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José Antonio, Testimonio

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testimonio sobre el lider jose antonio

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Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Adriano Gmez Molina J os Antonio Testimonio Digitalizado por Triplecruz- 1 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina INDICE Pgs. PRLOGO..................................................................................................................... 7 TESTIMONIO DE ESPAA ESPAA....................................................................................................................... 14 Idea de la Patria Espaa como Patria Unidad y variedad de Espaa Los separatismos Tierra de Espaa Entraa y estilo Espaa es irrevocable Peculiaridad de Espaa Espaa. Permanente quehacer J ustificacin de Espaa Gloria de Espaa Repudio del Nacionalismo Ambicin histrica Espaa limpia, alegre y faldicorta Espaa: No invocar su nombre en vano Espaa: De todos y para todos DOLOR DE ESPAA................................................................................................... 29 Espaa en ruinas La tierra sedienta El hambre del pueblo Las lpidas de los caciques Espaa drogada Amargura de Espaa Insolidaridad hispnica PATRIOTISMO CRTICO............................................................................................. 33 POLTICA ESPAOLA................................................................................................. 36 La Espaa anterior a la Dictadura La Dictadura El 14 de abril Falange y el 14 de abril Derechas o izquierdas. Valores estriles Derechas La Falange y las derechas Izquierdas El socialismo espaol El comunismo y Espaa ENCUENTRO CON EL PUEBLO................................................................................. 45 - 2 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina TAREA DE ESPAA.................................................................................................... 48 J usticia social y destino colectivo La reforma agraria CRISIS DEL ORDEN LIBERAL J UICIO SOBRE EL LIBERALISMO.............................................................................. 56 Crtica del liberalismo poltico Crtica del liberalismo econmico Conquistas del liberalismo El liberalismo y Espaa J UICIO SOBRE EL SOCIALISMO............................................................................... 68 Razn de ser del socialismo El socialismo ruso LAS PRETENDIDAS SOLUCIONES............................................................................ 71 La socialdemocracia, el totalitarismo y el corporativismo El fascismo y la Falange EUROPA EN CRISIS ................................................................................................... 74 HACIA UN NUEVO ORDEN POLITICO TAREA DE ESPAA EN EL MUNDO.......................................................................... 76 La tarea de un orden nuevo Misin de las juventudes BASES Y FINES DEL NUEVO ORDEN....................................................................... 81 Lo espiritual El hombre, punto de partida Libertad, dignidad e integridad Una nueva concepcin del trabajo Familia Sindicalismo nacional Capital, trabajo, propiedad Crisis de un concepto de la propiedad Funcin de la riqueza TEORA DE LA REVOLUCIN.................................................................................... 87 La revolucin, tarea de una minora La revolucin al servicio de lo nacional y lo social Revolucin y tradicin La revolucin y la arquitectura poltica nueva El espritu revolucionario del pueblo El conservadurismo contrarrevolucionario La revolucin y el Csar La revolucin y la democracia La revolucin y los mviles espirituales IDEA DEL ESTADO..................................................................................................... 94 - 3 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina El Estado como instrumento eficaz al servicio de la patria Las dos metas del Estado Estado de todos Rechazo del pantesmo estatal Interinidad del Estado totalitario LAS FORMAS DE GOBIERNO.................................................................................... 98 La monarqua y el problema de las formas de gobierno LA DESARTICULACIN DEL CAPITALISMO........................................................... 100 La desarticulacin del capitalismo BREVIARIO DE ESTILO VALE QUIEN SIRVE.................................................................................................. 103 Aguijn contra la somnolencia El seorito y el bolchevique Dureza y sacrificio Milicia y violencia El divorcio como cobarda Estilo y vida Generacin J uventud y poltica Poltica de la Universidad Ira contra la injusticia Alas y navos La obra bien hecha El sacramento heroico de la muerte Respeto a los muertos por una idea Espritu abierto y comprensivo PERFIL IRNICO...................................................................................................... 114 SOBRE LA INTELIGENCIA ....................................................................................... 123 Inteligencia y humildad Inteligencia y pueblo Inteligencia y estilo SU SERENA INTIMIDAD........................................................................................... 129 - 4 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Adriano Gmez Molina Edita y distribuye: DONCEL

No me pongan en lo oscuro a morir como un traidor; yo soy bueno, y como bueno, morir de cara al sol. J os MARTI Llevaba una bandera y era joven cuando muri. Tena fe. Cantaba por los campos. El loco le llamaban. No importa. Quede claro que no importa. Marcelo ARROITA J AUREGUI No temis que se extinga su sangre sin objeto, porque sta es de los muertos que crecen y se agrandan aunque el tiempo devaste su gigante esqueleto. Miguel HERNNDEZ

- 5 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Adriano Gmez Molina J os Antonio, testimonio DONCEL

Para la elaboracin de este libro se han utilizado principalmente los textos publicados bajo la cuidadosa dedicacin de Agustn del Ro y, tambin, la obra Frente a Frente de J os Mara Mancisidor. La ficha bibliogrfica es la siguiente: ObrascompletasdeJ osAntonioPrimodeRivera.EdicinCronolgica.Edicindela Delegacin Nacional de la Seccin Femenina de F. E. T. y de las J .O.N.S. Madrid 1954. Se cita as: O. C. Textos inditos y epistolario de J os Antonio Primo de Rivera. Ediciones del Movimiento. Madrid 1956. Se cita as: T. I. ltimos hallazgos de escritos y cartas de J os Antonio. Ediciones del Movimiento. Madrid, 1962. Se cita as: U. H. Frente a Frente. J os Mara Mancisidor. Editorial Seen Martn. Avila, 1963. Se cita as: F. F.

- 6 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina PRLOGO NO creo temerario afirmar que con el paso del tiempo y por razones varias el pensamiento de J os Antonio ha sido vctima de una reduccin ideolgica manifiesta, ha cado en manos de unretoricismoempobrecedoryhasidoapresadoporunatopificacintrivializante.Desdela posguerra a nuestros das la obra de J os Antonio se ha propagado y se ha prodigado. Pero, curiosamente, esta propagacin se ha limitado a unas cuantas parcelas de su ideario. Ha sido unadifusinacasoformalmenteexcesiva,perodecontenidoinsuficiente.J uanVelardeha recordadocmoporlosaoscincuentaulafaltadedesarrollointelectualdelapoltica econmica del movimiento poltico fundado por J os Antonio, llev a sepultar bajo un tmulo de pesadaslosasdegranitoretricosusalusionesalareformafiscal,alaestatificacindela banca y a la reforma agraria". De uno de los discursos pronunciados por J os Antonio en mayo del35,unodelosdemayorcontenidorevolucionario,loquemsresonanciayrecuerdoha tenido ha sido la lrica imagen final del mismo en la que se nos habla de un paraso difcil que tenga "junto a las jambas de las puertas, ngeles con espadas". Ocurrequeenlasociedadespaola,omejordichoparamuchosespaolesde30aos para arriba, se cuenta con una imagen de J os Antonio montada sobre una retahila de frases hechas: sobre "un tmulo de pesadas losas de granito retrico". Este conocimiento simplista de supensamiento,verificadoalolargodeltiempoporlosesgrimidoresdealgunosdesus prrafoslasmsdelasvecescomopretextosoportunistassegnelmomentoylas intenciones, ha creado una curiosa antologa tpica, no impresa, pero con existencia real en elconsensosocialespaol.PareceasqueJ osAntonioes,solamente,eljovenyheroico fundador de la Falange que acu una ristra de bellas frases: "El hombre es un ser portador de valores eternos", "Espaa es una unidad de destino en lo universal", "El ser espaol es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo", "El mejor destino de las urnas es el ser rotas", "No hay ms dialctica que la de los puos y las pistolas", etc., etc. ESTAMOSante un hecho peligroso y perjudicial para la vigencia y validez de un ideario poltico. Porque hay un cncer pavoroso para las formulaciones polticas: la degradacin tpica delaspalabrasconqueseformularonunasideas,laconversinentpicos,enlugares comunes, en frases mostrencas, de aquellos prrafos o dichos en los que cuajaron un ideario poltico.EnelcasodeJ osAntonioestefenmenosehaproducidodemaneraagobiante. Ciertosapartadosde.loquedijooescribihansidoutilizadosmachacona-mente, repetidamente,unaymilveces,hastadegradarlosensonidoshuecos,vacosdecontenido, condenados a la condicin de eslogans propagandsticos sin garbo ni sustancia. La topificacin simplista ha sido tan extensa que, curiosamente, se ha salido de madre y a esta ristra de frases que hemos enumerado habra que aadir otras ms, apcrifas: aquellas que se le adjudican y que en estricto rigor no se encuentran en ninguna pgina de sus obras, tales como "Por el imperio hacia Dios", "Hay que ser mitad monje y 'mitad soldado", "Por Dios, EspaaysuRevolucinNacionalSindicalista",etc.,etc.Estasexpresionesnosvalencomo ejemplotpicodelasextrapolacionesespreasdesuidearioquehannacidodelambiente tenso en el que se ha proyectado J os Antonio sobre la Espaa de la posguerra. UNA de las caractersticas ms singulares de J os Antonio radica en aparecer en la poltica desutiempoconunaretricanueve,conunamaneranuevadeformularlapoltica,conun lenguajeoriginaly,porello,atractivo.Endefinitiva,coneldoninapreciabledeloqueJ ess Fueyo ha llamado un lxico virgen. En l este don era algo consciente y querido, pues crea y as lo proclam que si una generacin se debe entregar a la poltica no lo puede hacer con el repertorio de media docena de frases con las que hayan caminado otras generaciones pasadas o presentes. Esta dimensin imprime Carcter a su obra, la significa de manera rotunda y es uno de sus valores ms claros. Precisamente por ello, una fidelidad elemental obliga a no empobrecerla conelusoyelabusodesupalabra,conelmanoseodesusfrases,conlaconversinen tpicos de sus ideas. Porque lo que parece evidente es que si el lxico virgen es una cualidad - 7 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina fundamentalparalaaccinpolticalaprdidadeestacondicin,pordesgaste,monotonay pereza, slo produce ausencia de atractivo, falta de incitacin y, en definitiva, aburrimiento en los odos. NO estara de ms elaborar, intencionadamente, otro repertorio de frases de J os Antonio quecompusieralarplica,laantologaantitpicadelasanteriores.Frasesquehan permanecido,extraamente,sinlaresonanciadelasotrasyque,estoeslograve,son imprescindiblesparaconocermedularmentesuideario.Porejemplo:"Enelordensindical, nosotrosaspiramosaquelaplusvala,comodijoMarx,seaparalosproductores,paralos directoresyparalostrabajadores'''."Lasderechasespaolassenoshanmostradosiempre interesadas en demostrarnos que el Apstol Santiago estuvo dando mandobles en la batalla de Clavijo. Con esa preocupacin obsesionante se desentendieron por completo de las angustias del pueblo espaol, de sus necesidades apremiantes, de su situacin dolorosa". "Mucho cuida-dadoconinvocarelnombredeEspaaparadefenderunoscuantosnegocios,comolos intereses de los Bancos o los dividendos de las grandes empresas'''. "En la revolucin rusa, en la invasin de los brbaros a que estamos asistiendo, van ya ocultos y hasta ahora negados, losgrmenesdeunordenfuturoymejor.Tenemosquesalvaresosgrmenes,yqueremos salvarlos"."