestra estilística
"pura", ya que la fachada que presenta el edificio es de estilo neoclásico,
mientras que en su interior es el art nouveau lo que prevalece. Por un
lado es importante el uso que se le da al hierro, sobresaliendo en la
elaboración de la balaustrada y como armazón de lo que es el elevador.
Los motivos de la herrería tienen una forma determinada mas no
identificable en los registros fitomoorficos o zoomorficos, son como líneas
que se van entrelazando formando diferentes curvas, lo que se puede
distinguir son unos círculos con las letras “C” y “M” sobrepuestas. Sin
embargo, lo que más llama la atención del edificio es el gran vitral en el
techo el cual le proporciona luz natural al edificio con diferentes
tonalidades por los colores empleados. Sostenidos por una estructura de
hierro los vidrios forman diversas figuras geométricas en que prevalecen los
colores azul y amarillo. La obra fue fabricada en Francia por Jackes
Gruber y colocada en 1908.
Por otro lado nos encontramos con el edificio del Palacio de Hierro.
Los socios que formaban la J. Tron y Cía decidieron establecer en México
una tienda que estuviera al nivel de las tiendas departamentales de otras
ciudades importantes como París. Fue así como se comenzó con la
construcción de un edificio, anterior al actual, diseñado por los hermanos
Ignacio y Eusebio de la Hidalga. Lo que resaltó de esta construcción de
cinco pisos fue el gran uso del hierro como material de construcción al
formar con éste el armazón del edificio, de ahí es que se deriva el nombre
de la tienda. Sin embargo, este edificio sufrió de un incendio lo que llevó a
la construcción del actual edificio en la calle 20 de noviembre. Esta nueva
construcción fue diseñada por el arquitecto francés Paul Dubois quien usó
el concreto armado, una innovación de la época. Esta construcción aun
Presencia del Art Nouveau en México
59
recoge elementos del art nouveau, como el empleo del hierro para los
barandales de las escaleras y principalmente el vitral que funge como
techo que es de un estilo que remite a los vitrales de Tiffany y al vitral del
edificio antes mencionado (ilustr. 45). En el exterior se encuentra otro
elemento en la ornamentación; mediante mosaicos en que prevalecen los
colores amarillo, verde y azul se forman figuras diversas, formas vegetales
aisladas, o bien que forman un marco para distintos textos en que se
anuncia lo que la tiene ofrece, como: bonetería, muebles, guantes,
sombreros, etcétera (ilustr. 46). Se convirtió en una manera de anunciar
los productos que se vendían dentro, y mediante el color y el brillo de los
mosaicos, que contrasta con el fondo pálido de las paredes, estos diseños se
vuelven más llamativos. Este tipo de ornamentación es similar a la que se
encuentra en algunas fachadas de casas en Bruselas realizada con una
técnica llamada “sgraffiti” que es parecida a los frescos. Esta técnica,
aunque no de origen belga, fue muy empleada por los artistas que se
inscribieron en el art nouveau de este país, como el ejemplo mostrado con
un diseño del belga Armand van Waesberghe, en el cual podemos
observar que utilizan tonalidades de color y motivos similares. (ilustr. 47)
Los edificios mencionados se encuentran dentro de la zona del
centro, sin embargo, con el crecimiento de la población, la ciudad tuvo la
necesidad de expandirse en territorio para acoger a un mayor número de
gente. (ilustr. 48) Así mismo, el surgimiento de una nueva clase social y el
deseo de “salir del centro” llevó a la formación de nuevas colonias
alrededor de lo que ahora es el cuadro del centro de la ciudad. Las
principales colonias comenzaron a crecer a un costado de lo que es el
Paseo de la Reforma. De 1890 a 1900 se fueron formando las colonias
Reforma, Hidalgo y Condesa. Ya entrado el nuevo siglo surgieron las
colonias Juárez, Roma y Cuauhtémoc. Estas colonias fueron formadas
principalmente por habitantes e inversiones de fuera. Estos nuevos
asentamientos contaban con los servicios públicos como agua y luz
eléctrica, lo que les daba la marca de tener un status social más alto.
