28
número noviembre - diciembre 2012 La esperanza es el corazón La esperanza es el corazón del Adviento del Adviento Navidad: la eterna juventud Navidad: la eterna juventud de Dios de Dios Y se atrevieron a ser libres! Y se atrevieron a ser libres! nú ú ú ú ú ú ú ú ú úmero 205 205

Revista Metodista nº205

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Noviembre - Diciembre 2012

Citation preview

Page 1: Revista Metodista nº205

número noviembre - diciembre 2012

• La esperanza es el corazón • La esperanza es el corazón del Adviento del Adviento• Navidad: la eterna juventud • Navidad: la eterna juventud de Dios de Dios• Y se atrevieron a ser libres!• Y se atrevieron a ser libres!

núúúúúúúúúúmero205205

Page 2: Revista Metodista nº205

s u m a r i os u m a r i oEditorial 1

Hoy será la esperanza 2

por Oscar Bolioli 3

Adviento 5

Fray Beto y Sócrates 8

La esperanza es el corazón

de Adviento por Miguel Brum 10

Navidad: la eterna juventud de Dios 15

Y se atrevieron a ser libres 16

Un lugar para crecer con amor 17

Análisis NacionalHacia una discusión fundamental

por William Quinteros 18

Gabinete de Seguridad presentó

documento con medidas que

promueven convivencia social 19

Legalización de la marihuana 20

El Rev. Oscar Bolioli fue elegido

como nuevo presidente de IMU 23

Publicación de la Iglesia Metodista en el UruguayIMU) – Valor del ejemplar $ 20Comisión de comunicaciones:Oscar Villagrán: redactor responsable,[email protected]

Colaboradores en este número: Frei Beto, Oscar Bolioli, Miguel Brun, Juan Damián, Mary Estefan, Néstor MíguezRaquel Peyraube, William Quinteros

Revista Metodista (RM) respeta la opinión de suscolaboradores.

Los artículos firmados expresan única y exclusivamente el pensamiento de sus autores.Permitida la reproducción total o parcial de los artículos, citando su fuente. Agradecemos el envíode un ejemplar.

Oficinas Centrales: Barrios Amorín 1310, Teléfonos: 2413-6552, 2413-6554.Correo electrónico: [email protected]ágina web: www.imu.org.uy

Revista Metodista Nº 205NOVIEMBRE - DICIEMBRFE 2012

Diseño: Stella Fernández

Revista Metodista Nº 205noviembre/diciembre 2012

Impreso y encuadernado en mastergraf srlGral. Pagola 1823 CP 11800 Tel. 2203 4760*E-mail: [email protected]

Depósito legal 339.416 - Comisión del Papeledición amarada al Dec. 218/96

[email protected]

www.imu.org.uy

y@ d tiemu@adinet com [email protected]@adinet.com.uy y

iwww imu org uywww.imu.org.uyg yg

Iglesia Metodista Iglesia Metodista en el Uruguayen el Uruguay

Page 3: Revista Metodista nº205

LLa XXII Asamblea General de IMU, ha elegido a las

nuevas autoridades que tendrán la responsabili-

dad de acompañar y dinamizar la vida y misión de

la iglesia.

El período abarcará cuatro años ya que así lo

decidió la Asamblea, modifi cando la legislación

que estipulaba la renovación de autoridades cada

dos años.

Este comienzo esperanzador se inicia justa-

mente en el comienzo del año litúrgico, en el Ad-

viento.

Revista Metodista (RM) dedica este último nú-

mero del año a este período tan especial en la vida

de los cristianos y de nuestras iglesias.

Encontrarán sugerencias para vivirlo, celebrar-

lo y esperarlo con renovada esperanza.

Un Adviento que nos invita a celebrarlo más

allá de lo estrictamente eclesial y que nos desafía

a sembrar semillas de esperanza en nuestra coti-

dianeidad.

Nada que le suceda a nuestro pueblo le debe

ser ajeno a la iglesia.

Por eso incursionamos con distintos puntos de

vista, en temas que pueden resultar demasiados

seculares, (específi camente sobre el proyecto de

legalización de la marihuana) pero nosotros enten-

demos que la iglesia tiene que tener una palabra

para acompañar este proceso.

Como siempre abordamos varios temas para

que nuestros lectores puedan encontrar un espa-

cio para la lectura compartida.

Querido lector, querida lectora:

Que el Señor te prospere.

Que tus días sean gratos y tus noches serenas.

Que tus amigos te honren y tus hermanos te

amen.

Que otros puedan comer en tu mesa,

y refugiarse en tu ciudad.

y que cuando el Señor te convoque,

puedas ir a su encuentro con una sonrisa.

¡Feliz y bendecida Navidad para todos y todas!

Oscar Villagrán

[email protected]

Page 4: Revista Metodista nº205

2/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

Hoy será la esperanza

juntando juntas las ansias

tejiendo una cuerda tensa

el pueblo ya tiene fuerza

Hoy será la esperanza

las llaves en los museos

nadie compra nadie vende

es que se da no se tiene

Hoy será la esperanza

jugando en todas las plazas

decorando cada sueño

para festejar lo Nuevo

Hoy será la esperanza

el amor está en pañales

la alegría se ha reído

un Niño nos ha nacido

Juan Damián

Hoy será la esperanza

envolviendo mi tierra

leves lazos de justicia

la paz escupe las guerras

Hoy será la esperanza

arrancando las distancias

entre eficiente opulencia

y deficiente pobreza

Hoy será la esperanza

sembrando en los desiertos

muchas vides tanto trigo

anunciando pan y vino

Hoy será la esperanza

todas las puertas abiertas

todas las mesas bien puestas

todas las casas de fiesta

Hoy será Hoy será la esperanzala esperanza

Page 5: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/3Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

EDesde la presidenciaDesde la presidenciaDESDE LA PRESIDENCIA

El día después de las elecciones en la Asam-blea, me puse a pensar, qué se puede hacer. Por-que las resoluciones de las Asambleas, palabra más    palabra menos, se vuelven una repetición de expectativas ya hechas en Asambleas anterio-res.  Hace unas semanas Oscar Villagrán me acer-có  un artículo de Emilio Castro escrito al final de los años 70. Parecía que hubiera sido escrito la semana pasada. Habla de la Evangelización y la Misión de la Iglesia    la realidad de entonces nos habla que nada ha cambiado.

Nuestra situación no es que nos falten los análisis ni el contenido en nuestros documentos o discurso. En un espacio de  seis años hemos hecho dos excelentes Consultas de Misión. Salimos entu-siasmados e iluminados de que es lo que hay que hacer: “La congregación local como centro, la ma-yordomía integral de dones y recursos, iglesia inclu-siva donde todos se sientan acogidos aún en nuestra diversidad, la necesidad imperiosa de crecer, la falta de generaciones jóvenes y podemos seguir...”

No podemos quedarnos solo en el análisis y en el crear contenidos, tenemos que hacer, actuar,

ensuciarnos las manos, comprometernos en la acción.

Cuando fui electo dije que “quería ver en mi lugar una   generación más joven, no solo en la Presidencia sino también en las mesas de la Asamblea” y en estos cuatro años será mi empe-ño en conseguirlo. La primera reunión de la Junta Nacional de Vida y Misión de setiembre pasado, pasamos un buen tiempo de la agenda en marcar un rumbo de acción y los cambios que nos per-mitan implementar no solo las decisiones de la Asamblea como así de darle un vuelco a la  Iglesia.

En primer    lugar descentralizar las tareas de la Presidencia, en un equipo de cuatro personas, que se reunirán periódica-mente entre Juntas para coordinar e implementar mas ágilmente el queha-cer de las iglesias.

Una será la Presidencia, en que to-maré la tarea de representar la Iglesia, darle la dirección política y la iniciativa en la participación de la IMU en el ám-bito de temas y situaciones naciona-les, pero por otro lado quiero dedicar el mayor tiempo posible para acom-pañar al equipo pastoral y personal de la IMU, en sus tareas como ejecutores de nuestra Misión pero también como personas.

En el apoyo a sus dones y en la disciplina que nos permita ser un

No podemos quedarnos solo en el análisis y en el crear contenidos, tenemos que hacer, actuar, ensuciarnos las manos, comprometernos en la acción.

Page 6: Revista Metodista nº205

4/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

equipo en la acción y lo afectivo. Esto significa-rá  también el acompañamiento y visitación a las congregaciones como contexto del trabajo y lu-gar preferencial del ministerio. Si, queremos para los más viejos, la tarea que hacia el Superinten-dente en nuestras viejas estructuras.

La Vicepresidenta tendrá a cargo el acompa-ñamiento y la cercanía a nuestras Instituciones. Instituto Crandon, Colegio Crandon Salto, Institu-to de Buena Voluntad, Guardería del Cerro e IMUC.

Mantener el recuerdo constante  que nuestras Instituciones existen como expresión de nuestra misión y  parte integral de los objetivos y planes de la IMU. Son una expresión de nuestro servicio pero también semillero, donde fermente el Evan-gelio.

Dos aéreas más se concentrarán en las manos de dos hermanos de la Junta., uno asumiendo la conducción de todas las tareas administrativas, financieras  y legales de nuestra institución y la re-lación con las Instituciones correspondiente con el Estado. La otra asumirá el seguimiento y acom-pañamiento de los proyectos en marcha que tam-bién permitirá su   evaluación en tiempo y forma. La información a las Agencias hermanas y la rela-ción con la Comisión de Proyectos de la IMU.

Se establecerá como una de las prioridades de la IMU el identificar en cada congregación, laicos en la faja de los 35 a 60 años que pudieran ser potenciales líderes en la IMU tanto en lo local como en lo nacional, para darles sentido de per-tenencia, de grupo y ofrecerles oportunidades de participación en jornadas de formación y la espe-ranza de construir un nuevo liderazgo y un verda-dero discipulado que necesitamos en las congre-gaciones e IMU. 

La Congregación local deberá ser la base de la Iglesia. Los pastores deberán poner la prioridad de su tiempo y dones en ella. Deberá ser del cui-dado de la IMU no crear excesivos eventos que distraigan esa actividad fundamental, como no absorber sus líderes en tareas extra congregacio-nales. No hay duda que la pieza fundamental del crecimiento se da preferencialmente en la congre-gación local. No es aislamiento pero si el balance que permita el trabajo   fundamental.

Buscaremos dos jornadas al año de forma-ción tanto para pastores como laicos, invitando en cada una la persona más idónea para la misma. Cuando sea posible usando personas que puedan llegar a nuestro país.

Tendremos poner en acción una y otra vez aquellas cosas que nos lleven a construir la an-ticipación del Reino, pero por sobre todo de-bemos ser nosotros mismos como comunidad anticipo, ejemplo y anuncio de ese Reino. Tene-mos que transformar nuestras congregaciones y nuestras instituciones,  en aquel lugar donde la persona se sienta que es el lugar donde quie-re permanecer. 