...Inglaterra...esacasoelpasdepatriotismomsclsico"."Inglaterraha conseguido montar una de las ms prodigiosas arquitecturas polticas que conoce el mundo. EstaarquitecturapolticaelImperioinglssesostiene,comotodaslasgrandes arquitecturas,porunamaravilladeequilibrio", "...lapatrioteraderechistaquesecomplacea fuerza de vulgaridad en hacer repelente lo que ensalza", etc., etc. ENTIENDO que la figura de J os Antonio se ha oscurecido para muchos y en tal manera quecuandonosenfrentamosconellaconunaciertavocacindeclaridad,buscandosus perfiles verdaderos, es decir, reales, para encontrar una imagen limpia del mismo, hemos de recurriraafirmacionesdeprincipioqueporelementalessonverdadesdeperogrullo.Por ejemplo, partir del hecho incuestionable y elemental de que J os Antonio vive y acta en un tiempo y en un espacio concretos y determinados. Hay que situarlo en la Espaa de la Dictadura, del final de la Monarqua y de la Segunda Repblica. Y, a su vez, a esa Espaa hay que situarla en el contexto poltico mundial que le corresponde. Con frecuencia, aunque pueda parecer raro, esta situacin se olvida al hablar de J osAntonioysetratadelcomounentequeflotaeneltiempoyenelespacio, escamoteando la realidad. La realidad de su concrecin histrica sin la cual me parece falsa de principiocualquierelucubracinsobresuobra.Unodeloserroresquedebemoseludires, cabalmente, el de trasladar en el aire los textos y las formulaciones literales de J os Antonio desdesusuelohistricoalsuelohistricodenuestraactualidad,dandounsaltodesdesu tiempo al nuestro, desde su circunstancia a la de hoy. Y no hay que olvidar que esta operacin se verifica justamente en una sociedad que vive un proceso de aceleracin en el cual el paso de un cort perodo de tiempo, el paso de un lustro, implica una densidad de transformaciones en la total circunstancia del hombre actual que eran inimaginables en otras pocas histricas. J OS Antonio va a terminar sus estudios universitarios, su preparacin acadmica, y va a ejercer la abogaca, en la Europa de entreguerras. Antes de cumplir sus treinta aos se va a producirlagrandepresindeloctubreyankide1929,consuscoletazosenormesenla sociedadoccidental,consusclarsimasrepercusionesenlosfenmenossocialesypolticos quseproducenporaquellostiempos(yelfinaldelaDictaduraylaliquidacindela Monarqua no quedan fuera de sus efectos); va a vivir en los aos en los que el viejo continente europeo zozobra entre la democracia y la dictadura; con el espectculo de millones de obreros en paro; con la aparicin del experimento fascista que se extiende potente y sugestivo por toda Europa; cuando gran parte del pensamiento poltico est buscando una tercera va ideolgica; cuando el estado leninista ha pasado a las manos de Stalin y es motivo de atracciones y de repulsasradicales;cuandolaSociedaddeNacionesintentareglarlaconvivencia internacional... En ee tiempo aparece y acta J os Antonio. TRUNCADAsuvidaen1936,alos33aosdeedad,naturalmentequenolefuedado conocerycontemplaruncmulodehechosacaecidosposteriormenteyqueimplicanuna novedad radical en la dinmica social, cultural, total, de la circunstancia histrica que est en el dintel mismo de nuestro tiempo. Hechos que han subvertido, renovado o rectificado mltiples - 8 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina categoras tenidas por inmutables hace solamente unos lustros. Hechos que J os Antonio no ha vivido y para los cules, lgicamente, no hay respuesta concreta en su obra truncada por la muerte. Hechos que van, por ejemplo, en un plano general, desde la guerra mundial del 39 al 45 y el nuevo perfil del capitalismo, del socialismo o del marxismo, hasta la Pacem in Terris y el Vaticano II; pasando por la desintegracin del tomo, por la revolucin de las calculadoras, por lanuevabiologa,porladescolonizacinyelsurgimientodelTercerMundo,porla planetizacin de la Historia, por la guerra fra, por la amenaza permanente de una hecatombe nuclear... Este punto de partida para situar debidamente a J os Antonio tiene la validez de lo real, de loinmediatamenteevidenteporelementalyobvio.Perojustamente,porello,nopuedeser olvidadocomomuchasvecessueleacaecer.Yquienesmenospuedenolvidarestabasede partida son aquellos para los cuales J os Antonio es un hombre entraable y con resonancias cordiales en su intimidad. Pues precisamente J os Antonio dej dicho que la poltica es, ante todo, temporal. Que la poltica es una partida con el tiempo. Y con l, habr que concluir que el paso de ese tiempo, el transcurso de los aos que van desde 1936 a nuestros das, densos como nunca en novedades y en cambios, es un factor ineludible, una dimensin obligada que conscientemente debe entrar en la cabeza del lector que se acerque a los textos del fundador de la Falange. Esto es preciso para curarnos de anacronismos. Esto es preciso subrayarlo para que J os Antonio no tenga beatos ni desdeosos de su figura. LAcircunstanciahistricayculturaldesutiemposetrasluceentodosupensamiento. Pinsese, por ejemplo, en la critica de J os Antonio al sistema liberal capitalista. En esa critica hayunaherenciayunainfluenciadelacorrientetradicionalista.Perohay,prevalentemente, unaherenciayunainfluenciadelacrticamarxistadelsigloXIX,apartedeunaconexin manifiestaconlacrticadeampliossectoresdelpensamientoeuropeodelosaosveintey treinta.Naturalmentequeconindependenciadelacuestindelasinfluenciasdoctrinales,la validezdelosargumentosqueesgrimeJ osAntoniohayquesituarlosenelmarcodel capitalismo y del liberalismo que l est contemplando en aquellos momentos. Un cotejo de la doctrina comunista con los textos que sobre este tema nos presenta J os Antonioponederelieveelascendientesocialista-marxistadesucrtica.Unejemplodeello seralacreenciadeJ osAntonioenlacatstrofefinalaquefatalmenteestabocadoel sistemaeconmicoliberalporsupropiaentimadialctica.DelamanodeCarlosMarx construye J os Antonio, en buena parte, la panormica del mundo capitalista en quiebra que expone en el discurso del 9 de abril de 1935, o en el del 19 de mayo de 1935, o en el del 17 de noviembredelmismoao:Aglomeracindecapital,proletarizacin,desocupacin,crisis peridicas,revolucinsocialydictaduracomunista.EnunodeesosdiscursosdirJ os Antonio:"LasprevisionesdeMarxsevienencumpliendomsomenosdeprisa,pero implacablemente". "Desde el punto de vista social va a resultar que, sin querer, voy a estar de acuerdoenmsdeunpuntoconlacrticaquehizoCarlosAfane".Quelaevolucindel capitalismo no haya corroborado estas predicciones, es otra cuestin. El paso del tiempo le ha dado al sistema doctores y curanderos que la han evitado. (Precisamente el ao de la muerte de J os Antonio coincide con la aparicin de la "Teora general del empleo, del inters y del dinero" de Keynes.) CASItodalaliteraturaquealolargodeseislustrossehaidoacumulandosobreJ os Antonioentorno,principalmentealasdosfechasotoalesdel29deoctubreydel20de noviembrehavenidosiendo,porloregular,unaliteraturapanegirstica,muchasveces liricoide y, casi siempre, tpica. Laausenciadeunestudiorigurosoconpretensindetotalidad,deunanlisisdeJ os Antonioenextensinyenprofundidadquesealejedelameraparfrasisadelartculo ocasional es una realidad palmaria sobre la que no hay que insistir (1). Sin embargo, la deficiencia mayor que muestra ese material acumulado en torno a la figura yalpensamientopolticodeJ osAntonio,puedequeestribeenlaactitudtalmdicaqueel escritordeturnohasolidoadoptar.Lasobrascompletassehanmanejadocomolibros sagrados, como textos revelados de los que se extraen ortodoxias y conjuros. - 9 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina EN torno a 1930 se lanza J os Antonio, aunque con relativa intensidad, a la arena poltica espaola. Asume la Vicesecretario de la Unin Monrquica. Tiene 27 aos. En el otoo de 1933 funda Falange Espaola y entra resueltamente en nuestra Historia. De octubre de 1933 a noviembre de 1936, en slo tres aos, al filo de un activismo, de un ajetreo, de una ruptura con el sosiegos intelectual y el estudio reposado que le eran tan queridos, J os Antonio dice, escribe, expresa el ideario que, llega hasta nosotros. La cortedad de ese lapso de tiempo, la etapa del desarrollo de su personalidad en que se desenvuelve y las horas difciles que le tocan vivir hace inviable, en mi opinin, el que podamos entender que deja a su muerte un corpus doctrinal rotundo y maduro, sistemticamente elaborado. La obra de J os Antonio* su pensamiento poltico, es ms una intencin que una expresin. LaobradeJ osAntonionoesunadoctrinaomnicomprensivaycerrada.Yunadelas caractersticasmssealadasquepresentaallectorqueseacerqueaellaesladesu evolucinycambioverificadossobreunsustratopersonalsimo.Enelcampoconcretodela formulacin poltica esta evolucin es evidente, del discurso de la Comedia en octubre del 33 al discurso del Cine Europa en febrero del 36, hay una evolucin doctrinal que, sencillamente, hay que calificar de radical. Aunque siga siendo el mismo, J os Antonio no dice lo mismo. ES curioso que el discurso de la Comedia, tan conocido por la reiteracin con que se ha venido dando, parezca una pieza clave del ideario de J os Antonio y se siga partiendo de l para exponer su doctrina o glosar su pensamiento. Sin embargo, desde un enfoque general de sutrayectoriapoltica,esteesuntextodeescasarelevancia.Esunapiezaoratoriadegran belleza y de magnfica factura, pero "tena el calor y, todava, si queris, la irresponsabilidad de la infancia. Es el mismo J os Antonio quien as lo califica un ao y medio ms tarde, el 19 de mayode1935,eneldiscursopronunciadoenelCineMadrid.Aesecaloryaesa irresponsabilidadhabrqueapuntarelcalificativode"hombrenefastoqueadjudicaa Rousseau.