En general las casas siguen con una misma traza. Había un patio
Presencia del Art Nouveau en México
60
central el cual era rodeado por los distintos cuartos que formaban un
pasillo al final del cuál se encontraba el baño. La sala, con una gran
ventana, se encontraba en el segundo piso y generalmente daba a la calle,
aspecto que es similar a las casas de esta época que se pueden encontrar
en Europa. Tal es el caso de la Casa Batló de Gaudí en Barcelona y la
Casa y Taller Horta en Bruselas, ubicadas en zona exclusiva de la ciudad
donde se ubican, la sala está del lado que da a la calle con una ventana
amplia. El comedor era un lugar importante de reunión y en muchas
casas se llega a encontrar un vitral en él.
Es dentro de la Colonia Roma dónde se encuentran varios ejemplos
de arquitectura art nouveau. Francisco de la Maza señala en el libro Del
Neoclásico al Art Nouveau y Primer Viaje a Europa, la existencia de varias
casas, como la que se encontraba en la calle de Guanajuato #63, pero de
la que ya no queda nada. Aquí se presentan otros ejemplos, que aunque
dos de ellos no se encuentran en buenas condiciones, aún siguen existiendo.
El primero se encuentra en una esquina antes de donde debió estar la casa
previamente mencionada. En la esquina de las calles de Mérida y
Guanajuato aún se conserva una residencia que ahora funciona como un
multifamiliar con “Cocina Económica” y taller mecánico en la planta baja
y varios colores en su fachada, ya que la parte superior es de color gris y
en la parte inferior esta pintado de color azul, aunque una parte de la
pintura ya se ha ido cayendo, a excepción del negocio de comida que ha
sido pintado de blanco (ilustr. 49, 50 y 51). Lo que prevalece en esta
fachada es el uso de la línea curva. La vemos empleada para enmarcar
las ventanas y en la herrería que se encuentra en los balcones. Estos
elementos podrían recordarnos a los balcones que Gaudí diseñó para el
edificio de la Pedrera, en que las líneas se van desenvolviendo sin un orden
aparente y entrelazándose entre si. Existe también mucha representación
de flores y hojas, entre las cuales se destaca el alcatraz que se encuentra
debajo de las ventanas ubicadas en la esquina, mientras que en los
marcos de las ventanas de las fachadas laterales, podemos ver al inicio y
al final del arco que rodea la ventana una representación de una flor
similar al tulipán. Es como si el tallo de las flores mencionadas se fuera
Presencia del Art Nouveau en México
61
desenvolviéndose con la intención de rodear las ventanas y finalmente
terminan con la flor.
En la calle de Chihuahua #78 nos encontramos con una residencia,
que aunque aun conserva cortinas, se puede observar por algunos orificios
en puerta y ventanas, que el inmueble se encuentra en abandono ya que
se puede ver el escombro que hay en su interior (ilustr. 52). Esta fachada
tiene la peculiaridad de venir firmada por “Arquitectura Prunes”, sin
embargo, no se ha logrado encontrar más información con respecto a esta
firma (ilustr. 53). En la parte central de la fachada, la pared se ha
conservado de color gris, mientras que lo que resta de pared está
pintada de un tono de amarillo muy claro, aunque dado el estado de
conservación se observan muchas manchas negras o verdes causadas por
la humedad. Fuera de los barrotes verticales que se encuentran en la
parte inferior de las ventanas, todo lo que es ornamentación en esta
fachada emplea líneas onduladas, cómo lo podemos observar en los
marcos de las ventanas realizadas con concreto y aquellos que se
encuentran adosadas a los vidrios que fueron realizados con madera.
Incluso la puerta tiene un detalle con líneas curvas (ilustr. 54). El marco
que el arquitecto diseño para ventanas y puertas comienza en la parte
inferior por un elemento que pareciera un racimo de uvas. De ahí se
desprende una línea que se desenvuelve como ondulación y sube, al llegar
a la esquina, la línea se vuelve una franja de líneas onduladas que se
sobreponen dando la impresión de movimiento. Esta franja cubre toda la
parte superior del marco para después en la esquina volver a caer del
mismo modo en que comenzó, lo que convierte a esto en un diseño
simétrico. La mayoría de las líneas curvas, así como en el ejemplo anterior,
terminan en flores y otros elementos vegetales, los cuales también se
pueden observar en la pequeña cornisa que separa los dos pisos de la casa.