El texto de Hebreos lema de la Asamblea nos decía: ”Dejando de lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, corramos con forta-leza la carrera que tenemos por delante; puestos los ojos en Jesús”… Dejemos lo que nos estorba y enreda, las pequeñeces, las frustraciones, la fal-ta de amor para empezar a construir esta Iglesia en una comunidad que sea  un anticipo del Rei-no y su justicia

”Dejando de lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante; puestos los ojos en Jesús”…

Page 7: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/5Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

El tiempo de adviento, con su tradicional fragancia a jazmines, nos convoca a hacer un alto en el andar

comunitario para reflexionar y compar-tir con otras/os qué queremos o necesitamos transformar.

La espera que calienta nuestros corazones puede ser un tiempo para iluminar nuestras ex-periencias y resignificar la manera en que vivi-mos la fe, en lo personal y lo colectivo.

En esta oportunidad les proponemos algu-nas sugerencias para vivir el Adviento en co-munidad; aprovechar el tiempo de espera para compartir sueños, inquietudes y esperanzas que señalan la nueva etapa que está por co-menzar.

Preguntas para el debate:

¿Qué significación ha tenido tradicionalmente el

Adviento en nuestra vida personal y en nuestra

comunidad de fe?

• Al cerrar un año de trabajo, ¿qué logros pode-

mos celebrar que indican cambios y transforma-

ciones en nuestro modo de ser comunidad?

• ¿Qué sueños y proyectos nos gustaría trazar en

lo personal y en lo comunitario? ¿Hacia dónde

nos interesaría enfocarlos?Para animar nuestro camino

La palabra Adviento procede del latín ad-ventus, que significa llegada. La tradición cris-tiana lo considera como una etapa de prepara-ción antes de celebrar el nacimiento del niño Jesús. Adviento fue celebrado de diversas ma-neras en la historia del cristianismo. Finalmente prevaleció la tradición romana que indica las

cuatro semanas anteriores a la Navidad. Se-ñala el comienzo del año eclesiástico y es una estación muy especial que antiguamente se observaba con el mismo rigor que la Cuaresma. Adviento está asociado a un gran número de costumbres y ritos. Algunos símbolos del Ad-viento son el color morado o lila, la corona de Adviento, la luz, el camino, un tronco que rena-ce, entre otros.

PARA LEER LA PALABRA

Juntas/os hacia el encuentro…

Para nuestras iglesias Adviento es tiem-po de preparar el encuentro con el Jesús que nace. La riqueza de este acontecimiento de-pende mucho de la forma en que vivamos la espera. Nos animan las luces de la Navidad que colocan desde ahora un espíritu de acogida y celebración en nosotras/os. La luz del pesebre alumbrará con mayor fuerza nuestra comuni-dad si aprovechamos el Adviento para reflexio-nar sobre nuestra misión en medio del mundo. Después de un año de trabajo comunitario, les sugerimos reflexionar juntas/os sobre cómo vi-vir la propuesta de Adviento. Para ello les pro-ponemos leer Lucas 1,76-79 .

“...para preparar el camino...” (v 76b)

Esperar no significa estar inmóviles, pasivas/os. La espera nos brinda oportunidad de descu-brir nuevos caminos. En ocasiones el egoísmo, la indiferencia o la desesperanza se convierten en piedras que obstaculizan nuestro andar. Es por eso que se hace necesario reencontrar nuevos senderos que consideren no sólo nuestra pro-pia vida sino también la realidad de aquellas/os que nos rodean. La profecía de Zacarías motiva incorporar nuevos elementos que fortalezcan el compromiso y la responsabilidad con el mundo en nuestro quehacer como personas y como co-munidad de hermanas/os. El Adviento represen-ta un tiempo de preparación que exige resignifi-car nuestra comprensión sobre el sentido de la vida que anunciamos, en qué consiste nuestra fe y cuáles son nuestras misiones en el mundo hoy.

“...para dar conocimiento de salvación...” (v

77a)

El tiempo de Adviento puede ser un espa-cio para que las mujeres y los hombres descu-

ADVIENTOADVIENTO

E

Page 8: Revista Metodista nº205

6/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

cer la visión que tenemos sobre este tiempo litúrgico.

Les invitamos a reflexionar sobre estos sím-bolos cada semana de Adviento. Aproveche-mos los diferentes espacios en los que se reúne la comunidad durante esta etapa de prepara-ción para animar el debate con las siguientes preguntas.

¿Con cuál de estos símbolos te identificas en tu

vida personal y por qué?

• ¿Qué pueden significar estos símbolos para la

vida de tu comunidad de fe?

• ¿Qué otros símbolos pudieran representar este

Adviento a partir de las experiencias de tu co-

munidad durante este año

?PARA LA VIDA EN COMUNIDADPropuestas para contribuir al debate y la re-

flexión comunitaria

Son muchas las tradiciones asociadas al Ad-viento. Una de ellas es la confección de la coro-

bran, en lo personal y dentro de su comunidad, lo que implica ser salvas/os. La salvación supo-ne vivir el desafío del mensaje evangélico en medio de nuestra realidad, para dar a conocer la manera en que queremos ser e incidir en ella con el fin de transformarla. El “conocimiento de salvación” exige vivir atentos a una realidad que demanda existir de manera comprometida y creadora. Requiere idear alternativas que trans-formen la manera en que nos relacionamos con todo lo que nos rodea.

La salvación no sólo significa alcanzar vida plena para nosotras/os, sino también preparar nuevos caminos en los que las/os otros redes-cubran por sí mismos el sentido de la salvación.

“...para encaminar nuestros pasos...” (v 79b)

El símbolo del profeta niño (v 76a) repre-senta la misión a la que nos invita el texto. La/el profeta no es un adivinador ni un hechice-ro, habla y actúa desde el clamor comunitario; denuncia cuanto entorpece los esfuerzos por construir un mundo mejor y anuncia alterna-tivas que promueven nuevos sentidos de vida plena. En este espíritu, debemos encaminarnos a fortalecer nuestras comunidades para que se conviertan en espacios proféticos que permitan cuestionar y transformar constantemente nues-tra práctica.

El Adviento se torna entonces, en tiempo de aprender a caminar juntas y juntos hacia el encuentro con nosotras/os mismos, con quie-nes nos rodean y con quien nos trae salvación.

Preguntas para el debate¿Qué situaciones de nuestra comunidad y de

nuestro contexto invitan a asumir el rol de co-

munidad profética?, ¿qué realidades nos llaman

a anunciar o denunciar?

• ¿Qué desafíos presenta el texto en términos de

misión a la hora de actuar en los espacios en que

participamos, en la comunidad de fe, la sociedad

en general y el entorno familiar en particular?REALIDAD Y COMPROMISO

Para vivir nuevos símbolos de nuestra espera

A continuación presentamos algunos sím-bolos que tradicionalmente se relacionan con el Adviento y que pueden ayudarnos a enrique-

paz

felicidadfelicidad

verdadverdad

luz

Page 9: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/7Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

na de Adviento, hecha con diversos elementos naturales y con cuatro velas. Suele colocarse en algún lugar visible del espacio donde se reúne la comunidad de fe y se enciende una de las ve-las cada domingo de Adviento, de manera que a la llegada de la Navidad se hayan consumido las cuatro. Este símbolo de la espera comunita-ria puede vivirse de una manera creativa; a con-tinuación les sugerimos algunas ideas.

Confección de la corona de Adviento

en retiro comunitario

Invita a las/os hermanos a elaborar una co-rona de Adviento en un tiempo de retiro comunitario

Antes de la elaboración colectiva de este símbolo, sugiere reflexionar en comunidad sobre su nuevo sentido. Ten en cuenta los siguientes aspectos.La corona de Adviento es un círculo de

follaje verde que significa la esperanza de la vida. Las cuatro velas, colocadas alrededor del círculo, simbolizan la luz que viene a iluminar definitivamente la vida de los seres humanos. Tradicionalmente las velas de la corona poseen significados y colores específicos:

La primera vela, de color morado, significa vigilancia y deseos de conversión. La

segunda vela, también morada, significa la conversión que ya ha comenzado a vivirse. La ter-cera vela, de color rosado sig-

nifica la espera gozosa. La cuarta vela, de color morado, significa que ya estamos preparadas/os para la fiesta navideña.

Propón resignificar este antiguo símbolo a partir de un rescate de las ideas surgidas en el ejercicio propuesto en la sección Para leer la Pa-labra. Para la reflexión puedes tener en cuenta las siguientes interrogantes.

¿Qué aspectos de nuestra realidad quisiéramos

ver reflejada en cada una de las velas de la co-

rona?

• ¿Dónde y con qué propósito ha estado situada

tradicionalmente la corona de Adviento? ¿Qué

nuevos lugares e intenciones podríamos asig-

narle?

• ¿Qué elementos de nuestra cotidianidad pudié-

ramos utilizar para confeccionar la corona?

Invita a la comunidad a confeccionar la co-rona de Adviento con elementos que simbo-licen aspectos importantes de la vida de cada hermana/o que participe. Pueden utilizarse poemas, canciones, fotos personales, familiares y comunitarias, dibujos, tarjetas postales, velas, diversos objetos que evoquen momentos sig-nificativos, etc.

Terminado el trabajo colectivo puede com-partirse una merienda y dialogar sobre el sig-nificado de los elementos que componen la corona.

Propuesta para liturgias en Propuesta para liturgias en domingos de Advientodomingos de Adviento

1er Domingo

En la celebración del primer domingo de Ad-viento, invita a las/os ancianos de tu comunidad de fe a encender la primera vela de la corona elaborada colectivamente. Dedica un tiempo de testimonios en el que ellas/os puedan expresar sus deseos, sue-ños y esperanzas sobre la vida de la comunidad en la que participan.

2do Domingo

El segundo domingo de Adviento puede estar dedicado a la familia. Invita a las madres y los padres de tu comunidad a encender la segunda vela de la corona y a compartir con jóvenes, niñas/os y el res-to de las/os hermanos sus expectativas sobre el año que está por comenzar.

3er Domingo

La celebración del tercer domingo de Adviento puede estar preparada por las/os jóvenes. Podrán elegir los cantos comunitarios que más les agraden y compartirlos con el resto de la comunidad. Invítales a expresar sus aspiraciones y a encender la tercera vela de la corona.

4to Domingo

El cuarto domingo de Adviento puede dedi-carse a las/os niños. Ayúdales a preparar canciones, poemas y dibujos mediante los cuales puedan com-partir sus deseos con el resto de las/os participantes. Invítales a encender la cuarta vela de la corona.