(EscuriosocompararestaadjetivacinmaximalistaconlasqueelmismoJ os Antonio va a utilizar al referirse a Carlos Marx, que nunca recibe de l un trato tan negativo y rotundo.) Porotraparte,nohayqueolvidarqueestefamosodiscursodelaComediafuemuy aplaudido por un sector muy significativo de la derecha intelectual desde las pginas de "Accin Espaola. Y el distanciamiento que de la derecha intelectual o no se va a ir produciendo enJ osAntonio,conformepasenlosdas,demaneraexpresaseevidenciaensuobra.En esta antologa el lector encontrar muestras inequvocas de este hecho. Que yo sepa, slo don Eugenio dOrs, por aquellas fechas, desde su Nuevo Glosario, le objet a J os Antonio la dificultad de admitir como "voluntarista el ideario de Rousseau, pues para el glosador, a Rousseau, como "clsico del sufragio universal, visto de un modo cientfico yobjetivo,yendodirectamenteal,loquelecorresponderaeslacalificacinde "intelectualista. HABR que decir que J os Antonio no debe entenderse, en puridad, como un teorizador de filosofa poltica, como un clsico del siglo XX. Acaso pudiera haberlo sido; pero por razn del destino slo nos ha dejado un ideario en embrin, "in fieri nacido de la cultura viva de su tiempoyfrutodesusaprendizajes,experienciasyestudios.Perollenodeintuicionesyde atisbossorprendentes.Desdenuestraperspectivaactualesteesunmritoinnegableyuna virtud indiscutible. En la zona de su formacin cultural, en el rea de sus coordenadas no solamente polticas, sino tambin pre-polticas, se descubren las fuentes en las cules se fragua la mentalidad de J osAntonio.BiensealaobrajurdicadeDuguitquetantoinfluiraensucrticaallibe' ralismorousseaunianoalostextosdeSpenglerodeHenriDeMan,tandemodaenla Espaadesutiempo.BiensealaatraccincapitaldeOrtegayGassetcuyomagisterio expresotanclaramentesenosconfiesaobiensealaimpregnacinsoterrada,pero importantsima, de Eugenio dOrs. Y toda la obra de la generacin del 98, especialmente en los nombres de Unamuno, Azorn, Machado y Maeztu. Estasinfluenciasdelambienteespiritualdesutiempoaclaranmuchosaspectosdesu personalidad. Hasta la moda intelectual del momento est, lgicamente, presente en muchos de sus giros y trminos utilizados. Pinsese, es un ejemplo, cmo la corriente de la filosofa de - 10 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina los valores, de tanta relevancia en aquellos aos, se traspasa al lxico ele J os Antonio cuando acua la frase de que el hombre es un ser portador de valores eternos. Expresin en la que, naturalmente, la posible originalidad estriba en los trminos utilizados, pues nos encontramos aquanteuncasodeunaideaprepolticaexpuestaalolargodelossiglosenlatradicin cristiana de Occidente y que l incorpora a su decir propio con expresin feliz. EN esta referencia sumaria a las bases doctrinales de J os Antonio no pueden omitirse los nombres de Kelsen y de Stamler. Ni los de Sombart y Marx. El gusto por la obra del creador de la teora pura del Derecho, el atractivo que el formalismo jurdico kelseniano suscit en J os Antonio, unido, por otra parte, a su radical voluntad de un Estado y una Poltica de contenido, sustantivos, no formalistas, es una curiosa muestra de complementariedad ideolgica que nos indica que aqu en este campo, como en muchos otros, J os Antonio enriquece su formacin de manera no unilateral, sino Acumulativa. J unto al Estado de Derecho y al logicismo neutro y geomtrico de un liberal como Kelsen, J os Antonio quiere el Estado de J usticia Social. Unareferenciaespecial,comoinfluenciadirectaypersonal,porconvivenciaytrato,hay que hacer a dos nombres de significacin distinta y complementaria sin los cuales no creo que sepuedaentenderaJ osAntonio:RafaelSnchezMazasyRamiroLedesmaRamos.Del primerorecibiralavenadegenialidadclsica,renacentistayerudita.Delsegundo,recibira J osAntoniolachispadefinitivaqueradicalizarasuevolucinpoltica:lasindicalizacin, nacionalizacinytotalizacindelaeconoma,lamoralnacionalautnoma,larevolucin antiburguesa y antimarxista, el perfil social y antiderechista, la potenciacin del estado, el mito de la revolucin sindicalista. OTROfocodeascendenciadoctrinalenJ osAntoniotalvezpocosubrayadoesla corriente del socialismo ingls de aquellos aos. De manera concreta el pensamiento de Harold J . Lasky, fuente doctrinal que por su vinculacin con el sindicalismo de la "Trade Unions" tiene un relieve singular en la predileccin sindicalista de J os Antonio. La conexin con la corriente laborista podra llevarnos a glosar uno de los perfiles ms curiosos de la figura de J os Antonio: Los matices britanizantes de la personalidad del fundador de la Falange. Es este un tema que me gustara conocer al detalle y que slo se apunta aqu al hilo de diversos datos concurrentes. Ensusmodosymaneras,ensueducacin,hayatisbosdeello.Enunaintervencin parlamentariaenelotoodelao35,J osAntoniodijopblicamente:"Todosnoshemos asomado, unos ms, otros menos, entre estos ltimos yo, a la cultura europea; todos hemos sentido la influencia de las letras francesas, de la educacin inglesa, de la filosofa alemana y de la tradicin poltica de Italia...," Essabidoeldominioymanejoquedelalenguainglesatena.Yquienesleconocieron personalmente han referido su gusto por la equitacin vistiendo a la inglesa, por la admiracin que le produjo la proyeccin de "Tres lanceros bengales" o por la devocin sentida hacia los versosdel"If"deKiplingqueamododeemblemaoconsignaornabanlasparedesdesu despacho.EnlaobradelcantordelImperioBritnicovistocomounaposibilidadquese ofrecaaloshombresparadesarrollarlaabnegacinylaentregayenladimensin humansima del J os Antonio que en la ltima parte de esta antologa se recoge, hay analogas sorprendentes. En Kipling muerto precisamente tambin en 1936 hay textos que parecen del propio J os Antonio. (En "En tinieblas" se lee: "nicamente el que es libre tiene normas de conducta; nicamente el que tiene normas de conducta es libre"). Esteperfil"anglosajn'''deJ osAntonio,locapttambinen1934laplumasiempre despiertayagudadedonEugeniod'Ors.Enunaglosapublicadaporaquellasfechas,y refirindose al "Ensayo sobre el nacionalismo'' que J os Antonio publicara en la revista "J ONS", donEugeniodiceenunparntesisqueenJ osAntonioPrimodeRivera"escadadams visible el bien orientado estudio de ciertas fuentes doctrinales inglesas". CON perspectiva histrica el mrito sobresaliente de J os Antonio y la significacin mayor de su persona, a nuestro modo de ver, reside en ser la primera voz de su tiempo que desde races cristianas y espaolas asimila crticamente la revolucin socialista y disocia los valores espiritualesdelreaccionarismoderechista.Nosetrataslodequequieraarrebatarleal marxismo la bandera de la justicia, sino de que quiere arrebatarle al derechismo la bandera de la libertad de la persona y del sentido de la Patria. - 11 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Quenoseapuntaradecididamentealassolucionesfascistastieneelmritodequesu visin iba ms all del momento y de que la raz de su planteamiento era ms profunda. J os Antonio, que empalma con el criticismo del 98, que est abierto a las corrientes de su tiempo y que tiene conciencia de que empieza un tiempo nuevo en la Historia, lleva dentro de s unoptimismohispnicorebosante.PartiendodelhechodequeEspaahabacumplido empresashistricasdealtobordodeahelqueelserespaolfuesealgoserioe importante quera convocar a su generacin a la empresa de acertar con las palabras claves, con la frmula feliz, del tiempo nuevo que se entrevea en la crisis de los aos treinta. TODAantologaesunaantologaintencionada.Llevalaintencindesuautorque, consciente e inconscientemente aflora en la eleccin de los textos y en la sistemtica de los mismos.LoqueenestaobrasehapretendidoesfacilitarelconocimientodeJ osAntonio ordenndolo en cuatro grandes apartados. Enelprimero,serecogeaquelloquehacereferenciaasuvisindeEspaa.Enel segundo, la impresin que en l produce la crisis del orden liberal. En el tercero, las propuestas ypuntosdereferenciaparaunnuevoordenpoltico.Yenelcuartoelsentirhumano,la intimidad personal de J os Antonio. Adriano GMEZ MOLINA (1) No obstante, existen autores y texto con intencin y originalidad. Algunos de ellos de grancalidad.Enunaenumeracinmeramenteindicativa,puedensealarselossiguientes: RodrigoFernndezCarvajalLosdilogosperdidos;Francisco-J avierCondeRepresentacin poltica y rgimen espaol, especialmente en la segunda parte y en las notas;GasparGmezdelaSernaJ osAntonioanteelcriticismodel98;PedroLanJ os Antonio, recogido en Vestigios y, sobre todo el opsculo Espaa como problema, en su parte final;J osMaraGarcaEscuderoelTiempotituladoUnapolticacultural:J osAntonio Primo de Rivera; J aime Surez la serie Introduccin a J os Antonio; Dionisio Ridruejo J os Antonio vivo; J ess Fueyo J os Antonio en la Historia contempornea de Espaa; Luis Legaz La teora pura del Derecho y el pensamiento poltico de J os Antonio Primo de Rivera; Manuel Cantarero La Falange ante el tiempo nuevo; J uan Velarde Meditacin sobre una poltica econmica para Espaa; Ceferino L. Maest Sindicalismo falangista; Francisco Eguiagaray Actualidad de J os Antonio. - 12 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Testimonio de Espaa- 13 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Espaa Terra entre mars, Iberia, mate aimada, tots els teus fills te fem la gran cang. En cada platja fa son cat l`onada mes terra endins se sent un sol ress, que de l'un cap a l'altre a amor convida i es va tornant un cant germanor; Iberia! Iberia! et ve dels mars la vida Iberia! Iberia! dona als mars l'amor. J oan MARAGALL IDEA DE LA PATRIA Aquella fe romntica en la bondad nativa de los hombres fue hermana mayor de otra fe en la bondad nativa de los pueblos. El hombre ha nacido libre, y, sin embargo, por todas partes seencuentraencadenado,dijoRousseau.Era,porconsecuencia,idealrousseauniano devolver al hombre su libertad e ingenuidad nativas; desmontar hasta el lmite posible toda la mquina social que para Rousseau haba operado de corruptora. Sobre la misma lnea llegaba a formularse, aos despus, la tesis romntica de las nacionalidades. Igual que la sociedad era cadenadeloslibresybuenosindividuos,lasarquitecturashistricaseranopresindelos pueblosespontneosylibres.Tantaprisacomolibertaralosindividuoscorralibertaralos pueblos. Miradadecerca,latesisromnticaibaencaminadaaladescalificacin;estoes,ala supresindetodoloaadidoporelesfuerzo (DerechoeHistoria)alasentidadesprimarias, individuoy pueblo.El Derechohabatransformadoalindividuoenpersona;la Historiahaba transformado al pueblo en polis, en rgimen de Estado. El individuo es, respecto de la persona, lo que el pueblo respecto de la. sociedad poltica. Para la tesis romntica urga regresar a lo primario, a lo espontneo, tanto en un caso como en el otro. ElDerechonecesita,comopresupuestodeexistencia,lapluralidadorgnicadelos individuos. El nico habitante de una isla no es titular de ningn derecho ni sujeto de ninguna jurdicaobligacin.Suactividadsloestarlimitadaporelalcancedesuspropiasfuerzas. Cuando ms, si acaso, por el sentido moral de que disponga. Pero en cuanto al derecho, no es ni siquiera imaginable en situacin as. El Derecho envuelve siempre la facultad de exigir algo; slohayderechofrenteaundebercorrelativo;todacuestindederechonoessinouna cuestin de lmites entre las actividades de dos o varios sujetos. Por eso el Derecho presupone laconvivencia;estoes,unsistemadenormascondicionantesdelaactividadvitaldelos individuos. De ah que el individuo, pura y simplemente, no sea el sujeto de las relaciones jurdicas; el individuonoessinoelsubstratumfsico,biolgico,conqueelDerechoseencuentrapara montar un sistema de relaciones reguladas. La verdadera unidad jurdica es la persona; esto es, el individuo, considerado, no en su calidad vital, sino como portador activo o pasivo de las relaciones sociales que el Derecho regula; como capaz de exigir, de ser compelido, de atacar y de transgredir. - 14 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Deanlogamanera,elpueblo,ensuformaespontnea,noessinoelsubstratumdela sociedadpoltica.Desdeaqu,paraentenderse,convieneusaryalapalabranacin, significandoconellaprecisamenteesolasociedadpolticacapazdehallarenelEstadosu mquina operante. Y con ello queda precisado el tema del presente trabajo: esclarecer qu es la nacin: si la realidad espontnea de un pueblo, como piensan los nacionalistas romnticos, o si algo que no se determina por los caracteres nativos. El romanticismo era afecto a la naturalidad. La vuelta a la Naturaleza fue su consigna. Con esto,lanacinvinoaidentificarseconlonativo.Loquedeterminabaunanacineranlos caracteres tnicos, lingsticos, topogrficos, climatolgicos. En ltimo extremo, la comunidad de usos, costumbres y tradicin; pero tomada la tradicin poco ms que como el recuerdo de losmismosusosreiterados,nocomoreferenciaaunprocesohistricoquefueracomouna situacin de partida hacia un punto de llegada tal vez inasequible. Losnacionalismosmspeligrosos,porlodisgregadores,sonlosquehanentendidola nacin de esta manera. Como se acepte que la nacin est determinada por lo espontneo, los nacionalismosparticularistasgananunaposicininexpugnable.Nocabedudadequelo espontneo les da la razn. As es tan fcil de sentir el patriotismo local. As se encienden