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02/ 2014 #180 año X www.revistallegas.com.ar teatro arte bares buenos aires día música

Revista llegas febrero 2014

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Edición 180 de la revista Llegás a Buenos Aires, en su décimo año. www.revistallegas.com.ar

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02/ 2014 #180 año Xwww.revistallegas.com.ar

teatro arte bares buenos aires día música

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OBRA DE TAPA

SUMARIO

180Granos de uva en el paladar, de Susana Hornos y Zaida Rico, arranca en febrero su cuarta temporada en El Extranjero (Valentín Gómez 3378), $90 y 70.Inyección letal de tinta china, dibujos del particular universo mitológico de Javier Gramajo, hasta el 21 de febrero en Espacio Auge (Lavalleja 1114), gratis.Favio en el patio, ciclo de cine y música en el marco de la exposición sobre el creador Leonardo Favio, se realiza viernes y sábado hasta el 28 de febrero en la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985), gratis.

ARTE El MALBA expone los sueños esculpidos de Elba Bairon.

BARES El restaurante vegetariano La Vidalita, en Belgrano, también vende productos para llevar y prepara el reparto a domicilio.

MÚSICA Una selección de los diez mejores discos del pasado año para escuchar en 2014 y la agenda con los principales recitales.

DÍA Vecina Canciones comparte, por tercer año, su música sobre una vereda en Colegiales al atardecer de dos domingos del mes.

BUENOS AIRES La ciudad se disfraza y baila al ritmo del Carnaval, mientras En fuga huye hacia el amor, sin éxito pese al calor.

TEATRO Entrevista a Daniel Veronese, con El comité de Dios y Sonata de otoño en El Picadero; estrenos y reposiciones que vienen, nota sobre Valeria Lois y Mariano Tenconi Blanco en 4.000 caracteres.

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EDITOR RESpONSABLE Gustavo Gaona EDITOR DE CIERRE Armando Camino EDITOR Juan Ignacio Crespo DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Luz Marchio (arte), Ana Claudia Rodríguez (bares), Martín Caamaño (música), Agustín Munarettto (día), Martín D’Adamo, Domi Schilling (buenos aires), Isabel Arias y Mara Teit (teatro). TIRADA DE ESTA EDICION 16 mil ejemplares

pUBLICIDAD: Ricardo Tamburrano (15 5958 7489, [email protected] y [email protected]) Esteban Gallego (15 5637 5153 y www.egmediabrokers.com.ar)llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de GyH Contenidos Srl, Chile 1507, Piso 2. CP. 1100, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. llegás no se responsabiliza de los mismos.

?QUIENES SOMOS

Carola Zech (Buenos Aires, 1962), pintora, escultora,

docente e investigadora. Graduada como profesora

nacional de Escultura y licenciada en Artes Visuales

en el Instituto Universitario Nacional del Arte, recibió

el Primer Premio de Escultura en el Salón Manuel

Belgrano del Museo de Artes Plásticas Eduardo

Sívori (2008) y el Segundo Premio en Escultura del

Salón Nacional de Artes Visuales (2010). Selecciona-

da para el programa Interactivos 2008 de Fundación

Telefónica, desarrolla proyectos de arte junto a

expertos en física e ingeniería. La obra de tapa per-

tenece a la muestra colectiva Geometría al límite en

el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires.

Magnético 110

Acero policromado con pintura bicapa, imanes,

150 x 180 x 4 cm, 2010

MACBA, San Juan 328

Hasta el 20 de abril, lunes a viernes de 12 a 19,

sábados y domingos de 11 a 19:30; de 0, 15 y $25

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4ARTE

anotaciones de un sueñoEN EL MARCO DEL PROGRAMA CONTEMPORÁNEO DEL MALBA, ELBA BAIRON CONSTRUYÓ UN UNI-VERSO CIFRADO QUE ABRE UN CAMINO POSIBLE HACIA LA INVENCIÓN DE LA PROPIA EXPERIENCIA.

Sin tiempo, en la profundidad de un gesto desdibujado, un conjunto de ocho figuras a escala humana se encuentra reunido en la sala. Realizadas en pasta de papel, estas figuras -sin título ni aristas- solo pronun-cian el blanco espeso de la materia que las contiene en un cuerpo. No se sabe si son testigos del comienzo de algo o, simple-mente, el rastro de un mundo que nunca se llegó a ver. En todo caso, el espectador completa la escena con sus versiones acer-ca de su experiencia de vida y, sin más herramientas que su percepción, abre el camino hacia la invención de un mundo propio.

Elba Bairon (La Paz, Bolivia, 1947) ex-hibe en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires un proyecto especialmen-te concebido para una nueva edición del programa Contemporáneo, dedicado al

arte actual, local y regional. Se trata de una instalación escultórica que continúa la línea de la producción más reciente de la artista, ganadora del Gran Premio Salón Nacional Nuevos Soportes e Instalación y del Premio Federico Jorge Klemm a las Artes Visuales 2012.

Se puede decir que, difícilmente, estos cuerpos develen una palabra por sí mis-mos, sin embargo, en conjunto, dialogan entre sí: forman un universo que solo co-bra sentido en la atmósfera presurizada

de la sala. Como un silencio que vuelve de un olvido profundo, estas figuras vuelven a la materia para volcarse en el espacio. Parecen suspendidas, sin tiempo, o mejor dicho, detenidas en el tiempo de los sue-ños, ese tiempo donde todo tiene gusto a eternidad. ¿Despertarán algún día? Y si lo hacen: ¿qué forma cobrarán?

En este universo escultórico se en-cuentra el placer del proceso creativo de Bairon. Cada pieza manifiesta la huella de su autora. De esta manera, las obras con-tenedoras del silencio generan la tensión necesaria para acceder al misterio. Ella in-serta al espectador en un sueño trunco y encierra en él una palabra velada que solo puede traducirse en sensación. Asimismo, los cuerpos que parecen flotar comparten la escena con pequeñas construcciones arquitectónicas producidas en yeso. La

| fabián cañas

“Pareciera que todo reposa en un sueño. Que todos

se han dormido o congelado para que nosotros podamos

contemplarlos en paz”

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Fundación Lebensohn presenta una pro-puesta realizada por Mundo Dios de los ar-tistas marplatenses Daniel Basso y Juan José Souto. Situado en la ciudad feliz, Mundo Dios es, esencialmente, un espacio de ex-periencias y procesos artísticos. Emplazado en un antiguo edifico de piedra de la zona portuaria, reúne a artistas de manera orgá-nica e informal, quienes desarrollan talleres, producciones, residencias y muestras. En esta oportunidad, el proyecto desembarca en Barracas para compartir su experiencia.Fundación Lebensohn, General Hornos 238; hasta el 15 de febrero, lunes a viernes de 14 a 19; entrada libre y gratuita

Leila Tschopp expone una serie de obras con curaduría de Jimena Ferreiro. Una gran puesta y apuesta sobre la pintura, donde se reflexiona acerca de la invasión e intervención de lo pictórico en el espacio. Se trata de una exploración profunda en el espacio físico de exhibición e histórico-simbólico del campo del arte. Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Libertador 8151; hasta el 16 de febrero, martes a viernes de 12 a 21, sábados y domingos de 11 a 21; entrada libre y gratuita

5

i MALBA – FundAción costAntini

Figueroa Alcorta 3415

Hasta el 10 de marzo

Jueves a lunes de 12 a 20

y miércoles hasta las 21

$45 y 23

tAcHÁ EsPEJo PonÉ diBuJo

diAGRAMA #1: MoViMiEntos doMinAntEs

rigidez de estas arquitecturas se contra-pone con la languidez de las figuras bo-rroneadas de cuerpos humanos. De esta manera, la lógica de las formas pone de manifiesto la particular visión baironeana a la vez que muestra el propio recorrido de las figuras. Forma y materia provienen de un común desamparo:

“Pareciera que todo reposa en un sueño. Que todos se han dormido o con-gelado para que nosotros podamos con-templarlos en paz. Estatuas de sal, que como la mujer de Lot han quedado mi-rando eternamente hacia atrás. Pero que por una extraña inversión de la trama, ese atrás es ahora el nuestro”, escribe el críti-co Teo Wainfred en el ensayo del catálogo que acompaña a la exposición. “Es Bairon quien nos conduce siempre hacia esos te-rritorios. Cada gesto en su obra imprime

un boceto de lo que nuestros ojos podrían llegar a ver, nuestro cerebro a dibujar, nuestra experiencia a archivar para el fu-turo”, agrega.