Dedica un tiempo especial de la liturgia de este domingo para orar juntas/os por todas/os los miem-bros de la comunidad y por la realización de sus pro-yectos de vida.

“Caminos de Vida” del Centro Memorial Dr. Martin Luther King, Jr.

La Habana – Cuba –Adaptado por pastora Mary Estefan S.

vigilancseg

Page 10: Revista Metodista nº205

8/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

AAl viajar por Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y Chi-na.

Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.

El otro día, observaba el movimiento del ae-ropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían.

Seguramente, ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente.

Aquello me hizo reflexionar: "¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?"

Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: "¿No fuiste a la escuela?" Ella respondió: "No, voy por la tarde."

Comenté: "Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde."

"No", respondió ella, "tengo tantas cosas por la mañana..."

"¿Qué cosas?", le pregunté.

"Clases de inglés, de baile, de pintura, de nata-ción", y comenzó a detallar su agenda de mucha-chita robotizada.

Me quedé pensando: "Qué pena, que Daniela no dijo: "¡Tengo clases de meditación!"

Fray Beto Fray Beto y Sócratesy Sócrates

“solo estoy mirando cuántas cosas existen

que no precisopara ser feliz”

Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles.

Page 11: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/9Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

Estamos formando súper-hombres y súper-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles.

Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías!

No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la despropor-ción en relación al mejoramiento del espíri-tu. Pienso que moriremos esbeltos: "¿Cómo estaba el difunto?". ¡"Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!"

¿Pero cómo queda la cuestión de lo sub-jetivo? ¿De lo espiritual? ¿Del amor?

Hoy, la palabra es "virtualidad". Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Bra-silia, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado! Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtua-les. Y somos también éticamente virtuales...

La palabra hoy es "entretenimiento"; el do-mingo, entonces, es el día nacional de la imbeci-lidad colectiva.

Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla.

Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres: "Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, usted será feliz!"

¡El problema es que, en general, no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. O de medicamentos. Quienes resisten, aumentan su neurosis.

El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globa-lizante, neoliberal, consumista. Así, se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispen-sables tres requisitos: amistades, autoestima y au-sencia de estrés.

Hay una lógica religiosa en el consumismo post-moderno.

En la Edad Media, las ciudades adquirían sta-tus construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construye un shopping-center.

Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estili-

zadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, ni chicos de la calle, ni suciedad...

Se entra en esos claustros al son gregoriano post-moderno, aquella musiquita de esperar al dentista.

Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas.

Quienes pueden comprar al contado, se sien-ten en el reino de los cielos.

Si debe pagar con cheque post-datado, o a crédito se siente en el purgatorio.

Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno...

Felizmente, terminan todos en una eucaristía post-moderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donald...

Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: "Sólo estoy haciendo un paseo socrático". Delan-te de sus miradas espantadas, explico: "Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ..."Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no preciso para ser Feliz"!

Frey Beto

“Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ...”Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no preciso para ser Feliz”!

Page 12: Revista Metodista nº205

10/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

La Navidad es precedida por un largo tiempo de expectativa.

Cuando celebramos la Navidad en un espíritu jubiloso y de fiesta, estamos lejos de imaginar el largo e impaciente período de espera tanto comu-nitaria como individual, que transcurrió entre los tiempos de crisis previa y la llegada del nacimien-to de Jesús. Ese período de penas y de aflicción es conocido por los fieles judeocristianos bajo el nombre universal de “la expectativa mesiánica”. Ello significa en otras palabras: “esperar con pa-

ciente anhelo la llegada del Salvador”. Ante ese interminable período de espera de

varios siglos –la Biblia dice que “¡para Dios mil años son como un día y un día como mil años!” (2 Pe-dro 3.8). Durante dicho tiempo, comparecía igual-mente el dolor que provocaba el hondo anhelo de obtener una pronta liberación y las reflexiones de la gente interrogándose sobre el sentido de ese tiempo de paciencia de Dios y de fatiga humana. Esto, porque el pueblo de Israel sufría entonces una prolongada etapa de invasiones, guerras cruentas, deportaciones y crisis sucesivas que sembraban a su paso angustia, miseria, aflicción y desesperación.

Actualmente la Navidad es rodeada por la ambición del consumo

Cuando uno compara los comportamientos humanos, poniendo uno frente a otro, un tiempo de expectativa de la salvación provocada por un real sufrimiento, con otro tiempo de aburrimien-to, de superficialidad y de vanidad, sin ningún sentido de una justa seriedad humana, el contras-te pone en evidencia la medida a la que pueden llegar los humanos en materia de vanidad, irre-flexión, inconciencia e insensatez. Esa es la impre-sión que me hace la reacción colectiva de trans-formación del tiempo de Navidad en período de consumismo, de derroche y de despilfarro global. Dilapidando recursos que tarde o temprano harán falta en otro dominio y para necesidades esencia-les que entonces no dispondrán de medios como consecuencia de la anterior disipación.

No solamente empleando mal los propios recursos, sino comprometiendo además las reser-vas de la tierra que nos alberga y sus bienes eco-lógicos que no son sólo nuestra propiedad sino también la propiedad de la colectividad humana. Comprendidos nuestros descendientes, hijos y nietos.

Los Profetas alimentan la esperanza por el anuncio de un Mesías

La parábola del Hijo pródigo (Lucas 15.11-32) nos muestra claramente el resultado de una vida sin normas ni reflexión, y las consecuencias de indigencia, penuria y necesidad a las cuales ella conduce como consecuencia de la insensatez y la irresponsabilidad de un espíritu estrecho e inepto. Pero esta parábola también muestra la abundan-cia del amor del padre, que se desvive por ver feliz a su hijo perdonando la falta y abriendo la puerta a una nueva oportunidad. Tal amor se sitúa en el centro mismo del tiempo de Adviento y de Navi-dad.

Los profetas, con la visión clarividente de buenos guías políticos, económicos, sociales y re-ligiosos de entonces, percibiendo que la crisis no era motivada por los habitantes mismos de Israel, sino por circunstancias externas e involuntarias, habían prometido -en nombre del Dios Eterno- el advenimiento de un Mesías, nombre que en el lenguaje hebreo del tiempo que vivían significaba el “Liberador ungido y designado por Dios” la ve-nida del Mesías era un acto de gracia. Un Salvador al mismo tiempo poderoso y misericordioso, que restablecería en Israel las anteriores paz y prospe-ridad perdidas.

La expectativa mesiánica enciende el júbilo en el pueblo

Ello no les impidió a los profetas llamar igual-mente a la sensatez y al sentido de responsabili-dad a los miembros del pueblo. Ellos eran cons-cientes de que el riesgo de deslices o caídas hacia

L

La esperanza es el La esperanza es el corazón de corazón de AAdvientodviento

Page 13: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/11Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

la pendiente imprevisible nunca está lejos de los humanos. Sabían que tal como lo habían dicho al-gunos Griegos, la experiencia no es una garantía infalible, pues “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”.

La promesa trascendente del Mesías que Dios enviaría dio origen –como contrapeso compensa-dor del dolor y de la desesperación- al fenómeno colectivo y comunitario conocido por los historia-dores como la “expectativa mesiánica”. Se tra-taba de un sentimiento popular y personal que a través de lo largo de la historia del pueblo de Dios hizo las veces de una cuerda dorsal espiritual confiriendo fuerza, paciencia, confianza y estabili-dad a través del tiempo. En efecto, la expectativa

mesiánica fue una especie de gigantesca ola de esperanza nacional.

Ella poseía la capacidad de aportar consuelo en medio de la aflicción, sentido frente al absur-do, y una motivación profundamente movilizado-ra ante la ausencia total de razones sólidas en las cuales confiar.

La esperanza en la Biblia y en la poesía de Charles Peguy

Separadamente de la fe, el panorama era austero y recio en Israel. Sin la esperanza, no exis-tían entonces en el Pueblo de Dios otros motivos de confianza, y la penuria era grande cuando se trataba de causas nobles y de una mística entu-siasta hacia la cual mirar. En contraste, el Mesías traía con Él todo aquello de lo cual carecían las capacidades humanas. Ello equivalía a decir que Él comunicaba su sentido a la vida de los Israelitas y que ponía paz allí en donde todo era conflicto, carencia y angustia.

En tal contexto es más fácil comprender por-qué el pensador francés y loreno, filósofo y poeta Charles Peguy se detuvo con admiración ante la aparentemente pequeña e insignificante segun-da virtud teologal, es decir, la esperanza. Digo “aparentemente pequeña”, porque la esperanza, mencionada entre sus otras dos hermanas mayo-res, la fe y el amor, parece empalidecer por des-lumbramiento, obnubilada por el brillo majestuo-so de sus dos similares gemelas dominantes.

El apóstol Pablo, en I Corintios 13 pone la esperanza en igualdad de condiciones frente al amor y a la fe. He ahí las tres virtudes teologales. Pero finalmente, en el mismo capítulo, él termina

declarando que la primera de las virtudes teolo-gales es el amor, o como lo traducían ciertos teó-logos de antaño, la caridad.

Según Peguy la esperanza, más que una vir-tud es un milagro.

En todo cuanto le concierne, Charles Peguy saca a la esperanza de su rango de virtud menor, y más que como una virtud la considera un mi-

lagro. Un milagro porque siendo tan modesta, es ella la que ayuda a mantenerse firmes al amor y a la fe cuando estas dos otras virtudes tienden a desfallecer.

Fue así que, cuando en tiempos de expecta-tiva mesiánica la fe y el amor tambalearon y fla-quearon peligrosamente, fue la esperanza la con-dición espiritual que comunicó la estabilidad para que la gente confiara y continuara perseverando. Tal fue la situación por ejemplo, cuando el Deute-roIsaías –el Segundo Isaías discípulo del primero- anima al pueblo que desfallecía bajo la ocupación y la deportación babilónica, dándole motivos de esperanza:

“Buscad a Yahvé mientras pueda ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericor-dia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdo-nar”. No hay todavía ningún hecho realizado. Nin-guna buena noticia a compartir. Pero hay mucho a esperar a la luz de la promesa del Mesías. Es claro que todo ocurre en el dominio de la esperanza.

El ser humano se defi ne sobre un fondo de esperanza

Esa esperanza, corazón del tiempo de Advien-to, iluminada sobre el fondo firme de la expectati-va mesiánica es una visión suficientemente sólida y fuerte como para infundir coraje y reforzar el ánimo de los afligidos. Cuando alguien le pidió a Peguy que definiera la característica dominante y más hermosa del ser humano, contestó sin dudar: “el humano es un ser que avanza en todas las cir-cunstancias impulsado por la esperanza”. Como teólogo y poeta simultáneos, escribió una vez una meditación que constituye una verdadera perla literaria, destacándose evidentemente en medio de otras varias perlas producidas por él, las cuales abundan.