tan pronto los pueblos en el frenes jubiloso de sus cantos, de sus fiestas, de su tierra. Hay en todo esocomounallamadasensual,quesepercibehastaenelaromadelsuelo:unacorriente fsica, primitiva y encandilante, algo parecido a la embriaguez y a la plenitud de las plantas en la poca de la fecundacin. A esa condicin rstica y primaria deben los nacionalismos de tipo romntico su extrema vidriosidad. Nadairritamsaloshombresyalospueblosqueelverestorbosenelcaminodesus movimientoselementales:elhambreyelcelo-apetitosdeanlogajerarquaalallamada oscura de la tierra son capaces, contrariados, de desencadenar las tragedias ms graves. Por esoestorpesobremaneraoponeralosnacionalismosromnticosactitudesromnticas, suscitar sentimientos contra sentimientos. En eh terreno afectivo, nada es tan fuerte como el nacionalismo local, precisamente por ser el ms primario y asequible a todas las sensibilidades. Y,encambio,cualquiertendenciaacombatirloporelcaminodelsentimientoenvuelveel peligrodeherirlasfibrasmsprofundas-pormselementales-delespritupopular,y encrespar reacciones violentas contra aquello mismo que pretendi hacerse querer. De esto tenemos ejemplo en Espaa. Los nacionalismos locales, hbilmente, han puesto enjuegoresortesprimariosdelospueblosdondesehanproducido:latierra,lamsica,la lengua,losviejosusoscampesinos,elrecuerdofamiliardelosmayores...Unaactitud perfectamenteinhbilhaqueridocortarelexclusivismonacionalista,hiriendoesosmismos resortes;algunoshanacudido,porejemplo,alaburlacontraaquellasmanifestaciones elementales; as los que han ridiculizado por brusca la lengua catalana. Noesposibleimaginarpolticamstosca:cuandoseofendeunodeesossentimientos primarios instalados en lo profundo de la espontaneidad de un pueblo, la reaccin elemental en contra es inevitable, aun por parte de los menos ganados por el espritu nacionalista. Casi se trata de un fenmeno biolgico. Peronoesmuchomsagudalaactituddelosquesehanesforzadoendespertar directamente,frentealsentimientopatriticolocalista,elmerosentimientopatriticounitario. Sentimientoporsentimiento,elmssimplepuedeentodocasoms.Descenderconel patriotismo unitario al terreno de lo afectivo es prestarse a llevar las de perder, porque el tirn de la tierra, perceptible por una sensibilidad casi vegetal, es ms intenso cuanto ms prximo. Cmo,pues,revivificarelpatriotismodelasgrandesunidadesheterogneas?Nada menosquerevisandoelconceptodenacin,paraconstruirlosobreotrasbases.Yaqu puedeservirnosdepautaloquesedijorespectodeladiferenciaentreindividuoy persona. As como la persona es el individuo considerado en funcin de sociedad, la nacin es el pueblo considerado en funcin de universalidad. - 15 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina La persona no lo es en cuanto rubia o morena, alta o baja, dotada de esta lengua o de la otra,sinoencuantoportadoradetalesocualesrelacionessocialesreguladas.Nosees persona sino en cuanto se es otro; es decir, uno frente a los otros, posible acreedor o deudor respecto de otros, titular de posiciones que no son las de los otros. La personalidad, pues, no se determina desde dentro, por ser agregados de clulas, sino desde fuera, por ser portador de relaciones.Delmismomodo,unpueblonoesnacinporningunasuertedejustificaciones fsicas,coloresosaboreslocales,sinoporserotroenlouniversal;esdecir,portenerun destino que no es de las otras naciones. As, no todo pueblo ni todo agregado de pueblos es una nacin, sino slo aquellos que cumplen un destino histrico diferenciado en lo universal. De aqu que sea superfluo poner en claro si en una nacin se dan los requisitos de unidad degeografa,derazaodelengua;loimportanteesesclarecersiexiste,enlouniversal,la unidad de destino histrico. Los tiempos clsicos vieron esto con su claridad acostumbrada. Por eso no usaron nunca las palabras patria y nacin en el sentido romntico, ni clavaron las anclas del patriotismo en el oscuro amor a la tierra. Antes bien, prefirieron las expresiones como Imperio o servicio del rey; es decir, las expresiones alusivas al instrumento histrico. La palabra Espaa, que es por s mismo enunciado de una empresa, siempre tendr mucho ms sentido que la frase nacin espaola. Y en Inglaterra, que es acaso el pas de patriotismo ms clsico, no slo no existe el vocablo patria, sino que muy pocos son capaces de separar la palabra King (rey), smbolo de la unidad operante en la Historia, de la palabra country, referente al soporte territorial de la unidad misma. Llegamosalfinaldelcamino.Sloelnacionalismodelanacinentendidaaspuede superarelefectodisgregadordelosnacionalismoslocales.Hayquereconocertodoloque stostienendeautnticos;perohayquesuscitarfrenteaellosunmovimientoenrgico,de aspiracinalnacionalismomisional,elqueconcibealaPatriacomounidadhistricadel destino. Claro est que esta suerte de patriotismo es ms difcil de sentir; pero en su dificultad est su grandeza. Toda existencia humana -de individuo o de pueblo- es una pugna trgica entre lo espontneo y lo difcil. Por lo mismo que el patriotismo de la tierra nativa se siente sin esfuerzo, yhastaconunasensualidadvenenosa,esbellaempresahumanadesenlazarsedely superarloenelpatriotismodelamisininteligenteydura.Talserlatareadeunnuevo nacionalismoreemplazareldbilintentodecombatirmovimientosromnticosconarmas romnticas,porlafirmezadelevantarcontradesbordamientosromnticosfirmesreductos clsicos,inexpugnables.Emplazarlossoportesdelpatriotismo,noenloafectivo,sinoenlo intelectual.Hacerdelpatriotismonounvagosentimiento,quecualquieraveleidadmarchita, sino una verdad tan inconmovible como las verdades matemticas. Noporellosequedarelpatriotismoenridoproductointelectual.Lasposiciones espiritualesganadasas,enlaluchaheroicacontraloespontneo,sonlasqueluegose instalan ms hondamente en nuestra autenticidad. Por ejemplo, el amor a los padres, cuando ya hemos pasado de la edad en que los necesitamos, es, probablemente, de origen artificial, conquistadeunarudimentariaculturasobrelabarbarieoriginaria.Enestadodepura animalidad,larelacinpaterno-filialnoexistedesdequeloshijospuedenvalerse.Las costumbresdemuchospueblosprimitivosautorizabanaqueloshijosmatasenalospadres cuando stos ya eran, por viejos, pura carga econmica. Sin embargo, ahora, la veneracin a los padres est tan clavada en nosotros que nos parece como si fuera el ms espontneo de los afectos. Tal es, entre otras, la dulce recompensa que se gana con el esfuerzo por mejorar; sisepierdengoceselementales,seencuentran,alfinaldelcamino,otrostancarosytan intensos que hasta invaden el mbito de los viejos afectos, extirpados al comenzar la empresa superadora.Elcorazntienesusrazones,quelaraznnoentiende.Perotambinla inteligencia tiene su manera de amar, como acaso no sabe el corazn. (O. C., pgs. 211-216, 16 abr. 34.) La Patria es una unidad total, en que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de clase ms fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria - 16 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina es una sntesis trascendente, una sntesis invisible, con fines propios que cumplir... (O. C., pg. 66, 29 oct. 33.) Dos cosas forman una patria; como asiento fisico, una comunidad humana de existencia; como vnculo espiritual, un destino comn. Espaa carece de las dos cosas. (O. C., pg. 433, 21 mar. 35.) Nadie es uno sino cuando pueden existir otros. No es nuestra interna armadura Fsica lo quenoshaceserpersonas,sinolaexistenciadeotrosdelosqueelserpersonasnos diferencia. Esto pasa a los pueblos, a las naciones. La nacin no es una realidad geogrfica, ni tnica, ni lingstica; es sencillamente una unidad histrica. Un agregado de hombres sobre un trozo de tierra slo es nacin si lo es en funcin de universalidad, si cumple un destino propio en la Historia; un destino que no es el de los dems. Siempre los dems son quienes nos dicen que somos uno. En la convivencia de los hombres, soy el que no es ninguno de los otros. En la convivencia universal, es cada nacin lo que no son las otras. Por eso las naciones se determinan desde fuera;selasconocedesdeloscontornosenquecumplensupropio,diferente,universal destino. (O. C., pgs. 99-100, 7 dic. 33.) La Patria es el nico destino colectivo posible. Si lo reducimos a algo ms pequeo, a la casa,alterruo,entoncesnosquedamosconunarelacincasifsica;siloextendemosal universo,nosperdemosenunavaguedadinasequible.LaPatriaes,justamente,loque configura sobre una base fsica una diferenciacin en lo universal; la Patria es, cabalmente, lo que une y diferencia en lo universal el destino de todo un pueblo; es, como decimos nosotros siempre, una unidad de destino en lo universal. (O. C., pg. 507, 9 abr. 35.) Nosotros colocamos una norma de todos nuestros hechos por encima de los intereses de lospartidosydelasclases.Nosotroscolocamosesanorma,yahestlomsprofundode nuestro movimiento, en la idea de una total integridad de destino que se llama la Patria. Con ese concepto de la Patria, servida por el instrumento de un Estado fuerte, no dcil a una clase ni a un partido, el inters que triunfa es el de la integracin de todos en aquella unidad, no el momentneo inters de los vencedores. (O. C., pg. 195, 4 mar. 34.) Queremos que la Patria se entienda como realidad armoniosa e indivisible, superior a las pugnas de los individuos, las clases, los partidos y las diferencias naturales. (O. C., pg. 842, 16 ene. 36.) ESPAA COMO PATRIA Para nosotros, nuestra Espaa es nuestra Patria, no porque nos sostenga y haya hecho nacer, sino porque ha cumplido en la Historia los tres o cuatro destinos trascendentales que caracterizan la historia del mundo. (O. C., pg. 416, 10 feb. 35.) La Patria es para nosotros, ya lo habis odo aqu, una unidad de destino; la Patria no es el soportefsicodenuestracuna;porhabersostenidoanuestracunanoseralaPatrialo bastante para que nosotros la enalteciramos, porque por mucha que sea nuestra vanidad, hay que reconocer que ha habido patrias que han conocido cunas mejores que la vuestra y la ma. No es esto: la Patria no es nuestro centro espiritual por ser la nuestra, por ser fsicamente la nuestra, sino porque hemos tenido la suerte incomparable de nacer en una Patria que se llama precisamenteEspaa,quehacumplidoungrandestinoenlouniversalypuedeseguir cumplindolo. (O. C., pg. 720, 17 nov. 35.) - 17 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina ... Espaa, que no es Castilla frente a Vasconia, sino que es Vasconia con Castilla y con todos los dems pueblos que integraron Espaa, s que cumpli un destino en lo universal, y se justific en un destino con lo universal, y hall una providencia tan diligente para abastecerla de destinouniversal,queaquelmismoaode1492enquelogrEspaaacabarlaempresa universaldedesislamizarse,encontrlaempresauniversaldedescubriryconquistarun mundo. (O. C., pgina 181, 28 feb. 34.) Falange Espaola cree resueltamente en Espaa. Espaa NO ES un territorio. Ni un agregado de hombres y mujeres. Espaa es, ante todo, UNA UNIDAD DE DESTINO. Una realidad histrica. Una entidad, verdadera en s misma, que supo cumplir -y an tendr que cumplir- misiones universales. Por tanto, Espaa existe: 1.Como algo DISTINTO a cada uno de los individuos y de las clases y de los grupos que la integran. 2.ComoalgoSUPERIORacadaunodeesosindividuos,clasesygruposyanal conjunto de todos ellos. Luego Espaa, que existe como realidad distinta y superior, ha de tener sus fines propios. Son esos fines: 1. La permanencia en su unidad. 2. El resurgimiento de su vitalidad interna. 