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Salario y Capital Humano
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En el presente trabajo se utilizara como sustento teórico el modelo de salarios de
eficiencia y la teoría de capital humano, tomando un modelo desarrollado por
G.BECKER sobre los rendimientos que se tiene al estudiar.
MODELO DE SALARIOS DE EFICIENCIA
Los salarios de eficiencia son claves a la hora de explicar los desempleos: no solo
hay una relación desde la productividad laboral hacia el salario si no que desde la
productividad laboral depende del salario.
Esto es lógico: a un trabajador que le pagan más, esto lo incentiva a que se esfuerce
aún más y así su mejorará su rendimiento y a la vez, su productividad.
Matemáticamente, podemos decir que:
w=f ¿……………………………………………(1)
Dondewes el salario pagado a los trabajadores y PmgLes la productividad marginal
del trabajo. Se cumple, por lo tanto que:∂ PMgL/∂w>0 : porque la productividad
es función del salario.
En primer lugar, hay un efecto de nivel mínimo de vida, donde las personas
necesitan un nivel de salario mínimo para poder satisfacer sus necesidades básicas
y así, dado esto, decidir cuan productivos serán. Otro punto importante es la
motivación. A mayor salario, los trabajadores estarán más motivados para hacer
sus trabajos y serán más eficientes.
El riesgo que existe es el problema de riesgo moral, ya que el trabajador puede
tener un salario dado y trabaja menos que la productividad asociada a dicho
salario.
Otro punto importante de que la productividad sea función del salario es que esto
reduce la rotación del empleo y reduce a la vez el problema de selección adversa.
Sea nel número de firmas en un mercado competitivo .Llamaremos a un agente
representativo a la firma i: Sea π ila utilidad de la firma iy que el agente busca
maximizar la utilidad de la firma. Supongamos también que el producto ytiene
precio 1 (es decir, es un numerario, por lo que Py=1). Definamose como el
esfuerzo del trabajador: e Lserá el trabajo efectivo.
π i= y−wL………………………………(2)
y=f (eL)………………………………………(3)
∂ f (eL)∂e
>0 , ∂ f (eL)∂ L
>0 , ∂2 f (eL)∂e2
<0 , ∂2 f (eL)∂ L2
<0
e=e (w )………………………………………(4)
∂e (w )∂w
>0
Donde la ecuación (4) es equivalente a la ecuación (1)
Maximizando la utilidad de la firma (buscando el nivel de L y de W), juntando en la
ecuación (2), la (3) y la (4):
max π i=f (e (w )∗L )−wL…………………(5)
Obteniendo la Condición de primer orden:
∂π i∂ L
=∂ f (e (w )∗L )
∂Le (w )−w=0…………………(6)
∂π i∂w
=∂ f (e (w )∗L )
∂w∂e (w)∂w
L−L=0…………………(7)
De (6) Tenemos que:
∂ f (e (w )∗L )∂w
= wew
……………………………….(8)
La ecuación (8) nos dice algo muy relevante: En el lado izquierdo tenemos la
productividad marginal del trabajo (el cambio en f cuando tambia L) y en el
derecho tenemos que w /e (w)es el costo efectivo del trabajo. Esta es una condición
de equilibrio, donde el salario es la productividad marginal ponderado por al
esfuerzo.
Juntando la ecuación (8) en (7), tenemos que:
wew∂ew∂w
L=L……………………………..(9)
we (w )ew
=1………………………………(10)
Lo que es equivalente a decir que:
ηe , w=1…………………………………(11)
Esta es la condición de Solow. Esto nos dice que la elasticidad salario-esfuerzo es
igual a 1. Por lo tanto, y tal como plantea Caraballo el salario de eficiencia depende
únicamente de las características que tenga la relación salario-productividad y no
de las condiciones de la oferta y demanda del mercado. Dado esto, Caraballo
plantea que el desempleo que se genera es involuntario ya que, aunque los
trabajadores estuvieran dispuestos a trabajar por un salario menos, la empresa no
los contrataría porque no estaría maximizando beneficios.
La ecuación (11), por lo tanto, es la condición del salario eficiente. Ahora, si ηe , w>1
, el salario tiende a aumentar.
De (8) y de (11), podemos obtener L¿y los salarios de equilibrio w ¿: Así, obtenemos
la demanda por trabajo que sería n L¿=LTd .
Si a un cierto salario w ¿tenemos que Ls>LTd , tenemos que se producedesempleo.
Este será de Ls−LTd=Ls−n L¿.Sí al mismo cierto salariow ¿ , Ls<LT
d , esto implica que
no hay suficiente trabajo disponible (ofertamayor a la demanda), por lo que el
salario tiende a aumentar.