A esta perla preciosa –o “de gran precio” como la hubiera llamado Cristo (c.f. Mateo 13.46)- la co-

Page 14: Revista Metodista nº205

12/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

loca Charles Peguy en su obra titulada “El portal

del misterio de la segunda virtud teologal” –la esperanza. Peguy nos permite así comprender cuál fue el milagro extraordinario de la expecta-tiva mesiánica –la esperanza- que permitió a las gentes del antiguo Israel confiar y aguardar hasta que finalmente, la Navidad llegó, y Cristo irrumpió como destello brillante e impacto de la Eternidad en el tiempo humano.

La expectativa mesiánica es hija de la escatología

La escatología es la parte de la teología que medita sobre el final de la historia y todo lo que ocurre cuando la historia entra y se sumerge en la Eternidad al culminar los tiempos hacia su cum-bre. Esto es, a la luz de la fe, el Reino de Dios. Para hacernos sentir la fuerza de la esperanza mesiá-

nica, Peguy imagina a Dios meditando ante las cualidades diversas de su criatura racional huma-na, mujer u hombre, sabio o ignorante, rico o po-bre, antiguo o moderno, joven o viejo.

En la pluma de Peguy, la esperanza atraviesa la Biblia como un producto directo de la escato-

logía, es decir de la fe judeocristiana que habla del Reino de Dios, un orden vigente durante el

tiempo final de la historia. Pero un tiempo que en realidad atraviesa la historia en su totalidad aportándole un sentido permanente, pues la es-peranza del Reino de Dios fue el raro fruto de la fe hebrea primitiva, que desde el judaísmo anunció el advenimiento del Mesías y posteriormente pa-sando del judaísmo al cristianismo a continuación del nacimiento de Cristo dio raíces a la fe cristiana.

Finalmente, el cumplimiento de la profecía, esto es el nacimiento de Cristo, consolidó la es-peranza transformándola en la confianza total de que Dios cumple sus promesas. Él ha dotado a la historia de un sentido inteligente, de una direc-ción que conduce los tiempos hacia una finalidad superior, buena, razonable, edificante y valiosa para la realización de las personas humanas y de los ideales que crecen a la luz de la fe.

La historia no es el fruto de un azar casual, torpe y ciego

El cumplimiento de la promesa del Mesías muestra que la historia es el fruto del plan de amor de Dios. Ella no es el producto de la evolución

de un tiempo impersonal fruto del azar, sino del actuar lúcido y fiel del amor inteligente del Crea-dor, personal, racional y bueno, que ha puesto en el corazón de sus criaturas el amor y la fe, y que por la esperanza los mantiene eficaces y activos. La historia tiene un sentido inteligente y es Dios quien se lo ha dado. La esperanza a su vez afirma la fe y el amor a la vida por parte de los humanos. Al decir de Charles Peguy, “Dios se asombra obser-vando sus hijas e hijos, a causa de la maravilla de esta esperanza que se vuelve grande y real cuan-do en realidad no lo es”. Dios se dice a sí mismo en su Ser interior:

“Pero la esperanza –dice Dios- ¡he aquí lo que me asombra!... ¡A mí mismo! ¡Porque eso sí que es asombroso! Que estos pobres hijos vean cómo ocurren las cosas, ¡y que ellos crean que mañana todo irá mejor! Dios continúa meditando y asom-brándose: Que mis criaturas vean cómo suceden las cosas hoy y que crean que ellas ¡irán mejor mañana de mañana! Eso me resulta asombroso, y es en verdad la más grande maravilla de nuestra gracia.

Así, según Charles Peguy ¡la esperanza asombra a Dios mismo!

Dios prosigue su reflexión en la imaginación de Peguy: Estoy asombrado en mi propio Ser –dice el Padre- y siento que es indispensable que mi gracia sea -en efecto- una fuerza increíble. Que ella surja de una fuente y como un río inagotable. Desde la primera vez en que ella brotó y desde siempre que ella corre. En mi creación natural y en mi creación sobrenatural. Mortal e inmortal.

Y aquella vez, ¡oh, aquella vez! que ella brotó y corrió como un río de sangre, del costado herido de mi hijo. Cuánto le ha sido necesario a mi gracia y a la fuerza de mi gracia para que esta pequeña esperanza, vacilante bajo el soplo del pecado, y temblorosa ante todos los vientos, ansiosa al mínimo soplo, se mantenga tan invariable, per-manezca tan fiel, se tenga tan derecha, tan pura e invencible e inmortal, imposible de extinguir y de apagar. Tal cual la llama del santuario, que arde eternamente en la fiel lámpara.

Una llama temblorosa que ha atravesado el espesor de los mundos. Una llama vacilante que ha atravesado la espesura de los tiempos. Una lla-ma ansiosa que ha atravesado la espesura de las noches. Desde la primera vez que mi gracia corrió

Page 15: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/13Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

para la creación del mundo. Desde siempre que mi gracia corre para la conservación del mundo. Desde aquella vez que la sangre de mi hijo ha co-rrido por la salvación del mundo. Una llama impo-sible de alcanzar, pero también imposible de apa-gar ante el soplo de la muerte”. Hasta aquí Dios hablaba asombrado por la esperanza humana.

Los seres humanos pueden asombrarse de la confi anza de Dios

Pero por nuestra parte, podemos asombrar-nos ahora nosotros, humanos, del grado de con-fianza que el Creador ha puesto de manifiesto ante sus criaturas. Pues el desarrollo y la evolu-ción de la historia, culminación del desarrollo de la creación, Él los dejó confiados a la responsabi-lidad de los humanos. Charles Peguy afirma ante tal reflexión:

“¡Los humanos podemos faltarle a Dios! He ahí la situación ante la cual Él nos ha colocado. Él ha hecho uso de una enorme confianza, ¡pero ello implica por otra parte una enorme imprudencia divina! Pues nosotros podríamos fallarle, come-tiendo la falta. Es el misterio ante el cual no sabe-mos qué responder. La noche continúa, en la cual se impregna el ser, la noche de una densa trama. Una trama sin fin en la cual los días no son sino... ¡días! Es la noche lo que constituye el tejido del tiempo futuro, y del tiempo en su totalidad. La reserva y el manantial del ser. Ante tal circunstan-cia y dada la condición humana, es la esperanza nuevamente, esa que gestó la fe en la venida del Mesías la que comunica su estabilidad a la fe y al amor”.

La máxima esperanza está en creer que la his-toria tiene un sentido.

Charles Peguy culmina afirmando: “La es-

peranza es la hermanita menor de las virtudes

teologales, pero es ella quien impide al amor y a

la fe sus hermanos mayores, el caer desfallecien-

tes, incitándonos ‘a esperar contra toda esperan-za’ (cf. Romanos 4.18). A confiar en que la promesa mesiánica del Reino de Dios, meta y finalidad de la historia y de la escatología (“meditación sobre

los últimos tiempos” -en griego) se hará realidad”.He ahí el misterio y la maravilla de la expecta-

tiva mesiánica: la esperanza de que la historia tie-ne un sentido y que ese sentido es al mismo tiem-po orientación y finalidad. La grandeza de ese tra-

mo final de la historia, al que aspiramos cuando celebramos la Navidad, es que se trata del trozo del Tiempo que entra finalmente en la Eternidad. La Eternidad fecunda al tiempo impregnándolo de su sentido último, de su consumación creativa.

Los profetas le advierten a Israel sobre el ries-go de contaminar ese momento tan puro, glo-rioso y sublime de la evolución humana con los ídolos del tiempo antiguo. En tiempos del Israel precristiano se trataba de los ídolos contaminan-tes de aquella época.

Los ídolos como obstáculos contra la autenticidad de la esperanza

Los profetas luchan contra los ídolos porque ellos son contrarios a la esperanza. La esperan-za sostiene la fe, los ídolos la atacan y minan sus bases. Entre los ídolos de los tiempos bíblicos, se encontraban la tentación de una alianza con las potencias imperiales dominantes de aquel mo-mento, o la tentación del culto de los Baales, los dioses paganos que conducían a la perversión y la contaminación de la fe de Israel.

El eco de la advertencia de los profetas nos llega en el presente desde el fondo del tiempo histórico, y nos advierte –actualización mediante- del riesgo de los modernos ídolos materialistas. El peligro de no saber relativizar lo que es relativo y de confundirlo con los falsos valores absolutos. Pues los ídolos no son sino instancias relativas que exigen ser absolutizadas.

No admiten que continuemos relativizándo-los como cosas provisorias o consumibles y en consecuencia nos llaman a “vivir para consumir, en lugar de consumir para vivir”. Buscan llevarnos a “vivir permanentemente para el dinero, en lugar de dejarnos usar razonablemente el dinero como medio para vivir”. Nos convencen de “vivir para poseer definitivamente en lugar de actuar pose-yendo modestamente para vivir”.

La esperanza se opone a los ídolos en favor del amor y la fe

Así podríamos continuar enunciando todos los casos y situaciones en que la vida animada por una visión bíblica razonable nos lleva a percibir lú-cidamente la relatividad del espacio y del tiempo en que vivimos, y a negarnos a absolutizar todo lo que es a penas relativo. Lo relativo que se vuelve

Page 16: Revista Metodista nº205

14/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

absoluto, deja de ser un medio para convertirse en un fin, y eso se llama “idolatría”. El dinero deja de ser un medio para convertirse en fin. El consu-mo deja de ser un medio para convertirse en fin... El deporte deja de ser... la ciencia... la técnica... la política... el sexo... el placer... la fama... el poder, la publicidad... Ya en los tiempos bíblicos y contra todas estas deformaciones, los profetas hicieron sonar la alarma y exhortaron a los seres humanos a la reflexión. El libro del Deuteronomio (11.26-28) resume tal importante llamado profético en tres versículos:

“He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de vuestro Dios, que os pres-cribo hoy (Dios: la referencia de la fe absoluta). La maldición, si no oyereis los mandamientos del Se-ñor tu Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido”. (–Ídolos- los objetos relati-vos que exigen volverse absolutos).

Conclusión

El tiempo del Adviento, que precede a la Navi-dad, anuncia y anticipa la venida de Cristo a nues-tro mundo. Él constituye un precioso tiempo de expectativa y de preparación para la Plenitud de la entrada de Dios en la historia de la humanidad, en la persona del Mesías.

Se trata de un tiempo y de un espacio de anun-cio y de esperanza. Una oportunidad privilegiada de proclamación de la Buena Noticia abriendo la puerta hacia el Reino del Mesías y Cristo. La buena Noticia consiste en anuncio de Pascua: La vida ha vencido a la muerte. La sensatez ha vencido a la arbitrariedad, la equidad ha vencido a la injusticia, la paz ha vencido a la violencia, la verdad ha ven-cido al error.