3. La participacin, con voz preeminente, en las empresas espirituales del mundo. (O. C., pg. 85, 7 dic. 33.) Espaa es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiracin contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos. (O. C., pg. 339, nov. 34.) Vosotros ya sabis cmo entendemos nosotros a Espaa. Espaa no es slo esta tierra; para los ms, escenario de un hambre de siglos. Espaa no es nuestra sangre, porque Espaa tuvo el acierto de unir en una misma gloria a muchas sangres distintas. Espaa no es siquiera este tiempo, ni el tiempo de nuestros padres, ni el tiempo de nuestros hijos; Espaa es una unidaddedestinoenlouniversal.Estoesloimportante.Esoquenosuneatodosyunia nuestrosabuelosyuniranuestrosdescendientesenelcumplimientodeunmismogran destino en la Historia. Y Espaa no ser nada mientras no recobre la conciencia y el mpetu de esa unidad perdida. (O. C., pgina 795, 22 dic. 35.) ... lo que nos enlaza es la unidad de destino, y si todos nos empeamos en que Espaa no tenga unidad de destino, en qu vamos a asegurar la permanencia de Espaa? Esto s que tendramos que hacerlo antes de meternos a dar estatutos! Dar a Espaa una gran empresa, un gran rumbo histrico! (O. C., pgs. 388-389, 30 nov. 34.) HemosempezadoporpreguntamosquesEspaa.Quinlavioantesquenosotros comounidaddedestino?...Esteconcepto...recogeyexplicatodoloinmanenteylo trascendentedeEspaa;cmoabraza,porejemplo,enunasuperiorarmona,ladiversidad regional, tan peligrosa en manos de los nacionalistas disolventes como de la gruesa patriotera - 18 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina de charanga. As, empezando por preguntarnos qu es Espaa, nos forjamos todos un sistema potico y preciso que tiene la virtud, como todos los sistemas completos, de iluminar cualquiera cuestin circunstancial. (O. C., pg. 914, abr. 36.) ...laEspaaqueacasonoexistefsicamente,peroqueexisteenloeterno,comolas verdades matemticas, y que volver a proyectarse en la Historia. (T. 1., pg. 208, 6 may. 34.) Si Espaa fuese un conjunto de cosas melanclicas, faltas de justicia y de aliento histrico, pedira que me extendieran la carta de ciudadano abisinio; yo no tendra nada que ver con esta Espaa. (O. C., pgina 858, 26 ene. 36.) UNIDAD Y VARIEDAD DE ESPAA La Falange sabe muy bien que Espaa es varia, y eso no le importa. J ustamente por eso ha tenido Espaa, desde sus orgenes, vocacin de Imperio. Espaa es varia y es plural, pero suspueblosvarios,consuslenguas,consususos,consuscaractersticas,estnunidos irrevocablemente en una unidad de destino en lo universal. No importa nada que se aflojen los lazos administrativos; mas con una condicin: con la de que aquella tierra a la que se d ms holgura tenga tan afianzada en su alma la conciencia de la unidad de destino que no vaya a usar jams de esa holgura para conspirar contra aqulla. (O. C., pgina 564, 19 may. 35.) Espaa es as, ha sido varia, y su variedad no se opuso nunca a su grandeza; pero lo que tenemos que examinar en cada caso, cuando avancemos hacia esta variedad legislativa, es si est bien sentada la base inconfundible de lo que forma la nacionalidad espaola; es decir, si estbienasentadalaconcienciadelaunidaddedestino.Estoesloqueimporta,yesmuy importante repetirlo una y muchas veces, porque en este mismo saln se ha expuesto, desde distintos sitios, una doctrina de las autonomas que yo reputo temerarias. Se ha dicho que la autonomavieneaserunreconocimientodelapersonalidaddeunaregin;queseganala autonomaprecisamenteporlasregionesmsdiferenciadas,porlasregionesquehan alcanzadolamayoradeedad,porlasregionesquepresentancaracteresmstpicos;yo agradecera -y creo que Espaa nos lo agradecera tambin a todos-que meditsemos sobre esto:sidamoslasautonomascomopremiodeunadiferenciacin,corremoselriesgo gravsimodequeesamismaautonomaseaestmuloparaahondarladiferenciacin.Sise ganalaautonomadistinguindoseconcaracteresmuyhondosdelrestodelastierrasde Espaa,corremoselriesgodequealentregarlaautonomainvitemosaahondaresas diferenciasconelrestodelastierrasdeEspaa.Poresoentiendoquecuandounaregin solicitalaautonoma,envezdeinquirirsitienelascaractersticaspropiasmsomenos marcadas,loquetenemosqueinquirireshastaqupuntoestarraigadaensuespritula conciencia de unidad de destino; que si la conciencia de unidad de destino est bien arraigada en el alma colectiva de una regin, apenas ofrece ningn peligro que demos libertades a esa regin para que, de un modo o de otro, organice su vida interna. (O. C., pgs. 384385, 30 nov. 34.) ... porque Espaa es ms que una forma constitucional; porque Espaa es ms que una circunstancia histrica: porque Espaa no puede ser nunca nada que se oponga al conjunto de sus tierras y cada una de sus tierras... ... porque nosotros entendemos que una nacin no es meramente el atractivo de la tierra donde nacimos, no es esa emocin directa y sentimental que sentimos todos en la proximidad de nuestro terruo, sino que una nacin es una unidad en lo universal, es el grado a que se remonta un pueblo cuando cumple un destino universal en la Historia. Por eso, porque Espaa cumpli sus destinos universales cuando estuvieron juntos todos sus pueblos, porque Espaa fuenacinhaciafuera,queescomoseesdeverasnacin,cuandolosalmirantesvascos recorranlosmaresdelmundoenlasnavesdeCastilla,cuandoloscatalanesadmirables - 19 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina conquistaban el Mediterrneo unidos en navesde Aragn,porque nosotros entendemos eso as,queremosquetodoslospueblosdeEspaasientan, noyaelpatriotismoelementalcon quenostiralatierra,sinoelpatriotismodelamisin,elpatriotismodelotrascendental,el patriotismo de la gran Espaa. (O. C., pgs. 109-110, 4 ene. 34.) El separatismo local es signo de decadencia, que surge cabalmente cuando se olvida que unaPatrianoesaquelloinmediato,fsico,quepodemospercibirhastaenelestadoms primitivo de espontaneidad. Que una Patria no es el sabor del agua de esta fuente, no es el color de la tierra de estos sotos: que una Patria es una misin en la Historia, una misin en lo universal. La vida de todos los pueblos es una lucha trgica entre lo espontneo y lo histrico. Los pueblos en estado primitivo saben percibir casi vegetalmente las caractersticas de la tierra. Los pueblos, cuando superan este lado primitivo, saben ya que lo que los configuran no son las caractersticas terrenas, sino la misin que en lo universal los diferencia de los dems pueblos. Cuando se produce la poca de decadencia de ese sentido de la misin universal, empiezan a florecer otra vez los separatismos, empieza otra vez la gente a volverse a su suelo, a su tierra, asumsica,asuhabla,yotravezseponeenpeligroestagloriosaintegridad,quefuela Espaa de los grandes tiempos. (O. C., pg. 190, 4 mar. 34.) En estas columnas, antes que en ningn sitio, y, fuera de aqu, por los ms autorizados de los nuestros, se ha formulado la tesis de Espaa como unidad de destino. Es decir, aqu no concebimos cicateramente a Espaa como entidad fsica, como conjunto de atributos nativos (tierra, lengua, raza) en pugna vidriosa con cada hecho nativo local. Aqu no nos burlamos de la bellalenguacatalananiofendemosconsospechasdemiramercantillosmovimientos sentimentales-equivocadosgravsimamente,perosentimentales-deCatalua.Loque sostenemos aqu es que nada de eso puede justificar un nacionalismo, porque la nacin no es una unidad fsica individualizada por sus accidentes orogrficos, tnicos o lingsticos, sino una entidad histrica, diferenciada de las dems en lo universal por una propia unidad de destino. Espaaeslaportadoradelaunidaddedestino,ynoningunodelospueblosquela integran. Espaa es, pues, la nacin, y no ninguno de los pueblos que la integran. Cuando esos pueblos se reunieron, hallaron en lo universal la justificacin histrica de su propia existencia. Por eso Espaa, el conjunto, fue la nacin. (O. C., pg. 285, 19 julio 34.) Hay que devolver a Espaa la conviccin de s misma. Tenemos que decir a los vascos que todas las proezas de sus marinos las realizaron pensando en Espaa. A los catalanes, que todas sus expediciones al Oriente las hicieron para Espaa como miembros de la Corona de Aragn. (T. 1., pg. 148, 5 nov. 33.) LOS SEPARATISMOS Elnacionalismoelevalascaractersticasnativas(lenguas,costumbres,paisajes)a esencias nacionales. Se empea en considerar que son las caractersticas nativas de lo que constituye una nacin. Y no es eso: las naciones son aquellas unidades, de composicin ms o menos varia, que han cumplido un destino universal en la Historia. Y entendida Espaa as, no puede haber roce entre el amor a la tierra nativa, con todas sus particularidades, y el amor a la Patria comn, con lo que tiene la unidad de destino. Ni esta unidad habr de descender a abolir caracteres locales, como ser, tradiciones, lenguas, derecho consuetudinario, ni para amar estas caractersticaslocaleshabrquevolversedeespaldas-comohacenlosnacionalistas-alas glorias del destino comn. Qu amor al pueblo vasco es el de esos nacionalistas que colocan el apego a la tierra sobre el orgullo de los nombres vascos que hicieron retumbar el mundo con sus empresas bajo el signo de Espaa? (T. 1., pg. 225, 15 agio. 34.) Unpuebloestotalpueblocuandohaentradoenlalaboruniversal.Ymientrasestono acontezca,aquelpuebloestsumidoenlaPrehistoria,enloinstructivo.Ahorabien,mirad - 20 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina cmo el pueblo vasco pas casi inmediatamente de su vida primitiva a una alta vida universal. Y a qu se debi tan importante suceso? De quin recibi el espaldarazo ? Lo recibi en el mismo instante que se integr en la unidad de Espaa. Por esto no quieren al pueblo vasco los que le quieren encerrar en sus bailes y en sus msicas. Toda su grandeza est en su unin a Espaa, y, por tanto, camaradas, convoquemos al pueblo vasco a esta gran empresa espaola de todos nuestros anhelos y que las clsicas caras aguileas de los hombres del Norte asomen por la borda de los gloriosos navos espaoles. (T. 1, pg. 257, 5 ene. 35.) AcasosiglosantesdequeColntropezaraconlascostasdeAmricapescarongentes vascasenlosbancosdeTerranova.Peroloshombresdeaquellosprecursoresposiblesse esfumaron en la niebla del tiempo. Cuando empieza a resonar por los vientos del mundo las eles y las zetas de los nombres vascos es cuando los hombres que las llevan salen a bordo de las naves imperiales de Espaa. En la ruta de Espaa se encuentran los vascos a s mismos. Aquellarazaesplndida,debellasmusculaturassinempleoyremotosdescubrimientossin gloria, halla su autntico destino al bautizar con nombres castellanos las tierras que alumbra y transportar barcos en hombros, de mar a mar, sobre espinazos de cordilleras. Nadie es uno sino cuando pueden existir otros. No es nuestra interna armadura fsica lo quenoshaceserpersonas,sinolaexistenciadeotrosdelosqueelserpersonasnos diferencia. Esto pasa a los pueblos, a las naciones. La nacin no es una realidad geogrfica, ni tnica, ni lingstica; es sencillamente una unidad histrica. Un agregado de hombres sobre un trozo de tierra slo es nacin si lo es en funcin de universalidad, si cumple un destino propio en la Historia; un destino que no es el de los dems. Siempre los dems son quienes nos dicen que somos uno. En la convivencia de los hombres soy el que no es ninguno de los otros. En la convivencia universal, es cada nacin lo que no son las otras. Por eso las naciones se determinan desde fuera,selasconocedesdeloscontornosenquecumplenunpropio,diferente,universal destino. AseslanacinEspaa.Sedijeraquesudestinouniversal,elqueibaadarleeltoque mgico de nacin, aguardaba el instante de verla unida. Las tres ltimas dcadas del quince asisten atnitas a los dos logros, que bastaran, por su tamao, para llenar un siglo cada uno: apenas se cierra la desunin de los pueblos de Espaa, se abren para Espaa -all van los almirantes vascos en naves de Castilla- todos los caminos del mundo. Hoy parece que quiere desandarse la Historia. Euzkadi ha votado su estatuto. Tal