En mejores condiciones de conservación se encuentra la casa en la
esquina de las calles Colima y Córdoba. En esta fachada, los elementos del
art nouveau son más escasos que en los ejemplos anteriores, además de
que resalta mucho el hecho de que gran parte de ella está elaborada por
Presencia del Art Nouveau en México
62
tabique y piedra en la parte inferior, lo que hace que no sea un muro
plano como en los anteriores casos, además de darle una coloración
diferente, ya que las piedras son oscuras mientras que el tabique es de
distintos tonos de café. En esta fachada también vemos el empleo de la
línea curva como modo de ornamentar las ventanas y los balcones e
incluso los sótanos. Alrededor de las ventanas se encuentran varias formas
vegetales y florales. Arriba del marco de la ventana se coloco una especie
de franja ornamental. Se trata de un diseño geométrico que al centro
tiene una abertura y a los costados son líneas como si fueran los tallos de
las flores que se encuentran al final, similares a las rosas (ilustr. 55 y 56).
En la Colonia Juárez encontramos una casa más. Se trata de la
construcción ubicada sobre la calle Florencia, muy próxima al monumento
del Ángel de la Independencia. Actualmente es una sastrería que conserva
el color gris. Sobre la puerta de entrada se encuentran un par de ventanas
con una forma poco común. Es como un rectángulo cuyos vértices no se
han definido bien ya que se han curveado en sus esquinas. En un piso
superior, se encuentra una ventana, en cuyo marco superior se colocó una
especie de guirnalda de varias ramas con sus hojas y que va siguiendo una
trayectoria curva. El balcón frente a esta ventana tiene una herrería
pintada de blanco con un motivo que se repite tres veces. Al centro se
encuentra una línea que sube y después, en un punto donde se colocó una
flor parecida a la margarita, se separa en dos y cae de modo que crea
una ondulación.(ilustr. 57 y 58)
El impacto del art nouveau estuvo no sólo en las construcciones
sino también en la decoración interior de las casas. El ejemplo más
conocido en México es la casa del banquero José Luis Requena, ubicada en
la calle de la Santa Veracruz, 43. Fue el mismo señor Requena, junto con el
dibujante catalán Ramón P. Cantó, quienes diseñaron todos los muebles
para esta casa siguiendo este estilo. Desde los muebles para el baño,
distintas sillas, el comedor y las recamaras fueron fabricados con el estilo. A
la vez que se cumplía con una necesidad, los muebles tenían un sello
estético y artístico, por lo que se convertían en objetos de lujo que llevaron
a su dueño a sobresalir dentro de la sociedad. La mayoría de los muebles
Presencia del Art Nouveau en México
63
son de madera y van formando figuras vegetales, animales o líneas curvas
que se van entrelazando a lo largo de la superficie. En una de las
recamaras utilizó como motivo principal el pavo real, y todo lo que se
diseño, la cama, el armario siguen este motivo. En la recamara infantil
optó por el cuento de Caperucita Roja. En el comedor se integraba la
pintura de la pared con la madera pegada a ésta. Así como también se
integra el uso de los vitrales enmarcados por curvas de madera. La
colección fue declarada Monumento Nacional en 1969 y dos años más
tarde, los objetos fueron llevados a Chihuahua a raíz de un comodato
firmado por Pedro Fossas Requena a la Universidad Autónoma de ese
estado. Desde entonces los muebles se exhiben en el edificio conocido como
Quinta Gameros (ilustr. 59).
Si bien es en la arquitectura de las casas particulares en donde más
ejemplos se encontraron, también en los edificios públicos se encuentran
elementos. Tal es el caso de algunas construcciones dentro de la colonia
Santa María la Ribera. Esta colonia surgió años antes de que comenzara el
porfiriato, alrededor de la década de 1860, más es durante este período
que la colonia tuvo más auge con la incorporación de servicios como la
higiene y el alumbrado públicos. Si bien la colonia también estuvo
financiada por capital extranjero, los habitantes eran de una clase media
baja, como profesionales, comerciantes y burócratas. Los hermanos Flores,
fundadores de la colonia, incorporaron plazas y otras áreas comunes para
crear una vida comunitaria.