Una justificación a esta teoría es la Teoría de "Shirking" que mención que si el
empleador no observa el esfuerzo de los trabajadores, pagar salarios de eficiencia
puede incentivar a los trabajadores a esforzarse. En el modelo de Shapiro y Stiglitz
(1984), los trabajadores pueden escoger entre esforzarse o no ("shirk"). Si no se
esfuerzan, hay una probabilidad de ser sorprendidos y la sanción es el despido. Así,
con el fin de asegurar un nivel mínimo de productividad, el empresario fijara un
salario que incentive a los trabajadores a desempeñar sus tareas con la intensidad
requerida por la empresa.
TEORÍA DEL CAPITAL HUMANO
La Teoría del Capital Humano, constituye una de las más importantes
contribuciones para el estudio de la Economía de la Educación, dado que
representa un marco importantísimo para la comprensión racional de la inversión
en educación y formación, y para la apreciación de la rentabilidad económica y
social de esa inversión.
La construcción de esta teoría tuvo por base el trabajo de 3 grandes pensadores,
principalmente THEODORE SCHULTZ (1961), que abordó esta temática, aunque de
forma poco formal, JACOB MINCER (1958) y GARY BECKER (1964), quienes
fomentaron el desarrollo consistente y más sistemático de la Teoría del Capital
Humano, que tiende a la explicación de la dinámica resultante de “toda la
movilización voluntaria de recursos escasos que posibiliten el aumento de la
capacidad productiva del individuo”. Esta teoría es considerada por SAN SEGUNDO
(2001), como una teoría de la búsqueda de la educación o formación, dado que
encara el proceso educativo como una inversión. Siendo así, los individuos
invierten en educación, dado que esperan, a través de esa inversión, un incremento
futuro, tanto de sus habilidades y capacidades productivas como de sus
rendimientos salariales, una vez que, según el modelo neoclásico, los factores
productivos son remunerados de acuerdo con su productividad marginal, que en el
caso de un individuo más cualificado, será mayor. En este sentido, el montante del
coste directo realizado por un individuo en educación, así como el coste de
oportunidad que él soporta por el hecho de frecuentar un nivel educativo pos-
obligatorio, en lugar de estar trabajando, deberá ser compensado por los mayores
beneficios y rendimientos que obtenga en el futuro. En opinión de OROVAL y
ORIOL
(1998), es precisamente por este motivo, por lo que “el stock de conocimientos que
un individuo acumula es considerado como capital”, y en este caso, capital humano.
Hasta el surgimiento de la teoría del capital humano, la educación era considerada
como un instrumento para transmitir a los individuos un conjunto de
conocimientos y valores que pudiesen aumentar su calidad de vida, y delinear, en
su conjunto, una sociedad más igualitaria y justa. Con el creciente desarrollo de
ésta visión más economicista de la educación y de la correlación causal existente
entre educación, productividad y salarios, la teoría del capital humano comienza a
transmitir la idea de la educación como un bien de inversión y no como un bien de
consumo. En este sentido, y como ya fue referido, al aumentar el nivel educativo de
un individuo, aumenta la probabilidad de que éste obtenga empleo y de que
alcance rendimientos más elevados con el ejercicio de su actividad profesional;
aunque en el inicio de su carrera profesional el nivel de rendimiento que obtiene el
individuo que invirtió en su formación no sea mucho mayor que el rendimiento
obtenido por un individuo menos cualificado, la tendencia de la evolución, con los
años, indica que el diferencial salarial tiende a agudizarse.
Con intención de comprender mejor, la teoría del capital humano y las decisiones
de inversión en educación y formación tomadas por el individuo, debe ser
considerado ante todo, el momento en que éste acaba su formación escolar básica
y obligatoria y se debe tomar una decisión que lo puede conducir por dos caminos
distintos: u opta por entrar en el mercado de trabajo y así, iniciar su carrera
profesional, comenzando a disfrutar de un rendimiento salarial relativo al ejercicio
de sus funciones, u opta por continuar su formación educativa, encaminándose,
principalmente hacia una carrera universitaria.
Esta segunda opción llevará al individuo a incurrir en dos tipos de coste, que ya
fueron antes mencionados: el coste directo, que corresponde al montante
monetario que el individuo gasta en libros, transporte escolar, tasa de inscripción,
fotocopias, estipendios, entre otros, y el coste de oportunidad, esto es, el tiempo
que el individuo dedica a la formación educativa que, por norma general, es mayor
que el coste directo, y que resulta del hecho de no haber obtenido rendimientos
salariales durante ese periodo de tiempo. Optando, el individuo, por invertir en
educación, el coste de oportunidad que tendrá que soportar, deberá ser
compensado en el futuro con el aumento de su calidad de vida, con la realización
de una actividad profesional, que le pueda dar un mayor grado de satisfacción
personal y, con la obtención de un mayor nivel de rendimiento salarial.