vez lo tenga pronto. Euzkadi va por el camino de su libertad. De su libertad? Piensen los vascos en que la vara de la universal predestinacin no les toc en la frente sino cuando fueron unos con los dems pueblos de Espaa. Ni antes ni despus, con llevar siglos y siglos hablando lengua propia y midiendo tantos grados de ngulo facial. Fueron nacin (es decir, unidad de historia diferente de las dems) cuando Espaa fue una nacin. Ahora quieren escindirla en pedazos. Vern cmo les castiga el Dios de las batallas y de las navegaciones, a quien ofende, como el suicidio, la destruccin de las fuertes y bellas unidades. Los castigar a servidumbre, porque quisieron desordenadamente una falsa libertad. No sern nacin (una en lo universal); sern pueblo sin destino en la Historia, condenado a labrar el terruo corto de horizontes, y acaso a atar las redes en otras tierras nuevas, sin darse cuenta de que descubre mundos. (O. C., pgs. 99-100, 7 dic. 33.) La vida del pueblo vasco, como la vida de todos los pueblos, es, simplemente, una pugna trgica entre lo espontneo y lo histrico; una pugna entre lo nativo, entre aquello que somos capacesdepercibirauninstintivamente,yloartificialydifcil,loingentementedifcil,quees sabercumplirenlaHistoriaundestinouniversal.Loquealospuebloslosconvierteen nacionesnosontalesocualescaractersticasderaza,delenguaodeclima;loqueaun pueblo le da jerarqua de nacin es haber cumplido una empresa universal; porque as como para ser personas y superar la cualidad nativa de individuo tenemos que ser otros, es decir, tenemos que ser distintos de los otros, tenemos que serlo en relacin con los otros, para ser - 21 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina nacintenemosqueserlodiferenciadosenlouniversal.Somosnacinentantoencuanto acometemos y logramos una empresa que no es la empresa de las dems naciones. Ahora bien, ha sido unidad en lo universal el pueblo vasco? Ha cumplido destino en lo universalelpueblovasco?Estoesevidenteques;elpueblovascohadadoalmundouna coleccin de almirantes que ellos solos son una gala para un pueblo entero; el pueblo vasco ha dadoalmundoungeniouniversalcomoIgnaciodeLoyola.Peroelpueblovascodioesos geniosalmundoprecisamentecuandoencontrsusignodenacinindestructibleunidoa Castilla. (O. C., pg. 180, 28 feb. 34.) Catalua es muchas cosas mucho ms profundamente que un pueblo mercantil; Catalua esunpuebloprofusamentesentimental;elproblemadeCataluanoesunproblemade importacin y exportacin; es un problema dificilsimo de sentimientos. Pero tambin es torpe la actitud de querer resolver el problema de Catalua reputndolo de artificial. Yo no conozco manera ms candorosa, y an ms estpida, de ocultar la cabeza bajo el ala, que la de sostener, como hay quienes sostienen, que ni Catalua tiene lengua propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada. Si esto fuera as, naturalmente, nohabraproblemadeCataluaynotendramosquemolestarnosnienestudiarlonien resolverlo;peronoesesoloqueocurre,seores,ytodoslosabemosmuybien.Catalua existe en toda su individualidad, y si queremos conocer cmo es Espaa, y si queremos dar unaestructuraaEspaa,tenemosquearrancardeloqueEspaa enrealidad nosofrece; y precisamente el negarlo, adems de la torpeza que antes os deca, envuelve la de plantear el problemaenelterrenomsdesfavorableparaquienespretendendefenderlaunidadde Espaa,porquesinosobstinamosennegarqueCataluayotrasregionestienen caractersticaspropiasesporquetcitamentereconocemosqueenesascaractersticasse justificalanacionalidad,yentoncestenemoselpleitoperdidosisedemuestra,comoes evidentemente demostrable, que muchos pueblos de Espaa tienen esas caractersticas. (O. C., pgs. 383-384, 30 nov. 34.) Tena vivos deseos de presentarme en un acto de propaganda en Barcelona. Catalua ha sido maltratada, tanto por los que se han esforzado en sustituir su sentido imperial como por la estupidezdelosque,viendoslounfenmenolocalista,hancreadounseparatismolocal. Comprendo lo que ocurre a los catalanes y les aconsejo que se sobrepongan a su fuerza de captacin para pedir un puesto en la misin de destino en lo universal, que se llama Espaa. (T. L, pg. 295, 30 mayo 35.) Vosotros habitis en una tierra que linda con otra donde brota la hierba del separatismo, la tierrahermanadeCatalua,laquenosotrosqueremosreintegraralosdestinosnacionales espaoles.EnpresenciadelprocesoespiritualdeCatalua,queamuchoshizoalejarsedel patriotismo por el camino atormentado del odio, la Falange hace saber que confa no en una unidad territorial o racial, sino en una gran unidad de destino. La labor de la Falange est en unirunoaunotodoslosdestinosdeEspaa.PeroaEspaahayqueverlasobriamente, exactamente; mucho cuidado con invocar el nombre de Espaa para defender unos cuantos negocios, como los intereses de los bancos o los dividendos de las grandes empresas. (O. C., pg. 857, 26 ene. 36.) NoolvidemoslaHistoria:elcatalanismonacepolticamentecuandoEspaapierdesus colonias;esdecir,cuandolosfabricantesbarcelonesespierdensusmercados.Noseoculta entonces a su pausada agudeza que es urgente conquistar el mercado interior. Tampoco se nosocultaquesusproductosnopuedendefenderseenunacompetenciapuramente econmica.HayqueimponerlospolticamentealrestodeEspaa.Ynadamejorpara imponerlos que blandir un instrumento de amenaza al mismo tiempo que de negociacin. Ese instrumento fue el catalanismo. Eso que antes era viejo poso sentimental, expresado en usos y bailes,fuesometidoaunconcienzudocultivoderencor.Elalmapopularcatalana,fuertey - 22 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina sencilla, fue llenndose de rencor. Aridos intelectuales compusieron un idioma de laboratorio sin ms norma fija que la de quitar toda semejanza con el castellano. Catalua lleg a estar crispada de hostilidad para con el resto de la Patria. Y esta crispacin era invocada por sus hombresrepresentativosencuantollegabalahoradenegociarunnuevoarancel.Los representantes de la burguesa catalana alquilaban sus buenos oficios apaciguadores del furor popular a cambio de obtener tarifas aduaneras ms protectoras. Estehasidoeltortuosojuegodelcatalanismopolticodurantetreintaaos.Loqueen Cataluafermentabacomoexpresindeunamilenariamelancolapopular,enMadridse negociabacomounobjetodecompraventa.Elcatalanismoeraunaespeculacindelaalta burguesa capitalista con la sentimentalidad de un pueblo. TIERRA DE ESPAA Circula la leyenda de una Galicia dbil y sentimental, y los que cultivan esa nota quieren inculcarenelpuebloeldesmayoylalanguidezqueempiezayaamanifestarseenuna tendencia contraria a la Espaa nica. Vosotros,alejadosdeesatendencia,soislaGaliciafuerte,ladelosvinostambinde fuertes soleras, como los caldos andaluces. Quien la diga dbil, olvida que de aqu salan sus hombres para Amrica, donde, despus de luchar por medio del trabajo, vuelven con grandes capitales; y vuelven al solar de origen, dondeencuentranmujeresfuertestambin,quealafortalezadesuespritusabenunirel sentimiento delicado que se refleja en los versos incomparables de vuestra Rosala. (T. 1, pg. 43, 4 sep. 30.) Tal vez sepas que he estado en Cceres. He hecho, poco ms o menos, tu recorrido: de Avila a Cceres, aunque mi camino haya dado grandes rodeos. vila a Cceres! Por primera vez me he dado cuenta, al acompaarte imaginariamente en el camino, de que ese trayecto es, talvez,elejedeEspaa.PorahtrashumabanlosganadoscuandoEspaaeratodava ganadera, que es cuando aprendi a ser descubridora y militar. (T. 1, pg. 470, 20 ene. 36.) Tenemos mucho que aprender de esta tierra y de este cielo de Castilla los que vivimos a menudo apartados de ellos. Esta tierra de Castilla, que es la tierra sin galas ni pormenores; la tierra absoluta, la tierra que no es el color local, ni el ro, ni el lindero, ni el altozano. La tierra quenoes,nimuchomenos,elagregadodeunascuantasfincas,nielsoportedeunos interesesagrariospararegateadosenasambleas,sinoqueeslatierra;latierracomo depositaria de valores eternos, la austeridad en la conducta, el sentido religioso en la vida, el habla y el silencio, la solidaridad entre los antepasados y los descendientes. Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto. El cielo tan azul, tan sin celajes, tan sin reflejos, verdosos de frondas terrenas, que se dijera queescasiblancodepuroazul.YasCastilla,conlatierraabsolutayelcieloabsoluto mirndose, no ha sabido nunca ser una comarca; ha tenido que aspirar, siempre, a ser Imperio. Castilla no ha podido entender lo local nunca; Castilla slo ha podido entender lo universal, y por eso Castilla se niega a s misma, no se fija en dnde concluye, tal vez porque no concluye, nialoanchonialoalto.AsCastilla,esatierraesmaltadadenombresmaravillosos-Tordesillas,MedinadelCampo,MadrigaldelasAltasTorres-,estatierradechancillera,de ferias y castillos, es decir, de justicia, milicia y comercio, nos hace entender cmo fue aquella Espaa que no tenemos ya, y nos aprieta el corazn con la nostalgia de su ausencia. (O. C., pginas 189-190, 4 mar. 34.) ENTRAA Y ESTILO Entraa y estilo, he ah lo que compone a Espaa. - 23 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina LatragediadeEspaaacasohayaconsistidoenquesusentraasysuestilofueron separadosporlacapafalsa,chabacana,decadente,delocastizo.Locastizonoeslo popular.Espopular,ritualyprofunda,comodecaRafaelSnchezMazas,latradicinde natalicios, lunas de miel, hogares e instituciones que este caf de San Isidro y esta calle de Toledonosrecuerdan;peronoespopularaquelMadriddeFornosylacuartadeApolo,ni aquel provincianismo de tute y achicoria y ese cante flamenco que se pronuncia en andaluz y ha sido inventado entre Madrid y San Martn de Valdeiglesias. (O. C., pgs. 417418, 24 feb. 35.) Estas dos cosas L la firmeza del estilo y el sentido imperial en la conducta] son las que han hecho grande a Espaa en sus tiempos de gloria. Cuando han faltado, como ahora, al pas le entr un tedio insoportable, una desgana pesimista, que se meti por las rendijas de su alma, haciendodudardesudestinoaunpueblotanmagnficocomoelespaol.Ahoraest ocurriendo eso, y de ah que hayamos venido nosotros para recobrar al servicio de Espaa su estilo impecable y su mpetu imperial. (O. C., pg. 413, 10 feb. 35.) ESPAA ES IRREVOCABLE Espaa es irrevocable. Los espaoles podrn decidir acerca de cosas secundarias; pero acercadelaesenciamismadeEspaanotienennadaquedecidir.Espaanoesnuestra, como objeto patrimonial;-nuestra generacin no es duea absoluta de Espaa: la ha recibido delesfuerzodegeneracionesygeneracionesanterioresyhadeentregarla,comodepsito sagrado, a las que la sucedan. Si aprovechara este momento de su paso por la continuidad de lossiglosparadividiraEspaaenpedazos,nuestrageneracincometeraparaconlas siguientes el ms abusivo fraude, la ms alevosa traicin que es posible imaginar. Lasnacionesnosoncontratos,rescindiblesporlavoluntaddequieneslosotorgan:son fundaciones, con sustantividad propia, no dependientes de la voluntad de pocos ni de muchos. (O. C., pg. 286, 19 julio 34.) PECULIARIDAD DE ESPAA Estamos precisamente convencidos de que Espaa, aunque no sea ni mejor ni peor que lasdemsnaciones,desdeluegoesdistinta.Tienecaractersticasmuyacusadas,quees preciso respetar si no se quiere ir al fracaso, pero sera necio el luchar contra la naturaleza. Por otra parte, la tradicin espaola es demasiado fuerte y rica, y nosotros no vamos a cometer el desatino de desaprovechar esas existencias y lecciones de la tradicin. Nuestro pas ha vivido anteriormentemuchasexperienciassociales,polticasyeconmicasquehoyenelmundo empiezanareivindicarse.TenemosennuestraHistoriaejemplosdelegislacinagrariay ganaderaquepuedehoymismoaplicarseconfelizeficacia,ascomolaorganizacinpor gremios y oficios, y los fueros municipales, y los