Quien observe con serenidad encon-trará que, al igual que en un sueño, no es posible responder a todas las preguntas. Solo es necesario transitar lo que sucede.

LuZ MARcHio

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A las cuatro de la tarde de este jueves, el lo-cal de La Vidalita está vacío y parece mucho más grande de lo que es. Ésta es una hora rara, bisagra, uno de los treinta minutos escasos del día en que los clientes caen a cuentagotas. Lo explica Kevin, de 25 años, sonrisa amplia y mirada azul. Trabaja hace un año y medio en este restaurante de Bel-grano, que es vegetariano como él.

Solo seis meses antes de su incorpora-ción a la empresa, nació La Vidalita en el barrio. Tres socios (Fernando Rausch, Da-niela Vedronic y Ramiro Mora) quisieron crear un oasis en medio de la ciudad, donde disfrutar de un lugar luminoso, tranquilo, con buena música y trato cercano. �Acá vas a estar bien, dicen, porque el contacto pare-ce siempre cortés. Y en cuanto al estómago, corre a cuenta de una carta cuidadosa, dise-ñada con la ayuda de la polifacética cocinera Juliana López May, referente de comida or-gánica y natural. Así es que en la teoría acá se sirve “un mix balanceado de texturas, co-lores y sabores nutritivos elaborado a partir de productos frescos y de estación”.

¿Y en la práctica? En la práctica ocurre esto: a las cuatro y cuarto el ritmo quieto se rompe como un papel. El timbre suena (discreto) varias veces y el lugar se va lle-nando, casi sin querer. Dos jóvenes llegan al mostrador y piden un par de licuados. Uno es de naranja, zanahoria, jengibre y limón, y el otro de pepino, manzana ver-de y jengibre también. Son los sabores que más se imponen en el ranking de los más pedidos (por delante del que lleva naranja y arándanos, o del que mezcla apio, perejil, naranja y durazno). Por ellos pagan 28 pe-sos (el tamaño grande costaría 22).

Son las cinco. Es hora de merendar y se nota. Una mujer de sesenta años pide un yogur y un pedacito de torta de manzana; es la líder indiscutible en lo que a dulces se refiere. Es más deseada, y con diferencia, que la de chocolate y arándanos; chocolate, coco y batata; chocolate, avellanas y frutos rojos. Todas las porciones, entre 24 y 35 pesos. �¿Y llevan azúcar?, le pregunta a Kevin. Y él con-testa que no, que están hechas con azúcar de mascabo, que es orgánica y �más pura� que la convencional. Y es que en La Vidalita, a los ingredientes los miran más: los miran con atención, con lupa. Con amor. En la carta casi siempre hay un adjetivo saludable al lado de cualquier nombre trivial. Harina integral, brownie-raw, verdura-orgánica.

En el capítulo de los non gratos, el alco-hol está en la cabeza del top ten. Y la carne: ningún tipo de carne (tampoco el pesca-do) atraviesa el umbral del restaurante. Aunque, eso sí, son un poco más benévolos con los productos derivados de los anima-les. En las etiquetas y en el menú puede ha-ber huevos, queso, manteca, leche o yogur. Pero una buena parte de los alimentos que ofrecen prescinden de ellos, y son como quienes los consumen- totalmente veganos (veganos, ya saben: que por su tracto diges-tivo ni rastro hay de animal).

Tienda naturalEn la cocina suena de lejos la licuadora. La cocinera, Suyai, prepara sin prisas el menú de esta noche (las cenas, por cierto, inclu-yen shows musicales dos veces al mes). A partir de las ocho, sobre la docena de mesas se servirá, muchas veces probablemente, el plato del día, que hoy fueron milanesas de

BARES

ASÍ ES EL RESTAURANTE VEGETARIANO QUE FUNCIONA HACE DOS AÑOS EN BELGRANO, LA VIDALITA. COMIDA EQUILIBRADA MÁS AMBIENTE ACOGEDOR ES IGUAL A FÓRMULA DE ÉXITO.

i LA VIDALITA

Vidal 2226, 4787-1375

Lunes a sábado, de 10 a 24

Ambiente, calmado; atención, muy

buena; recomendación, los batidos

y las tortas

verde y versátil

berenjena con ensalada de zanahoria, que-so crema y pepino, y papas al horno. Para el bolsillo son 68 pesos y en su versión del me-diodía incluye jugo y/o agua. Algunos días, hay más de una opción para elegir: lentejas con cebada perlada y salteado de vegetales, por ejemplo, o arroz especiado, hambur-guesas vegetales, woks, rissoto o wraps. En la carta hay también una variedad de ensala-das y sándwiches (muy original el de queso azul, ciruelas y albahaca; exótico el de tofu dorado, tomates secos, rúcula y mayonesa de zanahoria; todos rondan los 50 pesos).

En La Vidalita, además, la comida está en las estanterías. En lo que llaman �El Al-macén. Allí se apilan fideos dietéticos, jugos orgánicos, harinas de quinua, maca, mos-taza de hongos ahumados, aceite de uvas o stevia. ¿El rey de las ventas? Los budines. De zanahoria, manzana, banana y pera. “Se hacen tandas de cuarenta y vuelan”. A 35 pesos el placer.

Para terminar, un dato y una adverten-cia. El dato: en breve y visto el éxito, además de take away, habrá delivery. El consejo: disfruten lo que quieran, pero antes de salir repasen su dentadura. Siempre (siempre) queda alguna semilla atrapada.

AnA CLAuDIA RoDRíguez

I a. c. r.

Page 7: Revista llegas febrero 2014

B/RBARES Y RESTAURANTES [email protected]

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DoÑA

Bulnes 802, esq. HumahuacaReservas: 4862-9278Doña es una cantina que intenta homenajear a los gran-des bodegones de Buenos Aires desde la mirada del pre-sente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.

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ASoC. JAPoneSA en LA ARgenTInA

Independencia 732. San Telmo. Reservas 4300-5848 / 9538.Comida japonesa en uno de sus lugares más tradicio-nales. Men ruy, tempura, sashimi, sushi y los típicos platos gyoza, katsudon. Lun. a jue. de 12 a 15 y de 19:30 a 23. Vie. de 12 a 15 y de 20 a 0. Sáb. de 20 a 0.

!fILo

San Martín 975. Retiro. Reservas 4311-0312 / 1871. Cultura gastronómica ítalo-véneta, lugar de diversión, para mirar y ser visto. Música, siempre. Excelentes las pizzas y la mejor barra de tragos. Más información en:[email protected]

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TIeMPo De gITAnoS

Restaurante - Tablao FlamencoEl Salvador 5575, Palermo hollywood, tel.4776-614312 años con el mejor show flamenco y la cocina española imperdible, para venir con amigos de tapas, aprovecha y presenta el aviso de esta pagina para obtener un 2x1 en entradas al show. www.tiempodegitanos.com.ar

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LA ReInA KunTI!

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eRMAK

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Dos hermanitos ingleses, de apenas 22 y 19 años respectivamente, consiguen en su debut uno de los mejores discos de 2013. Settle sorprende en diferentes planos. La sofisticación y el buen gusto en su pro-ducción, la gran calidad compositiva de las canciones -todas impecables, casi to-das hits instantáneos- y la capacidad de reciclar con elegancia un sonido hereda-

Hoy, que mucha música analógica preten-de emular más que nunca el estatus ma-quinal y perfeccionista del robot, un disco como este propone la ecuación inversa: es el robot el que se humaniza. Y si bailar es la cuestión, entonces los Daft Punk se vuel-can sobre uno de los géneros corporales, sudorosos, por excelencia: la música disco y aledaños como el funk o el soul. Random access memory es un tratado sobre el dis-

En Loud City Song, las canciones de esta cantante y compositora californiana se nos meten en la conciencia hasta sustituirla; ge-neran el efecto siniestro de hacernos creer que esos sonidos, que esa voz, son producto nuestro y nos llegan desde muy adentro. El primer tema, World, tramado por la delica-da voz de Holter, con su colchón de coros y el ingreso paulatino y fragmentario de los instrumentos, es una especie de génesis bí-

DisclosureSettle

PMR-Island

Daft PunkRamdom Access

Memories

Columbia Records

Julia HolterLoud City Song

Domino

DarksiDePsychic

Other People-Matador

rHyeWoman

Polydor

do de los 90. Mientras muchos evocan los 80 y hasta incluso (si pensamos en Daft Punk) los 70, los Disclosure pasan de largo y combinan el deep house más in-mediato con un sonido rastreable en los discos noventosos de los héroes de los 80 -el Prince de Emancipation o Madonna de Erótica y Bedtime stories. Cataratas de pads de teclados, loops, derroche de me-lodías que siempre esconden un secreto más. Aparte del hit incendiario When a fire start to burn resaltan Lacth, White noise y, sobre todo el magistral cierre con Help me loose my mind, una canción per-fecta con London Grammar como can-tante invitada.

