Últimas tendencias en la ficción televisiva anglosajona

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  • 8/8/2019 ltimas tendencias en la ficcin televisiva anglosajona

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    U N I V E R S I D A D D E N AVA R R A4 f a c u l t a d d e c o m u n i c a c i n

    PERSPECTIVASDEL MUNDO DE LACOMUNICACINn49 nov iembre /d ic i embre 2008

    ltimas tendencias en la ficcintelevisiva anglosajona

    Pero no solo de actores conocidosvive la televisin. Directores de re-nombre estn ampliando sus cola-boraciones con la pequea panta-lla. Spielberg ya asombr con laproduccin deHermanos de sangre y vuelve a intentarlo conThe United States of Tara; Rodrigo Garca es elpadre deEn Terapia; Martin Scorse-se se ha unido a la HBO para sacaradelanteBoardwalk Empire , un rela-to sobre la mafia de los aos 20 enAtlantic City; Lasse Halstrm est alfrente del polica inmortal deNew Amsterdam; Tarantino dirigi el epi-sodio doble que cerraba la quintatemporada deCSI Las Vegas y se ru-morea su plena participacin en unnuevo serial. Sin duda, la tendenciase extiende y ya no es solo algnfrancotirador como el David Lynchde Twin Peaksquien se atreve aadentrarse en la pequea pantalla.

    Innovacin narrativaLa televisin contempornea tam-bin cuenta las mejores historias.No es la primera vez que los crti-cos aluden, por ejemplo, a los cre-adores deThe Wire como el relevoaudiovisual de los literatos del XIX.Dickens en versin catdica, conBaltimore y el narcotrfico sustitu- yendo al Londres victoriano. Esa

    gran tragedia americana contadaen cinco temporadas y 60 episo-dios compone un fresco social delas miserias de nuestra sociedad,desde el crimen organizado al ca-taclismo educacional, pasando porla tica periodstica o la corrupcinde la clase poltica.The Wire re-sulta atractiva no solo por lo quecuenta, sino por cmo lo cuenta. Si-mon y Burns, sus creadores, hanoptado por incluir tiempos muertos,investigaciones fallidas, finalesabiertos y una ingente cantidad de

    caracteres para convertir la seriali-dad en uncontinuumnarrativo quehace de la obra una autntica no-vela-ro visual.

    No es slo una moda; dura ya de-masiado para serlo. La televisinanglosajona sigue apostando poracariciar la inteligencia del pblicomediante la sutilidad de los guiones y el brillo de la puesta en escena.Si la crtica mundial y los ndicesde audiencia empuj al altar se-ries comoLos Soprano , A dos me- tros bajo tierra, Seinfeld , The Office o El Ala Oeste , hoy da se puedenseguir encontrando numerosas pro-puestas de sobresaliente calidad.S es cierto que en Espaa laseria- lidad anglosajona no es todava unproducto masivo. Tan solo la fran-quicia deCSI o la acidez deHou- se pueden competir con soltura enhorario deprime-time . El resto en-cuentra su nicho de mercado en ca-

    nales especializados (FOX, Ca-nal+) o en las ediciones en DVDque ya cuentan con un espacio pro-pio en cada tienda. Pero, sobre to-do, la boga actual de las seriesproviene de las redes P2P y las des-cargas de Internet, que estn confi-gurando un pblico fiel aunque muydifcil de medir.Ante este xito global, las tenden-cias de la ltima ficcin anglosajo-na pueden resumirse en tres carac-tersticas: un excelente nivel de pro-duccin, la constante renovacinnarrativa y la ambigedad moral.Cine hecho en televisinLos primeros compases de la mini-serie John Adamsno tienen nadaque envidiar a una produccinhollywoodiense de poca. El perso-naje interpretado por una estrella dela talla de Paul Giamatti vuelve enun ambiente nevado a su casa deNueva Inglaterra. Iluminacin exqui-sita, ambientacin y vestuario die-ciochesco, msica pica, exteriores

    difciles Todos los elementos ne-cesarios para que el espectadorcontemple un espectculo visualdesde el saln de su casa. Y es que

    ya no hay recreaciones histricasque se resistan a la pequea panta-lla: la imperialRoma, el sucio Oes-te enDeadwood , la Amrica pro-fundarooseveltianaen Carnivle ,los elegantes sesenta de los publici-tarios deMad Men, los floreadossetenta enSwingtown y en la ver-sin americana deLife on MarsSi acudimos al presente, el lujo demedios se aprecia en muchosthri- llersque se empean en dejar sinaliento al espectador. Casos para-digmticos seran el explosivo ini-cio de la quinta temporada de24o el trepidante debut con catstro-fe area incluida deFringe . El al-to nivel de produccin posibilitatambin que la ciencia ficcincuente cada vez con productos demejor acabado tcnico, que permi-ten los efectos especiales continuosen propuestas comoStargate Atlan- tis, Battlestar Galacticao la popu-larHroes.La disposicin de medios y el xitode las series han servido de recla-mo para que muchos actores y di-rectores pilares del cine comer-cial recorran el camino de vuelta.La televisin ha dejado de ser untrampoln para convertirse en pistade aterrizaje. Glenn Close, por

    ejemplo, ha colocado a Patty He-wes el centro gravitatorio deDa- os y perjuicios en la cima de susgrandes interpretaciones. No cons-tituye un caso aislado. Muchasotras celebridades compatibilizanpequea y gran pantalla: las osca-rizadas Sally Field, Dianne Wiest,Anna Paquin y Holly Hunter; DannyDe Vito, Bill Paxton, Martin y Char-lie Sheen, James Woods, AlecBaldwin, Donald y Kiefer Suther-land, James Spader, Tony Colette,Gabriel Byrne La lista es larga y

    el ltimo en sumarse ha sido TimRoth con suLie to Me , que llegara los salones estadounidenses den-tro de unos meses.