montes y bienes comunales, y la mesta, y tantasotrascostumbresquenacieronyprosperaronaimpulsodelanecesidadpropiay caractersticas de la raza. En fin, pretendemos ser muy antiguos, y muymodernos... Creo que es una aspiracin muy legtima y fcil de comprender. (T. I., pg. 262, 9 ene. 35.) ESPAA, PERMANENTE QUEHACER Una nacin es siempre un quehacer, y Espaa de singular manera. O la ejecutora de un destino en lo universal o la vctima de un rpido proceso de disgregacin. Qu quehacer, qu destino en lo universal asignan a Espaa los que entienden sus horas decisivas con criterio de ave domstica bajo la amenaza del gaviln? (O. C., pgs. 839-840, 16 enero 36.) Espaatieneeldestinodenopoderdormirseparapoderserunanacin.Esalgo gloriosamente trgico. Espaa necesita resolver el sentido de su destino, unir en una ambicin comn y en un esfuerzo nacional la variedad disgregatoria de los pueblos que la forman. (U. H., pginas 74-75, 13 ago. 34.) - 24 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina JUSTIFICACION DE ESPAA Por eso soy de los que creen que la justificacin de Espaa est en una cosa distinta; que Espaanosejustificaportenerunalengua,niporserunaraza,niporserunacervode costumbres, sino que Espaa se justifica por una vocacin imperial para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres en un destino universal; que Espaa es mucho msqueunarazayesmuchomsqueunalengua,porqueesalgoqueseexpresadeun modo del que estoy cada vez ms satisfecho, porque es una unidad de destino en lo universal. (O. C., pg. 384, 30 nov. 34.) GLORIA DE ESPAA ...elImperioespaoljamsfueracista;suinmensagloriaestuvoenincorporaralos hombres de todas las razas a una comn empresa de salvacin. (T. 1, pg. 141, 23 oct. 33.) ... Espaa tuvo el acierto de unir en una misma gloria a muchas sangres distintas. (O. C., pg. 795, 22 dic. 35.) ExplicacmonuestroImperiohadeserpreferentementeespiritual,pueshoytodaslas tierras del mundo tienen dueo y toda conquista sera un expolio y un robo a la vez. Pero que el terrenodelespritunoestacotado,ydeahscabellevarlasconquistasalmximoy organizarse, perfeccionarse y elevarse sobre los dems e imperar incluso sobre ellos. (U. H., pg. 93, 17 mar. 35.) PorsusentidodeCATOLICIDAD,deUNIVERSALIDAD,ganEspaaalmaryala barbariecontinentesdesconocidos.Losganparaincorporaraquienesloshabitabanauna empresa universal de salvacin. (O. C., pgina 92, 7 dic. 33.) REPUDIO DEL NACIONALISMO PoresonosotrosnossentimosunidosindestructiblementeaEspaa,porquequeremos participarensudestino;ynosomosnacionalistas,porquesernacionalistasesunapura sandez;esimplantarlosresortesespiritualesmshondossobreunmotivofsico,sobreuna meracircunstanciafsica;nosotrosnosomosnacionalistas,porqueelnacionalismoesel individualismo de los pueblos; somos, ya lo dije en Salamanca otra vez somos espaoles, que es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en el mundo. (O. C., pg. 720, 17 nov. 35.) Poresonopodemossernacionalistasalamaneraestrechaymezquinadeesos nacionalismos pequeos que representan un retorno a la prehistoria. (O. C., pg. 416, 10 feb. 35.) AMBICION HISTORICA QueremosqueEspaarecobreresueltamenteelsentidouniversaldesuculturaydesu Historia. (O. C., pg. 67, 29 oct. 33.) LaPatriaesunamisin.SisituamoslaideadePatriaenunapreocupacinterritorialo tnica, nos exponemos a sentirnos perdidos en un particularismo o regionalismo infecundo. La Patria tiene que ser una misin. No hay continentes ya por conquistar, es cierto, y no puede haber ilusiones de conquista. Pero va caducando ya en lo internacional la idea democrtica que - 25 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina brind la Sociedad de las Naciones. El mundo tiende otra vez a ser dirigido por tres o cuatro entidades raciales. Espaa puede ser una de estas tres o cuatro. Est situada en una clave geogrfica importantsima, y tiene un contenido espiritual que le puede hacer aspirar a uno de esos puestos de mando. Y eso es lo que puede propugnarse. No ser un pas mediana; porque o se es un pas inmenso que cumple una misin universal, o se es un pueblo degradado y sin sentido. A Espaa hay que devolverle la ambicin de ser un pas director del mundo. (O. C., pg. 165, 16 feb. 34.) Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histrica de Espaa es el Imperio. Reclamamos para Espaa un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatizacin extranjera. (O. C., pg. 339, nov. 34.) RespectodelospasesdeHispanoamrica,tendemosalaunificacindecultura,de intereseseconmicosydepoder.Espaaalegasucondicindeejeespiritualdelmundo hispnico como ttulo de preeminencia en las empresas universales. (O. C., pg. 339, nov. 34.) Amricaes,paraEspaa,noslolaanchuradelmundomejorabiertaasuinfluencia cultural,sino,comodicenlospuntosinicialesdelaFalange,unodelosmejoresttulosque puede alegar Espaa para reclamar un puesto preeminente en Europa y en el mundo. Todo esfuerzopormantenertensosloshilosencomunicacinconAmricadeberanparecernos escasos,sobretodocuandolainfluenciaespaolarieallconlacompetenciadetantos influjos organizados e inteligentes. (O. C., pgina 527, 18 abr. 35.) TenemosqueesperarenunaEspaaqueotravezimpere.Yanohaytierrasque conquistar, pero s hay que conquistar para Espaa la rectora en las empresas universales del espritu. Pensad que esta tierra de Toledo asent en otros das la capital del mundo; que desde aqu,desdeestaCastillaquenuncahavistoelmar,setrazabanlasrutasdelocanoyse promulgaban leyes para continentes lejanos. (O. C., pgina 177, 25 feb. 34.) Porel[postuladonacional]seaspiraapotenciarelvalornacionaldeEspaa,noconel criterio de idolatra de las entidades naturales que informan a los partidos nacionalistas, sino conelcriterioqueaspiraaperpetuarenEspaalarepresentacinhistricadeunsentido universaldelavida,queesloqueseexpresmstardeconlapalabraImperio,vocablo doctrinalmente alusivo a toda aspiracin poltica de alcance y validez universal. (F. a F., pg. 168, 17 nov. 36.) ESPAA LIMPIA, ALEGRE Y FALDICORTA Queremos que se nos devuelva el alegre orgullo de tener una Patria. Una Patria exacta, ligera,emprendedora,limpiadechafarrinoneszarzuelerosydemuchasroas consuetudinarias. No una Patria para ensalzada en gruesas efusiones, sino para entendida y sentida como ejecutora de un gran destino. (O. C., pg. 841, 16 ene. 36.) LaFalangequiereunaEspaaalegreyfaldicorta.(J osAntonio.Biografa,F.X.de Sandoval, 2.a ed., pg. 601.) ESPAA: NO INVOCAR SU NOMBRE EN VANO PeroaEspaahayqueverlasobriamente,exactamente;muchocuidadoconinvocarel nombre de Espaa para defender unos cuantos negocios, como lo intereses de los bancos o los dividendos de las grandes empresas. (O. C., pg. 857, 26 ene. 36.) - 26 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Cuando hablamos de la Patria, no hay en nuestra boca una bandera contrabandista ms; ya sabis para cuntas cosas se emplea el nombre de la Patria. (O. C., pg. 856, 26 ene. 36.) Espaa, no como vana invocacin de falsas cosas hinchadas, sino como expresin entera de un contenido espiritual y humano: la Patria, el pan y la justicia. (O. C., pg. 841, 16 ene. 36.) La bandera de lo nacional no se tremola para encubrir la mercanca del hambre. Millones deespaoleslapadecenyesde primeraurgenciaremediarla.Paraellohabr quelanzar a toda mquina la gran tarea de la reconstruccin nacional. (O. C., pg. 928, 4 may. 36.) Frente a la antipatria, hecha mito actuante, no puede alzarse ms que la empresa limpia de laPatria.LaPatriasinsegundaidea,contodoloquetienededirectamenteatractivo,pero, justamente, con todo lo que exige de abnegado. La Patria de todos, no la de los privilegiados. La Patria fuerte y unida y militante y justa. La que soamos para el esfuerzo y para la muerte los que formamos la Falange. (T. 1., pgina 197, 22 feb. 34.) No se puede ensalzar a la Patria y sentirse exento de sus sacrificios y de sus angustias; no se puede invitar a un pueblo a que se enardezca con el amor a la Patria si la Patria no es ms que la sujecin a la tierra donde venimos padeciendo desde siglos. No se puede invocar a la Patria y gritarnos ahora, en la ocasin difcil: Que se nos hunde la Patria! Que perdemos los mejores valores espirituales!, cuando quienes lo dicen nos han puesto en esta coyuntura, en este inminente peligro, por no votar un aumento de impuestos sobre los bancos y las grandes fortunas. (O. C., pg. 796, 22 dic. 35.) ESPAA: DE TODOS Y PARA TODOS La Espaa que propugnamos no ser de la clase ms fuerte. Ser la de todos. Y en ella no se podr ir a los jornales de hambre ni a la holganza. (T. 1., pg. 148, 5 nov. 33.) Hayquienessuponen queelmovimientonuestroesun ataque;queluchamosporquela burguesa se encuentra en peligro y tenemos que defenderla, pero no; lo que queremos es que todos los del pueblo participemos de nuestra Patria grande, de nuestra Patria noble, de nuestra Patrianica,yqueconnuestroesfuerzopodamossacarlaaflote,corriendotodoslamisma suerte, a semejanza de los que caminan en un barco, que, si ste naufraga, pierden todos la vida, y si alguno consiguiese llegar a puerto seguro, todos llegarn con l a ese puerto seguro. A eso venimos nosotros. A devolveros la fe para esta empresa comn en que todos somos lo mismo. (O. C., pg. 153, 4 feb. 34.) PensadquelaPatriaesungranbarcodondetodosdebemosremar,porquejuntosnos hemos de salvar o juntos pereceremos. (O. C., pgina 883, 8 feb. 36.) Entonces,estadseguros,porejemplo,losobreros,dequenoseransojuzgadosporla tiranadelosricosqueofrecencondicionesdurasdicindoosqueoselevanalaredencin, porqueesaEspaa,nuestraEspaanica,nosdiracadacualnuestrodeberynuestro sacrificio, y en nombre de Espaa se gobernar, no para la clase ms fuerte ni para el partido mejororganizado,sinoparatodoslosespaoles,yhemosdesalvarnosjuntosohemosde perecer juntos. (O. C., pgs. 76-77, 12 nov. 33.) - 27 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina La revolucin hemos de hacerla todos juntos, y as nos traer la libertad de todos, no la de laclaseoladelpartidotriunfante:nosharlibresatodosalhacerlibreygrandeyfuertea Espaa. Nos har hermanos al repartir entre todos la prosperidad y las adversidades, porque noestaremosunidosenlamismahermandadmientrasunoscuantostenganelprivilegiode poder desentenderse de los padecimientos de los otros. (O. C., pg. 177, 25 feb. 34.) Nuestrotriunfonosereldeungruporeaccionario,nirepresentarparaelpueblola prdida de ninguna ventaja: al contrario: nuestra obra ser una obra nacional, que sabr elevar las condiciones de vida del pueblo -verdaderamente espantosas en algunas regiones- y le har participar en el orgullo de un gran destino recobrado. (O. C., pgina 952, 17 jul. 36.) No hay ms que un camino: nada de derechas ni de izquierdas; nada de partidos: un gran movimiento nacional, esperanzado y enrgico, que se proponga como meta la realizacin de una Espaa grande, libre y unida. De una Espaa para todos los espaoles, ni mediatizada por poderes extranjeros, ni dominada por el partido o la clase ms fuerte. Hace falta un movimiento nacional nutrido, adems, del viejo temple heroico de Espaa. Un granmovimientoquenotolerelasprovocacionesdeinsolenciarojaniasistaimpasibleal asesinatodesusmilitantes,comoasisten,dbiles,lospartidosllamadosdeordenylas asociaciones profesionales en que estis inscritos. Un gran movimiento nacional que aspire a refundirdenuevoesemismotempleheroicodelaPatriaentera,llamadaotravez,silo queremos firmemente, a realizar gloriosos destinos. (O. C., pgs. 754-755, 5 dic. 35.) No cabe convivencia fecunda sino a la sombra de una poltica que no se deba a ningn partido ni a ninguna clase; que sirva nicamente al destino integrador y supremo de Espaa; que resuelva los problemas entre los espaoles sin otra mira que la justicia y la convivencia patria. (O. C., pg. 320, nov. 34.)