El excelso dj y productor chileno-esta-dounidense Nicolas Jaar y el multiinstru-mentista neoyorkino Deve Harrignton aunaron fuerzas para concebir uno de los proyectos más inquietantes del presente. Luego del notable debut con un EP homó-nimo, llegó Psychic, que eleva aún más la apuesta. Acá, la cruza entre lo analógico y lo electrónico resulta similar a la del agua y el aceite. Y es en esa incongruencia que re-side todo el encanto. Como si estuvieran en busca del groove perfecto, entre las baterías que dispara Jaar y las guitarras en staccato de Harrignton, las canciones van toman-do espesura a medida que avanzan. Así se suceden la fantasmagórica Golden arrow, de más de once minutos; Heart, con su riff blusero o ese artefacto imperfecto y sensual que es Peper trails.

co, algo que ya se prefiguraba en el hit Get lucky y se explicita en el intenso Giorgio by Moroder, sinécdoque del álbum, dónde el legendario productor y compositor italiano Giorgio Moroder revela algunos secretos y concepciones sobre música bailable antes de darle paso a uno de los mejores riffs de la historia del grupo. Random access memory musicaliza la hipótesis central que se des-prende del Retromanía de Simon Reynols: que el futuro de la música pop parece con-denado a revisitar su propio pasado. Pero no se queda en el simple gesto nostálgico y evocativo sino que tiene el ambicioso pro-pósito de imponerse, desde el ahora, como un disco totalizador. Es decir: un clásico, una obra fuera del tiempo. Y lo logra.

blico que recrea el mundo en partículas ca-prichosas (cielo, corazones, madres, caba-lleros, ciudades). Con la emotiva Maxim´s I queda expuesta una de las referencias: Gigi, el film de Minnelli basado en la novela de Colette. A Holter le importa sobre todo la escena en que la protagonista ingresa sola al célebre restaurante parisino, sin un caba-llero que la acompañe, suscitando una an-danada de murmullos en la concurrencia, ya que desde una posición análoga parece ubicarse ella misma para cantarle al mun-do. A pesar del título, el sonido inquietante de Loud City Song se emparenta más con el silencio que con el bullicio. Es como un eco. Como el destello que produce un cen-telleo lejano en una ciudad oscura, vacía.

¿Qué decir de este disco? Sí, las canciones son perfectas hasta en el modo en que terminan con esos finales quirúrgicos, están interpre-tadas con una elegancia y una producción fuera de serie y exhalan una sensualidad que se convierte pronto en un estado de ánimo. Pero no está ahí el secreto de su magia. Tal vez este sea el ejemplo más extremo de tra-vestismo vocal de la historia de la música. La increíble voz de Milosh hace que la de Chet Backer, por ejemplo, suene completamente masculina. Mientras uno escucha los temas del disco -que no por casualidad se llama Woman- uno piensa en Sade o Annie Len-nox y se imagina a una mujer hermosa inter-pretándolas. Pero quien canta es un hombre. Ese desconcierto potencia todavía más joyas atávicas como The fall o Last dance.

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MUSICA

LOS 10 MEJORES DISCOS QUE DEJÓ 2013 / por Martín CaaMaño8

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En Wed 21 los instrumentos, la voz y hasta el lenguaje -que a veces llega al estado del balbuceo, como en el tema que da nombre al disco o en la homérica Ay, no se ofendan- alcanzan un nivel de extrañamiento tal lin-dante con la abstracción. Juana Molina con-tinúa haciendo música sin someterse a la dictadura de la canción tradicional, algo que practica desde Segundo pero que en Wed 21

En 2009 Thom Yorke armó un super gru-po con el productor Nigel Goldrich, Flea de los Red Hot Chilli Peppers y el percu-sionista brasileño Mauro Refosco y salió a tocar los temas de The eraser, su álbum solista. Recién a comienzos del 2013 la ban-da lanzó su primer opus Amok. Before your very eyes…, el tema de apertura funciona como un buen muestrario de las aspiracio-nes de todo el disco: la identificación abso-

Lo primero que desconcierta de El gran desconocido popular, nuevo disco de Lucas Martí (y van…), no es la diferencia sino la repetición. Esa búsqueda sonora hermana-da con el pop de sintetizadores que remite a los 80 se puede rastrear en Pon en prácti-ca tu ley. Pero con músicos como Martí (y no hay muchos como él en el país) hay que andarse con cuidado porque cualquier afir-mación puede desmoronarse. Con el correr

Juana MolinaWed21

Crammed Disc

atoMs for PeaceAmok

XL

lucas MartíEl gran desconocido

popular

Los años luz discos

Bill callaHDream River

Drag City

DJ kozeAmygdala

Pampa

encuentra su mejor versión, tal vez porque lo extraño se presenta con cierta vocación amable y con un swing cándido hasta ahora inédito en su obra sin por eso perder riesgo. Para Molina, la canción deja de ser una for-ma cerrada y pasa a transformarse en un la-boratorio de experimentación en el que, con envidiable maestría, puede sonar al mismo tiempo autóctona y foránea. “Siempre me digo voy a irme de casa y no puedo”, canta sobre un arpegio de guitarra en loop en Sin guía, no, la espina dorsal de álbum. En Wed 21 los temas parecen deconstruirse y fugarse de sí mismos a medida que suenan. Sin du-das uno de los mejores discos argentinos en muchísimo tiempo.

Un disco para escuchar de rodillas. Un dis-co que es como un templo. Grave, dulce y fuerte. Como un heredero cavernoso del Nick Drake de Pink Moon, Bill Callahan, amparado por una voz que le otorga cier-ta autoridad moral, logra llevar el folk y el country a la dimensión desconocida. La tradicional guitarra acústica es sustituida por una eléctrica llena de efectos (delay, reverb, phaser, distorsión), flotando entre violines, percusiones, pianos rodhes y to-ques de pedal steel. Crepusculares y plaga-das de bares, tragos y caminos polvorien-tos, las canciones adoptan giros armónicos inesperados para el género. Tal vez Ride my arrow, en constante in crescendo y con un wha-wha insistiendo por detrás de la voz sea el ejemplo más cabal de la maestría de Callahan.

luta entre lo electrónico y lo humano. Una base tribal, que confirma el asumido influ-jo de Fela Kuti, resulta la atmósfera ideal para que flote el lamento de Yorke. Un tema partido en dos. Una primera parte domi-nada por el tejido que conforman la guita-rra junto a una línea de bajo sensacional a cargo de Flea. Y después del estribillo, estos instrumentos son reemplazados por una cascada de sintetizadores cuya impronta no cesa hasta el final. Destacan la sensual Ingenue y el tramo que va de Stuck together pieces (encuentro cabal entre las olas cali-fornianas y la bruma de Oxford) hasta el final con la pianística Amok, degenerando en pura zapada electrónica para la pista de baile, en trance absoluto.

de las escuchas, sorprende desde otro pla-no: el de las letras, que tienen un peso, un plus, tal vez inédito en su obra. Martí pro-pone una mirada casi sociológica, lindante con lo político, para exponer sus impresio-nes acerca de lo que es vivir en la Argentina de hoy. Es curioso como su lírica oscila, a veces en una misma canción, de la segunda persona a la primera e incluso a la primera del plural. Cuando canta: “Hay un premio que me dio la libertad ser el gran descono-cido popular”, sin duda alude al lugar que él mismo ocupa en la escena musical pero también, en un guiño a los Heroes anóni-mos de Metropoli, a todos nosotros. Ade-más hay canciones hermosas como Margen de error, Barca 0 Por el vértigo.