Sería un contrasentido que en este tiempo lu-minoso la insensatez de un comportamiento su-perficial e inadecuado llevara a muchos a perder la ruta y a deambular desorientados entre los oro-peles, las baratijas y los abalorios de un mercado consumista que propone reemplazar el ser por el tener, lo esencial por lo superfluo, y lo auténtico de la fe por lo relumbrón de las apariencias.

Una buena preparación de una “¡Feliz Navi-

dad!”, consistiría en la búsqueda del camino a Be-lén inspirados por la sencillez transparente del es-tablo y del pesebre –fue allí encima que se detuvo

la estrella- más bien que por el afán de poder y de posesiones de un Herodes completamente ajeno al significado y al mensaje liberador del Mesías.

Los Magos del Oriente, modelos de sabiduría de su época, eligieron como su referencia al Rey Mesiánico, humilde Servidor sufriente sin trono ni corte, y “evitaron a Herodes volviendo por otro camino” (Mateo 2.12).

Como bien lo precisó Cristo: “En donde es-tuviere tu tesoro, allí estará tu corazón” (Lucas 12.34). ¡De ahí la importancia del acto de elegir nuestro tesoro!

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo en la esperanza del Adviento!

Por Pastor Miguel Ángel Brun– Dr. en Ciencias Humanas

y Teología- Universidad de Estrasburgo 1998, Francia. Pastor

Metodista (IMU 1953-1972) en Uruguay y de l’Eglise Réfomée

de France, en Francia (1974-1998)

Los textos en español de Charles Peguy son traducción

fiel de su texto original en francés a partir de su libro”Le por-

tail du mystère de la seconde vertu théologal” (l’espérance): “El

portal del misterio de la segunda virtud teologal” (la esperan-

za), por el autor de este artículo.

Page 17: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/15Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

EL VENERABLE ANCIANOEn la antigüedad los seres humanos creían en

muchos dioses. Los había dioses niños y niñas, dioses y diosas jóvenes y dioses y diosas de mucha edad. Por estricto orden de jerarquías en el mundo antiguo, el mayor de los dioses era generalmente representado por un dios1 anciano, de larga barba blanca. Cuando la fe monoteísta fue reemplazando a los mitos de los muchos dioses, la imagen que quedó, obviamente, fue la del dios mayor. Así los cristianos nos hemos quedado con un Dios venerable pero vetusto, y generalmente representado con imágenes e ideas de un dios anciano.

Desgraciadamente en nuestro mundo, por otro lado, la “venerable ancianidad” pasó a ser la maltratada jubilación. Viejo pasó a significar descartable, obsoleto. Y con las ideas viejas se tiraron las ideas de un dios viejo. El dios de los cristianos aparece para muchos como un dios jubilado, desactualizado, pasado de moda, el dios que justifica todos los tradicionalismos. Es un dios sin fuerzas, con ideas de otros tiempos, que no entiende el mundo de hoy y sus avances posmodernos. Un dios que se va quedando sin espacio, a medida que avanza la ciencia y resuelve enigmas que antes se atribuían a la majestad divina.

Otros dioses más pujantes, arrogantes, casi diría impúdicos, se van apropiando de la escena. El dios del Mercado Total, el dios de Los Bonos y las Finanzas, el dios del Éxito a los Codazos, la diosa de la Agresión Im-pune y el Daño Colateral, el dios de la Soberbia Cienti-ficista, por solo mencionar algunos, se imponen como las fuerzas que hoy deciden sobre las vidas y muertes, felicidad o desventura de los mortales. Esos son los nuevos dioses.

¿EL DIOS ES LA BIBLIA ES UN DIOS VIEJO?Sin embargo, esas imágenes de los cuadros que

representan a dios anciano no hacen justicia al Dios bíblico. El Dios de la Biblia se muestra como un dios muy activo: Es el Dios creador, el que es capaz de hacer cosas nuevas y buenas, con una rica imaginación. Hace un cosmos infinito y lo ordena, le da muchas formas de vida, se ocupa de lo más grande y de lo más pequeño, y todo lo llena de hermosura. Le da su luz, y también sus tinieblas, y aún reserva un tiempo para el reposo y la fiesta.

Es un Dios que quiere compañeros que vayan más allá del momento divino, y se dispone a ser Dios de los Humanos. Dispuesto a la aventura, Dios crea al ser hu-mano y lo dota de autonomía, le da inteligencia y do-minio, le permite compartir el atributo de la palabra. Lo crea varón y mujer, con libertad y deseos (peligrosa

1 Valga la aclaración: cuando empleo la palabra “dios” con minúscula es porque la estoy usando como un sus-tantivo común, no es error ni falta de respeto. “Dios” con mayúscula la reservo cuando menciono a nuestro Dios, o de alguna deidad específi ca. En ese caso tiene el sentido de un nombre propio, que debe ir con mayúscula.

Navidad: la eterna Navidad: la eterna juventud de Diosjuventud de Dios

mezcla). Luego nos acompaña a recorrer ese camino de inseguridades que la humanidad comienza a trazar. No parece la imagen de un prudente anciano, sino la de un Dios pujante, dispuesto a hacer una experiencia nue-va, casi, irreverentemente dicho, ingenuo en su buena voluntad hacia los hombres. Más que un sentencioso crítico que se sienta a evaluar y desechar los riesgos, aparece como un artista fogoso, que está enamorado de su obra. Y la trata, sea con dulzura, sea con ira, pero siempre con su misericordia, con la ardiente pasión de quien solo sabe amar.

Y entonces se muestra de muchas maneras: En al-gunos textos del Antiguo Testamento Dios aparecerá como un valiente guerrero, abanderado de la justicia, campeón de los humildes. Le duele ver a su obra escla-vizada, al pueblo pasando hambre, a la creación abun-dante que ha forjado en manos de unos pocos apro-piadores, y señala y condena, envía profeta y juicios. A veces esas imágenes de Dios nos pueden resultar chocantes por que lo muestran rodeado de violencia. Ciertamente no son imágenes de un anciano que mira impasible las batallas y angustias de otros. Dios mismo interviene “con mano fuerte y brazo extendido” como le gusta decir al autor bíblico. Toma partido por los más débiles, pone su fuerza en juego. Mueve mares, los agi-ta o la seca, según las circunstancias, prende fuegos im-pensados, amasa diariamente el maná para alimentar a sus hijos e hijas. Con la ternura de una madre preocu-pada, o con el vigor de incansable caminante, muestra muchas cosas, menos la de ser una deidad fatigada buscando el próximo banco para sentarse.

Pastor en la plenitud, que cuida y nutre a su reba-ño, o enojado amante desilusionado por la traición de su elegida, las imágenes bíblicas, diversas y entremez-cladas, nos muestran un Dios siempre activo, siempre dispuesto a cosas nuevas, no exento de sabiduría, pero no de la sabiduría ociosa de quien mira de afuera, sino del que se nutre en la experiencia y la práctica para probar cosas nuevas. Más que el sabio sentencioso que aburre con consejos, Dios es el imaginativo inventor de nuevas posibilidades y acercamientos. Es el Dios que dialoga con el ser humano que ha creado, un Dios flexi-ble que considera de nuevo cada circunstancia, con la energía para seguir y también para cambiar.

Y en la plenitud de los tiempos...Este Dios joven e inquieto decide tener un hijo hu-

mano. Para decirlo teológicamente, humanarse en la persona del Hijo (aunque dicho teológicamente pierde frescura). Es un signo de su vitalidad fecunda. Y se dis-pone a disfrutar y sufrir por ese Hijo, como nos ocurre a todos los papás y mamás. Dios había hecho que otros y otras, que se creían demasiado ancianos para tener hijos, los tuvieran. Y ahora se decide a dar a luz en este mundo a su propio Hijo. La Navidad es la decisión de un Dios fecundo y joven que quiere, además de ser “El Padre”, ser “papá”.

Y así de nuevo elige el camino de lo impensado: una virgen concebirá. El niño Dios nacerá bajo sospe-cha, nacerá peregrino, nacerá entre pobres, sin casa propia. En nada se parecerá a los dioses consagrados en su magnificencia y poder; no hay sala del trono ni corte adicta para este Rey de reyes. Es cierto, temprano conocerá las bendiciones de los profetas, y el reconoci-miento de extraños sabios, que le acercan regalos. Pero

Page 18: Revista Metodista nº205

16/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

H

también pronto será acechado por el genocida impe-rial que no pudiendo matarlo mata en su lugar a mu-chos inocentes. Y así, tan joven que apenas un niño, sa-brá, en carne propia, también de la huida en la noche, del exilio y la extranjería y más tarde del duro oficio de ganarse la vida con las propias manos.

La navidad es la fiesta de la juventud de Dios. No porque haya que divinizar a la juventud, sino porque allí se encuentra el Dios de toda experiencia, que es el Dios que explora desde adentro la condición humana, y también el Dios Espíritu que todo lo llena, que renue-va y guía; así muestra su apertura y su pujanza, así re-nueva, desde su propio seno, a toda la creación. Tanto la renueva que la hace nacimiento y milagro, muerte y resurrección.

EL MUNDO ESTÁ VIEJO...Mercedes Sosa, en un álbum de Navidad, canta la

canción de Hilda Herrera y Antonio Nella Castro, Navi-

Hace unos años, fue un éxito el libro de Ri-chard Bach que se titulaba: Juan Salvador Gaviota.

Nos hablaba de una gaviota que se atrevió a soñar. Le interesaba ser ella misma, vivir intensamente, po-tenciar todos sus talentos y posibilidades. No acep-taba la vida monótona y siempre igual de la banda-da, que sólo se atrevía a vuelos rastreros, sin alma, detrás de los desperdicios que arrojaban los barcos.

Ella sentía en su alma el llamado de las alturas, la vocación de libertad. Por atreverse a proponer una vida distinta, la aislaron, la dejaron sola, la tacharon de loca, la desterraron. Juan Salvador, la pequeña gaviota, aceptó la soledad del aprender de nuevo, la soledad de la búsqueda atrevida de mares nuevos, nuevos cielos, nuevos horizontes. En lo profundo de su corazón adolorido, sentía que sus alas habían na-cido para abrirse a la inmensidad de lo desconocido. Y se arriesgó. Tras muchos ensayos fallidos, un día se encontró surcando los altos cielos, azules, maravillo-sos, inmensos, con un halo de eternidad. Y ese día entendió por qué y para qué había nacido gaviota.