En 1902, también como parte de los festejos del Centenario de la
Independencia, se comenzó con la construcción del edificio que albergaría
el Instituto de Geología y es hoy Museo de Geología y Paleontología. Antes
de pasar a ver las piezas que ahí se exponen, el público se topa en el
vestíbulo con una doble escalera de hierro la cual esta pintada de color
verde y que bien sigue con el art nouveau. Los barrotes de líneas verticales
se intercalan con cuadros que al centro tienen líneas curvas que se
desenvuelven formando el tallo de unas flores y acompañados por sus
hojas (ilustr. 60 y 61). También empleando un nuevo material, en la parte
superior se encuentra una cúpula de estructura metálica con vidrio que
Presencia del Art Nouveau en México
64
proporciona al vestíbulo luz natural, aunque muy escasa ya que, además
de ser pequeño el ovalo, el vidrio es opaco y por el paso del tiempo ahora
tiene un tono amarillento.
Es también dentro de esta colonia en dónde encontramos un par
de ejemplos más, que si bien en su ornamentación no siguen con la línea
estilística del art nouveau, si lo hacen con el empleo de nuevos materiales
proporcionados por la industria como el hierro y el vidrio. En frente de la
mencionada Escuela de Geología se encuentra, al centro del parque, el
kiosco, cuyo primer objetivo fue ser el pabellón de México en la exposición
internacional de Nueva Orleáns entre 1884 y 1885. El ingeniero Ramón
Ibarrola realizó el diseño que refuerza la idea de arquitectura ecléctica en
México, ya que además del estilo neo-mudéjar, destaca en la parte
superior su cúpula en la que se empleó en su fabricación un vidrio opaco
de color blanco y la herrería negra (ilustr. 62). Estos elementos
mencionados nos muestran que el art nouveau es un componente más
entre otros. El empleo del hierro también estuvo presente para la
decoración de parques en la elaboración de bancas, o bien de los kioscos,
como el que se encuentra en la ciudad de Guadalajara.
Unas calles más lejos, se encuentra, desde 1904, el ahora Museo
Universitario del Chopo. Una estructura de hierro y vidrio desarmable y
prefabricada en Alemania, fue montada en México por el ingeniero Luis
Bacmeister, con el fin de albergar exposiciones de tipo industrial y artístico
(ilustr. 63). El edificio en un inicio fue realizado para una muestra de arte
industrial en 1902 en Dusseldorf, Alemania. El autor Françoise Dasques, en
un artículo sobre la Iglesia de Santa Rosalía en Baja California Sur, señala
que “ya en la segunda mitad del siglo (XIX), todos los países europeos con
siderurgia y colonias diseñan, fabrican, instalan y exportan elementos,
estructuras y edificios metálicos”4.
En su época, el objetivo por el cual se colocó en la ciudad de México
no se concretó, así es que la estructura sirvió de sede del Museo Nacional
de Historia Natural por algunos años. A diferencia de la mayoría de los
4 Dasques, Françoise. “La Iglesia de Santa Rosalía en Baja California Sur”. Revista México en el Tiempo. México, Junio-Julio, 1995. Pág. 13
Presencia del Art Nouveau en México
65
ejemplos citados anteriormente, aquí sobresale el empleo de la línea
vertical. No lleva más ornamentación más que el mostrar la estructura de
hierro tal cual es, sin estar recubierta. El uso del vidrio proporciona al
interior bastante luz. Esta estructura nos recuerda al edificio construido
para la Exposición de Londres de 1851, el Crystal Palace, ya que utiliza los
mismos elementos para su construcción y en un inicio fue diseñado con
objetivos similares como es la exhibición. Como se mencionó, en este
ejemplo sobresale el uso de la línea recta, a diferencia de los ejemplos
antes citados en que son las ondulaciones lo característico, aquí tan sólo la
línea curva es empleada para los marcos de puertas y en la parte superior
donde termina el vidrio.
A un costado del Palacio de Bellas Artes nos podemos encontrar
con un ejemplo más del art nouveau en México. Sin embargo, esta
estructura es mucha más reciente que las antes mencionadas. Se trata de
una entrada de estación del Metro Bellas Artes donada por el gobierno
francés en el año de 1994 a la Ciudad de México (ilustr. 64). Se trata de
una copia de una de las entradas del metro de París diseñadas por Hector
Guimard.