Bajo ningún punto de vista Amygdala se parece al típico álbum de un dj, a pesar de que haya sido concebido por uno de los más destacados de la escena alemana. Koze cultiva lo inesperado. En Amygdala pueden cruzarse la impronta tropical y la suave voz de Caribou (Track ID anyone?) con el cabaret berlinés sazonado de lounge en Das Wort, que además contiene un leit motiv de bajo que no desentonaría para nada en un disco de Prince. Otro momen-to alto es el magistral remix de Homesick de King of Convinience, con las gélidas ar-monías vocales de los noruegos pitchiadas sobre una base R&B. Este disco es como una cortapluma: multiuso, constituido por herramientas disimiles que conviven con naturalidad en un espacio reducido, en este caso la canción.

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4M 10

i

i ii

Jueves 13, sáBaDo 14, DoMingo 15

viernes 21 sáBaDo 15 sáBaDo 15

Mega festival gratuito que reúne en varios días bandas emergentes y consagradas de la escena local. Illya Kuryaki & the Valde-rramas, Los pericos, Lucas Martí, Intrépidos navegantes, entre otros. a partir de las 17 en Ciudad del rock (Fernández de la Cruz y Escalada).

Mollo y arnedo, la aplanadora del rock vuelve a los escenarios porteños para repasar gran parte de su extensa y vital discografía en uno de sus primeros shows de 2014. a las 21 en El teatro de Flores (rivadavia 7800).

Este joven y talentoso canadiense de 23 años, fiel a su simple estilo que gira entre lo sar-cástico y bizarro, demuestra que sabe escri-bir autenticas canciones low-fi. a las 19 en teatro Vorterix (Federico Lacroze 3455).

por primera vez en Sudamérica, la artista revelación de Francia, renovadora de la chan-son, llega para presentar su segundo disco de estudio recto verso. a las 21 en niceto Club (niceto Vega 5510).

Viernes 22 hs.Camarin de las MusasMario Bravo 960 . Reservas 4862.0655

La Verdad De Bernardo Cappa

3raTeMpORada

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11DÍA

con la música por vecinaMARIANELA CUZZANI Y LAURA LEDESMA SACAN SUS CANCIONES A UNA VEREDA DE COLEGIA-LES DOS DOMINGOS AL MES PARA DISFRUTAR LA TARDE CON LOS HABITANTES DEL BARRIO.

Al atardecer, cuando el sol pierde prota-gonismo y la luna toma las riendas, en el barrio de Colegiales, vecinos y música se unen en la vereda, dos domingos al mes, para lograr un ameno cierre de fin de se-mana.

Vereda. Así, simple pero claro, se llama el proyecto que la dupla Vecina Canciones, integrada por Laura Ledesma y Marianela Cuzzani, forjó desde marzo de 2011. La propuesta es directa: salir a la calle para disfrutar de buena música, acompañado de los vecinos del barrio y compartiendo mate con galletitas y una buena charla en la previa y en el post show. La inspiración de las artistas para este ciclo llegó del son ja-rocho, expresión musical característica de los estados mexicanos de Oxaca, Tabasco y Veracruz en la que se combina la danza zapateada y la poesía cantada con la calle como escenario.

Gregoria Pérez al 3200 es la zona elegi-da, una calle que si bien no es cortada no tiene tanto tránsito como otras rúas o ave-nidas y aún se puede disfrutar del cantar de los pájaros y ver a los vecinos tomando mate en la vereda o andando en bicicleta. No por nada la han elegido Vecina Cancio-nes, se percibe una calma inhabitual den-tro de la adrenalina urbana. De a poco, los chicos con sus padres, bicicletas, mates y perros van tomando toda la cuadra y vis-

tiendo de colorido ambiente la tardecita porteña.

Como todas las ediciones, otra banda amiga ameniza la espera y, en este caso, el deleite musical viene de la mano del dúo Seba Dorso y Marcos Monk, cargado de una energía especial y un ritmo folclórico lleno de esperanza. Entre canción y can-ción, cuentan de cómo conocieron a ellas y su admiración por este proyecto. Atentas a cada detalle, entrando y saliendo de la casa donde tienen sus instrumentos y equipa-miento, ahí están Marianela y Laura, que va de acá para allá con un cuaderno, quién sabe si anotando versos de canciones o ajustes para próximas ediciones.

“No vamos a pasar la gorra, quédense tranquilos, que no es que nos olvidamos, pero eso sí, los discos si quieren los pue-den comprar. Nos quedan pocos, así que si quieren todos no alcanzarían”, dice Maria-nela Cuzzani con una sonrisa al micrófono para dar inicio al show. La vereda sigue lle-na de música, ahora con contrabajo, coros, guitarras, ukeleles y teclado que aparecen en cada canción.

Más de 100 personas ocupan las veredas (siempre sin cortar la calle, ya que cuando un auto quiere pasar se abre el camino y avanza con normalidad) y, a ritmo calmo y alegre, miran y escuchan con atención. Al margen del escaso tránsito, la predispo-

sición es absoluta, un silencio admirable para disfrutar de Vecina Canciones, que recientemente lanzó Foto de un buen día como debut discográfico. Y no sólo es mú-sica, Vereda también conjuga proyecciones visuales gracias a la creatividad de Valeria Laura, formas, siluetas, luces y sombras to-man la escena desde atrás de Vecina Can-ciones. “Mirá, ma, está lloviendo”, dice un nene sobre unas imágenes que trasladan al público hasta otros mundos a través de la mirada.

“Gracias a todos los que hacen de esto algo posible y genial”, dice Marianela antes de agregar que 2014 es ya el tercer año des-de que dieron rienda suelta a Vereda. “No se olviden que ahí están los discos para comprarlos”, termina y, tras un fuerte abra-zo con Laura, se escabullen nuevamente entre el público, para volver a ser unas ve-cinas más, hasta recuperar el protagonismo otro domingo del mes.

agustín Munaretto

i vereDa

Gregoria pérez 3200

Dos domingos al mes al atardecer

Gratis

vecinacanciones.com.ar

I alexis choclin

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perfume de carnavalFEBRERO TRAE lA FiEsTA pAgAnA pOR ExcElEnciA, Y DURAnTE Un MEs AROMATiZA lAs cAllEs DE lA ciUDAD, cOn sUs cOlOREs, BAnDERinEs, EsTAnDARTEs, MÚsicA Y AlEgRÍAs.

Primero se siente en el aire, como un aro-ma conocido pero que no llega a descifrar-se; luego aparecen las calles atravesadas por hileras de banderines de colores que se pierden en el punto unificador de la pers-pectiva; y al fin los escenarios montados en las esquinas de los barrios nos develan esa misteriosa fragancia que trae la llegada del carnaval.

Posiblemente sea la fiesta pagana más celebrada, en un mundo donde las religio-nes han logrado tener una ascendencia pre-dominante en las festividades populares. Es cierto que alguna influencia se le atribuye, por iniciarse justo antes de la Cuaresma, y estar etimológicamente comprometido a ésta, si se da crédito a la versión cristiana que del latín interpreta “quitar la carne”. Pero además de existir otras interpreta-ciones menos fieles a la religiosidad, si su origen no fuera pagano, al menos su esen-cia sí lo es. Por algo el carnaval remite a la Venecia enmascarada, a la exuberancia brasilera, al desenterrado diablo norteño o al desenfreno del Mardi Gras, entre otras

tantas estampas siempre liberadas por estas épocas del atamiento colectivo.

La historia del carnaval porteño es irre-gular, y también de larga data. Las murgas son el último eslabón de una celebración que comenzó en el siglo XVII, a partir de la mezcla de tradiciones hispánicas y afri-canas, por aquel entonces esclavos. De aquella raíz se explica la fuerte presencia del candombe en las celebraciones del Car-naval en el Río de la Plata. Más adelante se organizaron los bailes, que se hacían en las casas y reinaba el desorden y la lujuria. Para la segunda mitad del siglo XIX ya se forma-ban comparsas y comenzaron a realizarse los corsos, afianzándose no sólo como fies-ta popular, sino también como tradición.