Considerando las ventajas que podrán resultar de una carrera académica más
amplia, el individuo deberá efectuar un análisis coste-beneficio del uso racional de
su tiempo y de los restantes recursos que posee, para poder maximizar su utilidad
y bienestar económico y social, OROVAL & ORIOL(1998) sostienen que el individuo
debe de convertirse en un homo economicus.
MODELO CAPITAL HUMANO
Un modelo para analizar la decisión de invertir en educación universitaria. Desde
un punto de vista puramente económico, para tomar una decisión racional debe
comparar los costes y los beneficios correspondientes. Los costes monetarios en
los que incurriría comprando educación universitaria son de dos tipos generales.
Por una parte, son los costes directos o de bolsillo en forma de gastos en
matricula, tasas especiales, libros y material escolar. Los gastos en alojamiento y
manutención no se incluyen en los costes directos porque es necesario alimentarse
y alojarse independientemente de que se estudie en la universidad o se entre en el
mercado de trabajo. Por otra parte el coste indirecto o de oportunidad de ir a la
universidad son las ganancias a las que se renuncia no entrando en el mercado de
trabajo una vez terminado el bachillerato. Es probable que los costes indirectos
representen una elevada proporción del coste total de los estudios universitarios,
quizá el 50 por 100 o más.
Sin una persona decide entrar en el mercado de trabajo una vez terminados los
estudios secundarios a los 18 años, el perfil de ganancias por edades será SS en
lugar del perfil UU que correspondería si hubiera estudiado en la universidad. Los
estudios universitarios tienen tanto costes directos (matricula, tasas, libros) como
indirectos (ganancias perdidas). Pero al entrar en el mercado de trabajo a los 22
años, el titulado universitario disfrutara de un nivel de ganancias anuales durante
toda su vida laboral. Para averiguar si es económicamente racional invertir en
estudios universitarios, debe calcularse su valor actual neto descontando los costes
y los beneficios hasta hoy (18 años).
Siguiendo la lógica de la teoría del capital humano, BECKER asume que cada
individuo estaría dispuesto a sacrificar una parte de sus recursos, sea tiempo o
dinero, si eso le permitiese la obtención de mayores recursos financieros y/o
satisfacción personal en el futuro.
La base de la teoría del capital humano puede ser analizada a través de la
interpretación del gráfico N° 1, que expone la relación entre los rendimientos y la
edad, de acuerdo con el número de años de escolaridad:
GráficoN° 1– Evolución de los rendimientos obtenidos en función de la
inversión realizada en educación
Costes directos
Ganancias anuales
Ganancias adicionales
Costes indirectos
Edad
S
652218
U
U
S
A través del análisis del gráfico puede ser estudiada la evolución del perfil de los
rendimientos obtenidos por un individuo (B) que tomó la decisión de continuar
sus estudios después de la enseñanza básica obligatoria y gratuita, bien como la
evolución del perfil de los rendimientos obtenidos por un individuo (A) que
decidió incorporase al mercado de trabajo, no apostando por invertir en educación
pos-obligatoria.
En este contexto se verifica que, en relación a la composición del coste, la mayor
proporción corresponde el coste de oportunidad, dado que los costes directos son,
generalmente, más reducidos. Por otro lado, y tal como defiendeBECKER (1964 y
1983), la inversión educativa confiere al individuo una menor probabilidad de
desempleo y despido (principalmente si paralelamente a la actividad profesional,
ha recibido también formación profesional específica, a lo largo del tiempo), y una
mayor movilidad profesional, o sea, que en el caso de estar desempleado o de
querer cambiar de empleo, le es más fácil obtener colocación a un individuo más
cualificado que a un individuo que sólo realizó la escolaridad obligatoria. A parte,
un individuo con mayor grado de cualificaciones tiene la posibilidad de obtener
otro tipo de rendimientos que resulten de actividades extra que él pueda
desempeñar y que son el resultado del uso de parte de sus conocimientos, como
actividades asociativas, políticas y extra-laborales realizadas en casa, entre otras.
Analizando la forma adoptada por el gráfico (cóncava), se puede concluir, que son
los individuos más jóvenes los que poseen mayor propensión hacia la inversión en
su propio capital humano, dado que el coste de oportunidad a que está sujeto un
individuo de más edad es mayor, y el periodo de tiempo en que él podrá disfrutar
de rendimientos más elevados, es menor. Es posible verificar que casi al final de la
vida activa de un individuo, el rendimiento obtenido por si mismo tiende a ser
menor, en función de la disminución de la inversión realizada en la formación y de
la disminución del crecimiento de la productividad, lo que conduce a la
depreciación del stock de capital humano.
En resumen, la teoría del capital humano defiende que un aumento del nivel
educativo de la población, conduce a un aumento de su capacidad productiva. Si
consideramos que el desarrollo de una sociedad debe asentarse, en la mayoría de
los casos, en el incremento de la productividad de sus habitantes, entonces, a un
mayor nivel de escolaridad, le corresponde un mayor desarrollo económico.