- 28 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina Dolor de Espaa EL NO DIJ O: ESPAA ESTA HERMOSA -PUES NO SABIA MENTIR-. NI DIJ O: HE AQUI UNA HERMOSA RUINA -QUE NO SUPO LLORAR-. MAS DIJ O: MIRAD COMO ESTA PATRIA QUE ES HERMOSA, ESTA CORROMPIDA. PUES CON NINGUNA SANGRE SEA LAVADA SI NO ES LA NUESTRA. Manuel Augusto G. VIOLAS. ESPAA EN RUINAS As resulta que cuando nosotros, los hombres de nuestra generacin, abrimos los ojos, nos encontramos con un mundo en ruina moral, un mundo escindido en toda suerte de diferencias; yporloquenostocadecerca,nosencontramosunaEspaaenruinamoral,unaEspaa dividida por todos los odios y por todas las pugnas. (O. C., pg. 64, 29 oct. 33.) Espaa, desde hace mucho tiempo, lleva una vida chata, una vida pobre, una vida triste, oprimidaentredoslosasquetodavanohaconseguidoromper:porarriba,lafaltadetoda ambicin histrica, la falta de todo inters histrico; por abajo, la falta de una profunda justicia social. (O. C., pg. 247, 6 jun. 34.) LA TIERRA SEDIENTA Este suelo nuestro, en que se pasa del verano al invierno sin otoo ni primavera; este suelo nuestro, con los montes sin rboles, con los pueblos sin agua ni jardines; este suelo inmenso, donde hay tanto que hacer y sobre el que se mueren de hambre setecientos mil parados y sus familias, porque no se les da nada en que trabajar; este suelo nuestro, en el que es un conflicto quehayaunacosechabuenadetrigo,cuando,conserelpanelnicoalimento,comenlas gentes menos pan que en todo el occidente de Europa; este pueblo nuestro necesita que se hiciera la transformacin ms de prisa que en ninguna parte. (O. C., pginas 563-564, 19 may. 35.) Las tierras de Espaa... no pueden vivir decorosamente. Hay tierras espaolas donde cada semilla da tres o cuatro, y de stas hay que entregar una al usurero, y con las otras dos vive el labrador en una miseria que pasa de padres a hijos. No se puede vivir como se vive en muchos pueblos espaoles de tierra estril, donde las gentes se tienen que refugiar en el interior de ella. (O. C., pg. 858, 26 ene. 36.) Granpartedelatierraespaola,ancha,triste,seca,destartalada,huesuda,comosus pobladores,parecenotenerotrodestinoqueeldeesperaraqueesoshuesosdesus habitantes se le entreguen definitivamente en la sepultura. (O. C., pg. 563, 19 may. 35.) Nosotros hemos tenido ocasin de comprobar este estado de desdicha de nuestro pueblo al recorrer da tras da las tierras de Espaa. Nosotros hemos visto en la provincia de Len, dondeelclimaesduro,noesteclimadulceysuavedeMlaga,alasgentescobijadasen agujeros bajo la tierra, en montones de tierra ahuecados para que les sirviera de refugio. Vosotros habris visto, como lo hemos visto nosotros, al hombre trabajando de sol a sol por un plato de gazpacho, y habris descubierto en los confines de los pramos espaoles gentes con ojos ilusionados, como en los mejores tiempos, capaces de toda empresa, vivir una vida miserableydolorosa.Laexistenciadeesaspobresgentespondralospelosdepuntasila viramos aplicada a los animales domsticos. (O. C., pginas 623-624, 21 jul. 35.) - 29 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina EL HAMBRE DEL PUEBLO El hambre del pueblo: he aqu otra angustia apremiante y a la que Espaa puede poner remedio.Lagrantareadenuestrageneracinconsisteendemostrarelsistemacapitalista, cuyas ltimas consecuencias fatales son la acumulacin del capital en grandes empresas y la proletarizacin de las masas. (O. C., pg. 848, 19 ene. 36.) ... no queremos que nuestros hijos sientan oprobio al saber que hay hombres que trabajan desolasolporunplatodegazpachoyquemuchosespaolesvivencomocerdos.(O.C., pgs. 626-627, 21 jul. 35.) El asiento fsico de Espaa, de la comunidad de espaoles, es absolutamente indefendible. Tenemos un territorio enorme en el que hay muchsimo que hacer, y, sin embargo, millones de habitantesvivenpeorqueloscerdosenlascochiqueras.Noyalosparadosdeltodo,esos setecientosmilespaolescuyaexistenciaesunmilagro,sinolospequeoslabradores, arrendatariosopropietariosdeminifundios,querecogenalaoveinteotreintafanegasde trigo,yloscampesinosandaluces,quecobranalaocienjornales,yloshabitantesenlos suburbiosdelamismacapital,hacinadosencasasinfectas,enquelosmsrudimentarios servicios higinicos se comparten entre cuarenta familias. Esto, mientras se engordan armeros, intermediarios,administradores,banqueros,propietarios,rentistas,consejerosdegrandes empresas y toda esa muchedumbre ociosa que parece ser el remate de un pas apopljico de gran capitalismo, y no la dorada envoltura de nuestra pobre, y ancha, y esquilmada Espaa. Sobreesabaseeconmicaestasentadoel puebloespaol.Yqumisincolectivalo mantieneunido?Nadielosabe.Poreso,menoscadavezpiensanadieenremediarsumal remediando a Espaa, sino escaparse del mal comn lo mejor que pueda. Cada clase por su lado, insolidaria con las dems. Cada regin, cada comarca, por su lado. Como en un barco que zozobra, todos parecen haber odo la voz de slvese el que pueda. Cuando lo que hay que salvar es el barco. (O. C., pgs. 433-434.) Mientras millones de familias espaolas vivan miserablemente, no puede ni debe haber paz en Espaa. Lo interesante es incorporar el inters de esos millones de familias al inters total de Espaa, en vez de acorralarlos en la desesperacin anrquica y antinacional. (O. C., pginas 346-347, 11 nov. 34.) No dejaremos de gritarlo en ningn nmero: hay setecientos mil espaoles en paro forzoso; haysetecientosmilespaolesquecomendemilagro.CmopuedehaberParlamento, Gobierno ni partidos que vivan en paz mientras esa trgica llaga sigue abierta al costado de nuestro pueblo? (O. C., pg. 459, 28 mar. 35.) Espaa,quetieneunasuperficiesobradaparapodersostenercuarentamillonesde habitantes, por una distribucin absurda de la propiedad territorial y por un retraso inconcebible enlasobrasderiego,mantieneunrgimenenquedosmillonesdefamilias,porlomenos, vivenencondicionesinferioresaladelosanimalesdomsticosycasialadelosanimales salvajes. Yo soy, por ejemplo, diputado por una provincia andaluza; en el perodo electoral tuve que ir a un pueblo que se llama Prado del Rey con mi compaero Francisco Moreno; cuando llegamosaaquelpueblo,dondecreoquejamssehabaaventuradonadie,nisiquieraen trance de propaganda electoral, diluviaba. Las calles eran una especie de torrenteras sobre las cualesseabranunoscubilesinferioresaloscubilesdondesealojaalasbestiasenlas granjas. Haba gentes all que no tenan la menor noticia de lo que era la cultura, la convivencia humana, la comodidad, ni la sanidad. Como era un da crudo, nosotros bamos en automvil, y, como es natural, llevbamos nuestros abrigos. Cuando intentamos hacer propaganda electoral, - 30 - Jos Antonio testimonio- Adriano Gmez Molina lasgentesdePradodelReysalierondesuscasasynosempezaronatirarpiedras.Yoos aseguro que en lo profundo de mi corazn deseaba que no me diera en la nuca ninguna; pero osaseguroqueenloprofundodemicoraznreconocaquenosotros,quebamosen automviles,quellevbamosabrigosrelativamenteagradables,suscitbamostodaslas disculpas para que aquella gente de Prado del Rey nos tirase en la nuca todas sus piedras. (O. C., pgs. 246-247, 6 junio 34.) El pueblo espaol no tiene pan. Hay muchedumbre de parados. En los suburbios y en los camposvivenmuchos-hombrespeorquelasbestias.Haymultitudescondenadasaaraar tierras estriles, que les dan cuatro semillas por una. De estas cuatro semillas todava una es paralatierrayotraparaelusurero.EnestamismaprovinciadeAvilahaypueblosque pertenecen a una sola propiedad. Los habitantes de esos pueblos, a los que puede desahuciar elpropietarioencualquiermomentodemalhumor,sabenqueeldesahucioequivaleaun destierro del mundo. (O. C., pgs. 837-838, 11 ene. 36.) Nuestra modesta economa est recargada con el sostenimiento de una masa parasitaria insoportable:banquerosqueseenriquecenprestantoainterscaroeldinerodelosdems; propietarios de grandes fincas que, sin amor ni esfuerzo, cobran rentas enormes por alquilarlas; consejeros de grandes compaas diez veces mejor retribuidos que quienes con su esfuerzo lassacanadelante;portadoresdeaccionesliberadasaquieneslasmsdelasvecesse retribuye a perpetuidad por servicios de intriga; usureros, agiotistas y correveidiles. Para que esta gruesa capa de ociosos se sostenga, sin aadir el ms pequeo fruto al esfuerzo de los otros, empresarios, industriales, comerciantes, labradores, pescadores, intelectuales, artesanos yobreros,agotadosenuntrabajosinilusin,tienenquesustraerraspadurasasusparvos mediosdeexistencia.As,elniveldevidadetodaslasclasesproductorasespaoles,dela clasemediaydelasclasespopulares,esdesconsoladoramentebajo;paraEspaaesun problema el exceso de sus propios productos, porque el pueblo espaol, esquilmado, apenas consume. (O. C., pg. 842, 16 enero 36.) Espaa es un pas bronco y desrtico, tierra partida entre unos millones de proletarios, a menudo rugientes de hambre y de clera, y unos millares de beatis possidentibus. (T. I., pg. 177, 18 ene. 34.) Tal es el panorama de Espaa: un Gobierno centro que languidece en su consuncin; unas derechas faltas de fe y de empuje; unas izquierdas antina