Entre esas idas y venidas, las comparsas fueron desapareciendo, mientras ganaban espacio las murgas, que prevalecen hoy en día como las agrupaciones carnava-lescas por excelencia, además de haberse convertido en un fuerte factor de identi-dad barrial. Esa identidad, que a veces la gran ciudad parece haber adormecido en

su incesante trajinar cotidiano, revive en carnaval, recuperando el sentido de per-tenencia que la territorialidad otorga. Las murgas se vuelven las representantes de todo un barrio, y con su carácter picaresco y su constante denuncia ante la injusticia social, se convierten también en voceras de los vecinos, aquellos que acuden en familia a los desfiles de carrozas, acompañan los cantos, los bailes y el espíritu festivo que el carnaval trae aparejado desde sus orígenes paganos.

Trajes coloridos, estandartes, bombos con platillos y redoblantes son ingredien-tes insustituibles del carnaval, que además en su esencia desestima la diferenciación social, la exclusividad y el enfrentamiento, porque el carnaval pertenece a todos los barrios: a Palermo y a Lugano, a Barracas y Núñez, a Pompeya y Villa Urquiza, como a tantos otros que participan activamente de los corsos. Para este año, organizados por la Secretaría de Cultura de la Ciudad, hay programados cerca de 40 corsos, en los que actuarán más de 100 murgas procedentes

BUEnOs AiREs

I armando camino

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de los distintos barrios de Buenos Aires. Durante los fines de semana de febre-

ro y el primer fin de semana extra largo de marzo (justamente por los feriados de carnaval, establecidos en 1956, luego abo-lidos por la dictadura militar de Videla y finalmente recuperados en 2011), se pue-de asistir a los corsos que se realizan en los distintos barrios porteños, desde las siete de la tarde, extendiéndose hasta después de la medianoche. Además, existe un circuito nacional de murgas que se organizan por fuera del sistema gubernamental, y que

son autogestivas. De una manera u otra, Buenos Aires (como toda ciudad donde el carnaval se vive intensamente) le cede el protagonismo a los festejos, y se inunda de ese colorido perfume de fiesta, invitando a respirarlo.

En épocas de reclusión y reticencias a andar por las calles hasta tarde, el carna-val propone derrumbar este arraigo al ais-lamiento y tomar el espacio público para festejar, bailar, compartir y liberarse. Y qui-zás después, como dice un catalán, vuelva “la zorra pobre al portal y la rica al rosal”,

pero nunca perdiendo de vista la quimera de que se contagie su semblante de unión hacia una sociedad que a veces parece des-tinada a dividirse.

MARTÍN D’ADAMO

i CARNAVAL PORTEÑO

Hasta el 2 de marzo

Múltiples lugares, los sábados de 19 a 2.

Domingos de 19 a 24. Gratis

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Este año no tuve invierno ni amor. Pasé del calor del verano porteño al de los días interminables de un pueblo yanqui en el medio de la montaña y ahora, otra vez, al calor con refrigeración intermitente de una Buenos Aires deshidratada. Extraño el frío que me hace frotar las manos, levantar los hombros, esconder el cuello y buscar el rayo del sol para sentir que me acaricia la cara. Extraño el amor. Hace mucho que no me enamoro. Sospe-cho, temerosa, haber perdido la capacidad de hacerlo. La última vez que salí con al-guien un rato largo fue antes de irme a las montañas. Estuvimos cerca pero no suce-dió, no sabemos bien por qué. Hablábamos tanto que nos olvidábamos de comer y nos reíamos hasta que nos dolía la panza; tal vez eso nos sacaría el hambre. Sin embargo, se ve que intuíamos que no íbamos a estar juntos para siempre porque prometimos así: “Estemos juntos o no, cuando Mandela se muera nos encontramos en la embajada de Sudáfrica”. Nosotros no pudimos ena-morarnos pero amábamos a Mandela y Mandela se murió ayer.En julio de este año, cuando acá hacía frío pero en el pueblo yanqui calor, Mandela se enfermó y lo internaron. El parte no era bueno para alguien que pasó veintisiete años en prisión pero si yo fuera Mandela y hubiera liberado al pueblo africano de la opresión ridícula del apartheid, si hubiera cambiado el mundo como lo cambió él, me costaría dejarlo, soltar. Desde la mon-taña seguí las noticias cada día; Nelson y su lucha perpetua, la lucha y la persona vol-

viéndose una misma cosa, la lucha siendo el aire para los pulmones que se enferman y dejan de luchar. Escribí en un Word: “No te mueras todavía que no estoy en mi país”.Mandela siguió respirando, el verano ter-minó y en octubre me volví. Desembalé cajas, pagué cuentas atrasadas, limpié el polvo de mis libros, regalé ropa, reciclé pa-peles. Fui poco al supermercado y sigo sin acomodarme al valor del peso. Retomé mis pequeñas actividades laborales y emprendí una búsqueda para encontrar jefe. Me olvi-dé de Mandela y de mi ex, hasta ayer. Entré a casa a las siete de la tarde sin tiempo para hacer todo lo que quería hacer. Venía de una entrevista y me tenía que ir a una muestra de arte; en el camino quería ba-ñarme, regar las plantas, leer el diario, con-testar mails, cambiar la cartera y salir. Me llegaron dos mensajes a la misma vez: un chico nuevo me decía que me buscaba a las diez para ir a comer; una amiga sintetizaba “se murió Mandela, me acordé de vos”. Lloré. Con ruido y sin pudor por la rareza de llorar por un ídolo y, al mismo tiem-po, descargando angustias guardadas que aprovecharon para salir de mi sistema; lloré frente a la pantalla, con todas las ventanas abiertas, el vestido a medio sacar y el acelere de la vida en la ciudad. Con la vista húmeda sobrevolé la noticia en los medios, los co-mentarios en Twitter, y así, entre lágrima y lágrima, me acordé. Busqué la dirección en Google, me acomodé el vestido y salí. El colectivo que iba para Retiro estaba va-cío. La gente todavía salía del centro como hormigas de un hormiguero fumigado.

Bajé en Alem y Marcelo T. y caminé ha-cia plaza San Martín entre edificios de un mismo tono gris mezclado con naranja; el cielo en transición recortado por formas oscuras. Sabía que no iba a haber nadie pero nunca pensé que la embajada estaría cerrada, las luces apagadas y la bandera que cuelga de un mástil entre dos ventanas en-rollada sobre sí misma por culpa del viento, que en ese momento volvió a soplar levan-tándome el vestido. Me bajé la pollera y me senté en un banco a esperar. La gente caminaba rápido, inmersa en el retorno a su casa; las corbatas sueltas, los pelos despeinados, los papeles en el suelo, el fin de fiesta de todos los días, todos los días. Me descubrí inquieta, moviendo ner-viosa la pierna derecha; con calor, imagi-nándolo con la camisa afuera, el pelo corto, su barba eternamente incipiente. No nos veíamos hacía más de un año. Mi cabeza masticaba confundida, porque confunden el recuerdo y el amor; si él venía lo haría más tarde, después de trabajar, después de comer, después de dar tiempo a que la gen-te se enterara de que Mandela había muer-to y decidiera ir a homenajearlo. Así él no sería el único; no vaya a ser cosa de. Pero no había nadie más que yo. Quise sus-pender cita con chico nuevo, excusarme para poder quedarme ahí y esperar; ver si aparecía o no, si se acordaba de la promesa, si después de todo íbamos a ser –como lo fue toda la relación– un triste desencuentro o una gran historia de amor. Busqué en el cielo, en el aire, en el celular algo que me indicara para dónde ir. La noche cada vez más llena de calor me hizo sentir sola, su-mergida en un verano pegajoso y triste que duró más de lo común.Caminé por Santa Fe buscando la parada del ciento ocho, frenando y dándome vuel-ta otra vez más. Subí al colectivo y pasé la SUBE por el lector todavía mirando por la ventana. Las formas se volvieron parte de la oscuridad. Todo se convirtió en una sola mancha, confusa, de sombras y de gris. Si aparecía, lo iba a hacer más tarde y yo iba a estar en el invierno artificial del aire acon-dicionado de un restorán.

DOMi sChiLLiNg

En FUgA

El AMOR En lOs TiEMpOs DE cAlOR

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TEATRO

SIEMPRE EL TEATRO COMERCIAL ES MIRADO CON SOSPECHAS POR LOS TEATRISTAS DEL OFF. DANIEL VERONESE REPASA SU EXPERIENCIA PERSONAL EN ESE CIRCUITO TAN CUESTIONADO.