3.2 Edificios con características art nouveau en la ciudad de
Puebla
Como se mencionó desde el inicio, el art nouveau tuvo presencia en
México, no sólo en la capital, ya que también existen ejemplos en otras
ciudades del país. El estado de Puebla, durante el porfiriato, con las
haciendas y la industria, sobretodo la textil, comenzó a tener un
crecimiento económico lo que permitió la existencia de una clase alta, que
en su mayoría radicó en la ciudad capital del estado. Así mismo la ciudad
también llegó a tener una relevancia dentro del país. En el año de 1891, el
viajero Emile Chabrand, califica a la ciudad de Puebla como “…la más
Presencia del Art Nouveau en México
66
considerable de México después de la ciudad de México, rival de la misma
por el número, la riqueza y la belleza de sus edificios”5.
La ciudad, como el resto del país, también comenzaba a cambiar
su fisonomía durante el porfiriato, pero aun se conservaron gran parte de
los edificios mencionados, como conventos e iglesias, edificados en el
período novo hispano. Como en el resto del país, en la ciudad también se
comenzaron a construir monumentos para conmemorar a los personajes
históricos, ejemplo de ello es el Monumento a la Independencia que
actualmente se encuentra sobre la Avenida Juárez. Parques y plazas se
comenzaron a construir para así dar entrada a la naturaleza con sus
árboles y flores. A la ciudad también había llegado la “modernidad” y sus
limpias calles estaban alumbradas con luz eléctrica. Así mismo, en
arquitectura, también se comenzaron a utilizar elementos extraídos de
estilos europeos, dándose el eclecticismo en donde nos encontramos al
estilo art nouveau como un elemento más para el diseño y construcción.
El estado de Puebla fue, durante la época porfiriana, importante
en el área industrial, sobretodo en la elaboración de telas. La riqueza que
la industria dejaba se veía reflejada en la ciudad, ya que las calles se
empezaron a ocupar por tiendas especializadas, como pastelerías o
camiserías, y almacenes de mayor tamaño que también buscaban entrar
dentro del contexto europeo. Un viajero más, Adolfo Dollero, menciona
que “hay almacenes espléndidos y dignos de las mejores capitales del
mundo…”6 Un ejemplo lo encontramos en la calle 2 Norte esquina 2
Poniente en un edificio que ahora alberga un restaurante.
Lo que aquí encontramos es una estructura de metal recubierta en
una parte, ya que mucho del metal si ha quedado a la vista. La
estructura fue realizada en París por la firma Schwartz and Meurer para
la compañía Signoret y Reynaud. El edificio se estableció en México en
1904 para ser una tienda departamental, Fábricas de Francia, así como
5 Chabrand, Emile. “Sin título”. Crónica de la Puebla de los Ángeles. (Compendio realizado por Ibarra, Ignacio). Gobierno del Estado de Puebla, México, 1990. Pág. 313 6 Dollero, Adolfo. “Sin Título”. Crónica de la Puebla de los Ángeles. (Compendio realizado por Ibarra, Ignacio). Gobierno del Estado de Puebla, México, 1990. Pág.338
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las que se encontraron en la capital del país, aunque de menor escala.
Destaca en este edificio el hecho de que esté a la vista del transeúnte la
firma de la fabricación. Es de nuevo el empleo del metal una novedad en
la construcción. Otro elemento del art nouveau que destaca es la
marquesina colocada sobre una de las puertas laterales, realizada con
hierro que forma el armazón que sostiene una serie de vidrios largos
biselados que terminan en curva en uno de sus extremos. Esta estructura
nos evoca a la Porte Dauphine, una de las entradas del metro de París,
diseñada por Hector Guimard (ilustr. 65).