Palpó el vértigo de lo profundo, vivió la originalidad, la iniciativa, la creatividad. Experimentó las honduras de la perfección: llegar hasta el final de lo emprendido, llegar hasta la raíz, el manantial de su propio ser. Ya no se trataba tanto de buscar la libertad, como de ser libre. Y se entregó apasionadamente a ser ella misma, sin ataduras ni temores. Pero Juan Salvador Gaviota se-guía amando a los suyos a pesar de que lo habían des-terrado. Y decidió volver a la bandada para enseñar-les que la vida podía ser algo mucho más interesante que comer y disputarse los desperdicios de los barcos.

Estaba seguro de que su empresa no iba a ser nada fácil, que de nuevo lo aislarían, lo ofenderían, pues no estaban dispuestos a cambiar ni a escuchar tranquila-

dad 2000, donde nos repite a manera de estribillo: “Dos mil años hace que ha nacido Dios, el mundo está viejo, pero el niño no”. Y quizás sea bueno recordarlo en un domingo donde coincide el segundo domingo de Na-vidad con el primero del Año Nuevo.

Nosotros envejecemos, y nos duele en los huesos. Los años pasan, y como decía el papá de Mafalda, nos pasan por encima... Pero la fe nos permite seguir cele-brando cada año el nacimiento del niño que nos mues-tra y es la pujanza del Dios que hace nueva todas las cosas. Y así también nosotros, con la fe niña de cada Na-vidad, comenzamos el año nuevo de Dios, el tiempo de los proyectos y las esperanzas, seguros en un Dios que ha decidido acompañarnos, y como ese Dios no está viejo, nos impulsa, por su gracia, a renovar también en nosotros el sentido de la justicia, el regalo del amor.

Néstor Míguez

Y SE ATREVIERON A SER LIBRESY SE ATREVIERON A SER LIBRESmente que alguien les hablara de la necesidad de cam-bio. No importaba que no lo comprendieran: con que una sola gaviota se atreviera a soñar y emprender un nuevo vuelo, se justificaba su aventura. En el fondo de su corazón, Juan Salvador Gaviota adivinaba que era imposible vivir intensamente su libertad sin intentar liberar a otros, que la plenitud implicaba el servicio.

Volvió sin prédicas ni alardes. Sólo trataba de ser una auténtica gaviota nacida para volar. Poco a poco, algunas gaviotas jóvenes se fueron acercando a presenciar su vuelo vigoroso. Y le pidieron que les enseñara a volar. No les importaba que la bandada los despreciara y expulsara. Querían volar, experi-mentar otra vida, atreverse a ser libres. Y se atrevie-ron. A vivir y a volar. A ser ellas mismas. Vivimos en un mundo que propone como plenitud el acumular y consumir. No hay espacio para vuelos de altura, para la aventura de soñar. Sólo cuenta el presente, la satisfacción egoísta y mezquina de las propias ne-cesidades, la lucha despiadada por sobrevivir. Ca-yeron las utopías, la pretensión de una vida distinta, de un mundo mejor, de una sociedad de hermanos. 

Por eso, hoy más que nunca, necesitamos hombres y mujeres que propongan con pasión el abrirse a la plenitud de lo desconocido, que nos levanten de tanto vuelo rastrero, de tanta ilusión de plenitud en un mundo sin horizontes ni sueños, que rescaten y propongan con esperanzadora firmeza la vuelta a la utopía, el atreverse a construir un mundo don-de sea posible la libertad y la aventura del servicio. 

“Todos podemos ser Maestros de vuelos de altura, sem-bradores de utopía, exploradores de nuevos cielos y mundos más humanos construidos más allá de los gri-tos y graznidos de la bandada; para que otros vean en nuestras vidas, una invitación a trascender, a ir más allá de sí mismos. ¡Una invitación al riesgo de volar!

Page 19: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/17Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

La población que atendemos actualmente son 128 niños y niñas que provienen en su mayo-ría de hogares con carencias de diversa índole, en situación de vulnerabilidad y exclusión social.

Nuestra filosofía es involucrar a las familias en nuestras actividades, darles participación activa, como fue la organización del día del niño y la niña donde fueron ellas las que organizaron y planifica-ron dicha jornada, llegando a ser un día muy espe-cial para todos los pequeños.

Creyendo firmemente en la importancia de la familia como pilar fundamental de nuestra socie-dad es que continuamos por esta senda y nos en-contramos avocados a la realización de un paseo en el cual puedan asistir tanto los niños, las niñas, como sus familias.

En estos últimos días hemos organizado una kermesse con dicho propósito, la cual ha colmado nuestras expectativas. Abrimos nuestras puertas la comunidad y tuvimos una respuesta excelente de todos aquellos que participaron de una mane-ra u otra de la actividad.

Trabajando con mucho amor y respeto con-tinuamos por la senda del servicio y atención a nuestra infancia y a la familia, convencidos que vamos por buen camino.

Maestras Referentes Leticia Silva y Melisa Mo-reira

En un clima de alegría, afecto y contención, de-sarrollado a través del respeto, dedicación y en-señanza de todo el equipo que pertenece a nues-tro Centro se enmarca nuestra labor diaria, desarro-llando una propuesta de atención a la infancia y a la familia que tiene como objetivo central apuntar a la calidad del servicio que brindamos.

En nuestro Caif creamos un espacio propicio para la estimulación temprana y un marcado én-fasis en la adquisición de hábitos de los niños y las niñas hasta los 4 años de edad. Se les inculca valores como la amistad, la solidaridad, la respon-sabilidad, el res peto para sí mismo, hacia el otro y su entorno. Además se brindan los elementos básicos para la satisfacción de las necesidades fisiológicas, afectivas, psicomotrices, de juego, recreación y socialización para el sano desarrollo integral del niño y la niña.

Creamos condiciones de participación activa de los padres para su inserción en el proceso de educación de sus hijos e hijas, concientizando so-bre la importancia de la educación inicial en el de-sarrollo del ser humano, fortaleciendo los vínculos entre padres e hijos.

El trabajo de la primera infancia es un trabajo conformado por una gran diversidad de actores, que suman esfuerzos para lograr el respeto por el niño como sujeto de derecho, desde el mismo momento de su nacimiento.

CAIF Casa de la Amistad – Cerro

Un lugar para Un lugar para crecer con crecer con

amoramor

E

Page 20: Revista Metodista nº205

18/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

1. Lo que nos debemos como nación

La polarización que se viene dando en nues-tra sociedad habla de muchas carencias, no solo en lo material y estructural sino también en lo espiritual (quitándole a este término en primera instancia connotaciones religiosas).

En el terreno de lo económico, la polarización fundamental está dada en el ámbito de la distri-bución de la riqueza. Esto afecta necesariamente el nivel político de la sociedad, es decir, como se alinean las distintas corrientes de opinión y clases sociales en relación al poder. El poder es la capaci-dad de decidir, sobre los recursos disponibles para la edificación del estado nacional, sobre su admi-nistración y distribución.

Esta simplificación esquemática tiene por fi-nalidad ponernos en situación de mirar en pers-pectiva hacia la realidad nacional, sin teñirla ideo-lógicamente. Es natural e inevitable que quienes hoy detentan el poder estén sujetos a pautas ideo-lógicas. Pero la discusión entorno a estas pautas debería estar, a mi modo de ver, subordinada a un

Análisis nacionalAnálisis nacionalANÁLISIS NACIONAL principio fundamental, que debería regir en todas las circunstancias: EL BIEN COMUN.

Cabe preguntarse ¿qué hace la felicidad de una nación? Esta sí es una discusión que va orien-tada ideológicamente, entendiendo por ideolo-gía el edificio conceptual, la herramienta con que abordaremos la “formación social” con la finalidad de buscar y analizar su sistema de relacionamien-to entre sus componentes fundamentales.

Estos componentes fundamentales se rela-cionan entre sí, pero no de forma libre, los víncu-los están determinados por una ideología domi-nante, que proviene de las relaciones económicas y su fin último.

Los medios de información colaboran de for-ma activa para ir puntualizando los desencuen-tros y dando elementos que profundicen las dis-crepancias, hasta el punto de crear situaciones de enfrentamiento casi absurdas. Esto ha colaborado para que la mayoría de nosotros también usemos un lenguaje confrontativo y despreciar o tener en menos cualquier forma de comunicación concilia-toria. Lo vimos recientemente en los lamentables sucesos acaecidos en la puerta de La Biblioteca Nacional.

¿Quién se beneficia con esta forma de «comu-nicación» agresiva, que antes de indagar, acusa y que para cualquier situación busca «culpables»? ¿Se trata de un cambio de paradigma en nuestra sociedad, tradicionalmente tolerante?

Podría sostenerse que esto forma parte del juego democrático. Aunque también podría de-cirse que esto es el resultado de la falta de inde-pendencia de los medios de información con res-pecto a los centros de poder. No estoy hablando de objetividad, concepto este por demás relativo, sino me refiero mas concretamente a la manipu-lación de la información en función de intereses particulares.

Cualquiera sea la explicación del fenómeno debemos concluir que esto no beneficia a nuestra convivencia, ni al libre intercambio de opiniones. En otros términos podría decir que los márgenes de tolerancia para el error o la equivocación se han prácticamente borrado.

La reivindicación de los derechos consagra-dos en nuestra normativa es además de legítima, necesaria. Es de esta forma que ven la luz las po-sibles injusticias o violaciones de dicha normati-va. No es, a mi manera de ver, la reivindicación una forma de confrontación. El reclamo pasa por

Hacia una Hacia una discusión discusión

fundamentalfundamental

Una población que se siente amenazada busca defenderse. Cuando esa amenaza es imprevisible y difícil de identificar, la defensa se basa en constantes como: «en cualquier momento puede suceder», «cualquiera puede ser el agresor».

Page 21: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/19Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

Gabinete de Gabinete de Seguridad Seguridad presentó presentó

documento con documento con medidas que medidas que promueven promueven convivencia convivencia

socialsocialLos ministros de Interior, Defensa Nacional

y Desarrollo Social junto al secretario de Presi-dencia hace un tiempo anunciaron un paque-te de medidas de seguridad para mejorar la convivencia ciudadana. En esa línea, el docu-mento “Estrategia por la vida y la convivencia” cuenta, entre sus fundamentos conceptuales, con 15 medidas que se esperan incorporar. Algunas serán discutidas en el Parlamento na-cional.

Una de estas medidas, la legalización del consumo de marihuana, está generando un debate entre quienes están a favor y quienes en contra. Acercamos a nuestros lectores dos de estas posiciones para ayudar a hacer pensa-miento sobre el tema.

ser en primera instancia un llamado al diálogo y la negociación. Es por eso que el reclamo reivin-dicativo no debería comenzar con medidas de confrontación. Lamentablemente esto ha venido sucediendo, quedando el espacio para el diálogo y la negociación muy reducido y dependiente de medidas de fuerza. Es un concepto equivocado pregonar que el tiempo de diálogo se ha termina-do. Aun en situaciones extremas, como las bélicas, la posibilidad de diálogo y negociación deben mantenerse abierta.

