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Antonio Herrera, testigo directo de la juventud más desfavorecida de Burkina Faso Soy Antonio Herrera, sacerdote salesiano nacido y criado en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Conocí a los salesianos en el Castillo, mi barrio, y con ellos aprendí a darme a la juventud pobre y abandonada, al estilo Don Bosco. Hice mi primera profesión religiosa en 1980, y fui ordenado sacerdote en 1991. Mi recorrido misionero comienza en 1993, cuando fui enviado a Kara (Togo). Allí viví y trabajé con nuestro gran misionero José Antonio Rodríguez Bejerano, hasta el momen- to en que dio su vida por los jóvenes togoleses en noviembre de 1995. De Kara fui enviado a Parakou (Benín) en el 2000. De allí a Sikasso (Malí) en el 2004. En esas dos últimas casas salesia- nas tuve el servicio de director. En 2010 la Inspectoría del África Francófona Occidental (AFO), me ha enviado a esta nueva presencia salesiana de Ouagadougou (Burkina Faso), en donde me encuentro actualmente. DESDE OUAGAGOUGOU compartimos un objetivo BURKINA FASO

TESTIMONIO DE ANTONIO HERRERA

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Testimonio de Antonio Herrera, misionero salesiano originario de nuestra Inspectoría y que actualmente se encuentra en la Comunidad de Ougadougou (Burkina Faso). Su testimonio es muy significativo y nos ayuda a comprender el proyecto de Ougadougou que desde la Campaña “Compartimos un objetivo: Burkina Faso” estamos apoyando como Inspectoría Salesiana.

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Page 1: TESTIMONIO DE ANTONIO HERRERA

Antonio Herrera, testigo directo de la juventud más desfavorecida de Burkina FasoSoy Antonio Herrera, sacerdote salesiano nacido y criado en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Conocí a los salesianos en el Castillo, mi barrio, y con ellos aprendí a darme a la juventud pobre y abandonada, al estilo Don Bosco. Hice mi primera profesión religiosa en 1980, y fui ordenado sacerdote en 1991.

Mi recorrido misionero comienza en 1993, cuando fui enviado a Kara (Togo). Allí viví y trabajé con nuestro gran misionero José Antonio Rodríguez Bejerano, hasta el momen-to en que dio su vida por los jóvenes togoleses en noviembre de 1995. De Kara fui enviado a Parakou (Benín) en el 2000. De allí a Sikasso (Malí) en el 2004. En esas dos últimas casas salesia-nas tuve el servicio de director. En 2010 la Inspectoría del África Francófona Occidental (AFO), me ha enviado a esta nueva presencia salesiana de Ouagadougou (Burkina Faso), en donde me encuentro actualmente.

DESDE OUAGAGOUGOU

compartimos un objetivo

BURKINA FASO

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“Burkina Faso es uno de los 7 países que componen nuestra Inspectoría AFO (Costa de Marfil, Guinea Conakry, Benín, Togo, Senegal, Malí y Burkina). La geografía inspectorial es muy extensa. Hay comunidades cuya distancia sobrepasa los 2000 Km. La región del África del Oeste, en la que está enclavada nuestra Inspectoría, se caracteriza por ser una de las más pobres del continente. En ciertos países de la zona, los niños y los jóvenes representan el 70% de la población. Las nece-sidades más básicas para la vida humana no están cubiertas para la gran mayoría: acceso al agua potable y a la electricidad, la educación de base, alojamientos dignos, etc.

La Familia Salesiana llega a estos países a principios de los años 80, gracias al compromiso misio-nero de las Inspectorías de España. Cada una de las 7 Inspectorías de aquellos años funda 3 ó 4 presencias en uno de estos países. Actualmente son 23 comunidades salesianas. En una Iglesia en pleno crecimiento, la respuesta misionera salesiana en nuestra Inspectoría es típicamente de evangelización, pero los centros de formación profesional y de aprendizaje para jóvenes empo-brecidos son la ocupación principal de los salesianos, además de algunas escuelas de enseñanza general. Las casas de acogida para la reinserción de chicos de la calle, los oratorios, los hogares para alumnos o aprendices que dejan sus pueblos para poder realizar sus estudios... constituyen los sectores principales de nuestra Inspectoría. Gracias a Dios, la respuesta vocacional es impor-tante, y los salesianos africanos representan más de la mitad de los más de 130 que componemos la Inspectoría.

LA MISION SALESIANA EN OUAGADOUGU (BURKINA FASO)Ouagadougou es la última fundación de nuestra Inspectoría. Esta gran ciudad, capital del Burkina, cuenta con más de 1.800.000 de habitantes. A ella hemos llegado los salesianos en noviembre del 2009. La archidiócesis de Ouagadougou nos había invitado a fundar desde hacía años, pero por falta de personal salesiano no había sido posible. El arzobispo nos ha ofrecido un terreno de cinco hectáreas. El terreno está situado en un barrio marginal llamado Belleville. Las familias de este barrio proceden de las zonas rurales empobrecidas por una vida dura a causa de una agricultura que no produce suficientemente y que sufre de sequías crónicas. Se han instalado en “tierras de nadie” y han creado así un barrio sin ninguna infraestructura básica. ¡Falta de todo!

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En los tres primeros años, la comunidad salesiana ha estado compuesta de dos miembros. Vivimos en una casa de alquiler, en el barrio. Tenemos como misión principal conocer el medio, conocer la vida de los menores y de la juventud de la zona, y echar una mano a la parroquia y a las comunidades cristianas de la zona. La parroquia de nuestra zona está confiada a sacerdotes diocesanos. Notemos que las parroquias en Burkina, siguiendo la opción de la Iglesia en África, están organizadas en Comunidades eclesiales de base, que correspon-den a los barrios. Nuestro servicio ministerial (sacramentos, retiros, acompa-ñamiento de grupos y movimientos de niños y jóvenes) es muy apreciado, ya que los pocos sacerdotes, religiosas y catequistas de la parroquia no llegan a cubrir todas las necesidades pastorales de la parroquia, que es muy extensa.

Mientras íbamos integrándonos en la zona lanzamos la iniciativa del ora-torio. De esta manera, cientos de niños y niñas acuden cada sábado al Oratorio Don Bosco de Belleville en un clima de absoluta alegría. Como no teníamos ninguna infraestructura, jugábamos al aire libre; un hangar de madera y paja nos ha servido de cobijo para reunir a los niños y niñas. Pronto, tendremos una pequeña construcción más estable.

Después de este tiempo de análisis de la realidad infantil y juvenil en la zona, y en el conjunto de la juventud de Ouagadougou, nuestra Inspectoría ha definido un proyecto para dar una respuesta salesiana: el Centro Juvenil y de Capacitación para jóvenes sin recursos. Este Centro permitirá desa-rrollarse, a través de la formación y la capacitación en diversos oficios, a los sectores más vulnerables de la población. Con la educación y la alfabetización lograremos impulsar valores que les permitan desarrollarse como personas y adquirir las herramientas necesarias para acceder en un futuro al mercado laboral y mejorar así sus condiciones de vida y las de sus familias.

Quiero agradecer, y seguir animando, vuestra colaboración, la de la Inspectoría Salesiana Mª Auxi-liadora y la de la ONGD Solidaridad Don Bosco. Juntos estamos haciendo realidad esta nueva pre-sencia salesiana de Burkina”.

Os envío mi saludo afectuoso,Antonio Herrera