Unas calles para atrás, en la esquina de la Avenida Reforma con la
calle 7 sur nos encontramos con una estructura similar. Se trata de un
edificio que ahora es un hotel. Sobre las puertas de entrada se colocó una
marquesina similar a la del antiguo almacén, sólo que ésta sigue una
forma recta y no curveada como en la anterior (ilustr. 66). La estructura
mencionada no sólo estuvo en el exterior, sino que fue muy utilizada al
interior de la casas, sobre los patios centrales. Tal es el ejemplo de un par
de casas encontradas en el centro de la ciudad. En la calle 3 Oriente #206
se encuentra una residencia que ahora es parte de los edificios que la
universidad del estado, la BUAP, ha adquirido para continuar con su
labor. Sobre el patio central se puede observar la marquesina, así como
también al fondo se ve un vitral de colores amarillos y naranja que
además aportan a esa zona de la casa mayor luminosidad (ilustr. 67).
Unos metros adelante del edifico de estructura metálica, en la calle
2 Norte #402, nos encontramos con una residencia particular. Además de
la mencionada marquesina (ilustr. 68), esta casa cuenta con otros
elementos del art nouveau como son un vitral que se encuentra sobre el
comedor, la pintura de las paredes de éste (ilustr. 69) y la escalera que
conecta ambos pisos (ilustr. 70). En la pintura y en el vitral, podemos
observar el empleo de elementos vegetales para la ornamentación. El
vitral se elabora a partir de vidrios de colores azul, rojo, amarillo y verde.
No existe una forma que pueda ser identificable de modo preciso, en la
parte baja parece existir una flor. Este diseño se repite a lo largo de todo el
vitral. La pintura de la pared es muy escasa, es como si se tratara tan sólo
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de un marco de flores, como si fuesen una enredadera. En la escalera es
muy poco el detalle floral ya que en su mayoría el barandal está
compuesto por rombos, sin embargo al pie de la escalera se observa una
hoja grande que se encuentra como enganchada al resto de la estructura.
Además de estos elementos del art nouveau, en esta casa se pueden
encontrar otros estilos, como por ejemplo el “neo-mudéjar” dentro de lo
que es una pequeña sala, que antes fuera el salón de fumadores.
También en el centro, encontramos cuatro ejemplos más de casas
con elementos de art nouveau. Como se dijo desde el principio, encontrar
edificaciones “puras” de este estilo resulta difícil, así que aquí sólo nos
referiremos a los elementos de los que los arquitectos o diseñadores se
apropiaron. Sobre la calle 5 Poniente # 116, se encuentra esta casa cuyas
ventanas se encuentran enmarcadas por unos relieves con esquinas curvas
y con una línea que sigue hasta terminar en una flor en la cual resulta
muy notorio el pistilo (ilustr. 71). Actualmente las paredes de la
construcción están pintadas de color rojo, por lo tanto resaltan más los
motivos mencionados al estar pintados de color blanco.
Unas calles atrás, sobre la Avenida Reforma nos encontramos con
tres casos más, sólo que esta vez, el art nouveau está presente en la
herrería. La primera se encuentra en el número 517. La herrería sólo se
encuentra en las ventanas de la parte inferior, por lo cual podríamos
entender que el uso del hierro no sólo es a manera de ornamento, sino que
también como un sistema de protección. Pintada de color verde, tenemos
una herrería con un diseño de líneas rectas verticales sobre las que se han
colocado algunas flores y sus tallos como si fueran una enredadera. Las
esquinas se encuentran cerradas por curvas que se desenvuelven sin
ningún orden aparente (ilustr. 72 y 73).
Aun más alejada del centro y más próxima al Paseo Bravo se
encuentra la casa con el número 917. En una fachada en la que imperan
las líneas rectas; las curvas y las flores se hacen presentes a través de la
herrería, pintada de verde, que se usa como ornamento para la puerta
así como para las ventanas del sótano. En éstas, la herrería ya se
encuentra muy maltratada y tan sólo se llega a notar un pétalo de alguna
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flor y el círculo que las rodea. En la herrería de la puerta se tienen unas
líneas verticales en cuya punta se ha colocado una flor similar a una
margarita (ilustr. 74 y 75).
Finalmente, también sobre la calle Reforma, en el número 1519,
otro ejemplo de herrería. La construcción se realizó con tabique, el cual
quedó descubierto dando a la casa una coloración rojiza. La herrería que
se utiliza en los balcones de las ventanas de la parte superior es el único
elemento que se puede destacar dentro del estilo art nouveau. Es de color
verde, pero resulta muy oscuro y por la luz que recibe la casa, la herrería
puede no llegar a resaltar mucho. Se trata de un diseño geométrico de un
par de líneas que parecen ir en espiral y al desenvolverse en la parte
superior forman algo parecido a un corazón, y después las líneas vuelven a
bajar para terminar de nuevo en una espiral. En medio de estas dos
líneas se pueden ver que se han colocado unas pequeñas flores (ilustr. 76).