    DESDE HACE UNA DCADA, EL MEJOR CINE COMERCIAL SE REALIZA EN TELEVISIN. FRENTE A CIERTO ANQUI-LOSAMIENTO Y CANSANCIO NARRATIVO QUE PUEDE DETECTARSE EN LA FICCINHOLLYWOODIENSE , LA PE-QUEA PANTALLA HA TOMADO EL RELEVO OFRECIENDO PRODUCTOS DE IMPECABLE FACTURA TCNICA, INTELI-GENCIA EN LA ESCRITURA Y CAPACIDAD DE RIESGO Y SORPRESA EN SUS INCESANTES PROPUESTAS.

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    PERSPECTIVASDEL MUNDO DE LACOMUNICACINn49 nov iembre /d ic i embre 2008

    crmenes que los tan expeditiva-mente resuelve

    La ficcin televisiva contempor-nea, por tanto, est colmada deprotagonistas y tramas que se insta-lan en una zona imprecisa dondelas nociones de bien y de mal seentremezclan, se desdibujan y sa-can vitamina dramtica de su per-manente contradiccin. EnTrue Blo- od parece que los vampiros sonbuenos y tienen su sed calmadagracias a una bebida sinttica y,sin embargo, son los hombres quie-nes ansan sangre. Los moteros deSons of Anarchy combinan el afn

    de bien social y proteccin de lacomunidad con negocios gansteri-les y violencia extrema. Por apuntarun ltimo caso reciente, los solda-dos del batalln First Recon quedandespojados de cualquierglamour yheroicidad, puesto que la realistaGeneration Kill proscribe la pala-bra maniquesmo en su retrato delos primeros das de la guerra deIrak.Parece indudable, pues, que el xi-to de las series norteamericanas noes flor de un da. La ficcin televisi-va goza de una estupenda salud,lo que sin duda supone una estu-penda noticia para el espectadorcon gusto.

    [email protected]

    madre o el Andy Millman deExtras.De acuerdo: la comedia nunca hasido heroica. Sin embargo, en losdramas seriales resulta casi imposi-ble encontrar hoy un Simon Templar(El santo ), un Mike Donovan (V ) o,ni siquiera, un McGyver.Porque el hroe televisivo ya no esun hroe. No en el sentido clsico,desde luego. La posmodernidad seha afanado en dibujar de gris a losprotagonistas de las series de xito.Ah est, como arquetipo, la com-pleja relacin desmitificadora queel espectador establece con TonySoprano. Pero ni siquiera los perso-najes de entrada positivos se sal-van del purgatorio moral: JackBauer es un polica que se oscure-ce tras el peso de cada infernal jor-nada de24 ; la corrupcin institu-cional alcanza a la propia presi-dencia de EE.UU. enPrison Break ;Dexter es un psicpata bueno;House es un hroe genial en la lu-cha contra la enfermedad, pero un

    inadaptado social y un misntropo; y, por momentos, Vic Mackey, el je-fe del equipo de asalto deThe Shield , parece que carga con ms

    Ms evidentes resultan otras estra-tegias narrativas que la ficcin es-tadounidense ha popularizado. Lalucha contrarreloj deSin rastro yPri- son Break , el tiempo real de JackBauer en24 , los incesantes saltostemporales dePerdidoso Daos y Perjuicios, las mezclas diegticasde Larry David , Entourage o Studio 60 o, por citar una ltima iniciativanovedosa, la posible verticalidadestructural deEn terapia. Esta serierecin estrenada en la FOX espa-

    ola nos cuenta media hora diariaen la vida del psiquiatra Paul Wes-ton. De lunes a viernes. El mismopaciente cada da de la semana,de modo que el espectador puedeseguir la historia de forma lineal oescoger, por ejemplo, el drama deuna nia que ha intentado suicidar-se y que acude a la consulta todoslos mircoles.

    El gris moralSi miramos a la comedia, no cabe

    duda del antiherosmo pattico dela Liz Lemmon deRockefeller Plaza,el Dr. Dorian deScrubs, el TedMosby deCmo conoc a vuestra

    REFERENCIAS:

    BALL, Jordi, y PREZ, Xavier,Yo ya he estado aqu. Ficciones de la repeti- cin, Anagrama, Barcelona, 2005.CASCAJOSA VIRINO, Concepcin(ed.),La caja lista: televisin norteame- ricana de culto , Laertes, Barcelona,2007.CASCAJOSA VIRINO, Concepcin,Prime time: las mejores series de TV americanas: de C.S.I. a Los Soprano ,Calamar, Madrid, 2005.CASCIARI, Hernn, Espoiler, http://blogs.elpais.com/espoiler/GARCA MARTNEZ, Alberto Nahum,Diamantes en serie: el mejor cine sepasa a la televisin,Nuestro Tiempo ,n 651, septiembre 2008, pp. 18-33.Mundo+.tv: zona series,www.mundoplus.tv/zonaseries/