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Lectura del libro de Isaías 8, 23b-9, 3 En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Palabra de Dios. Salmo responsorial. Sal 26, 1. 4. 13-14 (R.: la) R. El Señor es mi luz y mi salvación. + Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12- 23 Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.» Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: -«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: -«Venid y siguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes. con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Palabra de Dios. HOJA DOMINICAL DE CATEQUESIS PARROQUIA DE SAN DIEGO Avda. de San Diego, 61. 28053-Madrid Domingo 3º del TO. Ciclo A. Día 22 de enero del 2017 “Convertíos, porque está cerca el Reino de Dios” “Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres” Seguimos los pasos de Jesús y es que ESCUCHÁNDOLE queremos aceptar la invitación que Dios-Padre hacía el día del Bautismo de Jesús. Los domingos anteriores nos han “presentado” a Jesús: era el anuncio del profeta; era Juan, al Bautista, en el Jordán; o era el mismo Dios: “es mi Hijo predilecto”. Hoy es el mismo Jesús el que inicia su MISIÓN, la de anunciar y realizar la Buena Noticia del REINO de DIOS, “curando las enfermedades y dolencias del pueblo”. Pero ese Reino de Dios no se va a imponer por la fuerza; no es éste el modo de proceder de Dios. De ahí que Jesús precisa de personas que ESCUCHEN su doble invitación: “convertíos, porque está cerca el Reino de Dios” “venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”. Cuando alguien ESCUCHA su LLAMADA y su INVITACIÓN y comienza a seguirle (porque va sintiéndose bien con Él), entonces se realiza lo proclamado en la primera lectura: “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”. Así es Jesús: ILUMINA, DA SENTIDO, CAMBIA la VIDA de sus seguidores, y, de este modo, éstos colaboran en la misión que el mismo Señor les propone.

HOJA DOMINICAL PARA EL CATEQUISTA. DIMONGO 3º DEL TO. CICLO A. DIA 22 DE ENERO DEL 2017

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Lectura del libro de Isaías 8, 23b-9, 3 En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Palabra de Dios.

Salmo responsorial. Sal 26, 1. 4. 13-14 (R.: la)

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-23 Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de

Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán,

Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban

en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.» Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: -«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues

eran pescadores. Les dijo: -«Venid y siguidme, y os haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes. con Zebedeo, su

padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. Palabra de Dios.

HOJA DOMINICAL DE CATEQUESIS PARROQUIA DE SAN DIEGO Avda. de San Diego, 61. 28053-Madrid Domingo 3º del TO. Ciclo A. Día 22 de enero del 2017

“Convertíos, porque está cerca el Reino de Dios” “Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”

Seguimos los pasos de Jesús y es que ESCUCHÁNDOLE queremos aceptar la invitación que Dios-Padre hacía el día del Bautismo de Jesús. Los domingos anteriores nos han “presentado” a Jesús: era el anuncio del profeta; era Juan, al Bautista, en el Jordán; o era el mismo Dios: “es mi Hijo predilecto”. Hoy es el mismo Jesús el que inicia su MISIÓN, la de anunciar y realizar la Buena Noticia del REINO de DIOS, “curando las enfermedades y dolencias del pueblo”. Pero ese Reino de Dios no se va a imponer por la fuerza; no es éste el modo de proceder de Dios. De ahí que Jesús precisa de personas que ESCUCHEN su doble invitación:

“convertíos, porque está cerca el Reino de Dios” “venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres”.

Cuando alguien ESCUCHA su LLAMADA y su INVITACIÓN y comienza a seguirle (porque va sintiéndose bien con Él), entonces se realiza lo proclamado en la primera lectura: “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz”. Así es Jesús: ILUMINA, DA SENTIDO, CAMBIA la VIDA de sus

seguidores, y, de este modo, éstos colaboran en la misión que el mismo Señor les propone.

¡Dichosos los COLABORADORES en la MISIÓN de Jesús

RECURSOS PARA EL CATEQUISTA

Descubriendo a los personajes de la Biblia Uno de los participantes, o el propio catequista, representa a un personaje de la Biblia, que sea bastante conocido. Les va indicando algunas cosas sobre su vida, de manera que ellos puedan descubrir de quién se trata. Si hay varios participantes, el que logró descubrir pasa a representar a otro personaje. De acuerdo a la madurez del grupo, esto puede traerse preparado, o repartir y dejar unos momentos para prepararse, o cuando la persona deba actuar, saca a la suerte la papeleta con el nombre del personaje que deberá representar.

Qué me pueden decir

Uno de los miembros sale del salón y los demás seleccionan un personaje de la Biblia, que sea muy conocido.

Cuando regresa, pregunta: Del Antiguo o del Nuevo Testamento? Y cuando le responden, continúa: Qué me saben decir?

Cada miembro le dice, sin repeticiones, algo sobre el personaje, hasta que logre detectar quién es.

Adivina del personaje

Se tiene ya preparadas unas series de "pistas" sobre diferentes personajes de la Biblia. Puede ser verbalmente o con papeletas, para que se pueda descubrir de quién se trata. De acuerdo a la madurez del grupo, se puede preguntar a todos en general, o a cada uno en particular. Es posible establecer quipos.

2. LA PEDAGOGÍA DE JESÚS.

En su manera de revelarse, Jesús practica una pedagogía que debe orientar a la desarrollada para anunciar a Cristo. Retoma estas características y revela una intensa capacidad de comunicación a través de sus gestos y de sus palabras. La relación entre la palabra y la vida ofrece el ejemplo de coherencia que permanece como modelo e ideal para cualquier acción catequética. La vida entera de Cristo es una auténtica enseñanza. Como en el Antiguo Testamento, también en los Evangelios aparece la progresión pedagógica y el desarrollo gradual en la formación de los discípulos: la acogida del otro, en especial del pobre, del pequeño, del pecador, como persona amada y buscada por Dios; el anuncio genuino del reino de Dios como buena noticia de la verdad y de la misericordia del Padre; un estilo de amor tierno y fuerte que libera del mal y promueve la vida; la invitación apremiante a un modo de vivir sostenido por la fe en Dios, la esperanza en el Reino y la caridad hacia el prójimo; el empleo de todos los recursos propios de la comunicación interpersonal, como la palabra, el silencio, la metáfora, la imagen, el ejemplo, y otros tantos signos, como era habitual en los profetas bíblicos» (DGC 140). Jesús ha realizado con su vida, muerte y resurrección, la salvación prometida a los profetas. Solamente a la luz de la historia de Jesús todas las promesas del Antiguo Testamento adquieren su significado preciso. También la catequesis apostólica se sitúa en esta dinámica, con su capacidad de concentrarse en el misterio de Cristo, la referencia asidua a la Escritura y a las palabras del Maestro, el testimonio vivo de los apóstoles y de la primitiva comunidad cristiana, la seriedad de una enseñanza profunda y duradera en el tiempo (He 2,42; 11,26; 18,1-11; 19,10).