También en la ciudad de Puebla existe un edificio público en que
se hallan apropiaciones del art nouveau. Sobre la calle 5 Poniente # 128 se
encuentra el edificio, que después de ser sede de varias sociedades, ahora
alberga el Congreso del Estado de Puebla. El edificio estuvo a cargo del
arquitecto Eduardo Tamariz, quien eligió el estilo “neo-mudéjar” para la
construcción, aspecto que se puede ver en la gran mayoría del inmueble,
como en el patio central. Sin embargo, atrás de éste se encuentra el
Salón de Plenos. Es aquí donde podemos prestar atención a los detalles
art nouveau. Sobre los asientos que los diputados ocupan en las distintas
sesiones, se encuentra un pasillo circular por donde la gente puede
deambular. Sobre éste se colocó una serie de vitrales, todos siguiendo el
mismo diseño, que aportan al espacio luz natural (ilustr. 77). El diseño es
básicamente sencillo, en la parte inferior se encuentra una especie de
corona, parecida a una concha, después le siguen líneas que se enrollan
como en espiral y hasta la punta, una flor. Destaca sobretodo el empleo
de vidrios de color amarillo, que se combina con el rojo y el verde.
A lo largo de este recorrido se ha dado muestra del impacto que
tuvo en México el art nouveau. Como se menciono desde un principio, no
se ha encontrado un edificio al “puro” estilo art nouveau como sería la
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Casa Batló en Barcelona, en que desde la fachada, los patios interiores, el
mobiliario, la ornamentación en los techos e incluso el barandal de la
escalera se conjugan para conformar una unión estilística. En los ejemplos
aquí citados tan sólo encontramos algunos elementos de los que los
diseñadores, ingenieros u arquitectos se apropiaron para poder estar a la
par de las modas europeas y para traer a México la funcionalidad de los
nuevos materiales que la industria aportaba, como lo son el hierro y el
vidrio.
Desgraciadamente o quizás simplemente como una etapa de
evolución de una ciudad en continuo crecimiento, algunos de los ejemplos
que los libros llegan a citar, y de los cuales presentan fotos, al momento de
hacerse el recorrido, uno descubre que ya han desaparecido. O bien, se
prohíbe la reproducción en fotografía de uno de ellos, la casa en la calle
Gral. Prim #39, ya que actualmente la construcción es parte de la sede de
la Secretaría de Gobernación Federal. Otros ejemplos más se encuentran
en muy mal estado y no se ve que exista un interés por rescatarlos y
preservarlos. Sin embargo, aún siguen presentes para dar fe de lo que fue
la arquitectura durante el porfiriato. Aquí tan sólo se presentan ejemplos,
es probable que existan otros más dentro de casas particulares a las cuales
no se puede tener acceso y que no han sido censados. En este capitulo se
hablo de la arquitectura, haciendo mención al mobiliario de la casa
Requena, sin embargo, con la exposición sobre el art nouveau en México,
llevada a cabo en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México, en los
meses de marzo a mayo del 2004, se puede constatar que hay muchos
ejemplos de piezas de vidrio, como son los floreros u otros elementos
decorativos, que actualmente pertenecen a colecciones privadas.
El art nouveau fue uno más de los estilos que se hicieron presentes
durante el porfirismo, en lo que Obregón Santacilia ha denominado
“…desenfreno estilístico, de la desorientación arquitectónica y del modo de
pensar de la época”7. Un momento en que aun los arquitectos no habían
7 Obregón Santacilia, Carlos. 50 años de arquitectura mexicana. Ed. Patria, México, 1952. Pág. 34
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cortado definitivamente los vínculos con la Academia y aun se podían ver
columnas clásicas en una fachada. O bien, que las paredes de una casa se
realizaran bajo un estilo renacentista mientras que la herrería de las
ventanas se realizó en un estilo art nouveau. Todo esto como muestra del
eclecticismo de la época.