“la militancia política puede cambiar algo, no el teatro”

El cuerpo social se piensa en su asepsia y en su esterilidad. Antes el castigo a un in-fractor se aplicaba demencialmente sobre el cuerpo de la víctima porque su delito era una falta directa al monarca en cuestión. Después el cuerpo del monarca devino en el cuerpo del estado y su función no fue di-recta sobre la carne, sino sobre su libertad. O sea, la pena de hoy es la separación qui-rúrgica del sujeto (ya sea delincuente, loco, o similar) respecto a su comunidad. Y to-dos los integrantes se convierten en “agen-tes de salud o de enfermedad”. Así como los espacios de trabajo y producción fueron construidos sobre bases de control y vigi-lancia, el resto de los sitios ni por un segun-do fueron dejados al azar. El (llamémoslo) poder también se introduce en las geogra-fías del ocio, y de forma implícita plantea un decálogo, más bien, ideológico. ¿Cuál es la temática de las obras en el teatro comer-cial? ¿Qué dicen sobre el ser humano? ¿So-bre los vicios? ¿Sobre la codicia? ¿Sobre la

religión? ¿Sobre la muerte? Los espectácu-los que tienden a la masividad también son pensados de forma aséptica (se supone que los de teatro off deberían ser distintos, pero en los últimos años no habiendo intención de búsqueda, sino de asimilación, los resul-tados, a veces, no son muy distintos).

El comité de Dios, nuevo trabajo de Daniel Veronese y el autor norteamerica-no Mark St. Germain -La última sesión de Freud-, plantea de forma agradable estos grandes temones que el teatro comercial gusta plantear (hasta ahí). Los persona-jes son metáforas y actúan (en los dos sentidos) en consecuencia (en esa mesa se reúnen para decidir sobre la vida y la muerte según ciertas normas científico-objetivas: un médico con tendencias hu-manistas y trascendentales; un cirujano exitoso; una doctora joven y por supuesto idealista; un sacerdote canchero; un asis-tente social en silla de ruedas que toma su decisión para acercase sentimentalmente

a una compañera que tiene un listado de pérdidas complicado). Todos dan su ar-gumentación sobre a quién se le entrega un órgano y a quién no sobre bases serias, pero la subjetividad (y la mezquindad) no tardan en aparecer. Mientras estos profe-sionales de la salud discuten, Dios (el que da la vida) llama cada tanto y se lo escu-cha desde el altavoz de un contestador (en realidad es el médico que tiene el órgano consigo y no puede llegar al hospital).

En el teatro comercial (si bien la sala El Picadero sería una especie de híbrido) la forma queda muy supeditada al conte-nido de la pieza: en este caso el trasplante de órganos. Todo lo que puede decirse so-bre esto, la obra lo dice. Pero hay algunos problemas más allá de los estrictamente temáticos. La pieza transcurre en los Esta-dos Unidos, un país que con respecto a esta cuestión tiene una lógica muy distinta a nosotros (en El comité… se muestra como los pacientes que esperan cualquier órga-

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no están anotados en varias listas, mientras que acá hay una sola lista que maneja el IN-CUCAI). Por otro lado, la ética médica (o cualquier ética) es inevitablemente distinta de un país a otro, y quizás las discusiones en este lado del mundo serían muy distin-tas. Entonces, surgen la pregunta mil veces realizada y jamás respondida con exacti-tud: ¿cuál es la lógica interna de este circui-to, que parece muy distinto (e inferior) al off, pero que sin embargo marca lo que es el teatro en una región?

Con esa duda a cuestas nos encontra-mos con Veronese, que realmente es un di-rector trasplantado del off al comercial hace algunos años (desde El método Gronholm, pasando por Gorda, Un tranvía llamado de-seo, Cock hasta Los Elegidos) convirtiendo en oro todo lo que toca, y no toca menos de cinco espectáculos por año, acá y afuera.

¿Sentís que perdiste algo en tu pasaje del teatro off al comercial?- Yo trato de dirigir de la misma manera, en un mes aprendes a sacar más rápido las cosas, aprendes a generar teatralidad, pero es una teatralidad distinta a la que busca un espectador en el off, o sea es distinto lo que busca un tipo que va a un sótano que si va a pagar 220 pesos. En una sala en calle Corrientes con todo el brillo, el espectador quiere ver un buen espectáculo de teatro. He ensayado obras durante cinco meses y he ensayado obras durante un mes y el resultado es honesto. La profundidad es distinta porque las obras son distintas y pi-den otras cosas. Hay obras que presentan contradicciones humanas muy importan-tes, y la gente cuando va al teatro comercial busca comedias o comedias dramáticas, y quiere sentirse reconfortado, no sentir que su vida ha sido equivocada, el espectador quiere decir: “¡Que buen espectáculo que vi! Yo pienso como este autor”. Hay una temática definida. No puede haber nada oscuro y críptico. Podés hacer con eso un buen trabajo como director. No es fácil dirigir teatro comercial y me apasiona ese juego, a ver hasta dónde yo puedo hacerlo.Cuando llevaste Mujeres soñaron caballos a España, ¿no era teatro comercial, eso mismo no se podría hacer acá?- No, no era teatro comercial. Los públicos eligen lugares y quieren ver determinadas cosas. Sebastián Blutrach (productor del teatro El Picadero) quería hacer un tea-

tro comercial pero también de arte, por ejemplo, Sonata de otoño (el otro espectá-culo que tiene en cartel con María Onetto y Cristina Banegas) es una obra comercial pero también dura, que pareciera que no lo es. Es el único productor que hace eso. Yo entendí con los años que hay obras que atraen a un público de teatro comercial y que hay otras que no. Hay un público más restringido a comedias.¿Por qué desde Teatro para pájaros dejas-te la dramaturgia? ¿Trabajando con tan-tos materiales ajenos, no te den ganas de hacerlo?-Quiero escribir y no puedo. El año pasado, por ejemplo, dirigí siete cosas. A mí dirigir me hace sentir muy vivo, es el contacto con el teatro, con la gente, la escritura es más solitario. Hace un tiempo que estoy an-sioso con la dirección. Estoy versionando mucho, quiero volver a meterme en traba-jos de teatro independiente, eso para mí es más que una cuenta pendiente, yo empecé ahí. El teatro comercial me ha tomado y yo me he dejado tomar, pero necesito ese ba-rro, estar en proyectos que no tienen fecha de estreno, me meto yo con los actores y vemos que sale. Y cuando siento que está vemos dónde la hacemos. Hace un par de años que no lo estoy haciendo y para mí ahí está la génesis de todo.Emilio García Wehbi me respondió que no haría teatro comercial porque no le interesa hacer nada para burgueses acom-plejados ¿Qué pensás vos del público que ahora te consume?-Para mí el teatro frente a otros medios de

comunicación va en baja, no tiene mucha posibilidad de cambio, no me parece que sea un lugar de cambio ni el teatro que hace Sofovich ni el que hace Emilio. Lo que bus-co es cambiarme yo, yo quiero buscarme. Sobre algunos temas investigo, qué opino sobre esto, o veo que empiezo a pensar cosas distintas a las que pensaba antes de empezar a trabajar. “Burgueses acomple-jados”… ¡qué sé yo! Yo siento que en una obra independiente puedo ser incisivo, producir contradicción, y contar con una platea que quiera ser modificada, además tampoco el público del teatro indepen-diente son sujetos bien pensantes que van a ser modificados, pasan cosas imposibles de manejar, el publico es distinto. Yo pienso en mí, no pienso si son burgueses u obreros, o qué son, esto a mí me modifica. Yo creo que la militancia política puede cambiar algo, no el teatro. Me siento ubicado en que soy un trabajador del teatro, no soy un co-municador con una presencia que lo que muestro va a marcar determinada tenden-cia. Hago el teatro que me gusta. La gente tiene problemas muy concretos, yo no sé si una obra de teatro te vuelve más o menos burgués.