Hemos sido testigos de numerosas mani-festaciones ciudadanas reclamando seguridad, tanto personal como social. Una población que se siente amenazada busca defenderse. Cuando esa amenaza es imprevisible y difícil de identifi-car, la defensa se basa en constantes como: «en cualquier momento puede suceder», «cualquiera puede ser el agresor». La defensa entonces pier-de su carácter, para transformarse en una actitud vital de desconfianza. La primera y natural vícti-ma de esta situación es nuestra convivencia. No solo enrejamos nuestras casas, sino que levanta-mos muros entre nosotros. El empobrecimiento de nuestra calidad de vida es evidente, al tiempo que nuestra salud personal también se resiente. El temor y el «stress», son dos de nuestros mayores responsables del quebrantamiento de la salud.

Hasta aquí la enumeración de algunos facto-res responsables de un deterioro casi constante de la calidad de vida de la población, pero tam-bién de la pérdida de confianza en el funciona-miento institucional del país, está perdida de confianza, tiene como consecuencia la falta de compromiso social. Esta falta de compromiso se traduce en no sentirnos responsables, de no con-cebirnos partícipes del proceso del desarrollo de nuestra sociedad. Estamos en condiciones de afir-mar que el desarrollo positivo de la sociedad no es solo resultado de la acción gubernamental. Sin la participación activa de la población solo lo-gramos una democracia deficitaria.

¿Qué nos debemos pues como nación? Una primera respuesta, tendiente a una propuesta, es la constatación de la necesidad de un gran en-cuentro nacional, de reflexión conjunta que apun-te a identificar pautas sobre nuestro futuro, que sirvan a su vez, para marcar objetivos de corto y largo plazo que nos comprometan como nación.

William Quinteros. Krsitiansand, Noruega.

o sobre el tema.

Page 22: Revista Metodista nº205

20/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

Según una experta en toxicología

la comercialización o autocultivo

de cannabis debería legalizarse

para disminuir ciertos riesgos en su

consumo.

Extractamos parte de una

entrevista hecha a la Dra. Raquel

Peyraube, acerca de su posición

respecto a la legalización de la

marihuana.

- ¿Usted estaría por la legalización de todas las drogas?

- Sí, sobre todo de sus productos más refina-dos, no de la pasta base pero sí de los derivados, la cocaína y el clorhidrato de cocaína, por ejem-plo. La heroína es una droga lícita para el trata-miento del dolor crónico en Inglaterra. También es un tema de oportunidades y de tolerancia social, las sensibilidades de un pueblo también tienen que ser consideradas. Además, como experiencia preparatoria, en la medida que la marihuana y los derivados del Cannabis son de las drogas de tráfico lícito (tabaco y alcohol) e ilícito más inocuas, las que generan menor po-tencial adictógeno, menor capacidad adictiva, con menores daños (no quiere decir que no los tenga, por eso hablamos de reducción de da-ños, como frente a cualquier otra conducta de riesgo), es una buena oportunidad porque per-mitiría aprender a gestionar algo que está en el ámbito de lo ilícito para que pase al ámbito de lo lícito.

- Pasando en limpio, ¿por qué se pide la le-galización de la marihuana en concreto? Usted en particular, ¿por qué reclama en el caso de la marihuana?

- Yo fundamento cuatro grupos de razones para la legalización de la marihuana. El primer

grupo de razones está en el ámbito de la salud, como primera medida la separación del merca-do de drogas como la marihuana de las drogas de mayor capacidad adictiva (como la pasta base y otros derivados de la coca, clorhidrato de cocaína, éxtasis, heroína o derivados opiá-ceos) disminuiría el ingreso al mercado de dro-gas más pesadas, más adictógenas. Como pasó en Holanda, desde que están los coffeeshops la edad promedio de los usuarios de heroína es de 35 años; nosotros tenemos una edad pro-medio de 21 años para el uso de pasta base y cocaína. Cuando va a comprar marihuana se le ofrecen otras cosas y el usuario tiene que estar advertido de que de mayo a julio (yo hace 20 años trabajo en el tema) siempre hay fisura en el mercado, falta, no hay, y es uno de los picos, oh casualidad, de inicio en el consumo de cocaína. Quiere decir que separar los mercados, legalizar la marihuana, disminuiría el uso de drogas más peligrosas y por lo tanto los problemas conexos de salud.

Mejoraría (en la medida que algo que no es ilícito no genera culpa o vergüenza, no hay que ocultarse) la relación entre los usuarios de drogas y el servicio de salud. Los servicios de salud, los médicos, los terapeutas, la gente que estuviera informada, los educadores para la sa-lud, dispondrían de información, como hoy hay sobre anticonceptivos (que otras veces fueron generadores de culpa y vergüenza), para infor-mar si a alguien le conviene o no, de acuerdo con quién es, con sus enfermedades base, qué droga, qué no droga.

Y también a la hora de pedir ayuda. Si yo sé que el sistema de salud ha sido parte de una for-ma represiva de esta problemática difícilmente le voy a pedir ayuda. Se sabe que a una persona

Legalización de la marihuanaLegalización de la marihuana

Mejoraría (en la medida que algo que no es ilícito no genera culpa o vergüenza, no hay que ocultarse) la relación entre los usuarios de drogas y el servicio de salud.

Page 23: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/21Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

nerar un aporte al Estado, se financien las polí-ticas de drogas, no tanto para la represión (que toda la vida ha sido muy financiada por Estados Unidos, que de hecho es lo único que se hace porque sigue financiada) sino para los aspectos más importantes de esta problemática, que son la prevención, el tratamiento y la reducción de daños.

Otro tipo de impactos es que habría una dis-minución no sólo de los delitos vinculados con el uso de drogas desde el ambiente mismo de la criminalidad (el lavado de dinero, etcétera, no sería necesario porque no habría que blanquear ningún capital derivado de la marihuana), sino también de aquellos en los que se involucran los jóvenes para financiar su consumo.

Finalmente, el cuarto grupo, para mí muy importante en tanto médica, es la producción de conocimiento científico. Algo que es ilícito escapa a la investigación neuropsicofarmacoló-gica, como el láudano y otras plantas que han sido madres de medicación que hoy son utili-zadas a diario por muchos uruguayos y pasaron a ser producidas por la industria farmacéutica, con control de calidad, lo mismo podría pasar con la marihuana en la medida que la medici-na basada en la evidencia viene demostrando que tiene efectos beneficiosos (como los tiene la cocaína como anestésico local). El tema es que hay que mejorar la relación costo-beneficio para que de estas sustancias la mayor cantidad de beneficios tenga la menor cantidad de ries-gos. Esto supone mayor información calificada para la población, para que pueda tomar deci-siones con base en información científica y no en terrorismos.

Autorizado por la Dra. Raquel Peyraube

desde que se da cuenta de que es dependiente química de una sustancia le lleva entre uno y cinco años (con lo que significan cinco años de dependencia química, los riesgos, las angustias, etcétera) pedir ayuda. Ese lapso se acortaría no-tablemente, la gente que quiere dejar de fumar al otro día de que lo pensó, si quiere ir a pedir ayuda va, no es algo que genere sentimientos de vergüenza o de algo criminoso, que de he-cho no lo es.

- ¿Tiene más argumentos a favor de la lega-lización de la marihuana?

- Sí. Dentro del ámbito de la salud estaría también el control de la calidad, que permitiría que los cortes (los traficantes y distribuidores ponen cualquier basura para aumentar el lucro) fueran controlados como cualquier otro pro-ducto de comercialización.

Entre las cuestiones legales está la disminu-ción de la corrupción, no va a desaparecer (tam-bién hay contrabando de alcohol, claro que va a haber distribución de drogas de tráfico ilícito) pero en la medida que sea lícito la gente tendrá el derecho a elegir si va a comprar a una distri-bución con control de calidad. Eso va a dismi-nuir la corrupción política, policial y hasta en la salud, porque es sabido que en la salud también hay corrupción vinculada con el tema drogas.

Dentro de lo legal, disminuiría la criminali-dad, porque al disminuir el uso de drogas más pesadas aumentaría la seguridad social, menos pasta base, menos efectos sociales de las dro-gas más peligrosas.

Entre los aspectos económicos, el mercado de drogas es enorme y mueve billones de dó-lares que no pagan impuestos. Estamos cansa-dos de oír a los políticos decir que las políticas de drogas son muy importantes pero no hay presupuesto, no hay partidas presupuestarias. Pues hagámoslas, dejemos que se autofinan-cie, porque les puedo asegurar que de pagar impuestos, los primeros que se oponen a la le-galización son los productores de tráfico ilícito, los traficantes, porque pasarían a pagar IVA y toda esta cuestión. Nosotros proponemos, en un trabajo que estamos haciendo en un grupo, que de allí, en la medida que se empiece a ge-

Dentro de lo legal, disminuiría la criminalidad, porque al disminuir el uso de drogas más pesadas aumentaría la seguridad social, menos pasta base, menos efectos sociales de las drogas más peligrosas.

Page 24: Revista Metodista nº205

22/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

El problema no es la legalización o no del cannabis, el problema es la drogadicción“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5: 13)

Nuestra identidad emanada de nuestra con-fesión metodista nos sumerge, necesariamente en la realidad. Especialmente allí, donde los conflictos, injusticias y otras formas de opresión se hacen pre-sentes. Porque como cristianos y metodistas reivin-dicamos la vida, la vida digna, como voluntad divina. Dios nos creo libres y dueños de libre albedrío.

Así, en los comienzos de nuestra historia meto-dista, aquellos pioneros se enfrentaron al flagelo de la pobreza, corrupción y alcoholismo que esclaviza-ba, fundamentalmente a toda una población prole-taria, en la Inglaterra de la revolución industrial. Una unión indisoluble entre la fe y el compromiso social. Esta es una de las páginas más emocionantes de nuestra historia, que de alguna manera viene a dar justeza de nuestro nombre de metodistas.

Hoy tenemos frente a nosotros una realidad que aparentemente es muy diferente a la de aque-llos años de fines de 1700 principio de 1800. Pero sin embargo una mirada más detenida, sobre lo que nos rodea nos desvela necesidades de alguna ma-nera similares, quizás en lo material no tan acucian-tes, pero en lo espiritual, el momento actual es de confusión e incertidumbre. Características estas del post modernismo que nos impone la necesidad de asumir un cambio paradigmático que nos compro-meta mas con la realidad como cristianos. Cambio de paradigma, como fue el resultado de la acción y la palabra de los hermanos Wesley.