JUAN IGNACIO CRESPO

“La gente cuando va al teatro comercial busca comedias o

comedias dramáticas, y quiere sentirse reconfortado, no sentir que su vida ha sido equivocada”

i EL COMITÉ DE DIOS

Dramaturgia: Mark St. Germain

Interpretación: Roberto Castro, Héctor

Díaz, Alejandra Flechner, Ana Garibaldi,

Gustavo Garzón, Gonzalo Urtizberea

y Julieta Vallina

Dirección: Daniel Veronese

Teatro El Picadero,

Santos Discepolo 1857

Miércoles a sábado a las 20:30

y domingo a las 20, desde $150

SONATA DE OTOÑO

Dramaturgia: Igmar Bergman

Interpretación: Cristina Banegas,

Natacha Córdoba, María Onetto

y Luis Ziembrowski

Versión y dirección: Daniel Veronese

Teatro El Picadero,

Santos Discepolo 1857

Jueves a sábado a las 22:30

y domingo a las 21:45, desde $150

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El comienzo del año siempre generando ex-pectativas. El hecho de que nuestra revista llegue en febrero nos da la ventaja de tener un mes para adaptarnos a ese encuentro con la birome dibujando el 14 en lugar del 13, con planear 12 meses enteros plagados de propuestas diversas, casi infinitas, im-posible de abarcar en su totalidad, inocu-lando la avidez insaciable de estar en todo. Este es un anuario-viceversa. Tengo la oportunidad de compartir una lista, par-cial y recortada de reestrenos, momen-tos gozados en 2013, para que el placer sea compartido este 2014. El orgullo ra-dica en estar presente allí, donde el tea-tro sucede. Tener la oportunidad de ser público de la inmensa diversidad que se abre semana a semana, mes a mes, espa-cio a espacio, dentro de la cartelera por-teña (y aquí el primer injusto recorte). Considerando que esto es simplemente un

noticias del futuro (y algunas de ayer)ES AÑO DE MUNDIAL PERO LA CARTELERA PORTEÑA NO JUEGA AL ACHIQUE. ESTOS SON ALGUNOS DE LOS ESTRENOS Y REPOSICIONES PARA CORTAR LA FIEBRE DEL BALOMPIÉ.

repaso de los estrenos y, sobre todo, rees-trenos que se vienen (y particularmente hay mucho de regreso), a pesar de cual-quier crítica acerca de lo que acontece en el teatro hoy, no hay dudas que la energía está puesta en el hacer. “El hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada instante a inventar el hombre”, habla Sartre. El tiempo sigue enfrentándonos a grandes problemáticas institucionales, que podrían paralizar el desarrollo creativo ante tanto conflicto licuado. Por el contrario, la car-telera suma proyectos (no así espectado-res, pero eso es otro tema, tan importante como intenso). El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente, nada existe previamente a este proyecto; el hom-bre será ante todo lo que haya proyectado ser. Creadores cargados de un ánimo acti-vo por hacerse responsables de lo que acon-tece y arrojarse al mundo teatral, haciendo.

Y el año arranca con La verdad de Cappa y su maquinaria alrededor del mito. Como si no fuese suficiente con invitarnos a arran-car la lista con esta obra, cuya verdad está supeditada a la posición e influencia de quién la emite. Así La maquina idiota, de Bartis, pisa escena nuevamente. Entonces, con inteligencia nos invita a abrir el abani-co de opciones en la escena teatral, donde conviven la selvática femineidad de La fie-ra de Mariano Tenconi Blanco; los miedos amorosos de María Peligro, que con Fuera! vuelve al Beckett; el carácter libre de nues-tra compañera de ruta en Arizona; la con-movedora corrupción de Intenso azul de Ana Clara Shauffele, o la sensible e inquie-tante A solas con Marilyn en manos de Ro-dríguez, Montiel y Fernández Díaz. De la belleza pop de Perro mujer hombre de Gon-zalo López, otra vez al Camarín, a la inten-sidad cinematográfica de Perro, un cuento

TEATRO 18

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rural de Hernán Grinstein, que ahora plan-ta su set en Timbre4, o la emoción plena de la red de historias que teje Beirut Boulevard de Gonzalo Senestrari en La Tertulia. Pun-tos de vista e historias quebradas, como Esto es tan solo la mitad... de todo aquello que me contaste, las obras que son dos y son una a cargo de Bellocchio. Siempre Savig-none, con todas sus puestas al hombro ha-cia La Carpinteria. Malditos (todos mis ex) de Mariela Asensio, Mau Mau con la voz de Loza y el ojo de Parodi, y las mujeres y el paso del tiempo. O la supremacía argenta de las tetosterónicas Vago de Yoska Lázaro o Warnes de Martín Urruty. Lo pasional lo y supremo de la telenovelesca La misma San-gre de Leo Azamor, o la militante fuerza de Proyecto Posadas de Michelle Mwejcman, cuya locación en una peluquería de época nos obliga a aceptar el cuento como No pasa de hoy de Jimena Civelli. En febrero,

además, tenemos los festivales Novísima dramaturgia Argentina en el CCC, que nos invita a volver a disfrutar de pequeños e intensos retazos teatrales, o la selección de unipersonales del teatro Ópalo, con su po-sibilidad de volver a embarrarse con algu-na función por allí suelta, que se agradece tanto. Hasta el Centro Cultural San Martin invita con Duramadre por Km29 de Juan Onofri y Marina Sarmiento e Invocacio-nes con la curaduría de Mercedes Halfon y Carolina Martin Ferro, donde resuenan nombres como Mariana Chaud, Sergio Boris, Silvio Lang, Walter Jakob y Agustín Mendilahrzu para investigar a Meyerhold, Jarry, Bretch y Artaud. A la vuelta nomás, el mismo Ajaka presenta su obra El hambre de los artistas, hacia fin de año. Y continúa… Maravillosa infancia artificial, dirigida por Germán Rodríguez; Sweet Home Europa, adaptada y dirigida por Horacio Banega,

La sala Roja de Victoria Hladilo, Delia de Sebastián Suñé, Aun no consigo besar de Heidi Steinhardt, Granos de uva en el pala-dar de Susana Hornos y Zaida Rico, El loco y la camisa de Nelson Valente desde el BTE. Arbitraria y llena de olvidos, va la lista. Pero aún, el orgullo está en haber estado allí. Dice Barba: “Repetir significa resistir, opo-ner resistencia al espíritu del tiempo, a sus promesas y amenazas. Sólo después de haber sido repetida y fijada, una partitu-ra puede comenzar a vivir.” Reestrenando le ganamos al tiempo, a la intensa lucha función a función por mantenerse vivos. Reestrenar es reafirmarse, compartir más y más. La búsqueda no termina nunca, y el público merece esta oportunidad. Hay un espacio creativo que está vivo, incansable-mente late. ¡Qué viva el teatro!

MARA TEIT

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TEATRO

Villa Crespo, Buenos Aires, 2012. En Ele-fante Club de Teatro se estrena una pe-queña obra. Inesperadamente rápido, se expande en la ciudad un rumor que parece que hay que comprobar. “Andá, hay una mina que la rompe”. Pronto se agotan to-das las funciones, hay que reservar con an-ticipación, se arma el nuevo no te lo podés perder del circuito porteño. Suceso a escala off. Suceso enorme, conociendo la dimen-sión off-Baires.Es que es cierto. Ver a Valeria Lois en La mujer puerca, de Santiago Loza, da la im-presión de estar viendo a una actriz en su punto justo. Lo que hace allí no es un des-tello de histrionismo ni un muestrario de virtudes, y en eso radica el enorme valor de su trabajo. La actriz hace de su presencia una herramienta, y fascina por la profun-didad con la que captura la simpleza lisa y llana de su pequeño personaje.Detrás de esa fluidez, de ese no esfuerzo aparente, hay una larga historia de escena-rios que se fue tejiendo más o menos a la vista de quién supiera mirarla. En ese reco-rrido entran Pompeyo Audivert, Nora Mo-seinco, Gustavo Tarrío, Alejandro Catalán, Matías Feldman, Federico Olivera, y siguen los nombres. Ciro Zorzoli la convoca para Estado de ira en reemplazo de la genial Pao-la Barrientos. Había que cubrir el papel de una actriz llamada para reemplazar el rol de Hedda Gabler. Reemplazo sobre reem-plazo, papel grande sobre actriz enorme, desafío por partida doble. Lois no se achi-ca, pese las comparaciones y al temor que eso suponía, se manda con toda. Al final, la

puerca, cineasta, actriz y argentinaDE LA AUSTERIDAD DE SANTIAGO LOZA A LA DESMESURA DE MARIANO PENSOTTI, VALERIA LOIS SIEMPRE DEMUESTRA QUE LA ACTUACIÓN ES EL PRIMER PLANO DEL TEATRO.

pasa bomba -y se le nota- cada vez que sale con su propia versión a la cancha. Luego Lisandro Rodríguez con La mujer puerca. Y Mariano Pensotti con Cineastas. Y así llega a este flamante 2014, ocupada, más cono-cida y con muchísimo teatro a sus espaldas.Podría suponerse entonces que la actriz que habita en esta mujer ya se siente can-chera, o por lo menos segura, frente a los desafíos por venir. Pero ella retruca: “La verdad, no siento que la experiencia le de-muestre a uno lo que puede hacer. En cada obra hay un nivel de desconocimiento de lo que va a pasar. Siento que actuar implica un nivel de querer estar ahí que yo quizás, por más que pueda pensar, o anhelar tener-lo, quizás no era tan consciente de que lo tenía. Evidentemente no tuve dudas y agra-dezco no haberlas tenido”.En su vínculo con la actuación, hubo mo-mentos bisagra que no necesariamente tuvieron que ver con actuar. Uno de esos fue después de la maternidad. “Había que volver. Fue un momento clave porque no es que yo tenía que hacer algo, o que me llamaron del San Martín y fui a trabajar y cobrar; sino que me llamo Maruja para hacer Parana Porá”, obra en la que compo-nía a una especie de paraguaya-correntina divertidísima junto a Monina Bonelli. Fue una vuelta al off sin escalas: ensayos a con-trahorarios, hacerlo cuando nada ni nadie te obliga, sólo porque se trata de lo que uno eligió, etc., etc…. Le vaya como le vaya, Lois no se duerme en el laurel: “Casi lo único en la vida que puedo decir claramente es que siempre quise ser actriz, pero hay momen-

tos en los que la paso mal, y no solo por la plata o por si hay laburo o no. Más bien la inseguridad, el miedo a que no venga otra cosa, la autocrítica… ese rollo sigue activo, ¡y es un plomo!”.Un plomo, sí, pero tal vez esa esa obser-vación constante sobre su propio estar en escena, en un punto asegure que nunca va a resolver nada de taquito, riesgo que tam-bién se corre con el paso de la experiencia. “En la relación con el trabajo y lo artístico que tenemos las actores, es como si todo el tiempo estuviéramos hiperadaptándonos a distintas situaciones. Yo todavía siento el desborde que me produce el trabajo cada vez, ganas de hacer cosas que quiero, de autogestar con otros. Me sigue parecien-do algo actual. Por mas quilombos con el tiempo, es parte de lo que para mí puede llegar a pasar”. Attenti off, on, indies, mainstream, todas las tribus todas: sigue corriendo el rumor, Va-leria Lois va a actuar. Habrá que verla.

ISAbEL ARIAS

i LA MUJER PUERCA

Elefante Club de Teatro,

Guardia Vieja 4257

Desde el 22 de febrero, sábado

a las 21 y 22:30; $50 y 70

CINEASTAS

C. C. San Martín, Sarmiento 1551

Julio y agosto, horarios y precios sin

confirmar

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UN DIRECTOR MADURO qUE ODIA CHEJOV y SU ASISTENTE TRATAN DE PONERSE DE ACUERDO CON RESPECTO AL VíNCULO qUE LOS UNE UNAS HORAS ANTES DE UN ESTRENO TEATRAL.

Estreno de Mariano Tenconi blanco

TEATRO / 4.000 CC

Cocina lujosa. Mariano, un exitoso director de teatro de 50 años, en pijama.

Mariano: La puta madre. No hay jamón crudo. La puta re mil re puta madre. Ja-món cocido y la re concha de mi madre. Arco Iris, ¿podrías venir?(Aparece Arco Iris, morena, bella como una reina indígena, de unos 25 años)Arco Iris, perdoname. Nos quedamos sin crudo.Arco Iris: ¿Estás seguro?Mariano: Sí, me fijé recién.Arco Iris: A ver. Sí. Sólo cocido. Me olvidé de comprar.Mariano: No, está bien. Como soy, una nimiedad y ya se me derriba la estantería emocional, la puta madre. Y encima hoy tengo un estreno y ya voy a salir hecho una furia, ¡qué mierda!Arco Iris: Casi todos los días tenés un estreno, Mariano.Mariano: ¿Qué problema tenés con mi producción, Arco Iris? Si hay algo que tenemos que hablar, hablémoslo de una vez porque yo no puedo dormir bajo el mismo techo sabiendo que hay algo que no nos decimos.Arco Iris: No vivimos bajo el mismo te-cho, Mariano, yo tengo mi casa. Soy tu empleada nada más.Mariano: Ok, me queda claro, ok.

Arco Iris: ¿Vos te diste cuenta, Mariano?Mariano: ¿Qué cosa?Arco Iris: Lo de “crudo” y “cocido”.Mariano: No entiendo por qué hacés co-millitas con los dedos, Arco Iris.Arco Iris: Por lo de Dan Cameron.Mariano: ¿Qué?Arco Iris: De “lo crudo” y “lo cocido”. “Lo cocido” son los artistas que toman una obra existente y la modifican hasta que no se reconoce y “lo crudo” toman materiales que ya existen y los ponen así como están. Mariano: No sé de qué hablás.Arco Iris: Vos me lo explicaste. En una fiesta. Mariano: ¿Cuándo fuimos juntos a una fiesta?Arco Iris: Fue acá la fiesta. Una vez. Una de las fiestas. Yo dije que los DJ eran todos forros y vos me lo explicaste. Me dijiste “no seas boluda”, y me explicaste esto.Mariano: No, ni idea.Arco Iris: Está bien, dejá, dejá.Mariano: No me acuerdo, Arco Iris. Ha-bría tomado un éxtasis y no me acuerdo.Arco Iris: Si nunca tomás éxtasis.Mariano: ¿Y vos cómo sabés?Arco Iris: Porque me contás. Todo lo que hacés me contás. Mariano: No entiendo a dónde vas con todo esto, Arco Iris. Arco Iris: ¿Querés que baje a comprar jamón crudo?Mariano: ¿Cogemos?Arco Iris: ¿Cómo?Mariano: Si no te gustaría que cojamos.Arco Iris: No sé. Nunca lo pensé.Mariano: Si una vez cogimos.Arco Iris: ¿Cuándo?Mariano: ¿No te acordás?Arco Iris: No, sí, no es que no me acuerdo, bueno, no, no, no me acuerdo. ¿De verdad me decís? Mariano: Sí, de verdad te digo. Me siento un tarado ahora. Estábamos de éxtasis. Bueno, vos estabas de éxtasis. Arco Iris: No, ni idea.Mariano: Está bien, no es importante. Soy grande ya. No es importante.

Arco Iris: Perdón.Mariano: No, no, en serio.Arco Iris: Gracias.Mariano: ¿Por qué?Arco Iris: No, no sé.Mariano: ¿De verdad no te acordás? Arco Iris: No, la verdad, o sea, siempre me pareció, digamos, desde un determinado momento empezó a parecerme que quizás algo había pasado entre nosotros pero después pensé que no, que eran ideas mías nada más.Mariano: No cojamos mejor. Olvidate.Arco Iris: Sí, mejor.Mariano: Igual un poco me afectó todo esto.Arco Iris: ¿Qué, lo del jamón? Mariano: Sí. Y lo del sexo. Todo.Arco Iris: No, bueno, cojamos si es impor-tante para vos.Mariano: No, no, así no me gusta. Era en “ese” momento.Arco Iris: ¿Sos romántico ahora? Mariano: Sí. Soy un artista. Arco Iris: Sí. Aunque tus obras no están buenas. Últimamente.Mariano: No. Son una mierda. Todas. Todas las últimas. Pero tengo hijos, Arco Iris, vos no sabés lo que es eso.Arco Iris: Sí sé lo que es eso.Mariano: ¿Tenés hijos?Arco Iris: No, pero sé lo difícil que es mantener a los hijos.Mariano: ¿Cómo lo sabés? Arco Iris: Por vos. Siempre me lo decís. Que es muy difícil. Mariano: ¿Me elegís un traje? Uno de los de Europa.Arco Iris: Sí.Mariano: ¿No me podrías vestir vos, Arco Iris? Arco Iris: Bueno. Sí. ¿Qué obra estrenás hoy?Mariano: La gaviota creo que es.Arco Iris: Ya dirigiste muchos Chéjov.Mariano: Odio a Chéjov. Escribe mal. Pero no se puede decir. Nada se puede decir. ¿Sabés qué, Arco Iris?, poneme un moño, hoy.

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