En este orden de cosas es que nos ocuparemos de la tan llevada y traída cuestión de la «legalización del cannabis». Nuestro país, miembro de las Nacio-nes Unidas adhiere a la legislación internacional de narcóticos. Esta legislación se compone esencial-mente de tres Convenciones de la ONU (Organiza-ción de Naciones Unidas). La Convención de 1961 que establece: que la posesión, uso, comercio, dis-tribución, importación, exportación, fabricación y la producción de drogas se limita exclusivamente a fines médicos y científicos.

La Convención de 1971 reproduce lo dispuesto en 1961 agregando un sistema de fiscalización in-ternacional de sustancias psicotrópicas.

En 1988 la Convención, de forma explícita, se expide contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas. Esta convención refleja el

aumento del cultivo ilícito, producción, fabricación de drogas y «trata de personas».

Varios grupos de presión, bien financiados, han montado campañas para anular estas Convenciones de las Naciones Unidas. Algunos de estos grupos, quizás los con mejores intensiones, argumentan que la «guerra contra la droga» es una política inade-cuada, costosa y condenada al fracaso. Estos grupos abogan por la legalización de las drogas.

Existen tres alternativas dentro del término «Le-galización»: 1.- La legalización total. Donde todas las drogas son tratadas como productos comerciales. Sin necesidad de supervisión o reglamentación al respecto. 2.- La legalización regulada. La producción y distribución estaría regulada y fiscalizada por el gobierno. Sin que existan sanciones civiles o penales por la posesión, fabricación o distribución de drogas a menos que estas inflijan las normativas vigentes. 3.- Despenalización: Se eliminan las sanciones pena-les por el uso de drogas y prevé sanciones civiles por posesión de drogas.

Pero para nosotros, metodistas, el problema es con la droga, no con el marco legal. Porque para no-sotros, una persona esclavizada por cualquier forma de drogadicción, legal o ilegal es una víctima. Como tal nos motiva, en función de nuestra fe a actuar en consecuencia, mas allá de que sea alcohol, tolera-do por las leyes, o cualquiera otra no autorizada. El daño causado no disminuye ni aumenta en fun-ción del marco legal en que se consume. Lo que si podemos discutir es cómo influye las facilidades de acceso a la droga (incluyo alcohol y tabaco). En este sentido sería adecuado reflexionar sobre de que ma-nera influyó la limitación de los lugares autorizados para fumar, en el consumo general, pero el hecho de que la Philips Morris haya levantado querellas lega-les al respecto, me da la pauta de que hubieron con-secuencias concretas de disminución en el consumo de tabaco.

Ahora bien, nuestro país, nuestra ciudad, nues-tro barrio se ha visto conmovido por las consecuen-cias del consumo de drogas. ¿Sabemos por qué una persona busca la drogadicción? ¿Sabemos cuántos quieren salir de ese infierno? No importa, no lo sa-bemos, lo que si importa es la necesidad de nuestra presencia allí, como una alternativa real.

Sabemos que la simple represión del delito no termina con la criminalidad. Tenemos plena con-ciencia, porque lo estamos viviendo en el caso del tabaco, que siempre van a existir formas ilegales de traficar (contrabando, mercado negro, etc.) en la me-dida que exista un mercado atractivo que signifique grandes ganancias económicas como para arriesgar una sanción penal.

Ese no es nuestro asunto, nuestra función como iglesia, como comunidad cristiana es la de hacer ese

Page 25: Revista Metodista nº205

REVISTA METODISTA/23Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

mercado, mas y mas insignificante. Por supuesto que la legislación al respecto es importante, pero más importante es el trabajo de prevención. Este trabajo empieza ya en la familia, en la más tierna in-fancia. El amor y el cuidado por nuestro prójimo no es algo a que nos aliente esta sociedad, basada en la competencia, el oportunismo, el consumismo, el más craso materialismo. No, esas son precisamente algunas de las fuentes que promueven la drogadic-ción. La explotación del hombre por el hombre en el más amplio sentido de la expresión.

No hay ningún aparato estatal que esté en condiciones de brindar ese amor y ese cuidado, lo máximo que puede hacer el estado es favorecer el crecimiento de instancias que promuevan el amor y el cuidado por nuestro prójimo.

También es definitivamente importante, el ten-der una mano a quien, en medio del caos y sufri-miento que significa la drogadicción, lucha por salir, por una vida nueva. Esta vida nueva no se consigue con una sanción, sino con esperanza y auto estima. Esta es nuestra labor no solamente dentro de la iglesia, diría que es nuestra labor fundamental en el mundo junto a cristianos y no cristianos.

Este es el gran desafío de nuestro tiempo como seguidores de la Fe en Jesús Cristo. En realidad es el mismo desafío que nos propuso Jesús, el Nazareno, en el Sermón de la Montaña. Quizás hoy más uni-versal, mas macro-ecuménico que nunca.

7 de agosto del 2012, William Quinteros.

La XXII Asamblea General de la Iglesia Meto-dista de Uruguay – IMU, fue realizada en los días 24 al 26 de Agosto, en Montevideo, bajo el lema “En la misión la Iglesia se renueva” y el texto bíbli-co de Hebreos 12.1-2. La celebración de apertura tuvo la Santa Cena ministrada por el Presidente de la Iglesia hasta ese entonces, el Rev. Raúl Sosa.

Aproximadamente 50 personas participaron, siendo 35 los delegados presentes con derecho a voto. Entre los representantes internacionales, participaron el Obispo Frank de Nully Brown, de Argentina, Obispo Stanley da Silva Moraes, de Brasil, el Rev. Juan Gattinoni, de GBGM, y la Revda. Joyce Torres, de CIEMAL.

Un proyecto de reforma de la Constitución de la IMU ha sido presentado y, entre otros temas, ha sido aprobado  un cambio para ampliar el plazo de gobierno, de dos para cuatro años. Las nuevas

autoridades elegidas en la XXII Asamblea pasan a tener cuatro años de mandato.

El Rev. Oscar Bolioli ha sido elegido Presiden-te de la IMU, y la Vicepresidente es la Dra. Evelyn Wibmer. Integrando la Junta Nacional de Vida y Misión, han sido elegidos los/as pastores/as Iris Moreira, Inés Simeone y Adolfo Tomé, y los/as lai-cos/as Zully de los Santos, Marcela Robaina José Brandón y Adiz Aceredo.

En el momento de su elección, el Presidente Oscar Bolioli ha declarado su compromiso con la formación de la juventud de la Iglesia, de tal ma-nera que sea posible su renovación a través de nuevos líderes.

En ese sentido, un momento significativo ha sido la ordenación del  joven pastor Néstor Olivera como Presbítero de la IMU, por unanimidad. “En la vida hay momentos que te marcan, pero ninguno

El Rev.Oscar Bolioli fue elegido El Rev.Oscar Bolioli fue elegido como nuevo Presidente de IMUcomo nuevo Presidente de IMU

Delegados votando en la XXII Asamblea General de la IMU

Page 26: Revista Metodista nº205

24/REVISTA METODISTA Nº 205 - noviembre/diciembre 2012

como este”, afirmó el nuevo presbítero. “Oro para enfrentar a los desafíos de renovación en la IMU junto a los hermanos/as y a través del trabajo en

El Rev. Raúl Sosa (ex-presidente), el Rev. Oscar Bolioli (Presidente elegido) y la Dra. Evelyn Wibmer (Vicepresidente)

El Ob. Frank de Nully, Ob. Stanley Moraes, y los miem-bros de la Junta Nacional de Vida y Misión

Rev. Néstor Olivera El Rev. Oscar Bolioli y su esposa Stella Frisch.

Mensaje de la XXII Asamblea General de la Iglesia Metodista en el Uruguay

“En la Misión la Iglesia se renueva”“Dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera

que tenemos por delante; puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Hebreos 12: 1 y 2 – “La Biblia”Reunida en la ciudad de Montevideo, desde el 24 al 26 de agosto de 2012,  la XXII Asamblea General de la Igle-

sia Metodista en el Uruguay desea expresar a todas sus comunidades y al pueblo uruguayo:1. Que desde el llamado del Dios de la Vida, reafirmamos el amor incondicional para que se encarne en cada una

de nuestras acciones cotidianas,  contribuyendo a sanar en forma urgente las heridas del tejido social urugua-yo

2. Que desde nuestro compromiso como seguidores y seguidoras de Jesucristo, reafirmamos nuestra voz profé-tica denunciando toda situación de injusticia que atenta contra la vida digna.

3. Que desde nuestra herencia como movimiento metodista, reafirmamos la imperiosa necesidad de un aviva-miento espiritual, guiado por el Espíritu Santo, que es certeza de liberación y esperanza.

Montevideo, 26 de agosto de 2012.Tomado de Ciemal.

la comunidad. CIEMAL ha sido uno de los interme-diarios para firmar mi vocación”, concluye Néstor

Page 27: Revista Metodista nº205

Estimados amigos:

El Fondo Crandon Violeta Cavallero fue crea-do por un grupo de exalumnos y cuenta con el apoyo del Colegio. El primer objetivo es atender a aquellos que por distintas razones no pueden continuar recibiendo la educación en valores de Crandon y propiciar el otorgamiento de becas para jóvenes que de otra forma no podrían con-currir, complementando los esfuerzos que hace el Colegio.

Otro objetivo es la preservación y ampliación del rico patrimonio histórico forjado a través de los más de 130 años de existencia, o sea, nuestra propia historia. Las donaciones recibidas serán manejadas por la Comisión del Fondo integrada por los exalumnos Ing. Agr. Carlos Amonte, Dr. Adrian Leiza, Cr. Luis Costa y Prof. Roberto Fontaina. Esta comisión es independiente pero cuenta con la presencia del Director General Lic. Mercio Meneghetti para garan-tizar un funcionamiento coordinado y transparente con la institución. Estamos en la búsqueda de cien socios fundadores que puedan realizar un aporte extraordinario de U$S 1.000 y esperamos contar además con muchos aportes de las distintas personas que han estado vinculadas al colegio en su larga trayectoria, sin importar el monto pues todos los granitos de arena importan. Para recibir los aportes se ha abierto una cuenta en el Banco HSBC,  cuenta corriente en dóla-res 3127922 2 y en pesos 31279221. Recientemente se abrió otra en ABITAB a nombre del “Fondo Crandon V.C.” número 30.164 donde se pueden realizar aportes de cualquier valor, tanto en pesos como en dólares en las sucursales Abitab de todo el país.  

“… Por el bien que podemos a otros ofrecerPor el poder del alma, la mente y la manoQue puede elevar y puede ennoblecer…”

Violeta Cavallero, de su poema Gracias 

Comisión del Fondo Crandon Violeta CavalleroSetiembre 2012

Page 28: Revista Metodista nº205